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jueves, 1 de agosto de 2019





















En estos últimos meses del 2,014, la inestabilidad social en México aumenta cada día ante el surgimiento de nuevas tragedias y conflictos sociales que no encuentran respuesta a sus demandas de justicia, democracia y libertad lo cual genera un incremento de la insatisfacción social.

En este contexto muchas personas expresan una doble inconformidad por vivir en la sociedad en crisis en la que nos encontramos en este siglo XXI. Por un lado, un sector de la sociedad incrementa su participación social en los diferentes movimientos de protesta que han surgido y protesta con justa razón por la enorme corrupción que rodea nuestras vidas en todos los niveles y que afecta nuestra existencia como seres humanos, dando la cara mostrando congruencia entre el discurso y la acción como personas congruentes, consecuentes y auténticas.
Pero también estas mismas personas expresan su malestar, inconformidad y decepción por el hecho de que una parte importante de la población mexicana parece estar conforme con nuestra realidad porque no se manifiesta, no expresa su opinión y no participa en los actos sociales de protesta que organizan los diferentes grupos y organizaciones de ciudadanos independientes para demandar solución a determinados problemas.
Inclusive se llega al extremo de que en ocasiones aquellos que luchan por la libertad, la democracia y la justicia social son señalados como "revoltosos", "agitadores", "subversivos" e inadaptados sociales, por parte de aquellos que han logrado una adaptación acrítica al sistema social, siguiendo el juego a los intentos de criminalización de la protesta social promovida por la élite en el poder a través de los medios masivos de comunicación.
La situación llega a ser tan compleja que por momentos no sabemos que es más grave, si el hecho de estar siendo explotados, oprimidos y reprimidos, o el hecho de que buena parte de la población mantenga un silencio, una pasividad e indiferencia que raya en lo criminal al actuar como cómplice de quienes cometen actos ilegales al no denunciarlos o combatirlos.
La importancia de analizar esta situación radica en el hecho de que la pasividad y la indiferencia en última instancia benefician a quienes están en el poder. Intentaré entonces dar una explicación de esta situación desde mi perspectiva como psicólogo social, reconociendo de antemano que ésta podría ser enriquecida si algunos colegas académicos aportan desde otra disciplina científica su opinión al respecto.
En el logro del control social y del cambio resultante del rompimiento del mismo, intervienen procesos psicosociales que se relacionan con el desarrollo de una ideología que posibilita el control o el cambio social. De ahí escogí el título del presente escrito.

La ideología dominante

En una ocasión un amigo estadunidense intentando impresionarme acerca del control que ejerce el gobierno de Estados unidos sobre sus ciudadanos me comentó: "uno puede estar dentro de su casa, bajo techo, debajo de la misma en el sótano, puedes estar debajo de una cama en el sótano e inclusive puedes estar debajo de unas cobijas y cobertores usando una máscara y lentes oscuros, pero sin embargo, aun así el gobierno estadunidense puede saber quién eres, dónde estás y saber exactamente qué estás haciendo".
Por la cara que puso ante mi respuesta supuse que el sorprendido fue él y no yo. Le dije: "Sí, te lo creo porque todos sin excepción, pero en forma especial los estadunidenses, llevamos un policía dentro de nuestras cabezas que controla nuestros pensamientos, nuestras emociones, sentimientos y sobre todo nuestro comportamiento. Este policía se llama ideología, y se va formando dentro nuestro en el desarrollo de nuestro proceso de socialización cuando vamos asimilando el aprendizaje social durante nuestra vida".
Mi respuesta anterior no fue una broma, ni algo que inventé para impresionar a mi amigo estadunidense, es una realidad que tenemos en nuestra vida cotidiana, tanto los estadunidenses como los latinoamericanos, los europeos, africanos y asiáticos, son las diversas formas que utiliza la clase en el poder para mantener el control social, que permiten tener a una inmensa población controlada mediante el engaño, la persuasión, la pasividad, la indiferencia, la sumisión, el individualismo, el hostigamiento, la represión, el temor y en algunos casos, el terror, para evitar las protestas y los brotes de descontento social.
En cualquiera de estos casos, el resultado es el mismo, una población que se mantiene pasiva ante la violación de sus derechos más elementales, que no protesta aun cuando estén pasando hambre, problemas de salud, humillaciones o sus vidas estén en riesgo.
Esto lo podemos comprobar al observar el comportamiento de millones de personas en el mundo entero que a pesar de estar viviendo en el contexto de una sociedad en crisis en este sistema capitalista, que les trae como consecuencia vivir en condiciones de pobreza, explotación y ser víctimas constantes de la corrupción, no hacen nada por cambiar el sistema social.
Si observamos a nuestro alrededor veremos que la sociedad contemporánea se caracteriza por una creciente y enorme desigualdad social que afecta a millones de personas en el mundo entero, mientras que sólo unos cuantos se benefician de la misma.
El sentido común nos indicaría entonces que lo más sensato es que surjan grandes movimientos de protesta y rebelión social ante esta injusta y desigual situación que afecta a la mayoría de los integrantes de nuestra sociedad, pero en forma especial a niños, ancianos, madres solteras y personas con discapacidades.
Sin embargo, la mayoría de la población que incluye también a los más afectados por esta desigualdad social presenta una tendencia a adaptarse en forma pasiva a sus condiciones de pobreza, miseria y explotación en lugar de luchar por sus derechos humanos.
¿Por qué sucede esto?, porque todos tenemos un policía dentro de nuestras cabezas que nos indica que es malo protestar, que no podemos hacer nada para cambiar esta sociedad, que estamos solos y que nadie nos puede ayudar y que lo mejor que podemos hacer es adaptarnos lo mejor posible a nuestras privaciones, a nuestros sufrimientos, a nuestras carencias. Este guardián de nuestro comportamiento es la ideología de la clase dominante que traemos dentro de nosotros y determina cada uno de nuestros actos individuales.
Por supuesto que no todos aceptamos esta situación, algunas personas nos rebelamos e intentamos hacer algo para cambiar nuestras situación y la de los demás, participando en movimientos de protesta y de resistencia, aunque esto implique ponernos la camiseta del tiro al blanco de la represión y suframos las consecuencias del despido laboral, de la negativa a ser contratados o del "congelamiento laboral" en el mejor de los casos.
En el peor de los casos nos exponemos a ser objeto de la represión policiaca, a ser detenidos en base a delitos inventados, a ser juzgados por un sistema de justicia corrupta, que dependiendo del caso, acelera o retrasa la emisión de una sentencia, o en el caso extremo, nos exponemos a ser desaparecidos, como ha sucedido con muchos luchadores sociales y periodistas comprometidos, tal como acaba de suceder con un grupo de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero. Esto último también funciona para una mayoría pasiva e indecisa ya que crea el temor de que les pueda pasar lo mismo, por lo cual se mantienen dentro de la sumisión y pasividad. 
Tomemos una premisa como punto de partida, vivimos actualmente en el contexto de la "madre de todas las crisis" Es decir, en un sistema social que se encuentra en una crisis global y este último término no se refiere solamente a la extensión geográfica de la crisis en la cual la mayoría de los países del mundo se encuentran en crisis económica y política, sino que hace referencia también a la existencia de todo tipo de crisis en nuestra sociedad contemporánea: crisis económica, crisis política, crisis ecológica, crisis de las instituciones, etc., hasta englobar a todo el sistema en su conjunto.
El origen de esta crisis global del sistema se encuentra en el cúmulo de contradicciones internas que se encuentran en nuestra sociedad: crecimiento de la desigualdad económica (al aumentar el número de pobres y la pobreza en nuestra sociedad, al mismo tiempo que se reduce la cantidad de personas ricas, pero que aumentan en forma escandalosa sus fortunas personales), agudización de la crisis política (al perder credibilidad, prestigio e influencia las diversas instituciones sociales de cada país, especialmente en México: figura presidencial, congreso de la unión, Senadores, Diputados, partidos políticos, Gobernadores, etc.).
Una inmensa población de diversos países se siente cada vez menos representada por sus gobernantes, por sus políticos, por quienes dicen que representan sus intereses y toman decisiones a su nombre. La mayoría de los integrantes de esta sociedad se siente abandonada por los responsables de las diferentes instituciones sociales que deberían velar por sus intereses, pero que desvían el presupuesto público para su beneficio personal o de partido, mientras que la población general sufre los efectos de una fuerte crisis económica y los servicios de salud, de educación, de seguridad pública, seguridad vial, etc., son cada vez más deficientes deteriorando la calidad de vida de una inmensa mayoría.
La muestra de ello son los hospitales sin personal médico y sin medicamentos pero con un gran número de "supervisores", las escuelas sin energía eléctrica, con infraestructura insuficiente y con maestros mal pagados. Etc., etc. El manto de la corrupción se extiende por amplias capas de nuestros gobernantes, de los que dicen ser nuestros representantes políticos, al grado tal de que en la población se ha creado una aversión generalizada hacia "la política" y "los políticos". Sin embargo, las contradicciones sociales continúan agudizándose sin parar en el marco de la madre de todas las crisis, provocando sufrimiento y muertes innecesarias en la población en general.

