Aportaciones de la psicología social al estudio de la violencia social
Enviado porPublicado en monografías.com el 1o. de junio del 2,006
La
inseguridad es hoy en día uno de los grandes problemas que
padecemos como parte del precio que
tenemos que pagar por vivir en un contexto de modernización a fines
del siglo y del milenio. Esta inseguridad se manifiesta en dos
niveles, por un lado, observamos la inseguridad psicológica que
padecen millones de individuos que presentan
una personalidad afectada
por una socialización alienante,
represiva e inhibidora, en la cual prevaleció
una educación autoritaria
que generó temores, ansiedad e incertidumbres, limitando
el desarrollo del
potencial humano que posee toda persona y
dificultando el establecimiento de las relaciones interpersonales en
los diferentes contextos grupales de pertenencia o de referencia. De
hecho, este tipo de inseguridad es el origen de una serie
de conflictos que
se presentan en las relaciones
interpersonales.
Este
tipo de inseguridad
individual puede
ser atendida a nivel de terapia individual o grupal, mediante
orientación y asesoría psicológica que conduzca al desarrollo del
potencial humano que todo individuo posee.
También es deseable intervenir en el sistema educativo
en sus diferentes niveles para incluir contenidos psicológicos en
los programas de
educación formal y no formal que permitan generar cambios planeados
en un sentido de incrementar la autoestima y
autoimagen de cada individuo.
Por
otro lado, en las comunidades sociales se observa una
creciente inseguridad
social principalmente
en el medio urbano (aún cuando en el campo no está ausente), y que
se manifiesta en el hecho de estar constantemente expuestos
a riesgos de
ser objeto de una violencia social
que presenta múltiples manifestaciones y que están a la orden del
día como noticias cotidianas
que presentan los medios masivos
de difusión que dan cuenta de un sinnúmero de homicidios,
violaciones, robos, secuestros y lesiones que afectan al conjunto de
la población.
La
violencia urbana ha sentado sus reales en las principales ciudades
del país, los hechos delictuosos y violentos acaparan el tiempo y
espacio de noticieros y en el caso de América latina,
el banco
Mundial considera
a esta región del planeta como la región más violenta del mundo
(La Jornada 2/jul/96) al registrar un promedio anual de 30 asesinatos
por cada cien mil habitantes, lo cual duplica el promedio de otras
zonas.
La
situación es tal que podría afirmarse que el principal problema
de salud de
la sociedad es
la violencia que trae consigo un incremento considerable de
suicidios, de stress, depresión,
angustia y otros padecimientos. La violencia esta dentro de las
principales causas de muerte en
la actualidad y se origina por problemas de educación, de
consciencia y pobreza extrema.
Tan
sólo en el Distrito Federal La Procuraduría General
de Justicia (PGJDF),
proporciona cifras oficiales que dan cuenta de que se cometen
800 delitosdiarios
en la ciudad de México (La
Jornada 20/mzo/96), de los cuales se cometen 100 robos de autos al
día (La Jornada, 1o/feb/95).
La
mayor parte de los delitos cometidos en el país son de orden
patrimonial, es decir, robos en sus diversas modalidades. Esto ha
motivado diversas reacciones de la población que ya sea que tienda a
armarse para defenderse de una agresión incurriendo con ello en
un delito,
o que tome justicia por su propia mano linchando o sometiendo en
forma multitudinaria al o los agresores.
La prensa y
la televisión incrementan
su nota roja al dar cuenta cotidianamente de un sinnúmero de actos
de violencia en la que participan mayoritariamente hombres, pero en
los cuales se observa en forma creciente a mujeres, y dentro de los
cuales se aprecia un creciente número de menores de edad. En
Hermosillo, Sonora esto ha motivado que se discuta actualmente una
propuesta presentada por vecinos de una colonia a las autoridades, en
el sentido de emitir credenciales de identificación para los menores
de edad, como una alternativa para frenar la delincuencia juvenil
(El Imparcial, 19/feb/95). Los medios de difusión juegan su papel en
este proceso y
al informar de la
muerte de
un asaltante a manos de la policía dicen textualmente "un
hampón menos" (Televisa, programa Al
despertar, 18/feb/95).
