Ignorancia
colectiva y la educación como proceso de liberación social
Oscar
Yescas Domínguez
26
de enero del 2022
Introducción
La
sociedad de la ignorancia
La
educación formal
la
educación informal
La
educación como proceso de liberación social
Conclusiones
Introducción
Pensar
críticamente sobre la realidad que nos tocó vivir representa una
tarea realmente compleja en un momento histórico en el cual el
pensamiento autónomo se ve desplazado por una tendencia colectiva
hacia un hedonismo permanente, la vigencia de un conformismo social,
el predominio de una ideología individualista, una notable
indiferencia hacia los grandes problemas que afectan a nuestras
comunidades y sobre todo la disminución del hábito de la lectura.
Sin embargo, desde una perspectiva crítica no puede seguirse
ignorando la existencia de un alarmante incremento en la desigualdad
social que provoca que millones de personas vivan en condiciones de
pobreza y amplios sectores de la sociedad estén en una creciente
precarización de sus condiciones de vida, de tal forma que son
empujadas por un camino que las conduce a formar parte de una amplia
población que vive en condiciones de marginación, pobreza y
exclusión social.
La
crisis económica, política, ecológica y sanitaria que se padece en
el marco de la globalización, provoca que surjan movimientos de
protesta a nivel global que se oponen a la implementación de
políticas neoliberales que buscan eliminar derechos y prestaciones
sociales conquistadas en el pasado a través de luchas sociales.
Parece que estamos viviendo un Deja vú
repitiendo la visión del surgimiento de movimientos colectivos que
en el siglo XX lucharon para conquistar los derechos humanos y
laborales que disfrutamos en este siglo, pero la diferencia es que en
este siglo XXI, la lucha es por recuperar y defender derechos
humanos, laborales, prestaciones sociales que fueron conquistadas en
el siglo pasado por diferentes movimientos sociales.
En
ese sentido, enfrentamos una involución en la historia de la
humanidad porque el poder corporativo se impone al poder político
para desmantelar al Estado-Nación, debilitando sus instituciones con
el objetivo de que abandone su misión de garantizar el bienestar
social de los ciudadanos y proceder a la privatización de servicios
públicos con el objetivo de maximizar sus beneficios económicos.
Por esos motivos es importante alimentar la memoria histórica para
construir nuevos instrumentos conceptuales que nos permitan entender
lo que está sucediendo en la humanidad del Siglo XXI.
La
realidad que vivimos implica la existencia de fuerzas poderosas que
son extraterritoriales, es decir, que no tienen un lugar fijo porque
los capitales pueden moverse de un lugar a otro en cuestión de
minutos gracias a la tecnología, mientras que las fuerzas políticas
siguen teniendo sedes locales y esto ha provocado un divorcio entre
la política y la economía. A esta separación de la política y de
la economía se le llama globalización y debido a la influencia
internacional del poder corporativo, éste llega a determinar al
poder político en los diferentes países que tienen gobiernos
locales, por lo cual el poder de influencia de éstos últimos se ve
reducido considerablemente, porque mientras más pequeño sea el país,
menos posibilidades tienen de oponer resistencia a la implementación
de políticas neoliberales.
Esta
reconceptualización implica recorrer un camino que nos conduzca a
darle un sentido a la política de nuestros días, de tal forma que
nos permita superar la perversión a la que se ha sometido a la
política por parte de quienes se han dedicado a ella, al grado de
difundir una idea generalizada de que la política es la actividad a
la que se dedican quienes buscan enriquecerse con presupuestos
públicos tomando acuerdos debajo de la mesa para beneficiarse a sí
mismos, descuidando las necesidades sociales, aprovechando la
ignorancia y rechazo a “la política” que comparte buena parte de
la población que decide permanecer al margen y manifestar su rechazo
a los actos de corrupción realizados por los políticos a través
del abstencionismo político.
El
engaño, la traición y la mentira que se han sufrido durante décadas
por gobiernos que se han caracterizado por la corrupción han
construido una actitud de rechazo a partidos políticos, a personajes
de la política y de indiferencia hacia la política. Este rechazo e
indiferencia a “la política” es una condición que favorece la
continuidad de actos de corrupción y de injusticia social porque el
manto de la impunidad los protege y permite el incremento de la
desigualdad social que representa por sí misma la violación de una
serie de derechos humanos, laborales y sociales.
La
mayoría de las personas ignora los hechos del pasado, porque su
visión se limita a los acontecimientos del presente y carece de una
memoria histórica, desconoce que como ser humano, tiene derechos
humanos que están siendo violados en su existencia cotidiana, no
tiene consciencia de la existencia de derechos laborales que lo
pueden proteger de la explotación laboral, que también tiene
derechos sexuales que le permiten tomar decisiones para ejercer con
mayor libertad su sexualidad. Pero sobre todo, la mayoría de las
personas padece una ignorancia sobre el significado real de la
política, que lo lleva aceptar lo inaceptable a sufrir lo
inadmisible y soportar la continua violación de sus derechos humano.
Esta
ignorancia colectiva puede ser erradicada a través de la
transformación de la educación formal en un proceso de liberación
social, al ubicar el acto educativo en el contexto histórico y con
el ejercicio de la crítica social para impulsar el desarrollo de
pensamientos autónomos en los individuos y fomentar una sensibilidad
social que conduzca a la construcción de personas con compromiso
social.
La
tecnología nos permite acceso a cualquier tipo de información
utilizando internet, telefonía celular y redes sociales, estos
instrumentos que están siendo utilizados como medios para ejercer un
control social al crear una ignorancia colectiva, pueden ser usados
como instrumentos de educación informal, para tener acceso a
información que permita aumentar el nivel de conocimientos,
clarificar el momento histórico que hoy vivimos y redefinir nuestra
autoimagen para lograr vernos como sujetos políticos que tenemos
historicidad social, que nos da la capacidad de cambiar la realidad
en la que nos encontramos y construir un mundo mejor al que estamos
viviendo.
La
sociedad de la ignorancia
En
México y otros países de Latinoamérica se festeja el 6 de enero de
cada año “la llegada de los reyes magos”, como un ritual
que es parte de la cultura latinoamericana y en México es mucho más
festejado en el centro y sur del país que en el norte y noroeste del
mismo. En ese día tomé la iniciativa de compartir un meme en el
cual aparecía una imagen en la que se podía ver una multitud
ondeando banderas de Francia (algunas de ellas se veían rotas
reflejando haber pasado por una dura batalla), esta muchedumbre
rodeaba un cadalso en el cual se podía observar a unas personas
subiendo por las escaleras con las manos atadas a la espalda y se
podía inferir que caminaban a su encuentro con la muerte ejecutadas
por una enorme guillotina que estaba construida sobre el mismo y en
la parte de arriba de esta imagen aparecía la frase “Llegada de
los reyes. Enero de 1793, París”.
La
alusión entre el festejo de Reyes Magos y la decapitación de los
Reyes de Francia era obvia y la ironía se prestaba al humor negro,
porque mientras en Latinoamérica se esperaba con júbilo a los reyes
magos para festejarlos, en la imagen se reflejaba a una multitud
esperando la llegada de los reyes de Francia y festejar su ejecución
en la guillotina porque significaba el fin de una era, de un sistema
económico y político y el inicio de nuevos tiempos.
Lamentablemente,
esta imagen no fue entendida o el chiste fue mal contado porque la
publicación pasó casi desapercibida en mi muro de facebook y sólo
obtuvo 4 o 5 reacciones. Esto me puso a pensar si sigo con mi
maldición de contar chistes que sólo yo y algunos cuantos entienden
porque eso me ha pasado varias veces en mi vida (ya que cuando llego
a contar un chiste, mi humor no siempre es comprendido), o si había
influido alguna otra condición para que el meme y su mensaje no
fuese entendido y festejado como otros que he compartido.
Divagando
sobre este evento que parecería no tener importancia, recordé que
vivimos en la “sociedad de la información” en la cual
todos tenemos acceso a cualquier tipo de información usando internet
y sólo es cuestión de usar una computadora o un teléfono celular y
un buscador en internet para conocer la historia de los Reyes de
Francia que murieron perdiendo sus cabezas bajo una guillotina. El
uso de los teléfonos celulares es tan extendido hoy en día que
hasta llega a causar sorpresa encontrar a alguna persona que no posea
alguno e inclusive ha surgido un nuevo tipo de adicción denominada
nomofobia que consiste en una adicción al uso del teléfono celular
y el sociólogo Manuel Castells nos señaló hace algunos años que
la sociabilidad se da hoy en internet de manera virtual ya que
vivimos en la sociedad red.
