La
ignorancia como fuerza alimentadora del covid-19
Oscar
Yescas Domínguez
28
de julio de 2,020
Todos
los días de nuestra vida contienen un conjunto de experiencias que
nos proporcionan un aprendizaje individual y colectivo y nos permiten
desarrollar nuevos comportamientos para enfrentar en mejores
condiciones las situaciones en nuestra vida cotidiana. Somos la
especie animal que tiene el privilegio de aprender de diversas
formas: mediante el uso de la teoría, a través de la observación
del comportamiento de los demás y por medio de la experiencia
mediante el aprendizaje vivencial.
Lamentablemente
la pandemia del coronavirus vino a demostrarnos que nunca antes en la
historia de la humanidad habíamos vivido un nivel tan bajo de
aprendizaje social y padecido un nivel tan alto de ignorancia como el
que hoy prevalece en buena parte de nuestra sociedad. En plena
sociedad de la información vemos que prevalece la ignorancia en
ciertos sectores de nuestra población en un momento histórico en el
cual ser ignorante es cuestión de elección porque cualquier persona
con el uso de un teléfono celular (algo que la mayoría de los
individuos contemporáneos posee), puede utilizar un buscador en
internet, encontrar cualquier tipo de información, y aumentar su
nivel de conocimientos al grado que se puede decir que toda persona
hoy en día tiene la posibilidad de autoeducarse.
El
tema de la pandemia del coronavirus absorbió buena parte de mis
esfuerzos como escritor al grado de que he escrito 15 artículos
sobre el mismo desde que inició el confinamiento voluntario, si me
pagaran por cada artículo que escribo tengo la seguridad de que con
el tema del covid-19 ya hubiera reunido una buena cantidad de dinero.
Pero mi intención al escribir sobre este tema fue colaborar con
nuestras autoridades en la atención de un problema de salud pública,
a través de un esfuerzo educativo que brindara información que a su
vez permitiera clarificar las causas que generan el contagio y
muerte, así como formas de prevenir el enfermarse de covid-19.
Había
decidido no escribir más sobre este tema por considerar que ya se
había dicho todo acerca del mismo, pero cada día que pasa el
covid-19 sigue en el centro del debate porque las cifras de contagio
y muerte siguen aumentando y el regreso seguro a una normalidad se ve
cada vez más lejano por lo que reconozco que me equivoqué al pensar
que todo estaba dicho ya que la pandemia seguirá dando de qué
hablar por largo tiempo.
Es
innegable que el pronóstico inicial de las autoridades de salud en
México sobre las cifras de contagio y muertes por covid-19 fueron
rebasadas de manera aplastante por una realidad en la que la tragedia
y la muerte están a la orden del día, porque los números de
afectados por el covid ya adquieren el rosto de familiares, amigos y
conocidos.
En
un principio de la pandemia se habló de cuarentena de aislamiento
voluntario, nos dijeron que a fines del mes de abril podríamos salir
de nuestras casas, hacer vida social sin peligro alguno. Después nos
dijeron que tendríamos que seguir encerrados porque el pico de la
curva todavía no se alcanzaba y aseguraron que podríamos salir a
fines del mes de mayo, pero luego prolongaron el confinamiento
voluntario hasta fines del mes de junio y finalmente éste se ha
extendido hasta nuestros días.
En
mi opinión personal estas diferencias entre las cifras esperadas y
las cifras reales no son fallas de nuestras autoridades sanitarias ya
que en realidad buena parte de las mismas son el resultado del
comportamiento imprudente de buena parte de la población mexicana
que no hizo caso de los llamados a quedarse en casa, a usar
cubrebocas, guardar distancia, usar gel antibacterial, cuidar la
higiene personal, etc. Es decir, la variable sin control que no
contemplaron los epidemiólogos de nuestro gobierno fue la falta de
cooperación de buena parte de la ciudadanía que no asumió una
actitud de responsabilidad social para tomar precauciones sanitarias.
El
covid-19 nos desnudó y exhibió la enorme desigualdad social que
existe en nuestra sociedad contemporánea y acabó con el mito de la
invisibilidad de la pobreza y la marginación, ya que pudimos
observar que un buen número de personas que que no respetaron el
quedarse en casa eran personas sin hogar, personas que viven de la
economía informal, o personas que viven de bajos ingresos y no
podían darse el lujo de quedarse en casa sin salir por meses. El
quedarse en casa se reveló entonces como un privilegio de clase en
esta pandemia que sólo unos cuantos pudimos mantener.
