La irracionalidad de nuestros tiempos
Oscar Yescas Domínguez
15 de noviembre de 2022
Con los últimos acontecimientos en el ámbito nacional e internacional vale la pena recordar el contenido del libro Psicoanálisis de la sociedad contemporánea escrito hace más de 60 años por Erich Fromm en 1955, porque gran parte de su contenido ayuda a comprender la realidad que estamos viviendo. Tomemos como punto de partida que la tarea que se planteó el autor al escribir aquel libro en aquel entonces fue analizar el impacto que la naciente sociedad industrial estaba provocando en aquel entonces sobre el carácter del ser humano.
De igual forma es importante mencionar que ese libro fue la continuación de otro famoso texto del mismo autor, titulado Miedo a la libertad en el cual Fromm demostró que los regímenes totalitarios apelaban a un profundo anhelo de huir de la libertad que el hombre de esa época estaba desarrollando ante el avance del mundo moderno que liberaba de las ataduras medievales al ser humano y éste mostraba una incapacidad para usar su libertad en la construcción de una vida llena de sentido, que tuviera como base la razón y el amor, por lo que esa incapacidad de disfrutar de su libertad lo empujaba a buscar una nueva seguridad buscando una nueva sumisión hacia un jefe, una raza o a un Estado.
En Psicoanálisis de la sociedad contemporánea Fromm demostró con mayor claridad que la vida social en la democracia del siglo XX, en realidad representaba una huida de la libertad de amplios sectores de la sociedad, que lejos de disfrutar las libertades en forma productiva, centraban sus energías en un proceso de autodestrucción que los conducía hacia una enajenación social en el inicio de la sociedad de consumo y fue cuando hizo la afirmación de que se estaba creando una sociopatología en la sociedad moderna.
Tanto en aquel entonces como ahora, la mayoría de Psiquiatras y Psicólogos no aceptaban la idea de que la sociedad en general pudiese carecer de equilibrio mental y no dudaban un segundo en afirmar que quienes llegaran a presentar problemas de salud mental eran unos cuantos inadaptados sociales que no aceptaban la cultura de la normalidad.
Hoy en día gracias al desarrollo de las ciencias sociales y en particular de la Epistemología, podemos comprender que quienes todavía mantienen esa postura de señalar que el problema de la salud mental recae solo en individuos, están incurriendo en un reduccionismo científico, al basar sus opiniones en una sola disciplina en particular, sin considerar que somos seres sociales y el comportamiento humano obedece a múltiples factores (económicos, culturales, tecnológicos, psicológicos, etc.), de tal forma que al evaluar o diagnosticar el comportamiento individual debemos utilizar un enfoque integral que contemple las aportaciones de varias disciplinas sociales, así como analizar el contexto social donde se da el mismo, para lograr entender la interacción entre el individuo y la sociedad.
El Psicólogo social Amalio Blanco (2007) nos dice que “debemos mirar hacia afuera para comprender lo de adentro”, es decir, necesitamos mirar lo que acontece alrededor del individuo para poder comprender lo que hace y no pocas veces lo que piensa y lo que siente en su interior. El asunto es que debemos recuperar el contexto social como marco para poder tener una idea del porqué las personas hacen lo que hacen y piensan lo que piensan.
Volviendo al libro Psicoanálisis de la sociedad contemporánea de Erich Fromm, él se planteó una simple pregunta que requiere de una respuesta compleja ¿Estamos sanos? Esta pregunta se refería a la sociedad estadunidense, pero de manera profética señaló que tarde o temprano el mundo entero estaría en similares condiciones sociales que el pueblo estadunidense, por lo que su respuesta era válida para los habitantes de países más allá de las fronteras estadunidenses. . En su respuesta describió la incapacidad que estaban presentando los ciudadanos estadunidenses de utilizar sus recursos y su tiempo libre de una manera satisfactoria, productiva, racional y placentera, pero sucedía todo lo contrario, porque se registraban altas cifras de alcoholismo, drogadicción, suicidios, la mayoría de las personas se aburrían fácilmente. Los medios masivos llenaban de basura las cabezas de la gente y éstos repetían lo que escuchaban en la radio o veían en la televisión, reflejando una ausencia de pensamiento autónomo. Si alguien actuaba adaptándose a las condiciones de su entorno sin mostrar dificultad, se le consideraba como persona normal y si alguien cuestionaba la desigualdad social que empezaba a creer se le veía con malos ojos.
