¡Qué difícil es ser
dialéctico¡
Leyendo algunos materiales sobre Psicología comunitaria encontré
la expresión “qué difícil es ser dialéctico”, en la cual se hacía referencia a
la dificultad que implica la tarea de explicar los fundamentos epistemológicos
de la Psicología comunitaria latinoamericana.
Esta tarea representa una gran dificultad porque el desarrollo
de esta disciplina implicó una revolución neoparadigmática al construir un
conocimiento teórico particular basado en un enfoque multidisciplinario,
retomando aportaciones de distintas disciplinas sociales que trabajan en el
espacio comunitario y que exigen el reconocimiento y respeto a las mismas.
Retomo esta expresión para expresar que se percibe una
dificultad similar al intentar dar una explicación basada en la verdad sobre la
situación que prevalece en un terreno,
en un contexto y en un momento histórico tan específico como es la revisión
contractual del STAUS con la Universidad de Sonora en este 2,017.
Tremendamente difícil porque están en juego múltiples intereses,
varios de ellos aparentemente encontrados ante una decisión que tomaremos los
académicos dentro de unas horas: votar a favor o en contra de la huelga este
próximo viernes en la asamblea del STAUS, cualquiera que sea la decisión,
alguien quedará insatisfecho.
Sin embargo, como buen académico intentaré apegarme a lo
planteado por el psicólogo venezolano Alberto Merani en su libro la Psicología
Genética cuando dice que “el primer deber de todo científico social es
encontrar la verdad sobre los problemas sociales y decirla cueste lo que
cueste”. Mi experiencia previa me ha enseñado que no necesito buscar enemigos,
con sólo decir la verdad se pone uno de blanco para recibir ataques de enemigos
gratuitos, si no creen esto, les sugiero ver las estadísticas de reporteros
asesinados en México.
En base a esta introducción debo decir que los responsables de
la situación de inestabilidad laboral, sindical, académica y social que
presenta la Universidad de Sonora son las autoridades universitarias quienes en
forma reiterada han desarrollado un patrón de comportamiento que respalda esta
afirmación.
Esta actitud de provocadores de huelgas quedó demostrada desde
que inició Heriberto Grijalva como Rector de la Universidad de Sonora al
empujar al STAUS a irse a la huelga en el 2,012.
Cada año de revisión contractual o salarial se presenta el mismo
ambiente de incertidumbre, menosprecio a los trabajadores universitarios, ya
sea académicos o manuales y administrativos, las autoridades encabezadas por
Heriberto Grijalva han actuado como golpeadores de los sindicatos
universitarios y provocadores de huelgas prolongadas e indefinidas como fue la
huelga del STEUS en el 2,014.
El origen de esta prolongada confrontación y hostigamiento hacia
los sindicatos universitarios radica en la estructura organizacional
contemplada en la Ley 4 que provoca la concentración excesiva del poder en una
sola persona, en este caso del Rector. El estilo de liderazgo administrativo
que utilizan las actuales autoridades administrativas en la universidad de
Sonora es sin lugar a dudas de tipo autoritario, totalmente excluyente ya que
concentra el proceso de toma de decisiones en unas cuantas personas y el poder
se ejerce promoviendo el culto a la personalidad. http://www.monografias.com/trabajos104/ley-4-universidad-sonora-imposicion-al-cambio-sus-universitarios/ley-4-universidad-sonora-imposicion-al-cambio-sus-universitarios.shtml
De
una manera lamentable es posible observar que los conflictos que se presentan
en la universidad de Sonora no son provocadas como se pretende hacer ver por
sus trabajadores o por sus académicos, quien los provoca en realidad son las
autoridades administrativas.
Los
resultados de esta Ley 4 los hemos visto en los últimos años, una cerrazón de
las autoridades administrativas a las demandas de los sindicatos de
trabajadores y maestros impulsándolos cada año a la huelga al negarse no solo a
satisfacer sus demandas laborales, sino también al negarse a recibirlos
inclusive.
Mientras
que por otro lado se observa un crecimiento desmesurado de la fortuna personal
de quienes han ocupado la silla de Rector que de manera invariable "se
reeligen" en el puesto para continuar percibiendo un sueldo que triplica
el monto obtenido en el salario del maestro mejor pagado dentro de nuestra
universidad.
También
podemos observar una caída del prestigio de la Universidad de Sonora por las
campañas que los medios masivos realizaron en contra de los trabajadores y
maestros universitarios, dificultades para elevar el nivel académico por la
ausencia de plazas de maestro de tiempo completo y el gran número de maestros
de horas sueltas. Tan solo comparemos las cifras de estudiantes universitarios
que había en el 2,014, un número que rebasaba los 40,000 y hoy en el 2,017, con
trabajos supera los 30,000 alumnos inscritos.
Al mismo tiempo que las autoridades administrativas aumentan sus
fortunas personales al percibir grandes sueldos, aumenta también la distancia
entre el líder formal (rector) de la Universidad de Sonora y sus
"seguidores" (que nunca lo han sido) los universitarios, es decir,
los integrantes de la comunidad universitaria: maestros, trabajadores y
estudiantes.
Si
retomamos la veracidad del dicho de que no hay líder sin seguidores, el rector
de la Universidad de Sonora cada vez está más solo, ostentando una
representación fantasma de la Universidad de Sonora porque representando y únicamente está acompañado de aquellos que
comparten su ambición por el reparto del pastel de los recursos universitarios
y de pequeñas cuotas de poder, es decir, de amigos y familiares cercanos.
En este contexto y con estos antecedentes estamos hoy ante una
nueva edición de una vieja película que intenta proyectar la imagen de los
maestros y trabajadores sindicalizados como los “amantes de las huelgas”, los
ambiciosos que “ganan mucho y quieren más”. Siguiendo este gastado guión Heriberto
y compañía después de golpear a los académicos al descontarles de manera ilegal
un día de salario por el paro de labores realizado el 3 de abril, ahora
intentan llamar la atención con la petición absurda de cerrar el expediente de
la revisión contractual a nombre de que “el STAUS ya estalló la huelga al
realizar el paro de labores”.
Pero a diferencia de otros años, hoy los sindicalizados
Pero a diferencia de otros años
De
entrada quiero recordar que existen sobradas evidencias de que las autoridades administrativas
de la Universidad de Sonora tienen una percepción particular de la universidad
de Sonora, muy diferente a la imagen que tenemos los integrante de la comunidad
universitaria.
Ellos ven a la Unison como una universidad empresa, al servicio
del capital privado. Una empresa que ellos administran con toda libertad, tanta
libertad que pueden decidir que sueldo percibirán y no solo eso, pueden
aumentarlo a su antojo
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