La historicidad y el fortalecimiento comunitario
(La cancelación de venta de El Cárcamo en Hermosillo)
Oscar Yescas Domínguez
18 de octubre 2,020
Siguiendo la línea de pensamiento del sociólogo Alan Touraine en el sentido de que cuando la revolución francesa derrocó a la monarquía hace más de dos siglos, la humanidad adquirió un poder del cual todavía no ha desarrollado una consciencia plena: la historicidad, definiendo este término como la capacidad de autoproducción, de creación de sí misma, una capacidad de nuestra sociedad para producirse, modificarse y transformarse a ella misma. Las revoluciones que posteriormente surgieron en Europa y América después de la revolución francesa, vinieron a confirmar el carácter de sujetos históricos que posee la humanidad entera, al cambiar la historia, transformar a la sociedad y construir una nueva realidad social. Si estudiamos la historia de la humanidad encontraremos el registro de grandes cambios sociales que no fueron el resultado de una obra divina, sino que fueron producto del surgimiento de movimientos colectivos que lucharon para conquistar derechos y lograron cambiar el curso de la historia y con ello, cambiaron su realidad social. El punto que deseo resaltar es que el ser humano es el que crea la historia y le puede dar el rumbo que desee cuando adquiere consciencia de su historicidad.
Después del derrocamiento de la monarquía vino el establecimiento de la república, creando una nueva forma de gobierno emanado del pueblo y para el pueblo: el Estado, que adquiría vida y fuerza a través de la participación comunitaria, impulsando la participación de los integrantes de las comunidades que la conforman en actividades sociales y la figura del estado moderno se revitalizaba mediante el pago de impuestos de la ciudadanía. Con ello surgió la figura del Estado-nación cuya misión era lograr el bienestar social y para lograrlo excluyó de su nueva forma de gobierno el discurso religioso, al tomar la figura del Estado laico y lograr la separación de la Iglesia y el Estado.
Junto a esta característica de historicidad, la sociedad se formó una representación social de sí misma, construyendo una identidad social que incluía un sentimiento individual de pertenencia a un grupo, a una comunidad, a una nación, en la que todos vivían y trabajaban juntos para lograr una prosperidad común. La categoría de lo “social” surgió en este contexto. Con el paso del tiempo y el surgimiento de la primera revolución industrial, al introducir la máquina de vapor en el proceso de la producción, surgieron las grandes fábricas que desplazaron a los pequeños talleres y los artesanos se convirtieron en obreros por lo cual emergieron dos clases sociales: la burguesía y el proletariado que generaron una lucha de clases en el marco de un nuevo sistema social: el capitalismo que se basa en la propiedad privada de los medios de producción y a través de la explotación laboral extrae una plusvalía, es decir, un beneficio económico de la riqueza social producida por los trabajadores a los cuales les paga una pequeña parte de esa riqueza en forma de salario.
La explotación de los trabajadores, expresada en largas jornadas de trabajo, bajos salarios, deficientes condiciones de trabajo y ausencia de prestaciones sociales motivó a los trabajadores a organizarse en sindicatos y dar una lucha obrera para conquistar derechos y prestaciones laborales.
En el siglo pasado, movimiento obrero organizado logró arrancar concesiones a los capitalistas reduciendo la jornada de trabajo a 8 horas diarias, el pago de tiempo extra, servicios médicos para el trabajador y su familia, una estabilidad laboral, etc. La conquista del voto femenino el 17 de octubre de 1953 (ayer se cumplieron 67 años de esa conquista) se logró también con movilizaciones colectivas en la que participaron hombres y mujeres. Por el gran número de movilizaciones colectivas, el siglo XX es reconocido por varios pensadores sociales como el siglo de los movimientos colectivos que lograron la conquista de grandes derechos civiles, laborales y sexuales.
Todos estos cambios y logros sociales fueron producto de la acción humana, haciendo gala de su historicidad a través de la participación social, colectiva, organizada y unida para conquistar derechos y lograr que fueran plasmados en las constituciones de varios países. La visión de la historia de la humanidad bajo la perspectiva de la historicidad de la sociedad, nos permite reconocer la capacidad que tiene nuestra sociedad contemporánea de realizar una morfogénesis, es decir, una capacidad de cambiarse a sí misma, de transformarse por sí misma, reconociendo que lo que está instituido es producto de la creación humana, no tiene vida eterna ni es inmutable y si no funciona, puede transformarse, puede lograrse un cambio social.
