El sexismo como cortina de humo
(Una mujer como Rectora de la Universidad de Sonora)
Oscar Yescas Domínguez
18 de marzo de 2,021
A veces siento que pertenezco a un reducida minoría que ve los acontecimientos de la realidad circundante de manera muy diferente a la forma como la percibe mayoría de la población. Es una sensación que me ha acompañado toda mi vida, pero no por eso deja de sorprenderme todavía la reacción de mis contemporáneos ante el anuncio de ciertas decisiones que claramente violan derechos humanos, laborales, políticos y sociales, pero que se presentan como avances en la democracia. La elección de la persona que ocupará la Rectoría de la universidad de Sonora en los próximos cuatro años, es ejemplo del disenso que experimento hacia el cúmulo de expresiones que veo en redes sociales que felicitan a la persona que resultó designada con el cargo de Rector, por el hecho de que es una mujer y lo manejan como “un avance en la equidad de género”, un “triunfo de las mujeres”, cuando desde mi percepción personal es un atropello más a los derechos de los universitarios y un ejercicio de autoritarismo disfrazado de democracia y un acto de sexismo que sólo contribuye a engañar a la población universitaria y sonorense.
Siempre he estado a favor de la lucha de las mujeres en defensa de sus derechos políticos, laborales, sociales y sexuales, cualquier persona puede constatar esto entrando a mi blog personal y leyendo varios de mis artículos, por lo que espero no ser malinterpretado e invito al lector a continuar avanzando en la lectura del presente escrito en el cual intento argumentar mi rechazo al proceso de designación de una nueva persona para ocupar las oficinas de Rectoría.
Felicitar a una mujer por haber sido beneficiada con una gran responsabilidad y no prestar atención al proceso antidemocrático que dio como resultado esta decisión, me parece una gran contradicción, porque la lucha feminista busca la democratización de la sociedad y la defensa de sus derechos como ciudadana, así como la defensa de su propia vida. Centrar la atención en el hecho de que es la primer mujer que ocupará el cargo de Rectora de la Unison y felicitarla por eso, me parece un claro ejemplo de miopía política y desconocimiento de la historia de la Universidad de Sonora. Siempre he partido de la premisa de que el conocimiento científico debe socializarse y llegar a las mayorías para que se democratice la información y pueda construirse un empoderamiento ciudadano de tal forma que aumente la participación social y se construya una democracia participativa que sustituya a la democracia representativa que todavía padecemos en nuestros días.
La democracia representativa significa que otras personas tomen decisiones a nuestro nombre y es la causa de la corrupción, conformismo y obediencia que impide avanzar a nuestra sociedad en la construcción de una verdadera democracia. En cambio, la democracia participativa implica que todos los ciudadanos seamos consultados por nuestros representantes políticos y podamos participar en el proceso de toma de decisiones relevantes en nuestra vida social. En esa línea de pensamiento, siento el compromiso de compartir parte de la historia de la Universidad de Sonora que me tocó vivir, testimoniar parte de la gran cantidad de vivencias que disfruté durante mis 33 años que laboré como profesor-investigador, para aportar elementos que permitan contextualizar y concebir en forma crítica este hecho particular como lo es la designación de una mujer como Rectora en nuestra Alma Mater sonorense.
En este año 2,021, la Universidad de Sonora (Unison), cumple 30 años de padecer una ley universitaria que se conoce como Ley Cuatro y que fue impuesta a través de la represión policiaca a maestros y estudiantes que se opusieron firmemente a la violación de la autonomía universitaria y defendían la democracia al interior de la misma. Manlio Fabio Beltrones fue el Gobernador que utilizó todo su poder para manipular a diputados priístas y panistas para que procedieran a elaborar y aprobar por la vía rápida un proyecto de ley universitaria sin contar con la participación de ningún universitario en este proceso y que dicha ley terminara con la democracia participativa que existía al interior de la Unison en el inicio de la década de los noventas, argumentando que existían malos manejos de las finanzas universitarias por quienes administraban los recursos universitarios en aquel entonces.
