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viernes, 9 de julio de 2021

 

La defensa del medio ambiente es la defensa de nuestras vidas

Oscar Yescas Domínguez

09 de julio de 2,021

La defensa del medio ambiente es la defensa de nuestras vidas

La historia de la humanidad no ha seguido una línea recta en dirección ascendente para lograr un estado de evolución continua y llegar al momento histórico que estamos viviendo, en el que disfrutamos de un desarrollo tecnológico sin precedentes, al mismo tiempo que padecemos una enorme desigualdad social. Si miramos hacia atrás con ojos críticos, veremos que en la historia de los seres humanos, o sea nosotros, se han presentado avances y retrocesos que en su momento representaron grandes cambios sociales en los que algunos de ellos fueron acontecimientos realmente negativos que representaron graves retrocesos en la evolución humana, como guerras para construir grandes imperios sometiendo a poblaciones enteras aniquilando poblaciones y cometiendo verdaderos epistemicidios al destruir los conocimientos y culturas de las poblaciones sometidas para escribir una historia muy diferente a como realmente sucedieron los hechos, porque a estas alturas ya sabemos que la Historia la escribieron los vencedores y ejemplos de ello lo fueron, la “conquista” española de América, la “evangelización” cristiana de los indígenas americanos, entre otros acontecimientos históricos.

Por otro lado, entre los acontecimientos negativos de la historia humana podemos mencionar la existencia de guerras creadas bajo el argumento defenderse de supuestas amenazas externas o para defender la democracia en países ubicados en lugares lejanos, pero que en realidad fueron conflictos bélicos usados como pretexto para apropiarse de los recursos naturales y riqueza de los países invadidos, logrando con ello obtener beneficios económicos y políticos para particulares, es decir, la guerra utilizada como negocio, tanto para quien invade y saquea los recursos de un país, como para las corporaciones contratadas recibiendo sumas millonarias del presupuesto gubernamental para “reconstruir” la nación invadida.

Pero también se registran en la historia de la humanidad grandes cambios sociales que fueron provocados por la acción humana y que tuvieron consecuencias sociales positivas en la medida que dejaron como resultado beneficios colectivos, algunos de estos cambios fueron verdaderas revoluciones que lograron terminar con dictaduras autoritarias (Revolución mexicana, Revolución Rusa, Revolución Cubana, etc.) Otros cambios sociales fueron originados por revueltas masivas que reclamaban democracia y derechos sociales (la caída del muro de Berlín y la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). En el siglo pasado hubo varios levantamientos populares que crecieron al grado de conformar verdaderos movimientos colectivos que lucharon y lograron consolidar la conquista de una serie de derechos humanos, laborales, sexuales y prestaciones sociales.

Todos estos cambios sociales que dejaron resultados positivos se lograron porque hubo una participación masiva y unitaria de miles de personas que reclamaron democracia, justicia e igualdad social en lugares donde predominaba el autoritarismo irracional, o lucharon para conquistar derechos que hoy disfrutamos y que en nuestros días percibimos como “algo natural”, pero que tenemos hoy gracias a que miles de personas se movilizaron para cambiar la realidad que les tocó vivir.

Con lo anterior podemos ver con claridad que la Historia es una creación humana, debido a que los seres humanos tenemos historicidad, es decir, tenemos la capacidad para cambiar la historia que vivimos en nuestra vida cotidiana y podemos darle otro rumbo al porvenir si tomamos consciencia de tener este poder y actuamos en forma colectiva, organizada y unida para cambiar aquellos aspectos de nuestra realidad que consideramos deben cambiar para construir un mayor bienestar social. En los momentos históricos que nos tocó vivir el tomar consciencia de nuestra historicidad es una tarea urgente que tenemos que desarrollar porque lamentablemente, en los últimos 40 años de neoliberalismo muchos de estos derechos laborales y prestaciones sociales han ido desapareciendo al aprobarse reformas en las constituciones de varios países que mutilan derechos y prestaciones de la clase trabajadora, dichas reformas han sido impulsadas por el poder corporativo, porque estamos viviendo en un sistema capitalista neoliberal que se encuentra inmerso en una profunda crisis sin solución y la insistencia de seguir manteniendo un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo nos está conduciendo por un camino que sólo nos lleva a la destrucción de nuestros recursos naturales, de nuestro planeta y con ello a nuestra futura autodestrucción.

