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domingo, 27 de junio de 2021

 

Reflexiones sobre cambio de gobierno y servicio público

Oscar Yescas Domínguez

27 de junio de 2,021

Vivimos en una sociedad estructurada, esto quiere decir que hay un conjunto de instituciones que soportan al Estado Nación cumpliendo diversas funciones en una estrecha coordinación para contribuir al logro del bienestar social. Estas instituciones fueron creadas con la misión de mantener la vigencia de un contrato social en el que se que garantice justicia, democracia e igualdad social para generar armonía y paz social para todos los que integramos esta sociedad. Esto implica que por un lado, los funcionarios que trabajen en cualquiera de los tres niveles de gobierno deben actuar como servidores de la nación, administrando el uso de los recursos públicos para resolver problemas sociales, elevar la calidad de vida de la población y garantizar el respeto a los derechos humanos de quienes integramos esta sociedad y por otro lado, que los ciudadanos mantengamos un respeto permanente a las leyes y reglamentos que han sido creados para garantizar armonía en todos los ámbitos de convivencia social en los que estamos involucrados.

En este contexto social todos tenemos derechos y obligaciones, en ese sentido cualquier persona que viole las leyes o incumpla las normas establecidas rompe el equilibrio social y debe ser objeto de sanciones y castigos por parte de la institución correspondiente y cualquier funcionario público que incumpla sus funciones, abuse o utilice su poder como funcionario público para desviar recursos públicos para beneficiarse a sí mismo o a terceros, también debe ser objeto de sanción penal como cualquier ciudadano, la ley es para todos, no solo para los ciudadanos. A esto se conoce como Estado de Derecho ya que la justicia no debe reconocer excepción alguna en el cumplimiento de las leyes, porque eso sería promover la impunidad, la corrupción y las injusticias, con lo cual se rompería el equilibrio social. Bajo estas premisas puede afirmarse que el Estado Nación es una creación humana, porque fue creada por los seres humanos. En ese sentido, las leyes pueden ser modificadas o sustituidas por otras que correspondan a la realidad contemporánea en mejor medida.

Por otro lado, es importante señalar que nuestra sociedad es reconocida como una “sociedad organizacional” debido a que su funcionamiento se basa en la existencia y funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones públicas y privadas que nos ofrecen los servicios públicos y privados para satisfacer nuestras necesidades. En toda organización se presenta un proceso denominado “contrato psicológico” que consiste en la conjunción de expectativas que surgen en la interacción individuo-organización. Es decir, toda persona que ingresa a una organización genera un conjunto de expectativas en torno a su ingreso y pertenencia a la misma, que pueden ser estabilidad económica, prestigio, status social, etc. Por su lado, la organización también genera ciertas expectativas acerca del ingreso del nuevo miembro a su seno que pueden girar en torno al cumplimiento de sus responsabilidades, asistencia, puntualidad, trabajo en equipo, etc.

La clarificación del contrato psicológico entre el individuo y la organización es de vital importancia porque en caso de no ser satisfechas estas expectativas puede presentarse por parte del individuo respuestas como baja motivación en su comportamiento, baja productividad en sus resultados, uso ineficiente de recursos o inclusive se puede presentar una iniciativa de renuncia a la organización por la insatisfacción de expectativas. En el caso de ésta última si ve que el individuo no satisface las expectativas que se tenían sobre su comportamiento, pueden presentarse medidas disciplinarias como amonestaciones, sanciones correctivas o en el último extremo, el despido de este empleado. Por eso es importante clarificar desde un inicio los contenidos del contrato psicológico para que no se surjan futuras decepciones, porque si ambas partes tienen claro lo que se espera de cada una de ellas, se podrán generar los comportamientos más pertinentes que permitan satisfacer a esas expectativas.

En el caso de las instituciones públicas de gobierno en cualquiera de sus tres niveles, interviene un tercer elemento en la relación individuo-organización, este es el ciudadano que es el objeto de atención y la misión principal de las dependencias de gobierno es atender sus necesidades y expectativas. Si en las organizaciones privadas se maneja la premisa desde la perspectiva de la Mercadotecnia y Psicología organizacional de que “el cliente siempre tiene la razón”, en las instituciones públicas, esta frase cobra mayor fuerza porque la ciudadanía es quien paga con sus impuestos los sueldos de los empleados de gobierno, de tal forma que esta interacción es la que da origen al concepto de “servidor publico” que consiste en construir una identidad organizacional en cada empleado de gobierno como persona que labora al servicio de la comunidad y su actitud siempre deberá ser de atención, cortesía, respeto y humildad para la ciudadanía.

Es de gran importancia recuperar el concepto de servidor público para que cada nuevo empleado de gobierno sepa que su función principal es servir a los demás y que no es aceptable socialmente y desde una perspectiva legal el servirse a sí mismo desviando presupuestos públicos destinados para obras públicas, por lo que cualquier empleado de gobierno en cualquiera de sus tres niveles, debe asumir una filosofía de servicio público, tener un comportamiento basado en la ética y demostrar probidad y compromiso social en su comportamiento previo. No importa el partido que representen, tanto Gobernadores como Presidentes municipales deberán actuar como verdaderos servidores públicos.

Desde esa perspectiva los ciudadanos tenemos el derecho a reclamar un trato justo y respetuoso de todo funcionario público y esperar de cada uno de ellos su contribución para resolver problemas particulares o problemas que afecten a una colectividad. En caso contrario, tenemos todo el derecho de reclamar una mejor atención y en caso dado exigir la destitución de aquellos funcionarios que no estén cumpliendo con estas condiciones.

Existe otro proceso importante a considerar en la relación individuo-organización que es conocido como “socialización organizacional” que consiste en un “proceso de adiestramiento, entrenamiento o capacitación a través del cual la organización enseña a sus integrantes las metas y valores más importantes contempladas en la definición de su misión, procurando desarrollar en sus integrantes los comportamientos más pertinentes para lograr tales objetivos”. Por lo regular esto se consigue a través de acciones de capacitación laboral, misma que es concebida como un proceso de cambio organizacional permanente. La ley establece que las grandes dependencias y organizaciones tengan departamentos de capacitación e impartan cursos de actualización a sus empleados, pero lamentablemente en la mayoría de los casos esta norma no se cumple o se incurre en la simulación al impartir cursos con duración menor a diez horas. La Secretaría de Trabajo y Previsión Social en México sólo reconoce como acciones de capacitación a los cursos que tengan una duración mínima de 20 horas para garantizar un aprendizaje que pueda predecirse efectivo.

Desde una perspectiva organizacional y considerando la dinámica de cambios sociales en las que se encuentra inmersa nuestra sociedad, toda organización debe procurar un estado de mejoramiento continuo, el cual puede lograrse a través de un diagnóstico permanente de la organización. Para lograrlo debe tomar como punto de partida un diagnóstico integral de la organización, el cual puede definirse como “la identificación del estado actual de la organización, reconociendo las principales fuerzas impulsoras y restrictivas que determinan su funcionamiento, para implementar las acciones de cambio planeado que la conduzcan al mejoramiento continuo de sus procesos”.

En México acaban de realizarse elecciones en doce Estados de la República para relevo de Gobernadores, Presidentes municipales y Diputados. Es práctica conocida que cuando hay cambio de Gobierno no sólo cambia la persona que entrará como nuevo gobernante, sino que cada gobernante decreta el despido de centenares de personas que pierden sus empleos para ceder su lugar a personas cercanas al nuevo gobierno, por considerar que “son de mayor confianza del nuevo gobernante”. El problema es que ha sucedido que en esta “limpieza laboral”, despidan a empleados públicos que tiene gran antigüedad laborando, por lo que han acumulado gran experiencia y amplios conocimientos en el desempeño de sus funciones y serán sustituidos por personas que no tienen el perfil para el puesto y su único mérito es estar cercanas al círculo del poder.

Por esos motivos en los próximos meses serán despedidos miles de empleados de Gobiernos estatales y municipales a lo largo y ancho de la república mexicana. Esas plazas que quedarán vacantes serán ocupadas por nuevas personas por lo que es conveniente ventilar públicamente los criterios que se utilizarán para seleccionar a las personas, sobre todo cuando estamos hablando de altos funcionarios de gobierno que percibirán altos ingresos por el cargo que ocuparán.

La preocupación que prevalece en amplios sectores de la ciudadanía mexicana es si se repetirán los errores del prianismo de asignar puestos a personas por compromisos políticos obtenidos durante la campaña o si aplicarán la máxima de Frederick W. Taylor “el hombre (mejor diremos la persona para no incurrir en sexismos) adecuado en el puesto adecuado”. Esta preocupación es legítima porque en las pasadas elecciones predominó el oportunismo político y el arribismo de “camaleones políticos” en las filas de Morena, por lo que existen altas probabilidades de que personas ligadas en el pasado al prianismo queden enquistados en puestos de alto poder.

Partiendo de la premisa de que en la política deben demostrarse dos cosas: saber llegar al poder y saber gobernar. Los nuevos gobernantes (entre ellos Alfonso Durazo nuevo Gobernador de Sonora) deben tomar extremadas precauciones al momento de tomar decisiones e incorporar un nuevo equipo de trabajo. Lo ideal es que en cada cargo de servidor público quede una persona con una probidad demostrada, filosofía de servicio comprobada, formación, experiencia y conocimientos afines al perfil del puesto. Los ciudadanos mexicanos no permitiremos que en este nuevo gobierno persistan actos de corrupción e impunidad y hay que decirlo claramente: aceptar un cargo o puesto para el que no está calificado o no se tiene experiencia o el perfil adecuado: es corrupción.

