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domingo, 25 de agosto de 2019



La revolución del siglo XXI tiene rostro de mujer
Oscar Yescas Domínguez
25/agosto/2,019
“Los tiempos están cambiando”
La ignorancia colectiva en la era de la información
El construccionismo social contemporáneo
La sociedad red
Un nuevo paradigma social
La lección mexicana de democracia
La revuelta feminista en México
La revolución del siglo XXI tiene rostro de mujer


“Los tiempos están cambiando”
Si algo debemos tener presente en estos días es que nos tocó vivir un momento histórico caracterizado por constantes transformaciones sociales en el cual los cambios sociales se suceden uno encima del otro, sin previo aviso. La cauda de cambios sociales iniciada en la década de los sesentas y continuada en forma intensa en las décadas posteriores, nos proporcionó una serie de derechos humanos, laborales y sexuales que fueron el resultado de varias luchas sociales y que hoy en día disfrutamos como algo “natural”, pero también debemos reconocer que hemos llegado a un punto en el que a pesar de vivir en la era de la información, somos ignorantes de muchas cosas y en este momento de la historia es de gran relevancia reconocer que una de estas lagunas en nuestro conocimiento es que desconocemos lo que está pasando actualmente con nuestra realidad social.
Vivimos tiempos de incertidumbre social acompañados de angustia y ansiedad individual, porque todo cambia tan rápidamente que no terminamos de procesar un cambio cuando ya se presentaron nuevos cambios sociales que reclaman nuestra atención.
Esta sensación de incertidumbre social me hace recordar que en la década de los setentas cayó en mis manos un libro titulado “Algo está pasando y usted no sabe que es”, este libro contenía ensayos de grandes pensadores de aquella época como Erich Fromm, Sigmund Freud, Herbert Marcuse, Wilhelm Reich, Simone de Beauvoir, que intentaban dar una explicación al surgimiento de movimientos contraculturales como el hippismo, el movimiento de liberación femenina, el movimiento de liberación homosexual, la lucha contra la guerra, el enfrentamiento entre jóvenes y adultos, la difusión masiva de música de rock, etc., movimientos que eran nuevos para todos en aquel entonces.
La lectura de ese libro y de otros más nos ayudó a comprender lo que estaba pasando en aquellos momentos, a entender muchas cosas que sentíamos los jóvenes de aquella época y sobre todo nos ayudó a definir lo que en realidad queríamos y lo que queríamos la gran mayoría era cambiar el mundo para gozar de la libertad en sus diversas expresiones: libertad en nuestra vestimenta y en el largo de nuestro cabello, libertad para escuchar nuestra propia música, libertad sexual, libertad política, libertad en el manejo de la información, libertad en la educación, libertad de expresión, en suma una libertad que podíamos definir como el derecho a tener una vida libre de todo tipo de autoritarismo ante el cual nos rebelábamos expresando nuestra rebeldía en muchas formas.
Los inevitables recuerdos de aquellas épocas y la observación de lo que está pasando en el aquí y ahora en pleno siglo XXI, me hace sentir como si estuviera en una especie de Deja Vú, por lo que en base en aquellas vivencias y en la experiencia acumulada durante varias décadas puedo decir que a las generaciones actuales les hace falta tener un libro como aquel que cayó en mis manos hace 45 años, aunque debo precisar que cuando hablo de ese libro en forma singular (la anécdota es real), en realidad me refiero a todos los libros que la juventud de aquel entonces leíamos sobre filosofía, Sociología, Economía, Psicología, Feminismo, etc.
La juventud de aquel entonces teníamos necesidad de saber que estaba pasando y leíamos con gran avidez, buscando información que nos permitiera obtener respuestas a nuestras preguntas, que pudiera despejar las inquietudes, nuestras dudas, etc. Actuábamos como investigadores naturales y lo hacíamos porque en aquel entonces teníamos algo que hoy no existe entre los jóvenes contemporáneos: el hábito de la lectura, el desarrollo de un pensamiento autónomo y sobre todo la capacidad de ejercer una crítica de la realidad social asumiendo una actitud de rebeldía ante el autoritarismo irracional imperante, pero esa actitud tenía un fundamento en las lecturas que realizábamos porque realmente deseábamos cambiar al mundo, quizá de una manera muy romántica, pero realmente honesta ya que experimentábamos un compromiso social, nos sentíamos parte integrante de nuestras comunidades ya que el individualismo no estaba tan arraigado como lo está el día de hoy.
Por eso podemos decir que no todos los cambios que se han presentado desde que Bob Dylan acuñara la frase “Los tiempos están cambiando”, han resultado del todo positivos, ya que actualmente podemos observar que una inmensa mayoría de jóvenes se encuentra inmerso en una ignorancia supina sobre lo que sucede a su alrededor, enfrentamos una decadencia de lo social, reflejada en una indiferencia hacia el dolor ajeno y se observa el predominio de una ideología individualista.


La ignorancia colectiva en la era de la información Aparte del desconocimiento de la dinámica social, buena parte de nuestra juventud cae en el “pecado” de la soberbia y creen saber todo, cuando en realidad ignoran mucho, siguen siendo esclavos del problema que genera esa actitud de dar todo por sentado, como algo “natural y normal”, creen que todo ha sido igual siempre, desconocen la historia inclusive la más reciente, menosprecian la búsqueda de información objetiva para comprender el mundo actual porque sencillamente no les interesa y sobre todo carecen de información que les permita realizar una crítica social fundamentada en argumentos científicos.
Muchos jóvenes de hoy ejercen la crítica es cierto, pero aparte de que varios confunden la crític con la simple expresión de quejas e inconformidad, cuestionan sin fundamento aquello que no coincide con su línea de pensamiento y construyen una barrera en la comunicación conocida como “escucha selectiva de la información”, es decir, solo escuchan lo que quieren escuchar, aceptan únicamente aquello que está de acuerdo con sus posturas y no muestran capacidad para el debate respetuoso.
Pero creo que lo que más les hace falta a las generaciones de jóvenes de hoy es aquella confianza que teníamos la juventud de los setentas de que podíamos cambiar el mundo, aquel tipo de empoderamiento individual y social que nos permitía confiar en que podíamos “arreglar” el mundo y sabíamos que nos necesitábamos unos a otros para cambiar el mundo. De una manera prematura y empírica nos veíamos a nosotros mismos como agentes de cambio social y deseábamos cambiar el mundo de aquel entonces para construir un mundo mejor para nosotros y para las siguientes generaciones
Regresando al aquí y ahora echando una ojeada a nuestra realidad contemporánea podría decirse que no logramos nuestro objetivo de cambiar el mundo ya que el sistema nos venció de muchas formas, cuando no usó la represión física, utilizó el control ideológico para alienar nuestra existencia por lo que podría afirmarse que la lucha por lograr un cambio social se mantiene después de varias décadas, o sea que la lucha por cambiar el mundo no sólo continúa, sino que en realidad es una lucha continua y permanente.

El construccionismo social contemporáneo
La situación actual es muy diferente a la de aquel entonces, en la actualidad a muchas personas les es más fácil imaginar el fin del mundo que imaginar que podemos cambiar el mundo en que vivimos, creen que el sistema capitalista es la última forma de organización social de la humanidad.
Ignoran que la historia de la humanidad ha evolucionado gracias a la acción social, a la intervención humana y no a designios divinos. Por esta desconfianza y desconocimiento de nuestro potencial humano debemos insistir en todo momento que existe un construccionismo social a través del cual los seres humanos construimos la realidad social en la que vivimos y esta construcción social se logra a través de nuestra participación e interacción en los diferentes grupos, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos.
La sociedad contemporánea existe gracias al funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que nos proporcionan productos y servicios para poder sobrevivir y estas organizaciones son conformadas por grupos formales de personas que interactúan entre sí y los grupos están conformados por individuos.
La realidad social la construimos todos, es un proceso colectivo de interacción social y si aceptamos nuestra participación en la construcción social de la realidad podemos aceptar que tenemos la capacidad de cambiar nuestra realidad y darle el rumbo que nosotros queramos. El reconocimiento de nuestra capacidad de modificar nuestra realidad debe ayudarnos a fortalecer nuestra identidad social y propiciar un empoderamiento individual y colectivo.
Reconozcamos que a lo largo de todos estos años diferentes generaciones hemos logrado transformar aquel mundo dominado por el autoritarismo en todos los ámbitos de convivencia social, a través de la conquista de varios derechos que hoy disfrutamos y que las nuevas generaciones ven como algo “natural” en sus vidas, sin pensar que otras generaciones de jóvenes dieron sus vidas para conquistarlos. Pero todavía existe la desigualdad social, económica y sexual en la sociedad contemporánea por lo que podemos estar seguros de que todavía hay mucho por qué luchar.
Es algo que deberían comprender muchas personas que hoy en día disfrutan de varios derechos sin cuestionar su origen, los derechos que hoy tenemos a votar, a la educación, a la salud, al matrimonio igualitario, al aborto, a los métodos anticonceptivos, etc. Son derechos que se conquistaron gracias a grandes movilizaciones, a luchas sociales de varias colectividades y sobre todo gracias a la participación social.
Esa fue nuestra forma de cambiar el mundo y la lección más importante que debemos destacar es que podemos seguirlo cambiando para darle el rumbo que deseemos teniendo presente que los grandes cambios en la historia de la humanidad se lograron a través de movilizaciones colectivas, a movimientos colectivos que desarrollaron una participación social, donde las personas dejaron atrás su esfera de confort para salir a las calles dar una lucha social.
Necesitamos tener presente en todo momento que la historia de la humanidad no se refiere sólo a hechos del pasado, sino que incluye los hechos que se presentan en nuestra vida cotidiana. La historia de la humanidad la escribimos todos los días al participar en los diversos grupos sociales a los que pertenecemos, al interactuar con las diversas organizaciones que conforman la sociedad contemporánea y al incluirnos de manera activa en las comunidades a las que pertenecemos. Esto es lo que se conoce como “construccionismo social” y es el lema que utilizó con mucho éxito Morena en México para incentivar la participación social en las pasadas elecciones presidenciales en México con el lema “Juntos haremos la historia”.

La sociedad red
Una de las grandes ventajas que tenemos hoy en día para continuar con la transformación de nuestra realidad social es que vivimos un momento en el que nuestra sociedad está conectada por una red, vivimos en la “sociedad red” tal y como nos lo describe el sociólogo español Manuel Castells quien nos ha dado grandes elementos para comprender el papel que juegan estas “redes de indignación y esperanza” en nuestra sociedad contemporánea y sobre todo en el papel que han jugado para impulsar grandes cambios sociales.
En este nuevo mundo que vivimos vemos que la información juega un papel importante ya que la revolución tecnológica ha permitido su circulación libre y sin censura alguna y los efectos de esta revolución tecnológica son visibles en todas partes. Algo que la juventud de los setentas anhelaba y veía como una condición necesaria para la liberación social el acceso libre y gratuito a la información.
Esta tremenda facilidad que nos proporcionan las redes sociales para comunicarnos ha sido un factor clave en la generación de los cambios sociales del siglo XXI, tan sólo recordemos el momento en el que el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador fue informado de su triunfo arrollador en las elecciones presidenciales del 2,018 y se refirió al papel que jugaron las redes sociales en su campaña presidencial con las palabras: “benditas redes sociales”.
Las redes sociales nos permiten comunicarnos en forma masiva e instantánea, e internet nos proporciona acceso libre a todo tipo de información. Estos recursos tecnológicos deberían ser utilizados de una mejor forma de lo que se hace actualmente ya que lamentablemente se confirma la advertencia que nos dio alguna vez Umberto Eco cuando nos advirtió: “internet ha dado voz a una legión de idiotas” lo cual podemos comprobar cuando vemos el uso superficial, la falta de argumentos y el uso de descalificativos en las discusiones que tienen lugar en redes sociales.
Debemos tener la humildad de reconocer nuestra ignorancia sobre algunos temas de gran relevancia social y no hablar con ligereza sobre algunos de ellos, como se está haciendo en estos días con el tema del feminismo en México que es abordado con gran ligereza por varias personas sin tener una idea de lo que significa el término o la historia de este movimiento.
Debemos tener presente que la situación actual de nuestra realidad social nos genera una incertidumbre sobre el terreno que estamos pisando, un terreno sinuoso bien definido por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman como la sociedad de los tiempos líquidos, haciendo referencia a que nuestras convicciones, creencias,  instituciones, etc., muestran una gran fragilidad, pierden firmeza y se diluyen con facilidad. Por ello es necesario acudir a lecturas científicas que nos proporcionen elementos objetivos para comprender nuestra realidad contemporánea y evitar estar ante “algo que está pasando y no saber que es”. Es decir, si queremos saber que está pasando con nuestras vidas personales y el comportamiento social, necesitamos leer, estudiar para usar la teoría y estar en condiciones de comprender la práctica social, de tal forma que terminemos con la separación que existe entre el conocimiento científico y su aplicación en el desarrollo de nuestra vida cotidiana.
Hoy en día ser ignorante es resultado de una decisión porque todos tenemos las herramientas adecuadas para autoeducarnos, informarnos a través del uso adecuado de internet que nos da acceso a cualquier tipo de información y las redes sociales nos permiten estar informados y conectados con miles de personas al instante. Pero sucedió todo lo contrario a lo que esperábamos lograr en los setentas cuando luchábamos por democratizar el acceso a la información. Tenemos acceso a una gran cantidad de información, tanta información que lamentablemente, la mayor parte de ella es “información chatarra” o "falsas noticias" (fake news), que nos llega como si fuera un Tsunami y no nos permite procesarla porque no terminamos de analizar la información de un evento en forma adecuada cuando nos llega más información y dejamos atrás el evento anterior. Lo que necesitamos hacer es construir una actitud similar a la del investigador científico que analiza su realidad social con una alerta epistemológica que implica estar atento a los problemas sociales que se presentan en nuestras comunidades y elegir en forma adecuada nuestras fuentes de información.