La Ley 103 que regía antes de la imposición de la Ley Cuatro fue conquistada por los estudiantes universitarios que en la década de los setentas lucharon por conquistar el cogobierno universitario que implicó un cambio de estructura organizacional al crear un Consejo Universitario en el cual participaban representantes de maestros, trabajadores y estudiantes. Fui testigo y participante del movimiento estudiantil de los setentas cuando logramos aquel triunfo de una ley universitaria que contemplaba una estructura organizacional de corte horizontal en la cual las autoridades universitarias eran elegidas a través del mecanismo de voto secreto, directo y universal porque cada estudiante, trabajador y maestro tenía el derecho de votar para elegir a quienes representarían legalmente a la máxima casa de estudios sonorense.
Este tipo de democracia universitaria sólo duró un par de décadas porque se terminó con la aprobación de la Ley Cuatro la cual por sus características, permite afirmar que con su imposición por medio de la fuerza policiaca se asesinó a la democracia al interior de la Unison, ya que se terminó con la participación de maestros estudiantes y trabajadores en la toma de decisiones relevantes para la vida universitaria y creó un aparato burocrático en el cual se incrementó el número de personal administrativo y de confianza, al mismo tiempo que centralizó el poder en una persona: el Rector, quien decidiría los destinos de los recursos universitarios sin tener la responsabilidad de rendir cuentas a nadie.
Para imponer la Ley Cuatro, Manlio Fabio Beltrones utilizó todo su poder como Gobernador, usando medios de difusión que recibían sueldo del Gobierno del estado como El Imparcial y el Sonorense, así como la televisión privada para denostar y criminalizar las protestas de los universitarios, construir una falsa imagen social de anarquía universitaria que restó apoyo popular a la lucha de los universitarios y permitió a Beltrones dar el golpe final que fue la represión policiaca a miles de universitarios que marcharon en forma masiva por las calles de la capital sonorense en defensa de la democracia universitaria y este represión incluyó la detención y tortura de algunos maestros y estudiantes universitarios. Por su intervención en la implementación de esta Ley Cuatro, la misma es reconocida al interior de la comunidad universitaria como la “Ley Beltrones”.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/02/unisonlaboratorio-psicosocial-de-la.html
El argumento principal para aprobar esta Ley universitaria fue opacidad en los manejos de las finanzas universitarias y una vez aprobada se creó una estructura organizacional de tipo vertical que contemplaba la creación de nuevos puestos administrativos, por lo que la nómina de personal administrativo y de confianza creció en un 300% en un plazo relativamente corto (meses), al mismo tiempo que se aprobó un aumento extraordinario en el presupuesto universitario que incluía sueldos exageradamente altos para los nuevos funcionarios universitarios, entre ellos el sueldo de Rector.
Desde que se aprobó esta Ley se presentó una desviación del presupuesto para la creación de plazas administrativas con nombramiento de confianza, afectando la creación de nuevas plazas de Maestros de Tiempo Completo, por lo cual se priorizó la contratación de profesores de asignatura (maestros de horas sueltas). Desde aquel entonces centenares de maestros han vivido en la incertidumbre laboral sin tener la seguridad de si serán contratados en el siguiente semestre y han laborado durante décadas esperando una oportunidad de ocupar una plaza de maestro de tiempo completo, una espera que ha sido infructuosa porque lo que más han logrado ha sido la contratación indeterminada, es decir, asegurar ser contratados cada semestre con un determinado número de horas, pero sin obtener los beneficios de los profesores investigadores que ocupan plaza de tiempo completo (pago de mayor sueldo, pago de tiempo para realizar investigaciones y extensionismo, contar con cubículo de trabajo, etc.).
