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lunes, 30 de mayo de 2022

 

Construyendo la unidad de los jubilados

Oscar Yescas Domínguez

30 de mayo de 2,022

Durante el siglo veinte debido al surgimiento de la sociedad industrial que se caracterizaba por la creación de grandes fábricas donde laboraban miles de trabajadores en condiciones de explotación, surgieron los sindicatos que tenían la misión de defender los intereses de los trabajadores por lo que impulsaron varias luchas sociales que generaron a su vez diversos movimientos colectivos conformados por la unión de miembros de las comunidades donde se gestaban estas luchas.

Gracias a la acción unida de diversos movimientos colectivos se lograron conquistar diversos derechos laborales (contratación colectiva fungiendo el sindicato como representante de los trabajadores, jornada de 8 horas de trabajo al día y cinco días a la semana, pago de tiempo extra, estabilidad y seguridad en el empleo al crear el nombramiento “de base” o contratación indefinida, derecho a la salud, prima de antigüedad, aguinaldo, etc.).

La movilización organizada y colectiva de los trabajadores sirvió de elemento de presión para que estas prestaciones sociales lograran convertirse en leyes, por lo que quedaron plasmadas en la Constitución mexicana y debido al carácter internacional de la lucha de los trabajadores se logró que estos derechos pasaran más allá de derechos constitucionales y lograran formar parte de lo que hoy se considera como derechos humanos universales.

Pero, en la medida que la sociedad industrial crecía y las grandes corporaciones incrementaban su ritmo de producción, también resentía los efectos de los cambios tecnológicos expresados en varias revoluciones industriales (mecanización, automatización, computarización, digitalización y robotización), que afectaron la contratación laboral al exigir nuevos requisitos de empleo y reducir la plantilla de personal al propiciar el despido de millones de trabajadores a nivel mundial.

Nuestra sociedad también resintió el impacto de los cambios políticos y económicos que dieron lugar al surgimiento y expansión de la globalización, que en un principio se definió como “la apertura de las fronteras para el libre tránsito de las mercancías”, pero que estuvo impulsada por la implementación de políticas neoliberales que han sido impulsadas desde los organismos financieros internacionales para reformar las constituciones de varios países de tal forma que se han logrado cambiar las leyes laborales logrando eliminar derechos y prestaciones sociales tales como la seguridad en el empleo, una jornada laboral de 8 horas de trabajo, la contratación colectiva, pago de antigüedad, ayuda para despensa, derecho a la salud y a la jubilación entre otros muchos más.

En este escenario podemos apreciar que el mundo ha estado cambiando y gran parte de estos cambios han sido en perjuicio de los trabajadores y de la población general, ya que la economía de libre mercado ha logrado que en la mayoría de países del mundo se implementen reformas a las constituciones que contienen medidas que incluyen cambios a las leyes laborales También se han eliminado prestaciones como el pago de prima de antiguedad, el pago de ayuda para despensa, el pago de ayuda para gastos fúnebres, etc.

Todos estos cambios en las políticas laborales han afectado la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, en un contexto de crisis económica ya que la inflación supera hasta cuatro veces el monto del porcentaje de aumento salariales y estas medidas forman parte de una política que intenta privatizar los servicios públicos que ofrece el Estado-Nación y están dirigidas desde las cúpulas del poder económico que se guían sólo por su interés de maximizar sus beneficios económicos porque la crisis económica no es pareja ya que los propietarios de los medios de producción (especialmente de las grandes empresas transnacionales) son quienes ven aumentar sus ganancias, mientras la clase trabajadora y población en general vive en una precarización constante de sus vidas al disminuir en forma progresiva su capacidad adquisitiva, por lo que estamos padeciendo un incremento alarmante de una desigualdad social nunca antes vista, misma que se puede constatar al ver que mientras una gran mayoría de la población vive en condiciones de pobreza, marginación y exclusión económica y social, podemos ver también que se reduce la lista de nuevos multimillonarios a nivel mundial, pero aumenta de manera significativa sus riquezas personales.

Una muestra de ello es que a fines de los noventa se manejaba una cifra de 3% de multimillonarios que concentraban la riqueza mundial, cifra que se redujo en 2,010 al 1% de la población mundial y en nuestros días, en pleno 2,022, la cifra se está reduciendo al 0.33% de personas que concentran la mayor parte de la riqueza en el mundo. Por estas razones puede afirmarse que la desigualdad social está fuera de control y es la causa principal de un sufrimiento colectivo y también de continuos brotes de resistencia y rebeldía a nivel mundial.

Lamentablemente, la crisis social que venimos padeciendo, tiene su expresión también en una crisis política y prueba de ello son los políticos que gobiernan a espaldas de sus pueblos en diferentes países, la situación de falta de credibilidad en la que se encuentran los partidos políticos, asimismo los sindicatos que están inmersos en una crisis de liderazgo. En síntesis, podríamos decir que la crisis política significa una crisis de liderazgo, una crisis de la relación de dirigente-dirigido.

Los sindicatos han perdido el rumbo y navegan sin bandera, siguiendo el rumbo de las motivaciones de quienes integran sus direcciones. Los dirigentes sindicales simulan que representan a los trabajadores miembros de sus sindicatos, pero en realidad toman decisiones sin consultar a sus representados y en las últimos décadas han aceptado pactar la desaparición de derechos y prestaciones sociales de los contratos colectivos de trabajo. Mientras los dirigentes sindicales utilizan su estancia en el poder para beneficiarse de manera personal traicionando la misión para la que fueron creados los sindicatos, los trabajadores sindicalizados activos, presentan una crisis de desconfianza hacia sus dirigentes, una crisis de insatisfacción permanente en una sociedad que se basa en mantener un equilibrio entre una producción masiva de productos y servicios y un consumo masivo de los mismos.

Los trabajadores activos padecen el síndrome del “Carpe diem”, viven el presente sin llegar a pensar en el futuro que les espera, su falta de imaginación les impide pensar como será su vejez cuando lleguen a la tercera edad y tampoco llegan a relacionar la violación de los derechos a la salud y a la jubilación de quienes entregaron gran parte de sus vidas, con la situación que enfrentarán ellos mismos cuando deseen retirarse, o los retiren sin su consentimiento y sobre todo sin el pago de pensión alguna.

El desarrollo tecnológico ha tomado por asalto nuestras vidas cotidianas, de tal forma que las nuevas formas de control social se encuentran en el uso excesivo del tiempo que dedicamos a estar con la cabeza hacia abajo mirando las pantallas de nuestros teléfonos celulares, mirando nuestros televisores y la ausencia total del hábito de la lectura, lo cual trae como resultado que abandonemos nuestra capacidad para pensar (homo sapiens) y utilicemos nuestra energía para convivir en la sociedad de la imagen (homo videns), en la cual se hipervalora la juventud, lo nuevo y se menosprecia lo viejo y a los adultos mayores o personas de la tercera edad, se les mira con menosprecio e indiferencia ante el sufrimiento que padezcan por tener enfermedades propias de su edad, o inclusive, si se les llegan a violar sus derechos, buena parte de la población mira con indiferencia estas violaciones a sus derechos.

La realidad está llena de injusticias y al parecer a nadie le importa, algo está pasando y a nadie parece interesarle y es evidente que la mayoría de las personas sólo reaccionan a las injusticias cuando son golpeadas por ellas y cuando son violados sus derechos. La mayoría de las personas ve como algo negativo “hablar de política”, porque ignoran el significado de la política, creen que la política “es lo que hacen los políticos” y no se dan cuenta de que en nuestra sociedad suceden los actos de corrupción y de injusticias sociales, porque existe una corresponsabilidad social. La ceguera moral que padece nuestra sociedad nos impide distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo justo y lo injusto, entre lo bueno y lo malo.

Este es el contexto en el cual se encuentra la situación de los jubilados a nivel mundial, un sector al que se considera improductivo, desechable, vulnerable y una carga familiar y presupuestal. Las personas de la tercera edad reciben un menosprecio social y al mismo tiempo son objeto de agresiones de los organismos financieros internacionales que presionan a los gobiernos de nuestros países para que reduzcan el pago de las pensiones, eliminen gradualmente el derecho a la jubilación para las actuales generaciones de trabajadores jóvenes y aumenten los requisitos para autorizar la jubilación para aquellos trabajadores que la ley les protege y tengan derecho a jubilarse.

