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miércoles, 11 de octubre de 2017

La educación en sexualidad humana como contribución al cambio social

Publicado: martes 13 de mayo de 2014 

La educación en sexualidad humana como contribución al cambio social

 
Enviado por Oscar Yescas Domínguez

  1. El ejercicio de la sexualidad: problema psicosocial
  2. La educación en sexualidad humana como alternativa de desarrollo social
  3. La identidad psicológica tiene como base una identidad sexual
  4. La influencia de la sociedad en el desarrollo de nuestra personalidad
  5. Importancia del estudio de la historia de la sexualidad humana
  6. Alternativas de solución a la problemática de la sexualidad
  7. La formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta integral
En mi rol de académico no me canso de decir a mis alumnos, a quien me escuche o a quien me lea que vivimos tiempos de cambios, que todo está cambiando rápidamente, que lo único que no cambia es la premisa de que todo está cambiando y que necesitamos desarrollar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar los nuevos retos que nos presentan estos cambios sociales.
Vemos cada día cambios tecnológicos, económicos, políticos, psicológicos, culturales, etc., que modifican nuestras condiciones de vida y formas de relacionarnos con los demás. Pero aún a pesar de que en los últimos 50 años se han presentado más cambios que en los últimos 200 años, veo con pesar que todavía existe un retraso considerable acerca del estudio y la educación en sexualidad humana ya que no se ha presentado un cambio en este campo que permita la incorporación de programas de educación sexual en los sistemas de educación formal.
En base a mi trayectoria como maestro de tiempo completo he logrado incorporar a mi carga académica de docente en la Universidad de Sonora, la adjudicación de la materia Estudios Especiales que se asigna a profesores que sean expertos en algún campo especial. He optado por utilizar esta materia para ofrecer Educación en sexualidad humana y con ese nombre la he impartido durante los últimos cinco años, dos veces por año, para formar educadores en sexualidad humana.
Cada experiencia en esta materia ha sido rica en vivencias, alumnos y estudiantes hemos terminado el curso con grandes niveles de satisfacción y con la sensación de que desearíamos seguir aprendiendo juntos. Pero, lamentablemente es un grupo por semestre mientras que la práctica de la sexualidad humana se sigue proyectando como un verdadero problema social.
En 1984 presenté mi examen profesional en la Universidad Veracruzana para obtener mi título de licenciado en Psicología, presentando la tesis "Consideraciones sobre la problemática sexual juvenil", donde planteé un panorama de la sexualidad de aquella época que la exhibía como un verdadero problema social.
A 30 años de distancia, hoy en el siglo XXI, en el 2,014, veo que las condiciones no han cambiado mucho y que lo único que ha variado es que la problemática derivada de un ejercicio de la sexualidad desprovisto de información científica se ha agudizado, tal como lo veremos a continuación.