Los maestros de tiempo completo nos convertimos en los hechos en un Club de privilegiados que se encuentra en proceso de extinción, porque las plazas de los maestros de tiempo completo que quedan libres por motivos de jubilación, muerte o renuncia, no son sometidas a concursos de oposición y se contratan maestros con el sistema de horas sueltas, lo cual afecta la calidad de la educación, ya que los profesores de tiempo completo tenemos la oportunidad de especializarnos en un campo del conocimiento relacionado con las materias que impartimos y que somos titulares de las mismas. En cambio los maestros de horas sueltas, o tiene la seguridad de impartir la misma materia cada semestre y aumentan sus cargas de horas/aula para generar más ingresos y los daños provocados por la ausencia de plazas de maestro de tiempo completo afectan a los estudiantes que son privados de tener especialistas en diferentes ramas del conocimiento que se dedican a investigar y a enseñar.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/07/el-club-de-los-privilegiados.html
Desde que se aprobó la Ley Cuatro, la Unison ha tenido cuatro Rectores, el primero fue Jorge Luis Ibarra Mendívil, activista en su juventud, afiliado al priísmo en su vida adulta, lo que le permitió ocupar el cargo de Rector del Colegio de Sonora y de ahí ser nombrado como nuevo Rector de la Universidad de Sonora en el marco de la Ley Cuatro. Cabe mencionar que el sueldo de quien ocupa el cargo de Rector oscila entre los 130,000 a 140,000 pesos mensuales. Ibarra Mendívil gobernó con autoritarismo y con actos de corrupción en la compra de bienes universitarios, entre los cuales destaca la compra de equipo de cómputo a un proveedor, compañero de sus años de activista estudiantil. Se mantuvo alejado de la comunidad universitaria a quien veía con menosprecio y propició el surgimiento de una cultura de servilismo al hacerse llamar “Señor Rector”, al mismo tiempo que surgía con la Ley Cuatro una cultura perversa de “simulación” en la entrega de reportes semestrales de trabajo. Al terminar su período como Rector, la Junta Universitaria conformada por 15 sujetos que no tienen contacto alguno con la comunidad universitaria le permitió la reelección, por lo cual disfrutó de un gran sueldo durante 8 años.
El segundo Rector de la Universidad de Sonora en el marco de la Ley Cuatro fue Pedro Ortega Romero, quien también fue designado por la junta Universitaria sin permitir la participación de los verdaderos universitarios, por lo que el autoritarismo, la antidemocracia y la corrupción seguían creciendo al interior de la Unison. Siguiendo el ejemplo de su antecesor, Pedro Ortega se dedicó a disfrutar del sueldo amoral, tomar decisiones en forma autocrática sin consultar a la comunidad universitaria y permitir el desvío del presupuesto universitario al pago de nómina, que en forma mayoritaria se destina a pagar los altos sueldos de Rector y funcionarios de primer nivel, mientras se niegan a aceptar propuestas de aumento salarial de los sindicatos universitarios (Staus y Steus). Al terminar su período de cuatro años como Rector, siguió el ejemplo de Ibarra Mendívil y aceptó la reelección por otros 4 años más que le concedió la junta universitaria, para sumar 8 años en el cargo como Rector, lo que le permitió aumentar su fortuna personal en forma incalculable.
El tercer Rector de la Unison nombrado por la junta Universitaria en el marco de la Ley Cuatro fue Heriberto Grijalva Mendívil, quien en su gestión como Rector rebaso el autoritarismo y la corrupción de sus predecesores, al utilizar las finanzas universitarias con una gran opacidad, beneficiando a personas cercanas, creando una Secretaría de Finanzas para designar como titular a una mujer cercana, a pesar de que ya existía Tesorería universitaria y se dedicó a atacar a los sindicatos provocándolos para que se lanzaran a la huelga, declarando en varias ocasiones que los sindicatos universitarios “no deberían existir”, omitiendo decir, que ingresó a laborar a la Unison, gracias al Sindicato de Trabajadores Académicos de le Universidad de Sonora, a través del cual obtuvo plaza de maestro de tiempo completo e inclusive una casa habitación, como parte de las prestaciones que son consideradas derechos laborales y que fueron resultado de luchas universitarias.
