Israel y Palestina: ¿diálogo para lograr la paz o barbarie global?
Oscar Yescas Domínguez
14 de octubre de 2023
En un momento histórico en el que, se avizoraba el fin de la guerra en Europa del Este ante la inminente derrota del ejército ucraniano, se abre un nuevo frente de guerra que no es en Taiwán ni en Corea del Sur como se temía, sino que sucede en Israel, cuyo territorio fue objeto de un inesperado ataque aéreo de miles de proyectiles provenientes de la frontera con Gaza, otro ataque terrestre al ser derribada parte de la enorme muralla que mantiene encerrados a miles de palestinos en condiciones que recuerdan al apartado africano y un tercer ataque por mar mediante el uso de lanchas rápidas.
Tres ataques simultáneos que permitieron el ingreso de cientos de miembros de la milicia palestina Hamás, quienes dispararon en forma indiscriminada a soldados y ciudadanos israelíes, liberaron a decenas de palestinos que se encontraban presos y secuestraron a decenas de ciudadanos israelíes que fueron llevados al territorio de la franja de Gaza.
Esta acción punitiva que fue evidentemente una acción planeada durante algún tiempo, tomó por sorpresa al Gobierno de Israel y al mundo entero, cuestionó la eficiencia del servicio de inteligencia israelí que, hasta ese momento gozaba de una reputación que lo ubicaba como uno de los mejores servicios secretos a nivel internacional y que en varias ocasiones fue equiparado con la CIA estadunidense, la KGB rusa, o el M17 de Inglaterra.
El gobierno israelí no tardó en responder a esta agresión y de inmediato bombardeó localidades de Gaza, destruyendo varios edificios, Mezquitas y casas habitación, sin importar que hubiera civiles dentro de ellos provocando la muerte de centenas de personas y convocó a 300 mil reservistas del ejército para organizar una ofensiva prometiendo provocar el mayor daño posible y la destrucción total de Gaza.
Cada día que ha pasado desde el 7 de octubre, los muertos y heridos aumentan por ambos lados, pero la ofensiva israelí es la que está provocando mayor destrucción y mayor número de muertes, porque tiene mejor armamento, aviones de guerra, tanques, naves de combate, etc., y es considerado como el cuarto mejor ejército del mundo, por lo que en los hechos estamos presenciando una guerra asimétrica en la que, si bien, el grupo Hamas asestó un golpe mortal por sorpresa, los daños provocados por la respuesta israelí están afectando a miles de ciudadanos palestinos que no participaron en ese ataque.
En el contexto internacional, también se han presentado reacciones, Estados Unidos (protector y aliado de Israel) envió $ 8,000 millones de dólares al gobierno israelí, un portaaviones, varias fragatas y miles de efectivos militares, como si se tratase de una guerra regular, o como si en verdad Israel necesitase de este tipo de ayuda. Este apoyo financiero y militar se da en un momento en el que el pueblo estadunidense está padeciendo graves problemas (recordemos las víctimas del incendio en Hawái, las terribles inundaciones en Nueva York, la muerte de mas de 100 mil jóvenes estadunidenses por consumo de fentanilo, la crisis migratoria en la frontera con México, etc.), que no están siendo atendidos por su propio gobierno que mes tras mes ha estado canalizando miles de millones de dólares en apoyo a Ucrania y ahora hace lo mismo con Israel.
En este contexto, se repite la escena de observar en redes sociales la reacción de miles de usuarios que condenan la acción violenta de “los terroristas palestinos” y colocan la bandera de Israel en la fotografía de sus muros virtuales y llaman a rezar por el regreso de la paz en ese país.
Quienes así actúan reflejan una indignación selectiva, se muestran afectados por una ceguera moral colectiva que les ha impedido ver los asesinatos de palestinos a manos del ejército israelí desde hace décadas y ante los cuales los medios masivos y buena parte de la población mundial han mostrado una indiferencia que raya en la crueldad sobre la tragedia palestina, por lo que es factible hablar de una “doble moral” en quienes se limitan a condenar a una de las partes en conflicto.
Desde una perspectiva humanista, la vida es “sagrada” y uso esta palabra no en un sentido religioso, sino en el sentido de que nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otro ser humano. Todo asesinato es repudiable porque va en contra del derecho más preciado que es el derecho a la vida y en ese sentido, sí es correcto repudiar el asesinato de ciudadanos israelíes, pero limitarse a condenar la muerte violenta de ciudadanos de este país y guardar silencio ante los asesinatos que ha sufrido el pueblo palestino a manos del ejército israelí durante las últimas décadas, es una acción moralmente incorrecta.
