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domingo, 4 de abril de 2021

 

Feminismo: La revolución más larga en la historia de la humanidad

Oscar Yescas

04 de abril de 2,021

Introducción

La jornada del 8 de marzo del 2,021 en México

Origen real del día internacional de la mujer

La condición femenina en el siglo XXI

El feminismo en el siglo XXI

El oportunismo “feminista” de la derecha en México

Conclusiones

Introducción

La historia de la humanidad se ha caracterizado por grandes cambios sociales que fueron el resultado de la irrupción de movimientos colectivos que contaron con la participación masiva de hombres y mujeres en luchas por la conquista o defensa de sus derechos, en la mayoría de estas luchas se incluyó el uso de la violencia en contra de regímenes totalitarios que funcionaban beneficiando a una minoría en perjuicio de una gran mayoría de la población e intentaron reprimir las expresiones de protesta y rebeldía. Estos cambios quedaron registrados en la historia con el nombre de revoluciones y como ejemplos notables de estas movilizaciones históricas se pueden mencionar los siguientes casos:

La Revolución francesa que fue un movimiento político, social e ideológico que luchó en contra de un absolutismo monárquico que oprimía a la mayoría de los súbditos y se se inició el 14 de julio de 1789 con la toma de la Bastilla y terminó el 2 de diciembre de 1804. Las causas que la originaron fueron múltiples pero puede mencionarse la existencia de una gran desigualdad social que obligaba a campesinos al pago de impuestos, tributos y diezmos en beneficio de la nobleza y del clero. Una crisis financiera originada por los excesos de gastos de la Corona y gastos provenientes de la participación de Francia en la guerra por la independencia de Estados Unidos, etc.

La ideología que unió a masas de campesinos franceses fueron los lemas “Libertad, igualdad y fraternidad”. Sin saberlo en aquel entonces, los franceses terminaron con un sistema económico que tenía siglos funcionando en base a una división de sectores privilegiados y no privilegiados (el feudalismo) pues al coincidir la revolución francesa con el surgimiento de la primera revolución industrial se dio inicio a una nueva época y a un nuevo sistema social que después se denominó capitalismo que se fue construyendo en décadas posteriores. Por estas razones la revolución francesa marcó el inicio de la edad contemporánea y creó las bases para la construcción de la democracia en nuestra sociedad ya que permitió el surgimiento de la soberanía popular. El gran legado de la revolución francesa fue la declaración de nuevos derechos individuales como la libertad, igualdad ante la ley y la abolición de la esclavitud que fueron ejemplo a seguir por movimientos colectivos de otros países de Europa e influyeron sobre los líderes de las posteriores revoluciones de independencia que surgieron a nivel mundial.

Otro movimiento colectivo de trascendencia internacional lo fue la Revolución Mexicana que surgió inicialmente en contra de la perpetuación en el poder de Porfirio Díaz que se mantuvo en el gobierno durante 31 años y pretendía reelegirse nuevamente, lo que dio origen al lema “Sufragio efectivo, no reelección” y que coincidió con la huelga de los mineros de Cananea que lucharon en contra de la explotación y la miseria en la que vivían los mineros y la injusticia y desigualdad que existía entre los trabajadores mexicanos y los trabajadores extranjeros.

La huelga de los mineros de Cananea es reconocida como el antecedente de la revolución mexicana que enfrentó en condiciones de desigualdad a la empresa minera propiedad del estadunidense William Green, Cananea Consolidated Copper Company quien utilizó guardias privados y ejército estadunidense para reprimir a los mineros, por lo que se le conoce como “La cuna de la revolución mexicana”. Se presentó como el inicio de un movimiento que se tornaría en una revolución que se extendió por todo el territorio nacional, en la cual participaron mujeres que acompañaron a los hombres no sólo como fuerzas de apoyo, sino que también participaron en ataques armados y fueron popularmente conocidas como “Las Adelitas”. Esta revolución armada que duró 7 años, de 1910 a 1917 terminó con la creación de la Constitución de 1917 que fue la primera constitución de un país que recogió las demandas de los obreros y campesinos para ser reconocidas como derechos sociales y laborales.

En Rusia la influencia de la revolución francesa tomó forma concreta en 1861 cuando el Zar Alejandro II permitió la promulgación de la abolición de la servidumbre que funcionó como una primera fisura que agrietaba el sistema zarista de corte feudal, ya que los antiguos siervos se desplazaron a las ciudades y pasaron a formar parte de la mano de obra industrial que necesitaba la revolución industrial en auge. En la medida que crecía la industria en Rusia y las poblaciones se aglomeraban en los centros industriales provocando el crecimiento de las ciudades, resultaba evidente que los beneficios de la industrialización no llegaban a la mayoría de la población que seguía viviendo en condiciones de miseria. Eran libres pero morían de hambre en la nueva sociedad que estaba surgiendo con la bandera de libertad y democracia.

Con una población mayoritariamente rural, la industrialización no beneficiaba a la mayoría de la población, por lo que surgió un proletariado campesino que fue susceptible a ideas revolucionarias, por lo que surgieron varios movimientos organizados que intentaron derrocar al gobierno zarista sin resultados inmediatos. Muchos revolucionarios fueron encarcelados o deportados, por lo que podría decirse que la revolución rusa de 1917 fue la culminación de varias pequeñas revueltas, insurrecciones campesinas, atentados políticos y actividades al interior de las instituciones políticas.

La revolución rusa acabó con un imperio que duró 300 años, transformó al país para acabar con un sistema económico y político para crear el primer sistema comunista de la historia de la humanidad y tuvo una enorme influencia en el resto del mundo entero. Rusia provocó un terremoto político en todo el mundo porque se convirtió en referencia a un sistema alternativo diferente al capitalismo, al construir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que se convirtió en una potencia económica, política y militar y funcionó como fuente de inspiración de movimientos revolucionarios en partidos, sindicatos y países de todo el mundo, por lo que no es exagerado decir que no puede entenderse el Siglo XX sin comprender lo que provocó la revolución rusa de 1917. En el mismo año en el que en México se procedía a la elaboración de la Constitución de 1917, se iniciaba la Revolución Rusa que buscaba el derrocamiento del régimen zarista que actuaba de forma autocrática y represiva desde hacía tres siglos imperial, para instaurar un sistema republicano que surgió como la República socialista federativa soviética de Rusia iniciaba otra revolución.

La revolución Rusa, representó la primera revolución proletaria triunfante en territorio de un país, que transformó al país más atrasado de Europa en una fortaleza industrial y militar que jugó un papel decisivo en la derrota del fascismo. Una revolución que erradicó la plaga del analfabetismo en la que se encontraba la mayoría de la población rusa y que la mantenía en las sombras de la ignorancia y la superstición. Al hablar de la revolución rusa se debe tener en cuenta que representó mucho más que una simple revuelta o movimiento armado, porque marcó un hito en la historia de la humanidad al grado de que puede hablarse de un antes y un después de a revolución rusa, ya que logró concretar en la realidad la expectativa de millones de personas de construir una sociedad en la que la igualdad planteada por la revolución francesa tomaba una forma concreta en el siglo XX.

No todas las revoluciones han sido violentas, es necesario mencionar que también ha habido revoluciones colectivas pacíficas ,que han logrado grandes cambios sin disparar un solo tiro, sin causar destrozos y sin provocar víctimas fatales. El derrumbe de la unión Soviética es un claro ejemplo de este tipo de revolución pacífica que logró desmantelar un Estado conformado por varios Estados, que representaba una potencia mundial y contaba con un gran poderío militar. No fue un triunfo del capitalismo como algunos dicen intentando distorsionar la historia, la caída del muro de Berlín y de la URSS fue la decisión autónoma del pueblo de Alemania oriental y los habitantes de resto de repúblicas socialistas soviéticas, lo que provocó la desaparición del bloque soviético, al acordar en forma independiente y voluntaria salirse de la URSS e independizarse como repúblicas democráticas.

Quizá algunos no lo vean así, pero otro ejemplo de revolución pacífica lo representa la caída de la dictadura del Prian en México a través de la vía electoral, cuando el pueblo mexicano votó masivamente por Andrés Manuel López Obrador y el nuevo partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para quitar del poder político al Pri y al Pan que gobernaban con autoritarismo, corrupción y violencia institucional, actuando como fuerzas aliadas en contra de los intereses del pueblo mexicano.

Con esta introducción podemos ver que la historia nos habla de cambios sociales históricos de gran envergadura, en algunos de los cuales se ha utilizado la violencia como instrumento de liberación para enfrentar la violencia institucional o los aparatos represivos del Estado, mientras que en otros casos, la transición de un sistema político a otros se ha dado con una gran participación social y se ha caracterizado por usar métodos pacíficos. Por lo cual podemos confirmar que la violencia no siempre es necesaria para lograr un cambio social, aún cuando se trate de un sistema autoritario y violento, cuando el pueblo toma consciencia de su historicidad, es decir, de su capacidad para cambiar la historia si actúa en forma colectiva, organizada y unida, puede transformar la realidad social y construir una democracia participativa.

Podríamos seguir describiendo más revoluciones sociales que cambiaron el curso de la historia de la humanidad, pero hay una revolución que lleva más de 150 años de lucha y que sin embargo, todavía no es oficialmente reconocida a pesar de su presencia en nuestros días y que al contrario, hoy en día recibe más cuestionamientos que apoyos de ciertos sectores de nuestra sociedad, tanto de hombres como de mujeres. Me refiero a la revolución feminista que inició en el siglo XIX, continuó luchando en el siglo XX y que en pleno siglo XXI continúan luchando por viejas y nuevas demandas diversos colectivos que agrupan a miles de mujeres en todos los países del mundo y es un movimiento que crece cada año y que amerita la reflexión masculina sobre las causas que la originan, porque no podemos construir una sociedad donde exista democracia, igualdad y justicia social en el ámbito público si no hacemos lo mismo dentro del ámbito de lo privado.

Si recurrimos a la Historia podremos verificar que la primera ola del movimiento feminista se dio a mediados del siglo XIX, cuando mujeres de Estados Unidos y el Reino Unido iniciaron su lucha por el sufragio femenino, por lo que puede situarse el origen de la revolución feminista en 1848, cuando se dio la Declaración de Séneca Falls, que fue el resultado de la reunión de 68 mujeres y 32 hombres representantes de diversos movimientos abolicionistas y asociaciones políticas, esta declaración fue un documento en el cual se cuestionaba las restricciones políticas hacia las mujeres: no podían votar, presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a asociaciones políticas. Cuestionaban también restricciones económicas: se les prohibía tener propiedades, ya que los bienes estaban a nombre de la pareja masculina, se les prohibía dedicarse al comercio, tener negocios propios o abrir cuentas corrientes y restricciones jurídicas ya que se negaban derechos civiles o jurídicos a las mujeres de aquella época.