En el caso de quienes ya están jubilados, se les restringe el derecho a la salud exponiéndolos a un criminal desabasto de medicamentos que pone en peligro su existencia, se les somete a un retraso en el pago de sus pensiones, se les excluye del aumento de salarios sin considerar que una gran mayoría de los jubilados recibe pensiones demasiado bajas, que sólo les permite sobrevivir y en algunos casos en los que actos de corrupción desmantelaron el sistema de salud pública, intentan que sean los jubilados quienes refinancien la recuperación de las instituciones de salud pública, tal y como están intentando hacer en Baja California con el Issstecali, en donde pretenden quitar parte de las pensiones para financiar la recuperación del Issstecali. Otro ejemplo lo podemos encontrar en la situación que enfrentan los jubilados de Teléfonos de México (TelMex), a quienes la institución pretende quitarles parte de sus pensiones para “convertirlas en acciones” y refinanciar a la empresa.

Los jubilados también sufrimos un triple menosprecio, olvido y marginación de los sindicatos a los cuales pertenecimos, por un lado, ya que los dirigentes de los sindicatos no muestran interés alguno en apoyarnos en la solución de los problemas que enfrentamos en los últimos años de vida cuando son violados nuestros derechos a la salud y son amenazados los pagos de nuestras pensiones, aún cuando estas violaciones pongan en peligro la vida de los jubilados al sufrir desabasto de medicamentos que necesitan para atender enfermedades crónico-degenerativas. Los líderes evitan mencionarnos porque para dejamos de existir desde el momento que recibimos la jubilación, aún cuando varios sindicatos les exigen a los jubilados seguir pagando cuotas sindicales.

La otra cara del menosprecio se observa en los trabajadores activos quienes simulan no ver a sus excompañeros de trabajo, ahora jubilados, aún cuando enfrenten graves problemas de desabasto de medicamentos, son afectados por el retraso en el pago de sus pensiones o necesitan de alguna de las prestaciones de las cuales antes disfrutaban. Su imaginación no les permite comprender que la imagen de los jubilados luchando por sobrevivir exigiendo abasto de medicamentos y pago oportuno de sus pensiones, son un fiel reflejo de la imagen que presentarán en el futuro los actuales trabajadores activos y de que la lucha de los jubilados es la lucha por sus propios derechos laborales.

Finalmente, los jubilados recibimos un menosprecio de parte de familiares, amistades, vecinos y sociedad en su conjunto, que se encuentra inmersa en una sociedad que utiliza un sistema de producción utilizando el sistema de obsolescencia programada y que consiste en producir artículos con tiempos de duración más breve cada vez, por lo cual los consumidores nos vemos obligados a comprar nuevos productos cada vez que se nos descompone alguno de los que poseemos. Los viejos, los adultos mayores, los de la tercera edad somos vistos como personas obsoletas, individuos que ya vivimos nuestras vidas y sólo estamos esperando el momento de nuestra muerte.

Este es el contexto en el cual nos encontramos los jubilados, un sector de la sociedad que estamos conscientes de que somos unos privilegiados porque no toda la población de nuestra edad goza de recibir una pensión para vivir una vejez digna. Pero el que no todas las personas disfruten de una jubilación no es un problema que hayamos provocado nosotros. En el contexto descrito, los jubilados hemos llegado a comprender que nadie vendrá a resolver nuestros problemas, hemos aceptado que la solución a las dificultades que atravesamos depende de nosotros mismos, de nuestra organización, movilización colectiva y de nuestra unidad como gremio de jubilados.

Hasta el momento los jubilados nos hemos agrupado en pequeños grupos, los jubilados provenientes de diferentes dependencias o instituciones para las cuales trabajamos hemos formado grupos de jubilados con la identidad de la dependencia o institución de la cual provenimos y hemos estado luchando por recuperar nuestros derechos perdidos, pero lo hemos hecho en forma aislada como fueguitos dispersos. 

Saliendo un poco del tema quisiera mencionar que dentro de la cultura biker, es decir, la cultura de los diferentes clubes de motociclistas, existe un símbolo que los une: el uso de una calavera y pocos conocen su significado. La calavera es un símbolo de igualdad, de neutralidad, de respeto a todo ser humano. Una calavera no tiene distingo de género, ni tampoco de nacionalidad, mucho menos de condición física, situación económica, ni siquiera hay distingo por la cilindrada de la motocicleta. Basta con ser dueño de una motocicleta para formar parte de una hermandad internacional.

Ante el cúmulo de agresiones a los derechos laborales tanto de trabajadores activos como de jubilados y mirando la inactividad que presentan dirigentes sindicales y trabajadores activos que muestran incapacidad para pelear por sus propios derechos, siguiendo ese ejemplo de igualdad, hermandad y sentimiento de pertenencia a una comunidad que se observa en los clubes de motociclistas, es el momento de que los jubilados construyamos puentes de unidad y podamos organizarnos para estar en mejores condiciones en la defensa y recuperación de nuestros derechos.

Tomemos como punto de partida la marcha de conmemoración del primero de mayo pasado en Hermosillo, Sonora, siendo honestos puede decirse que fue una conmemoración especial del día de los trabajadores en Sonora, porque una columna de jubilados tomó por asalto un espacio dentro de la fila de manifestantes y conquistó un espacio para manifestarse sin estar registrados en la lista de los organizadores de la “marcha oficial”. Fue inevitable observar que a diferencia del resto de trabajadores activos que participaron en la marcha, los jubilados provenientes de varias agrupaciones, lograron destacar porque con su presencia rompimos el silencio que impedía escuchar nuestras voces y los jubilados visibilizamos nuestra presencia con una nueva identidad: como sujetos activos que se manifestaron en el ámbito público tomando las calles para luchar juntos por la recuperación de nuestros derechos.

Esta participación de jubilados en la marcha del primero de mayo fue producto de un acuerdo de un número reducido de organizaciones de jubilados de manifestarse juntos en esa histórica fecha. Ese pequeño agrupamiento decidió también convocar a una reunión más amplia de grupos de jubilados para este pasado 25 de mayo, en la que se discutió la información proporcionada por cada grupo de jubilados, las demandas de lucha que están enarbolando cada agrupación de jubilados y se propuso la posibilidad de unir fuerzas en la creación de un Frente Estatal de Jubilados que permitiera luchar por la recuperación de derechos en forma más organizada, colectiva y unida.

En esta reunión asistieron 22 personas que representaban a 7 organizaciones de jubilados, después de escuchar los planteamientos de las demandas que persigue cada agrupación de jubilados, se vio que a pesar de provenir de diferentes sectores, enfrentamos problemas que son similares, la mayoría de ellos con el tema de la asistencia social (salud y jubilación), por lo que nuestras banderas de lucha coinciden y nos une también el hecho de que pertenecemos al sector de nuestra sociedad que sufre ese marginación social hacia lo “viejo”, menospreciando nuestra experiencia, nuestros conocimientos y nuestras propias vidas. Quizá nuestro símbolo no sea una calavera como la que usan los motociclistas, pero el sólo hecho de ser jubilados nos permite experimentar un sentimiento de pertenencia, camaradería y solidaridad entre los integrantes de los diferentes grupos de jubilados.

Coincidimos también que ninguna autoridad política, laboral o sindical nos protegerá en las agresiones de que somos objeto en la violación de nuestros derechos, por lo que sólo nos tenemos a nosotros mismos para luchar por su recuperación y que el camino para lograr nuestros objetivos requiere de la unidad en la acción para movilizarnos en forma colectiva, unida y organizada. Un ejemplo de la necesidad de que los jubilados nos unamos en la lucha lo podemos observar en el movimiento de resistencia de los jubilados y pensionados del Ayuntamiento de Hermosillo que llevan 5 meses luchando por la recuperación de los derechos y prestaciones que les eliminó el Presidente Municipal Antonio Astiazarán. Otro ejemplo es la lucha de los jubilados de Teléfonos de México por evitar que se les descuente parte de sus pensiones para convertirlas en “acciones “ que financie la recuperación de esa empresa.