Todos los pueblos tienen el derecho de vivir en paz y la sola existencia del pueblo israelí, su crecimiento y desarrollo en asentamientos humanos construidos en territorio palestino, cuya población fue empujada a vivir en condiciones de hacinamiento y encierro en un pequeño espacio, es ya de por sí una acción que merece una condena, porque la felicidad y el desarrollo de un pueblo no puede construirse sobre la base de la destrucción, sufrimiento y desconocimiento de los derechos de otra nación.
Pero esa reacción de doble moral de ignorar la violencia del Estado de Israel en contra del pueblo palestino e indignarse por la violencia del grupo Hamas, ha sido el resultado de la acción permanente de los medios masivos de información que realizan su trabajo que no es precisamente informar, sino desinformar y distorsionar los hechos para presentar una visión parcial de la realidad con el objetivo de manipular la información y crear actitudes de apoyo o rechazo hacia ciertos eventos sociales con el fin de favorecer intereses particulares. Tengamos presente que estos medios informativos son propiedad privada y la historia de la humanidad nos demuestra que la primera baja en una guerra es la verdad y los periodistas que actúan como corresponsales de guerra son parte de las primeras bajas, porque quienes controlan los medios informativos manipulan la información para favorecer la imagen de una de las partes y conseguir el repudio de la otra parte.
Ante las múltiples expresiones de apoyo a Israel en redes sociales colocando la bandera de ese país, es inevitable recordar que lo mismo hicieron millones de personas en el mundo entero cuando Rusia ingresó a Ucrania para luchar en contra del ejército ucraniano, es decir, actuaron colocando la bandera de Ucrania en millones de muros virtuales como muestra de apoyo a ese país y la consigna “todos somos Ucrania” se viralizó en redes sociales.
Desde mi perspectiva personal, el apoyo internacional a Ucrania ha disminuido por tres razones fundamentales, primero los gobiernos de países occidentales que han estado financiando la guerra, han afectado el bienestar de la población que habita en sus propios países, al desviar grandes cantidades de sus presupuestos para enviarlos a Ucrania, descuidando la atención a los problemas internos y su participación “indirecta” en este conflicto afectó sus economías con “efectos colaterales no previstos” (encarecimiento del gas y petróleo, aumento de precios en todos los productos, cierre de empresas que provocaron aumento del desempleo, etc.).
Estados Unidos y los gobiernos de los países miembros de la OTAN y la UE, enviaron miles de millones de dólares en efectivo y en equipo militar de vanguardia a Ucrania, se unieron para aplicar mas de 3,000 sanciones comerciales a Rusia con el objetivo de aislarlo comercialmente de la comunidad internacional, llegaron al extremo de cometer delitos como el embargo de bienes y cuentas en efectivo de ciudadanos rusos depositados en bancos extranjeros y volar el gaseoducto que proporcionaba petróleo a los países europeos. Pero el gobierno ruso actuó de tal forma que logró evadir los efectos negativos de estas acciones en su contra, volteando su mirada hacia países de Asia y Africa para fortalecer lazos comerciales y aumentó sus ganancias con el aumento del precio del petróleo, logrando salir fortalecido de estos ataques de varias naciones en su contra, mientras que los países miembros de la UE y la OTAN, que dependían del petróleo de Rusia, pagan un sobreprecio del petróleo que obtienen de Estados Unidos.
Segundo, Rusia ha demostrado ser una potencia militar superior a todos los países europeos, incluido Estados Unidos, al manejar una gran estrategia militar que le ha proporcionado éxito en los combates, sobre todo al utilizar por primera ocasión inteligencia artificial, uso de vehículos no tripulados y han creado armamento militar de quinta generación, que han sorprendido a los Gobiernos de todo el mundo.
Tercero, este es un punto de gran relevancia, recordemos que la primera baja en una guerra es la verdad y en torno al conflicto de Ucrania con Rusia, se ocultaron los verdaderos motivos de la incursión de Rusia en territorio ucraniano, que fue terminar con el exterminio masivo de poblaciones enteras conformadas por ciudadanos ucranianos rusófonos, por parte de tropas ucranianas dirigidas por neofascistas simpatizantes del nazismo que veían en cada persona que hablara ruso un enemigo que debería ser exterminado.