El desarrollo del capitalismo, de la ciencia y tecnología, permitió lograr una producción masiva que requería de un consumo masivo para mantener el equilibrio y con ello asegurar la maximización del beneficio económico de parte de los propietarios de los medios de producción.
Paralelamente al desarrollo de la sociedad de consumo, a los cambios geopolíticos generados por la desaparición de la URSS y el surgimiento de la globalización, surge una ideología, un modelo de sociedad que en un principio se presentó como una teoría económica, pero que el día de hoy es la filosofía de vida de millones de personas. Me refiero al neoliberalismo que vino a reforzar a un naciente poder corporativo en su lucha por la privatización de todos los servicios públicos, en su intento de adelgazar al Estado desapareciendo instituciones que ofrecían servicios públicos para proceder a su privatización y en su afán de modificar las constituciones de varios países a través de reformas políticas que tienen como objetivo desaparecer aquellos derechos y prestaciones que fueron conquistados a través de luchas obreras y populares.
El poder corporativo se vio beneficiado por el desarrollo tecnológico, el surgimiento de internet, redes sociales y demás, porque le permitió una movilidad financiera y crearon las condiciones para lograr un divorcio entre el poder económico y el poder político, que dio como resultado que los políticos gobiernen alejándose de su misión de defender al estado del bienestar social y procedieron a obedecer y sirven al poder económico.
Las transnacionales con la facilidad de mover capitales de un país a otro, presionan a los gobiernos para que implementen políticas neoliberales que tienden a desaparecer derechos laborales, sociales y prestaciones que perjudican a los trabajadores y a la población en general, provocando un inusitado incremento en la desigualdad social, aumentando el número de personas que viven en condiciones de pobreza, al mismo tiempo que incrementan la riqueza de unos cuantos que ostentan el poder económico. El neoliberalismo provocó una de las primeras bajas en las conquistas de la historicidad humana: desaparece la igualdad social, nos han provocado una falsa percepción en la que los seres humanos nos vemos clasificados como triunfadores o perdedores.
Ya no nos vemos como seres iguales, aquella bandera de lucha de la revolución francesa que derrocó a la monarquía: la igualdad social ha desaparecido y en los últimos años los seres humanos ya no nos vemos como iguales, perdimos el sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades, la solidaridad, empatía y sensibilidad social desapareció y lo que hoy vivimos es una ceguera moral y una creciente adiaforización que nos que nos empuja a ver los problemas sociales como moralmente neutros o irrelevantes creando un ambiente de irresponsabilidad social.
El día de hoy si observamos con ojos críticos nuestra vida cotidiana y la despojamos de su permanente acriticidad, podremos ver que hemos perdido gran parte de los derechos laborales y sociales que se conquistaron en las luchas que realizaron movimientos colectivos en el siglo pasado y estamos inmersos en un proceso permanente de precariedad. La explotación laboral abunda en nuestra sociedad, las largas jornadas de trabajo, los bajos salarios, la ausencia de prestaciones laborales, el subempleo, el desempleo, etc., han empujado a la precariedad a millones de personas. Millones de personas viven en condiciones de miseria, pobreza, experimentando un gran sufrimiento en el contexto de una sociedad de consumo que prefiere tirar la comida que no se vende, en lugar de regalarla a instituciones que la distribuyan en comunidades desprotegidas, sólo para no provocar una “pérdida económica”.
En este punto es necesario recordar la capacidad que tenemos de crear y modificar nuestra sociedad, es decir, nuestra historicidad. Esta capacidad que permite aprender que podemos cambiar la historia si logramos cambiar nuestras actitudes, valores, motivaciones basadas en una ideología individualista, construimos un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades y nos decidimos a participar en actividades públicas, podremos reconstruir nuestra autoimagen, lograr una autoaceptación como seres sociales y dejar atrás el individualismo, lograremos un empoderamiento individual y colectivo que nos permita generar una serie de cambios sociales.
Un ejemplo de historicidad lo dio el pueblo mexicano al participar masivamente en la jornada electoral del 2,018 al elegir a Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República con más de 30 millones de votos a su favor y con ello logramos echar fuera del poder al Prianprd y demás cómplices del saqueo de los recursos de la nación y el empobrecimiento masivo de ciudadanos mexicanos.
Otro ejemplo de historicidad o empoderamiento comunitario lo dio la ciudadanía de Mexicali, Baja California en México, al participar en una consulta popular y negar la instalación de la Compañía cervecera Constellations, Brands, al participar en una consulta popular 27,973 personas.
