Psicoterapia y política
Oscar Yescas Domínguez
27 de abril de 2021
La crisis en la sociedad organizacional
La psicoterapia en el contexto de crisis social
¿La crisis de la política o la política en crisis?
Reconstruyendo el arte de la política
Conclusiones
La crisis como introducción:
Honestamente me parece que ya suena bastante trillado decir que estamos viviendo en una sociedad en crisis porque esto se ha estado diciendo desde las últimas cinco décadas y esta percepción la experimento porque la misma afirmación la he hecho al iniciar la redacción de varios artículos que he escrito y publicado en mi blog personal, por lo que iniciar otro artículo afirmando nuevamente que estamos viviendo tiempos de crisis, me provoca el temor de que llegue a sonar como el viejo cuento de aquel joven pastor que por diversión gritaba “ahí viene el lobo, ahí viene el lobo”, provocando que los habitantes del pueblo salieran rápidamente a defender a sus rebaños de ovejas, pero se encontraban con la imagen del niño que se reía a carcajadas por sus reacciones. No fue una sola vez que este jovencito realizó tal acción, lo repitió en varias ocasiones, hasta que un día apareció el lobo de verdad y empezó a matar a sus ovejas mientras él corría hacia el pueblo gritando con todas sus fuerzas “ahí viene el lobo, está matando a mis ovejas”, pero nadie le creyó en esa ocasión y el lobo destruyó a todo su rebaño, dejando al joven pastor sumamente arrepentido por sus acciones de engaño anteriores.
En nuestro caso, parece ser que nos hemos acostumbrado a vivir en Estado de crisis y a veces olvidamos que estamos dentro de una crisis porque seguimos actuando con toda normalidad exhibiendo conductas de conformismo, indiferencia social y obediencia a las figuras de autoridad. Pero eso sí, cuando surge algún problema, tanto autoridades como la población civil, culpan de todo a la crisis, de tal forma que el concepto de crisis ha perdido su significado y hemos olvidado también que el concepto de crisis puede verse como la imagen de transición de una situación previa a otra situación nueva, es decir, que la crisis puede concebirse como sinónimo de oportunidad en la medida de que representa un cuestionamiento a la situación actual, verla con ojos críticos y con esta percepción contemplar la posibilidad de cambiar la situación actual por otra mejor y lograr dar un paso adelante para crecer y construir algo nuevo, diferente y mucho mejor que lo que estamos viviendo en el de la crisis. Por estos motivos, la crisis no debe verse como algo negativo, que debamos evitar, ignorar o que despierte temor, miedo o ansiedad, ya que todo depende de que asumamos una actitud de análisis y apertura para aprovecharla para tomar decisiones que nos permitan superarla y construir un estado mucho mejor que la situación actual.
Debemos tomar en cuenta que la crisis social general que vivimos en este 2,021, tiene sus raíces en la segunda mitad del siglo XX, no es una crisis nueva, es en realidad una crisis prolongada que se ha estado manifestando y creciendo de muchas formas, por lo que podría decirse que la característica principal de la crisis que vivimos es su larga duración. Es una crisis que ha afectado a generaciones completas de diferentes formas, pero sigue siendo la misma crisis que se autoalimenta, metamorfosea, se transforma con el paso del tiempo dejando detrás de sí millones de víctimas, por su larga duración ha logrado convertirse en la norma de nuestras vidas y como es colectiva no se le percibe como una excepción, por lo que ha logrado a percibirse como parte de nuestras vidas cotidianas. La única posible ventaja de vivir en un Estado de crisis es que nos mantiene alertas, con nuestros sentidos vigilantes y nos prepara psicológicamente para estar abiertos a la posibilidad de que se presente algo peor a lo que estamos viviendo.
Aún con lo reiterativo que pueda sonar, necesitamos seguir insistiendo en el hecho de que no vivimos en una sociedad “normal”, sino que debemos dejar en claro que esta crisis es la crisis social de la sociedad en que vivimos, una sociedad capitalista neoliberal que se va expandiendo a nivel mundial y que en su crecimiento se agudizan sus contradicciones que se reflejan manifestando una crisis en todas las dimensiones que conforman los diferentes ámbitos de convivencia social contemporánea. El énfasis en señalar que la sociedad es la que está en crisis podrá dar una pequeña sensación de alivio a millones de personas que atraviesan por crisis individuales y puedan llegar a pensar que el problema se encuentra en ellos por no encajar en el engranaje social, cuando en realidad, lo que está fallando es el sistema social que estamos viviendo.
Esta crisis empezó a fines del siglo pasado junto a la cauda de cambios sociales que se iniciaron en la segunda mitad del siglo XX, cambios sociales que se presentaron en forma conjunta (cambios tecnológicos, cambios políticos, cambios económicos, cambios culturales, etc.) y la crisis del sistema social capitalista comenzó como una crisis económica que fue aumentando con el surgimiento de la globalización que provocó el quiebre de miles de empresas en varios países por la llegada de las grandes corporaciones transnacionales, provocó aumento del desempleo e incremento del empleo informal. Esta crisis se agudizó aún más con el otorgamiento de créditos hipotecarios sin regulación alguna y explotó en 1994 y en el 2,008, ocasionando la ruina económica de millones de personas y miles de empresas en el mundo entero.
La crisis social aumentó de intensidad con el surgimiento de una crisis política que modificó que afectó las instituciones pilares del sistema social al crear un distanciamiento entre autoridades y población civil, por el surgimiento de movimientos colectivos que demandaban procesos democráticos y se manifestaban en contra del autoritarismo.
La gran crisis general del sistema capitalista se expandió en la forma de una grave crisis ecológica provocada por el empecinamiento de mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo que requiere de la explotación irracional de recursos no renovables, la destrucción de ecosistemas, tala inmoderada de bosques, la contaminación de mares, ríos, lagos y lagunas por deshechos industriales y por la generación de toneladas de basura creadas por un exagerado consumo y la disminución del tiempo de vida de los productos que son fabricados con el concepto de una obsolescencia programada para crear la necesidad de seguir comprando nuevos productos.
Finalmente, la crisis general del sistema capitalista tuvo una manifestación que agravó aún su funcionamiento al grado de provocar un apagón general del sistema económico político con el surgimiento de la pandemia del covi-19 que generó una crisis de salud a nivel mundial que se expandió rápidamente por todos los continentes gracias a que la globalización nos colocó en una situación de mayor intercambio comercial al eliminar las fronteras y permitir el libre paso de las mercancías.
Esta crisis sanitaria afectó a la población en general, afectó a la economía a nivel mundial, pero también ayudó a desnudar la existencia de una gran desigualdad social al exhibir los niveles de pobreza social en que viven millones de personas, niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, al mismo tiempo que se revelan niveles de concentración de la riqueza en unas cuantas manos, de tal forma que los más perjudicados por la crisis sanitaria fueron las personas que viven en condiciones de pobreza y marginación.
La crisis en la sociedad organizacional
Vivimos en una sociedad que funciona gracias a la existencia de un sinnúmero de organizaciones que ofrecen productos y servicios para satisfacer nuestras necesidades básicas y psicológicas, este conjunto de organizaciones también se ve afectada por la crisis social que estamos padeciendo ya que las organizaciones son sistemas sociales abiertos, lo cual quiere decir que mantienen una interinfluencia con el medio ambiente social y resienten el impacto de grandes fuerzas sociales.
