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lunes, 9 de marzo de 2020


Qué sigue después de este 8 y 9 de marzo en México?
Oscar Yescas Domínguez
9 de marzo 2,020

Sin ánimo de presunciones y falsas modestia, estoy consciente de que soy una figura pública en el sentido de que me conocen muchas personas, por mi trabajo de 33 años como profesor unversitario, por mis publicaciones con crítica social, etc. Aquellas personas que me conocen saben que sobre el tema del feminismo no soy un iletrado, tengo varias publicaciones en mi blog que reflejan un estudio previo sobre este tema. Quienes me conocen también saben que no hago exabruptos, las opiniones que llego a expresar tienen un fundamento teórico y político.
Ayer no quise opinar sobre el día de la mujer porque ya he escrito bastante sobre el significado del 8 de marzo, sobre la violencia de la mujer y sobre mi concepción del feminismo como parte integrante de un movimiento más amplio de liberación social de hombres y mujeres de un sistema de dominación, opresión y destrucción.
Después de ver las diferentes manifestaciones, marchas y protestas en el mundo entero, tengo sentimientos encontrados. Me encuentro inmerso en una ambigüedad, a veces siento que se ha avanzado, pero también siento que se ha retrocedido en la lucha por la liberación social del hombre y de la mujer.
Veo con alegría que en todo el mundo se incrementó el número de mujeres que salieron a protestar y reclamar sus derechos, exigiendo igualdad y un alto a los feminicidios. De manera cuantitativa la participación femenina fue mayor este año, si la comparamos con las cifras de las movilizaciones del año pasado. Me alegra porque es algo que ya esperaba y lo había anticipado en varios de mis artículos: la revolución social será feminista o no será.
Esto quiere decir que se ha puesto en la mesa de discusión pública el tema de los feminicidios, de la violencia hacia las mujeres de la desigualdad de género, etc. Se ha visibilizado aquello que se pretendía negar o a lo que se mostraba una gran indiferencia social, tanto de hombres como mujeres. Asesinatos de mujeres, violaciones sexuales, secuestros, acosos sexual, violencia de género, etc. Esa indiferencia que prevaleció por décadas durante los gobiernos del Prian, terminó y hoy todo mundo opina sobre la situación de las mujeres, sobre los reclamos de los grupos feministas.
Lamentablemente, algunos opinan sin fundamento alguno, solo abren su boca y lanzan epítetos y reflejan su ignorancia sobre el tema, su falta de empatía social, su falta de solidaridad y sobre todo su machismo. Estas grandes manifestaciones de miles de mujeres que hacen reclamos legítimos nos deben llevar a un cuestionamiento no hacia el movimiento feminista, sino hacia nosotros mismos en el sentido de iniciar un proceso de deconstrucción de nuestra identidad como hombres y como mujeres.
Son tiempos de aprendizaje individual y social, a nivel individual, los hombres debemos cuestionar los privilegios que tenemos por el simple hecho de ser hombres en el contexto de una sociedad patriarcal, machista y opresora de la mujer. Sobre todo aquellos hombres que nos percibimos como luchadores sociales que buscan construir una sociedad donde impere la justicia, la libertad, la democracia y la igualdad.
Construir una sociedad con esas características no será posible si no cambiamos la imagen actual que se tiene sobre lo que significa ser mujer, sobre las ventajas y desventajas de ser mujer y también si no cambiamos nuestra idea de lo que significa ser hombre, las ventajas y desventajas que tenemos por ser hombres, los grandes privilegios que tenemos sólo por tener un pene colgando entre nuestras piernas.
En otras palabras la revolución social a la que aspiramos es una tarea que involucra a hombres y mujeres, que requiere en consecuencia el apoyar la lucha feminista, porque la liberación de las mujeres significa también la liberación de los hombres del cumplimiento de los roles sexuales estereotipados. 
