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miércoles, 24 de septiembre de 2025

 

Inseguridad ciudadana y falla de las instituciones públicas y privadas

Oscar Yescas Domínguez

24 de septiembre de 2025


A escasos días de que el Gobernador Alfonso Durazo y de que el Presidente Municipal de Hermosillo Antonio Astiazarán entregaran sus informes de Gobierno donde resaltaron avances en materia de seguridad pública proporcionando cifras estadísticas que indican que ha disminuido la percepción de inseguridad en la población (1) e inclusive la prensa llega al extremo de decir que Hermosillo es la capital en la cual más ha disminuido la percepción de inseguridad en México (2), debo decir que las estadísticas son como el bikini en el sentido de que proporcionan información importante, pero ocultan lo más relevante porque los robos en la capital sonorense están a la orden del día y puedo mencionar una experiencia personal: el viernes 12 de septiembre fui víctima de un robo en el estacionamiento de la plaza City Center que está ubicada en el bulevard Morelos al norte de la ciudad.

Soy miembro del gimnasio SportsWorld que se encuentra ubicada en esa plaza comercial y debido a que los cajones del estacionamiento de esta organización no cuentan con toldos de lona para proteger los vehículos de los rayos del sol y se encuentran en lugares apartados, decidí en fechas recientes usar los espacios de estacionamiento cercanos al WaltMart que sí cuentan con esa protección para los vehículos.

Ese día salí del gimnasio acompañado de mi esposa, al llegar a nuestro vehículo metimos en la cajuela nuestras maletas con el equipo deportivo que utilizamos y en ese momento se nos ocurrió ingresar al WaltMart a comprar algunos productos. No tardamos ni 25 minutos en regresar y al abrir la cajuela nos percatamos de que las dos maletas habían desaparecido, nos miramos con desconcierto y la contundencia del hecho nos impactó: alguien abrió la cajuela de nuestro auto y se llevaron nuestras maletas, habíamos sufrido un robo a plena luz del día, en un estacionamiento público con decenas de personas circulando alrededor en un área comercial que cuenta con cámaras y servicio de vigilancia privada.

Mi primer reacción fue preguntar a dos personas que usan chaleco naranja que estaban cerca y que ofrecen su ayuda a los clientes de WaltMart para depositar los productos en las cajuelas de los carros y se dedican a regresar los carritos del supermercado al área de almacenaje de los mismos, pero me dijeron que no habían visto nada raro y uno de ellos respondió que acababa de entrar a “laborar”.

Después nos dirigimos a un guardia que portaba uniforme de seguridad privada y que estaba platicando muy sonriente con otra persona a escasos 15 metros de nuestro vehículo, al informarle que habíamos sido objeto de un robo su rostro cambió poniendo cara de asombro, guardó silencio durante varios segundos y mientras mostraba evidencias de confusión no dio señas de actuar para seguir algún protocolo de seguridad, por lo que decidí sacarlo de su marasmo y preguntarle en forma directa ¿que puede hacer usted para ayudarnos en esta situación? Todavía tardó algunos segundos en reaccionar y sin responder a mi pregunta, llevó su mano al walkie talkie que tenía atado a su cintura e intentó comunicarse varias veces con sus superiores sin obtener respuesta alguna y me miró diciendo “no contestan”, le pedí que continuara insistiendo.

Mientras lo hacía decidimos ingresar a WaltMart para informar del robo y pedir acceso a las cámaras de vigilancia que tiene la empresa, pero nos respondieron que no tienen cámara de vigilancia alguna en el exterior, solo dentro de la tienda, por lo que no nos podían ayudar y salimos con las manos vacías. Como el cajón donde me estacioné está enfrente de una tienda que vende productos de TelCel y cuenta con cámara de vigilancia en el exterior que apuntaba directamente hacia nuestro vehículo, fuimos a esa tienda y explicamos a los dos jóvenes empleados la situación pidiéndoles acceso a la cámara de seguridad, los dos nos miraron con cierta indiferencia, voltearon a verse uno al otro mostrando cierta confusión, sin saber que hacer o decir.

Les insistimos en que tuvieran la gentileza de permitirnos el acceso a las cámaras de vigilancia para ver a quienes abrieron la cajuela de nuestro auto y finalmente nos respondieron que el dueño de la tienda de nombre Eduardo Gálvez tiene como política no compartir los videos de la cámara de vigilancia de su tienda, porque según comentaron, ya se habían presentado situaciones similares de robos a otras personas y el dueño les negó el acceso a los videos de su cámara de vigilancia externa, por lo que salimos del local con un mayor sentimiento de frustración.