Desde hace 173 años las mujeres han estado saliendo a protestar en las calles, solas o acompañadas de hombres que apoyaron sus luchas, exigiendo sus derechos, intentando conquistar igualdad política, económica, laboral y sexual. Al inicio del siglo veinte salieron a las calles para luchar por sus derechos políticos y conquistar el derecho al voto femenino. A finales de los sesentas y durante los años setentas lucharon por una mayor libertad sexual, por derechos sexuales y reproductivos, por el derecho a decidir o no decidir ser madres, por el derecho al divorcio, a un salario justo, a una vida libre de violencia doméstica, etc. En los años 90´s con la globalización, las luchas se generalizaron en todo el mundo y desde fines del siglo pasado las mujeres no han parado de luchar y su movimiento crece cada año que transcurre.

En el siglo XXI la violencia hacia las mujeres se ha incrementado y como respuesta han aumentado el surgimiento de colectivos feministas y el número de mujeres que salen a protestar en forma masiva, por lo que puede decirse con relativa certeza que el feminismo (la revolución feminista) representa hoy en día un movimiento colectivo de carácter global, que tiene una gran capacidad de convocatoria, que aumenta año tras año el número de mujeres que se movilizan, al mismo ritmo que aumenta la violencia hacia las mujeres y las cifras del feminicidio. Los días 8 de marzo Día internacional de la mujer y el 25 de noviembre Día internacional contra la violencia hacia las mujeres de cada año, son fechas en las que millones de mujeres se movilizan, salen de sus casas, se ausentan de sus trabajos, se reúnen con otras mujeres y juntas se movilizan tomando las calles para visibilizar un problema que padecen en la vida cotidiana en todos los ámbitos de convivencia social, sean públicos o privados y en esos días es cuando se puede ver la magnitud del problema de la violencia hacia las mujeres.

El grito de protesta femenino resuena en las capitales de todos los países, es un grito colectivo que intenta romper el silencio y denunciar la opresión y violencia a la que son sometidas y que sufren en forma individual el resto de los días del año. El feminismo es una revolución que lucha contra un sistema político, económico y cultural que tiene mucho más que siglos de existencia, ya que el patriarcado existe desde hace miles de años y se ha caracterizado por generar una doble desigualdad social hacia las mujeres, una explotación económica adicional por la pertenencia a un género y que mantiene una guerra contra las mujeres al utilizarlas como mercancía para extraer un beneficio económico ofreciendo servicios sexuales a la población masculina. Ya es tiempo de que el movimiento feminista sea reconocido como la revolución más larga de la historia de la humanidad que representa la culminación de las luchas por la liberación social y la construcción de una sociedad donde realmente exista democracia, igualdad y justicia social.

La jornada del 8 de marzo del 2,021 en México

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México se registra un promedio diario de diez asesinatos de mujeres por día, 40 violaciones diarias y un 51% de la población femenina ha sufrido algún tipo de violencia, lo cual coloca a nuestro país como uno de los países con índices más altos de feminicidio. Una grave situación que se ha venido complicando cada año que pasa porque las cifras aumentan conforme avanza el tiempo. Por ello, existen varios colectivos feministas que exigen atención del Estado para detener la violencia hacia las mujeres.

En México en agosto del 2,019 un joven mujer de 17 años denunció a 4 policías de la policía de la ciudad de México acusándolos de haberla violado dentro de la patrulla policiaca que conducían, lo cual provocó una ola de indignación que motivó a miles de mujeres a manifestarse en marchas de protesta por las calles de la capital del país. Con pancartas y con el lema “no me cuidan, me violan”, un amplio grupo de mujeres lleva su protesta frente al edificio de la Secretaría de Seguridad Ciudadana exigiendo justicia y castigo a los culpables.

La Secretaría de Seguridad Pública anunció que abrió una investigación por agresión sexual, mientras que el grupo de mujeres que se manifestaban exigiendo justicia avanzó hasta llegar al edificio de la Procuraduría de la Ciudad de México, donde el Secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, salió del edificio para establecer un diálogo con las manifestantes ofreciéndoles integrar una comisión conjunta de investigación del caso, su propuesta fue rechazada ya que las manifestantes se negaron a participar y en un momento dado, una joven le arrojó pintura y gases de colores al funcionario público, por lo que el representante del Gobierno capitalino dijo que no existían las condiciones para establecer un diálogo y retornó al interior del edificio. El rechazo a la formación de esta Comisión investigadora y la acción individual de la mujer que arrojó pintura y gases de colores sobre el funcionario tuvieron graves repercusiones en los años siguientes porque exhibió una actitud de intransigencia y vandalismo estéril que marcó la relación entre los colectivos feministas en México y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un Gobierno que llegó al poder con el voto de más de 30,000,000 de hombres y mujeres, por lo que es considerado el primer gobierno democrático después de 70 años de dictadura del Prian.

En el 2,020, las cifras de mujeres asesinadas y los casos de violencia hacia las mujeres continuaron en aumento, por lo que la marcha del 8 de marzo se convocó con las consignas #Un día sin nosotras o #undíasinmujeres, para realizar la primer huelga feminista en la historia de México. La convocatoria partió de varios colectivos feministas como la Asamblea Feminista juntas y Organizadas, Asamblea Feminista Autónoma e Independiente (AFAI), Asamblea Feminista Metropolitana (AFM) y la Coordinación 8M independientes, que llamaron en forma conjunta a manifestarse el 8 de marzo, ausentarse de sus labores, no salir a consumir ese día y utilizar en ambos días pañuelos de color verde o color morado.

El 8 de marzo del 2,020, la marcha feminista aumentó considerablemente en número en relación con el año anterior y se infiere que este aumento de participación femenina sucedió por el aumento de casos de violencia masculina hacia las mujeres. El incremento de cifras de feminicidio, la impunidad en la violación de mujeres por parte de policías, provocó una ola de indignación que logró que miles de mujeres se sumaran a la marcha feminista exigiendo justicia, castigo a los culpables y un alto al feminicidio en todo el país, en esta marcha se incluyeron demandas de grupos de mujeres heterosexuales, mujeres lesbianas, transexuales, indígenas, etc., por lo que el movimiento feminista creció al incluir en sus filas a grupos minoritarios que también luchaban por sus derechos como ciudadanos.

En este contexto y en el marco del inicio de la campañas para elegir candidatos a puestos de elección popular que participarán en las elecciones del próximo 6 de junio, el partido en el gobierno Morena aprobó la candidatura de Félix Salgado Macedonio como candidato a Gobernador por el Estado de Guerrero. Esta designación desató una campaña en su contra porque Félix Salgado cuenta con cinco acusaciones de abuso sexual, dos por violación, algo inaceptable en un ambiente de protesta feminista por el aumento de casos de violencia hacia las mujeres y la impunidad vigente hacia los victimarios.

El cuestionamiento a esta designación provino de parte de colectivos feministas que utilizaron el lema “Un violador no será Gobernador” en redes solicitando al Presidente Andrés Manuel López Obrador que dejara de apoyar la candidatura de esta persona a la gubernatura de Guerrero. La campaña cobró fuerza y las redes sociales fueron inundadas con esta consigna por lo que instancias de la infraestructura de gobierno en Morena se vieron obligadas a retirar la candidatura a Félix Salgado mientras se hacía una investigación y los colectivos feministas celebraron como un triunfo el anuncio del retiro de esta designación. Sin embargo, días después el lunes 4 de marzo las mismas instancias internas de Morena determinaron que las acusaciones no tenían fundamento por lo que se aprobó nuevamente su candidatura oficial para representar a Morena y ser Gobernador del Estado de Guerrero y de manera sorpresiva el día 5 de marzo Palacio Nacional amaneció rodeado de vallas con altura de tres metros que impedían el acceso total al edificio, lo cual sorprendió a todo el pueblo mexicano porque no se esperaba una acción de este tipo de un gobierno elegido en forma democrática, que llegó al poder gracias a movimientos colectivos y de un día para otro, cerró sus puertas a un movimiento colectivo en ascenso como lo es el movimiento feminista.

Tres días antes de la conmemoración del 8 de marzo del 2,021 el ambiente de la Ciudad de México se encontraba tenso y la presencia de un muro de vallas rodeando Palacio Nacional envió un mensaje político que fue interpretado como un mensaje de cerrazón al diálogo y autoritarismo institucional por los colectivos feministas. La construcción de vallas de acero alrededor de edificios históricos como Palacio Nacional y Bellas Artes se basó oficialmente en el argumento de protegerlos de la “violencia inminente” de los grupos feministas que se manifestarían el 8 de marzo.

Esta decisión del gobierno de la capital de la república recordó en forma inevitable una acción similar tomada por Donald Trump al rodear el edificio del Capitolio con vallas de concreto y elementos policiacos y militares con el argumento de protegerse del vandalismo de los manifestantes Black lives matters en las masivas movilizaciones de protesta contra el racismo en estados Unidos durante el 2,020 y sorprendió a todo el mundo no sólo al pueblo mexicano, porque el mensaje era claro: la presencia de vallas significaba una ruptura del gobierno mexicano con el movimiento feminista que reclamaba cada año la atención del Estado ante el aumento de las cifras de feminicidio y de casos de violencia hacia la mujer y exigían programas gubernamentales de protección a las mujeres y se dio en un momento clave porque durante la pandemia del covid se incrementaron en forma alarmante los casos de violencia hacia las mujeres.

Las imágenes de Palacio Nacional de México rodeado de vallas protectoras dio la vuelta al mundo, porque esas imágenes recordaban tiempos del autoritarismo Prianista, cuando se colocaban vallas para proteger a legisladores prianistas que aprobaron leyes que reformaban la constitución en perjuicio de la población, mientras que por fuera del Congreso de la unión, miles de mexicanos exigían que no se aprobaran esas reformas.

Pero de pronto, la iniciativa y creatividad ciudadana lograron cambiar la imagen, de tal forma que las impresionantes y frías vallas de metal de más de tres metros de altura fuertemente unidas entre sí, de un color oscuro, se convirtieron en unas cuantas horas, en altares improvisados, adornados con flores, dibujos, consignas feministas y con los nombres de miles de mujeres asesinadas o desaparecidas en México. La creatividad feminista y ciudadana utilizó la infraestructura metálica financiada para impedir el acceso a los grupos feministas a edificios históricos, para convertirlas en una gigantesca tribuna de denuncia pública del feminicidio en México, exhibiendo el tamaño del problema de la violencia de género y desnudando la existencia de una guerra contra las mujeres no reconocida oficialmente, pero que tiene un nombre por todos conocido: feminicidio.

Teléfonos celulares y redes sociales permitieron que el mundo entero observara la masiva participación de ciudadanos mexicanos (hombres y mujeres) y las imágenes de vallas con nombres de miles de mujeres asesinadas en México circularon por el mundo entero gracias a esta iniciativa ciudadana nunca antes vista en país alguno que en pocas horas logró revertir un mensaje de cerrazón y autoritarismo en una denuncia colectiva que demostraba la magnitud del feminicidio en México, logrando visibilizar un problema frecuentemente negado por las autoridades mexicanas.

