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lunes, 28 de abril de 2025

 

Soledad y Política

(La soledad como instrumento de control social)

Oscar Yescas Domínguez

28 de abril de 2025



Introducción

¿Qué es la soledad?

La soledad como problema social

Conclusiones



Introducción

Nos encontramos viviendo en un momento histórico en el que aparentemente cada hora se están presentando continuas transformaciones sociales que generan transformaciones en millones de individuos por lo que puede afirmarse que estamos presenciando un cambio del habitus, aquel concepto que aportó Pierre Bourdieu que hace referencia a esquemas de pensamiento, acción y sentimientos asociados a la posición social de un individuo. En otras palabras, están cambiando de manera radical nuestras creencias, valores y actitudes que habíamos construido y asimilado a través de nuestras experiencias previas y que nos servían como marco de referencia para percibir el mundo, tomar decisiones y actuar en consecuencia con las mismas (1).

Como parte integrante de una cultura social cambiante, el habitus es dinámico y cambia con el paso del tiempo, por lo que debemos estar conscientes de que nuestro comportamiento individual que está determinado por la cultura social, también está cambiando y dentro de los cambios individuales podemos destacar que están cambiando nuestra percepción de la realidad que estamos viviendo, nuestra forma de percibir a los demás e inclusive nuestra propia autoimagen.

Bajo la mirada crítica, debemos identificar el cambio radical de la manera como percibimos la realidad, como resultado de mas de tres décadas de implementación de políticas neoliberales las cuales han provocado la destrucción de nuestra identidad social, una identidad que antes se basaba en una perspectiva incluyente porque tenía como base un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades de origen y cuya existencia se reflejaba en el uso constante del término “nosotros”. Pero debido a que el neoliberalismo evolucionó, dejó de ser una simple teoría económica para convertirse en un estilo de vida que promovió el individualismo, los vínculos sociales se fueron debilitando hasta llegar al punto de fragmentar lo social destrozar el tejido social, atomizar nuestra sociedad y dar paso al hiperindividualismo que caracteriza la sociedad posmoderna.

Aquel sentimiento de pertenencia que experimentábamos a nuestras comunidades está desapareciendo cada vez más, porque nuestra percepción de la realidad ya no parte de un enfoque social y se ha reducido la percepción de la realidad a una perspectiva individual en la que el uso del Yo ha sustituido al uso del nosotros en nuestro vocabulario.

Junto a la consolidación del neoliberalismo como filosofía de vida, se normalizó la ampliación de las jornadas de trabajo y el impacto del desarrollo tecnológico, fueron factores que afectaron nuestras vidas cotidianas y se redujo la interacción social. La desaparición de espacios públicos impuso una tendencia a refugiarnos en el ámbito de lo privado, por lo que la mayor parte de nuestro tiempo estamos frente a las pantallas de nuestros dispositivos tecnológicos (televisión, computadora, teléfonos celulares, tablets).

Con el paso del tiempo el vínculo social se fue debilitando, la ideología individualista se fue consolidando de tal forma que provocó el surgimiento de una anomia social que se refleja en una ausencia de seguimiento de las normas sociales y auténticas faltas de respeto, una muestra de ello es la progresiva evanescencia del respeto a las leyes de tránsito en nuestras ciudades.

Esta paulatina fragmentación de lo social está afectando el funcionamiento de los grupos, organizaciones e instituciones que forman parte de nuestras comunidades, porque surge un nuevo problema social que consiste en el hecho de que los miembros que integran cada instancia social guíen su comportamiento bajo la noción del agrupamiento y se dificulte cada vez más la tarea de construir identidades grupales, organizacionales y comunitarias. Esta noción del agrupamiento consiste en el hecho de que las personas aún cuando reconocen que formalmente son parte de un grupo, organización o comunidad, su comportamiento no está guiado por los objetivos de cada instancia grupal u organizacional, por lo que su comportamiento está determinado por intereses individuales ya que no existe una identidad social(2).

El impacto negativo de estos cambios de percepción social va mucho más allá de sólo afectar estos ámbitos de convivencia social ya que afectan a la sociedad en general porque con el predominio de una ideología individualista los individuos también pierden su identidad como ciudadanos y afectan la vida civilizada en comunidad. Al perder el sentimiento de pertenencia las comunidades de origen o residencia y en el contexto de la economía de libre mercado, la mentalidad de los individuos se reduce a la condición de consumidores, por lo que ante el avance del neoliberalismo, lo público pierde valor y surge la mentalidad del individuo privatizado que nos advirtió el filósofo francés Cornelius Castoriadis (3), el cual es el resultado de un proceso de socialización que permite al sistema social fabricar al tipo de individuo que necesita para funcionar adecuadamente, en el caso de la sociedad de consumo en que vivimos, el tipo de individuo que se necesita es el individuo consumidor.