El ejercicio de la sexualidad: problema psicosocial

En pleno siglo XXI se observa que el ejercicio de la sexualidad en la población mexicana y latinoamericana, presenta características que la proyectan como un verdadero problema social de primer orden y que se manifiesta en forma particular en los siguientes hechos:
a) Existe una tendencia creciente en el número de delitos sexuales que se presentan en el país, fenómeno que afecta no solo a mujeres, sino también a niños (as) e inclusive a hombres adultos. Se ha intentado responder a esta problemática con aumentos a la punibilidad del agresor, utilizando una lógica similar a la que pretende enfrentar la creciente ola de violencia con la aprobación de la pena de muerte (recordemos aquella propuesta de castrar a los violadores).
Con esta línea de pensamiento no se consideran los factores causales del comportamiento del delincuente sexual, y con ello, se descuida la realización de labores de prevención social que permitan no solo disminuir y extinguir el índice de tales, sino también el proporcionar atención psicológica tanto a la víctima como al agresor sexual.
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Cabe mencionar que la atención a este tipo de problemas se ha mejorado con la creación de agencias especializadas en delitos sexuales. Sin embargo, resta mucho por hacer en la erradicación de tales comportamientos delictivos, en virtud de que los mismos se presentan debido a la crisis de valores sociales predominantes en la comunidad.
b) Se observa también un incremento en el embarazo en las adolescentes que lo ubica como un problema que requiere atención prioritaria si atendemos a las cifras que así lo reflejan y que ubican a la maternidad como una de las primeras diez causas de defunción en el país.
Esta problemática no se presenta solo en México sino que también se observa en el resto de países latinoamericanos y de otras latitudes.
Las consecuencias para el desarrollo social son sumamente negativas en virtud de que contribuye a incrementar la presencia de otros problemas sociales tales como el maltrato en el menor, el niño de la calle, desintegración familiar, etc.
c) Aumenta el número de matrimonios en jóvenes que no han alcanzado la madurez psicológica para mantener una relación de pareja estable, lo que los ubica en una posición frágil para construir un futuro prometedor. La unión formal mediante el matrimonio de jóvenes inmaduros psicológicamente aumenta la posibilidad de que la separación se dé a corto plazo.
d) Por otro lado tenemos que el aborto inducido es una de las principales causas de muerte en las mujeres de edad reproductiva, las instituciones de salud en el país reportan que a pesar de su prohibición legal, un gran número de mujeres lo practica en condiciones clandestinas, aun a costa del riesgo de su propia vida.
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e) En otro ángulo se observa que el número de divorcios se incrementa año con año y se puede inferir que una de sus principales causas sea la falta de educación sexual previa al matrimonio, la cual ayudaría a consolidar la relación de pareja y el vinculo familiar al concientizar a los integrantes de la misma sobre los aspectos psicológicos y sociales de la sexualidad.
f) El maltrato y violencia hacia la mujer se sigue presentando con frecuencia alarmante en nuestra sociedad, que mantiene una doble moral sexual en la que la mujer ocupa una posición de desventaja, menosprecio y discriminación.
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g) Se siguen observando casos de homofobia que atentan contra los derechos humanos de las personas que presentan una orientación sexual hacia los de su mismo sexo.

Todo lo anterior nos permite identificar graves problemas que afectan a la sociedad en forma particular, pero que si los abordamos en una perspectiva integral podremos ver que forman parte de un problema social más amplio que es originado por la ausencia de educación sexual, ya que es el denominador común que comparten como causa primordial en cada uno de los problemas mencionados.
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La ausencia de una educación sexual integral, basada en información científica y objetiva ha provocado que el ejercicio de la sexualidad humana en lugar de ser una fuente de gratificación, placer y felicidad, se haya convertido en realidad en la principal causa de infelicidad y miseria psicológica de grandes multitudes en nuestra sociedad contemporánea.
Es así que, ante la creciente problemática social derivada de una práctica sexual no saludable, acrítica y fundamentada en una deficiente educación sexual, surge un reclamo social implícito que plantea la necesidad de ofrecer alternativas de solución a los problemas sociales derivados de una ausencia de educación sexual.
Estas alternativas no pueden ser otras que la oferta de programas de educación sexual en las instituciones que forman parte del sistema educativo nacional y de las instituciones de salud de nuestro país.
El diseño, implementación y el desarrollo de programas comunitarios de educación sexual permitirán que la población mexicana ejerza su sexualidad en términos responsables y con nivel suficiente de información, a través de acciones de este tipo se podrá garantizar la salud sexual de la población.

La educación en sexualidad humana como alternativa de desarrollo social

Antes de impulsar programas de educación en sexualidad humana debemos superar por cuestión de método dos obstáculos que han impedido la adecuada implementación de programas educativos en este campo.
El primero es la necesidad de superar la formación religiosa-cultural que nos enseñó que el ser humano tiene un origen divino, es decir que provenimos gracias a un mandato divino. Necesitamos asumir una postura objetiva y científica que nos permita estudiar en forma integral esta parte importante del comportamiento humano. Recordemos que el Papa Juan Pablo II, reconoció finalmente la validez de la teoría de la evolución de charles Darwin.
El segundo obstáculo que debemos superar es la formación sexofóbica que nos lleva a experimentar un malestar cuando tocamos el tema de la sexualidad en nuestras conversaciones cotidianas. Esta actitud se origina por la reducción de la sexualidad al ámbito de lo genital, que conduce a que la mayoría de las personas piense que la sexualidad es el sexo exclusivamente, es decir, el ayuntamiento de los genitales, cuando que en realidad la sexualidad humana tiene aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Una vez superado lo anterior, reconociendo que la humanidad actual es el producto de una evolución que tomó millones de años, podemos iniciar el estudio de la sexualidad humana, adoptando un enfoque psicosocial que nos permita percatarnos hasta qué punto la sociedad y los grupos sociales a los que pertenecemos moldean nuestras actitudes y conductas sexuales. Pero antes hablemos de la importancia de las sexualidad en nuestra vida personal