¿Por qué surge la indiferencia y pasividad social en contextos de crisis social?

En este marco podría esperarse que surgieran múltiples levantamientos de protesta y de inconformidad social, sin embargo, esto no sucede, por lo que cabe la pregunta: ¿Porqué tan sólo unos cuantos protestan y se rebelan, mientras que una gran mayoría se mantiene en el silencio y no protesta aceptando pasivamente los actos de corrupción y la eliminación de derechos laborales y sociales?
Esta pregunta es la que prácticamente dio inicio a la idea de escribir este artículo, la respuesta a la misma no es sencilla ya que conlleva una complejidad teórica y práctica, pero aquí va mi aportación desde la Psicología social.

El desarrollo de la ideología dominante en nuestras mentes

Pues bien, en el ámbito de nuestra sociedad ocurre algo parecido a lo largo de nuestra vida en lo que los psicólogos conocemos como proceso de socialización o desarrollo psicológico, mismo a través del cual construimos una personalidad psicosocial que es una determinada forma de pensar, sentir y actuar que nos hace únicos a los demás y que es el resultado de la interinfluencia e interdependencia con las diferentes figuras significativas de los distintos grupos a los cuales pertenecemos o hemos pertenecido.
El aprendizaje social que adquirimos en nuestro desarrollo psicológico incluye un conjunto de valores, normas, hábitos y pautas de comportamiento que presentaremos desde nuestro nacimiento hasta el fallecimiento. Las fuentes de este aprendizaje que nos indica cómo comportarnos provienen de diferentes instancias que participan en este proceso de socialización y podemos mencionar dentro de ellas a la familia, la escuela, el grupo de amigos, la iglesia, los medios masivos de difusión, redes sociales, etc.
Paralelamente al aprendizaje de pautas de comportamiento, desarrollamos ciertas formas de pensamiento socialmente aceptables a través del desarrollo de una ideología que incluye una percepción en tres niveles: autoimagen, percepción de los demás y percepción de la realidad.
Por lo regular esta ideología es la ideología de la clase dominante, que nos indica como pensar, como sentirnos y sobre todo como actuar. A través del desarrollo e introyección de la ideología de la clase dominante se asegura la reproducción de las relaciones sociales de producción, es decir, la aceptación acrítica del rol social que nos ha sido asignado. De tal forma que el obrero, el albañil, la ama de casa, etc., acepten pasivamente el rol social que les ha sido asignado y que no intenten cambiarlo por ningún motivo ya que ese es el único destino que conocerán en sus vidas.
El filósofo francés Louis Althusser en su libro Ideología y aparatos ideológico de Estado nos describe de una forma magistral este condicionamiento ideológico al que estamos sometidos. Al retomar el ejemplo del edificio social de Carlos Marx, que describe a la anatomía de una sociedad como un edificio en el cual la base es el modo de producción sobre el cual descansan dos infraestructuras, una jurídico política que contiene las leyes y reglamentos que determinan la interacción de los integrantes de la sociedad y otra infraestructura ideológica a través de la cual se reproducen las relaciones sociales de producción.
Por otro lado el psicólogo venezolano Alberto Merani, explica más en detalle la relación que existe entre la Psicología y la ideología en su conferencia del mismo nombre http://www.geocities.ws/ipsge/psicideo.htm
que impartió en El Simposio Internacional "Psicología e Ideología" que fue organizado por el Colegio de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad autónoma de Puebla los días 5 al 10 de Noviembre de 1973.
Tal y como nos dice este último autor, la ideología es como el aire que respiramos las 24 horas, asimilamos ideología en todo momento, en cualquier lugar, sin darnos cuenta de que cada uno de nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestros temores y nuestras expectativas están configuradas por la ideología de la clase dominante.
En este punto es pertinente recordar también lo que nos decía en la década de los setentas otro reconocido autor de nombre Franco Basaglia, quien fue un psiquiatra italiano mismo que en su libro "Los crímenes de la paz" cuando hizo el planteamiento de que en la sociedad capitalista se realizan un sinnúmero de crímenes sociales para garantizar la paz social "que disfrutamos". http://es.scribd.com/doc/33988228/Basaglia-Franco-y-Basaglia-Franca-Los-Crimenes-de-la-Paz-Investigacion-sobre-los-Intelectuales-y-los-Tecnicos-como-servidores-de-la-Opresion
Estos crímenes a los que se refiere son entre otras cosas el alto número de muertes por no tener acceso a servicios de salud, o por enfermedades que pueden ser curadas, etc.
El planteamiento central de Basaglia es que la sociedad capitalista tiene un conjunto de contradicciones sociales que la ubican como algo similar a un barril de pólvora que está a punto de estallar. Para evitar tal estallido social, la clase en el poder delega parte de su poder en los funcionarios del consenso, en los técnicos del saber práctico, es decir, en los psiquiatras, psicólogos, médicos, trabajadoras sociales, etc.
Que utilizando su ciencia mediatizan el problema social y lo individualizan de tal forma que los problemas de alcoholismo, de drogadicción de delincuencia común son reducidos a problemas que presentan ciertos individuos que merecen ser recluidos en una cárcel, un hospital psiquiátrico o en un internado
Franco Basaglia llama funcionarios del consenso a estos profesionales porque con su actuación buscan generar un consenso de aceptación hacia la realidad social imperante, técnicos del saber práctico porque en su papel de "científicos" avalan con su ciencia la distorsión de la realidad al individualizar los problemas sociales.
En la introyección de la ideología de la clase dominante en los individuos que conforman nuestra sociedad contemporánea intervienen diferentes instancias socializantes, dentro de las cuales sobresale aquella que en su momento el polémico autor Wilhelm Reich llamó en su libro La lucha sexual de los jóvenes "la correa de transmisión ideológica entre el individuo y la sociedad": La familia.

La familia como agente ideologizante

Como grupo primario, la familia es el primer contacto entre el individuo y la sociedad, en su interior toda persona aprende no sólo el lenguaje y a desarrollar su identidad psicosocial, construye también una personalidad psicosocial, esa determinada forma de pensar, sentir y actuar que nos hace únicos y diferentes a los demás, sino que también asimila, los valores, las actitudes y los comportamientos, observando los modelos de las personas que lo rodean, especialmente a los padres.
En ese sentido, el aprendizaje social que inicia en la familia, se complementa con un metaaprendizaje, es decir, hay un proceso mediante el cual que se aprende más allá de lo que se enseña, se aprende a reaccionar con determinadas actitudes ante ciertas situaciones, la sexualidad es un claro ejemplo de ello al asimilar imágenes de lo que debe ser un hombre y lo que debe ser una mujer.
Se aprenden así al interior de la familia los roles sexuales masculinos y femeninos observando el comportamiento de los padres, hermanos, hermanos, tíos, tías, primos, primas, etc. A través del modelaje de los demás y de la observación se asimilan los valores predominantes que construyen nuestras actitudes y formas de pensamiento. De esta manera podemos entender que actitudes como la del machismo y menosprecio hacia las mujeres se aprenden en el interior de los hogares y no fuera de ellas, lo mismo sucede con la generosidad o el egoísmo.
También al mismo tiempo se asimilan los prejuicios, los estereotipos los temores y las actitudes que exhiben los integrantes de la familia hacia determinadas personas, objetos, situaciones o incluso hacia ciertos animales. Si algún integrante de la familia presenta en su comportamiento cotidiano terror a los perros, temor a la oscuridad, temor a la soledad, prejuicios hacia cierto tipo de personas (homosexuales, gente de color oscuro, o de determinado grupo socia), transmite sin darse cuenta este tipo de sentimientos y resentimientos hacia los miembros más pequeños de la familia, que por su corta edad, asimilan con una enorme facilidad dicho aprendizaje informal.
Diversos estudios han demostrado hasta el cansancio la enorme influencia que tiene el grupo familiar sobre sus integrantes, sobre todo los más pequeños. Se llama grupo primario a la familia precisamente porque, aparte de ser el primer contacto social que tiene todo individuo, las relaciones entre sus integrantes están basadas en relaciones primarias, es decir, en relaciones afectivas, el vínculo que los une son los sentimientos.
La familia prepara a sus integrantes para su incorporación a la vida social mediante el aprendizaje de un repertorio verbal, actitudinal y afectivo. El comportamiento de los padres está condicionado por la ideología dominante y con su ejemplo cotidiano, a través de la interacción diaria, enseñan sin ser maestros a sus hijos cómo actuar, como conducirse y reaccionar ante determinadas situaciones.
Obviamente la familia es el primer escalón, la primera fase del aprendizaje social y no cabe duda de la interinfluencia existente a su interior. Tradicionalmente a la familia se le ha considerado el primer agente socializante, la instancia de mayor influencia sobre las nuevas generaciones, sin embargo, debido a los cambios sociales que se han presentado en los últimos años poco a poco ha ido perdiendo influencia por la disminución del tiempo de interacción entre padres e hijos que surgió como resultado de la incorporación de la mujer al aparato productivo al ingresar a trabajar o al sistema educativo.