Decidí llamar al 911 para pedir ayuda policiaca y de manera sorprendente el tiempo de espera fue de solo 10 minutos porque llegó una patrulla con dos jóvenes oficiales. Les expliqué la situación, uno de ellos me preguntó si mi vehículo presentaba daños, le respondí que no, porque al parecer olvidé ponerle la alarma a mi vehículo antes de ingresar a WaltMart. Me preguntó si había contactado al personal de seguridad privada, le informé que sí lo hice y que obtuve una nula respuesta de ellos y me respondió con tono de reclamo que la principal función de los guardias de seguridad privada es evitar los robos en el área que vigilan, pero que por lo regular ellos no cumplen con su responsabilidad.

Después de estas palabras me dijo algo que me sorprendió, me informó que yo fui el responsable del robo porque no tuve la precaución de poner alarma a mi vehículo, que en virtud de que mi automóvil no presentaba daños físicos ni muestras de violencia (dijo esto sin siquiera haber revisado mi vehículo que estaba unos cinco metros de distancia) y que al no haber ningún tipo de evidencia física del robo, ellos no podían hacer nada, que si conseguía alguna evidencia para que ellos pudieran hacer su trabajo, presentara una denuncia en las oficinas que están por el bulevard García Morales.

Les pregunté sus nombres y lo susurraron entre dientes por lo que no los escuché bien, abordaron su patrulla y cuando desaparecieron lamenté no haberles tomado una fotografía, con su partida desapareció también la sensación de tranquilidad que disfrutaba antes del robo, porque en ese momento experimenté sentimientos de vulnerabilidad, inseguridad e impotencia, sentimientos que hace muchos años no sentía.

Alguien podría decir que el robo no fue tan grande, que los objetos se pueden reponer, que ha habido robos peores y tendrán razón, pero esos artículos robados fueron obtenidos de manera gradual en la medida que iba surgiendo la necesidad y esperando la oportunidad para comprarlos, pero el esfuerzo en adquirirlos fue borrado en cuestión de minutos por quienes tuvieron el atrevimiento de abrir la cajuela de mi automóvil de manera impune. Algunos de los artículos tenían gran valor afectivo, por cuestiones de privacidad sólo mencionaré como ejemplo la maleta que compré en el museo de la Harley Davidson en uno de mis viajes a Wisconsin, Estados Unidos, cuyo uso me recordaba gratos recuerdos de cuando la adquirí por lo que ese artículo tenía gran significado personal.

Reflexionando con la cabeza fría, pienso que todo apunta a que este robo no fue al azar, sino que sucedió de una manera organizada y contó con la participación de más de una persona, porque nadie en sus cinco sentidos pasa frente a un automóvil y de manera espontánea se le ocurre elegir un carro en un lugar donde circula mucha gente, abrir la cajuela y robar su contenido. Creo firmemente que de alguna manera fuimos observados al llegar, se dieron cuenta de que no puse la alarma y procedieron a una rápida sustracción de dos maletas de tamaño mediano que no son fáciles de ocultar y fueron llevadas rápidamente a un lugar cercano para ocultarlas porque no imagino a alguien abriendo la cajuela de mi automóvil, sacar dos maletas y emprender una huida corriendo de prisa entre los cajones del estacionamiento.

Este robo fue un golpe que tuvo un impacto porque al hacer la compra para dos personas de los artículos deportivos robados (maletas, trajes de baño, gafas de natación, sandalias, tubos de natación, gorros de natación, aletas de natación, toallas, etc.), la cuenta ascendió arriba de los $8,000 pesos. Un dinero que no contemplaba gastar, por lo que me vi forzado a aumentar mis deudas personales utilizando tarjeta de crédito para poder estar en condiciones de continuar nuestra rutina y seguir ejercitando para envejecer en forma satisfactoria.

Pero el principal golpe es el impacto psicológico porque la principal pérdida que experimentamos fue que nos quitaron la tranquilidad previa con la que acudíamos a ese centro comercial, desapareció aquella sensación de encontrarnos en un espacio público seguro que prometía seguridad y tranquilidad porque cuenta asumíamos que la estábamos en un espacio seguro que cuenta con una vigilancia privada que pensábamos era eficiente y que brindaba protección, pero grande fue la decepción provocada por la inacción de estos elementos y la decepción más grande fue la respuesta de los elementos policiacos que hicieron acto de presencia y me culparon de haber provocado el robo.