Los pueblos que forman parte de la Unión Europea, la Organización del tratado del Atlántico Norte y de Estados Unidos, se cansaron de que sus gobiernos financien con armamento militar y dinero en efectivo al Gobierno de Ucrania que se ha revelado como uno de los gobiernos más corruptos del mundo y están exigiendo a sus gobiernos la suspensión de este tipo de apoyo para destinar ese presupuesto en la atención a las necesidades que ellos están experimentando.
El uso de la mentira se ha revelado y la guerra en Ucrania se acerca a su fin con la derrota del ejército ucraniano por la suspensión del apoyo que recibía de dichos países, en una aventura bélica que costó la vida de miles de ciudadanos ucranianos y rusos, miles de millones de dinero invertidos en equipo bélico que se han convertidos en chatarra, pero que dejaron ganancias multimillonarias a las grandes corporaciones privadas dedicadas a la fabricación de armamento bélico.
Por todas estas razones y por cuestión de procedimiento científico, para comprender cualquier acción social debemos ubicarla en un contexto social e histórico y en el caso de la incursión “en territorio israelí” de las milicias de Hamas, debemos conocer la historia de las condiciones en las que Israel se asentó en terrenos del pueblo palestino con el apoyo de la ONU y con el paso del tiempo lograron expandirse y ganar más del 70% del territorio de Palestina, gracias a la realización de varias masacres del pueblo palestino y es por eso el crecimiento de Israel se construyó gracias al despojo de territorio palestino, de la muerte de miles de ciudadanos palestinos, acciones realizadas por el gobierno y pueblo de Israel.
El asesinato masivo de cientos de ciudadanos y soldados israelíes por parte de cientos de militantes del grupo extremista palestino Hamás el pasado 7 de octubre son acciones condenables porque implican el uso de la violencia extrema como forma de resolver conflictos y representan un regreso a la barbarie que en los tiempos actuales de desarrollo de armamento militar y potencial uso de bombas nucleares son inaceptables, porque ponen en riesgo al mundo entero.
Desde una perspectiva humanista, ningún asesinato puede ser justificado a nombre de ideología política o religiosa, porque acciones de este tipo representan expresiones de intolerancia extrema y son la antítesis de la naturaleza humana. En esa línea de pensamiento, los asesinatos de cientos de ciudadanos israelíes son más que motivo suficiente para despertar una indignación colectiva a nivel internacional.
Pero, esta postura sólo tendrá validez moral si va acompañada de la condena a la ocupación ilegal de Israel de territorio palestino, a las continuas masacres que ha realizado a lo largo de varias décadas y a la violación de los derechos humanos de miles de palestinos que están encerrados sin poder salir de Gaza sufriendo un bloqueo de energía eléctrica, agua, medicamentos, alimentos, etc. En caso contrario, corre el riesgo de mostrarse como una visión parcial que justifica las acciones de violencia que Israel está cometiendo en contra del pueblo palestino desde hace varias décadas.
Para comprender el conflicto entre Palestina e Israel, es necesario tener una visión integral, que contemple la historia de esto que se ha dado en llamar una “eterna confrontación”. La guerra en Israel no comenzó este 7 de octubre con la incursión de miembros del grupo Hamás en territorio israelí, en realidad el conflicto se originó en noviembre de 1947 cuando después de la segunda guerra mundial, Inglaterra decidiera retirarse de Palestina y la ONU emitió la resolución 181 en la que se propuso formalmente la partición del territorio palestino y la creación de dos Estados, uno árabe y otro judío, con la condición de que Jerusalén pasara a estar bajo control internacional.
Pero en respuesta a las protestas palestinas, Israel procedió en 1949 a ocupar casi la mitad de los territorios que la ONU designó para la población árabe y la ocupación israelí de territorio palestino continuó durante las siguientes décadas, hasta que entre 1967 y 1973 Israel tomó el control del resto del territorio palestino, incluida la ciudad de Jerusalén.
En 1993 Estados Unidos impuso un “plan de paz” entre ambas partes, un plan que incluía la legitimación de la división de la población palestina y excluían el derecho de millones de palestinos de regresar a los lugares de los que fueron expulsados desde 1948.