Siguiendo una línea de pensamiento sistémico y partiendo de un enfoque psicosocial podríamos resumir la situación social actual con la afirmación de que esta crisis se manifiesta de manera particular en las organizaciones como una crisis de la relación dirigente-dirigido, es decir, estamos frente a una grave crisis de liderazgo, porque en el mundo de las organizaciones públicas, privadas y políticas que forman parte de nuestra vida cotidiana, la regla general es que quienes dirigen a las organizaciones padecen de un neanderthalismo administrativo, porque actúan sin aplicar los conocimientos que nos proporcionan las ciencias sociales que coinciden en retomar como objeto de estudio a las organizaciones y han hecho grandes aportaciones para mejorar su funcionamiento, como por ejemplo, la Psicología ha diseñado sistemas científicos de selección de personal para tener perfiles de puestos que determinen las habilidades, conocimientos y estudios que deben tener las personas que deseen ocupar ciertos cargos, sobre todo los de alta dirección y mandos medios. Sin embargo, son escasas las organizaciones que sistematizan la administración de las mismas aplicando el conocimiento científico, ya que por lo regular éstas son verdaderas excepciones a la regla, debido a que la mayoría de las organizaciones son conducidas por personas que no están preparadas ni tienen el perfil adecuado para el puesto de dirección que ocupan.
Esto sucede porque como dice el gran filósofo griego Cornelius Castoriadis en su texto Los dominios del hombre, no existe la tecnocracia en nuestra sociedad, es decir, no son los mejores técnicos o destacados científicos los que estén en posiciones de poder en nuestras organizaciones, participando en toma de decisiones de gran relevancia fundamentadas teóricamente y cuando menciono científicos no me refiero a los científicos de las ciencias exactas, sino a aquellos científicos que han adoptado como objeto de estudio la realidad social. Nuestra sociedad puede ser conceptualizada como una sociedad organizacional porque existe gracias a la existencia y funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que ofrecen productos y servicios para satisfacer las necesidades, deseos y expectativas de nuestras comunidades. El problema a resaltar es que los científicos sociales que estudian a la realidad compleja que nos tocó vivir no están en posiciones de poder, no son quienes dirigen a nuestras organizaciones, sino que ellos dependen de otras personas que se encuentran en mayor cercanía del poder dentro de las organizaciones.
La realidad es que nos encontramos en una sociedad en la que los científicos y técnicos se encuentran en puestos subordinados ante el surgimiento y dominio de un aparato burocrático que utiliza la técnica y la ciencia como motor de su poder, pero a los integrantes de este aparato, que son los dirigentes de las organizaciones contemporáneas, no les interesa utilizar el conocimiento de la teoría y de la técnica para mejorar su funcionamiento y estar en condiciones de tomar decisiones de gran relevancia con cierto margen de seguridad de que serán las decisiones correctas, a estos personajes sólo les interesa mantenerse el mayor tiempo posible en el poder dentro de las organizaciones y disfrutar de los beneficios del mismo.
Cuando utilizo la palabra burocrático no lo hago en el sentido que originalmente le dio Frederick Winslow Taylor (el padre de la administración científica de las organizaciones) cuando habló de la necesidad de que toda organización tuviera un Boureau (un archivo), un sistema que pudiera controlar de manera eficiente toda la información que se genera en el proceso del trabajo dentro de una organización. El sentido que se le da actualmente al término burócrata es más bien peyorativo, tendencioso, y hasta cierto punto despectivo, ya que este aparato burocrático tiende a entorpecer el buen funcionamiento, impide lograr la eficacia y eficiencia de la organización al limitar el manejo de la información a un círculo de privilegiados cercanos al círculo del poder quienes son los que deciden como distribuir el presupuesto destinado para la organización y por lo regular, lo utilizan para recibir sueldos de gran magnitud, que no corresponden con el trabajo que realizan.
Por esas razones, en nuestros tiempos algunas personas utilizan el término burócrata como término despectivo, pero lamentablemente llegan al extremo de generalizar y lo aplican a todos los trabajadores que laboran en las dependencias de los tres niveles de gobierno, asociando este término con la imagen de un trabajador perezoso, grosero con el público e inepto en sus funciones. Creo necesario y justo reconocer que en las dependencias de gobierno hay trabajadores de base y eventuales que realizan con gran eficiencia, cortesía y profesionalismo su trabajo, por lo que sería injusto generalizar a todos los empleados de gobierno como “burócratas”, al contrario, dentro de los gobiernos municipales, estatales y federales, existen miles de personas que sí tienen puesta la camiseta de “servidor público” y atienden a los usuarios con cortesía y gran paciencia. De que hay manzanas podridas, no se niega su existencia, pero no se puede generalizar y decir que todos los que trabajan en el gobierno son “burócratas”, ya que hay dentro de las dependencias de gobierno personas que tiene claro que su función es servir al público porque su sueldo proviene del presupuesto público, es decir del pago de impuestos de los contribuyentes.
Lo que sí debemos reconocer es que quienes tienen el control de los gobiernos y de las organizaciones no son las personas más capacitadas para desempeñar esos cargos, no reúnen los requisitos para encajar en el perfil del puesto que ocupan, pero están ahí porque son aquellas personas que tienen capacidad y habilidades para generar intrigas, organizar conspiraciones, crear alianzas para tomar decisiones en ambientes informales y clandestinas con otras personas que comparten un mismo vínculo: el deseo de tomar el poder y mantenerse en el mismo. Desde hace tiempo que quedó claro que la meritocracia dejó de existir en el mundo de las organizaciones, ya no son los méritos los que garantizan escalar posiciones dentro de una organización, lamentablemente son las habilidades para realizar alianzas incondicionales y participar en intrigas lo que amplía las posibilidades para llegar a posiciones de poder. La dinámica interna de las organizaciones está determinada por una interminable lucha por el poder, grupos informales compitiendo con otros grupos informales y un ejemplo de ello lo nombró Pierre Bourdieu en su libro Homos académicus al mencionar el surgimiento de las “pandillas académicas”, que son aquellos agrupamientos informales de académicos que pierden el interés por sus labores de investigación y docencia y se dedican a establecer alianzas internas para tomar el control administrativo y financiero en las universidades públicas, desplazando a los verdaderos científicos que están genuinamente comprometidos con sus labores de investigación y docencia. Lo mismo sucede en cualquier organización, ya sea pública, privada o política.
La psicoterapia en el contexto de crisis social
En este contexto de crisis social debemos recordar que las ciencias sociales en general surgieron en algún momento histórico determinado para contribuir a la solución de problemas sociales que afectaban a nuestras comunidades y que en su momento requerían ser solucionados con la ayuda de conocimiento especializado en el comportamiento humano, de ahí que se reconozca a las ciencias sociales como disciplinas de ayuda. Destaca en forma particular dentro de este conjunto de disciplinas sociales consideradas como disciplinas de ayuda, la Psicología que es conceptualizada como una disciplina de ayuda profesional para que los individuos, grupos, organizaciones y comunidades puedan reconocer sus problemas por sí mismos, identificar las causas que los originan y especialmente encontrar las formas más pertinentes para solucionarlos.
De manera inevitable la crisis del sistema capitalista neoliberal, provoca millones de crisis individuales, afecta la dinámica de diversos grupos formales e informales, afecta el funcionamiento de organizaciones diversas al punto de llevar a la quiebra a miles de ellas, y repercute en el funcionamiento de las instituciones públicas por limitaciones presupuestales, desigual distribución de sueldos y salarios, así como por fallas en el liderazgo formal. En ese sentido, debemos sumar a las anteriores dimensiones de la crisis social que padecemos (económica, política, ecológica y sanitaria) una nueva manifestación de sus efectos en la forma de una crisis psicosocial que surge en el contexto de una sociopatología, una sociedad en crisis, afectando a millones de individuos que forman parte de grupos formales o informales, que son miembros de diversas organizaciones y que pertenecen a las diversas comunidades que conforman nuestra sociedad.