Este comportamiento de los elementos policiacos que hicieron acto de presencia ni sirvió en absoluto para recuperar la sensación de protección porque su falta de tacto y empatía sólo provocó una disminución de la confianza en la policía municipal que ellos representan y pone en tela de duda la actuación de esta institución en el combate a la delincuencia común, por lo que este evento desafortunado me dejó un sentimiento de inseguridad que me provoca la necesidad de asegurarme de poner la alarma tres veces cada vez que bajo de mi automóvil para estar tranquilo.

Esta experiencia fue una situación real que afectó mi seguridad personal pero al compartirla con compañeros del gimnasio, me entero de que no soy el único porque fui informado de que ha habido robos similares en ese mismo centro comercial por la misma razón (olvidar poner la alarma al carro), lo cual alimentó mi sospecha de que existe un grupo de personas que actúa en forma organizada observando a los conductores que visitan dicho lugar para aprovechar algún descuido que les permita cometer un robo.

Algunos me dijeron que tuve suerte porque otras personas han sufrido robos de mayor cuantía debido a que desaparecieron de sus unidades computadoras, billeteras, tabletas, teléfonos celulares, ropa de marca y otras cosas de valor. Son robos hormiga que no fueron denunciados por vergüenza al culparse las víctimas a sí mismos de ser los responsables al no haber puesto la alarma a sus autos y al enterarme de que mi experiencia no ha sido la única, me llevó a pensar que el robo a mi automóvil es sólo la punta del iceberg que revela la existencia de una delincuencia organizada en la que participan varios elementos que realizan una serie continua de violaciones a la seguridad pública en centros comerciales.

Nos encontramos en la recta final del año, una temporada en la que desde fechas tempranas la publicidad crea un ambiente artificial de “amor, paz y tranquilidad” para estimular el consumo y crear un “ambiente navideño” que impulse un alza en las ventas para “demostrar nuestro amor a los seres queridos”, por lo que es de esperar que aumente el número de personas que acude a las plazas comerciales y con ello aumente el número de robos.

Esa fue la razón por la que decidí compartir mi experiencia y la presento en la forma de un estudio de caso para encontrar soluciones y tomar medidas para evitar que se repita y afecte a nuevas víctimas, porque está comprobado que le puede suceder a cualquiera y la intención de fondo es identificar las fallas estructurales (más allá del descuido personal de no poner la alarma al automóvil) que permitieron la invasión impune del espacio interior de mi automóvil y me dejaron una desagradable sensación de indefensión que experimenté en esos momentos.

Vivimos en lo que se ha dado en llamar una “sociedad organizacional” y tal nombre se debe al hecho de que nuestra sociedad existe gracias a la existencia y funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones públicas y privadas que nos ofrecen productos y servicios para satisfacer nuestras necesidades básicas y psicológicas.

También se conoce a nuestra sociedad como “sociedad de consumo”, porque el uso de la ciencia y tecnología en el proceso de producción permite realizar una producción masiva de diversos artículos que son colocados en el mercado. Para mantener el ritmo de una producción masiva que genere grandes beneficios económicos a los propietarios de los medios de producción, fue necesario cambiar la autoimagen de los seres humanos de ciudadanos conscientes de sus derechos y reducirlos a la condición de simples consumidores e inducirles la falsa idea de que la felicidad se encuentra en los centros comerciales para que con sus compras contribuyan a generar un consumo masivo que permita repetir el ciclo producción masiva-consumo masivo.

En esa línea de pensamiento existen organizaciones que acapararon grandes extensiones de terreno para construir espacios públicos que son las plazas comerciales y el negocio consiste en rentar espacios a otras organizaciones para que procedan a ofrecer sus productos y servicios en un espacio físico compartido donde se garantiza la seguridad de empleados y consumidores que pueden encontrar en un mismo lugar una amplia variedad de productos y servicios a través de la contratación de una empresa de seguridad privada que a través de un contrato asumió la responsabilidad de garantizar el orden público y bienestar de los consumidores.