Como una alternativa para lograr la paz entre israelíes y palestinos en 2011 se propuso en la ONU regresar las fronteras palestinas a las ubicaciones que tenía en el período 1949-1967 y este planteamiento fue respaldado por Barak Obama, pero fue rechazado por Israel, al declarar a Jerusalén como la capital eterna e indivisible de su nación y procedió a acelerar la construcción de nuevos asentamientos judíos en territorios palestinos conquistados por la fuerza. Donald Trump agudizó el conflicto en 2017 al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y ordenó la reubicación de la embajada estadunidense de Tel Aviv a Jerusalén.
Durante todos estos años el mundo entero ha presenciado con una gran indiferencia, el contraste entre los estilos de vida de israelíes y palestinos. Por un lado, Israel ha logrado el reconocimiento de varios países como un Estado y ha alcanzado un crecimiento económico, tecnológico, comercial y se ha convertido en una gran potencia militar que lo coloca como el cuarto ejército mejor preparado del mundo.
Mientras que por el lado de Palestina, prevalece la pobreza, el desempleo, la escasez de alimentos, de medicinas, de infraestructura porque no hay inversión económica y en consecuencia no hay desarrollo social porque no ha logrado obtener un reconocimiento como un Estado-Nación. La población actual se ha reducido a tan sólo 2.2 millones de habitantes que están siendo recluidos en un espacio de 365 kilómetros cuadrados, que irónicamente funciona como una “cárcel al aire libre” creada por el pueblo sobreviviente de los campos de concentración construidos por los nazis.
El pueblo descendiente de las víctimas del holocausto judío, actúan de manera similar al ejército nazi, creando un régimen militar basado en una ideología religiosa, se hacen llamar raza superior, hacen la guerra convocando un derecho divino, llamándose a sí mismos “el pueblo elegido por Dios”, invaden territorio y exterminan a sus pobladores originales y tratan a la población palestina como subhumanos, llamándoles “animales”, encerrándolos en un gran campo de concentración.
El 80% de los habitantes de Gaza viven en calidad de refugiados sin tener fuentes de ingresos y una gran mayoría de los habitantes de Gaza son niños o adolescentes, porque gran parte de la población adulta ha huido de la región, ha sido asesinada o se encuentra en las cárceles de Israel. Son personas que han estado viviendo 16 años de bloqueo impuesto por Israel y han vivido 5 guerras en este período, por lo que la mayoría de la población sufre de depresión, traumas psicológicos y provienen de familias desintegradas.
Durante décadas, el conflicto entre Israel y Palestina ha tenido presencia constante en los medios masivos de difusión, pero siempre los villanos son los palestinos porque Israel actúa de tal forma que cualquier cuestionamiento hacia su actuación, es retomada como discriminación religiosa, mientras actúa con la creencia de que es el “pueblo elegido de Dios” y retoma cualquier cuestionamiento a su proceder como “ataque antisemita”, ha crecido dejando detrás de su desarrollo como nación, un gran número de muertes de palestinos que han sido asesinados de manera sistemática por el ejército israelí, dentro de los cuales destaca un número considerable de niños y niñas, así como el encarcelamiento por varios años de adolescentes de ambos sexos por enfrentarse a las constantes incursiones de soldados israelíes en territorio palestino.
Las escenas de combates entre soldados israelíes montados en tanques, portando cascos, uniforme militar y armados con metralletas o fusiles, peleando contra ciudadanos palestinos que usan hondas para lanzar piedras o bombas molotov, han sido los contenidos más frecuentes que se presentaron durante décadas en diferentes medios masivos de difusión.
Sin embargo, la propaganda pro-Israel, la gran frecuencia con la que se presentaban esas escenas y la indiferencia social que caracteriza el comportamiento colectivo en nuestros tiempos, fueron factores que influyeron para que las escasas protestas que se presentaron en varias partes del mundo, no lograran despertar la indignación de la comunidad internacional que llegó a aceptar con una cruel indiferencia la masacre del pueblo palestino a manos del ejército israelí.
Pero si la ceguera moral contemporánea es cuestionable, la perversidad de los políticos que nos gobiernan es aún más condenable y un ejemplo claro de ello sin salirnos del tema, es el propio Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu, quien semanas antes de la incursión de Hamas en el territorio conquistado por Israel, enfrentaba acusaciones de soborno, abuso de confianza y fraude, por lo que el ataque de Hamas le favoreció al alejarlo del centro de la atención, permitirle continuar en el poder para convocar a un gobierno de unidad invitando a quienes pedían su renuncia y le dio la oportunidad de mostrar un liderazgo firme basado en el ejercicio de la fuerza para “aniquilar al enemigo”.
