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domingo, 25 de junio de 2023

 

El ecocidio de nuestra vida cotidiana

Oscar Yescas Domínguez

25 de junio de 2023

Desde hace varias décadas hemos estado viviendo en un “Estado de crisis” permanente, un estado en el que la crisis no es transitoria, sino que en realidad, es el reflejo de un cambio profundo del sistema económico y social en el que estamos viviendo y que tendrá efectos duraderos. (Bauman,2016).

Pero el tipo de crisis que estamos padeciendo es una crisis social, es decir, es una crisis del sistema económico y social en el que vivimos, que con el paso del tiempo esta crisis social ha adoptado muchos rostros, el primero que conocimos, que nos acompañó durante buena parte de nuestras vida y continúa presente, es la crisis económica que ha impactado en todas las áreas de convivencia social por encontrarnos en un sistema social que nos rige bajo un determinismo económico. De hecho, la crisis económica es la referencia más utilizada cuando se habla de la crisis, porque se culpa de todo a la crisis de la economía como fuente de todos nuestros males.

Pero las manifestaciones de esta crisis no se limitan a expresiones económicas, ya que se expresa de formas diferentes a pesar de que que forman parte de un todo, por lo que es necesario utilizar una mirada atenta a nuestro alrededor para identificar la existencia de varias crisis que son expresiones particulares de una sola crisis.

De esta manera podemos identificar en nuestro entorno social la existencia de una crisis que es política que que se caracteriza por una pérdida de credibilidad de las instituciones que conforman los pilares del Estado de bienestar social y que se manifiesta en un vacío de liderazgo social, que llega a poner en entredicho la actuación de quienes nos gobiernan, porque las instituciones gubernamentales ya no funcionan en la forma para la que fueron creadas, debido al surgimiento de un totalitarismo del Mercado, que utiliza su poder económico para imponerse al poder político, debilitar las instituciones gubernamentales para eliminar los servicios públicos y proceder a la implementación de políticas neoliberales que intentan privatizar todo lo que antes era servicio público y al mismo tiempo impide la intervención del Estado en asuntos comerciales y laborales, bajo la premisa que impulsó la globalización: “flexibilidad laboral”.

Por estas razones es posible afirmar que los políticos que dirigen el Estado en sus tres niveles, ya no gobiernan para los pueblos que los han elegido, porque en el marco de la globalización y de la expansión de la economía de libre mercado, han sucumbido a las presiones del poder corporativo para aceptar la supremacía del Mercado por encima de la supremacía del ser humano, han aceptado privilegiar como meta principal el crecimiento de la economía, lo que significa no atender las necesidades sociales y han abandonado su rol de servidores públicos para gobernar defendiendo los intereses del capital que está personificado en el poder corporativo que se encuentra detrás de la nueva deidad llamada Mercado.

El tercer rostro de la crisis, está ligado directamente a los dos primeros y se presentó como la crisis sanitaria que enfrentamos durante la pandemia del covid, que dejó como saldo millones de muertos en todo el mundo y uno de los factores que permitió la expansión de la pandemia y sus funestos resultados fue debido al abandono en el que se encontraba el sistema de salud pública en la mayoría de los países, debido a la corrupción estructural y al adelgazamiento del Estado provocado por el avance del neoliberalismo en su intento de acabar con el sistema de salud pública para privatizar los servicios de salud y obtener un beneficio económico ya que la salud, en el contexto de una lenta agonía de las instituciones de salud pública, se proyecta como un negocio muy redituable.

El cuarto rostro de la crisis, representa un tema que ha sido usado como bandera de lucha por luchadores sociales de diferentes países, es la crisis ecológica que surge de la destrucción de la naturaleza provocada por la explotación irracional de los recursos naturales, la contaminación de suelos, mares, ríos y lagunas por deshechos químicos de la producción generada por varias industrias (mineras, de la construcción, cerveceras, madereras, productos químicos, fertilizantes, etc.).

La defensa del medio ambiente es una demanda socialmente aceptada y compartida por cualquier persona porque se le considera como una acción políticamente correcta, porque no contempla en sus inicios cambiar de sistema social, sólo aspira a defender el medio ambiente y esto no es considerado como una acción radical. Pero lo que los medios masivos de difusión no dicen es que, después de los periodistas, los defensores del medio ambiente, encabezan la lista de personas asesinadas porque su activismo termina por convertirse en un acto político, ya que conduce de manera inevitable a la confrontación directa con el poder corporativo que tiene el control del mundo en estos momentos.

En el marco de la crisis ecológica, surgen problemas que se han venido denunciando desde hace años, pero a los cuales los políticos que gobiernan el mundo han hecho caso omiso. El cambio climático es uno de ellos que representa la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta nuestro planeta, porque los científicos advierten que si la temperatura global supera los 1.5°C las consecuencias serán catastróficas, ya que se presentarán problemas como más sequías mayor desertificación de tierras que eran cultivables, por lo que se presentará un menor rendimiento de cultivos, pérdida de biodiversidad, incendios forestales, aumento del número de huracanes, deshielo de polos glaciares, aumento del nivel del mar y sobre todo, presencia de olas de calor intenso como la que estamos padeciendo en estos días.

A pesar de que desde hace tiempo, grupos de científicos y defensores del medio ambiente han estado denunciando el peligro que representa el cambio climático para la humanidad en su conjunto, los políticos de las principales potencias mundiales han ignorado sus advertencias y continúan impulsando un modelo económico que se basa en la economía de libre mercado que funciona en base a un equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo de la población.

Quienes gobiernan el mundo, han priorizado el desarrollo económico permitiendo que a las grandes corporaciones exploten de manera irracional los recursos naturales como la tala de bosques desmedida que ha provocado que la desertificación avance en varias partes del mundo, el uso del agua se destina en gran medida para el consumo industrial, la contaminación provocada por deshechos industriales produce una degradación de la tierra, afecta a ríos, mares y lagunas, los flujos de gases industriales provocan un efecto invernadero, la basura producida por el consumo excesivo contiene productos no degradables que aumentan la contaminación provocando mayores daños al medio ambiente, etc.

En este marco que ocurre en el escenario internacional, la tierra está sufriendo un cambio de clima, algo que no es novedad porque ya se han presentado cambios de clima en la historia de este planeta producidos por factores naturales. Pero en el momento histórico que estamos viviendo, el responsable del cambio climático que se expresa en la presencia de oleadas de calor intenso, inundaciones provocadas por el surgimiento de monzones, sequías prolongadas que han provocado pérdida de cultivos, muerte de animales y desertificación de grandes extensiones de tierras, es el ser humano que ha perdido su condición de homo sapiens y se ha reducido a la condición de homo consumens.

Pero detrás del consumo humano se encuentra el consumo industrial que es la principal causa del cambio climático que estamos padeciendo en pleno verano del 2023. En esa línea de pensamiento, cuando hablemos de las altas temperaturas que se están registrando en todo el mundo, debemos aceptar que no son fenómenos naturales que forman parte de lo que se consideran "calores de época veraniega", sino que más bien son el resultado de acciones humanas por las acciones depredadoras de las grandes corporaciones transnacionales que desmontan bosques enteros, destruyen ecosistemas, provocan contaminación de suelos y aire, afectando el medio ambiente y perjudicando el habitat de varias especies de animales y la vida humana.

En este contexto, recordemos que el pasado 21 de junio empezó oficialmente la temporada de verano, una fecha que pasó inadvertida porque las altas temperaturas que se consideran propias de la “época de verano”, se presentaron con gran anticipación y una intensidad mayor que otros años, por lo que el tradicional sentimiento de alegría provocado por la entrada oficial del verano se evaporó como líquido ardiente en un ambiente extremadamente caluroso y pasó totalmente desapercibida.

Con la llegada de las altas temperaturas, el calor se ha tornado en el tema predominante en las conversaciones interpersonales, llegando a ser un tema de tendencia central en redes sociales, porque la presencia de una ola de calor es un fenómeno generalizado que está afectando de manera intensa a 18 Estados de la república mexicana y el mismo problema se observa en gran parte del mundo entero, por lo que debemos contextualizar el tema de las altas temperaturas como lo que realmente es: un problema globalizado que forma parte del cambio climático, creado por el sistema capitalista que nos está llevando a una segura destrucción de la naturaleza y de la especie humana.

