Cuando veas
las barbas de tu vecino veas quemar...
Oscar Yescas
Domínguez
23 de agosto
de 2020
La
sabiduría popular es muy certera y a la vez es menospreciada por
gran parte de los integrantes de nuestra sociedad contemporánea. En
nuestra cultura existen muchos conocimientos de gran valor que
provienen de nuestros antepasados, pero el culto a lo nuevo, a lo
moderno, el gusto por la novedad nos hace restarle importancia a lo
antiguo y nos enfrascamos en el placer de lo efímero mientras dura
la sensación de estrenar.
Hay un
dicho popular que quisiera rescatar y que elegí como título para
este escrito. “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las
tuyas a remojar”, que significa que los problemas que afectan a
quienes están cerca de nosotros tarde o temprano nos llegarán a
perjudicarnos a nosotros.
Hay un
poema erróneamente atribuido a Bertolt Brecht, pero que en realidad
perteneció a Martin Niemoller que dice así:
“Primero
vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era
comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas,
y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por
los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron
por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar
por mí”
- https://akifrases.com/frase/123663
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La
violación de derechos laborales se está presentando desde hace años
en México y otros países latinoamericanos desde la caída del muro
de Berlín y el surgimiento de la globalización, recordemos que el
derecho a la estabilidad en el empleo se eliminó en México con la
aprobación de la Reforma Laboral impulsada por Felipe Calderón en
el en el último año de su sexenio en el 2,012 y desde entonces los
trabajadores mexicanos y las nuevas generaciones perdieron la
posibilidad de obtener una estabilidad laboral, condenados a
contrataciones periódicas en condiciones desfavorables y sin
posibilidad de ser sujetos de crédito para comprar una casa, algún
vehículo, etc.
Desde hace
varios años en la Universidad de Sonora, los trabajadores
académicos, administrativos y manuales enfrentamos la incertidumbre
de obtener la jubilación. A nombre de una supuesta quiebra
financiera del ISSSTESON, organismo que recibe los pagos que se
descuentan a los trabajadores por concepto de fondo de jubilación
(una quiebra generada por la corrupción de los diferentes directores
que han saqueado a esta institución bajo la tutela de gobiernos
priístas y panistas), pero que sin embargo, se afirma que no hay
dinero para jubilación. ¿Cómo quedaría dinero después de que
Teresa Lizárraga robara $6,200 millones de pesos del Fondo de
pensiones y Jubilación en el sexenio de Guillermo Padrés y continúa
libre en total impunidad?
¿Cómo
esperar la recuperación financiera de ese instituto si quienes han
ocupado el cargo de Director General se han dedicado a robar
descaradamente sus activos financieros, que provienen de las cuotas
que les descuentan a miles de trabajadores por concepto de servicios
médicos y fondo de jubilación?
Estos
saqueos son actos delictivos que constituyen homicidios
imprudenaciales ya que los académicos sufrimos bajas en nuestras
filas de docentes cuando algunos que rebasaron la edad de retiro no
pudieron jubilarse a tiempo porque les fue negado este derecho,
siguieron laborando muchos años más de lo permitido y la muerte les
sorprendió en un momento que no podía ser más inoportuno: en el
salón de clases frente a sus estudiantes.
Después de
sufrir mutilaciones en el contrato colectivo los trabajadores
académicos, manuales y administrativos agrupados en el STAUS
y en el STEUS denunciamos que el derecho a la jubilación
estaba en proceso de extinción y que el derecho a la salud estaba
siendo violado por el desabasto de medicinas por parte del ISSSTESON.
Lamentablemente,
la indiferencia de buena parte de miembros de los sindicatos
universitarios que no participaron en actividades sindicales a través
de las cuales exigíamos respeto a nuestros derechos, la complicidad
evidente de algunos dirigentes sindicales que apostaron a la
desmovilización, la corrupción y cerrazón de funcionarios del
Isssteson, la indiferencia y pasividad de las propias autoridades
universitarias y la complicidad del Gobierno del Estado, permitió
que el problema creciera y se se agravara hasta alcanzar magnitudes
que hoy en día la comunidad de trabajadores universitarios sigue
lamentando.