¿Qué tenemos que hacer?, Aparte de la historicidad, la especie humana tiene la capacidad de aprender de la experiencia ajena y poder así evitar la necesidad de aprender únicamente a través del aprendizaje vivencial, es por ello que debemos analizar la historia pasada y presente para aprender de los acontecimientos sociales y de los diversos movimientos colectivos que lograron cambiar el rumbo de la historia. Recordemos que la pandemia del covid-19 se expandió con una rapidez que sorprendió a todo el mundo y esto sucedió porque los gobiernos de los países observaron de lejos el surgimiento de la pandemia y no tomaron las debidas precauciones para minimizar los daños, ya que pensaban que no les llegaría a sus territorios. Antes de que llegara la pandemia a sus territorios tuvieron conocimiento de que la medida más eficaz para contener la pandemia era el aislamiento social y no tomaron las medidas a tiempo para mantener ese equilibrio entre producción y consumo, por lo que seguimos con nuestras rutinas en la vida cotidiana y “de pronto” nos vimos en un escenario con miles de contagiados, hospitales saturados y miles de muertos por el covid-19, un escenario que desde América se vio en Asia y Europa, con meses de anticipación

Si nuestros gobiernos hubieran tomado el control limitando la movilización social mucho antes de que nos llegara la pandemia, retomando aquellas decisiones que ya estaban tomando los gobiernos que estaban padeciendo los efectos de la pandemia (aislamiento social forzoso), tendríamos otra historia y muchas menos bajas de las que ha ocasionado esta crisis sanitaria. Este miércoles 6 de julio la humanidad registró la cifra de 4 millones de muertos por la pandemia del covid, muchas de estas muertes pudieron haberse evitado si gobiernos y población hubieran dado muestras de aprendizaje social y tomado las precauciones necesarias para evitar la rápida expansión del covid-19. La pandemia nos enseñó también que somos seres sociales que estamos en constante interacción social y que lo que haga un individuo afecta a su comunidad o a la sociedad en su conjunto, nos recordó de una manera drástica que todos formamos parte de un ecosistema en donde compartimos un mismo espacio y aire con otras personas y con varias especies de animales.

En este escenario que en algunas partes del mundo toma imágenes dantescas, necesitamos mirar la historia en retrospectiva para reconocer que los diferentes movimientos colectivos que modificaron la historia de la humanidad nos dejó un aprendizaje aparte de aquellos derechos que fueron conquistados por cada movimiento y con este reconocimiento podremos acumular y asimilar los conocimientos que sus luchas aportaron para enriquecer nuestra perspectiva del momento histórico que nos tocó vivir y responder en mejores condiciones a la pregunta ¿Qué tenemos que hacer para evitar la destrucción de la naturaleza y de nuestras propias vidas?

En esa línea de pensamiento podemos destacar que una de las principales enseñanzas que el movimiento obrero organizado nos legó es la idea de que podemos construir un gran poder colectivo si actuamos en forma unida, organizada y colectiva para luchar en defensa o en la conquista de nuevos derechos y enfrentar al poder político, económico y corporativo en una relación de simetría en el poder. Podemos lograr un empoderamiento popular en la medida que generemos una consciencia de clase, de que aceptemos que la mayoría de quienes pertenecemos a esta sociedad contemporánea pertenecemos a la clase trabajadora y que estamos siendo objeto de múltiples violaciones a nuestros derechos por parte de un reducido sector de la sociedad que acapara la mayor parte de la riqueza social producida.

