La
Psicología como ciencia del cambio social
Oscar
Yescas Domínguez
20
de mayo de 2025
Introducción
El
marco social de la intervención psicológica
El
cambio social a través de la intervención grupal
El
cambio social a través de la intervención organizacional
El
cambio social a través de la intervención psicológica en
comunidades
Conclusiones
Introducción
En
el marco de la celebración del día del Psicólogo en México,
recibí una invitación de parte de la Universidad del Valle, Campus
Hermosillo, para participar como invitado externo impartiendo una
conferencia en la que expusiera un tema relacionado con la
psicología. Después de reflexionar sobre la misma sentí que debía
aceptar aceptar esa invitación tomándola como una oportunidad de
tener una actividad académica de tipo presencial después de mas de
seis años de haberme jubilado como profesor-investigador de la
Universidad de Sonora, institución donde enseñé psicología social
durante más 33 años.
Sólo
puse dos condiciones al aceptar dicha solicitud, tener un micrófono
con un buen sistema de sonido y que filmaran mi intervención porque
planeo subir dicho video en mi cuenta de Youtube. Como me dieron la
libertad de elegir el tema a exponer, me decidí por bautizar mi
intervención con el nombre “La Psicología como ciencia del cambio
social”, en la cual intento resumir los contenidos de los
seminarios que impartí siguiendo las líneas de investigación y
docencia que mantuve a lo largo de mi carrera como docente
universitario durante 33 años, estas líneas fueron las bases que me
permitieron formar varias generaciones de psicólogos para que
realizaran intervenciones asumiendo una identidad como agentes de
cambio social en cuatro ámbitos de convivencia social: psicología
de grupos, psicología de las organizaciones, psicología de las
comunidades y educación en sexualidad humana.

Debo
mencionar que en mi transición de la condición de trabajador activo
a la condición de jubilado, jamás experimenté aquello que algunos
llaman “la crisis del jubilado”, porque me he mantenido
actualizado al seguir realizando actividades de investigación,
amplíe el tiempo destinado a realizar lecturas, pero debo confesar
que me dejé llevar por el “complejo de Cristóbal Colón” que
describe el filósofo lituano Leonidas Donskys en su conversación con el filósofo polaco Zygmunt Bauman en su texto Ceguera moral
(1), porque sentí que las teorías psicológicas me
resultaban insuficientes para estudiar una realidad en constante
transformación por lo que reduje la lectura de libros de psicología
y me sumergí en “los jardines de otras disciplinas sociales”
como sociología, filosofía, pedagogía y otras más, para ampliar y
mejorar mi comprensión de una realidad social inmersa en una
continua crisis.
Desde
años antes de que terminaran mis horas de docencia en clase,
enfrenté el impacto de los cambios tecnológicos y ante la creciente
dependencia de la juventud hacia los teléfonos celulares y redes
sociales, decidí dejar de combatir la tecnología y utilizarla a mi
favor abriendo una página de facebook para cada uno de mis
seminarios, lo cual me permitió compartir información, mejorar mi
comunicación con mis estudiantes al pedirles en medio de una clase
que sacaran sus teléfonos celulares, leyeran individualmente parte
de un texto o artículo, ver un video y después discutirlo en grupo
lo cual permitió aumentar la participación de cada estudiante en
estas actividades.
Pero
la mejor decisión que tomé fue escribir artículos relacionados con
los contenidos de mis seminarios, crear un blog personal y
publicarlos para compartir el link con mis alumnos y asignar como
tarea de lectura dichos artículos. De esta manera me convertí en el
único profesor universitario que escribía artículos relacionados
con los temas que impartía en el aula, publicaba dichos artículos
en internet y pedía a mis alumnos que los leyeran junto a otras
referencias bibliográficas para discutirlos en clase.
Obtuve
varias reacciones con esta estrategia didáctica, por parte de mis
alumnos observé un entusiasmo de leer artículos con lenguaje
accesible que resumían varias lecturas y según expresaron, les
facilitaba el aprendizaje y yo observé que aumentaba la
participación en el grupo. De parte de mis colegas profesores
universitarios, recibí una condena y la prohibición a sus
estudiantes el incluir citas de mis artículos en sus trabajos porque
mis artículos “no tenían el formato APA”.
Cuando
me jubilé al dejar de tener la carga de la docencia universitaria
que implica una gran cantidad de tiempo en su planeación y
ejecución, decidí aumentar el tiempo dedicado a escribir y con este
cambio se incrementó mi productividad como escritor publicando un
mayor número de artículos.
y esto provocó un aumento considerable
en el número ingresos a mi blog personal, por lo que me llevé una
grata sorpresa al observar las gráficas de visitas y mayor fue mi
sorpresa al darme cuenta de que los lectores de mis artículos
residían en más de 20 países.
Motivado
por esta información, de la misma forma en que tomé en serio mi
nombramiento de Maestro de tiempo completo y utilicé la Universidad
de Sonora como mi segunda casa al pasar la mayor parte del día en el
campus universitario, al dejar atrás el duelo de mi identidad como
profesor-investigador universitario, decidí construir en mi nueva
etapa de jubilación una nueva identidad que es la de ser “escritor
de tiempo completo”.
Por
esa razón cuando alguien me pregunta a que me dedico, no dudo en
responder: “me dedico a leer, investigar, escribir y publicar
artículos en mi blog personal”, quizá esta respuesta suene un
tanto presuntuosa para algunas personas, pero es lo que hago en mi
condición de jubilado, además de equilibrar la labor intelectual
con una rutina diaria de ejercicio físico para cuidar mi salud.
La
verdad es que parto de la premisa de que después de enseñar
psicología durante más de tres décadas, me convertí en mi mejor
alumno ya que a través de la revisión de varias teorías y de años
de práctica docente, me di cuenta de que mientras leía,
investigaba, escribía y enseñaba, también estaba aprendiendo
porque participaba en el proceso de interinfluencia que se da en los
grupos, yo influía en mis alumnos, pero también recibía influencia
de todos y cada uno de ellos y como cada grupo es diferente, aprendía cosas nuevas en cada ocasión.
Los
primeros años de sufrimiento del estrés y ansiedad del docente que
trabaja varias horas para planificar las actividades a realizar
frente al grupo fueron disminuyendo con el paso del tiempo y más
temprano que tarde fui aprendiendo a disfrutar de la docencia dejando de sentir el peso de todas las actividades en mi persona y utilizar estrategias grupales que generaban un aprendizaje
vivencial y me permitían repartir el peso de la enseñanza en el grupo de estudiantes al fomentar su participación individual.
Por lo que al
finalizar cada semestre no sólo compartía la satisfacción que
experimentaban mis alumnos por el aprendizaje obtenido, sino que
sentía que crecía cada vez más como persona, como docente y como
profesional de la psicología al actualizar de manera permanente los
contenidos teóricos e implementar nuevas estrategias pedagógicas
cada semestre.
Por
esas razones mi trabajo como intelectual universitario me permitió
obtener un dominio en los campos de conocimiento que formaban parte
de los seminarios de los que fui titular, por lo que al jubilarme,
parte de mí me decía que ese capital humano que construí durante
mi carrera como profesor universitario, no podía irse al rincón del
olvido y me negué a aceptar el destino asignado a los adultos
mayores que se jubilan ya que la jubilación es percibida como un retiro
de la vida social en la cual los jubilados se sientan a esperar en
forma pasiva la llegada de su muerte.
Pertenezco
a aquella generación que vivió su juventud en la década de los
setentas empezó a cambiar el mundo con sus pensamientos
antiautoritarios, comportamientos de rebeldía y haciendo de la
disidencia un hábito y estilo de vida, una generación que 50 años
después seguimos cambiando el mundo al cambiar el significado de la
vejez y percibirla como una actitud y no como un resultado del paso del
tiempo porque podemos estar viejos pero no sentirnos viejos, por lo que acepté el reto de renovarme o morir y estoy
envejeciendo en forma satisfactoria compartiendo en redes sociales
parte de mis conocimientos obtenidos en la academia y en las luchas
sociales, realizando actividades productivas “sin sentirme viejo”,
con la esperanza de algún día formar parte del selecto grupo de
personas que llegan a “la cuarta edad” (2).
Una
de las causas por las que me negué a aceptar que al terminar mi
identidad laboral como profesor universitario terminaba mi vida
social activa, fue tener presente que la crisis social que les
mencionaba a mis alumnos no había desaparecido, sino que se
agudizaba y cada día que pasaba aumentaba el sufrimiento colectivo,
por lo que la necesidad de formar agentes de cambio social seguía
vigente y en un acto de congruencia con lo que les decía a mis
alumnos de no limitarnos a adaptarnos a los cambios sociales en el
contexto de una sociedad en crisis, sino que era necesario
desarrollar nuevos comportamientos para aprovechar la fuerza
impulsora de dichos cambios y orientarlos en el logro de una
liberación social decidí construir una nueva identidad como
escritor.
Creo firmemente que hay oficios o profesiones en las
que retirarse no es una opción y ejemplos de ello los podemos encontrar en la música, en la literatura, en las ciencias y sobre todo en la educación. Parto de la premisa de que que “un
maestro siempre será un maestro” y hoy que tiempo libre en mi jubilación elijo continuar con una labor educativa al contribuir con mis artículos a
lograr una concientización social mucho más amplia que la que se
logra en el salón de clases porque hasta en redes sociales se puede llegar a más gente y una prueba de ello es que en este día ya suman más de
108,000 las personas que han ingresado a leer mis artículos y
provienen de más de 20 países.
Aquellos
motivos que me impulsaron durante mi tiempo como profesor
universitario activo a combinar la teoría que enseñaba en aulas
universitarias, con su aplicación en la práctica social al
participar en varios movimientos colectivos utilizando el método de
investigación-acción y que me proporcionaron un aprendizaje
obtenido en las luchas sociales en los términos descritos por
Boaventura de Souza Santos (3), que me permitieron escribir y
publicar artículos en mi blog personal para sumarme a las luchas
sociales en defensa de contratos colectivos de los sindicatos
universitarios en la Universidad de Sonora (4,5). En estos
artículos intentaba contribuir a una conscientización sobre la
necesidad de lograr un cambio social (6, 7), luchar en contra
del autoritarismo del Prian y en contra de la reforma educativa de
Enrique Peña Nieto (8,9), en defensa de la Cuarta
Transformación en México (10).
Esas
han sido las mismas razones que en mi condición de jubilado
me impulsan a levantarme de la cama para seguir usando la palabra
escrita como instrumento pedagógico que permite “caminar la
palabra” abriendo brechas por senderos virtuales, sumando mi
palabra escrita para hacer que se escuchen las voces de protesta de
mayorías marginadas que participan en diversos movimientos
colectivos que luchan en contra de la oligarquía financiera, el
colonialismo y el patriarcado.
En
este involucramiento social, el uso de la palabra escrita ha tenido
un impacto social que supera la participación física en un plantón
o marcha porque llega a un número mayor de personas, aumenta las
posibilidades de difusión de las causas que originan un problema
colectivo y la lectura de escritos permite desarrollar un pensamiento
autónomo que produce un empoderamiento individual y colectivo.
Con
estos pensamientos en mente, sentí que tenía la obligación moral
de aceptar esta invitación de personas que no conocía para asistir
a una universidad en la que nunca he visitado, pero que en su
interior existía una pequeña comunidad de estudiantes y profesores
de Psicología que deseaban escuchar las palabras de un veterano
profesor de psicología que les permitiera obtener una mayor lucidez
sobre la disciplina que estaban estudiando.
