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martes, 7 de enero de 2020

Apostemos por el cambio social en México
Oscar Yescas Domínguez
31 diciembre 2,016

En mi labor como profesor universitario, en ocasiones utilizo una técnica de rompehielos y de incentivación a la participación que consiste en pedirles a mis alumnos que me comenten algo extraordinario que les haya sucedido antes de llegar al salón de clase. Algunos refieren anécdotas interesantes y muy divertidas, tomemos en cuenta que el promedio de edad de mis estudiantes es de 20 años. Pero sucede por lo regular que la gran mayoría de estudiantes comenta que no sucedió nada extraordinario en sus vidas en ese día y que todo estaba dentro de los parámetros de la normalidad en sus vidas cotidianas.
Mi respuesta para estos últimos les sorprende, les digo que lo más extraordinario que les ha sucedido es que despertaron ese día con vida, con salud, con un cuerpo funcionando al 100 por ciento, con una energía propia de la juventud, en síntesis amanecieron con vida el día de hoy.
Lamentablemente nuestras vidas actuales están sujetas a la dinámica de producción y consumo, bajo un determinismo económico que funciona promoviendo la desigualdad social. Pero el hecho de estar con vida nos da la oportunidad de tomar consciencia de que somos seres cambiantes, que vivimos una época de cambios sociales discontinuos e impredecibles que nos afectan, pero a los cuales podríamos responder de mejor forma si diseñamos e implementamos cambios en nuestras formas de pensar, sentir y actuar, no solo para llegar a ser mejores personas, sino también para lograr una transformación social.
Les recuerdo que el aprendizaje es concebido por la Psicología como “el cambio relativamente permanente de una o varias personas, después de que atraviesan por una serie de experiencias vivenciales”.
Les digo también que podemos retomar aquella aseveración que nos dicen acerca de que los mexicanos no podemos negar nuestro origen mestizo ya que traemos pintado un nopal en la frente y cambiar el nopal por la C de la palabra cambio, ya que somos seres cambiantes, que estamos en constante proceso de transformación, física, psicológica y socialmente.
No quisiera sonar como orador motivacional barato, pero en verdad creo que todos podemos retomar el control de nuestras vidas y lograr cambios en la misma en un sentido que nos beneficie. Cada uno de los 365 días del año representan oportunidades para cambiar y el hecho de estar cambiando constantemente nos da la oportunidad de tomar el timón y dirigir los cambios.
Considerando lo anterior quisiera emitir algunas reflexiones en voz alta. En un día como hoy, el último día del año 2,016, se nos presenta la gran oportunidad de reflexionar sobre lo que hemos hecho durante los 364 días anteriores y hacer un balance que nos permita determinar si fue un año positivo o no.
Imposible reducir todos los acontecimientos de un año en unas cuantas líneas, pero puede decirse en general, que este año 2,016 presentó una agudización de la crisis económica, política y social que afecta al pueblo mexicano y con ello un incremento en el sufrimiento de la población.
Destaca grandemente que 2,016 es considerado por las propias autoridades como el año más violento del sexenio de Enrique Peña Nieto ya que inclusive, sin contar con los datos del mes de diciembre, el Sistema Nacional de Seguridad Pública de Gobernación contabilizó del mes de enero a noviembre de este año 20,858 homicidios dolosos. Sí, leyeron bien la cifra. Son los resultados de la guerra contra las drogas.
¿En qué país del mundo suceden tantos asesinatos? Solo en México, este simple dato por sí solo nos da una idea de la urgencia de impulsar un cambio social en México, ya que ni en las peores dictaduras militares latinoamericanas de fines del siglo pasado se manejaron estas cifras.
Sin embargo, bajo aquella premisa de que de un evento negativo, puede surgir un efecto positivo ya que afortunadamente no todos los cambios son negativos, desde mi perspectiva puedo decir que la población mexicana está cambiando día tras día, año tras año, etc.
Y lo que se observa en estos momentos es que en la medida de que aumenta el hartazgo social por la corrupción, las injusticias y la impunidad, que tienen secuestradas a nuestras instituciones gubernamentales, se observa también el desarrollo de nuevos comportamientos tanto a nivel individual, como a nivel colectivo y que estos días se han visto reflejados en las masivas demostraciones de rechazo a los aumentos a los precios de las gasolinas en la participación social en contra de a lo largo y ancho del país, que reflejan un incremento de la participación social.
Este tipo de respuestas sociales me devuelven la fe en la humanidad y alimentan la esperanza de que no todo está perdido. Sólo debemos crear las condiciones para que esta súbita participación no se disipe en el activismo social.
La historia nos ha enseñado que en condiciones de crisis profundas el pueblo mexicano siempre ha sacado la casta, ha mostrado su nobleza y la unidad para enfrentar las tragedias. Hoy en día es realmente una tragedia vivir en México. http://www.monografias.com/…/tragedia-y-esperanza-vivir-mex…
También hemos visto que los movimientos de masas que surgen en forma espontánea corren el riesgo de disiparse antes de que logren construir el andamiaje que les permita lograr crear sus propias organizaciones formales que contribuyan a dirigir los movimientos colectivos.