La denuncia
pública del despojo de los derechos de jubilación y de la salud a
los trabajadores universitarios en aquel entonces no impactó mucho
en la comunidad hermosillense y sonorense porque la mayoría de
ciudadanos hermosillenses actuaron en forma similar al poema de
Martin Niemoller, es decir, lo vieron como un problema aislado que
sólo afectaba a los trabajadores universitarios quienes al estar en
huelga defendiendo sus derechos laborales pisoteados, recibían
insultos de algunos ciudadanos
Fui
testigo de un incidente de este tipo cuando estando de guardia con
varios maestros cuidando la puerta de acceso a la unison por la calle
Reforma, pasó un automóvil con jóvenes gritando: Pónganse a
trabajar huevones”, tocando el claxon, nosotros sólo volteamos a
verlos como nos insultaban y ellos en su afán de ofendernos aún más
levantaban sus manos fuera del vehículo sobresaliendo el dedo medio
de sus manos a manera de insulto mientras nos miraban tan fijamente,
que el conductor del vehículo se distrajo y se impactó fuertemente
con el vehículo que circulaba delante suyo. Los huelguistas no
pudimos evitar emitir una carcajada breve que cedió rápidamente al
pensar que habrían salido heridos y llamamos a la policía para
reportar el incidente, mientras un dejo de tristeza nos invadía por
la incomprensión social sobre los motivos de nuestra huelga.
Varios años
después, hoy en día el derecho a la jubilación se les sigue
negando a los trabajadores universitarios, su contrato
colectivo sigue perdiendo prestaciones, ya no se reocupan las plazas
de maestro de tiempo completo que dejan quienes se jubilen o
fallecen. Pero ya no son los únicos afectados, los trabajadores
mineros de Cananea llevan 13 años en huelga luchando por sus
derechos laborales pisoteados por el Grupo México y a pesar de la
promesa de Andrés Manuel López Obrador, parece ser que seguirán
más tiempo esperando que se respete el Estado de derecho y la
justicia prevalezca en la defensa de sus derechos.
Los
maestros agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
educación (CNTE), vieron violados sus derechos laborales por
el intento de imlementación de una reforma edcuativa por parte de
Peña Nieto, pero dieron una lucha ejemplar a nivel nacional y
después de sufrir represión policiaca y caer asesinados algunos de
sus miembros, lograron frenar esta Reforma educativa. Pero lo
hicieron solos, una buena parte de la población los dejó aislados
en su lucha por la defensa de sus derechos y de la educación
pública.
El sector
de trabajadores ferrocarrileros también se enfrenta la
negativa de su derecho a la jubilación y después de varios años
siguen sin solución a sus problemas.
A los
trabajadores de Tel-Mex que están en proceso de revisión del
Contrato Colectivo, se les informó que por motivos de quiebra
financiera la empresa se dividirá en varias subempresas, donde cada
empresa tendrá sus propios sistemas de contratación, pero en
ninguna de ellas se contemplará el derecho a la jubilación para los
futuros trabajadores y quedarían en total indefensión en su derecho
a la jubilación.
Pero los
trabajadores jubilados de Tel-Mex también serán afectados
por esta “reestructuración”, ya que la empresa les exige a
jubilados y personal a punto de jubilarse que acepten cambiar una
parte proporcional de un 45% aproximado de su pensión jubilatoria
por acciones de la empresa que hoy se divide en varias pequeñas
empresas, ya que para diciembre próximo la empresa estaría operando
con números rojos.
Entonces,
resumiendo, en un principio fueron los trabajadores mineros de la
sección 65 de Cananea, Sonora quienes se lanzaron a la huelga y
llevan 13 años luchando en la defensa de sus derechos pisoteados por
el Grupo México, pero, ellos eran mineros y nosotros no somos
mineros, por lo que no hicimos nada.
Después
siguieron con los trabajadores ferrocarrileros y se les negó su
derecho a la jubilación, atropellando las leyes vigentes, pero como
eran ferrocarrileros y nosotros no somos ferrocarrileros no hicimos
nada.
Después
atropellaron los derechos de los trabajadores universitarios al
negarle sus derechos a la jubilación, pero, como los trabajadores
universitarios somos pocos, los demás que no son trabajadores
universitarios y no hicieron nada cuando vieron pisotear nuestros
derechos.