En los últimos 30 años de implementación de políticas neoliberales en diversos países la figura del Estado Nación se ha visto debilitada por décadas de corrupción en las formas de gobernar y se cometieron miles de injusticias al amparo de la impunidad durante el Prianismo. Esta corrupción afectó a tal grado que el concepto de servidor público quedó en el olvido y se distorsionó a tal grado que quienes trabajan en los gobiernos la procuración del bienestar público es la última de sus preocupaciones, porque la corrupción se ha convertido en un problema estructural que atraviesa a nuestras instituciones.

Todos los Gobernadores que obtuvieron su triunfo representando a Morena deberán poner el ejemplo con su comportamiento de que el cambio es real y no solamente una figura retórica de un discurso retorcido. Aquellos que hablan de la Cuarta Transformación deberán demostrar en los hechos que están transformando al país y una forma de demostrar congruencia entre el discurso y la acción es implementar una política de austeridad en los gastos de gobierno empezando por reducir el sueldo del Gobernador, altos funcionarios y mandos medios. Eliminar de la nómina gubernamental al personal no esencial y evitar utilizar recursos públicos con excentricidades como la de Claudia Pavlovich que tenía su cocinero personal y chofer percibiendo sueldos de decenas de miles de pesos al mes. También es justo señalar que miles de trabajadores del gobierno que están sindicalizados, son quienes realizan la mayor parte de las funciones necesarias para echar andar la maquinaria del gobierno y es injusto que lleguen nuevos jefes sin experiencia alguna ganando el triple o más de aquellos a quienes supuestamente va a dirigir. La nómina gubernamental debe distribuirse de una forma más equitativa de tal forma que se disminuya la brecha salarial que existe entre los ingresos del personal de base y las enormes cantidades que percibirán los nuevos altos funcionarios. Esto apunta a que aparte de reducir los sueldos de altos funcionarios, se incrementen los salarios del personal de base para que realmente pueda llamarse un “gobierno justo”. El buen juez empieza por su propia casa y en la estructura de los Gobiernos estatales existe una injusta distribución de la nómina favoreciendo escandalosamente a unos cuantos y perjudicando a quienes realmente trabajan.

También debe eliminarse la figura del “asesor” por dos razones, la primera es que el gobernante o funcionario que utiliza asesores estaría demostrando incapacidad de liderazgo, la segunda razón es que el término “asesor” es el cargo utilizado para ocultar en la ambigüedad la contratación de personal no esencial. Cada gobernante tiene un equipo de trabajo que está formado por los titulares de las diferentes dependencias de gobierno, por eso no se requiere contratación de “nuevos asesores”. Los ciudadanos mexicanos ya no aceptaremos con pasividad nombramientos de personas que hayan estado envueltas en actos de corrupción en el pasado, tampoco toleraremos actos de negligencia de los nuevos funcionarios públicos. Estaremos atentos y a la expectativa del comportamiento de cada funcionario, incluido la persona que ocupe la silla de gobernador, porque creemos que el cambio se está construyendo, estamos conscientes que parte del cambio proviene del gobierno al administrar los recursos públicos de una manera más horizontal y mejor distribuida, pero también estamos conscientes de que nuestra percepción de quienes nos gobiernan ha cambiado y están desapareciendo las actitudes de obediencia a la autoridad para dar lugar al surgimiento un empoderamiento ciudadano que nos permite hablar con franqueza y exigir el cumplimiento de promesas de campaña, opinar sobre el desempeño de los nuevos funcionarios y sobre la manera en que se conduzca el nuevo gobierno realizando aportaciones constructivas.

El concepto de democracia participativa que tanto manejaron los candidatos a puestos de elección popular en las pasadas elecciones, no es un concepto abstracto, ni de uso exclusivo en época de elecciones. Representa cada día más una realidad en la vida cotidiana de nuestras comunidades, porque un gran número de ciudadanos hemos despertado a la político, hemos aceptado la necesidad de participar activamente en la discusión de asuntos de interés colectivo, porque la necesidad nos obligó a hacerlo ya que nuestras vidas privadas se han visto afectadas por la forma como los políticos han manejado las finanzas públicas ignorando las necesidades sociales. Nuestras ciudades presentan un gran retraso en desarrollo urbano, en pavimentación, en infraestructura vial, en transporte colectivo, en materia de empleos, alternativas de educación. Buena parte de los que integramos esta sociedad contemporánea se encuentra viviendo en condiciones de marginación, pobreza y exclusión social, mientras que quienes han ocupado puestos políticos se han enriquecido y disfrutan de vida llena de lujos.

Confiamos que los nuevos gobiernos de Morena muestren una forma diferente de gobernar, que no repitan errores del Prian, las elecciones pasadas dejan detrás de sí grandes lecciones y una de ellas es que los ciudadanos tenemos un poder popular y para ejercer este poder, no esperaremos a las próximas elecciones. Hemos aprendido que si actuamos juntos, en forma organizada y colectiva, podemos cambiar la historia y si eso implica cambiar a un gobierno que no está respondiendo a las expectativas sociales, procederemos en consecuencia. El pueblo les dio el poder político para servir al pueblo y eso es parte del contrato psicológico que prevalece en la población. El Prian quedó fuera del Gobierno del Estado en Sonora y esperamos una forma de gobernar que se deslinde claramente de prácticas de corrupción, negligencia e impunidad.

sábado, 12 de junio de 2021

                 Caminar una milla en los zapatos del otro

Oscar Yescas Domínguez

12 de junio de 2,021


He sido amante de los libros desde mi adolescencia y reconozco que en gran parte ha a través de la lectura/estudio de los libros que he logrado ser quien soy y estar donde estoy. Cerca del ocaso de mi vida siento con mayor intensidad la necesidad de seguir leyendo porque los conocimientos que he llegado a acumular a lo largo de mi vida (que incluyen 33 años trabajando como profesor-investigador de tiempo completo enseñando Psicología en la Universidad de Sonora) son como un gota en un océano de conocimientos que la humanidad ha construido en su historia, por lo que mientras más leo, más me doy cuenta de que es mucho más lo que ignoro y necesito saber para continuar escribiendo y publicando lo que dejaré como parte de mi legado.

Pero hay otra pasión que me caracteriza y también contribuyó a mi formación personal y al desarrollo de una sensibilidad social y esta es mi abierta melomanía, es decir, el amor que siento por la música, que también tuvo un efecto liberador de mi persona en la medida que aparte de disfrutar el ritmo y sonido, me atraían también las letras de las canciones, sobre todo aquellas que contenían mensajes de liberación social porque aprendí de ellas lo suficiente como para ampliar mi visión del mundo desde una perspectiva crítica. La música como medio de concientización jugó un papel importante para aquellos que vivimos nuestra juventud en la década de los setentas, un momento histórico caracterizado por grandes convulsiones sociales que repercutieron a nivel internacional. Fueron miles las canciones que disfruté escucharlas y en estos momentos recuerdo de manera particular una de ellas: “Cada fotografía cuenta una historia” (every picture tells a story) del cantante británico Rod Stewart, que venía en el album del mismo nombre que salió a la venta en 1971.

En aquellos tiempos disfrutábamos la música solo a través del oído porque no había videos musicales y tampoco había teléfonos celulares como los que hoy nos permiten tomar fotografías de cualquier cosa y en cualquier momento, por lo que el hecho de tener una fotografía de algo a alguien significativo para nosotros adquiría gran valor. Tener cámara fotográfica en aquellos años era un lujo que pocas personas podían disfrutar, por eso buena parte de quienes vivimos nuestra infancia y juventud previa a la invención de teléfonos celulares, no tenemos fotografías de las primeras etapas de nuestra infancia o juventud. El asunto es que traigo a colación esa canción de Rod Stewart porque nos decía algo que es sumamente obvio, pero que de tan obvio que es, lo pasamos por alto: Cada imagen cuenta una historia.

Muchas personas piensan que los psicólogos “psicologizamos” a través de nuestras miradas y algunas llegan al extremo de evitar establecer contacto visual “para no revelar sus secretos ocultos”. La realidad es que los psicólogos realizamos una observación analítica de quien se acerca a pedir ayuda para tener más información de la misma y prestamos atención a la comunicación no verbal, partiendo del conocimiento comprobado de que en las relaciones interpersonales hay un 30% de mensajes verbales y un 70% de mensajes no verbales. Con una mirada crítica podemos reconocer si la persona está ansiosa o relajada, que tipo de emociones experimenta en ese momento, si realiza contacto visual o no, la vestimenta que utiliza nos indica factores socioeconómicos y grado de atención o cuidado que la persona presta a sí misma, etc. Es el poder de la observación lo que nos proporciona desde el primer momento información de gran importancia relacionada con la persona que tenemos enfrente, por lo que podemos decir que la frase “cada imagen cuenta una historia” tiene un fundamento empírico.

Elevando el nivel de análisis, pasando del individuo a la sociedad, es necesario decir que nos encontramos en una sociedad donde se rinde culto a la imagen, por lo que desfilan diariamente miles de imágenes ante nuestros ojos y por lo mismo no sólo hemos perdido la capacidad de analizar lo que vemos, sino que también se ha perdido nuestra capacidad para criticar la realidad en la que nos encontramos.

