Política sexual: la tesis doctoral de Kate Millet
Oscar Yescas Domínguez
18 de abril de 32,021
Hay libros que su lectura te dejan una marca imborrable en tu vida, ya sea porque su contenido te influyó a cambiar la percepción que tenías de ti mismo, de los demás y de la realidad completa, o porque llegó a tus manos en momentos significativos o porque alguien significativo lo hizo llegar a ti. De la incontable lista de libros que formaron parte de mi biblioteca, que leí a profundidad, influyeron en mi forma de pensar, sentir y actuar, que llegué a prestar, jamás regresaron a mis manos y me hicieron dudar de la bondad de las personas, o reconocer que no todo el mundo ama a los libros de la forma que yo lo hago, puedo mencionar uno que no solamente influyó en mi persona (tanto que fue una inspiración para elegir el tema de mi tesis para obtener el grado de licenciatura en Psicología por parte de la Universidad Veracruzana), sino que influyó en millones de personas, sobre todo mujeres y se convirtió en leyenda literaria, lectura obligatoria para quienes se declare feminista, inspiró la movilización de miles de mujeres y se convirtió en inspiración para fortalecer e impulsar una de tantas oleadas que ha tenido el movimiento feminista a lo largo de su historia. Me refiero el libro Política sexual de Kate Millet.
Después de 36 años me animé a comprarlo bajo pedido en la librería Gandhi y ayer salí a recogerlo esa entrega especial, como suele suceder cuando voy a ese santuario de libros, siempre salgo con un número mayor de libros al contemplado cuando ingreso. Pero este libro que solicité es de especial importancia para mí porque es un libro de relevancia histórica que sirvió como detonador del movimiento feminista de la década de los setentas. Fue la Tesis Doctoral que presentó Kate Millet en la Universidad de Oxford en 1969, que se registró como la primera tesis doctoral que se hizo sobre estudios de género en el mundo.
La publicación de la tesis en forma de libro presentó una enorme demanda porque proporcionó elementos teóricos que permitieron a las mujeres de su tiempo visualizar las condiciones de opresión y sumisión en las que vivían sin haberse percatado antes de ello, por ese motivo, el libro se convirtió en uno de los libros mas vendidos durante varios años. Política sexual es considerada una obra clásica del feminismo y podría decirse que es el primer libro de crítica literaria feminista y académica que suscitó la cólera masculina en todo el territorio estadunidense en una época en la que el machismo era invisible, socialmente aceptable y las cualidades femeninas eran la belleza, la sumisión y la obediencia al varón. Las mujeres tenían como destino ser madres y estaban recluidas en el ámbito de lo privado como “Reinas del hogar”, con todo lo que esto implicaba: asumir la responsabilidad del trabajo doméstico, depender económicamente del varón, soportar las infidelidades del marido “porque eso hacían los hombres”, aceptar ser recluidas en el ámbito de lo privado, sin tener oportunidades de desarrollo académico, o acceder a oportunidades laborales, porque el mundo de lo público pertenecía a los hombres. El rol de los hombres era ser el proveedor y el de la mujer la administradora de todo lo que acontecía dentro del hogar.
Política sexual es un texto de referencia obligatoria cuando se analiza el origen y evolución del movimiento feminista, de tal forma que toda persona que se declare feminista, simpatice con este movimiento o quiera comprenderlo, debería leer este mamotreto demás de 600 hojas que es tan grueso y pesado como un ladrillo (Thick as a brick) y su lectura permite acceder al fundamento teórico del feminismo que lo sustenta como movimiento de liberación y comprender la enorme distancia con la concepción del feminismo que tienen hoy las mujeres jóvenes que lo conciben de manera reduccionista y simplista como una lucha de las mujeres en contra de los hombres.
En la inmensa cantidad de páginas que conforman su contenido, hay tres divisiones, en la primera parte es cuando Millet provoca la ira masculina al afirmar que el sexo reviste un cariz político que se toma como “algo natural” y suele pasar desapercibido esa dominación masculina sobre las mujeres que aceptan ser dóciles y se limitan a realzar sus principales cualidades: su belleza y atractivo sexual. La inteligencia es un privilegio masculino, que se inhibe en las mujeres, cuestiona el estereotipo vigente de las “rubias tontas” que predominaba en su momento y que despertó de su letargo a miles de mujeres que vieron en ese libro la puerta de una emancipación individual y social y alcanzaron a vislumbrar que si querían cambios en sus vidas personales, debían lograr por obtener cambios políticos, es decir, encontraron en la obra de Kate Millet el vínculo entre lo personal y lo político, resumida en la frase: “Lo personal es político” una frase que se convirtió en bandera de lucha compartida por millones de personas, de la misma forma que hoy las mujeres se unen bajo la consigna “Aborto libre y gratuito”.
