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domingo, 31 de enero de 2021

 

Cuando la ambición en política toma forma de locura

Oscar Yescas Domínguez

31 de enero de 2,021


La mayoría de Psiquiatras y psicólogos no aceptan la idea de que nuestra sociedad pueda estar enferma o carecer de salud mental y caen en un reduccionismo psicológico al afirmar que sólo unos cuantas personas pueden ser etiquetados como “inadaptados sociales” y se limitan a psicologizar los grandes problemas sociales negando que el problema de esta inadaptación provenga de nuestra propia cultura. Parten de la premisa que usa el criterio de la adaptación social como parámetro de salud mental. La adaptación es sinónimo de normalidad para ellos, olvidan que el concepto de “normal” que utilizan en Psiquiatría y Psicología clínica proviene del uso estadístico de este concepto utilizado en las ciencias naturales que estudia el comportamiento de los animales. De acuerdo a este enfoque quienes se comportan como la mayoría de las personas son la norma y quienes se comportan de manera diferente a la mayoría representan una desviación de la norma. Quienes se comportan como la mayoría son “normales”, quienes se comportan de manera diferente a la mayoría son “anormales”.

Vivimos en el contexto de una sociopatología sin darnos cuenta, a pesar de que la vida cotidiana nos da señales de que algo está funcionando mal en nuestra sociedad, pero preferimos ignorar lo evidente, fingir mirar hacia otro lado, porque no sabemos que hacer. Un problema que está a la vista de todos es la existencia de una enorme desigualdad social que está creciendo cada día y con ella crece el número de personas que viven en condiciones de pobreza extrema. Basta con salir a las calles de nuestras ciudades y observar que ha aumentado el número de personas mendigando en las calles, pero fingimos no verlas pensando que son posibles timadores que quieren vivir sin trabajar pidiendo dinero en las calles y construimos una percepción de la pobreza disfrazada de invisibilidad social.

Parte de la patología de nuestra vida cotidiana consiste en considerar como algo “normal” la existencia de pobres y ricos, inclusive llegamos a culparnos a nosotros mismos de nuestras condiciones de vida pensando que no aprovechamos las oportunidades que tuvimos a nuestro alcance, pero en ningún momento nos ponemos a pensar que la desigualdad social representa la violación de múltiples derechos humanos, entre ellos el derecho a la vida.

Desde hace décadas nuestra sociedad nos da indicadores de que algo está funcionando mal, estos indicadores son las cifras de alcoholismo, drogadicción, feminicidios, violencia intrafamiliar, violencia en general, etc., pero como son comportamientos colectivos caemos en un proceso de validación consensual y llegamos a pensar que es normal que ocurran estos problemas sociales, porque son defectos socialmente modelados, ya que cuando una mayoría de personas comparte un comportamiento, no se le llega a considerar un defecto y la confianza de las personas no se ve amenazada por ser diferente a los demás.

Día tras día nos damos cuenta de que aumentan precios de artículos y productos y nuestro sueldo es cada vez más insuficiente para satisfacer nuestros deseos y necesidades básicas. Sin embargo, esto no ha impedido que nuestras deudas sigan aumentando porque intentamos mantener un ritmo de consumo que cada vez es más insostenible. El afán de consumir nos ha llevado a un punto en el cual las deudas que tenemos son impagables porque nuestros gastos superan en mucho a nuestros ingresos. El resultado es que estamos viviendo una esclavitud moderna porque trabajamos para poder pagar las deudas que tenemos, deudas que nunca terminamos de pagar porque seguimos consumiendo y amentando las deudas y nuestras vidas se nos va como decía Amparo Ochoa sobre la vida de las mujeres: “como la mugre por el lavadero”.

Hemos perdido nuestra condición humana de homo sapiens porque padecemos una “ceguera moral” que nos impide discernir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo justo y lo injusto, entre lo moral y lo inmoral. Esta ceguera nos impide solidarizarnos ante los reclamos de justicia de víctimas de tragedias y sólo cuando la desgracia nos golpea y somos objeto de injusticias es cuando alzamos la voz. Hemos perdido la sensibilidad social y percibimos como “anormales” a quienes protestan contra las injusticias y luchan por sus derechos, (porque no es asunto nuestro) y carecemos de empatía ante el dolor ajeno.

Nuestra sociedad está inmersa en una crisis cuatridimensional: económica, política, ecológica y sanitaria. Cuatro crisis simultáneas que reflejan la crisis de un sistema socioeconómico que urge cambiar cuanto antes. El capitalismo neoliberal con su obsesión por maximizar el beneficio económico está explotando a los trabajadores, está destruyendo la ecología con la extracción de recursos naturales para mantener el equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo, con los desechos de producción industrial y las toneladas de basura generadas por un consumo compulsivo e irracional, está contaminando mares, ríos, lagunas y destruyendo ecosistemas.

Los espacios públicos han ido desapareciendo porque al capital privado no le interesa mantener espacios públicos donde la población se reúna y aparte de divertirse pueda discutir los asuntos públicos y generar un despertar político. Mientras más dividida e ignorante se mantenga una población le resulta más beneficioso a quienes tienen el poder económico y el poder político, porque no protestarán y seguirán obedeciendo comportándose en forma conformista y pensando que sus problemas privados son causados por su comportamiento individual.

La mayoría de la población todavía no establece el vínculo que existe entre lo privado y lo público, entre los problemas individuales y las políticas públicas, entre el individuo y la sociedad. Ven la política como una actividad que sucede cada determinados años y la reducen al acto de votar. Les han vendido la idea de que vivimos en democracia porque podemos votar para elegir a determinado candidato, pero la democracia dura solo un día y después regresamos al autoritarismo que caracteriza nuestra vida cotidiana, nuestra “normalidad”.

En nuestra sociedad padecemos una evanescencia de significados, una pérdida de significados en instituciones, organizaciones, partidos políticos, escuelas, universidades, Iglesia, familia, etc. Dentro de la crisis social general que padecemos se encuentra una crisis de valores generada por una veneración al dinero promovida por la sociedad que estimula el consumo y maneja el discurso que la felicidad se encuentra en un alto consumo y el consumo sólo lo podemos lograr con aquello que nos permite realizar un intercambio con lo que deseamos: el dinero.

Las nuevas generaciones crecen con esa ambición por ser ricos para ser felices y descartan aquellos valores humanísticos que caracterizaban las relaciones interpersonales: honestidad, sinceridad, lealtad, generosidad, etc. El valor que guía el comportamiento de millones de personas es la búsqueda de dinero para conseguir “lo que necesitan” para ser felices, sin darse cuenta de que la felicidad está frente a sus narices, en la compañía de los seres queridos, en el autoconocimiento y la autoaceptación.

En el contexto de una sociedad en la que existe una enajenación social por el dinero como medio para alcanzar un fin que es la felicidad, es natural que existan ambiciones personales, porque es natural ambicionar tener una casa, buen trabajo, buena vida, etc. Algunas personas superan las expectativas promedio y aparte del dinero buscan el poder político para garantizar un poder económico. Pero cuando se llega a un nivel en el que el medio se convierte en el fin mismo, es decir, que la búsqueda de poder y dinero es permanente y una o varias personas se obsesionan en esta tarea, es necesario decir que estamos hablando de un trastorno psicológico que convierte una ambición natural en una obsesión patológica y es cuando se pierde piso con la realidad circundante.

En el campo de la política estamos siendo testigos de un auténtico caso de obsesión enfermiza por el poder político y económico, este caso es el de Célida López quien anunció recientemente que participará en las próximas elecciones que se realizarán en este año, intentando reelegirse como Presidenta municipal de Hermosillo.

Célida López ha presentado un comportamiento errático desde que abandonó las filas del Partido Acción Nacional cuando no logró la postulación de ese partido para la Presidencia municipal de Hermosillo en el 2,018. Renunció al PAN y de una forma no clara todavía consiguió ser candidata a la Presidencia de la capital del Estado representando al naciente partido Morena al cual todas las encuestas predecían su triunfo inminente. durante su campaña no escatimó insultos contra sus antiguos compañeros de partido gritando a voz en cuello “nos los vamos a chingar”.

La población hermosillense harta de la corrupción del PRI y del PAN, votó a favor de Célida con reticencias, pero siguiendo el llamado de Andrés Manuel López Obrador de votar la fórmula “5 de 5”, por lo que Célida López logró su meta de ser la Presidenta municipal de Hermosillo. Dentro de la euforia popular, de inmediato tomó medidas que anunciaban que los temores de miles de ciudadanos se convertirían en una realidad. Ignoró a militantes locales de morena Hermosillo, incorporó a su equipo de trabajo a militantes del PAN y gobernó al más puro estilo panista: con autoritarismo, prepotencia e ignorando a los reclamos de la ciudadanía que voto por ella.

Insultó en varias ocasiones a la población hermosillense, traicionó a personas y organizaciones, manejó un discurso alejado de su comportamiento y se conduce en contra de las expectativas sociales, actuó en forma contraria a lo que se esperaba, por lo que se puede decir que actuó como alguien "desviada de la norma", es decir, anormal. Olvidó que ocupaba un puesto de elección popular que sólo duraba tres años, en ningún momento pensó que su cargo es de servicio público y que su compromiso principal era actuar procurando el bienestar social de los ciudadanos de esta capital.

Su gestión se caracterizó por comportamientos erráticos, desafiando, decepcionando e insultando a quienes debería representar. Tomó decisiones que afectaron intereses colectivos, trató de imponer por la fuerza estas decisiones y utilizó maniobras descaradas de manipulación social como disfrazarse de trabajadora de limpia pública, subirse a un camión recolector de basura, recoger bolsas de basura en domicilios urbanos usando equipo de protección que los trabajadores de limpia pública no tienen acceso y emitir un discurso mientras todo esta falsa actuación era filmada.

En momentos en los cuales el rechazo popular hacia ella era evidente anunció haber contraído el covid y milagrosamente se recuperó sólo unos días después, cuando todavía no existían vacunas para el covid. Fingió en cámaras realizando una llamada ficticia, conversando con una voz que sólo escuchaba su mente y lo más inolvidable fueron sus actuaciones en cámara tocando guitarra y cantando, burlándose de la población hermosillense con una amplia sonrisa en su rostro y amenazándolo con multarlo si salía de su casa, todos estos comportamientos erráticos forman parte de la memoria colectiva que rodea su nombre.