Por todas estas razones se planteó la necesidad de unir nuestras luchas construyendo una nueva organización más amplia en la que estuvieran representados todas las organizaciones de jubilados, para estar en condiciones de crear una fuerza social que permita luchar en mejores condiciones. La propuesta concreta fue crear un Frente Estatal de Jubilados para construir una fuerza social que tenga gran capacidad de convocatoria para llamar a movilizaciones colectivas en caso necesario y lograr que las demandas de cada organización de jubilados sea atendida por las autoridades. En virtud de que fue la primera reunión amplia que se realizó por estos grupos de representantes de jubilados, se tomó el acuerdo de que cada grupo de representantes sometiera a discusión con sus representados la propuesta de participar en la construcción de este frente y en la reunión que se acordó para ser realizada el martes 7 de junio del presente año.

Los jubilados nos estamos revelando como un grupo social emergente que surge ante un vacío de liderazgo social en el contexto de un cúmulo de agresiones a los derechos de la clase trabajadora, tanto trabajadores activos como jubilados. Con estas acciones los jubilados nos ponemos de pie, mostrando el camino a seguir a los trabajadores activos, enseñándoles con nuestro ejemplo cómo se lucha para defender nuestros derechos y la forma correcta de hacerlo es a través de movilizaciones colectivas, unidas y organizadas.

La nueva organización de organizaciones que en forma tentativa podemos llamar Frente Estatal de Jubilados de Sonora, contará con la participación de al menos siete agrupaciones de jubilados y contemplará la integración de jubilados de la capital sonorense y de la mayoría de los municipios del Estado de Sonora. Desde el momento en el que estamos trabajando para construir este frente, los jubilados experimentamos un empoderamiento individual y colectivo que viene a desplazar a aquellos sentimientos de soledad y abandono que experimentábamos antes de reconocer que no estamos solos, sino que simplemente hemos estado dispersos y que dejaremos atrás la construcción de un mar de fueguitos aislados para construir una fuerza ciudadana, que no tiene relación alguna con ningún partido político, que permita romper con la asimetría con la que nos tratan desde el poder político, ya que en los hechos estamos sumando fuerzas para construir un nuevo Leviatán conformado por jubilados que han dejado atrás su identidad de víctimas de actos de corrupción, de menosprecio social y condición de “retirados”, para convertirnos en sujetos activos que estamos tomando el control de nuestras vidas y construyendo una identidad como agentes de cambio social.


Yescas, Oscar: Manifiesto por la unidad de jubilados sonorenses

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/05/manifiestopor-la-unidad-de-los.html

Yescas, Oscar: Cuando lo viejo se concierte en nuevo y transforma la realidad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/05/cuandolo-viejo-se-convierte-en-nuevo-y.html

Yescas, Oscar: Notas sobre la marcha de jubilados el primero de mayo en Hermosillo

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/05/notassobre-la-marcha-de-jubilados-el.html

Yescas, Oscar: ¿Por qué los jubilados debemos marchar este primero de mayo?

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/porque-los-jubilados-debemos-participar.html

Yescas, Oscar: En busca de la política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/enbusca-de-la-politica-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: La política detrás de la política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/lapolitica-detras-de-la-politica.html

Yescas, Oscar: El abuso de poder y la resistencia ciudadana

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/03/elabuso-de-poder-y-la-resistencia.html

Yescas, Oscar: La deshumanización de la política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/02/ladeshumanizacion-en-la-politica-elcaso.html

Yescas, Oscar: La lucha de los jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/01/lalucha-de-los-jubilados-del.html

domingo, 29 de mayo de 2022

 

Manifiesto por la unidad de los jubilados sonorenses

Hoy en día nos tocó vivir tiempos difíciles, la humanidad padece una seria crisis que se manifiesta en cuatro dimensiones: económica, política, ecológica y sanitaria. En el aspecto económico vemos una reducción constante de nuestra capacidad adquisitiva provocada por el aumento de la inflación, la contención de los salarios y un inusitado incremento de la desigualdad social.

Uno de los sectores sociales más golpeados en nuestra sociedad somos los jubilados, porque buena parte de este sector recibe pensiones bajas que impiden tener una vejez digna y la situación se agrava porque varios sectores de jubilados no se benefician con los aumentos salariales. Desde el momento que nos jubilamos pasamos a vivir en condiciones de una “muerte social” porque dejamos de existir para los directivos de las instituciones a las que entregamos buena parte de nuestras vidas, los dirigentes sindicales nos mantienen en el olvido y no contemplan la defensa de los derechos de los jubilados, los trabajadores activos que fueron nuestros compañeros dejan de procurarnos y varios de ellos nos perciben como la causa de un “desvío del presupuesto que impide mejorar sus condiciones de trabajo” y algunos familiares llegan a vernos como una “carga familiar”.

De la misma forma que algunos empresarios enfrentan la crisis económica, las autoridades gubernamentales intentan cargar el peso de la crisis en los jubilados, retrasando la autorización de nuevas jubilaciones, aumentando los requisitos para jubilarse y desapareciendo el derecho a la jubilación para las nuevas generaciones de trabajadores, afectando el derecho a la salud para los jubilados, o como en el caso de ISSSTECALI, pretenden resolver su insolvencia financiera descontando parte de la pensión a los jubilados “para rescatar a la institución”.

Ante estas agresiones de las que estamos siendo objeto, nos hemos dado cuenta de que estamos solos y de que nadie vendrá a resolver nuestros problemas ni a defendernos de las múltiples agresiones que recibimos en nuestros derechos. Es por ello que han surgido varias agrupaciones de jubilados que se vieron en la necesidad de abandonar la privacidad de sus hogares, para salir a manifestarse en la vía pública, abandonando su condición de víctimas de actos de corrupción para construir una nueva identidad como sujetos activos que toman los espacios públicos para luchar por la recuperación de sus derechos. La conmemoración del primero de mayo pasado en la capital sonorense permitió que varias agrupaciones de jubilados actuaran en forma organizada, unida y colectiva, para conquistar un espacio en la columna de organizaciones de trabajadores que desfilaron y el contingente de jubilados destacó por la dignidad y firmeza con la que exigieron respeto a sus derechos a las autoridades gubernamentales.

Esta acción colectiva nos permitió ver que en realidad no estamos solos, sólo que hemos estado dispersos y luchando en forma aislada, pero al marchar unidos logramos visibilizar nuestra presencia, reconociéndonos como compañeros de lucha, demostrando que estamos vivos y con la energía suficiente para construir una nueva imagen de los jubilados actores sociales participando en una lucha por la defensa de nuestros derechos, que nos enfrenta a la implementación de políticas de privatización en el sector salud, por lo que nuestra participación en ella nos convierte en nuevos sujetos políticos lideran el campo de las luchas sociales.

Como parte del aprendizaje de la marcha del 1ro de mayo, los representantes de un número significativo de agrupaciones de jubilados, nos reunimos el pasado 25 de mayo en el local del Sindicato de Telefonistas de Hermosillo y después de discutir los problemas de cada agrupación de jubilados nos propusimos crear un Frente Estatal de Jubilados que nos permita unir nuestras fuerzas en la lucha por la recuperación del sistema de seguridad social. Con la intención de generar un consenso y garantizar la participación masiva de los jubilados, acordamos que esta propuesta se discutiera en cada agrupación de jubilados y decidir la creación de este frente el próximo 7 de junio, cuando nos reuniremos nuevamente.

Tenemos confianza de que en esa fecha tomaremos la histórica decisión de crear una amplia organización de jubilados que actúe como un moderno Leviatán, lo cual nos permitirá construir una nueva fuerza social que continuará visibilizando aún más nuestra presencia, actuar a todas las organizaciones de jubilados en forma colectiva, unida y organizada hasta lograr ser escuchados y con ello reducir la distancia y asimetría con el poder político al lograr vernos en una posición horizontal, desde un poder ciudadano a un poder político y recibir respuestas a nuestras demandas más urgentes. 