Esta muestra de creatividad trajo a la memoria la consigna La imaginación al poder utilizada por las juventudes de los setentas donde se veían escenas imágenes de jóvenes colocando flores en los fusiles de los soldados que los rodeaban. En esta ocasión los muros de las vallas fueron utilizados como pizarrones para escribir con pintura blanca los nombres de miles de mujeres asesinadas en los últimos años en territorio mexicano. El escenario cambió radicalmente de la noche del domingo 7 de marzo a la mañana del lunes 8 de marzo, debido a la participación de cientos de personas que durante varias horas escribieron los nombres de mujeres víctimas de feminicidio en México, exhibiendo una realidad inocultable.

Escalando niveles de imaginación y con ayuda de la tecnología de punta, los grupos feministas proyectaron mensajes sobre el edificio de Palacio Nacional con las leyendas: ¡México país feminicida!, ¡Aborto legal Ya¡, ¡Un violador no será Gobernador¡, etc. La enorme inversión que se utilizó para “proteger a edificios históricos de la violencia feminista”, fue utilizada para construir una infraestructura que facilitó una creativa forma de denunciar el feminicidio en México y se revirtió políticamente al evidenciar la cerrazón de las autoridades para reconocer la magnitud de la tragedia diaria que viven las mujeres en México. Todo este desatino político de construir una barrera entre gobierno y ciudadanía (porque las mujeres también son ciudadanas) tuvo como resultado un mensaje escrito a las puertas de la entrada a Palacio Nacional: “Rompemos contigo Presidente machista”.

Tal como se esperaba, hubo violencia en la marcha feminista del 8 de marzo en la Ciudad de México, pero en contra de lo esperado y gracias a la participación de la organización Brigada humanitaria de Paz Marabunta, se documentaron videos donde se mostraba que la violencia provenía de cuerpos policiacos integrados por mujeres de donde se desprendían hombres policías vestidos de civil para lanzar piedras, cohetones y granadas lacrimógenas en contra de las mujeres manifestantes. En la marcha feminista participaron varios colectivos feministas, algunos de los cuales llegaron a ser encapsuladas por grupos de policías armados con escudos, pero la presencia en ese encapsulamiento de elementos de la Brigada Marabunta, que realizaban transmisiones de video en vivo denunciando el uso excesivo de los elementos policiacos lograron su liberación después de varios minutos.

Aparentemente, las provocaciones provinieron de los grupos policiacos para que los grupos feministas reaccionaran con respuestas de violencia y así poder justificar la decisión de haber colocado vallas protectoras, porque en días previos se manejó en medios la inminencia de “actos de violencia feminista”.

Origen real del día internacional de la mujer

La mayoría de las personas en nuestra sociedad padecen de una ignorancia aún cuando vivimos en la sociedad de la información, esto se debe al exceso de información que circula en internet y en redes sociales, por lo cual se crea una sobrecarga de estímulos informativos que provoca una reducción en el tiempo de atención que presta el ciudadano común a las noticias relevantes de cada día. Vemos una noticia, artículo y/o reportaje en nuestros teléfonos celulares, le prestamos atención algunos segundos, pero no profundizamos en la lectura completa de la nota o del artículo, porque pasamos la página y seguimos “navegando” en internet.

Experimentamos la sensación de que sabemos de la noticia porque la vimos, pero en realidad desconocemos el contenido, ignoramos sus planteamientos porque en realidad la memoria a corto plazo se reduce cada vez más, pero eso no impide que lleguemos a creer que sabemos del tema. Esta reducción del tiempo de atención a los mensajes que aparecen en nuestras pantallas se ha comprobado experimentalmente y demostrado que adquirimos esa sensación de que sabemos de un tema, cuando en realidad no tenemos el dominio de la información, por eso es que se afirma que en la era de la información predomina la ignorancia en nuestra sociedad.

Predomina la ignorancia sobre el origen real del día internacional de la mujer, no es exagerado decir que hasta hace poco, la mayoría de la población pensaba que el 8 de marzo era un día para “festejar a las mujeres” y le compraban flores, chocolates, bombones y la invitaban a cenar. Algunos hombres más despistados todavía, llegaron a exhibir su ignorancia al reclamar que si existía un día internacional de la mujer para reclamar igualdad de derechos, debería existir un “día internacional del hombre” para estar en condiciones de igualdad, porque “no era justo que sólo a las mujeres se les festejara un día internacional”.

Ignoran que ya existe un “Día internacional del hombre” que se creó para promover valores positivos del hombre, celebrar las aportaciones positivas del hombre a la sociedad, mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género, fue establecido en 1992 por Tomas Oaster, profesor de la Universidad de Misuri-Kansas y popularizado desde el año 1999 cuando comenzó a conmemorarse internacionalmente. Se eligió el 19 de noviembre de cada año para enlazarlo con el evento anual conocido como Movember que tiene lugar en varios países en los cuales durante el mes de noviembre se realizan encuentros con temas de salud masculina y se recauda dinero para apoyar instituciones de salud que atienden problemas de próstata, prevención del suicidio en hombres, etc. Pese a que participan organismos como la ONU, la OMS, La Organización Panamericana de Salud (OPS), la celebración de este día no ha tenido el nivel de reconocimiento social que tiene la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, por las razones que veremos a continuación.

Decía líneas arriba que buena parte de la población ignora porqué se escogió el 8 de marzo como día internacional de la mujer, un sector cada vez más amplio de hombres y mujeres reconoce que se escogió esta fecha por la terrible matanza de 120 trabajadoras de la industria textil que fallecieron en el incendio de una fábrica textil en Nueva York en 1875. Tienen parte en razón pero hay elementos que se ignoran sobre el verdadero surgimiento del Día internacional de la mujer, que inicialmente tuvo un origen en varias luchas que protagonizaron hombres y mujeres pertenecientes a la clase trabajadora en contra del capitalismo y por la instauración del socialismo.

Las ideas de Carlos Marx y Federico Engels tuvieron gran influencia en la sociedad de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, había una gran participación masiva de hombres y mujeres en partidos políticos de aquella época que luchaban en varios países europeos para terminar con el incipiente capitalismo que mostraba su rostro de explotación humana y avanzaban por un camino que se dirigía a construir el socialismo. Hombres y mujeres luchaban juntos en defensa de sus derechos y por la igualdad de género, en 1900 el movimiento obrero alemán representaba la columna vertebral del movimiento internacional de mujeres socialistas.

En 1906 las mujeres trabajadoras socialistas de Estados Unidos designaron el 28 de febrero como Día de la Mujer, siguiendo este ejemplo la delegación alemana a la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas Luise Zietz propuso la proclamación de un Día internacional de la mujer que se celebraría anualmente. Clara Zetkins una política alemana que dedicó gran parte de su vida a luchar por los derechos de la mujer y fue quien fundó la Internacional Socialista de Mujeres secundó la idea logrando que se aprobara la siguiente resolución: “De acuerdo con las organizaciones políticas y sindicales con consciencia de clase del proletariado de sus respectivos países, las mujeres socialistas de todas las nacionalidades tienen que organizar un Día Internacional de la Mujer (Frauentag) especial, que debe promover la propaganda del voto femenino. Esta reivindicación debe discutirse en relación con la cuestión de la mujer en su conjunto, según la concepción socialista.

¿A qué se refería la concepción socialista?, significaba no solo luchar por el voto femenino, sino también por una legislación laboral que protegiera a las mujeres trabajadoras mediante asistencia social, igualdad de trato para madres solteras, creación de guarderías y jardines de infancia, distribución de comida gratuita en instalaciones educativas y sobre todo una solidaridad con las luchas de los trabajadores a nivel internacional.

En 1907 la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reivindicó el derecho de las mujeres al voto femenino y acordó que esta lucha debía darse en estrecha relación con los partidos socialistas y no en alianza con el movimiento de mujeres burgués que impulsaban reformas a través de una lucha entre los sexos y contra los hombres, sin cuestionar la existencia del capitalismo. El primer Día Internacional de la Mujer no se realizó un 8 de marzo, tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 y se eligió esa fecha para conmemorar la revolución de 1848 en Berlín, porque en esa fecha se conmemoraba a los héroes caídos en marzo en esa revolución. Desde esa fecha cada país eligió una fecha diferente para tener su Dia de la mujer. No fue hasta 1914 cuando el 8 de marzo se aceptó como fecha del Día internacional de la Mujer, por mujeres de Francia, Estados Unidos, Holanda, Suecia, Dinamarca, Austria, Rusia y se convirtió en una práctica mundial.

Como se puede ver, la conmemoración del Día Internacional de la mujer fue desde un principio un Día Internacional de la Mujer trabajadora, que incluía la defensa del voto femenino, el derrocamiento del capitalismo y el triunfo del socialismo, aboliendo la esclavitud salarial de la clase trabajadora y la esclavitud doméstica de las mujeres mediante la socialización de la educación. La lucha por la liberación femenina era parte de la lucha por la liberación social y en los movimientos feministas han participado hombres que luchan por una verdadera igualdad, democracia y justicia social.

Conociendo la historia del origen del día internacional de la mujer y de las primeras oleadas de la revolución feminista, se puede observar la improcedencia del feminismo radical que rechaza la participación de hombres en la lucha feminista argumentando que “es lucha de mujeres y no de hombres” y reflejan su desconocimiento de la historia del feminismo como un movimiento colectivo que lucha en contra del capitalismo que viola derechos humanos de hombres y mujeres. Esta concepción reduccionista limita la lucha feminista a la “violencia del hombre” y no vislumbra las causas estructurales de la violencia hacia la mujer y niegan el carácter político del movimiento feminista como un movimiento colectivo que es parte integrante de un movimiento de liberación social más amplio que busca el cambio de sistema social.

La condición femenina en el siglo XXI

Las mujeres jóvenes disfrutan hoy en día de los beneficios obtenidos por las primeras oleadas del movimiento feminista que luchó para conquistar derechos formales que hoy se ven como algo “natural”, como ejemplo pueden mencionarse una flexibilización en los códigos de familia que antes mantenían a la mujer recluida en la privacidad del hogar, no le permitían salir sin compañía masculina, el día de hoy gozan de mayor libertad en elegir su forma de vestir, en la elección de su pareja, en decidir si tienen relaciones sexuales o no. Tienen acceso a educación superior lo cual antes era un privilegio masculino, pero hoy en día las mujeres tienen oportunidades de educación sin límites para mejorar su nivel académico y podría decirse que hoy en día observamos una “feminización creciente” en la juventud universitaria porque las mujeres son la mayoría en varias facultades y escuelas de diversas universidades.