Diversos estudios antropológicos y filosóficos han demostrado que toda sociedad genera un tipo de ciudadano que sea acorde a la cultura que prevalece en esa sociedad, en la sociedad de consumo, el ciudadano modelo es el homo consumens, aquel tipo de personas que piensa que la felicidad consiste en consumir de manera constante, parte de la crisis que existe en nuestra sociedad es una crisis de valores, porque lo que se aprende en la sociedad capitalista es que lo que tiene más valor es el dinero, “con dinero se puede comprar todo”, la ambición por el dinero, por el poder económico y político es una enfermedad colectiva que conduce a las personas a realizar actos de traición, deshonestidad y a vivir una vida en la que la ética está ausente en sus comportamientos, pierden de vista la diferenciación entre lo que es correcto o incorrecto, lo inmoral, de lo moral.
El sistema social busca mantener una paz social permanente, el problema es que esa paz social se basa en el ejercicio de una serie de crímenes que se cometen en su nombre, son crímenes que para la mayoría pasan inadvertidos o son vistos con indiferencia. Vivimos en una sociedad contemporánea que tiene un conjunto de contradicciones que generan una situación similar a la de un barril de pólvora a punto de estallar. Los ingredientes para alimentar este estallido social son una creciente desigualdad social, el incremento de una pobreza que afecta a millones de personas y el enriquecimiento inusitado de unos cuantos. La existencia de un sistema social que genera desigualdad social y enriquecimiento de unos cuantos provoca el surgimiento de grandes problemas sociales: violaciones a derechos humanos, laborales, a la salud, a la educación, alcoholismo, drogadicción, delincuencia común, feminicidios, violencia intrafamiliar, explotación laboral, etc., todo lo cual provoca un sufrimiento colectivo. Todo lo cual afecta el equilibrio psicológico de millones de personas.
En el marco de la crisis social, la psicoterapia busca desarrollar comportamientos auténticos en aquellas personas que se acercan a solicitar ayuda y que reconocen estar dentro de un problema, esta autenticidad consiste en lograr que las personas puedan expresar lo que realmente sienten y decir lo que realmente piensan. Una premisa fundamental de la que se parte es que la mayoría de los problemas que surgen en las relaciones interpersonales se presentan por el surgimiento de fallas en la comunicación y pueden ser resueltos si se introducen mejoras en el proceso de la comunicación de tal forma que las partes involucradas generen sentimientos de empatía, desarrollen habilidades de comunicación y participen en identificar los problemas que los aquejan identifiquen las causas que los originan y contribuyan a solucionar los problemas que enfrentan implementando cambios en sus comportamientos.
De aquí es donde surge el significado del concepto de aprendizaje que puede definirse como “el conjunto de cambios que presenta una persona, grupo, organización o comunidad, después de que atravesó por una experiencia vivencial que generó el aprendizaje.”. Por eso existen diferentes niveles de aprendizaje, individual, grupal, organizacional, comunitario y social. Pero desde el inicio del proceso terapéutico se expone una condición necesaria para alcanzar el objetivo de solucionar el problema que originó la relación terapeuta-cliente: esta condición necesaria consiste en el hecho de que las personas afectadas por el problema deben comprometerse a cambiar, es decir, deben desear el cambio y estar dispuestos a modificar actitudes, reacciones, percepciones, valores, formas de interacción, si se demuestra que éstas son parte del origen del problema. Ningún cambio puede ser impuesto a personal alguna, a ningún grupo, en ninguna organización o comunidad, todo cambio debe llevar implícito la toma de decisión de cambiar y en esta toma de decisión se debe contar con la participación de las personas involucradas.
En nuestra sociedad en crisis existen muchos grupos de ayuda que atienden a miles de personas en nuestra sociedad y que aplican este principio de la psicoterapia: el primer paso para la recuperación es reconocer la existencia de un problema y quien atraviesa por ese problema debe reconocerlo. Se aplica en grupos de AA, o de AAA, en grupos de adictos anónimos, sexoadictos anónimos, grupos de adictos a la ludopatía, grupos de compradores compulsivos, grupos de ayuda para personas que han intentado suicidarse, etc.
Ese es el sentido del chiste que circula en el gremio de los psicólogos: ”cuántos psicólogos se necesitan para cambiar un foco que no funciona? Sólo se requiere un psicólogo y que exista la condición de que el foco desee cambiar.” En la pandemia del covid ha quedado demostrado en forma muy clara que la enorme cantidad de contagios y fallecimientos a nivel mundial se deben en gran parte a que millones de personas no generaron un aprendizaje durante la pandemia porque se resistieron a cambiar sus comportamientos. Millones de personas pagaron con sus vidas, con el deterioro de su salud o con la muerte de personas cercanas, por presentar resistencia a cambiar sus hábitos de conducta y por demostrar una falta de aprendizaje social en el contexto de la pandemia, fueron víctimas de su indolencia porque fueron incapaces de asimilar a su repertorio de comportamientos conductas protectoras como el uso de cubrebocas de manera correcta, el no salir de casa si no es necesario, el guardar distancia sana cuando estén con otras personas, el uso constante de gel antibacterial, etc. Vivir en una sociedad en crisis obliga a desarrollar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar esas crisis, porque la crisis trae consigo nuevos retos que no pueden enfrentarse con comportamientos que dieron resultado en el pasado, se requieren nuevos comportamientos para superar las crisis y el caso de la crisis sanitaria, es un claro ejemplo de la necesidad de desarrollar nuevos comportamientos en el contexto de la crisis que estamos padeciendo.
¿Crisis de la política o la política en crisis?
En el campo de la política sucede lo opuesto a lo que sucede en el campo de la psicoterapia, es decir, no se estimula el desarrollo de comportamientos auténticos, no se promueve la transparencia en la expresión de los sentimientos, el discurso presenta una gran distancia con la acción y a diferencia de quienes acuden a psicoterapia los políticos siempre niegan la existencia de problemas, en sus discursos evaden hablar con la verdad y su lenguaje dice mucho, pero no dice nada, es “el lenguaje del político”, promesas y más promesas que no se reflejan en sus comportamientos.
Esto se hace aún más evidente cuando ellos son los que generan el problema cuando para llegar al poder engañan, traicionan, dicen una cosa, pero hacen otra, en períodos de campaña lucen sonrientes, solicitan los votos de los integrantes de las comunidades y se comprometen a resolver sus problemas, pero una vez en el poder, los ignoran y se dedican a disfrutar del poder. Esto es lo que ha sucedido con la farsa de democracia representativa en las décadas anteriores, cuando las comunidades eligen a sus representantes votando a favor de determinados candidatos y “los dejan a cargo de la política”. Por esas experiencias millones de personas evitan “participar en política” y desconfían de los políticos.