Heriberto Grijalva Mendívil mostró una gran intransigencia en las negociaciones de los contratos colectivos con ambos sindicatos universitarios, ignorando las peticiones de presentarse a las reuniones de negociación mientras se presentaba en medios televisivos dando entrevistas para denostar las peticiones de ambos sindicatos. Mostró una megalomanía en cada uno de sus actos y exigía reverencias en cualquier lugar que se presentaba. Realicé un esbozo de su personalidad patológica en el artículo que aparece en el siguiente link:
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/anatomia-del-poder-en-la-universidad-de.html
Acostumbraba asistir a las últimas reuniones de negociación para exhibir una postura intransigente y provocadora para presionar a los sindicatos universitarios para declararse en huelga. Fue en los hechos el promotor de la huelga del Staus en el 2,012, que duró 28 días y la huelga del Steus en el 2,014 que duró largos 72 días en paro y que puso el semestre en peligro de perderse, ya que lo que menos le importaba en su lucha contra los sindicatos universitarios era el peligro de que los estudiantes universitarios perdieran el semestre, ya que culpaba de todo a los sindicalistas universitarios.
Heriberto Grijalva pasó a la historia como el autor de la violación del Contrato Colectivo del Estatuto de Personal Académico al imponer una reforma en los requisitos de ingreso que aumentaban considerablemente los requisitos para ocupar una plaza de tiempo completo y de ingresar a impartir clases en la Unison. El Contrato Colectivo de Trabajo firmado entre autoridades universitarias y el Sindicato de trabajadores Académicos de la Unison (STAUS) establecía claramente que cualquier modificación al estatuto de Personal Académico (EPA), debería ser con la participación de ambas partes, por lo que la modificación al EPA fue una clara violación al Contrato Colectivo de Trabajo. Durante su gestión aumentó escandalosamente el aumento de plazas de personal de confianza, mientras que reducía la promoción del personal docente y destinaba el presupuesto originalmente destinado para crear nuevas plazas de maestros de tiempo completo, para contratar nuevo personal administrativo de confianza, afectando con ello la calidad de la educación universitaria. Durante su gestión fue más evidente la conversión de la Universidad de Sonora de una Universidad pública dirigida a satisfacer las necesidades sociales de la comunidad, a una universidad empresa, que restringía el vínculo social a la relación Universidad-empresa para formar cuadros de profesionales al servicio de las grandes empresas. Heriberto Grijalva Monteverde era el neoliberalismo representado en persona, con su obsesión de acabar con los sindicatos universitarios.
Algo que debo reconocer a Heriberto Grijalva Monteverde es que nos proporcionó bastante material para escribir, durante el mes que duró la huelga del Staus en el 2,012, escribí 12 artículos.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/apuntes-psicosociales-de-una-huelga.html
y durante la huelga del Staus en el 2,014 que duró 72 días me permití escribir 28 artículos que están plasmados en el siguiente link:
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/testimonios-psicosociales-de-una-huelga.html
Estos tres primeros Rectores de la Universidad de Sonora terminaron llevándose cada uno una cantidad mínima de $12,480,000 pesos durante los 8 años de gestión, esto sin contar las percepciones y beneficios por el hecho de ser Rector.
El cuarto Rector de la Unison en el marco de la Ley Cuatro fue Enrique Velázquez Contreras, quien fue designado en el cargo por la junta universitaria para el período 2,017-2,021. Cabe mencionar que Enrique Velázquez ocupó el cargo de secretario Académico durante la gestión de Heriberto Grijalva Monteverde y pertenece al grupo de “Químicos” que se han mantenido en el poder administrativo de la Universidad de Sonora durante las últimas décadas. El aislamiento de la comunidad universitaria, la opacidad en el manejo de las finanzas universitarias y el declive del nivel académico continuaron durante la gestión de Velázquez Contreras, es decir, su gestión se caracterizó por “más de lo mismo” que se ha tenido dentro del marco de la Ley Cuatro.