Las mujeres tienen derechos jurídicos que antes no disfrutaban como derecho votar, derecho a ser votadas como candidatas para ocupar puestos de elección popular. Su incorporación a la política como sujetos activos ocupando puestos de liderazgo es cada vez más creciente y han destacado cada vez más en el servicio público. Tienen el derecho a decidir si se casan o no, al igual que gozan del derecho a solicitar el divorcio si así lo desean, gozan de una mayor libertad en el ejercicio de su sexualidad y tienen derechos reproductivos, poco a poco se han ido superando los roles sexuales rígidos que la ataban al ámbito de lo privado y la mantenían con un vínculo de dependencia hacia el hombre.

Su incorporación creciente al mercado laboral les ha permitido no sólo tener mayores oportunidades profesionales, y laborar en cualquier tipo de trabajo, inclusive en aquellas labores que antes se consideraban exclusivas de hombres, como Ingenieros de construcción, Ingenieros agrónomos, bomberos, policías, etc., sino que al formar parte de la fuerza laboral y tener un ingreso económico asegurado, han ganado independencia económica que se ha traducido en mayor libertad en sus vidas profesionales.

La mayoría de este tipo de derechos no fueron disfrutadas por generaciones anteriores de mujeres, que se vieron obligadas a luchar junto a los hombres en la conquista de estos derechos laborales, políticos y sexuales para conquistar estas libertades que el día de hoy disfrutan las mujeres jóvenes en la segunda década del siglo XXI. Las oportunidades y libertades que disfrutan las juventudes femeninas de nuestra sociedad deben verse como oportunidades que fueron conquistadas por las luchas de mujeres de otras generaciones que participaron junto a los hombres en movimientos colectivos que enfrentaban a un mundo más hostil y desigual que el que hoy existe y que luchando juntos lograron conquistar derechos de mayor igualdad social y sexual en el ámbito laboral académico, jurídico y político, derechos que parte de las juventudes contemporáneas ven como “derechos naturales”.

Fotografía tomada por Deffler, Warren en 1970

Sin embargo, a pesar de haber logrado mayores libertades y conquistado diferentes derechos que han contribuido a reducir la desigualdad de género, nos encontramos en un contexto social en el que todavía existe un estado de opresión y explotación que afecta tanto a hombres como a las mujeres, pero de manera más directa y profunda afecta a las mujeres.

En pleno siglo XXI miles de mujeres continúan sufriendo condiciones de opresión y son objeto de violencia de todo tipo: acoso sexual en las calles, en el trabajo, en las escuelas y universidades, violencia intrafamiliar por padres, hermanos o parejas sexuales que son proclives al uso de la violencia física en contra de la mujer e inclusive se registran aumentos en el número de mujeres que son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.

En miles de familias latinoamericanas todavía se valora socialmente más al hombre que la mujer, los padres experimentan mayor alegría si el bebé por nacer será un varón y si es niña, persisten en nuevos embarazos en busca del heredero o el varón que dará continuidad al legado y nombre de la familia.

Pero junto a esa opresión económica y condena social, se observa que diariamente mujeres de varios países salen de sus casas para organizarse y salir a buscar a sus hijas, sobrinas, nietas que han desaparecido en varios lugares en forma simultánea. La violencia hacia las mujeres, construida socialmente a través de una cultura patriarcal que predomina en la sociedad contemporánea y que es tolerada por el Estado capitalista al incluir en su ámbito cultural la presencia de una ideología patriarcal y machista, ha permitido que las agresiones y los crímenes contra las mujeres gocen de impunidad casi absoluta, porque las estadísticas reflejan una realidad estremecedora y aterradora: más de un tercio de las mujeres en el mundo entero han experimentado violencia sexual en algún momento de sus vidas.

La impunidad que rodea a los actos de violencia contra las mujeres ha permitido que surja y se incremente cada día más una de las formas más extremas de la violencia de género: el feminicidio, el cual puede describirse como el asesinato y muerte de mujeres como resultado de diferentes formas de violencia sólo porque son mujeres. Este tipo de violencia se dio a conocer en la década de los 80´s en Ciudad Juárez, México y después se extendió por todo el territorio mexicano y se documentó a partir de 1993, por lo que las mujeres mexicanas salieron a las calles a protestar en contra de la desaparición y muerte de las mujeres con la consigna “¡Ni una más¡”, pero aún así la practica del feminicidio se da no sólo por todo el territorio mexicano, sino que también se documentaron casos de feminicidio en varios países de Latinoamérica en tal magnitud que en esta segunda década del siglo XXI se puede reconocer la práctica del feminicidio como un problema global que afecta a las mujeres de América latina y de otros países del mundo.

22 años después de las “muertas de Juárez”, como se conoció el asesinato masivo de mujeres en Chihuahua, México, las mujeres argentinas se vieron forzadas a salir a las calles masivamente, gritando la consigna “Ni una menos”, para denunciar el incremento del feminicidio en ese país. Esa misma consigna se ha retomado por movimientos feministas de todo el mundo para denunciar el feminicidio de que son objeto, lo cual puede considerarse como una muestra evidente de que aumentó la violencia machista y misógina en contra de las mujeres en el mundo entero, al mismo tiempo que creció junto con ella la impunidad a los actos de violencia en contra de las mujeres y en contra de la violación a los derechos humanos de las mismas.

Después de la crisis del 2,008 se observó un aumento de la violencia de género, que coincidió con la destrucción de programas y servicios públicos y de protección social, ante el avance de la implementación de políticas de corte neoliberal que restringían la función de bienestar social que anteriormente tenía el Estado moderno. La reducción de la función social del Estado moderno por la implementación de políticas neoliberales que intentan privatizar los servicios públicos que antes ofrecía el Estado, ha traído como consecuencia un aumento de las responsabilidades domésticas para las mujeres, al eliminar servicios de guardería en centros de trabajo o guarderías que contaban con subsidio gubernamental, las mujeres tuvieron que dedicar más tiempo al cuidado de los hijos y a permanecer mayor cantidad de tiempo dentro del hogar, con lo cual se reducían las oportunidades para escapar de la violencia doméstica que ejercen sus parejas masculinas.

Junto al aumento de actos de violencia contra las mujeres y casos de feminicidio se observó un incremento en los casos de crímenes de odio en contra de mujeres lesbianas y de homosexuales masculinos, a quienes se intentaba “corregir” su comportamiento para que actuaran de la misma forma como lo hace una mayoría heterosexual, ignorando que desde 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la homosexualidad no es una enfermedad mental. Inclusive la violencia contra las mujeres ha llegado a tal grado de que en varios países, aquellas mujeres que lograban su independencia económica y psicológica se convirtieron en blancos de hostigamiento por parte de otros hombres, incluidos miembros de su propias familias, que veían su creciente libertad como un desafío a las costumbres establecidas de primacía del hombre sobre la mujer.

La condición femenina en este Siglo XXI se ha caracterizado por un aumento en los últimos diez años de la desaparición física de mujeres, se ha convertido en un problema internacional, porque la mayoría de ellas son secuestradas para ser utilizadas como esclavas sexuales en lugares donde se ofrecen servicios de prostitución, otras mujeres son utilizadas en trabajos forzosos por cárteles internacionales de delincuencia organizada y otras son violadas y asesinadas. Debemos tener presente que el capitalismo neoliberal, en su afán de comercializar todo para obtener un beneficio económico ha encontrado una mina de oro en el cuerpo de las mujeres, porque han sido reducidas a la condición de objeto y son valoradas como un producto que tiene un valor económico y su valor como mercancías se eleva en ambientes de prostitución, lugares en los cuales su valor monetario aumenta en la medida que la mujer sea una menor la edad, virgen y sin experiencia sexual.

La filósofa Judith Butler declaró el 16 de marzo de este 2,021 cuando la Universidad Veracruzana le otorgó el grado Honoris causa: “La desigualdad de género está profundamente arraigada y aquellos que desean mantener a las mujeres menos iguales, tienden a no valorar sus vidas y cuando una vida es considerada sin valor, cualquier acto violento puede ser cometido en contra de ese cuerpo vivo, puede ser destruido. Sin valor no tiene derecho a vivir y por lo tanto el asesinato es la expresión extrema de la desigualdad”.

La ausencia de programas de educación sexual integral y el predominio de una cultura de consumo que intenta mantener un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo, ha afectado a generaciones enteras que olvidan su capacidad de homo sapiens y consolidan su existencia como homo consumens. Cada sociedad construye una cultura para formar un tipo de ser humano adecuado a sus intereses y conveniencia, en la sociedad capitalista neoliberal y patriarcal, el tipo de hombre que se necesita es el de homo consumens, aquel tipo de persona que cree encontrar la felicidad en un alto nivel de consumo y que piensa que la felicidad puede encontrarse en los grandes establecimientos comerciales.

La ausencia de programas de educación sexual integral, la enajenación por el consumo y el desarrollo tecnológico que permite la existencia y circulación de páginas de contenido sexualmente explícito en internet conocidas como “lugares de pornografía”, conforman un cuadro que crea las condiciones para generar múltiples actos de violencia hacia la mujer. La publicidad reduce a la mujer a la condición de objeto sexual, destacando como principal cualidad femenina su belleza física y su cuerpo con cierta silueta y tipo de medidas. Las mujeres son valoradas por sus atributos físicos y generaciones enteras de hombres aprenden de la sexualidad a través de sus visitas a páginas de contenido pornográfico pensando que la sexualidad consiste en el acto de penetrar a la mujer, ignoran por completo las características de la sexualidad femenina, porque parten desde una perspectiva falocéntrica de la sexualidad. Estos lugares de internet donde se encuentra material sexualmente explícito, son diseñados para estimular y satisfacer las necesidades sexuales de los hombres, que también son explotados, engañados al pensar que las mujeres siempre están al servicio de los apetitos sexuales de los varones y no se dan cuenta de su miseria sexual y que son utilizados como fuente de ingresos económicos al visitar lugares de prostitución o consumir pornografía en internet.

El modelo de sexualidad que proyectan estos sitios de internet con contenidos de pornografía, es un modelo reduccionista que concibe a la sexualidad como la acción sexual, la finalidad es la consumación del coito, la penetración del pene en la mujer, el sexo en busca del placer puro (para el hombre). En este modelo están ausentes los aspectos psicológicos y sociales de la sexualidad humana, porque ésta se ha reducido al sexo y el sexo es una mercancía más que está a la venta en el mercado capitalista, mientras más insatisfacción sexual exista, la miseria sexual empuja a los hombres e inclusive mujeres a buscar placer sexual ocasional con desconocidos, sin responsabilidad y sin prevención alguna.

Por estas razones se puede afirmar que el acoso sexual callejero a las mujeres, el abuso sexual contra ellas, los casos de incesto, el acoso laboral, las violaciones y los casos de feminicidio, son el resultado de la ausencia de educación sexual integral en los sistemas de educación formal en la mayoría de los países, ausencia que es llenada por los incontables sitios que existen en internet con contenidos de material sexualmente explícitos.