Estos días de intenso e insoportable calor representan un anuncio anticipado de que en este 2023 tendremos "un verano extremadamente caluroso", que viene acompañado del anuncio de una reducción de los días de lluvia, por lo que debemos prepararnos porque la sensación de calor seguirá aumentando y se prolongará en los próximos meses, si no se presentan lluvias salvadoras que sean constantes y suficientes para mitigar el calor.

La situación tiende a generar mayor pesimismo ante la advertencia de funcionarios de Comisión Federal de Electricidad, de que ante el aumento de demanda de energía eléctrica motivada por el aumento de la temperatura, se ha presentado una masiva demanda del fluido energético que de seguir incrementando, podría afectar el funcionamiento del sistema de distribución y provocar apagones eléctricos que afectarían a grandes sectores de la población mexicana.

La situación toma tintes de gravedad porque el Centro Nacional de Control de Energía (CENADE), declaró la noche del 22 de junio un “estado de operativo alerta” del sistema eléctrico, ya que el consumo eléctrico superó los 52 megawatts, rompiendo récords históricos ya que la demanda de electricidad resultó excesiva para la capacidad instalada y obligó a la CENADE a declarar el estado de alerta.

En algunas ciudades del norte, occidente y sur de México ya se han presentado cortes de suministro de energía eléctrica, provocando afectaciones en el bienestar familiar y daños a la economía de las empresas dedicadas a diversos servicios. Según trascendió, CFE empezó a solicitar a los grandes consumidores industriales de electricidad, que apaguen sus plantas productivas para reducir el consumo de energía eléctrica.

La oleada de calor obliga a los empresarios a consumir mayor energía eléctrica debido al uso constante de aparatos de aire acondicionado para soportar las altas temperaturas y garantizar buenas condiciones para sus empleados, clientes y mercancías, pero la ausencia de clientes ha provocado una reducción de ventas generando daños económicos en las empresas, porque enfrentan baja en ventas y aumento en el gasto de energía eléctrica, porque el consumo de energía eléctrica no está subsidiado para los negocios.

La combinación de extremo calor y la falta de lluvia permiten predecir el surgimiento de incendios focalizados dentro y fuera de las ciudades, los cuales serán difíciles de combatir porque, lamentablemente las dependencias de Protección civil y cuerpos de bomberos no cuentan con personal suficiente y equipo adecuado debido a que, al igual que en su momento sucedió con los hospitales públicos, estas entidades no representan una prioridad para los políticos neoliberales que nos gobiernan y en consecuencia, funcionan con un bajo presupuesto que les impide operar de manera eficiente.

La situación se complica porque el agua es un recurso escaso en la mayoría de las ciudades, sobre todo en el norte y noroeste del país, por lo que las autoridades y ciudadanía en general, deben pensar seriamente en la necesidad de tomar precauciones y evitar que sea el factor humano quien provoque el inicio de incendios que pueden tornarse incontrolables.

El aumento de las temperaturas que estamos sufriendo, lo debemos ubicar en el contexto del cambio climático que provoca el funcionamiento de las grandes corporaciones que realizan una explotación irracional de nuestros recursos buscando la maximización de sus beneficios económicos.

El crecimiento de las ciudades y la expansión de la mancha urbana contribuye a provocar aumento de calor y cambio climático, porque la falta de políticas de apoyo al campo y las priorización de políticas de industrialización impulsadas en décadas pasadas, dieron origen al fenómeno de emigración de miles de personas que abandonaron el campo y las pequeñas ciudades para mudarse a las ciudades medianas en busca de mejores oportunidades de trabajo y estudio. 

Por estas razones, las ciudades han experimentado un crecimiento desmedido en las últimas décadas y el crecimiento del área urbana ha dado lugar al surgimiento de los que se denomina “islas de calor”, porque la construcción de fraccionamientos, la falta de áreas verdes, acumulan calor en edificios, calles pavimentadas, banquetas encementadas, contribuyen a aumentar las temperaturas globales y agrava los efectos del cambio climático.

La demanda de vivienda fue aprovechada por las empresas constructoras que encontraron una fuente de grandes beneficios económicos en la industria inmobiliaria a través de la construcción de fraccionamientos nuevos en cada ciudad. Las autoridades municipales permitieron la expansión del mercado inmobiliario adoptando una política de flexibilidad en la expedición de permisos de construcción, autorizando el cambio de uso de suelo en varios terrenos que eran públicos y terminaron en manos privadas, o de terrenos de uso residencial que terminaron cambiando su uso para fines industriales.

La negligencia o franca participación en diversos actos de corrupción, permitió que las autoridades voltearon su mirada hacia otro lado, fingiendo no ver la estratégica ubicación de algunos fraccionamientos de lujo en zonas de alto valor ecológico. Este es el caso del fraccionamiento que está ubicado detrás del vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez en la capital sonorense, ya que quienes gobernaban en ese momento, guardaron un cómplice silencio ante la acción ilegal de desviar el río que alimenta esa presa, para brindar la garantía de abasto permanente de agua a los nuevos habitantes de ese privilegiado sector, que cuentan con garantía permanente de abasto de agua por estar ubicados cerca de la presa local, aún cuando el desvío del río implicó que en época de lluvias los habitantes del ejido La Victoria estén en riesgo de sufrir inundaciones.

De igual forma, las autoridades fingen no ver las condiciones de explotación laboral de los trabajadores de la construcción que entregan cuerpo y alma laborando en condiciones de inestabilidad laboral, percibiendo bajos salarios y soportando largas jornadas bajo un clima extremo, produciendo un bien que será vendido a un alto precio y aportará grandes beneficios económicos a los dueños de empresas inmobiliarias y de la industria de la construcción.

Nuestras ciudades han crecido explosivamente por la actuación irresponsable de las autoridades municipales y estatales que no planearon tal crecimiento y hoy las autoridades estatales y municipales muestran una gran incapacidad para solucionar satisfactoriamente la demanda ciudadana de agua potable, electricidad, escuelas, pavimentación, alumbrado público, transporte urbano, seguridad pública, servicios de limpieza pública, etc.

La atención a estas necesidades sociales fue ignorada sistemáticamente en la mayoría de los municipios durante las últimas décadas por los diferentes partidos que han estado en el poder y optaron por enriquecer sus fortunas personales percibiendo altos sueldos, viviendo del presupuesto público y participando en actos de corrupción para gobernar a favor del poder corporativo, en lugar de invertir los recursos financieros en obras públicas que garantizaran el bienestar social, provocando que la calidad de vida en las ciudades haya bajado de manera brutal.

Cierto es que no todo es responsabilidad de las autoridades, existe una corresponsabilidad social en el mantenimiento, limpieza y cuidado de nuestro medio ambiente y los ciudadanos estamos fallando con ese compromiso al ignorar nuestra responsabilidad cívica de mantener limpia la parte externa de nuestras casas, al no sembrar un árbol en nuestro domicilio, al dejar morir los árboles que se encuentran a unos cuantos metros fuera de nuestro domicilio ( porque se supone que es responsabilidad del municipio atenderlos), al asumir actitudes de indiferencia hacia la política, de conformismo social y al no organizarnos en un comité de vecinos para actuar en forma unida, organizada y colectiva en la solución de los problemas que nos afectan a todos, a algunos más, a algunos menos, pero a final de cuentas todos salimos perjudicados porque todos vivimos en el mismo planeta que el capitalismo está destruyendo cada día más.

La ausencia de árboles y su falta de mantenimiento es un problema que corresponde resolver, al municipio y a la ciudadanía, dejemos de ignorar esta responsabilidad compartida, exijamos a las autoridades municipales que cumplan sus funciones como servidores públicos enviando personal a dar mantenimiento y servicio de limpieza a parques, calles y bulevares, al mismo tiempo que hacemos lo mismo en nuestro entorno inmediato, antes de que desaparezcan por completo los árboles y vivir en nuestras ciudades se convierta en un verdadero infierno.

Adicionalmente, estamos sufriendo "tandeos no oficiales", es decir, cortes de suministro de agua potable, porque nuestras autoridades se guían bajo la premisa de salvar la economía, por encima de salvar vidas, permitiendo que la escasa agua que tenemos se destine a fines industriales y no para consumo humano.