Para no extender este escrito, me remito a señalar que Erich Fromm llegó a la conclusión de que estaba gestándose una patología de la sociedad moderna y cuestionó el criterio de la adaptación social a un orden establecido como un criterio válido para juzgar la salud mental de una población y planteó como alternativa utilizar un criterio universal: “el de dar una solución suficientemente satisfactoria al problema de la existencia humana”.
Llamó la atención sobre el riesgo de utilizar la validación consensual de las ideas como criterio inefable de salud mental, porque hacerlo es entrar en un terreno pantanoso y engañoso, “Se supone que el hecho de que la mayoría de la gente comparta ciertas ideas y sentimientos demuestra la validez de esas ideas y sentimientos”. Esto es falso, porque así como hay un folie a deux (locura de dos) hay una folie a millions (locura de millones o locura colectiva). El hecho de que millones de personas compartan la adicción al alcohol, no hace de esa adicción una virtud o una “tradición cultural”. El hecho de que millones de personas compartan errores de percepción o mentiras, no convierte a éstas en verdades y el hecho de que millones de personas padezcan las mismas formas de patología mental, no hace de esas personas gente sana, normal o equilibrada.
Después de esas grandes aportaciones de Erich Fromm al concepto de salud mental de nuestra sociedad, otros autores contribuyeron a confirmar y describir la presencia de una sociopatología de la sociedad moderna. El filósofo polaco la perfiló en su libro La alienación como fenómeno social, el filósofo francés Herbert Marcuse hizo lo mismo en su libro El hombre unidimensional.
De manera más reciente, el filósoco polaco Zygmunt Bauman, aporta sus conceptos de sociedad líquida para describir que la dinámica de cambios sociales impide que antes de incorporar como hábitos los comportamientos nuevos que exigen las condiciones cambiantes, suelen presentarse nuevos cambios que exigen nuevas conductas, por lo que vivimos en constante incertidumbre social.
Del mismo autor obtuvimos el concepto ceguera moral que nos permite explicar la presencia de una insensibilidad social colectiva hacia el sufrimiento ajeno y con ella, se presenta una indiferencia social hacia acontecimientos políticos, sociales y un alejamiento de la política. Pero un concepto de gran relevancia que nos hereda Bauman, es el término adiaforización, que utilizó para referirse a la acción y efecto de “hacer que el acto y el propósito mismo del acto se vuelvan moralmente neutros o irrelevantes”, lo que nos permite comprender que la mayoría de las personas presentan comportamientos que carecen de ética y por lo tanto, dejan de ser percibidos como actos buenos o actos malos.
Bajo estas premisas, si entramos en el terreno de una discusión teórica para responder a la pregunta planteada por Erich Fromm hace más de 60 años, partiendo de las condiciones actuales de nuestra sociedad contemporánea: “¿Estamos sanos”, podremos encontrar bastantes evidencias que apuntalan la idea de que la sociedad posmoderna ha empeorado su sociopatología y evidencias de ello, las podemos encontrar al observar la hipervaloración del dinero como meta principal a alcanzar compartida por millones de personas, la concepción generalizada de que la economía de libre mercado (el capitalismo) es el modelo de sociedad más alto al que puede llegar la humanidad, normalizando la idea de la existencia de ricos y pobres, mientras se invisibiliza la presencia de millones de personas que viven en condiciones de marginación económica que padecen un sufrimiento colectivo y se acepta como algo natural (o al menos como algo que no vale la pena luchar), el enriquecimiento de políticos que lucran con el dinero público que aporta la población a través del pago de sus impuestos.
