Apostemos por el cambio
social en México
Oscar Yescas Domínguez
Fecha de publicación: 31/dic/2,016
En
mi labor como profesor universitario, en ocasiones utilizo una técnica de
rompehielos y de incentivación a la participación que consiste en pedirles a
mis alumnos que me comenten algo extraordinario que les haya sucedido antes de
llegar al salón de clase. Algunos refieren anécdotas interesantes y muy
divertidas, tomemos en cuenta que el promedio de edad de mis estudiantes es de
20 años. Pero sucede por lo regular que la gran mayoría de estudiantes comenta
que no sucedió nada extraordinario en sus vidas en ese día y que todo estaba
dentro de los parámetros de la normalidad en sus vidas cotidianas.
Mi
respuesta para estos últimos les sorprende, les digo que lo más extraordinario
que les ha sucedido es que despertaron ese día con vida, con salud, con un cuerpo funcionando al 100 por ciento, con una
energía propia de la juventud, en síntesis amanecieron con vida el día de hoy.
Lamentablemente
nuestras vidas actuales están sujetas a la dinámica de producción y consumo,
bajo un determinismo económico que funciona promoviendo la desigualdad social.
Pero el hecho de estar con vida nos da la oportunidad de tomar consciencia de que somos seres
cambiantes, que vivimos una época de cambios sociales discontinuos e
impredecibles que nos afectan, pero a los cuales podríamos responder de mejor
forma si diseñamos e implementamos cambios en nuestras formas de pensar, sentir y actuar,
no solo para llegar a ser mejores personas, sino también para lograr una
transformación social.
Les
recuerdo que el aprendizaje es concebido por la Psicología como “el cambio
relativamente permanente de una o varias personas, después de que atraviesan
por una serie de experiencias vivenciales”.
Les
digo también que podemos retomar aquella aseveración que nos dicen acerca de
que los mexicanos no podemos negar nuestro origen mestizo ya que traemos
pintado un nopal en la frente y cambiar el nopal por la C de la palabra cambio,
ya que somos seres cambiantes, que estamos en constante proceso de
transformación, física, psicológica y socialmente.
No
quisiera sonar como orador motivacional barato, pero en verdad creo que todos
podemos retomar el control de nuestras vidas y lograr cambios en la misma en un
sentido que nos beneficie. Cada uno de los 365 días del año representan
oportunidades para cambiar y el hecho de estar cambiando constantemente nos da
la oportunidad de tomar el timón y dirigir los cambios.
Considerando
lo anterior quisiera emitir algunas reflexiones en voz alta. En un día como
hoy, el último día del año 2,016, se nos presenta la gran oportunidad de
reflexionar sobre lo que hemos hecho durante los 364 días anteriores y hacer un
balance que nos permita determinar si fue un año positivo o no.
Imposible
reducir todos los acontecimientos de un año en unas cuantas líneas, pero puede
decirse en general, que este año 2,016 presentó una agudización de la crisis
económica, política y social que afecta al pueblo mexicano y con ello un incremento
en el sufrimiento de la población.
Destaca
grandemente que 2,016 es considerado por las propias autoridades como el año
más violento del sexenio de Enrique Peña Nieto ya que inclusive, sin contar con
los datos del mes de diciembre, el Sistema Nacional de Seguridad Pública de
Gobernación contabilizó del mes de enero a noviembre de este año 20,858
homicidios dolosos. Sí, leyeron bien la cifra. Son los resultados de la guerra
contra las drogas.
¿En
qué país del mundo suceden tantos asesinatos? Solo en México, este simple dato
por sí solo nos da una idea de la urgencia de impulsar un cambio social en
México, ya que ni en las peores dictaduras militares latinoamericanas de fines
del siglo pasado se manejaron estas cifras.
Sin
embargo, bajo aquella premisa de que de un evento negativo, puede surgir un
efecto positivo ya que afortunadamente no todos los cambios son negativos, desde
mi perspectiva puedo decir que la población mexicana está cambiando día tras
día, año tras año, etc.
Y
lo que se observa en estos momentos es que en la medida de que aumenta el
hartazgo social por la corrupción, las injusticias y la impunidad, que tienen
secuestradas a nuestras instituciones gubernamentales, se observa también el
desarrollo de nuevos comportamientos tanto a nivel individual, como a nivel
colectivo y que estos días se han visto reflejados en las masivas
demostraciones de rechazo a los aumentos a los precios de las gasolinas en la
participación social en contra de a lo largo y ancho del país, que reflejan un
incremento de la participación social.
Este
tipo de respuestas sociales me devuelven la fe en la humanidad y alimentan la
esperanza de que no todo está perdido. Sólo debemos crear las condiciones para
que esta súbita participación no se disipe en el activismo social.
La
historia nos ha enseñado que en condiciones de crisis profundas el pueblo
mexicano siempre ha sacado la casta, ha mostrado su nobleza y la unidad para
enfrentar las tragedias. Hoy en día es realmente una tragedia vivir en
México. http://www.monografias.com/trabajos103/tragedia-y-esperanza-vivir-mexico/tragedia-y-esperanza-vivir-mexico.shtml
También
hemos visto que los movimientos de masas que surgen en forma espontánea corren
el riesgo de disiparse antes de que logren construir el andamiaje que les
permita lograr crear sus propias organizaciones formales que contribuyan a
dirigir los movimientos colectivos.
