follow me

miércoles, 20 de mayo de 2020


¿Qué significa ser psicólogo?
Oscar Yescas Domínguez
Escrito en el 2,014 y actualizado el 20 de mayo del 2,020

¿Qué significa ser psicólogo?
Responder a esta pregunta después de 40 años de ejercer esta profesión y 33 de laborar como profesor universitario de Psicología, no debería representar dificultad alguna para alguien como yo. Pero sucede que la realidad social está cambiando constantemente, y con ella cambia también el “objeto de estudio” que es el comportamiento humano y en consecuencia debe cambiar la percepción de lo que es esta disciplina. Pero lamentablemente, lo que no cambia es el paradigma de la enseñanza de la Psicología académica que se enseña en las universidades, ya que persiste en visualizar una Psicología que se centra sólo en el individuo, percibiéndolo como un sujeto pasivo, ignorando el entorno social y la interinfluencia que existe entre el individuo y la sociedad. La sociedad se transforma con la cauda de cambios sociales que hemos venido padeciendo desde hace décadas, estos cambios sociales afectan al individuo que se encuentra dentro de ella abandonando su pasividad y asumir un rol como sujeto activo, por lo que también debe cambiar el rol del  profesional de la Psicología, que posee el conocimiento científico y debe abandonar el de experto que determina lo que debe cambiar y lo que debe permanecer igual.
La irrupción de los cambios sociales obligan a la construcción de nuevos paradigmas en la intervención psicológica y desde fines del siglo pasado se ha observado en Latinoamérica el surgimiento de un horizonte de movimientos emancipatorios que en su conjunto, constituyen una revolución paradigmática en el campo de las ciencias sociales en general y de la Psicología en particular.
    En este horizonte emancipatorio resalta el surgimiento de la Psicología Comunitaria latinoamericana que retoma aportes de la teología de la liberación representado por el sacerdote colombiano Camilo Torres Restrepo, de la Pedagogía de la liberación liderada por Paulo Freire de Brasil, de la Psicología de la Liberación representada por el sacerdote Psicólogo social Ignacio Martín-Baro, del movimiento de la antipsiquiatria impulsado por el Psiquiatra italiano Franco Basaglia, etc.
Esta revolución paradigmática implicó una serie de cambios en la intervención psicológica, dejando a un lado la Psicología enfocada sólo en el individuo, dejando de ver como sujeto pasivo a las personas con las que el Psicólogo interactuaba y empezar a verlo como sujeto histórico que construye la realidad social a través de su participación social, basados ambos en una relación de respeto mutuo y de tipo horizontal.
Este cambio de percepción en el campo de la Psicología, ayudó a superar la idea de que el Psicólogo es el experto y quien posee el conocimiento científico y empezó a crear una actitud de humildad en el psicólogo, que se ve orillado a mostrar una disposición a aprender del conocimiento empírico que poseen los habitantes de nuestras comunidades para estar en condiciones que permitan crear un conocimiento ideal que es la fusión del conocimiento científico y el conocimiento empírico.
Olvidarse de la intervención centrada en el individuo y proceder a la intervención grupal, estimulando la participación de individuos que integran grupos formales y pertenecen a comunidades, para  discutir los problemas que les afectan, construir un sentimiento de pertenencia a las comunidades de origen, percibirse a sí mismos como sujetos históricos que comparten un espacio geográfico y temporal y construir una identidad como agentes de cambio social, son las nuevas metas que debe perseguir una Psicología socialmente sensible.
   Es por estas razones que en Psicoterapia se muestra cada vez de manera más evidente, la necesidad de pasar de la psicoterapia individual a la psicoterapia grupal. La importancia de la intervención grupal en la terapia, es algo que descubrieron los Psiquiatras en los hospitales psiquiátricos en la década de los setentas.
Es por estas razones que se debe incluir en el diseño de la intervención psicológica a los integrantes de las comunidades ya que serán ellos quienes determinarán el tipo de cambios que deben realizar para solucionar sus problemas, implementar las estrategias de acción que consideren más pertinentes y sobre todo, ellos serán quienes evalúen en forma grupal el aprendizaje y logros obtenidos.
Todos estos planteamientos los aprendí en la teoría y en la práctica en mis 33 años de enseñanza de la Psicología, que fueron en realidad 33 años de un proceso permanente de aprendizaje para mí al grado porque logré formarme como experto en los temas que manejé en mis seminarios durante más de tres décadas.
Por eso digo que aún con todo lo anterior, responder a la pregunta ¿Qué significa ser un Psicólogo? No es una tarea fácil, porque mientras más conocimientos tengo, mas claro veo la necesidad de rebasar los límites que nos impone el quedarnos en el marco de nuestra propia disciplina para no caer dento del reduccionismo científico que es el psicologismo que intenta explicar el comportamiento humano sólo a la luz de las teorías psicológicas.
 Las lecturas que he hecho en los últimos años ya no son de Psicología, me he dejado llevar por el “complejo de Cristóbal Colón” descrito por Zygmunt Bauman en su libro Ceguera moral cundo afirma que los investigadores sociales llegan a un momento en el que dejan los campos de su disciplina para buscar en los jardines de otras disciplinas el conocimiento que les falta para comprender mejor a su objeto de estudio.