Pero en medio de los cuestionamientos acerca del porqué el servicio de inteligencia israelí no pudo prevenir este sorpresivo ataque, se da a conocer la declaración del gobierno egipcio quien informó que diez días antes del ataque informó a Benjamín Netanyahu que se estaba gestando un sorpresivo golpe en contra de Israel, pero que el Primer Ministro recibió la información afirmando que el gobierno israelí tenía la situación bajo control y no tomó ninguna medida preventiva, provocando con ello que la incursión de Hamás provocara un alto número de muertes y se posibilitara el secuestro de decenas de ciudadanos israelíes para ser llevados a la franja de Gaza.
En ese contexto, el mayor beneficiado por el ataque a territorio israelí resulta ser Benjamín Netanyahu quien está en el poder desde 2005, porque ha desaparecido la amenaza de ser sometido a juicio, sujeto a procesado y llevado a prisión por los delitos mencionados y el cambio del escenario que convirtió al pueblo israelí en víctima, aparenta ser un cambio planeado que beneficia a Benjamín Netanyahu porque sigue siendo la autoridad máxima en Israel y explica el por qué la dureza de su discurso que promete una respuesta con violencia sin precedentes e incluye la amenaza de exterminar “la violencia que proviene de Gaza”, lanzando una gran cantidad de bombas que han provocado miles de muertes sin diferenciar entre militantes palestinos y ciudadanos palestinos o funcionarios de organismos internacionales como la ONU.
En esa línea de pensamiento, Netanyahu amenazó con agredir al pueblo palestino al grado de “regresarlos a la edad de piedra”, por lo pronto, implementó un bloqueo que impide el ingreso de alimentos, medicamentos, el corte de agua, energía eléctrica, etc., violando de manera impune los derechos humanos de más de 2 millones de personas y no contento con eso, ordenó bombardear territorio de Gaza, destruyendo edificios habitacionales, mezquitas, casas habitación, bajo el argumento de que Hamás “utiliza a la población civil como escudos humanos”.
Con esta determinación del gobernante israelí, se observa su intención de ignorar la resolución de la ONU que planteó la existencia de Dos Estados en lo que originalmente fue territorio palestino, procediendo a borrar del mapa a la población palestina a través del exterminio masivo y “bombardeo de alfombra” con bombardeos masivos.
Después de este viernes 13 de octubre, la violencia escaló a niveles imprevistos por la intensificación de los bombardeos en territorio de Gaza como parte de la estrategia que permitiera la incursión de miles de efectivos militares de Israel que tienen como objetivo capturar y eliminar a los militantes de Hamas. Como medida previa, lanzó miles de volantes en el territorio de Gaza solicitando a la población civil que abandone sus hogares y se dirija hacia el sur para que no sufran daños colaterales, en “la limpieza étnica” que realizará exterminando a la población palestina y conquistar mayor terreno para ampliar territorio israelí.
Esa misma instrucción-orden militar fue dirigida al personal que la ONU mantiene en el lugar, pidiendo que se movilice hacia el sur de Gaza junto con la mitad de la población de Gaza que es aproximadamente 1,100,000 personas. ¿Qué tiempos vivimos en los que el ejército de un país ignora la petición de la ONU de no ingresar a Gaza porque es realmente imposible movilizar a más de un millón de personas en tan sólo 24 horas y más allá de ignorar su pedido, le ordena retirarse a riesgo de que si no lo hace sufrirá las consecuencias del bombardeo?
En un comunicado, la ONU informa que 11 funcionarios de ese organismo internacional fallecieron víctimas del bombardeo del ejército israelí. Se trata de 5 profesores, un ginecólogo, un ingeniero, una orientadora y 3 miembros que formaban parte del equipo de la ONU, que realizaban labores de apoyo a los civiles que resultaban heridos o huían del ataque de las bombas israelíes.
Esto demuestra el fracaso de la ONU como intermediador en el conflicto de Israel y Palestina, porque su intervención se ha limitado a servir a los intereses de Estados Unidos en esa región del mundo, intereses que incluyen la protección del Estado de Israel.