La población, mientras tanto, se ve abandonada a su suerte, porque no existen lugares públicos en esta ciudad, a los cuales pueda asistir la población a divertirse sanamente en un ambiente refrigerado y sólo tienen la opción de visitar centros comerciales donde son seducidos por el consumo.

De la misma forma que CFE solicita a las grandes compañías que reduzcan su consumo de energía eléctrica, el Gobierno Mexicano debe actuar para impedir que la escasa agua de que disponemos se siga utilizando con fines industriales y adoptar políticas públicas que permitan su distribución para consumo humano. Un gobierno realmente sensible y humano actuaría en este contexto de emergencia medioambiental, impidiendo que sigan funcionando las empresas cerveceras y refresqueras que utilizan grandes volúmenes de agua para procesar sus productos, al igual que debe abandonar la “flexibilidad laboral” e intervenir para regular los procesos de funcionamiento de las grandes corporaciones de tal forma que se tomen medidas para reducir las emisiones de gas y deshechos contaminantes, que se promuevan el uso de energías renovables y fortalecer la resiliencia a los impactos del cambio climático.

Dentro de estas medidas se encuentra la intervención en el funcionamiento de empresas cerveceras, refresqueras, mineras y constructoras para impedir que continúen explotando grandes volúmenes de agua y produciendo grandes niveles de contaminación ambiental y explotación excesiva de recursos naturales

Pero como es pedir demasiado a los políticos que tienen sus miradas centradas en las elecciones presidenciales del próximo año, la solución a los problemas que afectan a los trabajadores y ciudadanía en general, depende de la autonomía que éstos logren y de su iniciativa para organizarse para actuar en forma unida y colectiva para exigir soluciones a los efectos de la ola de calor que nos está afectando “aquí y ahora”.

El presupuesto público que están utilizando lo partidos políticos para realizar precampañas de sus candidatos, debería ser utilizado en la implementación de medidas que enfrenten los estragos de la ola de calor, invirtiendo en obras públicas para garantizar agua potable a toda la ciudadanía, mantenimiento de vegetación de parques y jardines, campañas de reforestación masiva en todas las ciudades, construcción de paradas de autobús con estructura que proteja del sol a los usuarios del transporte urbano, creación de refugios para proteger de las altas temperaturas a personas sin hogar.

El calor extremo que estamos padeciendo es una consecuencia del cambio climático y representa un llamado de atención sobre la urgencia de tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático y es responsabilidad compartida entre las autoridades y la sociedad en su conjunto, el trabajar juntos para cambiar hábitos de consumo, desarrollo de comportamientos de cuidado del medio ambiente y la implementación de políticas públicas más efectivas en el combate a la contaminación ambiental y el uso racional de los recursos naturales.

Es verdad que los consumidores individuales producimos basura que aumenta la contaminación ambiental y que si millones de personas cambiamos nuestro comportamiento individual, podremos contribuir a proteger nuestro planeta. Pero debemos ser realistas e identificar que las principales fuentes de contaminación ambiental que están generando el cambio climático, provienen de los deshechos industriales de las grandes corporaciones, del uso de plástico en el empaque de la casi totalidad de productos que se encuentran en el mercado y en la ausencia del control gubernamental de los procesos de producción que realizan las grandes empresas. El uso desmedido de agua en uso industrial, la tala excesiva que produce desertificación de bosques y selvas, la producción de gases que contaminan el medio ambiente, son las principales causas del cambio climático.

En consecuencia, autoridades y sociedad en general, tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para crear un esfuerzo colectivo que permita salvar a nuestro planeta de la destrucción que está realizando la economía de libre mercado.

En este contexto, no basta con quejarse del calor, lo que estamos viviendo no es un tema que se repita cada año, las condiciones actuales son diferentes porque estamos resintiendo los efectos de un ecocidio realizado por el poder corporativo en su obsesión de continuar maximizando sus beneficios económicos, sin importarles la destrucción de la naturaleza, la extinción de diversas especies y el daño ambiental que están provocando con la promesa de un crecimiento infinito que implica la explotación irracional de nuestros recursos naturales.

En consecuencia, debemos acompañar esa queja con la toma de consciencia de que enfrentamos los efectos devastadores de la oligarquía económica que no se detendrá en su objetivo de seguir generando ganancias económicas, por lo que nos vemos en la necesidad de replantear la discusión sobre la ola de calor y sus efectos negativos, contextualizándola en la crisis ecológica que está provocando el sistema capitalista, ya que la situación actual nos recuerda a Rosa Luxemburgo cuando advirtió la necesidad de combatir al capitalismo bajo la consigna “Socialismo o barbarie”. Por esas razones, podemos decir que estamos en un momento histórico en el cual debemos plantearnos la pregunta: ¿Qué tenemos que hacer para evitar la destrucción de la naturaleza y de nuestras propias vidas?

Es indudable que de manera individual podemos contribuir a la defensa y cuidado del medio ambiente, si introducimos cambios en nuestro comportamiento como consumidores individuales. Limitando nuestra conducta como consumidores para realizar sólo “compras inteligentes”, disminuyendo la producción de basura que generamos diaria o semanalmente, reduciendo el consumo del agua, ahorrando en el consumo de energía eléctrica, etc. Son acciones que necesitamos hacer y si partimos de la premisa de que si millones de personas se dieran cuenta de que realizando una pequeña acción individual, se podrían generar grandes cambios, todos podemos participar en la lucha por la defensa del medio ambiente.

Pero, los cambios individuales son insuficientes, porque la principal fuente de destrucción de nuestra naturaleza y del medio ambiente, que están generando el cambio climático y poniendo en riesgo las vidas de especies vegetales y animales, aparte de la vida humana, proviene de la impunidad con la que actúa el poder corporativo, al evitar la intervención del Estado en la fiscalización de sus procesos de explotación excesiva de recursos naturales, uso de materiales contaminantes y no degradables en la producción y empaque de sus productos, etc. Esta ausencia del Estado permite que el poder corporativo tenga manos libres para explotar de forma irracional los recursos naturales y continuar generando su beneficio económico, a costa de la destrucción del medio ambiente y de la naturaleza.

En ese sentido, debemos reconocer que la ola de calor que estamos padeciendo no es un fenómeno aislado, sino que es el efecto de un problema estructural que podemos denominar el ecocidio del capitalismo globalizador, que nos conduce por un camino que solo nos llevará a la destrucción de la naturaleza, del medio ambiente y en consecuencia a nuestra autodestrucción.

Bajo esta perspectiva la defensa del medio ambiente surge como una reacción lógica y necesaria para garantizar la preservación de la naturaleza y de la vida humana, lo cual nos conduce a una confrontación directa con el capital, representado por las grandes corporaciones, que con su funcionamiento y defensa de la economía, realizan continuas agresiones a nuestro planeta, a la naturaleza, al medio ambiente y a la vida humana.

Estas acciones son las que han creado el cambio climático que trae consigo efectos devastadores como lo son las olas de calor, por lo que defender al medio ambiente se torna en una acción política, en la medida que se realiza en contra de la implementación de las políticas neoliberales que protegen a las grandes corporaciones de la intervención del Estado para regular su funcionamiento, utilizando la exigencia de “flexibilidad laboral” que permitió la expansión de la globalización a nivel mundial, que implica la no intervención del Estado en la inspección y vigilancia del funcionamiento y procesos productivos de las grandes corporaciones.

De esta manera, podemos vislumbrar que la lucha por la defensa del medio ambiente, es en realidad una lucha en contra el ecocidio corporativo, por lo que de manera inevitable la defensa del medio ambiente, es una lucha política que debemos realizar para defender nuestro derecho a sobrevivir en un medio ambiente sano y en consecuencia, la lucha en defensa de la naturaleza y del medio ambiente, es en realidad una lucha por nuestro derecho a la vida.

Recordemos que el poder corporativo utiliza su poder económico para imponerse al poder político y utiliza la corrupción para actuar de manera similar a la de un cártel de delincuencia organizada, para someter a Presidentes de varios países, Gobernadores, Presidentes municipales, Senadores, Diputados, Jueces, Directores de medios de comunicación masiva, así como intelectuales y periodistas que se prostituyen para proteger los intereses de las grandes corporaciones en sus acciones depredadoras de la naturaleza y del medio ambiente.