Luego
negaron medicamentos en el ISSSTESON a los derechohabientes que
reciben un descuento puntual de sus percepciones por concepto de
servicios médicos y fondo de pensiones y jubilación, pero a pesar
de ser miles los derechohabientes afectados, ya que agrupan a
trabajadores del Gbierno del Estado, de la Universidad de Sonora, del
Ayuntamiento de Hermosillo, de la Universidad Estatal de Sonora y de
Colegios de Bachilleres y Cecytes, la mayor parte de los afiliados no
hicieron nada, sólo unos cuantos protestamos, marchamos por las
calles, logramos ser escuchados, nos hicieron promesas de que se
resolvería el problema, aceptamos y todavía enfrentamos los mismos
problemas.
Hoy son los
trabajadores telefonistas que enfrentan la división de su empresa en
varias empresas, cada una con su propio contrato colectivo de trabajo
y ninguna de ellos contempla el derecho a la jubilación. Pero, como
no somos telefonistas, es un problema de ellos, no de nosotros. La
pesadilla hecha realidad, el poema de Martin Niemoller
se vuelve a repetir, la sociedad está dividida, el individualismo
predomina.
Debemos
terminar con esta dispersión de esfuerzos, con esta división de los
problemas que nos afectan porque en última instancia estamos
enfrentando un mismo problema que nos obliga a unirnos: la violación
de los derechos laborales que se conquistaron a través de luchas
sindicales el año siglo pasado y que hoy están desapareciendo
de un plumazo con nuestra complicidad al asumir una postura pasiva y
de indiferencia social.
De una
manera dividida estamos enfrentando un problema que proviene de una
misma fuente de origen, el desmantelamiento de los contratos
colectivos de trabajo, la eliminación de derechos como la
estabilidad en el empleo, la jubilación o la salud, provienen de la
voracidad del poder corporativo, la corrupción de autoridades y
funcionarios públicos y de la debilidad del Estado que permite estas
violaciones al Estado de derecho.
Este
debilitamiento del Estado de Bienestar es causado por la necesidad
del poder corporativo (las grandes compañías
transnacionales) de maximizar sus ganancias a costa de la explotación
de los trabajadores y la explotación de los recursos naturales en
nuestros países.
Con este
objetivo en mente las grandes corporaciones en el contexto de la
globalización intentan eliminar todo tipo de derechos laborales,
desaparecer los contratos colectivos para proceder a una contratación
individual en forma directa, corromper a los dirigentes de las
organizaciones sindicales y autoridades laborales, desaparecer a los
sindicatos que realmente defienden los intereses de los trabajadores.
Los
trabajadores se encuentran indefensos y aislados porque han permitido
la división en la percepción de la realidad social. Todos formamos
parte de nuestra sociedad, si un sector de trabajadores es agredido,
afecta a los demás trabajadores porque agreden derechos que nosotros
también disfrutamos, hoy les quitan el derecho a la jubilación a
los trabajadores de Teléfonos de México, si no hacemos nada y los
dejamos solos, el día de mañana vendrán por nuestro derecho a la
jubilación y estaremos solos también. El caso de TelMex es un
peligros precedente en la violación de los derechos de los
trabajadores que no podemos permitir ya que refuerza la posibilidad
de futuros golpes a los derechos de los trabajadores.
Ante esta
ofensiva en contra de la clase trabajadora no podemos seguir
observando que las barbas de nuestros vecinos las están cortando en
contra de su voluntad, porque mañana vendrán por las nuestras.
Necesitamos construir un sentimiento de pertenencia a nuestras
organizaciones, a nuestras comunidades, para dar lugar al incremento
de una sensibilidad social y crear lazos de solidaridad y unión
entre las organizaciones de diferentes gremios de trabajadores.
Podemos ser
diferentes y ser diferentes es una de las características de la
sociedad moderna que tiene diversidad cultural, sexual, diversidad
linguística, pero eso no nos divide, al contrario nos une y lo que
nos une el día de hoy es el ser objeto de las mismas violaciones a
los derechos de los trabajadores.