El ciudadano promedio recuerda el trato con desprecio que dio hacia quienes de manera forzada votaron por ella, un desprecio que fue la constante de toda su gestión como alcaldesa, El hartazgo de la ciudadanía hermosillense hacia Célida López es más que evidente, pero esta persona sigue mostrando un alto grado de congruencia en su comportamiento errático y anuncia sus deseos de reelegirse como Presidenta municipal de Hermosillo a pesar de todos los pesares, mostrando evidentes señales de ambición ciega o síntomas de una patología que le impide ver una realidad que la mayoría de la población puede ver en redes sociales: un masivo rechazo hacia su persona. Célida López tuvo su oportunidad de brillar y construir una historia diferente, pero optó por inclinarse ante intereses privados y despreciar al pueblo hermosillense, ese mismo pueblo al que ahora en el colmo del cinismo (¿o de la patología?) se dirige para pedirles que voten por ella para reelegirse en su cargo. Su comportamiento muestra un patrón: traicionó a sus compañeros del Pan cuando abandonó ese partido por su ambición personal, traicionó a Morena el partido que la recibió y la postuló para el cargo de Presidenta municipal de Hermosillo y sobre todo traicionó al pueblo hermosillense que votó por ella al gobernar favoreciendo intereses particulares, ignorar a los ciudadanos e insultándolos ¿Qué garantiza que no vuelva a traicionar otra vez? Así como hay una locura de dos (folie de deux) en una relación de pareja, también puede presentarse una locura colectiva o grupal (folie de groupe), porque aparentemente no se lanzará sola a la aventura de buscar su reelección. El equipo de maestros universitarios que colaboraron con ella perdieron su capital político en estos caóticos años que trabajaron a su lado y no del lado del pueblo. Quienes decidan seguirla en esta loca aventura, elegirán su muerte política como terapia de shock y protagonizarán la crónica de una derrota electoral anunciada. Si Morena municipal acepta postularla nuevamente como su candidata, seguirá el mismo camino y sufrirá el mismo destino.

El pueblo mexicano aprendió en las elecciones del 2,018 que tenemos un gran poder, que somos sujetos históricos, que podemos cambiar la historia si actuamos en forma unida, colectiva y organizada. Morena municipal tiene que responder a las expectativas sociales de la ciudadanía hermosillense eligiendo a una candidata idónea para presidenta municipal de Hermosillo y tenemos nombres de dos mujeres que han demostrado congruencia política, profesional y personal con su discurso y sobre todo sensibilidad política y compromiso social: Wendy Briseño Zuloaga y Reina Castro Longoria, ambas tienen la capacidad idónea para ocupar el cargo.


miércoles, 27 de enero de 2021

 

El optimismo frente a la agonía que continúa en el 2,021

Oscar Yescas Domínguez

27 de enero de 2,021



Los días siguen pasando como gotas de agua en un grifo semicerrado pasan lentamente, sin embargo, cada día que empieza se renueva la esperanza y se experimenta una sensación como obtener un triunfo, sumar puntos, meter un gol, encestar una canasta, etc., porque significa que seguimos vivos en un momento histórico en el que sobrevivir es la consigna del día.

En los pocos días que van del 2,021 se están comprobando las predicciones realizadas el año pasado por analistas sociales que señalaron que en este 2,021 no sólo continuaría la pandemia del covid-19, sino que entraríamos en períodos de pandemias intermitentes que nos obligarían a refugiarnos en nuestra casas, guardar períodos de confinamiento voluntario, salir del encierro y al poco tiempo volver a aislarnos de nuevo. Es “la nueva realidad” que vivimos, que nos hace añorar la normalidad anterior al covid porque hemos perdido gran parte de nuestra movilidad social y libertades individuales. Esta nueva realidad nos exige nuevos comportamientos para sobrevivir y parte de este aprendizaje incluye cambios no sólo de comportamientos, sino también de actitudes, valores, percepción de los demás y de nuestra propia autopercepción.

Necesitamos dejar atrás la ignorancia, los prejuicios y aprender a distinguir la información falsa de la información científica, no difundir las falsas noticias que provengan de fuentes no confiables, como sucedió con personas que ingirieron cloro y fallecieron. Internet da voz a todas las personas y cualquiera opina del tema que se le antoje como si fueran científicos. En la era de la información circula por internet gran cantidad de basura informativa que muchas personas toman como verdadera, porque no han desarrollado un pensamiento autónomo, una capacidad para pensar por sí mismos y se limitan a compartir la información que les llega sin analizarla críticamente, sin ponerse a pensar que mucha de esa información podría provocar la muerte de terceras personas.

En el contexto de la actual pandemia del covid, debemos mirar hacia atrás y aprender de la historia de la humanidad para no repetir errores fatales y recordar que en la década de los ochentas cuando surgió la epidemia delVIH-sida, pasó algo parecido a lo que está sucediendo con la pandemia del covid en este 2,021. En los primeros años de expansión del VIH-sida que era un virus desconocido, inicialmente se manejó que era un problema que afectaba sólo a los homosexuales que practicaban el sexo anal y que la transmisión de esa enfermedad se debía a este tipo de práctica sexual.

Ante esta explicación la promiscuidad sexual heredada de los setentas cuando se pregonaba el “amor libre” continuó en los ochenta a pesar del número creciente de víctimas de sida. La Iglesia católica llamó en su momento a la epidemia del sida como “un castigo de Dios” por realizar sexo contra natura y reiteró su condena a la homosexualidad, al mismo tiempo que en cientos de iglesias católicas los sacerdotes violaban a niños y niñas que acudían a esos templos.

Pero después se observó que dentro del grupo de víctimas de sida se encontraban mujeres amas de casa que aseguraban que sólo tuvieron contacto sexual con sus maridos. Entonces surgió la pregunta: ¿Cómo adquirieron el virus del sida estas fieles amas de casa que practicaron sólo coito vaginal con sus parejas? La ciencia nuevamente encontró la respuesta, a través de investigaciones se encontró que las amas de casa fieles que fallecieron por sida habían sido contagiadas por sus maridos que tuvieron contactos sexuales con otras mujeres, pero no con hombres. Fue entonces que empezó a despejarse la idea de que el sida era un problema de salud que afectaba sólo a homosexuales y que su contagio no se limitaba al coito anal, que el contagio se daba a través de la saliba y líquidos corporales compartidos, por lo que en realidad el sida afectaba a toda la población que tuviese conducta sexual promiscua, por lo que era necesario limitar el número de parejas sexuales, usar condón invariablemente y ejercer con responsabilidad la práctica de la sexualidad.

Se tomaron medidas legales en contra de las personas que eran portadores del VIH y seguían teniendo prácticas sexuales con varias parejas sin informar a las mismas de su condición de seropositivos y hubo casos de condena en cárcel en Estados Unidos para algunas personas reincidentes.

En el inicio de la pandemia del covid-19 circuló en redes sociales la información de que el covid sólo mataría a los “viejitos”, a las personas de edad avanzada porque atacaba el sistema inmunológico y se partía de la premisa de que los adultos mayores ya tenemos dañado o averiado no sólo nuestros cuerpos, sino también nuestros sistemas inmunológicos. Esta falsa creencia permitió bajar la guardia a jóvenes y adultos que se consideraron inmunes y no aceptaron asimilar a sus comportamientos las conductas preventivas del covid que ya conocemos hasta el cansancio (evitar salir de casa innecesariamente, usar cubrebocas, guardar distancia, etc.).

Basados en esta información, buena parte de la juventud del mundo entero siguió actuando con entera normalidad, sin tomar las precauciones indicadas por las autoridades sanitarias, miles de jóvenes en el mundo entero se dejaron llevar por su individualismo al no pensar en los demás y continuaron con un comportamiento hedonista, buscando diversión y placer sin pensar que en casa se encontraban adultos mayores que desde un inicio fueron considerados personas de alto riesgo (abuelos, padres, tíos, tías, etc.).

Estos jóvenes regresaban a sus casas después de la diversión, sin saber que portaban el virus del covid que contrajeron por contacto físico o por transmisión aérea en su interacción social con otras personas y de manera inevitable se lo transmitieron a sus seres queridos, quienes sin haber salido de sus casas y a pesar de haber guardado distancia y usado cubrebocas fueron contagiados por quienes menos esperaban.

En el contexto de la actual pandemia cualquier persona tiende a tomar precauciones ante la presencia de algún desconocido y mucho más si llegan a encontrarse en terreno desconocido, es una reacción natural ponernos en estado de alerta, guardar distancia y tomamos precauciones. Pero miles de adultos “de la tercera edad” no desconfiaron de sus hijos, sobrinos o nietos estando dentro de su propia casa y sin saber que eran portadores del covid recibieron el “beso de la muerte”. Después vino la tragedia, cayeron enfermos resultaron positivos al covid, padecieron sus síntomas que se fueron agravando y finalmente un alto número de personas que nunca salieron de sus casas, que tomaban precauciones cuando salían y que siempre utilizaron cubrebocas y guardaban distancia, pasaron a formar parte de las estadísticas mortales del covid en el 2,020.

Nadie encontraba explicación a la pregunta de cómo les llegó el virus del covid, hasta que avanzaron las investigaciones científicas y detectaron que la vía de contagio de aquellos que fallecieron sin salir de sus casas fueron las personas jóvenes que convivían con ellos que siguieron teniendo contacto social con otras personas y que no tomaron las precauciones consabidas. Fue un descubrimiento impactante, me pongo a pensar en cómo se sentirían aquellos jóvenes a quienes les dijeron que ellos les dieron el beso de la muerte a sus padres y abuelos, sólo puedo imaginar el gran remordimiento que los acompañará toda sus vidas. Hoy sabemos que no hay excepciones basadas en criterios de edad para ser contagiado de covid, enferman de covid, ancianos, adultos, jóvenes y hasta bebés.

Por eso es vital estar informado en estos tiempos de pandemia, algunas personas alegan que por salud mental se desconectan de las noticias y no quieren saber de los avances de la pandemia. Una actitud realmente contraproducente en tiempos de crisis de salud porque el no saberlo, no les evita correr riesgos de contagio, al contrario, la ignorancia les puede conducir a cometer errores que podrían evitar si se encuentran debidamente informados. La ignorancia en la sociedad de la información es una elección individual, pero algo que la pandemia del covid nos ha enseñado es que el comportamiento individual afecta la salud de los demás y el comportamiento de los demás afecta la salud individual.

En consecuencia, en tiempos de crisis de salud colectiva, en un momento de la historia el que sobrevivir es la consigna del día, permanecer informados es una responsabilidad colectiva para actuar en forma pertinente y no colocarnos en situación de riesgo innecesario o colocar a otros en riesgo por nuestros comportamiento individual. En otras palabras, la libertad individual se ve limitada en nombre de la salud colectiva. Al igual que en los ochentas, estamos enfrentando algo desconocido, no debemos sumir nuestras cabezas en un hoyo en el suelo y lo que debemos hacer es preguntarnos qué podemos hacer para librar esta pandemia, para cuidar nuestra salud y cuidar la salud de las personas que amamos.

Hay noticias que no podemos ignorar en estos momentos y una de ellas son la magnitud de la tragedia que estamos viviendo a nivel global: En México suman 152,016 muertes por covid al día de hoy 27 de enero del 2,021,total de contagiados por covid suman 1,788,905. En todo el mundo se han registrado en esta misma fecha 2,154,455 fallecimientos por covid y el número de contagiados es de 100,089,186. Son cifras impresionantes que deben conocerse, no para vivir con miedo, sino para conocer el terreno que estamos pisando, un terreno minado en el que un paso en falso nos puede llevar a formar parte de estas estadísticas.