Por esas razones debemos recordar que una de las principales experiencias de aprendizaje del movimiento obrero, es que logramos comprender que otro mundo es posible si nos decidimos a construir un poder popular que provenga de la acción colectiva, unida y organizada que nos permita construir un poder popular para ejercer presión y lograr una coordinación de grupos ecologistas con autoridades gubernamentales, de tal forma que se implementen políticas públicas que sean favorables a la ciudadanía y garanticen la defensa del medio ambiente. Una de estas políticas podría ser la intervención gubernamental para lograr que la Comisión Federal de Electricidad realice descuentos en el cobro de consumo de energía eléctrica a pequeños empresarios y apoyar con esta acción la economía local. 

De la lucha en defensa del medio ambiente podemos extraer el aprendizaje de que todos somos parte de un ecosistema que no solo vincula a todas las razas humanas en una sola especie como humanidad, sino que también nos vincula con la flora y la fauna que nos rodea y de la cual depende nuestra propia existencia.

Hasta el momento los movimientos de defensa del medio ambiente se han dado en forma dispersa y aislada, sin tomar consciencia de que la lucha en contra de la crisis ecológica es en realidad una lucha política. La falta de claridad política y la red de complicidades tejida por el poder corporativo es lo que ha permitido la vigencia e impunidad de una serie de injusticias como la que realiza el Grupo México en Cananea, Sonora en contra del sindicato de mineros de la sección 65 y en contra de la población de esa ciudad, al contaminar y destruir los suelos, subsuelos, ríos y montañas en sus procesos productivos.

Los grupos ecologistas y de defensa del medio ambiente deben terminar con la dispersión que los ha caracterizado y unir fuerzas en un verdadero movimiento ecologista que parta de la premisa de que todo ser viviente (no solo el humano) forma parte de un ecosistema y sus vidas tienen un propósito que permite lograr una armonía con la naturaleza.

En conclusión, debemos tomar consciencia de que la ola de calor que estamos padeciendo es parte de un proceso de degradación ambiental que no es provocado por causas naturales, sino que es el efecto de acciones humanas realizadas por las grandes corporaciones y así como debemos tomar consciencia de que formamos parte de un ecosistema, la crisis ecológica es la expresión particular de la crisis del sistema capitalista neoliberal que presenta síntomas de agotamiento presentando una crisis económica, una crisis política y una crisis sanitaria, por lo que debemos actuar para defender nuestras vidas defendiendo la naturaleza y el medio ambiente.

    Muchas personas aceptan fácilmente la idea de que el mundo podrá acabarse por algún evento natural como meteoritos que caigan del cielo, terremotos, huracanes o monzones. Pero, aparentemente, les es difícil aceptar la idea de que podríamos cambiar el mundo y construir un mundo mejor, debemos aceptar que somos seres sociales y que con nuestras acciones estamos participando en un construccionismo social, si la realidad la construimos en forma colectiva, actuando en forma colectiva, unida y organizada, podremos construir un mundo mejor en el que estamos viviendo y debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

Debemos tener claro que si continúan las emisiones de gases, la tala inmoderada de bosques en Brasil, Ecuador, Colombia, México y varios países, las altas temperaturas continuarán incrementándose  en la medida que el daño al medio ambiente se profundiza, además de que el fenómeno de El Niño está acercándose a nuestras costas, por lo que no debemos perder más tiempo y pasar de la queja individual al compromiso social de cambiar nuestros comportamientos individuales construyendo una actitud de cuidado del medio ambiente.

Debemos abrir los ojos y ver que las altas temperaturas que estamos padeciendo en nuestra localidad, se ha convertido en un grave problema generalizado, ya que sólo en México, las altas temperaturas afectan a habitantes de 18 estado del país. Por esas razones debemos evitar que el ecocidio continúe formando parte de nuestras vidas cotidianas y proceder a organizarnos como ciudadanos para exigir que las autoridades de los tres niveles de gobierno cumplan con su responsabilidad de proteger la naturaleza, se aseguren de crear centros de reciclado de la basura que se produce en forma colectiva y vigilen que se cumplan las normas de seguridad e higiene en el funcionamiento de las grandes corporaciones y sobre todo que reduzcan la producción de desechos tóxicos y aquellos que se produzcan sean tratados de acuerdo a normas ambientales internacionales.


Yescas, Oscar: La defensa del medio ambiente es la defensa de nuestras vidas

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/07/ladefensa-del-medio-ambiente-es-la.html

https://diariodelyaqui.mx/nacional/por-el-calor-en-mexico-declaran-emergencia-en-el-sistema-electrico-nacional/67950

https://diariodelyaqui.mx/nacional/ola-de-calor-incrementa-el-recibo-de-luz/67956

https://diariodelyaqui.mx/sonora/calor-extremo-ya-afecto-ventas-en-comercios-de-sonora-fecanaco/67976

https://terceravia.mx/2023/06/olas-de-calor-iran-en-aumento-en-mexico-investigadores-de-la-unam/?fbclid=IwAR1y4639FiEglRLV_R-wP34voYNrbKR5mRsxhxtMCPR-LPxmm2TyUpuBeJI

https://terceravia.mx/2023/06/expertos-alertan-sobre-el-peligro-de-calentamiento-del-caribe-mexicano-y-su-impacto-en-la-biodiversidad/

https://www.msn.com/es-mx/noticias/others/tenemos-pocos-meses-para-prepararnos-nadie-sabe-cu%C3%A1l-va-a-ser-el-impacto-final-de-el-ni%C3%B1o/ar-AA1cRlqx?li=AAggXBN

https://www.ecologiaverde.com/efectos-del-cambio-climatico-3268.html

Vigilia Sonora: Fraccionamiento Riveras del Pitic a un lado de la presa Abelardo Rodríguez

https://www.facebook.com/watch/?v=822947411154274&extid=CL-UNK-UNK-UNK-AN_GK0T-GK1C&mibextid=2Rb1fB&ref=sharing


viernes, 16 de junio de 2023

 

La agonía del Leviatán contemporáneo frente al totalitarismo del Mercado

Oscar Yescas Domínguez

16 de junio 2023


(Arundhati Roy ​ es una escritora, periodista y activista india. Ganó el Premio Booker en 1997 por su primera novela, El dios de las pequeñas cosas.​​ También es una activista política que ha tomado parte en causas por los derechos humanos y de protección del medio ambiente)

Existen libros que después de leerlos, provocan un gran impacto y cambian la vida de quien los lee, no creo exagerar si digo que una gran mayoría de personas puede mencionar algún libro que le dejó honda huella en su corazón y mente, al grado de que su lectura se convirtió en algo inolvidable. Los libros no solamente cambian la vida de las personas que los leen, algunos libros logran tener un impacto tan amplio que contribuyen a lograr un cambio colectivo porque son leídos por millones de personas al convertirse en “los más vendidos” (aún cuando su volumen de ventas no garantice una alta calidad), pero también hay otros libros que han contribuido a cambiar todo un sistema socioeconómico y político en la historia de la humanidad.

Uno de estos libros que puedo mencionar es el que escribió en 1651 el filósofo e historiador inglés Thomas Hobbes, que tituló “El Leviatán” y fue publicado justo dos años después de que el Rey Carlos I de Inglaterra fuera decapitado en la capilla de WhiteHall después de 11 años de un reinado que pasó a la historia como “once años de tiranía”, porque su mandato se caracterizó por la aplicación de numerosos impuestos que aplicó a la población para aumentar su riqueza, a costa de la miseria y pobreza de los habitantes de su reino y estas medidas fueron los motivos que dieron origen a la revolución inglesa que inició en 1642.

El Rey Carlos I fue llevado a juicio bajo los delitos de alta traición y otros crímenes, proceso durante el cual el miembro de la realeza alegaba que su autoridad como Rey le había sido dada por Dios cuando le entregaron la corona y se negó en repetidas ocasiones a pedir súplica como le ofreció la Corte como condición para perdonar su vida, pero el Rey respondía preguntando “¿en nombre de qué autoridad se le juzgaba? y recibía una respuesta novedosa para aquellos tiempos: “en nombre del pueblo que os ha elegido”, ese pueblo que, después de Dios, se erigía por primera vez en la historia como el origen de todo lo justo. Finalmente, el Rey Carlos I terminó siendo decapitado el 30 de enero de 1649, bajo la histórica premisa de que “No hay hombre sobre la ley”.

