El
idiota del pueblo
Oscar
Yescas Domínguez
Primero
de diciembre del 2,018
Dicen
que los pueblos tienen el gobierno que se merecen, la verdad no
comulgo con esta idea. Contiene parte de verdad en la medida de que
en un contexto de desigualdad social que genera un gran sufrimiento
colectivo por sumir a millones de mexicanos en condiciones de
pobreza, la participación social que se esperaría no es la deseable
y la pobreza es aprovechada por quienes están enquistados en el
poder para manipular la ignorancia colectiva a su favor.
La
validez social del dicho de que cada pueblo tiene el gobierno que se
merece está en relación directa al nivel de participación social
que tenga su población. Si los integrantes de la comunidad o
ciudadanos de la nación no participan en política a nombre de que
los políticos son corruptos, quienes están en el poder se
aprovecharán de esta equivocada concepción del quehacer político
que les deja las manos libres para robar los fondos públicos.
Pero
si los integrantes de una sociedad participan activamente en los
asuntos sociales y políticos, quienes tienen el poder político y
económico tendrán que considerar la voluntad popular en las
decisiones de relevancia social.
Sin
embargo, debemos considerar que la clase en el poder utiliza
mecanismos de control social para difundir una ideología dominante
que representa los intereses de la clase dominante. Esta ideología
que asimilamos sin darnos cuenta todos los días la recibimos a
través de diferentes instancias que participan en el proceso de
socialización que estructura nuestra personalidad psicosocial
influyendo en nuestras formas de pensar, sentir y actuar. Las metas
que persigue este proceso de ideologización es desarrollar actitudes
de obediencia a la autoridad, temor al cambio social, distorsionar la
realidad y presentarla como algo que no puede ser cambiada.
Pero
la historia nos demuestra que los grandes cambios sociales se han
presentado a través de la participación de grandes movimientos
colectivos que han luchado para conquistar derechos, en contra de la
injusticia y por la búsqueda de la democracia social. En ese sentido
se habla de la existencia de una construcción social de la realidad
que consiste en tomar consciencia de que la realidad social en la que
vivimos la construimos todos y cada uno de nosotros a través de la
aceptación de los roles que nos toca desempeñar en los diferentes
grupos sociales, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos.
Precisamente por esto en el campo de las ciencias sociales se hace
énfasis en la necesidad de estimular la participación social para
impulsar los cambios sociales. Todas las disciplinas sociales sin
excepción reconocen la necesidad de cambiar nuestra sociedad.
El
conocimiento científico nos permite percatarnos de que la realidad
no es inmutable, que podemos cambiarla y esto se logrará en la
medida de que nos despojemos de ideologías individualistas,
superemos los temores que nos han inculcado durante toda nuestra
vida, incrementemos nuestra participación social y sobre
todo cuando recuperemos nuestra dignidad como seres humanos.
Bajo
la perspectiva del construccionismo social, de nosotros depende que
la expresión “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” no
sea una realidad y en el caso de México podemos ver que quedó
demostrada la validez de la teoría del construccionismo social al
observarse que 30 millones de mexicanos decidieron Juntos cambiar la
historia del país para llevar al poder a Andrés Manuel López
Obrador y a Morena, echando fuero al Pri y al Pan.
Por
otro lado quisiera recordar el dicho de que en todo pueblo existe un
idiota reconocido como “el idiota del pueblo”, y en el caso de
México lamentablemente debemos reconocer que tuvimos al “idiota
del pueblo” llamado Enrique Peña Nieto ocupando ilegítimamente
durante seis años la silla presidencial, lo que provocó
que viviéramos una larga pesadilla afortunadamente el día de hoy
terminó, no gracias a Dios, sino gracias a Andrés Manuel López
obrador y a 30 millones de mexicanos que lograron echar fuera del
poder político al Pri y al Pan y por supuesto también le dieron una
patada en el trasero al “idiota del pueblo”.
La
verdad Peña Nieto daba pena ajena con todas las idioteces que dijo e
hizo durante su gestión y lo más embarazoso es que no encontrábamos
un pelmazo mayor que él. La enorme cantidad de derrapes cometidos
por “nuestro idiota del pueblo”, propiciaron un alud de memes que
inundaban redes sociales cada vez que metía la pata y era motivo de
burla, escarnio y señalamiento dentro y fuera de México.
