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sábado, 27 de noviembre de 2021

 

¿Muerte por corrupción?

Oscar Yescas Domínguez

27 de noviembre de 2,021

En las reuniones en las que hemos participado como representantes del Movimiento 30 de julio con autoridades de diferentes instituciones gubernamentales, siempre les hemos dicho que a pesar de sufrir en carne propia los efectos de actos de corrupción, hemos dejado atrás el papel víctimas y asumido el papel de sujetos históricos que hemos decidido luchar por la defensa de nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna.

Como representantes de un colectivo en el cual predominan jubilados del Isssteson, nos hemos visto en la necesidad de salir de nuestras casas, abandonar nuestra zona de confort y aceptar participar en esta lucha por la salud, en momentos en los cuales todavía no salimos de una pandemia que ha dejado una estela de muertos a nivel internacional.

La muerte ronda a nuestro alrededor, no solamente por ser personas de la tercera edad, aumentan las posibilidades de formar parte de las estadísticas si no seguimos el protocolo sanitario de todos conocido. El temor a morir aumenta cuando vemos que el sistema de salud está colapsado, que padecemos un desabasto de medicamentos y que la atención médica ha disminuido considerablemente por actos de corrupción realizados por funcionarios de gobiernos anteriores.

En esas reuniones con funcionarios a los que hemos visitado para solicitarles su intervención en el rescate del Isssteson y en el castigo a exfuncionarios responsables de actos de corrupción que provocaron la actual crisis del Isssteson, les hemos dicho que nos vimos en la necesidad de crear un movimiento ciudadano, apartidista y humanista, porque nos sentíamos indefensos y abandonados por las instituciones gubernamentales, por los partidos políticos y dirigentes sindicales que no respaldaron nuestras demandas de abasto oportuno de medicamentos, defensa de nuestro derecho a servicios médicos oportunos y defensa de nuestro derecho a la jubilación.

Una de las cosas que recuerdo que les decíamos con especial énfasis es que “no teníamos estadísticas de fallecimientos de derechohabientes del Isssteson provocados por la falta de medicamentos y de atención médica”. Pero a partir de ayer, con tristeza podemos decir que uno de nuestros compañeros más activos del Movimiento 30 de julio, el compañero Román Yocupicio Félix falleció de un infarto.

Es entonces cuando aquel temor que padecíamos en forma individual, que transformamos en indignación colectiva y que después intentamos construir una esperanza al percibir que actuando en forma colectiva, unida y organizada, podríamos defender nuestras vidas, se transforma nuevamente en un grito de indignación porque la muerte del compañero Román Yocupicio Félix pudo haberse evitado si hubiera contado con los medicamentos para atender su salud. A este compañero le fue arrebatada la esperanza de lograr su jubilación, de prolongar su vida a través de atención médica oportuna y medicamentos suficientes. Familiares del compañero fallecido aseguran que “su muerte se debió a la falta de medicamentos que tomaba para el corazón, la cita que tenía con el cardiólogo era hasta dentro de 4 meses y no tenía para comprar los medicamentos”.

Con mucha anticipación advertimos a las autoridades del Isssteson que la lucha del Movimiento 30 de julio era una lucha por la defensa de las vidas de los derechohabientes del Isssteson, porque para nuestro colectivo la existencia de esta institución representaba la defensa de nuestras vidas toda vez que la misma nos proporciona servicios médicos y medicamentos. Pero que los actos de corrupción cometidos por funcionarios anteriores provocaron el desabasto de medicamentos por mafias internas que lucraron con un mercado negro de medicamentos para favorecer a personas dueñas de farmacias, la prueba más evidente fue la denuncia (en medios solamente) que realizó Jesús Acuña actual Director del Isssteson del hallazgo de más de 30 toneladas de medicamentos caducos, medicamentos que debieron haberse entregado a las farmacias del Isssteson y su ocultamiento provocó un desabasto de medicamentos que perjudicó la salud de miles de derechohabientes que padecen enfermedades crónicodegenerativas.

Les insistimos a las autoridades gubernamentales que nuestra relación como derechohabientes con el Isssteson es algo parecido a una relación matrimonial, en el sentido de que esta relación sólo terminaría con nuestra muerte. El día de hoy la relación matrimonial del compañero Román Yocupicio con el Isssteson llegó a su fin con su sorpresiva muerte, una muerte provocada aparentemente por actos de corrupción realizados por exfuncionarios gubernamentales que tienen rostros y nombres. Las actuales autoridades administrativas no están exentas de responsabilidad legal porque representan a la institución que tenía como función atender la salud del compañero Yocupicio y fallaron en este caso.

Al parecer nos enfrentamos entonces al primer caso de muerte provocada por actos de corrupción y negligencia administrativa, por lo que se requiere realizar una investigación que deslinde responsabilidades y se determine la procedencia de tramitar una denuncia legal que conduzca a una demanda jurídica, la cual se reconoce de antemano que en caso de ser ganada a favor de la familia del compañero fallecido, no traería consuelo alguno al dolor de su partida, pero al menos contribuiría a lograr un derecho que le fue interrumpido a un trabajador que cotizó puntualmente para obtener su jubilación y que beneficiaría a su familia al no dejarla desamparada económicamente.

Por otro lado, la muerte del compañero Yocupicio, es una muerte injusta porque no debió morir, una muerte que en caso de encontrar responsables, éstos deben pagar por su participación en este fallecimiento y la misma representa un llamado de alerta para que todos los derechohabientes, tanto activos como jubilados, volvamos la mirada a la crisis del Isssteson y se unan a la demanda que gritaba a todo pulmón el compañero Yocupicio: “castigo a los actos de corrupción en el Isssteson.”

Al interior del Movimiento 30 de julio debemos crear una primera línea jurídica conformada por abogados que formen parte del mismo para atender los casos de derechohabientes que padecen enfermedades graves y que no les están surtiendo sus medicamentos, que puedan orientar acerca de qué procede hacer jurídicamente en determinados casos y sobre todo qué hacer después de esta muerte inesperada ya que el compañero estaba esperando su jubilación, un derecho que le fue negado y su nombre pasa a aumentar la lista de trabajadores que fallecen antes de recibir su jubilación dejando en desamparo económico a sus familias.

Los integrantes del Movimiento 30 de julio necesitamos unir nuestras voces y luchar para evitar que se repitan casos como el del compañero Román Yocupicio. Tuve oportunidad de conocerlo en persona durante los 33 años que laboré en la Universidad de Sonora ya que Román laboraba como Vigilante y por eso me duele más su partida. Debemos mantener fresca en nuestras memorias los momentos que pasamos a su lado y revitalizar nuestra lucha para que no se presenten nuevos casos como éste que todo apunta a que son el resultado de actos de corrupción que provocaron la crisis del Isssteson y los responsables de los mismos deben comparecer ante la ley para que cumplan por los delitos cometidos.

    Finalizo esta reflexión anexando un comentario de una integrante de la Comisión de amparos contra la omisión o negativa del Isssteson de cumplir con la obligación de entregar en tiempo y forma los medicamentos que les recetan los médicos a los derechohabientes: 

    "El día 7 de noviembre me contactó Román Yocupicio Félix, para llenar formato y solicitar medicamento. Muy agradecido al comentarle que el trámite se realizó. Más no le surtieron su medicamento". El lector es libre de sacar sus propias conclusiones

viernes, 19 de noviembre de 2021

 

En defensa del Movimiento 30 de julio

Oscar Yescas Domínguez

19 de noviembre del 2,021

Hace apenas cuatro meses sentía la indiferencia y abandono por parte de los dirigentes de mi sindicato ante el problema del desabasto de medicamentos y experimentaba esa sensación de indefensión que miles de derechohabientes sentían ante las violaciones a nuestros derechos a la salud y a la jubilación digna.

De manera sorpresiva me enteré del surgimiento de un Movimiento llamado 30 de julio que estaba llamando a organizarse para defender estos derechos, una lucha que correspondería realizar a los dirigentes de los sindicatos que aglutinan a los miles de derechohabientes del Isssteson, en un principio vi con recelo y desconfianza a sus dirigentes porque la experiencia me ha enseñado que en las luchas sociales hay elementos oportunistas que aprovechan las necesidades sociales para sacar beneficios personales.