Esto sucede porque estamos enfrentando lo que nos advirtió Giovanni Sartori a finales del siglo pasado cuando nos decía en su libro Homo Videns que la televisión y la imagen perjudicaban la capacidad de razonar y de pensar de los seres humanos al grado de empobrecer el aparato cognoscitivo, el tiempo prolongado que pasamos diariamente frente al televisor y con nuestros teléfonos celulares contribuye a anular la capacidad de pensamiento a tal punto que genera una incapacidad para articular ideas en forma clara y razonable.

Es fácil comprobar que en los tiempos actuales predomina una cultura audiovisual en nuestra vida cotidiana, esta cultura limita las fuentes de nuestro aprendizaje e información a sólo aquello que vemos o escuchamos, por lo que la capacidad de pensamiento autónomo disminuye, debido a que la mayoría de las personas no tienen el hábito de la lectura y en estas condiciones se crea un “proletariado intelectual” (es decir, alguien que carece de intelecto, que no tiene muchos conocimientos), que substituye al homo sapiens que fue el producto de la cultura escrita y en su lugar aparece el homo videns, (el ser humano que limita su aprendizaje a los estímulos visuales como fuente principal) como un producto natural de la cultura de la imagen en la sociedad de consumo.

Varios estudios antropológicos y sociológicos han descrito con claridad que hay una correlación directa entre la cultura de una sociedad y el tipo de ciudadano modelo que requiere la misma. En nuestra sociedad neocapitallista y neoliberal, el homo videns era el paso necesario para la creación del homo consumens, el individuo ideal para mantener un equilibrio en una sociedad basada en una producción masiva y un consumo masivo de productos, sin que al consumidor le importe el daño que se produce a sí mismo y al medio ambiente con su estilo de vida como consumidor.

En nuestra sociedad estamos inundados de imágenes, conservamos cientos de ellas en nuestros teléfonos celulares, otras miles de ellas las almacenamos en nuestras computadoras y por este tsunami de imágenes que vivimos diariamente en redes sociales, hemos perdido la capacidad para observar con ojo crítico y comprender las historias que nos cuenta cada imagen. La dependencia que hemos generado hacia nuestros teléfonos celulares, la necesidad de “estar conectados” a las redes sociales de manera permanente, sobre todo durante la pandemia, nos ha hecho perder la capacidad de mirar con ojos críticos la realidad que nos rodea y vivimos nuestras vidas cotidianas con total acriticidad.

Pensando en contra de la corriente de la cultura visual predominante que tiende a eliminar la reflexión crítica, quisiera plantear una pregunta: Si partimos de la premisa de que cada imagen cuenta una historia (lo cual es cierto). Dejando a un lado la imagen que tendemos a proyectar en redes sociales, en las cuales exhibimos nuestro lado amable, bello y/o ficticio, si miramos con ojos críticos nuestra imagen frente al espejo, ¿Cuál sería la historia real que observaríamos si nos miramos con ojos críticos al espejo al levantarnos cada día? Creo que observaríamos una incongruencia entre esa imagen real y la imagen virtual que solemos compartir en redes sociales, nos daríamos cuenta de las carencias que tenemos, de las imperfecciones de nuestra vida cotidiana, pero también veríamos que todos tenemos un potencial humano capaz de servir de fuente motivadora para cubrir las necesidades que detectemos.

Tengamos presente que vivimos tiempos en los que lo privado se ha convertido en algo público, vivimos en una sociedad en la que miles de personas comparten fotografías mostrando los alimentos que consumen, los lugares que visitan, publican selfies tomadas en los baños de sus casas, etc., en una búsqueda constante de aprobación social medida en el número de “me gusta” que obtienen en cada publicación. La imagen que la mayoría intenta proyectar en redes sociales es una “imagen de éxito”, un éxito económico reflejado en una silueta esbelta, juvenil, luciendo ropas de marca, publicando fotos de visitas a lugares exclusivos, etc.

Ensimismados en la cultura visual muchas personas han desarrollado una ceguera moral colectiva que caracteriza a nuestra sociedad contemporánea y que consiste en una insensibilidad social al sufrimiento ajeno. Lo mismo sucede con las injusticias que observamos o somos testigo de ellas, muchas personas han perdido su capacidad para indignarse ante la injusticia ajena, ante la impunidad que afecta derechos de terceros, ante esa falta de justicia que sigue acumulando años de de ausencia sin lograr justicia ante verdaderas tragedias. El sentido común de muchas personas se guía por pensamientos como "Las tragedias de otras personas no nos interesan o son algo que no nos pasará a nosotros, yo tengo derecho a seguir con mi vida", "lo que les pasó algo a otros fue por algo que hicieron", "a las personas buenas no nos pasan cosas malas",  etc.

Hace algunos años una persona cercana me dijo que mi perfil en facebook era un “open book”, un libro abierto, porque cualquiera de quienes tengo registrados como amigos virtuales podía ver quien soy, quien es mi esposa, quienes son mis hijos, donde trabajo, qué hago, que lugares visito, etc. Me di cuenta de que tenía razón, estaba compartiendo demasiada información personal y desde entonces decidí limitar la información que comparto en mi muro para recuperar algo de la privacidad perdida.

Volviendo al tema de las imágenes y las historias que se encuentran detrás de ellas, creo que deberíamos usar también una mirada crítica para observar la realidad social que rodea nuestras vidas cotidianas y es entonces cuando me pregunto ¿Qué historias encontraremos si no vemos las imágenes que nos presenta la realidad social con ojos críticos? Si vamos más allá de nuestra esfera individual y si utilizamos esa misma mirada con ojos críticos para ver las múltiples imágenes que conforman nuestra realidad que nos rodea, sin duda alguna estaríamos en mejores condiciones para ver aquello que ha estado por muchos años frente a nuestros ojos, que se ha mantenido invisibilizada y oculta a nuestra mirada porque teníamos una venda que cubría nuestros ojos, pero que hoy en día es algo inocultable e imposible de no mirar sobre todo después de la pandemia del covid-19.

Me refiero a la existencia de una desigualdad social creciente que afecta a una inmensa mayoría de la población y beneficia a unos cuantos. Esta desigualdad social la podemos ver desde que nos levantamos y nos miramos al espejo ya que podemos observar la ausencia o presencia de productos de arreglo personal, la calidad y cantidad de nuestras vestimentas, la calidad y cantidad de ropa y calzado en nuestro closet, las comodidades o ausencia de ellas en nuestros hogares. La desigualdad social también es geográfica, se revela al ver las condiciones de nuestro vecindario, en el tipo materiales con las que fue construida la casa-habitación en la que vivimos, la cantidad de metros cuadrados de construcción, los aparatos que tenemos al interior de nuestras casas (refrigeradores, minisplits, muebles de sala, camas, en la presencia o ausencia del tipo de servicios que disfrutamos (televisión por cable, internet, telefonía, etc.), el estado de las calles, el grado de seguridad o inseguridad pública de la colonia que habitamos, etc. No es lo mismo conducir un automóvil ilegal, en malas condiciones mecánicas que conducir un automóvil del 2,021 equipado con la más moderna tecnología.

Si salimos de nuestras casas, encontraríamos que en muchos aspectos somos privilegiados porque una inmensa mayoría de personas no tienen aquello sin lo cual otras personas “no podrían vivir”: internet, teléfonos celulares, servicio de wifi, conexión a redes sociales, servicio de energía eléctrica, aparatos de aire acondicionado, comida asegurada todos los días, etc. Cualquier persona puede observar que una característica sobresaliente de la sociedad en la que estamos viviendo en la tercera década del tercer milenio es la existencia de una enorme desigualdad social que afecta a una inmensa mayoría de habitantes del planeta, al estar viviendo en condiciones de precariedad, pobreza y miseria, mientras menos del 1% de la población mundial vive disfrutando una vida de abundancia y despilfarro de recursos, porque la riqueza social es distribuida cada vez más en forma desigual. 

    En nuestras vidas cotidianas existen niveles, no existe igualdad social y podríamos decir sin temor a equivocarnos que gran parte de los problemas sociales que enfrentamos surgen por la existencia de una desigualdad social que está creciendo a nivel mundial, afectando a millones de personas en el mundo entero ya que son obligadas a vivir en condiciones de precariedad, pobreza, miseria y marginación. A fines de los noventas se mencionaba la concentración de la riqueza mundial por parte de un 3% de la población, ese porcentaje se redujo en el 2,010 al 1% y hoy en el 2,021, se afirma que sólo un 0.33% de la población es quien concentra la mayor cantidad de riqueza a nivel mundial. Aumentan los millones de personas que viven en condiciones de pobreza y disminuye el número de personas que viven en condiciones de riqueza y abundancia, pero son inmensamente mucho más ricos. Una mirada con ojos críticos de las imágenes de la realidad social que nos rodea no dice que no existe la igualdad social en la vida real, que algunos tenemos privilegios que otros no tienen. La pandemia demostró claramente que el quedarse en casa sin salir durante semanas o meses enteros, fue un privilegio que no todos pudieron tener.