La ideologización de los medios

De esta forma el desarrollo tecnológico ha permitido que los medios masivos y concretamente la televisión vengan a situarse como un rival que viene a competir con la familia en el proceso de influencia familiar que conduce a la construcción de la personalidad psicosocial.
La presencia de la televisión viene a ocupar gran parte del tiempo de esparcimiento y diversión de los niños al ser considerada por algunos padres como la mejor "cuidadora de niños" y dejar que éstos consuman gran parte de su tiempo frente a la televisión, ya que permanecen pasivos y concentrados con la televisión. La televisión, la radiointernet, las redes sociales penetran en nuestros hogares y actúan como fuentes de aprendizaje ya que sus contenidos son asimilados por los integrantes de la familia. La televisión viene a modificar las relaciones interpersonales ya que son menos frecuentes las interacciones cara a cara, ahora con el televisor dentro de la casa, en la sala, en la cocina, en las recámaras, la interacción se da hombro con hombro al compartir los integrantes de la familia el consumo de series televisivas, películas, novelas, etc.
A través de la televisión se asimilan nuevas formas de comportamientos, se distorsionan los valores familiares, se generan nuevas actitudes y se asimilan nuevos contenidos informativos. Es de suma importancia mencionar en este punto que al encontrarnos dentro del sistema capitalista que se basa en la propiedad privada, los medios masivos de difusión pertenecen a particulares que buscan beneficiar intereses privados.

Aparte de fomentar el consumo y propiciar una enajenación colectiva, los medios masivos de difusión promueven una ideología que viene a ser la ideología de la clase dominante.
El papel que juegan los medios masivos de difusión a favor de la clase dominante ha quedado sumamente claro en los procesos electorales recientes que han tenido lugar en México y en el mundo entero, al aliarse los propietarios de los medios masivos de difusión con la élite en el poder para engañar a la población distorsionado la compleja realidad que vivimos, al persuadir la tendencia del voto en favor de los candidatos de la oligarquía en el poder y al criminalizar la protesta social, proyectando una imagen negativa de quienes se atreven a protestar y mostrar su inconformidad mediante movilizaciones sociales. Para una mejor lectura sobre el papel que juegan los medios masivos de difusión en nuestras vidas se sugiere leer el siguiente artículo.

La religión como ideología de control social

Paralelamente a la influencia de la familia y de los medios masivos de difusión en el desarrollo psicosocial y la ideologización de todo individuo, otra instancia socializante participa en este proceso, me refiero a la Iglesia a través de la religión.
En México y en la mayoría de los países latinoamericanos la religión predominante es la católica y es parte importante del sistema de valores de una gran población. A pesar de que la Iglesia católica como institución se encuentra en crisis (como la mayoría de las instituciones en nuestra sociedad), ya que ha disminuido la población creyente, ha enfrentado escándalos como el abuso sexual de niños por parte de sacerdotes y han surgido nueva religiones, un buen porcentaje de la población aún se declara creyente de la fe cristiana.

Históricamente la religión es la fuerza ideológica más poderosa y persistente en la humanidad. http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lec/gomez_m_dm/capitulo2.pdf
En nombre de la religión se han cometido y se siguen cometiendo infinidad de crímenes a lo largo de la historia de la humanidad, naciones enteras se han involucrado en guerras por motivos religiosos. En la foto de abajo aparecen niñas israelíes autografiando bombas que serán arrojadas en comunidades palestinas, escribiendo la leyenda "con amor". ¿No es esto aberrante y totalmente cuestionable? Pues a los ojos de los judíos no lo es. 
La religión ha penetrado Estados donde no se ha hecho la separación entre el Estado y la Iglesia. En algunos países como Estados Unidos todavía se juramenta ante la biblia al tomar posesión de cargos o al presentar testimonios en juicios, como parte del ritual que indica que lo que se está declarando es la verdad. El uso de la biblia es considerada la máxima expresión de sinceridad y verdad.
La religión surgió como alternativa ante la falta de respuestas que permitieran explicar a los sufrimientos y tragedias de la vida humana, lo que le permitió al ser humano una compensación. En forma tradicional la religión ha sido respaldada por grupos y organizaciones de derecha que se oponen a todo tipo de cambios sociales y promueven la adaptación social, aún dentro de una sociedad en la existe una gran desigualdad económica y social ya que ellos mismos forman parte de las oligarquías que tienen el poder.

La religión se ha opuesto al desarrollo de la ciencia que la cuestiona y la desnuda como instrumento de dominación y tergiversación de la realidad social, durante siglos la Iglesia católica se opuso a la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, sin embargo las ciencias siguieron evolucionando y teniendo tal aceptación que recientemente el Papa Juan Pablo se vio obligado a pedir perdón y aceptar la validez de esta teoría. http://www.elmundo.es/especiales/2009/02/ciencia/darwin/seccion4/seccion44.html
Las iglesias cristianas siempre se opusieron a los movimientos sociales que lucharon y obtuvieron la libertad de credo, por el divorcio, por la legalización de la homosexualidad, por el derecho al aborto, etc.
Su postura siempre ha sido conservadora, represiva y siempre del lado de la clase que está en el poder. Los representantes de la Iglesia católica suelen interactuar con los miembros de la clase dominante integrantes de la oligarquía económica y de la clase política, obteniendo de ellos diversos tipos de beneficios.
A cambio los representantes de la iglesia no han dejado pasar oportunidades de respaldar a sus benefactores tal como lo hizo el Arzobispo de Hermosillo Carlos Quintero Arce al manifestar su apoyo a los dueños de la guardería ABC donde fallecieron casi medio centenar de niños y resultaron heridos un número mayor en el incendio del edificio de dicha guardería. http://www.jornada.unam.mx/2009/08/24/politica/017n1pol
Una acción de distracción ideológica más reciente la realizó el actual Arzobispo de Hermosillo, Sonora José Ulises Macías. http://www.elimparcial.com/EdicionEnLinea/Notas/Sonora/24082014/878059-Arzobispo-bendecira-agua-del-Rio-Sonora.html
La religión es una ideología que contiene creencias basadas en la fe en una fuerza sobrenatural, promete una vida mejor después de la muerte y promueve los valores del estoicismo, la abnegación, el sacrificio y la resignación con la promesa de un mundo mejor después de la muerte.
En forma contradictoria la religión siendo una ideología se ha mostrado intolerante con quienes se manifiestan libre pensadores o simplemente ateos. Para algunos creyentes es una blasfemia negar la existencia de su Dios, una divinidad que los seres humanos no vemos pero que algunos creen fervientemente.
Esto ha propiciado un ambiente en el cual, aquellos libre pensadores que no profesamos creencia religiosa alguna, tengamos que "confesar" nuestro ateísmo como si estuviésemos incurriendo en un gran pecado. Tómese nota del término elegido "confesar" como si estuviésemos incurriendo en algún pecado.
La religión fomenta los sentimientos de culpa en la mente de millones de personas que tienen que librar una lucha interna para "no caer en tentación", o confesarse después de cometer algún "pecado", o simplemente vivir con el sentimiento de culpa carcomiendo su interior.
Por lo que escribo aquí quizá algunas personas se sientan ofendidas, si esto sucede solo pido respeto a mi libertad de pensamiento, así como yo muestro respeto las creencias religiosas de mis familiares, amigos, compañeros, vecinos, etc. La tolerancia es un valor que debemos compartir.