Por otro lado, debemos tener presente las mujeres son quienes resultaron más afectadas por la pandemia del covid-19 durante el 2,020 y lo que va del 2,021, porque el cierre de escuelas y guarderías implicó un aumento en sus cargas de trabajo doméstico, porque aparte de cuidar a los hijos, participan en la enseñanza escolar ya que “es su responsabilidad” asegurarse de que los hijos realicen sus tareas en tiempo y forma de tal manera que puedan seguir la enseñanza en línea. Un dato muy revelador es que en Latinoamérica existen millones de hogares de familias monoparentales, es decir, que son encabezados por una mujer que por razones de viudez, abandono de la pareja o por ser madres solteras, se vieron en la necesidad de alimentar, cuidar y educar a sus hijos por sí solas, la mayoría de estas familias viven en condiciones de pobreza y marginación económica. El refrán mexicano que dice: “el peso de un hogar no recae en los cimientos de la estructura de una casa, sino en los hombros de una mujer” adquiere sentido y contexto en la condición femenina latinoamericana en este siglo XXI.

Aparte de las repercusiones de la desigualdad económica en la crisis sanitaria, la pandemia representó un mayor peligro para las mujeres porque se vieron obligadas a permanecer largos períodos de aislamiento con parejas o familiares que ejercieron todo tipo de violencia contra ellas, lo cual se reflejó por la evidencia de un alarmante aumento en el número de denuncias de violencia doméstica durante el último año que se registraron en las líneas telefónicas de ayuda de diferentes países.

| El adelgazamiento del Estado, la austeridad impuesta a programas y políticas públicas, la corrupción en las esferas de gobierno, permitieron el fortalecimiento de la delincuencia organizada que surgió en forma similar a las grandes corporaciones, una organización con contactos internacionales que se disputaba el poder económico y político en varios países. Ante este nuevo mundo globalizado, la delincuencia organizada amplió su esfera de acción para ampliar su portafolio de servicios y traficar de manera ilegal drogas, animales y amplió sus fuentes de ingresos con la trata de personas con fines de explotación sexual y laboral. Las mujeres son las principales afectadas por esta explotación internacional de la que son objeto y se han convertido en la segunda fuente principal de ingresos junto al tráfico ilícito de armas.

El ejercicio de la prostitución se ha incrementado en todo el planeta debido a las dificultades para subsistir por la existencia de una enorme desigualdad social. Durante la pandemia, miles de mujeres se vieron de pronto sin empleo al cerrar sus fuentes de trabajo, el incremento de los precios en los productos de consumo básico y la falta de apoyo del Estado para satisfacer serviicos de salud, empleo y educación, empujó a miles de mujeres a buscar nuevas fuentes de ingreso para poder sobrevivir y algunas lo encontraron a través de la venta de su propio cuerpo. El crecimiento de grupos de delincuencia organizada y la imposibilidad de continuar con su “negocio normal” de tráfico de drogas por el cierre de fronteras debido a la pandemia, determinó que estos grupos procedieran a orientarse a la “trata de blancas” como se conoce eufemísticamente a la prostitución y vale la pena comentar que este término surgió después de las primeras guerras mundiales cuando mujeres europeas de piel blanca eran secuestradas y transportadas a otros países para ser vendidas como servidoras sexuales en redes de prostitución.

En este siglo XXI la prostitución no sólo se ha incrementado, sino que también se ha diversificado porque la oferta sexual en el mercado incluye a menores de edad (niñas o niños) y también incluye la prostitución de hombres jóvenes que son contratados por hombres mayores para realizar actos sexuales. Aparte de representar el alto grado de descomposición social al que hemos llegado como sociedad, la práctica de la prostitución constituye una flagrante violación a los derechos humanos de la persona que es forzada a prostituirse y es preciso mencionar que no habría prostitución si no existiera un mercado de consumidores que demandaran este tipo de servicios. Así como no existe un perfil del violador, tampoco existe un perfil del usuario de servicios de prostitución, porque el grito de “vámonos con putas”, puede provenir de hombres jóvenes, maduros o ancianos, solteros casados o divorciados, que compran placer efímero sin importarles que con sus contribuciones financian a organizaciones de delincuentes que explotan a mujeres para obtener beneficios económicos. La prostitución se dirige a satisfacer a un mercado masculino que está dispuesto a pagar para tener sexo, aún cuando esta actividad constituya un delito como cuando se practica el sexo con menores de edad o represente un acto de explotación sexual humano por parte de la delincuencia organizada que se dedica al tráfico internacional de mujeres.

La prostitución existe por la insatisfacción sexual que experimentan millones de personas debido a la presencia de un modelo genital de la sexualidad humana que la reduce al sexo como ya se mencionó líneas arriba. La ausencia de programas de educación sexual, la crisis económica, la imposición de políticas neoliberales que agreden derechos de la clase trabajadora y el abandono del estado de su función de procurar el bienestar colectivo, son las principales causas de que siga incrementándose este tipo de explotación humana, en la cual son obligadas a participar miles de mujeres en el mundo entero y que son cooptadas mediante el secuestro, tortura psicológica, violación y golpes para quebrar su voluntad y obligarlas a aceptar participar en esta actividad.

Según datos del INEGI, dos terceras partes de la población femenina mayores de 15 años (66%) ha sido objeto de violencia en alguna ocasión en sus vidas. De este porcentaje de mujeres agredidas, en un 44 % de ellas, la violencia provino de su pareja masculina y un promedio de 10 mujeres son asesinadas cada día en México. La violencia que sufren las mujeres es por razones de género, es decir, por el simple hecho de ser mujeres, son molestadas, acosadas, golpeadas, violadas y asesinadas. Esta es la razón por la cual ser mujer en la sociedad posmoderna del siglo XXI es estar en situación de riesgo de ser asesinadas, por ese motivo se habla de la existencia de una “guerra contra las mujeres”, es la condición femenina en este siglo XXI.

El feminismo en el siglo XXI

Partiendo de la premisa de que algo positivo se puede extraer de algo negativo, podría afirmarse que el incremento de la violencia hacia las mujeres en las últimas décadas han provocado el incremento de la participación de miles de mujeres en los diferentes colectivos feministas que han protagonizado movilizaciones masivas de protesta contra la violencia hacia las mujeres en varios países. En esa misma línea de pensamiento puede decirse que la presencia de la violencia hacia las mujeres en varios países ha permitido crear fuertes vínculos internacionales entre grupos feministas de distintos países, ya que rebasan las fronteras y por ello han logrado masivas movilizaciones simultáneas en varias ciudades de diferentes países que han logrado visibilizar la magnitud del problema de violencia que sufren las mujeres. La coordinación internacional de la lucha de las mujeres se observa de manera más clara en las fechas del 8 de marzo (día internacional de la mujer) y 25 de noviembre (Día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres), cuando miles de mujeres de varios países salen a las calles para protestar en contra de la violencia machista hacia la mujer, en defensa del derecho al aborto y en contra del incremento de casos de feminicidio.

Este incremento inusitado de la participación masiva de mujeres en movilizaciones simultáneas a nivel global, permiten señalar que en este siglo XXI estamos frente al surgimiento de una nueva oleada del movimiento de las mujeres, frente a un movimiento que está creciendo rápidamente y se revitaliza con cada feminicidio que ocurre porque el hartazgo femenino llegó a sus límites y exige un alto total a la violencia contra ellas. Esto se demostró con el asesinato de Victoria Esperanza mujer salvadoreña que perdió la vida al ser detenida por policías mexicanos que usaron exceso de uso de fuerza en su detención provocándole fracturas en la parte superior de su columna vertebral, ruptura de primera y segunda vértebra, heridas que le provocaron la muerte en el acto mismo de su detención. Los videos de su detención circularon por redes sociales y provocaron una ola de indignación que motivó a miles de mujeres de varias ciudades a salir exigiendo “Justicia para Victoria”, coreando consignas como “La policía no me cuida”, “Me cuidan mis amigas”, etc.

Recordemos que la revolución feminista se originó cuando miles de mujeres trabajadoras de la industria textil salieron en 1857 a marchar por las calles de Nueva York exigiendo una jornada laboral más justa, demandaron el fin del trabajo infantil (algo inconcebible en nuestros días), gritando la consigna Pan y rosas, por lo que aquellas grandes movilizaciones podrían considerarse como la primera ola que marcó el inicio del movimiento feminista en la historia de la humanidad, cuando miles de mujeres tomaron las calles para protestar en forma unida y organizada por reivindicaciones laborales, demandas que eran compartidas por los hombres trabajadores.

La segunda oleada del feminismo se dio 54 años después cuando cientos de mujeres obreras murieron en un incendio en una fábrica en Nueva York mientras se encontraban en huelga luchando por mejores condiciones de trabajo y fueron encerradas sin poder salir del lugar que fue incendiado. Esta tragedia generó grandes movilizaciones de protesta y a las reivindicaciones laborales se sumaron reivindicaciones de carácter político, cuando las mujeres exigieron el derecho al voto femenino.

La tercera oleada del movimiento feminista se dio en las décadas de los 60´s y 70´s cuando las mujeres salieron a las calles para exigir derechos sexuales y reproductivos (métodos anticonceptivos), una mayor libertad sexual, la libertad de decidir a no ser madres (derecho al aborto), el derecho al divorcio, a tener un salario justo, a caminar tranquilamente por las calles, a usar la vestimenta que ellas decidieran, y a una vida libre de violencia al interior de sus hogares. En los setentas, la revolución cultural que generó la música de rock, el movimiento hippie, el movimiento en contra de la guerra de Vietnam y en contra del racismo en Estados Unidos, favoreció el surgimiento de una mayor libertad sexual femenina que no se limitaba al uso de minifaldas en las mujeres, sino que inclusive ambos géneros manejaron la premisa del amor libre.

Fue en ese contexto social que surgió la premisa “Lo personal es político, o lo privado también es político”, que fue un lema que representó un salto cualitativo del movimiento feminista porque abordaba un nivel no visto anteriormente en la lucha feminista al cuestionar al sistema patriarcal vigente en la sociedad capitalista y que ha formado parte de anteriores sistemas socioeconómicos y políticos desde el el surgimiento de la propiedad privada y el origen de la familia. Con este lema se ponía al descubierto las conexiones que existen entre las experiencias personales y su determinación por las estructuras sociales, políticas y económicas, por lo que con esas palabras se realizaba una profunda crítica al sistema político estructurado en torno al patriarcado dominante en la sociedad capitalista y resaltaba la mirada femenina, cuestionando el predominio del varón en nuestra sociedad como una construcción socialmente determinada.