Por otro lado, en nuestros días es muy común que aquellos que tenemos la fortuna de contar con servicio de televisión por cable o estar suscritos a Netflix u otra empresa dedicada a este ramo, disfrutemos el ver maratones de series de televisión que han sido filmadas en países diferentes al nuestro. Esto nos da la oportunidad de observar otros paisajes, escenarios naturales o urbanos, escuchar diferentes tipos de idiomas y en las imágenes de nuestros televisores podemos admirar impresionantes edificios hechos con la tecnología más avanzada, metrópolis que cuentan con anchas avenidas, espectaculares distribuidores viales y puentes que se entrecruzan y dejan fluir el tráfico de varios automóviles de lujo equipados con la tecnología más moderna. En algunos momentos esas imágenes dan la impresión de que son ciudades del futuro porque vemos “casas inteligentes” y automóviles que se conducen por sí mismos, cuyo funcionamiento responde a comandos de voz, pero al verlos funcionar y darnos cuenta de que en realidad ya existe esa infraestructura y desarrollo tecnológico en algunas ciudades, es cuando nos damos cuenta de que el futuro ya llegó, pero está distribuido en forma desigual.

Porque detrás de esos modernos edificios, casas y automóviles de lujo hechos con la tecnología más moderna se encuentran los barrios marginados, las colonias pobres, los cinturones de miseria que rodean a las grandes metrópolis, que lo mismo se pueden encontrar en Sao Paulo (Brasil, Buenos Aires (Argentina), Seúl (Corea), Detroit (Estados Unidos) o la Ciudad de México, donde habitan aquellos Miserables que describió Víctor Hugo, Los de abajo de Mariano Azuela, Los condenados de la tierra de Franz Fannon, es decir, los pobres, los oprimidos, los excluidos socialmente, los “consumidores defectuosos” que menciona Zygmunt Bauman.

Los guionistas de esas series que tienen gran audiencia gracias al desarrollo tecnológico que permite que millones de personas las vean simultáneamente en distintos países, intentan inútilmente maquillar una realidad desigual. Presentan el sufrimiento colectivo que viven millones de personas en el marco del sistema capitalista neoliberal como “algo natural”, en diversas series de televisión se observa la existencia de una masa de individuos que viven en condiciones de explotación laboral, con salarios bajos, extenuantes jornadas diarias de trabajo y se presentan los problemas como la prostitución, el narcotráfico, la drogadicción, la violencia citadina, la explotación laboral, la pobreza y la marginación social como parte de la vida cotidiana en la sociedad moderna.

Con la misma intención, algunos guionistas intentan presentar en sus series televisivas o películas como “algo natural” el ver a hombres y mujeres vestidos con ropa de marcas exclusivas, viviendo en lujosas residencias, conduciendo automóviles último modelo, mientras exhiben la presencia de mujeres en las esquinas de algunas calles marginadas esperando clientes para vender sus favores sexuales, o el que los hombres acudan a lugares donde toman bebidas observando a mujeres desnudarse mientras bailan en forma sensual para el público masculino. De igual forma presentan como algo “socialmente aceptable” las imágenes de personas en condición de calle o llamados “sin hogar” (homeless), empujando carritos de supermercado y hurgando entre botes de basura.

Lo lamentable de esta situación es que cualquiera puede verificar esta información acerca de las condiciones de existencia de una desigualdad social en el mundo entero utilizando buscadores de internet planteando preguntas precisas al respecto, pero el principal problema que enfrentamos es que gran parte de la población padece de la adioforización descrita por Zygmunt Bauman que consiste en ver los problemas sociales en forma neutral, con una mirada donde la ética está completamente ausente y por ello no se discierne entre lo que es bueno y lo que es malo, de tal forma que gran parte de la población en nuestra sociedad llega al extremo de aceptar como “algo natural” las condiciones de desigualdad social en su vida cotidiana, o como algo parte de “su destino” el vivir en condiciones de precariedad.

Décadas de la falsa democracia que ostenta el nombre de democracia representativa y de avance del capitalismo neoliberal en tiempos de globalización, han generado individuos encerrados en su esfera de confort, alejados de lo público y se han convertido en lo que el filósofo griego denominó “individuos privatizados” que viven en total incertidumbre viendo pasivamente como se desmantelan los derechos sociales conquistados por movimientos colectivos del pasado reciente, observando con indiferencia cómo se destruyen los lazos comunitarios en la medida que avanza la privatización de servicios públicos y la eliminación de los espacios públicos. El individuo contemporáneo, obsesionado por el consumo y las apariencias, que presenta una gran insensibilidad a los problemas sociales y muestra una incapacidad de experimentar empatía hacia el sufrimiento ajeno, no le afecta el sufrimiento de los pobres, de los marginados, de la inmensa cantidad de gente que vive en condiciones de precariedad, solo le interesa lo que está relacionados con sus intereses. Las víctimas de injusticias o tragedias las ve como algo ajeno a sí mismo, esas víctimas representan “los otros”, alguien con quien no mantiene vínculo y está alejado de su zona de confort. Sólo reacciona cuando la tragedia o la injusticia lo golpea directamente y es entonces cuando levanta la voz, preguntando ¿por qué le pasan esas cosas a él? El capitalismo neoliberal busca separar completamente el espacio público de lo privado, eliminando los espacios públicos y privatizándolos, haciendo crecer la brecha que separa a los ricos de los pobres.

Esta desigualdad social que provoca un sufrimiento colectivo expresado en miles de imágenes que se presentan en nuestra vida cotidiana (imágenes que no vemos porque no usamos una mirada crítica al mirar lo que tenemos enfrente), surge por un problema estructural que forma parte de los cimientos del sistema en que vivimos: la corrupción de quienes nos gobiernan, promovida desde el poder corporativo que intenta mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo de diversos productos en nuestra sociedad para seguir con la maximización de su beneficio económico aún cuando ésta implica la explotación humana y la destrucción de nuestra naturaleza. Este equilibrio intentan lograrlo a través de la imposición del poder económico sobre el poder político, corrompiendo mediante grandes sobornos a gobernantes y políticos de los diferentes partidos que gobiernan varios países para impulsar una serie de reformas a las Constituciones de cada nación, de tal forma que el poder corporativo representa una ofensiva organizada contra la clase trabajadora y población en general, una ofensiva que no reconoce fronteras y que intenta que en cada país se implemente un proceso de privatización de los servicios públicos que antes se otorgaba en forma gratuita por el Estado como parte de su función de guardián del bienestar social de nuestras comunidades y que las reformas constitucionales permitan la explotación laboral de los trabajadores, la exención del pago de impuestos a las grandes corporaciones y una explotación irracional de los recursos recursos naturales en cada país.

A través de las reformas que las grandes corporaciones impulsan a nivel mundial eliminan derechos laborales y prestaciones sociales de los trabajadores, dejando desprotegidos a los trabajadores que pierden la estabilidad laboral, son condenados a trabajar largas jornadas de trabajo y están percibiendo salarios de miseria, por lo que sus condiciones de vida van por un camino que sólo los conduce a la pobreza y a la precariedad en sus condiciones de existencia.

Por eso necesitamos desarrollar un pensamiento y una mirada crítica al ver las imágenes de la realidad que nos circunda y tratar de encontrar la historia detrás de esas imágenes. Cada imagen cuenta una historia y en nuestra sociedad abundan las historias que reflejan un sufrimiento colectivo por la enorme desigualdad social que estamos padeciendo. El primer paso que debemos dar es romper con la idea de que “es normal lo que sucede a nuestro alrededor”, si existe insatisfacción social con las vidas que tenemos, poseemos historicidad, es decir, capacidad para cambiar la realidad de nuestras vidas y darle un rumbo diferente a nuestras historias, las imágenes cuentan historias, pero la historia la construimos los seres humanos y podemos cambiar la historia si actuamos en forma organizada, unida y colectivamente.

Debemos desarrollar una sensibilidad social que nos permita experimentar empatía con quienes son víctimas de alguna injusticia o sufren viviendo en condiciones de pobreza, marginación y exclusión social, porque como la desigualdad social sigue en aumento en sociedades donde impera la corrupción e impunidad, el día de mañana estaremos en las mismas condiciones si no cambiamos este sistema social. Evitemos criminalizar las protestas sociales y condenar a quienes están luchando en defensa de sus derechos que están siendo violados. Actualmente hay varios movimientos colectivos que salen a las calles a protestar por la violación de sus derechos mientras miles de gentes permanecen muy tranquilas en sus casas. Debemos eliminar la acriticidad con que vivimos nuestras vidas cotidianas, mirar con ojos críticos la realidad que nos rodea y tomar consciencia de la necesidad de impulsar cambios en nuestra sociedad, para no estar condenados a aprender por la experiencia personal y exigir justicia sólo cuando seamos víctima de alguna tragedia. Desarrollemos nuestra sensibilidad social para comprender los efectos negativos que la desigualdad social provoca en nuestra comunidad y comprender la necesidad de fortalecer los espacios públicos para participar en la discusión de asuntos colectivos y no tener la necesidad de “caminar una milla en los zapatos de los otros”, como dice la canción del cantante de blues Big Daddy Wilson: “no necesito mucho en esta vida, trato de vivir una vida correcta no creas que hay mucha diferencia entre nosotros, si realmente quieres ayudarme, camina una milla en mis zapatos para que sientas el dolor que siento”.