En el libro Leviatán, Hobbes habla de la naturaleza humana y de la forma cómo éste se desenvuelve en la sociedad, a la cual describe como resultado del poder que crean los hombres al estar reunidos y señaló la necesidad de que existiera un Estado que actuara como ente regulador de la dinámica social, porque de no existir esta instancia de control social, el hombre terminaría destruyéndose a sí mismo como especie, porque “el hombre es el lobo del hombre”, es decir, el ser humano tiene un poder de violencia que no tiene límites y en ocasiones puede desbordarse.

En su libro que puede considerarse como la respuesta de Thomas Hobbes al caos político-social que prevalecía en su época, el autor afirmó que el poder no emana de Dios alguno, porque cada persona tiene derechos individuales y que la convivencia social requiere de la construcción de un contrato social, a través del cual los individuos acepten vivir en armonía dentro de las comunidades a las que pertenecen, respetando acuerdos y normas sociales.

El Leviatán representa una teoría sobre un gobierno civil (que todavía no existía en esa época), el cual estaría representado por un gigante que tiene un gran poder y su fuerza se alimenta de la participación de seres humanos que acepten actuar en forma unida, organizada y colectiva, para resolver los problemas sociales, mientras más ciudadanos se sumen a la causa, más crecerá la fuerza de este gigante y en consecuencia más poderoso será.

El Leviatán, en este caso es el Estado conformado por ciudadanos que aceptan cogobernar para que quienes representen al Estado tomen decisiones a nombre de todos. La misión del Estado es crear las condiciones para que los ciudadanos disfruten de su libertad, renunciando a guiar su conducta motivado por sus pasiones individuales. Los hombres ceden su derecho a gobernarse a sí mismos, abandonando su individualismo y asumiendo una identidad social, construyendo un sentimiento de pertenencia a una sociedad y el Estado son las personas que han sido elegidas para garantizar la paz y el bienestar social.

138 años después de ser publicado El Leviatán, el pueblo francés siguió el ejemplo del pueblo inglés, cuando el 5 de mayo de 1789 se produjeron una serie de estallidos sociales, protestas violentas que conformaron una guerra civil, un conflicto social que se conoció como “la revolución francesa”, un movimiento ciudadano que enarboló como banderas de lucha las consignas “Libertad, igualdad y fraternidad”, que duró diez años y culminó con la decapitación de Luis XVI y Maria Antonieta, en un acto que simbolizó el final de la Monarquía como forma de gobierno.

Durante el período posterior a esos eventos, el pueblo francés y europeo en general vivió en un estado de “interregno”, que significa un período en el cual un Estado o país carece de gobierno, porque quienes gobernaban (la monarquía) eran desconocidos por quienes supuestamente gobernaban y quienes eran gobernados no sólo desconocían al sistema de gobierno representado por la monarquía, sino que procedían a decapitar a los integrantes de la Monarquía.

La burguesía de aquellos tiempos aprovechó la revuelta popular para deshacerse de los reyes y contribuyó con su participación en la creación de un mundo nuevo en el cual ya no existía la monarquía y desaparecía la influencia determinante que tenía la Iglesia católica en los asuntos de la sociedad en su conjunto.

Sin duda alguna, el libro El Leviatán sirvió de inspiración para construir un sistema de gobierno civil que sustituyera el sistema de gobierno basado en la monarquía, representó un punto de partida para el surgimiento del Estado moderno, pero no debemos olvidar que la parte relevante en el cambio del sistema de Monarquía a la creación de un Estado Nación integrado por ciudadanos libres, que se veían a sí mismo como iguales y actuaban en fraternidad, se logró gracias a la participación ciudadana en movimientos colectivos que actuaron en forma unida y organizada, logrando un verdadero cambio social, al destruir el mundo que existía en su momento, para construir un mundo nuevo. Una parte de la historia que resume de manera magistral Herman Hesse en su libro Demian: “El pájaro pelea para salir del huevo. El huevo es su mundo. Quien quiera nacer, debe destruir primero su mundo” (Demian).

El Estado moderno se consolidó al desaparecer la monarquía como forma de gobierno y ser sustituida por la creación de nuevos Estados-Nación en lo que antes fueron reinados, representados por gobiernos civiles cuyas autoridades llegaban al poder en base a elecciones democráticas en condiciones en las que todos los ciudadanos eran gobernados y tenían la posibilidad de gobernar retomando el principio de la igualdad conquistado por el pueblo francés.

En este nuevo sistema de gobierno, los Estados Nación consolidaron lo que hoy se conoce como “democracia representativa”, que consiste en la elección democrática de las autoridades en turno y que ha estado funcionando desde hace más de 200 años, logrando configurar un modelo de sistema social aceptado en una gran mayoría de las naciones que conforman el mundo entero.

Todavía existen en pleno siglo XXI, un número aproximado de diez naciones que reconocen a miembros de la realeza como Jefes de Estado, la mayoría de ellos ubicados en el medio oriente, algunos de estos monarcas sólo figuran de nombre porque no tienen un poder formal, como lo es en el caso de Inglaterra, Bélgica, España, Suecia, Noruega, Países Bajos, Dinamarca, entre otros.

Destaca entre este club de privilegiados en proceso de extinción el caso del Rey Carlos III, actual Jefe de Estado no solo del Reino Unido, sino de otros 14 reinos de una mancomunidad de naciones que incluyen a Canadá y Australia. Aún con lo anteriormente dicho, podría decirse que la monarquía es un cadáver viviente, un “muerto caminante”, porque su aprobación social disminuye con el paso del tiempo, porque la democracia tiende a consolidarse como forma de gobierno internacionalmente reconocida, al grado de crear instituciones internacionales conformadas por representantes de la mayor parte de naciones existentes en el mundo, como lo es por ejemplo la Organización de Naciones Unidas.

En cada cambio social surgieron movimientos colectivos que lucharon por conquistar derechos y prestaciones laborales, por lo que los Estado-Nación se vieron obligados a crear instituciones gubernamentales que compartieran la misión de garantizar el bienestar social atendiendo aspectos relacionados con el trabajo (Secretaría del trabajo para actuar como mediadores en las relaciones obrero-patronales), en la salud pública (Hospitales generales, hospitales infantiles, hospitales para la mujer, etc.), en la educación pública (educación primaria, secundaria, media superior y superior), deportes (beisbol, futbol basketbol, etc.), en seguridad pública (cuerpos policiacos dotados de vehículos y armamento para combatir la delincuencia común y organizada), en pensiones (jubilaciones para hombres y mujeres), en cultura (pintura, lectura, arte, danza, etc.), etc.

Sin embargo, aún con la creación de la figura del Estado moderno con la que se pretendía mantener bajo control la violencia humana, la humanidad en su conjunto continuó sufriendo varios conflictos sociales expresados en la forma de revueltas, revoluciones que cambiaron el sistema sociopolítico y se presentaron dos guerras mundiales que dejaron daños incuantificables en las naciones involucradas y un saldo de una enorme pérdida de vidas humanas.

Por estas razones, después de la segunda guerra mundial, muchos países quedaron destrozados en sus economías nacionales y en ese contexto fueron creados el Fondo Monetario y el Banco Mundial en 1944, en una conferencia internacional celebrada en Estados Unidos en Breton Woods, Nuevo Hampshire, con la intención de establecer un marco de recuperación económica internacional que permitiera crear una economía mundial más estable y próspera.

El 26 de junio de 1945 en San Francisco, California, se creó la Organización de las Naciones Unidas, cuando 51 países firmaron la Carta de la ONU, como una organización internacional que se fundó para mantener la paz y la seguridad internacional, con el compromiso de fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora de la vida y la protección de los derechos humanos.

Los países que se vieron involucrados en la segunda guerra mundial terminaron con sus economías destrozadas, la infraestructura del país en ruinas y con una gran deuda externa que impedía su despegue económico, por lo que recibieron un trato especial de parte de los organismos financieros internacionales que consistió en la anulación completa de todas sus deudas, el otorgamiento de nuevos créditos sin intereses, se aplicaron nuevos impuestos al capital y a los altos ingresos, se estableció como un límite superior de los pagos de la deuda externa de cada país, el 3% de los ingresos por exportaciones.

