follow me

domingo, 7 de marzo de 2021

 

Una pandemia en la sombra

Oscar Yescas Domínguez

7 de marzo de 2,021


En redes sociales circulan imágenes que pensábamos que no volveríamos a ver. El Palacio Nacional del Gobierno mexicano se encuentra amurallado con vallas metálicas, su sola imagen me trae malos recuerdos de los viejos tiempos del prianismo, cuando con vallas parecidas protegieron el Congreso de la Unión para permitir que los diputados del Pri, del Pan, del Prd y Partido Verde aprobaran las reformas estructurales que tanto daño provocaron al pueblo mexicano. Debido al arrollador triunfo con el que nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder y a su cercanía con la población, llegué a pensar que esas imágenes no las veríamos nuevamente y que formaban parte de un pasado oscuro de autoritarismo que ya no regresaría.

Todos conocemos que cada fotografía cuenta una historia, al ver las vallas que impiden el acceso a palacio nacional no puedo evitar pensar que esta imagen nos dice un mensaje que significa un alejamiento del gobierno mexicano del movimiento feminista. Este aislamiento físico de Palacio Nacional representado en una muro de vallas construido 3 días antes del 8 de marzo tiene un significado político en la medida que marca distancia con un amplio sector de la población que no es pequeño ni un simple sector, se trata de las mujeres mexicanas que planean movilizarse este próximo 8 de marzo.

Algunos intentarán justificar estas vallas como “medidas de seguridad” por los actos de violencia ocurridos en marchas feministas anteriores y en parte les doy la razón, pero creo que “no es la forma” correcta de gobernar cerrando el acceso a miles de mujeres que sin duda alguna tomarán a mal la instalación de este cerco amurallado. Estoy consciente de que en marchas pasadas se presentaron actos de violencia por pequeños grupos de mujeres dañaron monumentos, cristales, puertas de edificios y agredieron a hombres, pero también tengo claro dos cosas: una, que las cifras de feminicidios no han bajado en el último año, al contrario, la violencia contra las mujeres aumentó durante la pandemia y con ella el número de víctimas y fallecidas y dos, que grupos de derecha infiltraron mujeres en las filas del movimiento feminista para provocar daños, estos grupos responden a intereses de la oligarquía económica que perdió el poder político e intenta desestabilizar al Gobierno mexicano montándose en el movimiento feminista para provocar desestabilización social y regresar al poder.

Por todos es conocida, reconocida y padecida la pandemia del covid y se toman acciones públicas e individuales para reducir los efectos negativos de la misma, la mayoría hemos aprendido a usar cubrebocas, a guardar distancia y evitar salir de casa si no es necesario, es decir, hemos demostrado un aprendizaje social. Pero hay otra pandemia de la cual no se habla y todavía permanece en las sombras: es la pandemia de la violencia contra las mujeres, una pandemia que viene sucediendo desde tiempos inmemorables y que no se le había prestado atención porque se normalizaba su presencia tanto en el ámbito público como en el ámbito privado.

Pero en los últimos años el grito de rebeldía femenina ha crecido de tal forma que ya es imposible ocultarlo, no se puede fingir que no se escucha, sin embargo se sigue ignorando. A nivel internacional ha surgido una revuelta femenina que ha roto el silencio que cubre los asesinatos de mujeres, los abusos sexuales, la explotación comercial del cuerpo de las mujeres, la negación de su derecho a decidir qué hacer con su propio cuerpo, etc.

Desde mucho antes de que se presentara la pandemia del covid-19 la propia ONU describió como “una pandemia en la sombra” la violencia hacia las mujeres porque incluía un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos de las mujeres y esta violencia hacia las mujeres llegó a ser tan frecuente y de tal gravedad que múltiples grupos de colectivos feministas en Latinoamérica solicitaron a sus gobiernos la declaración de un estado de alerta feminista exigiendo la implementación de medidas inmediatas que pudieran disminuir los casos de violencia hacia las mujeres. Pero no les hicieron caso, o cuando mucho hicieron simulacros de atención a esta petición, por lo que puede decirse que una de las causas que ha permitido que crecieran los números de mujeres asesinadas y objeto de todo tipo de violencia ha sido una criminal indiferencia tanto de los Estados que gobiernan diferentes países como de la población misma, principalmente, una indiferencia observada en buena parte de la población masculina.

Estando en esas condiciones de indiferencia social y gubernamental al problema de la violencia hacia las mujeres y una radicalización de los movimientos feministas como respuesta a esta indiferencia, nos llegó la pandemia del covid-19 que obligó a millones de personas en el mundo entero a guardar confinamiento y a encerrarse en sus casas, provocando que miles de mujeres estuviesen encerradas con los hombres que las golpeaban y abusaban de ellas, por lo que el confinamiento facilitó las condiciones para el surgimiento de nuevos y más frecuentes actos de violencia hacia las mujeres por estar encerrados en la privacidad de sus hogares.