Este
tipo de inseguridad es la que presenta mayores dificultades para ser
atendida ya que obedece a muchos factores. La crisis estructural
por la que atraviesa el país es uno de tantos factores que se
presentan como algo incontrolable ya que el modelo económico
y político de corte neoliberal que se siguió en el sexenio pasado y
que se continúa en lo que va del actual, ha demostrado su
inviabilidad al agudizar las contradicciones sociales: surgimiento de
una casta de supermillonarios en dólares, (24 según
la revista Forbes),
crecimiento desmesurado de millones de mexicanos que viven en la
pobrezaextrema
(40 según cifras oficiales), devaluación abrupta
del peso, alza de tasas de interés,
incremento de la cartera vencida en diversos
campos, desempleo creciente,
contención salarial, alza de precios,
etc. En este contexto, es de predecir que se incrementarán en forma
incontrolable el número de delitos de diversa índole.
Si
en Sudáfrica mataban negros antes de que accediera al poder Nelson
Mandela, era algo que no nos afectaba en gran medida, ya sea porque
fueran negros (revelando con ello un racismo inconsciente)
o por que se encontraban a miles de kilómetros de distancia. Si
recordamos a las nuevas generaciones que los nazis alemanes redujeron
a cenizas, o a jabón a millones de judíos,
hombres, mujeres y niños,
los sacude momentáneamente y creen que no pasa de ser un "éxito más
de Hollywood (Steven Spielberg: La lista de Schlinder), o se inclinan
a olvidarlo a nombre de que eso pasó hace muchas décadas,
dificultando con ello, la consolidación de una memoria social.
La
violencia es algo a lo que nos estamos acostumbrando y por ello en
ocasiones perdemos nuestra capacidad de asombro y llegamos a
confundir la realidad con la fantasía a la manera de los niños que
viven en zonas de conflicto armado
que juegan a la guerra con
rifles de juguete en escenarios reales de casas y edificios
destruídos y personas deambulando en busca de comida y agua.
Esta violencia va impregnando el núcleo de valores que
marcan nuestro estilo de vida, los procesos de
socialización en diferentes contextos, y en consecuencia a las
relaciones interpersonales de los individuos.
Esto
se puede confirmar al analizar las características del actual
proceso de socialización, en el cual podemos observar que la
violencia se encuentra no sólo en las calles, sino también en el
hogar y en las instituciones que
son el pilar fundamental de nuestra sociedad.
Mencionemos
en primera instancia a la familia,
caracterizada publicitariamente como "hogar dulce hogar" o
el "puerto de paz y tranquilidad". Sin embargo,
las estadísticas demuestran
que se ha incrementado el número de mujeres golpeadas, del maltrato
infantil, efectuado por los padres (o padrastros), y en algunos casos
extremos, se ha llegado al asesinato, del abuso
sexual contra
los niños, etc. Las relaciones al interior del grupo familiar
en la sociedad moderna reflejan la existencia de una seria crisis,
que viene a mostrarse como una de las expresiones estructurales de la
desigualdad social y de los conflictos de clase.
La toma de consciencia de las contradicciones que existen entre la
institución familiar y la sociedad que le rodea, pueden originar
comportamientos antisociales, no sólo por el hecho de que de los
conflictos familiares surge la reacción delincuencial, sino también
porque la familia actúa indirectamente en la formación de la
personalidad del delincuente al asumir ciertas características:
b)
La carencia de cuidados maternos en etapas tempranas
c)
La privación de la compañía paterna
La
familia puede ser la fuente transmisora de valores
y normas subculturales
que conducen a la delincuencia a los hijos (Bandini, Tulio y otros,
1990), en la medida en que la familia determina las características
del proceso de socialización del individuo e influye sobre el
fracaso de esta socialización, generando comportamientos desviados.