En
lo personal Peña Nieto creo que Peña Nieto no era el idiota del
pueblo, sino que en realidad era el idiota de un personaje
maquiavélico que lo utilizaba para su beneficio personal,
manipulándolo como una marioneta. De cualquier forma, Peña Nieto no
deja de ser un idiota que se enriquece a costa del pueblo mexicano.
Pero
afortunadamente no hay mal que dure cien años y este primero de
diciembre del 2,018 termina una pesadilla que atormentó a millones
de mexicanos durante largos seis años. Fue el tiempo que duró la
gestión de Enrique Peña Nieto como Presidente de México, un largo
sexenio caracterizado por una corrupción, un sinnúmero de
injusticias sociales, reducción del aparato de gobierno, entrega de
recursos del país al extranjero, incremento de la pobreza y la
desigualdad social, asesinatos masivos, etc. Y un largo etc.
Aquellos
que tenemos memoria histórica recordamos que Enrique Peña nieto
llegó al poder en México gracias a un descomunal fraude en el que
las instancias de justicia en México aprobaron la compra de votos
como recurso válido para llegar al poder. Fue el día de la mayor
exhibición de corrupción de quienes dicen representar la justicia
en México.
Un
triunfo electoral basado en la compra de votos, en la inequidad de
recursos para campañas electorales, en el uso desmedido de los
medios masivos de comunicación a favor del entonces candidato del
Pri y en la compra de Consejeros electorales responsables de vigilar
la imparcialidad del proceso electoral y de la corrupción burda y
patética de los jueces y magistrados encargados de la justicia
electoral.
Los
mexicanos fuimos objeto de otro fraude electoral en el 2,012, una vez
más la voluntad popular fue burlada. Miles de jóvenes mexicanos que
despertaban a la política y participaron con gran entrega en las
elecciones presidenciales del 2,012, la mayoría de ellos agrupados
en el movimiento Yosoy132, recibieron un gran golpe a sus
aspiraciones de cambio social a través de la vía electoral y varios
de ellos sucumbieron a la depresión y a la decepción negándose a
seguir participando en política.
Pero
afortunadamente la historia continúa y hoy sabemos que estamos
haciendo historia cada día de nuestra vida a través de nuestra
participación social y que de nosotros depende el rumbo que tome la
historia. En ese sentido, me pronuncio en esta tribuna por
la idea de que se aplique la ley a todos los funcionarios corruptos
del sexenio que termina sometiéndolos a un proceso de investigación
judicial que determine si incurrieron en algún tipo de
delito que merezca ser sancionado por la ley contemplada en nuestro
Estado de Derecho.
Entiendo
la postura de Andrés Manuel López Obrador cuando en su mensaje de
toma de posesión de la banda presidencial informa que no tomará
personalmente la bandera de la venganza y cortará cabezas él mismo
ahora que está en el poder. Comprendo que tuvo que hacer ciertas
concesiones para garantizar una transición pacífica del poder. Pero
también entiendo el mensaje que nos da cuando nos dice que
sea el pueblo quien decida a través de las consultas si se enjuicia
a los expresidentes. Los tres presidentes que hemos tenido en este
siglo y Milenio: Vicente Fox y Felipe Calderón del Pan, además de
Enrique Peña Nieto del Pri causaron mucho daño
Creo
que merece atención especial “el idiota del pueblo” Enrique Peña
Nieto por los evidentes actos de corrupción que se dieron durante su
gestión que dejaron al país en ruinas, en estado de quiebra
financiera y con un incremento inédito en la deuda externa. Por ese
motivo, pido, solicito, exijo que Enrique Peña Nieto sea juzgado por
los delitos de corrupción, traición a la patria, complicidad por
omisión en crímenes diversos y enriquecimiento ilícito.
Durante
los últimos seis años expresé mi rechazo y desconocimiento a
Enrique Peña Nieto como Presidente de México. Mi repudio se basaba
en la ilegalidad de su arribo a la Presidencia de la República por
medio del fraude y la corrupción. Finalmente, deja la silla
presidencial saliendo con la cola entre las patas y al igual que
millones de mexicanos deseo se le investigue y procese por los
delitos cometidos durante su gestión presidencial
De
salir impune peña nieto de todas las fechorías que cometió ya no
será más el “idiota del pueblo”, sino que creo que seremos “el
pueblo de idiotas” que teniendo la oportunidad de hacer justicia
para todas las miles de víctimas que hubo en su sexenio y dejamos
que huya en paz a disfrutar toda la riqueza mal habida que robó al
pueblo mexicano.
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