Pero
más allá de la idea del acceso ilimitado a la información que
tenemos hoy en día gracias a internet, teléfonos celulares y redes
sociales, vinieron a mi mente las aportaciones de Giovanni Sartori,
quien en su libro Homo Videns, nos advirtió que vivimos en
una revolución multimedia que incluye el uso de internet, las
computadoras personales, telefonía celular, redes sociales,
televisión, etc., y una de las características principales de
nuestros tiempos es que existe un denominador común que consiste en
la existencia de un Tele-ver, que determina un estilo de vida
predominante basado en el video-vivir.
La
existencia del video-vivir está transformando al homo sapiens que
fue producto de la cultura escrita, en un homo videns, para quien la
palabra escrita pierde importancia ya que se valora más la imagen en
un mundo en el que todo termina siendo visualizado. La humanidad está
perdiendo progresivamente su capacidad para pensar (homo sapiens),
por el predominio que está adquiriendo la imagen sobre el mensaje
escrito en nuestra vida cotidiana. Las nuevas tecnologías, los
medios masivos de información y sobre todo la televisión absorben gran cantidad de nuestro tiempo en la vida cotidiana y nos impiden
pensar, porque nos limitamos a sólo estar recibiendo estímulos
audiovisuales y con el desarrollo tecnológico, las oportunidades de
ver películas, series y programas de entretenimiento, aumentan las
posibilidades de ocio y distracción, al mismo tiempo que disminuyen
las posibilidades de que las personas escojan la lectura de un buen
libro, porque pasar horas viendo series de televisión no implica
esfuerzo alguno, mientras que la lectura implica concentración y
desarrollo del pensamiento, con esto se está afectando la creación
del hábito de la lectura, el desarrollo de un pensamiento autónomo
y el ejercicio de la crítica social.
Además
de la existencia de un estilo de vida basado en el Tele-ver, en
nuestras vidas cotidianas enfrentamos un verdadero tsunami de
información que recibimos a través de redes sociales, internet o la
televisión y esta situación afecta nuestra percepción de la
realidad social de tal forma que sólo alcanzamos a ver una parte, o
tenemos una imagen distorsionada de la misma ya que la atención
promedio que prestamos a las diferentes noticias o notas informativas
que vemos en nuestros dispositivos electrónicos ha disminuido
considerablemente al grado de que se redujeron aquellos “quince
minutos de fama” que eran buscados con ansia en el siglo
pasado, a sólo diez minutos en pocos años, después cinco minutos y
hoy el tiempo real de atención que prestamos a la información, a
noticias consideradas “trending top”, que vemos en las pantallas
de nuestras computadoras o celulares se ha reducido a tan sólo unos
segundos.
El
cerebro humano tiene una capacidad enorme para procesar información,
lamentablemente en las condiciones actuales solo utilizamos un
porcentaje muy reducido de todo su potencial y vivir en la sociedad
de la información nos está afectando al grado de que junto a ella,
estamos viviendo en una creciente “sociedad de la ignorancia”
porque en las sociedades postindustriales se está generando una
creciente incultura, un estilo de vida basado en la desinformación y
en algunos extremos en una franca ignorancia de hechos de la realidad
contemporánea y sobre todo de la Historia de la humanidad y sus
abundantes eventos que nos permiten comprender el momento presente.
La
abundancia de la información que actualmente se recibe a través de
los dispositivos electrónicos y digitales, impide que seamos
capaces de procesar toda la información que nos llega porque es una
tarea en verdad imposible y tan sólo logramos leer el encabezado o
título de la información, visualizamos el primer párrafo y pasamos
a ver la siguiente información, porque sabemos que detrás de esa
nota existen muchas más notas informativas. El creciente volumen de
información que nos llega y nuestra creciente tendencia creciente a
no pensar, provoca una disminución de nuestra inteligencia, se
reduce nuestra capacidad para resolver problemas, se limita de manera
paulatina nuestra capacidad para concentrarnos e inclusive repercute
negativamente en nuestra capacidad para tener conversaciones cara a
cara.
¿Por
qué internet debilita nuestra capacidad para prestar atención?
porque nos proporciona una gran cantidad de información cuando
navegamos o cuando usamos el celular y de toda esta información sólo
retenemos una innumerable cantidad de fragmentos de la misma
(sonidos, fotos, imágenes, textos, videos, etc.), sólo atendemos
aquellas partes de la información que demandan nuestra atención y
porque nuestra atención es momentánea porque al mismo tiempo
sabemos que hay nueva información disponible.
De
esta manera sólo alcanzamos a registrar trozos de información sin
sentido e incompleta, pero al recordar el título de la nota
informativa que vimos, del artículo al que accedamos brevemente,
tenemos la sensación de que “estamos informados” y seguimos con
la cabeza inclinada hacia adelante (lo que podría interpretarse
desde una perspectiva del lenguaje corporal como signo de sumisión,
obediencia o aceptación), mirando nuestros celulares y dejando de
prestar atención a lo que sucede a nuestro alrededor.
Al
proceder de esta forma concentrando nuestra atención en el uso de
nuestros celulares, sin prestar atención a la realidad circundante o
a quien esté frente a nosotros, provoca que surja una sombra que
amenaza nuestra existencia porque estamos creando una sociedad en la
que predomina la incultura, una sociedad que se caracteriza porque la
mayoría de sus integrantes padece una obsolescencia
cognitiva, que consiste en el
manejo deficiente e incompleto de la información acerca de nuestra
realidad actual y de la historia de la humanidad, lo cual abre la
puerta para el surgimiento de oleadas de nuevos analfabetos, que a
pesar de que saben leer y escribir, conforman un nuevo tipo de
ignorantes, incultos y marginados de la sociedad del conocimiento.
Diversos estudios muestran que la tecnología ha tenido un efecto
perjudicial en el ser humano, al grado de que han confirmado que las
nuevas generaciones muestran un coeficiente intelectual inferior al
que tienen sus padres.
Vivimos
en una sociedad digital en la que el suministro de información está
bajo el control de unas cuantas corporaciones que han convertido al
mundo en una “aldea global” y por la enorme desigualdad social
que se observa en nuestra sociedad contemporánea, se condena a una
gran mayoría de la población a padecer de forma inevitable esta
obsolescencia cognitiva, porque la desigualdad social implica la
violación de una gran cantidad de derechos humanos y de manera
contradictoria, en la sociedad de la información, se viola
nuestro derecho a la información
porque el poder corporativo manipula y oculta información porque su
divulgación pública afectaría grandes intereses económicos. Ese
es el motivo por el cual Julián Assange se encuentra preso, por
haber divulgado información que involucra operaciones corporativas
que perjudican intereses colectivos.
La
verdad es que lograr una orientación basada en un criterio personal
dentro de la cultura mundial que está construyendo la globalización
y obtener un grado aceptable del conocimiento colectivo que se
construye cada día, el conocer la realidad actual es una tarea cada
vez más difícil, por lo que profesores universitarios con décadas
de experiencia en docencia e investigación, tienen necesidad de
actualizarse constantemente en sus respectivas disciplinas y esto
incluye también a las personas que tienen el más alto grado de
educación y a los egresados de las universidades, porque tienen
necesidad de seguir estudiando para actualizarse en los nuevos
conocimientos que surgen en sus disciplinas respectivas.
Cada
día aumenta en forma considerable la distancia entre lo que las
personas pueden conocer y controlar bajo una perspectiva crítica el
conocimiento que produce la humanidad en su conjunto. En estas
condiciones podremos entender que aún cuando alguien tenga algo
importante y valioso que decir o compartir para despejar la
incertidumbre en que vivimos, la abundancia de la información que
padecemos diariamente impide que el mensaje sea escuchado, no
garantiza que su palabra sea escuchada o su figura sea visibilizada,
porque nuestra percepción y capacidad de análisis disminuye por el
peso de la información que nos llega diariamente.
Esta
gran distancia entre la sociedad de la información
y la sociedad de la ignorancia
es uno de los factores que promueven el crecimiento de la exclusión
social y es un aspecto de nuestra realidad social que debemos
visualizar porque no solo impide la participación social en la
transformación de nuestra sociedad a través de la construcción de
una democracia participativa, al mismo tiempo que contribuye a
fortalecer el control social que parte del poder económico integrado
por las grandes corporaciones, que obligan al poder político a
seguir implementando políticas neoliberales que les permitan por un
lado, maximizar sus beneficios económicos aumentando la desigualdad
social y fortalecer el control sobre nuestra sociedad, mientras que
por otro lado, deja en el desamparo a millones de trabajadores a
través de la eliminación de aquellos derechos laborales que fueron
conquistados en el siglo pasado a través de diversas luchas
sociales.
En
este contexto para combatir la ignorancia colectiva y lograr una toma
de consciencia social que permita lograr una verdadera transformación
social, la educación se perfila como un medio para lograr
una liberación social, porque
es a través de ella que es posible cambiar esta situación
combatiendo la ignorancia colectiva con la implementación de una
estrategia basada en una educación masiva que permita lograr una
toma de consciencia de que otro mundo es posible y que podemos
aspirar a una verdadera transformación a través de un proceso de
liberación social. Por ello, en el contexto de la sociedad de la
ignorancia debemos reconocer el derecho a la educación como un
derecho humano, discutir el papel que juega la educación formal en el
contexto de crisis social en el que se encuentra nuestra sociedad, analizar el papel que puede jugar como un proceso de liberación
social y descubrir el aprendizaje que adquirimos a través de la educación informal .