Un nuevo paradigma
Al analizar la realidad social debemos tomar como punto de partida la consideración de que nuestra sociedad contemporánea está ubicada en la era del posmodernismo, lo que quiere decir que la sociedad moderna tal y como la conocíamos está desapareciendo en el sentido de que las instituciones base de nuestro sistema social dejan de funcionar como lo estaban haciendo y entran en un estado de “liquidez” en el sentido que nos plantea Zygmunt Bauman, es decir, nuestras instituciones se disuelven, pierden su fortaleza, dejan de funcionar y están destinadas a desaparecer.
En esa misma línea de pensamiento el también sociólogo francés Alan Touraine afirma que ante la transformación de nuestra sociedad y la inminente desaparición de nuestras instituciones tenemos necesidad de crear un nuevo paradigma para comprender el mundo actual, es decir, debemos crear una nueva forma de entender nuestra realidad social, porque los paradigmas políticos y económicos utilizados en el pasado ya no nos ayudan a comprender lo que estamos viviendo en este mundo en constante transformación. La realidad ha cambiado y no podemos seguir intentando imponer paradigmas que funcionaron en el pasado pero que hoy no funcionan. Un paradigma es una concepción de la realidad social, es una representación social colectiva, es decir, es construida socialmente. Es una forma determinada de comprender el mundo que nos rodea utilizando nociones, conceptos, modelos y teorías.
Este “estado de transición” hacia un rumbo que desconocemos genera una incertidumbre social ya que no sabemos qué es lo que está pasando, por lo que nos encontramos en un estado de confusión similar a la incertidumbre social que prevaleció hace más de doscientos años durante el surgimiento del Estado moderno, cuando en su momento desplazó a la monarquía como sistema de gobierno creando un ambiente de incertidumbre colectiva porque las referencias constantes a Dios y la expresión de ideas religiosas que antes predominaban de repente perdieron el lugar central que habían ocupado porque el nuevo gobierno y su uso perdió todo significado en el nuevo mundo laico, el nuevo Estado estaba conformado por civiles y establecieron una separación entre la Iglesia y el Estado moderno, excluyendo del discurso oficial el discurso religioso.
En este momento histórico que estamos viviendo nos encontramos ante una crisis de las estructuras económicas y políticas sin precedentes. Vivimos un resquebrajamiento de los referentes políticos, económicos, culturales e institucionales que mantuvieron una estabilidad y tuvieron un sentido social durante más de dos siglos, es decir, durante la existencia del Estado moderno.
Las ideologías religiosas y políticas perdieron credibilidad y las instituciones pilares de nuestra sociedad contemporánea, tales como dependencias de gobierno de los tres niveles,  partidos políticos,  universidades, sindicatos, Hospitales, las Iglesias, Cuerpos de seguridad pública, Centros de readaptación social, la familia, etc., se encuentran inmersos en una profunda crisis de credibilidad social, una crisis que se manifiesta con toda claridad en la relación dirigente-dirigido, es decir, estamos una crisis de liderazgo institucional nunca antes vista.
Todo lo anterior nos coloca ante un verdadero parteaguas civilizatorio, ante el cual no podemos permanecer inactivos o indiferentes ya que es un momento de la historia contemporánea en el cual se están presentando cambios de gran relevancia social que determinarán el futuro de la humanidad por lo que no hay lugar para la indiferencia, la neutralidad o la ambigüedad.
Por eso es importante comprender que ante la incertidumbre generada por los tiempos de cambios que estamos viviendo, es natural experimentar cierta ansiedad y angustia porque estamos perdiendo los marcos de referencia habituales que antes funcionaban para describir y comprender nuestra realidad, una realidad que hoy presenta un rostro diferente cada día y por ello debemos trabajar en forma colectiva no sólo en una descripción de la misma, sino también en el rumbo que está tomando esta nueva realidad para construir un mundo mejor y la manera de hacerlo es a través de la creación de un nuevo paradigma.
Hoy nos encontramos en un momento de cambios en la historia de la humanidad en el cual es necesario cambiar nuestra mirada sobre nosotros mismos, sobre nuestro entorno y sobre nuestra propia historia. Por eso requerimos de la construcción de un nuevo paradigma sobre la representación de nuestra vida cotidiana, tanto en nuestra vida colectiva como en nuestra vida personal.

La lección de mexicana de democracia
Durante más de 80 años México padeció una “dictadura perfecta” a manos del Partido Revolucionario Institucional y del Partido Acción Nacional cuyos representantes gobernaron durante un período de tiempo que se caracterizó por un autoritarismo de corte vertical, centrado en la figura presidencial, basado en una enorme corrupción y causante del empobrecimiento de la población al mismo tiempo del enriquecimiento ilícito de políticos y gobernantes que desviaron fondos públicos para su beneficio personal.
La desigualdad social creció enormemente durante el Prianismo y el sufrimiento de la población aumentó en los últimos 30 años por la implementación de políticas neoliberales que adelgazaron al Estado, por la desincorporación de instituciones gubernamentales y la privatización creciente de servicios que antes eran públicos.
Todo esto cambió en el 2,018 cuando en las elecciones presidenciales llegó al poder Andrés Manuel López Obrador encabezando al Movimiento de Renovación Nacional (Morena) un movimiento que obtuvo registro como partido político y participó por primera vez en unas elecciones presidenciales y logró obtener un Tsunami de votos a su favor que le arrebató el poder político al Pri y al Pan logrando un triunfo arrollador en todo el territorio mexicano.
Con estos resultados México se convirtió en el centro de la atención mundial ya que políticos y población de todo el mundo voltearon su mirada a nuestro país preguntándose cómo había hecho el pueblo mexicano para conquistar la democracia después de décadas de una dictadura por todos conocida.
El lema de campaña de Morena fue “Juntos haremos historia” el cual funcionó perfectamente al motivar una participación electoral nunca antes registrada en la historia de México. Junto a este lema incluyó la propuesta de votar “cinco de cinco” que funcionó a la perfección porque mas de 30 millones de mexicanos votaron por los candidatos de Morena
Con estos resultados la esperanza llegó al poder en México y la masiva participación del pueblo mexicano en las elecciones presidenciales se convirtió en un ejemplo a seguir a nivel internacional ya que se llegó a pensar que la democracia estaba en agonía en el mundo entero.
El cambio del poder político en México fue una lección para el mundo entero ya que sucedió en un momento histórico en el cual se pensaba que la democracia estaba en agonía debido al ascenso creciente de la derecha en varios países que procedieron a la implementación de políticas neoliberales que implicaban la privatización de servicios públicos, el adelgazamiento del Estado y la imposición de una dictadura del Mercado en perjuicio de las grandes mayorías.
La comunidad internacional vio los resultados de las elecciones presidenciales en México como un modelo a seguir ya que representó el regreso de una democracia que estaba en crisis, significó un cambio político y social obtenido por la vía pacífica a través de una masiva participación social que logró derrotar a poderosas fuerzas financieras que apostaron a cometer un fraude de escala descomunal, pero la enorme cantidad de votos emitidos a favor de Morena impidió que lograra consumarse de nuevo un fraude electoral en las elecciones mexicanas.
Las instituciones electorales mexicanas corroídas por la corrupción nada pudieron hacer para evitar que Morena arrebatara el poder político y gubernamental a los representantes de una era de corrupción e impunidad.
Las causas de la masiva participación en la jornada presidencial son ya conocidas: por un lado podemos mencionar la existencia de una inmensa insatisfacción social, un hartazgo generalizado, una pobreza en crecimiento, la desviación descarada de fondos públicos para enriquecer a políticos y gobernantes, el predominio de la corrupción en todas las instituciones gubernamentales y por otro lado, una alternativa política nueva que representaba una opción distinta a la del poder y contraria a los intereses de políticos y gobernantes encabezada por Andrés Manuel López Obrador a quien le robaron el triunfo en elecciones presidenciales en 2,006 y en 2,012.
Con la derrota del Pri y del Pan y el consecuente triunfo de Morena, México se convirtió en el centro de la atención internacional debido al ejercicio ejemplar de democracia por la vía pacífica que logró arrojar al basurero de la historia a las fuerzas que habían instaurado la “dictadura perfecta” basada en la corrupción y entrega de los recursos naturales del país al sector privado nacional y extranjero. Las elecciones presidenciales del año pasado demostraron al mundo entero que la democracia no había muerto y que es factible ejercerla a través de la participación social colectiva y organizada.
Esa fue la lección mexicana al mundo entero, cuando la población civil perdió el miedo, superó la indiferencia social, el pueblo mexicano actuó en forma masiva y organizada para ejercer su voto garantizar el triunfo de Morena. Con la enorme participación social el fantasma del fraude y las amenazas de violencia social se disiparon y el pueblo mexicano barrió con el Prian apoyando a una nueva fuerza política denominada Movimiento de Renovación Nacional (Morena).
La atención internacional siguió de cerca estos acontecimientos y a la gran participación social se sumó el relevante papel jugado por las redes sociales que posibilitaron acciones colectivas debido a la comunicación masiva e instantánea que posibilitó su uso. La enorme importancia histórica del cambio social en México después de las elecciones radica en el hecho de que es posible hablar de un “antes” y un “después” del triunfo de Morena en la mayor parte del territorio nacional.
Este cambio electoral que permitió el arribo de un nuevo gobierno es lo que llamó la atención de la comunidad internacional que se preguntaba: ¿Cómo hicieron los mexicanos para lograr un cambio social por la vía pacífica? La respuesta obvia es: ejerciendo la democracia a través de la masiva participación social del pueblo mexicano que se unió en torno a un objetivo común: echar fuera al Pri y al Pan del control político del país y del gobierno mexicano. Estos resultados electorales demostraron al mundo entero que la utopía de la democracia seguía con vida y podía materializarse en pleno siglo XXI por lo que se concretaba la esperanza de construir un mundo diferente con verdadero rostro humano, por lo que el ejemplo del pueblo mexicano reactivó la lucha de otros pueblos.

La revuelta feminista en México
Hoy en día un año después de las elecciones presidenciales, la población mexicana se coloca nuevamente a la vanguardia en la dinámica internacional acerca de como construir un mundo nuevo, pero en esta ocasión las protagonistas de la acción son mujeres, hombres no están incluidos por el momento y no todas las mujeres están participando precisamente. Son varios grupos de mujeres que se manifestaron protestando en varias ciudades del país por el alto grado de violencia hacia el género femenino que existe en México, un país que según las estadísticas oficiales ocupa los primeros lugares en casos de feminicidio, violaciones y abusos sexuales hacia las mujeres en Latinoamérica. Son mujeres que decidieron romper el silencio, tomar las calles para gritar su coraje, exigir justicia y castigo a los responsables de agresiones sexuales y demandar alto al asesinato de mujeres en México.
Con estas acciones expresaron su determinación a ya no seguir callando ante la violencia de que son objeto, a ya no aceptar formar parte de las cifras de feminicidio en este país, con estas manifestaciones de protesta rompieron un silencio que cobijaba en la impunidad la violencia hacia las mujeres, traducida en un número infinito de violaciones, secuestros, asesinatos, mutilaciones y todo tipo de horrores inimaginables, en la mayoría de los casos los culpables de estos delitos ya sea porque las mujeres no denuncian la agresión, porque la policía no investiga y no hay detenidos o porque cuando son detenidos reciben penas muy bajas y logran salir en libertad.
Como sucede en la mayoría de movimientos colectivos de protesta, un caso singular fue el detonante para que miles de mujeres en todo el país salieran a las calles a expresar su indignación, coraje, impotencia y frustración, ante la inseguridad que padecen al poner diariamente en riesgo sus vidas tanto en lugares públicos como en lugares privados. La gota que derramó el vaso fue la impunidad que recibió el caso de la violación de una joven por parte de cuatro policías de la ciudad de México a bordo de una patrulla y su inminente liberación desató una oleada de indignación, que se canalizó a través de las redes sociales logrando concentrar a cientos de mujeres protestando y exigiendo justicia fuera del edificio de la policía en la ciudad de México.

Al no ver respuesta inmediata de las autoridades, la indignación pasó a la acción y los cristales de puertas y ventanas del edificio que alberga policías de la ciudad de México fueron rotos, las paredes pintadas y parte del mobiliario fue destrozado. Las protestas se extendieron más allá del recinto policíaco el Ángel de la independencia fue pintarrajeado, algunos comercios cercanos, y una estación del metro capitalino sufrieron daños por parte de las manifestantes.

Esta protesta generó gran indignación en redes sociales, pero para sorpresa de unas y otros, el motivo de la protesta: el feminicidio existente en todo el país, la violencia hacia las mujeres, el asesinato de una mujer cada dos horas y media en territorio mexicano, diez mujeres muertas por día asesinadas por hombres, todos estos indignantes crímenes pasaron a un segundo término y las participantes en “los actos de violencia” de la marcha de protesta feminista recibieron una condena en redes sociales por parte de personas (hombres en su mayoría) que exigían castigo para las manifestantes por la violencia que exhibieron durante las manifestaciones. Bajo el argumento de que “esas no son las formas de manifestarse”.
Junto a ello, las declaraciones de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México expresando su intención de iniciar proceso de averiguación previa para detener a las mujeres que participaron en el rompimiento de cristales y en el destrozo de inmobiliario del recinto policiaco contribuyeron a elevar la indignación de las mujeres mexicanas.
Sin embargo, todos estos eventos contribuyeron a abrir en redes sociales el debate sobre la situación de las mujeres en México, sobre el problema del feminicidio, sobre la violencia hacia las mujeres. Como en redes sociales todo mundo puede opinar, las manifestaciones a favor de la represión a las mujeres que protestaron recibieron respuesta de otras personas que no habían participado en las marchas pero apoyaban las demandas de las manifestantes feministas.
Las agresiones hacia quienes se manifestaron demostraron que el dolor ajeno no forma parte de las vidas de una gran mayoría de personas, exhibieron la falta de empatía social en algunos sectores de la población, la ausencia de solidaridad se evidenció en quienes se indignaron más por los cristales rotos y monumentos pintarrajeados que por la violación, tortura y el asesinato de cientos de mujeres en nuestro país.
La vigencia de una cultura de consumo en la cual importa más la imagen que el dolor ajeno, ha sido el contexto de las agresiones hacia la mujer, una cultura patriarcal donde la mujer ha sido reducida a la condición de objeto sexual al servicio del hombre, un objeto que una vez usado es desechable para cientos de hombres. Una cultura con una ideología machista que “ve como algo natural el acoso sexual a mujeres en las calles ante la indiferencia de miles de hombres que prefieren voltear hacia otro lado cuando ven las agresiones hacia mujeres que no forman parte de su círculo familiar, sin siquiera pensar que las mujeres que integran ese círculo cercano podrían estar siendo víctimas de esta violencia hacia las mujeres en el mismo momento que fingen no ver las diferentes manifestaciones de violencia hacia la mujer.
La agresión hacia quienes luchan por un derecho a ser respetadas provino de una gran mayoría de personas en redes sociales. Mientras que una minoría se sintió agredida por estas exigencias de castigo hacia las manifestantes, afortunadamente esta minoría va creciendo en la medida que se visibiliza el problema que antes estaba oculto, en la medida de que deja de percibirse como “algo normal” el que un hombre agreda a una mujer.
La fuerte declaración de Umberto Eco acerca de que internet da voz a legiones de idiotas se confirmó de manera clara en este problema. Miles de personas tomaron su teléfono celular y expresaron su opinión de condena a todo tipo de protesta de las mujeres condenando al feminismo como un “cáncer de nuestra sociedad” que debía ser extirpado. Hablaron como expertos en temas feministas exhibiendo su ignorancia sobre este tema sin recato alguno, mostraron el macho oculto que llevaban dentro, exigiendo una vuelta a la “normalidad” castigando a las mujeres que se atrevan a protestar nuevamente.
Esa “normalidad” que recuerda la “paz social” denunciada en los setentas por Franco Basaglia en su libro Los crímenes de la paz, una paz que reposa en el ejercicio de varios crímenes sociales, la explotación laboral, la pobreza social, la desigualdad social, etc. En este caso la “normalidad y la Paz social” que reclaman los “expertos críticos” en redes sociales significa seguir tolerando y aceptando que las mujeres mexicanas sigan siendo violadas, agredidas, torturadas y asesinadas de manera impune “porque ellas se lo buscaron al vestir de esa forma, al andar solas por las calles, al salir de noche”, etc., y que los responsables de estas agresiones sigan en la absoluta impunidad.
Muchas expresaron su indignación por haber manchado monumentos históricos con pintas exigiendo justicia para las mujeres, una indignación que se levanta iracunda a pesar de la evidente ignorancia de quienes se indignan sobre la propia historia que cuenta ese monumento. El rompimiento de cristales en edificios públicos y de comercios generó una indignación que contrastó enormemente con el alto grado de indiferencia ante los asesinatos de las mujeres mexicanas.
“Esas no son formas de protestar”, “así no” se leía en redes sociales, pero las diferentes intervenciones que se expresaron en ese sentido, jamás incluyeron algo parecido a un “así sí”, es decir alguna propuesta para canalizar ese enorme descontento. Estas condenas a la violencia de las manifestantes exhibían su enorme ignorancia acerca de cómo los grandes cambios que se han presentado en la historia de la humanidad han incluido diferentes formas de violencia. Sin violencia no hay cambio social, sin violencia no se rompe el silencio que cobija la impunidad del feminicidio. Ninguna revolución en la historia de la humanidad se ha ganado regalando flores o actuando con gentileza o cualquier otro tipo de “comportamientos socialmente aceptables” .