Por otro lado, la religión jugó un papel importante en la represión de la sexualidad humana, durante la época del imperio romano cuando la sexualidad se expresaba libremente, los primeros cristianos se apartaron de este tipo de prácticas calificándolas de pecaminosas.
Con el desarrollo del cristianismo la figura de la mujer se vio dividida en dos imágenes: la Virgen María que representaba la pureza, cuya feminidad se limitaba a la reproducción y Eva la mujer sensual, que incitaba al pecado. La sexualidad se limitó a la reproducción en la institución matrimonial y con ello floreció la prostitución.
Al predicar la abstinencia y concebir el goce de la sexualidad como pecado, la religión somete a sus fieles a una lucha interna, deben reprimir sus deseos sexuales y fantasías. Cuando esto no sucede y ceden a la tentación surge el sentimiento de culpa que provoca que millones de personas tengan un desarrollo psicológico basado en la inseguridad, en la timidez, en la indecisión, con grandes temores internos. Personas con estas características caen fácilmente en la sumisión y son fáciles de controlar por quienes están en el poder.
Sin embargo, este llamado a la castidad, a la abstinencia que hacían en público, no impidió que en la privacidad de la iglesia o de los confesionarios, un buen número de sacerdotes incurrieran en actos de violación de niños y jóvenes. A pesar de las denuncias masivas plenamente demostradas, la Iglesia como institución protegió a los sacerdotes pedófilos y se limitó a ubicarlos en otras iglesias.
La religión entonces tiene una función ideologizante que va mas allá de preparar a los fieles creyentes para vivir en abstinencia del pecado, sino que mas bien se dirige a promover la adaptación social en forma acrítica, lo cual la convierte en una ideología que contribuye a mantener el estado actual de las cosas y se opone al cambio social. La religión es parte de las fuerzas que contribuyen a mantener el sistema actual en que nos encontramos.

La ideologización de la escuela capitalista

La labor de ideologización que realizan la familia, los medios masivos de difusión y la religión se complementa con la labor realizada por otra instancia socializante: la escuela, en la que los niños y jóvenes pasan a formar parte de un grupo formal, con una estructura más rígida que la de la familia.
La escuela recibe a los alumnos desde muy temprana edad, con su labor contribuye a que los infantes amplíen su identidad psicosocial y fortalezcan su carácter al permitirles ubicarse como individuos sociales que forman parte de otro grupo social aparte del grupo familiar, con lo cual se rompe el etnocentrismo que mantenían al interior de la familia al considerarse el centro de la atención de los demás integrantes de la familia.
En la escuela aprenden que no están solos y por lo mismo deben compartir con los demás no sólo los materiales didácticos, comida y juguetes, sino también la atención de la figura de autoridad, lo que les permite desarrollar ciertas habilidades sociales para independizarse psicológicamente.
Se supone que la escuela debería formar a los alumnos con una visión transformadora del futuro, pero esto no es así ya que durante su paso por el sistema de educación formal de primaria, secundaria y media superior, los alumnos adquieren conocimientos básicos y de cultura general, pero al igual que sucede en la familia, dentro de la escuela se produce un metaaprendizaje, es decir se aprende algo más allá de lo que se enseña, más allá de los conocimientos que se evalúan.
Se aprende principalmente la adaptación al rol que les ha sido asignado como estudiantes, creando un tipo de relación entre el maestro y el alumno basado en un vínculo de dependencia, que conduce al aprendizaje principal que es respetar a la figura de autoridad, tal como lo plantea el psicoanalista argentino Rodolfo Bohoslavsky en su artículo Psicopatología del vínculo maestro alumno, http://www.cucs.udg.mx/avisos/Martha_Pacheco/Software%20e%20hipertexto/Antolog%C3%ADa_PA101/Boholavsky.pdf
Los 12 años de primaria, secundaria y preparatoria, nos dice Bohoslavsky, equivalen a un curso de 12 años acerca de cómo ser un buen esclavo, ya que aprenden que el vínculo que sólo es posible entablar con la figura de autoridad es el vínculo de dependencia.
Con ello "la escuela contribuye a reproducir la desigualdad y la injusticia…al legitimar y reproducir los intereses de la clase dominante dirigidos a crear futuros trabajadores obedientes, dóciles y mal pagados", según nos plantea Peter McLaren en su libro La vida en las escuelas. http://www.uaeh.edu.mx/profesorado_honorario_visitante/peter_mclaren/material/LA%20VIDA%20EN%20LAS%20ESCUELAS.pdf
La escuela adiestra más que educar, su concepción de la educación se reduce a un aprendizaje que consiste en la memorización de datos que posteriormente serán evaluados como respuestas correctas o incorrectas, con esta percepción se fomenta un estilo de aprendizaje pasivo que busca respuestas a determinadas preguntas y no contribuye al desarrollo del pensamiento y mucho menos de la crítica.
La educación debería estimular el pensamiento creativo y crítico del estudiante, pero esto no sucede en las escuelas contemporáneas, porque la escuela dentro del sistema capitalista es otro aparato ideológico del Estado que contribuye al mantenimiento del control social de la población. http://es.scribd.com/doc/40954603/La-Escuela-Capitalist-A-Aparato-Ideologico-Del-Estado-Al-Servicio-de-La-Reproduccion-Social
Las escuelas de los niveles de primaria, secundaria y preparatoria sirven como un filtro para impedir que la totalidad de la juventud llegue a realizar estudios universitarios. De esta forma nos encontramos que en México que cuenta con una población superior a los 113 millones de habitantes, sólo un porcentaje muy bajo de jóvenes tenga acceso a educación universitaria, cifras recientes ubican a la población de estudiantes universitarios en un cifra ligeramente superior a los 3 millones (3, millones, 274 mil alumnos). http://red-academica.net/observatorio-academico/2012/10/03/la-educacion-superior-en-mexico-2006-2012-un-balance-inicial/
La escuela contemporánea como institución se encuentra en crisis, porque presenta una gran distancia entre el discurso y la acción. La educación lejos de contribuir a la liberación social se ha convertido en una mercancía más, ofertada a través de instituciones de educación privadas que en los contenidos de sus planes de estudios priorizan las necesidades de las grandes organizaciones y dejan de lado la atención a los grandes problemas sociales.
Ese es el sentido real de los programas universitarios que declaran buscar la vinculación entre la Universidad y la sociedad.
Los gobiernos de los diferentes países de Latinoamérica contribuyen a la degradación de la educación en todos los niveles al reducir el presupuesto para las escuelas y las universidades púbicas, al atacar a los sindicatos universitarios, provocándolos para que utilicen la huelga como último recurso legal que les queda y realizar campañas de difamación y calumnias presentando a los huelguistas como los intransigentes que "sólo desean estar en huelga para cobrar sin trabajar". 
Por otro lado las autoridades educativas federales y estatales permiten cada vez más el surgimiento de escuelas y universidades "patito", en donde la simulación es la norma y la educación es la ausencia. De la noche a la mañana se cambia el status de centros educativos al nivel de universidades, sin un fundamento académico, sólo con la voluntad del gobernador en turno y mediante decreto se da status de universidad a centros educativos.
Las universidades, como toda organización dentro del sistema capitalista no escapan a la cultura de la corrupción, por lo que se puede ver el día de hoy, ante la antidemocracia existente en su interior, cualquier…persona puede ser rector hoy en día. De esta manera vemos que algunas universidades mexicanas tienen como máxima autoridad a una persona sin credenciales ni trayectoria académica, dirigiendo el destino de académicos, trabajadores universitarios y estudiantes. Y más aún dichas personas tienen la oportunidad de reelegirse, porque las leyes universitarias excluyeron la democracia a su interior al eliminar el voto secreto, directo y universal en la elección de sus autoridades, mismas que son electas y reelectas por un grupo reducido de personas que se prestan al juego de la antidemocracia.
La simulación es la trama de cada día en algunas universidades, en donde algunos maestros se simula que existe democracia pero no la hay, también la simulación se da por parte de algunos profesores que simulan que enseñan y los estudiantes se prestan a este juego al simular que estudian. Lo que posteriormente da como resultado que muchos egresados de las universidades del país no ejerzan su profesión al estar laborando en puestos de trabajo no relacionados con lo que estudiaron. 
Actualmente las universidades como instituciones de educación superior se encuentran en el blanco de los embates del neoliberalismo, al modificar sus leyes universitarias reduciendo el nivel de participación de la comunidad universitaria en el proceso de toma de decisiones, al modificar unilateralmente los contratos colectivos que tienen firmados con sus sindicatos universitarios, al intentar reducir el papel de los universitarios como lo es el caso del Instituto Politécnico Nacional en México de educación superior que pretenden que al terminar su carrera los alumnos ya no sean ingenieros, sino que sean simplemente técnicos.
En síntesis, la escuela es una instancia socializante que refuerza el proceso de ideologización que contribuye a que se reproduzcan las relaciones sociales de producción, o sea a que cada quien acepte el rol social que le ha sido asignado, con lo cual se fortalece el control social que favorece a la clase dominante.
Podría seguir aportando ejemplos acerca de cómo nuestra forma de pensar, sentir y actuar está determinado por quienes se encuentran en el poder, utilizando diferentes instancias de ideologización que contribuyen a fortalecer el control social, pero creo que lo que se ha comentado hasta el momento sobre la ideología y el control social es suficiente para comprender que no somos libres, que pensamos que tenemos libertad, pero en realidad no lo es así, ya que nuestros actos están determinados por factores externos que favorecen a quienes mantienen el poder en nuestra sociedad y que el libre albedrío en realidad no existe. 
En base a lo que hemos visto a lo largo de este articulo, podemos ver que la ideología se encuentra en todas partes, la aspiramos por todos lados, la asimilamos en cualquier lugar, la absorbemos de diferentes fuentes y por diferentes medios, pero en última instancia esta ideología que determina nuestra forma de pensar, sentir y actuar no representa realmente nuestros intereses como personas ya que las formas de pensar individuales, nuestros pensamientos más íntimos, inclusive los prejuicios que tenemos (hacia las personas obesas, hacia las personas de baja estatura, hacia todas aquellas personas que no encajan con las figuras ideales de lo que es ser hombre y lo que es ser mujer) y la manera de percibir el mundo está determinado en función de los intereses de la clase dominante.
La clase dominante no sólo asegura su permanencia en el poder mediante el control social a través del control ideológico, mismo que logra con la participación de diferentes instancias socializantes tal como hemos visto (familia, medios masivos, religiónescuela, etc.), sino que también a través de la ideología nos induce al conformismo social, a la inmovilización, al consumo exagerado y también a la condena social de todos aquellos que intenten cuestionar "el estado de bienestar" en el que nos encontramos al criminalizar la protesta social.
A estas alturas quizá más de algún lector tiene en su mente una pregunta muy pertinente: ¿Cuál es el papel de la Psicología en este proceso de control social? Y sobre todo una pregunta mucho más importante: ¿Qué papel juega o podría jugar la Psicología en la transformación de esta sociedad antidemocrática, desigual e injusta por otra en la que predomine la democracia, la igualdad y la justicia?