La
educación formal
Debemos
tener presente que estamos viviendo tiempos históricos que se
caracterizan por una globalización de la economía de mercado que ha
provocado un divorcio entre el poder económico y el poder político,
en la medida que el poder económico utiliza el argumento del libre
mercado como motor del desarrollo social y exige la desregulación de
normas que limitan el comercio internacional, que en otras palabras
significa disminuir la intervención del estado en el control de la
economía.
En
este contexto se observa en el ámbito internacional una “locura
privatizadora” de los
servicios públicos que proveía el Estado impulsando políticas
neoliberales que pretenden eliminar contratos colectivos que
beneficien a los trabajadores organizados y acabar con la misión que
dio origen a los sindicatos de proteger los intereses de los
trabajadores. Dentro de estos servicios públicos que se intenta
privatizar se encuentra la educación porque al dejar de ser
percibida como un derecho humano por parte del Estado y reducir su
función a la de un “servicio” , pierde su valor social y cuando
la educación se abre al mercado, se convierte en un producto
comercial como cualquier otro,
por lo cual el Estado limita la asignación de recursos a la educación
y contribuye con ello a eliminar la idea de que la educación es un
derecho social que el Estado debe garantizar y con el argumento de
que la educación debe atender las demandas sociales se pone a las
universidades al servicio exclusivo de las grandes empresas, por lo
que la educación universitaria se centra en la formación de un
determinado tipo de profesionales que son solicitados por el poder
corporativo y las universidades públicas que antes atendían los
problemas sociales que afectan a nuestra sociedad, ignoran la función
social que se les asignó y se convierten en universidades-empresas
que son dirigidas por autoridades que utilizan estilos de liderazgo
gerencial que ofrecen un producto-servicio: la educación.
Las
universidades públicas fueron tomadas por asalto por el
neoliberalismo (Noam Chomsky, 1999), dejan de ser un espacio de
creación del conocimiento científico, de ejercicio de la libertad
de expresión utilizando la crítica social y las necesidades de los
estudiantes pasaron a un segundo plano, con la eliminación de la
educación gratuita y con la aplicación de cobros de cuotas a los
estudiantes por cualquier trámite administrativo (inscripción,
pago de exámenes extraordinarios, entrega de copia de kárdex,
etc.).
Las
escuelas se subordinan al mercado
y son juzgadas de acuerdo a una “excelencia académica”, con la
introducción de un “modelo de competencias”
que obliga a las universidades a compararse entre sí mismas
publicando resultados de sus movimientos competitivos en el mercado
competitivo, utilizando una evaluación que subordina a las
universidades a los imperativos económicos, reduciendo a las mismas
a la calidad de productora de servicios. Estas evaluaciones
estandarizadas se basan en un núcleo de conocimientos que tienen muy
poco que ver con la producción de un conocimiento científico basado
en la crítica social y que en nada contribuyen a resolver la
problemática social en la que se encuentra inmersa nuestra sociedad.
Los
planes de estudio se actualizan constantemente para atender las
necesidades del mundo laboral que demanda profesionales que tengan
habilidades técnicas, por lo que en el manejo del presupuesto
interno de las universidades se apoya la investigación y desarrollo
de las ciencias exactas y se margina en apoyo presupuestal a las
ciencias sociales porque a las grandes empresas no les interesan
personas que piensen, sólo les importa que sean eficientes y que
obedezcan instrucciones.
En
el contexto de la globalización neoliberal cuyos ejes centrales son
la privatización y desregulación comercial, se observa que la
educación pública va en un rápido camino hacia la privatización y
es una de las industrias del mercado que deja grandes beneficios
económicos. La educación dentro de nuestra sociedad se encuentra en
un marco mundial en el cual los grandes organismos internacionales
como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, han forzado
a los gobiernos nacionales a desarrollar políticas económicas que
enfaticen el crecimiento económico y los derechos de propiedad a
favor de las grandes corporaciones por encima del bienestar social y
los derechos de educación y salud de la ciudadanía entro otros más.
Los
esfuerzos por privatizar la educación contemplan como objetivos a
eliminar el poder de los sindicatos de docentes, destruir los
Contratos colectivos de manera gradual eliminando cláusulas que
contienen prestaciones sociales a favor de los trabajadores de la
educación y disminuir el salario de los maestros. En este contexto,
la baja participación sindical de los profesores, la pérdida del
sentimiento de pertenencia al gremio sindical y la complicidad de las
direcciones sindicales, favorece la pérdida de la función social
que dio origen a los sindicatos como organizaciones creadas para
defender los derechos e intereses de sus agremiados.
En
los contenidos de la enseñanza universitaria están ausentes los
temas de la pobreza, la desigualdad social, la naturaleza del sistema
capitalista y de cómo la desigualdad económica representa una
constante violación de derechos humanos como la salud, la educación,
seguridad, trabajo, etc., y cómo afecta la calidad de vida familiar.
En los hechos la Escuela es el primer ámbito de convivencia formal
en el cual aprendemos a obedecer y cumple la función social de ser
la primera experiencia de servidumbre voluntaria,
ya que en ella se sientan las bases para que los individuos demos
nuestro consentimiento al control social
El
vínculo que caracteriza la relación maestro-alumno es por lo
regular un vínculo de dependencia que se basa el el supuesto de que
saber es poder y produce una servidumbre voluntaria de los
estudiantes para con sus maestros, una relación de sumisión que ha
llegado a ser calificada como una psicopatología del vínculo
maestro alumno. El psicoanalista argentino Rodolfo Boholavsky nos
dice en su interesante texto titulado “Psicolopatología
del vínculo maestro-alumno”
que los primeros doce años de educación Primaria, Secundaria y
Preparatoria equivalen a un curso de doce años en el cual aprendemos
a ser buenos esclavos, porque cuando los estudiantes llegan a la
Universidad, habrán olvidado la Química, la Geografía, la
Historia, etc., pero lo que no han olvidado y aprendieron muy bien es
obedecer a la figura de autoridad.
En
el proceso de educación se utiliza un aprendizaje pasivo que fomenta
un vínculo de dependencia y forman las bases para una pasividad
social, es decir, un conformismo social que se traducirá más
adelante en la sumisión y obediencia a la autoridad en turno. De
igual forma se promueve una ideología individualista basada en una
insensibilidad social, que fortalece la percepción de la formación
académica como profesionistas como un medio para ganar más dinero
que aquellos que no llegaron a realizar estudios universitario y la
ausencia de crítica social genera una actitud de indiferencia hacia
las necesidades sociales.
Las
educación pública que surgió como resultado de las luchas por la
democracia social y la conquista de derechos, que debería realizar
una función de liberación social a través de la generación de un
conocimiento científico basado en la crítica de la sociedad en la
cual tiene lugar, se ha convertido en un proceso formativo que
promueve el orden, la disciplina y un control que produce una
domesticación y sumisión social.
De
parte de los maestros la situación no es muy diferente, porque se
observa que la mayoría de los profesores acepta otro tipo de
sumisión al aceptar participar en una evaluación que proporciona
una gratificación económica y de reconocimiento social llamada
Evaluación del desempeño académico. Aquellos docentes que no
acepten participar en este tipo de evaluación son marginados y
excluidos de los beneficios económicos. Este tipo de evaluación que
distrae de la actividad docente por el tiempo invertido en la
preparación del expediente personal y la tendencia a participar sólo
en actividades que originen puntos para dicha evaluación, provoca
que exista una tendencia a acumular títulos, credenciales y
publicaciones, mediante los cuales el docente logra una forma de
reconocimiento como tal, una justificación social y una recompensa
económica.
Pero
estos estímulos económicos tienen un costo muy alto que es la
libertad porque el sujeto académico tiende a obedecer las leyes del
mercado al mercantilizar la educación y el trabajo del docente,
porque lo que busca el docente es obtener una mejor paga en su
desempeño académico. La disminución del presupuesto educativo y la
administración gerencial de las universidades permite que el
presupuesto interno sea distribuido para contratar personal
administrativo de confianza y no contratar maestros para ocupar
plazas de tiempo completo, existe una gran mayoría de docentes que
son explotados con el sistema de contratación por materia, son los
llamados “maestros de horas sueltas”, que obliga a los docentes
que no forman parte del “Club de privilegiados”
que ocupan plazas de tiempo completo, a impartir varias materias de
diferente contenido en forma simultánea, porque no tienen el
privilegio de recibir un pago por realizar investigaciones y su
función se limita a la docencia, por lo que su motivación principal
se centra en la manera de aumentar sus ingresos económicos.