Jamás he militado en partido alguno porque estoy en contra de la “disciplina del partido”, nunca he ocupado cargo de dirección en alguna organización, ni siquiera he sido parte alguna representación sindical, debo decir que oportunidades no me faltaron, pero siempre he preferido mantener mi libertad y autonomía personal para ejercer la crítica social hablando con la verdad para decir lo que pienso y expresar lo que siento. Así lo hice en mi trabajo como profesor investigador durante 30 años, ejerciendo la libertad de cátedra y en mi militancia en el Sindicato de trabajadores académicos de la Universidad de Sonora (Staus). De esa manera comprobé en carne propia la famosa frase que expresó Martin Luther King: “Para tener enemigos, no hace falta declarar una guerra, sólo basta decir lo que se piensa”.

Después de observar a los dirigentes, investigar sobre su trayectoria y ver la coincidencia de las demandas que enarbolaban como banderas de lucha, inicié un acercamiento con los integrantes de este movimiento colaborando con lo que mejor hago: escribir. De esta manera, a través de mis artículos publicados en mi blog personal, mi nombre se dio a conocer entre quienes participaban en este movimiento, mucho antes de que me presentara en forma presencial. Nunca fue mi intención formar parte del grupo de representantes del movimiento, mi intención fue realizar lo que se llama investigación-acción, es decir, continuar con mi labor de escritor analizando el movimiento participando como un integrante más del mismo. Lo que sí pude constatar fue que era un movimiento auténticamente ciudadano, en el cual no había intervención de partido político alguno y que es un movimiento independiente totalmente. Pero sucedió que se me invitó a participar en la primera reunión que se sostuvo con la actual dirección del Isssteson y de manera natural, sin buscarlo, actualmente formo parte del grupo de representantes del Movimiento 30 de julio.

Cualquiera puede ver a través de la lectura de mis escritos sobre el Movimiento 30 de julio mi posicionamiento crítico hacia las autoridades y hacia los propios integrantes del mismo. He llamado la atención acerca del invaluable momento histórico que estamos viviendo al construir este movimiento ciudadano que (lo he dicho muchas veces) vino a llenar un vacío de liderazgo provocado por la ausencia de partidos políticos y dirigencias sindicales en momentos de gran crisis provocada por la corrupción de quienes nos gobernaron y que estábamos padeciendo una terrible escasez de medicamentos que ponía en peligro nuestra salud y nuestras propias vidas y la situación se agravó con el retraso en el pago de nuestras pensiones.

Por estas razones he abandonado la comodidad de mi hogar para salir al espacio público, participar en marchas, en reuniones con integrantes del movimiento y en reuniones con autoridades del Isssteson y con funcionarios del Gobierno. Tal y como dije en mi artículo titulado Jubilados del Isssteson en primera línea de lucha en defensa de la salud y la jubilación, he encontrado un nuevo sentido a mi existencia al participar en el Movimiento 30 de julio. Como todas las luchas sociales, este movimiento que está empezando una lucha que será muy larga, en este camino suelen cometerse errores y aciertos porque más de mil miembros de este movimiento estamos aprendiendo a luchar juntos, a convivir juntos, a dialogar y comunicarnos entre sí, cada paso que damos es un aprendizaje, cada día que pasa, aprendemos algo.

Pero haciendo un balance de los logros y aciertos, desde mi humilde opinión personal, creo sinceramente que son mucho más los aciertos que los errores que podamos haber cometido tanto los miembros del movimiento en su conjunto, como los que formamos parte de la representación del mismo. ¿A qué logros me refiero? La existencia misma del Movimiento es reconocida por autoridades del Isssteson y del propio gobierno como interlocutores a quienes se les abrieron las puertas para ser atendidas las demandas expresadas desde abajo por los que integran este movimiento. Ningún sindicato ha logrado tener acceso directo a las oficinas de funcionarios del Isssteson o de los propios altos funcionarios del Gobierno del estado.

Hemos logrado que el propio Gobernador se comprometa a que el mes de noviembre será el último mes en el cual las pensiones sufran retraso alguno, lo que quiere decir que nos garantiza que en el futuro no sufriremos por retrasos en el pago de nuestras pensiones. Esto despeja la incertidumbre en la que hemos estado viviendo los últimos cuatro meses preguntándonos ¿Cuándo nos pagarán nuestras pensiones? También podemos decir que gracias a nuestras movilizaciones y participación individual hemos logrado que se reduzca el desabasto de medicamentos y se surtan las medicinas en base a la lista de medicamentos que les hemos proporcionado y que fue elaborado con la información de cada uno de nosotros que reportó no haber recibido dichos medicamentos.

    Pero principalmente hemos construido un movimiento que nos representa realmente, que estamos construyendo y que nos ha permitido elevar nuestra voz exigiendo respeto a nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna y ser escuchada por las autoridades correspondientes

Este acercamiento con las autoridades no es gratuito porque hemos demostrado ser un movimiento auténtico que puede movilizar a cientos de personas para manifestarse frente a las puertas de Palacio de Gobierno, personas de quienes se pensaba que no se movilizarían nunca por su edad avanzada, o por su estado de salud, aquejado por enfermedades propias de la edad, es decir, a los jubilados, un segmento de nuestra sociedad que estaba en completo abandono por parte de los dirigentes sindicales que veían con menosprecio a quienes “ya estaban gozando de su jubilación”, pero que el día de hoy se convierte en un grupo que se pone en la primera línea de combate en la defensa de los derechos a la salud y de la jubilación.


Por eso me atrevo a afirmar que pertenecer al Movimiento 30 de julio nos proporciona un nuevo sentido a nuestra existencia porque sentimos que estar juntos, unidos en una lucha nos revitaliza y llena de entusiasmo porque dejamos atrás ese sentimiento de indefensión, soledad y abandono que experimentábamos antes del surgimiento del mismo. Puedo decir, con el corazón en la mano, que quienes formamos parte de la representación del Movimiento 30 de julio no pertenecemos a ningún partido político y que lo que nos une y motiva es la lucha por la defensa de los derechos a la salud y a una jubilación digna. Puedo decir con toda certeza, que el día que vea algo anómalo o turbio en la dirección del movimiento, sería el primero en señalaron en forma pública.

Haber perdido la confianza y la ilusión en las instituciones que antes nos representaban, construyó un muro de desconfianza, porque la confianza se construye paso a paso, a través de los hechos, no de las palabras y la confianza es tan frágil como la masculinidad de aquel hombre que duda en ponerse una camisa rosa porque “es el color de las mujeres”, es decir, la confianza puede perderse fácilmente. En lo personal, he depositado mi confianza en el movimiento 30 de julio y lo veo como algo necesario porque sé que tenemos un futuro incierto en el terreno de las pensiones a corto plazo, tan incierto que las próximas generaciones que hoy están como trabajadores activos, quizá no puedan disfrutar de una jubilación tal y como lo estamos haciendo el día de hoy.

Este movimiento 30 de julio es la expresión particular de una lucha mundial que se está dando en la aldea global por la defensa de los derechos a la salud y a la jubilación por parte de miles de personas en varios países, inclusive en el territorio mexicano hay otros movimientos similares que luchan por objetivos parecidos al nuestro. El Movimiento 30 de julio representa un ejemplo a seguir por otros agrupamientos colectivos que experimentan los mismos problemas que nosotros estamos intentando solucionar.