En la segunda parte de esta gigantesca obra literaria, Millet se dedica a la parte histórica describiendo las transformaciones de las relaciones sexuales tradicionales que empezaron a darse a finales del siglo IX y a principios del siglo XX con el surgimiento y desarrollo de la industrialización y desarrollo del sistema capitalista. La manera como los cambios sociales empezaron a modificar los roles sexuales rígidos establecidos socialmente, que se acentuaron con la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y que se manifestó en una mayor libertad de la mujer al obtener la independencia económica y tener su propia fuente de ingresos.
En la tercera parte, Millet ingresa en el terreno de la literatura analizando las obras de autores que gozaban de gran prestigio en ese momento como Norman Mailer, Henry Miller, D. H. Lawrence y cuestiona el papel que reproducen estos autores de la figura femenina, al encasillarla dento del ámbito de lo privado y al hombre en la esfera de lo público, perpetuando la dominación masculina sobre los hombres y educando a sus lectores a asimilar como “algo natural” la supremacía masculina.
Al reunir aspectos antropológicos, económicos, históricos, literarios, psicológicos y sociológicos en una sola obra, asume una postura que coincidía de manera increíble con el estilo de la Escuela de Frankfurt, cuyos autores inspiraron el surgimiento de movimientos contestatarios en esa época:
Erich Fromm, Herbert Marcuse, George Lukács, Theodore Adorno, Max Horkheimer, etc. Es decir, coincidía con ellos en prestar más atención a los aspectos superestructurales en el análisis de la sociedad de su tiempo para alcanzar una visión interdisciplinaria que fundamentara su planteamiento que revolucionó la manera de pensar de millones de mujeres y hombres, al destacar la dominación masculina en la crítica a las relaciones sociales que presentaban signos de opresión por motivos de raza y género.
El impacto social del libro de Kate Millet fue tal que en 1988 el New York Times incluyó a Kate Millet en la lista de los diez personajes que más marcaron el siglo XX, porque no sólo se convirtió en un libro clásico del feminismo, sino que motivó a millones de mujeres a salir a las calles a exigir cambios sociales en la condición femenina y luchar para conquistar derechos para la mujer, derechos que las jóvenes mujeres disfrutan hoy en día como “algo natural”, ignorando que hace decenas de años miles de mujeres enfrentaron maridos, padres, familias y a la sociedad entera para defender el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y pelear por tan natural como el derecho a usar minifalda.
La afirmación principal que defiene Millet en su tesis de Doctorado se puede resumir en su planteamiento de que el patriarcado es el sistema de dominación básico sobre el cual se construyen otros sistemas sociales y no podrá haber una revolución real, un verdadero cambio social si no se destruye también la dominación del patriarcado. De aquí a importancia de este gran libro porque una de las principales consignas que manejan los colectivos feministas hoy en día es “El patriarcado va a caer”, pero vendría bien preguntarles, ¿Qué entienden por patriarcado? Para Kate Millet representa un sistema de dominación masculina que determina a la sociedad en su conjunto, esta determinación afecta a mujeres, pero también afecta a los hombres. En consecuencia, el patriarcado no puede combatirse luchando contra los hombres, la lucha por la liberación social incluye la liberación femenina, pero también debe darse una liberación masculina, una revolución que nos permita cambiar todo lo que hemos aprendido que significa ser hombre y aprender nuevas formas de comportarnos en base a una verdadera equidad de género. La lucha contra este sistema de dominación llamado patriarcado no es una lucha exclusiva de las mujeres, por eso no debe excluirse a los hombres en los movimientos feministas, porque no se puede reducir la lucha contra el patriarcado a la lucha en contra de los hombres y ese es el principal mérito de Kate Millet que describe perfectamente las bases teóricas del movimiento feminista, por lo cual representa una lectura obligatoria para toda persona que se defina a sí misma como “luchador social”, “feminista”, o simplemente quiera comprender como funciona nuestra sociedad.
A nivel personal, la lectura de este libro hace 37 años me impresionó tanto que desarrolló en mí el interés por estudiar la sexualidad humana, actividad que integré como uno de los ejes principales en mi labor como profesor-investigador en la Universidad de Sonora, ya que durante 20 años realicé labores de investigación y docencia de la sexualidad humana, incorporándola como una materia innovadora que conduje con gran entusiasmo durante mis últimos años como docente universitario.
A 52 años de su publicación, su lectura sigue siendo reveladora, polémica, pero sobre todo tremendamente ilustrativa sobre la desigualdad de género, demostrativa que la lucha feminista es una lucha política en contra de un sistema, no en contra de los hombres y que no es necesario el uso de la violencia para demostrar fuerza y valentía en las marchas feministas, sólo es suficiente tener claridad política y por ello, su lectura es realmente aconsejable como introducción al estudio de la equidad de género y como retroalimentación del movimiento feminista que ha crecido en estos últimos años en su más reciente oleada a nivel mundial. La aparición de este libro representa un verdadero parteaguas en las luchas sociales porque incluye la necesidad de luchar por una verdadera equidad de género para lograr una verdadera igualdad social. Es decir, evidenció con gran claridad teórica la necesidad de incluir en la agenda de la lucha por el cambio social, la agenda feminista como algo necesario e impostergable.