Desde una perspectiva organizacional, los partidos políticos tienen un común denominador con el resto de las organizaciones: los que dirigen a los partidos políticos, los que ocupan puestos de alta dirección no son las personas más capaces. No son los militantes convencidos de participar en la política quienes logran ocupar cargos de alta dirección en los partidos políticos, tampoco son los viejos luchadores sociales que tienen una aceptación social en base a su participación en varias batallas políticas o en la antigüedad que tiene militando y participando en las luchas de los movimientos colectivos. En los partidos políticos es donde se expresa con mayor claridad la crisis de liderazgo, es decir, la crisis de la relación dirigente-dirigido porque quienes dirigen a los partidos políticos no son las personas más destacadas por participar en política, son en realidad los que el filósofo griego Cornelius Castoriadis define como “semianalfabetos políticos”, porque quienes se encumbran en puestos políticos no destacan precisamente por tener claridad política, visión del futuro, capacidad de liderazgo, no llegan ahí por su trayectoria de lucha, sino mas bien logran escalar a puestos de poder por sus habilidades para la intriga, por su facilidad para encontrar debilidades en otras personas y explotarlas a su favor para tener acceso al poder y mantenerse en la cumbre el mayor tiempo posible. Obviamente, hay excepciones, cuando se encuentra en algunos partidos a gente excepcional, comprometida socialmente y con reconocimiento social, pero lamentablemente, éstas son sólo la excepción de la regla. Una gran excepción lo tenemos en México en la persona de Andrés Manuel López Obrador, que ha cumplido un gran porcentaje de sus promesas de campaña y siguiendo a Cornelius Castoriadis, demostró tener las dos capacidades necesarias en todo político: “Saber llegar al poder y saber gobernar”, pero AMLO es una notable excepción a la regla que rige la vida interna de los partidos políticos.
La crisis general del sistema capitalista se expresa con un crisis en el campo de la política que representa en realidad una política en crisis, una distorsión del quehacer en la política. Un grueso de la población no desea inmiscuirse en “la política” porque tiene una representación social negativa de quienes participan en la política, es decir, de los políticos. La mayoría de la gente desconfía de los políticos porque son personajes que tienen como hábito mentir, engañar, robar, traicionar, etc. Los políticos que hoy representan a los partidos políticos registrados que participarán en una contienda electoral en junio de este 2,021, en su gran mayoría se encuentran sumidos en una seria crisis de credibilidad y falta de confianza porque ya tuvieron oportunidad de gobernar o estar en puestos de alto nivel y demostraron que no supieron gobernar.
Por ejemplo hoy estamos observando la alianza de tres partidos políticos que representan un pasado ominoso que la mayoría de mexicanos no quiere volver a ver, estos tres institutos políticos que tuvieron su oportunidad de gobernar al pueblo mexicano, que anteriormente eran enemigos políticos entre sí, se presentan hoy juntos en una alianza electoral en varios Estados del país para participar con un solo candidato: tenemos por un lado, al Partido Revolucionario Institucional, considerado en sus años de inicio como partido de centro izquierda (de ahí proviene el término “revolucionario” de sus siglas, una imagen que el tiempo y las formas de gobernar del Priísmo se encargó de destruir), es el partido que construyó una “dictadura perfecta” manejando populismo y autoritarismo en forma alternada que sumió en el atraso económico y social a nuestro país provocando el empobrecimiento de millones de mexicanos y el ingreso de unos cuantos mexicanos a la lista de los más ricos del mundo registrado por la revista Forbes.
Por otro lado, se integra a esta alianza el Partido Acción Nacional, viejo enemigo del Pri y aliado reciente del mismo en los tres anteriores sexenios cuando llegó al poder derrotando al Pri y generó expectativas de cambio social, que rápidamente si disiparon al seguir la corrupción y la impunidad con Vicente Fox y Felipe Calderón. Éste último llegó al poder mediante fraude electoral contando con el apoyo del Pri, y devolvió el favor, avalando el fraude que permitió ocupar la silla presidencia a Enrique Peña Nieto. El Pan es considerado como un partido de derecha porque integra en sus filas a personajes con ideología conservadora, autoritaria, patriarcal y abiertamente derechistas.
Finalmente, el Partido de la revolución Democrática, que surgió con un desprendimiento masivo del Pri y de la fusión de militantes de partidos de izquierda, lo que le dio la oportunidad de manejar la imagen oficial de un partido que representaba a la izquierda mexicana (imagen que rápidamente se disipó porque el Prd sufrió un rápido desgaste por la división interna que provocó la creación y confrontación de “tribus internas” que lucharon por el poder y degeneró políticamente en forma rápida una vez que tuvo acceso a puestos de poder en gubernaturas).
Esta alianza Prianrd representa un gesto desesperado de fuerzas políticas que recibieron un brutal golpe en las elecciones del 2,018, que los colocó en el inicio de un proceso de extinción y ven en esta alianza con quienes eran anteriormente considerados sus enemigos, la oportunidad de encontrar bocanadas de oxígeno para continuar existiendo en la política mexicana.
Por estos motivos la existencia de esta alianza tripartidista recuerda la película “Dead man walking” (hombre muerto caminando), porque son cadáveres políticos que deambulan, están al borde del abismo pueden recibir el tiro de gracia que les provoque la muerte política en las próximas elecciones. Su alianza se basa en la premisa del dicho “el enemigo de tu enemigo es mi amigo”, un proverbio de origen árabe que en ocasiones dio buenos resultados como por ejemplo la alianza de estados Unidos con la Unión Soviética para derrotar la invasión nazi en la segunda guerra mundial. Pero que en este caso, sólo permite predecir que esta alianza es efímera y si llegan a conquistar posiciones de poder, predominarán los intereses del partido y lo más probable es que rompan esta unión porque lo que los une, los separa al mismo tiempo: la búsqueda y la ambición del poder. Una alianza que reúne fuerzas que decepcionaron y traicionaron al pueblo mexicano, usaron el poder en su beneficio personal, se olvidaron de las necesidades sociales, saquearon las arcas del gobierno, lo que permite predecir que harían lo mismo si llegan a acceder a puestos públicos, pero el pueblo mexicano tiene memoria y muchas cuentas pendientes de corrupción, injusticias y violaciones a los derechos humanos con los personajes que representan a estos partidos políticos.
En el caso del Movimiento de Renovación Nacional (Morena), surgió como movimiento colectivo en el que se integraron diversos colectivos en lucha, personajes de vieja trayectoria en las filas de la izquierda, desertores del Pri, del Pan y del Prd, se institucionalizó como partido político proyectando una imagen de partido de izquierda y conquistó el poder en su primera participación en elecciones presidenciales, logró este triunfo gracias principalmente a dos factores principales: el hartazgo colectivo que generó la dictadura del prian y la esperanza del cambio que representó la figura de Andrés Manuel López Obrador (fenómeno que algunos llaman “efecto López Obrador”).
Pero Morena está siguiendo el camino del PRD, está inmerso en una rápida descomposición interna, debido a la existencia de todos aquellos grupos informales que se unieron bajo la consigna “Juntos haremos historia” para conquistar el poder. En Morena se integraron grandes desprendimientos de militantes del pri, Pan, Prd y otras fuerzas políticas con el objetivo de derrotar al Pri y conquistar el poder, pero hoy en día, una vez en la cima del poder, estas corrientes políticas luchan internamente para dirigir el partido y la estructura de Morena presenta graves fracturas.
Se esperaría que un partido político que llegó al poder luchando contra una dictadura para instaurar una democracia social, pusiera el ejemplo a la sociedad y uniera el discurso con la acción realizando ejercicios de democracia interna, sobre todo en acciones de gran relevancia como la selección de los candidatos que representarán a Morena en las próximas elecciones, pero de manera contradictoria, Morena comenzó a gobernar mostrando formas y procedimientos de la vieja escuela priísta, tomando acuerdos secretos con representantes del Pri, del Pan y del Prd, para impulsar la toma de decisiones colectivas en el Congreso de la Unión, estos acuerdos fueron las primeras señales que auguraban que algo no estaba bien en Morena aún siendo mayoría en las Cámaras como partido en el poder.