La Psicología como instrumento de control social

Al igual que el tema de la religión, abordar el papel de la Psicología y su relación con la ideología es un tema polémico, pero que debemos tocarlo para poder responder a la pregunta acerca del porqué la indiferencia y pasividad de un sector de la población en contextos de crisis social.
El análisis del papel que juega la Psicología nos permitirá comprender como se da este proceso de sujetación ideológica que impide que buena parte de la población se mantenga con una actitud pasiva, en silencio e inmóvil y acepte como "normales" situaciones que rayan en lo intolerable.
Quizá en este punto algunas personas tiendan a pensar que sólo podrían hablar de Psicología las personas que estén relacionadas con ella, como los profesores y estudiantes de Psicología y los profesionales de esta disciplina, tal como sucedería con los médicos y la medicina. Sin embargo esto no es así, ya que de una u otra forma todos estamos involucrados en esta disciplina y los efectos de su ejercicio por lo que se sorprenderían de cómo la Psicología interviene en nuestras vidas cotidianas manipulando nuestras necesidades, sentimientos, deseos y expectativas.
Las experiencias que tuve en la década de los setentas participando en movimientos estudiantiles en la Universidad de Sonora, participando en el movimiento estudiantil que intentaba institucionalizar el cogobierno entre estudiantes, maestros y trabajadores en la vida universitaria, una lucha que nos llevó a enfrentar la represión del Estado mexicano que condujo al encarcelamiento de varios compañeros y amigos y a la desaparición física de otros más, me llevaron a tomar consciencia del carácter injusto, antidemocrático y desigual de la sociedad en que vivimos.
Esto me proporcionó la oportunidad de madurar ideológicamente a muy temprana edad y despertó en mí la semilla de un fuerte compromiso social por cambiar nuestra realidad.
La feroz represión que se dio en México y en varios países de Latinoamérica (Chile, Argentina, Uruguay y otros) con la llamada operación Cóndor me hicieron tomar consciencia de que el cambio social no se lograría con un activismo espontáneo y estudiantil, sino que mas bien la lucha por lograr un cambio social sería larga y que tendríamos que prepararnos para la misma.
Esas y otras razones me llevaron a tomar la decisión de estudiar Psicología contando tan sólo con 17 años, lo hice también motivado por mis deseos de ayudarme a comprenderme a mí mismo y ayudar a los demás, partiendo de las expectativas de que esta disciplina me ayudaría para tal cometido y de esta manera contribuir al cambio social. 
Sin embargo, más de 40 años después me encuentro con que la disciplina en la que me formé para contribuir al cambio social, ha cambiado radicalmente y lejos de ser un instrumento de liberación social, se ha convertido en el mejor de los instrumentos de control social ya que con su actuación contribuye a fortalecer un consenso de aceptación social.
En pleno siglo XXI se observa que la Psicología académica que se enseña en las universidades mexicanas y de otros países realiza en realidad una práctica ideológica y en ningún momento una práctica científica, ya que al dividir la enseñanza de la Psicología en ámbitos particulares de intervención psicológica (clínica, educativa, ambiental, etc.), contribuye a la parcialización del conocimiento y a una innecesaria especialización que en la práctica se torna en una enajenación del conocimiento y su práctica.
Debido a ello, me encuentro en la situación de que la lucha contra la ideologización empieza por el cuestionamiento del papel que juega la Psicología no sólo en nuestras vidas cotidianas, sino también en nuestras universidades y sobre todo, del cuestionamiento de nuestro papel como maestros de Psicología y por tanto, como formadores de futuros profesionales de la Psicología.
Este "desnudo psicológico" es parte de las motivaciones que me indujeron a escribir este artículo sobre la relación que existe entre Psicología, ideología y cambio social, para contribuir a crear las condiciones para lograr un verdadero cambio social.
De entrada quiero decir que coincido plenamente con Ian Parker cuando manifiesta en su libro La Psicología como ideología: "la disciplina ha traicionado su promesa de servir para comprender y ayudar a las personas, y sobre qué hacer para que los psicólogos trabajen a favor del cambio social y no contra del mismo". https://mega.co.nz/#!oVRXxCJI!BINC0Vsb1_Z_mr5EabWb4-ZuvZCUNVwotUqLALpCW2c
No pudo haberlo dicho mejor, ya que describe perfectamente la forma en la que percibo actualmente mi profesión. Lo que sigue a continuación quizá no sea del agrado de mis compañeros maestros de Psicología en la Universidad de Sonora y en otras instituciones educativas donde existen escuelas y facultades de Psicología, pero estoy dispuesto a iniciar el debate, siempre y cuando sea un debate de altura y no se limite a ataques personales.
Al analizar la Psicología y su relación con la ideología, utilizaré dos escenarios donde esta vinculación está presente:
En primer lugar, reflexionaré sobre la psicología académica, es decir, la psicología que se enseña en las universidades, para estudiar las condiciones en las que son formados miles de estudiantes de Psicología.
En segundo lugar, centraré mi atención en la práctica profesional de la Psicología, atendiendo los objetivos y el papel que tiene el ejercicio de la Psicología en nuestra sociedad actual.
El primer encuentro que tuve con la con la Psicología convertida en ideología fue cuando ingresé a la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana. Al igual que millones de personas mi percepción de la Psicología se basó en lecturas previas que realicé por mi cuenta. Mi decisión de estudiar Psicología se basó en la lectura de libros de Sigmund Freud, de Erich Fromm, de Wilhelm Reich, de Herbert Marcuse, etc.
Obviamente todos de tendencia psicoanalítica pero con aportaciones muy interesantes que me permitieron ampliar mi horizonte de la realidad de aquella época. Debido a que en aquella época (mediados de los setentas) no existían escuelas o facultades de Psicología en mi lugar de residencia, o cerca de la misma, me di a la tarea de buscar una opción educativa que me permitiese formarme como psicólogo.
Fue así que me enteré que la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana era considerada en ese entonces como la mejor de Latinoamérica, por lo que preparé mi partida a ese estado del sureste de México, lo que implicaba viajar más de 3,000 kilómetros, porque, al igual que hoy en día, yo vivía en el noroeste de México en la capital del Estado de Sonora, Hermosillo.
Estudiar Psicología fue para mí una decisión de gran trascendencia por ser hijo de minero retirado y miembro de familia numerosa que no tenía posibilidad alguna de apoyarme financieramente para realizar mis estudios. Sin embargo eso no me detuvo ya que con mucho entusiasmo me trasladé en 1976 a Xalapa, la capital veracruzana a iniciar mis estudios de Psicología.
Lo primero que me encontré es que aquella afirmación de que la "Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana era la mejor de Latinoamérica", estaba basada en el hecho de que la teoría psicológica del conductismo estaba entrando a Latinoamérica a través de la Universidad Veracruzana por parte de algunos maestros que realizaron estudios de postgrado en Estados Unidos.
Esto representó un choque con mis expectativas iniciales porque consideré en ese entonces y hasta la fecha a la teoría conductual como una técnica de manipulación al servicio de la clase en el poder y que estaba muy lejos de ser considerada como una ciencia. Sin tener otra alternativa a mi alcance decidí continuar mis estudios leyendo los materiales que me daban mis maestros, todos con enfoque conductual, mientras continuaba por mi cuenta con mis lecturas de corte psicoanalítico.