El Movimiento 30 de julio de derechohabientes del Isssteson no lo conforma una persona, ni siquiera lo representa una sola persona, el movimiento es colectivo, el movimiento lo conformamos todos los derechohabientes del Isssteson que aceptamos formar parte del mismo. El movimiento existe porque así lo hemos decidido nosotros al aceptar formar parte del mismo. Si alguien intenta “tumbar el movimiento” no ha entendido el significado del mismo porque no se puede tumbar a una colectividad que ha decidido luchar unida, en forma colectiva y organizada. Quienes usan expresiones de este tipo involuntariamente nos hacen un reconocimiento porque esta expresión significa que hemos avanzado mucho en sólo tres meses y medio, porque al decir que “van a tumbar el movimiento”, están reconociendo que juntos hemos alcanzado una altura que no teníamos y que hoy podemos decir que tenemos un reconocimiento social

Si alguno de nosotros cae por motivos de enfermedad o alguna otra causa, no faltará quien ocupe su lugar y sigamos funcionando. El Movimiento 30 de julio es algo impersonal, porque dentro del mismo hemos abandonado el uso del lenguaje del Yo” para usar el lenguaje del “nosotros”, hemos dejado atrás la identidad individual para construir una identidad colectiva y lo más importante, hemos construido con nuestra unión una fuerza poderosa que resistirá cualquier embate de persona alguna o de cualquier organización que intente sembrar la división en el interior del mismo.

Cualquier ataque a nuestro movimiento intentando confundir, lo único que logrará será que cerremos filas, aumentar nuestra unión y responder en forma unida a cualquier intento de confundir, dividir o agresión alguna. El Movimiento 30 de julio es un movimiento ciudadano, independiente de cualquier partido político, organización sindical o funcionarios del Gobierno del Estado. Es un movimiento incluyente, tan incluyente que acepta a cualquier persona dentro del mismo y el único requisito que se pide es ser derechohabiente del Isssteson y comprometerse a luchar por los derechos a la salud y a la jubilación. Por esa característica de inclusión, existe la posibilidad de que se infiltren elementos que no coincidan con nuestras expectativas de construir nuevas formas de lucha social y al contrario, se manifiesten por destruir aquello que con tanto esfuerzo estamos construyendo.

 El Movimiento 30 de julio ha llenado aquel vacío que nos hacía experimentar sentimientos de abandono y soledad, para darnos cuenta de que no estamos solos, de que somos muchos los que atravesamos por los mismos problemas y sobre todo, ha contribuido a un despertar ciudadano en el sentido de que hemos aprendido que juntos, actuando en forma unida, colectiva y organizada podremos encontrar nuevas formas de lucha en la defensa de nuestros derecho a la salud y a la jubilación. 

    Quienes actuamos como representantes del movimiento manifestamos que nuestra lealtad es hacia los integrantes del movimiento que aceptaron asumir su rol de sujetos históricos, con capacidad de historicidad, es decir, con capacidad para cambiar el rumbo de la Historia. Nuestros objetivos no son personales, son colectivos y se centran en la defensa del derecho a la salud y del derecho a una jubilación digna. Lo que nos define son los hechos, no las palabras, sigamos adelante en el fortalecimiento de este movimiento aumentando nuestra participación en el mismo, en lo inmediato hay una convocatoria para asistir a una reunión este domingo 21 de noviembre en el Parque Madero, a las 10 de la mañana, quienes deseen asistir serán bienvenidos.

lunes, 15 de noviembre de 2021

 

Movimientos sociales en red y empoderamiento ciudadano

Oscar Yescas Domínguez

15 de noviembre del 2,021

Introducción

¿Qué son los movimientos colectivos?

Los movimientos colectivos en el siglo XX

Los movimientos sociales en red

El Movimiento 30 de julio y el empoderamiento ciudadano

Conclusiones


Introducción:

En el campo de la literatura existen infinidad de obras de grandes autores que trascendieron el momento histórico que les tocó vivir, dejando un legado que forma parte de la Historia de la humanidad pensante. De la infinidad de aportaciones literarias y científicas que existen, me parece pertinente en este momento recordar uno de los pensamientos que nos dejó el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su “Libro de los abrazos” en el cual escribió escribió lo siguiente:

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. - El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.”

Parafraseando a este gran autor, podría decirse que en el momento histórico que nos tocó vivir en este mundo a finales del 2,021, si observamos con ojos críticos la situación internacional podremos ver que presenta un panorama similar al escenario descrito por este personaje ficticio, en el sentido de que en el mundo entero, en todos los continentes se observa la existencia de un “mar de fueguitos” que están dispersos, unos más grandes que otros y estos “fueguitos” son los movimientos de protesta, de rebeldía, de liberación que están surgiendo en todo el mundo, porque vivimos en un sistema social que se encuentra en crisis, con una creciente y enorme desigualdad social y en el cual existe un sufrimiento colectivo por lo que varios colectivos sociales se movilizan en busca de un cambio social.

Tengamos presente que estamos viviendo en un momento histórico caracterizado por padecer dos años de una epidemia que provocó un apagón del sistema social, dejó millones de muertos a nivel mundial y otras millones más fueron contagiados de covid. Durante esta pandemia los sectores sociales más vulnerables, es decir, una inmensa mayoría de personas que viven en condiciones de pobreza y exclusión social fueron los más afectados.

Pero también debemos recordar que en el 2,018 y 2,019 ya se habían presentado innumerables protestas sociales en varios países (México, Francia, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia, Estados unidos, etc.), movilizaciones colectivas que tomaron forma de rebeliones, revueltas, marchas multitudinarias, golpes de Estado y que con la llegada de la pandemia se detuvieron estas movilizaciones sociales porque las medidas de control sanitario generaron una desmovilización de amplios segmentos de la población que estaban en proceso de lucha.

La pandemia vino a provocar una crisis sanitaria a nivel mundial, que se sumó a una crisis económica internacional, a otra crisis política global y una grave crisis ecológica que afecta a la vida humana en general. La crisis sanitaria desnudó la enorme desigualdad social que existe en nuestra sociedad, porque se evidenció que el quedarse en casa siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias fue un privilegio de clase que pocas personas pudimos cumplir. La pandemia reveló a existencia de millones de personas que viven en condiciones de pobreza, miseria y exclusión social, mientras que otros millones más sobreviven en empleos informales y otros cuantos más sufren de explotación laboral sin tener prestaciones sociales o estabilidad en el empleo.

La crisis ecológica que se revela en la explotación irracional de recursos naturales en varias partes del mundo, que provocan la destrucción de ecosistemas y una grave contaminación de ríos, lagos y mares, mostró el carácter destructivo del sistema en que vivimos, lo cual contribuyó a despertar una consciencia de que formamos parte de un ecosistema que estamos destruyendo con el estilo de vida en la sociedad de consumo. Este despertar de consciencia ecológica permitió el surgimiento de oleadas de movilizaciones de nuevas generaciones que formaron parte de grupos ecologistas que protestan en contra de la contaminación de suelos y mares, en contra de destrucción de áreas verdes, en defensa de los espacios públicos y defensa de mantos freáticos en el subsuelo.

La crisis económica golpea los intereses de los trabajadores, especialmente de la juventud trabajadora y del pueblo en general, generando un nuevo despertar social en un movimiento de trabajadores que a diferencia de generaciones anteriores cuentan con un ingrediente nuevo que es una incipiente visión internacional de la lucha de los trabajadores en el contexto de la globalización y por el uso de las redes sociales que permiten que los trabajadores de un país se identifiquen con la lucha de los trabajadores de otros países y con ello la lucha de los trabajadores adquiere un carácter internacional que se contrapone a la implementación de políticas neoliberales impulsada por el poder corporativo que representa a los dueños de las grandes compañías internacionales que no tienen patria ni nacionalidad alguna.

La crisis política se manifiesta en la crisis de liderazgo y de representatividad que presentan los partidos políticos y dirigencias sindicales que abandonan su misión de defender los intereses y derechos de los trabajadores y guardan silencio en momentos en los que más se necesita alzar la voz para cumplir la función para la cual fueron creados.

En el mismo escenario de esta sociedad en crisis, se observa una tendencia internacional a la restricción o eliminación de derechos laborales, sociales y humanos, que representan un franco retroceso para la humanidad, al restringirse gradualmente el disfrute de los derechos al empleo, a una educación pública, a la salud al disminuir el abasto de medicamentos y reducir consultas con médicos especialistas, al postergarse e impedirse el derecho a una jubilación digna, aumentando la edad para jubilarse de 60 a 65 años y retrasando el pago mensual a pensionados y jubilados.