En
este proceso de mercantilización de la educación, el conocimiento
también se ha convertido en una mercancía que se ofrece al mejor
postor, porque se observa una tendencia a publicar libros para
venderlos y obtener beneficios económicos con sus ventas, no se
publica para socializar el conocimiento, la meta principal es ganar
más dinero por el número de libros o artículos publicados. Con
todo este proceso privatizador, la vocación docente desaparece entre
los profesores, salvo algunas excepciones, porque ya casi no existen
profesores que sientan como misión principal el inculcar en los
alumnos la pasión por el aprendizaje y mucho menos son los docentes
que estimulan el desarrollo de un pensamiento autónomo en sus
alumnos.
En
mis 33 años de trabajo como profesor- investigador universitario
conocí colegas cuya principal preocupación era dar el mayor número
de materias posibles para garantizar la mayor cantidad de ingresos al
mes, otros que publicaban para obtener el estímulo al desempeño
académico, aún cuando las publicaciones fueran de mala calidad
científica, o realmente mediocres, como no se evaluaba la calidad,
sino la cantidad, lo que importaba era documentar el mayor número de
publicaciones, aún cuando fueran publicadas en revistas que nadie
lee.
Otro
problema que existe en la vida universitaria es la
simulación, son frecuentes los
maestros que simulan enseñar y encuentran su complemento en los
alumnos que simulan estudiar. Los primeros utilizan el tiempo de sus
clases en compartir crónicas de sus vidas personales, o pasando un
buen rato contando chistes, forman equipos con sus estudiantes a
quienes se les asigna la tarea de “exponer” un tema y el maestro
sólo observa y complementa. Las evaluaciones son laxas y los alumnos
evaluaban con altos porcentajes a los maestros al final del semestre
y a cambio, la mayoría de los estudiantes terminaban el semestre con
las más altas calificaciones, aún cuando no hubieran aprendido gran
cosa y esto lo comprobé varias veces porque impartía seminarios en
los últimos semestres de la carrera de Psicología en la Universidad
de Sonora y llegaban a mí estudiantes que no sabían ni siquiera
porqué estaban estudiando Psicología y tampoco sabían escribir “un
ensayo de 5 cuartillas”, que es lo que les pedía entregar en cada
clase en los diferentes seminarios que impartí como profesor
universitario.
Fui
Presidente de la Academia de Psicología Organizacional durante dos
décadas y terminé renunciando a la misma porque me negué a
participar en el proceso de simulación de firmar documentos que
avalaban actividades académicas ficticias, lo cual para mí es un
fraude y el negarme a participar en esta simulación me provocó
conflictos con varios colegas por lo que decidí abandonar la Presidencia de esa academia que yo fundé.
Participé
en varios concursos de oposición y de evaluación curricular para
evaluar a aspirantes a ingresar como profesores universitarios,
invertimos mucho tiempo en evaluar cientos de expedientes y
finalmente entregábamos resultados que muchas veces fueron ignorados
por los respectivos Jefes de Departamento y contrataron a otras
personas cercanas a ellos, que no estaban calificadas para impartir
las materias o plazas que les fueron asignadas y a cambio les pedían
incondicionalidad, apoyo y silencio cuando se tomaran decisiones
realmente cuestionables.
Nunca
formé parte de alguna de las “pandillas académicas”
existentes en el ámbito universitario (Pierre Bourdieu, 2,013) que
se formaron para disputar puestos de poder académico o de poder
sindical y se confabulaban apoyándose entre sí para reunir firmas y
que alguno de los suyos recibiera cada año el nombramiento de
“Profesor distinguido del año” o Profesor investigador del año”,
para lograr sus objetivos utilizaban la consigna “si no estás con
nosotros, estás en contra nuestra”. Por ese motivo siempre actué
como un lobo estepario y debido a ello, en los 13 últimos años de
mi labor como maestro universitario activo, tomé mi cubículo de
trabajo como refugio limitando mi interacción con mis colegas y
dedicándome a mis labores de docencia, investigación y extensión,
pero eso sí continué con mi participación sindical, alzando mi
voz, escribiendo y publicando cuando era necesario, ya fuera en
defensa del Contrato Colectivo de Trabajo, formando parte del Comité
de huelga, o en defensa de los maestros de horas sueltas en su lucha
por aumento en el número de plazas de tiempo completo.
Lamentablemente,
el profesorado tenía al enemigo interno en casa, porque predominaban
las actitudes de indiferencia, individualismo, conformismo ante la
mutilación de sus derechos laborales y baja participación en
actividades sindicales. Sólo recordaban que existía un sindicato
cuando tenían necesidad de disfrutar de alguna prestación sindical
como tomar un año sabático, conseguir apoyo para realizar estudios
de Maestría o Doctorado.
En
ese sentido, puede afirmarse sin lugar a equivocarse que la
domesticación y servidumbre voluntaria también se da con los
académicos, quienes aceptan
ser juzgados constantemente por otras personas, a quienes se les
reconoce como jueces y esta evaluación la aceptan como algo
inevitable, como una necesidad constante de justificar su propia
existencia como académicos. La servidumbre voluntaria de los
académicos se manifiesta también en el contenido de las
publicaciones científicas, ya que se observa una notable ausencia de
crítica social, porque la temática elegida nada tiene que ver con
los grandes problemas sociales que afectan a nuestras comunidades.
Por esos motivos, el conocimiento científico que difunden no puede
ser utilizado para realizar ningún cambio social y sólo genera
beneficios económicos o de prestigio personal para quien publica.
En base a lo anterior debemos ubicar la ausencia de la crítica social por
parte de los académicos como una más de las manifestaciones de la
crisis social que se observa en nuestra sociedad,
en la cual, la Escuela en general y las Universidades en particular,
presentan una crisis institucional que afecta su funcionamiento,
objetivos y misión por el efecto privatizador de las políticas
neoliberales y la educación que se brinda en las mismas carece de
pertinencia histórica,
es decir, no contempla el contexto histórico en el cual es
impartida, lo cual impide tomar consciencia de la crisis que afecta a
nuestra realidad social y en consecuencia no contribuye que los
egresados de las universidades asuman un rol de agentes de cambio
social que actúen impulsando un proceso de transformación social de
la realidad que se encuentra sumergida en una crisis social mayor.
Al
contrario, es frecuente encontrar a egresados de las universidades
laborando en actividades ajenas a su profesión, lo cual es un
reflejo de la crisis económica, del desempleo, pero también es una
evidencia de la crisis del sistema educativo porque se invirtió una
cantidad inconmensurable de horas hombre, por parte de los docentes,
horas estudio de parte de los estudiantes, recursos económicos de
las familias de los estudiantes, todos estos recursos y esfuerzos no
tuvieron el resultado esperado porque gran cantidad de egresados de
las universidades terminaron sin ejercer su profesión.
Quienes
nos dedicamos a la educación deberíamos combatir esta ausencia de
crítica social en los contenidos de la enseñanza, puesto que ésta
refleja un conformismo y simulación generalizada
entre quienes nos consideramos la parte pensante de la sociedad, ¿Cómo podríamos esperar que el cambio social provenga de los
egresados de las universidades si lo que observaron en el
comportamiento de sus maestros fue una actitud de conformismo y
sumisión ante la violación de sus derechos al aceptar la mutilación
de su Contrato colectivo, la pérdida de prestaciones laborales y la
explotación constante del profesorado?
La
aplicación de políticas neoliberales en las universidades tiene
repercusiones negativas que afectan a toda la sociedad, afectan
a los maestros
que están en permanente precarización laboral por la falta de
plazas de maestros de tiempo completo, afecta a los
estudiantes por recibir
educación de maestros que están bajo el sistema de “horas
sueltas”, que aceptan impartir materias de diferente contenido lo
cual les impide especializarse en un campo disciplinar, disminuye la
calidad de la educación y afecta a la sociedad
en su conjunto por la formación insuficiente de profesionales que
egresan sin desarrollar un pensamiento autónomo y predispuestos a
obedecer a la figura de autoridad en turno.
Aquellos
que nos llamamos “intelectuales”,
los que nos dedicamos a construir el conocimiento científico y
enseñarlo en las escuelas y universidades, debemos reconocer que
tenemos un compromiso social que es ineludible en el contexto de una
sociedad en crisis y que consiste en utilizar la educación como
instrumento de liberación social para cambiar el papel de sumisión
y dominación que juega la educación hoy en día y lograr que se
convierta en un proceso de liberación individual y grupal.
La
tarea de los profesores universitarios debe dirigirse a la formación
de cuadros de profesionistas que empiecen por la toma de consciencia
de la desigualdad social que existe en nuestra sociedad y luchen
denunciando las causas que provocan el sufrimiento colectivo que
existe en la mayoría de la población que vive en condiciones de
marginación, opresión y exclusión social en nuestra sociedad,
mientras que otros amplios sectores se encuentran en una creciente
precarización de sus condiciones de vida, por lo que en estas
condiciones la oportunidad estudiar se presenta como un verdadero
lujo y privilegio que sólo un sector reducido de la población puede
disfrutar, con lo cual se viola el derecho a la educación de una
amplia mayoría de la población.