En el 2,020 parte de los llamados a guardar confinamiento voluntario contenía el argumento de que era necesario dar tiempo a los científicos para que crearan una vacuna efectiva contra el covid, aún así miles de personas no hicieron caso y por eso vemos estas cifras que impactan. Pues bien, ya se han creado vacunas para curar el covid-19, pero ahora enfrentamos otro problema, algo que también se predijo el año pasado: El virus del covid ha mutado y hoy estamos presenciando una nueva versión del covid que ya se presentó en varios países, por lo que el problema no termina con la invención de vacunas porque estas cifras del covid que cada día van aumentando, se dispararán en el corto o mediano plazo debido a que se han presentado tres nuevas cepas del covid identificadas en Gran Bretaña, Sudáfrica, Brasil y Estados Unidos, las cuales representan un “alto riesgo” para el mundo entero ya que conducirán a mayores tasas de infecciones, hospitalizaciones y muertes, de manera particular en la población de adultos mayores y quienes presentan comorbilidades, es decir, que presentan la existencia de dos o más enfermedades relacionadas en un mismo individuo. La lista de países que han identificado casos con la nueva variante del covid aumenta cada día que pasa y hasta el momento incluye 34 países, por lo que es de esperarse que en cualquier momento llegue a nuestro país.



Lejos de dejarnos llevar por reacciones de pánico debemos mantener la cabeza fría y definir cual será nuestro papel en la contención de esta “tercera oleada” de la pandemia. Primero debemos resumir los acontecimientos que permitieron la expansión de la actual pandemia y conocer las posible s medidas de contención que podemos utilizar para proteger nuestra salud y la salud colectiva.

Primero: la pandemia llegó para quedarse, debemos aprender a vivir en el contexto de la pandemia y esto implica desarrollar nuevos comportamientos que nos permitan protegernos del contagio, estos comportamientos todos los conocemos: usar cubrebocas, quedarse en casa si no tenemos necesidad de salir, guardar distancia con otras personas, evitar reuniones familiares, uso de gel antibacterial constantemente, etc.

Segundo: Las escandalosas cifras de contagiados y fallecidos por covid se incrementaron en gran medida debido a la irresponsabilidad social de buena parte de la población que se vio obligada a salir de sus casas por no tener dinero suficiente para poder comer diariamente. El covid-19 vino a exhibir la enorme desigualdad social que existe en nuestra sociedad contemporánea bajo el capitalismo en su fase neoliberal. Urge que el Estado recupere su función de procurar el bienestar social y proceda a otorgar apoyos económicos a los millones de personas que viven en condiciones de pobreza extrema. Apoyos que pueden ser de creación de refugios o albergues para personas que deambulan por las calles, entrega de despensas en colonias maginadas sin tintes políticos evitando hacer propaganda para los candidatos a las elecciones que tendrán lugar en este año. Los gobiernos de los tres niveles deben proporcionar gratuitamente cubrebocas y gel antibacterial en forma masiva y gratuita. Otorgar apoyos para las miles de microempresas que se vieron afectadas por la pandemia y apoyos para los desempleados por las mismas.

Tercero. Miles de personas salieron de sus casas sin motivo alguno irrespetando los llamados de quedarse en casa y guardar confinamiento voluntario. Otras miles de personas realizaron o participaron en reuniones familiares en momentos en los cuales las autoridades alertaron sobre un notable incremento en el número de contagios, demostrando con ello gran indiferencia social, un egoísmo extremo que les impidió ver las consecuencias sociales de sus comportamientos individuales.

Cuarto: Las autoridades sanitarias actuaron con una doble moral al solicitar a la ciudadanía el confinamiento voluntario y al permitir la apertura de grandes empresas y comercios para “salvar la economía”, sin tomar las debidas precauciones de verificar cambios físicos en los centros de trabajo y dejado a trabajadores indefensos ante las presiones de su patrones que los obligaron a acudir a trabajar bajo el riesgo de perder el empleo.

En conclusión, parece que el 2,021 nos recibe como aquel viejo chiste que nos decía: “tengo dos noticias, una buena y otra mala, ¿Cuál quieres escuchar primero”. La buena noticia es que ya tenemos vacuna para el covid y las grandes corporaciones no se beneficiarán de su venta, sino que será gratuita y masiva. La mala noticia es que el covid-19 mutó y surgieron tres cepas nuevas, más mortíferas y veloces que su madre.

Estamos viviendo un Deja Vú, repitiendo la historia que vivimos hace un año exactamente, cuando nos enteramos de que en tierras muy lejanas surgió un nuevo virus que era mortal y se propagaba velozmente. Vimos aquel incidente como algo muy lejano que no llegaría a nuestras tierras y no tomamos precauciones, olvidamos que vivimos en la era de la globalización donde se exhortan e importan productos de todo el mundo, en el cual existe un movimiento comercial masivo y que el neoliberalismo impuso a nuestros gobiernos una flexibilidad económica que incluía la apertura de fronteras y eliminación de aranceles para facilitar el tránsito de las mercancías distribuidas por las grandes corporaciones que continúan “conquistando mercados”.

La ignorancia ante lo desconocido nos llevó a mantener la guardia baja, no tomamos precauciones, no nos informamos adecuadamente y muchas personas se dejaron influir por youtubers y otras personas que dieron su “humilde opinión” afirmando que el covid no existía. Aquellos que usaron redes sociales para mal influir me recuerdan a los charlatanes que viajaban de pueblo en pueblo vendiendo agua pintada como elíxir mágico que curaba todo tipo de enfermedades. Se comprende que en aquellos tiempos los charlatanes se aprovecharan de la ignorancia de los pueblerinos e hicieran sus grandes negocios a costa de la salud de gente que pecaba de inocente.

Pero hoy en día en plena sociedad de la información, elegir la ignorancia por encima del conocimiento científico es una elección que puede conducir a la muerte. Recordemos que vivimos en una crisis de salud en la que hay millones de personas que han fallecido y que la consigna diaria es sobrevivir. A diferencia del año pasado, el día de hoy sabemos como evitar ser contagiados, en realidad es sencillo: evitar salir si no tenemos necesidad de hacerlo, usar cubrebocas cuando salgamos, no recibir visitas en nuestra casa, guardar distancia, usar gel antibacterial y lavado de manos frecuente, etc.

La pregunta ante este Deja vú que estamos viviendo al ver que surgen nuevas versiones del covid más veloces y mortíferas se presentan es: ¿repetiremos los mismos errores que cometimos el años pasado y que dejaron tan funestos resultados? La pandemia del covid creció en el 2,020 a niveles incontrolables debido a la falta de colaboración de la ciudadanía con los esfuerzos de las autoridades sanitarias, en consecuencia, aquí y ahora debemos asumir una actitud de responsabilidad social que debe ir acompañada de la convicción de que si actuamos en forma colectiva, organizada y unida podremos lograr no sólo disminuir las cifras de contagios y fallecimientos, sino que también podremos sobrevivir y ayudar a sobrevivir a quienes nos rodean. Ante el porvenir pesimista que tenemos enfrente por el avance del covid y el surgimiento de nuevas cepas, es necesario que la pandemia por su carácter global sea atendida de la misma forma por los gobiernos de todos los países, con la implementación de medidas pandémicas simultáneas y coordinadas, las cuales deben priorizar la salud colectiva y no repetir el error de intentar salvar la economía permitiendo el contacto social colectivo, con objetivos de aumentar el consumo para priorizar las ganancias de las grandes corporaciones.

Los picos de la curva del contagio del covid se incrementaron en fechas con significado especial: día del niño, día de la madre, día del padre, día de muertos, nochebuena, navidad y año nuevo. En esas fechas especiales se realizaron compras masivas en las grandes tiendas comerciales, por multitudes que no guardaron distancia entre sí y muchos si usar cubrebocas. Se acerca el 14 de febrero, la publicidad intentará persuadirnos a salir a comprar y demostrar nuestro amor con obsequios materiales. Depende de cada uno si demuestra que aprendió de la tragedia prolongada que estamos viviendo todavía.

Lo cierto es que en el 2,020 se vio la importancia del conocimiento científico, del uso de la ciencia para combatir el virus, la ciencia fue quien rescató de la muerte a miles de contagiados del covid, no fue la religión, ni las plegarias ni ningún tipo de Dios. La entrega del personal que trabaja en el sector salud dejó varias muertes de varios de sus miembros, en nombre de ellos y de los millones que han fallecido debemos demostrar que podemos participar en un esfuerzo colectivo que permita la construcción de un vínculo entre autoridades sanitarias y ciudadanía responsable para minimizar los efectos de las nuevas pandemias.


Debido a que la pandemia del covid se distribuyó globalmente por personas que viajaron en líneas aéreas llevando consigo el virus de un país a otros, es necesario que las compañías aéreas tomen medidas de exigencia de pruebas de covid y cuarentena para quienes deseen viajar en el futuro utilizando este medio de transporte, éstas medidas toman especial importancia en aquellos viajeros que procedan de lugares donde se han detectado el surgimiento de estas nuevas cepas.

De manera simultánea, se debe acelerar el proceso de vacunación de la población en forma masiva en todos los países, no solamente en el que vivimos, porque la globalización nos ha acercado a formas que ni siquiera imaginamos. Esta vacunación masiva debe empezar con el personal que trabaja en el sector salud, quienes son los que están en la línea de mayor riesgo y siguiendo con los grupos vulnerables como adultos mayores y personas con comorbilidad.

Los legisladores deben presentar iniciativas de ley que incluyan impuestos especiales a las grandes corporaciones para que sean destinados al fortalecimiento del sector salud en la construcción de más hospitales y suministros médicos para los que ya existen. De igual forma deben elaborar iniciativas de ley que contemplen sanciones para aquellos comportamientos que reflejen comportamientos de gran irresponsabilidad social en tiempos de pandemia, como realizar reuniones clandestinas, no usar cubrebocas, etc., para disminuir los riesgos de contagio. Los candidatos a puestos de elección popular ganarán más simpatía si actúan con responsabilidad social apoyando los esfuerzos de la Secretaría de salud aportando parte de sus recursos de campaña en la distribución gratuita de despensas, gels antibacteriales, cubrebocas en los sectores más desprotegidos y se comprometan a que en caso de triunfar en las elecciones implementen políticas públicas que tiendan a disminuir la desigualdad social.