Con
la intención de realizar una buena intervención decidí empezar a
escribir algunas ideas sobre lo que diría en los 45 minutos que me
fueron concedidos para usar el micrófono y de un momento a otro
estas ideas que salían de mi cabeza a través del acto de oprimir
las teclas conectadas a mi monitor, pronto se fueron ampliando hasta
lograr una extensión que justificaba una revisión y relectura con
fines de edición para constituirse como un artículo que ameritaba
formar parte de la colección de artículos que tengo publicados en
mi blog personal y lo que tiene el lector en sus manos es el contenido de lo que
será mi intervención en la celebración del día del psicólogo
este próximo 22 de mayo.
El
marco social de la intervención psicológica
El
primer paso en la intervención social para generar un cambio social
consiste en la realización de un diagnóstico previo del objeto de
intervención con el objeto de reconocer su estado actual y
determinar que es lo que se necesita cambiar y qué es lo que está
funcionando bien y se requiere mantener. La tarea de estudiar la
realidad social resulta un reto difícil de lograr porque la realidad
que estamos viviendo no es un libro que podamos estudiar y comprender
a través de su lectura la complejidad de su dinámica. La dificultad
aumenta porque ninguna disciplina social es suficiente por sí misma
para realizar un diagnóstico tan amplio y mucho menos puede
disciplina alguna implementar un verdadero cambio social sin recurrir
a las aportaciones del conjunto de disciplinas que conforman las
ciencias sociales.
Pero
lo que sí podemos hacer los académicos universitarios, científicos
sociales e intelectuales es escribir libros, artículos y ensayos con
fundamento teórico y práctico que nos permitan edificar una nueva
teoría social que esté basada en la experiencia académica y en el estudio de la práctica social de los diferentes movimientos colectivos que se observan en el horizonte social que están contribuyendo a la construcción de nuevos paradigmas sociales.
El
aprendizaje social que proporcionan estas luchas, combinada con las
aportaciones de las diferentes disciplinas que comparten como objeto
de estudio el comportamiento humano, permitirá construir una nueva
mirada social con la cual podamos ver la realidad que nos circunda e
identificar las verdaderas causas de los problemas sociales que nos
afectan y encontrar no sólo la solución a los mismos, sino también
impulsar un proceso de liberación individual y colectivo que
conduzca a la construcción de una nueva realidad que priorice la
atención a las necesidades sociales por encima de la atención a la
economía en el nuevo orden mundial que se está gestando
actualmente.
Con el uso de esta nueva mirada social podemos ver que el momento
histórico por el que estamos atravesando se caracteriza por
encontrarnos inmersos en una crisis social en la cual brotan por
doquier un sinnúmero de problemas sociales: económicos, políticos,
ecológicos, culturales, psicológicos, etc., que se dan en el
marco de una desigualdad social que mantiene un ritmo creciente y
que ha creado una brecha social que separa a un 99 por ciento de la
población mundial que vive experimentando mucho miedo y con pocas
esperanzas de cambio social, de otro sector de la sociedad que
representa a menos del 1% que concentra la mayor parte de la riqueza
que se produce socialmente y vive con privilegios y lujos que les
permiten vivir con demasiadas esperanzas sin sentir temor alguno
(11).
La
agudización de los grandes problemas sociales, la violación
constante de derechos humanos, el aumento de la pobreza a nivel
mundial, el reparto desigual de los recursos públicos debido a actos
de corrupción, la expansión de un autoritarismo en la forma de
gobernar, políticos que llegaron al poder por medio de la democracia
electoral y una vez en la cima convierten a sus gobiernos en sistemas
totalitarios, la presencia de guerras, genocidios, una insatisfacción
social creciente, etc., conforman un contexto social en el cual se
observa un sufrimiento colectivo de mayorías marginadas, por lo que
surge una necesidad impostergable de impulsar un cambio social y esa
es la razón por la que en varios países del mundo surgen sin cesar
nuevos movimientos colectivos y nuevas figuras de luchadores
sociales, que luchan en defensa de derechos violados, en defensa del
medio ambiente o en defensa de sus vidas, por lo que podría decirse
que vivimos en un mundo en el que hay mucho que analizar desde una
perspectiva crítica en el campo de las ciencias sociales.
En
pleno 2025 nos encontramos ante un hecho irrefutable que es la agonía
del orden mundial unipolar que estuvo bajo el control de Estados
Unidos durante las tres últimas décadas y estamos presenciando el
surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar. El viejo orden
tarda en desaparecer, el nuevo orden tarda en emerger y en este
período de transición nos encontramos inmersos en un estado de
interregno en el cual, quienes obedecían se niegan a seguir
sometidos y quienes mandaban, se niegan a dejar el poder, por lo que
en este período de transición surgen varios monstruos que actúan
como generadores de violencia apoyados por una oligarquía
corporativa que ha hecho de las guerras y de la industria militar su
principal fuente de maximización de ganancias.
Los
tiempos actuales nos exigen nuevas habilidades y conocimientos para
ingresar al mercado laboral, un mercado que está determinado por
estos cambios sociales, por lo que no sólo debemos manejar nuevas
tecnologías, también requerimos tener conocimientos de
administración,, economía, mercadotecnia y geopolítica.
Pero
enfrentamos un hecho lamentable que es la ausencia de teorías
críticas científicas convincentes que ayuden a comprender a la
población general lo que está pasando en este momento histórico
que nos tocó vivir, porque los académicos continúan aislados de
una realidad en constante transformación y continúan utilizando en
la educación universitaria paradigmas que han sido rebasados por
los cambios sociales (12, 13), por lo que enfrentamos la
imperiosa necesidad de construir nuevos paradigmas teóricos que
permitan estudiar una realidad social que se encuentra en constante
transformación.
La
realidad que estamos viviendo nos obliga a cambiar el enfoque de la
educación universitaria para dejar de privilegiar las necesidades
corporativas, atender las necesidades sociales que presentan las
mayorías marginadas y terminar con el alejamiento de la realidad que
mantienen los intelectuales contemporáneos e investigadores sociales
que no incluyen dentro de sus comportamientos profesionales y
contenidos académicos el ejercicio de la crítica social.
En
este contexto de desigualdad social creciente, es necesario recordar
que las ciencias sociales surgieron como respuesta a los grandes
problemas sociales y comparten el objetivo de lograr que la gente
pueda mirar a su alrededor para intentar buscar la fuente de sus
problemas para proceder a actuar buscando la solución a los mismos
(14), por lo que en el contexto actual es pertinente
cuestionar la función social de académicos universitarios,
científicos sociales e intelectuales, así como el papel que debe
jugar la educación en una sociedad inmersa en una crisis social.
Sin
duda alguna, la respuesta a estos cuestionamientos debe ser en el
sentido de encontrar formas de reconocer que debido a que los
problemas son colectivos, la solución a los mismos debe darse en
forma colectiva, por lo que la indiferencia ni la imparcialidad no
son aceptables y la participación social se presenta como una
necesidad prioritaria para lograr equilibrar este miedo colectivo con
el exceso de esperanzas que tienen unos cuantos.
Es
decir, con la intervención social debe lograr que aquellos que viven
con mucho miedo tengan algo de esperanzas y al lograr empoderamientos
individuales y colectivos, de manera inevitable se provocará que
aquellos que viven con demasiadas esperanzas sientan miedo y temor de
que esos privilegios que forman parte de sus vidas cotidianas puedan
terminar porque la riqueza de unos cuantos se ha construido sobre la
pobreza en una inmensa mayoría.

La
crisis social de múltiples dimensiones que estamos viviendo golpea a
amplias mayorías marginadas que viven en todo el planeta,
provocando el surgimiento de millones de crisis psicológicas
individuales que se manifiestan en múltiples adicciones
(alcoholismo, drogadicción, ludopatía, hipersexualidad,
teleadicción, nomofobia, cleptomanía, etc.) y plantean de manera
implícita o explícita una demanda de ayuda en todos los ámbitos de
convivencia social. La respuesta a esta demanda de ayuda es
insuficiente por parte de la psicología y esa enorme cantidad de
personas que sufren se convierte en mercado para individuos que
lucran con el dolor ajeno ofreciendo técnicas de autoayuda a través
de la venta de libros o suscribiéndose a canales de videos en Youtube.
Partimos de la premisa de que la Psicología es una ciencia social
cuya aspiración moral es la búsqueda del bienestar social,
entendiendo este concepto como el nivel de satisfacción personal que
tienen las personas con el tipo de vida que llevan, por lo que la
tarea de la psicología es abrir caminos y crear las condiciones
para que las personas, grupos, comunidades y sociedades sean capaces
de conducirse hacia el logro del bienestar social, por lo que ante el
grito social de ayuda que proviene de una población que padece un
sufrimiento colectivo, el primer paso de nuestra actividad como
profesionales de la Psicología es fundamentar científicamente la
intervención psicológica en la necesidad de ayudar a que las
personas se sientan bien consigo mismas, con sus vidas y con su
entorno social.
La
mejor manera de hacerlo es proporcionándoles herramientas para que
sean capaces de retomar el control de sus vidas, en ayudarles a
aprender que ellos pueden ser los protagonistas de su propio cambio,
que no es suficiente con el cambio individual porque somos seres
sociales, individuos que tenemos una interinfluencia con la sociedad
y los problemas personales tienen un origen global, por lo que no
deben limitarse a ser receptores de una intervención, sino que deben
construir un rol de protagonistas para que puedan desempeñar un rol
más activo construyendo una identidad de actores en el proceso de
cambio individual y social.
Teniendo
presente que nos encontramos en un marco social en crisis, debemos
tener claro que no se puede hacer psicología sin asumir una
responsabilidad histórica, que nos exige usar la psicología para
cambiar aquellas condiciones que mantienen deshumanizadas a las
mayorías populares, enajenando sus consciencias y bloqueando el
desarrollo de su identidad histórica. Partiendo de la premisa de que
los problemas sociales son originados por comportamientos humanos y
su solución requiere de cambios individuales y colectivos, así como
cambios en el funcionamiento de las instituciones sociales.
Nuestras
intervenciones sociales deben sembrar esperanzas en aquellas personas
que viven con mucho miedo, al intervenir sembrando esperanzas
promoviendo la participación social, educando en un proceso de
empoderamiento individual y colectivo, que en el contexto de una
sociedad con gran desigualdad social, es inevitable que el
empoderamiento de las mayorías marginadas provoque temor en
aquellos que viven con demasiadas esperanzas y empiecen a sentir el
temor de que sus privilegios pueden terminar al disminuir la
desigualdad social que les ha favorecido. .
En
virtud de que nos encontramos en una sociedad en constantes cambios,
debemos evitar guiarnos por conceptos construidos con paradigmas que
resultan insuficientes para comprender la realidad, por lo que
debemos construir nuevos paradigmas que contemplen el surgimiento de
nuevos conceptos que provengan de la realidad contemporánea. Ante el
surgimiento de nuevos problemas sociales y ante el hecho evidente de
que los cambios sociales están generando cambios individuales que
están provocando una mutación antropológica, ya resulta imposible
guiarnos por la premisa de que los conceptos teóricos sean quienes
convoquen a la realidad, porque la realidad en constante
transformación social nos obliga a crear nuevos conceptos.
En
esa línea de pensamiento, ya no serán las teorías las que definan
los problemas de nuestra situación, sino que serán los problemas
los que nos obliguen a realizar nuevas teorizaciones sobre la base de
un realismo crítico, por lo que es necesario reconocer que a los
psicólogos nos hace falta un buen baño de realidad, pero de esa
misma realidad que agobia y angustia a las mayorías populares.