Pero esta experiencia y la de un número indefinido de personas evidencia que la seguridad privada está fallando en la Plaza City Center del bulevard Morelos en Hermosillo en particular cuyo administrador es el señor Adrián Fimbres y debemos tener en cuenta que administrar una plaza comercial de este tamaño implica recibir millones de pesos mensuales por concepto de renta, y me atrevería a decir que en otras plazas comerciales sucede algo parecido. En este caso particular, se han registrado varios casos de robo y lo más grave es que la empresa de seguridad privada no respondió a la denuncia que hice del robo, porque no recibí apoyo de parte de elementos de esta organización y en base a esta experiencia puedo decir que esta empresa está fallando en su responsabilidad social y contractual de proteger a los consumidores que acuden a los diferentes centros de servicio que existen en esa plaza.

Quizá la falta de compromiso de los empleados de empresas de seguridad privada sean atribuible a los bajos sueldos que perciben, a las escasas prestaciones laborales que tienen, a las largas jornadas de trabajo, a la poca capacitación que reciben sus elementos y al hecho de que un alto porcentaje de los guardias de seguridad son personas de edad avanzada que no tienen buena condición física. Todos estos elementos influyen para dar como resultado que dentro del contrato psicológico que existe entre estos empleados y su organización no exista dentro de su cultura organizacional el valor de proteger a la clientela que acude a esos lugares.

En esa perspectiva, la responsabilidad en la existencia de robos y su impunidad no debe ser sólo atribuible a las personas que trabajan como guardias de seguridad privada, sino que la responsabilidad principal es de los directivos de estas empresas que firman contratos de prestación de servicios que no son cumplidos y en última instancia los más afectados somos las personas que acudimos a estos centros comerciales, creyendo que existe una seguridad que está cuidando nuestros vehículos y nuestra integridad física, porque la realidad es que la inseguridad pública tiene presencia por encima de estas empresas que garantizan seguridad y cobran por un trabajo que no están haciendo.

Mi presencia en ese lugar fue la asistencia al gimnasio Sports world como consumidor de servicios, este corporativo tiene una amplia área de estacionamiento, pero los cajones de estacionamientos están retirados del espacio central, los rayos del sol golpean directamente nuestros vehículos porque carecen de toldos de lona, algo realmente esencial en una ciudad conocida como “la ciudad del Sol” y lo que llama la atención es que otros espacios de estacionamiento sí cuentan con toldos de lona para proteger a los vehículos de los rayos del sol mientras que los cajones de estacionamiento Sports World no tienen esta protección

En el espacio trasero de esta organización donde están ubicados la mayor parte de los cajones de estacionamiento no se ven cámaras de vigilancia, están alejados de la vista y colindan con espacios abiertos en los cuales no he visto a elementos de la empresa de seguridad privada hacer recorridos de vigilancia, por lo que ese escenario provoca una sensación de aislamiento y fue lo que me llevó a decidir estacionar mi vehículo lejos de las instalaciones del gimnasio.

Una pregunta pertinente salta a la lectura en este punto ¿porqué la sucursal del corporativo Sports World no cuenta con toldos de lona en sus cajones de estacionamiento como lo tienen la mayoría de los cajones de esa plaza comercial?, ¿acaso existe cierto tipo de discriminación de parte de quienes administran la plaza City Center hacia los clientes de Sports World? Los miembros de este gimnasio pagamos una cuota mensual o anual que no es pequeña comparada con las tarifas que cobran otros gimnasios, ¿porqué esa discriminación de que sus cajones de estacionamiento no tengan toldos de lona como los tienen otros cajones de estacionamiento en ese espacio público?

Los directivos de este corporativo deberían contemplar dentro de sus responsabilidades administrativas el cuidado de los vehículos instalando no solo lonas de protección del sol, también deben cámaras de vigilancia y exigir que elementos de seguridad privada hagan sus recorrido en la parte trasera del edificio donde están ubicados varios cajones de estacionamiento.

WaltMart es una corporación multinacional que obtiene grandes utilidades en sus tiendas en México, al acudir a esta plaza comercial (City Center) he actuado como consumidor frecuente al comprar varios productos en la sucursal de esta empresa. Lo menos que puede hacer esta compañía es contribuir a garantizar el bienestar de sus clientes contando con cámaras de vigilancia en su exterior y facilitando su acceso cuando se le soliciten en caso de robo. La negativa de acceder a sus cámaras con el argumento de que “no funcionan”, deja mucho que desear y provoca gran decepción cuando se niega su acceso en momentos de robo porque priva a las víctimas de robo de evidencias que permitan deslindar responsabilidades a través de una investigación.