Aquellos hombres que nos atrevimos a expresar nuestra opinión apoyando las demandas de justicia de las manifestantes feministas fuimos agredidos por dos diferentes frentes: por un lado de parte de hombres que veían como una traición que algún hombre exigiera castigo a asesinos y violadores de mujeres y por el otro lado, de parte de mujeres que se autodenominaban feministas afirmando que ningún hombre debe apoyar las demandas feministas porque no son mujeres y por eso no entienden las luchas feministas. Mujeres rechazando la participación de hombres en la lucha "feminista", manteniendo una concepción reduccionista y literal del movimiento feminista, acusando al hombre por ser hombre.
Aún a pesar de estas reacciones, el logro principal de las marchas de protesta de grupos feministas es que se logró romper el silencio sobre la violencia hacia las mujeres y se puso en el tapete de la discusión pública un gran problema social que se mantenía oculto en la invisibilidad pública: el feminicidio en México. Con estas acciones entramos en una nueva etapa en México ya que vivimos un momento histórico de gran relevancia en el que se ha roto el silencio que garantizaba la impunidad y obediencia a la violencia contra las mujeres. Por esta situación se puede afirmar que hay un "antes y un después" en la historia de México.

La revolución del siglo XXI tiene rostro de mujer
En la década de los sesentas surgieron grandes movimientos sociales que evolucionaron y lograron conquistar varios derechos que hoy disfrutamos. Sin embargo con el paso del tiempo aquellos movimientos sociales se agotaron posteriormente al ser absorbidos por la sociedad de consumo que los mercantilizó. Las conquistas sociales del movimiento obrero que lograron crear sistemas de protección social dentro del contexto del Estado benefactor, se encuentran hoy en día en franca desaparición afectando la salud, educación, estabilidad laboral y bienestar social DE HOMBRES Y MUJERES.
Las pocas organizaciones obreras independientes se ven en la necesidad de implementar estrategias de defensa y retroceso para mantener una cobertura aceptable en la atención a la salud, en el pago de pensiones y jubilaciones, etc.
Las instituciones y organizaciones diversas que conforman la base de nuestra sociedad dejan de cumplir su función y tanto hombres como mujeres quedan desprotegidos en diversas formas ante el avance del poder corporativo que toma el control mundial por encima de los gobiernos de cada país, que se ven obligados a ceder concesiones para seguir formando parte “del sistema financiero internacional” y diseñan políticas que abandonan el enfoque social de apoyo a las minorías desprotegidas y priorizan los beneficios de las grandes corporaciones privadas.
La idea de que estamos progresando pierde sentido y credibilidad ante los hechos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana de pérdida de nuestra capacidad adquisitiva y aumento de las utilidades de las grandes empresas. La dinámica social en las ciudades entra en un proceso de descomposición al igual que las zonas rurales y la violencia viene a formar parte de nuestras vidas. La crisis social sin precedentes que vivimos hoy en día ha generado un caos en el cual están presentes la violencia, la dominación de los mercados, el debilitamiento del Estado benefactor, la crisis de las instituciones, etc.
Todo lo anterior nos dice Alan Touraine conforma la descomposición de lo social, la desaparición de nuestra sociedad, los cambios que provienen desde arriba en el contexto de la globalización tienden a perjudicar a las mayorías, por lo que es necesario invertir la dinámica social para impulsar cambios desde abajo, desde las comunidades, desde los grupos sociales que forman parte de nuestras comunidades.
Se requiere continuar con la lucha por un cambio social para realmente construir una sociedad democrática, igualitaria y justa. El triunfo de Morena en México representó un gran cambio social en la vida política y cotidiana de millones de mexicanos en la medida de que fue sin duda alguna un parteaguas histórico, el fin de una era de autoritarismo, corrupción e impunidad y grandes sectores de la población anteriormente desprotegidos, reciben hoy apoyos del nuevo gobierno.
Pero a pesar de lo anterior y de la gran participación social que se dio en su momento, no se puede afirmar que el cambio de poder político en México sea en sí mismo una revolución social. Sobre todo cuando la vida cotidiana nos recuerda que siguen en la agenda de discusión temas pendientes que requieren solución a través de la participación social de hombres y mujeres sin distinción o exclusión alguna.
Ya no es posible buscar en el nivel político una explicación a lo que está sucediendo en nuestra realidad social, necesitamos una revolución cultural. Los cambios geopolíticos generados en la sociedad contemporánea han generado una descomposición de los paradigmas políticos y económicos utilizados para analizar la realidad social.
La destrucción de los social implica la desincorporación, el desprendimiento del individuo contemporáneo de los grupos sociales y comunidades a las que pertenece. Esto impide generar una participación social, sobre todo porque la demanda de reformas estructurales se ve como algo externo al individuo, como algo ajeno al mismo.
Se requiere la construcción de un nuevo paradigma que contribuya a generar la participación social y este incremento puede lograrse si se apela directamente a la violación de derechos humanos de los individuos. En ese sentido los nuevos actores sociales pueden identificarse con mayor facilidad en un redescubrimiento de sí mismos en la defensa de su libertad personal y la restauración de sus derechos violados, sean estos, derechos humanos, laborales o sexuales.
El sujeto social contemporáneo puede lograr su afirmación individual y su reincorporación a lo social al luchar contra todas las formas de la vida social que tienden a destruirle. Uno de estos grandes temas lo es sin duda alguna la desigualdad social que padecen millones de mexicanos por la implementación de políticas de corte neoliberal que realizó el Prian en perjuicio de millones de mexicanos.
Pero la revuelta feminista en México nos pone enfrente de nosotros la necesidad de discutir como resolver otro tipo de problema que también requiere urgente atención: la desigualdad de género, las enormes diferencias sociales económicas, políticas, sexuales y sociales que existen entre los hombres y las mujeres, pero sobre todo, nos obliga a discutir de manera urgente como terminar con el feminicidio y la violencia hacia las mujeres.
Esta situación nos coloca en un momento de la historia en el cual necesitamos construir un paradigma de corte incluyente, que contemple la perspectiva feminista, que considere las demandas de colectivos de grupos feministas que exigen la intervención del Estado para que termine la violencia de que son objeto y que las instituciones de seguridad pública así como el poder judicial realicen su trabajo para terminar con la impunidad de la cual gozan actualmente violadores y asesinos de mujeres y que se den garantías de seguridad a todas las mujeres mexicanas.
Esta exigencia de seguridad pública y respeto a las mujeres representa la necesidad de implementar un cambio en la cultura predominante en nuestro país, ya que para lograr construir una real equidad de género necesitamos una nueva forma de vernos a nosotros mismos, un nuevo enfoque de relaciones interpersonales. El nuevo paradigma social implica la construcción de nuevas imágenes de lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer, implica un proceso de deconstrucción masculina en el cual reconozcamos los privilegios que tenemos por el simple hecho de ser hombres y estemos dispuestos a renunciar a los mismos.
Los hombres debemos ver en la lucha feminista la oportunidad de despojarnos de roles sexuales estereotipados que nos hacen reproducir comportamientos que generan desigualdad de género, pero principalmente nos impiden ver la "violencia" utilizada por las las mujeres en sus manifestaciones como una expresión del hartazgo y temor de ser asesinadas o violadas dentro de la "normalidad" patriarcal.
Ya no es posible seguir manteniendo un silencio acerca de la violencia que sufren nuestras mujeres a manos de ciertos “omvres”, ya no es posible ocultar el infierno en el que se ha convertido la sociedad patriarcal y machista para las mujeres ya que éste se ha exhibido en toda su magnitud.
La acción de romper cristales, gritar insultos a violadores, asesinos y autoridades incompetentes, cantar a favor del aborto y hacer pintas en monumentos y edificios, ha cumplido una función importante: llamar la atención hacia un problema que ya no debe ser ignorado.

De todos nosotros depende escuchar estos gritos de rebeldía y lucha femenina para contribuir con nuestra acción individual a la generación de cambios en las relaciones de hombres y mujeres en nuestra sociedad, o permitir que se siga con la violencia hacia las mujeres y que se haga costumbre romper el silencio con mayor violencia cada año y exponer públicamente las agresiones de las que sean objeto las mujeres. Cada hombre que se precie de serlo debe observar y escuchar a las mujeres que se encuentran a su alrededor, poner atención a la palabra de las mujeres que tienen mucho que decir acerca de como han sido violentadas en calles, escuelas, oficinas, hogares, etc., pero más importante aún, es que cada hombre descubra el macho que lleva oculto dentro de sí mismo.
Si no queremos que se sigan rompiendo cristales y haciendo pintas debemos sumar nuestra voz a las protestas feministas en demanda de justicia y seguridad pública. El testimonio experiencial de nuestras mujeres debe ser escuchado, su demanda de justicia debe ser atendida, hombres y mujeres debemos marchar juntos en la construcción de un mundo donde realmente prevalezca la justicia, la igualdad y la democracia. La lucha feminista es el preludio de una verdadera liberación social que implica también una liberación masculina del adoctrinamiento del cual es objeto en una sociedad capitalista neoliberal, de fuerte contenido patriarcal y que crea desigualdad social hacia hombres y mujeres, pero en mayor medida, desigualdad y violencia hacia las mujeres.
El cambio que necesitamos es de índole sociocultural lo que quiere decir que no será de la noche a la mañana ya que estamos hablando de un proceso de deconstrucción de actitudes, valores, autoimagen, etc., Que requirió toda una vida construirlas y hoy estamos cuestionando el mundo tal y como es, sin saber siquiera como debe ser el nuevo mundo, tenemos solo la idea, pero la razón está de nuestro lado, sigamos adelante que todavía falta mucho por deconstruir pero tengamos presente que en estos días hemos avanzado enormemente ya que los ojos del mundo entero están enfocados en México por estos eventos ya que la lucha de las mujeres en México en contra del feminicidio ha recibido expresiones de apoyo de varias partes del mundo.

La liberación femenina es una parte inevitable de la liberación de los hombres y paso previo para lograr la liberación social. Es decir, no se trata de que los hombres "ayudemos" a las mujeres, nos estamos ayudando mutuamente en la medida de que los hombres reconozcamos el macho que llevamos dentro, que identifiquemos aquellos micromachismos en nuestra conducta cotidiana antes de que se expresen en actos machistas y en violencia en contra las mujeres.
La lucha por el cambio social no continúa después del triunfo de Morena en México. En realidad la lucha por construir un mundo mejor al actual es una lucha continua ya que forma parte de un proyecto de lucha a largo plazo y parte de nuestro compromiso es superar aquellos falsos antagonismos, como el pensar que los hombres estamos en contra de las mujeres, o que las mujeres están en contra de los hombres. Participar activamente apoyando esta rebelión femenina es una cuestión de principios, de congruencia, de valor civil, de solidaridad y por qué no decirlo: de orgullo y satisfacción de asumir conscientemente el rol de agentes de cambio social para cambiar nuestra realidad.

Castell, Manuel: La sociedad red

Castells, Manuel: Redes de indignación y esperanza

Touraine, Alan: Un nuevo paradigma para comprender al mundo de hoy

Yescas, Oscar: Notas para comprender la sexualidad humana
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/notas-para-comprender-la-sexualidad.html

Yescas, Oscar: En defensa de las mujeres
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/endefensa-de-las-mujeres-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: La educación en sexualidad humana como contribución al cambio social
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/la-educacion-en-sexualidad-humana-como.html

Yescas, Oscar: Liberación femenina o liberación social
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/03/liberacionfemenina-o-liberacion-social.html

Yescas, Oscar: El agente de cambio social
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/01/el-agente-de-cambio-social-oscar-yescas.html

Yescas, Oscar:La construcción social de la equidad de género
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/10/la-construccion-social-dela-equidad-de.html

Yescas, Oscar: Notas sobre la condición femenina
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/10/notas-sobre-la-condicionfemenina-desde.html

Yescas, Oscar Democracia y educación sexual
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/10/democracia-yeducacion-sexual-oscar.html

Yescas, Oscar: La revolución sexual de la pornografía
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/09/la-revolucion-sexual-dela-pornografia.html

Yescas, Oscar: La prostitución: ¿mal necesario?
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/09/la-prostitucion-mal-necesario.html
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viernes, 23 de agosto de 2019

Notas para comprender la sexualidad humana


15/julio/2,014
  1. Premisas previas al estudio de la sexualidad humana
  2. La sexualidad como problema social
  3. Evolución histórica de la sexualidad humana
  4. Cambios sociales del siglo XX que influyeron para cambiar la sexualidad
  5. Surgimiento de los medios masivos de comunicación
  6. Surgimiento de internet y redes sociales
  7. Uso mercadológico de la sexualidad
  8. Concepto de sexualidad
  9. El desarrollo psicosexual
  10. Sexualidad infantil: realidad y perspectivas
  11. Sexualidad y adolescencia
  12. Sexualidad y Juventud
  13. A manera de conclusión
  14. La formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta integral
  15. Referencias
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La sociedad contemporánea se encuentra inmersa en una dinámica de constantes cambios sociales que afectan todo tipo de comportamiento social en sus diferentes niveles de expresión: comportamiento individual, grupal, organizacional y comunitario.
El comportamiento sexual no es la excepción y recibe la influencia de todos estos cambios que afectan su dinámica interna y formas de expresión que en su conjunto la ubican como un gran problema social mismo que necesitamos estudiar y comprender para implementar estrategias de mejoramiento del mismo.
Debo decir de entrada que la sexualidad humana es de los pocos temas que generan una gran polémica en su abordaje ya que produce en forma simultánea tanto interés como curiosidad, placer e inquietud con su sola mención. Por este motivo para comprender en forma integral y objetiva el ejercicio de la sexualidad contemporánea en pleno siglo XXI necesitamos partir de cuatro premisas fundamentales.

Premisas previas al estudio de la sexualidad humana

La primer premisa que debemos considerar en esta singular tarea es que para entender la sociedad del siglo XXI, debemos reconocer que el ejercicio de la sexualidad humana ha variado con el paso del tiempo, por lo que nos vemos en la necesidad de estudiar la historia de la sexualidad a lo largo de la existencia de la humanidad, en un viaje histórico que nos llevará a comprender como la sexualidad ha tenido diferentes tipos de expresión y diversas modalidades en su ejercicio a lo largo de la historia de la humanidad.
La segunda premisa que se desprende de la primera es que debemos considerar que la sexualidad tiene una relatividad sociocultural lo cual significa que cada sociedad a través de su cultura particular tiene una expresión particular en el ejercicio de su sexualidad. Es decir, los comportamientos socialmente aceptados en una sociedad pueden ser rechazados en otra sociedad, en virtud de que cada cultura tiene valoresespecíficos que se expresan en el comportamiento social, el cual incluye obviamente el comportamiento sexual.

En base a esta segunda premisa podemos hacer dos tipos de afirmaciones que son de gran importancia:
  • a) no existen principios universales en lo que respecta a las actitudes, creencias, experiencias o comportamientos sexuales.
  • b) Las actitudes, creencias, experiencias y conductas sexuales varían considerablemente en cada persona, de acuerdo a su formación religiosa, cultural, familiar y nivel socioeconómico.
Una tercera premisa necesaria a tomar en cuenta en el estudio objetivo de nuestra sexualidad contemporánea es la necesidad de despojarnos de toda idea religiosa que mantenga la versión de que procedemos de un origen divino con el mito de Adán y Eva y que conceptualice a la sexualidad como algo sucio o pecaminoso. Tengamos presente que después de siglos de condenarla y negarla, finalmente la Iglesia Católica a través del Papa Juan Pablo VI aceptó la validez de la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin con lo cual el mito de Adán y Eva es reconocido como tal, al igual que por su lado el Papa Francisco I reconoció que "no hay tal cosa llamada infierno".
Finalmente, una cuarta premisa en el estudio de la sexualidad humana es la necesidad de despojarnos de toda la formación sexofóbica que nos ha inculcado nuestra sociedad y nos ha llevado a creer que la sexualidad es un tema tabú y una práctica sucia, de la cual no debe hablarse en público.
Podría mencionar otras premisas pero con las anteriores se puede considerar como un buen punto de partida en la aventura de estudiar la sexualidad humana y concluir en la afirmación de que el estudio de la sexualidad humana por sus diferencias y similitudes encontradas tanto en individuos, gruposorganizaciones y comunidades, exige la adopción de un enfoque psicosocial en su estudio ya que no siempre nos percatamos de que tanto la sociedad y la pertenencia simultánea a diferentes grupos sociales determinan y moldean nuestras conductas sexuales a nivel individual y social.