Partiendo
de la premisa de que el primer deber de todo científico
social es decir la verdad de los hechos sociales sin temor a
represalias, para cambiar la
realidad denunciando las formas en las que se expresa el control
social a través del autoritarismo y la sumisión social, para
contribuir a la construcción de un mundo mejor donde se fortalezca
la democracia, la justicia y la igualdad social y la forma de hacerlo
esa través de una revolución de las consciencias
que permitan lograr un empoderamiento individual y colectivo que
permita construir un mundo mejor al que nos encontramos.
Lo
anterior nos conduce a la inevitable percepción del
trabajo docente como un trabajo político en
el cual la educación se convierte en un acto político y esta
percepción de la educación debe utilizar una pedagogía crítica y
liberadora que empiece cuestionando la función social de la
educación y el papel del docente como agente de cambio social. Por
esos motivos es importante recordar lo que planteó el Psiquiatra
italiano Franco Basaglia cuando afirmó que en el trabajo de los
intelectuales llega un momento en el cual se enfrentan a una
disyuntiva ante la cual tienen que elegir una posición: Actuar como
funcionarios del consenso,
promoviendo un consenso de aceptación hacia el status quo
adaptándose a una sociedad inmersa en una grave crisis social, o
actuar como verdaderos agentes de cambio social, utilizando
el conocimiento científico para promover el ejercicio de la crítica
social, el desarrollo de un pensamiento autónomo, el empoderamiento
individual, el desarrollo de una sensibilidad y empatía social, para
formar agentes de cambio que contribuyan a transformar esta realidad.
Las
universidades son el espacio físico donde coinciden académicos,
investigadores, intelectuales, artistas, etc., para contribuir a
generar el conocimiento científico y es el lugar donde se da la
pluralidad de enfoques, ideas y pensamientos científicos, su función
social es servir de modelo social a imitar por la sociedad, ya que
son los espacios donde se debe aprender el ejercicio de la democracia
y se debe fomentar una acción social que debe ser utilizada para
transformar la realidad social, promoviendo la democracia
participativa a través de un empoderamiento individual y colectivo.
El
problema es que las universidades han perdido su autonomía, se han
burocratizado y convertido en universidades-empresas y las
autoridades universitarias han olvidado la función social que les
dio vida y sólo la perciben como una empresa más en la que los
mayores beneficiados son quienes las administran, porque perciben los
sueldos más altos, ya que se autoasignan sueldos que triplican lo
que gana el académico con mayor antigüedad y mayor nivel educativo.
Esto afecta el funcionamiento de las universidades porque la mayor
parte del presupuesto universitario se va en el pago de la nómina de
todos sus empleados. Tener títulos académicos de alto nivel no hace
que una persona sea mejor que otra, o merezca más respeto que
aquellos que no tuvieron oportunidad de estudiar, ya que los
documentos no nos definen, lo que en realidad nos define son nuestros
comportamientos.
En
estas condiciones, esperar que el cambio social provenga de los
egresados de las universidades sería un vana ilusión ya que la
ausencia de crítica social en los contenidos de la enseñanza
universitaria, ha convertido a ésta en una fábrica de empleados,
conformistas, obedientes y sumisos que siguen el ejemplo de los
profesores de aceptar violaciones a sus derechos humanos, porque en
la enseñanza se da un metaaprendizaje en el cual se enseña algo
mucho más que los contenidos de la enseñanza y los profesores
actúan como modelos a seguir por parte de sus estudiantes.
La
educación informal
Partiendo
del principio de que el acceso a la información no constituye por sí
misma un aprendizaje, podemos afirmar que existen ejemplos de muchos
problemas y necesidades sociales que podrían solucionarse con
programas de educación informal. Ejemplos que fundamentan esta
premisa hay suficientes y a continuación mencionaré algunos de
ellos:
Las
ciudades contemporáneas cada vez más están diseñadas para el uso
de automóviles y se restringe el uso de espacio para los peatones o
para uso de bicicletas. Las áreas verdes y espacios públicos se ven
reducidas cada vez más ante el avance de la plancha de concreto y de
pavimentación, ya que se construyen nuevos espacios habitacionales y
se eliminan áreas verdes en forma alarmante. El crecimiento urbano
provoca un aumento en la temperatura ambiental por la deforestación
que se genera al talar árboles y ampliar la mancha de cemento. La
industria de la construcción es una de las que genera mayores
utilidades económicas, pero provoca también graves daños
ecológicos. La población en general no valora el cuidado del medio
ambiente y por donde va deja un rastro de basura que provoca
contaminación en ciudades, playas y el campo. Estos daños al medio
ambiente reflejan la ausencia de una educación ambiental,
muy necesaria en tiempos en donde padecemos una grave crisis
provocada por el cambio climático
En
la mayoría de las ciudades latinoamericanas se observa una
problemática que es generada por la ausencia de educación
vial: numerosos accidentes
automovilísticos que provocan grandes pérdidas económicas y un
gran número de fallecimientos, provocados por el uso del teléfono
celular mientras se conduce, o se provocan accidentes al conducir en
en estado de ebriedad. Se ignoran las señales de tránsito, se
cometen muchas violaciones a las leyes de tránsito por parte de
automovilistas que ignoran que existe un carril de alta velocidad,
otro de velocidad media y una más de baja velocidad. La mayoría de
los conductores no utiliza las luces direccionales al cambiar de
carril, ignoran el uso de los espejos retrovisores. Por parte de los
peatones, una gran mayoría ignora que debe cruzar las calles en las
esquinas, no pone atención al semáforo ,etc.
La
mayoría de la población sabe que el uso del condón o preservativos
aumenta la protección para prevenir embarazos no deseados y el
contagio de enfermedades de transmisión sexual, pero una gran parte
de la población se niega a usarlo. Existen problemas cuyo
denominador común es la falta de educación sexual:
embarazos no deseados, adolescentes embarazadas y abandonadas,
violaciones, acoso sexual y violencia hacia las mujeres,
feminicidios, etc.
Está
comprobado que el consumo de tabaco provoca graves daños a la salud
de la población y se ha logrado imponer a las compañías
tabacaleras el uso de advertencias sobre el peligro del consumo de
cigarros en cada cajetilla, sin embargo, buena parte de la población
continúa fumando. En esta pandemia global del covid se ha demostrado
que el uso de cubrebocas, el mantener distancia física, el constante
uso de gel ayuda a evitar el contagio, pero sin embargo, millones de
personas en el mundo entero evitan usar cubrebocas o lo usan en forma
incorrecta, continúan teniendo reuniones sociales y contacto físico
con otras personas, no guardan debida distancia física. El avance de
la pandemia no sólo puede ser atribuible a la velocidad de contagio
del virus, la falla en la estrategia de los epidemiólogos consistió
en no contemplar la variable del comportamiento humano que ignoró
las advertencias de las autoridades sanitarias y no siguió el
protocolo sanitario, por lo que las cifras de contagio y
fallecimientos continúan disparándose todavía en la cuarta oleada
del virus y después de dos años de pandemia. Existe la necesidad de
una educación para la salud.
Podría
seguir mencionando varios ejemplos de problemas y necesidades
sociales que pueden resolverse sin necesidad de acudir a las
universidades a estudiar una profesión. Existe una falsa creencia en
la mayoría de la población de que el no tener estudios los hace
sentir inferiores en comparación de aquellas personas que presentan
documentos que revelan un nivel alto de estudios. Es una percepción
equivocada porque el grado de estudios no refleja una verdadera
educación. Existe un dicho popular que lo refleja con claridad: “el
Doctorado no quita lo tarado”.
En mi experiencia de 33 años actuando como profesor universitario,
puedo comprobar la total veracidad de este dicho porque el mismo
surgió dentro del ámbito universitario y conocí personas con grado
de Doctores en varias disciplinas que actuaban como verdaderas divas
académicas, aventando sus títulos por delante en sus presentaciones
y exigiendo poner su grado académico antes que su nombre personal o
apellido y actuaban como miembros de un Club de privilegiados que
miraban por debajo del hombro a todo aquel que no tuviera su mismo
grado de estudios.
Pero
también conocí a trabajadores universitarios (jardineros,
vigilantes, personal que hacía la limpieza de cubículos, salones y
baños. Gente servicial que se ganó mi respeto y admiración porque
actuaban con sencillez, humildad y autenticidad. Sin tener grandes
estudios realizaban con eficiencia sus labores de trabajo, algunos
lograron realizar obras de arte en la transformación de lugares
desérticos en un verdadero oasis, al plantar árboles, flores y
plantas, cuidarlas durante años y que hoy representan un refugio del
clima caluroso en el lugar donde vivo. Estas personas aprendieron a
través de una educación informal durante toda su vida una serie de
conocimientos, actitudes, valores que guiaban sus comportamientos. No
se les puede tildar en ningún momento de ignorantes porque no tenían
un nivel alto de estudios formales, cada persona tiene en su historia personal una serie de conocimientos que ha adquirido a través de sus vivencias en varias experiencias.