En este contexto, la vida en comunidades es cada vez más difícil porque las ciudades crecen sin control, sin planeación urbana y la presencia de multitudes impide la construcción de vínculos sociales porque al estar rodeado de una masa se fomenta el anonimato como mecanismo de protección y esta reacción provoca la ausencia de una identidad social y con ella desaparece la responsabilidad social y la conciencia ciudadana que nos permitía construir un vínculo social y sentir que formábamos parte de una comunidad social.

Estos cambios sociales son los que han dado lugar al surgimiento de la irrupción de un hiperindividualismo en las vidas cotidianas de millones de personas (4), que forman parte de una mayoría marginada, padecen una gran insatisfacción social, comparten sin saber un sufrimiento colectivo y sufren una exclusión social que es percibida desde su perspectiva individual como el resultado de malas decisiones individuales.

El cuadro anterior adquiere mayor complejidad debido a que la desigualdad social ya no es percibida como una desigualdad de clases, porque se ignoran las causas estructurales de la desigualdad social y millones de personas la perciben como un problema de índole individual y bajo esa perspectiva la sufren como un problema personal (5).

La normalización de la desigualdad social y su percepción como resultado de decisiones individuales, impide el cuestionamiento del comportamiento de los políticos, de la ausencia de políticas públicas, inhibe el desarrollo del pensamiento crítico y ahuyenta el deseo de participar en movimientos de lucha social. Este cambio de perspectiva favorece al 1% de la población mundial que es responsable y se beneficia de esta desigualdad social, porque no ve amenaza alguna en su codicia creciente que la impulsa a acumular más riquezas.

Al destruir la identidad social, al consolidarse el hiperindividualismo como estilo de vida dominante y al culparse a sí mismos de la desigualdad, una gran mayoría de personas sufren consecuencias psicológicas que llegan a afectar su autoimagen al degradar su autoestima, experimentar sentimientos de inseguridad que los empujan a hundirse en un aislamiento social y el potencial humano del que son poseedores se ve afectado porque no desarrollan sus capacidades al imponerse límites a sí mismos, al resignarse y conformarse con sus condiciones de existencia.

Esta resignación viene acompañada de la aceptación de vivir en continuo sufrimiento, sin esperanza de cambio alguno, se acompaña de una tendencia a aislarse de los demás para evitar comparaciones y trae como consecuencia una mayor pérdida de vínculos sociales, por lo que estamos presenciando el surgimiento de un nuevo rostro de la crisis social que estamos padeciendo a nivel global y este nuevo rostro es crisis de soledad que al ser experimentada por millones de personas a nivel global, se presenta como un nuevo problema social.

Bajo una mirada integral y sistémica, podemos afirmar que la expansión de la soledad como un problema social tiene un origen político, porque tiene su origen en el crecimiento de la desigualdad social el cual es un problema estructural y adquiere un mayor matiz político cuando esos millones de personas que experimentan la crisis de soledad, se convierten en carne de cañón, en objeto de manipulación por parte de partidos políticos de ultraderecha, que utilizan discursos populistas, difunden noticias falsas, hacen promesas de regresar a un pasado mejor, manejan un discurso de odio con tintes xenofóbicos y convocan a las masas empobrecidas y solitarias a salir a las calles a protestar en contra de aquellos políticos llamados “progresistas” que estuvieron en el poder y provocaron decepción política al gobernar a favor del capital privado al implementar políticas neoliberales que desaparecieron derechos laborales, eliminaron prestaciones sociales y aumentaron sus fortunas privadas, mientras la mayoría de la población se hundía en una precarización creciente por la agudización de la crisis económica.

Los sentimientos de insatisfacción social y aislamiento individual producen una serie de emociones negativas y una frustración colectiva, que permiten que el discurso de odio manejado por la ultraderecha que promete regresar el bienestar perdido, tenga eco sobre las masas empobrecidas y la manipulación política de esa sensación de abandono y soledad que experimentan millones de personas es lo que ha permitido que la ultraderecha conquiste el poder político en varios países a nivel global.

Antes era socialmente mal visto votar por la extrema derecha, pero las cosas han cambiado y la ignorancia colectiva ha crecido tanto a nivel mundial (6), en forma paralela al crecimiento de una anestesia social, que hoy se ha llegado al extremo de votar con orgullo y satisfacción por partidos y políticos que representan la extrema derecha. Anteriormente, la toma de las calles, las marchas de protesta y el surgimiento de movimientos colectivos eran las herramientas de lucha de la izquierda en contra de gobiernos autoritarios, pero hoy en día un gran número de manifestaciones colectivas con contenido político son protagonizadas por masas que están siendo manipuladas por la extrema derecha para usar procesos democráticos para impedir la consolidación de la democracia social una vez que están en el poder político al gobernar con un claro totalitarismo.

