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jueves, 30 de abril de 2020


¿Salir o quedarse en casa? El falso dilema de nuestros días.
Oscar Yescas Domínguez
30 de abril de 2,020

Soy uno más de los millones de habitantes de este planeta que se mantiene en arraigo domiciliario por propia voluntad, atendiendo mi responsabilidad social como ciudadano, motivado por mis deseos de seguir viviendo y sobrevivir junto con mi familia a esta escalofriante pandemia del covid-19.
Creo en las autoridades legítimas que gobiernan a México, porque fui uno de los más de 30 millones de mexicanos que votó por el cambio social en el 2,018. Me siento representado por quienes integran el Gobierno Federal empezando por nuestro señor Presidente Andrés Manuel López Obrador y reconozco el gran trabajo que las autoridades de salud del gobierno que él encabeza en nuestro país están haciendo para enfrentar esta pandemia.
Por ese motivo hice eco al llamado que las autoridades de salud hicieron de quedarnos en casa participando con mi grano de arena (mi opinión individual) para apoyar esta petición y lograr el objetivo de aplanar la curva de crecimiento del contagio. https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/03/sanadistancia-y-quedate-en-casa.html Como muchos ciudadanos en el mundo entero debido al encierro prolongado he experimentado frustración, aburrimiento, tristeza, irritabilidad, insomnio, fatiga, etc. Pero mi amor por la vida y mi responsabilidad hacia mi familia y comunidad han sido mayores que todos estos sentimientos negativos por lo pretendo continuar con mi aislamiento social hasta que de manera oficial se nos avise que no hay peligro de contagio.
Me encanta salir a caminar por las tardes alrededor de mi vecindario y disfrutar el aire en mi rostro, el canto de las aves y la libertad de movimiento. No podría expresar con ideas cuánto extraño salir a caminar mientras escucho mi música y ejercito mi cuerpo, pero me quedo en casa y hago ejercicios como puedo, escucho música y leo la mayor parte del tiempo, intentando no pensar que estoy encerrado.
Para todos el encierro comienza a hacer estragos porque el cambio fue repentino, la mayoría desea salir porque no tiene comida en casa, por aburrimiento o simplemente por ser “contreras”. Sin duda alguna los que resienten más el aislamiento social son los cumpleañeros. Aquellos que cumplieron años en abril sonreían ante la frustración de los cumpleañeros de marzo que no pudieron festejar su cumpleaños con sus amigos y familia, pensando que no les sucedería.
Los que cumplirán años en mayo ya ven con temor que les pasará lo mismo y comparten esa frustración. Los que cumplirán años en junio, no se sientan muy seguros porque el covid es como ingresar a un manicomio, tienes fecha de entrada al contagio, pero no fecha de salida.
Del temor al contagio hemos pasado rápidamente al miedo irracional ya que en estos momentos creo que el miedo a morir es experimentado por un sin fin de personas.
El temor es el miedo a un peligro específico, tal como viajar por un camino peligroso y experimentar temor de tener un accidente automovilístico, o salir a la calle y ser asaltado por delincuentes. En cambio, el miedo es aquella sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro que puede ser real o imaginario.
Salir de casa en estos momentos ya no provoca temor, genera miedo, un miedo a que si toco la puerta de entrada a un comercio pueda adquirir el virus, un miedo a que si pasa alguien a mi lado y estornuda, sus partículas lleguen a contagiar mi cuerpo, o el miedo de que si alguien me habla, algunas partículas de su saliva me toquen el rostro y me contagien. No sé si las personas que me encuentre son asintomáticos, por eso ya no siento temor, ya es miedo lo que siento.
Lejos quedaron aquellos días que nos preguntábamos unos a otros ¿Conocen a alguien que ha enfermado de covid-19? Hoy en nuestro país y en nuestra ciudad la pesadilla es una realidad. Hay varios casos de contagiados por este virus. Eso es lo que nos debe llevar a asumir comportamientos de responsabilidad social y permanecer en casa.
No nos consuela el saber que estamos en la misma situación millones de personas encerrados en nuestras casas sin poder salir. Pero debemos reconocer que decir “en la misma situación” sería objeto de un gran debate por aquello de la desigualdad social, ya que el covid vino a revelarnos en toda su crudeza que nuestra sociedad tiene una enorme desigualdad social y no todos pueden quedarse en casa por la razón de que no tienen casa, no tienen para comer
Por ese motivo pienso que deberíamos valorar lo que tenemos y desarrollar un ejercicio de empatía social y pensar que no todos tienen las comodidades que tenemos en nuestra casa. Hay miles de gentes, millones en realidad que viven en condiciones de pobreza, de miseria, sin hogar, sin tener seguro el alimento. Mientras que muchos de nosotros “estamos sufriendo” porque no podemos salir para dar una caminata, para trotar o simplemente continuar nuestra vida normal.
Debemos asumir que ya no volverá la “normalidad” que teníamos antes del covid, el mundo cambió con esta pandemia y lo que debe preocuparnos es cómo será el mundo que nos espera y dejar de preocuparnos porque “no podemos salir de casa”.
Con toda honestidad puedo decir que a veces envidio a los palurdos que actúan sin pensar en las consecuencias, pero es sólo por momentos porque prefiero vivir conscientemente mi realidad aunque eso implique estar problematizando y ver problemas que otros no ven.
Pero ante el dilema que plantea el título que encabeza estas líneas acerca de salir o quedarnos en casa, tan sólo basta para mí con ver las cifras oficiales de contagiados y muertes que aumentan cada día tanto a nivel mundial como en mi país, creo firmemente que hasta la pregunta sale sobrando.
El sentido común y las cifras confirman lo que las autoridades nos solicitan con tanto énfasis: quedarse en casa es la mejor opción en estos momentos en los que la posibilidad de contagio son mayores que antes al inicio de la pandemia.
Pero veo en redes sociales que parte de la población mexicana está bajando la guardia y aumenta el flujo vehicular por las calles de nuestras ciudades. Estoy plenamente consciente de que vivimos en condiciones de gran desigualdad social y no todos pueden darse el lujo de quedarse en casa y se ven en la necesidad de salir para conseguir dinero para comer. A quienes están en esas condiciones no se les puede exigir arraigo domiciliario porque sus condiciones de vida no les permitirían sobrevivir.
Pero aquellas personas que cuentan con techo, comida y todo lo necesario para mantenerse seguros a sí mismos y proteger a los demás de posibles contagios, ¿cómo es que se atreven a salir de sus casas por motivos sin fundamento real?
Definitivamente nos falta más sentimiento de pertenencia a nuestra comunidad y nos sobra individualismo, sólo pensamos en nuestras necesidades y no pensamos en los demás. Desarrollamos comportamientos que pueden traer consecuencias negativas para nosotros en lo individual, para nuestras familias y seres queridos y para la comunidad en la que vivimos.
¿Salir o quedarse en casa? Es un falso dilema, tan solo basta con ver las cifras para llegar a la conclusión de que debemos permanecer en nuestras casas para cuidar de nuestra salud personal, la salud de nuestra familia y la salud de toda la comunidad de la que formamos parte. Valoremos que en México tenemos a verdaderos profesionales de la salud dirigiendo estrategias para enfrentar esta pandemia con criterios que tienden a proteger a la población y no a ayudar a la economía.
Primero la población, después la economía, las pérdidas de las grandes corporaciones son pérdidas de grandes ganancias, no pérdidas que las conducirán a la quiebra. Por favor seamos ciudadanos responsables y atendamos el llamado de nuestras autoridades sanitarias , te invito a ser un sobreviviente de la era AC/DC (Antes del covid/después del covid)
pd. La foto de portada es del día anterior, no pude actualizar la información porque amanecí sin servicio de cable 