    Para construir la democracia en nuestra sociedad y dejar atrás todo tipo de autoritarismo, necesitamos apoyar la causa feminista de tal forma que los hombres perdamos los privilegios que gozamos y que excluyen a las mujeres. La construcción de la democracia debe iniciar en el ámbito de lo privado, al interior de la familia, en la relación de la pareja, en la relación padres e hijos y debe manifestarse en un trato igualitario entre hombres y mujeres. Representa una enorme contradicción el participar en marchas masivas exigiendo democracia, igualdad y justicia social, si en lo privado los hombres seguimos demostrando comportamientos machistas ejerciendo el poder que el patriarcado nos otorga. 
    Sólo cuando hemos comprendido la necesidad de desaprender todo lo que nos enseñaron que significa ser hombre y ser mujer, estaremos en condiciones de luchar por una verdadera democracia social y trabajar para construir la democracia en nuestros hogares, ambientes de trabajo, en las escuelas, universidades, sindicatos,  oficinas, instituciones de gobierno, etc.
Lo que me provoca sentimientos negativos como indignación, frustración y enojo es el ver que grupos de derecha en México se están montando en el movimiento feminista que va en ascenso a nivel internacional, para utilizarlo como ariete político y golpear a un gobierno que inicia, que llegó al poder no por el fraude electoral, sino por la unión de millones de mexicanos que votamos por él de forma tal que impedimos la consumación de otro fraude más. Recordemos que la votación por Morena y López Obrador fue la más numerosa en la historia electoral de México.
Tiene un año en el poder y ya le están exigiendo que resuelva los problemas heredados por quienes precisamente hoy utilizan al movimiento feminista para desacreditarlo y crear desestabilización social y política y promover un golpe de Estado.
Algunos podrán decir que estoy exagerando, al decir esto último, pero no lo creo. La llegada al poder de López Obrador y Morena impidió que continuara el saqueo de nuestros recursos naturales y de las finanzas públicas que estaban haciendo las fuerzas del Prian.
Aclaro, no soy militante de Morena ni de ningún partido político, soy sólo un ciudadano más con una opinión particular sobre la situación que prevalece hoy en el país. Nos enteramos gracias a AMLO del guachicoleo, el robo supermillonario de petróleo en Pemex. Tan solo eso significaba la fuga de miles de millones de pesos de las finanzas públicas. Nos enteramos de varios casos de fraude que sumaban miles de millones de pesos.
Debemos tener presente que antes de AMLO, México estaba secuestrado por un cártel de delincuentes que son capaces de matar para recuperar la gallina de huevos de oro que significa tener el control político del Estado Mexicano.
Por eso afirmo, el regreso al autoritarismo está siempre presente , recordemos que este cártel de delincuentes que gobernaba nuestro país para su propio beneficio, tiene ramificaciones internacionales y podrían actuar como lo hicieron en Bolivia cuando le quitaron el poder a Evo Moreno, acusándolo de fraude cuando en realidad no hubo fraude alguno. Igual quisieron hacer en Venezuela, pero no les resultó. México es un país muy grande, cuenta con muchos recursos naturales y su cercanía con Estados Unidos es muy tentadora para los dueños de poder corporativo que hoy intenta gobernar el mundo entero gracias a la globalización, a la complicidad de los organismos financieros internacionales y a la corrupción de varios gobernantes y políticos a quienes la situación de violencia hacia las mujeres les importa un comino. 
La violencia sin sentido que se ha presentado en las marchas feministas en los últimos años, es algo que debe preocuparnos, no por provenir de las mujeres, sino por la infiltración de grupos que llevan las intenciones de provocar violencia y desestabilización social. Este año en particular, quedó de manifiesto que no todas las mujeres participantes están a favor de esta violencia. Esto ha generado que buena parte de la población en general vea con rechazo las movilizaciones de los grupos feministas. ¿Desde cuando una movilización de mujeres que lucha por defender sus derechos genera pánico y terror en la población cuando utilizan bombas molotov e incendian lo que que encuentra a su paso? Creo que estas expresiones de violencia significan un retroceso en las estrategias de lucha social y sólo obtienen como resultado el restar apoyo popular a la causa feminista y llama la atención que en diferentes países del mundo se manifiestan miles de mujeres el 8 de marzo y sólo en México se observan actos de violencia y destrucción. Esta percepción sólo conduce a pensar que esta violencia proviene de grupos de infiltrados apoyados por la derecha que intenta culpar de todo a AMLO para exigir su renuncia.