Los primeros semestres de mi carrera de Psicología obtuve bajas calificaciones porque participaba constantemente en clases y apoyado en mis lecturas personales cuestionaba las lecturas sobre conductismo de mis maestros, quienes en respuesta al no poder reprobarme se limitaron a darme bajas calificaciones.
Cuando en el quinto semestre entré al área de Psicología social, fue cuando sentí que la espera valió la pena porque con mis compañeros estudiantes y maestros de esa área, realizamos una lectura epistemológica de todas las corrientes de Psicología existentes en ese momento y decidimos unánimemente romper con el conductismo por considerarla como una reducción de la Psicología a nivel de técnica que contribuía al control social de la población y decidimos optar por un enfoque ecléctico en nuestra formación como psicólogos sociales.
Influyó mucho en esta decisión el contar con maestros de Psicología social venidos de Chile, Guatemala y Argentina, que llegaron a México en calidad de refugiados huyendo de la represión de las dictaduras militares de sus países, perseguidos por mantener un fuerte compromiso social en su práctica profesional al realizar trabajos comunitarios de organización de la población víctima de la represión.
Esta ruptura con el conductismo nos generó el aislamiento de los demás profesores de Psicología de las diferentes áreas de esa Facultad que optaban por el conductismo, así como la negativa a utilizar la biblioteca de la Facultad y el rechazo al presupuesto asignado para la realización de prácticas profesionales.
La única queja que teníamos los estudiantes del área de Psicología social hacia nuestros profesores (que el día de hoy les agradezco inconmensurablemente), era la enorme cantidad de lecturas que teníamos que hacer cada semana. Leíamos un promedio de cuatro libros por semana. En esas condiciones terminé mis estudios de licenciatura en Psicología formado en el área de Psicología social.
El segundo encuentro que tuve con el conductismo fue años después cuando ingresé en 1985 a la escuela de Psicología de la Universidad de Sonora, a través del sistema de concurso de oposición mediante el cual gané mi plaza de Maestro de Tiempo Completo, como Jefe del área de Psicología social.
El plan de estudios de Psicología en la Universidad de Sonora fue diseñado por compañeros egresados de la Universidad Veracruzana, que estudiaron Psicología experimental y Psicología Clínica. Me favoreció el hecho de que esta escuela de Psicología iba iniciando ya que se creó en 1982, por lo cual tuve la oportunidad de diseñar los programas de las materias que estuvieron bajo mi responsabilidad.
Las materias que impartí fueron Psicología social I y Dos, Psicología social de grupos, psicología social de las organizaciones, en las cuales volqué todo lo aprendido en el área de Psicología social de la Universidad Veracruzana, además de una nueva en la que aprendí mucho que fue Mercadotecnia ya análisis de la conducta del consumidor.
Rodeado de maestros conductistas que veían al conductismo como la única alternativa real en la Psicología, sentía con gran frecuencia el rechazo a mis cuestionamientos epistemológicos hacia esta teoría psicológica. Sin embargo, en ningún momento aceptaban el debate académico, por lo que mi cubículo universitario se transformó en mi refugio, en mi bunker y no solo en mi lugar de trabajo.
En mi trabajo con mis alumnos de manera repetida les hago énfasis en que la Psicología es una ciencia social y que como científicos sociales debemos evitar caer en los dos errores que trae consigo el abrazar fervientemente la teoría conductista:
a) El reduccionismo científico del psicologismo que consiste en pensar que el comportamiento humano es posible comprenderlo sólo con las teorías de la Psicología, sin considerar que otras variables (económicas, políticas, antropológicas, etc.) determinan también el comportamiento humano.
b) Más grave que el anterior es el corrientismo psicológico que consiste en casarse con una corriente de la Psicología y rechazar las aportaciones de las demás corrientes de esta disciplina.
La Psicología es una ciencia en construcción y una prueba de ello es la dificultad de encontrar una definición unánime sobre la misma. Al buscar una definición de lo que es la Psicología nos encontramos una gran variedad de respuestas, mismas que en última instancia podrían resumirse en el estudio de la conducta y el estudio de la consciencia.
Si se realiza un análisis epistemológico de las mismas se descubre que el conocimiento que ambas producen no es científico, sino más bien ideológico, en la medida de que el conocimiento científico se produce a partir de una ruptura con los conocimientos que nos proporcionan los sentidos.
Si partimos de las apariencias para elaborar nociones de la realidad y construir paradigmas y modelos teóricos estaremos construyendo una ideología.
Recordemos en la historia de las ciencias dos casos para ejemplificar esto. Nicolás Copérnico no partió del conocimiento de las evidencias para construir su teoría geocéntrica, el no vio que la tierra giraba sobre su propio eje, sino que utilizó modelos matemáticos para llegar a las conclusiones de que la tierra giraba sobre su propio eje y alrededor del sol.
Isaac Newton descubrió la fuerza de gravedad a través de la importación de conceptos matemáticos a la Física con los cuales planteó el problema de la caída de los cuerpos con una teoría que contradecía totalmente la información que nos dan los sentidos.
La teoría conductual no establece una ruptura con la información que nos proporcionan los sentidos, sino que más bien parte de la observación y de la experimentación para lograr su objetivo de comprender, predecir y controlar la conducta.
En una ocasión asistí a un congreso de Psicología social en el Distrito Federal y escuché con atención una ponencia cuyo título despertó mi curiosidad: "Las madres de hoy son más destructivas porque estudiaron Psicología". Pensé que sería una vacilada pero no fue así ya que el ponente explicó como las madres contemporáneas al tener acceso a la teoría conductual aplicaban con sus hijos las técnicas de reforzamiento y control de la conducta: castigo, extinción y reforzamiento para tener un mejor control de ellos.
Como resultado obtenían hijos obedientes y "bien portados", pero que esa educación generaba el temor al castigo y eliminaba la espontaneidad que debe tener todo niño, por lo que su desarrollo psicológico se veía afectado grandemente impidiéndoles un sano desarrollo emocional, una seguridad interna y la construcción de una personalidad sana, ya que no podían ser auténticos en el sentido de expresar libremente sus sentimientos y emociones y decir lo que realmente pensaban por temor al castigo.
Esa es una parte del problema con el conductismo como corriente imperante en la enseñanza de la Psicología, ya que propicia un desvinculamiento afectivo, una separación entre el "sujeto y objeto de investigación" o intervención.
Otro aspecto del problema con el conductismo es su aplicación en diversos ámbitos de la vida cotidiana, como la escuela y el mundo del trabajo.
Si nos ponemos a pensar que vivimos en una sociedad en crisis en donde existe una enorme desigualdad económica, que presenta una inmensa mayoría de millones de personas viviendo en la pobreza y unos cuantos supermillonarios, ¿qué podríamos pensar de una técnica que se hace llamar ciencia y persigue como objetivo la comprensión, predicción y el control de la conducta?
¿A quién le interesa y beneficia controlar la conducta de los demás? ¿Al psicólogo?, recordemos que el psicólogo trabaja para alguien, pero ese alguien no da la cara lo que le interesa es mantener el control social y el conductismo le sirve como anillo al dedo para lograr controlar a los demás, porque "es la ciencia de la Psicología" la que permite identificar aquellos individuos desviados de la norma y proceder con ellos para intervenir y lograr su adaptación al medio social.