Debido a que el poder corporativo actúa como un cártel de la delincuencia organizada promoviendo la corrupción y logrando unir a Presidentes de varios Países, Gobernadores, Presidentes municipales, Senadores, Diputados, Directivos de medios de comunicación masiva, Intelectuales que se prostituyen, etc., para promover y aprobar reformas a nuestras constituciones, debemos reconocer que la resistencia a los embates de las políticas neoliberales, a los actos de corrupción y a los innumerables actos de injusticia que son protegidos por la corrupción, se ha estado dando de una manera dispersa, como diría Eduardo Galeano, como “fueguitos aislados”, por lo tanto debemos organizar un frente de resistencia donde coincidan todos estos fueguitos para construir un poder popular y enfrentar al poder corporativo en mejores condiciones.

Por otro lado, el movimiento feminista nos permitió identificar el vínculo que existe entre lo personal y lo político, al clarificar que las decisiones más íntimas como elegir pareja o ejercer nuestra sexualidad, tienen un determinismo político reflejado en leyes que determinan nuestro comportamiento y que inhiben la expresión y voluntad de los grupos minoritarios que ejercen su sexualidad de manera diferente a la mayoría y desean ser reconocidos como sujetos de derecho y actores políticos. El sistema cultural muestra su lado patriarcal al negar y combatir la enorme diversidad sexual que existe en la sociedad contemporánea, por lo que las mujeres y grupos de orientación diferente a la heterosexual predominante han estado luchando desde hace varias décadas para conquistar derechos ya que la política está presente en el ámbito privado y no sólo en el ámbito público.

El feminismo nos enseñó que no puede construirse una democracia social sin antes revolucionar nuestras consciencias para construir nuevos modelos de lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer. Una gran aportación del movimiento feminista es que la lucha política debe complementarse necesariamente con una lucha contra el patriarcado, como requisito indispensable para construir una sociedad donde exista una equidad de género que reflejaría una verdadera igualdad social y entonces estaríamos en condiciones de construir una auténtica democracia y una justicia para todos sin excepción alguna.

En otro escenario, el movimiento ecologista integrado por colectivos de ciudadanos que actúan como defensores del medio ambiente, que luchan en contra de la privatización de los espacios públicos, de una mejor distribución del agua, en defensa de los recursos naturales y en contra de los múltiples ecocidios que ocurren dentro del sistema capitalista, nos ha enseñado que no estamos solos en este planeta, que existen varias especies que conviven con el ser humano, porque todo ser viviente (no sólo el humano) forma parte de un ecosistema, donde la vida de cada especie animal tiene un propósito, una función que cumplir para mantener la armonía en la naturaleza. Necesitamos reconocer la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y esto implica respetar la vida de todas las especies de animales y sobre todo cambiar hábitos y comportamientos que son considerados “socialmente aceptables” pero que provocan daños a nuestro entorno inmediato, como considerar la cacería de animales como “un deporte”. Debemos cuidar el medio ambiente, proteger los recursos naturales y cuidar las especies que conforman los ecosistemas, porque con acciones de este tipo nos estamos cuidando a nosotros mismos ya que somos parte integrante del ecosistema que nos rodea.

Pero lamentablemente nos encontramos en un momento histórico en el que el equilibrio entre la naturaleza y la sociedad se está volviendo más frágil cada día porque el estilo de vida consumista que tenemos está ocasionando graves daños a nuestro medio ambiente y provocando graves daños a la naturaleza. Con toda sinceridad debemos reconocer que es motivo de vergüenza y pena ajena el reconocer que el ser humano es uno de los mayores depredadores que más daño ha causado a la naturaleza, o sea nosotros mismos somos los villanos, los malos de la película, los que estamos haciendo daño a la naturaleza y con ello nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Nuestra ignorancia sobre la naturaleza nos lleva a matar todo insecto que se atraviese por nuestro camino y en nuestras visitas a la playa o el campo dejamos un rastro de contaminación y basura que causa grandes daños a la vida de los múltiples seres vivientes que habitan esos lugares porque dejamos a nuestro paso basura en forma de plástico o productos que no son biodegradables que tardan cientos de años en desaparecer y elevan el nivel de contaminación al grado de provocar verdaderos ecocidios.