El
lugar que tradicionalmente ha ocupado la familia como primer agente
socializante se encuentra en franca disputa con la creciente
influencia que la
televisión juega
hoy en el proceso de socialización. Desde los programas de
caricaturas hasta las producciones cinematográficas recientes, se
encuentran con diferentes dosis de violencia en sus contenidos. ¿Y
cuál es nuestra actitud ante ello?. Si se observa una escena erótica
en el televisor en compañía de nuestros hijos u otros menores de
edad, la reacción común es cambiarle de canal, o pedirles a los
menores que se vayan a dormir o a ver si pasa el cartero, pero si se
observa un asesinato o escenas de violencia no se hace nada por
contrarrestar el impacto psicológico que produce el ver la
escenificación de un crimen.
El
funcionamiento de los hospitales psiquiátricos, Centros de
Readaptación Social, clínicas de rehabilitación para adictos se
caracteriza por el ejercicio de diferentes modalidades de violencia
dirigida hacia quienes se encuentran en su interior, sea como
pacientes o como internos, a los cuales sólo les es brindada una
posibilidad de subsistir como objetos de una violencia institucional,
(Basaglia, Franco, 1975), que a nombre de lograr fines terapéuticos
o de readaptación se ejerce con resultados que dejan mucho que
desear.
La
situación en los ceresos actuales es semejante a la de un barril de
pólvora que en cualquier momento puede estallar, debido a las
condiciones de sobrepoblación, como resultado de una política de
fabricación de culpables, y un sistema judicial lento e ineficiente.
De 460 prisiones federales y estatales en el país, diseñadas para
alojar a 55,000 internos se alberga actualmente un promedio de
100,000 reos. Además de una arraigada corrupción,
violencia y tráfico de drogas y alcohol.
No existe una adecuada clasificación de los internos para determinar
su ubicación. Por elo, no es gratuito que la Comisión Nacional
de Derechos
Humanos emita
varias recomendaciones a los ceresos.
El
pago por lista de asistencia, por visita familiar y conyugal, la
renta de celdas, el servicio de
larga distancia, pago de dádivas y la prostitucióncontrolada
son hechos denunciados comúnmente en tales instituciones, no sólo
por internos y exconvictos, sino también por diputados, senadores y
representantes populares. Inclusive a nivel niternacional Américas
Watch publicó en 1990 Los derechos humanos
en México: una política de impunidad,
y en 1991, editó el informe Condiciones
de las prisiones en México en 1991 donde desarrolla una serie de
denuncias basados en visitas a quince instituciones carcelarias
mexicanas, donde realizaron entrevistas con
funcionarios públicos, directivos y personal de
las instituciones carcelarias, prisioneros y activistas de los
derechos humanos.(La Jornada, 24/mzo/91). En ambos concluyeron que
"las condiciones en las prisiones mexicanas están muy por
debajo de los niveles mínimos aceptables de decencia humana".
La discriminación de
los reos y privilegios a aquellos internos que se encuentran en
módulos de alta seguridad.
Las
cárceles son un verdadero negocio, porque en ellos se vende de todo.
En estas condiciones es difícil que los internos puedan alcanzar un
auténtico tratamiento de readaptación social, pues las condiciones
en las que se encuentran los ceresos actualmente no les permiten
albergar expectativas de que en el momento en que obtengan
su libertad serán
individuos productivos y útiles a la sociedad.
Durante
el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fueron asesinados cientos de
personas por sus ideas políticas,
por el hecho de que eran contrarias a la ideología del
grupo en el poder. En ese período se creó el Partido de
la Revolución Democrática,
como resultado de la fusión de
varias corrientes y partidos políticos, todos ellos considerados de
oposición. Los recursos del
poder fueron utilizados para intentar diezmar y extinguir no sólo a
esa organización,
sino a toda aquella voz de oposición que cuestionara el acendrado
presidencialismo que hoy en día es tan criticado, inclusive por
aquellos que incurrieron en alabanzas, elogios y defensa
de acciones del gobierno anterior,
aún aquellas que incluían la eliminación de opositores. La
revisión de la información de
la prensa durante este período da cuenta de ello.