Big Daddy Wilson - Walk A Mile In My Shoes

https://www.youtube.com/watch?v=gUm_VC3vBt4&ab_channel=Don%27sTunes

jueves, 10 de junio de 2021

                         Pensamientos sobre política postelectoral

Oscar Yescas Domínguez

10 de junio de 2,021

Pensamientos sobre política postelectoral

En Sonora estaban las condiciones aseguradas para que Morena tuviera un arrollador triunfo en las elecciones del 6 de junio que acaban de pasar, porque después de varias décadas de corrupción del Prian se percibía en el Estado un ambiente social de gran descontento popular, de insatisfacción social que generó un sentimiento antiprianista generalizado que se podía palpar haciendo una atenta lectura política de los acontecimientos que se presentaban en nuestra entidad. Varios escándalos de corrupción e injusticia se mantuvieron sin resolver durante este sexenio encabezado por Claudia Pavlovich, continuó la impunidad en los casos de la Guardería Abc, aumentó el desfalco financiero del ISSSTESON agravando el problema del abasto de medicamentos y no olvidemos que la “Gobernadora represora” contribuyó a proteger a los dueños de la Guardería ABC y apoyó las reformas estructurales de Peña Nieto. Por estas y otras razones el gobierno de Pavlovich era considerado como el último de los gobiernos priístas en Sonora, por lo que con esas condiciones los comicios del 6 de junio representaban la oportunidad de de terminar con un gobierno caracterizado por escándalos de corrupción, impunidad, autoritarismo y sólo faltaba darles la estocada final para hacerlos desaparecer como partidos políticos a la alianza Prianrd.

Por si fuera poco el desgaste político de la marca del Prian, junto a estas condiciones se encontraba el hecho de que la alianza Prianrd lanzó como candidato a la gubernatura de Sonora a Ernesto Gándara alias el “Borrrego”, un personaje bastante conocido por la ciudadanía sonorense por pertenecer a una de las familias sonorenses que han disfrutado del poder económico y político en Sonora, así como por su participación en la creación de un manto de impunidad para los dueños y responsables en el incendio de la Guardería ABC, ya que en aquel entonces fungía como Presidente municipal de la capital del Estado y como un dato adicional era por todos sabido que participó con su voto cuando fue Senador en la aprobación de las reformas estructurales que impulsó Peña Nieto y que han provocado un aumento considerable de la pobreza en nuestro país.

Con este perfil Ernesto Gándara no era precisamente un candidato fuerte con arraigo popular sino todo lo contrario, tal y como acertadamente lo manifestaron los integrantes del movimiento 5 de junio al declarar días antes de las elecciones que “Es un insulto que Ernesto Gándara pretenda gobernar Sonora”. Si le sumamos el hecho de que las elecciones fueron programadas para realizarse un día después del doceavo aniversario de la tragedia de la Guardería ABC, que todavía representa una herida abierta para el pueblo sonorense y mexicano, era lógico suponer que Ernesto Gándara llevaba todas las de perder.

En este contexto electoral no es aventurado afirmar que cualquier candidato que Morena hubiera impulsado llevaría las de ganar porque la población sonorense experimentaba un hartazgo de los gobiernos del Prian, y tres años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador marcaron una gran diferencia entre los estilos de gobierno del prianismo y un gobierno de Morena como el que representa AMLO. Sin embargo, una vez pasadas las elecciones y viendo los resultados obtenidos por Morena en Sonora, podemos decir que el saldo de las mismas deja un sabor agridulce porque si bien Morena triunfó en las elecciones para la gubernatura y por fin el Prianrd queda fuera del Gobierno del Estado, este triunfo se opaca porque Morena perdió tres diputaciones locales (Armando Moreno Soto, Bernardeth Ruiz y Alma limón) además de perder un bastión importante como lo es la Presidencia municipal de la capital del Estado, o sea Hermosillo, Sonora.

No solamente es el hecho de que Morena y sus aliados perdieran en la capital sonorense, el problema es que quien ganó la Presidencia municipal en Hermosillo fue el candidato de la alianza del Prianrd, con lo cual el objetivo de darle una estocada de muerte a estos partidos no se logró, sino que obtienen un triunfo que les garantiza una bocanada de oxígeno para revitalizarse con recursos públicos y prepararse para seguir en la pelea en las elecciones presidenciales del 2,024.

Por estos resultados las elecciones dejan un sentimiento de emociones encontradas porque por un lado los electores sonorenses dijeron “Ya no más” al Prianrd en el Gobierno Estatal, por otro lado, el mismo mensaje recibió Morena en el Gobierno municipal y en tres diputaciones locales, además de que fue evidente de que el porcentaje de abstencionismo aumentó en estas elecciones. ¿Qué fue lo que pasó? El triunfo obtenido por Alfonso Durazo candidato de Morena no fue tan arrollador y contundente como debería haber sido (sólo el 51.5% de la votación general) y no lo fue porque su actuación al haber avalado el fraude disfrazado de encuesta que realizó la dirigencia nacional y estatal de Morena para elegir a los candidatos a los diferentes puestos de elección popular, le restó autoridad moral y apoyo popular al contribuir a la violación de los derechos políticos de los militantes de Morena de votar y ser votados.

Podría decirse que Alfonso Durazo llegó con el pie izquierdo a Sonora, es decir, tuvo un mal inicio porque de acuerdo al discurso de la cuarta transformación, se debería haber ejercido la democracia participativa en la elección de candidato de Morena a Gobernador del Estado, es decir, debieron haberse realizado elecciones internas para elegir el candidato a la gubernatura que representaría a Morena. Pero esto no sucedó porque Durazo llegó y simplemente se presentó como “El candidato” de Morena a la gubernatura de Sonora, extrañamente nadie lo objetó y el autodedazo funcionó.

Por otro lado, semanas antes del inicio de la campaña electoral se observaba en redes sociales que las preferencias de la ciudadanía hermosillense para elegir candidata de Morena a la Presidencia municipal de Hermosillo, Sonora se centraban fundamentalmente en dos personas: Wendy Briseño Zuloaga y Reina Castro Longoria. Durante algunas semanas circuló en internet la consigna “Yo con Wendy” y por otro lado se observaban diversas manifestaciones de apoyo a Reina Castro en las que la proponían para ocupar la candidatura a la Presidenta de la capital sonorense. En contra de las expectativas de los ciudadanos hermosillenses, Célida López anunció sus intenciones de reelegirse y muchos tomaron a broma esta autopostulación considerándola como una extravagancia más de este personaje, pero las muestras de animadversión popular hacia ella eran más que evidentes y cualquiera con tres dedos de frente podía decir que era una aventura destinada a la derrota en caso de que se presentara a la reelección, considerando que de una manera indebida obtuvo la oportunidad de gobernar y no supo hacerlo. En política no hay “segundas oportunidades” para quien gobierna mal y en contra de los intereses de quienes gobierna.

Pero la extravagante idea de la reelección de Célida lópez tomó seriedad cuando Alfonso Durazo anunció en una de sus intervenciones que “gobernaría con su queridísima amiga Célida López” en momentos en los que esta última todavía fungía como Presidenta Municipal de Hermosillo y mucho antes de que se “realizara la encuesta” de elección de candidatos, por lo que con esta declaración el candidato a la gubernatura de Morena reveló no sólo su preferencia personal hacia Célida López, sino también evidenció que los dados estaban cargados a favor de la reelección con encuesta o sin encuesta, es decir, Célida López sería postulada nuevamente por Morena en un franco ejercicio de antidemocracia y en contra de las expectativas de la ciudadanía hermosillense y en franca violación de los derechos políticos de las aspirantes a ese cargo.

La simulación de la encuesta en la que aparecieron nombres de forma inesperada como el nombre de Célida López y Celeste Taddei (hija del Delegado del Gobierno Federal en Sonora) mas la declaración de Alfonso Durazo, provocaron un cisma al interior de Morena ya que una fracción de militantes de ese partido se rebelaron, tomaron las oficinas de Morena Sonora en Hermosillo, realizaron asambleas populares, eligieron a sus propios candidatos y a pesar de no estar registrados realizaron campaña de proselitismo político, pero en un acto compartido de autoritarismo, fueron ignorados por la dirigencia de su propio partido, por quienes salieron favorecidos en las encuestas, por el propio Alfonso Durazo y otros militantes que guardaron silencio ante el fraude disfrazado de encuesta y no escucharon los reclamos de quienes se inconformaron. Algunos miembros de Morena llegaron al extremo de llamar “traidores” a quienes tenían tomado el edificio de Morena y una buena parte de la militancia de Morena aceptaron participar en el juego de la simulación de la encuesta, tomando partido por aquellos que salieron beneficiados en la lista de candidatos y colaboraron activamente promoviendo la campaña de votar “Cuatro de cuatro” por Morena, aceptaron que Célida López estuviera incluida en la boleta electoral y con ello asumieron la responsabilidad de los resultados de las elecciones que de manera ingenua esperaban que el “efecto AMLO” les beneficiara y funcionara la consigna “cuatro de cuatro”.

Pero el electorado fue sensible al distanciamiento que las dirigencias de Morena Hermosillo y Morena Sonora mantuvieron con la ciudadanía y con los movimientos colectivos durante los últimos tres años, así como también tomó nota del silencio que mantuvieron ante el reclamo popular que evitó la venta del predio El Cárcamo por parte de Célida López y también fue testigo de la división de Morena en Sonora, el autoritarismo de los dirigentes y del propio candidato al imponer una lista de candidatos bajo el disfraz de una encuesta, por lo que en días previos a las elecciones se percibía un ambiente de decepción ciudadana hacia Morena. No era el mismo ambiente que se percibía un día antes de las elecciones en el 2,018 cuando se anticipaba un triunfo inminente. En este 2,021, se percibía una incertidumbre porque buena parte de la población sentía la necesidad de votar para que el Prianrd recibiera la estocada final, pero al mismo tiempo, debido a la imposición de candidatos en Morena por parte de sus dirigentes, la ciudadanía no se sentía representada por quienes aparecían en la boleta electoral.