Una de estas acciones condenables fue la votación que realizó morena dos veces para aprobar la licencia de Manuel Velasco Coello para dejar su escaño y concluir su gestión como Gobernador de Chiapas en la primera reunión en la que participó Morena como partido mayoritario. En la primera votación los integrantes de la LXIV legislatura rechazaron de manera contundente la petición de este Senador. Como era la primera sesión del Senado en el nuevo gobierno, la reunión se transmitió en vivo por televisión y se observó que en el receso hubo un cabildeo entre representantes del Pri, Pan y Morena, se reanudó la sesión, se sometió nuevamente a votación la solicitud de licencia y de manera sorpresiva Morena dió un viraje aprobando con abrumadora mayoría la petición de licencia. Con esta acción el pueblo mexicano sufrió su primera decepción porque los representantes de Morena se doblegaron para aprobar la licencia de Manuel Velasco Coello para dejar su escaño y concluir su gestión como Gobernador de Chiapas.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/09/morena-y-su-primera-decepcion-colectiva_5.html
Pero la mayor decepción que presenta morena como partido en el poder es la decisión de utilizar el método de la encuesta para seleccionar a los candidatos a ocupar puestos de elección popular en las elecciones del próximo 6 de junio. El uso de una encuesta jamás debe sustituir el ejercicio democrático dentro de una organización política para elegir los mejores candidatos que lo representarán en la próxima contienda electoral. Las listas de candidatos “seleccionados a través de una encuesta” contiene nombres de exfuncionarios priístas, exmilitantes panistas, familiares de funcionarios de Morena y excluyó los nombres de militantes de Morena con una amplia trayectoria de lucha. En 15 Estados de la república mexicana se presentaron inconformidades y hoy en día Morena se presenta como un partido dividido, con un cuestionamiento interno hacia las dirigencias estatales y a la dirección nacional del partido, a escasas semanas de la fecha de elecciones. En algunos casos como en Hermosillo, Sonora, las oficinas de Morena Estatal han sido tomadas por morenistas inconformes con el procedimiento utilizado para seleccionar a candidatos y reclaman una respuesta de los dirigentes estatales de Morena a sus reclamos, así como la intervención del Presidente Nacional de Morena Mario Delgado.
De manera contradictoria, nos encontramos con la situación de que la fuerza política que golpeó a muerte a las fuerzas del prianrd al grado de colocarlas a un paso de su extinción política, es la misma fuerza que está creando las condiciones para revitalizar su existencia al presentar un cuadro en el que repiten esquemas de acción que recuerdan al prianismo y promueven la división al interior de Morena. Antes de las elecciones Morena ya sufrió su primera derrota al interior de sus propias filas. En última instancia, los directivos de Morena serán los responsables no sólo de la debacle de Morena, sino también de un posible regreso del Prianrd.
Quizá alguien se pregunte en este punto: ¿Qué relación existe entre psicoterapia y política? La psicoterapia busca desarrollar la autonomía individual y grupal de quien se acerca a solicitar ayuda. Tiene como objetivo crear las condiciones que permitan lograr un empoderamiento individual y grupal para que los individuos y grupos reconozcan los problemas que les afectan, identifiquen las causas que los originan y puedan tomar las decisiones en forma autónoma que permitan solucionar esos problemas. La psicoterapia busca que las personas y grupos retomen el control de sus vidas y puedan vivirlas de una manera más satisfactoria. La psicoterapia intenta construir la creación de vínculos de colaboración entre las personas y evitar vínculos de dependencia o de obediencia, para que se construya una autonomía individual y construir una sociedad autónoma.
La política surge para la discusión colectiva de asuntos públicos que repercuten en las vidas privadas, el feminismo en general y Kate Millet en particular en su tesis de Doctorado han demostrado que “lo personal es político”, en consecuencia la política busca o debería buscar el empoderamiento individual y colectivo, educando a la población en su condición de sujetos con historicidad, es decir, con capacidad de modificar el rumbo de la historia si actúan en forma colectiva, organizada y unida.
La política debe contemplar un proyecto de autonomía individual y colectiva para lograr una liberación social, que sólo podrá lograrse a través de la lucha por la emancipación del ser humano y la transformación de la realidad social. Muchas personas tienden a pensar que necesitan de un líder que los dirija, que los oriente, que los gobierne. Pensar así es crear un vínculo de dependencia hacia otras personas. La política busca construir un vínculo de colaboración en el cual las personas participen en relaciones donde el poder sea horizontal, donde el liderazgo sea distribuido y compartido, donde todos participen en el proceso de toma de decisiones relevantes., busca incentivar la paricipación social. La política debe impulsar un proceso de concientización colectiva (educación política) que tenga como objetivo aumentar la participación social de individuos y grupos en la discusión, análisis y solución de los problemas que afectan a las comunidades. La política busca lograr un empoderamiento colectivo para crear individuos autónomos y libres que puedan construir una sociedad autónoma y libre. No puede haber democracia en una sociedad donde no existan individuos autónomos.
La crisis que enfrenta Morena tiene solución, pero como se dijo líneas arriba, en psicoterapia la primera condición necesaria es que quien atraviesa por un problema reconozca la existencia de ese problema. Existen cuestionamientos al proceso de selección de candidatos a puestos de elección popular, estos cuestionamientos provienen de militantes de Morena, no provienen del exterior. Son cuestionamientos hechos en tiempo y forma y dentro de los cauces legales contemplados en los estatutos de Morena. Pero los dirigentes de Morena y quienes se han beneficiado al ser incluidos en puestos de elección popular no muestran disposición al diálogo, han estado dando largas al asunto para que terminen los plazos estipulados para cambios en las listas de candidatos de los partidos y esa no es la manera correcta de solucionar los problemas. Se está actuando en forma deliberada para no escuchar los reclamos, están dejando pasar el tiempo y cuando responden acusan de “traición” a quienes se han instalado en asamblea permanente en espera de solución a sus reclamos.
Reconstruyendo el arte de la política.
Para muchas personas la política es algo negativo, algunos han caído en la trampa de confundir la política con la hipocresía y la definen como “el arte de tragar mierda sin hacer gestos. Décadas de corrupción en esferas de gobierno y en partidos políticos han dejado graves secuelas en la representación social de lo que significa la política. Por estas experiencias negativas la política ha perdido significado, la mayoría de las personas no le ven sentido porque piensa que “todos los políticos son lo mismo”, “todos los partidos políticos son iguales”, etc., y esta percepción de la política es lo que genera actitudes de apatía política, actitudes generalizadas de conformismo, muestras de indiferencia hacia toda actividad política, etc. Esta indiferencia, este conformismo generalizado, esta resistencia a participar en política sólo trae como consecuencia un precio muy alto: el incremento del sufrimiento humano, porque la desigualdad social continúa en ascenso.