Estos son los tiempos que nos tocó vivir, tiempos muy complejos y cada vez más difíciles por lo que empezando a salir de la pandemia resurgen de nuevo las voces de protesta y bajo la premisa de que “la necesidad me sacó a luchar”, se movilizan miles de personas en el mundo entero, participando en luchas en las que comparten experiencias, vivencias y obtienen un aprendizaje que les genera una consciencia de masas. La necesidad obliga a salir a miles de personas a luchar en las calles y en esa lucha se descubren cosas que no sabían, entre personas que no se conocían, como el descubrir que las instituciones (gubernamentales, políticas y sindicales) no son democráticas y descubren también que no están solos, que existe una solidaridad entre los diferentes núcleos sociales de oprimidos o víctimas de violaciones a sus derechos y esa solidaridad es la que proporciona energía, estimula las fuerzas para seguir luchando, creando vínculos de unidad entre sectores en lucha que participando juntos construyen una verdadera democracia, la democracia participativa.

En este contexto internacional de incertidumbre social y oscuro porvenir las nuevas generaciones y los que luchan en movimientos colectivos descubren ese nuevo significado de la democracia social, una democracia que se construye a través de la participación social y de la construcción de una identidad como agentes de cambio social, esta visión les permite tomar consciencia de que la emancipación de los trabajadores depende de los propios trabajadores mismos y de nadie más. Los trabajadores tienen que aprender a luchar por su propia experiencia porque están descubriendo que no existe un Mesías que vendrá a solucionar sus problemas, ya que sólo el pueblo salvará al pueblo.

Por estas razones, en pleno siglo XXI el deseo de transformar la realidad social es compartido cada vez más por un mayor número de personas que han sido excluidas del desarrollo social y deciden participar en las diferentes luchas sociales que surgen en varias varias comunidades del mundo entero. Debido a estas condiciones, la presencia de movimientos colectivos es parte de nuestra realidad social y por ello se impone la necesidad de analizar la naturaleza y objetivos de los movimientos colectivos que forman parte de la dinámica social en la que estamos viviendo, para lograr una real comprensión de las causas que los originan, los motivos que los impulsan y aportar elementos que contribuyan a recuperar el bienestar social que está en proceso de desaparición por parte del Estado y del capital privado. Debemos tener presente que los grandes cambios sociales que se han presentado en la historia de la humanidad, fueron producto del surgimiento de grandes movimientos colectivos que lograron cambiar el curso de la historia y con la presencia de varios movimientos colectivos estamos viendo en el horizonte social el surgimiento de nuevos paradigmas en la relación individuo-sociedad, al observar la incorporación de grandes núcleos de la población a diversos movimientos colectivos cuyos integrantes actúan como sujetos políticos.

¿Qué son los movimientos colectivos?

Para comprender lo que son los movimientos colectivos tenemos que tener claridad sobre un concepto clave de la Psicología social: el concepto de grupo, en esa línea de pensamiento podemos decir que para que exista un grupo es una condición necesaria la existencia de varias personas, pero ¿es suficiente la existencia de varias personas para que exista un grupo?, es una condición necesaria pero no es suficiente, porque podríamos estar hablando de un agrupamiento y no de un grupo.

Para ilustrarlo tomemos por ejemplo el número de personas que están en una parada de camión esperando el servicio de transporte. La primera condición existe: son varias personas, la segunda condición también está presente: comparten un mismo objetivo, también comparten una tercera condición: comparten normas, porque no veríamos personas en horas de la madrugada esperando un camión ya que no hay servicio público de transporte a esas horas, siguen siendo un agrupamiento porque se manejan en la condición de agrupamiento, una condición en la cual cada persona se percibe a sí misma como una persona aislada del grupo ya que no hay integración grupal, formalmente podrá ser parte del grupo pero su comportamiento se guía por intereses individuales y no intereses grupales o colectivos. Predomina una orientación individualista, no hay interacción, ni mucho menos un sentimiento de pertenencia al grupo, sólo coincidencia en tiempo y cumplimiento de normas, entonces ¿que es lo que falta para que se conforme un grupo?

Podríamos definir a un grupo como “aquel conjunto de personas que interactúan entre sí realizando un conjunto de actividades que les permite lograr objetivos comunes, en una interacción en la que cada individuo experimenta un sentimiento de pertenencia al grupo y acepta a los demás como miembros del grupo también, motivo por el cual de manera natural se construye un vínculo de colaboración, se deja atrás una identidad individual y se crea una identidad grupal en la que el lenguaje del “yo” se deja a un lado y se utiliza el lenguaje de “nosotros”, ya que los objetivos grupales han sido asimilados como objetivos individuales y sólo podrán ser alcanzados en base a la acción unida y organizada en múltiples tareas que les permitirán lograr estos objetivos.

Bajo estas consideraciones podríamos decir que un movimiento colectivo es diferente a una multitud que acude a un juego de beisbol o futbol o una muchedumbre como la que asaltó el Capitolio en Estados Unidos en enero de este año. Comparten el requisito de tener un objetivo común, interactúan entre sí pero no hay sentimientos de pertenencia ni construcción de una identidad grupal.

Un movimiento social es un tipo de acción colectiva cuyo principal objetivo es empoderar a segmentos de la población que están experimentando opresión social o violaciones a sus derechos humanos individuales. Son grandes grupos que pueden tener una estructura formal o no, que se preocupan por problemas específicos que afectan a la comunidad y toman la iniciativa de participar colectivamente en la búsqueda de soluciones.

Los movimientos colectivos tienen como principal objetivo terminar con las causas que originan los problemas que afectan a la comunidad y representan la principal forma de intentar generar un cambio social de los sectores sociales menos favorecidos o más afectados dentro de una sociedad, al sentirse abandonados por partidos políticos o sindicatos que deberían protegerlos, por lo que llenan ese vacío de liderazgo construyendo de manera espontánea varias personas se unen para participar en forma colectiva buscando los mismos objetivos y esta participación adquiere condiciones de permanencia en la medida de que la interacción en acciones organizadas poco a poco van cambiando su forma de pensar, sentir y actuar de tal forma que se obtiene un aprendizaje en las luchas sociales que les permiten obtener ciertos logros en los objetivos que persiguen y descubrir en la acción unida, colectiva y organizada que no están solos en sus sufrimientos, que juntos pueden construir una fuerza colectiva y es por ello que generan un sentimiento de pertenencia de tal forma que el “uno se transforma en todos y el yo deja de existir para sobresalir el nosotros”. Con esta transformación individual y grupal, generan un empoderamiento individual y colectivo al tomar consciencia de que son sujetos históricos, que tienen historicidad, es decir la capacidad para cambiar la historia presente y futura al actuar como como agentes de cambio social.

Las principales características de un movimiento colectivo es que realizan actividades colectivas orientadas al cambio social en una sociedad donde predomina la desigualdad social, por lo regular los movimientos colectivos son de naturaleza temporal, a menos de que se institucionalice como organización ciudadana independiente porque sienten que los partidos políticos y sindicatos no los representan, por lo que los integrantes deciden continuar como movimiento colectivo de manera permanente.

Los movimientos colectivos contribuyen a reforzar una identidad social al desarrollar un sentimiento de pertenencia a una comunidad, una hermandad y solidaridad entre sus miembros y con ello se posibilita una fusión de identidades que les permite desarrollar nuevos comportamientos y respuestas nuevas a problemas y retos nuevos o añejos. Como resultado de la participación en movimientos colectivos, se posibilita la construcción de un modelo activo de ser humano como agente de cambio social, dejando atrás un modelo pasivo, conformista y dependiente, en ese sentido contribuye a un empoderamiento individual y colectivo. De igual forma, el movimiento colectivo permite a sus participantes desarrollar una consciencia como actor político de un cambio histórico, dotado de iniciativa y creatividad.