El año 2024 será registrado como el año en el cual se presentó el año en el cual la derecha y ultraderecha ganó el mayor número de elecciones presidenciales( 7, 8, 9, 10, ). El ambiente de insatisfacción social previo a las elecciones, era de tal magnitud que permitía predecir que la ultraderecha conquistaría el poder en varios países, por lo que al inicio de este año 2025 se ventilaba en el aire la pregunta ¿sobrevivirá la democracia al totalitarismo contemporáneo? (11).

Hoy somos testigos de un antes y un después de la historia que se refleja en el hecho de que la ultraderecha tiene el poder de convocar a las masas a tomar las calles y edificios públicos para bloquear procesos electorales democráticos, o decisiones ejecutivas o legislativas que buscan garantizar la participación de la población en la toma de decisiones relevantes para la vida social.

De la misma manera que la pobreza es una condición necesaria para la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, en tanto que la concentración de la riqueza en unas cuantas manos implica la existencia de millones de personas que viven en la miseria, padecen ignorancia y esta ignorancia les impide soñar con un cambio social, por lo que el estado de pobreza es una condición necesaria para consolidar el control social, en el caso de la soledad, podemos percibirla como resultado de la atomización social que ha provocado el capitalismo en su versión neoliberal y esta soledad es el bastión que sostiene el avance del resurgimiento del neofascismo a nivel global, porque la soledad se alimenta del aislamiento social, permite la manipulación individual y colectiva de millones de personas y el discurso de la ultraderecha es un discurso de odio que genera una mayor fragmentación social.

La soledad y el populismo de la ultraderecha forman una buena pareja, caminan cogidos de la mano porque ambas se complementan, la primera ve en la segunda una falsa salida de su crisis y al mismo tiempo le permite identificar un blanco en la figura de los inmigrantes o extranjeros, a quienes puede responsabilizar de su sufrimiento, la segunda, aprovecha el sufrimiento, aislamiento social y estado de indefensión de quienes padecen una soledad acentuada por descuido gubernamental provocada por la ausencia de políticas públicas, para pedirles sus votos y llegar al poder político.

En este cuadro social, la soledad está creciendo hasta configurarse como un verdadero problema social, por lo que debemos rebasar su percepción como un problema de salud pública que debe ser atendido en forma individual, para abordarlo como parte de la sociopatología contemporánea y percibirlo como un verdadero problema político, en la medida que la soledad colectiva ha sido la palanca que ha llevado al poder a partidos y políticos de extrema derecha que está destruyendo el Estado del bienestar social y transformándolo en un Estado totalitario que tiene libertad para desaparecer derechos laborales, sexuales, políticos, por lo que es tiempo de dejar de invisibilizar el problema de la soledad y empezar a hablar de la misma como lo que es: un problema social y político que está afectando a millones de personas de múltiples formas.

¿Qué es la soledad?

Partimos de la premisa de que somos seres sociales, una condición que fue reconocida hace miles de años por el filósofo Aristóteles cuando afirmó que “el hombre es un animal social” y nuestra sociabilidad se ve reflejada en el hecho de que todos tenemos una personalidad psicosocial que consiste en una determinada forma de pensar, sentir y actuar que nos hace diferentes a los demás y que ha sido el resultado de la interinfluencia y aprendizaje que hemos obtenido con las figuras significativas en los diferentes grupos sociales a los cuales pertenecemos o hemos pertenecido.

Todos vivimos en conglomerados sociales que están conformados por diferentes grupos sociales, interactuamos con un sinnúmero de organizaciones y pertenecemos a diferentes comunidades. La pertenencia e interacción a estos ámbitos de convivencia social implica el desempeño de una gran cantidad de roles sociales, a través de los cuales se construyen vínculos sociales y estos conforman lo que se llama un “tejido social”. En base a lo anterior, podría afirmarse entonces que existe una necesidad humana universal de pertenencia y aceptación social

Cabe mencionar que en este contexto social la cantidad de contactos sociales que surgen en la interacción social no implica necesariamente la ausencia de sentimientos de soledad, porque podemos estar rodeados de una multitud, pertenecer a diferentes grupos o estar en una relación de pareja y aún así existe la posibilidad de experimentar sentimientos de soledad, vacío y aislamiento porque los vínculos que nos unen con otras personas se han debilitado y ya no son tan fuertes como para que exista un sentimiento de pertenencia a estos diferentes ámbitos de convivencia social.


 Cuando las relaciones interpersonales sociales tienden a disminuir en cantidad y calidad, puede experimentarse un sentimiento de soledad, pero también las personas pueden experimentar tendencias a preferir la soledad en lugar de la compañía, cuando se enfrentan a un contacto social excesivo que produce una sensación de hacinamiento o de invasión a nuestra privacidad. Por esa razón puede afirmarse que la cantidad de contactos sociales no determina la ausencia de soledad, porque el factor relevante para el surgimiento o ausencia de la soledad es la calidad de los contactos sociales y ésta se logra a través de la construcción de una interacción social que permita construir vínculos fuertes.