La sexualidad como problema social

Mencionaba en un articulo anterior http://www.monografias.com/trabajos101/educacion-sexualidad-humana-como-contribucion-al-cambio-social/educacion-sexualidad-humana-como-contribucion-al-cambio-social.shtml
que hace 30 años al presentar mi tesis profesional para adquirir mi título como licenciado en Psicología en la Universidad Veracruzana, elegí el tema Consideraciones sobre la problemática sexual juvenil, en la cual describía el ejercicio de la sexualidad en esa época (1984) como un gran problema social que se manifestaba en diferentes problemas particulares: alto número de embarazos en adolescentes, incremento en los delitos sexuales, tendencia creciente en el número de divorcios, incremento de enfermedades de transmisión sexual, surgimiento de la pandemia del sida, etc.
Treinta años después, hoy en el 2,014 la situación no ha mejorado, inclusive podría decirse que ha empeorado ya que tan sólo en México cada año 14,000 mujeres son violadas al año según informa Amnistía Internacional http://www.blogdeoaxaca.org/2013/02/en-mexico-cada-ano-14-mil-mujeres-son-violadas-amnistia-internacional/
Los problemas mencionados en mi tesis profesional presentada en 1984 no sólo se han se han incrementado en las últimas décadas, sino que a ellos se han sumado otros tales como los delitos de feminicidio, de maltrato hacia la mujer, violación de niños por parte de sacerdotes católicos, incremento de la homofobia, intolerancia a la diversidad sexual, etc.
Tales problemas sociales tienen como denominador común la ausencia de una educación sexual científica y objetiva, por lo que la necesidad de recibireducación en sexualidad humana es cada vez más evidente en nuestra sociedad contemporánea.
Si en los ochentas se percibía la necesidad de implementar programas de educación en sexualidad humana de manera urgente hoy, en la segunda década del nuevo milenio, la necesidad de recibir educación sexual se ha convertido en una enorme e imperante necesidad social que comparten tanto individuos, como grupos, organizaciones, comunidades enteras y la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, al revisar los programas del sistema de educación formal en México desde el nivel básico hasta universitario, se observa que los contados avances que se han hecho al incluir contenidos de educación sexual, se limitan a la descripción de una sexualidad reproductiva.
Aparentemente parten de un modelo de sexualidad humana que limita esta expresión comportamental al acto sexual, basado en un modelo genital de la sexualidad que genera como resultado que millones de personas piensen que la sexualidad humana es solo sexo.
De esta manera contribuyen a la reducción de la sexualidad al mero acto genital, cuando que en realidad si nos basamos en información científica podremos ver que la sexualidad humana es mucho más allá que solo sexo ya que contiene aspectos biológicos, psicológicos y sociales, lo cual nos plantea la necesidad de utilizar un enfoque integral en su estudio, pues la reducción de la sexualidad a su expresión genital es la principal causa, junto a la ausencia de educación sexual, de que en su ejercicio surjan y se desarrollen los problemas mencionados líneas arriba.
En este punto invito al lector a que reflexione sobre la siguiente pregunta: ¿Cómo es que llegamos a este punto en el cual el ejercicio de la sexualidad humana se ha convertido en un problema social?
Para responder a esta pregunta necesitamos analizar la historia de la sexualidad a lo largo de la existencia de la humanidad ya que de esta manera será más fácil dar una respuesta de tipo integral basada en información científica de tal forma que estemos en mejores condiciones para que podamos entender y tomar decisiones sobre nuestra sexualidad al conocer la influencia de la cultura en el comportamiento individual y social.

Evolución histórica de la sexualidad humana

Para entender mejor la influencia que las ideas actuales de la sociedad tienen sobre estos temas, debemos examinar entonces sus raíces históricas, especialmente aquellas que refieren a la tradición del sexo únicamente con fines de procreación y que promueven el desarrollo de los roles sexuales rígidos y estereotipados.
Es por ello que por cuestión de método debemos contemplar elementos del pasado que refieran el análisis de la conducta sexual de los pueblos primitivos. En esta tarea el estudio de la forma de vida de nuestros primeros antepasados y la observación de los hábitos de los grupos naturales que aún viven en lugares apartados de nuestro planeta, son elementos de rigurosa contemplación. Las fuentes de información para esta empresa son variadas y se basan en descubrimientos arqueológicos por un lado, y en la investigación participante basada en la Antropología por el otro.
Los primeros documentos de la vida sexual primitiva tales como las estatuillas y diferentes objetos y documentos relacionados al tema, que ilustran sobre las costumbres de nuestros ancestros, certifican la práctica de la promiscuidad sexual entre las sociedades primitivas.
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Lo primero que observamos al examinar la sexualidad de otras épocas de la historia humana es la existencia de una amplia gama de conductas sexuales aceptables por lo cual la primera inferencia que podemos hacer es que todas las sociedades tienen normas basadas en su propia cultura que controlan la práctica sexual.
Cada civilización tiene una concepción muy particular acerca de las conductas sexuales, pero, al mismo tiempo, las diversas subculturas de la misma, contienen nociones diferentes acerca de los valores vigentes, muchos de los cuales se infringen más de lo que se respetan. Por ello, es de gran importancia actuar en base al raciocinio al entrar en el análisis de la esfera de la sexualidad, más que en el mecanicismo cultural.
Un excelente punto de partida en la tarea de estudiar la sexualidad de nuestros antepasados nos lo proporciona Federico Engels en su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/el_origen_de_la_familia.pdf
en el que nos plantea como surgió la familia.
Según su planteamiento en sus inicios la humanidad vivía en lo que él denominó comunismo primitivo dentro del cual los integrantes de las tribus nómadas compartían todo entre sí, la comida, la bebida y las relaciones sexuales. Todos tenían relaciones sexuales entre sí, los niños eran hijos de la comunidad.
En aquellos tiempos nada era inmoral, el coito era considerado como una función natural del cuerpo humano por lo que no se sentía vergüenza ni culpabilidad alguna en su ejercicio. Existía una aceptación tácita y natural de hombres y mujeres respecto al sexo, reflejada en la vigencia de un doble código que concebía a la sexualidad como sana fuente de placer recíproco.
Cuando estas tribus nómadas dejaron de serlo y se asentaron en las orillas de los ríos y márgenes de los lagos, se dedicaron a la agricultura e inventaron las primeras herramientas de trabajo con lo cual surgió el sentimiento de la propiedad privada.
El paso de una vida errante a una sedentaria, hizo que la promiscuidad se restringiera y diera lugar a un matrimonio especial entre los grupos de una tribu, en el cual no había unión de dos personas, sino relaciones de grupo. Debido a que la actividad para subsistir era eminentemente colectiva no había razón para formar una pareja.
Según Engels fue en ese momento que surgió también la familia monogámica a través de la cual se impuso la fidelidad a las mujeres con el único objetivo de garantizar que los hijos que se tenían con ella heredasen las propiedades del padre, mientras que los hombres seguían teniendo relaciones con varias mujeres.
El descubrimiento de la agricultura permitió el surgimiento de la monogamia y de la propiedad privada, con lo cual el trabajo dejó de ser colectivo. La supremacía del hombre se consolidó pues él era la parte más fuerte de la célula elemental, la mujer pasó a depender de él y esta situación dio origen a su sometimiento al varón que se ha mantenido hasta nuestros días.
Las civilizaciones y culturas que se desarrollaron más adelante, demostraron con claridad que el comportamiento de una sociedad con respecto a la sexualidad y a la procreación se encuentra íntimamente ligado a su actividad política, religiosa y a su desarrollo socioeconómico.
Sin embargo, un patrón que es importante destacar es que la mujer fue objeto de marginación, exclusión y franco sometimiento al varón en la mayoría de las culturas, de tal forma que puede decirse que la historia de la humanidad conlleva consigo como sello el sometimiento de la mujer.
En las culturas del Medio oriente y China se apreciaba mucho más el placer sexual que en la época moderna, mientras que en el mundo occidental sucedió lo contrario. Más adelante, en la sociedad esclavista se da una importancia inusitada al sexo, el cual es concebido como fuente de inspiración espiritual y física, surgiendo con ello un movimiento cultural: el erotismo. Debido a ello, se eleva la actividad sexual y se le promueve en todas sus facetas: amor heterosexual y homosexual.
Todo era visto en aquel entonces con entera normalidad y sin que su ejercicio afectara a la sociedad en su conjunto. El código moral flexible de esta época estaba impuesto por una religiosidad pagana, que no estigmatizaba a la sexualidad, aunque sí otros valores que sostienen a la cultura con la esclavitud.
Con el advenimiento de la sociedad feudal, la religión aumentó su influencia y llegó a jugar un gran papel inhibidor del sexo en gran escala, aunque continúa respetando la supremacía del varón en el sexo. La mujer es identificada entonces como fuente de todo pecado, por lo cual se aumentó la represión sobre ella. La familia persistió como unidad social, aunque mantuvo cierta flexibilidad pues permite los contactos extramatrimoniales pero solo al varón aunque sigue conservando su carácter monogámico.
En la época del imperio romano prevaleció el paganismo y el hedonismo, diariamente recibía en su interior ofrendas y tributos de tribus y naciones enteras que querían quedar bien con el imperio, la mejor ofrenda que podrían ofrecer a un imperio lleno de riquezas era por lo regular el placer sexual, por lo que esto dio lugar a lo que se conoce como las orgias romanas, donde todos fornicaban con todos. No existían tabús que impidieran conductas hoy condenables como el incesto, el estupro o inclusive la violación de la mujer ya fuere individual o colectiva.
En esos tiempos hombres y mujeres se casaban entre sí, pero el verdadero amor sublime en aquella época era de tipo homosexual, es decir, la homosexualidad era considerada como algo normal e inclusive se le concebía como algo superior a la relación entre hombre y mujer.
Con el surgimiento del cristianismo los nuevos creyentes de esta fe se apartaron de los rituales sexuales de los paganos y empezó la segregación y condena de la conducta sexual. Los padres de la iglesia empezaron a difundir la idea del sexo como algo pecaminoso, que debía evitarse a riesgo de ser condenado a ir al infierno. El mito de Adán y Eva fortaleció la percepción de que la lujuria formaba parte del pecado original.
En la edad media (periodo de la historia europea que comienza con la caída del imperio romano en 476 y con el inicio del renacimiento en 1400), la religión se fortaleció y con ello aumentó la represión de la sexualidad, reduciendo su ejercicio con la sola finalidad de la reproducción.
En esa época las actitudes hacia el sexo fueron cambiando de una época a otra y según los lugares pero siempre se creyó que era pecaminoso. El surgimiento y fortalecimiento de la religión fortaleció una idea negativa sobre la sexualidad y generó la idea de que la sexualidad sólo debería realizarse solo con fines de procreación, por lo cual sólo estaba permitida la posición del misionero.
En la edad media cristalizaron dos imágenes contradictorias de la mujer y ambas influyeron en la concepción social que se tenía de la sexualidad femenina y en el sitio que ocupa la mujer en la sociedad:
La primera imagen es la Virgen María como protectora bondadosa y compasiva, merecedora de devoción religiosa, madre de los hijos y la segunda la de Eva como la mujer llena de sexualidad, la tentadora diabólica que con sus encantos inducía al pecado. El desnudo femenino fue proscrito y la sexualidad se dividió en dos prácticas, una con fines reproductivos con la madre de los hijos, mientras que por otro lado se encontraban las prostitutas con las que los hombres podían tener sexo vaginal en diversas posiciones, sexo oral y sexo anal, prácticas que estaban prohibidas con sus esposas.
La sexualidad se redujo entonces a un modelo genital, se prohibió su ejercicio con fines de placer por considerarlo pecado y sólo se aprobaba su ejercicio con fines reproductivos y utilizando sólo la posición del misionero, es decir, la mujer recostada de espaldas y el hombre encima de ella.
Con el paso del tiempo se presentaron diferentes cambios sociales que provocaron un cambio en la concepción y ejercicio de la sexualidad. En el siglo XVI los reformadores protestantes modificaron la idea de ver como pecado el sexo que no tenía fines reproductivos. Martín Lutero (1483-1546) y Juan Calvino (1509-1564), reconocieron el valor del sexo en el matrimonio sin la intención de procrear.
Desgraciadamente las ideas progresistas no prevalecieron ya que en la era victoriana llamada así por la reina Victoria que ascendió al trono británico en 1837 y que gobernó más de 60 años se detuvieron las ideas progresistas al fortalecer la polarización de la sexualidad de la mujer entre la imagen de la Virgen María y la de Eva (que en la lengua vulgar se convirtió en "virgen-prostituta").
El aumento del comercio y el desarrollo del capital como fuente de progreso de las fuerzas productivas, originó el sistema social capitalista; en él se conservó el ideal monogámico de la familia como sostén de la ideología de esta nueva sociedad y se fortaleció una cultura patriarcal de sometimiento de la mujer al varón.
Los valores morales sufren una nueva modificación, misma que va de acuerdo con la forma de concebir el mundo de la clase dominante, afectando con ello el código sexual vigente. La familia numerosa de antes, se reduce dando lugar a la familia nuclear. Es con la subida al poder de la burguesía victoriana, cuando la sexualidad es cuidadosamente encerrada y se restringe su función a un nivel reproductor.
Después de ahí, la crónica de la sexualidad "...es la crónica de una represión creciente...a partir de la edad clásica, la represión ha sido el modo fundamental de relación entre poder, saber y sexualidad"(Foucault).
http://www.papelesdesociedad.info/?Historia_de_la_sexualidad_I_II_III
La reglamentación de la actividad sexual ocasionó serios problemas al ser humano al afectar su desarrollo psicológico.
El código regulador de la sexualidad, propició la división de la sexualidad en dos aspectos: a) únicamente con fines reproductivos y b) la búsqueda del placer. Se llegó a concebir su ejercicio desde el punto de vista restrictivo de la función reproductora solamente, tal como lo exigían los valores éticos, morales, religiosos y políticos de la época.
La fuente de placer se separó del hogar para ser buscada en los nacientes prostíbulos. La prostitución floreció porque los hombres se olvidaban de la moral cuando buscaban compañía sexual. La separación del mundo de los maridos y las esposas produjo una brecha sexual y psicológica entre muchos matrimonios de la época. Los hombres podían fumar, beber y acostarse con mujeres que se habían prostituido por necesidad económica.
El énfasis puesto en la sexualidad como reproducción originó la doble moral de restricción sexual para la mujer y de libertad sexual para el hombre. La religión controló y conceptualizó el ejercicio de la sexualidad, llegando a legislar sobre ella, con la ayuda del Estado, hasta fines del siglo XVIII. El Estado convirtió en delito o crimen lo que las autoridades eclesiásticas llamaron pecado contra la naturaleza; tomó en sus manos el control de la vida sexual de los individuos, reprimiendo lo que consideraba pecado.