La
educación formal no está por encima de la educación informal, ¿en
qué consiste ésta última? Intentaré describirlo de una manera
sencilla. La educación informal es el conjunto de
aprendizajes que adquirimos desde que nacemos hasta que fallecemos y
este aprendizaje se da a través de un proceso llamado socialización.
En el proceso de socialización participan diferentes instancias
socializantes, la familia, la escuela, la iglesia, los grupos de
amigos, los medios masivos de comunicación, internet y redes
sociales, etc. A través de este aprendizaje informal aprendemos
formas de comportamiento, valores, actitudes, percepción y formas de
pensamiento que van cambiando de acuerdo a las etapas de desarrollo
psicosocial por las que atravesamos (infancia, pubertad,
adolescencia, juventud, adultez y vejez).
Es
un proceso de aprendizaje no valorado socialmente ya que por lo
regular cuando alguna persona dice “quiero aprender”, por lo
regular recibe respuestas como “si quieres aprender ve a la
Universidad”, “ponte a estudiar”, “busca un buen maestro que
te enseñe”, etc. Esta concepción del aprendizaje hace referencia
a la educación formal
descrito en al capítulo anterior y que se recibe en las escuelas
donde autoridades educativas deciden quien aprendió , quien no y
entregan certificados de un aprendizaje obtenido con la expectativas
de que sean credenciales que faciliten la incorporación al mercado
laboral. En este estamos hablando de un aprendizaje formal
que se adquiere en las instituciones educativas que forman parte del
sistema social en general, un sistema que como hemos visto es
excluyente porque el porcentaje de personas que pueden realizar
estudios universitarios es un número muy reducido en comparación
con el total de la población que estaría en condiciones de recibir
educación universitaria.
Pero
existe otro tipo de aprendizaje que podemos llamar educación
informal del cual no se habla
pero que no puede seguir siendo ignorado, sobre todo en el contexto
de una sociedad en crisis en la cual existen grandes problemas
sociales que requieren de la participación colectiva en la toma de
decisiones y para lo cual debemos lograr un empoderamiento colectivo
para crear una democracia participativa. Sin duda alguna todos hemos
escuchado la expresión “la escuela de la vida”,
que hace referencia a experiencias de aprendizaje que hemos obtenido
en las calles, en el trabajo, en el vecindario, con los grupos de
amigos, etc.
En
Psicología se conoce a este aprendizaje informal como socialización
que podría definirse como el proceso mediante el cual el ser humano
aprende la información de su entorno, las normas de convivencia,
valores, costumbres, el lenguaje, etc., que le permiten integrarse y
relacionarse con las personas que le rodean. Este aprendizaje
informal se da desde que nacemos hasta que fallecemos, surge en
cualquier lugar y con cualquier persona, por lo que podría afirmarse
que aprendemos en cualquier lugar, con cualquier persona y en
cualquier momento.
Para
clarificar esta afirmación, describiré un concepto llamado
interinfluencia interpersonal,
todos tenemos una personalidad psicosocial que consiste en una
personal forma de actuar, pensar y sentir, que es el resultado de la
interinfluencia que hemos mantenido con las diferentes figuras
significativas en los distintos grupos a los que pertenecemos o hemos
pertenecido. En las relaciones interpersonales se un proceso de
interinfluencia que consiste en el hecho de que somos influidos por
los demás y ejercemos un influencia hacia los demás. Nuestra
percepción personal está basado en la existencia de estereotipos,
prejuicios y creencias que determinen que con la simple observación
de una persona experimentemos una aceptación o rechazo de ellas.
La
estatura, el color de la piel, la contextura del cuerpo, la
vestimenta, la forma de hablar, los mensajes enviados o recibidos en
forma no verbal, son parte de la comunicación interpersonal.
Recordemos que en la comunicación interpersonal existe un 30 % de
mensajes verbales y un 70% de mensajes no verbales. Estudios sobre
comunicación interpersonal realizados en Psicología, demuestran que
es un proceso circular y no lineal, es decir, antes se explicaba la
comunicación como un proceso lineal en el cual una persona actuando
como emisor (E), enviaba un Mensaje (M) hacia otra persona que
recibía el mensaje actuando como receptor (R).
Pero
las investigaciones demostraron que el receptor (R) respondía al
mensaje enviando una respuesta actuando como emisor (ER), hacia quien
envió el mensaje (E), quien recibía la respuesta actuando como
receptor (ER). ¿Qué significa esto? Que todos actuamos como
emisores y receptores simultáneamente, que todos influimos y somos
influidos por los demás. Que todos aprendemos al mismo tiempo que
enseñamos. Los padres enseñan a sus hijos con sus comportamientos
cotidianos, se convierten en sus maestros. Los maestros enseñan algo
más que sus conocimientos (sus actitudes, valores, hábitos, etc.).
Los padres aprenden educando a sus hijos, los niños también enseñan
a sus padres y abuelos, es decir, todos podemos enseñar y aprender
unos de otros. Todos podemos actuar como agentes de cambio
social aprovechando el poder que tenemos para influir sobre los demás
y que todos podemos construir un liderazgo social, horizontal,
compartido y distribuido.
La
sociedad de la información nos proporciona acceso gratuito a todo
tipo de información que se encuentra disponible en internet, esto
nos brinda la oportunidad única de autoeducarnos, de estudiar por
nuestra cuenta, sin necesidad de ir a escuela alguna. No necesitamos
educación formal para aprender y estudiar, sólo necesitamos un alto
grado de motivación y compromiso para estudiar libremente por
convicción personal. La educación informal es una alternativa para
aquellas personas que por diversos motivos no pudieron acudir a
escuela alguna, todos tenemos acceso a la información que nos puede
ayudar a crecer como personas y adquirir más conocimientos con
nuestro esfuerzo personal, eligiendo las lecturas que nos permitan
comprender mejor nuestra realidad social.
En
esta sociedad inmersa en una crisis social que se manifiesta en
crisis económica,
crisis política,
crisis ambiental y
crisis de salud,
podemos encontrar una gran cantidad de movimientos colectivos que se
encuentran luchando en defensa de sus derechos y quienes participan
en esas luchas obtienen un aprendizaje, porque también existe un
aprendizaje basado en las luchas sociales.
La participación en las luchas sociales se ha convertido hoy en día
en una nueva fuente de aprendizaje. ¿Qué es lo que se aprende en
las luchas sociales?: se aprende que no estamos solos, que somos
muchos que estamos enfrentando los mismos problemas, que los
problemas locales que enfrentamos en el contexto de la globalización,
tienen un origen global.
Aprendemos
a crear vínculos de colaboración y a crear nuevos conocimientos
porque cada persona tiene conocimientos basados en sus vivencias
personales y al interactuar con otras personas que también traen
consigo sus propios conocimientos, se genera una epistemología de
saberes, es decir, se crean nuevos conocimientos porque la suma de
todos los saberes permite construir un conocimiento que se ha
enriquecido con las aportaciones de todos los que participan en esas
luchas. Pero lo más importante que se aprende en las luchas
sociales es que todos tenemos historicidad,
es decir, actuando en forma colectiva y unida, logramos construir un
empoderamiento colectivo que nos da la suficiente fuerza como para
cambiar el rumbo de la Historia y darle el rumbo que nosotros queramos.
La
educación como proceso de liberación social
En una sociedad con gran desigualdad social, la educación debe
contribuir al cambio social y la fuerza del cambio social debe
provenir de la concientización y generación de un compromiso
social de parte de las mayorías que viven en condiciones de
opresión, marginación y exclusión social. A través de la
participación en las luchas sociales los individuos generan un
aprendizaje que contribuye a transformarlos en ciudadanos críticos,
que de manera consciente reflexionan sobre sus condiciones de vida y
deciden luchar para cambiar la realidad que los oprime.
En
este contexto nos encontramos con otro tipo de necesidad social que
se traduce en una necesidad de educación informal, me refiero a una
educación política,
en la cual los educadores debemos contribuir a impulsar este
tipo de educación en las comunidades a través de nuestra
incorporación a los diferentes colectivos que están luchando en
defensa de sus derechos laborales, humanos y sociales, partiendo de
la premisa de que como trabajadores de la educación, no estamos
exentos de las agresiones del neoliberalismo a nuestros derechos
laborales y como ciudadanos, también sufrimos el impacto negativo de
los proyectos de privatización de los servicios públicos.