Pero
también es necesario reconocer que un gran número de personas que
podían quedarse en casa sin ningún problema, desde un principio
restó importancia al covid-19 alegando que no creían en el
coronavirus porque no podían verlo y decían una y otra vez: ¿cómo
podrían creer en lo que no se puede ver? Al mismo tiempo que de
manera contradictoria afirmaban encomendarse a Dios para no ser
enfermarse. Algunos llegaron al extremo de afirmar que el covid-19
era una conspiración diseñada por el gobierno o por los grandes
millonarios del mundo que deseaban reducir la población mundial.
Otros tomaron como diversión el desafiar a las autoridades y no usar
cubrebocas o participar en fiestas
Otros
decidieron rebelarse y presentar resistencia a las medidas de
protección sanitaria negándose a quedarse en casa, usar cubrebocas,
guardar distancia, etc., asistiendo a fiestas clandestinas actuando
en forma irresponsable al tomar como un juego una situación de
crisis sanitaria que ha dejado miles de muertes
Un
sector más recalcitrante fue más lejos al atreverse a agredir a
enfermeras y médicos acusándoles de ser fuentes ambulantes de
contagio al desempeñar un trabajo peligroso ya que diariamente
estaban en contacto con personas contagiadas por covid-19 y llegaron
al extremo de expulsarlos de sus viviendas, barrios o colonias por
considerarlos como un peligro social.
En
este momento hemos llegado a un momento en nuestra historia en la
cual facebook se ha convertido en un obituario porque diariamente
encontramos anuncios y fotografías de personas que han fallecido por
convid-19, o publicaciones de personas que lamentan la muerte de
algún familiar, conocido o amigo, .
Todo
esto sucede mientras las autoridades informan de un incremento en la
aplicación de multas semanales a la ciudadanía por realizar fiestas
en período de cuarentena y violar las normas sanitarias al rebasar
el número de asistentes permitido, no utilizar cubrebocas y no
guardar la sana distancia. Al mismo tiempo la prensa y redes sociales
informan de la apertura de playas y la visita masiva a las mismas aún
cuando estamos en plena cuarentena todavía.
Por otro lado, los hospitales han llegado al punto de saturación de
su capacidad de servicio, se niegan a recibir nuevos enfermos y el
personal médico y de enfermería se encuentra agotado por largas
jornadas de trabajo laborando con eqiupo insuficiente, algunos han
caído en el contagio del covid-19 y han perdido sus vidas atendiendo
a personas que se contagiaron por no haber atendido las instrucciones
de proteger su salud.
En
este punto es claro que no se ha producido un aprendizaje social
colectivo ya que las
evidencias apuntan a que ese sector de la población que se resiste a
usar cubrebocas, a guardar distancia y a quedarse en casa cuando no
tienen necesidad de salir, presentan algún tipo de problema
psicológico en su percepción de la realidad social circundante. Ya
no es suficiente explicar este tipo de comportamientos mencionando la
carencia de información y decir que por ignorancia actúan de esa
forma, porque la información sobre formas de prevención del
covid-19 ha circulado de manera profusa y los comportamientos de falta de respeto a las normas sanitarias continúan.
Aparentemente
su percepción de la realidad está distorsionada porque niegan una
realidad evidente que se caracteriza por el alto riesgo de contagio y
que obliga a la adopción de nuevos comportamientos como medida de
sobrevivencia ya que el peso de la crisis sanitaria ha aplastado a
todos los negacionistas del covid-19 al aumentar dramáticamente los
números de contagiados y fallecidos del coronavirus. Esta disfunción
en la percepción de la realidad puede ser un problema de carácter
cognitivo que les impide ver la gravedad de la situación en la que
nos encontramos.
Lo cierto es que continúa a la alza el número de contagiados y esto es motivo de alarma porque esto es un indicador de que tendremos rebrotes de covid-19 a corto plazo y debemos tener presente que estamos en un momento en el cual el personal médico y de enfermería muestran claras señales de agotamiento por tener meses acumulados doblando turnos en una jornada interminable en la que arriesgan sus vidas trabajando con escaso equipo médico, atendiendo a personas que no hicieron caso del llamado a quedarse en casa y que incurrieron por diversos motivos en conductas de alto riesgo que los colocaron en situaciones de ser contagiados y contagiar a su vez a otras personas (como a médicos y enfermeras).
¿De qué otra manera puede explicarse que en plena pandemia salgan cientos de personas a aglomerarse en playas y calles públicas, ante la primera señal de relajamiento del control sanitario implementado por las autoridades gubernamentales?