En base a estas consideraciones, se hace una atenta invitación a otras agrupaciones de jubilados a que se sumen a este proyecto que se caracterizará por ser un movimiento auténticamente ciudadano, sin ninguna relación con partidos políticos. La cita es el martes 7 de junio a las 17:00 horas en el local denominado El relajo situado en Calle Arizona # 117, esquina con José S. Healy.

Movimiento 30 de julio de derechohabientes del Isssteson, 

Jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo, 

Jubilados de Teléfonos de México, Sección Hermosillo, 

Asociación de Pensionados y Jubilados de la Universidad de Sonora

Alianza Estatal de Jubilados y Pensionados federalizados en Movimiento (ISSSTE), A.C.

Coalición Nacional de Jubilados y Pensionados Elpidio Domínguez

Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores de la República Mexicana (CONJUPAM)

Jubilados del IMSS, Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores de la República Mexicana, A. C.

martes, 17 de mayo de 2022

 

Cuando lo viejo se convierte en nuevo y transforma la realidad

Oscar Yescas Domínguez

17 de mayo de 2022

En el mundo que vivimos donde prevalece una economía de libre mercado, estamos padeciendo una versión siniestra del “juego de las sillas” del cual nadie se escapa y el premio para quienes ganan en este juego es evitar temporalmente la exclusión y marginación social, mientras que los que pierden pasan a vivir en condiciones de marginación y exclusión social. 
Debemos tener presente que la dinámica de cambios sociales que inició en la segunda mitad del siglo pasado no ha parado de evolucionar y nos mantiene corriendo en un ritmo cada vez más veloz y en esta carrera van quedando atrás aquellos que no pueden adaptarse a una sociedad basada cuyo eje central se encuentra en mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo. En un mundo globalizado, se necesita al menos hablar dos idiomas, tener conocimientos mínimos de computación y manejo de redes sociales. En la sociedad red que nos describe el sociólogo Manuel Castells, la socialización se da en las redes sociales y quien no "está conectado" en alguna red, corre el peligro de recibir una "muerte social", porque los amigos que están conectados, sólo interactúan con quienes se encuentran en el mundo virtual. 

Estamos dejando atrás aquellos tiempos donde existía una relativa igualdad social, cuando prevalecía un enfoque humanista en las relaciones interpersonales, existía un respeto a las personas de mayor edad, se podía encontrar una sensibilidad hacia el sufrimiento ajeno y por ello se podían observar acciones de solidaridad social hacia los desfavorecidos. Pero el día de hoy, nuestra vida cotidiana la vivimos con una sensación similar a la que se experimenta cuando patinamos sobre hielo quebradizo, ya que nuestra seguridad personal e integración social, depende de la velocidad con la que aprendamos nuevos comportamientos y de la rapidez con la que nos movamos en nuestra actividad social desarrollando nuevos repertorios conductuales en los diferentes ámbitos de convivencia social en los que tenemos interacción: trabajo, educación, familia, etc.

Podemos diferir en muchas cosas, pero un hecho innegable es que todo, absolutamente todo está cambiando, lo único que no cambia es la premisa de que todo está cambiando y debido a esa velocidad con la que se presentan los cambios nos sucede que, todavía no terminamos de consolidar nuevos comportamientos a las circunstancias cambiantes, cuando de repente se presentan nuevos cambios en nuestras condiciones de vida, por lo que no alcanzamos a consolidar cambios de actitudes, de valores y en nuestros comportamientos, cuando tenemos frente a nosotros nuevos cambios.

Vivimos en el contexto de una sociedad moderna líquida (un término acuñado por el sociólogo Zygmunt Bauman para describir la rapidez y facilidad con la que se transforma nuestra sociedad) en la que las respuestas comportamentales que diseñamos para enfrentar los cambios, envejecen rápidamente y se muestran obsoletas antes de que podamos tener la opción de conocerlas adecuadamente, porque los comportamientos que nos dieron éxito en el pasado ya no funcionan en las circunstancias actuales.

Nos encontramos viviendo en el imperio de lo efímero, dentro de una cultura consumista que nos empuja a consumir cada vez más, nos han vendido la idea de que podremos lograr mayor felicidad en la medida que podamos aumentar un mayor nivel de consumo. En esa línea de pensamiento, los productos que adquirimos para lograr un bienestar en nuestra vida privada y social, tienen una duración que se acorta cada vez más, tienen una corta vida ya que se producen en base a un diseño que ellos dota de una obsolescencia programada para que dejen de funcionar cada vez menos tiempo y los consumidores nos veamos en la necesidad de reemplazar viejos productos a través del consumo de nuevos productos que salen al mercado y la publicidad nos dice que traen nuevas funciones y que son mejores que las versiones anteriores.

La mayoría de la población, especialmente los jóvenes, viven en un eterno carpe diem, viviendo el aquí y ahora sin pensar en ningún momento en el futuro que les espera, se dejan llevar por una tendencia hedonista en busca del placer temporal y efímero, ignoran completamente que tienen derechos que cada día son violados impunemente, desconocen la historia del pasado, inclusive su memoria no registra eventos del pasado reciente y su percepción de la realidad se limita a sus vivencias personales.

En este contexto de una sociedad de consumo que forma al ciudadano ideal para subsistir, el pensamiento autónomo es algo que tiende a desaparecer y el lugar del homo sapiens que surgió como un notable cambio en la evolución humana al desarrollar la capacidad de pensar por cuenta propia, es sustituido por una nueva figura que es el homo consumens, que no piensa, no critica, no se inconforma y que valora lo que le rodea en función del placer que le proporciona.

Esta forma de actuación (iba a decir “forma de pensamiento” pero el pensamiento desaparece con el surgimiento del homovidens), de existir en función de una búsqueda eterna del placer efímero, se extrapola a las relaciones interpersonales y la sociedad líquida que nos describe el filósofo Polaco Zygmunt Bauman, tiene su expresión en el surgimiento del amor líquido que se vive en nuestros días, cuando las parejas de hoy tienen una relación efímera porque lo que buscan entre sí, es la gratificación personal y la percepción de la pareja como un objeto que proporcionará placer y satisfacción, pero una vez pasada “la novedad” se presenta el aburrimiento, el hastío y la decepción mutua que provoca incremento en el número de separaciones de parejas o actos de infidelidad.

En esta sociedad donde prevalece el enfoque de la economía de mercado las personas sufrimos un trato similar a los productos porque en la medida que envejecemos sufrimos un menosprecio social, porque debemos observar que en la cultura en la que prevalece lo efímero, surge una hipervaloración de la juventud como uno de los dones más preciados y se estimula una cultura de la imagen joven como uno de los ideales a alcanzar para tener una mayor aceptación social y para lograr una imagen juvenil el mercado nos ofrece una enorme cantidad de productos que nos permiten mantener la apariencia de una “eterna juventud”.

Por esas razones se presenta en los adultos una “crisis de los 40”, una crisis de los 50, otra crisis de los 60, porque en la medida que vamos envejeciendo, vamos perdiendo no sólo oportunidades de trabajo, o posibilidades de conseguir una nueva pareja, vamos perdiendo también aceptación social y obteniendo un menosprecio gradual en nuestro ambiente de trabajo, en nuestro ambiente familiar, en nuestro ambiente social.

En el caso de las personas que llegamos a la tercera edad somos percibidos culturalmente como personas improductivas, como individuos dependientes porque debido a nuestra edad, necesitamos más ayuda social porque el paso del tiempo nos cobra los excesos que tuvimos en nuestra juventud, o por la falta de atención a nuestra salud y nos encontramos en un momento de nuestras vidas en la que afloran diversas enfermedades “propias de la edad” por lo que necesitamos mayor atención médica, consumir más medicamentos en forma permanente y la mayoría de quienes forman parte de este grupo no trabajan, ya sea porque perdieron el empleo al ser sustituidos por gente más joven, nadie los contrata porque por su edad no encajan en el perfil de requisitos que exigen los empleadores, o porque dejaron de ser trabajadores activos y consiguieron su jubilación para “estar en retiro laboral”, lo que suele interpretarse en forma distorsionada como un “retiro social” y  llegan a ser percibidos como “una carga económica” para los familiares cercanos o como una “carga presupuestal” para las empresas públicas y privadas.