Los movimientos colectivos surgen como formas sociales emergentes y extrainstitucionales de comportamiento social en contextos de crisis. El término emergente hace referencia a la conducta espontánea y a menudo sujeta a normas creadas por los propios participantes. En base a los planteamientos anteriores podríamos definir a un movimiento colectivo como “una colectividad unida que actúa con cierta continuidad para promover un cambio en la sociedad, institución o grupo del cual forma parte. El movimiento social es la expresión de un conflicto con el orden establecido, un desafío que se traduce en la lucha por conseguir un cambio en el sistema social y la causa común del surgimiento de movimientos colectivos es el reparto inequitativo de recursos por parte de quienes dominan el contexto político y económico, por lo que quienes forman parte de estos movimientos colectivos provienen de grupos que han sido excluidos injustamente de recursos sociales.

Los movimientos colectivos en el siglo XX

El siglo XX es conocido en ciencias sociales como el siglo de los movimientos colectivos porque fue el período en el cual gracias a la movilización de grandes colectivos se conquistaron los derechos que gozamos hoy en día (jornada laboral de 8 horas, derecho a la salud individual y familiar, derecho a una jubilación digna, derecho a la estabilidad en el empleo). En algunos casos los movimientos colectivos se transformaron en movimientos armados y lograron derrocar regímenes autoritarios y antidemocráticos (revolución mexicana, revolución rusa, revolución cubana, revolución nicaragüense, etc.).

Pero en otros casos se lograron grandes cambios y conquistaron derechos sociales de manera pacífica a través de movilizaciones que en algunos casos enfrentaron una feroz violencia proveniente del Estado que utilizó sus cuerpos represivos para acallar las protestas pero sin lograr derrotar a quienes se movilizaban. De esta forma, a través de una movilización colectiva la ciudadanía conquistó varios derechos políticos, laborales y sexuales (derecho a la estabilidad en el empleo, a la contratación colectiva, a la jubilación digna, a una salud integral, al voto femenino, derechos civiles, al aborto, y derechos sexuales a minorías sociales, al matrimonio entre personas del mismo sexo, etc.). En el siglo pasado a esos movimientos se les llamaba “movimientos de protesta” por parte de los medios masivos de difusión, porque estos movimientos actuaban a la ofensiva buscando conquistar derechos que no existían y a las personas que participaban en dichos movimientos se les veía como parte de una minoría que no se adaptaba a una sociedad en la que una gran mayoría silenciosa presentaba conductas de conformismo y obediencia a la autoridad.

Las décadas de los sesentas y los setentas fueron el escenario del surgimiento de grandes movimientos colectivos que lucharon por obtener derechos laborales, derechos civiles, derechos sexuales, etc., y enfrentaron al ambiente de autoritarismo que prevalecía en ambientes educativos, laborales y familiares, estas luchas lograron extenderse por todo el mundo ya que tenían como denominador común la lucha en contra del autoritarismo prevaleciente en aquellos tiempos y coincidían en la necesidad de participar en la construcción de una sociedad en la que realmente hubiese una democracia que se reflejara en la participación popular en la toma de decisiones de gran relevancia social.

En aquellos tiempos no había internet, ni teléfonos celulares, mucho menos redes sociales, pero aún así los movimientos colectivos de protesta se extendieron simultáneamente por varios países de América y Europa y lograron atravesar “la cortina de hierro” que rodeaba la Unión Soviética (URSS), por lo que a finales de los ochentas las juventudes de varias repúblicas soviéticas salieron a las calles para exigir mayor libertad de expresión, más democracia y más libertad. En 1989 las movilizaciones al interior de la URSS fueron de tal magnitud que sus peticiones lograron ser escuchadas en el mundo entero al grado de que el clamor popular logró de una manera pacífica que cayera el muro de Berlín debido a las grandes movilizaciones populares que se dieron en torno al mismo y después se logró la realización de referéndums en cada república soviética a través de los cuales las ciudadanías se inclinaron por la independencia de cada una de las repúblicas que formaban parte de la URSS, con lo cual se produjo la desintegración de la URSS y estos cambios políticos provocaron a su vez grandes cambios en la geopolítica mundial.

El mundo entero inició una nueva era en la cual los cambios políticos fueron acompañados por cambios tecnológicos que permitieron que la ciencia y la tecnología se aplicara al proceso de la producción y con ello obtener una producción masiva de diversos artículos, en un momento histórico en el cual se dio la caída de la URSS y esto permitió la expansión de una economía de libre mercado en gran parte del mundo y con ello surgió la globalización que se caracterizó por varias medidas como la apertura de las fronteras para el libre tránsito de las mercancías, la ausencia de aranceles (impuestos) para la importación o exportación y sobre todo, una flexibilización laboral que consistió en modificar leyes laborales que protegían a los trabajadores y al medio ambiente para estimular para el establecimiento de grandes corporaciones en terrenos nacionales, sin control del Estado de por medio.

Con la caída del muro de Berlín terminó la guerra fría, pero inició otro tipo de guerra: la guerra comercial, ya que con la globalización las grandes corporaciones transnacionales se fortalecieron y procedieron a invadir comercialmente otros países para “conquistar nuevos mercados” iniciando una competencia desigual entre pequeñas y microempresas de cada nación, contra las grandes corporaciones que tenían mayor capital, mejor tecnología y personal más capacitado, lo cual provocó el cierre de miles de micro y pequeñas empresas en los países latinoamericanos y la consolidación en el mercado de franquicias y sucursales de las grandes corporaciones transnacionales.

La ola de protestas originada en la década de los sesentas, que tomó fuerza en los setentas y continuó en los ochentas, tuvo un freno en la década de los noventas cuando la globalización se expandió por gran parte del mundo entero y la ausencia de control del Estado permitió el desarrollo de una ideología autoritaria que reemplazó las ideas de democracia por las que se luchó en el siglo pasado y el poder económico detrás del disfraz del Mercado empezó a tomar el control del poder político, reforzando el control sobre los sindicatos oficiales, convirtiendo a los líderes sindicales en una especie de caudillos que recibían beneficios del Estado a cambio de guardar silencio ante las modificaciones a los contratos colectivos que mutilaban derechos y prestaciones sociales y garantizar la obediencia y conformismo de los trabajadores sindicalizados.

En el caso de los trabajadores afiliados a sindicatos independientes, se les aplicó una política de mano dura por parte del Estado que incluía una postura intransigente en las revisiones salariales y contractuales, esta política también contemplaba una represión selectiva de sus dirigentes y en caso de resistencia extrema se tomaron medidas que violaban notoriamente derechos internacionalmente reconocidos como la criminalización de las protestas sociales apoyándose en los medios masivos de información.

Junto a estas acciones en los últimos años se observó en el ámbito internacional una tendencia a la aprobación de reformas constitucionales en diferentes países del mundo que tienen como objetivo reducir o eliminar derechos laborales y prestaciones sociales, para debilitar a las instituciones gubernamentales y proceder a la privatización de los servicios públicos que actualmente proporciona en forma gratuita el Estado. Para lograr la aprobación de la implementación de estas políticas neoliberales, el poder corporativo (que representa los intereses de las grandes compañías transnacionales) promueve acciones como la corrupción en los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, por lo que la corrupción se ha convertido en un problema que afecta la función de bienestar social que debe cumplir el Estado y es parte de la estructura del sistema capitalista neoliberal.

Con la pandemia del covid cerraron miles de pequeñas empresas, aumentó el desempleo y el número de personas que viven en el empleo informal sin prestaciones de ningún tipo. Los que tenemos la fortuna de tener un empleo o de disfrutar de una jubilación después de laborar más de 30 años no estamos exentos del permanente proceso de precarización que vive la población en general porque nuestros derechos a la salud y a la jubilación se ven amenazados cada día junto a un aumento de precios de los productos del mercado que rebasan en mucho a los aumentos del salario mínimo o los aumentos salariales que se logran en revisiones contractuales los trabajadores organizados en sindicatos.