El comportamiento del dueño de la tienda de productos TelCel que negó el acceso a la cámara de vigilancia que apuntaba en la dirección de mi vehículo y que registró el momento del atraco, es sumamente cuestionable y reprobable, porque su colaboración pudo ser clave en la identificación de los autores de este robo y en la posible identificación de una banda que actúa en forma organizada en ese lugar. Su decisión refleja una total ausencia de sentimiento de pertenencia a una comunidad de la cual forma parte al estar ubicado en un espacio público donde deberían existir vínculos de colaboración y solidaridad, porque el día de mañana la delincuencia común podría tocar a sus puertas y necesitará ayuda de desconocidos.

En un contexto de competencia, la mayoría de las organizaciones centran sus esfuerzos en aumentar las ventas o coptar nuevos clientes, pero descuidan la calidad de los servicios a los clientes habituales y padecen una “miopía de mercadotecnia”, porque no tienen identificado el segmento o nicho del mercado al cual pueden dirigir la venta de sus productos o servicios. En esta plaza comercial están ubicadas sucursales de grandes corporaciones como Sports World, WaltMart, TelCel, Banamex y otras más que sin duda alguna tienen departamentos de mercadotecnia.

Tanto quienes administran la plaza comercial City Center como quienes dirigen las organizaciones que se encuentran ubicadas en esta plaza y en otras similares deberían saber que existe un concepto que se llama “mercadotecnia social”, que consiste en identificar los deseos, necesidades y expectativas de los consumidores y el conocimiento de esta información les permite diseñar una estrategia para ofrecer un producto o servicio que satisfaga esos deseos, necesidades y expectativas. El término social se incluyó junto al concepto de mercadotecnia, para garantizar que esa satisfacción del cliente al recibir el producto o servicio garantice la protección su salud y bienestar social (3).

En tiempos de crisis social, de aumento de la violencia y delincuencia común, la seguridad es parte de las necesidades que experimentan los consumidores y las organizaciones deben tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar social de sus consumidores cuando acuden a sus establecimientos y esta seguridad no se limita al interior de los edificios, sino que se extiende al espacio exterior para incluir la protección los vehículos de daños, robos o inclemencias del clima, así como la integridad física de quienes acuden a dichos lugares.

La instalación de cámaras de vigilancia en los espacios abiertos debe formar parte de los servicios de protección a clientes en las plazas comerciales y los directivos de las organizaciones privadas deben exigir el cumplimiento de garantía de seguridad que ofrecen las empresas de seguridad privada, así como el exigir la presencia esporádica de elementos policiacos para inhibir cualquier tipo de violación a la seguridad pública y la instalación de lonas en todos los cajones de estacionamiento sin excepción alguna.

Finalmente, en el informe del Presidente municipal de Hermosillo, se contempla “avances significativos en materia de seguridad pública” y se anunció una inversión de 500 millones en capacitación de agentes policiacos” (4), lamento decir que esta inversión millonaria no se reflejó en la atención que recibí de pate de los dos uniformados que respondieron a mi llamada de auxilio, ya que mostraron falta de compromiso como servidores públicos y falta de empatía cuando me dijeron que “yo fui el responsable del robo por no haber puesto la alarma de mi automóvil”.

En la década de los ochentas y noventas impartí cientos de cursos de capacitación, tengo certificación como instructor externo de capacitación de la Secretaría de Trabajo y Previsión social, además de esta experiencia, trabajé 33 años como Maestro de tiempo completo en la Universidad de Sonora, ocupando el cargo de Presidente de la Academia de Psicología organizacional, por lo que contribuí a la formación de miles de psicólogos que se encuentran laborando en contextos organizacionales.

En base a esta experiencias puedo decir que 500 millones de pesos me parece una suma exagerada para invertir en programas de capacitación y tanto la experiencia que tuve con estos dos elementos policiacos como la información acerca de experiencias de otros ciudadanos con elementos policiacos, sugieren que el impacto de tal inversión no se refleja en el comportamiento de los elementos policiacos porque no actuaron como servidores públicos, por lo que puede ponerse en duda el destino de tal cantidad de dinero público, porque los políticos que nos gobiernan utilizan la mentira para desviar recursos públicos. Para que un curso de capacitación tenga validez ante la STyPS, la duración del mismo debe ser de 20 horas, pero el mercantilismo y la simulación abundan en las organizaciones públicas y privadas y a una charla de 3 horas le llaman "un curso de capacitación".