A lo largo del proceso de socialización por el cual atravesamos todas las personas y que consiste en transitar de una etapa de desarrollo a otra (infancia, adolescencia, juventud, adultez y vejez), en más de alguna ocasión todos habremos experimentado un sentimiento de soledad, vivenciado algún momento de aislamiento o experimentado la pérdida de un vínculo social. Recordemos que durante la pandemia del covid, el aislamiento forzoso al que nos vimos sometidos fue el motivo de millones de crisis individuales que se tradujeron en un aumento en las llamadas de auxilio de parte de personas que estaban sufriendo crisis emocionales de tipo psicológica y en la mayoría de los casos estas crisis estaban provocadas por una sensación de abandono que experimentaron personas que vivían solas.

A pesar de que la soledad ha sido tema principal de producciones culturales musicales, literarias o cinematográficas desde hace largo tiempo, su adopción como objeto de estudio por parte de las ciencias sociales ha sido retomada en fechas recientes, porque anteriormente se utilizaba un enfoque clínico ya que se le asociaba con problemas relacionados con la depresión individual y ausencia de estabilidad emocional por lo que se enfocaba en atender al individuo, bajo esta perspectiva se percibía la soledad de una manera negativa como la expresión cercana a una patología.

De la misma forma, se solía pensar que la soledad era algo que experimentaban sólo los adultos mayores que vivían en nidos vacíos o sufrían abandono social. Pero al aumentar el número de investigaciones sobre el tema, los resultados obtenidos permitieron abordar la soledad bajo una perspectiva más amplia porque se descubrió que la soledad es padecida por individuos que pertenecen a diferentes perfiles sociodemográficos en todo el mundo. No sólo los adultos mayores padecen soledad, también existe soledad en adultos y una dato relevante fue el descubrimiento de que un alto porcentaje de jóvenes afirmaron sentirse solos.

Esto nos lleva a reconocer que el problema de la soledad no solo ha crecido en tiempos recientes, sino que al mismo tiempo se ha ampliado su presencia, mientras se ha seguido subestimando su existencia, por lo que es necesario reconocer que existen cifras negras sobre el número de personas que la padecen, porque al igual que en las estadísticas de violación sexual, existe un gran porcentaje de personas que sufren de soledad, pero no comentan con nadie sus sentimientos de aislamiento porque perciben su estado de soledad como un problema o falla personal y eligen aislarse lo que les impide a ver que la soledad que padecen en forma individual, se ha convertido en un problema social ya que es compartida por un gran número de personas y la soledad se ha posicionado como un problema estructural porque es el resultado de la desigualdad social provocada por el sistema capitalista en su versión neoliberal.

También es necesario reconocer que el estudio de la soledad bajo una perspectiva científica no ha sido posible abordarlo porque existe una ausencia de definiciones de la misma, por lo que un paso necesario en la dirección de superar esta subestimación de la soledad, es construir una definición de la misma que sirva como concepto de referencia y con la construcción de conceptos teóricos estaremos en condiciones de tener la certeza de que estamos hablando de lo mismo cuando hablamos de soledad y podamos evitar caer en la confusión de pensar que estar solos es sinónimo de soledad.

Desde una perspectiva psicológica la soledad se percibe como una sensación displacentera asociada con la carencia de intimidad personal, es decir, una ausencia real o percibida de relaciones sociales satisfactorias que pueden ser acompañadas de angustia psicológica, otros autores la definen como una discrepancia entre las relaciones interpersonales actuales y las deseadas y coinciden en percibirla como una experiencia displacentera que ocurre cuando la red de relaciones sociales de una persona es deficiente en forma cualitativa o cuantitativa (12).


 
Pero la confirmación de que la soledad ha crecido como una pandemia porque la padecen millones de personas en el mundo entero y la confirmación de que varios grupos sociodemográficos la padecen, así como el descubrimiento de la existencia de diferentes tipos de soledad, nos obliga a ir más allá de la perspectiva psicológica, porque de insistir en mirarla sólo con el lente de la Psicología, podemos incurrir en un reduccionismo psicológico que ignore los factores económicos, políticos y sociales que están provocando la actual crisis de soledad mundial.

En esa línea de pensamiento debemos reconocer que la soledad se ha configurado como un fenómeno multidimensional que involucra aspectos individuales como rasgos de personalidad, autoestima, autoconocimiento, autoaceptación y capacidad de interacción social, como aspectos sociales y económicos relacionados con cambios en el trabajo, impacto del desarrollo tecnológico en nuestras vidas cotidianas, ausencia de políticas gubernamentales que atiendan las necesidades sociales, el crecimiento de una ignorancia colectiva, seguimiento a noticias falsas que contribuyen a lograr una manipulación política de sentimientos y emociones de quienes padecen soledad.