Desde
la perspectiva de la psicología social, la intervención psicológica
tiene como imperativo moral impulsar la liberación de las personas,
pero la liberación individual debe ir acompañada una liberación
social, de tal forma que tengamos presente que junto al cambio
personal necesariamente debe darse un cambio social, por lo que
debemos replantearnos la función social que la Psicología debe
tener en el contexto de una sociedad en crisis.
Es
verdad que existe en el mercado una oferta de servicios psicológicos,
pero la misma está orientada a la intervención en el individuo, sin
contemplar la influencia de lo social en el comportamiento
individual, ni la influencia del individuo en el comportamiento
social por lo que se incurre en un reduccionismo científico que
impide una visión del contexto social que rodea al individuo, por lo
que las intervenciones psicológicas se dan en forma aislada de lo
social y las terapias individuales reconocen cada vez más la
necesidad de utilizar la psicoterapia familiar, por lo que se impone
la necesidad de ampliar la mirada psicológica de tal forma que
podamos reconocer la necesidad de construir una Psicología que sea
socialmente sensible y la respuesta se encuentra en la Psicología
social que reconoce como objeto de estudio la interinfluencia que
existe entre el individuo y la sociedad.
Necesitamos
analizar ese campo de interacción del comportamiento social en un
contexto de crisis global y la Psicología social nos brinda la
oportunidad al identificar tres niveles de intervención psicológica:
el análisis del grupo, el análisis de las organizaciones y el
análisis de las comunidades. De la misma forma en que diseñamos una
intervención psicológica en un individuo que se encuentra en
crisis, también debemos reconocer la necesidad de estar preparados
para diseñar estrategias de intervención psicológica en cada uno
de los tres niveles de interacción descritos, reconociendo que nos
encontramos en un contexto social en crisis.
Vivimos
en el contexto de una crisis social en la que hay mucho que criticar
y el conocimiento científico desde la perspectiva de la psicología
social nos proporciona un arsenal de teorías y técnicas que nos
proporciona herramientas para tener una mayor claridad sobre lo que
está aconteciendo y las condiciones sociales nos exigen la
construcción de una identidad como agentes de cambio social para
impulsar cambios planeados en individuos, grupos, organizaciones y
sociedad en general el contexto de una sociedad.
En
el contexto social en el que estamos viviendo debemos tener presente
que “lo único que no cambia es la premisa de que todo está
cambiando” y la psicología como disciplina científica no es la
excepción, por lo que el reto que enfrentamos al realizar
intervenciones en diferentes ámbitos de convivencia social que se
encuentran inmersos en una sociedad en crisis, necesitamos
reconstruir una nueva psicología que sea socialmente sensible y la
Psicología social se presenta como la disciplina social que utiliza
el conocimiento científico que contribuye a lograr un cambio social
mediante el empoderamiento de individuos, grupos, organizaciones y
comunidades para que sean ellos quienes impulsen el cambio social que
consideren necesario. En esa línea de pensamiento, la psicología es
concebida como la ciencia del cambio social.
El
cambio social a través de la intervención grupal
La
mayoría de las personas tiene la idea de que recibir ayuda
psicológica consiste en acudir a un consultorio, sentarse frente a
un psicólogo y responder a preguntas incómodas. En
el marco de la crisis social, la psicoterapia busca desarrollar
comportamientos auténticos en aquellas personas que se acercan a
solicitar ayuda y que reconocen estar dentro de un problema, este
tipo de intervención procura desarrollar la autenticidad que
consiste en lograr que las personas puedan expresar lo que realmente
sienten y decir lo que realmente piensan.
La
psicoterapia individual busca desarrollar la autonomía individual de
quien se acerca a solicitar ayuda, tiene como objetivo crear las
condiciones que permitan lograr un empoderamiento individual para que
los individuos reconozcan los problemas que les afectan, identifiquen
las causas que los originan y puedan tomar las decisiones en forma
autónoma que permitan solucionar esos problemas.
La
psicoterapia busca que las personas retomen el control de sus vidas y
puedan vivirlas de una manera más satisfactoria, intenta construir
la creación de vínculos de colaboración entre las personas y
evitar vínculos de dependencia o de obediencia, para que se
construya una autonomía
individual y pueda vivir libre de miedos, temores, fobias y con una
autoestima alta.
La
psicoterapia tiene
como objetivo liberar a las personas de las cadenas que representan
sus temores irracionales, sus miedos sin fundamento, su baja
autoestima, su dependencia de otras personas y estimula su
crecimiento personal y estabilidad emocional. Pero
en la medida que avanza el tiempo, termina la intervención
psicológica y el individuo regresa a su entorno social, se hace más
evidente la necesidad de ampliar la intervención para incurrir en
una psicoterapia grupal, ya sea familiar, o en grupos que están
integrados por personas que sufren problemas similares (alcohólicos
anónimos, drogadictos anónimos, sexoadictos anónimos, víctimas de
abuso sexual, ludopatía, etc.).
Lo
evidente es que la práctica psicológica se muestra insuficiente si
se limita a la psicoterapia individual, porque los problemas se
padecen en forma personal pero tienen un origen estructural por lo
que para lograr la liberación de las personas es necesario ampliar
la intervención hacia el entorno grupal o el ambiente comunitario e
impulsar un cambio social.
En
un contexto social en el cual prevalece un hiperindividualismo en
todos los ámbitos de convivencia social, resulta un reto difícil
comprender el planteamiento de construir una psicología que prescinda
del individuo como unidad de análisis. Pero la compleja realidad
social que nos tocó vivir nos exige como profesionales de la
psicología ir más allá de las explicaciones psicologistas de
problemas como el autoritarismo contemporáneo, las guerras que
estamos presenciando, el genocidio que está realizando Israel con el
pueblo palestino, la corrupción y las injusticias sociales.
De
la misma forma que la realidad impone superar la psicología
individual, cada vez queda más claro que no es posible continuar con
la idea de una psicología social neutral, porque la realidad nos
obliga a intentar comprender la integración de las interacciones
individuales en marcos sociales más amplios y complejos.
En
esa perspectiva, la práctica psicológica requiere de elevar su
nivel de análisis rebasando al individuo para iniciar una
intervención psicológica en grupos sociales, por lo que tenemos
necesidad de sumergimos en el contexto de la psicología de los
grupos, un campo teórico poco utilizado por una gran mayoría de
psicólogos y que se desarrolló inicialmente para encontrar formas
de aumentar la productividad en las organizaciones laborales.
Recordemos la intervención de Elton Mayo en una empresa que producía
electricidad en Hawthorne, Chicago, que tenía como objetivo
identificar la variable oculta que permitiera aumentar el
comportamiento productivo y que terminó con el descubrimiento del
grupo social como objeto de estudio científico al identificar la
importancia que tenían las relaciones interpersonales en el
comportamiento humano en las organizaciones.
Resultó
que la variable oculta que permitiría aumentar la productividad en
las organizaciones fueron las relaciones informales que se construyen
en los grupos de trabajo porque los lazos sociales informales fueron
el factor que determinaba el aumento o descenso de la productividad
laboral. Al descubrir que los integrantes del grupo experimental
habían tomado el acuerdo grupal de mantener el mismo ritmo de producción sin importar
lo que hicieran los investigadores, fue el momento en el que se descubrió la importancia de
las relaciones humanas, fue cuando se descubrió al grupos social como objeto de estudio científico.
Pero
Elton Mayo nos heredó al grupo social como objeto de estudio
científico y nos lo dejó como si fuera la caja negra de un avión,
todos sabemos la existencia de cajas negras en los aviones, pero no
sabemos como funcionan. Igual pasó con el descubrimiento del grupo,
se descubrió su existencia e impacto en la productividad, pero no se
sabía como funcionaba. Fue Kurt Lewin quien nos heredó la llave que
permitió abrir la “caja negra del grupo social” y descubrir qué
había en su interior y fue entonces que se pudo analizar como
funcionan los grupos sociales. Esta llave fue el concepto de dinámica
de grupos que Lewin llamó incialmente como las fuerzas psicológicas
que determinan el funcionamiento del grupo y que estaba constituida
por un conjunto de procesos sociales como liderazgo, comunicación,
interacción, participación, integración, solución de problemas,
etc.
Más
adelante el psicólogo social Jackob Moreno aportó la técnica del
psicodrama que consiste en la dramatización de un problema y permite
entrenar a las personas a resolver problemas cuando se presentan en
la vida real. Posteriormente, amplió su técnica para incluir a
grupos dando lugar al sociodrama y finalmente nos heredó la
sociometría que se conoce como "la ciencia de las relaciones interpersonales" porque nos permite identificar la estructura informal de los
grupos a través del descubrimiento del psicogrupo y el sociogrupo.
A
pesar de que han transcurrido 95 años desde el descubrimiento del
grupo como objeto de estudio científico, vemos con pesar que en
pleno siglo XXI predomina una supina ignorancia sobre la psicología
de grupos y se sigue manteniendo una psicología centrada en el
individuo como objeto de intervención, con un enfoque aislado del
contexto social. Por si esto fuera poco, estamos presenciando la
existencia de un reduccionismo científico en el campo de las
ciencias sociales y que en el caso de la psicología se presenta en
la forma de un psicologismo que consiste en intentar explicar el
comportamiento humano atendiendo sólo los factores que determinan el
comportamiento individual (personalidad, aprendizaje, motivación,
percepción, etc.).
Este
reduccionismo también se expresa en disciplinas como la sociología,
economía, antropología, etc., y esta limitación epistemológica
dificulta la tarea de analizar los problemas sociales porque
contribuye a la fragmentación del estudio de la realidad social e
impide reconocer que los problemas sociales están interconectados
porque surgen en el mismo contexto social y ejercen una
interinfluencia entre sí.
En
el caso de la psicología, la situación se complica cuando la
psicología que se enseña en las universidades incurre en otro error
que es el corrientismo psicológico que se presenta cuando los
docentes “se casan” con una corriente de la psicología y
rechazan a otras corrientes psicológicas etiquetándolas como “no
científicas”. Quienes así proceden olvidan lo que nos plantea Ian
Parker en su libro La psicología como ideología, en el cual nos
dice que la psicología es como un gran árbol que tiene varias
ramas, cada rama representa una corriente y todas llevan el apellido
de la psicología (15).
Para
lograr un cambio social necesitamos construir una psicología del
comportamiento grupal que esté comprometida con el mundo que nos
tocó vivir. Al revisar diferentes aportaciones de autores que han
contribuido a construir una psicología de grupos, podemos encontrar
que todos comparten un argumento entre sí: la necesidad de mirar lo
que acontece alrededor de las personas para comprender lo que hacen,
lo que piensan y lo que sienten. Esto implica analizar el contexto
social para comprender porque las personas haen lo que hacen, piensan
lo que piensan y sienten lo que sienten. Analizar el contexto social
donde se encuentra la persona se presenta como el primer paso para
poder comprender el interior de un individuo, porque “es necesario
mirar hacia afuera para entender lo que ocurre dentro de una persona”
(16).
Quizá
haya algunos escépticos que duden de la existencia de los grupos
sociales como entidades autónomas, pero la psicología social
experimental ha demostrado que el comportamiento individual está
determinado por la presión del grupo al que pertenezca, por el miedo
a desviarse de la opinión de la mayoría, por un sentido de
obediencia a la figura de autoridad, por la necesidad de seguir
ciertas normas grupales, por la conformidad, el poder del líder, por
sentir un rechazo a los extraños, experimentar odio a quien se
considere enemigo, por fanatismo religioso o político, etc.