La
educación ideal es aquella que se basa en la fusión del aprendizaje
formal con el aprendizaje informal, es decir, fusionar el
conocimiento científico con el conocimiento popular del individuo
común y esto se puede lograr al estimular la participación social
de los ciudadanos para construir una democracia participativa.
La
lograr la educación ideal, la educación en las universidades debe
abandonar el enfoque pasivo del aprendizaje e involucrar a los
estudiantes en un proceso colectivo de producción de un aprendizaje
participativo que genere una producción de conocimientos, retomando
la premisa de que todo acto educativo es un acto político, ya
que en el contexto de crisis social no hay lugar para la neutralidad
o la indiferencia social.
La
aplicación de teorías basadas en el conocimiento producido por la
acción servirán como fundamentos para el desarrollo de la
democracia participativa en la discusión de asuntos públicos y
quienes egresen con el aprendizaje de esta metodología podrán
ejercer un rol de agentes de cambio social, reproduciendo esta
metodología participativa en los diferentes colectivos que se
encuentran luchando en estos momentos a nivel global. Los educadores
debemos educarnos nosotros mismos respecto a la crisis de la
educación, los peligros de la educación privada, el riesgo de
desaparición de los sindicatos, la baja en la calidad de la
educación y educar a las comunidades en los impactos negativos para
nuestra sociedad del impulso privatizador a la educación pública.
La
educación formal podría servir para lograr una liberación social y
contribuir a la transformación de nuestra sociedad, pero lo que
debemos evitar es seguir con la tendencia que se observa en las
escuelas y universidades de no preocuparse por formar ciudadanos con
pensamiento crítico que contribuyan a luchar en por la defensa de
los derechos humanos, en contra de la corrupción imperante, por la
democratización de su país y en contra de las injusticias sociales.
Actualmente
los que egresan de las universidades son profesionistas que utilizan
sus conocimientos especializados para ponerlos al servicio de las
grandes compañías transnacionales, buscando grados académicos para
obtener mayores ingresos. En ese sentido, la Escuela y las
Universidades como instituciones baluarte del sistema social, no son
ajenas a la crisis de las instituciones que forman la estructura de
nuestro sistema social, ya que han perdido la función social que
mantenían como lugar donde se producía el conocimiento científico,
se desarrollaba el pensamiento crítico.
La
educación ha perdido su función de liberación social para
convertirse en un proceso de adiestramiento que forma futuros
consumidores que apoyarán el ciclo de producción masiva de
productos y consumo masivo de los mismos. Lo que hoy se enseña en
las universidades es un conocimiento tecnocrático en el cual está
ausente el pensamiento crítico, la formación de un pensamiento
autónomo y la construcción de un conocimiento científico basado en
un compromiso social. La educación de hoy en día ignora el contexto
social en el cual tiene lugar y por ello, carece de pertinencia
histórica porque no contempla soluciones a los grandes problemas
sociales que afectan a nuestras comunidades.
No
es posible ignorar la vinculación existente entre la crisis de la
educación y la crisis global del sistema neoliberal capitalista, de
igual forma tampoco puede ignorarse la vinculación que existe entre
la necesidad de luchar por una educación que cumpla una función
social de liberación y las luchas que se están dando a nivel global
en contra de las reformas neoliberales que se aplican en diferentes
países afectando derechos laborales, humanos y sociales.
La
educación no es ajena a la política, al contrario es en sí misma
un acto político y en ese sentido en el actual contexto no pueden
existir docentes “apolíticos”, porque si hay una profesión que
no puede (ni debe) desentenderse de la política, es la docencia. Un
buen docente debe ubicar el contexto social donde imparte su
educación, debe problematizar el estado de la realidad en la que se
encuentra. “Los educadores progresistas precisan convencerse de que
no son meros docentes -eso no existe-, puros especialistas en la
docencia. Nosotros somos militantes políticos porque somos maestros
y maestras...además de la seriedad y la competencia de los
contenidos de nuestra enseñanza, nuestra tarea exige compromiso
social y nuestra actitud en favor de la superación de las
injusticias sociales. Es necesario desenmascarar la ideología del
discurso neoliberal, a veces llamado modernizador, que trata de
convencernos de que así es la vida”. (Paulo Freire. Cartas a quien
pretende enseñar. 2,002).
La
educación debe utilizarse como un proceso de liberación individual
y social, porque consiste en un proceso concientizador de la
realidad que estamos viviendo y la realidad contemporánea se
caracteriza por una enorme desigualdad social que beneficia a unos
pocos y provoca un enorme sufrimiento colectivo. La educación debe
servir para crear agentes de cambio social que generen una
transformación social en el sentido de terminar con la corrución,
las injusticas y la impunidad, para construir una real democracia en
nuestra sociedad y la manera de hacerlo es construyendo una
democracia participativa.
Conclusiones
Vivimos en una sociedad inmersa en una crisis permanente en la cual
se observa una gran problemática social provocada por actos de
corrupción, injusticias e impunidad que generan un sufrimiento
colectivo que afecta a una gran mayoría de personas que se
encuentran en estado de marginación y exclusión social, por lo que
surge la necesidad de transformar el modelo socioeconómico que está
provocando el incremento de la desigualdad social.
Necesitamos
comprender el origen de los grandes problemas que afectan a nuestras
comunidades y la manera de hacerlo es construyendo constructos
teóricos provenientes del conocimiento científico adquirido en el
contexto de la educación formal y que sumemos este conocimiento al
aprendizaje de las luchas sociales tanto del pasado como del momento
presente, para pasar a una acción consciente que nos permita lograr
un cambio social. Ese es el sentido de la educación política,
desarrollar una toma de consciencia colectiva que permita comprender
que a través de la participación ciudadana en la discusión y
análisis de los problemas que afectan a nuestras comunidades,
podremos lograr un empoderamiento individual y colectivo, un
aprendizaje a través de la acción que tienda a modificar las
condiciones de vida en nuestra existencia y que toda acción humana
está atravesada por la política.
Vivir
en sociedad, interactuar con quienes compartimos espacio y aire es
parte de nuestra experiencia cotidiana, esta existencia en sociedad
nos conduce a pensar que todos compartimos el ágora, es decir,
el espacio público y junto con los demás protagonizamos nuestro
propio pensar, comprender lo que sucede en el momento histórico que
nos tocó vivir y lograr un pensamiento colectivo que apunte hacia la
construcción de un mundo mejor, uniendo esfuerzos a través de la
acción para lograr un cambio social hacia un mundo mejor del que
vivimos actualmente.
En
el camino recorrido en busca de una nueva política llegamos a
encontrar que el aprendizaje obtenido a través de las experiencias
nos permite crear una concepción de la política, en los cual la
pluralidad se presenta como una condición de la acción y esta
acción es consecuencia en una condición del pensamiento, porque la
interpretación de la acción es el resultado de la política, y la
acción es resultado de la libertad de la palabra, pensamiento
autónomo y de los actos ejercidos con libertad. La pluralidad en el
acto de pensar la libertad de expresar por medio de la palabra estos
pensamientos a través de la acción, nos permite construir un
pensamiento crítico y una posición que al final resulta ser una
posición política.
En
una sociedad caracterizada por una enorme desigualdad social,
escuchar la palabra de aquellos que no tienen derechos ni se
relacionan socialmente entre sí y que por los mismo resultan ser
prescindibles, constituye una forma de hacer política porque
aquellos marginados ejercen su libertad de alzar la voz para ser
escuchados y con ellos expresan el mensaje de su reclamos a defender
su condición humana y exigencia de respeto a sus derechos humanos.
La
manipulación de la realidad producida por quienes se encuentran en
el poder político y económico ha provocado una negación de no
querer ver y no querer actuar en asuntos relacionados con la
política, los ciudadanos no se interesan por el Estado político ni
por la política estatal ya que no esperan que de ello provenga la
solución de los problemas que enfrentan en sus vidas privadas. De
esta manera nos encontramos con un círculo vicioso en el cual la
indiferencia política y la apatía de los ciudadanos, se complementa
con la despreocupación del Estado de no cumplir con sus obligaciones
como funcionarios públicos que deben atender las necesidades
sociales y servir a la sociedad civil.
Por
lo que la principal necesidad que enfrentamos hoy en día es la de
eliminar la actitud de rechazo “a la política” que se observa
en buena parte de la población. Necesitamos darle un nuevo
sentido a la política y considerarla como la búsqueda y apreciación
de la vida humana. dejar de creer que otras personas o instituciones
vendrán a resolver los problemas que nos están afectando.
Necesitamos dejar de creer en políticos que se aprovechan de la
ignorancia política en la que está inmersa una gran parte de la
población. La política no son los acuerdos realizados en lo oscuro por quienes viven de la política, no son las alianzas entre partidos políticos que toman acuerdos que los benefician pero que afectan a los intereses de la población, especialmente la población marginada.