Durante los últimos años se han incrementado las peticiones de la comunidad universitaria en el sentido de cambiar la Ley Cuatro por otra que garantice la participación de los universitarios en la toma de decisiones relevantes de la institución y pueda construirse la democracia a su interior y la coyuntura abierta por la inminencia del período de cuatro años en el cargo de rector de Velázquez Contreras permitió el aumento en las demandas de democratización y surgió la petición de no reelección en el cargo de Rector de la Unison. La Junta Universitaria, que es un grupúsculo de 15 sujetos que toma decisiones a nombre de más de 30 mil universitarios, realizó farsas de auscultación universitaria pidiendo a universitarios que desearan ocupar el cargo de Rector que se registraran en el proceso de elección...que realizaría la propia Junta Universitaria. Algunos universitarios pecaron de ingenuos y se registraron, pero los dados ya estaban cargados de antemano y se preveía que la siguiente persona que ocupase el cargo de Rector, sería una persona integrante o cercana al grupo que ha estado manejando la Universidad desde hace décadas conocido al interior de la Unison como el grupo de “los químicos”, que han administrado la Universidad de Sonora con un total neanderthalismo administrativo.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/por-una-conduccion-cientifica-de.html
De haber aprobado la reelección de Enrique Velázquez Contreras para seguir siendo Rector por otros cuatro años más, como lo hicieron sus predecesores, sin duda alguna se habrían presentado acciones de gran inconformidad, por lo que sacando un as de la manga, la junta Universitaria y el grupo de los químicos eligió a una mujer para ser la primera fémina que ocupa el cargo de Rectora en la historia de la Universidad de Sonora.
El anuncio de que una mujer sería la próxima Rectora de la Unison fue recibida con beneplácito por un gran número de personas, quienes vieron en esta acción “un avance” en la construcción de la equidad de género, porque es una mujer ocupando el cargo más alto en la estructura organizacional universitaria. Se deslumbran con el género de una persona y olvidan lo esencial que es el proceso antidemocrático que dio como resultado este nombramiento.
Olvidan que el hecho de que sea mujer la próxima Rectora no garantiza cambio alguna en la cultura de autoritarismo, servilismo, opacidad de manejo de finanzas universitarias, privilegios económicos del personal de confianza que se benefician con altos sueldos y se llevan la mayor parte del presupuesto universitario. Festejar el que sea una mujer la beneficiada es avalar que continúe la Ley Cuatro por otros 4 años más que garantizan mas precarización económica de los trabajadores universitarios que tiene toda una vida laborando en la Unison y el enriquecimiento de los altos funcionarios que reciben sueldo que en algunos casos superan el sueldo que recibe nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador. Celebrar el que sea un mujer el resultado contribuye a mantener en el silencio que quien tomó esta decisión fueron 15 personas, mientras que mas de 30 mil universitarios fueron marginados y excluidos para participar en este proceso de gran relevancia.No importa el género de la persona que ocupe el cargo de Rectoría, lo relevante es que continúa prevaleciendo la antidemocracia dentro de la Unison y el grupo que se beneficia con la administración de recursos universitarios, seguirá beneficiándose porque en realidad no cambia la estructura, no cambia la gran diferencia salarial que existe entre los trabajadores de base que perciben bajos sueldos (pregunten a trabajadores del Steus y a maestros de horas sueltas cuanto ganan) y los altos sueldos que perciben funcionarios administrativos, que dicho sea de paso, continuaron percibiendo sueldos amorales mientras permanecían en sus casas durante la pandemia.
Entonces lo que podemos observar en quienes promueven celebrar el que sea una mujer la próxima Rectora de la Universidad de Sonora, es el uso de un sexismo como cortina de humo para destacar el hecho de que es una mujer la ungida con un cargo de máximo poder y guardar silencio sobre el procedimiento antidemocrático que realizaron 15 personas que tomaron la decisión a nombre de decenas de miles de universitarios.
Aquellos que celebran este nombramiento argumentando una “paridad de género” en la estructura del gobierno universitario deberían recordar dos nombres de mujeres que están ocupando altos cargos en la política en Sonora para ver que el hecho de que sea mujer la próxima rectora no es motivo para echar las campanas a volar:
Claudia Pavlovich fue la primer mujer en gobernar Sonora y está a punto de concluir su sexenio en los próximos meses, es reconocida por el mote de “Gobernadora represora”, porque reprimió con dureza las movilizaciones de los maestros que lucharon en contra de la imposición de la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. En estos momentos hay un plantón cerca de Palacio de Gobierno de familiares de policías asesinados en el cumplimiento de su deber, a quienes no se les ha pagado las indemnizaciones que por ley les corresponden, lo cual a todas luces representa una injusticia de parte del gobierno encabezado por una mujer.