La situación se complica porque los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras organizaciones que forman parte del poder corporativo a nivel mundial, han dirigido sus baterías en contra de los jubilados y pensionados al implementar políticas neoliberales que incluyen severos recortes al pago de pensiones, cambios en los contratos colectivos de trabajo que contemplan la desaparición del derecho a la jubilación y/o el aumento en la edad de la jubilación en promedio de cinco años más, medidas que tienen la intención oculta de no pagar más pensiones y en algunos casos se logra porque centenares de trabajadores activos fallecen antes de lograr recibir su jubilación. Se puede decir entonces que hemos llegado a un grado extremo de deshumanización debido a que los organismos financieros internacionales presionan a los gobiernos de diferentes países para que se elimine el derecho a la jubilación como un derecho humano utilizando el argumento de que la crisis económica internacional que estamos padeciendo no permite seguir “soportando” el pago de las pensiones.

A quienes promueven tales violaciones a los derechos humanos no les importa que al realizar recortes presupuestales en finanzas públicas, se ponga en peligro la vida de las personas de la tercera edad, ellos tienen la percepción de que los jubilados y pensionados son personas que “ya vivieron sus vidas” y están utilizando recursos que deberían ser destinados para la gente joven, creen que los pensionados y jubilados son “personas en estado de vulnerabilidad social” y han tenido la osadía de pensar que representaría problema alguno el reducir el pago de pensiones,  restringir el derecho a la salud y eliminar el derecho a la jubilación.    La expansión de las violaciones a los derechos de pensionados y jubilados, ha sido permitida porque gran parte del problema ha sido la inconsciencia, ignorancia e insensibilidad que muestran los trabajadores activos que no han comprendido que les están violando sus derechos laborales al aumentarles la edad de la jubilación o al eliminar por completo la posibilidad de que puedan jubilarse en un futuro. La otra cara de la moneda es la complicidad, el silencio y pasividad que muestran los dirigentes de organismos sindicales que aceptan estas violaciones a los derechos de los trabajadores activos sin cumplir con su función de liderazgo sindical que debería tener como prioridad la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores y guardan silencio sobre los atropellos a pensionados y jubilados porque para ellos ya no existen, al parecer, quien se jubila recibe una "muerte social".

Ni unos (trabajadores activos), ni otros (dirigentes sindicales) logran alcanzar a desarrollar una sensibilidad, empatía y nivel de consciencia que les permita verse en la imagen actual de la situación que atraviesan los pensionados y jubilados como si estuvieran en un espejo del futuro. Los pensionados y jubilados actuales están siendo victimas de violaciones a sus derechos a la salud y a la jubilación, y su situación puede considerarse como una fiel imagen del futuro que les espera a los trabajadores activos cuando lleguen a la tercera edad y necesiten obtener su retiro laboral para vivir una vejez digna disfrutando de una pensión o de una jubilación que les permita vivir los últimos días de sus vidas en forma tranquila en el aspecto económico.

Pero los trabajadores activos ensimismados no logran visualizar su futuro como retirados porque están viviendo en ese eterno carpe diem que les impide pensar en el futuro. No logran comprender que el futuro ya está aquí, no se necesita ser profeta, mago o pitonisa para visualizar que el futuro de los trabajadores jóvenes y activos se está destruyendo con la implementación de políticas neoliberales que recortan prestaciones y derechos de contratos colectivos de trabajo y de manera particular, eliminan las pensiones y jubilaciones para quienes hoy se encuentran como trabajadores activos.

Dirigentes sindicales y trabajadores activos faltan a su compromiso histórico de defender los intereses de la case trabajadora, comparten con otros sectores de la sociedad ese menosprecio a lo viejo al ocupar el lugar que dejaron vacantes los jubilados y desaparecer de su memoria, estatutos sindicales y vida social a aquellos que “dejaron de ser activos” para disfrutar de su jubilación. Hacen eco a las declaraciones de que las prestaciones y percepciones que disfrutan los pensionados y jubilados son un “desperdicio”, porque esos recursos deberían ser destinados para que los trabajadores activos tengan mejores condiciones de trabajo y mayores percepciones.

Olvidan que los golpes en contra de los derechos de los pensionados y jubilados también van dirigidos en contra de ellos mismos. La crisis de liderazgo que se observa en los sindicatos es un fiel reflejo de la crisis de liderazgo que se presenta en nuestra sociedad, que se manifiesta como parte de una crisis política dentro de la crisis social más amplia que afecta a la sociedad en su conjunto. Al igual que los partidos políticos han perdido credibilidad y sufren un rechazo y menosprecio de la población, porque cuando están en el poder se olvidan de quienes los llevaron al mismo, los sindicatos han perdido capacidad e convocatoria, la participación sindical se ha reducido y el sindicato sólo existe cuando se recuerda que pertenecer al mismo trae consigo beneficios y se pueden disfrutar prestaciones incluidas en los contratos colectivos de trabajo.

La simulación permea en todos los niveles de nuestra sociedad y en los sindicatos, los dirigentes simulan que representan a los trabajadores, pero guardan silencio cuando se eliminan prestaciones sindicales o se vulneran los derechos de los trabajadores. Los trabajadores sindicalizados simulan ser sindicalistas y acuden a marchar el primero de mayo, más por conveniencia que por convicción o conocimiento de la historia y significado de esa fecha que se conmemora a nivel mundial.

En este contexto de deterioro social, de crisis política, los pensionados y jubilados ubicados dentro de lo que se consideran viejos, improductivos, desechables e indefensos, proceden a salir de su encierro obligados por la necesidad de luchar en defensa de sus vidas, mismas que se encuentran en peligro ante los innumerables actos de corrupción que desmantelaron el sistema de asistencia social en México, actos de corrupción que, por cierto, siguen cobijadas por el manto de la impunidad en la entrada del cuarto año del gobierno de la autollamada “Cuarta Transformación”.

En el contexto de este gobierno los jubilados siguen padeciendo la violación a sus derechos a la salud y con la sombra de la incertidumbre sobre si seguirán recibiendo el pago de sus pensiones porque se sigue manejando la existencia de una crisis financiera en las cuentas públicas y quienes cometieron actos de corrupción siguen intocables y el nombramiento de la ex-gobernadora de Sonora señalada como la responsable del desfalco financiero del Isssteson y acusada de innumerables actos de corrupción, recibe como premio al final de su sexenio el nombramiento de Cónsul de México en Barcelona, España, una noticia que es recibida como una mala señal por el conjunto de la población mexicana que “serán representadas” por un ícono del priísmo y una figura pública involucrada en actos de corrupción. Acciones de este tipo restan credibilidad al gobierno mexicano ante su propia población, porque aparentemente, las autoridades pretenden "patear el bote del combate a la corrupción" y seguir el ejemplo de gobiernos anteriores que cubrieron la corrupción de sus antecesores.

Los pensionados y jubilados se han dado cuenta de que están solos, ningún sindicato, ningún partido político, ni gobierno alguno los defenderá de las amenazas que ciernen sobre sus cabezas y es cuando toman consciencia de que no están solos, que se tienen a sí mismos, que sus problemas individuales son en realidad problemas sociales, que los problemas locales tienen un origen global y es cuando empiezan a construir un nuevo paradigma social, al dejar atrás su imagen de “personas indefensas”, de “individuos dependientes y en alto grado de vulnerabilidad social”.

El vacío de liderazgo sindical y el abandono al que están siendo sometidos los pensionados y jubilados por sus propios sindicatos que ya no los reconocen como miembros de sus organizaciones, los obligan a tomar consciencia de que la unidad en la acción realizada en forma colectiva y organizada, es el camino para resolver sus problemas. 