Durante este último año las líneas atención y refugio para la violencia doméstica en todo el mundo notificaron un notable incremento en las llamadas en busca de ayuda por parte de mujeres. Se ha demostrado experimentalmente que el hacinamiento, el prolongado encierro entre animales y seres humanos genera comportamientos agresivos y el encierro prolongado por la pandemia provocó tensión, la crisis económica generó preocupaciones por la alimentación y el dinero, la crisis sanitaria provocó temor y angustia de perder la salud, el creciente desempleo provocado por el cierre de miles de empresas a nivel mundial repercutió en aumentos de la tensión en la dinámica familiar y todo esto generó actos de violencia que se dirigieron hacia las mujeres.

Los niveles de violencia machista reportados por la ONU en tiempos de pandemia reflejan un notable incremento en todo el mundo, especialmente en países latinoamericanos. La atención al problema de la violencia hacia las mujeres se dificulta por el hecho de que no todas las mujeres se atreven a denunciar la violencia recibida por su compañero violento. Se presume que sólo un 40% de las mujeres que sufren violencia buscan ayuda, los casos de violencia doméstica son denunciados, menos del 10% acude a la policía y las condiciones de confinamiento dificultan más la posibilidad de denunciar que son objeto de violencia. La mayoría de los países no tienen leyes de protección a las mujeres que sufren violencia doméstica, mucho menos tienen refugios para mujeres violentadas, o atención psicosocial para proteger la salud mental.

El problema de la violencia hacia las mujeres debe atenderse de manera urgente con un paquete económico que incluya medidas que enfrenten el problema tanto en los daños provocados, como en la causa que genera el mismo. Los gobiernos de diferentes países deberían tener como prioridad la atención al problema de la violencia hacia las mujeres y cumplir con su función de garantizar el bienestar social de la población.

Estados Unidos está enfrentando un problema que supuestamente había superado: el racismo, algunas empresas están implementando programas de capacitación laboral para disminuir expresiones de racismo entre sus empleados, por ejemplo, la Coca Cola está implementando un programa con el lema “Try to be less white” (trata de ser menos blanco). Algo parecido podría implementarse en Latinoamérica con fondos gubernamentales o con nuevas leyes que obliguen que en cada empresa se capacite al personal con un lema como “Trata de ser menos macho”, dirigido a la población masculina. Estos programas de capacitación laboral deben incluir cursos de educación sexual integral que permitan promover relaciones de respeto interpersonal y equidad de género entre hombres y mujeres. Pero sobre todo, estos cursos deben promover el conocimiento de los derechos humanos, laborales y sexuales que tenemos tanto hombres como mujeres.

El Gobierno Federal debería invertir un paquete económico para la creación de refugios para mujeres víctimas de violencia doméstica y atención psicológica a familiares de mujeres desaparecidas y/o asesinadas. Crear nuevas leyes que contemplen sanciones fuertes ante el acoso sexual en el trabajo, acoso sexual callejero, abuso sexual a mujeres y la violencia intrafamiliar.

Gran parte del origen de la violencia hacia las mujeres se centra en la ausencia de programas de educación sexual, tanto en el sistema de educación formal, como en el ambiente laboral. El fácil acceso a internet y la presencia de varias páginas de contenido sexual explícito (pornografía) están causando un grave daño a generaciones enteras al difundir un modelo genital de la sexualidad, logrando que la misma se confunda con el sexo. Este paquete económico debe incluir financiamiento para la implementación de programas de educación sexual integral en el sistema educativo formal de todos los niveles, desde primaria hasta universidades para contrarrestar la ideología patriarcal que prevalece en nuestra cultura y que promueve figuras del hombre y de la mujer con gran desigualdad social, económica, política y sexual.

En estos momentos que en México se realizan campañas políticas electorales para elegir Gobernador en varios Estados de la República, así como Presidentes municipales y Diputados, es oportuno exigir de los candidatos a puestos de elección popular propuestas claras y compromisos fuertes para que, en caso de ser electos y acceder a puestos de poder político, utilicen parte del presupuesto gubernamental en la creación de paquetes económicos que incluyan en cada Estado la creación de programas de capacitación laboral y programas educativos con contenidos de educación en sexualidad integral que luchen contra la creación de los estereotipos de género que sólo conducen a la percibir a hombres y mujeres en base a roles sexuales rígidos y tradicionales, que son contrarios a los tiempos modernos que estamos viviendo.

Cada Estado de la república debe contar con la creación de refugios para mujeres y creación de cuerpos de seguridad femeninos que atiendan el problema de la violencia hacia las mujeres. Los candidatos que participan en estas elecciones deben fijar su postura de manera clara ante el problema de la violencia hacia las mujeres, de tal forma que se comprometan a trabajar en la prevención de la misma.

Pero también al interior de cada familia debemos cambiar la forma como educamos a nuestros hijos, debemos dejar de brindar mayores privilegios a los hombres y restringir la libertad de las mujeres. Todos tenemos algo que hacer para disminuir la violencia de género y esto incluye cambios en nuestra autoimagen, en la percepción de lo que es ser hombre y lo que es ser mujer.