Pero lo más grave de la situación actual es el aumento de la desigualdad social que provocan las medidas neoliberales, porque al privilegiar los intereses del mercado en la generación de políticas públicas en lugar de atender las necesidades sociales, se permite maximizar los beneficios económicos de las grandes compañías transnacionales y se provoca un aumento del número de personas que viven en condiciones de explotación laboral, pobreza y miseria por lo que forman parte de los sectores excluidos del “desarrollo social” y con ello aumenta el sufrimiento colectivo y la insatisfacción social, porque la desigualdad social ha llegado a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, ya que una inmensa mayoría de la población mundial vive en condiciones de pobreza, miseria, desempleo y exclusión, mientras que otro gran porcentaje está en un constante aumento de precarización en sus condiciones de vida, padeciendo bajos salarios, largas jornadas de trabajo y condiciones de explotación en ambientes laborales.

Esta desigualdad social y económica se presenta como la principal causa del surgimiento de varias manifestaciones de protesta, las cuales en algunos casos toma la forma de movimientos colectivos organizados que luchan por la defensa de sus derechos violados y por un cambio en sus condiciones de vida.

Si en el siglo XX los movimientos colectivos actuaban utilizando estrategias en forma ofensiva para conquistar derechos y prestaciones sociales, en este siglo XXI los movimientos colectivos actúan usando una estrategia defensiva ya que la modificación o intentos de modificación de las constituciones en varios países ha provocado que por distintas regiones del planeta surjan diferentes movimientos colectivos que se movilizan para rechazar los intentos de aplicación de medidas neoliberales que incluyen la mutilación de derechos colectivos obtenidos en el pasado gracias a las luchas de los trabajadores organizados.

Los movimientos sociales en red y el empoderamiento ciudadano

Con el desarrollo de internet, el uso masivo de teléfonos celulares, el surgimiento y expansión de las redes sociales, surgió en este siglo XXI un nuevo modelo de movimientos sociales y con ellos surgieron nuevas formas de lucha y cambio social, ya que con el uso de estas nuevas herramientas se experimenta una sensación similar al ambiente político social que existió en las movilizaciones de las décadas de los 60´s y 70´s, cuando todo parecía posible, cuando se sentía que el cielo era el límite y la imaginación nos proporcionaba diferentes formas de lucha que nos conducían a tomar el poder.

Con el uso de redes sociales se deja atrás la incertidumbre y el pesimismo, surgen de nuevo las esperanzas de cambio social y se superan las expectativas de que estamos condenados a las consecuencias nefastas de la corrupción, al cinismo de los políticos que desde el poder cubren con el manto de la impunidad a los que participaron en grandes actos de corrupción porque ellos seguirán su ejemplo. Con el uso de redes sociales por parte de los movimientos colectivos podemos tener la certeza de que algo importante está ocurriendo en el mundo entero, porque el uso de redes sociales nos proporciona un espacio público, libre y sin censura, que nos permite escribir y publicar en forma masiva para organizar un debate, reflexionar sobre el movimiento, tener claridad de objetivos, fortalecer la unidad de los movimientos y dar la oportunidad al publico en general de comprender mejor los motivos de la lucha de cada movimiento y esto nos permite conectar las mentes, darles significado y con todas estas acciones podemos construir un poder colectivo que nos permite responder de igual a igual al poder en turno, rompiendo esa asimetría o desigualdad de poderes, porque el poder ciudadano fortalecido actúa como un moderno Leviatán que confronta y cuestión al al poder político.

En los primeros tres lustros de este siglo XXI, en el mundo entero prevalecía el predominio de un autoritarismo que se expresaba en todas las esferas de la vida cotidiana, y el vacío ideológico creado después de la desaparición de la Unión soviética parecía indicar que las esperanzas por recuperar o conquistar una sociedad donde prevaleciera la democracia y tanto la democracia, como la justicia y la igualdad social se percibían como utopías, como algo inalcanzable, por lo que ante la insatisfacción colectiva de vivir en una sociedad de consumo que excluía a quienes no tuvieran la capacidad adquisitiva para comprar productos y servicios, en un amplio sector de la sociedad aumentaron las adicciones (alcoholismo, drogas, ludopatía, sexo, etc.) y la inseguridad pública. Pero en la medida de que el autoritarismo se extendía por el mundo entero arraigándose en la vida cotidiana y alejando la idea de que la democracia regresaría en nuestras vidas, en varios países del mundo, diversos movimientos colectivos estremecieron la vida económica y política.

Pero en estos casos, a diferencia de los movimientos colectivos del siglo XX, en este siglo XXI la tecnología, internet y redes sociales favorecieron la expansión y fortalecimiento de los nuevos movimientos colectivos. Todos recordamos el movimiento colectivo conocido como “la primavera árabe”, cuando el 17 de diciembre de 2,010 en la ciudad de Sidi Bouzid un vendedor ambulante (Mohamed Bouazizi) fue despojado por la policía de sus mercancías y en respuesta, se inmoló en forma de protesta. Mientras agonizaba miles de tunecinos se rebelaron contra las malas condiciones a las que el país estaba sometido y sus protestas tuvieron un efecto dominó ya que se extendieron por varias naciones árabes: Egipto, Libia, Siria, Yemen, Argelia. Las protestas en la nación árabe surgieron por el excesivo autoritarismo de sus gobiernos, clamaban por mayor democracia y exigían mayores derechos sociales y se extendieron desde el 2,010 hasta el 2,012. La gran aportación de la primavera árabe consistió en el hecho de que fue el primer movimiento colectivo que utilizó internet, telefonía celular y las redes sociales para crecer y expandirse.

En el caso de México, en el 2,012 surgió un movimiento colectivo con el membrete Yosoy132 el cual fue un movimiento ciudadano integrado en su mayoría por estudiantes de educación superior, tanto de instituciones públicas como privadas, residentes en México así como residentes y simpatizantes en más de 50 ciudades del Mundo. El movimiento inicialmente buscaba: la democratización de los medios de comunicación, la creación de un tercer debate entre los candidatos presidenciales y el rechazo a la imposición mediática de Enrique Peña Nieto como candidato en las elecciones presidenciales 2012. El nombre Yosoy132 se refiere a la auto afiliación y apoyo al movimiento como el miembro número 132 tras la publicación de un vídeo en el que 131 estudiantes de la Universidad Iberoamericana contestan las declaraciones de algunos funcionarios públicos. Este movimiento fue autoproclamado en sus inicios como la "Primavera Mexicana".

El triunfo de Morena y de Andrés Manuel López Obrador se dio gracias a la participación masiva, organizada y unida de millones de mexicanos que votaron en forma masiva para darle el triunfo en forma arrolladora. El uso de redes sociales jugó un papel importante en este cambio histórico que permitió terminar con décadas de dictadura del Prian y el mismo Amlo reconoció este papel al usar la expresión “benditas redes sociales”.

Con el uso de redes sociales los movimientos colectivos pueden derrocar dictaduras, los millonarios pasaron de ser envidiados a ser objeto de desprecio universal, los políticos se evidenciaron como corruptos y mentirosos, los medios de comunicación perdieron credibilidad, y se puede denunciar a los gobiernos en forma libre y abierta. La crisis política desvaneció la confianza en las instituciones y dirigentes, el Estado de Derecho perdió consenso social al legitimar fraudes y actos de corrupción. La sociedad se fragmentó en una masa de individuos a la defensiva que luchan por sobrevivir.

El surgimiento de redes sociales permite que los individuos puedan volver a unirse entre sí y participar en la construcción de una identidad basada en el nosotros, quizá al principio sean unos pocos quienes luchen en movimientos colectivos, pero en la medida que pasa el tiempo se conectan más personas a través de las redes sociales y la participación en movimientos colectivos de cientos y miles de personas que comparten problemas reales con otras personas reales, permite resurgir de nuevo la esperanza y el entusiasmo al descubrir que no se está solo en la lucha por un cambio social, ya que las redes sociales son espacios de autonomía que están fuera del control del gobierno y de las grandes corporaciones que anteriormente monopolizaban la comunicación como las bases del poder en turno.