El combate a la pandemia del covid, está directamente ligada a la lucha contra la desigualdad social porque implica una defensa del derecho a nuestra salud, una exigencia de que el Estado fortalezca el sistema de salud y destine recursos a hospitales públicos. Por otro lado, debemos ver esta amenaza como una oportunidad para aprender a desarrollar una identidad social, como individuos que pertenecemos a una sociedad que está interconectada de múltiples formas en la era de la globalización. Debemos desarrollar un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades y generar un reconocimiento de nuestros derechos como ciudadanos, exigiendo que aquellos que trabajan en los tres niveles de gobierno actúen como verdaderos servidores públicos atendiendo las necesidades de nuestras comunidades. De nosotros depende sobrevivir este año y festejar el mismo con la satisfacción que demostramos haber aprendido de la tragedia vivida durante todo el año 2,020. De nosotros depende que el 2,021 no sea un versión dos del 2,020, un año que vivimos con miedo, temor, angustia, ansiedad, porque hoy tenemos el conocimiento científico de nuestro lado que nos ayudóa a saber como cuidarnos del contagio del covid. Se dice que el ser humano es el único animal capaz de tropezar con la misma piedra, pero en este caso no debemos repetir los errores del año pasado porque no estamos tratando con una piedra, si tropezamos con una piedra podemos levantarnos, si somos contagiados por las nuevas cepas del covid, probablemente no podremos levantarnos.

Lo que tenemos a nuestro favor acerca de las nuevas cepas es que los científicos ya tienen un conocimiento básico del funcionamiento del covid, lo cual quiere decir que no estamos partiendo de cero como el año pasado que enfrentábamos lo desconocido, así que todo es cuestión de que los científicos continúen sus investigaciones y los ciudadanos tomemos precauciones siguiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias. Por lo tanto, demos cabida al optimismo en este año nuevo y no nos dejemos llevar por la agonía, el miedo y el pesimismo en el que hemos vivido los últimos meses.

https://www.lavanguardia.com/.../b117-amenaza-viene.html...

Tres nuevas cepas del covid representan un riesgo muy alto para el mundo

https://allentownreporter.com/2021/01/23/tres-nuevas-cepas-del-covid-19-presentan-un-riesgo-muy-alto-para-el-mundo/

https://laverdadnoticias.com/mundo/Nueva-cepa-de-COVID-19-detectada-en-Gran-Bretana-se-ha-expandido-a-33-paises-20210101-0133.html

Yescas, Oscar Empatía, covid y crisis social

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/12/empatiacovid-y-crisis-social.html

Yescas, Oscar: En defensa de la vida

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/12/endefensa-de-la-vida-oscaryescas.html

Yescas Oscar. El cambio cultural como asunto de vida o muerte durante el covid

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/10/elcambio-cultural-como-asunto-de-vida-o.html

Yescas, Oscar La ignorancia como fuerza alimentadora del covid

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/07/laignorancia-como-fuerza-alimentadora.html

Yescas, Oscar: La ciencia contra la ignorancia en la batalla contra el covid

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/07/laciencia-contra-la-ignorancia-en-la.html

Yescas, Oscar: Libertad individual vs. Control social

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/06/libertadindividual-vs.html

domingo, 17 de enero de 2021

                               Mercadotecnia, economía y covid

Oscar Yescas Domínguez

17 de enero de 2,021


Introducción

La era de las organizaciones

La globalización y sus efectos sociales

Mercadotecnia, economía y consumo

El impacto del covid en las micro y pequeñas empresas

Conclusiones

Introducción

Han transcurrido 17 días del 2021 y la verdad no se siente gran diferencia al 2,020, no se percibe un cambio entre la existencia de un “año nuevo” y lo que sentíamos al final del 2,020, el ambiente es el mismo: temor, incertidumbre, inseguridad, etc. Recordemos que el tiempo es una creación humana y se inventó para contextualizar los hechos en un determinado momento histórico. Bueno, en realidad sí hay algunas diferencias entre el “año pasado” y este “año nuevo”, algunas noticias buenas como lo es el hecho de que ya tenemos remesas suficientes de la vacuna contra el covid, ya se inició su aplicación con el personal de salud y después se seguirá con el resto de la población.

Pero hay noticias malas, como el hecho de que el covid ha mutado en nuevas cepas y éstas están expandiéndose por varios países, otra mala

noticia se relaciona con un aumento exponencial del número de contagios en el mundo entero, los cuales están directamente relacionados con el aumento en la interacción social en el mes de diciembre motivadas por el consumo masivo y celebraciones familiares y sociales para festejar el fin de año, a pesar de que se solicitó no incurrir en las mismas.

El asunto es que éstos primeros días del 2,021 parecen una prolongación del 2,020, en el sentido de que a pesar de que mucho se escribió y explicó sobre las formas de contagio del covid, esas millones de palabras escritas y habladas que intentaban prevenir lo que hoy estamos viviendo, no pudieron evitar lo que hoy está sucediendo: hospitales saturados, aumento exponencial en el número de contagios y de fallecimientos por covid, etc. A pesar de la intensa campaña de las autoridades de salud promoviendo las maneras más seguras de prevenir el contagio (quedarse en casa, mantener sana distancia y usar cubrebocas), buena parte de la ciudadanía no atendió esos llamados y la realidad sigue superando los pronósticos más optimistas y las cifras demuestran que nunca se logró el objetivo de “aplanar” la curva de contagios.

Llovieron críticas señalando la irresponsabilidad social de un sector de la sociedad que no atendieron el llamado de las autoridades de salud para quedarse en casa, no realizar reuniones sociales o negándose a usar cubrebocas, pero pocas voces hablaron sobre la existencia de la enorme desigualdad social que existe en nuestra sociedad y que fue la que impidió guardar un confinamiento voluntario a un gran segmento de la población, porque una inmensa cantidad de personas tenían que salir a conseguir el alimento del día, ya sea a través del trabajo informal, laborando en empresas que exigían trabajo presencial, que no garantizaron las condiciones sanitarias en sus lugares de trabajo, ni dieron el apoyo necesario a sus trabajadores para quedarse en casa o simplemente mendigando en las calles.

De manera contradictoria, mientras las autoridades sanitarias pedían a la población quedarse en casa y sólo salir lo necesario, por otro lado autorizaban la apertura de grandes comercios y centros de trabajo “para salvar la economía” en momentos de la pandemia que presentaba mayores números de contagio de covid. Las autoridades de la Secretaría del Trabajo omitieron crear programas de emergencia económica que permitiera brindar apoyos a los millones de microempresas que existen en nuestro país, que forman parte del motor de la economía nacional y los dejaron abandonados a su suerte. El saldo de la pandemia y de la ausencia de políticas de apoyo gubernamental es que aumentó considerablemente el número de pequeñas empresas que se vieron obligadas a cerrar definitivamente porque no pudieron resistir la crisis económica que hemos venido padeciendo y el impacto de la pandemia al obligarlas a cerrar temporalmente fue la estocada final que les dio el golpe mortal y provocar su desaparición.

La era de las organizaciones

Vivimos en la era de las organizaciones, en una sociedad que existe gracias al funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que tienen como misión ofrecer productos y servicios para satisfacer necesidades. Toda nuestra vida estamos en contacto con alguna organización, nacemos en el contexto de una organización que se llama hospital, a lo largo de nuestra existencia, satisfacemos nuestras necesidades físicas y psicológicas a través de un intercambio con diferentes organizaciones.

Nos despertamos después de haber dormido en una cama que no creamos nosotros, la adquirimos en una organización comercial, consumimos alimentos que no producimos nosotros, los adquirimos en organizaciones comerciales, usamos vestimentas que no creamos nosotros, las adquirimos en alguna organización comercial que las obtuvo en organizaciones que las fabrican, etc. Si deseamos quedarnos en casa y no salir, seguimos en contacto con algunas organizaciones que nos ofrecen servicios de agua potable, electricidad, televisión por cable, telefonía, etc.

Sin olvidar el hecho real de que la casa que habitamos no la construimos nosotros, la construyó una empresa que se dedica a la creación de unidades habitacionales. Si somos afortunados poseedores de un vehículo, ese vehículo no lo construimos nosotros, lo ensambló una organización que se dedica a la producción de automóviles, que a su vez utiliza los servicios de un sinnúmero de organizaciones proveedoras de cada una de las partes que forma parte del ensamblado de un vehículo (motor, carrocería, llantas, cristales, asientos, sistema de radio, gps, etc.) Inclusive cuando fallecemos, recibimos los servicios de una organización que se llama funeraria, por eso es que se afirma que vivimos en una sociedad organizacional, en la era de las organizaciones.

Por todos esos motivos, el estudio de las organizaciones contemporáneas no debe ser tema exclusivo de especialistas y académicos, sino que el conocimiento científico de las mismas debe socializarse para que la población comprenda el papel que juegan las organizaciones en nuestras vidas laborales, sociales y personales, partiendo de la premisa de que todas las personas que formamos parte de esta sociedad somos consumidores o potenciales consumidores y como consumidores tenemos derechos que deben darse a conocer.

Vemos que cada día surgen nuevas organizaciones que se aventuran a ingresar al mercado presentándonos nuevos productos o servicios, o nuevas formas de brindar servicios, pero también podemos observar que cada día desaparece un sinnúmero de organizaciones que desaparece por fallas en su administración, deficiente liderazgo, miopía mercadológica o simplemente sucumbiendo por la falta de recusos económicos y apoyo gubernamental ante la competencia desleal que se observa en la guerra comercial que existe en nuestros días entre las grandes corporaciones transnacionales y las organizaciones nacionales.

La globalización y sus efectos sociales

Después de la caída del muro de Berlín terminó la guerra fría en la que los protagonistas principales eran Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que se desmoronó en un aparente triunfo del capitalismo, pero de inmediato comenzó otro tipo de guerra, una guerra comercial internacional en la que el pez más grande se come al pez más chico, al difundirse la economía de libre mercado en la mayor parte del mundo, surgiendo lo que conocemos como globalización que vino a fortalecer la expansión y crecimiento de las grandes compañías transnacionales.

La globalización provocó la apertura de fronteras y la liberación de aranceles en diferentes países para lograr el libre tránsito de mercancías, esta apertura comercial contribuyó a fortalecer a las grandes corporaciones transnacionales que se convirtieron en figuras gigantes en el mercado mundial al competir en condiciones de desigualdad con las empresas de los países que iban “conquistando”.

Recordemos que la economía de los países latinoamericanos se basa en el funcionamiento de millones de micro y pequeñas empresas que de un día para otro se vieron envueltas en una competencia desleal con las grandes compañías transnacionales que llegaron a sus países “a conquistar mercados”, contando con el apoyo de los gobiernos locales expresado en concesión de terrenos para su instalación, exención de pago de impuestos y tarifas bajas en consumo de agua y energía eléctrica, etc. Todo esto a nombre de que la presencia de las grandes transnacionales representaría una inversión en la economía nacional que contribuiría al desarrollo económico a través de la generación de nuevos empleos.