En base al surgimiento de diferentes tipos de soledad que muestran la existencia de una soledad deseada, debemos reconocer que la soledad es un fenómeno subjetivo potencialmente estresante y que su vivencia depende de la interpretación que haga la persona que está viviendo en condiciones de soledad, porque puede ser interpretada como una situación negativa o una oportunidad de autoconocimiento. Con la incorporación de estos nuevos elementos asociados a la soledad, podemos ver que es necesario reconstruir una nueva definición de lo que significa la soledad, por lo que se necesita realizar más investigaciones sobre la misma, sobre todo cuando estamos viendo el avance de la tecnología, de la inteligencia artificial y los cambios culturales que afectan y provocan una mutación antropológica constante del comportamiento humano.  

Al margen de lo anterior, puede señalarse que existe consenso acerca de la existencia de algunos factores sociodemográficos que podrían influir en el surgimiento de sentimientos de soledad. Por un lado, tenemos la edad, en diversos estudios se ha encontrado que un segmento de la sociedad que experimenta sentimientos de soledad con más frecuencia son las personas adultas mayores, las personas de edad avanzada, porque han sobrevivido a una mayor número de fallecimiento de personas cercanas, se encuentran en el ocaso de sus vidas, padecen limitaciones físicas de interacción social por enfermedades propias de la edad y sobre todo sufren de una disminución de la atención social por parte de familiares, seres queridos y autoridades gubernamentales.

Como se señaló líneas arriba, de manera sorprendente ha surgido otro segmento de la población que reporta padecer de intensos sentimientos de soledad y está conformado por los niños, adolescentes y jóvenes que nacieron en pleno desarrollo tecnológico y pasaron su infancia y pubertad rodeados de dispositivos tecnológicos que afectaron el desarrollo de habilidades sociales y no pueden encajar en grupos sociales porque pasan gran parte de su tiempo utilizando redes sociales interactuando en un mundo virtual que es totalmente diferente al mundo real, por lo que llegan a sentir una soledad creciente y tendencias al aislamiento social. A este grupo de edad se le ha bautizado como “la generación ansiosa” que se ve afectada por el excesivo uso de redes sociales que está provocando una epidemia de enfermedades mentales entre los jóvenes (13).

El género es otro factor demográfico que se presenta como predisposición a experimentar soledad, además de su mayor longevidad que las expone a un mayor número de pérdidas de personas cercanas, además que dentro de la cultura patriarcal y machista que caracteriza la sociedad contemporánea, existen factores que empujan al aislamiento a millones de mujeres, tan solo tomemos en cuenta que en Latinoamérica existe un alto porcentaje de mujeres que son madres solteras, mujeres abandonadas o viudas que terminan viviendo sus últimos días en estado de abandono y creciente soledad.

El nivel socioeconómico es un factor determinante ante el crecimiento de la desigualdad social que se refleja en el aumento de la pobreza en millones de hogares y actualmente se observa una tendencia a percibir la desigualdad social como una desigualdad individual, lo cual genera mayor sensación de aislamiento y soledad en las mayorías empobrecidas.

En línea contraria a la percepción dominante que existe sobre la soledad, desde una perspectiva fenomenológica la soledad puede ser un indicador saludable de las limitaciones humanas en el sentido de que puede ser concebida como una oportunidad para reflexionar y utilizar el aislamiento social de tal forma que se pueda construir una autoconsciencia que permita un desarrollo integral de la personalidad y el aprendizaje de vivir solo(a) se convierta en una fuente de creatividad y fortaleza.

En cualquier caso la soledad es un experiencia subjetiva porque todo depende de la evaluación que cada persona haga de su situación interpersonal en la que se encuentra del tipo de déficit social que experimente y de la perspectiva temporal que esté asociada con la soledad (14). Por lo regular, la soledad presenta dos tipos de déficit, una es la carencia de apoyo social que se presenta en la ausencia de figuras significativas que brinden soporte emocional, social, afectivo, económico, etc. Por otro lado, la soledad siempre se vincula con la falta de una figura de apego particular, por lo que la soledad es concebida como disrupciones en el sistema de apego social.

Puede clasificarse el estado de soledad en una soledad de tipo emocional que se presenta cuando se interrumpe o existe una ausencia de apego emocional con alguien cercano y esta soledad puede superarse a través de un proceso de autoconocimiento y aceptación que permita elever la autoestima, de tal forma que se pueda estar en condiciones de incorporarse a otro apego emocional en una nueva relación.

Por otro lado, se puede hablar de soledad de aislamiento social que se caracteriza por la ausencia de una redes sociales de apoyo familiares amistades y gubernamentales, lo cual produce una marginación económica, psicológica y política. También se puede hablar de soledad deseada que consiste en el hecho de que una persona desconecta conscientemente del resto para vivir en soledad porque eso es lo que desea, ya que en ocasiones se torna necesario estar aislados de los demás para explorar la propia interioridad y avanzar en un proceso de crecimiento personal y emocional, por lo que la persona aún cuando está sola no se percibe como tal.