En el caso de las organizaciones privadas, los integrantes de las mismas que no cumplen con sus responsabilidades, los dueños tienen la facultad de despedir a los empleados que muestren negligencia, falta de responsabilidad e incumplimiento con las funciones propias de su puesto, porque con sus comportamientos están provocando pérdidas a la empresa en el contexto de un ambiente competitivo en el cual ya no existe la lealtad a las marcas o a las organizaciones y la misión de la empresas privadas es la generación de ganancias para sus dueños.

Si un consumidor no encuentra la satisfacción prometida en el producto que compra o en el servicio que recibe de alguna organización, existen varias organizaciones que ofrecen el mismo producto o servicio, por lo que si el consumidor no ve satisfechas las expectativas de su contrato psicológico, puede ejercer su libertad como consumidor de cambiar de producto o empresa. La administración que tiene bajo su responsabilidad el funcionamiento eficiente de un centro comercial, debe tener presente que el clima de inseguridad por los robos que se presentan en esos lugares puede afectar la decisión de los clientes al grado de dejar de asistir a esos lugares y elegir otros centros comerciales que ofrezcan servicios parecidos

Pero en el caso de las empresas públicas o dependencias gubernamentales la situación se complica porque a pesar de que quienes dirijan las instituciones muestran una negligencia, incapacidad para cumplir con sus responsabilidades o incurran en actos de corrupción que conduzcan a la quiebra financiera de las instituciones, estos personajes están protegidos porque forman parte del ejército de funcionarios leales al gobernante en turno, quienes cubren con el manto de la impunidad a quienes participen en actos de corrupción y acostumbran solucionar las quiebras financieras con préstamos financieros que sólo aumentan la deuda externa que terminamos pagando todos los ciudadanos.

Pero tanto quienes nos gobiernan como quienes dirigen instituciones públicas, deben tener presente que ocupan puestos de servidores públicos y sus sueldos provienen del pago de impuestos de la ciudadanía, por lo que en última instancia no se mandan solos, sino que tienen un compromiso social con la población a quien se comprometieron servir.

Los ciudadanos tenemos un doble poder del cual no hemos tomado consciencia plena, en nuestra condición de consumidores tenemos el poder de compra y la libertad de elección que nos permite decidir en que, cuando y en donde compramos.

A nivel global se han dado muestras del inmenso poder que podemos construir al actuar en forma colectiva, organizada y unida para bloquear el consumo de productos y servicios que ofrece una organización. La actuación de millones de consumidores que bloquearon Coca Cola, WaltMart, Disney, ABC en los casos de deportación masiva de migrantes y la cancelación del programa de Jimmy Kimmel, el bloqueo internacional de turistas que cancelaron sus viajes a Estados Unidos en protesta por la tarifa de $250 dólares que impuso Donald Trump, son sólo algunos casos de construcción de un poder colectivo que provocaron grandes perdidas a grandes corporaciones que tuvieron que dar marcha atrás en decisiones que tomaron.

En nuestra condición como ciudadanos con derechos políticos, en Sonora demostramos nuestra inconformidad con los gobernantes al votar por Morena en el 2018 y dar un voto de castigo a este mismo partido cuando Célida López intentó reelegirse como Presidenta municipal de la capital sonorense. Se acercan las elecciones del 2027 y quienes nos gobiernan y los funcionarios de las instituciones gubernamentales esperan con ansias el registro de precandidatos a puestos de representación popular.

El pueblo tienen memoria y está viendo observando con ojos críticos a los gobernantes actuales y los partidos que representan, de tal forma que su decisión de votar estará determinada por el desempeño que están teniendo en sus cargos públicos. Lo evidente es que tanto en el gobierno municipal como en el gobierno del Estado, el espíritu de servicio público se encuentra ausente en el comportamiento de los altos funcionarios.

Pero también es importante recordar que no necesitamos esperar al día de las elecciones para exigir respeto a nuestros derechos y estamos observando un despertar político en segmentos de la población que defiende sus derechos a la salud como es el caso de los jubilados que exigen que Alfonso Durazo cumpla su promesa de rescatar al Isssteson (5), o el movimiento colectivo que se opone a la construcción de tres presas en Sonora (6,7,8).

