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jueves, 10 de enero de 2019


La indignación contra la mentira
Oscar Yescas Domínguez

       El uso de la mentira, de la distorsión de la información, de la calumnia forman parte de la campaña realizada en contra de nuestro gobierno electo legítimamente y de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde antes de tomar posesión como presidente de México inició una campaña contra la corrupción que hoy vemos traducida en acciones de gobierno.
       Una de estas acciones ha sido la decisión de combatir la corrupción en Pemex para acabar con el robo de gasolina conocido como “huachicoleo”. Al hacerlo destapó una “caja de Pandora” porque puso al descubierto una red de corrupción que operaba desde el interior de Pemex para realizar una de las operaciones criminales más fraudulentas conocidas hasta entonces: robar gasolina de Pemex, venderla a concesionarios de gasolineras que vendían este producto a precios elevados y todavía, para aumentar sus ganancias, vendían litros incompletos en las gasolineras.
       Todas estas acciones realizadas en contra del pueblo mexicano contaban con la complicidad de las máximas autoridades de gobiernos anteriores y de responsables de instituciones diversas, gracias al manto de la corrupción. Con estas operaciones generaban ganancias multimillonarias a costa del sufrimiento de la población y dejando detrás de sí una estela de explosiones, muertos y daños al medio ambiente.

       Con estas acciones vemos que no mentía Amlo cuando afirmaba que combatiría la corrupción a fondo, que habría cero tolerancia a la corrupción. En los hechos lo ha demostrado con una gran congruencia al enfrentar a la delincuencia organizada que tenía secuestrado a nuestro país.
       Tampoco miente cuando nos dice que no lo dejemos solo, porque su lucha es contra toda la mafia que estaba en el poder. Esta delincuencia organizada que promueve el absurdo de decir que estábamos mejor cuando robaban nuestra gasolina que ahora que existen gasolineras sin poder abastecer este producto a sus clientes.
       Intentan desviar la atención al llamar “desabasto” a la operación en contra de la corrupción y culpan a nuestro Presidente de no planear antes de actuar. La verdad es que la magnitud de la corrupción era inimaginable antes de que el ejército tomara el control de las instalaciones de Pemex.
       ¿Cómo es posible que existieran cientos de gasolineras funcionando sobre la base de comprar gasolina robada sin que las instituciones gubernamentales responsables de su fiscalización no las hubiesen detectado a tiempo?
       ¿Se imaginan ustedes ver que más de 1,000 pipas diarias llenas de gasolina eran robadas diariamente? ¿Hasta dónde llegaba la corrupción que la Procuraduría Federal del Consumidor monitoreaba el funcionamiento de diversas gasolineras acusadas de “funcionamiento irregular”, es decir, de vender litros incompletos y no detectaran nada irregular?

       El robo de gasolina de Pemex ya es motivo de escándalo e indignación, si le aumentamos que esa gasolina era comprada por concesionarios de gasolineras a un precio sumamente bajo (por ser un producto de un robo) y que nos vendieran la gasolina hasta $ 20 pesos el litro, aumenta más el sentimiento de indignación. Si todavía le aunamos a lo anterior que en las gasolineras nos vendían litros incompletos por vendernos gasolina robada, la indignación aumenta mucho más.
       Pero todo lo anterior no se dice por parte de aquellos que quisieran retroceder en el tiempo y volver a las condiciones que existían antes de destapar esta cloaca inmensa de corrupción. Intentan desviar la atención llamando “desabasto” provocado por el gobierno al hecho de que las gasolineras ya no tengan gasolina robada que vendernos a precios inflados proporcionando litros incompletos.

       Intentan manipular las condiciones de desprotección en las que quedan miles de mexicanos al no poder movilizarse por falta de combustible en sus vehículos. Quieren magnificar la frustración de los mexicanos por no poder conseguir gasolina culpando al gobierno mexicano de las molestias que esto ocasiona y arengando para que se exija abrir los ductos de Pemex para “normalizar el servicio”.
       Lo que no dicen es que quieren seguir robando gasolina y continuar con el negocio de su vida, aquel negocio que les proporcionaba miles de millones de pesos a costa de golpear la economía familiar de millones de mexicanos que compraban gasolina robada a precios caros y con litros incompletos.
       Nos encontramos en medio de una lucha de intereses, por un lado están aquellos que defienden intereses particulares de delincuentes organizados que reclaman abrir ductos de Pemex para seguir “ordeñando” gasolina, es decir, seguir robando gasolina a la nación para lucrar con el producto robado y por otro lado, se encuentra el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, un gobierno emanado del pueblo que llegó al poder con el porcentaje más alto obtenido en una elección presidencial y que está encabezando una lucha frontal contra la corrupción, cumpliendo una de sus promesas de campaña.
       Todos tenemos algo que perder y algo que ganar en esta confrontación de intereses, si caemos en el juego de dejarnos manipular por quienes llaman “desabasto” de gasolina a la lucha contra la corrupción en Pemex, regresaremos a las condiciones de seguir comprando gasolina robada a precios altos y con litros incompletos. Pero sobre todo habremos apoyado a aquellos que están en contra del interés público y sólo buscan su beneficio particular a costa del sufrimiento de los demás. En ese sentido, perderíamos la gran oportunidad que tenemos en este momento histórico de que un gobierno legítimo esté defendiendo nuestros intereses y luchando contra la corrupción ¿Cuándo habíamos visto esto?
       Por otro lado, si apoyamos a nuestro gobierno en esta lucha frontal contra la corrupción, soportando las molestias temporales que provoca el hecho de que ya no circule más gasolina robada por las calles de nuestro país, buscando formas alternativas de movilizarnos en nuestras actividades cotidianas, con la seguridad de que no existe desabasto, de que hay gasolina suficiente y de que la ausencia de gasolina en los centros de distribución es temporal, habremos contribuido a ganar la batalla en contra de la delincuencia organizada y veremos a corto plazo los beneficios de contar con gasolina comprada legítimamente en Pemex, lo cual aumentará las posibilidades de que baje el precio de la gasolina, además de que saneará finanzas de Pemex y contribuirá a aumentar las finanzas del gobierno mexicano, de este nuevo gobierno que ya dio muestras de distribuir el presupuesto público para apoyar a las mayorías marginadas.
En ese sentido debemos tener presente que la lucha en contra de la delincuencia que se enriquecía con la gasolina de Pemex, es nuestra lucha, porque a quién beneficia es a la mayoría de la población mexicana. Corresponde entonces ahora a esa mayoría de la población mexicana que votó el pasado primero de julio a favor del cambio social, demostrar congruencia y participar activamente en la recuperación de lo nuestro, de lo que nos estaban robando y la manera de hacerlo es canalizando nuestra indignación por enorme corrupción descubierta en el robo de gasolina, en acciones concretas de apoyo al gobierno mexicano encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
No hagamos eco de rumores y denunciemos aquellas mentiras que hablan de desabasto de gasolina. Sigamos nuestra vida con normalidad pero con firmeza en la defensa de nuestro gobierno y presidente que esta encabezando esta lucha. Demostremos nuestro apoyo en su lucha contra el robo de nuestra gasolina. Ni un paso atrás, exijamos se someta a investigación a todos aquellos involucrados en operaciones ilícitas relacionadas con el robo de gasolina en Pemex.
Que la indignación popular supere la difusión de la mentira de la delincuencia organizada.

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