El mundo patas arriba
Oscar Yescas Domínguez
05 de noviembre de 2022
El mundo que nos rodea parece coincidir con la descripción que hizo Eduardo Galeano a fines del siglo pasado, porque hoy estamos observando que a una ex-Presidenta municipal que intentó reelegirse y fue rechazada por el hartazgo de la población que gobernó tres años se le premia dándole una Secretaría de Turismo en un Gobierno Estatal, por otro lado a una exGobernadora que heredó un Estado en quiebra financiera por actos de corrupción, se le da un nombramiento como Cónsul de México en Barcelona, a políticos corruptos e incompetentes que formaron parte del prianismo se les acepta en el partido que los derrotó y se les conceden puestos cercanos al poder, mientras que relegan a militantes de Morena que llevan años como luchadores sociales. Lo más absurdo es escuchar a aquellos que formaron parte del prianismo decir que “siempre ha sido de izquierda” y afirmar haber sido una luchadora social toda su vida.
Pero lo más inaceptable es la existencia de una plantilla de personal que se autodenomina “sistema Estatal Anticorrupción”, integrada por altos funcionarios que perciben unos megasueldos sin merecerlos porque no investigan, ni combaten a la corrupción y sólo se limitan a cobrar sus emolumentos, haciendo la vista gorda de las evidentes acciones de corrupción del sexenio pasado. Su sola presencia es un insulto al sentido común y a la dignidad del pueblo sonorense.
En el contexto de una sociedad en crisis económica es realmente grave observar que el presupuesto público de las dependencias gubernamentales, en lugar de utilizarse para diseñar e implementar políticas públicas que contribuyan a satisfacer las necesidades sociales de una población que vive en condiciones de precariedad, sea destinado en su mayor parte para pagar la nómina de una plantilla inflada de personal en los tres niveles de gobierno: Federal, Estatal y Municipal, en la cual sobresale la enorme cantidad del presupuesto que se utiliza para pagar sueldos de altos funcionarios.
¿Cuántas personas existen en la estructura organizacional con nombramiento de Directores que perciben sueldos mayores a los $100,000 pesos mensuales? ¿Cuánto gana el Gobernador del Estado?, ¿Cuánto perciben los Secretarios de Estado?, ¿Los SubSecretarios?, ¿Los asesores? ¿Quiénes evalúan su desempeño?
La crisis económica no es pareja porque mientras una minoría privilegiada de funcionarios públicos que reciben sueldos inmoralmente superiores a las percepciones económicas de una inmensa mayoría de la población que vive en condiciones de precariedad y gran incertidumbre económica y social. ¿Qué méritos tienen aquellos funcionarios que al entrara a trabajar a dependencias gubernamentales resuelven sus problemas económicos? Mientras que una gran mayoría enfrentan problemas por estar desempleados, carecer de cobertura médica, sobreviviendo por percibir un sueldo mínimo, o inferior a los $ 15,000 pesos mensuales.
En el gobierno del Estado de Sonora laboran miles de trabajadores percibiendo un sueldo promedio de $10,000 pesos mensuales después de laborar durante 15, 20 años y de un día para otro, después de una elección y cambio de gobierno, se incorporan nuevas personas a la nómina de gobierno percibiendo desde su ingreso un sueldo10 veces más de lo que ganan los primeros. Esto representa una injusticia y tiene nombre: desigualdad salarial.
En las universidades sucede algo parecido con los sueldos que ganan las autoridades universitarias, como o es el caso de la Rectora de la Universidad de Sonora, que percibe un sueldo promedio de $130,000 pesos al mes, mientras que los trabajadores académicos trabajan invirtiendo una incalculable cantidad de energía y tiempo para formar profesionistas que puedan actuar como agentes de cambio social y contribuir al desarrollo social en el ejercicio de sus profesiones y el sueldo del académico de tiempo completo de mayor nivel educativo y mayor antigüedad, sólo percibe la tercera parte de lo que gana la Rectora.
Los académicos trabajan realizando su labor con entrega y sacrificio muchas veces no reconocido y los estudiantes dedican 4 años de sus vidas o más para prepararse y tener un mejor futuro económico al contar con mayor nivel educativo, pero al salir de las universidades se enfrentan al desempleo y son rechazados en sus solicitudes de empleo, por quienes conducen nuestras organizaciones públicas y privadas porque quienes conducen nuestras organizaciones ignoran los procedimientos científicos de selección de personal y en sus decisiones de contratación de nuevo personal utilizan criterios que reflejan la presencia de un gran neanderthalismo administrativo, es decir, proyectan menosprecio o ignorancia a las aportaciones de las ciencias sociales que nos permiten eficientar la conducción de nuestras organizaciones.