En
los últimos meses del anterior sexenio, se presentaron
acontecimientos que cimbraron al país. Empezando el primero de enero
con la rebelión zapatista que optó por la vía de las armas para
enfrentar la violencia institucional que afecta en forma ancestral a
la población chiapaneca. El grito de "Ya basta" retumbó
en el mundo entero destruyendo el mito de
paz social, denunciando los crímenes que a nombre de esa paz se
cometen cotidianemente contra la población indígena, en su ya
famosa "Declaración de guerra al gobierno mexicano (La Jornada
2/ene/94). Después de ello, sucedieron crímenes que sacudieron a la
población mexicana y al mundo entero, los asesinatos Luis Donaldo
Colosio candidato del PRI a la presidencia de la
república y
de Jose Francisco Ruiz Massieu, Secretario General del mismo partido.
Esto
manifestó el grado de degeneración de la consciencia política que
ha venido permeando la cultura política
de nuestro país, en la medida que adopta la forma de una sociopatía
política ya que es inadmisible para la sensibilidad humana aplastar
las vidas ajenas en nombre de una ideología. A esto se llama en
cualquier parte del mundo un crimen y a quien se encarga de
realizarlo no deja de ser un criminal. A cerca de cuatro años del
asesinato del cardenal Posadas, el crimen sigue sin esclarecerse en
su totalidad, y a más de tres años del asesinato de Colosio, siguen
las especulaciones sobre si fué una acción aislada
o un acción concertada (Elena Gallegos, La Jornada, Expediente
Colosio, 23 al 30/Ene/95).
Más
recientemente en diciembre pasado, en Tabasco, fueron desalojados con
lujo de violencia, los grupos de
ciudadanos perredistas que impedían la entrada de Roberto Madrazo
Pintado candidato del PRI a la gubernatura del estado,
a Palacio de Gobierno por parte de grupos de priístas que actuaron
con la anuencia y complacencia de las autoridades responsables de la
seguridad en aquel estado. En Chiapas,
hace unos días, la intolerancia política y la manipulación de la
información ocasionaron una agresión de grupos de ganaderos y
priístas encabezados por autoridades municipales, que atacaron a las
personas que resguardaban la catedral de San Cristóbal de las Casas
exigiendo la salida del sacerdote Samuel Ruiz del estado.
La Sociología nos
indica que la conducta transgresiva
no se manifiesta de manera igual en los distintos sectores sociales.
Diversas investigaciones dan
cuenta de que la posición, la clase social, el status, factores
étnicos, el tipo de trabajo u
ocupación, así como otras variables sociales,
son efectivos índices para predecir los delitos. También nos aporta
el concepto de
anomia (entendida como conflicto cultural, como crisis o ausencia de
valores o normas), como una útil herramienta que ayuda a concebir la
existencia de subculturas que coexisten al interior de una cultura
dominante.
Sin
embargo, aún aceptando la existencia de un conflicto de sistemas de
valores, en el cual los
valores de
una cultura dominante están en desavenencia con valores
subculturales, el concepto de anomia no es suficiente desde una
perspectiva psicosocial ya que no permite explicar la ineptitud de
los sujetos para incorporarse a una vida productiva, y más allá, el
alto índice de reincidencia que presentan algunas personas. Aún
más, la evidencia empírica refuta el sentido del concepto de anomia
ya que la tasa más elevada de delitos no es exclusivamente
localizable entre los sectores marginados.
Desde
una perspectiva sociocultural, la anomia como conflicto cultural
conduce a la existencia de cierto segmento cultural que es
la antítesis o
la piedra de contradicción de otro segmento más pequeño de la
misma cultura. De ahí que el concepto de anomia sirva como
herramienta útil para considerar las subculturas existentes en otra
cultura más amplia.
Hablar
de cultura presupone hacer referencia a un conjunto de normas,
valores, actitudes,
hábitos y tradiciones que caracterizan el comportamiento de
una comunidad social.
En cambio,
al mencionar el término subcultura se habla de los mismos
contenidos, que caracterizan el comportamiento de un grupo o sector
social determinado, ubicado dentro de un contexto sociocultural más
amplio, en el cual prevalece un estilo de vida
y filosofíainstitucionalizado.