Lo cierto es que continúa a la alza el número de contagiados y esto es motivo de alarma porque esto es un indicador de que tendremos rebrotes de covid-19 a corto plazo y debemos tener presente que estamos en un momento en el cual el personal médico y de enfermería muestran claras señales de agotamiento por tener meses acumulados doblando turnos en una jornada interminable en la que arriesgan sus vidas trabajando con escaso equipo médico, atendiendo a personas que no hicieron caso del llamado a quedarse en casa y que incurrieron por diversos motivos en conductas de alto riesgo que los colocaron en situaciones de ser contagiados y contagiar a su vez a otras personas (como a médicos y enfermeras).
¿De qué otra manera puede explicarse que en plena pandemia salgan cientos de personas a aglomerarse en playas y calles públicas, ante la primera señal de relajamiento del control sanitario implementado por las autoridades gubernamentales?
Quizá a alguien le duela reconocer tener capacidades cognitivas deficientes en su persona pero creo que duele más el fallecimiento de algún familiar por la imprudencia de algún pariente cercano o alguna amistad que deambuló por quien sabe qué rincones y anduvo con quien sabe qué personas (es decir, no respetó el quedarse en casa) y que se presenta de manera inoportuna en nuestras casas o se cruza en nuestro camino.
La vida actual no es normal, no debemos salir corriendo a la playa sólo porque está libre el paso de acceso a las mismas o porque las autoridades retiraron los agentes que impedían ingresar a nuestras playas.
Actuar de esta manera sólo refleja una gran ignorancia, irresponsabilidad social y con respeto les digo que refleja también fallas en su capacidad cognitiva, es decir, en su capacidad para procesar conocimientos o información cuyo debido procesamiento en estos momentos puede ser la diferencia entre la vida o la muerte.
Se han vertido millones de palabras advirtiendo sobre la necesidad de cuidarnos en esta pandemia, miles de avisos han aparecido en redes sociales, incontables conferencias de prensa advirtiendo sobre los peligros de no guardar distancia, sobre la necesidad de usar cubre bocas y la necesidad de quedarnos en casa, por lo cual no puede decirse que estos comportamientos sean originados por falta de información.
Estos
comportamientos socialmente irresponsables han sido retomados por
grupos reaccionarios en México para intentar desestabilizar al nuevo
gobierno acusándolos de negligencia criminal, pero en realidad no ha
sido responsabilidad de las autoridades la imprudencia de los
ciudadanos que no respetan las indicaciones de las autoridades
sanitarias y que han tomado como diversión burlar a las autoridades
en un juego que sólo los ha conducido a la muerte al no tomar las
precauciones que todos conocemos hasta el cansancio (usar cubrebocas,
guardar distancia, quedarse en casa, etc.).
En realidad ha sido la imprudencia de un buen porcentaje de habitantes de nuestra sociedad que la que ha contribuido a la prolongación del tiempod de confinamiento voluntario y a la muerte de miles de ciudadanos mexicanos. Dentro de éstos últimos debemos lamentar el hecho de que se encuentran personas que en su momento respetaron las instrucciones de las autoridades de salud en el sentido de quedarse en casa, usar cubrebocas y guardar distancia, pero que bajaron la guardia ante algún familiar que las ha visitado y lamentablemente ese familiar fue uno de tantos que no respetó las instrucciones para cuidar su salud, por lo que se contagió en algún lugar y como era asintomático pensó que no había ningún problema en visitar a sus familiares para darles el beso de la muerte.
En realidad ha sido la imprudencia de un buen porcentaje de habitantes de nuestra sociedad que la que ha contribuido a la prolongación del tiempod de confinamiento voluntario y a la muerte de miles de ciudadanos mexicanos. Dentro de éstos últimos debemos lamentar el hecho de que se encuentran personas que en su momento respetaron las instrucciones de las autoridades de salud en el sentido de quedarse en casa, usar cubrebocas y guardar distancia, pero que bajaron la guardia ante algún familiar que las ha visitado y lamentablemente ese familiar fue uno de tantos que no respetó las instrucciones para cuidar su salud, por lo que se contagió en algún lugar y como era asintomático pensó que no había ningún problema en visitar a sus familiares para darles el beso de la muerte.
El
problema se agrava porque las autoridades se ven presionadas para
levantar la cuarentena por motivos económicos de aquellos
propietarios de medios de producción que piden a gritos “salvar la
economía” y dejan a un lado el criterio médico argumentando la
necesidad de salvar fuentes de trabajo y esto confunde a varias
personas que creen que ya es seguro salir a las calles y que
regresaremos a "nuestra vida normal".