La lucha feminista ha llegado a un punto en el cual se ha impedido la participación de los hombres que deseaban sumarse a las manifestaciones callejeras. Considero esta exclusión un verdadero retroceso porque ignora las condiciones en las que surgió el movimiento de liberación femenina que permitía la incorporación en sus filas de hombres que apoyaban su causa. En momentos en los que la crisis del capitalismo neoliberal se agudiza y se requiere de la unidad de todos los movimientos contestatarios, ¿a quién beneficia aislar las manifestaciones de protesta? Aislar la lucha feminista de los movimientos de los trabajadores (que luchan por la defensa de sus contratos colectivos de trabajo, en defensa de sus derechos laborales violados), de maestros que demandan derechos laborales, de movimientos ecologistas (que luchan por defensa de espacios públicos y en contra de la contaminación provocada por las grandes corporaciones), así como de otros movimientos sociales que luchan por la reparación de daños provocados por la violación de los derechos humanos, sólo conducirá al fracaso y la dispersión del movimiento feminista. Para construir una verdadera sociedad democrática e igualitaria donde prevalezca la justicia social, se requiere de la unidad de todos los movimientos progresistas y sectores en lucha. Feminismo no quiere decir en ningún momento lucha de hombre contra la mujer, percibir al hombre como enemigo de la mujer, sólo desvía la atención de la causa real de la violencia hacia las mujeres.
    El sistema capitalista neoliberal es el que ha creado una sociedad de consumo, en la que se produce una enajenación social en las relaciones interpersonales de tal forma que nos despoja de nuestro humanismo, nuestra condición de homo sapiens y nos reduce a la condición de homo consumens. En esta sociedad de consumo, se utiliza una visión distorsionada de la sexualidad humana, al reducirla al sexo, para manipular la miseria sexual en la que vive la sociedad contemporánea. La sexualidad se utiliza como gancho para estimular el consumo masivo de mercancías y se utiliza la figura de la mujer como objeto sexual. 
    La ausencia de programas de educación sexual integral es la fuente principal de una gran cantidad de problemas sociales en los cuales las mujeres son la parte más afectada: abortos clandestinos, embarazo en adolescentes, acoso sexual callejero, violencia sexual al interior de la familia, acoso sexual en ambientes laborales y escolares, violaciones y feminicidios. El vacío que existe en materia de educación sexual en el sistema de educación formal, es llenado por la gran cantidad de páginas en internet con contenido sexual explícito, conocido comúnmente como "pornografía". 
    El sexo se ha convertido en una mercancía que consumen millones de personas y la pornografía existe gracias a la presencia de un enorme mercado conformado por millones de personas que desean satisfacer sus necesidades sexuales. La industria de la pornografía genera ganancias millonarias cada año sobre la base del secuestro, violación y explotación sexual de miles de mujeres. 
    Internet se ha convertido en la principal fuente de aprendizaje de sexualidad de las nuevas generaciones, los padres evitan hablar con sus hijos sobre sus inquietudes sexuales y los jóvenes tienen a su disposición gran cantidad de páginas con contenido sexual explícito. Las consecuencias negativas de la ausencia de educación sexual integral, la presencia de páginas de fácil acceso con contenido sexual explícito, es el aumento de violencia sexual hacia las mujeres. No es el hombre el enemigo de la mujer, es el sistema capitalista neoliberal que ha reducido a las mujeres a la condición de objeto sexual y a los hombres en ignorantes sexuales que intentan practicar lo que ven en internet. El capitalismo tiene una ideología patriarcal que comparten las culturas de diferentes países en el mundo. Es el sistema capitalista neoliberal que tenemos que cambiar para poder construir una sociedad verdaderamente democrática, igualitaria y con justicia social.