Lo cierto es que que vivimos en el contexto de una crisis social en el cual la violencia social es un problema estructural provocada por la desigualdad social, por lo que debemos comprender que la violencia delincuencial surge no porque las personas sean malas por naturaleza, sino más bien por el crecimiento de la desigualdad social que elimina oportunidades de educación, de trabajo, de salud a una mayoría marginada e impide que los ciudadanos puedan elevar su calidad de vida. Al contrario, cada día vemos que disminuye nuestro poder adquisitivo, mientras que los precios de productos y servicios aumentan con la inflación.

La violencia delincuencial aumenta en el mismo ritmo que aumenta la corrupción de nuestros gobernantes porque las necesidades sociales no son atendidas debido a que quienes nos gobiernan no actúan como servidores públicos sino que actúan como miembros de una delincuencia organizada que desvía grandes cantidades del presupuesto público para enriquecer fortunas personales (9). Nuestro deber como ciudadanos es exigir el respeto de nuestros derechos como ciudadanos y estos incluyen el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho al trabajo y el derecho a una seguridad pública garantizada. Si los responsables de garantizar el cumplimiento de estos derechos no están cumpliendo, los ciudadanos tenemos el derecho y obligación moral de pedir su destitución y denunciar cualquier acto de corrupción del que seamos testigos o tengamos conocimiento.

La responsabilidad de combatir y prevenir la delincuencia común es una responsabilidad compartida en la que participamos los padres a través de la formación de nuestros hijos con el ejemplo que les damos con nuestros comportamientos, los maestros con la educación que brindan a sus alumnos, autoridades policiacas que deben combatir la corrupción al interior de la institución, quienes nos gobiernan al redistribuir el presupuesto público que incluya disminución de sueldos a altos funcionarios para que el personal que trabaja en el campo pueda recibir un aumento en sus percepciones y elevar su compromiso social y disminuir las posibilidades de ser tentados por la corrupción.

Debe incluirse también una capacitación constante de los elementos policiacos para generar un cambio planeado en la cultura organizacional de tal forma que se incluya dentro de sus valores la ética y la vocación del servicio público como uno de sus valores principales. Pero no debemos olvidar que todos somos integrantes de una misma comunidad y debemos reconstruir los lazos sociales combatiendo la atomización de la que hemos sido objeto al vernos inmersos en un hiperindividualismo que nos provoca ver con indiferencia la tragedia o el dolor ajeno, a experimentar ausencia de empatía y debemos actuar de tal forma que reconstruyamos un sentimiento de pertenencia nuestras comunidades generando actitudes de empatía, solidaridad y apoyo mutuo, de tal forma que si somos testigos de un robo o algún delito, de acuerdo a las condiciones cumplamos con nuestro deber ciudadano de ayudar a quien es la víctima, interviniendo para evitarlo o llamando a las autoridades policiacas, porque la seguridad pública depende de todos, no sólo de la presencia o ausencia policiaca (10).


1.- Varios carros les robaron la pila atrás del San Alberto cerca de la catedral este domingo

https://www.facebook.com/share/161BnQM2iM/

2.- Hermosillo, la capital que más ha disminuido la percepción de inseguridad en México

https://dossierpolitico.com/2025/04/22/hermosillo-la-capital-que-mas-ha-disminuido-la-percepcion-de-inseguridad-en-mexico/

3.- Mi experiencia con la mercadotecnia

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/12/miexperiencia-con-la-mercadotecnia.html

4.- Con una inversión superior a los 500 millones de pesos, 100% de origen municipal, el Ayuntamiento de Hermosillo ha fortalecido la seguridad pública

https://www.facebook.com/watch/?v=3999595470307310),

5.- Promesa incumplida en el Isssteson

https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/02/promesa-incumplida-en-el-isssteson.html

6.- Sonora entre la continuidad del autoritarismo y la necesidad de construir una democracia participativa

https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/08/sonora-entre-la-continuidad-del.html

7.- El verdadero origen de la crisis hídrica en Sonora

https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/09/el-verdadero-origen-de-la-crisis.html

8.- El aprendizaje social detrás de la lucha en defensa del agua en Sonora

https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/09/el-aprendizaje-social-detras-de-la.html

9- Pensamientos sobre la violencia actual

https://oscaryescasd.blogspot.com/2018/10/pensamientos-sobre-laviolencia-actual.html

10.- Pensamientos sobre la violencia social en Sonora, México

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/pensamientos-psicosociales-sobre-la.html

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