El patriarcado crea dos mundos en nuestras sociedades, el mundo de lo público y de la política que es el mundo de los hombres y el mundo de lo privado donde se recluye a la mujer en el cual pueda tomar decisiones sin relevancia social. Existen varias versiones sobre la autoría de esta frase, pero en realidad fue Kate Millet quien incluyó la frase “Lo personal es político”, en su tesis de Doctorado de la Universidad de Oxford y que publicó después en forma de libro en 1970 con el título Política sexual, el cual se convirtió en la primera tesis doctoral sobre género que se hizo en el mundo. El libro se convirtió en uno de las más vendidos rápidamente y su difusión significó un fuerte cuestionamiento a la sociedad de esa época, e inclusive sigue dejando sin aliento a la sociedad moderna, porque sus planteamientos pueden ser utilizados para cuestionar creencias basadas en roles sexuales estereotipados que aún prevalecen en pleno siglo XXI. En su tesis, Millet señaló que el patriarcado es una construcción social y cultural, que “la supremacía masculina, al igual que los demás credos políticos, no radica en la fuerza física, sino en la aceptación de valores cuya índole no es biológica”.

En concordancia con Simone de Beauvoir, quien señaló que “no se nace mujer se llega a hacerlo”, con lo cual señalo que el sexo con el que se nace no determina la forma de ser de las mujeres y que lo determinante es la forma como se les educa y cría, Millet denunció que en el ámbito privado se desarrollan relaciones de poder que sustentan las bases del resto de estructuras de dominación del ámbito público. Lo personal es político” insistió Millet. Esta frase abanderó el movimiento feminista de la década de los setentas y ayudó a entender a miles de mujeres de su tiempo que el maltrato y abuso que sufrían no eran problemas individuales, sino que eran problemas sociales y provenían de una desigualdad común: una desigualdad de género, que es provocada por el patriarcado que se adapta a diferentes contextos sociales, económicos y políticos y ha estado presente durante milenios en la historia de la humanidad. Kate Millet puso énfasis en la existencia de un sexismo en todas las sociedades que han formado parte de la historia de la humanidad, en las cuales se ha observado la presencia de una dominación masculina hacia las mujeres, esta dominación es el origen de las diversas expresiones de violencia que enfrentan las mujeres en nuestros días y la vigencia del patriarcado se refuerza con el sistema capitalista que enajena la sexualidad humana creando una miseria sexual entre hombres y mujeres para obtener un beneficio económico al reducir la figura femenina a la condición de objeto sexual y con ello promueve la práctica del feminicidio que representa la forma más extrema de violencia ejercida en contra de las mujeres.

Como se comentó líneas arriba, el inusitado aumento de la violencia hacia las mujeres en las tres últimas décadas, ha encontrado como respuesta un aumento considerable de mujeres que han roto el silencio, se movilizan en forma organizada y colectiva para protestar contra todo tipo de violencia hacia ellas, para denunciar un aumento en la práctica y la impunidad del feminicidio y exigen la intervención del Estado para castigar a los culpables y garantizar protección social. Estas movilizaciones se han dado en un número cada vez mayor de países en el mundo entero, por lo que podría decirse que estamos presenciando la cuarta ola del feminismo en nuestros días ya que han tenido una participación masiva en los países de América Latina como México, Argentina, Chile y España y han conquistado grandes logros como lo hicieron las mujeres argentinas que después de grandes movilizaciones, lograron conquistar la legalización del aborto antes de terminar el 2,020, lo cual fue motivo de celebración en todo el mundo y motivó las luchas de feministas de otros países para seguir su ejemplo.

En Europa también se han dado grandes movilizaciones feministas como en España y Polonia, en éste último país se dieron grandes movilizaciones en el 2,020 sin importar la pandemia, por mujeres que luchan por el derecho al aborto y en contra de un gobierno que intenta criminalizar el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su propio cuerpo.

El aumento de las expresiones de la violencia machista a nivel internacional, han creado vínculos en las luchas feministas de prácticamente todos los continentes lo cual les ha permitido realizar jornadas internacionales de movilización y protesta internacional y ha creado las condiciones para que el feminismo se esté convirtiendo en un movimiento internacional de masas que enarbolan las mismas banderas. Esta reacción generalizada de las mujeres en casi todos los países del mundo es lo que nos brinda elementos para afirmar que el movimiento feminista es la revolución más larga en la historia de la humanidad que lucha por la defensa de los derechos humanos de las mujeres, porque los antecedentes del movimiento feminista se sitúan a masivas movilizaciones de mujeres hace más de 150 años.

Mujeres de todo el mundo se unen para combatir la violencia machista y la ideología patriarcal que se encuentra en todas las culturas y luchan por visibilizar la violencia de la que son objeto, denunciando en todos los foros posibles las agresiones que sufren, peleando por conquistar derechos de igualdad económica, política, cultural y sexual, mientras intentan autoorganizarse en busca de defensa de sus propias vidas y evitar ser víctimas del feminicidio creciente en nuestra sociedad.

A pesar de que las nuevas generaciones de mujeres disfrutan de derechos que conquistaron mujeres de otras generaciones como derechos a la salud, a la educación, mejores oportunidades laborales, etc., la situación de la mujer continúa enfrentando en pleno Siglo XXI varios problemas por lo que la lucha feminista continúa luchando en varios frentes para obtener mayor libertad y autonomía como lo es el derecho a decidir que hacer con su propio cuerpo, por el derecho a decidir si la maternidad es voluntaria y por la legalización del aborto en todos los casos.

Estas movilizaciones feministas coinciden con el incremento de las luchas que presenta la clase trabajadora en contra del capitalismo neoliberal, que promueve aumentos en la desigualdad social a través de la aplicación de políticas neoliberales, por lo que se puede afirmar que el aumento de las movilizaciones de grupos feministas es resultado también del empeoramiento de las condiciones de vida de la población en general y de las mujeres en particular que sufren una doble explotación, laboral y doméstica, que las convierte en objeto de violencia y en lugar de tener una vida digna sólo reciben más violencia y sufren un aumento en el asesinato de mujeres, por el simple hecho de ser mujeres.

En este panorama, la violencia hacia las mujeres aumenta en la medida que disminuyen los servicios de protección familiar y de protección a las mujeres, por lo que las mujeres participan compartiendo liderazgos con otros hombres en luchas sindicales en defensa de derechos laborales, en protestas masivas y levantamientos populares que luchan en contra de la implementación de políticas de corte neoliberal que representan violaciones a los derechos humanos de la población en general.

El oportunismo “feminista” de la derecha en México

Un buen número de las mujeres que participan en las marchas feministas de los años recientes, son prioritariamente mujeres jóvenes que pertenecen a las nuevas generaciones y tienen una forma particular de entender al feminismo ya que parten de su propia experiencia y aprendizaje personal, en el cual han vivenciado situaciones en las que han sido objeto actos de violencia machista en sus vidas cotidianas. Son parte integrante de las nuevas generaciones de este Siglo XXI en las que un gran segmento de la población carece del hábito de la lectura en su repertorio de comportamientos y utilizan como principales fuentes de información los contenidos que circulan en redes sociales, por lo que el ejercicio de la crítica social fundamentada en información científica no forma parte de su repertorio de habilidades. Al igual que una amplia franja de la población contemporánea, los jóvenes de hoy desconfían de los políticos en el poder y de los partidos políticos en general y no han logrado encontrar el vínculo que existe entre lo personal y lo político, que ha sido una de las grandes aportaciones del movimiento feminista a la humanidad. Por esta razón un buen número de jóvenes, ellas contemplan el trabajo político como algo ajeno a sus intereses inmediatos y las jóvenes que participan en marchas feministas no son la excepción pero en la medida que participan en las marchas feministas se van relacionando con la política y de manera gradual están construyendo una identidad personal y colectiva como entes políticos, como sujetos históricos, como individuos con capacidad de historicidad, es decir, con la capacidad para construir la historia, con potencial para cambiar la historia en la medida que actúen en forma colectiva, organizada y unida.

Pero por su juventud, es necesario mencionar que no son inmunes a la manipulación ideológica que el neoliberalismo ha hecho en el manejo de la información que nos llega cada día y que ha creado generaciones completas que viven en condiciones de desinformación en la sociedad de la información, motivadas prioritariamente por tendencias hedonistas promovidas en la sociedad de consumo capitalista y que al igual que grandes franjas de la población de nuestra sociedad contemporánea, experimentan una gran indiferencia hacia los grandes problemas sociales como la pobreza, la corrupción, el desempleo, la drogadicción, la desigualdad social, etc.

Al depender de las redes sociales como principales fuentes de información , su concepción acerca de la realidad social puede estar basada en información de fuentes no comprobadas, ya que es común que circulen “fake news” en redes sociales. La mayoría de los jóvenes contemporáneos (tanto hombres como mujeres) padecen el pecado de la soberbia al suponer que porque viven en la sociedad de la información lo saben todo, aún cuando sus conocimientos se limiten a lo que les proporciona su memoria a corto plazo. En este contexto se observa que el comportamiento de algunas mujeres feministas refleja un desconocimiento teórico e histórico sobre el tema del feminismo y contribuyen a distorsionar aún más el tema cuando publican en redes sociales un sinnúmero de ideas erróneas sobre lo que es el feminismo, como la idea que comparten algunos colectivos feministas contemporáneos de que “el feminismo es una teoría y movimiento social político, conformado por y para mujeres que busca hacer un cambio en nuestra sociedad y que al mismo tiempo nos ayuda personalmente a cuestionar conductas e ideologías para una liberación” (@estrellas.violetas.compostela).

Otros grupos feministas llegan al extremo de promover el odio a los hombres como la esencia del feminismo, sin saberlo repiten la historia del feminismo burgués de fines del siglo XIX que centraba la lucha feminista en la lucha contra los hombres y algunos grupos feministas hoy en día llegan al extremo de pregonar que la lucha feminista consiste en la realización de actos de violencia y destrucción de todo lo instituido y que forma parte del sistema patriarcal y machista. Con esa idea en mente salen a las calles con rostros cubiertos para actuar libremente y con total impunidad destruyendo cristales de automóviles y de edificios históricos, vandalizando todo lo que se encuentran ubicados en las calles por donde pasan las marchas feministas y justifican este tipo de actos de violencia diciendo que lo hacen “para visibilizar la violencia masculina”. Algunos grupos feministas más radicales han llegado al extremo de golpear a los hombres que se cruzan en su paso como sucedió con un hombre de avanzada edad que fue golpeado por manifestantes feministas con el rostro encapuchado, al grito de “va a caer, el patriarcado va a caer” y cuando se enfrentan a las mujeres policías que el gobierno coloca para intentar contener a dichos grupos las atacan con furia.