Una muestra de irracionalidad masiva y locura colectiva, que podemos encontrar en varias partes del mundo es el surgimiento de la aporofobia, un término fue definido por Adela Cortina en 1995 como “aporofobia” y que consiste en mostrar una doble actitud en nuestro comportamiento, por un lado se expresan sentimientos de rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado, mientras que por otro lado, se muestra una actitud de aprobación, acercamiento hacia aquellas personas que están cerca del poder, esperando ser mirados y tomados en cuenta por ellos para obtener algún beneficio que les permita reducir la distancia abismal que existe entre ricos y pobres.
La pandemia fue el marco en el cual tuvimos oportunidad de observar comportamientos colectivos que mostraban una gran irracionalidad, al no seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y puede afirmarse que la rapidez con la que se propagó la pandemia en todo el mundo y el alto número de fallecidos fue resultado de ignorancia e irracionalidad colectiva, porque millones de personas no valoraron el peligro que estaban enfrentando.
Otras muestras de locura colectiva en nuestra sociedad contemporánea es la normalización de la existencia de una enorme desigualdad social, el crecimiento de una ignorancia colectiva en la sociedad del conocimiento, el aumento del fanatismo religioso, la presencia de guerras raciales, el resurgimiento de grupos fascistas en varias partes del mundo, el crecimiento de la xenofobia, de odio hacia los migrantes, el aumento alarmante de cifras de feminicidio y de expresiones de homofobia, la intolerancia política, una ceguera moral colectiva, el culto al dinero como valor máximo a alcanzar, normalización de la existencia de corrupción, de políticos que se enriquecen con dineros públicos, etc.
La humanidad entera se encuentra en un estado de involución social y la percepción de la realidad está afectada por la presencia de una infoxicación, es decir una intoxicación por exceso de información que da como resultado el encierro en el mundo de lo privado, el uso desproporcionado de redes sociales como principal fuente de información de los acontecimientos.
La ausencia de la racionalidad en el análisis de la abundante información que recibimos hoy en día, está conduciendo a la desaparición del pensamiento libre en millones de personas, que están perdiendo su condición de homo sapiens para convertirse en homo videns al limitarse a observar y ver los acontecimientos sociales, manipulados por una sociedad que promueve el culto a la imagen, menosprecia la libertad de pensamiento y abandona el hábito de la lectura para dedicar varias horas al día a fijar nuestra vista en las pantallas de nuestros teléfonos celulares, pantallas de computadoras o de nuestras televisiones.
La crisis económica que estamos padeciendo crea una distancia abismal entre quienes están cerca del poder, quienes aspiran pertenecen al uno por ciento de la población que acapara la mayor parte de la riqueza socialmente producida y una inmensa mayoría que vive en condiciones de precariedad económica, padeciendo una constante incertidumbre porque no sabemos lo que pasará el día siguiente y siempre sentimos el temor de que perderemos todo de un momento a otro.
En este contexto social, la posibilidad de manipular a las masas es algo que suele suceder y un ejemplo de ello lo vimos recientemente en Chile, cuando la población participó masivamente en una consulta popular para decidir si se aprobaba una nueva constitución que contenía una gran cantidad de derechos humanos, laborales y sexuales, que de haber sido aprobada hubiera colocado a Chile como el país que tenia la constitución que contenía la mayor cantidad de derechos humanos, pero la sorpresa fue que los resultados demostraron un rechazo masivo hacia este proyecto de nueva constitución, porque la mayoría de los chilenos que participaron en esa consulta decidieron renunciar a su libertad y eligieron continuar con la constitución heredada por el pinochetismo.
En este mismo contexto debemos ubicar la reciente marcha de miles de personas que se manifestaron en varias ciudades de México, marchando bajo la consigna “Yo apoyo al INE”, manifestando un rechazo a la Reforma electoral que promovió el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el partido en el poder Morena. No cabe duda de que fue una marcha con tintes políticos, lo que cabría preguntarse es si quienes se manifestaron realmente están politizados en el sentido de saber el porqué estaban marchando y en contra de qué estaban protestando. Existen evidencias de que buena parte de los asistentes fueron trasladados desde diferentes puntos en camiones contratados para dar tal tipo de servicio. Hay denuncias y fotos que circulan en redes sociales que muestran imágenes de personas dentro de la marcha que estaban repartiendo billetes a otras personas.