La situación se complica y el conflicto amenaza con involucrar a otras naciones, porque Israel bombardeó las ciudades de Damasco y Alepo ubicadas en Siria, e hizo lo mismo con el sur de Líbano. Mientras que Arabia Saudita e Irán, se manifiestan en defensa de Palestina. Por otro lado Estados Unidos envió dos buques de guerra, seis portaaviones, aviones de combate, helicópteros, mas de 5,000 efectivos militares, y una gran cantidad de misiles a bordo.
Israel lejos de asumir una actitud moderada por la asimetría de poder militar, abre nuevos frentes de guerra y hace caso omiso de los llamados de la ONU y de la Unión Europea de levantar el bloqueo y de no incursionar en el territorio de Gaza, una actitud que sin duda alguna traerá un aumento de la violencia que es realmente preocupante porque en tan solo una semana, varios países se han involucrado en el conflicto.
En estas condiciones, no es disparatado afirmar que el conflicto entre Israel y Palestina ha evolucionado hasta llegar al punto de mostrar un mayor potencial de riesgo para arrastrar al mundo entero a una tercera guerra mundial, que el riesgo que en su momento presentó en el mismo sentido la guerra entre Ucrania y Rusia.
Sin duda alguna, dos factores han sido claves para haber llegado a este punto en el cual la inseguridad rebasa las fronteras de Israel y Palestina para globalizarse, el primero de ellos ha sido el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel que le permite actuar con gran prepotencia masacrar al pueblo palestino, violar los derechos humanos y mantener secuestrada a una población de más de dos millones de palestinos en una franja de 360 kilómetros en condiciones de hacinamiento y violar sus derechos humanos en forma masiva al cortarles energía eléctrica, agua, suministro de alimentos y ayuda humanitaria
El segundo factor es la actitud de intolerancia e intransigencia mostrada por Benjamín Netanyahu, quien está enfocado en obtener venganza y poner los reflectores en la violencia extrema utilizada por el grupo Hamás cuando ingresó a territorio israelí.
Para dimensionar el conflicto en un contexto más amplio, debemos considerar que antes del ataque de Hamas a Israel, en el Congreso de Estados Unidos se pensaba que la cuestión de Palestina ya era un tema sepultado bajo tierra, pero después del 7 de octubre, el tema de Palestina se ha colocado en el centro de la atención mundial y como primera consecuencia política internacional, es el fracaso de las intensas negociaciones llevadas a cabo por la Casa Blanca para que Arabia Saudita aceptara negociar con Tel Aviv, porque este país árabe ante los acontecimientos en Israel, decidió suspender las negociaciones y prefirió acercarse más a China.
Otro efecto colateral del ascenso de nivel en la guerra entre Israel y Palestina, será sin duda alguna que Estados Unidos suspenda de manera definitiva su apoyo militar y económico a Ucrania, para centrar su atención en su fiel aliado Israel, lo cual beneficiará a Rusia, por lo que no se descarta que a corto plazo, Ucrania baje sus armas o Rusia de el golpe final para terminar la guerra en ese punto de Europa del Este.
A lo largo del conflicto entre Israel y Palestina se han presentado manifestaciones de apoyo al pueblo palestino en el ámbito internacional, mismas que habían sido ignoradas por las potencias mundiales y percibidas en forma distorsionada por la población en general, pero después de los acontecimientos ocurridos en esta semana, miles de manifestantes se han movilizado y han tomado las calles en 30 ciudades de Estados Unidos, en París, México y varios países más, exigiendo un alto al fuego y manifestando su apoyo al pueblo palestino.
Parece ser que estamos en un momento histórico en el cual podrá aplicarse la expresión de “tomar a una crisis como una oportunidad” y levantar la consigna a nivel internacional de que la ONU retome su papel de institución representativa de la comunidad internacional, deje de actuar como brazo político de Estados Unidos y convoque a una asamblea general extraordinaria, en la que los representantes de todos los países puedan expresarse con libertad acerca de los siguientes temas:
La necesidad de detener la espiral de violencia en esa parte del mundo, exigiendo un alto al fuego de todas las partes involucradas, se reconozca a Palestina como un Estado-Nación independiente, se exija la reparación de los daños cometidos por Israel, se regresen las fronteras entre ambas naciones en base al acuerdo de 1967, devolviendo los terrenos que fueron arrebatados al pueblo palestino.