Con estas acciones se fortaleció el Estado social, otorgando ayuda financiera para aumentar el presupuesto destinado a la atención de las necesidades sociales, y con ello crear las condiciones que permitieran garantizar el bienestar social de la población en general, lo cual permitió definir como prioridad del Estado Nación, el logro del bienestar social, estas medidas dieron origen a la expresión el “rostro humano del capitalismo”.

En estas condiciones, el Leviatán concebido por Thomas Hobbes hace más de 200 años, logró consolidarse y transformarse hasta ser reconocido como el Estado de bienestar social, representado por múltiples Estados-Nación que tienen como misión principal garantizar el bienestar social de los ciudadanos y los funcionarios que forman parte de este gobierno y deberán funcionar como guardianes de los intereses colectivos, por lo que los integrantes de las estructuras del gobierno asumieron desde entonces un rol de servicio al público y esa es la razón por las que se les reconoce como “servidores públicos”, porque su trabajo consiste en el diseño e implementación de políticas públicas que priorizan el uso del presupuesto público para garantizar la atención a las necesidades sociales.

En esa línea de pensamiento, las cualidades más valoradas en los personas que aspiraran a trabajar en el gobierno eran una evidente vocación de servicio, un fuerte compromiso social y la consciencia permanente de que la existencia del Estado, de las instituciones y de los sueldos que perciben sus empleados, era posible gracias a las aportaciones de la población que genera ingresos públicos a través del pago de diversos impuestos.

Pero, el mundo ha cambiado mucho desde aquel entonces y en la situación que prevalece en el aquí y el ahora, el Estado moderno tiende a diluirse en una sociedad líquida, sus instituciones se debilitan por el avance de la globalización que en un principio se presentó como una simple apertura de las fronteras para posibilitar el libre tránsito de las mercancías, pero que con el paso del tiempo, la globalización ha creado un monstruo llamado Mercado que está enfrentando al Leviatán de nuestros tiempos, utilizando el poder económico se está imponiendo al poder político para obligarlo a realizar una serie de cambios estructurales que consisten en reformas a las constituciones de los Estados-Nación para eliminar derechos laborales y prestaciones sociales.

Después de la caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS, al expandirse la economía de libre mercado por la mayor parte del mundo, surgió un nuevo poder que intenta tomar el control del mundo entero, es como dice Peter McLaren, una “nueva delincuencia organizada globalmente, a la cual denomina “el poder corporativo”, que está conformado por los Presidentes de los organismos financieros internacionales, los Directivos de las grandes corporaciones, los Presidentes corruptos de varios países, los Presidentes de partidos políticos, los dueños de los medios masivos de comunicación, los legisladores de cada país, etc.

Todos actúan para garantizar la maximización del beneficio económico del gran capital y reciben grandes compensaciones por su participación en actos de corrupción, al implementar cambios en las constituciones que permitan la implementación de medidas neoliberales que eliminan derechos laborales y sociales que fueron conquistados en el siglo pasado a través de grandes movimientos colectivos que lograron arrancar del capital ciertos beneficios sociales.

La corrupción que forma parte estructural del sistema capitalista pervirtió la cultura organizacional de las diferentes dependencias gubernamentales, provocando que el concepto de servicio público fuese quedando en el olvido y el acto de gobernar se convirtiera en un botín político, porque permite el acceso a las finanzas públicas que durante varias décadas han sido desviadas a través de actos de corrupción, para enriquecer fortunas personales, descuidando la atención a las diferentes necesidades sociales que experimenta la población civil.

En los últimos 30 años de implementación de políticas neoliberales en el contexto de la globalización, los Estados-Nación de la mayor parte del mundo han perdido soberanía, independencia y autonomía. Mientras que los pueblos que forman parte de esos Estados-Nación han visto disminuir su capacidad adquisitiva por la agudización de la crisis económica y por el despojo de derechos laborales, sociales y humanos.

Al igual que los individuos, los gobiernos de diferentes naciones han adoptado la medida de endeudarse para gobernar y gran parte de estas deudas externas se deben al desvío de finanzas pública de gobiernos corruptos y a la impunidad con la que son protegidos por los gobiernos que los suceden, que en lugar de combatir a fondo la corrupción, decomisar cuentas bancarias y bienes materiales de quienes estuvieron involucrados en actos de corrupción para sanear las finanzas gubernamentales, prefieren mirar hacia adelante y salir de la crisis financiera solicitando nuevos créditos que sólo contribuyen a aumentar la deuda del Estado, tapando un hoyo financiero con la construcción de un hoyo mucho más grande.

Los políticos que actúan de esta forma tienen plena consciencia de sus actos y de las consecuencias de los mismos, pero no sienten remordimiento alguno porque padecen una ceguera moral y no les afecta el sufrimiento ajeno, mientras ellos puedan asegurar su futuro económico, porque sienten que “están de paso en el poder” y el día de mañana podrían ya no estar en la cima del mismo.

Motivados por su ambición de poder quienes nos gobiernan aprueban la existencia de una enorme brecha salarial entre los trabajadores de base y los altos funcionarios gubernamentales, ya que éstos últimos perciben sueldos tan altos que son manejados con gran discrecionalidad. Por estas razones, los puestos de dirección en instituciones públicas son codiciados por individuos sin escrúpulos que deciden “vivir de la política”, incorporándose al partido en el poder para enriquecer sus fortunas personales, percibiendo altos sueldos, al mismo tiempo que participan en otros actos de corrupción, ya que recibir altos sueldos en instituciones en estado de crisis financiera, constituye en sí mismo un acto de corrupción.

Existe una característica común entre las grandes compañías transnacionales que se involucran en escenarios donde hay conflictos bélicos, las grandes compañías que tienen varias filiales o sucursales en varios países, los organismos financieros internacionales y el poder corporativo que financia las campañas electorales para colocar a sus candidatos: esta característica que les es común, es el reclutamiento de personas que ocuparán cargos de alta dirección y el principal requisito es tener un “corazón de hielo”.

Las primeras, contratan mercenarios para saquear recursos de las naciones invadidas y asesinar personas fríamente, las segundas reclutan ejecutivos que tienen como tarea planificar y ejecutar el cierre de centros de trabajo y tramitar el despido de miles de personas. Los organismos financieros internacionales tienen ejecutivos que tienen la tarea de aprobar créditos que aumenten la deuda externa de diferentes países, en condiciones de desventaja financiera para los gobiernos de los Estado_Nación que ven vulnerada la soberanía e independencia de sus naciones al someterse a lineamientos que provienen de los organismos financieros internacionales.

Las terceras, seleccionan personas sin escrúpulos que promueven la corrupción, otorgando financiamiento para campañas electorales de determinados políticos, para que una vez que lleguen al poder, actúen apoyando políticas neoliberales que tienen como objetivo principal eliminar derechos laborales, mutilar contratos colectivos de trabajo para eliminar prestaciones sociales, desaparecer sindicatos independientes, violando derechos humanos y laborales, sin importar que estas acciones eliminen las fuentes de ingresos para millones de personas, lo cual equivale en los hechos a condenarlos a una muerte lenta pero segura.


Los organismos financieros internacionales como el FMI y el Banco Mundial, utilizan las deudas externas de los países para presionar a los gobiernos y exigirles la implementación de nuevas políticas neoliberales que afectan los derechos de los trabajadores y de la población en general. Con el argumento de la globalización y de la primacía del Mercado como entidad superior al ser humano, las grandes corporaciones exigen de los Estados-Nación una política de “flexibilidad laboral” que consiste en la no intervención del Estado en el funcionamiento de las corporaciones transnacionales en sus territorios nacionales.

De esta manera, se crean las condiciones para garantizar la maximización de beneficios económicos del capital, a través de una mayor explotación laboral, implementación de topes salariales, una explotación irracional de los recursos naturales de diferentes naciones y total impunidad en la contaminación de ríos, mares y lagunas provocada por los desechos químicos que surgen como resultado del funcionamiento de las grandes organizaciones.

La figura del Estado Nación se debilita de manera progresiva, en la medida de que se observa una tendencia internacional de disminución del presupuesto para las instituciones públicas que dan servicios de atención a las necesidades sociales (salud, educación, trabajo, deportes, esparcimiento, seguridad pública, etc.), pero de manera contradictoria, se registra un notable aumento del presupuesto para gastos militares y de “defensa”, lo cual pone en entredicho la salud mental de quienes nos gobiernan, porque el desarrollo tecnológico ha permitido el diseño y construcción de nuevo armamento con mayor capacidad de destrucción, de tal forma que su uso fácilmente podría acabar con la vida entera de nuestro planeta.