Al margen de lo anterior, parece que quienes defienden al INE ignoran que defienden a personas que han prostituido y pervertido a una institución que surgió para garantizar la democracia electoral en México. Quienes argumentan que el INE fue quien le dio el triunfo en el 2018 a Morena y Andrés Manuel López Obrador, mienten porque el la derrota del prianismo se logró gracias a la alta participación electoral que permitió un alud de votos a favor de AMLO que fue imposible de ocultar y la ciudadanía logró impedir varios intentos de fraudes, mientras que los funcionarios del INE (que son los mismos), se hicieron de la vista gorda ante las denuncias de acarreo, compra de votos, violación del monto financiero permitido para realizar campañas electorales, etc. De igual forma, desconocen que las instituciones que conforman la base de nuestro sistema social, han sido el resultado de creaciones humanas, es decir, no son producto de un origen divino, ni son inamovibles, son entidades sociales que fueron creadas para representar y dar un servicio público. Se sostiene con dinero proveniente de recursos públicos y quienes dirigen a esta institución, reciben sueldos que por su monto despiertan la indignación.
Si revisamos los puntos sobresalientes de la Reforma Electoral, podremos ver que en su contenido se reflejan peticiones que diversos movimientos populares manejaron en su momento como consignas de lucha.
1.- El INE no desaparece, cambia de nombre para ser denominado Instituto Nacional Electoral y de Consultas. Con esta nueva denominación se institucionalizará el mecanismo de las consultas como alternativas de consolidación de la democracia, más allá de la elección de candidatos a puestos de elección popular y promueve la democracia participativa en la medida que la ciudadanía tendrá derecho a opinar sobre asuntos de relevancia social con la implementación de una consulta. ¿Quién podría estar en contra de este cambio de nombre y de función del INE, que seguirá siendo autónomo?
2.- Reduce el número de diputados de 500 a 300. Todos los mexicanos sabemos que los Diputados son una parte importante para la vida política de nuestro país cuando cumplen su función respondiendo a las expectativas que generan desde el inicio de su campaña electoral hasta el momento del triunfo. Sin embargo, la realidad ha resultado muy contraria a lo que se esperaba y ha estado cargada de grandes decepciones. Reducir de 500 a 300 el número de diputados es sin duda alguna un gran paso en la construcción de la democracia porque se impediría seguir manteniendo a parásitos y vividores de la política y la atención se centraría en aquellos diputados que estén en funciones para exigirles un mejor desempeño en su trabajo.
3.- Se reduce el número de Senadores de 128 a 96. Igual comentario que en el punto anterior
4.- Los Consejeros del INEC y Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), serán propuestos por los tres poderes de la Unión y elegidos por medio del voto popular en elecciones abiertas. ¿Alguien tiene alguna objeción en esta propuesta? Yo no veo ningún aspecto negativo en la misma y considero que someter a elección popular este tipo de cargos, sería un gran avance en la construcción de la democracia en nuestro país.
5.- Recorta el número de Consejeros de INEC de 11 a 7. Totalmente de acuerdo, porque quienes han ocupado esos cargos no han destacado por sus aportaciones a la construcción de la democracia en México. Decidir quien será Consejero o Magistrado Electoral no debería tomarse esa decisión en lo oscurito o tras bambalinas, debe ser un proceso abierto al público y quienes aspiren a esos cargos deben presentar un plan de trabajo y demostrar una clara trayectoria de compromiso social previa.
6.- El financiamiento para partidos políticos será solo para realizar campañas electorales. Durante décadas, los partidos afines al prianismo recibieron miles de millones de pesos y lo gastaron a discreción enriqueciendo las fortunas personales de quienes ocupaban cargos políticos o de poder en las estructuras de los diferentes partidos políticos. Mientras que esto sucedía, la población mexicana se sumergía en la pobreza y aumentaba la desigualdad social. Las elecciones mexicanas tuvieron el triste honor de ser una de las elecciones más costosas del mundo entero. Por esas razones en varios movimientos colectivos se manejó la consigna de “No más financiamiento a los partidos políticos”.