Si el poder
corporativo actúa como una mafia organizada, como un cártel de
delincuentes organizados, los trabajadores debemos organizarnos para
enfrentar esta embestida en contra de nuestros derechos,
democratizando nuestros sindicatos, creando organizaciones
democráticas que realmente representen nuestros intereses y procedan
a defender los derechos laborales que hoy están violando.
El
neoliberalismo intenta lograr la privatización de todos los
servicios públicos, desde hace años el ISSSTESON ha sido objeto de
saqueos financieros por funcionarios corruptos que cuentan con la
complicidad de funcionarios del Gobierno del Estado de Sonora. La
ambición del poder corporativos de privatizar todo tipo de servicios
públicos y los antecedentes de saqueo de finanzas del ISSSTESON, nos
permite contemplar un escenario futuro en el cual el el día de
mañana se declare en quiebra a este instituto que brinda derecho a
la salud y que paga la jubilación de miles de trabajadores.
No debemos
esperar a que llegue ese día, debemos organizarnos para exigir
respeto a nuestros derechos, debemos exigir una auditoría financiera
al ISSSTESON, el embargo de bienes materiales y financieros a
exdirectivos del ISSTESON que han desviado recursos a su favor, como
el caso de Teresa Lizárraga y que el monto de estos bienes se destine
a una revitalización financiera del instituto con la condición de
crear un consejo de vigilancia en su administración en el cual
estén representados los trabajadores de los diferentes sectores.
Debemos
exigir una investigación a la gestión realizada por el Director
saliente del ISSSTESON Pedro Angel Contreras López. De igual forma
debemos exigir la aplicación de sanciones penales a quienes han
desviado recursos de ese instituto o que han participado en negocios
ilícitos que provocan desabasto de medicamentos.
Si seguimos
aislados perderemos todo, los trabajadores mineros de Cananea
perderán una lucha que lleva más de 13 años en huelga, los
ferrocarrileros perderán su lucha por el derecho a la jubilación.
Los
trabajadores universitarios perderán su derecho a la jubilación y
las prestaciones contempladas en su contrato colectivo de trabajo,
los derechohabientes del ISSSTESON corren el riesgo de perder sus
vidas porque seguirán sufriendo desabasto de medicamentos y
violaciones a su derecho a la salud.
Los
trabajadores telefonistas perderán su derecho a la jubilación, a
los jubilados les quitarán el 45% de sus pensiones para comprar
acciones de una empresa que en cualquier momento podrá declararse en
quiebra y abandonar a su suerte a los trabajadores y los nuevos
trabajadores que ingresen a las empresas en las que se dividirá
TelMex no tendrán el derecho a jubilarse.
Los
trabajadores tenemos mucho que perder si seguimos actuando en forma
aislada, la unidad de los diferentes movimientos en lucha se impone
con mayor necesidad en este año que ha afectado la economía de
varios sectores de nuestra sociedad, pero los trabajadores no tenemos
porqué cargar con el mayor peso de la crisis que atravesamos. El mar
de fueguitos que representa la lucha de los trabajadores en forma
aislada debe unirse para crear un mar de fuego incontrolable. La
humanidad se une cuando la tragedia o la tristeza nos afecta o
invade, funerales, terremotos, incendios, etc., nos han mostrado la
fuerza que podemos construir cuando actuamos en forma unida colectiva
y organizada.
Hoy la
violación de derechos laborales tales como el de la jubilación y el
de la salud, representan verdaderas tragedias colectivas. La defensa
de nuestros derechos laborales, humanos y sociales significa la
defensa de la vida, no podemos aceptar perder nuestros derechos sin
pelear por ellos, porque esto significa aceptar la presencia de la
muerte de nuestros sueños y de las aspiraciones y el futuro de las
nuevas generaciones. Juntos podemos cambiar la historia, recordemos
que los grandes cambios en la historia de la humanidad se lograron
por el surgimiento de movimientos colectivos que lucharon por los
derechos que hoy intentan quitarnos.
Construyamos
la unidad en la acción, veámonos como hermanos de lucha y cambiemos
la historia guiándola por un rumbo que favorezca los intereses
colectivos de los miembros de nuestras comunidades.
Yescas, Oscar: poder corporativo contra poder popular
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