Esta competencia desleal se da en una desigualdad de circunstancias ya que las grandes corporaciones transnacionales llegan a nuestros países contando con un gran capital, más recursos materiales y personal más calificado, mientras que las pequeñas empresas de los países latinoamericanos son por lo regular empresas familiares cuyo personal no tiene nociones de administración, con capital limitado y viviendo prácticamente al día con ganancias limitadas. Esto les permitió iniciar una guerra de precios ofreciendo grandes descuentos en el inicio de sus operaciones para capturar nuevos consumidores, una estrategia que les funcionó porque muchos microempresarios no pudieron competir bajando sus pecios. El resultado de esta confrontación cotidiana ha sido la quiebra de millones de pequeñas empresas en Latinoamérica y el mundo entero, que no pudieron resistir la embestida de las grandes compañías que en la era de de la globalización están provocando que millones de personas en el mundo entero, consuman los mismos tipos de productos alimenticios, usen las mismas prendas de vestir y con ello están creando una “cultura mundial” globalizada, en detrimento de las culturas culinarias y y hábitos de consumo regionales y nacionales.

El posicionamiento en las preferencias del mercado de las grandes compañías transnacionales se ha ido fortaleciendo con el paso de los años, debido a que los consumidores fueron atraídos por la “novedad” de productos que desconocían, las continuas promociones y ofertas de descuentos con las que iniciaron sus operaciones las empresas transnacionales como parte de sus estrategias. El posicionamiento en el mercado de las compañías transnacionales se logró al capturar la atención y preferencia de un amplio espectro del mercado que experimentó la sensación de pertenecer a una élite de privilegiados que tenían la capacidad adquisitiva para comprar la membresía a estas organizaciones y consumir sus productos, poco a poco lograron abatir a la competencia nacional que en forma gradual se ha estado rindiendo y cerrando sus puertas en forma indefinida, afectando a la economía nacional con el cierre de miles de empresas y el consecuente aumento del desempleo, además de que las ganancias de estas operaciones se destinan al extranjero y no se invierten en el desarrollo económico de nuestros países.

Debemos tomar consciencia de que somos nosotros quienes al acudir a realizar nuestras compras en las grandes tiendas comerciales, estamos alimentando el crecimiento de las grandes corporaciones que están provocando la quiebra masiva de miles de micro y pequeñas empresas en nuestro país, porque al privilegiar nuestro consumo en los grandes comercios en busca de marcas que aunque sean caras, son “reconocidas a nivel mundial”, dejamos de consumir productos nacionales o servicios ofertados en los pequeños comercios locales y con ello contribuimos a afectar la economía nacional al colaborar de manera indirecta en la expansión y consolidación de las grandes corporaciones en nuestros países y con ello a la quiebra económica de miles de micro y pequeñas empresas llevando a miles de personas a la condición del desempleo.

La globalización y los tratados de comercio internacional no trajeron consigo un beneficio para los habitantes de los países que firmaron dichos tratados, en realidad los que se beneficiaron fueron los directivos y altos funcionarios de las corporaciones transnacionales que lograron conquistar nuevos mercados y “derrotar” a la competencia maximizando su beneficio económico al explotar recursos naturales de países en desarrollo, generar una producción masiva mediante la explotación laboral de los centros de producción y estimular un consumo masivo.

Antes del covid padecíamos los efectos de una crisis económica provocada por la implementación de políticas neoliberales que lograron la mutilación de las constituciones políticas de varios países con el objetivo de eliminar derechos laborales tales como la estabilidad en el empleo, el derecho a la jubilación, la eliminación de jornadas de 8 horas de trabajo al día, etc. Junto a esas restricciones de los derechos de los trabajadores se impusieron políticas de topes salariales para impedir que los trabajadores organizados en sindicatos tuvieran aumentos significativos en sus salarios durante las revisiones contractuales, mientras que no sucedía tal control en los precios de los productos ofertados en el mercado. La desigualdad social crecía sin detenerse y las empresas contrataban en condiciones de gran desventaja para los trabajadores que se veían obligados a aceptar largas jornadas de trabajo, bajos salarios y un ambiente de incertidumbre hacia el futuro. La meritocracia dejó de existir gracias a la corrupción existente en las organizaciones que eran conducidas mediante un neanderthlismo administrativo a través del cual ignoraban las aportaciones de las ciencias que orientaban de forma científica cómo conducir a las organizaciones. El desempleo aumentaba día tras día, por lo que millones de personas se vieron obligados a tener dos trabajos o ingresar al mercado informal como vendedores ambulantes o abriendo pequeñas empresas, las llamadas microempresas, que funcionan con más pérdidas que ganancias.

Mercadotecnia y Economía

Por las razones anteriores es de extrema importancia comprender que en esta guerra comercial por la conquista del mercado, nosotros somos el mercado, es decir, el objetivo de la guerra comercial que pretenden lograr y lo están consiguiendo porque estamos aceptando satisfacer nuestras necesidades consumiendo los productos que nos ofrecen en las grandes tiendas comerciales y hemos dejado de consumir en los pequeños comercios. Esto quedaría más claro si partimos de la definición del concepto de mercado como “aquel conjunto de personas que comparten deseos, necesidades o expectativas que desean satisfacer y que cuentan con la capacidad adquisitiva para pagar el consumo de un servicio o producto que satisfaga esas necesidades”.

Durante el siglo pasado las grandes organizaciones que lograron triunfar y posicionarse en forma exitosa en el mercado, tenían como común denominador el que prestaban atención a los cambios sociales que estaban afectando al mercado antes de tomar las decisiones en la conducción de sus organizaciones. Es decir, utilizaban el enfoque de mercadotecnia para dirigir sus empresas, este enfoque consiste en prestar atención a lo que está sucediendo en el mercado, es decir, en la población general vista como potenciales consumidores, los cambios culturales, políticos, económicos, ecológicos, afectaron los patrones de consumo y el gran mercado de masas se dividió en grandes grupos de consumidores. Por estos cambios en el consumo surgió la mercadotecnia puede definirse como “un proceso a través del cual los directivos de una organización realizan una investigación social basada en criterios científicos, que les permite identificar los deseos, las necesidades y las expectativas de un grupo de consumidores y en base a los resultados obtenidos en esta investigación proceden a diseñar el producto o servicio que podrá satisfacer esos deseos, necesidades o expectativas en mejores condiciones que la competencia”. Por realizar esta investigación social, se afirma que la administración de una organización con enfoque de mercadotecnia está basada en un enfoque de “afuera hacia adentro”, es decir, en base a los cambios sociales los directivos determinan determinan qué producto ofrecerá la organización al mercado, mientras que las organizaciones que no utilizan el enfoque de mercadotecnia padecen de lo que se conoce como “miopía de mercadotecnia” y su enfoque de administración es de “adentro hacia afuera”, es decir, no vislumbran los cambios sociales y su impacto en el comportamiento de los consumidores y sólo se preocupan por crear un servicio o un producto de calidad pero no existe la seguridad de que el mismo satisfaga las necesidades de los consumidores.

El desarrollo de la mercadotecnia atravesó por diferentes etapas de evolución, pasando de segmentar al mercado de masas, dividiendo al conjunto de consumidores en segmentos del mercado, es decir, grupos con características sociodemográficas similares, después surgieron los nichos del mercado cuando a los segmentos se les dividió a su vez en segmentos más pequeños descubriendo nuevos agrupamientos de consumidores en función de gustos, intereses, motivaciones, etc. Finalmente surgió la mercadotecnia personalizada cuando las computadoras permitieron almacenar una gran cantidad de datos de una misma persona: edad, estado civil, nivel de ingresos, antiguedad en el empleo, tipo compras realizadas, formas de pago, etc. Es cuando surgió la mercadotecnia llamada de “tiro fijo”, en la cual los mercadólogos apuntaban a un individuo singular hacia el cual le dirigían mensajes promocionales a través de correo electrónico, correo convencional o algún otro medio.

Durante 20 años impartí el seminario Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor (1985-2,005), dirigido a alumnos del noveno semestre de Psicología de la Universidad de Sonora en México. Parte de la bibliografía que utilizaba era un libro titulado Maximarketing de los investigadores Stan Rapp y Tom Collins, quienes afirmaban en aquel entonces que el descubrimiento más importante del siglo XX fue la invención de la computadora porque permitía almacenar una enorme cantidad de datos personales sobre cualquier persona y podían realizar una mercadotecnia personalizada al registrar en las compras realizadas los datos personales del consumidor. Diversas investigaciones sobre la psicología del consumidor coinciden en que las personas compran productos no para satisfacer necesidades físicas o psicológicas, sino mas bien compran para mostrar a las demás personas que tienen capacidad adquisitiva mayor que los demás. Consumen para mostrar un estatus social superior al de las demás personas y por ello compran más de lo que necesitan y aumentan sus deudas en forma considerable sin necesidad de hacerlo.

    Tal sólo basta ver nuestro guardarropa, nuestro calzado, vestimentas, tenemos más prendas de las que necesitamos, pero seguimos sintiendo que necesitamos "estrenar" ropa nueva, calzado nuevo, teléfono nuevo, automóvil del año, etc. Esa es la mentalidad del homo consumens, su existencia sólo encuentra significado en el consumo, si no consume no existe.

En el siglo pasado para tomar decisiones las empresas realizaban estudios de mercado con los cuales obtenían perfiles psicográficos a través de los cuales identificaban rasgos de personalidad, intereses, necesidades psicológicas, formas de percepción, estilos de aprendizaje, etc. Para obtener esta información utilizaban la técnica de los grupos de enfoque que consiste en una reunión de personas seleccionadas deliberadamente por compartir ciertas características, a quienes se les pide participar en una serie de reuniones planificada que tiene como objetivo provocar e identificar las percepciones del consumidor sobre un tema o área de interés en particular en un ambiente de apertura en la comunicación. Este tipo de técnica permite lograr la interacción e interinfluencia entre los integrantes del grupo durante una discusión sobre ideas predeterminadas que pueden ser el lanzamiento de un nuevo producto y con ello logran identificar el nivel de aceptación que tendrá dicho producto..

En nuestros días, en pleno siglo XXI, el desarrollo de la tecnología digital ha cambiado los procesos mercadológicos, las grandes organizaciones actúan obteniendo datos personales de las redes sociales, de nuestras computadoras, de nuestros teléfonos celulares, los cuales almacenan información con cada click que damos en cada fotografía, por cada link que visitamos o página de internet o redes sociales, vamos dejando una huella que analizada en forma científica nos desnuda psicológicamente y permite a los mercadólogos conocer nuestro perfil psicológico mucho mejor de lo que nosotros nos conocemos.

Recientemente la empresa facebook ha sido acusada de compartir información personal de sus suscriptores con las grandes corporaciones para obtener beneficios económicos y la discusión se ha reanudado al anunciar que los propietarios de facebook comprarán Whatsapp y el temor fundado es que la privacidad de usuarios de Whatsapp y facebook sea invadida al compartir los contenidos de conversaciones en chats y el historial de búsqueda por parte de directivos de las grandes corporaciones. En la era digital las grandes corporaciones ya no necesitan realizar estudios sociales ni grupos de enfoque para obtener nuestro perfil psicográfico, nosotros mismos les hemos proporcionado suficiente información personal a través las fotos que subimos a redes sociales, informando de los lugares que visitamos, publicando fotografías de lo que comemos, etc. El teclado de nuestras computadoras y teléfonos celulares es la principal fuente de información de las grandes corporaciones porque a través de ellos reflejamos nuestros gustos, nuestras inclinaciones, tendencias e inclusive nuestros propios pensamientos y sentimientos mientras navegamos en internet o en redes sociales, no en balde facebook nos recibe con la pregunta: ¿Qué estás pensando? Y nos ofrecen emoticones para expresar nuestros sentimientos.