Por todo lo anterior, debemos tomar consciencia de que nos encontramos viviendo un momento histórico en el cual, después de más de 200 años de existencia de la figura del Estado-Nación soberano e independiente como figura de gobierno predominante ésta se encuentra en estado de agonía, porque el poder económico concentrado en el poder corporativo, ha doblegado al poder político y los políticos que nos gobiernan, ya no gobiernan para los pueblos que los han elegido, porque sus acciones tienden a proteger los intereses de las grandes corporaciones multinacionales, es decir, gobiernan a favor del capital.

Junto a la agonía del Leviatán contemporáneo, podemos observar que en el ámbito internacional, la humanidad entera se encuentra viviendo nuevamente un “estado de interregno” similar al que se vivió en la transición del feudalismo al capitalismo, porque estamos dentro de un estado de discontinuidad en nuestras vidas como entes políticos, ya que estamos presenciando la desaparición del orden internacional unipolar que mantuvo el control mundial en manos de una sola nación: Estados Unidos de América.

El control mundial que mantuvo esta nación utilizando su poder militar y económico, tiende a desaparecer cada vez y cada día aumenta el número de naciones que se levanta para defender su soberanía como nación aumentando su distancia y su independencia económica y política con la potencia estadounidense. Al mismo tiempo, estamos asistiendo a un momento histórico de gran relevancia, que consiste en el surgimiento de varias naciones emergentes que pugnan por la destrucción de ese orden unipolar y la sustitución del mismo por un nuevo orden multipolar en el cual tengan voz y voto un amplio número de naciones en el concierto mundial.

De manera contradictoria, la democracia que dio origen al Estado moderno, cuando la ciudadanía rechazó la teoría del origen divino del poder de la Monarquía y se constituyó al ser humano como el ser supremo del ser humano, de tal forma que el poder del Estado-Nación surgiera desde abajo, a través de elecciones democráticas y libres, hoy en día la democracia sólo existe en el discurso de los políticos que nos gobiernan, porque mientras están en el poder, deciden a nuestro nombre sin consulta popular alguna y se enriquecen viviendo de la política.

En épocas electorales, quienes se encuentran en el poder y quienes aspiran a formar parte del mismo, voltean su mirada hacia aquellos que han ignorado de manera permanente, para simular que ahora sí son democráticos y solicitan el voto popular para seguir en el poder. Ocultan que detrás del simulacro electoral se encuentra el financiamiento de las grandes corporaciones que apoyan a ciertos candidatos con los cuales ya pactaron en secreto para que sigan gobernando a su favor y en contra de aquellos a quienes le solicitan sus votos.

Necesitamos renovar el contrato social descrito por Jean Jacques Rousseau en 1762, en el cual definía el pacto social suscrito entre personas que viven juntas en la sociedad, estableciendo las reglas de un comportamiento moral y político. La situación de crisis del capitalismo salvaje que estamos viviendo, que ha llegado al extremo de percibir como algo normal el dejar morir a millones de personas, sólo porque “es legal y no constituye un delito”, debe empujarnos a romper el marasmo colectivo creado por la dictadura del Mercado, sacudir la indiferencia social al sufrimiento ajeno y rechazar la idea de que el Mercado es el ser supremo del ser humano, para recuperar la noción de que el ser humano debe estar en el centro de la sociedad.

Debemos echar abajo toda idea o sistema de creencias en la cual el ser humano sea un ser humillado, abandonado y considerado como algo sin valor alguno. Necesitamos construir una praxis de liberación. Debemos recuperar al Leviatán que proviene de la sociedad civil, que surge desde abajo, que proviene de las entrañas del pueblo trabajador, e impedir que se consolide un nuevo sistema de gobierno que manipula desde las tinieblas a quienes llegan al poder político. Debemos fortalecer al Estado-Nación para que a través de ellos se implementen intervenciones en los mercados que limiten la voracidad del capital y disminuya la maximización de los beneficios económicos de los propietarios de las grandes corporaciones multinacionales.

Necesitamos reconstruir la democracia, recuperar la libertad de opinión luchando en contra de la intención de construir una cultura de pensamiento único y uniforme. La ciudadanía debe recuperar su capacidad para controlar las burocracias gubernamentales y exigirles un cumplimiento de su misión como servidores públicos. No permitamos que los funcionarios de gobierno se sigan enriqueciendo con altos sueldos que provienen del pago de los impuestos de la población. La actual coyuntura de cambios internacionales, nos permite confirmar la validez de la premisa de que otro mundo es posible y de la construcción de un mundo nuevo donde realmente exista democracia, libertad e igualdad social, depende la existencia y futuro de la humanidad entera.

Detrás de la crisis económica y política internacional, se encuentra una crisis antropológica universal que ha permitido la negación de la primacía del ser humano y aceptado la premisa de que el Mercado es el ser supremo del ser humano, es decir, la economía es más importante que la vida de millones de personas. Esta supremacía del Mercado en la vida social, representa el surgimiento de una nueva dictadura, una dictadura sin rostro que promueve la expansión de la economía de libre mercado, que sólo beneficia al capital y perjudica a la humanidad entera al eliminar la igualdad social y aumentar en forma exponencial la desigualdad social.

Necesitamos entonces reconstruir la imagen del ser humano, construir una nueva imagen de hombres y mujeres concebidos como sujetos sociales, con capacidad de pensamiento libre y autónomo, que puedan tomar decisiones colectivas construyendo consensos acerca de cómo será el nuevo mundo que surgirá de este estado de interregno en el que nos encontramos. Los tiempos exigen una definición política, no hay cabida para la neutralidad, actitudes conformistas o de indiferencia social porque en el horizonte internacional se observan intentos de construcción de un totalitarismo del Mercado y esto ha provocado el surgimiento de nuevos paradigmas emancipatorios representados por las luchas de resistencia en contra de las políticas neoliberales y por la construcción de un mundo nuevo.

Por tales razones debemos adoptar una nueva mentalidad que incluya la creación de lazos de solidaridad, basados en sentimientos de pertenencia a nuestras comunidades y construir una identidad como sujetos sociales asumiendo un rol de agentes de cambio social, para priorizar la vida de todos por encima del enriquecimiento de unos cuantos.

    Sin duda alguna, la lectura de los libros es una parte importante en nuestras vidas, en la medida que funcionan como fuente de inspiración y aprendizaje, pero el mejor libro no es el que leemos, sino aquel libro que escribimos con nuestro comportamiento individual y colectivo que será leído por las generaciones venideras en un futuro, así que debemos organizarnos para actuar en forma unida y colectiva, para construir un mundo nuevo, diferente al  actual que se está cayendo en pedazos y hagamos válida la premisa planteada por Herman Hesse: para construir un mundo nuevo, debemos primeramente destruir el mundo que promueve sufrimiento colectivo por la gran desigualdad social  que lo caracteriza y promovamos una verdadera transformación social que provenga desde abajo y no desde arriba.


Hinkelammert, Franz: Totalitarismo de mercadotecnia. Ed Akal. México, 2018

Hobbes, Thomas: El Leviatán o la materia, forma y poder de un república eclesiástica y civil. Fondo de cultura económica. México, 2018

Yescas, Oscar: El Mercado como arma de destrucción masiva

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/03/el-mercado-como-arma-de-destruccion.html

Yescas, Oscar: El vaciamiento de la democracia en México

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/02/vaciamiento-de-la-democracia-en-mexico.html

Yescas, Oscar: Mi experiencia con la mercadotecnia

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/12/miexperiencia-con-la-mercadotecnia.html

Yescas, Oscar: De la guerra fría a la guera comercial

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/12/dela-guerra-fria-la-guerra-comercial.html

Yescas, Oscar: La totalitaria mano invisible del mercadotecnia

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/12/latotalitaria-mano-invisible-del.html

Yescas, Oscar: La otra política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/05/la-otra-politica-oscar-yescas-dominguez.html


viernes, 9 de junio de 2023

 

La decepción de las compañías aseguradoras de automóviles

caso GNP

Oscar Yescas Domínguez

09 de junio de 2023



Vivimos tiempos de incertidumbre social provocada por la ola continua de cambios que enfrentamos día tras día, en un contexto social en el cual lo único que no cambia es la premisa de que todo está cambiando y esto nos provoca una sensación de inseguridad, porque no sabemos lo que pasará el día de mañana. Los comportamientos que nos permitieron tener éxito en tiempos pasados ya no funcionan porque las condiciones han cambiado, por lo que debemos tomar consciencia de que enfrentamos la necesidad de desarrollar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar los nuevos retos que surgen a cada día.