La realidad en la que vivimos nos envía señales contradictorias, por un lado sentimos que vivimos en un ambiente donde la libertad existe, esta creencia nos induce a pensar que no tenemos necesidad de salir a las calles para exigir libertad. Pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que algo está mal, que algo no funciona en nuestra sociedad, pero pensamos que es poco lo que podemos hacer para cambiar esta realidad, sobre todo cuando se trata de los asuntos de interés público, creemos que con nuestro esfuerzo individual no lograremos cambiar los grandes problemas sociales porque responden a fuerzas de mayor tamaño que nosotros y por ello no participamos en actividades públicas, nos refugiamos en nuestro hogar para cubrirnos de los que pasa “allá afuera” y descartamos la idea de reunirnos con otras personas para pensar en como cambiar la parte de nuestra realidad que está mal o cómo construir un mundo mejor.
Esto sucede porque no hemos encontrado el vínculo entre nuestra vida privada y la vida pública, no hemos reconocido el impacto de las políticas públicas o la ausencia de las mismas en los problemas personales que enfrentamos (ausencia de vigilancia policiaca, inseguridad pública, violencia en el hogar, narcomenudeo en la zona que vivimos, deficiencias en transporte urbano, bajos salarios, corrupción, impunidad, etc.), no hemos aprendido que “lo personal es político”. Si tan solo las personas se dieran cuenta que si millones de personas realizaran una pequeña acción simultáneamente, éstas podrían sumarse y lograrían cambiar el mundo en el que viven, si nos damos cuenta de que nuestros problemas personales los padecen millones de personas y que estos problemas locales tienen un origen global, podríamos crear el arte de convertir nuestros problemas personales en problemas públicos y ver la necesidad de unirnos con nuestros vecinos, amigos y otros ciudadanos para luchar por causas públicas. A eso se le llama política.
Hoy en día la inseguridad y la incertidumbre afectan la autoconfianza y la capacidad para pensar en forma racional, nos genera desconfianza hacia los demás, nos empuja al aislamiento y provoca una apatía política y un desinterés hacia todo aquello que se relacione con la política. Tenemos que aprender el arte de de transformar los problemas privados en temas públicos, tenemos que reconocer que la política atraviesa todas las esferas de nuestra existencia. Necesitamos recuperar el arte de plantear preguntas correctas para encontrar las respuestas a los problemas que nos aquejan.
Mientras en nuestra esfera privada enfrentamos la inseguridad y la incertidumbre, en el ámbito global se producen grandes cambios estructurales que se relacionan directamente con la dinámica de la localidad en la que vivimos. Estos cambios consisten en el surgimiento de un nuevo tipo de poder que intenta tomar el control del mundo, es el poder corporativo que surgió con la globalización. Este tipo de poder ha logrado cambiar constituciones de gobiernos enteros que traen como resultado una reducción del gasto público, el debilitamiento de las instituciones públicas, el abandono del Estado de su función de garantizar el bienestar social, lo que repercute en provocar un estado de indefensión de la ciudadanía, en la reducción de presupuestos para obras sociales, por lo que el estado de nuestras ciudades empeora al no darles mantenimiento o presentar un crecimiento no planeado que provoca un aumento de servicios públicos en momentos en los que las dependencias públicas reciben recortes a sus presupuestos.
Este poder corporativo ha logrado e intenta seguir mutilando contratos colectivos de trabajo que permiten contratar y despedir gente de manera más fácil y rápida, Ha logrado reducir el número de jubilaciones, el pago incompleto de las mismas, provocó el aumento a la edad de jubilación de quienes actualmente trabajan y en algunos casos ha llegado al extremo desaparecer el derecho a la jubilación, afectando a millones de trabajadores que no podrán disfrutar de una jubilación digna. La amenaza de despidos masivos pende sobre dependencias públicas y privadas provocando una mayor inseguridad, conformismo y obediencia, los sueldos de la mayoría de los trabajadores son bajos, mientras que los sueldos de altos funcionarios absorben gran cantidad del presupuesto de las instituciones públicas y por otro lado, las tasas de interés de los bancos están demasiado altas, los comercios locales enfrentan competencia desleal con grandes corporaciones que abren franquicias en nuestros países, etc. Esto también es política.
El filósofo griego Cornelius Castoriadis definió a la política como “una actividad lúcida y explícita que se ocupa de instaurar instituciones deseables y define a la democracia como el régimen de la autoinstitución que permite la construcción de instituciones sociales que dependen de la actividad colectiva de los integrantes de una comunidad, Estado o país.”.
Esto significa tener consciencia, claridad política y visión del mundo en el que nos encontramos y visión del futuro que deseamos, implica generar una participación de los individuos en la discusión colectiva de los asuntos públicos que afectan nuestras vidas privadas. La autoinstitución significa que podemos controlar nuestros comportamientos individuales en un beneficio de la colectividad y que podemos crear las instituciones necesarias para regresar a las condiciones en las que el Estado garantizaba el bienestar social.
En política se debe usar un lenguaje claro y decir la verdad de los problemas que están padeciendo nuestras comunidades, las fuentes de incertidumbre e inseguridad social contemporánea surgen por el libre comercio y la falta de control de las fuerzas del mercado. El neoliberalismo es la fuente de todos nuestros males, ya que destruye al Estado de bienestar y tiende a privatizar los servicios públicos. Intenta acabar con sindicatos independientes, tomar el control de las universidades para privatizar la educación y destruirlas como centros donde surge la crítica social a través de la reforma a sus planes de estudio. Alimenta una ideología individualista y disminuye el sentimiento de pertenencia a una comunidad. El individualismo corta el vínculo con lo social, nos encerramos en nuestra zona de confort y nos olvidamos de lo público. Las consecuencias de la indiferencia social, apatía política, conformismo y obediencia social son el crecimiento de una mayor desigualdad social que arroja a millones de personas vivir en estado de precarización mientras que aumenta la riqueza de unos cuantos individuos.
El sufrimiento colectivo, la desigualdad social, la incertidumbre e inseguridad que hoy padecemos son provocadas por fuerzas que tienen nombres concretos: globalización comercial, mercados financieros, dictadura del mercado, oferta y demanda, producción masiva y consumo masivo, etc. Todo esto se llama política también.
Todos estos cambios han sido creaciones humanas y podrían cambiar a nuestro favor si nos reconceptualizamos a nosotros mismos como agentes de cambio social, como sujetos sociales con historicidad lo cual significa que podemos cambiar el rumbo de la historia si actuamos en forma colectiva, organizada y unida para obtener objetivos comunes. Esto implica un empoderamiento individual y colectivo, al reconocer que somos parte de una comunidad que enfrenta problemas sociales que afectan nuestras vidas privadas. Reunirnos para discutir los problemas que afectan a nuestras comunidades (inseguridad pública, falta de vigilancia policiaca, abandono de obras públicas, fallas en transporte urbano, estado deficiente de nuestras calles, etc) es una actividad política.
Podemos empezar cambiando nuestra concepción de la política y dejar de verla como una actividad exclusiva de los políticos, empezar a verla con el filtro de la percepción de nuestra vida cotidiana, viendo como la implementación o ausencia de implementación de políticas públicas impactan en nuestra vida personal. Necesitamos ver que las grandes decisiones que afectan a nuestras comunidades son tomadas por pequeños grupos de personas y se realizan en ambientes privados, alejados de la participación pública. Necesitamos participar en esas decisiones que afectan nuestras vidas personales y colectivas.
Quienes nos gobiernan han olvidado que son servidores públicos, de manera conveniente olvidan que sus sueldos provienen del pago de los impuestos que pagamos los ciudadanos. El problema es que la ciudadanía también olvidó que quienes laboran en dependencias de gobierno son personas contratadas para servir al púbico, para atenderlo y servirlo en la solución de los problemas colectivos.