El impacto del covid en las micro y pequeñas empresas

Según el INEGI en México, las pequeñas y medianas empresas en el país representan el 99% del total de organizaciones operando en el país, generan el 72 % del empleo y el 52% del producto interno bruto y representan entre el 70% y el 80% de la creación de nuevos empleos. Dentro de este gran grupo, existe otro denominado microempresas, llamadas así porque no tienen más de 10 empleados y no generan ventas mayores al millón de pesos al año. Estas últimas general el 46% del empleo y existen alrededor de 2.5 millones de microempresas que operan en la informalidad representando un promedio de 22.2 millones de empleos informales.

Por lo regular las microempresas actúan en el terreno de la informalidad, es decir, no cuentan con registro legal por lo que no reportan al Servicio de Administración Tributaria (SAT), no aseguran a sus trabajadores, tienen alta rotación de personal y su existencia es mucho más corta que la de las grandes corporaciones. Son empresas que viven al día, lo que quiere decir que lo que venden va directamente a la boca de quienes trabajan y no pueden reinvertir en mejoras para su negocio. No pueden realizar acciones de planeación a largo plazo, se limitan a subsistir día tras día y no tienen recursos para enfrentar un día sin ventas.

Podría decirse que su existencia “pende de un hilo” o se encuentran en la orilla del abismo en forma permanente. Por supuesto que ha habido casos en los que un pequeño negocio inicia de forma modesta y con el paso del tiempo se fortalece y consolida al grado de estar en condiciones de abrir otra sucursal en otra plaza o lugar geográfico, pero lamentablemente, estas son las excepciones y la regla es que las microempresas tienden a desaparecer con el paso del tiempo y en el mejor de los casos lograr sobrevivir sin alcanzar un gran crecimiento porque en el mundo competitivo en el que vivimos, existe una guerra comercial en la que el pez más grande se come al más chico y en nuestra realidad inmediata el pez más grande son las grandes corporaciones transnacionales que instalan una sucursal en nuestro país, poco a poco se van multiplicando a través de franquicias y el grueso de las ganancias económicas (o sea el dinero que gastamos en esos lugares) se va al extranjero y la economía nacional pasa a depender cada vez más de la existencia de estos gigantes del mercado que dicho sea de paso, durante esta pandemia han aumentado los precios de manera descarada, mientras que las microempresas continúan desapareciendo sin dejar rastro.

Por estas razones se puede afirmar que este tipo de micro y pequeñas empresas han recibido un impacto realmente negativo durante la pandemia del covid, de tal forma que a la búsqueda diaria de subsistencia de estas microempresas en condiciones normales, se sumó la disminución de ventas durante el confinamiento voluntario y sin ventas no hay dinero para pagar a los empleados o el costo de la renta del local u otro tipo de gastos fijos.

Para tener una idea de qué estamos habando, estas microempresas son la tiendita de la esquina, el puesto de tacos que funciona durante la noche, el comerciante ambulante, el pequeño proveedor, el taller de servicios, etc. Representan una parte importante del motor de la economía nacional. La disminución de las ventas durante la pandemia del covid provocó el cierre de cientos o miles negocios y en consecuencia generó un desempleo masivo a nivel nacional.

Durante esta pandemia del covid el impacto que ha tenido sobre las micro, pequeñas y medianas empresas se ha traducido en disminución de ventas por el cierre temporal por motivos sanitarios, el cierre de estos negocios implicó la disminución de sus ventas, la baja en las ventas provoca que no tengan dinero suficiente para pagar la nómina y al no poder pagar salarios, lo que sucede es que se despida al personal. La pandemia del covid ha aumentado el desempleo en México de manera considerable.

Obviamente, la pandemia ha afectado toda la economía porque ha paralizado o reducido en gran medida el consumo de la población al reducir la movilidad social, las grandes empresas también han visto reducidas sus ventas y con ello sus ganancias, pero a diferencia de las micro, pequeñas y medianas empresas, lograrán salir de la pandemia y continuar laborando en condiciones diferentes, mientras que miles de pequeñas empresas han caído en la quiebra y cerrado sus negocios en forma definitiva.

Conclusiones

Para obtener lo que deseamos existen cuatro formas de lograrlo, primero sería el autoconsumo, que implicaría que nosotros cultiváramos nuestros propios alimentos y fabricáramos nuestras prendas de vestir. Segundo, mendigar, pedir limosna o caridad. Tercero, cohesión, lo que significa apropiarnos de lo que queremos a través de la fuerza o de la violencia (robos, asaltos) y finalmente tenemos el cuarto método que es el intercambio.

El concepto de intercambio tiene la ventaja de que las personas logran la satisfacción de sus necesidades sin verse obligados a despojar a otros de sus bienes, depender de la caridad o preocuparse de producir por su cuenta lo que necesita. El intercambio no sólo es un concepto más de mercadotecnia, en realidad el intercambio es la esencia del capitalismo, pero lamentablemente no todos podemos participar en procesos de intercambio porque para que éste funcione se necesitan algunas condiciones de las cuales, por cuestiones de espacio sólo mencionaré dos: 1. que existan dos partes (personas), 2. que cada parte (personas posea algo de valor para la otra parte. El intercambio en nuestro sistema social se logra a través de dinero en efectivo o crédito. Si tenemos dinero o capacidad de pago a crédito somos parte del mercado, si no tenemos dinero somos excluidos del mercado y no podremos satisfacer nuestras necesidades.

Aquí radica el origen de la desigualdad social, quienes no tienen dinero o capacidad crediticia, son marginados del desarrollo económico, son los consumidores defectuosos que no forman parte del mercado porque no tienen nada que ofrecer y en consecuencia no pueden realizar un intercambio para satisfacer sus necesidades físicas y psicológicas.

Las organizaciones en su crecimiento han logrado hacernos olvidar nuestra condición de homo sapiens y nos han reducido a la condición de homo consumens. Hoy en día una inmensa mayoría de la población vive para trabajar, no disfrutan sus vidas, trabajan para pagar las deudas que han adquirido en su comportamiento como consumidores. La nueva esclavitud en la economía neoliberal implica que la mayor parte de la población esté endeudada, viviendo con créditos, adquiriendo nuevos créditos para pagar viejas deudas, pagando altas tasas de interés bancario.

La economía capitalista, en el contexto de la globalización y con la implementación de políticas neoliberales se encuentra en manos de un nuevo cártel de delincuencia organizada llamado poder corporativo que controla el poder político en varios países con su poder económico y mantiene un modelo social que ya es imposible sostener porque se basa en la explotación laboral, la explotación irracional de recursos naturales, la destrucción de ecosistemas para generar una producción masiva de productos que coloca en el mercado y estimula a través de los medios masivos de difusión un consumo masivo de estos productos elaborados bajo el concepto de “obsolescencia programada” que significa que cada vez tienen menor tiempo de vida, por lo que serán desechados a corto plazo para ser sustituidos por otros productos nuevos. Vivimos bajo una dictadura del mercado, que impone políticas económicas con el discurso de favorecer al mercado, que traducido en palabras claras se refiere a conservar un sistema que lo único que garantiza es la maximización de las ganancias económicas para los propietarios de las grandes compañías transnacionales.

Pero no todo está perdido, ya es tiempo de que tomemos consciencia del poder que tenemos como consumidores que, al usarlo en forma inteligente, podríamos invertir la situación si sólo consumimos lo que realmente necesitamos para no aumentar nuestras deudas. Todos los que vivimos en la sociedad contemporánea tenemos algo en común, “somos consumidores”, si actuamos en forma unida, organizada y masiva realizando bloqueos en las compras de aquellas organizaciones que abusan de los derechos de los consumidores al aumentar sus precios injustificadamente, que promueven la venta de productos en cuya elaboración produjeron daños al medio ambiente, a la ecología o fueron realizados en base a la explotación laboral de sus trabajadores, podríamos revertir la relación asimétrica de poder en la que nos encontramos actualmente.

Las organizaciones nos controlan hoy en día en formas que no tenemos idea, nos manipulan al grado de que llegamos a pensar que las ideas que tenemos dentro de nuestras cabezas son nuestras ideas, cuando en realidad son el producto de todo un proceso mercadológico en el que la publicidad y los medios masivos han jugado un papel importante. De la noche a la mañana sentimos la necesidad de comprar un producto que el día anterior ni siquiera sabíamos que existía. Ya basta de tanta manipulación, por nuestra salud mental y por el bienestar de nuestra economía familiar debemos realizar compras inteligentes, consumir sólo lo que necesitamos. La pandemia del covid nos obligó a un confinamiento voluntario que implicó una reducción de nuestro consumo. Reflexionemos sobre nuestras posesiones que tenemos y el motivo por el que las compramos, sin duda alguna varias prendas y artículos se encuentran arrumbados en un rincón, porque nos han condicionado a consumir no para satisfacer necesidades, sino para presumir ante los demás un nivel de vida ficticio.

El sistema capitalista nos presenta a las organizaciones privadas tipo empresas como el nivel máximo de desarrollo social, aprovechemos los conocimientos sobre el funcionamiento de las organizaciones para crear organizaciones públicas de defensa de los derechos de los consumidores.

Finalmente, debemos tomar acciones para revitalizar la economía nacional consumiendo en aquellas microempresas o pequeñas empresas que ofrecen productos nacionales para revertir el desempleo apoyando las fuentes de empleo que generan estas pequeñas organizaciones. El apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas no sólo debe provenir de nosotros los consumidores, el Estado mexicano y los gobiernos de todos los países en Latinoamérica deben implementar políticas de rescate financiero de las micro, pequeñas y medianas empresas porque representan el motor de la economía nacional. Con apoyos gubernamentales estas unidades económicas podrían mitigar el impacto negativo de la pandemia mediante préstamos a plazos o  gestiones gubernamentales para reducir el pago de renta de locales durante el tiempo que cierren por motivo de la pandemia, apoyos para gastos fijos como consumo de energía eléctrica, agua, etc., la idea es evitar la desaparición de estas fuentes de empleo a través de apoyos gubernamentales. El impacto de la pandemia sobre las pequeñas empresas dejó un saldo negativo en el 2,020 al obligar al cierre definitivo de miles de microempresas en Latinoamérica. Los pronósticos indican que en el 2,021 continuaremos en pandemia o en pandemias intermitentes, del apoyo gubernamental y de nosotros depende que sobrevivan las microempresas que todavía funcionan, al igual que aquellas que surgirán en este año. La forma de apoyarlas como ciudadanos es consumiendo en pequeños establecimientos y dejar de alimentar el crecimiento de los gigantes corporativos limitando nuestro consumo en sus establecimientos. 