7.- Propone una reducción a 30 minutos diarios de propaganda política en radio y televisión. Concretar este punto abonaría a mejorar la salud mental de la población y a ahorrar dinero del erario público, porque la propaganda política no es la que determina la dirección del voto por parte de los electores.
8.- Disminuye la participación en una consulta popular de 40 a 33% para que el resultado sea vinculante. Recordemos que en la consulta nacional para enjuiciar a los expresidentes mexicanos participamos más de 7 millones de mexicanos y los resultados no fueron vinculantes por la exigencia de que debería superar el 40% del padrón electoral.
Oponerse a la aprobación de la Reforma Electoral que contiene estos puntos es oponerse al avance en la construcción de la democracia en México. No debemos tener “miedo a la libertad”, al contrario, debemos hacer uso de la misma para aumentar nuestra participación en la discusión de los asuntos públicos y construir con ello una democracia participativa que nos permita avanzar en la consolidación de la democracia en nuestro país.
Es verdad que la movilización social es el instrumento principal para lograr cambios sociales, esto lo hemos aprendido al estudiar la Historia de la humanidad, donde se observa que los grandes cambios sociales han sido producido por la acción de grandes movimientos colectivos. Pero las movilizaciones que han logrado grandes cambios sociales se han caracterizado por la organización colectiva de quienes participan en ellos por, la unidad en la acción de quienes forman parte de dichos movimientos masivos sobre todo por la claridad política y consenso social acerca de los motivos que impulsan la movilización.
La marcha de este domingo pasado, si bien registró una alta asistencia, no puede decirse que la presencia de las miles de personas que estuvieron presentes representa a un movimiento colectivo organizado y consciente de los motivos de su lucha. No pasó de ser una muchedumbre que se reunió atendiendo al llamado de quienes organizaron el acto, quienes respondían a diversos motivos, los cuales están muy lejanos de fundamentar una verdadera oposición, organizada en forma colectiva y con claridad política. Esto se evidenció con las entrevistas que circularon en redes sociales hechas por ciudadanos que utilizaron la facilidad de actuar como reportero utilizando un teléfono celular. Varios asistentes entrevistados respondieron que desconocían el contenido de la Reforma Electoral, que sólo estaban ahí manifestándose “para defender al INE”, ignoraban el motivo real de su asistencia a ese acto y dieron muestras de que fueron trasladados a ese evento sin tener una clara explicación política sobre lo que estaban protestando.
En un movimiento colectivo existe un sentimiento de pertenencia al mismo de parte de quienes lo conforman, comparten un sentimiento de unidad y solidaridad en la lucha porque persiguen objetivos comunes. En la marcha del domingo pasado, no hubo tal sentimiento de pertenencia, ni de unidad entre quienes participaron en la misma. Todo apunta a que fue un acto de manipulación masiva que pretende defender intereses particulares, que son de naturaleza incongruente con la democracia, como por ejemplo, la defensa de los altos sueldos de quienes forman parte de la dirigencia de este instituto y la marcha fue utilizada para golpear al gobierno en turno utilizando una falsa bandera de democracia.
Lo que sí pudo observarse, es la ironía de ver marchar juntos a personajes que han dado muestras claras de aporofobia, mezclados con personas que asistieron a ese evento sólo porque les ofrecieron dinero por participar en esa marcha. De igual forma, resalta la contradicción de ver marchar por las calles de varias ciudades del país a personajes que en el pasado protestaban contra las manifestaciones callejeras y llamaban a criminalizar las protestas que intentaron impedir la Reforma Laboral, la Reforma energética y la Reforma educativa.
Una pregunta que es válida hacer a quienes desfilaron en esta marcha: ¿Dónde estaban cuando se sometió a consulta popular la posibilidad de someter a juicio a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto?