Pueden realizarse muchas acciones para disminuir el problema de la violencia hacia las mujeres, lo que no debe hacerse es construir vallas para proteger edificios y seguir ignorando el grito feminista. La instalación de vallas alrededor de Palacio Nacional será recordado como un gran error político del Gobierno mexicano. No se puede continuar ignorando un problema que ha crecido como una pandemia no reconocida y que aparte del número incontable de mujeres que han perdido la vida, provoca inmenso dolor a los sobrevivientes y costos económicos muy superiores a la cantidad que se requeriría invertir para prevenir más violencia hacia las mujeres.

Finalmente, debemos tener claro que el problema de la violencia hacia las mujeres no es un problema de género contra género, es decir, no es una lucha de mujeres contra hombres, se trata de un sistema capitalista neoliberal y patriarcal que explota económicamente tanto a hombres como a las mujeres y a éstas últimas, les adiciona otro tipo de explotación, una explotación sexual, al convertir sus cuerpos en mercancías y ponerlas en el mercado a la venta mediante la prostitución y tráfico de mujeres.

La violencia hacia las mujeres no es sólo un problema político y económico, es también un problema cultural que debe ser atacado con medidas legislativas y programas de educación gubernamentales. Para terminar con la violencia hacia las mujeres necesitamos recuperar al Estado de Bienestar social que nos está robando el neoliberalismo al debilitarlo eliminando instituciones que prestaban servicios públicos para privatizarlos. La lucha política que implica enfrentar al poder corporativo implica la unión de esfuerzos de hombres y mujeres para lograr un empoderamiento colectivo que nos permite enfrentar en condiciones de simetría el ejercicio del poder que hoy enfrentamos en forma desigual.

La unión del movimiento feminista con las luchas que realizan movimientos de trabajadores organizados en la defensa de sus derechos laborales que el neoliberalismo intenta despojar y con movimientos ecologistas que defienden espacios públicos que intentan apropiarse las grandes corporaciones, es hoy más urgente que nunca. El proceso electoral que está en marcha en varios estados de México representa la oportunidad de unir los movimientos colectivos contestatarios que hasta el momento han luchado en forma de fueguitos aislados, la lucha feminista forma parte integrante de la lucha por un cambio político, económico, cultural y social.

No permitamos que la derecha utilice las justas demandas del movimiento feminista a su favor. Sólo actuando unidos, hombres y mujeres, terminaremos con el crecimiento de esta pandemia que hasta el momento ha estado en las sombras, la lucha no es de género, la lucha es contra un sistema político y económico excluyente en lo económico, en lo político y en lo sexual.


Vivir Quintana - Canción sin miedo ft. El Palomar

https://www.youtube.com/watch?v=VLLyzqkH6cs&ab_channel=VivirQuintana

Latinoamérica sufre una "pandemia en la sombra" por la violencia machista

https://es-us.noticias.yahoo.com/latinoam%C3%A9rica-sufre-pandemia-sombra-violencia-154741784.html

Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra

https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-during-pandemic

Yescas, Oscar: La revolución del siglo XXI tiene rostro de mujer

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/larevolucion-del-siglo-xxi-tiene-rostro.html

Yescas, Oscar: La revuelta feminista en México

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/larevuelta-feminista-en-mexico.html

Yescas, Oscar: En defensa de las mujeres

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/endefensa-de-las-mujeres-oscaryescas.html

2 comentarios:

  1. muy interesante-tocayo-colega!!!

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡ REFORMA ENERGÉTICA, MORENA; O GANA EL PUEBLO, O GANA LA OLIGARQUÍA-CARROÑERA-PRI-PAN-PRD-MC-COPARMEX-CCE-EMPRESARIOS-RELIGIONES TODAS-MINISTROS DE LA CORTE-JUECES Y DEMÁS FAUNA PARASITARIA NEOLIBERAL “LADRONES TODOS” (LOS PANDORA PAPERS DIXIT), QUE ODIAN Y EXPLOTAN AL PUEBLO….!!!
    PROFR. SALVADOR HERNÁNDEZ 07/10/2021
    Manuel Najera
    En el PRI las cosas están Divididas en las Cámaras de Cara a la Reforma a la ley de Energía Eléctrica:
    -Por un lado al Ganar Layda Sansores la Gubernatura de Campeche, en automático se convierte en una Terrible Amenaza para Alejandro Cárdenas por qué cuando fue gobernador se dedicó a la robadera; en consecuencia "Alito" sería desaforado, encarcelado, el PRI caería en la peor Deshonra y acéfalo.
    Por su lado Claudia Ruiz Massieu es la más activa en el Senado resistiéndose a la Reforma ¿Por qué? Por qué es SOBRINA DE SALINAS DE GORTARI, magnate Petrolero, beneficiario de jugosos Contratos en la CFE y jefe de Cartel de Corruptos Ex Funcionarios y Empresarios beneficiados en el Neoliberalismo. A ese clan, a ese cartel les importan sus Intereses, no la libertad de Alejandro Cárdenas Moreno.

    ResponderEliminar

coloca tu nombre y correo electronico antes de comentar gracias