Está
ampliamente demostrado que el comportamiento individual no siempre
obedece a motivos personales porque detrás se encuentra la necesidad
humana de experimentar un sentimiento de pertenencia a un grupo, de
formar parte de una identidad grupal, por lo que si queremos
comprender el comportamiento social, necesitamos estudiar las formas
como se integran las personas a los grupos sociales, cómo funcionan
los grupos y porqué se disuelven.
Un
hecho irrefutable es que la vida cotidiana de todo ser humano se
caracteriza por estar con otras personas con las que comparten tiempo
y realizan actividades en forma conjunta. Si miramos a nuestro
alrededor, identificaremos varios grupos sociales a los que
pertenecemos simultáneamente y en los cuales tenemos diferentes
roles que desempeñamos: familia, escuela, trabajo, deporte,
diversión, etc.
A
través de la interacción con otras personas construimos una
identidad social, un sentimiento de pertenencia y una identidad
psicosocial que consiste en una determinada forma de pensar, sentir y
actuar que nos hace diferentes a los demás y que es el resultado de
la interinfluencia que hemos mantenido con la diferentes figuras
significativas en los distintos grupos sociales a los cuales hemos
pertenecido o pertenecemos.
Cuando
Elton Mayo descubrió accidentalmente al grupo como objeto de
estudio científico, no faltó alguien que criticara su investigación
y una de las críticas que le hicieron es que las personas que
formaron parte del grupo experimental sabían que estaban siendo
observadas y por eso su comportamiento no fue natural. Eso dio lugar
al descubrimiento del efecto Hawthorne que consiste en el hecho real
de que el comportamiento de las personas cambia cuando saben que
están siendo observadas.
| Lo
mismo sucede al interior de los grupos porque las personas cambian su
comportamiento cuando están en un grupo y esto puede explicarse al
recordar el principio que nos dice que los componentes de un sistema
social que conforma un “todo”, presentan un comportamiento que se
presenta de manera diferente cuando están juntas o cuando están
separadas. Diferentes estudios en psicología social demostraron la
existencia de un proceso de influencia social que se da en grupos y
comunidades.
Lo
que sí está demostrado es que el grupo es un escenario de
influencia primordial sobre el comportamiento individual, pero al
mismo tiempo se reconoce que el individuo también influye sobre el
grupo en su conjunto, por lo que podemos hablar de que al interior de
los grupos surge una interinfluencia social. Al estudiar la
psicología de los grupos podremos comprender los motivos que
impulsan a las personas a formar parte de los grupos, podremos
analizar el grado de cohesión, estilos de liderazgo, formas de
aumentar el rendimiento grupal, las maneras como se construye el
autoconcepto, enfoques distintos para solucionar conflictos grupales
y estar en condiciones de realizar una psicoterapia de grupos.
Todos
somos seres sociales y la pertenencia a diferentes grupos es parte de
la condición humana, porque durante gran parte de nuestras vidas
interactuamos como miembros de diferentes grupos sociales y esa
pertenencia a diferentes grupos es lo que nos permite decir “Yo”,
porque tiene como base la capacidad para decir “Nosotros”.
Lamentablemente
uno de los problemas que enfrentan los grupos formales es la falta de
integración, porque sus integrantes actúan bajo la noción del
agrupamiento que consiste en el hecho de que los individuos que
forman parte de los grupos sociales actúan en base a intereses
individuales porque no han construido una identidad grupal que les
permita usar el lenguaje del “nosotros”. En este punto se impone
hacer las siguientes preguntas: ¿que diferencia existe entre un
agrupamiento y un grupo?,¿es suficiente reunir a un número
indeterminado de personas para formar un grupo?.
Para
que exista un grupo se requiere de la presencia de personas, pero la
sola reunión de personas no es suficiente para formar un grupo,
porque no existe un sentimiento de pertenencia al mismo. Un grupo
sería “la reunión de varias personas que interactúan entre sí
para realizar varias actividades que les permiten lograr objetivos
que son comunes, en esa interacción las personas se sienten parte
integrante del grupo y perciben a los demás como parte integrante
del mismo, por lo que lo natural es que las personas que forman ese
grupo establezcan un vínculo de colaboración entre sí” (17).
En
nuestra sociedad en crisis existen muchos grupos de ayuda que demuestran la efectividad de la intervención grupal estrategia de cambio social que ayudan a miles de personas en nuestra sociedad y que aplican este
principio de la psicoterapia: el
primer paso para la recuperación es reconocer la existencia de un
problema y quien atraviesa por ese problema debe reconocerlo.
Se
aplica en grupos de AA, o de AAA, en grupos de adictos anónimos,
sexoadictos anónimos, grupos de adictos a la ludopatía, grupos de
compradores compulsivos, grupos de ayuda para personas que han
intentado suicidarse, etc.
A
través de la intervención grupal se puede lograr la integración de
equipos de trabajo, aumento de la productividad, generar un
autoconocimiento individual, lograr un empoderamiento grupal,
fortalecer esfuerzos de aprendizaje colectivo, etc. La estrategia
grupal puede aplicarse en ambientes laborales, instituciones
educativas, de salud, de seguridad, en intervenciones en comunidades,
en organizaciones sindicales o políticas, etc.
En
la medida que avanzaba el tiempo cuando trabajaba como profesor
universitario impartiendo seminarios de intervención en grupos,
organizaciones y comunidades, terminaba cada semestre enriquecido con
nuevas experiencias de aprendizaje y eso me llevó a aplicar lo que
estaba enseñando en teoría con mis grupos de estudiantes, porque
llegó un momento en que pensé “si les estoy enseñando la teoría
para que intervengan en grupos sociales con el objetivo de lograr un
mejoramiento en su funcionamiento, debo dejar de verlos como
estudiantes pasivos y aplicar esta teoría utilizando un aprendizaje
vivencial retomándolos como objeto grupo de intervención y asumir
por mi parte un rol de agente de cambio externo.
Con
esos pensamientos en mente, recordando mi experiencia impartiendo
cursos de capacitación laboral y retomando la tecnología educativa,
diseñé una guía didáctica en la programé el tiempo frente al
grupo minimizando el tiempo dedicado a la técnica expositiva e
incluí la aplicación de diferentes técnicas grupales que
permitieran clarificar el contrato psicológico entre profesor y
estudiantes, avanzar en la sensibilización al cambio, crear una
atmósfera de apertura en la comunicación que permitiera lograr una
integración grupal a través del desnudo psicológico y construir
una identidad grupal.
Con
esta nueva estrategia educativa pude avanzar en la construcción de
un empoderamiento individual de cada uno de mis estudiantes,
desarrollar
un pensamiento autónomo en cada uno de ellos, enseñar el placer por
la lectura, generar un interés en formarse como investigadores,
estimular su participación en clase, (porque parte del contrato
psicológico que pactamos desde la primera reunión del seminario era
de que todos debían participar en las discusiones grupales),
incrementar su sensibilidad a los problemas sociales, ampliar su
empatía social y sobre todo sembrar la semilla que les permitiera
construir una identidad como agentes
de cambio social, alimentándoles
la idea de que con su actuación como profesionales de la Psicología
podrían contribuir a construir un mayor bienestar social al
identificar el origen social de los problemas psicológicos que
enfrentan los individuos, grupos, organizaciones y comunidades que
forman nuestra sociedad
Compartía
con mis alumnos la tarea de analizar textos teóricos en discusiones
grupales y combinaba la discusión teórica con ejercicios grupales
fortalecían la integración grupal, generaban un conocimiento
interpersonal y contribuían a la construcción de una identidad
grupal, por lo que al finalizar cada semestre, dedicaba la última
reunión en la que mis estudiantes procedían a evaluar el
aprendizaje obtenido, a dar una retroalimentación a sus compañeros
de clase y a realizar una crítica constructiva de mi desempeño
como docente, sobra decir que todos salíamos con una sensación de
satisfacción por la experiencia grupal obtenida (18).
Al
igual que la identidad individual se construye dentro de marcos
grupales, la realidad de los grupos se encuentra determinada por un
contexto social más amplio del cual forman parte, debemos tener en
cuenta que el grupo social es un sistema abierto que recibe las
influencias del medio social y la sociedad contemporánea existe
gracias al funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones que nos
proveen de productos y servicios que satisfacen nuestras necesidades
básicas y psicológicas, por lo que necesitamos elevar nuestra
mirada social y arribar a otro nivel de análisis del comportamiento
humano que es el comportamiento organizacional.
El
cambio social a través de la intervención organizacional
El
segundo nivel de análisis en el estudio de la interinfluencia que
existe entre el individuo y la sociedad, es el el análisis de las
organizaciones. Como la mayor parte de lo que nos rodea, las
organizaciones son creaciones humanas y surgieron con el inicio de la
primera revolución industrial, en el período comprendido entre 1760
y 1840, cuando se dio una gran transformación económica, social y
tecnológica que marcó el paso de una economía agraria a una de
tipo industrial, que se caracterizó por la invención de nuevas
tecnologías como la invención de la máquina de vapor.
La
creatividad de los artesanos que elaboraban de principio a fin un
producto para su venta, desapareció cuando surgieron las fábricas
en las que laboraban una gran cantidad de personas que interactuaban
en el marco de una estructura organizacional, desempeñando un rol
específico en estrecha coordinación con entre sí, manejando
recursos materiales y financieros para lograr una producción masiva
de artículos. Con la introducción de la banda transportadora en el
proceso de producción, se creó la división del trabajo provocando
que cada trabajador participara en solo una parte del proceso de
producción y con ello surgió la enajenación del trabajo porque el
trabajador veía como algo ajeno lo que contribuía a producir.
Estas
fábricas fueron el antecedente de lo que hoy conocemos como
organizaciones, después de ellas surgieron las organizaciones
comerciales, bancarias, educativas y de otro tipo. El estudio de las
organizaciones es compartido por varias disciplinas sociales en un
amplio campo de investigación conocido como el comportamiento
organizacional. El número y tipo de organizaciones ha crecido tanto
que la sociedad contemporánea es conocida como “sociedad
organizacional” y tal denominación se basa en la evidencia de que
la sociedad moderna existe gracias al funcionamiento de un sinnúmero
de organizaciones que nos proporcionan aquellos productos y servicios
que satisfacen las necesidades en nuestras vidas cotidianas.
Las
24 horas del día estamos en contacto con diferentes organizaciones,
aún si no deseamos salir de casa y queremos quedarnos encerrados,
seguimos disfrutando de servicios de alguna organización (gas,
energía eléctrica, internet, televisión, agua potable, limpia
pública, etc.). Los alimentos que consumimos no los producimos
nosotros, los adquirimos en una organización comercial, lo mismo
sucede con nuestras prendas de vestir, con la cama en que dormimos,
la casa en que vivimos, los productos de aseo personal y artículos
de limpieza del hogar que utilizamos, el vehículo en que nos
transportamos, etc.
Se
le llama sociedad organizacional porque estamos en permanente
contacto con diferentes organizaciones y dependemos de su existencia
y funcionamiento para existir en forma individual y colectiva. Tan
sólo imaginemos lo que pasaría si dejaran de funcionar los bancos,
si la organización que nos proporciona energía eléctrica detuviera
sus funciones, si no existieran los comercios, si no hubiera
internet, telefonía celular, televisión por cable, etc. Sin duda
alguna nuestra realidad sería un caos, una tragedia colectiva que
provocaría una locura compartida y habría grandes perjuicios para
la economía y la vida cotidiana de todos.