Al parecer quienes marcharon este domingo en contra de la Reforma Electoral, tienen miedo de experimentar la libertad de ser sujetos políticos con libre pensamiento y prefieren mantener una actitud de sumisión y conformismo social, apoyando a destacados representantes de una época en la que predominaba el autoritarismo, la corrupción, el saqueo de recursos públicos y naturales del país.
Por otro lado, no debemos rechazar la posibilidad de que esa marcha haya sido financiada por representantes del poder corporativo que se han visto afectados por las políticas impulsadas por Andrés Manuel López Obrador y que desean retornar a aquellos tiempos en los cuales podían maximizar sus beneficios económicos explotando a sus trabajadores, destruyendo al medio ambiente, sin pagar impuestos y sin interferencia alguna del Estado mexicano.
La Reforma Electoral debe aprobarse porque lo que mantiene unida a una sociedad es el funcionamiento de sus instituciones y éstas deben funcionar de acuerdo a las circunstancias que exijan la consolidación de la democracia. Todas las instituciones son creaciones humanas y por esa condición son susceptibles de cambios en su estructura y funcionamiento, sobre todo si son instituciones públicas que han estado manejando grandes cantidades de dinero desde hace décadas.
El INE ha dejado de ser una institución que garantiza la democracia, porque tuvo una actuación parcial en los fraudes electoral del 2006 y del 2012, se ha convertido en un verdadero obstáculo para la democracia porque recibe una cantidad exagerada de recursos públicos, de los cuales proceden los pagos de altísimos sueldos de los Consejeros y el pago sin fundamento social de financiamiento a partidos político.
Necesitamos un INE que funcione para garantizar la unidad, la cohesión social y logre el consenso colectivo en las jornadas electorales. La ciudadanía desconfía de los políticos, de los partidos políticos y de las instituciones gubernamentales, aprobar esta reforma ayudaría a aumentar la credibilidad de un INE que hoy se encuentra hundido en la desconfianza popular por el desempeño que han tenido sus funcionarios en elecciones del pasado, en las cuales mostraron un comportamiento parcial, inaceptable en esta institución y se ha convertido en fuente de riqueza de los consejeros que ganan megasueldos por un trabajo mal hecho. No podemos cambiar lo que ha sido, pero sí podemos cambiar como será en el futuro, debemos ver el pasado y el presente con ojos críticos para construir un mejor futuro.
La Reforma Electoral que se presenta beneficia a la población mexicana y representa un avance en la construcción de la democracia en México y crea las condiciones para avanzar en la institucionalización de la democracia participativa en México. La democracia es un asunto de educación política de los ciudadanos y la mejor educación en política es la participación activa en la discusión colectiva de los asuntos públicos, porque es a través de las luchas sociales cuando se obtiene un aprendizaje social. Esta participación ciudadana implica la transformación de las instituciones para lograr que ellas a su vez incentiven la participación ciudadana y construyan en ese proceso una vinculación social.
En esa línea de pensamiento, puede afirmarse que la marcha del 13 de noviembre en varias ciudades mexicanas forma parte de las expresiones de la irracionalidad de nuestros tiempos, porque la Reforma electoral contribuirá sin duda alguna a la consolidación de la democracia y estimulará la democracia participativa al incluir el mecanismo de las consultas ciudadanas.
Bauman, Zygmunt: Modernidad líquida. México. Fondo de Cultura Económica, 2,000
Bauman, Zygmunt/Donskins, Leonidas: Ceguera moral: la perdida de la sensibilidad en la modernidad líquida. Ed. Paidós. Madrid, 2017
Blanco, Amalio: Psicología de los grupos. Ed, Pearson Prentice Hall. Madrid, 2,007
https://ajuntament.barcelona.cat/bcnvsodi/es/aporofobia-juicio-y-desprecio-al-pobre/
Yescas, Oscar: La sociopatología de la sociedad contemporánea
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/la-sociopatologia-de-la-sociedad.html
Yescas, Oscar: La sociedad de la ignorancia
https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/10/lasociedad-de-la-ignorancia-oscaryescas.html
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