Esas esperanzas de que la situación puede mejorar de tal forma que se logre un cambio social en el cual aquellos sueños de libertad, igualdad, justicia y democracia puedan concretarse en nuestra realidad, haciendo posible lo imposible, que los individuos rompamos el control ideológico transformemos esta realidad social tan excluyente, que genera tanto dolor y sufrimiento a generaciones enteras.
Este cambio social puede ser logrado, un mundo diferente al actual es posible, la esperanza nos hace mantener con vida estos sueños que hoy suenan a utopía.
La jornada que se vivió el día de ayer en buena parte del territorio mexicano es un buen motivo para mantener una actitud optimista en torno a este asunto, porque estas primeras protestas en contra del gasolinazo nos permiten predecir que este movimiento está en su etapa inicial y la demanda de no al gasolinazo responde a los deseos, necesidades y expectativas de millones de mexicanos que poco a poco están perdiendo el temor a expresar sus opiniones y en forma gradual se está resquebrajando el sistema de control social que mantenía en la pasividad e inmovilización a un buen sector de la población mexicana.
El movimiento en contra de los aumentos de precios a las gasolinas anunciado en forma arbitraria por el gobierno mexicano apenas está iniciando y se está generalizando a tan sólo unos días del anuncio de los aumentos.
Con este ritmo de crecimiento, lo que sucederá sin duda alguna, tenemos ante nosotros un movimiento colectivo que se perfila como la punta de lanza y eje aglutinador que cohesionará todos los movimientos sociales de protesta y resistencia social que existen en México.
Recordemos que México es el país de las injusticias, en el que los funcionarios del poder judicial han prostituido a nuestras instituciones de justicia fallando a favor del poderoso, una justicia que según Eduardo Galeano solo muerde a los pies descalzos, es decir a los desprotegidos, a los marginados, al pobre.
En consecuencia en México hay muchas cuentas pendientes, muchos casos sociales que esperan justicia, se les ha negado durante años y es de esperar que se sumen a este movimiento que inicia con protestas a los aumentos de las gasolinas y que el día de mañana podría lograr crecer y materializar nuestros sueños de democracia, justicia, libertad, etc.
Por lo anterior es importante estar alerta a actos de oportunismo e intentos de corrupción. Se trata de un movimiento de ciudadanos sin partido, en el que participan ciudadanos de todos los niveles sociales, sin distingo de profesión, ocupación, edad o sexo, que fue lo que se observó en los miles de mexicanos que a lo largo y ancho del país se sumaron espontáneamente a las manifestaciones en contra del aumento a las gasolinas.
En este movimiento contestatario, los partidos políticos no tienen cabida, ¿Cómo podrían poner sus caras si los partidos políticos fueron quienes aprobaron las reformas estructurales que crearon las condiciones que nos han reunido en esta inconformidad social?
Los partidos políticos PRI, PAN, PRD, etc. son los responsables de la aprobación de la reforma energética y en consecuencia son los culpables de las agresiones en contra del pueblo mexicano.
Este es un movimiento ciudadano que se está formando, lo cual es importante tener presente. Son tiempos nuevos, escenarios nuevos a los cuales debemos confrontar con comportamientos nuevos.
Estos nuevos comportamientos deben ir en el sentido de cambiar nuestra percepción social, que incluye cambios en la esfera individual en el sentido de romper aquellas cadenas psicológicas que nos inculcaron durante años construyendo una actitud derrotista y que llegamos a pensar que la realidad social no puede ser cambiado, que como individuos no podemos cambiar la realidad, que el único cambio que podemos lograr es nuestro cambio de vestimenta en el contexto de una sociedad de consumo.
Este cambio individual debe incluir romper con la dependencia psicológica de pensar que necesitamos un líder que nos dirija y nos controle para lograr nuestras metas. Todos somos seres sociales, todos influimos en los demás y nos influyen, todos podemos construir un liderazgo social distribuido y compartido.
Hoy más que nunca se impone la unidad en los diferentes sectores en lucha y esta unidad se irá construyendo y consolidando en la medida de que se vayan clarificando las metas comunes que nos han unido.
Debemos aprender a lograr hacer coincidir nuestros comportamientos individuales con los comportamientos colectivos, nuestros intereses individuales con los intereses colectivos.
Finalmente quisiera decir que si bien los partidos políticos están fuera de este movimiento, los sindicatos que se proclaman a sí mismos democráticos e independientes, tienen el deber y compromiso de sumarse a este movimiento colectivo, las dirigencias de los sindicatos STAUS, STEUS, Telefonistas, y otros deben hacer acto de presencia en el embrión de este movimiento e interactuar con los ciudadanos activos sobre la base de un vínculo de colaboración.
Después de escuchar serios y graves vaticinios acerca de lo malo que será el 2,017, la certeza de que estamos ante un despertar social de la población mexicana que está aumentando su participación social, podemos decir que estamos ante otra oportunidad de reconocernos, aceptarnos y unirnos para transformar esta realidad mexicana tan deprimente y decepcionante, por un nuevo escenario social en el cual su dinámica se caracterice por una gran participación social, un empoderamiento de hombres y mujeres mexicanas que nos hemos unido para lograr que lo que hoy suena a utopía, en este 2,017 se inicie el cambio social que las volverá una realidad.

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