Suele suceder que los directivos de las dependencias públicas aceptan contratar a “algún recomendado” para cumplir con compromisos políticos”, por lo que podría afirmarse que las formas de conseguir trabajo actualmente siguen siendo como en los buenos tiempos del prianismo: “el uso de palancas”, es decir, para conseguir trabajo no necesitan títulos académicos, sólo se necesita tener contactos personales, de amistad o familiares de gente cercana al poder y en estas condiciones es cuando surgen los casos de nepotismo.
Esta es la única explicación que se puede encontrar para entender el hecho de que se coloque en puestos de altos mandos a personas que no cumplen con el perfil del puesto que están ocupando, que pueden tener un título universitario, pero que su formación académica no tiene relación alguna con las nuevas funciones a desempeñar, lo que en otras palabras se puede decir, que no están preparados para desempeñar esos puestos y eso nos lleva a recordar aquella frase que dice: “el primer acto de corrupción es aceptar un puesto sin estar preparado para el mismo”. Pero nadie se atreve a cuestionar esta incongruencia porque la mayoría de las personas secretamente espera a que quienes están en la esfera del poder, volteen a mirarlos y les tiendan la mano.
Todas estas interrogantes me llevan a plantear la pregunta que considero central en este contexto y es la siguiente:
¿En qué momento se olvidó que el Estado-Nación surgió con la misión de garantizar el bienestar social y el uso de sus recursos financieros debería tener como prioridad la implementación de políticas públicas que tengan como objetivo satisfacer las necesidades sociales?
¿Cuándo fue que el Estado dio el giro dejando de utilizar los recursos financieros para servir a la población y se ha convertido en una agencia de empleos que paga grandes sueldos a una casta de privilegiados, algunos de los cuales muestran incompetencia e indolencia para desempeñar sus puestos?
Los recursos financieros provenientes del pueblo deberían ser utilizados para fortalecer una estructura organizativa en la que se espera que los funcionarios y empleados muestren un comportamiento con compromiso social, actuando como auténticos servidores públicos, invirtiendo su tiempo y energía en atender las necesidades de la población, pero la realidad es que el concepto de servidor público se encuentra en el olvido y las evidencias muestran que una gran mayoría de funcionarios de gobierno perciben la estancia en sus puestos sólo como un escalón para subir a nuevas posiciones de poder y en ese proceso, cuando no muestran indiferencia o irresponsabilidad, dan evidentes muestras de menosprecio a quienes deberían servir.
¿Porqué la población padece la ausencia de obras de infraestructura viales, deficiencia en servicios de seguridad pública, falta de servicio de agua potable, iluminación en calles, nomenclatura deficiente, baches en calles mal pavimentadas, etc.?
Se supone que la población sostiene con recursos públicos el funcionamiento y financiamiento de las instituciones de los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Pero nos encontramos viviendo en un mundo patas arriba, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies. En lugar de utilizar esos recursos financieros para implementar políticas públicas que beneficien a la población más necesitada, en obras de infraestructura vial, mejora de carreteras, etc., la mayor parte del presupuesto se destina para pagar la nómina y dentro de ella, para pagar los altos sueldos de una burocracia que presenta un comportamiento laboral muy alejado del concepto de servidor público.
Entonces nos encontramos en una situación en la cual no puede afirmarse que “no hay dinero”, porque dinero sí hay, el problema real es cómo se están administrando estos recursos, han sido desviados del destino para el cual fueron creados y se destinan para enriquecer la fortuna de unos cuantos en perjuicio de una gran mayoría.
Las instituciones de gobierno fueron creadas para servir a la población civil y quienes trabajan en ellas son funcionarios públicos, pero la realidad está muy lejos del diseño original, porque quienes ponen el mal ejemplo son funcionarios medios y de alta dirección, quienes perciben su acceso a un puesto dentro del gobierno como una etapa temporal en sus carreras laborales y políticas, porque no viven el momento presente, siempre están pensando en un movimiento futuro, alimentando la ilusión ser considerados “precandidatos” para escalar a nuevas posiciones de poder.
Esta mirada fija en un futuro mejor para dichos funcionarios les impide poner los pies en la tierra y cumplir con responsabilidad las funciones que están contempladas en el puesto que ocupan y cumplir con el compromiso inmediato de tener un buen desempeño en el cargo que aceptaron ocupar. En los hechos estamos viviendo una continuación de prácticas prianistas en un nuevo sexenio que prometió marcar la diferencia en la forma de gobernar.