El
trabajo moderno se realiza en organizaciones y esa dependencia que
tenemos hacia ellas, justifica la necesidad de su estudio científico,
considerando que el mismo es compartido por varias disciplinas
sociales: Administración, Psicología, Economía, Sociología,
Antropología, Comunicación, Mercadotecnia, etc. Todas ellas
comparten como objeto de estudio el comportamiento humano en general
y el comportamiento organizacional en particular.
En
el caso de la Psicología, inicialmente se restringió su atención
al comportamiento humano en el trabajo porque predominaba la
influencia del enfoque de la Psicología industrial. Esta rama de la
psicología surgió después de la segunda guerra mundial cuando hubo
necesidad de realizar reclutamiento, selección y capacitación
masiva en las fábricas y esta función de la psicología se prolongó
durante décadas, provocando un reduccionismo en el estudio
psicológico del comportamiento humano en las organizaciones. Pero
debido a las investigaciones que impulsaron el desarrollo de las
ciencias sociales, se logró construir una teoría de sistemas que
permitió percibir a un objeto de estudio como un sistema total que
estaba constituido por partes, cada una de las partes tenía un
funcionamiento particular que estaba determinado por una
interdependencia e interinfluencia con todos y cada uno de los demás
componentes del sistema total.
La
aplicación de la teoría de sistemas en el estudio de las
organizaciones permitió la construcción de una mirada sistémica,
holística de las mismas, de tal forma que permite vislumbrar a la
organización como un sistema total que está conformado por
subsistemas que interactúan entre sí de manera interdependiente y
se influyen mutuamente de tal forma que se puede determinar que el
éxito o fracaso de la organización está en función del grado de
colaboración y armonía que logren los componentes que la
integraban. Desde la perspectiva de la psicología social francesa,
las organizaciones son concebidas como un entramado de grupos
formales que interactúan entre sí. (19). Estos grupos son
las áreas de trabajo que se identifican en los organigramas y
representan a pequeños grupos cuyos integrantes interactúan entre
sí, al mismo tiempo que esos grupos interactúan con otros grupos
que forman parte de la organización: producción, administración,
ventas, almacenes, informática, contabilidad y finanzas, etc.
El
uso de la teoría de sistemas en el estudio del comportamiento
organizacional permitió reconocer que la Psicología industrial
tenía serias limitaciones porque se centraba en una de las
dimensiones que forman parte del sistema organizacional, ya que se
limitaba a realizar funciones de reclutamiento, selección y
capacitación de personal, un enfoque que le impedía mirar la
totalidad del objeto de estudio, por lo que bajo la mirada sistémica
surgió la psicología organizacional que percibe a las
organizaciones como un sistema social abierto que forma parte de un
medio ambiente social que a su vez puede ser concebido como una sistema social que está conformado por otros sistemas
sociales como el sistema jurídico, el sistema económico, el sistema
tecnológico, el sistema cultural, etc.
Con
el cambio de mirada, la intervención psicológica se amplió
rebasando las tradicionales funciones de reclutamiento, selección y
capacitación de personal para construir una nueva identidad del
psicólogo organizacional como agente de cambio organizacional
planeado, realizando nuevas funciones como consultor organizacional
desempeñando diferentes roles como asesor, consultor, capacitador,
instructor, mediador de conflictos, moderador, mediador, investigador, etc.
Todos
estos roles giran en torno a la la construcción de la identidad del
psicólogo como agente de cambio planeado que ayuda a las
organizaciones contemporáneas a implementar cambios planeados en un
contexto social de transformaciones constantes realizando funciones
de diagnóstico integral de la organización, evaluación del clima
organizacional, implementación de cambios en la cultura
organizacional, reconociendo en todo momento que la intervención en
una de las partes que conforman el sistema organizacional tendrá un
impacto en todos los componentes que la integran.
El
avance en el estudio de las organizaciones por parte de las ciencias
sociales amplió su visión de las mismas y permitió reconocer que
el factor humano es más importante que los edificios, los activos
fijos, los muebles o vehículos, porque las organizaciones son las
personas que las integran ya que son las que le dan vida y permiten
que funcionen. Bajo esta perspectiva, se logró construir un concepto
de organización que provocó un cambio de paradigma en el estudio de
las organizaciones contemporáneas al definirlas como “conjunto de
personas que en el marco de una estructura interactúan utilizando
tecnología para obtener objetivos comunes” (20).
Con
la creación de esta nueva definición de organización, el campo de
acción de los psicólogos organizacionales se amplió en virtud de
que cualquier conglomerado social que reúna las características
incluidas en esta definición: personas, estructura,
interacción, uso de tecnología, objetivos comunes,
son consideradas organizaciones. De esta forma, un hospital, una
escuela, una universidad, un sindicato, un partido político, un
gimnasio, una Iglesia, el Vaticano, el Gobierno de un País, una asociación civil, un equipo deportivo, un
restaurant, un exitoso puesto callejero de tacos o de hotdogs y hasta
la delincuencia organizada pueden ser abordados desde la óptica de
la psicología organizacional.
Con
estos nuevos descubrimientos y conceptos: la existencia de un
sinnúmero de organizaciones formales que van desde grandes
corporaciones, medianas y pequeñas empresas que satisfacen nuestras
necesidades con productos y servicios, la conceptualización como
organizaciones de todos aquellos conglomerados sociales que reúnan
los componentes de la definición de organización y la construcción
de una identidad del psicólogo como agente de cambio organizacional
planeado, se pudo dejar atrás las limitaciones de una psicología
industrial enfocada a funciones tradicionales en un solo subsistema y
ampliar el campo de la psicología organizacional contemplando
intervenciones en diferentes tipos de organizaciones.
La
evidencia nos dice que diariamente surgen miles de organizaciones
nuevas, pero al mismo tiempo también desaparecen otras miles de
organizaciones por motivos de quiebra económica, fallas en
administración, problemas de liderazgo, ausencia de educación
financiera, estos datos son elementos que permiten identificar que
existe una amplia demanda de ayuda psicológica por parte de
organizaciones que enfrentan problemas o se encuentran al borde de la
desaparición, por lo que el campo de acción de esta rama de la
psicología se amplía cada vez más, con esta nueva mirada social y
recordando que el trabajo moderno se realiza en organizaciones, no
importa el área de especialidad en la que egresen los psicólogos,
al final terminarán trabajando en el contexto de una organización
formal, por lo que podemos decir dos cosas: a) resulta imposible
aceptar la existencia de psicólogos organizacionales de desempleo y
b) estudiar psicología de las organizaciones se impone como una
tarea impostergable.
La
demanda implícita de ayuda de profesionales del comportamiento
organizacional aumenta cuando vemos que en las organizaciones
públicas y privadas contemporáneas, existe un neanderthalismo
administrativo en su conducción porque los directivos de las
organizaciones omiten el uso de la ciencia en los procesos de
reclutamiento y selección de personal y contratan personas en base a
criterios como amiguismo, influyentismo, favores políticos o
sexuales, por lo que la meritocracia ha dejado de existir y la
premisa Tayloriana de “colocar al hombre adecuado en el puesto
adecuado” es letra muerta (21).
El
psicólogo puede intervenir en las organizaciones con el diseño de
un proceso de socialización organizacional que tenga como objetivo
que las organizaciones puedan implementar acciones de
capacitación, adiestramiento y entrenamiento para que los
integrantes de las organizaciones identifiquen las principales metas
y valores que guían a la organización, al mismo tiempo que promueve
en sus empleados el desarrollo de comportamientos más pertinentes
que les permitan lograr estas metas y desarrollar estos valores
(22).
En
el seminario de psicología organizacional que impartía en los
últimos semestres de la carrera de Psicología en el Departamento de
Psicología y Comunicación de la Universidad de Sonora, les decía a
mis alumnos que no se casaran con la idea de ingresar a una
organización y acumular antigüedad realizando funciones de
reclutamiento, selección y capacitación de personal, les pedía que
ampliaran su mirada y contemplaran en sus planes del futuro la
creación de despachos de consultoría organizacional y se vieran a
sí mismos como profesionales de la psicología que podrían actuar
como agentes de cambio organizacional planeado y al hacerlo estarían
interactuando con los altos mandos de las organizaciones que necesita
expertos en el comportamiento humano que les ayudaran a lograr el
mejoramiento continuo de las organizaciones, por lo que necesitaban
elevar su autoestima, aumentar su autoconocimiento, creer en tener
más confianza en sí mismos para que pudieran proyectar una imagen
de persona con confianza en sí misma.
Por
esa razón incluía en mis funciones como docente la aplicación de
diferentes técnicas grupales que tenían como objetivo clarificar el
contrato psicológico entre alumnos y maestro, utilizando una
estrategia de “aprender a aprender” que consistía en descubrir
que el aprendizaje no siempre es formal, que existe un
metaaprendizaje que consiste en aprender del comportamiento del
docente y de los compañeros del grupo y reconocer que existe un
proceso de interinfluencia social que permitía que todos
aprendiéramos juntos, incluyendo al profesor porque cada grupo es
diferente, cada intervención es distinta y cada una de ellas deja
varias lecciones de aprendizaje.

Las
técnicas e instrumentos se daban en el formato de un taller de
trabajo porque el objetivo principal era construir una identidad
grupal entre mis alumnos, las actividades generaban un
autoconocimiento y un conocimiento de los demás, por lo
frecuentemente utilizaba el test sociométrico de Jackob Moreno para
identificar figuras de liderazgo en el grupo, conocer las estructuras
del psicogrupo y del sociogrupo.
La
herramienta pesada que utilizaba para fortalecer el aprendizaje
grupal consistía en vivenciar experiencias en el contexto de la
técnica del grupo T, una técnica de sensibilización que proviene
de los laboratorios nacionales de entrenamiento, que fue creada por
Kurt Lewin en 1947, que se usa con frecuencia en intervenciones de
Desarrollo Organizacional y que tiene básicamente dos objetivos:
adquirir
y desarrollar las habilidades y aptitudes necesarias para mantener
relaciones sanas con los demás, y analizar la conducta actual
individual a fin de valorar su impacto dentro de la organización.
Por lo tanto, dichos objetivos incluyen el de entenderse a sí mismo
y ser sensible a las necesidades de los demás, identificar y
diagnosticar los problemas del grupo, contribuir efectivamente al
esfuerzo grupal, entender las complejidades de la acción
intergrupal, además de los problemas internos de la organización
(23).
Con
el uso frecuente de esta técnica las reuniones se utilizaban para
dar oportunidad de intercambiar una retroalimentación individual y
grupal, en un ambiente de apertura en la comunicación que permitiera
el desarrollo de comportamientos auténticos, buscando el desnudo
psicológico por lo que al final se convertían en auténticas
reuniones de psicoterapia de grupo.
El
mejoramiento continuo consiste en una intervención organizacional
que busca implementar cambios planeados y en esa intervención, el
psicólogo entrena a los integrantes de las organizaciones en el
proceso de diagnóstico y cambio organizacional, para que una vez que
termine su intervención como agente de cambio externo, puedan ser
esos mismos miembros de la organización los que implementen las acciones de cambio planeado que ellos mismos decidieron cuando realizaron el diagnóstico integral de la organización y ellos mismos puedan repetir en forma periódica el proceso de diagnóstico y cambio organizacional planeado.