Cuando impartía mis seminarios de Psicología organizacional en la Universidad de Sonora a estudiantes de octavo semestre, les insistía en la necesidad de conceptualizar a las organizaciones como un conjunto estructurado de personas interactuando, que dicho en otras palabras, quiere decir que las organizaciones son las personas que las conforman, las organizaciones no son los edificios, o los vehículos, mucho menos sus activos fijos. Inclusive iba mucho más allá al decirles que quienes dan vida a las organizaciones son las personas que realizan las labores esenciales de la misma.
Esto significa que todas las organizaciones pueden cambiar si sus integrantes actúan en forma colectiva y organizada para democratizar su funcionamiento. Los partidos políticos no son la excepción, ya que pueden ser considerados como organizaciones que existen gracias a sus militantes, quienes voluntariamente aceptaron formar parte de esa organización y participar en política apoyando las demandas, propuestas y programas que emanen del partido. Cuando los partidos políticos se separan de sus militantes, están condenados a desaparecer del escenario político, porque su existencia depende del voto popular.
En el caso de Morena en México estamos presenciando un rápido proceso de descomposición interna, sus dirigentes han renunciado a su papel de representantes de los militantes y han creado un gran distanciamiento psicológico con quienes dirigen o dicen representar, al grado de que ya existen dos lenguajes al interior de este partido: “nosotros” y “ellos”. Los dirigentes de esta institución política han decepcionado a militantes y simpatizantes con el fraude cometido internamente en el uso de la técnica de la encuesta para obtener la selección de candidatos a puestos de elección popular que dio como resultado una lista en la que se encuentran expriístas, expanistas, experredistas, familiares de funcionarios de Morena, etc. Lo cual, por sí mismo es cuestionable desde un punto de vista moral y político, pero lo que realmente se cuestiona es ignorar la participación de sus militantes en la toma de decisión de elección de los candidatos, utilizando el engaño al usar la encuesta.
Los directivos de Morena y los integrantes de la lista de candidatos seleccionados se han prestado a un cínico fraude descomunal que ha dividido al partido y tendrá consecuencias serias. Su actual arenga de votar por “los candidatos de Morena” seleccionados por la encuesta para no permitir el regreso del Prianrd, carece de validez y autoridad moral porque con sus acciones de autoritarismo, corrupción, engaño y rechazo a escuchar las inconformidades generan una gran decepción colectiva, son ellos quienes están ampliando las posibilidades de que estos partidos se fortalezcan. Actúan como el joven pastor de ovejas que gritaba “Ahí viene el lobo” engañando a los habitantes de su pueblo, en esta ocasión, los dirigentes de Morena intentan desviar la atención rechazando las críticas a su cuestionable proceder diciendo que quienes los cuestionan son gente de “la derecha” y que están en contra del “proyecto de nación de la 4T”.
Quienes dirigen a Morena han perdido la visión de futuro que es una de las características de todo líder político y atender a este llamado sólo beneficiaría a sus intereses porque aseguran posiciones de poder y ya están dando muestras cuestionables de cómo ejercen el poder. Utilizan el nombre de Andrés Manuel López Obrador como escudo político y se cuelgan de los cambios realizados a nivel nacional para decir que forman parte de “un proyecto de nación”, cuando en realidad sus actos están motivados por una gran ambición.
Los comportamientos de los directivos de Morena y personas que se han prestado a impulsar la campaña de la lista de candidatos obtenidos en forma fraudulenta, presentan una patología que se manifiesta en no ver la realidad tal y como es, insisten en negar la existencia de un problema: se cometió un acto antidemocrático que violó derechos de militantes de Morena, este ejercicio de antidemocracia generó múltiples protestas y aún así se niegan a sentarse en la mesa del diálogo para aclarar posibles malentendidos, lo cual representa una aceptación de los cuestionamientos y afecta considerablemente su papel de liderazgo, reflejan en su comportamiento una motivación inclinada más a la búsqueda del poder político, que a la lucha por la construcción de una sociedad democrática.
Quienes desde las bases siguen a estos dirigentes que actúan con gran inmoralidad política, muestran un enfermizo sentido de obediencia a la autoridad, ausencia de pensamiento autónomo y falta total de algo muy necesario en un militante político: capacidad de ejercer la crítica social, se muestran como seguidores de dirigentes que han fracturado a Morena, decepcionado a militantes y simpatizantes y traicionado a la ciudadanía a quien ahora se dirigen para pedirles el voto electoral , después de tres años de ignorar su existencia. El daño ya está hecho, la imposición de esta lista de candidatos que incluye a Célida López como candidata a la reelección de la Presidencia municipal de Hermosillo y el silencio demostrado hacia las protestas de sus propios militantes reunidos en Asamblea Estatal Extraordinaria, reflejan el rostro de un autoritarismo en Morena y el silencio ante la protesta popular de sus propios militantes que se muestra en pleno período de campaña electoral, nos plantea la duda de pensar si ese rostro de autoritarismo se mostrará con mayor fuerza, una vez llegado al poder de la gubernatura en Sonora.
Los militantes de Morena que tienen tomadas las oficinas en Hermosillo, Sonora y que desean seguir en el partido, representan los individuos autónomos que se requiere para construir una sociedad autónoma, donde exista libertad, democracia e igualdad. Porque una sociedad democrática sólo puede existir si en ella existen personas libres que puedan defender sus ideas, propuestas o ideología, aún cuando esto implique enfrentar a la figura de autoridad en turno. Estos hombres y mujeres libres, eligieron sus propias listas de candidatos, quizá no tengan muchas opciones legales porque el engaño llegó muy lejos y los verdaderos militantes de Morena se dieron cuenta del fraude demasiado tarde, porque los tiempos electorales no están a su favor, pero antes de las elecciones se puede decir que los directivos de Morena e integrantes de la “lista inmoral” de candidatos perdieron autoridad moral ante militantes, simpatizantes y ciudadanía en general.
En cambio ese pequeño grupo de representantes de Morena que alzaron su voz crecieron en estatura moral, mostraron capacidad de liderazgo y sobre todo aprendieron de esta experiencia que nadie podrá defendernos, dieron un ejemplo de rebeldía a seguir. Nos dieron una muestra de que participando en espacios públicos podemos reunirnos y pensar colectivamente en la forma de construir una realidad mejor, usando el pensamiento libre y unidad podremos conseguir logros colectivos. Quizá quienes tienen secuestrado a Morena se salgan con la suya y no permitan cambios en la lista de candidatos, pero debemos tener en cuenta que la democracia no se construye en un día, ni siquiera en un día electoral, se podrá perder una batalla, pero la lucha por un cambio social continúa, porque en la lucha social debemos tener presente algo muy importante: “la lucha es continua”.
En esa línea de pensamiento debemos tener en cuenta que la política es parte importante de nuestras vidas, que ignorar la política es ignorar nuestras vidas y que debemos de salir de nuestra esfera de confort, empezar a pensar en cómo ligar nuestros problemas personales con los problemas colectivos, en aprender colectivamente el arte de plantear las preguntas correctas para encontrar en forma colectiva las respuestas correctas. Actuando juntos, unidos y organizados, seremos capaces de pensar en una vida mejor y con la sensación de que estamos unidos podremos hacer cosas que nos permitan alcanzar una vida mejor, esto también se llama política.
