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viernes, 26 de octubre de 2018


¿Quién teme a las consultas sociales?
Oscar Yescas Domínguez

       La realización de la consulta nacional sobre la construcción de un nuevo aeropuerto en México ha generado una serie de reacciones, que van desde una participación masiva en la misma (hasta donde me han informado), al rechazo rotundo de la misma a nombre de que es un simulacro, una farsa, que está manipulada, etc.
       La consulta es una figura nueva, un mecanismo reciente en la dinámica social de México y viene a marcar un parteaguas con la forma de gobernar de los gobiernos priístas y panistas anteriores que se caracterizaron por un autoritarismo en su forma de gobernar, un culto y servilismo al presidente o en turno, tal y como puede observar en los gobiernos priístas que aún existen como lo es el caso de Sonora, donde la palabra final la decide quien gobierna el Estado, o sea, “la señora Gobernadora”.
       El estilo de gobernar del Pri, emulado por el Pan, implica que nada se hace o se mueve son que la Gobernadora priísta lo autorice. El autoritarismo caracterizado por la centralización del poder en una sola persona, desde el ingreso de personal de confianza, hasta el manejo de las finanzas gubernamentales. Bajo la óptica priísta el peso del gobierno recae en unos cuantos individuos que actúan como borregos serviles siguiendo y obedeciendo a un líder supremo.
       No importa que el líder formal (Presidente, Gobernador o Presidente municipal), sea un alcohólico, un mujeriego, un ladrón, es el jefe formal   de gobierno y se hace lo que él o ella diga. Las decisiones son tomadas en lo oscurito, a puertas cerradas y con la participación de unos cuantos privilegiados cercanos al poder en turno. Las decisiones gubernamentales por lo regular se relacionan a la definición de cómo distribuir el presupuesto público, ese dinero que es recaudado a través de los impuestos que paga la población y en el estilo del Prian, las decisiones eran acerca de cómo desviar el presupuesto para favorecer intereses particulares, ignorando las necesidades sociales.
       En la medida que el Prian desaparece, esos tiempos están quedando atrás, porque la intención del voto del pasado primero de julio en las elecciones presidenciales fue la de expresar un enérgico rechazo a las prácticas de corrupción que los integrantes del Prian realizaban de manera permanente.
       El nuevo gobierno encabezado por Morena llegó al poder con la expectativa popular de erradicar las prácticas de corrupción que caracterizaron os gobiernos anteriores. Hasta el momento se puede decir que ha habido un gran avance en la dinámica social de México en la medida de que se han aprobado leyes que en su momento fueron promesa de campaña.
       La figura de la consulta popular fue en su momento una promesa de campaña que hoy vemos en su expresión concreta y que nos permite participar para decidir si continúa el acto de corrupción que es la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), o si se busca una alternativa diferente que no sea dirigida a beneficiar a los personajes que a través de la corrupción han acumulado riquezas insultantes y que pretenden hacer el negocio de su vida con el NAIM.
       De ahí la importancia política de la participación social en esta consulta popular, Andrés Manuel López Obrador cumple una más de sus promesas y nos abre la puerta para institucionalizar un mecanismo de decisión en el cual las decisiones sean colectivas y respondan realmente a necesidades sociales. Por eso es importante que, al igual que el primero de julio pasado, los mexicanos expresemos nuestra opinión sobre este asunto particular en forma masiva y organizada.
       Por un lado nos encontramos los millones de mexicanos que históricamente fuimos marginados por los gobiernos anteriores, quienes hicieron lo que quisieron con los presupuestos públicos y que hoy vemos con gran satisfacción que estamos frente al primer ejercicio de consulta popular del nuevo gobierno, el primero de muchos esperamos porque hay muchos asuntos pendientes sobre los cuales queremos hacer oír nuestra voz, por lo cual esperamos que la figura de la consulta popular que institucionalizada como parte de una nueva forma de gobernar.
       Por otro lado, se encuentran aquellos que se oponen al mecanismo de la consulta popular a nombre de que es un proceso viciado, está manipulado y que la decisión ya está tomada. Son ellos quienes realmente intentan manipular al pueblo mexicano pidiéndoles que no participen en la consulta, porque a través de la consulta el gobierno federal comparte parte del poder de gobernar.
       En estos últimos años en la historia de México los gobernantes del Prian realizaron grandes reformas a nuestra constitución y jamás nos consultaron. Al contrario, reprimieron las grandes manifestaciones de rechazo a tales medidas. Recordemos cuando Felipe Calderón aprobó la Reforma laboral que les robó el futuro a nuestros jóvenes al eliminar la estabilidad laboral y la seguridad en el empleo. Esta reforma la aprobaron en un Congreso de la unión rodeado de policías y granaderos que impidieron el paso a los miles de manifestantes que exigían que no se aprobara esta ley.
       Lo mismo hicieron con la reforma energética que derivó en la venta de Pemex, encerrados en su bunker los legisladores priístas y panistas festejaban el golpe que daban a la población al aprobar esta ley. Después trascendió que cada legislador recibió bonos millonarios por dar su voto a favor de estas reformas. Dentro de estos legisladores se encontraba la actual Gobernadora del Estado de Sonora que votó a favor de dichas reformas.
       A través de la consulta se genera una participación social que vincula al pueblo mexicano con el nuevo gobierno de Morena. Esta participación social es la base de la construcción de la democracia en nuestro país. Nos garantiza por un lado, expresar nuestro punto de vista sobre un asunto particular y por otro lado, nos compromete a aceptar y defender la decisión que provenga como resultado de la conquista porque fuimos nosotros quienes contribuimos a esos resultados.
       Ese es el verdadero temor de quienes se oponen a la consulta popular, el que a través de la misma, mediante una práctica social, el tejido social se fortalezca en el pueblo mexicano e involucre al gobierno y sociedad civil como un todo, como un solo sistema social. La participación social es la clave para lograr el cambio social y las consultas populares permiten lograr una cohesión entre gobernantes y gobernados.
       Esto es algo que nunca se había visto en México y por lo mismo inspira sentimientos diversos, pero para quienes tenemos claridad sobre el tipo de sociedad que queremos y que dimos el primer paso al tumbar al Prian del poder, no existe lugar para la confusión, no existe margen para la manipulación social.
       Tal como dijo AMLO, que se vayan acostumbrando a las consultas porque éstas llegaron para quedarse. Por eso es importante acudir a votar en esta primera consulta popular, ya que no sólo nos dará la grata sensación de ser participantes en el inicio de una nueva era histórica en México, sino que también servirá para institucionalizar esta forma de gobernar que es consultar a la población antes de tomar una decisión de gran magnitud.

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