A pesar de las campañas en contra, el uso del plástico no parece disminuir y debemos tomar consciencia de que el plástico que forma parte del empaque de los productos que compramos y desechamos en nuestras casas no desaparece en el bote de la basura, la triste realidad es que atraviesa por un largo recorrido hasta llegar a su destino final: los océanos, donde afecta la vida de las especies marinas y a través de ellas continúa afectando a los seres humanos, porque la mayoría de los productos de plástico necesitan decenas o hasta cientos de años para degradarse y algunos no terminan de desaparecer.

El problema se agrava porque los rayos ultravioleta del Sol y el oleaje del mar fragmenta el plástico en pequeños trozos milimétricos hasta quedar convertidos en microplásticos, los cuales son engullidos por pequeños peces, que a su vez son devorados por otros peces y estos peces son sacados del mar por pescadores y llegan en forma de alimentos a nuestras mesas con su carga de microplásticos. No quiero decir que todos los productos del mar tengan microplásticos, pero esa es una de los formas como se han detectado que éstos llegan a los seres humanos.

Pero debemos tener bien claro que no somos los consumidores individuales los principales responsables de contaminar y destruir nuestro medio ambiente, en realidad son las grandes corporaciones quienes hacen más daño que los consumidores a la naturaleza, por su obsesión en mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo. En su afán de mantener una maximización de su beneficio económico, las grandes corporaciones son quienes más daño provocan a nuestra madre tierra con la enorme cantidad de desechos industriales que provocan en sus procesos de producción, con la explotación irracional de los recursos naturales para mantener una producción masiva, con la publicidad permanente que estimula el consumo masivo y con la enorme cantidad de basura que provoca el consumo masivo de sus productos.

La conversión del homo sapiens en homo consumens, complica la situación porque para una inmensa mayoría la felicidad consiste en un constante consumo, inclusive hay personas que utilizan como terapia el ir de compras a las grandes tiendas en momentos de depresión. Compramos más de lo que necesitamos, como consumidores somos la nueva versión del esclavismo porque mientras más consumimos, más nos endeudamos con tiendas departamentales o con los bancos.

Vivir en estos tiempos de neoliberalismo significa estar endeudado y estar endeudado significa estar esclavizado a pagar altas tasas de interés en los bancos, significa vivir para trabajar, para ganar dinero para pagar nuestras deudas, pero si seguimos consumiendo estaremos eternamente esclavizados y no disfrutaremos nuestras vidas. El homo sapiens tiende a desaparecer y se convierte en el homo consumens, que se alimenta de comida chatarra, ingiere bebidas que dañan su organismo, consume alimentos procesados industrialmente que perjudican la salud.

Tenemos más ropa y calzado de la que necesitamos, pero seguimos comprando, desechamos ropa en la basura en lugar de obsequiarla a alguien que lo necesite y esta ropa arrojada a la basura representa una de las fuentes de contaminación más grandes en estos tiempos. La lógica capitalista de mantener un equilibrio entre una producción masiva de diversos artículos, lograda a través de la explotación irracional de recursos naturales (como el caso de agua utilizada por la industria refresquera y cervecera) y un consumo masivo, nos está conduciendo por un camino que nos lleva directamente hacia nuestra autodestrucción como especie y a la destrucción del planeta que habitamos.

Nos han intentado manipular señalando a los consumidores como los que generan mayor contaminación, nos dijeron que los popotes y el plástico causaban grandes daños en las especies marinas y que la basura que producimos es lo que está provocando un grave aumento en la contaminación (lo cual es cierto), prohíben el uso de bolsas de plástico cuando compramos productos y nos exigen comprar bolsas reciclables, pero han guardado silencio sobre el hecho de que la mayoría de los productos están empacados con material de plástico, aluminio u otros materiales que no son reciclables y por lo tanto causan una gran contaminación.