martes, 28 de abril de 2020


La biblioterapia en tiempos de crisis
Oscar Yescas Domínguez
28 de abril 2,020
Acerca de la palabra crisis
La palabra crisis nos ha acompañado durante varias décadas en los últimos años, la hemos escuchado con gran frecuencia en la radio, en la televisión, leído en los diarios, en revistas y en libros. La hemos utilizado en nuestras conversaciones cotidianas, cuando hablamos de los problemas económicos o financieros, ha sido usada para justificar los aumentos de precios, etc. La palabra crisis proviene del latín κρίσις, que tiene varios significados “sentencia”, “disputa”, “decisión”, crítico, etc.
Desde hace tiempo vivimos en un contexto social en crisis, tan prolongada ha sido esta crisis que nos hemos acostumbrado a vivir con ella. Al menos así me pasó a mí y a muchos de mi generación quienes hemos escuchado que estamos en crisis durante toda nuestra vida. Algunos llegaron a asumirlo como parte “normal” de nuestra vida cotidiana, otros decidimos intentar hacer algo actuando como agentes de cambio social para salir de la crisis y la manera de hacerlo fue participando activamente en diversos movimientos sociales que luchaban . El principal lado de la crisis que hemos conocido ha sido la crisis económica que reflejaba varias circunstancias desfavorables en la economía. Llegó un momento en que la palabra crisis perdió su significado original al limitar su uso a la crisis económica.

Hacia una nueva conceptualización de la crisis
Pero el día de hoy, el concepto de crisis tiene un significado distinto ya que nos provoca una idea de vivir en momentos de transición, donde podemos pasar de un estado determinado a una condición totalmente nueva. La palabra crisis empieza a recuperar su significado y podemos asumirla como una transición necesaria para pasar a un estado diferente y mejor de la condición actual.
Hoy el concepto de crisis nos permite vislumbrar la situación actual como una transición necesaria para poder crecer, el paso necesario para madurar, para poder crecer, para llegar a un estado diferente dando un paso adelante sin experimentar temor porque sabemos que hay algo más allá de la situación de crisis actual ya que ésta es una crisis momentánea, no permanente.
En esa línea de pensamiento adquieren sentido aquellas expresiones de personas que se recuperaron de una crisis, cuando se dice que “tocaron fondo” y eso les ayudó a salir de la crisis, con ayuda psicológica o sin ella, crecieron como personas y dejaron atrás sus adicciones, sus temores, sus fantasmas y superaron su condición de inestabilidad previa para llegar a una condición de mejoría actual en sus vidas personales.
Todas las personas cambian, todos podemos cambiar hábitos, costumbres, valores, comportamientos, etc. Llegar a un estado de crisis puede ser el inicio de un proceso de cambio permanente que nos permita lograr una mejoría y salir de la crisis en la que se estaba encerrado sin aparente salida alguna. En eso consiste el aprendizaje social, en el cambio relativamente permanente de las personas después de atravesar una experiencia de aprendizaje. Esta experiencia de aprendizaje puede ser traumática o placentera, temporal o prolongada.
Todo depende de nuestra actitud y disposición a cambiar parte de nuestro comportamiento o de nuestro entorno social, o del estado de crisis en la que nos encontremos. De ahí la necesidad de retomar el concepto de crisis como algo positivo, algo que puede ser motivo de creatividad, que desde una perspectiva optimista puede generar un cambio, un crecimiento, un renacimiento posterior a un fracaso sentimental, a una conducta autodestructiva o a una desintegración grupal. Estar en crisis no es sinónimo de condena a la destrucción, debemos concebirla como un factor de predisposición que puede favorecer el cambio, todo depende de nosotros, de como nos sentimos, qué deseamos y qué queremos.

La crisis del posmodernismo
La crisis actual que padecemos es multidimensional, tuvo su origen cuando se derrumbó el muro de Berlín y se desintegró la URSS, cambiando la geopolítica a nivel mundial, al expandirse la economía de libre mercado en todo el mundo y el surgimiento de la globalización. Desapareció el mundo que conocíamos como la “guerra fría”, es decir, el conflicto entre Estados Unidos y Rusia que muchas veces nos colocó al borde de una guerra nuclear que destruiría a toda la humanidad.
Lejos de generar paz y tranquilidad, el nuevo mundo que se construía con el predominio de las grandes corporaciones aumentó la desigualdad social al imponer el poder corporativo a los Estados de diferentes naciones políticas neoliberales que tendían a la privatización de los servicios públicos, el debilitamiento de las instituciones estatales y el adelgazamiento del Estado afectando directamente agudizando la crisis económica al afectar el bienestar social y creando una mayor crisis política al provocar la pérdida de soberanía de los Estados y la separación del poder económico del poder político.
Pero llegó un evento que vino a presentarse como un parteaguas a nivel internacional y constituirse como un nuevo cambio de la dinámica internacional. Me refiero a la caída de las torres gemelas en Nueva York,que estremeció al mundo en la primera década del nuevo milenio y el escenario social cambió de nuevo ya que la inseguridad y el temor nos hizo aceptar perder libertad a cambio de tener seguridad de nuestras vidas y resurgió la guerra como forma de resolver conflictos internacionales en plena globalización.
De manera paralela, nuestra vida cotidiana se caracterizó por el predominio de una tendencia hedonista que se manifestaba en un consumo compulsivo en una búsqueda permanente de una buena vida” dentro del contexto de un sistema social que producía en forma masiva y requería de un consumo masivo para mantener el equilibrio social.
Esa inseguridad permanente por vivir en una época caracterizada por grandes cambios sociales que generaban un ambiente de incertidumbre social, permitió el surgimiento de un mecanismo de defensa psicológica que se centró en el aumento al consumo, creando lo que Zygmunt Bauman denominó “Síndrome del Titanic” que se reflejaba en la consigna “Disfrutemos mientras podamos”, gastando dinero que no se tiene para disfrutar de la vida sin pensar en el futuro. Aquí y ahora mirando hacia atrás podemos comprender que ese comportamiento era un intento de sofocar la ansiedad que surgía por ser testigos del desmoronamiento de toda la certeza que teníamos del presente y de la incertidumbre que rodeaba nuestro futuro.
Pero ese ritmo de producción masiva y consumo masiva nos estaba llevando a la destrucción de nuestro medio ambiente y de nuestras propias vidas al consumir productos industrializados que dañaban nuestra salud. Surgió entonces un nuevo tipo de crisis, la crisis ecológica ya que la explotación irracional de recursos naturales estaba provocando un calentamiento global y el cambio climático.
Desde una perspectiva sistémica podemos ver que todas las crisis están ligadas entre sí, que son la expresión particular de una crisis total, la crisis del sistema social en el que estamos viviendo.
La dinámica social que nos tocó vivir consistió en que después de una crisis surge otra nueva crisis, de la crisis económica pasamos a la crisis financiera, luego entramos en la crisis política, posteriormente enfrentamos la crisis ecológica por el calentamiento global y todo esto en su conjunto nos condujo de manera inevitable al surgimiento de una crisis psicológica que afecta a millones de personas, creando comportamientos autodestructivos masivos tales como diferentes tipos de adicciones (drogas, alcohol, ludopatía, sexo desenfrenado, videojuegos, etc.), incapacidad para relacionarse sentimentalmente, tendencia al aislamiento y soledad, generando comportamientos patológicos en algunas personas que en algunos casos extremos se llegó al suicidio o a conductas violentas y los profesionales de la salud y también de las ciencias sociales contribuyeron al engaño de interpretar y diagnosticar tales conductas como crisis psicológicas individuales sin contemplar el marco social de la crisis que padecemos que es la fuente principal de todos nuestros males.