Los pensionados y jubilados dejaron atrás su papel de víctimas pasivas de actos de corrupción y empezaron a construir una imagen nueva que sorprendió a propios y extraños, la imagen de los cabecitas blancas tomando las calles en forma masiva, portando pancartas donde escribieron sus demandas y se lanzaron a iniciar una lucha por la recuperación de sus derechos a la salud y a la jubilación, por el rescate del Isssteson y en demanda de castigo a los responsables de actos de corrupción. 

Este pasado 1ro. de mayo del 2022, los pensionados y jubilados hicieron historia porque nunca antes en  un primero de mayo habían desfilado una columna de jubilados con trabajadores activos. En esa ocasión, la sensación de ser diferentes a los contingentes de trabajadores activos que marcharon con uniforme, camisetas, gorras, sombrillas, etc., nunca fue tan satisfactoria, porque a diferencia de los trabajadores activos que desfilaron como si fuera un fiesta, que asistieron en cierta forma obligados porque de no hacerlo recibirían sanciones de sus dirigentes sindicales, Los pensionados y jubilados marcharon con la cabeza en alto, mostrando gran dignidad y sobre todo, independencia, combatividad y firmeza exigiendo solución a sus demandas.

Lejos quedó la imagen de los jubilados  como sector débil y fragmentado, como personas indefensas y sumisas. La imagen que se proyectó fue de personas que estaban construyendo su autonomía como individuos y como agrupamiento. Recordemos que una sociedad democrática sólo puede existir si sus integrantes muestran independencia de las autoridades, participación social y autonomía para tomar decisiones por su propia cuenta.

Por todo lo anteriormente descrito, podemos decir que estamos viviendo un momento histórico en el cual lo viejo se convierte en algo nuevo y lo que era considerado viejo encabeza e día de hoy una verdadera transformación de la realidad.

Aquellos que menospreciaban a los de la tercera edad, olvidaron un dato importante: la esperanza de vida ha aumentado en los últimos años a nivel mundial y quienes nos encontramos en el rango de edad entre los 60 y 70 años, nos sentimos todavía con fuerzas para luchar por la defensa de nuestros derechos. Aquellos que son mayores de 70 años, quizá tengan menos fuerzas, pero salen a las calles a defender sus derechos a a salud y a la jubilación con mayor motivación, porque la defensa del derecho a la salud y de la jubilación representa para todos, pero en especial para ellos, la defensa del derecho a la vida.

Un cuadro muy diferente presentan los trabajadores activos porque a pesar de tener la energía propia de su edad, optan por asumir posiciones de conformismo, sumisión y obediencia a la figura de autoridad, aún cuando ésta autoridad atropelle sus derechos. Aceptan seguir en la simulación de que sus dirigentes los representan y de que son verdaderos sindicalistas.

Es importante mencionar que debido al incremento de la esperanza de vida en las últimas décadas, estamos viendo surgir a nivel mundial un nuevo grupo poblacional, me refiero al grupo que se le ha denominado “la cuarta edad” y está integrado por aquellas personas que tienen una edad entre que oscila entre los 80 y 100 años. De ahí entonces que estar en la tercera edad ya no sea más un sinónimo de estar en la antesala de la muerte, ya no significa pertenecer a un grupo de “vulnerabilidad social”, porque quienes estamos en el rango de edad entre los 60 y 70 años todavía estamos vivos y con fuerza como para luchar por la defensa y recuperación de nuestros derechos.

El surgimiento de diferentes agrupaciones de pensionados y jubilados es una muestra de que lo viejo se está convirtiendo en algo nuevo al encabezar la lucha social por la defensa de los derechos a la salud y a la jubilación, una lucha que beneficia tanto a trabajadores activos como pensionados y jubilados. Pero ante el inmovilismo sindical, los pensionados y jubilados no necesitan pedir permiso alguno para luchar en defensa de sus vidas y así como tomaron por asalto un espacio en el desfile del primero de mayo bajo la consigna de “no se necesita pedir permiso para ocupar los espacios de lucha”, los los pensionados y jubilados se están acercando entre sí, reconociéndose como camaradas de lucha y empiezan a unir fuerzas para crear un poder social que permita reducir la asimetría con la que el poder político trata a los de la tercera edad y realizar acciones colectivas, unidas y organizadas para realmente lograr una transformación social.

Los viejos estamos mostrando a los jóvenes el camino y desarrollando nuevos comportamientos para crear las condiciones que nos conduzcan por un camino que nos permita lograr una verdadera transformación de la realidad social. Estamos viendo el surgimiento de una nueva figura de luchador social, de un nuevo sujeto político que sale de lo privado para tomar los espacios públicos y demandar ser visibilizado, exigir ser escuchado en la exigencia de sus demandas que empiezan por la recuperación de sus derechos. 

Es la figura de los jubilados que al verse obligados a salir de sus casas para luchar por sus derechos, deja atrás el papel de víctimas al construir una nueva identidad como sujetos activos y en este aprendizaje en las luchas sociales, encuentran un nuevo significado en sus vidas al asumir una nueva identidad como actores políticos, reconociendo la lucha por recuperar sus derechos nos conduce a enfrentarnos a la implementación de políticas neoliberales que intentan despojarnos de nuestros derechos de asistencia social y por esa razón, la lucha que realizan los jubilados se convierte en una lucha política.

Un gran paso en este camino se realizará en la reunión que tendrán diferentes agrupaciones de pensionados y jubilados que tendrá lugar este próximo 25 de mayo a las 10:00 a.m. en el local del sindicato de telefonistas en la ciudad de Hermosillo, Sonora, ya que diferentes movimientos colectivos de jubilados que han estado luchando hasta este momento en forma aislada en defensa de sus derechos laborales, tendrán la oportunidad de conocerse entre sí, dialogar acerca de las demandas por las que lucha cada agrupamiento, analizar posibilidades de unir fuerzas para luchar juntos y concretar un sueño que nos fue imposible concretar cuando estuvimos como trabajadores activos: crear un Frente Estatal de Jubilados en el Estado de Sonora, para organizar movilizaciones y tener representatividad en cada municipio del Estado.

Los jubilados estamos construyendo un nuevo Leviatán (aquel gigante que describió Thomas Hobbes, que se alimentaba con la participación ciudadana y terminó derrocando a la Monarquía como forma de gobierno para inaugurar el Estado Moderno), al unir nuestras fuerzas, estamos actuando como maestros enseñando el camino a seguir a los trabajadores activos, que todavía no comprenden dos cosas: 

a) La lucha de los jubilados es también la lucha de los trabajadores activos, porque estamos luchando por la defensa del sistema de asistencia social, por la defensa del derecho a la salud y por la defensa del derecho a la jubilación, 

b) La situación precaria que viven miles de jubilados que sobreviven percibiendo raquíticas pensiones, es una imagen del futuro que les espera a los trabajadores que hoy están activos, pero que el día de mañana recibirán su jubilación y pueden pasar dos cosas: que reciban pensiones incompletas, o que no reciban pensión alguna.

De la decisión que tomen los trabajadores activos de seguir en su zona de confort, mostrando conformidad a la violación de sus derechos, o si deciden terminar con la simulación y se comprometen a participar al interior de sus sindicatos para democratizar su funcionamiento dependerá el futuro que les espera.

Por parte de los jubilados la situación es distinta, porque hemos encontrado un nuevo sentido a nuestra existencia, un nuevo motivo para seguir viviendo: luchar por la defensa de nuestros derechos a la salud y a la jubilación. Estamos abriendo un camino que nos conducirá a lograr la solución delos problemas que nos aquejan, estamos creciendo, como personas y como movimiento colectivo incluyente al sumar fuerzas de varias agrupaciones de jubilados que compartimos mismos objetivos y por ello nos encontramos optimistas.

No tenemos relación alguna con partidos políticos, es un movimiento ciudadano y en este camino nos encontramos con personas que nunca nos hemos conocido, pero que al estar en contacto debido a nuestra condición de jubilados, nos hermana un sentimiento de igualdad, solidaridad y unidad, que impulsa y fortalece el deseo de participar en esta lucha porque en cada paso que damos en ella, recuperamos la dignidad que nos estaban negando.

Yescas, Oscar: El jovenismo y la decadencia de lo viejo en la sociedad contemporánea.