La identidad psicológica tiene como base una identidad sexual

Todo ser humano es un ser sexual, desde el momento de su nacimiento se inicia una identidad psicológica basada en una identidad sexual, mediante la adscripción biológica a determinado sexo.
Si se poseen genitales masculinos se desarrolla una identidad masculina, si se poseen geniales femeninos se desarrolla una identidad femenina. Con ello, es evidente que la primer forma de identidad que se asigna a los seres humanos es de tipo sexual, misma que evoluciona con la edad y se manifiesta en múltiples facetas relativas a la adopción y practica de comportamientos a lo largo del desarrollo psicosocial.

La influencia de la sociedad en el desarrollo de nuestra personalidad

Con el desarrollo de su sexualidad, cada individuo desarrolla su propia personalidad, en una constante interacción que propicia una interinfluencia del individuo con su medio social. La personalidad psicosocial la definiremos como una determinada forma de pensar, sentir y actuar, que es el resultado de la interacción e interinfluencia que mantenemos y hemos mantenido con las figuras significativas de los distintos grupos a los que pertenecemos o hemos pertenecido.
El proceso de socialización que definiremos como aquel proceso a través del cual todo individuo retoma los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse y ser aceptado socialmente, un proceso por el cual atravesamos todos los individuos, mantiene como uno de sus ejes centrales el control de la sexualidad humana.
Para comprender lo anterior mencionemos a la familia, considerada como el primer agente socializante, instancia en la cual cada persona desarrolla las bases de su personalidad psicosocial, la cual enriquece con su contacto con los demás agentes socializantes tales como la escuela, el grupo de amigos, la iglesia y los medios masivos de difusión. 
El común denominador de cada instancia socializante, es precisamente el mantenimiento bajo control de la expresión de la sexualidad, "educando" a la persona para que desarrolle los comportamientos socialmente aceptados. 
Las diferentes etapas del desarrollo psicológico se caracterizan por expresiones de la sexualidad: la sexualidad infantil, la sexualidad del adolescente, la sexualidad del joven, la sexualidad del adulto y (la que no termina de aceptarse todavía), la sexualidad del anciano. 
A pesar de que se ha reconocido la importancia de la sexualidad en el desarrollo psicosocial de toda persona, su ejercicio en la segunda década del siglo XXI se sigue manifestando en un contexto de información distorsionada (prohibiciones, mitos, falacias y tabúes), donde se encuentra ausente información científica sobre el tema. 
La educación sexual contenida en el sistema educativo mexicano, dirigida a los niveles básicos de educación, se limita a la difusión de información de claro corte biologicista, ya que se limita a la descripción de la anatomía y fisiología de los órganos sexuales, dejando de lado el análisis del proceso de socialización que determina el desarrollo psicosexual de los individuos.