Como todo proceso de cambio social, el cambio organizacional planeado tiene como primer paso la
realización de un diagnóstico de la organización el cual debe ser integral, es decir, que abarque todos los componentes del sistema organizacional porque se parte del reconocimiento de la organización como un sistema que
está conformado por subsistemas y se tiene siempre presente que la intervención en uno de los
componentes de la organización puede afectar al conjunto de la
organización. De manera similar a como se procede cuando se
construye el perfil psicométrico de una persona en selección de
personal cuando utiliza una batería integrada por varios test
psicométricos, la realización de un diagnóstico organizacional
implica la recopilación de información que se obtiene utilizando
diversas técnicas y el uso de varios instrumentos que son diseñados
desde una perspectiva integral que contemple a la organización como
un sistema total.
El
objetivo de un diagnóstico integral de una organización consiste en
identificar el estado actual que prevalece en la organización,
reconociendo las principales fuerzas impulsoras y restrictivas que
determinan su funcionamiento, con el objeto de diseñar una
estrategia de cambio planeado que conduzca a la organización al
mejoramiento continuo de sus procesos (24).
Las fuerzas restrictivas son todas aquellas fuerzas que afectan en forma negativa a la productividad, a la satisfacción en el trabajo y al clima organizacional. En cambio las fuerzas impulsoras son todas aquellas fuerzas que ayudan a elevar la productividad, contribuyen a aumentar la satisfacción en el trabajo y mejoran el clima organizacional.
Las fuentes de
información para realizar un diagnóstico son varias y van desde la
revisión de documentos relevantes de la organización (contrato
colectivo de trabajo, manual de procedimientos, misión y visión de
la organización, etc.), realización de entrevistas con figuras clave (altos mandos, líderes sindicales, clientes prioritarios, empleados de base, etc.) la observación de procesos sociales en
ambientes de trabajo, pero la fuente principal es la información que
se obtiene a través de la conducción de un taller de diagnóstico
en el cual participen un grupo de empleados de la organización que
idealmente esté integrado por personal de altos mandos, mandos
intermedios, personal de base y líderes sindicales.
Este
grupo debe estar bajo la conducción del psicólogo que actuará como
agente de cambio desempeñando diferentes roles: facilitador,
capacitador, instructor, mediador, etc. El grupo participará en
dinámicas grupales que tendrán como objetivo la integración
grupal, la sensibilización de la necesidad de implementar cambios
organizacionales y responderán en forma individual a las preguntas
de instrumentos de diagnóstico integral que tienen como finalidad
identificar bloqueos y fuerzas organizacionales.
Posteriormente,
cada participante comparte sus respuestas ante el resto del grupo, el
psicólogo recopila la información, obtiene un promedio de las
respuestas del grupo y de esta forma se obtiene la información que
permite revelar un diagnóstico integral con información
proporcionada por los propios miembros de la organización, lo cual
le da validez a la misma porque no es la interpretación del agente
de cambio externo, sino el propio grupo es quien elabora el
diagnóstico guiado por el psicólogo que actúa como facilitador
grupal.
Se
comparten resultados con el grupo, se aplican técnicas de discusión
y análisis para identificar áreas de oportunidad, estrategias de
cambio planeado y como son los integrantes de la organización
quienes hicieron el diagnóstico, se construye un contrato
psicológico que implica el compromiso de implementar las acciones de
cambio planeado que ellos identificaron como estrategias adecuadas
para lograr un mejoramiento continuo. De esta manera, el psicólogo
actúa como agente de cambio organizacional externo, contribuyendo a
la implementación de cambios organizacionales que permiten mejorar
el clima organizacional, formación de equipos de trabajo
autodirigidos, incrementar la satisfacción en el trabajo y elevar la
productividad.
Pero
el estudio de las organizaciones va mucho más allá del objetivo de
mejorar su eficiencia y aumentar su productividad, porque además de
que todos somos consumidores y formamos parte de alguna o varias
organizaciones, en el momento histórico que estamos viviendo nos
encontramos con la dictadura de una oligarquía corporativa que
controla el poder político, manipula la información, ha
desaparecido la identidad del ciudadano para convertirlo en un simple
consumidor y ejerce un sutil pero férreo control social que mantiene
en un estado de anestesia social a la mayoría de la población
que en el marco de una crisis social global permanece
confortablemente aturdido, mientras la oligarquía corporativa toma
las riendas del poder político al dar lugar al surgimiento del
tecnofeudalismo (25).
A
través del estudio científico de las organizaciones podremos
comprender el impacto de liderazgos que van mucho más allá del
autoritarismo y llegan al extremo del totalitarismo que exigen una
obediencia acrítica a los dirigentes. El estudio que hizo la
filósofa Hanna Arendt sobre el juicio de Adolf Eichmann, permitió
descubrir que el mal no reside en la maldad de una sola persona, sino
que el verdadero horror del mal se encuentra en la obediencia ciega
de individuos ordinarios que aceptan sin cuestionar el participar en
atrocidades burocráticas sin reflexionar sobre las consecuencias de
sus actos.
Detrás
de la defensa que se basaba en la declaración de “yo solo seguía
órdenes” se encuentra la banalidad del mal, un concepto que hace
referencia a la capacidad de deshumanización de sistemas políticos
y organizacionales que pueden trivializar el exterminio de seres
humanos cuando forman parte de procedimientos burocráticos que son
ejecutados por funcionarios que son incapaces de pensar por sí
mismos y se limitan a obedecer órdenes (26).
El
estudio de la psicología de las organizaciones permite analizar el
proceso de aniquilación de la personalidad individual en
organizaciones totalitarias que reducen a las personas a simples
engranajes de un sistema organizacional que funciona provocando
muerte y destrucción. Una experiencia similar al holocausto del
pueblo judío a manos del ejército nazi, la estamos presenciando en
nuestras pantallas con el genocidio del pueblo palestino realizado
por el ejército israelí y la maldad contemporánea se muestra con
el rostro de una humanidad indiferente al dolor ajeno.
Esta
ceguera moral ha sido producida por diversas organizaciones que han
estado falseando la realidad, creando una narrativa que reproduce un
réplica del síndrome de Timisoara al presentar al genocidio que
sufre el pueblo palestino “como una guerra” en la cual el
ejército israelí aparece como víctimas que ejercen su “legítimo
derecho a la defensa” mientras deja caer miles de bombas sobre
poblaciones civiles asesinando miles de niños, mujeres y ancianos
que destruyen todo tipo de infraestructura (hospitales,
universidades, escuelas, edificios habitacionales y estas acciones se
ven como “algo normal” (27).
Todos tenemos una identidad individual, hemos construido diferentes
identidades grupales, tenemos distintas identidades organizacionales,
pero el avance del hiperindividualismo ha estado destruyendo el
tejido social y en este proceso de destrucción de vínculos, hemos
estado perdiendo nuestra identidad social y el sentimiento de
pertenencia a nuestras comunidades. Esto nos conduce a elevar el
nivel de nuestra mirada social para ampliar el encuadre social del
comportamiento humano, por lo que pasamos al siguiente nivel de
análisis en la interinfluencia entre el individuo y la sociedad: el
análisis de las comunidades.
El
cambio social a través de la intervención psicológica en
comunidades
En el marco de una sociedad sumida en una crisis social que provoca
millones de crisis individuales que no encuentran respuesta a su
demanda de ayuda psicológica porque la psicología académica se
encuentra aislada de la realidad al mantener un enfoque centrado en
la intervención individual, provoca una sensación de Deja Vú porque
en el siglo pasado vivimos una situación similar. El estado de
crisis global que enfrentamos nos obliga a construir una nueva
psicología que nos permita impulsar de manera científica un cambio
social, pero debemos recordar que antes de realizar cualquier tipo de
intervención psicosocial requerimos de la construcción del contexto
sociohistórico que rodea al objeto de intervención, por lo que
necesitamos hacer uso de la memoria histórica y mirar hacia atrás
para comprender el momento presente.
Al
revisar la historia de la psicología latinoamericana podemos ver que
una situación similar sucedió en la década de los setentas en el
siglo pasado, cuando hace 50 años surgieron varios movimientos
sociales que dieron inicio a una cauda de cambios sociales que
evolucionó durante las últimas décadas, que no se ha detenido
porque los cambios sociales siguen sorprendiéndonos cada día. Al
voltear la mirada al pasado podemos ver que por todos es conocido el
surgimiento de varios movimientos colectivos que lucharon por conquistar libertades y derechos civiles, por la
democratización de las universidades públicas, en contra de una
educación que se caracterizaba por sembrar la obediencia a la figura
de autoridad, en contra del militarismo y de la guerra de Vietnam, en
contra del racismo, en defensa de los derechos de mujeres,
homosexuales y lesbianas, movimientos que defendían la libertad de
expresión, que luchaban en contra del autoritarismo y en defensa de
la democracia.
Todos
estos movimientos se presentaron en varios países de forma
simultánea y contribuyeron a conquistar la democracia en las
universidades, influyeron de manera indirecta a la caída del muro de
Berlín, a la desintegración de la Unión Soviética, a terminar con
la guerra fría y contribuyeron al surgimiento de un nuevo orden
mundial unipolar basado en la hegemonía de Estados Unidos.
Pero
esa parte de la historia de la humanidad está incompleta porque
pocos saben lo que aconteció en los países latinoamericanos durante
esa década. A diferencia de Estados Unidos y Europa, los movimientos
de democratización que surgieron en América Latina fueron
reprimidos por cuerpos policiacos y en algunos países surgieron
grupos guerrilleros que enfrentaron a militares. Ese fue el pretexto
que usó Estados Unidos para impulsar un plan para “combatir al
comunismo” que llamó “Operación Cóndor”, que consistió en
reprimir los movimientos de democratización que surgieron en
Latinoamérica y esta estrategia represiva incluyó apoyo a gobiernos
autoritarios en países como México, Guatemala, Nicaragua, El
Salvador, Uruguay, Paraguay y la organización de golpes de Estado
para derrocar gobiernos elegidos democráticamente y sustituirlos por
gobiernos militares como sucedió en Argentina, Paraguay, Chile y
otros más. Los gobiernos autoritarios detenían a líderes sociales,
a integrantes de grupos guerrilleros, para torturarlos, asesinarlos,
desaparecerlos y sembrar el terror en las poblaciones.
El
contexto sociohistórico que caracterizaba a varios países
latinoamericanos en la década de los setentas era un autoritarismo extremo, gobiernos militares, represión masiva, corrupción estructural,
pobreza ampliada, desempleo, ignorancia colectiva, hambruna y violaciones constantes a
los derechos humanos de la población. La complejidad de la realidad
social latinoamericana impidió que los modelos de intervención de
la Psicología social que eran importados desde Estados Unidos o de
Europa, permitieran solucionar los problemas psicosociales que
enfrentaba una inmensa mayoría de la población, porque sus
paradigmas estaban alejadas de una realidad en crisis social.
El
eco de los movimientos sociales que surgieron en varios países de
América, Europa y Asia, retumbó en Latinoamérica y permitió que
los psicólogos sociales de aquella época asumieran una actitud
crítica y cuestionaran el uso de una Psicología social centrada en
el individuo y que no contemplaba el contexto sociohistórico en el
que se daba el comportamiento social. En el contexto de una crisis
social, la intervención psicológica centrada en el individuo
resultaba insuficiente, ineficaz e inútil porque el paradigma que se
utilizaba partía de una percepción del individuo aislado, percibido
como un sujeto pasivo que se limitaba a ser un simple receptor de las
acciones del psicólogo quien se presentaba hasta ese entonces como
el experto en conocimientos que le decía lo que tenía que hacer
para resolver sus problemas personales y esa intervención no tenía
en consideración la presencia de los grandes problemas sociales.
¿Suena familiar esto, verdad?