La sociopatología de la normalidad
En el 2,014 publiqué un artículo con el título “Sociopatología de la sociedad contemporánea” en el que afirmaba que nos encontrábamos dentro del contexto de una sociopatología porque la crisis social, económica y política que vivíamos en ese año en pleno aumento de la corrupción e impunidad que caracterizó el sexenio de Enrique Peña Nieto en México, planteaba la necesidad de aumentar la participación social de los integrantes de esa sociedad para realizar un cambio social que condujera a otro tipo de sistema social en el cual desapareciera la injusticia social, la corrupción y la desigualdad social.
Del 2,014 en adelante la crisis social que vivíamos en México se intensificó en la medida que aumentaba la corrupción e impunidad de nuestros gobernantes y políticos que cometían injusticias tras injusticia con la garantía de tener controlados a través de la corrupción a los responsables de impartir justicia en nuestro país.
Era en verdad frustrante ver que a pesar de que aumentaba la impunidad ante los actos de corrupción, una buena parte de la población mexicana seguía con su vida cotidiana aceptando vivir en condiciones de austeridad y pobreza mientras que la clase política se enriquecía con el robo de las finanzas públicas y el desmantelamiento de las instituciones estatales.
Mientras la desigualdad social crecía en el ámbito internacional debido a la implementación de políticas neoliberales y la presión de las empresas transnacionales y organismos financieros internacionales para que en los Estados soberanos se modificaran las constituciones de forma tal que se eliminaran derechos laborales y prestaciones sociales, buena parte de la población mantenía un comportamiento de adaptación y conformidad con la violación de sus derechos, el empobrecimiento progresivo de sus vidas y el deterioro de su calidad de vida. https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/psicologia-obediencia-y-cambio-social.html

El arribo de la esperanza al poder en México
Pero afortunadamente en México se hizo realidad aquel dicho de que “no hay mal que dure más de 100 años” y llegamos a un punto en el cual el hartazgo social motivó a que millones de mexicanos actuando juntos cambiáramos la historia de nuestro país, al votar unánimemente y en forma masiva por la fórmula electoral que en esos momentos representaba la esperanza del cambio, representado por Andres Manuel López Obrador.
Logramos el cambio de poder político por la vía electoral y afortunadamente el actual Gobierno mexicano ha estado respondiendo a las expectativas populares con la implementación de políticas públicas que favorecen a las mayorías populares. Muchos cambios tuvieron lugar en los 18 meses de gobierno que lleva López Obrador en el poder.
Pero aún así nuestra sociedad seguía inmersa en la crisis general del sistema capitalista provocando un incremento en la desigualdad social generando problemas locales que requieren soluciones globales. No fue suficiente el cambio de poder político para cambiar el mundo, ya que vivimos en el contexto de la globalización y estamos en la era del divorcio entre el poder y la política.
A pesar del cambio de poder político en México seguimos viviendo en el contexto de la globalización acentuando una sociopatología de la normalidad orientada al consumo masivo y apoyada en una acriticidad de la vida cotidiana. Fingíamos no ver la desigualdad social, los mendigos que encontrábamos a nuestro paso en las calles eran invisibles a nuestras ojos.
Actuábamos como ciegos pretendiendo no ver lo evidente, aquello que estaba frente a nuestras narices, una enorme desigualdad social y estábamos obsesionados por un consumo compulsivo e irracional que nos empujaba a comprar lo que no necesitábamos, sólo para demostrar a los demás que éramos diferentes a ellos, superiores económicamente a la mayoría y que podíamos darnos una “buena vida”.
A la crisis social se suma la crisis sanitaria
Pero de repente el mundo entero cambió de nuevo, la globalización nos acercó tanto que llegamos al punto en el cual lo que pasaba en el otro lado del mundo llegó a afectarnos en nuestro entorno inmediato. Una indiscutible prueba de esta interinfluencia y de la progresiva pequeñez del mundo contemporáneo es la pandemia del corona virus.
Vivíamos en un Estado de crisis como magistralmente lo demuestra Zygmunt Bauman en su excelente libro que lleva ese nombre. Pero la crisis que vivíamos antes no se compara a la que estamos viviendo hoy en día. De un día para otro nos dimos cuenta de que no existe separación entre los habitantes de la tierra, de que todos somos seres humanos y que tratándose de salud, no hay discriminación alguna.
El covid-19 demostró que por más que se cierren fronteras y se construyan muros de contención, la raza humana en su conjunto comparte el mismo mundo y hoy el mundo entero está sufriendo la pandemia más grande de todas las pandemias, parafraseando una triste frase, estamos ante “la madre de todas las pandemias” que no hace distinción alguna.
No se ha descubierto cura alguna hasta el momento , el número de contagiados se acerca a los tres millones de casos y el de fallecimientos por el covid rebasa los 200 mil casos y las cifras siguen aumentando.
La única forma de evitar la expansión de este virus es el aislamiento social, evitar la interacción con otras personas, encerrarnos en nuestras casas, esperar que pase el pico de crecimiento en el contagio de personas y que se descubra una vacuna efectiva para su cura.
De esta manera, de un día para otro nos vimos en la necesidad de permanecer en la privacidad de nuestros hogares, evitando salir para no exponernos a un contagio innecesario. El encierro forzado es parte de la crisis sanitaria que vino a complicar la enorme crisis social y política que veníamos padeciendo desde hace tiempo. El elemento más insoportable de esta crisis para la mayoría es el impedimento de salir de nuestras casas ya que hoy en día millones de personas se encuentran en aislamiento social.
Estar en aislamiento social es uno de los mayores castigos que puede recibir el ser humano, tan sólo recordemos que en las cárceles el mayor castigo que puede recibir un prisionero que rompe las reglas es padecer un aislamiento total por un período determinado. La libertad de movimiento es algo que teníamos y no apreciábamos cuando estaba a nuestro alcance porque nunca llegamos a pensar que estaríamos aislados en las paredes de nuestra casa. Jamás pensamos que nuestro hogar sería un sustituto de una prisión.
Con el encierro forzoso surge un nuevo tipo de crisis, la crisis psicológica, que cada persona la vive de diferente manera. En el campo de la Psicología social se han hecho múltiples experimentos que revelan que el hacinamiento produce reacciones de agresividad y violencia. De igual forma la soledad prolongada y la incomunicación genera depresión.
En los grupos familiares en donde no hay armonía e integración familiar, estar encerrado puede ser muy estresante e inclusive peligroso. La imposibilidad de salir puede generar frustración y un alto nivel de estrés que serían las condiciones ideales para que los conflictos latentes o no resueltos resurjan al interior de la familia. Como psicólogo, parto de la premisa de que la mayoría de los problemas al interior de las relaciones interpersonales se deben a fallas en la comunicación y la forma de resolverlos es con una mejora en la comunicación.
Desafortunadamente el desarrollo tecnológico ha propiciado una incomunicación entre nosotros, las nuevas generaciones se han habituado a utilizar el teléfono celular para “estar conectado” a través de redes sociales con otras personas. Invierten buena parte de su tiempo a estar interactuando de manera virtual con otras personas y llegan al extremo de desarrollar una “nomofobia” que es un miedo irracional a estar desconectado.
Lo ideal sería que las personas que comparten un mismo techo y no pueden salir, aprovecharan estas condiciones de encierro para hablar entre sí, mejorar su comunicación, conocerse mejor y aceptarse mutuamente. La comunicación podría servir para resolver problemas no resueltos que existieran entre ellos o a mejorar su integración y soportar en mejores condiciones el encierro.
También es necesario reconocer que en condiciones de encierro el uso de redes sociales, internet y teléfonos celulares permite mantenerse conectado con otras personas. Debemos reconocer que en la sociedad moderna existen muchos tipos de familia, no todos pertenecen a una familia nuclear en la que están presentes padres e hijos.
Existe un gran número de familias monoparentales y personas que viven solas, a quienes el encierro puede ser sofocante y generador de gran angustia. Sobre todo aquellos que están alejados de sus familiares o que se encuentran lejos de su país viviendo el encierro en condiciones de soledad. Digo esto último porque recientemente recibí este mensaje:
muy buena tarde profesor, agradezco como siempre la amable atención que tiene al enviar estos blogs, los leo y reflexiono me gustan son para mi de interés y aprendizaje, no crea es grosería no falta de interés que no responda a lo que usted me ha mandado, no me pregunta verdad?...pero le comparto me quede en Chicago atorada pues aquí puse mi negocio y llegó esto y tomo de sorpresa a todo el mundo.
No pude regresar porque a México teníamos que llenar aplicaciones y esperar indicaciones y esperar el apoyo del gobierno para mis compañeros de trabajo, y después ya no te dejaron salir, he perdido amigos por este virus aquí y créame es de mucha reflexión ver todo esto que esta pasando, cuando leo sus blogs es de noche, pero quiero sepa que son de apoyo, no se como es que fuimos amigos en esta red social, cuando cambie mi fb a usted le mande solicitud pues lo que usted ha compartido siempre es de mucho interés. Soy una maestra jubilada, por incapacidad pues sufrí el cáncer mas de una vez soy madre sola y tuve esta grande oportunidad de salir de mi país y abrirme paso aquí en el extranjero. Empecé en Arizona y poco a poco he brincado como todos porque tengo a mis dos hijos que estudian y mis viejitos, le explico todo esto porque es que me gusta conservar su amistad a distancia siempre se aprende y eso me gusta a mi”
Las benditas redes sociales nos permiten estar en contacto virtual con otras personas y no sentirnos solos. El llamado de las autoridades a permanecer en casa ha sido atendido por un porcentaje alto de la población que decidió colaborar con las autoridades para resguardar su seguridad personal. Sin embargo, un buen porcentaje de la población mexicana sigue saliendo de sus casas por diversos motivos, uno de ellos es por la desigualdad social vigente ya que no todos viven en las mismas condiciones, hay personas que no tienen casa y otras que no tienen comida y se ven forzados a salir para comer.
Pero de las personas que permanecen en casa, el prolongamiento del encierro empieza a tener efectos en su salud psicológica, creando un estado de estrés permanente, ansiedad e inclusive angustia. Estamos frente a un nuevo Estado de crisis que afecta a las personas más vulnerables. Se ha dicho que la pandemia está sacando lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros. Debemos hacer lo necesario para que lo que salga de nosotros sea lo mejor y parte de ello sea nuestra actitud de ayudar a quien sufre.
¿Cómo podemos ayudar a otros si estamos encerrados? Un primer paso sería ayudarnos a nosotros mismos, de la misma manera que las azafatas de los aviones antes de iniciar el vuelo dan instrucciones de que en caso de alguna falla del avión, primero nos pongamos la mascarilla nosotros para estar en condiciones de ayudar a los demás, nosotros debemos ayudarnos a nosotros mismos primero.
Estando en condiciones de encierro tenemos una alternativa a nuestro alcance, el apoyo de los libros, la lectura como terapia, los libros como alternativa de superación en tiempos de crisis.