Con este tipo de comportamientos reflejan una concepción desvirtuada del feminismo originalmente concebido como un movimiento de cambio social que tiene como finalidad luchar contra el sistema neoliberal capitalista que tiene una ideología patriarcal, que fundamenta su existencia en la explotación económica de hombres y mujeres, que produce una crisis económica, política y social al distriuir en forma desigual la riqueza socialmente producida y que crea una desigualdad social que hoy en día presenta niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad. Es innegable que el sistema capitalista neoliberal ejerce una mayor violencia hacia las mujeres por la ideología patriarcal que prevalece en la cultura dominante y que ha existido en la mayor parte de la historia de la humanidad, por lo que el patriarcado tiene su origen desde hace milenios, no siglos y que el día de hoy continúa utilizando prácticas violentas y métodos de sometimiento y exclusión que incluyen una discriminación por motivos de género, por lo que la violencia hacia las mujeres es un problema estructural ya que forma parte de un sistema económico, político e ideológico que la genera y promueve como parte vital de su funcionamiento.

Al mismo tiempo que se observa un incremento en el número de mujeres que participan en movilizaciones feministas del 8 de marzo, y del 25 de noviembre, crece también el rechazo de ciertos grupos de feministas a la participación de hombres en sus marchas de protesta, bajo el argumento de que “es una lucha de las mujeres, no de los hombres”, reflejando en esta actitud un desconocimiento sobre los motivos que dieron origen a la institucionalización del 8 de marzo como día internacional de la mujer, que en sus inicios se denominó día internacional de la mujer trabajadora y al rechazar la participación de hombres en sus filas, desvirtúan una lucha en la que originalmente participaban juntos mujeres y hombres para conquistar y defender derechos laborales y sociales.

En las anteriores oleadas del feminismo, hombres y mujeres marchaban juntos el 8 de marzo ya que tenían una claridad política de que la lucha feminista no era una lucha de la mujer contra el hombre, sino que era una lucha conjunta de hombres y mujeres en contra del capitalismo y marchaban juntos peleando por derechos que permitieran construir una sociedad donde existiera justicia e igualdad social y prevaleciera la democracia tanto en el ámbito público como en el ámbito privado. Muchos de los derechos conquistados por oleadas anteriores del feminismo en el que participaban hombres y mujeres juntos, los disfrutan las juventudes contemporáneas, si siquiera saber cómo es que llegaron a institucionalizarse ese tipo de derechos.

El desconocimiento de la historia de la historia de la humanidad en general y de la historia del feminismo en particular, ha desvirtuado la misión del movimiento feminista y provocado que se le perciba como una lucha ajena a las luchas que los trabajadores organizados y población en general llevan a cabo en contra de un sistema que impone políticas neoliberales que degradan las condiciones de vida de la población en general.

Esta desinformación sobre lo que es el feminismo como filosofía de cambio social, aunado a un menosprecio a la participación política que presenta un gran porcentaje de jóvenes hoy en día, aumenta las posibilidades de que las jóvenes feministas puedan ser utilizadas por parte de grupos y organizaciones de derecha (partidos políticos como el Pri, Pan, Prd, La Iglesia Católica, Grupos empresariales, etc.) como punta de lanza para cuestionar a un gobierno que fue electo en forma democrática por más de 30 millones de mexicanos (hombres y mujeres).

Estos grupos conservadores y de derecha que antes estaban en el poder político y se beneficiaban de la corrupción y la impunidad (impunidad que cubría violencia hacia las mujeres, una clara negativa al derecho al aborto por parte de las mujeres), se caracterizaron durante décadas por negar los derechos que reclamaban las mujeres en años anteriores y hoy intentan regresar al poder y ante la falta de banderas políticas, retoman las demandas de los grupos feministas para cuestionar al gobierno de Andres Manuel López Obrador y provocar un caos político, librando una guerra sucia de difamación, intentando provocar desestabilización social.

Es indudable que el feminismo en México se ha transformado en un movimiento de masas al igual que sucede en otros países donde aumentó la violencia hacia las mujeres, pero las acciones descritas arriba (actos de destrucción de edificios, ataques a Iglesias, destrucción de cristales de automóviles, realización de acciones de violencia al amparo del anonimato ya que cubren sus rostros para no ser identificados, la distorsión de la lucha feminista al despojarlo de su enfoque político y reducirlo a una “lucha de mujeres contra los hombres”), han provocado que surja un contramovimiento en redes sociales que publican fotografías de sí mismas usando la consigna “El feminismo no me representa”, y manifiestan su rechazo al uso de la violencia durante las marchas feministas, formando filas alrededor de Iglesias para protegerlas de la destrucción de los grupos feministas.


Es importante conocer la historia para no repetir errores del pasado y en este caso es necesario conocer la historia de cómo y porqué surgió el feminismo que ha sido históricamente una ideología de cambio social compartida entre mujeres y hombres, que plantea profundas reflexiones sobre la condición humana y las desigualdades estructurales y permite ver a través de la mirada femenina que “lo personal es político” y que no habrá democracia social, si no existe democracia e igualdad social al interior de la familia y en las relaciones entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de convivencia social. Los grupos feministas que rechazan la participación de los hombres en sus manifestaciones y reducen el feminismo a una lucha “por y para las mujeres” repiten el error de las feministas burguesas de 1894 que impulsaban reformas a través de una lucha entre los sexos y contra los hombres de su propia clase, sin cuestionar la existencia misma del capitalismo.

Conclusiones

La impresionante conversión de vallas metálicas colocadas para impedir el acceso de los grupos feministas a Palacio de Gobierno en la ciudad de México en un gigantesco mural de denuncia pública del feminicidio en México, fue insuficiente para escribir la interminable lista de nombres de mujeres que han sido asesinadas en este país. Pero también estuvieron ausentes en esas vallas los nombres de grandes mujeres que dieron origen y sustento teórico al movimiento feminista y que el día de hoy son fuente de inspiración para el movimiento feminista a nivel internacional por lo que debemos releer sus aportaciones para comprender el feminismo real. Dentro de los miles de nombres de mujeres que se pintaron en las vallas que se construyeron alrededor del Palacio de Gobierno en la Ciudad de México, están ausentes los nombres de Clara Zetkins, Rosa Luxemburgo, Alejandra Kollontai, Rosa Parks, Simone de Beauvoir, Kate Millet, Judith Butler, y miles de mujeres que con su participación en política fueron fuente de inspiración para que miles de mujeres siguieran su ejemplo y lograran conquistar derechos para hombres y para mujeres, sin importar la raza, nacionalidad o el género. No son nombres de mujeres víctimas de feminicidio, son en realidad nombres de mujeres que dieron origen a la creación del día internacional de la mujer y pioneras del feminismo en el mundo entero, un movimiento que desde su origen tenía raíces socialistas y luchaba en contra del capitalismo para instaurar el socialismo a nivel internacional.

La idea de concebir al feminismo como un movimiento político en el que tienen cabida hombres y mujeres ha quedado demostrada a lo largo de la historia de la revolución feminista y hoy en día el rechazo de mujeres a que participen hombres en la lucha en contra del sistema capitalista neoliberal y patriarcal, contradice las aportaciones de las mujeres que dieron sus vidas o dedicaron sus vidas para construir un movimiento de liberación social que incluyera las demandas de las mujeres. Las siguientes palabras que sintetizan la esencia mixta del feminismo, fueron expresadas por una mujer, no por un hombre y vale decir que no es cualquier mujer, se trata de Judith Butler filósofa estadunidense, autora de varios libros sobre feminismo y una de las figuras femeninas que es un referente teórico del movimiento feminista contemporáneo y las expresó el 16 de marzo de este año 2,021 en la ceremonia virtual donde recibió el grado de Honoris Causa por la Universidad Veracruzana: “El feminismo no es sólo un movimiento para las mujeres, es para todos los que quieran vivir en un mundo donde exista una igualdad radical, que permita el disfrute del carácter interdependiente de cada vida”.

El capitalismo neoliberal afecta a hombres y mujeres a través de la explotación laboral y la segregación económica, la lucha del feminismo contra este tipo de explotación y segregación debe darse en alianza con otros sectores que luchan, como los trabajadores organizados en sindicatos independientes que están perdiendo sus derechos laborales ante el empecinamiento del poder corporativo de maximizar su beneficio económico eliminando derechos conquistados a través de luchas obreras, los grupos ecologistas que luchan por la recuperación de espacios públicos y en defensa del medio ambiente, los agrupamientos colectivos que luchan por la reparación de daños o violación de sus derechos humanos.

Para terminar con la violencia hacia las mujeres y con el feminicidio, los colectivos feministas necesitan clarificar las causas que las originan y no son las acciones individuales de hombres singulares las que provocan la violencia hacia las mujeres, es en realidad el sistema capitalista neoliberal que se ha apropiado del cuerpo femenino, le ha quitado su condición humana, la ha reducido a la condición de un objeto, de una mercancía que tiene un precio económico, un valor en el mercado con el cual puede obtener un beneficio económico. 

El sistema capitalista ha logrado que las propias mujeres se autovaloren en función de sus características físicas (color de piel, color de ojos, estatura, complexión largo y longitud de piernas, tamaño de busto y glúteos, etc.). La imposición de roles sexuales rígidos y estereotipados que promueven como máxima cualidad femenina la belleza física enajena la condición humana de las mujeres. Los hombres debemos despojarnos de nuestra condición masculina, debemos aprovechar la oportunidad que nos proporciona la revolución feminista para ver la realidad a través de los ojos de las mujeres y percatarnos de la enorme desigualdad de género que existe en nuestra sociedad y en la cual, los hombres disfrutamos de muchos privilegios por el simple hecho de traer un pene colgando entre nuestras piernas, por lo que tenemos que realizar por nuestra parte una revolución masculina que modifique nuestra visión y significado que damos al término “masculino”. Nuestro punto de partida podría ser responder a la pregunta ¿Qué significa ser hombre? Y ¿Qué significa ser mujer?

Al contrario de las libertades y privilegios que disfrutamos los hombres, las mujeres sufren limitaciones en oportunidades de educación de trabajo, de desarrollo personal, enfrentan embarazos no planeados, son abandonadas por hombres irresponsables y son condenadas a vivir como madres solteras lo que implica no sólo perder oportunidades de desarrollo académico y laboral, sino que lleva una carga de menosprecio social por parte de familiares, vecinos, amistades que juzgan con severidad a la mujer embarazada abandonada, pero no son capaces de juzgar con la misma vara al hombre que provocó el embarazó y abandonó a la mujer.

Nuestra cultura patriarcal educa a las mujeres con la idea de que su destino final y máxima autorrealización es ser madres y que deben responsabilizarse del cuidado de los hijos y el mantenimiento del hogar. Sufren en silencio violencia de todo tipo, tanto dentro del ambiente familiar, como en ambientes laborales y en ámbitos públicos. Son objeto de humillaciones, acoso callejero, golpes, violaciones y asesinato por el simple hecho de ser mujer.