Lo
cierto es que el crecimiento de una inconformidad social contagió a
los psicólogos de aquella época quienes tomaron consciencia de que
los paradigmas y teorías psicológicas que estaban utilizando se
mostraban inadecuadas, insuficientes e incompletas porque tenían una
visión fragmentada de la realidad social y eso les impedía dar
respuesta a los grandes problemas sociales porque estaban inmersos
en un reduccionismo científico, encerrados en el marco de un
psicologismo que les impedía ver el contexto macrosocial.
Ante
la evidencia de que el enfoque psicológico centrado en el individuo
era una fragmentación de la realidad social, se vieron en la
necesidad de construir una mirada psicosocial distinta para ver los
problemas psicológicos y lograron identificar que los problemas
individuales responden al contexto social, por lo que se reconoció
la necesidad de diagnosticar el ambiente social para poder
identificar la relación que existe entre el individuo y la sociedad.

Los
primeros intentos de rebasar la psicología individual para
contextualizar el ambiente social antes de realizar la intervención
psicológica fueron cuestionados y catalogados como no científicos
porque no se ajustaban a las tendencias dominantes en la psicología,
por lo que en respuesta, los psicólogos sociales cuestionaron el
concepto de ciencia y empezaron a dudar de la existencia de la
objetividad en las ciencias sociales, porque el objeto de estudio es
el ser humano y el investigador es otro ser humano y en esa
interacción se genera una interinfluencia que impide la separación
entre uno y otro.
En ese contexto, se llegó a la conclusión de que el primer paso
para lograr la objetividad en las ciencias sociales, es reconocer que
no hay tal objetividad, que no existe una ciencia neutral, mucho
menos en el marco de una sociedad inmersa en una crisis social porque
el objeto de estudio son seres humanos, no insectos o animales y no
era posible mantener una distancia entre las personas que eran objeto
de intervención y quienes hacían la intervención porque se
influían mutuamente.
Los
psicólogos de aquella época se dieron cuenta de que insistir en la
neutralidad científica sólo contribuía a mantener el control
social de las clases dominantes, por lo que se vieron en la necesidad
de utilizar un enfoque más crítico de la realidad social que les
permitiera construir una mirada social más amplia, sistémica y
holística, que les permitió integrar en un todo los componentes del
sistema social que estaban estudiando y de esta manera pudieron ver
que ver la principal fuente de insatisfacción social, lo que
generaba los grandes problemas sociales eran las deprimentes
condiciones de vida de una inmensa mayoría de personas que vivían
en condiciones de pobreza social y les provocaba un sufrimiento
colectivo.

Este reconocimiento obligó a construir nuevos paradigmas en la
intervención social y a través de la práctica de investigadores de
varias disciplinas sociales se lograron desarrollar nuevas teorías
que surgieron de prácticas nuevas que estaban fundamentadas en la
investigación acción que implicaba la participación activa de los
integrantes de las comunidades en el proceso de cambio social desde el inicio del diseño de intervención social, incluyendo su aportación en la identificación del
problema, la planificación de la intervención y la construcción de
un vínculo de colaboración entre investigadores y miembros de la
comunidad.
Con
el uso de esta nueva mirada social se logró rebasar el enfoque
individual, utilizar un enfoque grupal, creando un nuevo paradigma
que permitió a los psicólogos sociales redefinir su papel como
profesionales de la psicología, reconstruir su objeto de estudio,
crear nuevas formas de intervención, abandonar la visión de las
personas como sujetos pasivos que se limitaban a ser receptores de
la actividad de los psicólogos y se procedió a apoyarlos en la
construcción de una nueva identidad como sujetos sociales, como
actores políticos que construyen su realidad social.
Fue
el momento en el cual se dio una revolución paradigmática cuando se
dejó atrás una psicología centrada en el individuo para construir
una psicología comunitaria que implicó el cambio de teorías,
metodologías y técnicas, permitiendo el surgimiento de una
psicología social crítica que logró superar la visión fragmentada
de la realidad social y plantearse desde su inicio la necesidad de ir
más allá del cambio individual, cuestionar la función social de la
psicología y dejar de ver al psicólogo como el “sujeto de acción
que intervienen con un objeto de estudio”, cambiar la visión de
los individuos que integran las comunidades como sujetos pasivos y
empezar a verlos como actores sociales que participaban desde el
inicio del diseño del proyecto de intervención psicológica para
impulsar una transformación social que incluyera el cambio de las
estructuras de un sistema social que generaban grandes problemas
sociales que afectaban a millones de personas y provocaban millones
de crisis psicológicas (28).

Sin
saberlo desde un principio los psicólogos de aquel entonces
comenzaron a hacer psicología comunitaria, este
nombre proviene del hecho de que este tipo de psicología con un
nuevo enfoque en las comunidades surgió de manera específica en
Latinoamérica y no en otros continentes, esa es la razón por la que
se llama psicología comunitaria latinoamericana. Maritza
Montero psicóloga venezolana definió a la psicología comunitaria
latinoamericana como “la rama de la psicología cuyo objeto es el
estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar,
fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden
ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar
problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la
estructura social” (29).
Con
la creación de esta nueva forma intervención, los psicólogos
latinoamericanos pudieron ver la necesidad urgente de intervenir en
las comunidades que vivían en una realidad excluyente, revelaron la
separación entre una ciencia basada en el teoricismo y una realidad
social inmersa en una crisis social, por lo que el énfasis de esta
nueva psicología se orientaba a la transformación social, logrando
que el grupo y la comunidad fueran aceptadas como objeto de estudio
de las ciencias sociales.
La
psicología comunitaria latinoamericana tuvo como antecedentes a la Pedagogía
de la liberación de Paulo Freire que se enfocaba en la educación
como un medio para lograr la transformación social, empoderando a
los oprimidos a través de la consciencia crítica y la acción, la
sociología de la liberación que surgió como un movimiento
académico en América latina que cuestionaba la desigualdad social,
la pobreza y la injusticia. Se caracterizó por una perspectiva
crítica que busca analizar y transformar las estructuras sociales
injustas, tomando como punto de partida la realidad de los oprimidos
y marginados. Tiene como su principal representante al sociológo
Orlando Falls Borda en Colombia.
De
igual forma, recibió la influencia de la Filosofía de la liberación
que surgió en Argentina en 1971 como respuesta a la toma de
consciencia sobre la injusticia estructural que oprimía a las
mayorías populares en América latina, este movimiento filosófico
se amplió al resto del continente buscando comprender la realidad
latinoamericana desde la perspectiva de los oprimidos y reflexionar
sobre las causas de la desigualdad y la opresión. Su representante
principal es el Filósofo Enrique Dussel.
Finalmente,
la psicología comunitaria latinoamerciana recibió la influencia
directa de la psicología de la liberación que inició el
psicólogo social y sacerdote Ignacio Martín-Baró en El Salvador
antes de ser asesinado junto a seis compañeros docentes por
militares en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas por
su activismo en favor de la organización de la población
salvadoreña que vivía en condiciones de marginación y opresión
militar.
Debido
a la orientación hacia la transformación social de la psicología
comunitaria latinoamericana, esta nueva psicología es conocida como
la ciencia del cambio social porque las teorías psicosociales con
fundamento científico aterrizan en la práctica para provocar
cambios en los grupos, organizaciones, comunidades y sociedad en su
conjunto.
En
un contexto social en el que predomina un hiperindividualismo que ha
destruido el tejido social y debilitado los vínculos sociales hasta
llegar al extremo de proporcionar un nuevo rostro a la policrisis que
estamos padeciendo y crear “una crisis de soledad” se plantea
como una necesidad urgente reconstruir el tejido social a través del
fortalecimiento de un sentimiento de pertenencia a nuestras
comunidades y recuperar la identidad social perdida, para reconocer
que en el contexto de una sociedad en crisis, todos padecemos los
mismos problemas sociales y ante la aceptación de que la solución a
los problemas sociales solo podrán darse a través de un cambio
social, debemos partir de la premisa de el cambio social sólo podrá
darse en forma colectiva, unida y organizada mediante el incremento
de la participación social.
Conclusiones
Vivimos
un momento histórico de grandes transformaciones sociales que no
solo están cambiando el mundo externo sino que también están
provocando una mutación antropológica que se refleja en un cambio
en nuestra percepción de la realidad, en nuestra forma de ver a las
demás personas y en nuestra propia autoimagen. Al principio de este
siglo acostumbraba decir a mis alumnos de psicología que la clave
del éxito en un escenario cambiante, radicaba en reforzar nuestra
capacidad para desarrollar nuevos comportamientos que nos permitieran
adaptarnos a las nuevas condiciones generadas por estos cambios, pero
con el paso de los años cambié mi discurso y a las siguientes
generaciones les decía que no era suficiente con desarrollar
comportamientos para adaptarnos a los cambios sociales, porque lo que
teníamos que hacer es aprovechar la fuerza impulsora de los cambios
y actuar como agentes de cambio planeado (30) para realizar
acciones que permitieran redirigir esos cambios en una dirección que
permitiera que el cambio inminente contribuyera a satisfacer alguna
necesidad social o a mejorar nuestras condiciones de vida.
En
este momento de la historia estamos viendo que se repiten las
condiciones sociales que dieron origen a la psicología comunitaria
latinoamericana hace 50 años, porque la psicología académica se
pierde en un teoricismo que la desliga de la práctica social.
Continúa imperando la enseñanza de una psicología centrada en el
individuo que ignora el contexto de la crisis social que genera una
demanda de ayuda psicológica expresada por millones de individuos
que enfrentan en forma individual los efectos de una policrisis.
Esta
demanda de ayuda es compartida por diferentes grupos, organizaciones
y comunidades que conforman nuestra sociedad, pero la psicología del
siglo XXI sigue aislada de las necesidades sociales, por lo que al
igual que sucedió en los años setentas, enfrentamos la urgente
necesidad de construir una nueva psicología, una psicología sin
adjetivos que no se límite a la intervención individual, que
reconozca la condición social del ser humano e intervenga en ese
amplio campo que es la interinfluencia que existe entre el individuo
y la sociedad, es decir, que tenga la capacidad para realizar
intervenciones en grupos sociales, organizaciones y comunidades.
Debemos
tener claro que nos encontramos en una sociedad que está inmersa en
un contexto de crisis social, que provoca una gran desigualdad social
que es la raíz de grandes problemas sociales y genera un sufrimiento
colectivo, por lo que es imposible construir una “psicología
neutral”, porque ante la presencia de grandes problemas sociales
que afectan a las mayorías marginadas se necesita hablar con
claridad, firmeza, combatiendo con el discurso científico una
narrativa de control social, de simulación y engaño.
En
este contexto social donde predomina el uso de la mentira, la
proliferación de noticias falsas, la simulación y el engaño, el
acto de decir la verdad sobre las causas que generan los grandes
problemas sociales se presenta como un acto revolucionario que va en
contra en contra del discurso dominante y al actuar de esta forma de
manera inevitable dejamos de ser neutrales.
Continuar
con una psicología enfocada en el individuo contribuye a ocultar la
verdad de los grandes problemas sociales porque responsabiliza a los
individuos de sus problemas, sin reconocer la influencia social sobre
el comportamiento individual y no señalar a la estructura del
sistema social como la causa principal de los problemas sociales.
Necesitamos reconstruir una identidad social perdida porque en
estos momentos una gran parte de la humanidad se encuentra viviendo
como prisioneros en una soledad no deseada, inmersos en una oscuridad
social, pensando que son los únicos que se encuentran aislados
sufriendo la soledad, viven como nubes solitarias en un cielo
despejado sin sentir la cercanía de sus semejantes, actúan como
lobos solitarios sufriendo de soledad, ignorando que forman parte de
una gran cantidad de personas que se encuentran en condiciones
similares (31).