Ante los ojos del pueblo sonorense la división de Morena en Sonora no pudo ser más evidente, el ejercicio de autoritarismo implementado por los dirigentes en nuestra capital al ignorar a quienes tenían tomado el edificio de Morena Sonora durante más de 50 días, fue noticia de primera plana en semanas previas al día de las elecciones.

El asunto es que desde un principio Célida López con su mal gobierno y su distanciamiento provocó gran decepción entre los propios militantes y sobre todo en buena parte de la ciudadanía que observó con claridad el oportunismo político de personajes enquistados en Morena Sonora y el alejamiento de la dirigencia de este partido, no sólo de los movimientos colectivos y de la propia ciudadanía sonorense, sino también de su propia militancia. El día de hoy vemos que se hizo realidad la profecía de que Célida López se convertiría en “El caballo de Troya” dentro de Morena (¿o quizá lo correcto sería decir la Mula de Troya?), porque su nombre en la boleta electoral provocó un rechazo de la ciudadanía que generó actos de abstencionismo, votos que fueron anulados y votos que se canalizaron hacia candidatos de otros partidos y de todos es conocida la premisa de que a “río revuelto, ganancia de pescadores”, porque la división de Morena fue aprovechada por el candidato Antonio Astiazarán de la alianza Va por Sonora del Prianrd quien ganó la Presidencia municipal de Hermosillo.

En términos generales con estos resultados electorales, los sonorenses ganamos al sacar al Prianrd de la gubernatura del Estado, pero en asuntos particulares los ciudadanos de Hermosillo salimos perdiendo al ver que el dinosaurio del Prianrd toma el poder nada menos que en el Ayuntamiento de nuestra capital representado por Antonio Astiazarán, un miembro del Pan que estuvo como Presidente municipal de Guaymas, Sonora, donde aumentó la deuda del municipio con más 250 millones, procedió a privatizar el servicio de limpia pública por lo cual el municipio paga más de tres millones de pesos mensuales y no es descabellado pensar que algo parecido intentará hacer en el Ayuntamiento de Hermosillo.

Aquellos maestros universitarios que acompañaron a Célida López en su loca aventura perdieron su prestigio, capital político y sus empleos dentro del Ayuntamiento, pero quien a la larga saldrá con mayores pérdidas será la población que habita en la capital sonorense, sobre todo los sectores que viven en zonas marginadas, ya que Hermosillo es una ciudad que presenta grandes rezagos en servicios públicos (seguridad pública, seguridad vial, limpia pública, mantenimiento a parques y jardines, pavimentación de calles, alumbrado público, etc.), que resiente un crecimiento descontrolado y donde se requiere una gran inversión para resolver estos problemas.

En los próximos tres años presidirá el ayuntamiento una persona que deja mucho que desear en su actuación como Presidente municipal de Guaymas, Sonora y que representa a partidos que se caracterizan por la desviación del presupuesto público para beneficiar intereses particulares, por lo que el horizonte que se observa no es muy halagador ni tranquilizante.

¿Cómo podríamos estar felices con estos resultados?, ¿de quien es la responsabilidad de que los ciudadanos hermosillenses paguemos los platos rotos que dejará el Prianrd en los próximos tres años en la capital del Estado? Creo que existe una corresponsabilidad en estos resultados y debe decirse con toda claridad, por un lado, es responsabilidad de quienes emitieron sus votos a favor del Prianrd en nuestra capital eso es verdad se aplica la máxima de “el pueblo tiene el gobierno que merece”, pero también son responsables todos aquellos que impusieron la candidatura de Célida López a la Presidencia de Hermosillo, aún a sabiendas de que su figura provocaba un rechazo en la ciudadanía por lo que la derrota era un escenario previsible, pero la soberbia y el autoritarismo les impidió escuchar el reclamo de la ciudadanía. También deben asumir su cuota de responsabilidad todos aquellos que participaron en el fraude simulado de encuesta, que de manera consciente participaron en la “loca aventura de la Célida” y que contribuyeron a decepcionar a los ciudadanos al llamar a votar con la consigna “cuatro de cuatro”.

Morena ganó las elecciones en varios cargos en disputa electoral, pero perdió ante la ciudadanía hermosillense porque Morena dejó de ser el partido de la esperanza desde semanas antes del día de las elecciones y se transformó en el partido de la decepción invadido por elementos oportunistas, no hubo efecto AMLO y sí hubo corrupción en el comportamiento de los dirigentes de Morena, una situación muy lamentable porque los ciudadanos hermosillenses nos hemos visto marginados del discurso de la Cuarta transformación y en los próximos tres años esta marginación aumentará mucho más.

Nuevamente nos encontramos en un escenario en el que la Presidencia municipal de la capital sonorense está bajo la responsabilidad de un partido político diferente al que colocó a la persona que gobierna el Estado. Las experiencias que hemos tenido en años anteriores cuando no había matrimonio entre el Pri y el Pan, es que la falta de colaboración entre los políticos de diferentes partidos sólo contribuye a perjudicar a la población que dicen servir, en este caso, los afectados seremos los hermosillenses que seguiremos viviendo en el rezago en inversión pública para obras sociales, porque es de esperar que las finanzas municipales se inviertan en el pago de nómina de personal de confianza y el presupuesto para obras públicas se reduzca considerablemente.

Los resultados de estas elecciones nos muestran no sólo un partido en crisis, sino mas bien una crisis de la política en el sentido de que la concepción de la política que tenemos debe ser cambiada. Predomina todavía la idea de la democracia representativa, aquella idea de que la democracia se limita al acto de votar el día de las elecciones, elegir un candidato y una vez cumplida nuestra responsabilidad ciudadana de votar, retornar a nuestra esfera de confort en el ámbito de lo privado, dejando que quienes fueron electos hagan “el trabajo político”, tomando decisiones en nombre de nosotros y aplicando políticas públicas aprobadas sin nuestro conocimiento. Esta es la democracia representativa que permitió que durase tantos años la dictadura del Prian, una percepción de la política que engloba un conformismo, una indiferencia social, un individualismo y una ausencia de crítica social.

Debemos tener presente que la sociedad en la que vivimos está inmersa en una grave crisis social que se manifiesta en cuatro dimensiones: una crisis económica, una crisis política, una crisis ecológica y una crisis sanitaria. Esta crisis afecta a las instituciones que forman parte de nuestro sistema social y los partidos políticos no son la excepción, también están atravesando una seria crisis de credibilidad y de existencia. La pandemia del covid nos demostró que vivimos en una sociedad en la que existe una enorme desigualdad social que ya no podemos seguir ignorando por más tiempo porque la crisis económica se sigue agudizando afectando nuestra capacidad adquisitiva y esto lo podemos comprobar al ver los aumentos de precios cuando compramos despensa. Junto a ello, debemos aprender de esta pandemia que somos seres sociales que estamos conectados unos a otros, que tenemos una interinfluencia y que somos individuos que vivimos en una comunidad que enfrenta problemas sociales que nos afectan en nuestras vidas individuales. La toma de consciencia de que nuestros problemas individuales tienen un origen social o global, debe motivarnos a reconstruir un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades para encontrar juntos soluciones colectivas a problemas que afectan a la colectividad.

Debemos identificar el vínculo que existe entre nuestros problemas individuales y las políticas gubernamentales o la ausencia de las mismas, es decir, reconocer que lo personal es político. Esto implica cambiar nuestra percepción de la política e identificar que el salario que percibimos es debido a la implementación de una política salarial decidida por los políticos, el pago de nuestra casa, vehículos y alimentos que consumimos están determinados por políticas financieras. Los servicios de electricidad, consumo de agua, transporte público, limpia pública, educación, las opciones de entretenimiento o distracción, inclusive la existencia de espacios públicos para esparcimiento familiar, están determinados por la implementación de políticas de parte de quienes nos gobiernan.

En consecuencia debemos aceptar que somos “animales políticos” y reconocer la necesidad de aumentar nuestra participación social en asuntos públicos, es decir, en asuntos políticos. Debemos colaborar en un proceso de transformación social empezando por cambiar nuestra autoimagen y percibirnos como ciudadanos que tenemos derechos humanos, laborales, sexuales y políticos que en el marco del neoliberalismo están siendo violentados al impulsar políticas de privatización de servicios públicos, por lo cual debemos proceder a organizarnos para defender nuestros derechos en forma colectiva, organizada y unida con los integrantes de nuestra comunidad.

En esta nueva imagen de nosotros mismos debemos vernos como personas que tenemos el poder para cambiar la realidad social, no solamente en el día de elecciones, sino todos los días. Recordemos que la Historia de la humanidad ha tenido grandes cambios sociales y estos cambios se debieron al surgimiento de grandes movimientos colectivos en los que hombres y mujeres lucharon juntos en la conquista o defensa de sus derechos. La Historia no se limita a hechos del pasado, también incluye la historia presente, si nos percibimos a nosotros mismos como sujetos históricos, personas con historicidad, es decir, con capacidad para cambiar la historia, podemos romper la dependencia que tengamos hacia algún partido político, hacia alguna persona y crear nuevas organizaciones de ciudadanos que realmente representen nuestros derechos.