Mi objeto de estudio como Psicólogo social, hace mucho que dejó de ser el comportamiento humano como tal, me he centrado en intentar comprender la realidad social que determina el comportamiento de los individuos, grupos, organizaciones y comunidades contemporáneas.
Esta tarea no la puedo lograr utilizando sólo las herramientas teóricas y prácticas de la Psicología, por eso me he sumergido en las profundas aguas de la Filosofía leyendo a Zygmunt Bauman, Cornelius Castoriadis, de la Sociología de nuevo leyendo a Zygmunt Bauman, Pierre Bourdieu, Alan Touraine, Manuel Castells de la Pedagogía (sobre todo de la Pedagogía crítica de Peter McLaren y Henry Giroux), de la Comunicación con, etc. Por eso, mientras más leo, sé que no sé nada como dijera el antiguo filósofo griego Sócrates, porque me doy cuenta de lo mucho que ignoro si me quedo con el uso limitado de las teorías psicológicas y he llegado a la conclusión de que nadie puede decir que lo sabe todo, porque es algo imposible. La humildad es la principal característica del sabio y lo debe ser de todo científico que se precie de serlo.
Comprender y describir la realidad es un largo camino porque la realidad es cambiante, llevamos décadas de cambios constantes, hoy en día vivimos bajo un tsunami de información sobre acontecimientos diarios, lo que nos obliga a utilizar un enfoque transdiciplinario y sistémico en nuestra labor de investigación científica.
Aún con las consideraciones anteriores creo que la profesión de la Psicología es una de las más importantes de las ciencias sociales, que me perdonen los compañeros académicos de otras disciplinas, pero este es mi pensamiento. No solo voy a hacer tan temeraria afirmación que quizá provoque malestar en algunas personas, porque de una u otra forma, todos partimos de un etnocentrismo y a veces caemos en un reduccionismo científico, sino que intentaré argumentar a favor de tal aseveración.
Digo que UNA de las más importantes, no que es LA más importante (aun cuando en mi interior mi ego tienda a pensar que es la más importante, pero no deseo polemizar porque es un razonamiento subjetivo).
Considero que la psicología es una disciplina integrante del conjunto de ciencias sociales, ciencia que nos permite comprender la interrelación que existe entre el individuo y la sociedad, es decir, nos permite entender cómo la sociedad influye en el individuo y a la inversa. Parto desde la perspectiva de la Psicología social y bajo la consideración de lo que decía Sigmund Freud hace más de 100 años: “La Psicología es desde un principio y hasta el final, una Psicología social”.
La comprensión de la interinfluencia existente entre el individuo y la sociedad la podremos lograr al ubicar tres diferentes niveles de análisis, iniciando con la Psicología del individuo que utiliza las teorías psicológicas que estudian el comportamiento individual, tales como las teorías de la personalidad, las teorías de la motivación, las teorías del aprendizaje, las teorías de la percepción, las teorías de actitudes, etc.
En un siguiente nivel podemos observar más allá del individuo, al considerar que todas las personas somos parte integrante de diferentes grupos simultáneamente y analizar la interinfluencia individuo-grupo, cuando el grupo determina al individuo y el individuo determina a grupo. En este nivel utilizamos las herramientas que nos proporciona la psicología de los grupos tales como la dinámica de grupos, estudios sobre influencia social, persuasión social, obediencia social, liderazgo, etc.
En un nivel más elevado que es el análisis organizacional estudiamos el impacto que las organizaciones tienen en el comportamiento individual, grupal y comunitario, partiendo de la premisa de la Psicología social francesa representada por René Lourau y Georges Lappasade que describen a las organizaciones como grupos de grupos. retomando las aportaciones de la Psicología Organizacional que utiliza conceptos como sociedad organizacional, la era de las organizaciones, cultura organizacional, clima organizacional, cambio organizacional, etc.
Video Introducción a la Psicología de las organizaciones
https://www.youtube.com/watch?v=5JmYuZ3EYIk
En un nivel superior podemos entender y explicar el comportamiento de una comunidad entera al retomar las aportaciones de la
psicología comunitaria, sobre todo la psicología de la liberación latinoamericana que es totalmente diferente a la Psicología comunitaria proveniente de Estados unidos.
Podría seguir diciendo mas beneficios que nos proporciona el estudio de la psicología, pero deseo centrarme en la pregunta que puse como título de estas reflexiones que escribo a nivel de soliloquio.
Para mí, ser psicólogo implica experimentar un gran orgullo por ser parte de una comunidad científica que tiene acceso a un enorme arsenal teórico, metodológico y técnico que nos permite contribuir a lograr un cambio individual, grupal organizacional y social.
Al mismo tiempo genera en mí una gran responsabilidad porque cualquier cosa que haga o diga, no se retomará como la acción o expresión verbal de cualquier persona, sino que se retomará como lo hecho y dicho por un psicólogo.
También siento una gran responsabilidad social, la primer respuesta que tenía cuando me preguntaban hace cuatro décadas porqué decidí estudiar Psicología era “para ayudar a los demás”. Obviamente de manera implícita estaba la intención de ayudarme a mí mismo antes de ayudar a los demás.