Conclusiones
Nos encontramos en un momento histórico en el que a nivel global hay dos proyectos totalmente opuestos entre sí: un proyecto que impulsa el poder corporativo a nivel mundial, que desde el poder económico intenta tomar el control político en varios países, desapareciendo la función de bienestar social de los Estados en diferentes países, debilitando y desapareciendo instituciones públicas que ofrecían servicios públicos, para proceder a su privatización y maximizar su beneficio económico, enriqueciendo aún más a los ricos, aumentando el número de los millones de personas que viven en condiciones de pobreza a nivel mundial.
Es un proyecto que nos conduce a la destrucción de nuestro planeta a través de la explotación excesiva de recursos naturales, destrucción de ecosistemas y producción de toneladas de basura que contaminan mares, ríos y lagunas. Es el proyecto que intenta mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo a través de la explotación laboral de millones de personas. Intenta construir una “cultura mundial” logrando que millones de personas en diferentes países consuman los mismos productos, usen las mismas prendas de vestir, piensen de la misma forma y tengan los mismos valores, que en este caso, es una ausencia de valores, en el contexto de una “anomia social” provocada por una “dictadura del mercado”. Por sus características es un proyecto totalitario y por lo mismo, la democracia, la justicia y la igualdad social no tienen cabida en este proyecto.
Por otro lado, nos encontramos que a nivel mundial surgen movimientos colectivos de personas que luchan por reparación de daños o derechos violados, en defensa de otros derechos en peligro de extinción, en defensa del Estado de bienestar social que se encuentra en declive y en contra de los monopolios y grandes empresas transnacionales que sólo buscan sus beneficios privados. Este proyecto parte de la premisa de que la historia es una creación humana, que las instituciones sociales fueron creaciones humanas y que los individuos son sujetos históricos, que tienen historicidad, es decir, que tienen la capacidad de cambiar la historia si recuerdan que los grandes cambios sociales que registra la historia de la humanidad se dieron por el surgimiento de grandes movimientos colectivos, que a través de revueltas, revoluciones, alzamientos, revoluciones pacíficas, etc., lograron la implementación de cambios planeados y la conquista de derechos laborales y sociales, que hoy el poder corporativo intenta desaparecer.
Son los individuos autónomos, que tienen capacidad de crítica y de autocrítica, los que crearon la idea de la democracia y con ella un indeterminado número de libertades personales y colectivas que se cristalizaron en constituciones e instituciones: derechos humanos, separación de poderes, derechos políticos, etc. Todas estas libertades y derechos no fueron concesiones, sino que fueron conquistados por los movimientos colectivos.
El escenario social nos muestra hoy en día un cuadro en el que es evidente la necesidad de cambiar algunas cosas, pero la ideología individualista impulsada en décadas de neoliberalismo ha generado una sensación de impotencia colectiva, porque todavía no hay una clara percepción del vínculo que existe entre las preocupaciones privadas con los temas públicos, es decir, no se vincula lo personal con lo político, no se logra reconocer que los problemas locales tienen raíces globales, por lo que las violaciones a los derechos humanos, los actos de autoritarismo, las acciones de injusticia no logran constituirse como causas públicas que incentiven la participación social de colectividades enteras en la discusión, análisis y búsqueda de soluciones a los problemas que afectan a la colectividad. Estos problemas colectivos siguen ligados a las viejas demandas de democracia, justicia e igualdad social. Los partidos políticos deberían ser los instrumentos del cambio social, pero están atravesados por una crisis política que atraviesa su dinámica interna y externa y han degenerado en una lucha por el poder olvidándose de las necesidades sociales.
Hoy es más necesario que nunca plantearnos la necesidad de cambiar nuestra realidad social participando en un proceso de concientización de las personas que integran los grupos sociales a los cuales pertenecemos, de los individuos que pertenecen a las organizaciones que nos rodean y de todas las personas que forman de nuestras comunidades. Este proceso de discusión y concientización permitirá construir una política que sea concebida como un proceso de liberación social y no una forma de enriquecimiento rápido e ilícito. A través de cambios individuales podremos facilitar los comportamientos, pensamientos y percepciones para actuar de manera diferente al comportamiento que presenta la mayoría para facilitar el proceso de cambio social que permita la construcción de una sociedad libre y autónoma. Cuando realicemos la crítica de la sociedad que nos rodea sin presentar alabanzas o adoración al poder es cuando adquirimos un poder revolucionario. Este poder revolucionario crece cuando nos concebimos como personas sociales que pertenecemos a una comunidad, Estado o país que enfrenta problemas colectivos y que actuando en forma colectiva podremos lograr encontrar la solución a estos problemas y parte de la solución a esto problemas es incrementar nuestra participación social.
La psicoterapia tiene como objetivo liberar a las personas de las cadenas que representan sus temores irracionales, sus miedos sin fundamento, su baja autoestima, su dependencia de otras personas y estimula su crecimiento personal y estabilidad emocional. La psicoterapia trata de lograr que los individuos, grupos y organizaciones desarrollen un empoderamiento que les permita encontrar por sí mismos las causas de los problemas que enfrentan y puedan desarrollar las habilidades para superar estos problemas y sentirse libres de los mismos. La psicoterapia busca lograr una libertad individual y grupal, estimula el reencuentro consigo mismo de las personas que solicitan ayuda, ayuda a que logren su autoaceptación y obtengan una estabilidad emocional, una seguridad interna basada en la autoaceptación y persigue como meta principal el que las personas encuentren su “paz interior”,
La política busca la libertad, la democracia y la justicia dentro de una sociedad. La política crea hombres libres con pensamiento autónomo, combate el autoritarismo que busca imponer un pensamiento único desarrollando las capacidades para que los individuos puedan creer en sí mismos, que se vean a sí mismos como sujetos históricos que reconocen su historicidad, su potencial para implementar cambios sociales. La política busca crear las condiciones para lograr un empoderamiento colectivo, una toma de consciencia de que actuando en forma unida, colectiva y organizada, se pueden lograr cambios sociales relevantes. La política busca construir una sociedad que acepte y estimule la libertad de ejercer la crítica social, una crítica en la que la propia sociedad sea cuestionada para mejorar en lo que sea necesario mejorar. Esta crítica solo puede provenir de la actividad de los ciudadanos que abandonaron el conformismo generalizado.
La política parte de la premisa de que todo mundo es capaz de gobernar, la política no es un asunto de especialistas, no hay una ciencia de la política y la sola idea de pensar que no hay especialistas de la política, sino de que todos podemos participar en política nos brinda una justificación para luchar por una democracia educando a la población en política, a través de la participación activa para lograr la transformación de las instituciones. La política nos enseña cómo realizar una anatomía de la sociedad humana y nos coloca en condiciones para construir una sociedad autónoma integrada por individuos autónomos, de libre pensamiento, con capacidad crítica, que sean capaces de gobernar y ser gobernados. La política busca estimular la participación social de los integrantes de la sociedad en el análisis de los problemas sociales que afectan a nuestras comunidades y encontrar la solución a los mismos a través de decisiones colectivas. La política es en última instancia una especie de psicoterapia en la que todos podemos participar como agentes de cambio social para "curar" la sociopatología que presenta nuestra realidad social, para transformarla en una sociedad mejor.
Bauman, Zygmunt: En busca de la política Fondo de cultura económica. México, D.F. 2,015
Baumant, Zygmunt/Donskins, Leonidas: Ceguera moral. Editorial Paidós,México, D. F. 2,015
Bauman, Zygmunt: Estado de crisis. Editorial Paidós, Ciudad de México. 2,016
Castoriadis, Cornelius: Los dominios del hombre. Editorial Gedisa, Barcelona, 2,005
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muy interesante-colega-tocayo!!!
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