El ejemplo más reciente de historicidad o empoderamiento comunitario se dio en la ciudadanía hermosillense, cuando se opuso a la decisión del Cabildo municipal de poner a la venta el predio denominado El Cárcamo, con el argumento de que el ayuntamiento necesitaba fondos financieros para pavimentar las calles de la ciudad capital del Estado de Sonora. Fueron meses de expresiones ciudadanas en contra de esta decisión, en el contexto de un momento histórico de confinamiento social por la pandemia del covid, que no impidió que la ciudadanía levantara su voz, expresando su rechazo a la decisión tomada por un pequeño grupo que se supone representa a la ciudadanía hermosillense, pero que sin consulta alguna decidió poner a la venta dicho predio.
Este pequeño grupo de regidores es dirigido por la Presidenta Municipal, una mujer que no tiene recato alguno en simular llamadas falsas en su teléfono ante las cámaras, burlarse de la ciudadanía tocando guitarra y cantando amenazas con multas o inclusive en insultar a quienes se opusieron a esta decisión de vender el predio El Cárcamo.
Sin embargo, la presión de ligas deportivas que aglutinan a varios equipos deportivos que aglutinan a cientos de ciudadanos que utilizan ese predio para practicar deporte, de grupos ambientalistas que pugnan para la construcción de un corredor biológico en ese lugar con ubicación privilegiada por estar cerca de la presa Abelardo L. Rodríguez y por la realización de obras de mejoramiento ambiental, agrupamientos de académicos y ciudadanía en general, fue tan poderosa que llegó a oídos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien para evitar la venta de dicho predio destinó una suma millonaria para la pavimentación de la ciudad capital.
Después de semanas del anuncio presidencial aparece en redes sociales la noticia de que el Cabildo de Hermosillo tomó la decisión de suspender la venta de dicho predio y rehabilitarlo como área pública para usos deportivos y esparcimiento familiar. En in intento de distorsionar los hechos las autoridades municipales presentan la noticia como el resultado de su “sensibilidad política” y ocultan que en realidad fue el resultado de una movilización colectiva que logró hacerse escuchar. Los medios de difusión locales guardan silencio cómplice y nada comentan de que esta decisión se debió a la presión de la ciudadanía que luchó por la defensa de un espacio público que se intentó vender en base a una decisión arbitraria y sin consulta ciudadana.
Debe decirse en forma clara y contundente, el cambio de actitud de las autoridades municipales de la capital Hermosillo y su decisión de cancelar la venta del predio El Cárcamo fue gracias a la movilización de la ciudadanía hermosillense que expresó su voz con fuerza suficiente para ser escuchada. Es un triunfo colectivo en el cual no hay lugar para reconocimientos individuales, porque al ser triunfo colectivo, el reconocimiento es para todos los que de una u otra forma expresaron su rechazo al autoritarismo y hacia una decisión que afectaba intereses colectivos. Por ese motivo debemos reconocer que el alto al intento de venta de este predio se logró gracias a la participación colectiva de innumerables ciudadanos hermosillenses. ¿Porqué es importante reconocer este resultado como un triunfo colectivo' Porque al hacerlo implica reconocer la participación ciudadana en un movimiento colectivo que logró su objetivo, implica reconocer la historicidad de los ciudadanos activos que contribuyeron a cambiar la historia de nuestra ciudad, al lograr que las autoridades municipales dieran marcha atrás y decidieran rehabilitar esa área como centro deportivo y lugar de esparcimiento familiar.
Es un triunfo parcial porque la lucha continúa, pero es triunfo al final de cuentas, la lucha por la recuperación de los espacios públicos continúa, la lucha ciudadana debe seguir adelante porque falta lograr la construcción de un Corredor biológico en Hermosillo, la recuperación del Parque La sauceda, la aclaración del destino de $40 millones de pesos que se otorgaron para la reconstrucción de dicho parque, la apertura de albercas clausuradas, la rehabilitación de parques, la reforestación de nuestra ciudad capital, etc. Existe una larga lista de demandas de lucha ante problemas sociales que afectan a nuestra comunidad, por eso es importante aprender que esta experiencia de recuperación del predio El Cárcamo, fue gracias a la movilización colectiva, unida y organizada de la ciudadanía hermosillense y si seguimos construyendo la identidad social perdida, podremos lograr otros triunfos colectivos
Podemos tomar un respiro, reflexionar sobre lo acontecido, reconocer que la participación colectiva fue la protagonista del cambio y decidir continuar por esa vía que nos conduzca a un empoderamiento individual y a un fortalecimiento comunitario, en un proceso en el cual los partidos políticos han estado ausentes y lejos de sentirnos solos y abandonados, debemos sentir que existe la posibilidad de un verdadero cambio social, esta experiencia de cancelación de venta de El Cárcamo nos permite soñar con una realidad distinta a la que vivimos y concretarla en la realidad inmediata si mantenemos una consciencia y hacemos uso de nuestra historicidad, esa capacidad para reconstruir nuestra sociedad, actuando en forma colectiva, unida y organizada.