El Movimiento 30 de julio y el empoderamiento ciudadano

Esta indignación fue lo que dio origen al Movimiento 30 de julio de derechohabientes del Isssteson que surgió en la capital sonorense en México, debido al prolongado desabasto de medicamentos que sufrieron los derechohabientes de ese instituto sonorense de salud pública. La crisis del sistema de salud a nivel nacional provocada por décadas de corrupción prianista llegó a su punto más álgido en el caso particular del Isssteson en los dos últimos meses del gobierno de Claudia Pavlovich cuando aparte de agudizarse un prolongado desabasto de medicamentos, se retrasó el pago de las pensiones de miles de jubilados.

El Movimiento 30 de julio es un movimiento ciudadano, de carácter incluyente, que acepta a cualquier ciudadano sin importar el sindicato al que pertenezca, o inclusive, si no estuvo afiliado a ningún sindicato por haber laborado con nombramiento de confianza, el único requisito para pertenecer es ser derechohabiente del Isssteson y estar dispuesto a participar en una lucha colectiva en defensa de los derechos a la salud y a una jubilación digna.

Este movimiento surgió como grupo social emergente para llenar un vacío de liderazgo sindical y político en un momento histórico de crisis social en el cual se estaban violando los derechos de salud y jubilación de miles de afiliados al Isssteson. Su nacimiento se debió a que los partidos políticos, incluido al partido en el poder, Morena y los dirigentes de los sindicatos que afilian a miles de derechohabientes del Isssteson, ignoraron el sufrimiento de los derechohabientes que desde hace varios años han padecido un grave desabasto de medicamentos, los dirigentes de las organizaciones sindicales guardaron un cómplice silencio ante la crisis financiera del Isssteson, por lo que los afectados procedieron a ignorar a los partidos políticos, desconfiar de los medios masivos de difusión, desconocer el liderazgo de sus representantes sindicales y decidieron unir sus voces en forma colectiva para exigir respeto a sus derechos a la salud y a la jubilación digna.

Ante el creciente desabasto de medicamentos cientos de ciudadanos afectados decidieron crear un movimiento ciudadano que realmente los representara y luchara por la defensa de sus derechos a la salud y a una jubilación digna. El nombre que eligieron para identificarse como movimiento ciudadano, sin vínculos con partidos políticos o sindicato alguno, fue “Movimiento 30 de julio de derechohabientes del Isssteson”, porque en esa fecha las autoridades de la farmacia del Isssteson llamaron a la policía para pedirles que desalojaran a un derechohabiente de la tercera edad que protestaba en voz alta por la falta de medicamentos que necesitaba para atender sus enfermedades, situación que no llegó a mayores porque varios derechohabientes impidieron el arresto de esta persona y los uniformados optaron por retirarse del lugar.

El espontáneo ejemplo que dieron varias personas que estaban presentes en ese momento, al unirse e impedir que esta persona fuera arrestada, fue el detonante que permitió visualizar el poder que se adquiere cuando se actúa en forma unida, por lo que se decidió crear un movimiento que luchara por la defensa de sus derechos a la salud y a la jubilación. La membresía a este movimiento aumentó rápidamente porque el desabasto de medicamentos se incrementó en los dos últimos meses de Gobierno de Claudia Pavlovich, con el agravante de sumar a esta violación al derecho a la salud, una nueva violación al retrasar en los meses de agosto y septiembre el pago de las pensiones a los jubilados.

Por esta situación, el Movimiento 30 de julio creció numéricamente y realizaron diversas manifestaciones para reunirse con las autoridades salientes, mientras que el nuevo Gobernador Alfonso Durazo declarara que recibía un “Estado en crisis financiera”, continuaba el desabasto de medicinas y en los primeros meses del nuevo Gobierno (octubre y noviembre), las nuevas autoridades del Isssteson, utilizando el argumento de que no hay dinero procedieron a retrasar el pago de las pensiones y procedieron a dividir a los jubilados en tres grupos, para diferir el pago de las pensiones por cuarto mes consecutivo.

Después de que realizar reuniones con las nuevas autoridades del Isssteson y de recibir de manera reiterada el argumento de que no hay dinero para pagar la totalidad de las pensiones del mes de noviembre, los representantes del Movimiento 30 de julio convocaron a todos los derechohabientes del Isssteson a una gran marcha manifestación para demandar al Gobierno del Estado el pago inmediato de la pensión del mes de noviembre, el abasto suficiente de medicamentos y la garantía de que no se repita en diciembre un quinto retraso en el pago de las jubilaciones.

A esta convocatoria respondieron jubilados de otros sindicatos y se logró una concentración de centenares de personas que realizaron un mitin frente al Palacio de Gobierno de Sonora y durante el transcurso del mismo salió el Gobernador Alfonso Durazo de sus oficinas para dialogar con los manifestantes, ante los cuales se comprometió a que el mes de noviembre fuera el último mes en el cual los jubilados recibirían con retraso sus pensiones. Dio una explicación de la situación de crisis en las que encontró a las diferentes dependencias gubernamentales, destacando al isssteson como una de las más afectadas por el saqueo de sus finanzas y giró instrucciones a su equipo de trabajo para que una comisión de representantes del Movimiento 30 de julio fuera recibida y resolvieran los problemas que afectan a los derechohabientes del Isssteson.

En dos reuniones de representantes del Movimiento 30 de julio con funcionarios gubernamentales, se logró adelantar el pago de la pensión del mes de noviembre, la garantía de que se respetaría el calendario de pagos en el mes de diciembre y los siguientes del próximo año, así como la información de que el Isssteson ya había adquirido más de un millón de medicamentos para terminar con el desabasto que se venía padeciendo desde hace varios años.

Nos encontramos entonces frente a un movimiento social en el cual, cientos de ciudadanos que no se conocen entre sí, que viven en localidades diferentes en el Estado y que el único vínculo que los une es ser víctimas de violación a sus derechos, se organizaron espontáneamente para defender sus derechos a la salud y a la jubilación en forma colectiva y al participar en esta lucha se encontraron en forma directa con los efectos de años de corrupción.

En tres meses este movimiento ha tenido un crecimiento rápido, lleva afiliados a más de 1,300 miembros que están empadronados y funcionan en base a un liderazgo horizontal y compartido y se toman decisiones en forma colectiva. Este movimiento colectivo sustituyó en los hechos a los dirigentes sindicales y logró obtener reconocimiento como interlocutor social ante las autoridades del Isssteson logrando formar parte de la agenda de reuniones con la Dirección General de este instituto. Como movimiento colectivo, concentran las expectativas de centenares de derechohabientes del Isssteson en cuatro ejes centrales que son considerados como sus objetivos principales: a) defender el derecho a la salud, b) defender el derecho a una jubilación digna c) contribuir con otros sectores al rescate del Isssteson para evitar su desaparición como institución de salud pública. d) Investigación penal y castigo a los responsables de actos de corrupción que llevaron a la quiebra financiera del instituto, solicitando el decomiso de bienes y cuentas bancarias para revitalizar las finanzas del instituto.

Conclusiones

En este siglo XXI podemos ver en nuestra realidad contemporánea la predicción hecha a fines de los años noventa por el Filósofo Cornelius Castoriadis, cuando afirmó que el mundo occidental se encuentra inmerso entre dos grandes fuerzas sociales que son totalmente opuestas y luchan entre sí.

Por un lado, se encuentra el proyecto del capitalismo neoliberal que es representado por un poder corporativo que representa los intereses de las grandes compañías transnacionales que pretenden globalizar una cultura mundial basada en el consumo como medio y fin para lograr la “felicidad”. Bajo este enfoque el capitalismo es considerado el máximo nivel de organización social al que puede aspirar la humanidad y se tiende a pensar que no existe otro modelo social aparte del modelo de libre empresa, de libre mercado, en el cual la política y la economía se subordinan a los vaivenes del Dios Mercado.