La mayoría de la gente conoce la soledad no deseada que es la más peligrosa porque provoca dolor, genera sufrimiento y por lo mismo la persona que la padece nunca se acostumbra a ella. Este tipo de soledad se vive en forma interna y la sensación de soledad está presente aún cuando se esté rodeado de otras personas, porque las relaciones interpersonales que mantiene se caracterizan por ser superficiales y se experimenta la sensación de no tener a nadie al lado (15).

De igual forma la perspectiva temporal de la soledad cambia la percepción de la misma de tal forma que pueden mencionarse una soledad crónica que dura largo tiempo y conduce a la persona a experimentar una incapacidad para establecer relaciones sociales satisfactorias y que en algunos casos provoca el surgimiento del síndrome de Noé que consiste en que las personas acumulen de manera compulsiva animales que adoptan como mascotas que les brindan compañía y de esta forma ayudan a paliar los efectos negativos de la soledad .

Aparte de las anteriores también existe una soledad situacional está vinculada por lo regular a situaciones estresantes como la experiencia de un divorcio, la muerte de la pareja, de los padres o la partida de los hijos y finalmente, encontramos una soledad transitoria que suele ser la más común y se presenta en la forma de breves espacios de tiempo en los cuales se experimenta un sentimiento de soledad.

Finalmente, al analizar el tema de la soledad en los humanos debemos tener siempre presente que como todo comportamiento social la misma es percibida de acuerdo a parámetros culturales, por lo que existe una relatividad en su valoración. En algunas culturas europeas, la soledad puede ser percibida como sinónimo de fortaleza o de estado saludable, mientras que en cultura americanas, la soledad es percibida con temor y valorada como algo negativo. Pero por lo general, la soledad es fuente de angustia para quien la padece ya que no experimenta un sentimiento de pertenencia a un grupo o carece de vínculos sociales profundos y esto lo confirman diversos estudios que muestran que la soledad y el aislamiento social están asociados con mayores riesgos de padecer problemas de salud como enfermedades cardiacas, depresión y deterioro cognitivo (16).

La soledad como problema social

Mientras el mundo sigue girando la realidad social sigue cambiando y los paradigmas utilizados para estudiarla se muestran cada vez más insuficientes e incapaces para comprender lo que está sucediendo. Un ejemplo de ello es el término crisis, el cual desde hace décadas se utilizaba para explicar todo lo que no está funcionando y su significado se centraba en explicar un cúmulo de circunstancias relacionadas con la economía, por lo que se hablaba de crisis económica.

Pero la separación del poder político y del poder económico, debilitó al Estado provocando que se afectara la capacidad de éste último para cumplir con su función de guardián del bienestar social, por lo que la crisis que estamos viviendo es realmente distinta ya que nos encontramos viviendo un “Estado de crisis” creciente (17) que ya no es temporal sino que se ha convertido en una situación permanente que se agrava con el paso del tiempo, situación que planteó la necesidad de crear un nuevo significado a la palabra que ya no redujera el uso del término a la economía y permitiera comprender en mejores condiciones la dinámica social contemporánea.

En esa línea de pensamiento cuando se habla de crisis social, ya no sólo se hace referencia a una crisis económica porque se incluye también la existencia de una crisis política que describe el distanciamiento entre líderes y seguidores, representantes y representados. De igual forma, la crisis social incluye la crisis ecológica que está destruyendo al medio ambiente, a la naturaleza y la salud de las personas (18). El desmantelamiento de los sistemas de salud pública provocado por la implementación de políticas neoliberales que vieron en la salud un lucrativo negocio y privatizaron los servicios de salud, produjo el surgimiento de una crisis sanitaria porque el estrangulamiento de las instituciones de salud pública afectó la atención oportuna a las necesidades de salud de millones de personas que pertenecen a las mayorías marginadas.

La creciente agudización de las contradicciones internas del sistema económico en que vivimos nos obliga a usar un nuevo concepto para hacer referencia a la crisis social que estamos atravesando y el más pertinente sería el término policrisis, porque nos permite describir de manera integral una crisis social que se manifiesta en múltiples dimensiones.

Con el uso de este nuevo término se puede concebir una mirada más amplia de la crisis social que estamos enfrentando y hoy nos encontramos en un momento de la historia en el cual vemos el surgimiento de un problema social que brinda un nuevo rostro a esta policrisis y es precisamente la soledad como un problema social que afecta a millones de personas en el mundo entero, por lo que ante la presencia de la soledad a nivel global, podemos decir que estamos en un nuevo tipo de crisis, una crisis de soledad mundial (19) que hace referencia a las condiciones de aislamiento social en el que viven una inconmensurable cantidad de personas a nivel global.