Lo que pase en los próximos tres años no dependerá de lo que haga Alfonso Durazo, Morena, el Prianrd, o Antonio Astiazarán, en realidad dependerá de lo que hagamos nosotros. No debemos seguir esperando que el cambio venga desde arriba o desde afuera de nosotros, debemos iniciar un proceso de empoderamiento individual y colectivo que nos permita crear un poder comunitario, popular en el que participemos todos los integrantes de nuestras comunidades en las decisiones que contribuyan a solucionar los grandes problemas sociales que nos están afectando.

Para lograr una verdadera transformación social existe una condición necesaria que consiste en realizar una reconceptualización de nosotros mismos, necesitamos cambiar la percepción que tenemos de nosotros y de los demás, de nuestra actuación como individuos dentro de una sociedad organizada, ubicándonos como personas que formamos parte de una comunidad o sociedad y que al transformar esa comunidad o sociedad nos estamos transformando a nosotros mismos.

El empoderamiento es un cambio de actitud que lleva a las personas a percibirse a sí mismas como personas con capacidad para ejercer un control de sus vidas y se utiliza en psicoterapia y en tratamiento de adicciones de todo tipo. De este cambio proviene la famosa expresión “Sí se puedeque ha impulsado movimientos colectivos que descubren el fortalecimiento comunitario y han logrado grandes cambios sociales. En el caso del fortalecimiento comunitario, el empoderamiento se basa en reconocer dónde lo personal es político”.

El desarrollo de una consciencia individual como sujeto político y una mirada crítica hacia las condiciones que prevalecen en nuestras vidas cotidianas nos permite romper con la percepción de que “es normal” que los políticos roben, que haya pobres y ricos, que exista desigualdad social en un país donde tenemos abundancia de recursos naturales. Una vez que percibimos que los aspectos negativos que existen en nuestras vidas sociales pueden ser cambiados, suele surgir una motivación para cambiar esa realidad social desigual y surge la motivación para participar en actividades públicas, lo cual nos convierte en actores políticos, en agentes de cambio social que participamos en la toma de decisiones colectivas que contribuirán a realizar una verdadera transformación social.

La transformación social no es un discurso, ni es algo que caracterice a un partido o agrupamiento, es en realidad un proceso que debe contar con la participación y compromiso de los ciudadanos que integran nuestras comunidades, a través de la organización en grupos en los cuales se analicen y discutan las necesidades colectivas y se identifiquen por consenso las formas más viables de satisfacerlas, de tal forma que se generen acciones colectivas que contengan programas de acción diseñados para satisfacer esas necesidades o resolver esos problemas sociales transformando la realidad social que los rodea. La política es el camino para solucionar los problemas y la manera de solucionarlos es construyendo una democracia participativa en la que todos los ciudadanos participemos en la discusión y análisis de asuntos de interés colectivo, sólo de esta forma podremos evitar regresar a tiempos de corrupción, injusticias e impunidad. Es el momento de realizar reuniones vecinales en cada colonia para analizar, discutir e identificar los problemas que nos afectan como colectividad para construir organizaciones ciudadanas que construir un frente de unidad de todos los movimientos colectivos que se encuentran luchando en estos momentos.

Hoy es más necesario que nunca plantearnos la necesidad de cambiar nuestra realidad social participando en un proceso de concientización de las personas que integran los grupos sociales a los cuales pertenecemos, de los individuos que pertenecen a las organizaciones que nos rodean y de todas las personas que forman de nuestras comunidades. Este proceso de discusión y concientización permitirá construir una política que sea concebida como un proceso de liberación social y no una forma de enriquecimiento rápido e ilícito.

La política crea hombres libres con pensamiento autónomo, combate el autoritarismo que busca imponer un pensamiento único desarrollando las capacidades para que los individuos puedan creer en sí mismos, que se vean a sí mismos como sujetos históricos que reconocen su historicidad, su potencial para implementar cambios sociales. La política busca crear las condiciones para lograr un empoderamiento colectivo, una toma de consciencia de que actuando en forma unida, colectiva y organizada, se pueden lograr cambios sociales relevantes.

La política nos enseña cómo realizar una anatomía de la sociedad humana y nos coloca en condiciones para construir una sociedad autónoma integrada por individuos autónomos, de libre pensamiento, con capacidad crítica, que sean capaces de gobernar y ser gobernados. La política busca estimular la participación social de los integrantes de la sociedad en el análisis de los problemas sociales que afectan a nuestras comunidades y encontrar la solución a los mismos a través de decisiones colectivas.

La política parte de la premisa de que todo mundo es capaz de gobernar, la política no es un asunto de especialistas, no hay una ciencia de la política y la sola idea de pensar que no hay especialistas de la política, sino de que todos podemos participar en política nos brinda una justificación para luchar por una democracia educando a la población en política, a través de la participación activa para lograr la transformación de las instituciones.

No se puede construir una sociedad democrática sin individuos libres y democráticos que participen en tomar decisiones de gran relevancia. El cambio social por la construcción de una sociedad mejor en la que exista realmente democracia, justicia e igualdad no se limita al uso de la vía electoral, continuará la lucha después de las elecciones, porque independientemente del gobierno que quede, las necesidades sociales seguirán existiendo y por lo mismo es tiempo que la ciudadanía voltee su mirada a sí misma y tome conciencia del poder comunitario que puede crear si se organiza, actúa en forma unida y masivamente para lograr transparencia en el manejo del presupuesto público de parte de quienes encabecen el próximo gobierno. La lucha no termina con las elecciones porque la lucha por la transformación social es una lucha continua.


¿La política en la crisis o la crisis en la política?

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/05/lapolitica-en-la-crisis-o-la-crisis-en.html

Yescas, Oscar: Psicoterapia y política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/04/psicoterapiay-politica-oscaryescas.html

Yescas, Oscar; Cuando la ambición en política toma forma de locura

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/01/cuandola-ambicion-en-politica-toma.html

Yescas, Oscar: La democracia y los partidos políticos

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Yescas, Oscar: La evanescencia de la política en nuestros días

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Yescas, Oscar: Célida López: El caballo de Troya en Morena Hermosillo

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jueves, 3 de junio de 2021

Entrevista que realizó el Director de Canal 2 de Cali, Colombia, José Tejada a Alonso Guachetal, integrante de Guardia Indígena Cauca

 Me permití hacer la transcripción de esta interesante entrevista!