La
referencia a la existencia de una subcultura de violencia en
determinada sociedad viene a resaltar el hecho de una creciente
filtración de violencia en los valores que prevalecen en
determinado estilo
de vida,
en el proceso de socialización y en las relaciones interpersonales
de los individuos que viven bajo condiciones similares. Por ello es
posible hablar de una subcultura de violencia que se demuestra al
examinar ciertos grupos sociales e individuos cuyas vidas registran
las tasas más altas de violencia externalizada, al grado de asumir
la violencia como un modus vivendi, confirmando esta filosofía con
altos índices de reincidencia.
Por
tanto, la violencia externalizada, bien sea en las relaciones
interpesonales o en la interacción de
grupo, se presenta como el reflejo o consecuencia de un núcleo de
valores que se ha desgajado de una cultura dominante. Estas
expresiones de violencia (a menudo ilícitas) forman parte de un
subsistema normativo subcultural que se sensibiliza en la fisonomía
psicológica de los miembros de la subcultura, así podemos mencionar
los siguientes ejemplos: en Italia,
la vendetta, en la India,
las tribus asesinas y en nuestro país, las venganzas familiares.
Por
ello la identificación de los grupos en que están condensadas las
cifras más altas de criminalidad permitirá localizar las
subculturas de violencia existentes, y en base a ello, se podrá
examinar los sistemas de valores, el tipo de reacción a determinados
estímulos, la percepción diferencial
de los sujetos a la hora de evaluar los estímulos y los trazos
generales de personalidad de los actores de tales subculturas.
El
estudio del comportamiento violento se ha enfocado en base a
diferentes perspectivas, como manifestación de una alteración
individual, como resultado de carencias familiares, como resultado de
fallas en la socialización, sobre todo a experiencias tempranas. De
ahí que se observa que las ciencias sociales
han analizado la violencia en su conjunto, y los clínicos han
analizado al criminal desde una perspectiva individual. De ahí que
el análisis del
comportamiento violento requiera de un trabajo inter y
multidisciplinario que permita la explicación de las causas que
forman a los individuos delincuentes.
Existen
diferentes teorías que
intentan explicar el comportamiento agresivo, podemos mencionar las
teorías psicoanalíticas, estudios médicos y biológicos, el
concepto de catarsis, aprendizaje y
condicionamiento social, la teoría estructural-funcionalista
de la desviación y de la anomia, la teoría de las subculturas
criminales, todas las cuales consideran la necesidad de identificar
el contexto social en el cual se presenta la conducta delictiva y
violenta.
Al
estudiar la etiología del delito estas y otras teorías desembocan
en el surgimiento de la Criminología como ciencia transdisciplinaria.
Lo cierto es que estas teorías se dirigen a estudiar la violencia
social,
la cual en tiempos de paz, representa la causa del mayor número de
muertes en el último período, aún por encima de los saldos
funestos de diversos conflictos bélicos.
De
todos los cambios que observamos en esta época turbulenta que nos
toca vivir, se encuentra precisamente aquél que nos reúne en esta
ocasión como objeto de estudio: esto es la violencia social en sus
múltiples manifestaciones: desde la delincuencia organizada y su
incremento en todo tipo de delitos. Desde el robo simple realizado
por el desempleado motivado por el hambre, sino que también debe
considerarse como tal al actuar de ciertos grupos
sociales que
mantienen vínculos políticos y actúan para alcanzar
deteminados objetivos que
atentan contra el patrimonio individual,
familiar y social. Cítese el caso de la banca privada
mexicana que en tiempos de crisis como la actual no desea perder sus
utilidades asegurando sus ganancias en tiempos de crisis aún a costa
de aumentar el número de millones de mexicanos que viven en la
pobreza extrema.
El
problema de la cartera vencida en los bancos amenaza
con convertirse en un problema nacional que de continuar en ese
rumbo, empujará irremediablemente a declarar una moratoria en el
pago de las deudas bancarias.
Por
otro lado, observamos el surgimiento de aquella figura delictiva que
conmocionó a todos los mexicanos y al mundo entero durante 1994: el
crimen político que situó a México en el regreso a la barbarie
política, aumentando la incertidumbre y la inseguridad social no
sólo por el impacto político, sino también financiero de una
acción de este tipo que repercutió y dañó a todos los mexicanos.