Esa vida normal jamás regresará y reintegrarnos a nuestras labores productivas tardará mucho más si continúa imperando la imprudencia, la ignorancia, la ausencia de responsabilidad social y las fallas en nuestra capacidad cognitiva. ¿Acaso tendremos que aceptar perder nuestra libertad y dejar que las autoridades tomen el control restringiendo hasta el más mínimo de nuestros movimientos porque hemos sido incapaces de cuidarnos nosotros mismos ante una epidemia que podríamos haber controlado si todos hubiéramos actuado de manera organizada y colectiva cuidando de nuestra salud?
Esa vida normal jamás regresará y reintegrarnos a nuestras labores productivas tardará mucho más si continúa imperando la imprudencia, la ignorancia, la ausencia de responsabilidad social y las fallas en nuestra capacidad cognitiva. ¿Acaso tendremos que aceptar perder nuestra libertad y dejar que las autoridades tomen el control restringiendo hasta el más mínimo de nuestros movimientos porque hemos sido incapaces de cuidarnos nosotros mismos ante una epidemia que podríamos haber controlado si todos hubiéramos actuado de manera organizada y colectiva cuidando de nuestra salud?
Los
padres de familia deben actuar con responsabilidad y controlar el
comportamiento de sus hijos limitando su capacidad de movimientos
mientras, al mismo tiempo que los eduquen sobre la necesidad de
actuar con responsabilidad social.
Cuando
escribí mi artículo Libertad individual vs. control social recibí
fuertes críticas porque planteaba la posibilidad de que el Estado
ejerciera un fuerte control sanitario restringiendo nuestros
movimientos por la imprudencia de miles de ciudadanos que no
reconocían la existencia del covid-19, pero el día de hoy vemos que
de haber actuado con más firmeza nuestras autoridades en el inicio
de esta pandemia, no tendríamos las cifras de contagio y muertes que
hoy estamos lamentando. ¿Habrá quienes crean todavía en el
compromiso social y consciencia ciudadana de todos los integrantes de
nuestra sociedad como forma de enfrentar la pandemia?
Retomo
en estos momentos la necesidad de utilizar un liderazgo situacional
para controlar la situación en los diferentes grupos a los que
pertenecemos y actuar de acuerdo a la situación utilizando un
liderazgo democrático o autoritario, siempre teniendo presente el
hecho real de que todavía vivimos bajo una crisis de salud que no ha
terminado y que depende del comportamiento de cada uno de nosotros el
tiempo de su duración.
La
consigna de estos días es la sobrevivencia de todos y cada uno de
nosotros y la manera de lograrlo es demostrando que estamos
aprendiendo de la pandemia desarrollando nuevos comportamientos, los
cuales necesariamente deberán tener como prioridad el cuidado de
nuestra salud utilizando cubrebocas, guardando distancia y quedándonos
en casa si no hay necesidad de salir.
Debemos tener claro que el covid-19 no desaparecerá en los próximos meses y que no habrá retorno alguno a la "vieja normalidad" en el futuro.
Se acerca el cambio de temporada del año, vendrá el otoño y con él las bajas temperaturas que favorecen el surgimiento de enfermedades respiratorias, están pronosticados nuevos rebrotes, en algunos lugares de otro países en los que decidieron levantar la cuarentena en estos momentos están regresando al confinamiento voluntario y forzoso ante el surgimiento de nuevos brotes el covid-19. Del comportamiento individual y colectivo que tengamos de aquí en adelante dependerá no sólo la extensión de la cuarentena, sino la vida o la muerte de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
Debemos tener claro que el covid-19 no desaparecerá en los próximos meses y que no habrá retorno alguno a la "vieja normalidad" en el futuro.
Se acerca el cambio de temporada del año, vendrá el otoño y con él las bajas temperaturas que favorecen el surgimiento de enfermedades respiratorias, están pronosticados nuevos rebrotes, en algunos lugares de otro países en los que decidieron levantar la cuarentena en estos momentos están regresando al confinamiento voluntario y forzoso ante el surgimiento de nuevos brotes el covid-19. Del comportamiento individual y colectivo que tengamos de aquí en adelante dependerá no sólo la extensión de la cuarentena, sino la vida o la muerte de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
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El coronavirus y su impacto social 20 de marzo 2,020
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3.-
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4.-
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5.-
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6.-
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7.-
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8.-
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10.-
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11.-
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13.-
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2020
14.-
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15.-
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http://eltiempolatino.com/news/2020/jul/14/director-de-la-oms-no-habra-retorno-la-vieja-norma/?fbclid=IwAR3xeNF_VXM1ifczob-Jtvu2UqWW6tT0tTDqerxNjCyjCemSfoHOOe8YRx4
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