Tampoco dicen nada sobre el daño que provocan las grandes corporaciones cuando talan nuestros bosques, cuando derraman desechos tóxicos en nuestros ríos y mares, cuando utilizan el fracking o fracturación hidráulica que es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas o petróleo del subsuelo utilizando enormes cantidades de agua. No nos dicen cuantos litros de agua se necesitan para producir un litro de cerveza (varía dependiendo de la calidad de la cerveza y del lugar donde se produce) Podemos mencionar algunos ejemplos, Tanzania:180 litros de agua por litro de cerveza, Sudáfrica: 155 litros de agua por cada litro de cerveza, Perú y Ucrania: 61 litros de agua por litro de cerveza. ¿Cuántos litros de agua se utiliza para producir un litro de refresco? Coca Cola: 2.18 litros de agua por un litro de refresco.

Lograr una producción masiva de artículos, prendas de vestir,, bebidas, etc., requiere de una explotación inmoderada de los recursos naturales que está provocando su agotamiento y extinción, también está contribuyendo a la desaparición de especies de animales cuya piel o masa corporal es comercializada y la producción industrial está provocando la destrucción de ecosistemas completos y erosionando y destruyendo grandes extensiones de terrenos. Un ejemplo de ello es la la industria minera que extrae recursos naturales del subsuelo, utiliza grandes volúmenes de agua y productos químicos para perfeccionar su producto, generando enormes cantidades de desechos tóxicos que representan un peligro para la vida humana y para todo tipo de especies de animales que se encuentren dentro de los ecosistemas cercanos a estos depósitos de desechos. Uno de los principales daños que está produciendo la sociedad industrial en que vivimos es que se prioriza el consumo industrial del agua por encima del consumo para necesidades humanas.

Nuestra forma de vida agrede a ecosistemas y este daño lo hemos acumulado a lo largo de décadas pero el perjuicio aumenta en la medida que aumenta el consumo y la concentración de gente en las ciudades. Recordemos que en la segunda mitad del siglo pasado nuestros gobiernos decidieron implementar políticas de apoyo a la industria para sustituir las importaciones por exportaciones. Esto provocó que se descuidara el campo y a quienes vivían trabajando en el mismo quedaron en condiciones de abandono gubernamental, de tal forma que para sobrevivir se generó un fenómeno de migración masiva del campo o de las pequeñas ciudades a las capitales de los Estados o a las ciudades que presentaban un crecimiento gracias a que se convirtieron en lugares donde se estableció la industria.

Las ciudades empezaron a crecer por la llegada de familias completas que buscaban mejorar su calidad de vida al instalarse en las ciudades, pero como una gran mayoría carecía de las competencias o habilidades necesarias para incorporarse en el mercado, pasaron a formar parte de los cinturones de miseria que rodean a nuestras ciudades, viviendo en condiciones que se convirtieron en ideales para el surgimiento de grandes problemas sociales como delincuencia común, alcoholismo, drogadicción, inseguridad pública, etc. 

Nuestras ciudades presentan un crecimiento inmoderado, no planificado y la mancha urbana crece cada día y con ello crece la demanda de servicios públicos como drenaje, agua potable, energía eléctrica, transporte urbano, pavimentación. La mancha de concreto se expande por nuestras ciudades y no recibimos educación ecológica ni de cuidado del medio ambiente por lo que escasean los árboles y al aumentar la plancha de concreto y de pavimento se incrementa la temperatura del medio ambiente provocando veranos más calurosos cada año.

La industria de la construcción utiliza bastante agua en sus procesos y en los últimos años están proliferando asentamientos humanos con condominios de lujo en los cuales incluyen albercas o lagos artificiales, esto junto con la tendencia a desviar el uso del agua para consumo industrial perjudica a la población de las grandes ciudades ya que el agua para consumo humano se reduce considerablemente. Se requiere una administración eficaz del agua que invierta la situación y priorice las necesidades humanas por encima de las necesidades industriales, sobre todo en ciudades ubicadas en lugares que tienen climas semidesérticos porque el calentamiento global es una realidad y el agua es un recurso que ya es motivo de conflictos y la disputa por la misma se incrementará en los próximos años.