Entre
esos extremos se encuentra el funcionamiento de una delincuencia que
actúa en forma organizada y con ello aumenta su potencial y
efectividad. ¿Cómo es que surge este nuevo panorama?, ¿Qué
motivos originan el comportamiento individual en una organización de
delincuentes?, ¿Qué alternativas pueden brindarse para enfrentar
esta situación de tal forma que disminuya su acción?
VI.
El sistema de justicia en México: Logros y retos
Las
instituciones responsables del establecimiento del estado
de derecho en
México han sufrido una serie de cambios en el último período.
Algunos de estos cambios son derivados de las modificaciones
constitucionales que buscan que tanto las autoridades como los
ciudadanos se sujeten a la ley,
creando candados jurídicos que propician la reducción de conductas
violatorias de los derechos humanos. Sin embargo, a pesar de estas
intenciones todavía prevalecen prácticas que van desde el abuso
de autoridad y
la corrupción hasta
la tortura.
Uno
de los grandes aciertos es la creación de las comisiones de derechos
humanos, ya que constituye un avance importante en cuanto al
establecimiento del estado de derecho, ya que han contribuído a
disminuír la impunidad al ventilar públicamente las acciones
violatorias de derechos humanos. Con ello, se permite un mayor
acercamiento de los ciudadanos con el gobierno, en virtud de que sus
recomendaciones representan un compromiso explícito de las
autoridades para sujetar a la ley a los funcionarios públicos.
Sin
embargo, a pesar de tales medidas falta todavía regular las
prácticas de los cuerpos policiacos, de muchos de los jueces, malos
abogados y funcionarios públicos, que continúan incurriendo en
prácticas que reflejan impunidad y una serie de violaciones a las
garantías individuales y colectivas. Así puede observarse que
persisten las violaciones de las garantías
individuales (amenazas,
detenciones arbitrarias, la tortura y la desaparición de personas)
(Yael Siman, El Financiero, 15, 16 y 17/feb/95).
Por
otro lado, las comisiones de derechos humanos tienen la limitación
de atender casos particulares y no considera los vicios estructurales
del sistema. La impunidad existe por el conjunto de factores e
intereses de diversa índoles que impide la acción de la justicia.
Entro otros podrían mencionarse los siguientes: la ineficiencia
policiaca que no desarrolla labores de auténtica investigación,
por no estar capacitadas para ello, los bajos sueldos que propician
la corrupción tanto de policías de bajo nivel jerárquico como de
jefes policiacos, así como su deficiente formación, abogados
sin ética que
actúan sin ningún control favoreciendo
al mejor postor, jueces y funcionarios públicos deshonestos, son
lastres que siguen impidiendo que realmente se establezca un estado
de derecho en el país.
El
tráfico de influencias y la cultura de la "mordida"
impiden que la seguridad jurídica llegue a importantes sectores de
la población, que no cuentan con "palancas", contactos
políticos o dinero para
demostrar su inocencia frente a las autoridades. Esto tiene como
resultado que el mayor porcentaje de internos en los ceresos del país
sean provenientes de los sectores marginales, de escaso poder
económico.
La
Psicología cuenta con un amplio instrumental teórico-practico que
permite entender, comprender y predecir el comportamiento humano. Sus
herramientas van desde la teoría del aprendizaje, las teorías de la
personalidad,
que permiten comprender las diferencias individuales, las teorías de
lamotivación que
ayudan a comprender las causas que originan determinado
comportamiento indivudal o grupal, la teoría de grupos, la teoria de
la organización y la teoría social. Con este arsenal
teórico-práctico puede realizar intervenciones en diferentes
niveles: individual, grupal, organizacional, institucional y
comunitario.
En
relación al comportamiento criminal, la Psicología trata de
averiguar, de conocer qué es lo que induce a un individuo a
delinquir, que significado tiene esa conducta para él, porque la
idea de castigo no lo atemoriza y le hace renunciar a sus conductas
criminales. La tarea psicológica consiste en aclarar su significado
en una perspectiva histórica genética (Marchiori,
1990).
Con
el estudio de la personalidad del delincuente se logra el
psicodiagnóstico que permite la realización de un pronóstico, en
base al cual pueda diseñarse un tratamiento adecuado para su
readaptación, a través de una labor terapéutica integral.