La biblioterapia como alternativa a la crisis del encierro forzado
A lo largo de la historia se han documentado testimonios de cómo la lectura en tiempos de crisis permite no sólo sobrellevarla, sino también tolerarla en mejores condiciones ya que la palabra escrita ha permitido reconstruir la vida de personas en desgracia.
La lectura de la palabra escrita permitió sobrevivir a miles de personas que se encontraban encerradas en prisiones de dictaduras militares en Argentina, Chile, Uruguay, etc. En condiciones de encierro total hombres y mujeres redescubrieron la importancia vital de los libros. Inclusive, tan importante ha sido la lectura que aún cuando se está preso y no hay nada para leer, el recuerdo de lo que se leyó evitaron que muchos presos políticos se suicidaran o cayeran en la locura.
La biblioterapia también funciona en la reconstrucción de uno mismo después de atravesar una decepción amorosa, después de atravesar por el duelo de un ser querido, después de haber perdido a un hijo (a) o sufrir una enfermedad seria, la lectura en contextos de crisis ha jugado un papel importante.
Por eso se afirma que la lectura juega un papel terapéutico, no se trata de alabar el hábito de la lectura por el simple placer, hablo de la lectura en tiempos de crisis que nos permite no sólo soportar la crisis, sino que también nos ayuda a reencontrarnos a nosotros mismos y a conectarnos con los demás.
Hoy en día vivimos una prolongada crisis sanitaria que nos obliga a permanecer en condiciones de confinamiento. Una crisis para la que no estábamos preparados, que nos genera ansiedad, miedo, angustia y desesperación. En pocas palabras vivimos tiempos de crisis en un aislamiento social que reactiva el miedo al abandono, que afecta nuestra autoestima que abre viejas heridas y que hace que nuestra vida actual pierda sentido.
Pero es una crisis de la que podemos resurgir fortalecidos. Toda crisis genera fuerzas de destrucción y fuerzas de creación. En términos populares podría decirse que de algo malo puede surgir algo bueno y una alternativa viable al alcance de todos en estos tiempos de crisis es lo que se ha definido como “biblioterapia”.
La biblioterapia surgió en contextos hospitalarios y consiste en la utilización de materiales de lectura seleccionados como coadyuvantes terapéuticos para los cuidados médicos y psiquiátricos utilizando la lectura individual y la discusión grupal. Pero la biblioterapia no debe limitarse al ámbito hospitalario, ya que puede ser aplicable en otros contextos como por ejemplo, la actual crisis sanitaria que tiene en aislamiento social a millones de personas en el mundo entero. No es exagerado afirmar que el mundo entero es un espacio en crisis.
Los hospitales del mundo entero están siendo rebasados en demanda de servicios por pacientes contagiados por el covid que hoy en día se acerca el número de afectados a nivel mundial a los 3,000,000.
Pero los efectos de la pandemia del covid no se limitan a los pacientes infectados por el virus y a los fallecidos, también debemos contar todas aquellas personas que en un número mayor viven la crisis sanitaria con una crisis psicológica individual y grupal.
Nuestro mundo está cambiando y nosotros debemos cambiar también. Debemos considerar que cuando todo se derrumba, caen todas aquellas creencias rígidas o comportamiento estereotipados, pero al mismo tiempo que caen podemos vislumbrar otras formas de comportamientos, construir nuevas formas de relacionarse.
El año pasado estuve en Estados Unidos y deambulando por un pueblito de Wisconsin encontré una librería, ingresé a su interior y me encontré una frase pintada encima de una pared “A room without books is like a body without a soul” (Un cuarto sin libros es como un cuerpo sin alma). Una gran verdad para mí.
No quiero regresar a esa normalidad insana que consiste en vivir para trabajar, consumir, endeudarse y trabajar más! El mundo nuevo que resurja después del covid tiene que ser diferente y no acepto que prioricen la economía por encima de la vida. La economía tiene un precio, debemos demostrar que reaprendimos que la vida no tiene precio. No aceptemos salir de casa para salvar la economía!
Permanezcamos en casa hasta que realmente sea seguro salir y que el encierro haya servido no sólo para resguardarnos del coronavirus, sino que haya sido la oportunidad para lograr elevar nuestra autoestima, este proceso de elevar nuestra autoestima será en verdad un acto revolucionario que nos permitirá actuar como agentes de cambio social, para cambiar la realidad donde reina la desigualdad social por otra sociedad mejor.
El ingrediente secreto de la paz interior que pregonaba el Kung Fu Panda, no está fuera de nosotros, es el autoconocimiento que nos proporcional la paz interior y ese autoconocimiento lo logramos a través de la lectura de los libros
La biblioterapia está al alcance de todos y los beneficios de la misma son múltiples, los libros nos han dado tanto a los amantes de la lectura que hemos desarrollado un amor por los libros, si tenemos un sentimiento de amor hacia los libros, no es descabellado pensar que los libros también sienten y lleguemos al punto de pensar que un libro que se mueve, que es movido de su lugar para ser leído, es un libro feliz, en cambio, un libro que no se mueve es un libro infeliz. Hagamos felices a los libros que tenemos en casa¡ Si no tienes libros, utiliza internet seleccionando buenos libros¡
1.- Bauman, Zygmunt: Estado de crisis. Editorial Paidós, México, 2,016