Esas
esperanzas de que la situación puede mejorar de tal forma que se logre un
cambio social en el cual aquellos sueños de libertad, igualdad, justicia y
democracia puedan concretarse en nuestra realidad, haciendo posible lo imposible,
que los individuos rompamos el control ideológico transformemos esta realidad
social tan excluyente, que genera tanto dolor y sufrimiento a generaciones
enteras.
Este
cambio social puede ser logrado, un mundo diferente al actual es posible, la esperanza nos hace mantener
con vida estos sueños que hoy suenan a utopía.
La
jornada que se vivió el día de ayer en buena parte del territorio mexicano es
un buen motivo para mantener una actitud optimista en torno a este asunto,
porque estas primeras protestas en contra del gasolinazo nos permiten predecir
que este movimiento está en su etapa inicial y la demanda de no al gasolinazo responde
a los deseos, necesidades y expectativas de millones de mexicanos que poco a
poco están perdiendo el temor a expresar sus opiniones y en forma gradual se
está resquebrajando el sistema de control social que mantenía en la pasividad e
inmovilización a un buen sector de la población mexicana.
El
movimiento en contra de los aumentos de precios a las gasolinas anunciado en
forma arbitraria por el gobierno mexicano apenas está iniciando y se está
generalizando a tan sólo unos días del anuncio de los aumentos.
Con
este ritmo de crecimiento, lo que sucederá sin duda alguna, tenemos ante
nosotros un movimiento colectivo que se perfila como la punta de lanza y eje
aglutinador que cohesionará todos los movimientos sociales de protesta y
resistencia social que existen en México.
Recordemos
que México es el país de las injusticias, en el que los funcionarios del poder
judicial han prostituido a nuestras instituciones de justicia fallando a favor
del poderoso, una justicia que según Eduardo Galeano solo muerde a los pies
descalzos, es decir a los desprotegidos,
a los marginados, al pobre.
En
consecuencia en México hay muchas cuentas pendientes, muchos casos sociales que
esperan justicia, se les ha negado durante años y es de esperar que se sumen a
este movimiento que inicia con protestas a los aumentos de las gasolinas y que
el día de mañana podría lograr crecer y materializar nuestros sueños de
democracia, justicia, libertad, etc.
Por
lo anterior es importante estar alerta a actos de oportunismo e intentos de
corrupción. Se trata de un movimiento de ciudadanos sin partido, en el que
participan ciudadanos de todos los
niveles sociales, sin distingo de profesión, ocupación, edad o sexo, que fue lo
que se observó en los miles de mexicanos que a lo largo y ancho del país se
sumaron espontáneamente a las manifestaciones en contra del aumento a las
gasolinas.
En
este movimiento contestatario, los partidos políticos no tienen cabida, ¿Cómo
podrían poner sus caras si los partidos políticos fueron quienes aprobaron las
reformas estructurales que crearon las condiciones que nos han reunido en esta
inconformidad social?
Los
partidos políticos PRI, PAN, PRD, etc. son los responsables de la aprobación de
la reforma energética y en consecuencia son los culpables de las agresiones en
contra del pueblo mexicano.
Este
es un movimiento ciudadano que se está
formando, lo cual es importante tener presente. Son tiempos nuevos, escenarios
nuevos a los cuales debemos confrontar con comportamientos nuevos.
Estos
nuevos comportamientos deben ir en el sentido de cambiar nuestra percepción
social, que incluye cambios en la esfera individual en el sentido de romper
aquellas cadenas psicológicas que nos inculcaron durante años construyendo una
actitud derrotista y que llegamos a pensar que la realidad social no puede ser
cambiado, que como individuos no podemos cambiar la realidad, que el único
cambio que podemos lograr es nuestro cambio de vestimenta en el contexto de una
sociedad de consumo.
Este
cambio individual debe incluir romper con la dependencia psicológica de pensar
que necesitamos un líder que nos dirija y nos controle para lograr nuestras
metas. Todos somos seres sociales, todos influimos en los demás y nos influyen,
todos podemos construir un liderazgo social distribuido y compartido.
Hoy
más que nunca se impone la unidad en los diferentes sectores en lucha y esta
unidad se irá construyendo y consolidando en la medida de que se vayan
clarificando las metas comunes que nos han unido.
Debemos
aprender a lograr hacer coincidir nuestros comportamientos individuales con los
comportamientos colectivos, nuestros intereses individuales con los intereses
colectivos.
Finalmente
quisiera decir que si bien los partidos políticos están fuera de este
movimiento, los sindicatos que se proclaman a sí mismos democráticos e
independientes, tienen el deber y compromiso de sumarse a este movimiento
colectivo, las dirigencias de los sindicatos STAUS, STEUS, Telefonistas, y
otros deben hacer acto de presencia en el embrión de este movimiento e
interactuar con los ciudadanos activos sobre la base de un vínculo de
colaboración.
Después
de escuchar serios y graves vaticinios acerca de lo malo que será el 2,017, la
certeza de que estamos ante un despertar social de la población mexicana que
está aumentando su participación social, podemos decir que estamos ante otra
oportunidad de reconocernos, aceptarnos y unirnos para transformar esta
realidad mexicana tan deprimente y decepcionante, por un nuevo escenario social
en el cual su dinámica se caracterice por una gran participación social, un
empoderamiento de hombres y mujeres mexicanas que nos hemos unido para lograr
que lo que hoy suena a utopía, en este 2,017 se inicie el cambio social que las
volverá una realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
coloca tu nombre y correo electronico antes de comentar gracias