¿Quién teme a las
consultas sociales?
Oscar Yescas Domínguez
La realización de la consulta nacional sobre la construcción
de un nuevo aeropuerto en México ha generado una serie de reacciones, que van
desde una participación masiva en la misma (hasta donde me han informado), al rechazo
rotundo de la misma a nombre de que es un simulacro, una farsa, que está
manipulada, etc.
La consulta es una figura nueva, un mecanismo reciente en la
dinámica social de México y viene a marcar un parteaguas con la forma de
gobernar de los gobiernos priístas y panistas anteriores que se caracterizaron
por un autoritarismo en su forma de gobernar, un culto y servilismo al
presidente o en turno, tal y como puede observar en los gobiernos priístas que
aún existen como lo es el caso de Sonora, donde la palabra final la decide
quien gobierna el Estado, o sea, “la señora Gobernadora”.
El estilo de gobernar del Pri, emulado por el Pan, implica que
nada se hace o se mueve son que la Gobernadora priísta lo autorice. El
autoritarismo caracterizado por la centralización del poder en una sola
persona, desde el ingreso de personal de confianza, hasta el manejo de las
finanzas gubernamentales. Bajo la óptica priísta el peso del gobierno recae en
unos cuantos individuos que actúan como borregos serviles siguiendo y
obedeciendo a un líder supremo.
No importa que el líder formal (Presidente, Gobernador o
Presidente municipal), sea un alcohólico, un mujeriego, un ladrón, es el jefe
formal de gobierno y se hace lo que él o ella diga.
Las decisiones son tomadas en lo oscurito, a puertas cerradas y con la
participación de unos cuantos privilegiados cercanos al poder en turno. Las
decisiones gubernamentales por lo regular se relacionan a la definición de cómo
distribuir el presupuesto público, ese dinero que es recaudado a través de los
impuestos que paga la población y en el estilo del Prian, las decisiones eran
acerca de cómo desviar el presupuesto para favorecer intereses particulares,
ignorando las necesidades sociales.
En la medida que el Prian desaparece, esos tiempos están
quedando atrás, porque la intención del voto del pasado primero de julio en las
elecciones presidenciales fue la de expresar un enérgico rechazo a las
prácticas de corrupción que los integrantes del Prian realizaban de manera
permanente.
El nuevo gobierno encabezado por Morena llegó al poder con la
expectativa popular de erradicar las prácticas de corrupción que caracterizaron
os gobiernos anteriores. Hasta el momento se puede decir que ha habido un gran
avance en la dinámica social de México en la medida de que se han aprobado
leyes que en su momento fueron promesa de campaña.
La figura de la consulta popular fue en su momento una promesa
de campaña que hoy vemos en su expresión concreta y que nos permite participar
para decidir si continúa el acto de corrupción que es la construcción del Nuevo
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), o si se busca una
alternativa diferente que no sea dirigida a beneficiar a los personajes que a
través de la corrupción han acumulado riquezas insultantes y que pretenden
hacer el negocio de su vida con el NAIM.
De ahí la importancia política de la participación social en
esta consulta popular, Andrés Manuel López Obrador cumple una más de sus
promesas y nos abre la puerta para institucionalizar un mecanismo de decisión
en el cual las decisiones sean colectivas y respondan realmente a necesidades
sociales. Por eso es importante que, al igual que el primero de julio pasado,
los mexicanos expresemos nuestra opinión sobre este asunto particular en forma
masiva y organizada.
Por un lado nos encontramos los millones de mexicanos que
históricamente fuimos marginados por los gobiernos anteriores, quienes hicieron
lo que quisieron con los presupuestos públicos y que hoy vemos con gran
satisfacción que estamos frente al primer ejercicio de consulta popular del
nuevo gobierno, el primero de muchos esperamos porque hay muchos asuntos
pendientes sobre los cuales queremos hacer oír nuestra voz, por lo cual
esperamos que la figura de la consulta popular que institucionalizada como
parte de una nueva forma de gobernar.
Por otro lado, se encuentran aquellos que se oponen al
mecanismo de la consulta popular a nombre de que es un proceso viciado, está
manipulado y que la decisión ya está tomada. Son ellos quienes realmente
intentan manipular al pueblo mexicano pidiéndoles que no participen en la
consulta, porque a través de la consulta el gobierno federal comparte parte del
poder de gobernar.
En estos últimos años en la historia de México los gobernantes
del Prian realizaron grandes reformas a nuestra constitución y jamás nos
consultaron. Al contrario, reprimieron las grandes manifestaciones de rechazo a
tales medidas. Recordemos cuando Felipe Calderón aprobó la Reforma laboral que
les robó el futuro a nuestros jóvenes al eliminar la estabilidad laboral y la
seguridad en el empleo. Esta reforma la aprobaron en un Congreso de la unión
rodeado de policías y granaderos que impidieron el paso a los miles de
manifestantes que exigían que no se aprobara esta ley.
Lo mismo hicieron con la reforma energética que derivó en la
venta de Pemex, encerrados en su bunker los legisladores priístas y panistas
festejaban el golpe que daban a la población al aprobar esta ley. Después
trascendió que cada legislador recibió bonos millonarios por dar su voto a
favor de estas reformas. Dentro de estos legisladores se encontraba la actual
Gobernadora del Estado de Sonora que votó a favor de dichas reformas.
A través de la consulta se genera una participación social que
vincula al pueblo mexicano con el nuevo gobierno de Morena. Esta participación
social es la base de la construcción de la democracia en nuestro país. Nos
garantiza por un lado, expresar nuestro punto de vista sobre un asunto
particular y por otro lado, nos compromete a aceptar y defender la decisión que
provenga como resultado de la conquista porque fuimos nosotros quienes
contribuimos a esos resultados.
Ese es el verdadero temor de quienes se oponen a la consulta
popular, el que a través de la misma, mediante una práctica social, el tejido
social se fortalezca en el pueblo mexicano e involucre al gobierno y sociedad
civil como un todo, como un solo sistema social. La participación social es la
clave para lograr el cambio social y las consultas populares permiten lograr
una cohesión entre gobernantes y gobernados.
Esto es algo que nunca se había visto en México y por lo mismo
inspira sentimientos diversos, pero para quienes tenemos claridad sobre el tipo
de sociedad que queremos y que dimos el primer paso al tumbar al Prian del
poder, no existe lugar para la confusión, no existe margen para la manipulación
social.
Tal como dijo AMLO, que se vayan acostumbrando a las consultas
porque éstas llegaron para quedarse. Por eso es importante acudir a votar en
esta primera consulta popular, ya que no sólo nos dará la grata sensación de
ser participantes en el inicio de una nueva era histórica en México, sino que
también servirá para institucionalizar esta forma de gobernar que es consultar
a la población antes de tomar una decisión de gran magnitud.
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