En noviembre del 2023, después de que la empresa Gallup publicara los resultados de una investigación realizada en 140 países en la que se encontró entre otros datos que una de cada cuatro personas reportó sentirse sola, que casi la mitad de los adolescentes de 10 a 12 años y alrededor del 60% de los jóvenes de 16 a 24 años afirmaron haberse sentido solos en más de una ocasión, la OMS anunció la creación de una comisión para abordar el problema de la soledad como una amenaza urgente para la salud pública (20)

El crecimiento de la soledad como un problema social está relacionado con múltiples factores como el aumento incontrolado de la desigualdad social porque la crisis económica produce millones de crisis individuales en la medida que genera una marginación económica en amplias capas de la población mundial. Por otro lado, los cambios demográficos que se están presentando contribuyen a la atomización de nuestra sociedad, porque se traducen en cambios en nuevas estructuras de los grupos sociales.

Esto se refleja con mayor claridad en el grupo familiar porque la familia extensa (integrada por abuelos, nietos, hermanos, tíos cuñados, etc.) pierde interés y se reduce el contacto social entre sus integrantes, al mismo tiempo que surgen otros tipos de familia diferentes a la familia nuclear que está integrada por padre, madre e hijos a causa del surgimiento de nuevos tipos de familias. Una evidencia de ello es la existencia de un gran número de familias monoparentales que están encabezadas por una mujer, ya sean madres solteras, mujeres viudas, personas divorciadas, o inclusive familias donde existe solo el padre y los hijos con la figura materna ausente.

Por otro lado, podemos observar que aumenta el número de familias mixtas o compuestas, integradas por padres divorciados o viudos que tienen hijos, que contraen matrimonio con mujeres divorciadas o viudas que también tienen hijos y todos conviven bajo un mismo techo formando una nueva familia.

La aportación del concepto de sociedad líquida descrita por el sociólogo Zygmunt Bauman, nos permite comprender que la sociedad contemporánea presenta una inestabilidad constante, donde todo fluye y se transforma de manera continua, afectando los vínculos sociales, los valores y las estructuras de grupos, organizaciones e instituciones que conforman nuestra sociedad, de tal forma que la manera de relacionarse entre las personas presenta una volatilidad que impide predecir su duración y esto está afectando al impedir la consolidación del amor romántico y consolidar el amor líquido en las relaciones de pareja, al impedir la integración a los grupos de trabajo, al extinguir el sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades y al transformar al homo sapiens en homo consumens.

La policrisis que padecemos tiene una dimensión particular que es pertinente rescatar en el análisis de la soledad y esta dimensión crisis de la institución del matrimonio que surge como resultado de los cambios culturales, demográficos y económicos. La vida en pareja para toda la vida ya no forma parte de las aspiraciones de millones de personas, los divorcios son tan frecuentes como los matrimonios y una gran cantidad de personas reporta haber tenido un gran número de parejas sexuales y más de un divorcio en sus vidas (21).

Con el crecimiento de las ciudades surge una “arquitectura disuasoria” porque las nuevas unidades habitacionales están diseñadas para restringir el acceso a personas consideradas extrañas o indeseables, con la construcción de fraccionamientos exclusivos y calles cerradas se produce una división entre conocidos y extraños, nosotros y ellos, al mismo tiempo que los hogares tienen rejas de protección que las convierten en nichos solitarios que inhibe la interacción entre los vecinos que comparten un mismo espacio geográfico y provocan que se desconozca el nombre e información de quienes viven a lado de nuestros domicilios. La tendencia a crear espacios cerrados como respuesta a la inseguridad provocada por la delincuencia urbana, crean las condiciones para que aflore el miedo a lo desconocido, una aversión a los extraños y el surgimiento de la aporofobia (rechazo, aversión u odio hacia las personas en situación de pobreza, especialmente aquellas que se encuentran sin hogar).

Junto al crecimiento de las ciudades, la necesidad de transporte aumenta, pero las autoridades de gobierno, lejos de resolver la necesidad de transporte eficientando y modernizando el transporte público, o construir ciclovías para promover el uso de bicicletas, prefieren invertir en grandes avenidas para que los automóviles particulares puedan circular libremente beneficiando con esta omisión a los distribuidores de automóviles por lo que éstos se han convertido en el medio de transporte favorito de la población, pero sólo de aquella población que tiene capacidad económica para comprar y pagar los altos precios de los automóviles.

Aquel sector de la población citadina que no posee automóvil particular, no0 sólo padece las fallas del sistema de transporte público, sino que también experimenta una marginación a diferencia de aquellos que tienen automóvil propio y tienen mayor control de su tiempo, la gente de a pie, invierte gran cantidad de su tiempo en esperar el servicio de transporte colectivo para acudir y regresar de sus centros de trabajo o lugar de estudios.

Muchas personas que perdieron a su pareja por divorcio o muerte natural, deciden vivir solos y ya no buscan pareja, el resultado de esta circunstancia y las arriba mencionadas, es que hoy en día un gran número de personas viven solas y pasan en soledad los “días especiales” como “día del amor y amistad”, día de las madres, día del padre, noche buena, navidad y noche de fin de año, los reciben como un día más en soledad y para muchos de ellos, es cuando la soledad se siente de manera más intensa y dolorosa.