Las decisiones tomadas por quienes nos gobiernan se alejan mucho de lo que esperaba la población del nuevo partido en el poder. La población tiene anhelos de justicia y quisiera ser atendida en la solución de los problemas que enfrenta la comunidad a la que pertenece, verificar la existencia del Estado de Derecho aplicando la justicia en el procesamiento penal de todos aquellos funcionarios públicos que participaron en actos de corrupción que dejó en crisis a nuestra nación y Estado.
Esta situación es preocupante si miramos hacia el futuro inmediato, porque el aprendizaje social que hemos tenido después del triunfo Morena en el 2018, revela que los dirigentes de este partido en Sonora se alejaron de la población capitalina dejando que Célida López gobernara de una forma que creó conflictos con la ciudadanía hermosillense, ignoraron los reclamos de la ciudadanía hermosillense acerca del estilo de liderazgo de la primera Presidenta Municipal de Hermosillo morenista y esto sucedió porque los cuadros directivos de Morena en Sonora tenían fija su mirada en las elecciones del 2021, preparándose para ocupar puestos de gran poder en el futuro gobierno del Estado.
Los resultados de esta forma de actuar ya los sabemos, Morena recibió un voto de castigo en las elecciones del 2021 en Sonora, su estancia en el gobierno municipal fue temporal, porque tuvo su debut y despedida debido a que los hermosillenses le dieron un rotundo “No” a la imposición de Célida López como candidata a reelegirse como Presidenta Municipal y el nuevo partido en el poder perdió de manera vergonzosa la capital de Sonora.
Con estos antecedentes que conforman el contexto actual, se observa que el Gobernador Alfonso Durazo realiza movimientos de rotación de funcionarios de primer nivel sin dar ninguna explicación, actuando como si la estructura organizacional del Gobierno del Estado fuera un tablero de ajedrez. ¿Acaso esos movimientos se basaron en una evaluación del desempeño de los funcionarios removidos?, ¿Se tomó en cuenta el perfil de las personas removidas para ocupar los nuevos puestos?, ¿Acaso se considera a los funcionarios de gobierno como algo parecido a un “trabajador universal” que está capacitado para ocupar cualquier puesto en cualquier dependencia, tal y como se hacía en los tiempos del prianismo cuando un mismo funcionario cambiaba de puestos de alta dirección en varias dependencias gubernamentales sin importar no estar calificado para esos puestos?
Estos movimientos generan preocupación genuina porque dan la sensación de que algo está pasando en la dinámica interna del Gobierno del Estado, ya que debemos tener presente que nos encontramos a fines del 2022 y las precampañas para las elecciones presidenciales del 2024 ya empezaron hace meses de manera informal y en estos momentos, a nivel nacional se están realizando movimientos en las estructuras del gobierno federal y estatales, porque una gran cantidad de funcionarios públicos tienen fijas sus miradas en las elecciones presidenciales, tratando de adivinar quien será el candidato presidencial de Morena, ya que aspiran a ocupar una posición de mayor poder en el próximo gobierno federal, confiando ciegamente en que la oposición está desgastada y que Morena triunfará nuevamente.
Por estas mismas condiciones, un gran número de funcionarios de gobierno de nuestro Estado que perciben altos sueldos, simulan que trabajan mientras paralelamente participan en conspiraciones para entablar alianzas políticas y asegurar salir en la foto del gabinete del próximo sexenio, afectando con ello la concentración que deberían tener en el desempeño de sus labores.
Andrés Manuel López Obrador ha sido un ejemplo a seguir como figura de Estado, pero también ha cometido errores como todo ser humano, pero recordemos que los errores en política se pagan caro y uno de estos errores ha sido el no asegurar la democratización del partido que lo llevó al poder. Permitió que en este partido ingresara gente del prianismo cuyas trayectorias se caracterizaron por muestras de gran oportunismo político y de ambiciones de poder y ese descuido provocó la creación de varios subgrupos dentro del mismo partido que se enfrentan en una disputa por el poder al interior del mismo y el alejamiento de la dirección del partido de sus su militancia original.