La cultura dominante promueve como valor principal el dinero y el ideal máximo de toda persona se reduce al enriquecimiento económico, por lo que la corrupción forma una parte estructural de un sistema que promueve la desigualdad social. Los políticos gobiernan a ciegas en un mundo cambiante que se mueve en función de los vaivenes del Mercado. En el modelo de sociedad moderna occidental, la barrera que contenía a muchas personas era el temor a la sanción penal, pero debido a que la corrupción se instaló en las instituciones de procuración de justicia, ya no existen límites para realizar actos de corrupción. El Estado Nación que representa al poder político, pierde la batalla ante el empuje del poder económico representado por un poder corporativo que conforman representantes de grandes corporaciones transnacionales que aprovechan la globalización para impulsar políticas neoliberales que intentan privatizar derechos sociales y generar beneficios económicos a costa de la precarización de las vidas de millones de personas. El resultado es una creciente desigualdad social en la que se cometen innumerables violaciones a los derechos humanos creando un sufrimiento colectivo, que a su vez genera las condiciones para el surgimiento de protestas sociales.

Por el otro lado, como respuesta a las constantes violaciones a los derechos humanos, laborales y sociales, se encuentra en formación un proyecto de autonomía individual y colectiva representado por diferentes agrupamientos sociales que se unen, organizan y luchan en forma colectiva para defender que están amenazados por la implementación de políticas neoliberales que buscan que el Estado Nación abandone su misión de procurar el bienestar social de la población y reduzca sus funciones a la de administrar recursos públicos para satisfacer las necesidades de las grandes empresas.

La crisis social por la que atraviesa el sistema social en el que vivimos se basa en la concentración de la riqueza económica en un sector reducido de la población y en el incremento de una desigualdad social que provoca una múltiple violación de derechos humanos, por lo que seguirán aumentando los brotes de inconformidad social y con ello, el surgimiento de numerosos movimientos colectivos.

Los movimientos colectivos son una alternativa de respuesta ante la crisis de liderazgo que viven los partidos políticos y organizaciones sindicales que han abandonado su misión de velar por los intereses de la ciudadanía en un momento histórico en el cual las instituciones que conforman el Estado Nación se debilitan ante un poder corporativo que intenta la privatización de los servicios públicos.

Este es el contexto en el cual surgen los movimientos colectivos que enarbolan banderas de lucha particulares en un momento histórico en el cual los problemas locales tienen un origen global. Ya no es posible pensar en términos locales y es necesario ampliar la visión que tenemos de los problemas que enfrentamos para impedir seguir continuando como “un mar de fueguitos” en el cual cada organización sindical o ciudadana se limita a luchar en forma aislada contra el enemigo que afecta los intereses de otros sectores en lucha, porque estamos en un momento histórico en el cual, el origen de la mayoría de nuestros problemas es el neoliberalismo que genera una gran desigualdad social, promueve la violación de derecho laborales y sociales, se basa en la reciente explotación de nuestros recursos naturales y de la explotación laboral, por lo que es necesario ampliar la unidad de los diferentes sectores en lucha.

Debemos tener presente que la globalización es un proyecto político neoliberal que beneficia los intereses de los grupos financieros y de las grandes compañías transnacionales, que buscan lograr un debilitamiento del Estado, esta embestida a los derechos de nuestras comunidades de parte del poder corporativo nos plantea el problema del rol que deben tener los ciudadanos en la lucha por la defensa de sus derechos humanos, laborales y sociales que están siendo violados en varios países del mundo. Este rol deseado es el rol de actores políticos que actúan como agentes de cambio social, de luchadores sociales que actúan en la defensa de sus derechos participando en forma movimientos colectivos, de manera organizada y unida en acciones que procuren la defensa del bienestar social. Necesitamos romper vínculos de dependencia y la participación en movimientos colectivos nos permite construir vínculos de colaboración entre los integrantes de nuestras comunidades para crear un poder de liberación social.

Debemos asimilar la idea de que ha surgido un nuevo modelo de movimientos sociales en este siglo con internet y las redes sociales y con el surgimiento de este nuevo modelo, surgen nuevas formas de cambio social, a diferencia del pasado, los nuevos movimientos colectivos carecen de una ideología particular y políticas que puedan ser utilizadas para lograr una manipulación social, el uso de las redes sociales proporciona una autonomía que impide el control del gobierno y de las corporaciones. El uso de internet y redes sociales nos permite superar el miedo a participar en movimientos colectivos y lograr una consciencia de nosotros mismos como seres sociales con historicidad, es decir, con capacidad de hacer historia, modificar la historia a través de nuestra participación social.

En los movimientos sociales en red las personas se contactan a manera de contagio social en un mundo conectado por red inalámbrica que permite una comunicación masiva y viral de ideas, propuestas e imágenes. El rápido crecimiento de los movimientos sociales en red se debe a que la necesidad los obligó a salir a luchar por motivos de pobreza, crisis económica, falta de democracia, corrupción, impunidad, cinismo de los políticos, etc. Todos estos y otros motivos “transformaron el miedo en una verdadera indignación y la indignación en una esperanza de una humanidad mejor” (Manuel Castells, 2,015).

Con nuestra integración a los movimientos colectivos y el uso de las redes sociales, podemos cambiar la realidad injusta que vivimos, combatir la desigualdad social, en un proceso en el cual construimos una identidad social donde cada individuo se vea asimismo como agentes de cambio social, reconociendo el poder que tienen en forma individual al influir sobre otras personas con nuestra presencia y actuación y en forma colectiva, al participar en acciones comunitarias que permitan avanzar en la consolidación de una democracia realmente participativa. Con nuestra participación en los movimientos colectivos y el uso de las redes sociales, rompemos los límites que se nos impone a nivel individual y social, recuperamos la confianza en nosotros mismos como sujetos históricos y construimos un empoderamiento ciudadano que permite enfrentar a quienes desde el poder utilizan la corrupción y el liderazgo autoritario para su beneficio personal y nos coloca en condiciones de recuperar el Estado de bienestar social que está en proceso de descomposición.

Es necesario construir la unidad en la acción de los diferentes movimientos colectivos para lograr que el mar de fueguitos se convierta en una llamarada social que contagie e involucre a la mayor parte de la población en un proceso de transformación de la realidad social para construir una sociedad en la que realmente exista una democracia social, prevalezca la justicia y una igualdad social.

Castells, Manuel: Redes de indignación y esperanza. Alianza editorial, Madrid, 2,0015.

Castoriadis, Cornelius: Sujeto y verdad en el mundo histórico-social

Fondo de cultura económica. México, 2,004. 

Javaloy, F., Espelt, E. & Rodríguez A. (2007). Comportamiento colectivo y movimientos sociales en la era global. En Morales, J., Gaviria, E., Moya, M. & Cuadrado, I. (Coords). Psicología social, 3ra edición. (pp. 641-691). España: Mc Graw Hill

http://metabase.uaem.mx/bitstream/handle/123456789/1934/393_04.pdf?sequence=1

El éxito del autoritarismo en el siglo XXI

https://ethic.es/2021/10/el-exito-del-autoritarismo-en-el-siglo-xxi/?fbclid=IwAR2G1qnDp83_jiv9MOtkeA2TNsBF2nP1txlQBhQyO8V7cAR2n3co0FcmVfc

Galeano, Eduardo: El libro de los abrazos (un mar de fueguitos)

https://www.diariolaprovinciasj.com/cultura/2015/4/13/un-fueguitos-microrelato-galeano-compartido-redes-sociales-29476.html

Ola de huelgas sacude Estados unidos

https://izquierdaweb.com/ola-de-huelgas-sacude-a-estados-unidos/?fbclid=IwAR37oe7-Lkd3XV6DQdD1mNx6pj9U2dz-mVWSnp-GED4y6DC-1zh3SNB9Yic

Yescas, Oscar: La política en la crisis o la crisis de la política?

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/05/lapolitica-en-la-crisis-o-la-crisis-en.html

Yescas, Oscar: El castigo de Sísifo en la modernidad

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Yescas, Oscar: La defensa del medio ambiente es la defensa de nuestras vidas

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Yescas, Oscar: Psicoterapia y política

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Yescas, Oscar: En defensa de nuestra sociedad

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