El conocimiento de
la personalidad del delincuente es esencial para diferenciar un caso
de otro y para poder reconstruír la etiología y dinámica del
fenómeno criminal en particular.
En
el ámbito penitenciario, la tarea psicológica implica abordar los
dos aspectos del diagnóstico y
del tratamiento. El
trabajo psicológico
con individuos delincuentes conlleva necesariamente un enfoque
social, ya que el delito es una transgresión, una alteración o
violación a una norma social. Por ello, la psicología parte de un
diagnóstico que tiene como objetivo conocer
quién es el individuo que llega a la institución penitenciaria.
El
diagnóstico puede ser individual, grupal o institucional. En el
diagnóstico individual se busca lograr un conocimiento de los
múltiples y complejos aspectos de la personalidad del delincuente.
Se utilizan por lo regular las
siguientes técnicas: Historia clínica, test de inteligencia,
test proyectivos, inventarios de
personalidad, test de intereses y actividades, entrevistas
focalizadas y abiertas, análisis de casos. Este arsenal psicométrico
debe ser utilizado con un criterio profesional y un enfoque objetivo
ya que si bien proporciona datos relevantes
sobre actitudes e inclinaciones de la persona, no ofrece una
certidumbre al 100 % acerca del comportamiento futuro en un momento
dado.
Para
una realización adecuada de los estudios psicométricos se requiere
de una sólida formación académica del examinador, además de
experiencia clínica y sensibilidad personal. La inadecuada
utilización de estas técnicas, cuando no están destinadas para el
tratamiento, sino para diagnosticar a la persona y "proteger"
a la sociedad, acerca a los sitemas penitenciarios a controles
sociales de corte totalitario (El Financiero, 11/feb/95).
En
el diagnóstico grupal, se busca conocer las características de un
grupo especial dentro del penal, agrupados por diversas variables:
tipo de delitos, edades, escolaridad, etc. Aquí pueden emplearse las
siguientes técnicas: test colectivos de inteligencia, test de
personalidad, test proyectivos, dinámicas grupales de simulación,
dramatización, juego de
papeles, etc. La técnica grupal permite desarrollar programas de
sensibilización en los internos, lo cual le permite clarificar
valores, actitudes y comportamientos.
En
el diagnóstico institucional se intenta conocer las características
psicosociales que presenta la institución o la
organización.
Abarca a todos los niveles de un centro de readaptación social,
concebido como organización y como institución. Las técnicas que
se utilizan son las entrevistas individuales, test colectivos,
análisis de la comunicación
organizacional,
formal e informal, diagnóstico de procesos organizacionales,
del clima organizacional,
grupos informales, liderazgo,
etc. El profesional de la psicología puede jugar un rol de agente de
cambio interviniendo para realizar programas de capacitacióndirigidos
al personal administrativo y custodios implementando programas de
formación de equipos de trabajo, de liderazgo, motivación laboral y
de sensibilización en el trato con los y las internas.
En función de
lo anterior, se puede desarrollar un tratamiento adecuado a cada
psicodiagnóstico, a través del cual se intente modificar, atenuar
la agresividad del individuo antisocial, hacer conscientes aspectos
inconscientes en cuanto a las conductas patológicas, sensibilizar al
interno en relación a su afectividad, favorecer las relaciones
interpersonales estables, lograr que pueda canalizar sus impulsos y
verbalizar su problemática. Así como optimizar los recursos humanos
que colaboran en el centro penitenciario y disminuír con ello los
índices de violencia que se presentan en su interior.
Es
necesario valorar la aportación de la psicología al interior de un
centro penitenciario, ya que su intervención permitirá fortalecer
los objetivos de readaptación de los internos, sobre todo si se
considera que la situación al interior de dichos centros es
realmente explosiva por los problemas de sobrepoblación, rezago en
la revisión de expedientes, etc. El profesional de la psicología,
en coordinación con
otros científicos sociales y de la salud permitirá con su
intervención disminuír la tensión que existe al interior de los
ceresos y con ello lograr una mejor procuración de justicia,
evitando los altos índices de reincidencia y la estigmatización
social de los exconvictos. Un verdadero aprovechamiento de la
Psicología en las instituciones penitenciarias tiene que darse en el
marco de la búsqueda de un auténtico cambio de la institución en
su conjunto y en apoyo a los derechos humanos de los encarcelados, de
sus familias y de las víctimas de los delitos.