Kate Millet fue la mujer que hizo posible que se percibiera el vínculo entre los personal y lo político, al establecer la frase: “Lo personal es político”, ya que concibe la relación entre los sexos como una relación de poder y esta frase fue el eslogan del movimiento feminista radical de los años setentas y que lograron conquistar varios derechos para las mujeres anteriormente negados. El legado de Kate Millet marcó para siempre al movimiento feminista cuando publicó Política sexual y revolucionó al mundo proclamando que “Lo personal es político”, poniendo las bases teóricas para explicar el origen del patriarcado y denunciando al amor como “el opio de las mujeres”. Si en su momento la publicación de Política sexual dejó sin aliento a la sociedad de su tiempo, su lectura en nuestros días continúa dejando sin aliento porque proporciona un fundamento teórico literario que permite comprender la violencia hacia las mujeres y su lectura o relectura permite comprender que la lucha feminista no es una lucha de mujeres contra hombres, que la lucha es política y que los hombres también pueden participar en el movimiento feminista.
Millet escribió entre otras cosas que “la supremacía masculina, al igual que los credos políticos, no radica en la fuerza física, sino en la aceptación de un sistema de valores cuya índole no es biológica”. Cuestionó la desigualdad de género que observó en su época y analizó el concepto de patriarcado y poder, señalando que el patriarcado es un sistema que tiene su fundamento en la dominación de las mujeres por los hombres, afirmando que ha existido en todas las sociedades a lo largo de la historia de la humanidad, ya que el patriarcado se adapta a diferentes sistemas sociales, políticos o económicos y que la lucha del movimiento feminista es contra el patriarcado y en contra del capitalismo.
La lectura de parte de este libro fue una de las fuentes de información que utilicé en 1984 cuando presenté mi tesis profesional para obtener el grado de Licenciado en Psicología por parte de la Universidad Veracruzana. Un libro grueso, muy pesado que acostumbraba cargar en una mochila cuando trabajaba y estudiaba y que lamentablemente, forma parte de la interminable lista de libros prestados que jamás regresaron a mis manos. Por esos motivos y la necesidad de releerlo después de 37 años de que lo leí, me motivaron a solicitar su compra sobre pedido y afortunadamente ya lo tengo en mis manos.
Siguiendo el camino de Simone de Beauvoir, quien planteó que la mujer no se nace, se hace”, Millet, amplió esa concepción cuando afirmó que” el sexo es una categoría social impregnada de política y fue ahí cuando acuñó la frase que nunca se olvidará en la historia del feminismo: “Lo personal es político”. En estos tiempos en los que resurge el movimiento feminista como movimiento colectivo de gran importancia en el contexto de una sociedad en crisis, es de vital importancia retomar las aportaciones de las grandes feministas que dejaron una producción teórica para comprender al feminismo y darle el rumbo de movimiento de liberación y evitar su distorsión como uso político por parte de grupos de derecha que intentan lograr inestabilidad social y asociar al feminismo con el uso inevitable de violencia y destrucción, manejando la consigna de que este movimiento es una lucha de las mujeres contra los hombres.
La frase que nunca se olvidará de la autora es el mismo lema que abanderó el feminismo de los años setenta: "lo personal es político". Y, siguiendo la línea marcada por Simone de Beauvoir cuando afirmó que la “mujer no se nace, se hace”, Millet dio un paso adelante y afirmó: "El sexo es una categoría social impregnada de política". Kate Millet falleció el 7 de septiembre de 2,017 en París, Francia casi a punto de cumplir 83 años y su nombre pasó a la historia como una de las principales mujeres que crearon las bases teóricas del feminismo de nuestros tiempos.
Experimentar de nuevo la sensación de tener este libro en mis manos y poder releerlo me permite experimentar una sensación similar a la que intentó dar Aldoux Huxley cuando escribió el libro “Las puertas de la percepción” bajo los efectos de la mezcalina o peyote y dijo: “si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo se mostraría tal cual es”. Es decir, si hombres y mujeres leyéramos con lupa, estudiando este libro y sus planteamientos, nos daríamos cuenta de lo mucho que tenemos que cambiar para construir una verdadera igualdad social. Por cierto, Jim Morrison después de leer este libro (desconozco si lo leyó bajo los efectos del peyote), decidió bautizar a su grupo “Las Puertas” (The Doors).
Advierto que nadie se atreva a pedirme prestado este libro, porque no pienso cometer el error el mismo error. Tuvieron que pasar 37 años para tenerlo de nuevo en mis manos, eso sí, contiene el fresco y agradable aroma a libro nuevo y en perfecto estado, lo cual me hace más agradable y atractiva su relectura.
Política sexual. Kate Millet (aquí lo pueden descargar)
Yescas, Oscar: Consideraciones sobre la problemática sexual juvenil. Tesis de licenciatura en Psicología. https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/consideraciones-sobre-la-problematica.html
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