La población de los países desarrollados tiene un nivel de vida que implica un alto consumo que poco a poco está agotando los recursos naturales de nuestro planeta. Las grandes corporaciones invaden los países con menor desarrollo tecnológico e industrial y proceden a explotar los recursos naturales de esos países para elaborar productos de exportación hacia los países desarrollados donde se da el mayor consumo, dejando detrás de sí sólo destrucción del medio ambiente, grandes zonas contaminadas e infértiles o en proceso de desertificación, explotación laboral y contaminación de tierras, lagos, ríos y mares. Para que toda la población mundial tuviera acceso al nivel de consumo que tiene la población de los países desarrollados, se necesitarían tres o cuatro planetas tierra para proporcionar los recursos suficientes, pero sólo existe un planeta tierra y sus riquezas se están extrayendo para beneficio de unos cuantos.

Llegando a este punto, en base al aprendizaje obtenido en las luchas sociales, tenemos elementos para dar respuesta a la pregunta: ¿Qué tenemos que hacer para defender al medio ambiente y a la naturaleza? Una primera respuesta se refiere a la modificación de nuestro comportamiento individual como consumidores. No podemos dejar de consumir porque a través del consumo realizamos intercambios que nos permiten obtener productos y servicios que satisfacen nuestras necesidades básicas y psicológicas. Pero lo que sí podemos hacer es moderar nuestras conductas de consumo, reconociendo las necesidades reales de las necesidades artificiales que nos genera la publicidad y nos empuja al consumo. Debemos realizar “compras inteligentes” que consiste en comprar sólo aquello que es necesario y evitar endeudarnos comprando cosas que dejaremos de usar a corto plazo. Necesitamos revolucionar nuestras consciencias y restar importancia a las apariencias, lo cual no será fácil (pero es posible) porque vivimos en una sociedad que rinde culto a la imagen. Evitemos rendir culto a las marcas, podemos comprar prendas que provengan de marcas que quizá no sean reconocidas o avaladas por la publicidad pero que tendrán los mismos estándares de calidad en su producción y con ello reduciremos nuestros costos en gran medida. Pero lo más importante es tomar consciencia de que somos parte del ecosistema en el cual vivimos y debemos cuidar nuestro medio ambiente y los recursos naturales que estén disponibles o a nuestro alcance.

En un plano más elevado, a nivel social, en esta revolución de las consciencias debemos ampliar nuestra percepción y vernos como seres sociales que pertenecemos a una comunidad donde existen otras personas con las que no sólo compartimos espacio y aire, sino que también padecemos los mismos problemas como desabasto de agua, falta de alumbrado público, deficiencia en servicios públicos, inseguridad pública, etc. Tomar consciencia de los vínculos que tenemos con otras personas nos permitirá aceptar la posibilidad de acercarnos mutuamente para discutir y analizar los problemas que nos afectan como grupos sociales que conformamos un asentamiento humano, identificar los problemas que enfrentamos, encontrar posibles soluciones y crear organizaciones ciudadanas que nos representen para solicitar a las autoridades correspondientes las soluciones a los problemas que hemos identificado y uno de los problemas que debe estar en la lista de prioridades es la defensa del medio ambiente por las siguientes razones:

Defender el medio ambiente significa evitar que las aguas de nuestros ríos, lagunas y mares sigan siendo contaminadas por el consumo humano y por los deshechos industriales. Significa que el agua sea utilizada prioritariamente para consumo humano y no para privilegiar el consumo industrial. Implica evitar la tala de árboles para construir complejos habitacionales de lujo que contarán con lagos artificiales que serán llenados con desvíos del agua destinada para consumo humano. Significa exigir que las autoridades de los tres niveles de gobierno cumplan su función de protección ambiental, vigilando se cumplan las normas de seguridad e higiene en el funcionamiento de las grandes corporaciones, sobre todo en el tratamiento de los desechos tóxicos que crean en sus procesos de producción y exigiendo a nuestras autoridades la creación de centros de reciclado de la basura para evitar mayores daños al medio ambiente.