Las intervenciones de líderes latinoamericanos como el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que hace un llamado a la ONU para que “realice su trabajo” y convoque a una asamblea general extraordinaria y la del Presidente Colombiano Gustavo Petro que resalta la importancia del bienestar de los niños, tanto israelíes como palestinos, son pertinentes porque muestran el camino a seguir y nos recuerdan que en última instancia todos somos seres humanos y que podemos darle una oportunidad a la paz mundial, en un momento histórico en el que la guerra en Ucrania está por terminar.
Pero mientras dirigentes y pueblos de todo el mundo claman por el alto al fuego y la necesidad de darle una oportunidad a la paz, antes de que el conflicto crezca al involucrarse otras naciones, El Presidente Joe Biden decide poner su ejército y armamento de gran poder al servicio del Estado de Israel, actuando como si Israel fuera una base militar más de Estados Unidos.
La velocidad con la que evolucionan los acontecimientos en esa parte del mundo, crea las condiciones para pensar que estamos frente al inicio de un conflicto que amenaza extenderse rápidamente e involucrar a un gran número de países que cuentan con armas de destrucción masiva que serán usados si persiste el discurso del odio, la sed de venganza y la miopía política sobre la posibilidad de que las consecuencias negativas de este largo conflicto, se extiendan a lo largo y ancho del mundo globalizado en el que estamos viviendo.
Esa es la principal razón que debe motivarnos para actuar de tal forma que podamos detener el ritmo de crecimiento de esta confrontación y ante la cerrazón de los dirigentes políticos que no gobiernan para sus pueblos, sino que gobiernan a favor de las grandes corporaciones que ven las guerras como jugosos negocios, la movilización de miles de personas en el mundo entero pidiendo un alto al fuego a ambas partes, representa un aliento de esperanza, sobre todo de aliento para el pueblo palestino que está bajo fuego y que cada día ve aumentar el número de fallecimientos por los ataques del ejército israelí. La esperanza de paz cobra mayor fuerza al ver que circula un llamado firmado por israelíes y palestinos que convocan a realizar una campaña internacional por la creación de un solo Estado en el que árabes y judíos puedan vivir en condiciones de paz e igualdad.
El mundo entero enfrenta graves peligros que amenazan la existencia humana como lo es el cambio climático por la entrada a la era de la ebullición, la humanidad no necesita guerras que provoquen mayor destrucción de nuestro planeta, más sufrimiento y un número incalculable de muertes colectivas.
La guerra debe ser sustituida por el uso de la política, el conflicto entre Israel y Palestina debe encontrar una solución política. La filósofa judía alemana Hanna Arendt planteó en su libro Los orígenes del totalitarismo que los gobiernos totalitarios acaban con la libertad y privan a la política de todo sentido. Los políticos de gobiernos totalitarios como Ucrania, Israel, Estados Unidos, Rusia, China y otros, privan a sus ciudadanos del derecho de actuar en forma política y reducen la democracia a la democracia electoral. Gobiernan en forma totalitaria tomando decisiones sin consultar a sus ciudadanos porque han eliminado los espacios públicos, que son lugares en los que la población podría manifestarse en forma colectiva.
Estos gobiernos totalitarios privan del poder a las personas, porque es en los espacios públicos en los que los ciudadanos adquieren poder cuando actúan juntos en forma colectiva y organizada. El aislamiento provoca la falta de participación política y el gobierno israelí encabezado por Benjamín Netanyahu está usando lo que Arendt llamó el “anillo de hierro del terror” creado por la incursión de Hamás en Israel para conformar un gobierno de unidad nacional que tiene como objetivo la aniquilación total del pueblo palestino.
En estos momentos, no sólo peligra la vida del pueblo palestino, también está en riesgo la libertad, la democracia y la soberanía de todos los pueblos, porque los políticos que gobiernan el mundo pueden tomar la decisión de involucrarnos en una guerra internacional que en el marco de la globalización, tiene amplias posibilidades de extenderse por el mundo entero de la misma forma que se extendió el covid-19.
La existencia de armas de destrucción masiva, armamento moderno con inteligencia artificial y armamento nuclear que pueden ser utilizados por políticos de gobiernos totalitarios en el marco de la globalización, pone en riesgo la vida de millones de personas y también la existencia de la humanidad entera.