Los
científicos sociales tenemos la obligación moral de decir la verdad
de los problemas “cueste lo que cueste”, guiar nuestro
comportamiento por una obligación moral que parte de la premisa de
que las personas podemos actuar por algo más importante que obtener
un beneficio y esto es la convicción de hacer lo que consideramos
que es correcto.

La
obligación moral es ser consistente con las creencias que uno tiene
y esto está muy relacionado con la autoestima. Porque cuando
actuamos de acuerdo a nuestros pensamientos y creencias, aún cuando
hacerlo nos traiga consecuencias negativas, nuestra autoestima se
incrementará al ver que las demás personas aprecian y valoran lo
que hacemos, aún sabiendo que probablemente no vayamos a conseguir
nada y esto nos proporcionará una satisfacción personal porque el
comportamiento de un individuo puede servir de ejemplo para que otras
personas puedan seguir actuando de la misma manera o seguir el mismo
camino (32). La
Psicología debe ser una ciencia al servicio del bienestar de las
personas, de grupos, de organizaciones y de comunidades,
impulsando cambios planeados en la autoimagen de los individuos, en
la dinámica de los grupos sociales, en la cultura de las
organizaciones y en la dinámica social de las comunidades (33).
En
esa línea de pensamiento, los
psicólogos debemos enfocar nuestros esfuerzos de intervención en
proporcionar a las personas herramientas que les permitan confrontar
sus problemas, en ayudarles a desarrollar un empoderamiento
individual y colectivo para que puedan retomar el control de sus
vidas, en convencerles de que pueden reconstruir su identidad social
y actuar como sujetos sociales que pueden llegar a ser protagonistas
de su propio proceso de cambio.
La crisis social que estamos padeciendo nos obliga a impulsar una
cambio social en todos los ámbitos de convivencia social y este
cambio social requiere de un esfuerzo educativo que empiece por
impulsar en las universidades un tipo de educación que enseñe a
pensar y se caracterice el desarrollo de pensamientos autónomos que
puedan realizar una crítica social y producir un conocimiento
científico que permita comprender y explicar como se han construido
las estructuras de dominación que promueven la distribución
desigual de la riqueza social y que fueron creadas para mantener una
relación asimétrica entre quienes se benefician de ejercer el poder
y quienes son objeto de acciones de dicho poder.

Desde
esa perspectiva de enfrentarnos a la necesidad de impulsar un cambio
social considero que en este momento histórico que nos tocó vivir
en pleno 2025, estamos en condiciones similares a las que existían
en la década de los setentas cuando surgió la Psicología
comunitaria latinoamericana, porque la
pregunta de la cual partieron los psicólogos sociales de los
setentas para cuestionar su propia existencia fue la siguiente: ¿Qué
tipo de psicología social es capaz de ocuparse de los problemas
psicosociales existentes que afectan a los individuos y a la
sociedad?
Ante
el contexto social que estamos viviendo en este siglo XXI me atrevo a
preguntar: ¿Cuáles son los conocimientos científicos que produce
la Psicología académica contemporánea que contribuyen a resolver
los actuales problemas sociales y generar un bienestar social? En
otras palabras ¿Cuál es la función social de una Psicología en el
contexto de una sociedad en crisis? Desde mi experiencia como profesor-investigador universitario enseñando Psicología durante 33 años y como analista social en mi condición de jubilado, mi respuesta es la siguiente:
La función social de los psicología debe estar orientada a identificar las causas que originan los grandes problemas sociales y contribuir a que las personas, grupos, organizaciones y comunidades, encuentren por sí solos las formas de solucionar estos problemas de una forma que permita lograr una liberación personal y grupal a través de la construcción de un empoderamiento individual y colectivo que conduzca a la creación de un bienestar social.
La
psicología debe ser una ciencia que impulse el cambio social
tomando como punto de partida un análisis científico de la realidad
que incluya como herramienta principal el uso de la crítica social,
en la búsqueda de soluciones a la problemática social que no se
limite a la sola interpretación, sino más a través de la
aplicación conocimiento científico en la intervención psicosocial,
se impulse una transformación social que termine con el dolor social
y se logre un verdadero bienestar social.
Al igual que la Psicología latinoamericana apostó por trabajar con las mayorías oprimidas, debemos considerar que la desigualdad social que hoy padece nuestra sociedad obliga a que nuestra práctica profesional se incline en favor del 99% de la población mundial que vive con muchos miedos, sin esperanzas de cambio alguno y estas son las masas de desposeídos, los excluidos sociales, los "consumidores defectuosos", los marginados de este sistema social excluyente.
Nuestras
intervenciones deben tener el objetivo de ayudar a las personas a
reconocer que tienen el potencial humano para llegar a ser los
protagonistas de su propio cambio, de que sólo ellos pueden cambiar
algunos elementos de su entorno social para poner freno a sus
desventuras, enseñarles que en estos tiempos de globalización los
problemas individuales tienen un origen global y en consecuencia se
requiere de la participación social partiendo de la premisa de que
si millones de personas realizan un cambio individual en forma
organizada, colectiva y unida, se pueden lograr grandes cambios
sociales y construir un mayor bienestar social y una mejor calidad
de vida.
En
ese sentido debemos construir una nueva Psicología que ayude a
eliminar los temores y sembrar la esperanza del cambio social en una
inmensa mayoría de la población que vive en condiciones de
marginación, exclusión y pobreza. Con esos pensamientos en mi mente, decidí aceptar la invitación para participar en este evento, escribir un artículo, publicarlo en mi blog personal en el día del psicólogo e invitarlos personalmente a que siembren dentro de sus mentes y corazones la semilla de la identidad como agentes de cambio social y colaboren en la construcción de una Psicología que sea
socialmente sensible (34) y de esta manera podamos responder a la responsabilidad histórica que nos exige poner la ciencia al servicio de las mayorías sociales al usar la Psicología como ciencia del cambio social.
1.-
Ceguera moral, Bauman, Zygmunt. Espasa libros. Barcelona, 2017
https://www.labiblioteca.mx/llyfrgell/1123.pdf
2.-
Envejecer satisfactoriamente en el marco de una crisis global.
Yescas, Oscar.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/10/envejecer-satisfactoriamente-en-el.html
3.-
Conocimientos nacidos en las luchas. Construyendo las epistemologias
del sur. Boaventura de Souza Santos/Meneses, Maria Paula. Ediciones
Akal, México, 2020
https://www.redmovimientos.mx/2016/wp-content/uploads/2016/10/De-Sousa-Santos-Boaventura-Epistemologias-Del-Sur-Completo.pdf
4.-
Apuntes psicosociales de una huelga universitaria. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/apuntes-psicosociales-de-una-huelga.html
5.-
Testimonios psicosociales de una huega basada en la dignidad. Yescas,
Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/testimonios-psicosociales-de-una-huelga.html
6.-
Psicología, ideología y cambio social. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/psicologia-ideologia-y-cambio-social.html
7.-
La revolución de las consciencias. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/la-revolucion-de-las-consciencias-oscar.html
8.-
El maestro luchando, también está enseñando. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/el-maestro-luchando-tambien-esta.html
9.-
En defensa de la universidad pública y una educación emancipadora.
Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/en-defensa-de-la-universidad-publica-y.html
10.-
La esperanza en el poder en México. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/12/la-esperanza-en-el-poderen-mexico-oscar.html
11.-
Conferencia de Boaventura de Santos Souza en Chile
https://www.youtube.com/watch?v=3a7peos6LP8&ab_channel=UniR%C3%ADoTV
12.-
El compromiso social de los trabajadores intelectuales. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/05/el-compromiso-social-deltrabajador.html
13.-
Las pandillas académicas y el aislamiento social de
profesores.investigadores. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/02/las-pandillas-academicas-y-el.html
14.-
Intervención psicosocial. Blanco, Amalio/Rodríguez, Marín. Pearson
educación, Madrid, 2008
https://biblioteca.univalle.edu.ni/files/original/4cd5f06c868876d9423787e65f95adfa44997694.pdf
15.-
La psicología como ideología. Contra la disciplina. Parker, Ian
Editorial
Los libros de la catarata, Madrid, 2010
https://www.proletarios.org/books/Parker-La-psicologia-como-ideologia.pdf
16.-
Psicología de los grupos. Blanco, Amalio y otros. Pearson educación.
Madrid, 20025
https://es.pdfdrive.com/psicologia-de-los-grupos-e187631809.html
17.-
Introducción a la psicología de grupos. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/intervencion-psicologica-con-grupos.html
18.-
La transformación social desde una pespectiva científica. Yescas,
Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/09/latransformacion-social-desde-una.html
19.-
Grupos, organizaciones e instituciones. La transformación de la
burocracia. Lapassade, George
Granica,
editor, Barcelona, 1977
20.-
Introducción a la psicología de las organizaciones. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/introduccion-la-psicologia-de-las.html
21.-
Por una conducción científica de nuestras organizaciones. Yescas,
Oscar.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/por-una-conduccion-cientifica-de.html
22.-
Psicología de las organizaciones. Kolb, David/Rubin, Irwin/Mclntyre
Prentice
Hall, Bogotá 1989
23.-DO,
Grupos T y talleres de sensibilización. Franco, Marco, 2020
https://www.lmtonline.com/lmtenespanol/article/DO-Grupos-T-y-Talleres-de-Sensibilizaci-n-15780535.php
24.-
Teoría y método del diagnóstico organizacional. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/teoria-y-metodo-del-diagnostico.html
25.-
Durmiendo
en la oscuridad del Autoritarismo disfrazado de democracia mientras
arriba al poder el tecnofeudalismo. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/01/durmiendo-en-la-oscuridad-del.html
26.-
Los orígenes del totalitarismo. Arendt, Hanna
http://www.ula.ve/ciencias-juridicas-politicas/images/NuevaWeb/Material_Didactico/MarcosRosales/MarcosRosales/dictaduraliteratura/Arendt-Hannah-Los-Origenes-Del-Totalitarismo.pdf
27.-
Una mirada social al surgimiento de un nuevo orden mundial. Yescas,
Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/03/una-mirada-social-al-surgimiento-de-un.html
28.-
Introducción a la psicología comunitaria latinoamericana. Yescas,
Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/introduccion-la-psicologia-comunitaria.html
29.-
Introducción a la psicología comunitaria. Montero, Maritza
Editorial
Paidós, buenos Aires, 2004
https://www.codajic.org/sites/default/files/sites/www.codajic.org/files/Introducci%C3%B3n%20a%20la%20psicolog%C3%ADa%20comunitaria.%20Desarrollo,%20conceptos%20y%20procesos..pdf
30.-
El agente de cambio social. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/01/el-agente-de-cambio-social-oscar-yescas.html
31.-
Soledad y política. La soledad como instrumento de control social.
Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/04/soledad-y-politica-la-soledad-como.html
32.-
Psicología social en tiempos de crisis. Entrevista a Jose Manuel
Sabucedo
https://www.scielo.br/j/psoc/a/bKGTNK4s5GqKtWhLdnB4QWB/?lang=es
33.-
Apuntes de intervención psicosocial en grupos, organizaciones y
comunidades. Yescas Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/apuntes-de-intervencion-psicosocial-en.html
34.-
Por una psicología socialmente sensible. Yescas, Oscar
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/11/por-una-psicologiasocialmente-sensible.html
35.- Video de la conferencia de Oscar Yescas La Psicología como ciencia del cambio social
https://www.youtube.com/watch?v=JAiluK1R2BA&t=1066s&ab_channel=OscarYescas