Entrevista que realizó el Director de Canal 2 de Cali, Colombia, José Tejada a Alonso Guachetal, integrante de Guardia Indígena Cauca, perteneciente al municipio de Jamundí en Colombia que asiste como Delegado en representación de la Minga indígena apoyando a los muchachos de primera línea del Paro Nacional en Jamundí. 24 de mayo de 2,021.
José Tejada: ¿Ustedes han estado durante estos 27 días apoyando desde un principio a los muchachos en el paro nacional?
Antonio Guachetal: Sí, nosotros desde el día 28 que arrancó el paro, hemos venido haciendo el acompañamiento en dos puntos principalmente. Nosotros hemos estado apoyando al paro nacional desde el inicio del paro, aquí estuvo el resguardo y nosotros estamos con la comunidad de Chontaduros, estamos en la parte de Cayas gordas que allá es donde sucedieron los hechos cuando la gente que se hizo llamar “de bien” atacó a la guardia indígena y en esto también queremos decir que hace tres días tocó sembrar al compañero de Alcauca porque a raíz de los disparos murió el compañero y fue enterrado allá en territorio propio.
José Tejada ¿era hombre o mujer?
Alonso Guachetal: No la compañera ya está fuera de peligro, pero el compañero sí falleció, fueron los dos heridos que hubo en ese lugar.
José Tejada: Ustedes en su Pedagogía, llamémosle así, pedagogía comunitaria hablan de “caminar la palabra”, eso es lo que he escuchado cuando entrevisto a alguno de sus consejeros, ellos dicen: nosotros hemos venido a enseñarles a ustedes a “caminar la palabra”, explíquenos a quien nos ve y nos escucha el significado de esta expresión.
Alonso Guachetal: Nosotros como pueblos indígenas tenemos el pensamiento de la Minga, caminar la palabra es un pensamiento de la Minga, es el pensamiento en donde todos ponemos, tenemos también el ejercicio de las Tulpas, donde todos nos reunimos como comunidad, como familia a palabrear. Palabreo es donde nuestros mayores y mayorcitas empiezan dando el ejercicio de la sabiduría ancestral que se tiene sobre la medicina, la cultura, los usos y costumbres para dar pensamiento ya fortalecer el espíritu.
A partir de ahí, nosotros cuando comenzamos a andar los caminos, los atajos, las carreteras, los caminos reales, o caminos ancestrales que son de nosotros, ahí también se camina la palabra porque cuando llegamos a cada territorio, a cada comunidad, a cada pueblo, les compartimos nuestro pensamiento, nuestra forma de ver la vida su palabra, nuestro territorio también se los compartimos, porque es una forma de orientar a la gente frente a un ejercicio sano, frente a porqué conservar la vida hablar, porqué defender los derechos hablando sobre ¿Qué es el territorio?.
Hablamos de los mayores espirituales como el Sol, el agua, la lluvia, el viento, el arcoíris, la madre tierra, ¿Por qué son importantes para nosotros como seres humanos? Y esa caminata que hacemos cuando venimos del Cauca, cuando salimos de nuestro territorio, en este caso cuando arrancamos desde Jamundí por eso vamos hablando con los compañeros, por eso pensamos que es muy importante el ejercicio que están haciendo los muchachos y los jóvenes porque ese ejercicio de estar planteando el porqué cambiar este país, de pasar de un gobierno genocida a pasar a un desgobierno, un gobierno que en vez de estar al lado del pueblo está matando al pueblo. Es importante porque creemos que a partir de estas luchas van a salir cosas nuevas, que van a salir cosas diferentes y estos muchachos que hoy dan la pelea, que dan esta lucha de resistencia, en los cinco o seis años siguientes verán sus resultados, porque ese ejemplo que dieron lo van a seguir haciendo muchos más jóvenes y muchos más niños y muchos más mayores.
Es una oportunidad buenísima y la palabra se transmite así caminando, dialogando con la gente, conversando, fortaleciendo, dando los ejemplos, también sufriendo las circunstancias. Ese es el caminar de nosotros, por eso la Minga indígena vino a fortalecer la lucha de los jóvenes de Cali, a fortalecer los puntos de resistencia, a darle fuerza a esos muchachos, a esas madres, a esos niños, a esos abuelos, a todos los que están ahí reclamando respeto a sus justos derechos que este gobierno ha desconocido.
José Tejada: Algunos de sus mayores, a algunas de sus autoridades también les he escuchado la expresión “el pensasiento”, hablan de que no solamente se piensa con el cerebro sino que se piensa también con el sentimiento. También es bueno que usted nos explique esa pedagogía porque estos muchachos también ven en ustedes a una referencia de cómo hacer una resistencia, cómo hacerla sin usar fuerza física, cómo hacerla sin el uso de armas y a eso le pido también que explique el concepto de guardia indígena porque también nos hablaban de una entrevista de la guardia comunitaria. Ustedes quieren proponer que los muchachos den un paso adicional, que los barrios y las comunidades tengas guardias comunitarias simbólicas, es decir, con bastones, con simbología que no sea agresiva.
Alonso Guachetal: Bueno el Pensasiento, digamos que los pueblos indígenas tienen tienen 4 elementos claves, Uno, que es el sentir lo que yo entro, otro que es el pensar, es decir, como conecto ese sentir con mi forma de pensar. Otro que es el decir, lo que yo pienso lo siento y lo digo y otro que es el hacer. Son los cuatro elementos nosotros tenemos para llegar al pensasiento. Por qué? Porque si bien yo pienso una cosa, siento otra y hago otra cosa, pues no soy coherente y en las luchas, el pueblo indígena, el pueblo Colombiano tenemos que ser coherentes y sentir. Sentir, si no sintiéramos esta rabia que sentimos por este mal gobierno y por este genocidio que están haciendo, pues no estaríamos aquí. Si no lo pensamos, es como lo debemos hacer expresar ese sentir que tenemos, como llegarlo, si no lo decimos a los otros, cómo llamar a los demás compañeros de los demás pueblos, pues entonces lo decimos. Esos son los cuatro elementos que integran ese pensasiento. Este concepto es importante en las luchas porque si no mostramos coherencia entre lo que sentimos con lo que pensamos, decimos y hacemos.
El pueblo Colombiano siente una rabia hacia el mal gobierno, si no sintiéramos este coraje no estaríamos aquí, si no lo pensáramos. Lo sentimos en el territorio, lo pensamos en la comunidad lo decimos y hacemos a los demás. Por eso estamos aquí acompañando a los jóvenes en su lucha por la resistencia, esa es la coherencia por un lado, por otro lado, lo que pasa es a raíz de la Minga del año pasado cuando estuvimos en Bogotá, se mandató como pueblo Colombiano tres cosas: la primera es que hizo un juicio al Presidente Iván Duque porque se le hicieron tres convocatorias de encuentro y no se presentó a ninguna. Entonces de acuerdo al Decreto 243 establece que como pueblo indígena nuestras autoridades Gobernadores y Gobernadoras después de cumplir su período de mandato se convierten en jueces naturales y eso está reconocido ante la Corte constitucional, por lo tanto, como autoridades indígenas hicimos el procedimiento que se establece en el marco legal y en la propia ley indígena y por eso se le hizo el juicio al Presidente Iván Duque en Bogotá y con el respaldo de todo el pueblo Colombiano que llegó hasta nosotros, pues con esa Asamblea que es la máxima autoridad indígena se toma la iniciativa que fueron 18 puntos.
y tenemos jurisprudencia propia.
Bajo ese criterio también se mandataron otras cosas, Uno: fortalecimiento de la guardia indígena, como indígenas tenemos una situación especial, así lo establece la ley por lo cual gozamos de una jurisprudencia propia, cosa que les hemos estado diciendo a los compañeros que como pueblos arraigados pueden peleárselo como sectores campesinos y también en este caso como sectores sociales. Por ese motivo la Manga mandató a que no fuese solo el pueblo indígena sino fortalecer y crear guardias cimarrone en comunidades negras y fortalecer guardias campesinas también se acordó fortalecer a las guardias urbanas que es lo que hemos estado trabajando aquí en Cali entregando bastones de mando que son la simbología de la paz, son símbolos de autoridad. Nosotros no usamos armas de fuego como las que usan la policía o el ESMAD para poder colocar un orden, el orden lo opinemos en el sentido de poner el ejemplo, también haciendo parte del ejercicio y también genera una condición y es que estamos diciendo que en este país no necesitamos más armas para matarnos unos a otros, en este país necesitamos una orientación, necesitamos un orden, algo de humanidad y el bastón de mando va a generar esa consciencia y sensibilidad, porque la población urbana se va a dar cuenta de que no necesitamos tanta fuerza pública no necesita tanta policía para cuidarnos a nosotros mismos, número uno.
Número dos, es porque todo mundo ha visto que nuestros niños mayores y abuelos llevamos bastones de mando como guardia, porque la guardia no es una fuerza militar, la guardia es una formación de estructura política, cultural organizativa. Por eso nuestros niños desde que toman el bastón se van haciendo de una educación propia, nosotros tenemos una educación propia desde la lengua materna, desde nuestro pensamiento, nuestro sentir. Por eso hablamos de los sitios sagrados, porque todos ellos son nuestro mayores, los que nos enseñan a nosotros. Entonces el hecho de que los muchachos tomen un bastón de mando en la parte urbana, no solamente les va a dar una identidad fortalecida desde una autoridad, sino que también van a hacer escuela y van a hacer proceso de formación.
El problema de nuestro país es que la educación no está dando formación, no está dando estructura, el problema de nuestro país es que se están creando jóvenes de robots de trabajo para que sigan obedeciendo órdenes de otros, no piensan por ellos mismos y no llegan a fundamentar grandes cosas. Hoy la educación tiene que transformar a orientar a que los muchachos se vuelvan pensantes, se vuelvan seres con creatividad, que fortalezcan ese sentimiento de creatividad y que puedan avanzar en su propia dinámica y lo que podemos decir es que la guardia urbana, con los muchachos, con los niños, con los adultos mayores, es una escuela de encuentro con comunidad porque significa colectividad y cuando tenemos el bastón de mando por eso nos tienen que respetar a la autoridad, porque con el bastón de mando no le vamos a disparar a nadie, somos pueblos que estábamos en el marco de la paz, de una cultura que es importante que las comunidades se organicen desde el escenario, no solo como guardias sino también como organizaciones que siempre tienen una estructura de formación que orienta a niños, jóvenes y mayores para que el país tenga un nivel de lucha diferente.
José Tejada: Muchas gracias, contundente explicación
Alonso Guachital: Muchas gracias, un saludo y queremos darle a usted Canal 2 por esa labor tan importante que ha hecho, es de los canales que uno mira y le hemos venido dando el seguimiento de esas denuncias que ha estado haciendo. Nosotros le hicimos a la unión Europea y a otros países del mundo, ustedes no tienen que pedirle permiso a Duque o a la Vicepresidenta para venir, en el momento que ustedes decidan venir serán bien llegadas porque los Colombianos necesitamos que ustedes vengan y verifiquen todo lo que está pasando. De las más de 18 mujeres violadas por las fuerzas militares , de los más de 60 asesinados por el ESMAD y las fuerzas militares, ahí están no solamente los testigos, también están los videos, ahí está todo. De los más de mil personas heridas, de las más de 300 personas desaparecidas. No le crean al Gobierno cuando dice que la Fiscalía no reporta cuando alguien ha desaparecido, no le den más tiempo en llegar ustedes a este país a verificar todo esto que estamos denunciando, que estamos diciendo, porque nuestra guardia indígena a pesar de estar usando bastones de mando, todo mundo vio que la fuerza pública y civiles vestidos de blanco “la gente de bien” que se autodenominaron ellos, hoy ya tenemos una persona que murió y otros que están heridos y aparte de eso también aquí en Jamundí también nos asesinaron a uno de nuestro guardias que estaba en resguardo y así hemos tenido encuentros con personas armadas. Entonces todas estas cosas queremos denunciarlas porque es importante que ustedes a nivel internacional vengan, no le pidan permiso a este gobierno, vengan porque el pueblo se los autoriza, nosotros somos el pueblo y el pueblo es el que manda¡
La entrevista finalizó entre aplausos de los jóvenes de Primera línea que escucharon con atención las preguntas del reportero (Persona que goza de gran reconocimiento social entre la población Colombiana por las transmisiones en vivo y reportajes a los jóvenes que actúan como nuevos actores políticos en el marco del Paro Nacional) y las respuestas del representante de la comunidad indígena.
24 de mayo del 2,021
la entrevista empieza a los 20:14 minutos y termina a los 31:17 minutos del video.