Cambios sociales del siglo XX que influyeron para cambiar la sexualidad

Los cambios operados en el siglo XX, en los aspectos sociales, económicos y políticos y sobre todo científicos, provocaron a su vez, un cambio en las concepciones, actitudes y la conducta sexual de nuestra cultura. La industrialización y la urbanización trajeron consigo la incorporación de la mujer al trabajo, con ello, salió del ámbito de lo privado para ingresar al ámbito de lo público. Debido a ello, se replanteó el papel y significado de su sexualidad. Sin embargo, aun a pesar de esto, la doble moral sexual, los conceptos puritanos, machistas y antisexuales continuaron prevaleciendo hasta la entrada de la segunda mitad del siglo XX en todos los países del mundo occidental y sobra decir que aún persisten en pleno siglo XXI en gran parte del mundo hispano.
La independencia económica de la mujer, producto de su salida del hogar, modificó el concepto de la feminidad y mejoró sus perspectivas de vida sexual activa y placentera. No obstante, aún prevalecen los rasgos que indican una prohibición de la sexualidad, mediante la otorgación de dobles mensajes o ideas contradictorias que hacen más difícil el proceso de socialización, el sano desarrollo psicológico y sobre todo la realización sexual de cada persona.
En el siglo XX Sigmund Freud (1856-1939) en su libro La interpretación de los sueños encabezó el cambio de perspectiva con respecto a la sexualidad en el siglo XX. Sus ideas de que la sexualidad es innata tanto en hombres como en mujeres contribuyeron a superar los estrechos marcos de los conceptos victorianos.
El énfasis puesto por Freud en la importancia de la sexualidad para el desarrollo de la psicología individual, enfrentaba de manera frontal la tendencia dominante de que la sexualidad debía reprimirse y negarse totalmente, lo que en opinión de autor del psicoanálisis provocaba las neurosis que atendía en su consultorio médico.
Sigmund Freud puso entonces en el centro de la discusión el tema negado socialmente de la sexualidad, con lo cual contribuyó a cambiar una actitud de negación de la sexualidad por otra de aceptación de su análisis y cambio paulatino de percepción y por tanto de su ejercicio.
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A medida de que las ideas sobre el rol "apropiado" de la sexualidad femenina fueron cambiando, surgió el movimiento sufragista de las mujeres a fines del siglo XIX. El motivo de concederles el derecho del voto nació de otros avances relacionados, como la abolición de la esclavitud y el reclamo de que a las mujeres se les permitiera asistir a las universidades y poseer bienes.
Posteriormente durante la segunda guerra mundial, al escasear la mano de obra masculina propició que la mujer saliera del ámbito de lo privado y se incorporase al ámbito laboral con lo cual de manera progresiva se fue modificando el rol femenino y flexibilizando los roles sexuales estereotipados.
Influyeron también en el cambio de actitudes hacia la sexualidad diversos estudios realizados sobre la misma, dentro de los cuales podemos mencionar a Alfred Kinsey y colegas quienes en 1948 publicaron Sexual behavior in human male (1948 y sexual behavior in human female (1953) donde dieron revelaciones sobre la conducta entre personas del mismo sexo, la masturbación y algunas innovaciones eróticas en la recámara que contribuyó a una creciente aceptación de la diversidad en este terreno

Surgimiento de los medios masivos de comunicación

El surgimiento y desarrollo de la radiotelevisión y cine fueron otras fuentes de cambio sobre la percepción y ejercicio de la sexualidad en la medida de que incluyeron escenas y contenidos sexuales, que impactaron a generaciones enteras lo cual permitió a su vez una actitud creciente de apertura permisiva hacia la sexualidad. En los cincuenta, la televisión entró a los lugares norteamericanos al mismo tiempo que el primer número de la revistaplayboy.
La tv es el medio que hasta el momento ha tenido más influencia en las actitudes y conductas sexuales, ya que las familias contemporáneas acostumbran pasar mucho tiempo frente a ella, por lo que es posible afirmar que a los 18 años de edad, cualquier individuo ha pasado 20,000 horas frente a la tv, expuesto a una infinidad de escenas eróticas que se transmiten en programas de televisión, películas y mensajes publicitarios.
Es innegable que la explosión de la tecnología con sus adelantos tecnológicos en los medios masivos de difusión nos ha invadido en nuestra privacidad presentándonos palabras e imágenes de alto contenido sexual. Sin embargo, los medios masivos desvirtúan la complejidad de la sexualidad humana al continuar difundiendo un modelo genital de la sexualidad y crean expectativas poco realistas respecto de ese tipo de experiencias ya que promueven imágenes ideales de lo que es ser hombre y lo que es ser mujer con el objeto de promover el consumo de diversos tipos de mercancías.
La publicidad utiliza por lo regular imágenes eróticas (explicitas o sutiles) diseñadas para captar la atención y vender productos. Un anuncio con gran atractivo sexual será sin duda una herramienta de marketing eficaz. Recordemos que un anuncio publicitario descansa en un estudio de mercadopreviamente realizado en el cual se identifican los deseos, necesidades y expectativos de diversos segmentos del mercado. Al usar imágenes sexuales como gancho para llamar la atención los mercadólogos están explotando las necesidades sexuales del público consumidor.
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De esta forma explotan ese sentimiento de insatisfacción que experimentan millones de personas y que en su momento fue denunciado por el grupo de rock Rolling Stones en su famosa canción Satisfaction.
La publicidad se basa en una suposición falsa: el amor, el sexo o ambos se conseguirán comprando productos de belleza, cierta marca de licor o de ropa, de sistema estereofónico o de automóvil. La publicidad generalmente trivializa el sexo; al mismo tiempo, refuerza la idea de que solo los cuerpos jóvenes y esculturales de hombres y mujeres merecen atención.
Por otro lado, el desarrollo tecnológico permitió la creación de la píldora anticonceptiva lo que permitió aún mayor libertad tanto para hombres como mujeres, pero especialmente para ésta última para tener un ejercicio de la sexualidad con mayor libertad ya sin el temor a que la mujer quedase embarazada. La píldora anticonceptiva, la píldora del día siguiente y los espermaticidas permitieron que la mujer buscara el placer sexual con más seguridad al disminuir considerablemente su miedo al embarazo
En los sesentas surgió un movimiento a favor de la igualdad de los roles sexuales que cuestionó seriamente los rígidos papeles del hombre y de la mujer que prevalecían en esa época. El movimiento feminista y la "revolución sexual" se enfrentaron a las rígidas normas de los años anteriores que ubicaban el papel de la mujer en la intimidad del hogar, en su rol de ama de casa "cargada y en un rincón".
En los setentas la filosofía del amor libre del movimiento hippie, la contracultura del rockandrol, la salida de la mujer del ámbito privado y su incorporación al trabajo y a la educación superior y la conquista del derecho al voto femenino, permitió una revolución sexual sin precedentes que fortaleció la participación femenina en diversas actividades sociales, rompiendo así su atadura al estereotipo de madre de familia y ama de casa.
Contribuyeron en gran medida la difusión de las ideas de Masters y Johnson en human sexual response y human sexual inadecuacy ya que arrojaron luz sobre la capacidad de la mujer para el orgasmo y convirtieron la terapia sexual en un tratamiento legítimo.
También por su lado Alex Comfort en The joy of sex puso al alcance de las parejas una conducta sexual variada y experimental.
Entre 1969 y 1970 empezaron a cambiar las actitudes hacia un tabú muy antiguo: la homosexualidad que propició un destape masivo de personas que ocultaban su verdadera orientación sexual y que a partir de los cambios culturales que se estaban vivenciando decidieron "salir del clóset".
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Lamentablemente en los ochentas el surgimiento de la pandemia del sida provocó un retroceso en el ejercicio de la sexualidad de tal forma que se promovió el abstencionismo como única alternativa para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual. En la etapa inicial de la pandemia del sida, algunas ideologías conservadoras manejaron la versión de que era una enfermedad exclusiva de homosexuales y que era un castigo divino por realizar prácticas sexuales "contra natura".

Surgimiento de internet y redes sociales

Con el surgimiento de internet en los noventas se favoreció la difusión de material sexualmente explícito por lo que millones de personas tuvieron acceso a escenas de alto contenido sexual, disminuyendo con ello la edad promedio del inicio de una sexualidad activa en las nuevas generaciones. Hoy Internet ha disminuido la distancia y las barreras culturales entre miembros de distintos grupos de edad, raza, religiosos, étnicos y económicos y con ello ha contribuido a fortalecer la oleada de cambios sociales que hoy en día vivimos.
Internet brinda acceso rápido a todo tipo de información relacionada con sexualidad, pero sobre todo de material sexualmente explícito. La mayor parte de los avances tecnológicos de Internet se debe a la industria del sexo que es una de las que más dinero genera actualmente.
Internet se ha convertido en un excelente servicio para concertar citas amorosas, una oportunidad de interacción personal que uno puede utilizar para platicar en línea y ver si desea conocer personalmente al otro usuario.
Aún con todo lo anterior prevalecía una tendencia puritana que determinó un control de la sexualidad que dio lugar al surgimiento de una hipocresía sobre el ejercicio de la misma. De manera pública se condenaba su ejercicio y se mantenían las formas socialmente aceptables, pero en la intimidad se suele practicar todo aquello que en público se negaba.
La situación contradictoria que existe en el seno de la esfera de la sexualidad, repercute en la psique de los individuos afectándolos profundamente, en virtud de que tienen que invertir una gran cantidad de energía y esfuerzos en controlar los impulsos sexuales que experimentan debido a que los medios masivos de comunicación realizan una constante estimulación sexual a través de la televisión, la literatura popular, revistas, películas, anuncios publicitarios, etc. Mientras que por otro lado se sigue manteniendo la ideología que promueve la negación y represión del sexo al insistir que la sexualidad solo debe realizarse solo en el contexto de la institución del matrimonio civil y religioso.
La religión trata de suprimir la sexualidad en el único fin de la reproducción, la escuela intenta negarla ignorando los avances científicos que permiten tener una visión integral de la misma, los padres la ignoran y evitan hablar de ella entre sí o con sus hijos o pretenden inhibirla, los compañeros la ritualizan mediante prácticas de inclusión grupal basadas en el numero de conquistas sexuales, la ley la prohíbe en muchas de sus formas negando una realidad concreta y las autoridades pretenden limitarla siguiendo patrones de comportamiento que los cambios sociales han rebasado y los medios masivos de difusión envían mensajes e imágenes con contenido sexual promoviendo figuras ideales de la mujer y del hombre.
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Uso mercadológico de la sexualidad

La publicidad utiliza técnicas que incluyen el manejo de un alto contenido sexual para poder lograr la colocación de diversos productos. Recordemos que la publicidad es tan solo una de las famosas 4 "P´s" de la mercadotecnia. Entre los mercadologos es común la expresión "mezcla de mercadotecnia" que se sugiere todo empresario debe realizar antes de iniciar un negocio.
Las 4 P´s son producto, plaza, precio y publicidad, un empresario debe conjugar bien estos elementos antes de iniciar su negocio. La publicidad es una parte del proceso de la mercadotecnia. A través de la mercadotecnia se realizan estudios psicográficos mediante los cuales se identifican en los segmentos de mercado meta, los rasgos de personalidad, los tipos de actitudes predominantes, etc. Debemos tomar en cuenta que el objetivo de la mercadotecnia es identificar las necesidades, deseos y expectativas del mercado meta o segmento del mercado.
El mercado definido desde una perspectiva mercadológica es el conjunto de personas que comparten deseos, necesidades y expectativas que desean satisfacer y que cuentan con la capacidad económica para comprar el producto o servicio que (supuestamente) satisfacerá esas necesidades, deseos y expectativas.
Entonces los mercadólogos y grandes empresarios aprovechan el estado de gran insatisfacción sexual para lucrar con ella promoviendo la venta de productos que prometen terminar con ese estado de insatisfacción (necesidad).
Por todo lo anterior, el individuo contemporáneo en pleno siglo XXI se enfrenta a la dicotomía de vivir un estado de insatisfacción constante al reprimir el ejercicio de su sexualidad y limitarla sólo en el contexto de la institución matrimonial y con fines reproductivos, mientras que vive su vida cotidiana en el contexto de una sociedad de consumo en la cual los medios masivos de difusión utilizan la sexualidad en las campañas publicitarias revistiendo de un toque sexual a todo tipo de productos (cigarrillos, cerveza, ropa, perfume, etc.) para promover la venta de todo tipo de productos. La sexualidad es el gancho utilizado para llamar la atención del consumidor con una imagen de tipo sexual y prometer una placer o satisfacción sexual en la compra de productos.
En el contexto del sistema capitalista la reducción de la sexualidad humana a la idea del sexo genital o acto sexual, ha favorecido la conversión de la sexualidad a tan solo una mercancía que puede usarse y desecharse aumentando con ello el proceso de enajenación social en el cual los seres humanos son tratados como objetos o valorados en función de sus posesiones materiales.
Por todos es sabido que no recibe el mismo trato la persona que es pobre, mal comida y mal vestida, que aquella otra persona que conduce un automóvil último modelo, luce ropas finas ("a la moda") y tiene cuentas en los bancos.
La creencia de que la sexualidad solo debe ejercerse con fines reproductivos lleva a que cuando una pareja decide tener relaciones sexuales ambos se comprometan a aceptar la posibilidad del embarazo y en consecuencia a hacerse responsables en caso de embarazo positivo. Existen miles de casos en los cuales una pareja joven tiene relaciones sexuales y al resultar un embarazo de esta relación no tienen otra opción que contraer matrimonio para que el hombre "cumpla" con la mujer. De aquí provienen muchos matrimonios forzados que al corto tiempo aumentan los casos de infidelidad o que al separarse aumentan la tasa de divorcios.
La única opción posible para los solteros en este contexto y bajo este modelo genital de la sexualidad es la abstención o la autosatisfacción. Sin embargo, las conductas sexuales que procuran placer sin la posibilidad de procreación (masturbación, sexo oral o anal, sexo entre personas del mismo sexo), han sido tachadas de inmorales, pecaminosas, pervertidas por lo que son condenadas socialmente.
En Estados Unidos el sexo anal y oral fueron ilegales en diez estados de la unión americana hasta antes de 2,003, cuando la Suprema Corte invalidó las leyes que lo prohibían y dictaminara que el contacto sexual voluntario entre adultos está protegido por el derecho a la intimidad.
La generalización y difusión de un modelo genital de la sexualidad humana ha provocado que la mayoría de las personas piensan que sexo y coito son sinónimos, cuando hablan de sexualidad o escuchan hablar de sexualidad piensan que se está hablando de sexo. Su percepción de la sexualidad se reduce a pensar que la sexualidad es exclusivamente la penetración del pene en la vagina. Considerar que el coito es el verdadero sexo no hace sino perpetuar la idea de que el pene es la fuente primaria de satisfacción para la pareja y de que la respuesta erótica y el orgasmo deben ocurrir durante la penetración. Una concepción tan estrecha impone fuertes presiones al desempeño de hombres y mujeres además de que crea expectativas poco realistas del coito propiamente dicho.
La reducción de la sexualidad al modelo genital genera fuertes presiones al varón que durante toda su vida está condenado a estar listo con una fuerte erección en el momento pertinente, porque eso es el símbolo de su hombría y siempre debe desempeñar un papel activo en el acto sexual. Mientras que la mujer aparece en una situación de inferioridad, de sometimiento ya que el hombre "toma a la mujer y ella se entrega".
Con ello se fortalece el sistema cultural en el cual prevalece una doble moral sexual que incluye muchas libertades, oportunidades de desarrollo y diversión para el varón, mientras que para las mujeres continúa la discriminación, marginación y exclusión en diversos campos de la vida social.
De hecho la sociedad de consumo capitalista ha generado una enajenación de la que nos habla el filósofo polaco en su libro La alienación como fenómeno sexual, que consiste en la cosificación de las personas al ser tratadas como simples objetos y a la personificación de los objetos cuando las personas experimentan una incapacidad de sentir afecto por otras personas y canalizan su afectividad a ciertos objetos que son muy preciados para ellos.
El autor Michael Schneider en su libro Neurosis y lucha de clases nos habla algo más de la enajenación de la sexualidad al tocar el tema de las muñecas inflables de plástico que son adquiridas por cierto tipo de personas para tener sexo con este tipo de objetos sexuales, con lo que el ejercicio de la sexualidad muestra un alto grado de enajenación.
En este punto podríamos mencionar que la prostitución es la expresión de esta enajenación de la sexualidad cuando el cuerpo femenino (y también masculino) son reducidos a la condición de objetos materiales que pueden ser utilizados solo con fines placenteros sin importar la identidad de la persona que ocupa dichos cuerpos.
Todas estas distorsiones en la percepción de la sexualidad han contribuido a que el ejercicio de la sexualidad a fines del siglo pasado llegase a convertirse en un verdadero problema social, lo cual puede comprobarse al consultar las estadísticas de varios comportamientos sexuales que se han incrementado considerablemente. En base a lo anterior podemos comprender cómo es que hemos llegado al punto en el cual el ejercicio de la sexualidad contemporánea, lejos de ser una fuente de satisfacción y felicidad se ha transformado en fuente de infelicidad e insatisfacción permanente.
El siglo XXI nos alcanza con este clima de distorsión de la sexualidad que continúa reducida a sólo el acto del sexo ya que persiste la difusión de un modelo genital de la sexualidad que lleva a que toda persona sin excepción cuando se le habla de sexualidad, la primera idea que asocia es la del ayuntamiento de genitales.
El análisis histórico, transcultural e intracultural de la sexualidad nos muestra el impacto de las normas sociales en este campo y nos ayudan a entender la posición especial en el que nos hallamos en este día.
En la actualidad debemos aceptar la idea de que la salud sexual de un individuo o de una sociedad se enriquece con el conocimiento objetivo, la tolerancia, el respeto y la empatía frente a la diversidad de las identidades y expresiones sexuales que forman parte de la condición humana.
De esta manera llegamos a una primera conclusión en la cual podemos decir que en las sociedades primitivas existió una mayor tolerancia hacia la sexualidad, que la que existe en la actualidad. Sin embargo, en nuestra cultura, basada en limitaciones a la expresión de la sexualidad, los principios se infringen más de lo que se respetan, según demuestran investigaciones antropológicas, sociológicas y psicosociales.
Una segunda conclusión es que el origen de la actual doble moral de restricción sexual para la mujer y libertad sexual para el hombre, es una consecuencia del énfasis puesto en la sexualidad como reproducción, y del dominio de la mujer como vía de la reproducción, su asexualidad y fidelidad al hombre
Una tercera conclusión que podemos destacar es que la sexualidad es el punto donde lo personal es político. Lo personal y lo político (leyesnormas,políticas) se fusionan cuando se trata de la sexualidad.
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Por ello mismo es necesario conocer de manera científica la sexualidad y abordar su estudio en base a un enfoque integral que nos permita conocer las diferentes dimensiones de la misma. Empecemos entonces con una definición de lo que entendemos por sexualidad.