2.- Petit, Michelele: El arte de la lectura en tiempo de crisis. Ed. Océano Travesía, Barcelona, 2,009

3.- Yescas, Oscar. La esperanza en el poder en México
02 diciembre 2,018

4.- Yescas, Oscar: Covid-19, desigualdad y cambio social. 25 marzo 2,020
5. Yescas, Oscar: Sana distancia y quédate en casa
21 de marzo 2,020
6.- Yescas, Oscar: Impacto psicosocial de los medios masivos de difusión y redes sociales. 31 ocubre 2,013

7.- Yescas, Oscar: Sociopatología de la sociedad contemporánea. 2,014.

viernes, 24 de abril de 2020


Cuando la razón se impone a la decepción colectiva
Oscar Yescas Domínguez
20 de abril de 2,020

El fin de la dictadura perfecta
En México llevamos año y medio de un nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador y Morena, todo el pueblo mexicano se dió cuenta de que al tomar las riendas del poder el gobierno entrante encontró un Estado casi en ruinas, desmantelado e invadido por la corrupción.
De inmediato AMLO procedió a cumplir diversas promesas hechas durante la campaña electoral de tal forma que en estos 16 meses de gobierno se han realizado un conjunto de reformas estructurales y cambios en la forma de gobernar que intentan disminuir la indefensión de las mayorías desprotegidas y reducir los privilegios de los que gozaban los grandes grupos del poder económico.
Estas acciones exhibieron la enorme corrupción que existía bajo el mandato del Prianismo (Todos los Estados gobernados por el Pan y el Pri endeudados más allá de sus capacidades, Hospitales públicos sin medicamentos básicos, camas o insumos necesarios, miles de maestros fantasmas en nómina, desvío de millones de pesos para construir refinerías fantasmas, Huachicoleo en Pemex, corrupción en la compra de Medicamentos, Seguro Popular con grandes corrupciones, grandes empresas sin pagar impuestos millonarios, y un largo etc.) ya que muchos actos ilegales de este tipo eran desconocidos por el pueblo mexicano que desconocía hasta dónde llegaba la corrupción en los anteriores sexenios.
De una manera lógica el apoyo a AMLO creció en forma desmesurada desde sus primeros días como Presidente de la República, ya que exhibía gran congruencia entre el discurso y su comportamiento, principalmente en lo relacionado a la cero tolerancia a la corrupción.

El Dinosaurio no ha muerto
Con esas acciones y después del contundente triunfo electoral de las elecciones presidenciales del 2,018, pensábamos que era la derrota final del Prianismo, que en verdad los mexicanos habíamos arrojado al basurero de la historia al Prian y la corrupción de sexenios pasados. Pero hoy en día estamos viendo que el Dinosurio no ha muerto, continúa con vida, dando coletazos realizando múltiples intentos para desacreditar al nuevo gobierno.
La oligarquía que tenía secuestrado el poder político en México y que se beneficiaba de los enormes actos de corrupción al desviar finanzas públicas, no cedería fácilmente los privilegios a los que estaban acostumbrados, no ha abandonado la pelea e intentan regresar al pasado promoviendo realizando una permanente guerra sucia de difamación y distorsión de la información con acciones que rayan en lo ridículo.
La pandemia del covid-19 ha sido un intento más de cuestionar las acciones del gobierno mexicano con falsas denuncias y con campañas que han aumentado el temor entre la población mexicana. El caso más reciente fue el de del conductor de TV Azteca Javier Alatorre quien llamó a la población mexicana a desobedecer las instrucciones de las autoridades de salud que han llamado a quedarnos en casa y al cierre de empresas y fábricas, sin importarles poner en riego la salud de la población, en un claro intento de crear inestabilidad social.
Pero estos intentos tampoco les han dado resultado porque México es uno de los países en los que los políticos han dejado su lugar a los científicos para que ellos determinen las políticas públicas relacionadas con la salud en estos momentos de emergencia sanitaria.
Cabe decir con gran orgullo que las autoridades sanitarias en México han hecho un gran trabajo hasta el momento porque inclusive se han recibido reconocimientos en el escenario internacional sobre el bajo nivel de muertos y contagiados por el covid-19 en territorio mexicano.
Mientras vivimos esta guerra sucia y no declarada en territorio mexicano por parte de las fuerzas reaccionarias que quieren regresar al poder político para seguir robando el dinero del pueblo mexicano, mientras vivimos una situación que demanda que todos los mexicanos nos aglutinemos en un solo frente nacional para defender al gobierno legítimo que hemos llevado al poder y que con acciones concretas está demostrando compromiso con las mayorías populares, en el Estado de Sonora vivimos una realidad aparte y desligada de la dinámica nacional.
En Sonora la Cuarta Transformación brilla por su ausencia porque los sonorenses seguimos padeciendo un Gobierno priísta encabezado por una Gobernadora que ha dado grandes muestras de autoritarismo y corrupción. Tan sólo recordemos cuando después del triunfo arrollador de Morena en el país y en Sonora en el 2,018, Claudia Pavlovich alias “la Gobernadora represora” organizó un golpe de Estado legislativo en el Congreso Estatal cuando ordenó a los diputados salientes de mayoría priísta y panista, reformar la constitución estatal para darle amplios poderes a la Gobernadora ( o sea a ella misma) para poder vetar cualquier iniciativa de ley que proviniera de los futuros legisladores de Morena.
En año y medio de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no se les ha dado justicia a los familiares de los niños fallecidos en el incendio de la Guardería ABC, sigue abierta esa gran herida porque continúa vigente la impunidad en nuestro Estado.
El desfalco del Fondo de Pensiones y Jubilaciones del ISSSTESON por más de 6,200 millones de pesos por parte de Teresa Lizárraga en el sexenio de Guillermo Padrés, sigue igual de impune y ese instituto de salud continúa siendo saqueado por la enorme corrupción que proviene desde la silla de la Gobernadora. Miles de trabajadores afiliados al ISSSTESON no pueden jubilarse por falta de fondos para su jubilación y el desabasto de medicamentos es un problema grave. Varios trabajadores con derecho a jubilarse han fallecido sin poder disfrutar de los recursos que les fueron descontados para tener una vejez digna.
El día de ayer miembros del Prian intentaron un nuevo Golpe de Estado legislativo al promover una iniciativa de una reforma electoral que contiene varios puntos, algunos muy cuestionables y otros dignos de discutir, que no procedió a última hora porque la reunión no se concretó, por lo que no procedió la discusión de esta propuesta.
Injusticias vienen y se quedan en Sonora, los funcionarios gubernamentales rotan de puestos como si fueran especialistas en todología. Tenemos la aberración de que al frente de la Secretaría de Salud en tiempos de emergencia sanitaria esté un Contador Público. Casos de injusticia, impunidad y corrupción son parte de la vida cotidiana en Sonora.
Después del triunfo de AMLO y de Morena, se suponía que construiríamos una democracia participativa y dejáramos atrás la democracia representativa. Esta democracia representativa es la que utilizaron por décadas el Pri y el Pan y consiste en que un sólo día podemos ejercer la democracia y es en día de las elecciones emitiendo nuestro voto. Después de las elecciones los legisladores se olvidaban de quienes votaron por ellos y se dedicaban a saquear las finanzas públicas con sus actos de corrupción.
La democracia representativa implica que los funcionarios electos (Diputados estatales y federales, Senadores, Presidentes municipales, Gobernadores y Presidente de la República), mantengan contacto permanente con sus representados a través de reuniones periódicas donde los integrantes de las comunidades participarían en el análisis y discusión de los asuntos públicos que afectan a sus comunidades, los funcionarios serían los portavoces de las decisiones emanadas de dichas reuniones y participarían votando en la toma de decisiones reflejando la voluntad popular y no un interés personal.
Pero, eso es en teoría, en la práctica hemos visto que en Sonora seguimos con la democracia representativa (con honrosas excepciones en Morena por supuesto) y para ejemplificar esto está el intento de las autoridades del ayuntamiento de Hermosillo presidida por Célida López (ex militante distinguida del Pan, quien brincó a Morena días antes de las elecciones y logró no sabemos como ser la candidata a Presidenta municipal), de vender un terreno propiedad del Ayuntamiento de Hermosillo con el argumento de “conseguir fondos para tapar baches en nuestras ciudad”.
El acuerdo de los integrantes del Cabildo municipal de aprobar la subasta de este predio público en reunión efectuada en plena emergencia sanitaria, provocó manifestaciones de protesta de diversos grupos de ambientalistas, ligas de deporte y ciudadanía hermosillense. Los dirigentes de Morena Hermosillo y Morena Sonora, y Diputados de Morena en el Congreso del Estado se abstuvieron de opinar sobre este problema social que generaba cada día más descontento popular. Inclusive se le dirigió una carta abierta al Delegado del Gobierno Federal en Sonora Jorge Taddei pidiendo su intervención en este asunto.
De todos ellos sólo se recibió como respuesta el silencio, sólo hubo una voz que provino del interior de Morena haciendo eco a las demandas de la ciudadanía pidiendo que no se vendiera el terreno denominado El Cárcamo utilizado como centro deportivo por la ciudadanía hermosillense: La Diputada Federal de Sonora Wendy Briseño, quien sometió a a Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión una iniciativa para que se emitiera un exhorto al Cabildo  y suspendiera la venta de este terreno público.
De esta forma llegó a oídos de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador esta problemática y fue cuando informó que no se vendería El Cárcamo por lo que la Presidenta Municipal de la capital sonorense y Cabildo municipal decidieron suspender la reunión donde se subastaría este terreno.