Dr. Francisco Navarrete Báez. Profesor investigador UNIVA plantel Guadalajara

El COVID-19 y el impacto en micro empresas en México

Comunicación Sistema UNIVALíderes de opinión

https://www.univa.mx/guadalajara/el-covid-19-y-el-impacto-en-micro-empresas-en-mexico/

Stan Rapp/Tom Collins: Maximarketing Ed. McGrawHill

Yescas, Oscar: El castigo de Sísifo en la modernidad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/11/elcastigo-de-sisifo-en-la-posmodernidad.html

Yescas, Oscar: Poder corporativo vs. Poder popular

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/08/podercorporativo-vs_20.html

Yescas, Oscar: Algo está pasando y usted no sabe que es

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/07/algoesta-pasando-y-usted-no-sabe-que-es.html

Yescas, Oscar Psicología, consumo y alienación

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/psicologia-consumo-y-alienacion-oscar.html

jueves, 7 de enero de 2021

 

La obediencia ciega a la autoridad

Oscar Yescas Domínguez

07 de enero del 2,021


Introducción

El conformismo y obediencia social

La irracionalidad e intolerancia como producto de teorías conspirativas

El legado de Donald Trump


Introducción

Me hice el propósito de no repetir el error que cometí el año pasado cuando dije: “Sorpréndeme 2,020” y la sorpresa fue desagradable al sufrir una espantosa pandemia que todavía no termina. Pero parece que este año no hubo necesidad de hacerlo porque en este 2,021 la realidad superó a la fantasía en los primeros días del año, al observar escenas sorprendentes que jamás pensamos que veríamos en las pantallas de nuestras televisiones, de nuestras computadoras o en nuestros teléfonos celulares, como parte de las noticias cotidianas.

Me refiero al asalto del capitolio en Estados Unidos por parte de una turba enfurecida que ingresó violentamente al Capitolio en la ciudad de Washington, horas antes de que el Congreso se reuniera para ratificar el triunfo del demócrata Joe Biden a la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre. Se trataba de formalizar el cambio de poder presidencial, suscribir el final del período presidencial de Donald Trump y el inicio del cuatrienio de Joe Biden, después de haber atendido los reclamos de fraude electoral alegados por Trump y que las instituciones oficiales emitieran un comunicado oficial reconociendo que no hubo tal operación de fraude.

El Senado y la Cámara de Representantes se disponían a celebrar la reunión conjunta para realizar el último conteo de votos y avalar el inminente triunfo de Joe Biden sobre Donald Trump. Una ceremonia que normalmente representa la aceptación formal de los resultados electorales en una elección presidencial.

Pero la situación dio un vuelco de tal manera que lo que sucedió este 6 de enero del 2,021 pasará a la historia como uno de los días más ignominiosos en la historia de Estados Unidos, cuando un gran número de seguidores de Donald Trump rodearon el Capitolio, rebasaron los cordones de seguridad policiaca, escalaron paredes para subir al techo y usaron la violencia rompiendo ventanas para ingresar al edificio que representa uno de los espacios físicos más sagrados para los estadounidenses.

Mientras tanto, en el interior del edificio reinaba el caos y el pánico se apoderaba de quienes se encontraban al interior, ante los gritos e intentos de los simpatizantes de Trump para ingresar al recinto donde se encontraban los legisladores quienes se tiraban aterrorizados al suelo en posición fetal para protegerse de esa invasión, mientras personal de seguridad ponía barricadas en las puertas, desenfundaba sus armas y se disponía a disparar a quienes intentaban ingresar de forma violenta. En medio del caos, cuatro personas perdieron la vida en circunstancias que todavía no están claras. El grupo de legisladores fue trasladado a un lugar seguro en el sótano del edificio mientras la Guardia nacional se movilizaba y la policía utilizaba gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que había ingresado en forma violenta al capitolio.

¿Cómo es que se llegó a este punto de no retorno en la violación de un espacio sagrado en la política estadounidense como lo es el edificio del Capitolio?, ¿porqué fallaron los diversos cuerpos de seguridad y se permitió esta invasión tumultaria a este recinto? ¿Qué provocó esta invasión del capitolio por parte de una muchedumbre iracunda que no dudó en desobedecer a las autoridades policiacas que intentaron contenerla, utilizó la violencia para ingresar al recinto y causaron daños en las oficinas de los legisladores norteamericanos?, ¿Porqué murió una mujer manifestante por un disparo en el interior del Capitolio?, ¿Quién o quienes son responsables de estas acciones?

El conformismo y obediencia social

Para responder a estas preguntas es necesario recurrir a la ciencia de tal forma que logremos iluminar este oscuro panorama que estamos observando. Diversos estudios realizados en Psicología social han demostrado la existencia de un proceso de influencia que existe en las relaciones interpersonales y que nos ayudan a comprender que un individuo puede comportarse en forma irracional cuando forma parte de una multitud, realizando acciones que en forma individual jamás lo haría. Esto se debe  a que en las multitudes las personas no piensan, actúan irracionalmente, lo que motiva prioritariamente sus comportamientos son las emociones y se dejan llevar por ellas bajo la premisa de que tantas gentes no pueden estar equivocadas y no piensan en las consecuencias de las acciones que realicen en forma masiva.   Tomemos como punto de partida que la consideración real de que somos seres sociales, que hemos construido una determinada forma de pensar, sentir y actuar gracias a la interinfluencia que hemos mantenido con figuras significativas en los distintos grupos a los que pertenecemos o hemos pertenecido, lo que se llama "personalidad psicosocial", que nos hace únicos y diferentes a los demás. Pero la influencia social puede provocar un cambio en las creencias, actitudes y valores de las personas, en función de las circunstancias sociales, la historia personal y en medio ambiente social, sobre todo si el individuo se encuentra formando parte de una muchedumbre donde su identidad individual se diluye y se integra a la masa.

Estudios experimentales en Psicología social han demostrado que la influencia social puede provocar una conformidad de un individuo hacia un grupo, aún cuando no coincida en sus valores, actitudes y creencias, debido a la necesidad de aceptación social que todos tenemos. Todos tendemos a adaptarnos a diferentes grupos sociales, aún cuando no compartamos las mismas ideas o tengamos una percepción diferente, porque tenemos una necesidad psicológica que deseamos cubrir que se llama "aceptación social", por este motivo para no recibir la desaprobación de los demás, actuamos como la mayoría se comporta. Esta conformidad puede produce un cambio de opinión, conducta o actitud por la presión del grupo en el que nos encontramos, logrando que actuemos de una manera diferente a la que actuaríamos si estuviésemos solos, un cambio temporal o permanente Los estudios del Psicólogo social Solomon Asch (1951) demostraron en forma fehaciente que un individuo acepta o se acomoda a las normas del grupo, aún cuando en su interior no esté de acuerdo. El conformismo se da cuando un grupo actúa presionando para lograr que un individuo cambie su comportamiento para ser aceptado.

Por otro lado, la influencia social puede provocar una conducta de obediencia a una autoridad que ordena realizar acciones que uno no realizaría o que rechazaría en forma individual, la influencia social puede producir una obediencia ciega de tal forma que el individuo modifique su comportamiento y obedezca órdenes irracionales, aún cuando esté en contra de sus valores personales o cometa algún delito o crimen.

La obediencia a la autoridad fue el argumento que utilizaron los criminales de guerra nazis cuando fueron enjuiciados por crímenes de lesa humanidad. Los psiquiatras y psicólogos que los revisaron no encontraron nada “anormal” en estas personas que realizaron crímenes horribles que la historia no ha olvidado ni olvidará y determinaron que eran personas comunes y corrientes que sólo obedecían a su autoridad.

Esta obediencia ciega a la autoridad fue demostrada experimentalmente por el psicólogo Stanley Milgram que investigó la obediencia a la autoridad en la Universidad de Yale (1974), realizando un experimento con personas de diversa edad y condición social, colocando a algunos de ellos como actores que simularían ser sujetos experimentales que recibirían falsas descargas eléctricas cada vez que respondieran incorrectamente. A otros sujetos experimentales les asignaron la tarea de realizar descargas eléctricas cada vez que los individuos se equivocaran, ellos pensaban que las descargas eléctricas eran reales. Lo sorprendente del experimento es que la mayoría de los que participaron como responsables de realizar las descargas eléctricas, no dudaron en ningún momento en obedecer al científico responsable del experimento cada vez que les pedía aumentar el nivel de voltaje de las descargas, aún cuando el falso voltaje representara poner en peligro la vida de la otra persona, sólo actuaron mostrando una gran obediencia a la autoridad. Con ello demostró que cualquier persona puede realizar acciones de crueldad sin sentir remordimiento alguno, porque no sienten responsabilidad personal ya que están obedeciendo órdenes de una autoridad

La irracionalidad e intolerancia como producto de teorías conspirativas

Hoy en día vivimos como si tuviéramos implantados nuestros teléfonos celulares, no podemos vivir sin ellos. A través de la telefonía celular mantenemos una comunicación virtual con miles de personas en redes sociales. Quien no está conectado a las redes sociales sufre una “muerte social”, es olvidado por sus amigos que sí están dentro de las redes sociales. Estas redes sociales son actualmente nuestras principales fuentes de información y a través de ellas se han creado grandes movimientos colectivos que generaron grandes cambios sociales. Un simple llamado realizado a través de las redes sociales puede lograr que miles de personas se concentren en un sólo lugar y con un sólo propósito. Ya sea una fiesta masiva, una manifestación de apoyo político, una demostración de fuerza social o la concentración de miles de personas que protestan por alguna razón en la que coinciden.

El problema se presenta cuando en plena era de la información, predomina la ignorancia porque en redes sociales abundan las fake news o falsas noticias. Estas dan lugar a las teorías conspirativas que provocan que la ignorancia predomine por encima del conocimiento científico. Un ejemplo de estas teorías conspirativas o falsas noticias las hemos visto en esta pandemia del covid, cuando a pesar de que miles de personas han fallecido en el mundo entero por el coronavirus, todavía hay gente que niegue su existencia y siga comportándose como si no existiera una crisis de salud, exponiendo su salud y vida en riesgo, al mismo tiempo que pone en peligro la salud de los demás.

A diferencia de las falsas noticias el discurso científico utiliza paradigmas, modelos teóricos y se basa en la observación de los hechos para dar respuestas a las diferentes interrogantes que nos plantea nuestra existencia en esta sociedad contemporánea. Al dar una explicación a los problemas sociales que padecemos, el discurso científico se enfrenta a mitos, fábulas y creencias, de tal forma que podría decirse que la ciencia se consolida como una explicación hegemónica acerca del funcionamiento de nuestra sociedad, de la naturaleza y del medio ambiente.