Concepto de sexualidad

Para comprender la sexualidad humana se debe partir del principio general que establece que la naturaleza humana es resultado de la integración de los aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Este conjunto de factores actúa recíprocamente a lo largo de toda la vida del individuo, de tal manera que la acción de cada uno de ellos se encuentra en interdependencia directa de los otros.
La sexualidad constituye entonces una dimensión fundamental del ser humano, influyendo decididamente en su formación y desarrollo, debido a que participa en la determinación de la estructuración de la personalidad y en las diversas relaciones que se establecen entre los individuos.
En base a esto puede definirse a la sexualidad como la expresión psicosocial de los individuos como seres sexuales en una sociedad y culturadeterminada. A continuación se describen los aspectos que conforman la sexualidad humana, considerando de antemano que es imposible separar al individuo en partes sin alterar su esencia, por lo que sólo con fines didácticos que permitan una mayor comprensión es que se hace la siguiente descripción.
a) Aspectos biológicos de la sexualidad
La sexualidad posee una base biológica universal que es el sexo, y se entiende por éste el conjunto de características anatómicas y fisiológicas que en la especie humana diferencian al hombre de la mujer y que, al complementarse, tienen en sí la potencialidad de la reproducción.
Desde el punto de vista evolutivo, los organismos primitivos se reproducen asexualmente, esto hace suponer que éstas fueron las primeras formas de reproducción. En el ser humano, la diferenciación sexual es un complejo proceso que ocurre a diferentes niveles y a diferentes tiempos en la vida prenatal y que sienta sus bases en un patrón cromosómico especial que fue establecido en el embrión durante la concepción.
Para lograr la reproducción es necesaria la participación de dos sexos, cada uno de los cuales aporta su dosis de células haploides: espermatozoide en el varón y el óvulo en la hembra, cada uno con 23 cromosomas, mismos que al unirse forman 46. Cada espermatozoide o gameto masculino porta un cromosoma sexual X o Y, mientras que el óvulo o gameto femenino contiene sólo el cromosoma sexual X. En el momento de la fecundación, si un espermatozoide con cromosoma Y fecunda al óvulo resultará un varón (XY), en tanto que la fecundación por un espermatozoide con cromosoma X, producirá una niña (XX).
Pero esta diferenciación cromosómica por sí sola no basta para definir el sexo del nuevo ser. A esta dotación genética sigue un largo y complejo proceso que diferenciará gónadas (glándulas sexuales) en ovarios o testículos y luego todo el aparato sexual tanto interno como externo. Después de la fecundación del óvulo, en los embriones que son genéticamente femeninos y masculinos, no existen indicaciones morfológicas del futuro sexo.
Alrededor de la sexta semana de la vida intrauterina, los embriones de cromosomas XY, es decir masculinos, empiezan a segregar andrógenos (hormona sexual masculina).Si en este momento decisivo aparece el andrógeno el embrión se diferenciará en un varón con genitales masculinos. Si no aparece la cantidad suficiente de andrógenos en el momento decisivo, el embrión se convertirá en una hembra con genitales femeninos.
Esto quiere decir que deben existir ciertas condiciones hormonales para que se desarrolle un varón o una mujer, aun cuando la fórmula del sexo cromosómico sea 46 XY o 46 XX respectivamente. Simultáneamente a la diferenciación que se desarrolla en los genitales, tanto internos como externos, la presencia o ausencia de testosterona en el período crítico de la gestación determina también las funciones del hipotálamo y la hipófisis.
Los órganos sexuales se dividen en dos: genitales y órganos reproductores; los genitales son externos y consisten en el pene y los testículos en el hombre y, en la vulva y la vagina en la mujer. Estos órganos están destinados al coito, los órganos reproductores son internos y tienen la función de almacenar y descargar el semen en el caso del hombre, y de albergar y alimentar al embrión en el caso de la mujer.
Terminado el proceso de diferenciación sexual, las estructuras genitales, femeninas o masculinas no sufren posteriores modificaciones, permaneciendo como tales hasta el momento del nacimiento.
b) Aspectos sociales de la sexualidad
Los seres humanos han vivido siempre en grupos sociales, donde satisfacen sus necesidades básicas y la sexualidad es una de ellas. Para lograr la convivencia social, la cultura a través de los valores, las normas, las creencias y las instituciones moldea el comportamiento de los miembros de la sociedad. Desde el momento del nacimiento se inicia un proceso de incorporación del individuo al medio social, mediante el proceso de socialización, éste está encaminado a que cada miembro del grupo haga suyos los elementos normativos establecidos para la convivencia. En este sentido, la sociedad presiona para que los individuos se comporten de una determinada manera, y que apartarse de lo establecido conlleva a que se le considere "anormal". Los individuos que se apartan de la norma sufren una fuerte presión social dirigida a controlar la conducta, sin embargo, no siempre hace falta recurrir a la anterior formalidad para sancionarlos.
Es importante destacar que en nuestra sociedad existe una clara división de funciones para el hombre y la mujer, hecho que da lugar a la formación de guiones sexuales bien diferenciados, incluso opuestos; aunque la incorporación de la mujer al proceso productivo, ha ocasionado cierta flexibilidad en los guiones. El hecho de pertenecer biológicamente a uno u otro sexo, no significa de ningún modo que la manera de comportarnos sexualmente vaya a estar determinada sólo por este hecho.
El comportarse como hombre o mujer va a depender de la forma que se internaliza la conceptualización que la cultura tenga al respecto. Los roles sexuales de varón y mujer, van a estar condicionados o sujetos a la concepción particular que cada sociedad tenga de ellos. Además, dentro de una misma sociedad, los roles sexuales presentan características específicas para cada etapa del desarrollo del individuo; y diversos niveles de exigencias en el cumplimiento de cada uno de ellos. Ahora bien, el proceso de enseñanza-aprendizaje de estos papeles se da en el interior de la familia. El núcleo familiar se presenta entonces como intermediario entre el individuo y la sociedad.
c) Aspectos psicológicos de la sexualidad
Este aspecto se puede resumir en la identidad sexual. La socialización le permite al ser humano estructurar su identidad, es decir, encontrar, durante el proceso de desarrollo, una forma individualizada de ser, sentir y pensar que lo hace único y original en su grupo. La identidad sexual comprende tres aspectos básicos que son: La identidad de género, el rol de género y la orientación sexual.
La identidad de género se refiere a la consciencia de pertenecer a un sexo determinado, es decir, sentir y pensar como hombre o como mujer. Entidad psicológica que se forma a partir de los mensajes explícitos o implícitos, verbales o no verbales, que se reciben del medio, dependiendo del sexo a que se pertenezca, y estrechamente relacionado con la imagen corporal.
Solamente en el caso de los transexuales se encuentra una identidad de género alterada, es decir, una persona que siente, piensa y actúa como lo hacen las personas del sexo complementario al suyo.
El rol de género se refiere al comportamiento del individuo que hace evidente a la sociedad y a sí mismo, el sexo al cual pertenece. Generalmente este comportamiento responde a la identidad de género y a los usos y costumbres del lugar y la época. Actualmente con la incorporación de la mujer al aparato productivo, se han presentado cambios en los roles sexuales. Las modificaciones sufridas en los mismos han orillado a los individuos a asumir funciones tradicionalmente atribuidas al sexo complementario, para enfrentarse a nuevas exigencias. Esto de ninguna manera altera ni afecta la identidad de género del individuo.
La orientación sexual se refiere a la atracción, al gusto o preferencia del sujeto para elegir compañero (del otro o del mismo sexo) en la relación coital, en lo afectivo y en la fantasía, que puede ser. La sociedad también condiciona y presiona al individuo para que su orientación sea heterosexual. Las causas que determinan la elección de la orientación sexual son quizá el aspecto más controvertido de la identidad sexual. Una posible explicación a esto podría encontrarse en la sobrevaloración que las sociedades han otorgado a la reproducción de la especie en las relaciones coitales.
Sin embargo es importante decir que la identidad de género y el rol de género no determinan necesariamente la orientación sexual ya que puede suceder que la orientación sexual se dirija a personas del mismo sexo.
Un factor que se encuentra íntimamente ligado a la orientación sexual es el erotismo, elemento que dirige su acción hacia la consecución del placer sexual. El contenido erótico se obtiene a través del proceso de desarrollo, en el que la persona hace suyos los elementos socioculturales que le permite elaborar un conjunto de estímulos sexuales afectivos para obtener el placer sexual. Sin negar que todo ser humano posee en su organismo las estructuras necesarias para obtener placer sexual, mas no poseen éstas el contenido erótico.
En resumen, los tres componentes de la identidad sexual generalmente funcionan con una coherencia tal que los sujetos son "varones y mujeres" que responden al estereotipo; sin embargo, si alguna de éstas no concuerda con las otras, el sujeto puede seguir funcionando adecuadamente si la presión social se lo permite. Precisamente esta es la lucha que se encuentran dando diversos colectivos de homosexuales y lesbianas que defienden su derecho a su orientación sexual ante una sociedad que los condena, margina y rechaza su orientación sexual sin aceptar que en el siglo XXI la diversidad sexual es un hecho consumado y parte de nuestros tiempos modernos.
La prueba de ello es la aprobación de matrimonios entre personas del mismo sexo en varios países del mundo, inclusive ya es un hecho consumado en la capital de México.
Con el conocimiento de un modelo integral de la sexualidad humana, podemos revertir los efectos nocivos que la difusión de un modelo de sexualidad reducido a su expresión genital nos ha provocado, sin embargo, es necesario conocer el proceso a través del cual la sexualidad forma parte intrínseca de nuestra personalidad psicosocial, por lo cual es conveniente conocer en detalle el proceso de desarrollo psicosexual que ocurre en cada una de nuestras etapas de desarrollo psicológico, por lo que a continuación se describen las características de este proceso.

El desarrollo psicosexual

A lo largo de su evolución, el ser humano construye sus actitudes y comportamientos sexuales, en función y como resultado de su ubicación en un determinado contexto histórico social. En este marco es indispensable ubicar el análisis del desarrollo psicosexual del individuo para comprender mejor sus actitudes y comportamientos sexuales en los diferentes momentos de su vida.
En su evolución psicosexual, el individuo crece en un marco de expectativas sociales, que varían según la edad y los medios que influyen para ejercer presión social para que responda a tales expectativas. Existen diferentes corrientes dentro de la Psicología, sin embargo existe un consenso en que los primeros años de vida son extremadamente importantes para la formación de la personalidad psicosocial, aun cuando hay divergencias acerca del carácter decisivo de las experiencias tempranas.
El proceso de socialización aumenta su acción socializante en esta etapa a través de la influencia de la familia y otras instancias socializantes como laescuela y los medios masivos de comunicación.