La decepción de Morena en Sonora
¿Qué pasa en Morena Sonora? Algo malo sucede a su interior cuando sus dirigentes ignoran a la ciudadanía cuando se les solicita su intervención para solucionar un problema local. Mientras que en el resto del país se habla y se ven acciones concretas que respaldan el discurso oficial de la Cuarta Tranformación de la república en apoyo a la población mexicana, en Sonora seguimos padeciendo la dictadura de un Gobierno priísta caracterizado por una interminable corrupción, por una serie de injusticias sin resolver y por la vigencia de una impunidad insultante como si viviéramos en los mejores tiempos priístas.
En este contexto los representantes de Morena en el Estado empezando por el Delegado del Gobierno Federal Jorge Taddei, los funcionarios de Morena Sonora y Morena Hermosillo, en lugar de trabajar y participar activamente en la problemática local para ser protagonistas principales en la consolidación del cambio electoral y convertirlo en una verdadera transformación social, prefieren manejarse con perfiles bajos y tejer estrategias que les permitan posicionarse en las listas de los próximos candidatos que contenderán en las elecciones del año próximo para Gobernador del Estado de Sonora.
Dan por hecho que Morena triunfará ganando la gubernatura de Sonora porque los niveles de hartazgo social hacia el Gobierno priísta encabezado por Claudia Pavlovich son similares a los que había a nivel nacional en contra del Prian antes del triunfo de Andrés Manuel López Obrador. No se dan cuenta de que parte del hartazgo social lo están provocando los propios funcionarios de Morena ellos con su falta de compromiso social con la población sonorense.
Los funcionarios de Morena Sonora padecen miopía política ya que no ven lo que está frente a ellos y sólo ven lo que sus aspiraciones políticas les permiten ver. No comprenden que han llegado a posiciones de poder político gracias al voto que el pueblo sonorense dio a Morena y a Andrés Manuel López Obrador.
No hay muchas diferencias entre sus comportamientos y las conductas de Diputados del Prian en el pasado. Se han embriagado de poder Pero el hartazgo de los sonorenses en general y hermosilllenses en particular, incluye figuras clave de Morena que con su actuación están creando una decepción colectiva: La Senadora Lily Téllez, la Presidenta Municipal Célida López, los Regidores morenistas en el cabildo Hermosillense Fermín González, Armando Moreno Soto y Mary Carrasco.
La esperanza del cambio al poder en México
Con la toma del poder de Morena de la capital sonorense y mayoría en el Congreso del Estado, en forma simultánea a la toma del poder presidencial por parte de Andrés Manuel López Obrador, los sonorenses generamos altas expectativas de cambio social a partir de este cambio electoral, porque habíamos echado al basurero de la historia al prianismo y habíamos cambiado la historia de nuestro país actuando en forma organizada y colectiva haciendo realidad el lema “Juntos haremos historia”.
Pero la historia no siguió el rumbo que esperaba la ciudadanía sonorense, todos esperábamos que después de las elecciones con el fin de la dictadura perfecta del Prian y la llegada al poder de Amlo y Morena comenzaría una nueva era, una era de transformación social en la que no tendrían lugar actos de corrupción. Dentro de las expectativas colectivas se esperaba dejar atrás la democracia representativa que tanto daño nos hizo durante la dictadura perfecta del Prian y pasáramos a construir una democracia participativa en la que los representantes populares mantuvieran contacto directo y frecuente con sus representados para que las decisiones por las que ellos votaran realmente representaran la voluntad popular.
En esta nueva era se esperaba que la ciudadanía demostrara que aprendió de las pasadas elecciones e hiciera suyo el lema “Juntos hacemos historia” de manera permanente y no sólo en forma coyuntural, trabajando con los legisladores apoyándolos y exigiéndoles su atención constante.
Pero por lo visto no aprendimos lo suficiente, porque después de las elecciones muchas personas regresaron a su zona de confort pensando que ya cumplieron con su misión histórica al contribuir con su voto a derrotar a las fuerzas del Pri y del Pan.
Todavía hay una gran mayoría de personas que continúa pensando que vivimos en una democracia social, que estamos en un país democrático ya que a través de un ejercicio electoral democrático logramos derrotar a los grupos de poder que tenían secuestrado a nuestro país desde el poder político y colocar en el mismo a alguien que sí nos representa y terminar con las prácticas de corrupción.
La triste realidad es que no puede haber democracia en un país en el cual sigue existiendo una inmensa mayoría de personas viviendo en condiciones de pobreza. Debemos despojarnos de esa percepción de que la democracia se ejerce sólo en día de las elecciones y que después de las mismas regresamos a nuestra vida cotidiana, porque en realidad eso no es la democracia.
Después del éxito de la consigna Juntos haremos historia, que permitió cambiar la historia de México gracias a la participación masiva y organizada del pueblo mexicano durante la campaña electoral y en el día de las elecciones, lo que se esperaba es que los más de 30 millones de mexicanos que nos unimos bajo la consigna “Juntos hacemos historia”, continuáramos participando activamente en política y dejáramos atrás la llamada democracia representativa.
Pero es evidente que no hemos aprendimos de la experiencia, ya que seguimos manejándonos con el concepto de la democracia representativa y dejamos a los nuevos funcionarios de Morena a que hicieran su trabajo político a nombre de nosotros. No tuvimos en cuenta que Morena era un nuevo partido que con sólo cuatro años de vida conquistó el poder gracias al hartazgo social generado por la corrupción e impunidad vigente y que fue lo que motivó a más de 30 millones de mexicanos a votar para lograr el triunfo de Morena
Para asegurar el triunfo electoral Morena hizo alianzas y aceptó en sus filas a desertores de esos partidos que abandonaron los mismos como las ratas abandonan los barcos que se hunden porque la derrota del Pri y del Pan era inminente.
Como un partido político recién creado en base a alianzas con diferentes fuerzas políticas que tenían un objetivo común: Derrotar al Pri y al Pan, Morena cometió aciertos y errores.
Algunos de esos errores los estamos padeciendo en Sonora Lily Téllez renuncia a Morena y queda como Senadora “independiente” y Célida López como Presidenta Municipal de Hermosillo actuando en contra de los intereses de la ciudadanía hermosillense. El error en estos dos casos fue el practicar el dedazo al estilo priísta y no permitir la realización de una elección democrática donde participaran militantes distinguidos de Morena, o que al menos, no provinieran del pri, del Pan o tuvieran un perfil destacado como persona progresista y de compromiso social.
Pero el principal error de Morena fue que a diferencia del Pri y del Pan que tienen una ideología bien definida: la ideología neoliberal que tiene como objetivo desmantelar los Estados en cada país y privatizar todas las funciones públicas para que impere la ley del Mercado, en el caso de Morena no hubo y sigue sin haber una ideología política definida que no sólo aglutine y cohesione a esa enorme agrupación social que conforman los integrantes de esta fuerza política que hoy gobierna en México, sino que permita que se sumen miles de luchadores sin partido que han dedicado su vida a la lucha social para lograr la transformación política y social de México.
Ese vacío político fue la rendija por la cual se subieron al camión de Morena varios desertores del Pri y del Pan, además de otros individuos oportunistas, que lograron enquistarse en la estructura del nuevo gobierno con posiciones de poder. https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/07/el-camion-de-morena-en-hermosillo.html
Por esos motivos, una vez en el poder Morena continúa cometiendo aciertos y errores, alejándose de la población que los llevó al poder porque siguen practicando la democracia representativa, tomando decisiones a nombre del pueblo mexicano sin consultas previas de por medio y en varios casos con sus decisiones afectan intereses colectivos.
Estos comportamientos que no se esperaban de funcionarios del Gobierno de Morena, son los que de manera paulatina han logrado que el entusiasmo y alegría con el que empezó el nuevo gobierno fueran disminuyendo al ir viendo el distanciamiento de la ciudadanía y ambición de poder que ha hecho presa de funcionarios de Morena.
Estos personajes se han distanciado del pueblo que los llevó al poder y que dicen representar, los ciudadanos sonorenses se sienten decepcionados porque lejos de intervenir como funcionarios y servidores públicos, utilizan sus cargos para crear las condiciones que les permitan proyectarse como futuros candidatos en las próximas elecciones para Gobernador de Sonora, o al menos estar cerca y formar parte del grupo de apoyo de quien representará a Morena como candidato a Gobernador de Sonora.
En Sonora se está creando una gran inconformidad social acerca de cómo trabajan los funcionarios de Morena, Jorge Taddei, Lily Téllez, Célida López, Armando Moreno Soto, Fermín González y otros nombres más olvidan que en sus espaldas lleven el membrete de Morena y al actuar en contra del pueblo sonorense, afectan la imagen de Morena en general, lo cual podría tener repercusiones negativas para este partido en las próximas elecciones de gobernador en nuestro Estado.
Mientras en el resto del país las formas de gobierno iban cambiando desterrando prácticas de corrupción, en Sonora continúa imperando la impunidad ante las injusticias y lo peor es que los candidatos que llegaron al poder enarbolando la bandera de Morena, dan la espalda a quienes dicen representar al punto de tomar decisiones contrarias a los intereses colectivos y sin mediar consulta popular alguna.
En Sonora el daño ya está hecho, el asunto del intento de venta del predio El Cárcamo creó decepción colectiva ante cientos y quizá miles de ciudadanos hermosillenses. Con esta decepción Nuevamente volvieron a surgir las expresiones de antaño: “todos los partidos políticos son iguales”, “el poder los embriaga y olvidan de donde vienen”, “enseñan el cobre con un poco de poder y están ahí para robar dinero”
¿Qué puede decirse ante el desencanto colectivo del partido que representaba la esperanza del cambio? ¿quién puede decir algo mientras los directamente involucrados siguen guardando silencio?