Defender el medio ambiente es una acción en defensa de nuestras propias vidas porque significa exigir que el aire que respiramos esté libre de contaminación por polvo o humo proveniente de los centros de producción o de vehículos en mal estado que circulan por nuestras calles emitiendo grandes cantidades de monóxido de carbono. Significa exigir contar con agua potable en cantidad suficiente para la satisfacción de nuestras necesidades humanas y en condiciones de pureza, libre de contaminación, para consumo humano. En México tenemos un ejemplo claro del daño al medio ambiente que provoca el poder corporativo en Cananea, Sonora, lugar donde nació la revolución mexicana y población que hoy sufre la contaminación de sus mantos acuíferos por desechos tóxicos del Grupo México que el 6 de agosto del 2,014 derramó más de 40,000 metros cúbico de ácido sulfúrico que contaminaron los ríos Sonora y Bacanuchi, afectando a los pueblos que habitan en las orillas de ambos ríos y que fueron afectados por su salud al consumir agua contaminada. Las autoridades en lugar de clausurar la mina o sancionar la empresa, autorizaron la creación de una nueva presa para almacenar más desechos químicos y después de varios años del incidente la justicia no llega a los damnificados.

En Mexicali, Baja California, México, activistas de movimientos de resistencia en defensa del agua de Baja California denunciaron persecución política del Congreso local. Se trata de defensores que convirtieron la defensa del agua del río Colorado en su principal acto de protesta y el rechazo a la instalación de la cervecera estadunidense en el valle de Mexicali, para lo cual el gobierno de López Obrador organizó una consulta en la que se decidió que la empresa cancelara sus operaciones. Uno de sus primeros logros fue derogar la Ley Estatal del Agua de Baja California, promovida por el gobernador panista Francisco Vega (2013-2019), en la que acusaron que permitía la privatización del agua y rechazaron los contratos de construcción y operación de plantas desaladoras en la zona costa de la entidad.

Como toda actividad social y colectiva, la defensa del medio ambiente se torna en una actividad política y quienes participan en ella se convierten en actores políticos, sabemos que la corrupción invade las instituciones gubernamentales que han abandonado la misión para la que fueron creadas y actúan en beneficio del poder corporativo, por lo que exigir una defensa del medio ambiente es una actividad que pone en riesgo las vidas de quienes actúan como defensores del medio ambiente, ya que comprometerse a luchar en defensa de nuestros recursos naturales implica convertirse en blanco del poder corporativo que busca maximizar su beneficio económico explotando de manera irracional y con su poder económico utiliza a las instituciones gubernamentales para que guarden silencio ante las violaciones a las leyes de protección ambiental y en caso dado, para usar instituciones policiacas como cuerpos represivos en contra de aquellos que afecten los intereses particulares del poder corporativo.

Asumir el rol de defensor del medio ambiente supera hoy los riesgos que tienen profesiones de alto riesgo como policía, militar, bombero, etc., por ese motivo en los últimos años han sido asesinados una cantidad considerable de defensores del medio ambiente (indígenas, campesinos, líderes comunitarios, etc.) en Latinoamérica, por parte de sicarios que defienden intereses de las grandes corporaciones que se dedican a extraer riquezas del subsuelo, explotar la tierra, apropiarse del agua de nuestros mantos freáticos, contaminar con desechos industriales los ríos, los lagos y lagunas en ciertos territorios y quienes han levantado su voz de protesta han recibido la muerte como castigo.