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/08/eljovenismo-y-la-decadencia-de-lo-viejo_9.html

Yescas, Oscar: En busca de la política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/enbusca-de-la-politica-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: ¿Por qué los jubilados deben participar en el desfile del primero de mayo?

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/porque-los-jubilados-debemos-participar.html

Yescas, Oscar: Notas sobre la marcha del primero de mayo en Hermosillo. https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/05/notassobre-la-marcha-de-jubilados-el.html

jueves, 5 de mayo de 2022

 

Notas sobre la marcha de jubilados el primero de mayo del 2022  en Hermosillo

Oscar Yescas Domínguez

05 de mayo del 2022


Este domingo 1ro. de mayo en Hermosillo, Sonora se hizo realidad aquella premisa que dice que “si las personas se dieran cuenta de que si una pequeña acción individual es realizada en forma coordinada por cientos o miles de personas, se crearía un poder social con la suma de tantos esfuerzos que sería capaz de provocar grandes cambios sociales, es entonces cuando comprenderían la necesidad de aumentar su participación social”.

El día internacional de los trabajadores en la capital sonorense fue muy diferente a las marchas de otros primeros de mayo, y no fue precisamente por la enorme cantidad de gente que asistió (algunos cálculos oscilan entre 25,000 y 30,000 personas todos ellos trabajadores organizados en diferentes sindicatos), lo que en realidad resaltó como algo nuevo y llamó la atención de los asistentes a esta marcha, así como de autoridades gubernamentales y de los medios de comunicación masiva, fue la significativa presencia de un agrupamiento de aproximadamente un centenar de jubilados que respondieron a la convocatoria del Movimiento 30 de julio para conquistar un espacio en la columna de manifestantes.

Todos sabemos que este tipo de eventos tiene una organización previa en virtud del gran número de organizaciones participantes y a cada sindicato se le asigna un orden dentro de la columna de manifestantes, también es sabido que los dirigentes sindicales han olvidado que el primero de mayo es un día de lucha y combatividad porque se conmemora el asesinato de trabajadores que en 1886 organizaron una marcha en Chicago para exigir reducción de la jornada de trabajo y aumento salarial entre otras prestaciones.

Durante el prianismo las marchas del primero de mayo se caracterizaron por mostrar actitudes de sumisión al gobierno en el poder por parte de la mayoría de dirigentes sindicales, logrando algunos de ellos “el honor de ser invitados al presídium”, en premio a la función de contención y control de los trabajadores que pertenecen a su sindicato. Un ejemplo de ello es Luis Antonio Castro Ruiz, dirigente del Sutspes, quien tiene más de 20 años ocupando la dirigencia de ese sindicato y ha gozado de canonjías que le otorgaron Gobernadores priístas y panistas a cambio de controlar a los trabajadores del Gobierno del Estado. Al parecer pretende seguir por ese mismo camino en el nuevo gobierno de Alfonso Durazo que representa a Morena.

En este 2022 la situación fue distinta porque los trabajadores sindicalizados salieron a las calles después de dos años sin manifestarse por motivo de la pandemia, una crisis sanitaria que provocó un apagón del sistema económico y el cierre de miles de empresas en varias partes del mundo, por lo que miles de trabajadores se quedaron sin empleo y se agudizó la crisis económica afectando las condiciones de vida de millones de personas.

Considero importante mencionar que tuvimos un factor nuevo en la marcha del primero de mayo de este año, ya que fue la primera vez que la marcha sería encabezada por el Gobernador Alfonso Durazo, quien pretendió darle un significado diferente a esta conmemoración acompañando a pie al contingente inicial, lo que provocó que el nivel de protesta y exigencias descendiera ya que junto a las demandas y consignas de los oradores que se detuvieron frente al templete donde estaba el Gobernador, terminaban su discurso expresando su adhesión o simpatía a la Cuarta Transformación.

Pero al margen de esta estrategia gubernamental, los organizadores de la marcha no contaban con la presencia de varias agrupaciones de pensionados y jubilados que están construyendo un movimiento ciudadano, sin filiación hacia ningún partido político y han estado luchando por la recuperación de los derechos a la salud, a la jubilación, por la recuperación del Isssteson y el castigo a los responsables de actos de corrupción. En este período de lucha los grupos de pensionados  y jubilados han logrado posicionarse como un movimiento ciudadano cuyos representantes han logrado conquistar el papel de interlocutores sociales y con las movilizaciones están construyendo un poder ciudadano que ha sido reconocido por el propio Gobernador Alfonso Durazo ya que les ha permitido sentarse en la mesa de las negociaciones con funcionarios de primer nivel del Gobierno del Estado, con quienes se han logrado solucionar parcialmente el problema del desabasto de medicamentos, atención médica con especialistas y garantizado el pago oportuno de las pensiones y jubilaciones.

Pero el principal logro que han obtenido los pensionados y jubilados  es el empoderamiento individual de sus integrantes que ya dejaron atrás el sentimiento de abandono, soledad e impotencia porque se han dado cuenta de que no son unos cuantos. El surgimiento de varios grupos de pensionados y jubilados que se están movilizando han venido a cubrir un vacío de liderazgo provocado por la ausencia de los dirigentes sindicales que perciben a los jubilados como “muertos vivientes” a quienes no vale la pena defender sus intereses porque algunos ya no pagan cuotas sindicales o se encuentran en el ocaso de sus vidas.

El reconocimiento de que existen varias agrupaciones de jubilado viene a darnos un nuevo sentido a la existencia de los jubilados al cambiar su autoimagen y dejar de verse a sí mismos como víctimas de actos de corrupción, para empezar a construir una nueva identidad como sujetos activos que luchan por la recuperación de los derechos que estaban siendo violados, esta nueva  como actores sociales permite asumirse como sujetos políticos que están tomando consciencia de que actuando en forma unida, organizada y colectiva podrán lograr una mejor defensa de sus intereses colectivos.

En este contexto de desarrollo y crecimiento de agrupaciones de pensionados y jubilados se evidenció claramente el primero de mayo pasado al concretar la imaginativa idea de que un contingente de jubilados participara junto a los trabajadores organizados en sus sindicatos. La idea sonaba descabellada en principio porque el primero de mayo es el día en el que los trabajadores activos de todo el mundo salen a protestar por sus condiciones de trabajo, a exigir solución a sus demandas de mejores condiciones de trabajo, aumentos de salario, etc. En la historia del primero de mayo no se tenía registro alguno de que algún contingente de jubilados hubiera participado en la columna de manifestantes.

Pero esas aparentes objeciones no detuvieron a integrantes de varias agrupaciones de jubilados que decidieron integrarse a la columna oficial del desfile del primero de mayo en Hermosillo, Sonora, logrando hacer historia porque fue la primera ocasión en la que los jubilados y pensionados se manifestaron  junto a los trabajadores activos. Los temores y las dudas que se tenían acerca de la posibilidad de que hubiera poca respuesta y se tuviera una baja participación en esta marcha, considerando que muchos jubilados padecen enfermedades que les impiden caminar y la apatía que han mostrado varios jubilados hacia la participación en otras actividades públicas en exigencia del derecho a la salud, no detuvieron a quienes se integraron a la columna oficial del desfile del primero de mayo, fue evidente que quienes participaron tenían una gran convicción de que estaban haciendo lo correcto.

Sabíamos que seríamos pocos los manifestantes, que seríamos los mismos rostros que siempre nos presentamos en las actividades públicas, pero eso no nos detuvo, para ampliar la participación en forma unida con otros jubilados realizamos reuniones con otras organizaciones como los jubilados y pensionados del Issste, Coalición Nacional de Jubilados, Sección Sonora, Pensionados y Jubilados de la Universidad de Sonora y Jubilados del Ayuntamiento que se encuentran luchando por sus derechos.

También sabíamos que no teníamos asignado un espacio dentro de la columna de miles de manifestantes, pero aún así nos presentamos el día primero de mayo a primeras horas de la mañana y bajo la consigna de que “no se pide permiso para ocupar los espacios de lucha, los espacios de lucha se conquistan”, logramos incorporarnos detrás de los contingentes del Staus y del Steus, ya que buena parte de integrantes del Movimiento 30 de Julio provienen de ambos sindicatos.