Con el conductismo la Psicología adquiere un carácter "objetivo", propio de una ciencia y esta objetividad la adquiere a partir del desarrollo de las ciencias biológicas que retomaban datos medibles, verificables y comprobables. La influencia de una concepción biologicista en la Psicología se comprende mejor al preguntarnos, ¿Cuál es la finalidad de la conducta en el reino animal: la adaptación. ¿Cuál es la finalidad que persigue el enfoque conductual en seres humanos: la adaptación social.
El conocimiento y los instrumentos que utiliza la psicología conductual están destinados a lograr la adaptación social de las personas en el contexto de una sociedad en crisis económica, política y social.
De aquí que podemos ver que la importancia de la Psicología académica no está en función de la verdad del conocimiento que produce, sino del servicio que presta a la clase en el poder.
En mis tiempos de estudiante en una Facultad de Psicología donde predominaba el enfoque conductista cayó en mis manos un libro que era considerado como parte de las "lecturas prohibidas" en Psicología. Me refiero al libro Psicología ideología y ciencia del psicoanalista argentino Néstor Braunstein. Un pequeño grupo de compañeros decidimos mimeografiarlo (perdón por si algunos jóvenes no entienden este término) y difundir breves copias del mismo en forma clandestina, como si estuviéramos llamando a la revolución.
http://incientificasypsicoterapia.blogspot.mx/2014/04/nestor-braunstein-psicologia-ideologia.html
Este autor, junto con otros más realiza una contundente crítica al conductismo como instrumento de la ideología dominante. Según este autor cuando surgió el conductismo, surgieron un conjunto de cambios en la Psicología:
Si antes a la llamada Psicología de la consciencia le interesaba el hombre como conocedor, al conductismo le interesa el hombre sin ninguna diferencia con los animales. De manera mordaz Braunstein plantea que el conductismo no establece ninguna diferencia entre el hombre, el animal o el bruto.
Si antes del conductismo el énfasis de la Psicología se centraba en la consciencia, ahora se centra en la conducta que debe ser medible observable y verificable, ya que el objetivo de la Psicología según esta corriente es comprender, predecir y controlar la conducta del ser humano.
Si antes la Psicología de la consciencia promovía el desarrollo del pensamiento en el ser humano, ahora la Psicología conductual persigue la adaptación como finalidad de su intervención, no interesa su forma de pensar, ni sus sentimientos.
Si antes del conductismo se utilizaba el método de la introspección como forma de análisis, ahora con el conductismo lo único que interesa es el la conducta, medible, observable, verificable.
La Psicología en su práctica profesional individualiza y psicologiza los problemas sociales, fomenta en los individuos la idea de abandonar la iniciativa del cambio social sembrando la idea de que no podemos hacer nada por la transformación social, que el único cambio posible es la transformación individual.
La función ideológica de la Psicología no se limita al ámbito académico o a la práctica clínica de este profesional, sino que cubre todos los aspectos de nuestra vida cotidiana en su función de reproducir las relaciones sociales de producción. A continuación mencionaré algunos ámbitos de su intervención ideologizante.
Contribuye a la enajenación promovida por la sociedad de consumo cuando es utilizada para realizar perfiles psicográficos en los estudios de mercado que realizan las grandes corporaciones para identificar las características psicológicas de un determinado segmento del mercado antes de lanzar a la venta determinado producto. Con los perfiles psicográficos se identifican los rasgos de personalidad, las actitudes predominantes, los valores, las necesidades, los deseos, las expectativas de los integrantes de un grupo particular. Con esa información no sólo se elaboran los productos que supuestamente satisfarán dichos deseos y necesidades 
Sino que también sirven de base para el diseño de anuncios comerciales que están dirigidos a un segmento del mercado específico y cuyo objetivo es estimular el consumo.
El mismo procedimiento es utilizado en la mercadotecnia política, cuando se promueve la imagen de un candidato en época de elecciones, al diseñar campañas promocionales basadas en estudios psicológicos previos que han permitido detectar les necesidades y expectativas del electorado para crear mensajes promocionales que induzcan el voto hacia el candidato que financia dichos estudios. Las encuestas electorales han perdido gran credibilidad al evidenciarse la manipulación de la información en forma tendenciosa.
El psicólogo contribuye a mantener el control social al anticipar reacciones de descontento ante la implementación de nuevas leyes o las reformas de las ya existentes.
El psicólogo actúa como funcionario del consenso al dictaminar que determinados individuos deben ser recluidos por ser "peligrosos socialmente" y que son irrecuperables.
La Psicología contribuye al mantenimiento del control social cuando psicologiza el ambiente de explotación en las empresas y que intenta disipar mediante cursos de "sensibilización", de "relaciones humanas" o de "motivación laboral". Cuando "motiva" al personal para aumentar la productividad sin mejorar las condiciones de trabajo o las percepciones económicas del trabajador.
En mi experiencia como consultor organizacional fueron varias las ocasiones en las que fui solicitado para "dar cursos de relaciones humanas para trabajadores conflictivos", o de "motivación laboral para trabajadores haraganes". Por supuesto que el enfoque que les di a los cursos que impartí en ningún momento se prestó para manipular a los trabajadores.
Como un ejemplo de ello recuerdo una ocasión cuando en la Universidad de Sonora me solicitaron dar un curso de integración de grupos de trabajo a los bibliotecarios de diferentes departamentos de la Unidad Centro. Estaba por inaugurarse la biblioteca Central de esta universidad y los bibliotecarios estaban adscritos a diferentes bibliotecas de distintos departamentos, mismas que desaparecerían al iniciar sus trabajos la Biblioteca Central.
La agenda oculta de las autoridades y organizadores del curso era su intención de disfrazar el evento para en realidad hacer una selección de bibliotecarios y eliminar algunos de ellos, ya que no había suficientes plazas. Obtuve esa información el primer día de inicio del curso por voz de los propios bibliotecarios al proceder en la fase de integración, sensibilización y diagnóstico. Los participantes estaban muy inconformes porque estaban en un mar de incertidumbre ya que no sabían cómo sería su futuro inmediato.
Lo que hice fue impartir el curso aplicando un modelo de desarrollo de grupos de trabajo que partió de la explicación de la teoría de grupos acompañado de una serie de dinámicas de grupo que permitieron construir una sólida identidad grupal y una fuerte cohesión entre los participantes de tal forma que al terminar el curso, el grupo en forma unida entabló una serie de reuniones de negociación con las autoridades de tal forma que lograron acuerdos que permitieron que ninguna persona fuese despedida y tan sólo unos cuantos aceptaron ser reubicados.
Cuando el psicólogo interviene para resolver conflictos en las escuelas, en las cárceles, en el ejército, en todas las instituciones del sistema social, promoviendo una aceptación acrítica de las condiciones sociales, fomentando el conformismo social y la aceptación de los individuos del lugar que les fueron asignados, está actuando en forma ideologizante.
En ese sentido, la Psicología pasa a formar parte importante de la ideología dominante al constituirse como instrumento de control social, promoviendo una ideología de adaptación al sistema, al reducir los problemas sociales a problemas individuales y asegurar un consenso de aceptación social.