La premisa feminista de que el feminismo maneja la “radical idea” de que las mujeres son personas, seres humanos refleja la profunda desigualdad social y de género que existe en pleno siglo XXI. Para detener la violencia hacia las mujeres, la revolución feminista necesita unir su movimiento a las luchas que realizan hombres y mujeres para construir una sociedad en la que realmente exista democracia, igualdad y justicia. El alto a la violencia a las mujeres implica luchar por una igualdad social que incluya una equidad de género, para lograr esta equidad de género se requiere la implementación de políticas públicas que eviten discriminación de género y castigo severo a quienes cometan actos de violencia hacia la mujer. Si el feminicidio no es aceptado oficialmente como un problema social, hombres y mujeres debemos elevar la demanda de que se reconozca como un “genocidio de mujeres”, porque el feminicidio es el acto de mayor grado de violencia hacia las mujeres “por el simple hecho de ser mujeres”.

Esto requiere de cambios legislativos que den respuesta a las demandas feministas de gozar de libertad para decidir que hacer con su propio cuerpo, legalización del aborto y sobre todo la implementación de programas de educación sexual integral en todos los niveles del sistema formal de educación, desde primaria hasta educación superior. Estos programas de educación sexual integral deben formar parte de los contenidos de capacitación laboral en empresas públicas y privadas y los trabajadores organizados en sindicatos deben vigilar la implementación de dichos programas para lograr la construcción de una cultura basada en la equidad de género.

El movimiento obrero organizado debe aprender de las aportaciones del movimiento feminista que han logrado una coordinación internacional en grupos feministas de varios países al resaltar el vínculo que las une, el cual es la violencia machista en contra de las mujeres. Los movimientos de diferentes colectivos que se encuentran luchando en varios países han estado actuando como un mar de fueguitos, enfrentando al mismo enemigo en forma dispersa y aislada. La violencia social que genera pobreza, desigualdad social, miseria, injusticias, impunidad y violencia hacia las mujeres es el sistema capitalista neoliberal que explota, excluye y mata a hombres y mujeres sin excepción al considerarlos “consumidores defectuosos”, por lo cual los trabajadores organizados deben proceder a la democratización de sus sindicatos en los que participan hombres y mujeres (no hay sindicatos de hombres o sindicatos de mujeres) y deben iniciar la construcción de vínculos con trabajadores en lucha de otros países y con grupos feministas de varios países que nos han mostrado que el potencial de lucha aumenta cuando se actúa en forma globalizada, masiva, organizada y unida. Debemos aprender del movimiento feminista que ha dado muestras de gran creatividad y partir de la premisa de que los problemas locales tienen origen global.

En la unión de estas fuerzas de los trabajadores organizados con el movimiento feminista se podrá construir un poder ciudadano que tenga la fuerza suficiente para enfrentar al poder corporativo que hoy mantiene doblegado al estado moderno usando su poder económico para imponer políticas neoliberales que buscan la privatización de servicios públicos y la reducción del Estado a la función de vigilante de los intereses de las grandes corporaciones. La unión de hombres y mujeres realizando acciones de protesta colectivas, organizadas y en forma unida podrá garantizar la construcción de una sociedad en donde exista una verdadera igualdad democracia y justicia social.

Ese sería el primer paso en la construcción de un nuevo mundo en el cual necesariamente los hombres tendríamos que realizar nuestra propia revolución masculina a través del inicio de un proceso de deconstrucción masculina, que nos permita desaprender todo lo que nos enseñaron que significa ser un hombre para eliminar el machismo en general y los micromachismos en nuestra vida cotidiana y avanzar en la construcción de relaciones de equidad de género. No es posible construir una sociedad democrática mientras en el interior de los hogares siga existiendo desigualdad de género. Tengamos en cuenta que el feminismo pretende cambiar un sistema cultural (el patriarcado) que tiene miles de años existiendo, en ese sentido, el cambio cultural no será tan rápido como se quisiera, implica todo un proceso de educación que deberá contar con la participación de hombres y mujeres. Por esos motivos, la revolución feminista ha durado tanto tiempo, porque requiere de cambios en el comportamiento de hombres y mujeres, que necesariamente incluyen cambios en las representaciones sociales de la figura del hombre y de la mujer. Hace más de 100 años Alejandra Kollontai llamó a la construcción de una mujer nueva, hoy se requiere responder a ese llamado haciendo extensiva la invitación a la construcción de nuevas figuras de lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer. Llegó la hora de la construcción de una verdadera democracia, una igualdad para todos y una justicia social que sólo lograremos si reconocemos que los cambios deben ir más allá de cambios políticos y económicos, porque deben incluir cambios culturales y dentro de estos cambios culturales está la eliminación del patriarcado lo cual lograremos construyendo nuevas imágenes de lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer, construcciones sociales que deben estar basadas en una verdadera equidad de género.

Brigada humanitaria de paz Marabunta 02 de abril 2,021

https://www.facebook.com/watch/live/?v=1127887317636182&ref=notif&notif_id=1617392564930688&notif_t=live_video_explicit

Butler, Judith: El feminismo no es sólo un movimiento para las mujeres

https://unamglobal.unam.mx/el-feminismo-no-es-solo-un-movimiento-para-las-mujeres-judith-butler/?fbclid=IwAR31xJNovBf2mfI9qX_eZReTAKUGBp5yurh4uNcP-rDsjIr17sgwVUtP-To

Los orígenes socialistas del día internacional de la mujer

https://jacobinlat.com/2021/03/08/los-origenes-socialistas-del-dia-internacional-de-la-mujer/?fbclid=IwAR31SOA38k62RU9NF9M4IiP3dTlXke_dE7HKsxuGb-fuazejuKDKw52rFp4

14 Mujeres feministas que cambiaron la historia

https://vanityflor.es/blog/mujeres-feministas-cambiaron-la-historia/

EN UNA HUELGA FEMINISTA EN EEUU

El verdadero origen del 8 de marzo, Día de la Mujer: una terrible, sangrienta e injusta matanza

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/verdadero-origen-marzo-dia-mujer-terrible-sangrienta-injusta-matanza-huelga-feminista-feminismo_201803075aa022740cf2afdd1288bf30.html

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20210308/dia-internacional-de-la-mujer-6672998

Record de feminicidios en el día internacional de la mujer en México

http://elinformante.online/2021/03/record-de-feminicidios/?fbclid=IwAR0uS75bcmCwpyCIrg-RZeAV4PKrB8OBuq1-H1EjJCp7v9zmPgIFQxJ1HCg

El feminismo no me representa

https://piedepagina.mx/el-feminismo-no-me-representa/?fbclid=IwAR2YBXVXna7B-VCn6i5TIn0ydXw0xjddRzNt5aqIeh6UrzCx4OT8BMYpgIA

¿Qué es ser mujer en México?

https://diariodefrente.com/2021/03/08/que-es-ser-mujer-en-mexico/?fbclid=IwAR1MTIbObKXPcEq0BTHVeKefTdRM40xCxlKYrL8ng2Fme_kx1-EOfoU0IM4

Las marchas del 8 de marzo en las ciudades del mundo

https://www.eluniversal.com.mx/mundo/asi-se-vive-en-el-mundo-las-marchas-del-8-de-marzo-2020

"Nos nos cuidan, nos violan": protestan por violencia de policías contra mujeres

https://www.milenio.com/policia/cdmx-mujeres-protestan-policias-acusados-violacion

Protesta feminista en México de 2020

https://es.wikipedia.org/wiki/Protesta_feminista_en_M%C3%A9xico_de_2020

Todo lo que debes saber de la marcha feminista 8 de marzo 2020 en CDMX

https://laverdadnoticias.com/mexico/todo-lo-que-debes-saber-de-la-marcha-feminista-8-de-marzo-2020-en-cdmx-20200308-0028.html

Marcha feminista en CDMX deja 81 heridos; participaron cerca de 20 mil mujeres

https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2021/03/08/marcha-feminista-en-cdmx-deja-81-heridos-participaron-cerca-de-20-mil-mujeres.html

Violaciones a derechos humanos y criminalización documentados en el marco del #8M hacen indispensables los mecanismos de protección desde la sociedad civil

https://redtdt.org.mx/violaciones-ddhh-criminalizacion-8m/?fbclid=IwAR0JLxxBoQyrsDsHddBt3LN3GWGf8csCX4OeojzXR6Z645zZJutbzWug4MA

Lo personal es político. https://www.huffingtonpost.es/jesus-mora/lo-personal-es-politico_a_23432355/

El nuevo ascenso del movimiento de mujeres| Resolución del Comité Internacional de la IV-2021

http://socialistarevolucionaria.org/el-nuevo-ascenso-del-movimiento-de-mujeres-resolucion-del-comite-internacional-de-la-iv-2021/?fbclid=IwAR3ny_IKpQOto3Td96IhK_qO-civJLaPLv-LF7cyLfQU3T25D0rPCBT4MKU

Boron, Atilio: La revolución Rusa, logros, derrotas y fracasos

https://www.lahaine.org/mundo.php/la-revolucion-rusa-logros-derrotas

Fallece Kate Millet, la mujer que logró que lo personal fuera publico

https://www.publico.es/sociedad/kate-millet-fallece-kate-millet-mujer-hizo-personal-fuera-politico.html

Las trabajadoras textiles lideran la resistencia en Myanmar (y piden a las marcas de moda que luchen por su causa) LETICIA GARCÍA | 30 MAR 2021 08:02

https://smoda.elpais.com/moda/las-trabajadoras-textiles-lideran-la-resistencia-en-myanmar-y-piden-a-las-marcas-de-moda-que-luchen-por-su-causa/?utm_source=Facebook&ssm=FB_CM_SM&fbclid=IwAR2c4b8jd2E9ZJ2N_AH1tXSCmEymHjU0k-9QPGvoVlVbpBvSCfe-nCqrUtw#Echobox=1617085199

1990: cuando la homosexualidad dejó de ser una enfermedad mental

https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/homosexualidad-era-una-enfermedad/660217/

Millet, Kate: Política sexual. Ediciones Cátedra. Madrid, 1995

Yescas, Oscar: Una pandemia en la sombra

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Yescas, Oscar: Feminismo y educación sexual

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/09/feminismoy-educacion-sexual-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: No es necesario ser mujer para declararse feminista

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/02/noes-necesario-ser-mujer-para.html

Yescas, Oscar : La revolución del Siglo XXI tiene rostro de mujer

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/larevolucion-del-siglo-xxi-tiene-rostro.html

Yescas, Oscar: Notas para comprender la sexualidad humana

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Yescas, Oscar: La revuelta feminista en México

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Yescas, Oscar: En defensa de las mujeres

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/endefensa-de-las-mujeres-oscaryescas.html

Yecas, Oscar: La educación en sexualidad humana como aportación al cambio social

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Yescas, Oscar: La construcción social de la democracia

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/07/laconstruccion-social-de-la-democracia.html

Yescas, Oscar: En defensa de la sociedad

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Segato, Rita Laura: La guerra contra las mujeres

Ed. Traficantes de sueños. Madrid, 2,016

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