Sexualidad infantil: realidad y perspectivas

principios del siglo pasado los cambios en el desarrollo de la Psicología, al surgir la corriente psicoanalítica que planteaba la consideración de laconstitución psicosexual y las alteraciones de la vida sexual como causa principales de las enfermedades neuróticas, permitieron detectar lo que hasta ese entonces se negaba: los niños también tienen su propia sexualidad.
En ellos, la psicología de su sexualidad es algo tan natural que aparece en el niño desde que éste nace. La sexualidad es parte integrante de la personalidad psicosocial, misma que se construye y elabora a lo largo de la existencia del ser humano. En los primeros años de vida, el desarrollo psicosexual tiene sus primeras manifestaciones en las primeras semanas de vida. Las primeras experiencias del infante son las vivencias o no vivencias del placer, son ellas las que orientarán sus acciones e interacciones con el medio.
Sin embargo, sus experiencias de satisfacción y de privación lo llevaran poco a poco a establecer las distinciones necesarias para situarse en el mundo. Las exigencias sociales y la forma en cómo son impuestas, determinarán en gran parte la orientación y el desarrollo de su afectividad y de su sexualidad.
A través del proceso de socialización en la que el infante estructura su personalidad psicosocial, se internalizan las prohibiciones y las reglas determinadas inicialmente por los padres en función de su marco económico, social y cultural. En el terreno del desarrollo psicosexual es imprescindible acudir a las aportaciones que la corriente del psicoanálisis tuvo en el estudio de la sexualidad humana.
Las primeras manifestaciones sexuales tienden al autoerotismo, no se dirigen a un objeto exterior sino hacia el propio cuerpo en un autorreconocimiento, en virtud de que el propio cuerpo constituye una fuente de placer. Durante los primeros meses la boca y los labios son la zona privilegiada de placer.
En el curso de su desarrollo, las zonas de excitación que provocan cierto placer (sexual o no) son, después de la boca, la zona anal, y más tarde, los genitales. Hacia el octavo mes aparece el onanismo infantil, en forma de juego genital, intensificándose a fines del primer año. El juego genital del bebé no tiene el mismo significado psicológico que la masturbación, que surge más tarde en la pubertad.
Las culturas permisivas no ejercen represión hacia los niños por este acto, en cambio, en las culturas represivas, el niño es reprendido o castigado para eliminar la conducta considerada indeseable reprendiendo al infante que toca sus genitales en forma verbal o física enviándole el mensaje de que esa práctica no es aceptada socialmente. Esta última respuesta social es la que conduce al niño a seguir investigando para complementar su información sobre la sexualidad. Sin embargo, la internalización de la idea de que las actividades sexuales no son bien vistas por los adultos se va consolidando.
Uno de los aspectos importantes de las aportaciones del psicoanálisis consistió en su demostración de que es en la infancia cuando la sexualidad tiene sus primeras manifestaciones. El velo del olvido que oculta el recuerdo de las primeras experiencias ocurridas antes de los 7 u 8 años, tiene su origen en la represión sociocultural que inhibe el desarrollo psicosexual.
No obstante estas primeras impresiones infantiles dejan una profunda huella en el desarrollo psicológico de todo individuo. La amnesia de las primeras experiencias ocurridas en la infancia tienen cierta similitud con la amnesia que ocurre con los neuróticos con respecto a los sucesos que son reprimidos (exclusión de la consciencia). Existe una analogía que se evidencia por el hecho de que la sexualidad de los psiconeuróticos conserva la esencia infantil o retroceden hasta ella. En ese sentido, existe una relación entre la amnesia infantil con las emociones sexuales de la niñez.
A pesar de los años transcurridos después de estos descubrimientos, todavía en el siglo XXI persiste en algunos sectores de la sociedad latinoamericana la negación de la existencia de la sexualidad infantil y en consecuencia la represión de la misma. Los motivos que permiten seguir ocultando estos conocimientos a los niños y a reprimirlos en consecuencia, son debidos a una moral hipócrita que prevalece en la sociedad y a una idea distorsionada de sexualidad humana que procede de su reducción al modelo genital.
En el aspecto actitudinal, en lo referente a la sexualidad las actitudes siempre serán positivas o negativas. La actitud de los padres determina la actitud de los hijos hacia la sexualidad. En ese sentido se afirma que la educación sexual no empieza al nacer el niño, sino que comienza cuando nace el padre, en virtud de que la actitud del hijo es en gran parte una copia de la actitud del progenitor ya que los padres son los modelos de conducta de los hijos.
Esta concepción que considera a los infantes como seres asexuados es a todas luces errónea, pues la curiosidad infantil se centra en el conocimiento del sexo como algo novedoso, pero en ningún momento encierra alguna perversión o morbosidad. La morbosidad se encuentra en la mente de los adultos que reprimen las expresiones de sexualidad infantil.
La ausencia de comunicación entre padres e hijos dificulta el proceso de desarrollo psicológico, pues no le ayuda a despejar dudas.
El niño experimenta desde muy temprano los funciones psicológicas de la vida erótica (la ternura, los celos, etc.) y la combinación de estos estados psíquicos con sensaciones de excitación sexual, revela al infante la íntima relación de ambos fenómenos.
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La evasión a las preguntas infantiles referentes al sexo, así como la ambigüedad en sus respuestas no soluciona el problema, pues la curiosidad infantil es persistente y proseguirá por sí solo el niño hasta encontrar respuesta a sus inquietudes, por lo regular en fuentes que distorsionan la información y que, en consecuencia, contribuyen a falsear la imagen de la sexualidad humana a los ojos de todo infante. El ocultamiento sistemático y la evasión constante del tema generan en el investigador infantil el sentimiento de culpabilidad e imprime a la sexualidad el sello de lo prohibido y de lo repugnante, sensación y percepción que lo acompañarán durante toda su vida.
El vacío originado por una ausencia de educación sexual infantil se va superando poco a poco, en la medida que se reconoce la importancia de la sexualidad y del aprendizaje en la conducta sexual. Cada día es más claro que el comportamiento sexual incluye tres aspectos: las vivencias, las actitudes y la información. Las investigaciones cada vez más frecuentes sobre la sexualidad, describen la importancia de determinadas vivencias para el desarrollo de una vida heterosexual y afectiva apropiada. La necesidad del contacto físico entre la madre y el niño es una de estas vivencias reconocidas universalmente.
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Por ello, se reconoce que la educación sexual familiar debe contemplar la necesidad del fomento físico entre madre e hijo, así como los juegos infantiles mixtos en los cuales queden fuera toda actitud represiva o prohibitiva. En la educación sexual infantil, es necesario que primeramente se genere un cambio de actitud de los padres hacia la sexualidad, como un primer inicio para la educación sexual. En torno a la sexualidad infantil puede mencionarse como las actitudes para con el propio cuerpo condicionan la aceptación o rechazo de la sexualidad.
Con el surgimiento de la pubertad y la adolescencia se presentan los cambios físicos y psicológicos, provocando inseguridad en el individuo en proceso de cambios, que debe acomodarse a un cuerpo en transformación, a nuevos deseos, a nuevas pulsiones y capacidades físicas y las nuevas exigencias de un medio ambiente complejo. Es común hablar de una crisis de identidad en los adolescentes que ya no son niños pero todavía no son adultos. Los padres complican más este proceso al tratar en ocasiones como niños a los adolescentes y en otras ocasiones como adultos.
En esta etapa la expresión sexual es sólo uno de los componentes del proceso de desarrollo psicosocial. En la adolescencia, el cambio de significado de los órganos genitales constituye uno de los hechos más importantes; las emisiones nocturnas de esperma, atraen la atención de los jóvenes hacia esos órganos y sus funciones pero también aumentan su confusión ante el desconocimiento de lo que está sucediendo.
La joven debe adaptarse a un cuerpo que se transforma, en el cual surgen los senos como la señal más evidente del cambio, la maduración de sus órganos genitales no es visible y el gran acontecimiento biológico de la menstruación, que está asociado a la reproducción y no a su sexualidad. La ausencia de comunicación de los padres hace más difícil este descubrimiento.
En el curso de la adolescencia la identificación sexual se consolida y se establece la heterosexualidad, aunque no sin conflictos y ambivalencias. Las contradicciones entre los signos de desvalorización de la mujer en la sociedad y la apología del amor perturban a los adolescentes durante su desarrollo.

Sexualidad y adolescencia

La adolescencia es una etapa de transición de la infancia a la edad adulta, en la cual se da una revolución psicofisiológica que modifica la línea de pensamiento infantil para formar una nueva forma de pensar, modificando también los sentimientos, los afectos y las relaciones con los demás. El primer cambio que se da en los jóvenes es el aspecto físico, que les preocupa en gran medida y que puede ser fuente de conflictos. Se da más importancia al arreglo físico y a otras actividades que permitan llamar la atención. Mucho se ha hablado de facilitar a los jóvenes el acceso a la información científica relacionada con la sexualidad humana, sin embargo, poco o casi nada, se ha hecho en este sentido.
Por lo regular, los adolescentes se enfrentan a problemas muy concretos en el campo de su propia sexualidad, problemas que en la mayoría de las ocasiones no pueden resolver porque los elementos necesarios para resolverlos les han sido negados y ocultados, en virtud de que el tema de la sexualidad se sigue considerando como un tema tabú que provoca incomodidad hablar de ello y la curiosidad sexual infantil ha sido reprimida por lo regular, en forma violenta.
Los y las jóvenes adolescentes se enfrentan a la disyuntiva de experimentar la necesidad psicofisiológica de tener relaciones sexuales, estando aptos para la procreación, y la imposibilidad material y psicológica de cumplir con el requisito previo para ello: el matrimonio.
Como elementos complementarios se incluye una educación antisexual recibida en la infancia y la represión sexual imperante que continúa con mayor rigor en la adolescencia. A pesar de lo anterior, muchos padres de familia se preguntan cómo es que su hija ha quedado embarazada si "la habíamos educado tan bien, le dimos las mejores escuelas", o cómo es posible que el joven adolescente haya contraído una enfermedad venérea "si nosotros le dijimos todo lo que tenía qué saber". Es importante mencionar en este punto acerca de la necesidad de una estabilidad sexual entre los padres para servir como ejemplo para los hijos así como una comunicación que incluya la descripción oportuna de los cambios que se presentan en el desarrollo psicosexual.
Los cambios en las condiciones de vida (tecnológicos, económicos, sociológicos, antropológicos, etc.) han determinado cambios en las actitudes hacia la sexualidad y se observa una tendencia a que la madurez sexual aparezca más tempranamente.
El aprendizaje social que incluye lo sexual se obtiene por diferentes medios (familia, escuela, grupo de amigos, Iglesia, etc), destacando entre ellos el papel que juegan los medios masivos de difusión que proyectan en forma ininterrumpida modelos masculinos y femeninos para ser imitados por las masas de compradores potenciales de los productos que a través de los mismos promuevan.
En torno a los adolescentes se crea un cierto menosprecio, temor e inseguridad al considerar que la vida sexual es sólo para adultos, y la escasa información que se les proporciona se basa en aspectos biológicos de la sexualidad, con lo cual se brinda una "orientación sexual" limitada a la genitalidad o a los aspectos relacionados con la reproducción.
La sociedad exige del adolescente una castidad absoluta antes del matrimonio, condena tanto las relaciones sexuales como la masturbación, con ello, la continencia (abstención) sexual adquiere un carácter imprescindible para el desarrollo social, al afirmar que la continencia de los jóvenes es necesaria en interés de la actividad social y cultural, puesto que las relaciones sexuales del adolescente reducirían su capacidad de trabajo. Así, se presentan tres alternativas para ejercer la sexualidad en la juventud:
a) Continencia (abstención) b) Masturbación y c) Relaciones sexuales
La abstención sexual está ligada a la represión no sólo de las relaciones sexuales, sino también de las ideas sexuales, la cual es una condición necesaria para la continencia. Se asocia a la actividad sexual una serie de temores, sentimientos de culpa y sentimientos de desagrado que posibilitan la represión. La prohibición crónica de la sexualidad afecta de tal forma que la inhibición del placer se convierte en excitación genital desagradable, por lo cual se evita la sexualidad.
Por otro lado, la mayoría de las investigaciones demuestran que prácticamente todos los jóvenes se masturban. Ello plantea un nuevo problema: La masturbación cargada de conflictos, ¿no es más nociva que una vida sexual ordenada? El tema de la masturbación es otro de los temas tabú de la sexualidad humana, evidencia la capacidad de ésta de proporcionar placer y contradice el modelo de sexualidad que la restringe como fuente de reproducción. En torno a ella, se han erigido múltiples mitos y falacias:
a) Quien la practica con excesiva frecuencia se volverá impotente
b) Provocará la locura en quien la practica
c) Refleja inmadurez psicológica del ejecutante
d) Etc.
A pesar de que la masturbación es un tema muy discutido desde la antigüedad, la necesidad de discutir sobre la misma se incrementa cada día.
Aun cuando existe una aparente condena de la masturbación en la época bíblica existe también información documentada de que la misma constituyó una práctica aceptada en un sinnúmero de culturas y épocas.
Monografias.com
En la mayoría de los casos, las primeras informaciones que tiene un niño sobre la actitud de los padres (y de la sociedad) hacia la sexualidad, son transmitidas a través de las actitudes que estos adoptan ante las primeras experiencias corporales. Dentro de estas actitudes, la masturbación adquiere una importancia excesiva y se condena al que la practica por parte de muchísimas personas y lo que es más grave, por parte de un número grande de educadores y médicos que persisten en seguir creyendo y aconsejando que la masturbación es un terrible vicio.
La idea de que la masturbación provoca la locura, probablemente tuvo su origen en el hecho de que los emocionalmente perturbados con frecuencia se masturban desesperadamente en un esfuerzo por escapar de la realidad. El temor de la impotencia se basaba en la errónea creencia de que la provisión de semen era limitada y podía agotarse por medio de la masturbación. La mayoría de los individuos recurren a la masturbación solamente como un sustituto del coito cuando éste es imposible. Por ello, es muy común entre los solteros, aunque se presenta también ocasionalmente entre los casados en una frecuencia menor.
La masturbación en sí misma no es perjudicial, pero la atmósfera de angustia y el sentimiento de culpa, de violación de una norma, de cometer supuestamente un pecado producen en el individuo una situación de angustia que ciertamente puede en algunos casos perjudicar el equilibrio emocional y causar trastornos funcionales, coitales, en ambos sexos.
La masturbación es un fenómeno propio de la adolescencia que muchos descubren antes de llegar a la pubertad, que también es común en la edad adulta y que no es rara en la edad avanzada. La masturbación tiene un papel importante como alivio de la tensión sexual, y su contribución en la imagen que se tiene de sí mismo y de la identidad sexual. Permite al individuo familiarizarse con sus órganos sexuales y las sensaciones que éstos son capaces de producir.
En cuanto al tercer punto, las relaciones sexuales de los adolescentes, es necesario considerar que las relaciones sexuales constituyen uno de los aspectos fundamentales del conjunto de relaciones que los individuos de una sociedad determinada mantienen entre sí. Como el resto de los vínculos se fundamentan y determinan por la concepción que la persona tenga de la naturaleza, la sociedad y de ella misma.
Las relaciones sexuales se realizan en determinadas condiciones materiales de existencia, así como sobre principios, tradiciones y otros aspectos sociales en los que la educación ha jugado un papel determinante. En el caso de los adolescentes, para llegar a tener relaciones sexuales deben superar una gama de prohibiciones que han generado inhibiciones. La madurez biológica no es suficiente para ejercitar la sexualidad, pues para ella requiere de poseer una madurez psicológica que le permita desarrollar un sentido de responsabilidad sobre sus actos y además contar con la información suficiente sobre métodos anticonceptivos y sobre todo disminuir la dependencia hacia sus padres.
Entre los integrantes de la pareja es fundamental que existan intereses comunes, comprensión mutua, un vínculo afectivo y las perspectivas de una relación estable. Finalmente, es importante mencionar la necesidad de que los jóvenes interactúen entre sí en grupos mixtos, antes de entablar relaciones sexuales, en actividades deportivas, culturales, recreativas y productivas, para propiciar un conocimiento interpersonal previo.