Con alegría vimos que antes de iniciar la marcha se habían incorporado en el punto acordado decenas de personas  portando las mantas de sus organizaciones. Al momento de iniciar la caminata ya sumábamos un número aproximado de 100 jubilados portando la mayoría de ellos pancartas que llamaban la atención de los trabajadores de otros sindicatos por las consignas que contenían y que no eran muy diferentes a las consignas de los contingentes de trabajadores activos.

Llegó el momento de empezar a caminar y con cada paso que avanzábamos sentíamos que empezamos a escribir un nuevo capítulo en la historia del primero de mayo en Hermosillo, Sonora, porque estábamos dando voz a un sector ignorado y silenciado hasta entonces en ese espacio, con nuestros cuerpos logramos visibilizar la presencia del jubilado marchando junto a los trabajadores activos, con nuestra presencia logramos representar a todos aquellos jubilados que por estar en condición de retiro laboral ya son ignorados por dirigentes sindicales y sobre todo estábamos plenamente conscientes de que también estábamos representando a todos aquellos jubilados que no pudieron acompañarnos por motivos de salud.

Con cada paso que dábamos, estábamos destruyendo el estereotipo de los jubilados que son considerados como “personas en estado de vulnerabilidad social”, que no pueden defenderse por sí mismos, caminamos erguidos, con la cabeza en alto, la mirada al frente, mostrando gran porte y dignidad, alzando con nuestras manos las numerosas pancartas en las que escribimos nuestras consignas y demandas, demostrando en cada paso que estábamos vivos, que todavía tenemos fuerzas suficientes como para caminar bajo el sol y que la fuente de nuestras fuerzas era la consciencia de que todavía podemos luchar por nuestros derechos si actuamos en forma organizada, colectiva y unida.

Eso minutos que duró la marcha fueron disfrutados sin duda alguna por los jubilados y activos que participaron en la marcha, fueron momentos en los que experimentamos un sentimiento de hermandad, un sensación de alegría, camaradería, solidaridad y orgullo por estar marchando ese primero de mayo, porque sabíamos que estábamos escribiendo un nuevo capítulo en la historia del primero de mayo y estábamos conscientes de que a partir de este domingo primero de mayo del 2022, en los próximos años en cada conmemoración del primero de mayo, estaría presente una columna de jubilados marchando junto a los trabajadores activos para luchar por la recuperación de nuestros derechos.

Aquellos que no asistieron a la marcha, ya sea por motivos de salud o por indiferencia social, se perdieron de ser parte de una grata experiencia que quedó grabada en la memoria de quienes sí estuvimos presentes. El contingente de jubilados destacó por su presencia inédita, destacó también porque asistieron personas marchando en sillas de ruedas y lo que más destacó fueron los discursos planteados frente al Gobernador y autoridades exigiendo solución a las demandas de garantía de abasto suficiente de medicamentos, mejoras en el servicio médico, rescate financiero del Isssteson y castigo a los responsables de actos de corrupción.

En ningún momento del discurso se hizo muestra de sumisión alguna a la autoridad en turno, ninguna referencia apoyando a al Cuarta Transformación, simplemente se expresó el sentir de los jubilados, se logró hacer escuchar su voz, se expresaron nuestras demandas de lucha, y se visibilizó ante miles de personas presente y otros miles que veían a través de los medios masivos de comunicación, la presencia de los jubilados como auténticos luchadores sociales, como sujetos políticos que comparten un despertar social y que en esta ocasión, contra todo pronóstico, logramos mostrar mayor combatividad, energía, unidad y firmeza que el resto de trabajadores activos, una combatividad que se notó en el discurso y en el lenguaje corporal de los jubilados manifestantes, además de que los jubilados que estuvimos haciendo acto de presencia lo hicimos en forma voluntaria, sin medio de coerción alguno y actuamos con gran dignidad, unidad, organización y firmeza.

¿Cuál es la lección que podemos extraer de esta experiencia del primero de mayo? Para empezar, destacar que existe un aprendizaje que se adquiere en las luchas sociales, el primero de ello es que confirmamos que hombres y mujeres actuando en forma organizada, colectiva y unida, tenemos capacidad de realizar grandes cambios sociales sociales, si algo no existe, esto no debe detenernos porque juntos podemos crearlo a través de la acción. La sociedad es una creación humana, las leyes son creaciones humanas, los partidos políticos son creaciones humanas, los sindicatos son creaciones humanas.

El Movimiento de pensionados y jubilados es una creación humana que ha cobrado vida gracias a la participación social de quienes formamos parte del mismo, la participación colectiva en este movimiento nos brinda un sentimiento de pertenencia a una creación que nosotros estamos construyendo, estamos creando los cimientos de una organización emergente, ciudadana y plural que  nos brinda un nuevo sentido a nuestra existencia y nos proporciona una sensación de seguridad social, nos permite dejar atrás aquellos sentimientos de abandono, soledad y aislamiento que algunos experimentan en su estado de jubilación porque son abandonados a su suerte.

Gracias a la unión de esfuerzos de todos los que asistimos a esta marcha, podemos decir que el balance de nuestra participación en la misma es exitoso. Nos muestra que el camino para lograr solución a nuestros problemas individuales de salud y de jubilación se encuentra a través de la participación organizada, unida colectiva.

Recordemos que en tiempos de globalización los problemas locales tienen un origen global, las agresiones a los intereses de los jubilados se dirigen también en contra de los trabajadores y el ejemplo claro de ello es que la jubilación es un derecho que las nuevas generaciones no podrán disfrutar si continúan con su indiferencia social, falta de participación sindical y de compromiso social. Son los trabajadores activos quienes tienen la gran responsabilidad de luchar por la independencia sindical y marcar una distancia con quienes intentan controlarlos de manera oficial, son los trabajadores quienes tienen que democratizar a sus sindicatos para que estos recuperen la función para la cual fueron creados y que se reivindica cada primero de mayo: defender los derechos e intereses de la clase trabajadora.

Debemos tener presente que la lucha en defensa de los derechos a la salud, de la jubilación, por el rescate del Isssteson y castigo a los responsables de actos de corrupción que dejaron en quiebra las finanzas del Gobierno de Sonora, nos coloca de frente en una lucha política, porque estamos enfrentando políticas que pretenden privatizar los servicios públicos para beneficiar a las grandes compañías transnacionales en perjuicio de los trabajadores y población en general.

Mientras ocurre ese despertar sindical, los jubilados ya llevamos un buen trecho caminando en la lucha por la recuperación de nuestros derechos, enseñando con nuestro ejemplo que la lucha es continua y que es posible defender nuestros derechos y recuperar aquellos derechos perdidos si se actúa en forma organizada, colectiva y unida como lo hicimos en este primero de mayo, fecha en la cual los jubilados y pensionados mostraron su capacidad de organización, unidad y movilización, descubriéndose a sí mismos en su papel como movimiento puntero en la lucha por la defensa de los derechos a la salud y de la jubilación, demandas que benefician también a los trabajadores activos.

¿Qué sigue después del primero de mayo? Debemos crear un Frente que agrupe a las fuerzas de todas las organizaciones de pensionados y jubilados, para participar en las diferentes actividades a las que se les convoquen. Debemos extender nuestro movimiento fuera de la capital sonorense y apoyar la organización de comités en cada ciudad de Sonora integrados por pensionados y jubilados que acepten sumarse a nuestra lucha por la recuperación de nuestros derechos, para lograr que el frente de jubilados sea en verdad una organización con sedes en todo el Estado de Sonora.

 Al marchar juntos demostramos que ser jubilado no significa ser anquilosado porque seguimos estando vivos, seguimos existiendo y sobre todo, seguimos luchando por la recuperación de nuestros derechos. Para aquellos que no pudieron asistir, les comparto este video en el cual se grabó el mensaje del Movimiento 30 de julio en este primero de mayo del 2022:

https://www.youtube.com/watch?v=lx_HXV1SpJ0&t=74s&ab_channel=OscarYescas