Cuarta transformación o verdadero cambio social?
Desde hace décadas se viene manejando el concepto de cambio social por diferentes fuerzas políticas, con el tiempo el concepto se fue desgastando por el uso indiscriminado de políticos sin escrúpulos que lo han usado con fines electorales. Una definición de cambio social involucra el cambio estructural en las relaciones, organizaciones y nexos entre los componentes sociales.
“Cambio social es la alteración de patrones de conductas de relaciones sociales, instituciones y estructura social en diferentes momentos (Farley, 1990)”
Desde una perspectiva sistémica un cambio social repercute en el conjunto de los elementos que interactúan dentro del sistema social. En consecuencia, no es suficiente un cambio de poder político para hablar de un verdadero cambio social.
El discurso oficial del gobierno de Andrés Manuel lópez Obrador se centra en el concepto de la Cuarta Transformación de la república, desde el inicio de su gobierno se han realizado una cantidad impresionante de cambios en la forma de gobernar, en la distribución de los recursos, en la reestructuración del aparato de gobierno, de tal forma que es innegable que se han producido grandes cambios que han disminuido el poder desde arriba y mejorado las condiciones de vida de millones de mexicanos.
Pero desde una perspectiva psicosocial el discurso de la Cuarta transformación no viene a representar un verdadero cambio social que genere un bienestar social de todos los mexicanos. “Desde la perspectiva de la Psicología comunitaria latinamericana el cambio social es considerado como una alternativa a las condiciones de exclusión social, reduciendo la desigualdad social, poniendo el énfasis en devolver el poder a los sujetos de intervención como forma de construcción de su propia realidad” (Maritza Montero).
Para lograr un cambio social real una condición necesaria es la participación de los directamente involucrados en las consecuencias del mismo. Se requiere de una acción colectiva, algo similar a la enorme participación social que se dio en la jornada electoral del 2,018 cuando más de 30 millones de mexicanos votamos a favor de AMLO y de Morena.
Para lograr el cambio social se requiere de una masa crítica de personas comprometidas con la acción colectiva que se unan para trabajar hacia la reconstrucción del país, dejando atrás las prácticas de corrupción, logrando resolver los casos de injusticia social, restableciendo las instituciones que fueron invadidas por la corrupción y reconstruyendo el Estado de Derecho que garantice el respeto a la constitución y a as leyes mexicanas para que exista realmente la justicia social.
Para lograr el cambio social es importante vivenciar experiencias de grupo que permitan generar consciencia social, identidad grupal, sentido de pertenencia a una comunidad y construir nuevos modos de pensamiento, acción y lenguaje que rebasen el individualismo y reconstruyan la identidad social perdida. El grupo es el medio y el instrumento a través del cual los ciudadanos pueden desarrollar el sentido de comunidad, la solidaridad y apoyo mutuo, que son necesarios para generar el cambio social.
La experiencia colectiva que la ciudadanía hermosillense vivenció cuando luchó en contra de la venta del terreno público denominado El Cárcamo es un buen ejemplo de cómo la praxis colectiva permite construir lazos de hermandad y fraternidad entre personas desconocidas que de repente identifican un objetivo común y un sentido de pertenencia a una comunidad.