Pero lamentablemente, en plena modernidad siguen circulando discursos anticientíficos o pseudocientíficos que promueven la ignorancia, el fanatismo y la intolerancia y se alejan de la realidad. La existencia en plena modernidad de este tipo de discursos se debe en buena parte a que manejan explicaciones simples acerca de problemas complejos, algo que el discurso científico no hace, ya que requiere de análisis y aprendizaje teórico, es decir, implica desarrollar un pensamiento crítico y autónomo, algo que no existe en forma generalizada en la era de la información.

En varias partes del mundo entero han surgido agrupaciones sociales y partidos de derecha que utilizan las redes sociales para circular noticias falsas que desinforman y con ello favorecen a la manipulación social, al mismo tiempo que generan un caos social, sobre todo cuando se utilizan en procesos electorales. Lo vimos con Donald Trump en Estados Unidos y con Jair Bolsomaro en Brasil.

El legado de Donald trump

Desde su campaña, el Presidente norteamericano utilizó un discurso con tintes de intolerancia y racismo, utilizó la técnica del “chivo expiatorio” que utilizan los políticos de derecha para ganar adeptos, culpando a comunidades específicas de los problemas sociales que enfrentaba la población estadounidense. Parte de su discurso tenía un contenido que culpaba a los inmigrantes de los problemas de la economía nacional al decir que ellos llegaban al país y les robaban los puestos de trabajo a los ciudadanos norteamericanos y fue aún más lejos al provocar temor y acusar a los inmigrantes mexicanos de “violadores”, por lo que impulsó iniciativas para construir un muro que impidiera el paso a los inmigrantes.

Durante su gestión presidencial se fortalecieron los grupos conservadores y supremacistas, provocando un incremento del racismo que provocó varios incidentes por motivos raciales. Durante su gestión se promovió el discurso del odio, un odio al extranjero, una desconfianza y violencia hacia los inmigrantes ilegales que llegaron a afectar a ciudadanos estadounidenses con ascendencia latina, de tal manera que este racismo fortalecido desde la Casa Blanca llevó a expresiones de rechazo social a alguien por el tono de su piel, por su complexión física, por hablar otro idioma que no sea el inglés.

Con el uso de un discurso del odio se intentó culpar al extranjero de la movilidad de las grandes compañías prefieren abrir sucursales en países lejanos para pagar salarios menores a los que pagaría a trabajadores estadounidenses. El discurso del odio intentó generar inestabilidad psicológica creando sentimientos de inseguridad, temor, incertidumbre entre la población, para presentar propuestas de incremento al presupuesto militar o intervenciones militares en el extranjero dirigida a “blancos hostiles” utilizando la mentira, el engaño y el fraude para lograr que las grandes corporaciones de fabricantes de armas obtengan del gobierno contratos millonarios y los políticos puedan seguir cuidando “la seguridad nacional”. Este mismo discurso del odio llegó al extremo de que algunos simpatizantes de Trump señalaran durante la campaña electoral a simpatizantes del partido demócrata como "liberales comunistas".

Durante su gestión menospreció el peligro de la pandemia del covid, se negó a usar mascarilla e inclusive llegó a convocar a reuniones masivas en plena crisis sanitaria, provocando con ello que Estados Unidos se convirtiera en el foco de la pandemia del covid a nivel mundial, lo cual es de extrema gravedad porque en este país la salud es privada.

Desde que empezaron a salir los primeros resultados de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre, al ver que no le favorecían, Donald Trump empezó a cuestionarlas alegando que se estaba cometiendo fraude y llegó al extremo de pedir detener las elecciones en algunos Estados de la Unión Americana. La demanda de fraude la mantuvo durante los dos últimos meses del año pasado e interpuso recursos legales que obligaron al reconteo de votos para verificar si hubo fraude o no.

Las instancias involucradas en avalar las elecciones realizaron su trabajo revisando los votos terminando por certificar que no hubo fraude como alegaba Donald Trump. Ante el fallo a sus reclamos, Trump utilizó las redes sociales para denunciar fraude electoral y arengó constantemente a sus simpatizantes a manifestarse y “defender la democracia”. Ante su empecinamiento el Partido Republicano se dividió entre quienes apoyaban la teoría del fraude y quienes optaron por reconocer la legitimidad del triunfo de Joe Biden.

Siempre utilizando redes sociales (Twitter, facebook, Instagram), Trump arengó a sus simpatizantes ese fatídico día a dar una demostración de fuerza a los legisladores y dirigirse al capitolio donde se reunirían para avalar los resultados electorales. Pero la situación se salió de control porque una multitud enardecida, desobedeció a la policía que trató de impedir el ingreso al edificio de una multitud de simpatizantes de Trump, sin lograrlo. Rompiendo ventanas, derribando puertas y escalando las paredes, los simpatizantes de Trump ingresaron invadiendo el edificio en forma violenta, provocando caos, temor y pánico entre los legisladores que eran protegidos por un reducido número de elementos de seguridad que intentaron impedir el acceso a uno de sus espacios con armas en la mano.


En uno de esos intentos de ingresar a una parte del edificio del capitolio, mientras una muchedumbre golpeaba una puerta intentando derribarla desoyendo las indicaciones en contra de personal de seguridad que se encontraba dentro, se produjo un disparo proveniente de un elemento de seguridad que impactó en el cuerpo de una mujer simpatizante de Trump, Ashli Babbitt, veterana de guerra, quien falleció horas después. Cuando su esposo se enteró de su muerte no pudo explicar qué hacía ella en el capitolio, sólo la describió como una "mujer patriota". Otras tres personas fallecieron en incidentes relacionados con este asalto al edificio del Capitolio. Refuerzos de policía y elementos de la Guardia Nacional lograron desalojar con gases lacrimógenos a los simpatizantes de Trump.

En este punto surgen otras preguntas que deben responderse: ¿Quién es el responsable de la muerte de Ashli Babbitt que falleció de un disparo en el interior del Capitolio?, ¿el guardia  que cumpliendo con su deber de defender la seguridad del edificio gubernamental disparó ante la actitud agresiva de una multitud que actuaba en forma irracional?, ¿Qué hacía Ashli Babbit en ese lugar?, ¿la multitud que llegó al Capitolio obedecía órdenes de una figura de autoridad como lo es el Presidente de Estados Unidos que pidió a sus simpatizantes dar una demostración de fuerza y dirigirse a ese edificio?

Después de los acontecimientos en el Capitolio, los directivos de redes sociales de facebook, twitter e instagram suspendieron temporalmente las cuentas de Donald Trump bajo el argumento de que estaba incitando al odio y a la violencia. Después de los hechos los invasores del Capitolio han sido acusados de sedición y están siendo buscados por los cuerpos de seguridad, esos mismos cuerpos de seguridad que no previeron, que no actuaron para impedir la invasión del Capitolio. ¿Acaso no actuaron porque estaban obedeciendo órdenes del Presidente en funciones Donald Trump?, ¿ el mismo que estuvo instigando a sus seguidores a dar demostraciones de fuerza para impedir el “fraude electoral”?

¿Quién tiene las manos manchadas de sangre, el guardia de seguridad que disparó, los invasores del capitolio que obedecían a su autoridad máxima el presidente Donald Trump, o el mismo Donald Trump es el principal responsable?

Las comparaciones son odiosas pero a veces inevitable, como en esta ocasión, recordemos las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter que surgieron por varios actos de racismo policiaco en los cuales fallecieron varias personas de raza negra por brutalidad policiaca. Eran miles de manifestantes en cientos de ciudades estadunidenses que protestaban en forma pacífica y sin armamento alguno. Aún así, Donald Trump movilizó a la policía, a la Guardia Nacional e inclusive al ejército para custodiar la Casa Blanca. En un momento determinado se dio la orden y los cuerpos policiacos arremetieron con violencia hacia los manifestantes golpeándolos, arrojándoles gas lacrimógeno y deteniendo a centenares de manifestantes. En esos casos, la violencia provino del Estado en contra de ciudadanos estadunidenses desarmados.


Pero en esta ocasión, en el asalto al Capitolio de Washington, miles de simpatizantes de Trump, varios de ellos con armas en sus manos se manifestaron y tomaron por asalto el edificio del Capitolio utilizando la violencia. No hay detenidos hasta el momento, la pregunta es: ¿porqué esta doble moral? ¿porqué a algunos se les reprimió y detuvo y  a otros no?, ¿Cómo es posible que el Capitolio fuera tomado por asalto?, ¿Qué estaban haciendo elementos del servicio secreto, cuerpos policiacos y tantas agencias de seguridad que no actuaron para impedir esta “demostración de fuerza” que dejó un saldo de 4 muertos? La única explicación lógica es que dichos cuerpos policiacos, al igual que los manifestantes actuaron obedeciendo a la autoridad, unos actuando para protestar por “un fraude electoral”, "defendiendo la democracia" y otros permaneciendo inmóviles siguiendo instrucciones de su autoridad máxima de no hacer nada.

El legado que deja Donald Trump está manchado de sangre y se centra en la manipulación que hizo de miles de ciudadanos estadounidenses para intentar seguir en el poder, ciudadanos que actuaron creyendo que defendían la democracia, al obedecer a la figura máxima de autoridad en el país en el que viven, quien les pidió movilizarse para defender la democracia. El legado de Trump que pasará a la historia es dejar a un país dividido, un fortalecimiento del racismo provocado por el uso de un discurso del odio, dividió al partido republicano, generó un debilitamiento de las instituciones responsables de garantizar la democracia en Estados Unidos y provocó un distanciamiento entre buena parte de la población y el nuevo gobierno que entrará en funciones y durará cuatro años. 


Yescas, Oscar: El grito de los oprimidos se hace escuchar: “No puedo respirar”

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/05/elgrito-de-los-oprimidos-se-hace.html

Yescas, Oscar: El arcoiris norteamericano en pie de lucha

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/06/elarcoiris-norteamericano-en-pie-de.html

Yescas, Oscar: El discurso del odio

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/08/eldiscurso-del-odio-oscaryescas_5.html

LAS CONSPIRACIONES: EL PELIGRO DE CAER EN LA IRRACIONALIDAD Y LA INTOLERANCIA

http://www.xn--sociologainquieta-kvb.com/2020/08/las-teorias-de-las-conspiracion-el.html?m=1&fbclid=IwAR3EVLGRXYJhmjGQ_NN1oXitxb_ltrPCF3ec1EhcdszKY08a690mOzUc3L4

El momento en que Ashley Abbitts recibe el disparo

https://www.youtube.com/watch?fbclid=IwAR1-R70uny2f_QRLFKmcDv5vGuaiws60bquYzjapn7kV5rBctVt3sIzzB6A&v=mgnh5jvmuZw&feature=youtu.be&ab_channel=ElPa%C3%ADs

La influencia social

https://www.clinicakahlo.mx/blog/influencia-social/




https://elpais.com/internacional/elecciones-usa/2021-01-07/ashli-babbitt-la-veterana-del-ejercito-y-fan-de-trump-que-acabo-abatida-en-el-capitolio.html