Importancia del estudio de la historia de la sexualidad humana

Para entender mejor la influencia que las ideas actuales de la sociedad tienen sobre el comportamiento sexual, debemos examinar sus raíces históricas, especialmente las que se refieren a la tradición del sexo con fines de procreación y los roles sexuales rígidos. Será más fácil entender y tomar decisiones sobre nuestra sexualidad si conocemos la influencia de la cultura en la experiencia individual.
Empezaremos por hablar de una característica importante de la sexualidad humana que por lo regular se ignora o se desconoce, pero que es de suma importancia tener conocimiento de ella.
Me refiero fundamentalmente a la relatividad sociocultural del comportamiento sexual, expresión que hace referencia al hecho de que el comportamiento sexual de una población está determinado por la cultura prevaleciente en la misma. 
A lo largo de la historia de la humanidad han existido diferentes culturas, así podemos observar que han existido diferentes comportamientos sexuales socialmente aceptables en cada cultura en lo particular. Entonces nos encontramos que al examinar la sexualidad de otras épocas de la historia humana descubrimos una amplia gama de conductas sexuales aceptables. Es debido a ello que lo que es considerado comportamiento sexual "normal" en una cultura, en otro tipo de cultura es sociablemente inaceptable
El contenido de la cultura en cada época y sociedad determinada es la expresión de su "personalidad social", es lo que la hace diferente a las demás sociedades ya que incluye una particular gama de valores, tradiciones, hábitos, costumbres vigentes en un período histórico determinado. 
Si nos remontamos al inicio de la historia, veremos que existía entonces una formación social que Carlos Marx y Federico Engels denominaron comunismo primitivo, en la cual las tribus nómadas integradas por hombres y mujeres compartían todo entre sí, alimentos, cobijo, hijos e inclusive la actividad sexual. Todos mantenían relaciones sexuales entre todos, no existían los celos y los hijos eran hijos de toda la comunidad
Cuando esas tribus se asentaron en las márgenes de los ríos y en la orillas de los lagos, dejando la vida nómada para ser sedentarios, surgió la agricultura, que a su vez propició la invención de herramientas para la misma. Con este cambio de vida surgió la propiedad privada, de tal forma que actuando en congruencia con este nuevo sentimiento se impuso la monogamia a la mujer para garantizar que los hijos que la mujer tuviese fuesen del hombre que vivía con ella y así poder garantizar que la herencia del padre se entregase a los verdaderos hijos de éste. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/el_origen_de_la_familia.pdf
A lo largo de la historia de la humanidad en casi todas las culturas, se observa que la mujer siempre ha sido objeto de discriminación, exclusión y violencia por parte del hombre. En la mayoría de las culturas la mujer enfrenta más restricciones que los hombres, se le castiga con más dureza y es objeto de mayor opresión y explotación.
En las antiguas culturas la actividad sexual se realizaba con fines placenteros exclusivamente, se desconocía el papel que ésta jugaba en la reproducción, por lo cual se realizaban los actos sexuales buscando únicamente la gratificación, el placer sexual. Antes de que surgiera el cristianismo, en la antigua Roma existían diversos cultos exóticos que llegaron al imperio romano para ofrecer entretenimiento y diversión sexual. 
Recordemos que en aquellos tiempos la función del matrimonio era fundamentalmente de reproducción de la especie, pero que el verdadero amor no se daba entre hombres y mujeres, sino que el amor más elevado era el amor homosexual, el que se realizaba entre hombres. Eso es lo que se consideraba normal en aquellas épocas. La serie de televisión Espartaco da cuenta de ello en varias de sus escenas. 
Los primeros cristianos se separaron de esas prácticas por considerarlas pecaminosas, es decir, asociadas con el pecado. Los padres de la Iglesia reforzaron la idea de que tales prácticas constituían pecados y con el mito de Adán y Eva fortalecieron la percepción de que la lujuria era parte del pecado original. 
En la edad media cristalizaron dos imágenes contradictorias de la mujer y ambas influyeron en la concepción social que se tenía de la sexualidad femenina y en el sitio que ocupa la mujer en la sociedad: 
La primera imagen es la Virgen María como protectora bondadosa y compasiva, merecedora de devoción religiosa, la segunda la de Eva como la tentadora diabólica, que inducía al pecado. Con ello se polarizó la sexualidad de la mujer entre la imagen de la Virgen María y la imagen de Eva, binomio que llevó a percibir a la mujer de una de dos formas, como virgen o como prostituta. 
Esta asociación del sexo con el pecado ha permanecido vigente durante siglos. Con ello surgió la prostitución que lleva a que los hombres se olviden de la moral cuando buscan gratificación sexual. El énfasis dado a la idea de que la sexualidad solo debe ejercerse con fines de reproducción sexual y no con fines placenteros permitió y favoreció el desarrollo de la prostitución. 
Entonces podemos inferir que la percepción social y pública que se tenga de la sexualidad en determinada cultura, y en consecuencia su ejercicio en el ámbito de lo privado, cambia en la medida que cambian los contenidos culturales de la dinámica social (tradiciones, costumbres, hábitos, valores, etc.). 
En este sentido el estudio y educación en sexualidad humana no es responsabilidad exclusiva de una disciplina social, sino que la sexología debe estar basada en una transdisciplinariedad, es decir en un enfoque que retome la aportación particular de varias disciplinas, lo que está entre ellas, lo que las atraviesa y lo que está más allá de ellas. 
En ese sentido, los profesionistas de las ciencias sociales, sobre todo los de Psicología, no podemos ignorar la problemática social que existe en torno a la práctica de la sexualidad contemporánea y que es provocada por la ausencia de educación sexual en el sistema educativo formal y en las instituciones gubernamentales de los tres niveles, federal, estatal y municipal. 
Debemos atender los efectos y las causas de esta problemática social, con nuestra contribución en la educación, formación y actualización de profesionales capacitados para realizar labores de investigación sobre temas relacionados con la sexualidad, con programas de educación en sexualidad humana y con programas de terapia individual y grupal sobre sexualidad humana.