Acerca de las manifestaciones de violencia en México debemos preguntarnos: ¿Desde cuando en México la Iglesia, el Pri, el Pan, Gobernadores priístas, el ejército, etc., (agrupaciones que se han caracterizado por violar derechos de las mujeres y de hombres) apoyan a los movimientos feministas?. He militado en varios movimientos a lo largo de mi vida y jamás oculté mi rostro para cometer actos de violencia y vandalismo. En mi juventud cruzó por mi mente la idea del uso de las armas para seguir la consigna: “a la violencia reaccionaria, la violencia revolucionaria”. Pero preferí utilizar las armas del conocimiento científico, estudié Psicología para convertirme en agente de cambio social y contribuir con mi granito de arena a la transformación de la sociedad y lograr la construcción de una verdadera democracia, una auténtica justicia, una real igualdad y una libertad.
Comparando la situación que prevalecía durante la dictadura perfecta del prianismo, hoy en día con el gobierno de Morena y López Obrador, el autoritarismo ya no existe, o más bien ha disminuido, sólo persiste en los gobiernos priístas como el de Sonora. Pero a nivel nacional cualquiera puede expresarse sin temor a ser reprimido como antes.
¿Qué sigue después del 8 de marzo violento que vivimos ayer y este 9 de marzo que se llamó a un paro nacional de mujeres? Nuevos actos de violencia sin sentido? Debemos recordar que somos sujetos históricos, que construimos la historia a través de nuestra participación social en los diferentes grupos, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos. Compartimos problemas sociales y políticos, la violencia hacia las mujeres es un problema social, no es un problema que afecta sólo a las mujeres, en consecuencia, si todas las personas (hombres y mujeres) actuamos en forma colectiva, organizada y unida, podemos cambiar el rumbo de la historia, participando juntos hombres y mujeres, no sólo podremos terminar con la violencia hacia las mujeres, sino que podremos transformar la realidad social, terminando con la desigualdad social que provoca el sistema capitalista neoliberal y que afecta a hombres y mujeres.
Hoy la tarea que tenemos enfrente es discutir seriamente lo que significa el movimiento feminista y su participación en la lucha por la liberación social. No puede existir liberación social, sin liberación femenina, no puede haber liberación social sin deconstrucción masculina. Necesitamos nutrirse de la teoría sobre la equidad de género y documentarse ampliamente sobre la historia y significado del movimiento feminista. Rechazar la participación masculina en marchas feministas es algo similar a felicitar a las mujeres el 8 de marzo, es decir, refleja ignorancia política.
También debemos defender al gobierno electo legítimamente por millones de mexicanos, defenderlo usando la crítica social, sin alabarlo incondicionalmente, reservando el derecho del ejercicio de la crítica social. Reconozcamos los logros que ha hecho  a favor de los mexicanos, no olvidemos que falta mucho por hacer, pero tengamos presente que la amenaza del regreso del autoritarismo está presente en todo momento y la participación de fuerzas de derecha apoyando la causa feminista es un claro indicio de que están tomando iniciativas usando todos los recursos para crear las condiciones que les permitan regresar al poder.
La causa feminista es justa, lo inaceptable es que representantes de un pasado de autoritarismo manipulen de manera oportunista a estos movimientos en los que participa gente joven sin memoria histórica y fácilmente manipulable.
Las causas de la violencia hacia la mujer, los feminicidios, las violaciones y agresiones a mujeres son problemas de índole estructural, basados en una cultura que se formó durante años y terminar con este tipo de problemas toma tiempo. Explicar el origen de estos problemas tomaría más espacio del que dispongo en este momento, por lo cual me reservo el derecho de escribir más adelante sobre los mismos. Lo importante en este momento es tomar consciencia de que el autoritarismo amenaza con golpear a nuestro gobierno legítimo, crear inestabilidad social y promover un golpe de Estado. No lo permitiremos¡ 


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