Su gobierno se ha caracterizado por escándalos de corrupción que han afectado a miles de familias sonorenses al desviar recursos presupuestales con fines desconocidos descuidando los servicios públicos a las cuales todo gobernador debe cumplir: seguridad pública, educación, inversión pública en infraestructura urbana, construcción de espacios públicos. Recordemos que el Parque La Sauceda fue abandonado y la administración de Claudia Pavlovich recibió un fondo de 40 millones de pesos para su restauración, mismos que desparecieron y el Parque la Sauceda continúa deteriorándose en el abandono absoluto de ambos gobiernos municipal y estatal.
Otro caso de una mujer que llega al gobierno y demuestra que por ser mujer no garantiza la equidad de género es Célida López, Presidenta Municipal de Hermosillo, quien exhibiendo un gran oportunismo político renunció al Partido Acción Nacional por no incluirla en la lista de candidatos para las elecciones del 2,018, para afiliarse al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y logró ser aceptada y postulada como candidata a la Presidencia Municipal de Hermosillo, en unas elecciones en las que ya estaba anunciado el triunfo de Morena.
Célida López ha gobernado la capital sonorense con un liderazgo autocrático, se ha burlado de la ciudadanía hermosillense en múltiples ocasiones, cantando y tocando guitarra, amenazando con arrestar a la población si no se quedaban en casa en los momentos más álgidos de la pandemia, simulando hablar por teléfono con una persona imaginaria utilizando una cajetilla de cigarros y llegando al extremo de insultar a quienes se oponían a las intenciones de vender el predio El Cárcamo bajo el argumento de que ese dinero se utilizaría en bacheo de las calles de Hermosillo. En síntesis, que una mujer ocupe un alto cargo político no garantiza un avance de la democracia, ni representa un paso adelante en la equidad de género, porque la equidad de género es la esencia de la democracia social, representa la igualdad de derechos e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y el que una mujer llegue al cargo de Rectora de una Universidad en base a un mecanismo de antidemocracia que excluye la participación de miles de universitarios (hombres y mujeres), en la toma de esta decisión, no es equidad de género, es más bien complicidad en un ejercicio de la antidemocracia que sólo beneficia a una persona, pero afecta los derechos de miles de universitarios.
Si realmente están interesados en el destino de la Universidad de Sonora, deberían preguntarse cómo se manejan las finanzas universitarias, que se hagan públicos los sueldos que perciben los altos funcionarios administrativos de la Unison, ¿Cuántas plazas de confianza se han autorizado a lo largo de 30 años de existencia de la Ley Cuatro? y ¿Cuántas plazas de maestros de tiempo completo se han autorizado y contratado en el mismo período? Están planeando regresar a clases presenciales en la Universidad de Sonora, en otros lugares todas las organizaciones han hecho modificaciones en su estructura física para garantizar la salud de sus integrantes, yo preguntaría, ¿Qué tipo de inversiones ha hecho la Unison en equipamiento físico que garantice la seguridad de la salud de miles de estudiantes, trabajadores, y maestros con el regreso a clases presenciales?, ¿continuarán los grupos de 40 estudiantes reunidos en un mismo salón?, ¿han construido mesas de trabajo con mamparas transparentes encima de ellas que proteja el contagio de virus a través de la saliva que se emite mientras se habla?. Francamente dudo que hayan hecho alguna inversión de este tipo.
Para finalizar, quisiera recordar que el argumento principal para terminar con la Ley 103 e imponer la Ley Cuatro fue la sospecha de malos manejos en las finanzas universitarias, creo que esa sospecha de opacidad y malos manejos en las finanzas universitarios se podría aplicar a las actuales autoridades administrativas y justifican la demanda de una auditoría en las finanzas universitarias como un primer paso en la derogación de la Ley cuatro y la creación de una nueva ley universitaria que sea el resultado de la participación de los integrantes de la comunidad universitaria (maestros, trabajadores y estudiantes) que garantice el retorno de la democracia participativa a la Universidad de Sonora.
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Que nuevas, ese Beltrones como a echo daño donde quiera que ha pisado en cualquier puesto publico que haiga estado!
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