Alternativas de solución a la problemática de la sexualidad

En nuestro país han existido diversos intentos para abordar el estudio de la sexualidad. Distintos grupos e instituciones privadas y publicas han tratado de integrar la enseñanza de la sexualidad en diferentes ámbitos. Sin embargo, estos esfuerzos no han contado con el apoyo, la preparación y la voluntad política para implantar el estudio de la sexualidad en el curriculum de los diferentes niveles educativos, en forma permanente y continua.
En los hechos, se observan intentos aislados que no conforman una estrategia real dirigida a la población en sus aspectos relacionados con la salud y la educación. Si bien es cierto que en nuestro país se han dado múltiples intentos por estudiar la sexualidad humana, también lo es el hecho de que, por diversas causas asociadas unas a limitantes económicas, presupuestales o a la carencia de personal profesional debidamente preparado, ha sido poco lo que se ha logrado conseguir en términos de productos concretos de investigación y educación en sexualidad humana. 
Como consecuencia de lo anterior, el tópico de la sexualidad se sigue viendo mas como un agregado secundario o colateral en la preparación profesional de especialistas de la salud o la educación, en lugar de ser considerado como un problema social que reclama atención prioritaria. 
Sólo es cuestión de revisar planes de estudio en las diferentes licenciaturas que existen en las universidades de México para constatar la ausencia de materias cuyo contenido incluya elementos de educación en sexualidad humana. 
También es suficiente revisar las publicaciones periódicas de índole académica, de divulgación científica o publicación de libros para detectar un vacío de información sobre investigación y educación en sexualidad humana.
No se cuenta con una producción constante y de calidad sobre el tema genérico de la sexualidad. Implícitamente ello ha contribuido a importar modelos conceptuales o de investigación de otros países a fin de dar cuenta de nuestra propia sexualidad, sin reparar en la singularidad de las características de la realidad sociocultural y mucho menos sin tomar en cuenta la relatividad sociocultural de la sexualidad humana.
Esto provoca que los profesionales interesados en este campo recurran a la autoenseñanza y a informarse en cursos, talleres e investigaciones diversas para obtener los elementos básicos que les permitan ofrecer una orientación sexual a la comunidad y en consecuencia a brindar respuestas aisladas de solución a los efectos de esta problemática psicosocial a través de cursos, seminarios, talleres, consulta psicológica, etc.

La formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta integral

En virtud de que el ejercicio de la sexualidad humana se proyecta como un claro problema social que afecta a individuos, grupos, organizaciones y comunidades sin excepción, es urgente la implementación de una estrategia que atienda en forma integral esta problemática social.
Hasta el momento la investigación, educación y la terapia de la sexualidad se ha desarrollado incipientemente con esfuerzos aislados de profesionales de la Psicología, Medicina, Psiquiatría y Pedagogía, los cuales se han avocado a trabajar con esfuerzos aislados cubriendo un mínimo porcentaje de la población a través de eventos educativos de corta duración tales como talleres, cursos, seminarios, etc, y/o con consultas individuales y de carácter privado.
Sin embargo, se requiere un esfuerzo más amplio que permita lograr una cobertura mayor en la atención a la comunidad y éste esfuerzo no puede ser otro más que una intervención de carácter preventivo y de corte multidisciplinario.
Del conjunto de científicos sociales destaca el profesional de la Psicología, ya que tiene un arsenal teórico, metodológico y técnico para contribuir al cambio social, tomando como punto de partida el cambio individual.
Como profesional del comportamiento humano se diferencia de otros científicos sociales en la medida que puede entender la interacción e interinfluencia que existe entre el individuo y la sociedad, desarrollando diferentes niveles de intervención psicosocial, mismos que a continuación se mencionan.
a) El análisis del individuo
La Psicología puede realizar un análisis del individuo en forma singular utilizando las herramientas que proporcionan las diversas teorías que permiten entender el comportamiento individual. Dentro de estas teorías pueden mencionarse las teorías de la personalidad, las teorías del aprendizaje, las teorías de la motivación, las teorías de la percepción, etc. Mismas que permiten entender las diferencias individuales y las causas que motivan el comportamiento de los individuos. Aplicado al estudio y educación en sexualidad, podemos identificar las formas como se desarrolla el aprendizaje sobre la sexualidad y las actitudes hacia la misma.
b) El análisis del grupo
De igual forma, la Psicología de grupos nos proporciona elementos para comprender la dinámica de los grupos sociales ya que nos aporta diferentes teorías de grupos que ayudan a entender la dinámica que impulsa el comportamiento de los grupos sociales, tanto formales como informales y poder impulsar cambios planeados en el funcionamiento de los mismos aprovechando la interinfluencia existente en los grupos sociales.
Aplicado este conocimiento e la investigación y educación en sexualidad humana, podremos contribuir al cambio social a través del reconocimiento y desarrollo de nuestras actitudes hacia la sexualidad con una actitud más sana y libre de prejuicios y lo más importante las estrategias de educación más efectivas que por lo regular utilizan técnicas grupales.
c) El análisis de la organización
Partiendo de que vivimos en la era de las organizaciones y que la sociedad contemporánea está basada en la existencia y funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que aportan servicios y productos a la comunidad, la Psicología organizacional realiza grandes aportaciones para la construcción de una teoría de la organización que permite describir no solo las causas y tendencias del comportamiento humano en el trabajo, sino también comprender la influencia de la estructura y cultura organizacional en la dinámica interna y externa de cada organización, así como la comprensión de las fuerzas externas que influyen en toda organización.
Aplicado este conocimiento a la investigación y educación en sexualidad humana podremos incorporar al funcionamiento de las organizaciones la implementación de programas de educación en sexualidad como parte del proceso de socialización organizacional.
En el caso de las escuelas y universidades, se puede influir para lograr un cambio social a través de la incorporación de programas de educación en sexualidad humana que contribuyan a la construcción de relaciones sociales basadas en la igualdad y respeto entre hombres y mujeres.
d) El análisis de la institución
la Psicología puede abordar el análisis de las instituciones que componen el sistema social, bajo una perspectiva critica que permita evaluar su funcionamiento en términos tales que ubique la distancia que existe entre su discurso y su acción, para desarrollar su capacidad de morfogénesis y lograr que tengan una estructura más horizontal y contribuyan a través de la congruencia entre su discurso y acción en la construcción de un mundo donde prevalezca la justicia, la democracia y la libertad y la democracia social.
e) El análisis de la comunidad
Desde la perspectiva de la Psicología comunitaria , se puede contextualizar el tema de la sexualidad, como el punto donde coinciden lo personal y lo político, de tal forma que se eduque a la población en la defensa de sus derechos humanos y sexuales.
Partimos de la consideración de que la sexualidad es una actividad humana que rebasa el ámbito individual y se ubica dentro de un marco social que regula su expresión como cualquier otro tipo de comportamiento social, pero que a la vez tiene un dinamismo propio que se rige por los continuos cambios en la atmosfera sociocultural de la humanidad que le inyectan un dinamismo inusitado, vigorizado por cambios sociales que se presentan en forma discontinua e impredecible.
Con todo lo anterior, el Psicólogo se proyecta como un profesional completo que no debe limitarse a atender aspectos individuales o aislados de la sexualidad humana, sino que debe ir más allá y enfocar su intervención con una perspectiva integral y multidisciplinaria para atacar no sólo los síntomas sino también las causas que originan la problemática psicosexual que afecta a la población social y que se refleja en diversas estadísticas.
Es decir, el Psicólogo debe planear e implementar una estrategia acorde a los tiempos actuales considerando que ante la dinamica social actual caracterizada por cambios discontinuos e impredecibles que plantean retos nuevos y generan incertidumbre ante el porvenir y en el proceso de toma de decisiones, la clave del éxito en los tiempos actuales esta en el éxito en los tiempos actuales es el desarrollo de la capacidad para ajustarnos a las condiciones cambiantes, experimentando y desarrollando nuevos comportamientos.
Los retos sociales exigen hoy en día respuestas inter y multidisciplinarias, en el desarrollo de estas respuestas en el campo de la sexualidad, el Psicólogo es uno de los profesionales que mas elementos pueden aportar para contribuir al cambio planeado de actitudes y de comportamientos relacionados con nuestra sexualidad.
El común denominador de los problemas que se han mencionado como parte de la problemática de la sexualidad es la ausencia de educación sexual. Por lo tanto, la necesidad de brindar educación en sexualidad humana a todos los individuos y niveles sin excepción, se impone en forma imperiosa y en este proceso el Psicólogo tiene mucho que aportar.


Autor:
Oscar Yescas Dominguez Unison



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