Es
necesario crear un sistema jurídico que tenga las características
del régimen de seguridad social en los servicios médicos,
con el objeto de lograr la impartición de justicia expedita y
objetiva a la mayoría de la población mexicana.
Es
importante considerar la creación de organismos autónomos similares
al Bufete Jurídico de la Universidad de
Sonora, que contemplen dentro de sus funciones la
consulta y auxilio procesal a las personas que no pueden asumir
los gastos de
abogados particulares. En esta institución. Ello implica fortalecer
a los ya existentes con mayor presupuesto de
tal forma que incrementen sus recursos
humanos, materiales y
financieros en forma suficiente para responder a la demanda de
que son objeto. Es recomendable analizar la posibilidad de obligar a
los estudiantes de derecho a hacer su servicio social en tales
instancias, de manera similar a la obligación de los estudiantes
de medicina de
realizar su servicio en hospitales.
Es
necesario fortalecer las instituciones como el Instituto de
Capacitación de la Procuraduría General de la República, las
Escuelas de Policía que impulsen programas de capacitación inicial,
regularización, actualización y especialización, encaminados a
lograr una mejor protección de los derechos humanos.
Debe
contemplarse la posibilidad de que las escuelas de policía, las
procuradurías estatales y diversos organismos policiacos otorguen
becas a los elementos más destacados con el objeto de que puedan
realizar carreras universitarias y fortalecer con ello a esas
instituciones. Con ello, se evitaría que la carrera judicial sea una
carrera de "lealtad" y pase a ser una carrera más
competitiva y pública.
La
implementación de tales medidas:
permitirá
lograr una verdadera profesionalización en la impartición de
justicia, que se presenta como una necesidad impostergable que
reclama lanación en
su conjunto.
Por
otro lado, materia de
readaptación social debe revisarse y examinar la política global en
la materia, ya que el sistema actual de readaptación requiere de una
reforma integral. Es necesario revisar los esquemas de preliberación
que actualmente están bajo el control de la Secretaría de
Gobernación. Ello implica evaluar el funcionamiento de los Consejo
Técnicos Interdisciplinarios (que establecen la peligrosidad de los
presuntos responsables y constatar si son respetados los derechos
humanos de los reos. El sistema penal es la zona crítica de
los derechos humanos, por ello es necesario realizar una reforma
integral al sistema de procuración de justicia.
El
problema de la sobrepoblación no permite la readaptación social del
delincuente, la respuesta al mismo no debe ser la construcción de
más cárceles, sino tender a la realización de labores de
prevención del delito en el ámbito comunitario, al mismo tiempo que
se procede a agilizar la revisión de los expedientes para dar salida
a aquellos elementos que así lo ameriten.
Es
preciso instrumentar una política política criminológica en sus
aspectos preventivo, que permita realizar un diagnósico de las
causas sociales que originan los delitos; en su aspecto punitivo,
profesionalizar a las corporaciones policiacas para que su
funcionamiento se base en la aplicación de métodos científicos
para recibir realmente el status de criminología aplicada. Debe
crearse una instancia del Poder
Judicial que
tome cartas en
el asunto y contribuya a sanear estas instituciones liberando a quien
así lo amerite y capacitando al personal que labora en los mismos
con enfoques de tipo humanístico.
INTRODUCCION
A LA PSICOLOGIA POLITICA
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Tulio y otros
DINAMICA
FAMILIAR Y DELINCUENCIA JUVENIL
Cárdenas
editor. México, D.F. 1990
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EL
MEXICANO PSICOLOGIA DE SU DESTRUCTIVIDAD
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Hilda
PSICOLOGIA
CRIMINAL
Ed.
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Wolfgang,
Marvin E.
LA
SUBCULTURA DE LA VIOLENCIA
Fondo
de Cultura Económica. México, D.F. 1971
Mtro.
Oscar Yescas Domínguez
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