El empoderamiento colectivo y la verdadera transformación social
Para lograr un verdadero cambio social se requiere posibilitar el aumento del poder de los actores sociales desplazando a los agentes externos de cualquier signo o afiliación política. Son los integrantes de nuestras comunidades quienes deben definir desde su propia perspectiva las condiciones de vida que tienen, es decir, compartir y construir en forma colectiva su definición de realidad social. La estrategia más adecuada de transformación social de la realidad es darle el poder a las personas para que puedan convertirse en actores sociales y transformen su realidad.
Ese es el principio teórico-práctico que da vida y sentido al lema Juntos hacemos historia, de aquí surge el concepto de empoderamiento de las personas y de las comunidades. Desde la perspectiva de la Psicología comunitaria el sujeto de la intervención se convierte en investigador de la realidad y de los efectos que tiene sobre ellos. Es por ello que los integrantes de la comunidad deben participar en la elaboración de proyectos de desarrollo urbano y social construyendo paso a paso una autogestión social.
En el contexto de una sociedad con enorme desigualdad social, las políticas públicas deben orientarse desde la perspectiva de los oprimidos y excluidos socialmente, promoviendo su participación social en un proceso en el cual adquieran consciencia sobre sus vidas y circunstancias.
La aleccionadora experiencia del frustrado intento de venta del terreno denominado El Cárcamo es un excelente ejemplo de empoderamiento colectivo de una comunidad que hace oír su voz en los espacios públicos, reclamando el respeto a sus derechos sociales, políticos y humanos, ya que se está actuando desde, para y con la comunidad realizando acciones de índole política que traen consecuencias tanto para la comunidad como para la sociedad en general.
Para lograr una verdadera transformación social es un requisito indispensable la participación social de los integrantes de nuestras comunidades, no es suficiente el discurso oficial, las comunidades deben hacer escuchar su voz en los asuntos relevantes que afectan sus condiciones de vida. Esta participación social se debe hacer en forma colectiva y organizada, creando grupos organizados en cada colonia, barrio o zona residencial, con estructuras realmente representativas que se alimenten de la participación de los habitantes de cada sector.
Para finalizar, quisiera mencionar algunas palabras sobre el concepto de poder y su relación con el fortalecimiento. Por lo regular la mayoría de las personas piensa que el poder descansa en quienes ocupan cargos de poder político o económico. Esta es una versión asimétrica del poder, en la cual existe alguien por encima de otros ejerciendo el poder generando formas de opresión, desigualdad y obediencia social.
Pero debemos redefinir nuestra concepción del poder considerándolo bajo una concepción simétrica, pensando que en toda relación social existe un poder, sólo que las formas de poder son diferentes, se manifiestan de forma diferente y cuentan con recursos diferentes.
“El poder es una relación social, una interacción personal o indirecta y cotidiana, en la cual las personas manifiestan sus consensos sociales y las rupturas entre su experiencia y su consciencia (Serrano García y López Sáchez, 1994)”
Adquirir una concepción simétrica del poder implica que los seres humanos nos veamos en una relación horizontal en la que tienen lugar formas de deliberación, negociación, concertación, comunicación y los recursos que un polo del poder pueda controlar y desear sean deseados por el otro polo.
Nuestros gobernantes tienen recursos económicos y materiales que las comunidades necesitan y desean, nuestras comunidades cuentan con la fuerza de la participación social y con el poder de las movilizaciones colectivas. Recordemos que la historia se ha escrito gracias a las movilizaciones colectivas que han luchado y conquistado derechos.
Una concepción simétrica del poder nos permite comprender cómo aún en las peores dictaduras, los pueblos oprimidos han luchado realizando acciones que reflejan formas de poder que no corresponden a la lógica del opresor.
La construcción de la simetría del poder implica cambios psicológicos individuales, cambios en la concepción que las personas tienen de sí mismas. Dejar de pensar que son individuos indefensos, débiles, vulnerables, sin recurso alguno y empezar a construir una imagen como seres sociales que pertenecen a una comunidad en l que comparten problemas sociales y a la vez comparten el poder de unirse, organizarse y conquistar sus objetivos, transformando la realidad social en la que sufren carencias para construir una sociedad donde realmente exista la democracia.
En la transformación social de los países latinoamericanos (no sólo en el caso de México), es necesario usar el poder liberador que permite reconocer al otro como igual, no como alguien superior. Por todo lo anterior dicho, la asimetría del poder sufrida por los pueblos encuentra una solución al dejar de ignorar la existencia de una simetría en el mismo y eso se puede lograr a través del empoderamiento social o colectivo.
Maritza Montero (2,010) define el fortalecimiento de las comunidades como “Un proceso mediante el cual los miembros de una comunidad o un grupo desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para controlar su situación de vida actuando de manera comprometedora, consciente y crítica, para lograr la transformación de las condiciones de vida que juzgan negativas o que deben ser modificadas según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos”.
De esta manera, aumentando nuestra participación social en asuntos colectivos, reconceptualizando nuestra noción del poder, empoderándonos en forma individual y colectiva, lograremos una verdadera transformación social de nuestro país, trabajando juntos pueblo y gobierno, porque tenemos la fortuna y orgullo de ser mexicanos y estar en un proceso de construcción social de la democracia que nos conduzca al imperio de la justicia y logro de la igualdad social.
En eso consiste el triunfo de la razón sobre la decepción colectiva que algunos elementos de Morena han provocado en la población sonorense. Retomando y haciendo valer el lema Juntos hacemos historia. No permitamos que se impongan candidatos en las próximas elecciones para Gobernador en Sonora, exijamos a Morena Sonora consultas sociales para definir quién gobernará nuestro Estado durante el próximo sexenio.

Referencias:

Yescas, Oscar: El agente de cambio social 08 enero 2,019
Yescas, Oscar: Introducción a la Psicología comunitaria latinoamericana. 17 octubre 2,016
Yescas, Oscar: Por una Psicología socialmente sensible 07 noviembre 2,017
Yescas, Oscar: Juntos hagamos historia 01/julio/2,018
Yescas, Oscar: Y al despertar el dinosaurio estaba Ahí 04/septiembre/2,018
Yescas, Oscar: Morena y su primera decepción colectiva. 05/sep/2,018
Yescas, Oscar: El golpe a la democracia en Sonora 10/oct/2,018
Yescas, Oscar: Reuniones privadas para discutir asuntos públicos 06/ago/2,018
Yescas, Oscar: Psicología, ideología y cambio socialmente 17 octubre 2,014
Yescas, Oscar: Ser diferente, la alternativa hacia el cambio social. 22 junio 2,016
Yescas, Oscar: El camión de Morena en Hermosillo 27 julio 2,018