Alternativas de solución ante el proceso de sujetación ideológica

Aquí viene la pregunta que planteé al final de mi aportación del día de ayer. ¿Qué alternativas tenemos ante todo este panorama de ideologización al que nos vemos sometidos para cambiar nuestra realidad social?
A lo largo de las páginas anteriores hemos visto como la percepción de la realidad que tenemos se ve influenciada o más bien es construida a través del accionar de diferentes instancias socializantes tales como la familia, la religión, los medios masivos de difusión y la escuela. El objetivo que persiguen estas instancias ideologizantes es la adaptación social de las personas a los roles y lugares en los cuales se encuentran.
En esta construcción de la realidad, la Psicología juega un papel determinante al desempeñar un papel de instrumento de control ideológico que al psicologizar la vida social favorece a la clase dominante al propiciar la adaptación acrítica de cada individuo al rol y a las condiciones de vida en las que se encuentra.
Al realizar esta crítica a la disciplina a la que me he dedicado durante más de tres décadas de mi vida, estoy consciente de que quizá más de alguno pudiese pensar que estoy renegando de mi profesión o de que el cuestionamiento que hago a la Psicología se aplicaría a mi vida profesional.
Nada más lejos de la realidad amo mi profesión y estoy comprometido con ella hasta el final de mi vida, porque tengo bien puesta la camiseta como psicólogo.
Precisamente este amor a la Psicología, el amor a los demás y a la vida misma es lo que motivó la redacción de este artículo. Como psicólogo social mi objeto de estudio es el análisis de la interinfluencia existente en la relación del individuo con la sociedad y mi compromiso social me lleva a expresar mis opiniones respaldadas con un marco teórico sumamente amplio. Si bien la Psicología desempeña una función de control social al ser utilizada como arma ideológica, debemos verla precisamente como eso, como un medio, como un instrumento, como un arma que puede ser utilizada con un fin positivo o con un fin negativo.
El fin negativo en este caso es su uso como instrumento de control social favoreciendo a la clase dominante y en perjuicio de una inmensa mayoría de la población. El fin positivo sería entonces utilizarla como instrumento de liberación que permita cuestionar el control hegemónico de la élite en el poder y generar un cambio de consciencia y actitudes que contribuya en cambios en el comportamiento tendientes a lograr un cambio social.
¿Cuál es el fundamento teórico de proceder así? Recordemos que Franco Basaglia nos dice en sus textos La institución negada y Los crímenes de la paz que el científico social llega a un momento en el cual se enfrenta a una disyuntiva en la que debe tomar una decisión: prestarse a desempeñar el rol de funcionario del consenso, generando con su acción un consenso de aceptación al sistema social, avalando con su ciencia la explotación del hombre por el hombre, o se decide a ejercer el rol de agente de cambio social, interviniendo en los individuos, en los grupos, organizaciones y comunidades para instrumentar acciones que conduzcan a un verdadero cambio del sistema social.
https://es.scribd.com/doc/33988228/Basaglia-Franco-y-Basaglia-Franca-Los-Crimenes-de-la-Paz-Investigacion-sobre-los-Intelectuales-y-los-Tecnicos-como-servidores-de-la-Opresion
El psicólogo venezolano Alberto Merani nos dice en su libro La Psicología Genética que la obligación de todo científico social es descubrir la verdad y decirla cueste lo que cueste.
Si la Psicología actualmente desempeña un rol de instrumento de control social, necesitamos construir otra Psicología, una Psicología de la liberación tal como nos planteaba Ignacio Martin Baro, el sacerdote psicólogo social salvadoreño asesinado por un grupo de élite militar en la Universidad centroamericana del Salvador. https://es.scribd.com/doc/217569078/199594344-Psicologia-de-la-Liberacion-MARTIN-BARO-pdf
Ese es el contexto en el cual debemos plantear la necesidad del cambio social, una descripción objetiva (y no distorsionada) de la realidad que nos permite verla como una sociedad en crisis.
La indiferencia, la pasividad y la sumisión social que presentan algunos sectores de nuestra sociedad son el resultado de un proceso de sujetación ideológica que es necesario romper cuanto antes. Este proceso de sujetación funciona de manera similar a unas cadenas psicológicas que inhiben el comportamiento social. Por lo tanto, es necesario proceder al cambio de actitudes, de ideología y de comportamiento para proceder al cambio social.
El cambio de esta sociedad es posible, necesario y urgente para evitar que continúe el sufrimiento de grandes capas de la población que han sido marginadas, excluidas de los beneficios de "la sociedad del bienestar y la abundancia" que nos promete la sociedad de consumo. Para lograr el cambio social tenemos que partir del cambio individual.
Siempre he estado convencido de que necesitamos cambiar nuestras actitudes, valores y comportamientos que hemos adquirido y desarrollado en el proceso de socialización/ideologización al que nos hemos visto sujetos durante nuestra vida. El cambio individual es requisito previo al cambio social. 
En relación al cambio social, probablemente algunas personas lo vean como algo ajeno, algo extrínseco y presentar cierta resistencia al mismo. Sin embargo, debemos recordar que somos seres cambiantes que tenemos una doble evolución ontogenética y filogenética, es decir, individual y social. Cambiamos constantemente a nivel individual sin darnos cuenta al pasar de una etapa de desarrollo psicológico a otra (infanciapubertadadolescencia, adultez, madurez, vejez). 
Como especie, la humanidad también va cambiando constantemente. Simplemente recordemos que la época actual se caracteriza por una serie de cambios sociales que se presentan en forma discontinua. Entonces debemos superar el temor y la resistencia al cambio, sobre todo al cambio social, partiendo de la premisa de que la sociedad actual se encuentra inmersa en una profunda crisis económica, política y social que nos está conduciendo por un camino de destrucción, sufrimiento y muerte.
Quizá para algunos lograr un cambio social les parezca una utopía o algo muy lejano en la medida de que es todo un reto que rebasa nuestro entusiasmo y esfuerzo individual. Precisamente esta es la forma de pensar que necesitamos cambiar, el cambio social no lo dará un individuo por sí solo, como algunos que esperan un Mesías, un líder que nos dirija y nos aglutine. Debemos dejar a un lado el vínculo de dependencia hacia ciertos liderazgos individuales y considerar el liderazgo como un proceso de interacción social que nos permita construir un vínculo de colaboración. 
El cambio social tampoco lo hará un pequeño grupo o un reducido sector de la sociedad, ya tuvimos la experiencia del foquismo revolucionario en la década de los setentas con los grupos de guerrilleros que en un acto de desesperación tomaron las armas y terminaron asesinados, desaparecidos o en la cárcel.
Tenemos que abrir nuestra mente y recordar las lecciones que nos brinda la historia de los movimientos de liberación social. Los cambios sociales se darán cuando la acción coordinada basada en la unidad de los movimientos de lucha que diferentes sectores de la sociedad están dando en estos momentos.
Las condiciones actuales son propicias para que construyamos la unidad de los trabajadores y del pueblo en general que en México se están expresando a través de una resistencia a las políticas económicas y de rechazo a las contrarreformas que el gobierno mexicano ha implementado recientemente.
Tenemos por un lado la manifestación de un sector que no había hecho escuchar su voz en años: los médicos que marcharon en defensa de su profesión el 22 de junio de este año.
Tenemos también el sector campesino que se manifestó masivamente contra la reforma energética el 23 de julio pasado.
Tenemos por otro lado la lucha del magisterio nacional encabezado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que luchan contra la destrucción de la plaza de base y por la gratuidad de la escuela pública.
Tenemos también el heroico ejemplo de los trabajadores miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) con cinco años de lucha firme.
Tenemos en estos momentos la lucha de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes marcharon este 30 de septiembre en un masivo contingente de más de 50,000 alumnos, de esa institución y a la cual se sumaron estudiantes de la UNAM, al grito de "abrogación del reglamento interno 2,014.
Tenemos la lucha de los estudiantes normalistas de Guerrero que sufrieron la represión y se encuentran desaparecidos decenas de ellos.
Tenemos la lucha de los habitantes de los pueblos aledaños al río Sonora que resultaron afectados por la contaminación proveniente de la compañía minera Buena Vista del Cobre.
Tenemos la lucha que el movimiento 5 de junio y pueblo sonorense está realizando por lograr justicia en el caso del incendio de la guardería ABC que ya cumplió cinco años sin recibir respuesta alguna.
Podríamos seguir mencionando otras más luchas que en estos momentos se libran en nuestro país, cuyo común denominador es la lucha contra las "reformas" del gobierno de Peña Nieto, contra la corrupción y la impunidad vigente en nuestro país.
El cambio social es posible pero para lograrlo es imprescindible aumentar nuestra participación social en los diferentes grupos sociales a los que pertenecemos, pero sobre todo en los diferentes movimientos de liberación, de protesta, de resistencia y de inconformidad que hoy se están manifestando.
La rebeldía estudiantil se muestra coyunturalmente como una alternativa real para lograr la unidad y la participación activa de todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales.
La lucha de clases no se limita a la lucha económica, debe necesariamente contemplar la lucha política y en la medida de que se vayan rompiendo esquemas de control social estaremos dando la lucha ideológica.
El cambio social sólo podrá ser logrado a través de la construcción de la unidad de los diferentes movimientos de lucha que en estos momentos estamos viviendo.

Referencias

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http://red-academica.net/observatorio-academico/2012/10/03/la-educacion-superior-en-mexico-2006-2012-un-balance-inicial/


Autor:
Oscar Yescas Domínguez


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