La Psicología es y será siempre una disciplina de ayuda para que las personas logren un auotoconocimiento, una autoaceptación y equilibrio emocional que les de una paz interior. Pero al mismo tiempo, la Psicología debe ayudar a que las personas se reconozcan a sí mismos como individuos sociales que pertenecen a varios grupos. La Psicología ayuda también a que los grupos se integren y funcionen en armonía a través de un liderazgo autodirigido, distribuido y compartido. Esa intención de “ayudara los demás” que me motivó a estudiar Psicología en mi lejana juventud permanece dentro de mí y se ha intensificado en la medida que se ha agudizado la crisis social que se vive a nivel mundial, en un momento histórico caracterizado por el derrumbe del Estado Nación por la irrupción del poder corporativo que ha generado un divorcio entre la política y el poder, en momentos en los que la globalización ha aumentado la desigualdad social a nivel mundial en niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad.
Lamentablemente en la Psicología que se enseña en las universidades se observa una tendencia a abandonar esta noble expectativa de formarse como profesional de la Psicología “para ayudar a los demás” y sustituirla por la formación de investigadores especializados en la conducta, tan especializados como lo dice el Psicólogo argentino Rodolfo Bohoslavsky: “el especialista no es más que un ilustre enajenado”, podrá saber mucho de un campo particular de la Psicología, pero si ignora lo que está pasando en la realidad, no saldrá de su enajenación.
Como decía Ignacio Martín-Baró sacerdote jesuita Psicólogo social y docente de la Universidad Centroamericana de El Salvador José Simeón Cañas (UCA), los Psicólogos latinoamericanos necesitan “un baño de realidad social” para ejercer su profesión. Poco después de decir eso fue asesinado en 1989, por un grupo de élite militar que ingresó a las instalaciones de esa universidad y acribillaron con sus armas a cuatro sacerdotes jesuitas por realizar trabajo comunitario organizando a los pobres en la defensa de sus derechos humanos.
Todo lo anterior nos obliga a los profesionales de la Psicología a construir una nueva Psicología, más sensible a las necesidades de la mayoría de integrantes de nuestra sociedad que son la inmensa cantidad de personas que viven en pobreza extrema y a los trabajadores y familias que sufren de explotación laboral por parte de un sistema social que prioriza la maximización de las ganancias por encima del bienestar social de la población y sus comunidades.
Necesitamos psicólogos socialmente sensibles y comprometidos con las comunidades, que actúen como agentes de cambio social y contribuyan a lograr el empoderamiento social de los individuos, de los grupos, de las organizaciones y de nuestras comunidades para que inicien un proceso de mejoramiento continuo, autoevaluándose, autodiagnosticándose y reforzando su potencial humano, para actuar en forma organizada y colectiva en la transformación de nuestra sociedad, en el cambio social que demandan de manera implícita millones de personas en el mundo entero que están sumidos en un sufrimiento colectivo en el marco del neoliberalismo.
Sé que yo solo no voy a cambiar el mundo, pero también sé que a través de mi práctica profesional puedo hacer la diferencia y creo que contribuí a la formación de centenares de agentes de cambio social durante los años que trabajé como profesor universitario de Psicología, ya que no soy un psicólogo más, sino que con mi práctica docente y académica durante 33 años contribuí a la formación de Psicólogos con compromiso social.