En un contexto preelectoral se debe tener presente que hay dos premisas fundamentales que deben seguirse en política: una es saber llegar al poder y la otra es saber gobernar. Andrés Manuel López Obrador ha logrado mantener en los últimos cuatro años de gobierno un nivel más que aceptable de aceptación popular en su forma de gobernar. Pero existe una gran diferencia entre el desempeño como Presidente de Andrés Manuel López Obrador y funcionamiento de los diferentes gobiernos del Partido de Morena, para el pueblo mexicano ya quedó claro que son dos cosas distintas y quienes aspiren a ocupar puestos de elección popular en las próximas elecciones del 2024, deberán tener presente que el “efecto AMLO estará ausente”y no deben pensar que por representar a Morena ya tienen asegurado el triunfo. El ejemplo de la derrota de Morena en Hermosillo, es una experiencia de aprendizaje que debe tenerse presente.
Las elecciones recientes en Chile, Colombia y Brasil, han mostrado tres cosas: a) un gran aumento en la participación electoral, b) la población emitió un voto de castigo a los partidos gobernantes y c) se observó un gran avance de la derecha (el caso de Brasil). El común denominador entre estas tres jornadas electorales fue que un factor que motivó estos resultados se debió a la existencia de una gran insatisfacción social del electorado y en México puede observarse que después de 4 años de gobierno de Morena, todavía existe un sentimiento de insatisfacción social entre la población y esta insatisfacción social se acompaña de un sentimiento de decepción hacia Morena por la falta de combate a la corrupción, la vigencia de la impunidad en casos de injusticia y la presencia de la desigualdad social, que no ha desparecido con la implementación de programas de bienestar social, porque no afectan las causas estructurales de la misma.
Lo cierto es que en política nada es seguro, todo puede cambiar en el último momento y en año y medio pueden pasar muchas cosas, recordemos que vivimos en el contexto de una sociedad líquida, en la que los cambios se presentan a tal velocidad que quienes vivimos en ella, todavía no terminamos de convertir en hábitos los nuevos comportamientos necesarios para enfrentar los cambios que estamos viviendo, cuando de repente, se presentan nuevos cambios que exigen nuevos comportamientos.
Si Morena desea triunfar en las próximas elecciones deberá saber llegar al poder empezando por evitar repetir los errores que cometieron en las elecciones del 2021, cuando se impusieron candidatos con el fraude llamado encuesta para imponer candidatos a puestos de elección popular y lo deseable es que permita que sea a través de ejercicios de democracia participativa que la militancia seleccione a los futuros candidatos, incluyendo al propio candidato a la Presidencia que representara a Morena en la contienda electoral. De no proceder de esta forma, es predecible que surjan conflictos al interior de el partido en el poder y esto lo debilite colocándolo en una posición de vulnerabilidad el día de las votaciones por el descenso de su credibilidad y apoyo social.
En esa perspectiva de recuperar la base de apoyo social los gobiernos encabezados por Morena deben considerar que si limitan la democracia a la jornada electoral, estarán cavando sus propias tumbas, por lo que deben que la democracia incluye la segunda premisa de la política: saber gobernar. Un forma de demostrar ser un buen gobierno es revertir empezar por la reducción de los altos sueldos de miles de funcionarios públicos que en diferentes dependencias gubernamentales ganan más que el propio Presidente de la República.
Deben empezar a hacer realidad el discurso de la cuarta transformación, cambiando la función de las dependencias gubernamentales de tal forma que dejen de ser fuente de enriquecimiento para unos cuantos y convertirlas en verdaderas instituciones de servicios públicos. Mientras existan altos sueldos en la burocracia del Gobierno federal y Gobiernos Estatales, seguirá existiendo la corrupción, porque los altos sueldos atraen a individuos con ambiciones económicas y políticas, que están muy alejados de tener un comportamiento basado en la ética, su conducta no está siendo guiada por un compromiso social y no están motivados por una auténtica vocación de servicio público. Si se reducen los altos sueldos de los funcionarios de mayor nivel y esos recursos se destinan a la inversión de obras públicas y a un aumento de los sueldos que perciben los trabajadores al servicio del Estado que perciben sueldos inferiores, Morena obtendrá sin duda alguna una simpatía a su favor, porque terminará con ese trato privilegiado a una casta burocrática y reducirá la desigualdad salarial al interior de la comunidad de empleados de gobierno. Si se continúa destinando la mayor parte del presupuesto público al enriquecimiento de una casta de funcionarios de gobierno descuidando la atención a las necesidades sociales, esto podría ser motivo suficiente para recibir un voto de castigo.