Necesitamos
dejar de creer en aquellos partidos políticos que son creados bajo
la concepción de que la política es una fuente de enriquecimiento
para quienes se dedican a la política. Debemos empezar a creer
en nosotros mismos, reconocer
que todos sin excepción alguna, tenemos un potencial humano que no
lo aprovechamos en toda su plenitud, si recordamos el proceso
de interinfluencia interpersonal, debemos reconocer que todos tenemos
capacidad de liderazgo y podemos contribuir a la causa de una
verdadera transformación social. Tenemos que realizar un esfuerzo
educativo que tenga como finalidad el lograr que los individuos
reconozcan su autonomía, desarrollen un pensamiento autónomo y
crítico e identifiquen los lazos de solidaridad que los unen con los
demás integrantes de la sociedad.
El
reconocimiento de nuestra capacidad para generar cambios sociales si
actuamos en forma unida y organizada, nos debe proporcionar la
confianza suficiente como para elevar nuestra autoestima y empezar a
vernos como “estrellas en ascenso”, en la medida que con
el aprendizaje obtenido cada día avanzamos en nuestro conocimiento
de la realidad, en el autoconocimiento y creando un empoderamiento
individual, que al unirlo en la acción política, nos permitirá
construir un empoderamiento colectivo, que podremos usarlo como
fuerza social para crear un poder popular que nos permita enfrentar
los planes de privatización, violación de derechos humanos y
destrucción de nuestro planeta por parte del poder corporativo que
cuenta con el apoyo del poder político.
Se
supone que vivimos en un Estado de Derecho en el cual existe un
respeto a las leyes y nadie está por encima de las mismas, pero la
realidad demuestra lo contrario, cuando vemos que quienes forman
parte del poder político económico incurren en actos de
corrupción que provocan verdaderas injusticias al perjudicar
derechos humanos, laborales y sociales, sin que existan consecuencias
legales a quienes rompen las leyes para beneficiarse a sí mismos. El
poder económico viola las leyes del Estado de derecho y con estas
acciones rompe el contrato social que concebía al Estado-Nación
como guardián que garantizaba el bienestar social de la población.
La
ausencia de justicia social, la impunidad en los actos de corrupción,
la explotación laboral y la explotación irracional de los recursos
naturales por parte de un sistema social que intenta vendernos la
idea de una riqueza infinita en un mundo con recursos finitos, sólo
nos conduce por un camino que nos lleva a la autodestrucción y a la
destrucción de nuestro planeta.
En
estas condiciones se impone la lucha social para lograr construir un
mundo mejor y en curso de esta lucha, la desobediencia civil es un
recurso que en un momento dado puede contribuir a la mejora en las
cuestiones políticas y lograr la restauración de la justicia en los
espacios públicos.
No
podemos permitir que la ignorancia avance en nuestra sociedad,
debemos evitar que la tecnología siga contribuyendo podemos utilizar
las herramientas que nos da la tecnología para ampliar nuestra
consciencia social. La educación que recibimos y que determinan
nuestra forma de pensar sentir y actuar, proviene de dos ámbitos
distintos entre sí, pero que no son excluyentes, sino que al
contrario se complementan uno al otro: el sistema de educación
formal y el aprendizaje informal que se adquiere desde el nacimiento
hasta el fallecimiento.
El
conocimiento que proviene de ambos tipos de educación (educación
formal y aprendizaje basado en las luchas sociales) nos ayuda no sólo
a lograr una mejor comprensión de la la realidad, sino que también
nos permite impulsar un proceso colectivo de transformación social a
través del aumento de la participación social, la aceptación de
nuestro papel como sujetos políticos y la construcción de una
verdadera democracia participativa.
Con
la transformación de la educación formal como proceso de liberación
social, el reconocimiento del aprendizaje obtenido a través de las experiencias, el uso de la tecnología para el autoaprendizaje y la toma de consciencia de cada ciudadano de su autonomía, germinaríamos la idea de un nuevo comienzo utilizando la capacidad
humana de criticar, razonar y juzgar para generar un consenso acerca del
papel que debe jugar el Estado en la construcción del bienestar
social, de la responsabilidad social de los funcionarios como servidores públicos.
Estamos viviendo un momento histórico en el cual los políticos ya no
están gobernando en defensa de los intereses de quienes dicen
representar, ya que están determinados por las fuerzas del mercado
en el contexto de la globalización y por ello, los ciudadanos
debemos aumentar nuestra participación social y y crear al
“ciudadano globalizado”. Un nuevo tipo de ciudadano que
comprenda que los problemas locales tienen un origen global y que
sólo a través de la acción colectiva, organizada y unida, se
podrán defender los derechos violados y construir un nuevo modelo de
sociedad que realmente se caracterice por la existencia de una
democracia participativa, prevalencia de justicia y de la igualdad
social.
Esta
construcción de un nuevo tipo de ciudadano implica el proceso de
formar y fortalecer la ciudadanía es un proceso político y de
quehacer político, es un modo de desarrollar una sociedad civil
fuerte, participativa, reflexiva y consciente de sus derechos y
deberes, a través de un proceso educativo que desarrolle una
revolución de sus consciencias. Necesitamos construir un nuevo tipo
de ciudadano que identifique el vínculo entre lo privado y lo
público, entre lo personal y lo político, entre lo local y lo
global.
Con esta vinculación podremos terminar con la incertidumbre que nos
rodea y actuar como agentes de cambio social para lograr crear las
condiciones que permitan discutir libremente los asuntos públicos y
los modelos de vida que la población prefiere y tomen las medidas
pertinentes para construir ese nuevo mundo. La educación juega un
papel importante en el empoderamiento psicológico individual y
colectivo, ya que incluye cambios en la autoimagen, en la percepción
de la realidad como una construcción social que puede ser modificada
y en el reconocimiento de que se cuenta con el potencial humano para
lograr la transformación social a través del involucramiento en
actividades que permitan ejercer un control en el ambiente social y
político. La educación puede cumplir con el desarrollo de una
acción participativa comprometida con con el objetivo de lograr la
transformación de nuestra sociedad.
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Franco: los crímenes de la paz
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La
sociedad de la ignorancia
https://pensarenserrico.es/pensar/SAutor?PN=10&PE=2&WEBLANG=1&NOTICIA=473&PAGVOLVER=1&fbclid=IwAR2ESGv1YSgr2UJL5rjcCcsGmAogCH5Ce5QOEvGJ1uhjaYqre7o7l3IoDcQ
https://webdelmaestrocmf.com/portal/por-que-se-perdio-el-prestigio-docente-y-como-recuperarlo/?utm_source=blogsterapp&utm_medium=facebook&fbclid=IwAR2vNG_CMRBrnE6oo8zxavXfROIT9zn0kGAe2KAb2nb-m50SvNCTJ_Kv1js
Nos
estamos volviendo menos inteligentes, más cerrados de mente e
intelectualmente limtados por la tecnología. Lucía Blasco. Febrero
del 2,021
https://www.bbc.com/mundo/noticias-55856164?xtor=AL-73-%5Bpartner%5D-%5Bbbc.news.twitter%5D-%5Bheadline%5D-%5Bmundo%5D-%5Bbizdev%5D-%5Bisapi%5D&at_custom4=6EACA1D6-1C85-11EC-8532-EDBE96E8478F&at_custom2=facebook_page&at_campaign=64&at_custom1=%5Bpost+type%5D&at_medium=custom7&at_custom3=BBC+News+Mundo&fbclid=IwAR3VTE5FfOLtTYv22_Mkf1ny9DELsd82LhGuCi41SXP1vgV0-Rv5tDbiUaY
Por
qué se perdió el prestigio del docente y como recuperarlo?
https://webdelmaestrocmf.com/portal/por-que-se-perdio-el-prestigio-docente-y-como-recuperarlo/?utm_source=blogsterapp&utm_medium=facebook&fbclid=IwAR1NZ1ZGmQxBSuCkGIJc1GJxtYkFj3BUdHkT3vGHOjxn_HDzCHPuhgdDKfw
Sartori, Giovanni: El Homo videns: La sociedad teledirigida. Ed. Taurus, Madrid, 1997
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Oscar: Horizontes de un paradigma emancipatorio
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Oscar: El club de los privilegiados
https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/07/el-club-de-los-privilegiados.html
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Oscar: Movimientos sociales en red y empoderamiento ciudadano
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Oscar: lecciones fundamentales en política: saber llegar al poder y
saber gobernar
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Oscar: La defensa del medio ambiente es la defensa de nuestras vidas
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Oscar: En defensa de nuestra sociedad
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Oscar: El castigo de Sísifo en la modernidad
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Oscar: El neoliberalismo y su impacto en las universidades públicas
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Oscar: La transformación social desde una perspectiva científica
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Oscar: Poder corporativo vs. Poder popular
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Oscar: La ignorancia como fuerza alimentadora del covid-19
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Oscar: Algo está pasando y usted no sabe que es¡
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Oscar: El compromiso social del trabajador intelectual
https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/05/el-compromiso-social-deltrabajador.html