Esto sucede porque la corrupción es un fenómeno estructural en el sistema capitalista neoliberal y patriarcal, lo que permite que autoridades de todos los niveles permitan la impunidad de los asesinatos de defensores del medio ambiente. Por todos estos motivos el luchar en defensa del medio ambiente se ha convertido en una lucha política porque implica luchar en contra de políticas neoliberales que promueven la explotación irracional de nuestros recursos naturales, la explotación laboral que sucede con las grandes corporaciones. Implica luchar en contra de la corrupción que se ha convertido en un problema estructural porque las instituciones gubernamentales que podrían detener la destrucción de ecosistemas y la contaminación provocada por las grandes corporaciones, voltean hacia otro lado y no toman ninguna acción legal para proteger la naturaleza y nuestros recursos naturales.

El poder económico que respalda al poder corporativo ha doblegado al poder político en su loca aventura suicida de continuar manteniendo un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo. Es por estos motivos que se requiere de una concientización del grave daño que está provocando la producción industrial sobre los ecosistemas, para que podamos asumir un rol de agentes de cambio social y promover la discusión colectiva del momento delicado que estamos viviendo y la necesidad de cambiar esta parte de la realidad que perjudica a la naturaleza y pone en riesgo nuestra propia existencia. El riesgo de sufrir represión disminuye en la medida de que aumente el número de personas que participen como defensoras del medio ambiente, de tal forma que el liderazgo sea horizontal y distribuido y no recaiga en unas cuantas personas que puedan ser identificadas como los líderes del movimiento.

La participación social en la búsqueda de soluciones a los problemas colectivos se presenta como una necesidad impostergable, condición necesaria para construir un empoderamiento popular que permita enfrentar en mejores condiciones al poder corporativo en la lucha por la defensa del medio ambiente, que se convierte en la defensa de nuestras propias vidas porque de seguir por este camino de destrucción de nuestros recursos naturales, llegará el momento en que ya no tengamos lo necesario para sobrevivir y el ejemplo del privilegio del consumo industrial del agua por encima de la satisfacción de las necesidades humanas de consumo de agua que se da en la ciudad de Hermosillo, Sonora, ciudad en la que las lluvias escasean, nos muestra claramente el futuro que nos espera si no reaccionamos a tiempo para frenar este despojo de nuestros valiosos recursos naturales.

El desastre del Río Sonora que cambió la vida de un pueblo: sin justicia a cinco años del derrame tóxico

https://www.infobae.com/america/mexico/2019/08/05/el-desastre-del-rio-sonora-que-cambio-la-vida-de-un-pueblo-sin-justicia-a-cinco-anos-del-derrame-toxico/

El cambio que el planeta necesita

https://www.playgroundweb.com/branded/el-cambio-que-el-planeta-necesita-2714?fbclid=IwAR0yx4eU8TbkUuvuwcfKBlQjHe-edd315YAZCLCf_cSZswm6l8GtYcFCOh4

La Jornada: Defensores del agua denuncian persecución en Congreso. https://www.jornada.com.mx/2021/07/04/estados/021n3est?fbclid=IwAR03qxDWihLsMcEIq2jBQBUZhQhgwIEdhO_Qfxjrbub-gCCIm0cxb_GaoyM#.YOKoR93-4xk.facebook

Jovenel Moïse: “Un grupo de oligarcas quiere apoderarse de Haití”

https://elpais.com/mexico/2021-02-13/jovenel-moise-un-grupo-de-oligarcas-quiere-apoderarse-de-haiti.html?rel=mas&fbclid=IwAR0PZ0ti-ay3JycTjHIugd5E4cuncwqIvw0W16OKJyZRT7AqwytWL-1PFhA

Yescas, Oscar: Feminismo: la revolución más larga en la Historia de la humanidad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/04/feminismola-revolucion-mas-larga-de-la.html

Yescas, Oscar: Una pandemia en la sombra

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/03/unapandemia-en-la-sombra-oscaryescas_7.html

Yescas, Oscar: El castigo de Sísifo en la modernidad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/11/elcastigo-de-sisifo-en-la-posmodernidad.html

Yescas, Oscar: En defensa de la sociedad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/02/endefensa-de-la-sociedad-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: Poder corporativo vs. Poder popular

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/08/podercorporativo-vs_20.html

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