Por otro lado, es necesario comprender que la población mexicana espera de los funcionarios gubernamentales un comportamiento como auténticos servidores públicos, con verdadero compromiso social, que tengan los pies puestos en la tierra y que no estén pensando en lograr mejores posiciones en el próximo gobierno mientras desperdician tiempo y energías que los distraen de cumplir con sus responsabilidades actuales.
Las decisiones de un buen gobierno deben incluir reformas que regresen a su versión original la existencia del Estado-Nación, que deje de estar funcionando patas arriba, de una forma muy alejada a la versión original que le dio origen, y regresar a aquella entidad organizativa que surgió para garantizar el bienestar social de la población destinando la mayor cantidad de recursos financieros para la implementación de políticas públicas que contribuyan a la solución de las grandes necesidades sociales de una población que vive en condiciones de precariedad soportando una crisis económica.
Sobre todas las cosas, se debe tener presente que el año 2023 será el escenario de una grave recesión mundial que afectará a millones de personas, con un aumento inusitado de la inflación a nivel mundial, una predicción en la que coinciden especialistas en economía, en finanzas, en política, e individuos que poseen grandes fortunas, directivos de corporaciones transnacionales y artistas de la farándula que reportan estar teniendo pérdidas millonarias. Esta agudización de la crisis económica que tendrá lugar empezando el próximo año, sin duda alguna tendrá repercusiones en el ámbito económico y afectará posteriormente la dirección del voto en los lugares que se realicen elecciones. Tan solo esperemos a ver los resultados de las elecciones intermedias en Estados Unidos este 8 de noviembre próximo.
Finalmente, la respuesta a la pregunta central planteada en este artículo: ¿En qué momento se olvidó que el Estado-Nación surgió con la misión de garantizar el bienestar social y el uso de sus recursos financieros debería tener como prioridad la implementación de políticas públicas que tengan como objetivo satisfacer las necesidades sociales? Es la siguiente: desde el momento en que nos alejamos de la política intentando “liberarnos de ella”, convencidos de que la política es “lo que hacen los políticos”, desde el momento en que actuamos como analfabetos políticos al desconocer que la política es la fundación de un espacio público en el cual los seres humanos tengamos libertad de expresar nuestra pluralidad juntos como iguales, con libertad de pensamiento individual y autónomo.
Necesitamos construir nuevos instrumentos conceptuales y dejar de reducir la democracia a la democracia electoral, porque al hacerlo estamos asesinando a la democracia. La transformación social no es un proceso de arriba hacia abajo, debemos cambiar nuestra actitud hacia la política y encontrarle un sentido y este sentido no puede ser otro que la búsqueda y apreciación del sentido de la vida humana. En ese sentido, la comprensión de la realidad es algo que debe ser una de nuestras principales preocupaciones.
La promesa de la política según la filósofa alemana Hanna Arendt es “el esfuerzo de una gran pluralidad de seres humanos para vivir juntos y compartir la tierra en un ambiente de libertad garantizada” y la política debemos conceptualizarla como la reunión de hombres y mujeres en un espacio público en el actúan en forma colectiva con entera libertad para discutir los problemas públicos y acordar bajo consenso las decisiones que contribuyan a solucionarlos.
Terminar viviendo en un mundo al revés es tarea colectiva y la construcción de la democracia social requiere de un cambio individual y social, el primer paso es lograr un empoderamiento individual en el cual logremos concebirnos como seres sociales que pertenecemos a una comunidad, que enfrenta problemas colectivos y cuya solución depende de la organización colectiva para actuar unidos en la solución de dichos problemas. La unidad en la acción de los diferentes movimientos sociales que actualmente se encuentran activos permitirá lograr un empoderamiento colectivo y avanzar en la construcción de la democracia real en nuestro país.
En la UNAM 11 funcionarios ganan más que el Presidente
https://contralinea.com.mx/interno/semana/en-la-unam-11-funcionarios-ganan-mas-que-el-presidente/
Yescas, Oscar: Por una conducción científica de nuestras organizaciones
https://oscaryescasd.blogspot.com/2017/10/por-una-conduccion-cientifica-de.html
Yescas, Oscar: Otro mundo es posible
https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/09/otromundo-es-posible-oscaryescas.html
Yescas, Oscar: En busca de la política
https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/enbusca-de-la-politica-oscaryescas.html
Yescas, Oscar: Lecciones fundamentales en política
https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/07/leccionesfundamentales-en-politica.html
Yescas, Oscar: Reflexiones sobre el cambio de gobierno y servicio público
https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/06/reflexionessobre-cambio-de-gobierno-y.html
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