Junto a esta toma de consciencia, debemos de advertir que vivimos en lo que se ha dado en llamar una “sociedad organizacional”, porque nuestra sociedad existe gracias al funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que nos proporcionan productos y servicios que nos permiten satisfacer nuestras necesidad básicas y psicológicas. Desde que se nace hoy en día, se nace en el contexto de una organización que se llama hospital y toda nuestra vida nos encontramos interactuando con un diferentes organizaciones, hasta que llega el momento de utilizar los servicios de otra organización que se llama funeraria.

En el contexto de la economía de libre mercado, las organizaciones compiten para conquistar mercados de consumidores y mantenerse en buen posicionamiento, porque diferentes organizaciones ofrecen el mismo servicio o producto. En base a esta premisa, las organizaciones deben garantizar la satisfacción de las necesidades, deseos y expectativas de los clientes o consumidores que han cooptado, porque de no hacerlo, se irán con la competencia

Lamentablemente vivimos un tiempo histórico en el que se observa la existencia de un neanderthalismo administrativo en la conducción de las organizaciones que nos ofrecen sus productos y servicios, porque sus directivos no utilizan los conocimientos que nos aportan las ciencias sociales y que ayudarían a mejorar el funcionamiento organizacional con altos niveles de satisfacción para los clientes internos y externos de una organización. Los segundos serían son los usuarios de los servicios que presta la organización y los primeros son los empleados de esa organización.

El crecimiento no planificado de las ciudades modernas, ha provocado que junto a la incertidumbre social, surja un sentimiento de inseguridad y no me refiero a la inseguridad pública provocada por la delincuencia común. Me refiero a otro tipo de inseguridad, a la inseguridad vial que es provocada por el aumento notable de la flota de vehículos que circula por las calles de nuestra ciudad, la imprudencia con la que manejan miles de conductores sus vehículos, la presencia de miles de autos ilegales que circulan impunemente por la vía pública, la ausencia de presencia policiaca, el alto número de accidentes de tránsito, el mal estado de las calles por las que nanejamos nuestros vehículos, etc.

Todos estos factores provocan que al salir a las calles de nuestras ciudades, se experimente una sensación similar a la de salir a una jungla urbana (“It is a jungle out there”), porque manejar en las ciudades implica ponerse en riesgos frecuentes de colisión con otros vehículos. En el caso particular de la capital sonorense, La situación es tan grave que la ciudad de Hermosillo, está tipificada por las compañías de seguros como una ciudad de “alta siniestralidad”, por la gran cantidad de accidentes de auto que ocurren todos los días.

La incongruencia entre el discurso y la acción que se observa en varias organizaciones que ofrecen un mal servicio, provoca grandes decepciones en la población que no recibe la calidad en el servicio o producto prometida. En algunos casos, el problema se resuelve buscando el mismo servicio o producto en otra organización que tenga un mayor compromiso con sus clientes. Pero cuando se trata de organizaciones que firman contratos que contemplan grandes cantidades, no es tan sencillo tomar la decisión de cambiar de compañía y seguir el camino sin mirar atrás.

En el caso particular de las compañías de seguros de automóviles que tienen un amplio mercado de consumidores por las razones planteadas líneas arriba, que ofrecen servicios de apoyo irrestricto en casos de siniestros, la ausencia o mal servicio que recibe un cliente asegurado que se vio involucrado en un siniestro, implica una violación de un contrato legal y en consecuencia tiene repercusiones legales.

Al firmar un contrato de compra-venta de servicios de protección por parte de la compañía de seguros, se exige el pago anticipado de una jugosa cantidad de dinero que el cliente acepta pagar para tener la garantía de seguridad y protección de la compañía aseguradora. Por eso cuando en el caso de verse involucrado en un siniestro y que la aseguradora no cumpla con sus funciones y/o responsabilidades, en un momento en el que el cliente se encuentra inmerso en una crisis y las expectativas de protección no se cumplen por fallas en la atención por parte de la compañía de seguros, el cliente experimenta una sensación de desamparo, frustración y abandono, porque se encuentra en un momento de crisis en el que necesita ayuda y la protección esperada por parte de la compañía de seguros y enfrenta la triste realidad de que la promesa de seguridad fue rota.

Este es el caso de la compañía de seguros Grupo Nacional Provincial (GNP seguros), que está acumulando un alto número de quejas por fallas en el servicio en momentos en los que más se le necesita y pone múltiples trabas para responder a sus compromisos, al grado de que existe una página en facebook con el nombre de GNP Seguros no paga con 904 miembros que se quejan de su mal servicio, este es el link https://www.facebook.com/search/top?q=gnp%20seguros

  

Puedo mencionar el caso de una persona cercana cuyo vehículo participó en un siniestro en el que estuvieron involucrados cuatro vehículos.  Las fotos y evidencias de este caso reflejan que dicho vehículo fue impactado y el accidente ocurrió el 18 de abril pasado, desde esa fecha, la aseguradora GNP ha incurrido en una serie de contradicciones como llamar y avisar que el vehículo fue declarado “pérdida total”, pero después llamar y decir que todavía no se tiene el dictamen final. Luego recibir otra llamada afirmando que sí efectivamente es considerado pérdida total, pero después recibir otra llamada para desmentir la anterior y avisar que todavía se encuentra en revisión el proceso. Todo esto refleja ausencia de coordinación en las diferentes áreas que conforman la organización llamada GNP.

Después de llamar a la aseguradora pidiendo información, se recibe la respuesta que se está desarmando el automóvil y evaluando los daños para ver si tienen reparación. Se intenta hablar con algún directivo de GNP, pero se niegan a dar nombres de la persona responsable de valuar los daños y se descubre que existe sólo un valuador para una amplia región del Estado y no hay una oficina de dicha compañía de seguros en la capital sonorense a donde acudir para presentar una queja por el mal servicio.

Han transcurrido casi dos meses del accidente y el propietario del vehículo siniestrado que cumplió con el pago del seguro, sigue en la incertidumbre de si su vehículo será declarado pérdida total o si se autorizarán la compra de las refacciones para realizar su repararación total. ¿Cómo es posible esto? Mientras espera la resolución a su problema, se ve en la necesidad de utilizar el servicio de Uber para resolver su problema de movilizarse en nuestra ciudad.

La agencia de automóviles donde fue adquirido el vehículo, ha mostrado una mejor disposición para satisfacer al cliente y ofrece la reparación total del vehículo, pero la aseguradora ha retrasado esta operación, porque ha pedido videos y fotos de las refacciones que resultaron dañadas y de manera muy lenta sólo ha autorizado la compra de algunas refacciones, pero no la totalidad, por lo que el automóvil continúa sin recibir atención alguna.

A todas luces, GNP está faltando a su compromiso de proteger a su cliente y lo ha dejado en el abandono para que resuelva por su cuenta su necesidad de transporte, porque ni siquiera se le ha proporcionado un vehículo en calidad de préstamo temporal, porque al solicitarlo se le ha respondido que eso procede sólo cuando el vehículo ha sido declarado pérdida total.

¿Qué hacer en estos casos? ¿Quién protege los derechos del consumidor?, ¿GNP actúa en la impunidad? ¿Alguien tiene experiencias similares con esta aseguradora?, ¿Habrá necesidad de utilizar la vía legal para proteger los derechos de este cliente? Por lo pronto, se hace pública este acto de negligencia de la Compañía de Seguros GNP, porque el servicio al cliente es realmente insatisfactorio, toda vez que la tardanza en resolver el caso, aparentemente depende de una persona que no da la cara y es quien decidirá si el vehículo será declarado pérdida total o se autorizarán la compra de las piezas para su reparación final. Este acto de irresponsabilidad individual, afecta la imagen completa de una organización que se suponía era de las de mayor prestigio en su ramo.

Hermosillo: zona de alta siniestralidad

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