En el contexto del momento histórico que estamos viviendo que se caracteriza por una estrecha interdependencia e interinfluencia entre todos los países del mundo, debemos evitar pensar que una guerra sólo afectará a una zona específica del mundo entero, porque una sola acción de destrucción masiva, provocará una respuesta con una destrucción masiva mayor y la espiral de violencia puede crecer hasta el infinito. Por esas razones debemos tener presente el compromiso histórico que nos otorga el vivir en estos tiempos complejos y que nos obliga a manifestarnos en contra de la guerra y a favor de la paz, porque nadie estaría a salvo si el conflicto entre Israel y Palestina sigue el ritmo de crecimiento que ha presentado en tan sólo una semana.
Involucrar más armas destructivas y un mayor número de efectivos militares en el conflicto entre Israel y Palestina no es la solución, es un error mortal que traerá consecuencias impredecibles y es por eso que debemos manifestarnos para exigir una solución política que admita la pluralidad y diversidad de los pueblos árabes e israelí para que puedan vivir en coexistencia pacífica.
Desde una perspectiva política, no es el hombre y la mujer quienes habitan la tierra, son los hombres y mujeres que forman parte de varios pueblos quienes conformamos la humanidad que habita el planeta tierra. En este caso, los pueblos de Israel y Palestina son seres sociales que forman parte de la humanidad y deben respetar las normas internacionales y los derechos humanos de cada una de las partes.
La pluralidad que es parte de la esencia de la política, no permite el predominio de ideologías o teologías predominantes, porque la política está enfocada en construir la democracia y la democracia es el gobierno de las mayorías que aceptan respetar la libertad de pensamiento y autonomía en las decisiones colectivas. El orden mundial unipolar está desapareciendo y ha llegado el momento de construir un nuevo orden mundial de carácter multipolar en el que participen de manera equitativa todas las naciones y no exista el derecho de veto que actualmente existe en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero por encima de todo, es el momento de actuar en forma organizada, colectiva y unida para evitar que el puñado de personas que gobiernan el mundo sigan decidiendo el destino de la humanidad y nos involucren en una guerra que nos conducirá por el camino de la autodestrucción. Los pueblos del mundo entero deben movilizarse en forma organizada, unida y colectiva para forzar a sus dirigentes políticos a votar a favor de la paz, a crear las condiciones para llegar a una negociación que permita una salida política al conflicto entre Israel y Palestina.
En el contexto actual de crisis global, el futuro de la humanidad depende en gran medida de la forma en que se maneje el conflicto en medio oriente, la guerra no debe ser decidida por un puñado de políticos que obtienen beneficios económicos de las grandes corporaciones que se dedican a la fabricación de armamento, la voz de los pueblos debe ser escuchada porque quienes pagan el costo de la guerra son los pueblos, no los políticos.
Todavía no se rebasa el punto de no retorno, aún es posible una solución al conflicto y ésta no es otra que una solución política, las alternativas son claras: privilegiar el diálogo entre las partes involucradas respetando derechos y soberanía por igual, o aceptar un futuro caracterizado por barbarie y destrucción.
Arendt, Hanna: Los orígenes del totalitarismo
Grupo Santillana, Madrid, 1973
Resumen en video del conflicto Israel - Hamas: noticias del 12 de octubre de 2023
https://www.youtube.com/watch?v=QlwnP4jxzTQ&ab_channel=CNNenEspa%C3%B1ol
¿Se desvanece la solución de dos Estados para israelíes y palestinos?
https://www.youtube.com/watch?v=BJM4K_pmdqw&t=176&ab_channel=FRANCE24Espa%C3%B1ol
https://serpaj.org.ar/la-primera-victima-de-la-guerra-es-la-verdad/
¿POR QUÉ PAGAN CIVILES?": Israel dio 24 horas a palestinos para evacuar Gaza
https://www.youtube.com/watch?v=SGN5GAO_xe4&ab_channel=Chilevisi%C3%B3n
No se puede entender la existencia de Israel sin EEUU - Entrevista con Christian Nader
https://www.youtube.com/watch?v=_HNEZcwgZZQ&ab_channel=PrensaAlternativa-ElJota
Lo último! ONU pide a palestinos evacuar! Israel hace temible anuncio! Netanyahu decidido a evacuar Gaza.
Bombardeos israelíes matan a 70 palestinos que huían hacia el sur de Gaza
muy interesante, PROF.
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