Necesitamos llenar el vacío de contemporáneo de ideologías y modelos a seguir que experimentamos en esta época y la manera de hacerlo es reconocer que estamos participando sin saberlo en una revolución paradigmática en la que está surgiendo un nuevo tipo de ciudadano. Estamos construyendo nuevas figuras de ciudadanos participativos en asuntos públicos exigiendo ser escuchados. Un paradigma es la representación social que tenemos acerca de algo, puede ser de nosotros mismos, de una nación o de una sociedad entera. Un paradigma no es una creación individual, es una obra colectiva, una percepción colectiva. En la construcción de este nuevo paradigma debemos realizar una revolución de nuestras consciencias que nos permita cambiar nuestra autoimagen en el sentido de dejar de vernos como individuos aislados, asimilar nuestra condición de seres sociales que pertenecemos a una comunidad con la cual compartimos los efectos de los problemas que afectan a esa comunidad y reconocer la necesidad de participar en política.
En esta revolución paradigmática debemos asumir una identidad de agentes de cambio social, mediante un empoderamiento individual que nos permita reconocernos como sujetos históricos, como individuos con historicidad, con capacidad de construir y nuestra realidad social y cambiarla para darle el rumbo que queramos a través de la participación social en forma colectiva, organizada y unida.
La democracia no es un discurso, es un sistema de vida que se conquista a través de luchas sociales y cambios individuales, para construir una sociedad autónoma debemos convertirnos en individuos autónomos, para construir una sociedad democrática en la que los dirigentes políticos nos consulten antes de tomar una decisión, debemos asumirnos como sujetos políticos, como ciudadanos que reconocemos que todos los problemas sociales están interconectados entre sí y que existe una conexión entre la implementación de políticas públicas y nuestras vidas privadas, es decir, existe una conexión en donde se refleja que lo personal es político.
El aprendizaje de los ejemplos que aquí se mencionan (triunfo electoral del pueblo mexicano en el 2,018, cancelación del aeropuerto en Texcoco, triunfo ciudadano en Mexicali para negar la instalación de una cervecera en una ciudad con problemas de abastecimiento de agua y el triunfo de la ciudadanía hermosillense al obligar al Cabildo de Hermosillo a suspender la venta de un predio público), deben motivarnos para aumentar nuestra participación social en los asuntos públicos y debemos reconocer que la ciudadanía hermosillense hizo la diferencia con su participación en el rechazo colectivo al intento de venta de un espacio público. La lucha es continua porque existen innumerables problemas y demandas sociales, debemos prepararnos para participar con mayor entusiasmo en las luchas que se avecinan en el corto plazo y sobre todo en la jornada electoral del próximo año. ¡Felicidades y abrazo grande para todos aquellos que participaron con su granito de arena para lograr el triunfo popular al defender un espacio público en la capital sonorense!
Touraine, Alain: Un nuevo paradigma Para comprender el mundo de hoy
Ed. Paidós. Estado y sociedad. Barcelona, 2005
Constellations Brands: Cómo se decidió frenar una planta de $1,500 mdd
Yescas, Oscar: Si me permiten desconfiar
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Yescas, Oscar: El beisbol llanero y la política en Sonora
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Yescas, Oscar: ¿Qué hacemos con la venta del Cárcamo?
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Yescas, Oscar: Carta abierta a Jorge Taddei Delegado del Gobierno federal en Sonora
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Yescas, Oscar: El triunfo de las voces perversas en Hermosillo
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Yescas Oscar: Respuesta abierta a Armando Moreno Soto
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Yescas, Oscar: Célida López: el caballo de Troya en Morena Sonora
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Yescas, Oscar: La construcción social de la democracia
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Yescas, Oscar: La transformación social desde una perspectiva científica
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Yescas, Oscar: Poder corporativo vs. Poder popular
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Yescas, Oscar: El Agente de cambio social
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muy interesante, colega-tocayo.
ResponderEliminarExcelente reflexion
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