Por eso utilizo mucho el pensamiento previo a la acción, es decir, pienso antes de decir algo, pienso antes de hacer algo y sobre todo pienso antes de escribir algo. Este hábito me ha permitido desarrollar una facilidad para comunicarme en cualquier forma y sobre todo generar una producción de material escrito que es la envidia de muchos, escribiendo artículos, publicándolos en mi blog personal para hacerlos accesibles a todo tipo de público.
A través de mis escritos intento llegar a un público más amplio que rebase el ámbito universitario y sobre todo de los estudiosos de Psicología. Por eso escribo como lo hago, utilizando un estilo de redacción comprensible para cualquier persona que sepa leer. He evitado publicar en revistas especializadas de Psicología que nadie lee o que son de autoconsumo, no me interesa la propiedad privada no busco lucrar con mis artículos, como dije tengo un fuerte compromiso social, no en balde me formé como Psicólogo social, teniendo como maestros a Psicólogos sociales que llegaron a México en calidad de refugiados políticos huyendo de la represión de sus países por tener un fuerte compromiso social.
Para terminar quiero decir que ser psicólogo para mí es realizar una actividad que me provoca mucha satisfacción, un gran placer por la que lo hago con gusto pues contribuyo a elevar el nivel de calidad de vida de individuos, grupos, organizaciones y comunidades ya que en mis 33 años que trabajé como maestro universitario de psicología he contribuido a la formación de miles de Psicólogos.
En conclusión ser Psicólogo para mí es la concreción y actualización permanente de una meta que me tracé hace 46 años, cuando a los 18 años de edad tomé la decisión de estudiar Psicología. Hoy en el día del Psicólogo, me congratulo a mí mismo por haber hecho esta elección y felicito a todos aquellos hombres y mujeres que abrazaron esta profesión y envío un cordial saludo a todos aquellos que se encuentran estudiando esta noble profesión
Finalmente, les invito a construir una nueva Psicología que responda a los requerimientos de nuestra sociedad actual, una sociedad inmersa en un grave crisis social que afecta a millones de personas, una Psicología que sea socialmente sensible y asimismo, les invito a construir una identidad como agentes de cambio social, para contribuir a la transformación de esta realidad social de tal forma que prevalezca la democracia, la justicia y la igualdad social que nos permitan lograr bienestar social de la población.

Yescas, Oscar: Intervención psicológica en grupos sociales. Agosto 2,012
Yescas, Oscar: Introducción a la Psicología de las Organizaciones agosto 2,016
Video Introducción a la Psicología de las organizaciones

Yescas, Oscar: Introducción a la Psicología Comunitaria Latinoamericana octubre 2,016
Yescas, Oscar: Por una Psicología socialmente sensible. Noviembre 2,017
Yescas, Oscar El agente de cambio social Enero 2,019

3 comentarios:

  1. Ya hace algunos años, por lo que leí,, que escribiste esto,,y "suena" muy actual, felicitaciones por seguir tu vocación con tanto esmero, por el día del Psicólogo, (perdón, pero apenas lo leí hoy) y felicitaciones para mi,por, gozar de la fortuna de ser tu amigo,gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias querido Peter, el honor es mutuo. Te envío abrazo grande¡

      Eliminar
  2. Muy actual, ese eres y siempre has sido así, comprometido con ser agente de cambio social, yo te sigo, tus análisis reflejan nuestra realidad, guste o no, es la realidad. Adelante

    ResponderEliminar

coloca tu nombre y correo electronico antes de comentar gracias