Sexualidad y Juventud

En un momento como el presente, ubicado en una época cuya esencia se puede simbolizar en la palabra CAMBIO, y que se caracteriza por una serie de cambios de toda índole (económicos, políticos, jurídicos, sociológicos, antropológicos, psicológicos, etc.), que se presentan en forma discontinua e impredecible, el conocimiento de sí mismo es una labor ardua y difícil, que se complica aún más cuando la búsqueda del conocimiento se orienta hacia aspectos derivados del desarrollo psicosexual.
La juventud por su naturaleza es más proclive al cambio, en virtud de que se está cambiando constantemente en el terreno biopsicosocial. No sucede igual con los adultos, cuya personalidad mantiene un mayor arraigo en una serie de valores adquiridos a lo largo de su existencia, por lo que presentan más resistencia al cambio.
La juventud es considerada como la etapa del desarrollo psicológico en la cual se encuentran las bases para el desarrollo de la personalidad madura en la etapa adulta, que le permitirá consolidar la autoimagen adquirida en su pasaje por la adolescencia, y reformular sus relaciones con los demás, obteniendo parámetros en el aprendizaje adquirido en diferentes instancias socializantes (familia, escuela, iglesia, grupo de amigos, medios masivos de difusión, etc.).
De los diferentes grupos sociales a los que pertenecen los jóvenes de nuestro tiempo, destaca el grupo de amigos, como una instancia con un alto grado de influencia en esta etapa de desarrollo psicosocial, sobre todo en aquellos grupos juveniles de diez a veinte años de edad, que son considerados como grupos de pertenencia.
Estos grupos están constituidos por miembros que tienen relativamente la misma edad, la misma formación y los mismos intereses y que se agrupan al margen de las instituciones regulares: familia, escuela y mundo del trabajo. Estos grupos forman una subcultura propia, en el contexto de la gran cultura de los adultos. Por ello, se les considera como los únicos grupos naturales que nos pueden enseñar mucho sobre procesos de interacción social, en virtud de que en ellos se dan una serie de fenómenos que no existen en los grupos de laboratorio estudiados hasta ahora por la psicología social:
a) No hay una tarea común, determinada desde afuera, sino que se inventan actividades de acuerdo con sus necesidades.
b) Una de estas necesidades compartidas es encontrar una identidad fuera de la familia.
c) La motivación sexual es un factor capital para la formación y estructuración del grupo.
d) Hay una meta compartida: adquirir habilidades sociales en el trato con el otro sexo y con los adultos.
Por otro lado, los medios de difusión masiva, tales como la televisión, el radio, el cine, los impresos, en particular fotonovelas revistas e historietas, e internet, constituyen un canal de socialización de gran alcance. Este canal no es elitista, pues puede llegar a todos los estratos socioeconómicos, a todas las regiones, a todos los niveles de preparación y a todas las edades. En ello, radica su grado de influencia, en la ausencia de discriminación. En virtud de estar en el contexto de una sociedad orientada al consumo, el principal objetivo de este canal de socialización es precisamente estimular el consumo.
Para lograrlo, se valen de todo tipo de recursos, destacando entre ellos la despersonalización y el uso de la mujer y el hombre como objetos sexuales y de la sexualidad como gancho para promover el consumo de mercancías.
A través de los medios, internet y redes sociales los jóvenes entran en contacto con otras culturas y formas de comportamiento sexual, obtienen información (objetiva o distorsionada) sobre su propia cultura, retoman modelos de hombre o de mujer de acuerdo a estratos socioeconómicos y culturales predefinidos, reciben mensajes que dejan huella en todo individuo, conocen una sexualidad humana unida a la violencia, ternura, dinero, status, poder, etc. Todas estas contradicciones y muchas más se pueden observar en los medios de difusión.
http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales.shtml
En lo que se refiere a la sexualidad de los jóvenes, puede mencionarse que el proceso biológico, psicológico y social que llevan a un niño o niña a convertirse en hombre o mujer adulta, es largo y complejo. Está sujeta a las modalidades del tiempo y de los factores socioambientales. La pubertad comprende tanto los cambios de aspecto físico general como los de maduración sexual que traen como consecuencia el crecimiento y maduración de los órganos sexuales.
Aun cuando el término pubertad básicamente se refiere a los cambios biológicos, comprende también aspectos de la autoimagen y autoestima que contribuyen a desarrollar actitudes hacia sí mismo y hacia los demás dependiendo éstas del medio ambiente inmediato que rodea al adolescente. Diversos estudios destacan que la velocidad de maduración y crecimiento observables a través de la talla, el peso, la maduración corporal, etc., tiene estrecha relación con el medio socioeconómico, la alimentación, la cultura de los padres y del grupo humano en que se vive.
En ese sentido existen condiciones del medio ambiente que facilitan el desarrollo de la pubertad y la adolescencia. Un dato revelador es el surgimiento de la menarquía (primera menstruación), que se ha descubierto que ocurre más tempranamente cuando las condiciones económicas son favorables. Por otro lado, existen aspectos psicológicos que acompañan el proceso de desarrollo biológico. La curiosidad, el temor, vergüenza, angustia, la imagen y aceptación que tenga el adolescente de sí mismo será evaluada positiva o negativamente en proporción directa a la información, preparación y formación que tenga el púber respecto a estos cambios.
Juega un papel importante la educación general y la educación sexual recibida sobre todo en el ámbito familiar. Por ello, es importante tener presente que si se quiere que un individuo conozca y acepte su sexualidad, debe recibir previamente información sobre el proceso puberal, para darle tiempo de comprender, enfrentar, afirmar y variar lo que crea conveniente en el momento oportuno.
Por pubertad podemos entender el inicio corporal de la vida sexual y reproductiva, cambios que coinciden con el crecimiento y desarrollo morfológico total del individuo. Estos cambios desencadenan a su vez una serie de cambios conductuales.
Los límites de aparición de la pubertad se ubican a la edad de 9 años como "límite inferior" y a los 17 años como "límite superior". En cambio, la adolescencia es un proceso de adaptación que reviste formas variadas. En la adolescencia (período de transición entre la infancia y la edad adulta), el individuo necesita formar una identidad propia. Para lograrlo requiere de separarse emocionalmente de sus padres y poner en tela de juicio lo que antes aceptó sin réplica, es decir, las normas, valores, creencias y modelos familiares.
Etimológicamente el término adolescencia proviene del verbo latín adolescere que significa crecer. El adolescente es un ser humano completo y en consecuencia, si se desea comprender el proceso que vive se deben contemplar todos los factores que le afectan. Considerando los aspectos biológicos, psicológicos y sociales se puede definir a la adolescencia como una etapa de transición de la vida infantil a la vida adulta, durante la cual el joven busca las pautas de conducta que respondan al nuevo funcionamiento de su cuerpo, y a los requerimientos socioculturales de ese momento.
Un acto de distinción de la pubertad y la adolescencia se logra cuando se afirma: la pubertad es un acto de la naturaleza y la adolescencia es un acto del hombre. El objetivo principal de la adolescencia es lograr una identidad diferenciada y estable. La adolescencia consiste en romper la fusión e indiferenciación vivida en la infancia, para organizar otro tipo de relación en la que el mundo y el adolescente son distintos, pero estrechamente ligados.
La identidad podría resumirse en la formulación yo soy yo y debe definir claramente el no yo. En la adolescencia se presenta la crisis de identidad en la cual el individuo se pregunta entre otras cosas ¿quién es?, ¿cómo se percibe a sí mismo?, ¿cómo se proyecta el mundo?, ¿cómo lo percibe el mundo?, ¿qué quiere hacer en la vida?. La identidad con uno mismo (individual) tiene como base la identidad del otro (social). La identidad sexual, parte de la identidad general se forma en la infancia y entra en conflicto cuando el adolescente tiene qué abandonar el rol de niño o niña, para adoptar el de varón o mujer. El logro de identidad es ante todo una identidad sexual, por varios factores:
a) En nuestra cultura predomina la visión rígida y estereotipada de roles sexuales
b) El tipo de socialización que se da a los individuos es diferente según el sexo
c) La adolescencia se inicia con la pubertad incrementando en forma considerable el impulso sexual
d) En la adolescencia se adquiere la identidad sexual juvenil
Por todo lo anterior, el desarrollo psicológico va ligado estrechamente al desarrollo sexual, y en consecuencia, para estudiar al ser humano, hombre o mujer, es necesario estudiar su sexualidad.

A manera de conclusión

A estas alturas es evidente que la problemática social que se describió líneas atrás tiene como causa la ausencia de educación sexual en todos los niveles educativos y por la reducción de la sexualidad a únicamente su aspecto genital.
Los problemas sociales que observamos hoy en día relacionados con el ejercicio de la sexualidad (feminicidios, acoso sexual a las mujeres, embarazo en adolescentes, madres solteras, delitos sexuales, violencia hacia la mujer, incremento de divorcios, etc.), que la presentan como un verdadero problema social, podrían encontrar parte de su solución en la implementación de programas de educación en sexualidad humana que contribuyan a la generación de cambios de actitudes, de valores y de comportamientos en hombres y mujeres en el sentido de romper los rígidos roles sexuales asignados y de crear relaciones más igualitarias entre hombres y mujeres, pero sobre todo de crear una cultura de respeto en las relaciones interpersonales así como a la diversidad sexual que se vive en nuestra sociedad.
En México han existido diversos intentos para abordar la educación e investigación en sexualidad humana. Distintos grupos e instituciones privadas y públicas han tratado de integrar la enseñanza de la sexualidad en diferentes ámbitos. Sin embargo, estos esfuerzos no han contado con el apoyo, la preparación y la voluntad política para implantar el estudio de la sexualidad en el currículum de los diferentes niveles educativos, en forma permanente y continua.
En los hechos, se observan intentos aislados que no conforman una estrategia real dirigida a la población en sus aspectos relacionados con la salud y la educación y que por tanto, no responden a esa demanda social que plantea un ejercicio problemático de la sexualidad contemporánea.
Si bien es cierto que en nuestro país se han dado múltiples intentos por estudiar la sexualidad humana, también lo es el hecho de que, por diversas causas asociadas unas a limitantes económicas o a la carencia de personal profesional debidamente preparado, ha sido poco lo que se ha logrado conseguir en términos de productos concretos de investigación y educación en sexualidad humana.
Como consecuencia de lo anterior, el tópico de la sexualidad se sigue viendo más como un agregado secundario o colateral en la preparación profesional de especialistas de la salud, la educación o de la intervención social en general, en lugar de ser considerado como un problema social que reclama atención prioritaria, por lo que las estadísticas siguen aumentando en la medida que los problemas mencionados siguen creciendo.
Baste con señalar al respecto que, en publicaciones periódicas de índole académica, de divulgación o libros, no se cuenta con una producción constante y de calidad sobre el tema genérico de la sexualidad.
Implícitamente ello ha contribuido a importar modelos conceptuales o de investigación de otros países a fin de dar cuenta de nuestra sexualidad, sin reparar en la singularidad de las características de la realidad sociocultural. Esto provoca que los profesionales interesados en este campo recurran a la autoenseñanza y a informarse en cursos, talleres e investigaciones diversas para obtener los elementos básicos que les permitan ofrecer una orientación sexual a la comunidad y en consecuencia a brindar respuestas aisladas de solución a los efectos de esta problemática psicosocial a través de cursos, seminarios, talleres, consulta psicológica, etc.
En lo personal he sido testigo del "milagro" que provoca la educación en sexualidad humana, a través de los cursos y talleres de educación en sexualidad que he impartido durante vario años, he constatado como los participantes de los mismos (por lo regular jóvenes universitarios) han desarrollado grandes cambios en su comportamiento derivados de los cambios producidos en sus valores y actitudes al participar en sesiones estructuradas de aprendizaje basadas en el método de aprendizaje vivencial.
Inician los cursos de educación en sexualidad con una actitud que revela temores, confusión e inseguridad, pero cuando los cursos terminan, salen con una actitud más relajada, con un mayor autoconocimiento de sí mismos que les brinda mayor seguridad interna, mayor autocontrol, con acceso a información científica y sobre todo con una actitud de respeto a las demás personas, sin importar su condición económica, nivel educativo u orientación sexual.
En base a mi experiencia puedo decir entonces que para generar cambios en el comportamiento que es la finalidad de todo aprendizaje, se requiere el método de trabajo en grupos, utilizando la dinámica de grupos. No es suficiente con impartir conferencias y proporcionar material con brindar información escrita, es necesario crear las condiciones para que se genere un aprendizaje vivencial y esto solo lo puede proporcionar la metodologíaderivada de la dinámica de grupos.

La formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta integral

En virtud de que el ejercicio de la sexualidad humana se proyecta como un claro problema social que afecta a todo individuo sin excepción, es indispensable la implementación de una estrategia que asegure un campo de acción amplio. Hasta el momento la investigación, educación y la terapia de la sexualidad se ha desarrollado incipientemente con esfuerzos aislados de profesionales de la Psicología, Medicina, Psiquiatría y Pedagogía, los cuales se han avocado a trabajar con esfuerzos aislados cubriendo un mínimo porcentaje de la población a través de eventos educativos de corta duración tales como talleres, cursos, seminarios, etc, y/o con consultas individuales y de carácter privado.
Las instituciones gubernamentales de los tres niveles relacionadas con la salud y educación deben incorporar profesionales y programas de educación en sexualidad humana.
Dentro de estos profesionales destaca el Psicólogo como científico social, pues tiene el potencial para desarrollar una intervención más amplia que tenga una cobertura social mayor que la que en forma individual puede desarrollar en el campo de la sexualidad. Como profesional del comportamiento humano se diferencia de otros científicos sociales en la medida que puede desarrollar diferentes niveles de intervención psicosocial, mismos que a continuación se mencionan.
a) El análisis del individuo. Con el uso de las herramientas de las teorías de la personalidad, del aprendizaje, de la percepción y de la motivación para entender las diferencias individuales y las causas del comportamiento de los individuos.
b) El análisis del grupo. Con el apoyo de la teoría de grupos para entender la dinámica que impulsa el comportamiento de los grupos sociales, tanto formales como informales y poder impulsar cambios planeados en el funcionamiento de los mismos aprovechando la interinfluencia existente en los grupos sociales. Pero sobre todo utilizando técnicas grupales de integración, sensibilización y enseñanza-aprendizaje.
c) El análisis de la organización. Con el uso de la teoría de la organización se puede describir no sólo las causas y tendencias del comportamiento humano en el trabajo, sino también comprender la influencia de la estructura organizacional en la dinámica interna y externa de cada organización. Considerando que la sociedad moderna basa su funcionamiento en la existencia de un sinnúmero de organizaciones formales se puede realizar intervenciones en las mismas promoviendo programas de educación en sexualidad humana.
d) El análisis de la institución. Puede abordar el análisis de las instituciones bajo una perspectiva crítica que permita evaluar su funcionamiento en términos tales que ubique su capacidad de morfogénesis en la tendencia vigorizante de la dinámica social que caracteriza los tiempos actuales como tiempos de cambios sociales profundos. Las instituciones tales como la familia, la escuela, la Iglesia, los partidos políticos, los hospitales, las instituciones psiquiátricas, etc. Son susceptibles de recibir intervenciones psicológicas con fines de educación en sexualidad humana.
e) El análisis de la sociedad. Desde la perspectiva de la Psicología Social, se puede contextualizar el tema de la sexualidad, como una actividad humana regida por los continuos cambios en la atmósfera sociocultural de la humanidad que le inyectan un dinamismo inusitado, caracterizado por cambios sociales que se presentan en forma discontinua e impredecible.
Con todo lo anterior, el Psicólogo social se proyecta como un profesional completo que no debe limitarse a atender aspectos aislados de la sexualidad humana, sino que debe ir más allá y atacar las causas que originan la problemática psicosexual que afecta a la población social y que se refleja en diversas estadísticas.
Es decir, el Psicólogo debe planear e implementar una estrategia acorde a los tiempos actuales considerando que ante la dinámica social actual caracterizada por cambios discontinuos e impredecibles que plantean retos nuevos y generan incertidumbre ante el porvenir y en el proceso de toma de decisiones, la clave del éxito en los tiempos actuales está en el éxito en los tiempos actuales es el desarrollo de la capacidad para ajustarnos a las condiciones cambiantes, experimentando y desarrollando nuevos comportamientos.
Los retos sociales exigen hoy en día respuestas inter y multidisciplinarias, en el desarrollo de estas respuestas en el campo de la sexualidad, el Psicólogo es uno de los profesionales que más elementos pueden aportar en la integración de equipos de trabajo multidisciplinarios que actúen coordinadamente para atender las verdaderas causas sociales que originan los delitos sexuales, los casos de abortos inducidos, el embarazo en las adolescentes, los casos de sida, etc. y sobre todo atender en mejor medida los efectos psicosociales de cada uno de estos problemas mencionados.
El reto es grande ya que el común denominador de los problemas mencionados es la necesidad de brindar educación en sexualidad humana a todos los individuos, grupos, organizaciones y comunidades sin excepción, y en este proceso el Psicólogo tiene mucho que aportar, todo depende de que se formalice la demanda de recibir educación en sexualidad humana y que se concretice la respuesta a la misma en forma organizada y pertinente.
Finalmente quiero decir que la lucha por la construcción de un mundo donde prevalezca la democracia, la igualdad y la justicia social requiere necesariamente de la implementación de programas de educación en sexualidad humana que modifiquen los roles sexuales estereotipados que todavía prevalecen en pleno siglo XXI y que fomenten una cultura de respeto entre el hombre y la mujer así como a a las expresiones diferentes que nos presenta la diversidad sexual que existe hoy en nuestros días.

Referencias

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La revolución sexual La nueva esclavitud
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Los feminicidios de Ciudad Juárez
Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado. de Rita Laura Segato
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Seguirán en aumento embarazos adolescentes en México: Conapo
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El polémico vídeo pro aborto con alto contenido sexual que Youtube censuró
http://www.larepublica.es/2014/01/el-polemico-video-pro-aborto-con-alto-contenido-sexual-que-youtube-censuro/
INFORME THE NEW YORK TIMES IGUALES Y ASEXUADOS CONFLICTOS DE LA PAREJA MODERNA
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LA VIOLENCIA MACHISTA SOBREVIVE EN LOS JÓVENES ¿POR QUÉ?
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Mujer y cuerpo bajo control
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¿Y si me permites caminar tranquila?
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Eros y civilización
Alianza Editorial
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Estudios avanzados sobre la masturbación y otros estudios de sexualidad infantil.
Ed. Paidós. Bs. As. Argentina
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La lucha sexual de los jóvenes
Editorial Roca, S.A.
Michael Schneider
Neurosis y lucha de clases
Siglo XXI editores
Adam Schaff
La alienación como fenómeno social