La soledad se ha convertido en un fenómeno social creciente al cual no se le ha dado la suficiente atención a pesar de la existencia de millones de personas que viven solas sin compañía alguna, acompañadas de mascotas de su preferencia. La soledad no conoce fronteras y la presencia de personas que padecen soledad se observa en todo el mundo. Estas personas interactúan en diferentes ámbitos de convivencia social actuando como nubes solitarias sin consolidar vínculos sociales, actuando como lobos esteparios que se mantienen en en la periferia de la dinámica social acumulando sentimientos de tristeza, frustración, abandono y sensación de soledad (22).

Existen estudios que reportan que la soledad y el aislamiento social tienen un impacto profundo en la salud, porque se encontró que aquellas personas que no tienen vínculos significativos corren un mayor riesgo de sufrir derrames cerebrales, ansiedad, depresión, demencia y suicidio, porque la soledad puede experimentarse como un sentimiento invasivo y debilitante al producir dolor emocional.

Reiterar que somos seres sociales adquiere mayor sentido al encontrar que varios estudios sobre la soledad han encontrado una correlación directa entre la soledad y un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, derrames cerebrales y otros padecimientos de la salud. Mientras que esos mismos estudios señalan que al analizar dos grupos integrados por individuos que toman, fuman, son sedentarios y lo que les separaba fue que el primer grupo estaba integrado por individuos solitarios y el segundo por personas que estaban integrados a su comunidad.

Los resultados mostraron que los integrantes del grupo que mantuvieron comportamientos de participación social en su comunidad, tuvieron una mayor longevidad, una salud más estable, mientras que los individuos aislados presentaron mayores problemas de salud e inclusive alto número de fallecimiento y se concluyó que lo que marcó la diferencia de años de vida en ambos grupo fue la sociabilidad contribuye a mantener una buena salud porque una vida social activa parece estimular el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades graves, por lo que estos estudios resaltan la importancia del contacto social para mantener en buen estado nuestra salud

Los individuos que experimentan una soledad creciente se han convertido en un nuevo nicho del mercado que está siendo capitalizado al surgir empresas que ofrecen servicios de “rentar un amigo” por horas o días, es decir, se paga una tarifa económica por disfrutar de la compañía de una persona que finge ser un amigo durante cierto intervalo de tiempo. Los consumidores de este tipo de amistad son por lo regular personas de mediana edad que trabajan mucho y no tienen tiempo para hacer amigos o adultos mayores que se sienten solos y no tienen amistades o familiares que les hagan compañía.

Estamos viendo que la soledad afecta a millones de personas sin importar la edad, género, ocupación etnia o lugar de origen, y la soledad emerge como un gran problema social porque provoca graves daños a la salud física y mental de quienes la padecen, porque presentan ausencia de ejercicio físico, altos nieles de consumo de tabaco, alcohol, drogas y obesidad. Debido a los efectos económicos que provoca la soledad, se puede decir que enfrentamos una “economía de la soledad”, que transforma un problema social en un problema político, porque el ascenso de los partidos políticos de derecha a nivel global ha sido posible porque manejaron un discurso político que tocó fibras sensibles de aquellas personas que se sienten solas y hemos visto que la soledad y el populismo de derecha hacen buena pareja en jornadas electorales.

Esta inclinación hacia la derecha y extrema derecha de grandes sectores de la población mundial, sólo puede ser comprendida si contemplamos la manipulación política de la masa de individuos que se sienten solos, marginados e ignorados por los gobernantes anteriores. Es en este punto que debemos reconocer que el tema de la soledad no se limita a la falta de amor, de compañía, o a la sensación de sentirse abandonado por la pareja, familiares, amigos o vecinos. Los resultados de las elecciones que deron el triunfo a políticos de ultraderecha nos obligan a vincular la soledad con la ausencia de políticas gubernamentales que estén dirigidas a satisfacer necesidades sociales, a la falta de políticas que estén diseñadas para propiciar el bienestar de la comunidad.

La soledad está relacionada con la política porque no se limita a la falta de apoyo familiar o de apoyo social, porque la sensación de soledad y de aislamiento social también es provocada por la marginación económica provocada por la desigualdad social y la exclusión política. La soledad y el aislamiento provocan emociones de ansiedad, inseguridad, temor, mismas que pueden ser manipuladas por la ultraderecha que hace referencia a tiempos del pasado para resaltar lo que se ha perdido y señalar culpables utilizando noticias falsas provocando que las personas que se sientan solas vean en ellos una alternativa para mejorar su situación actual

En este contexto, la soledad colectiva que es vivida en forma individual por millones de personas en el mundo entero, se presenta como un gran problema social, no sólo por el sufrimiento colectivo de quienes la padecen y necesitan experimentar sentimientos de pertenencia a grupos, organizaciones y comunidad, sino también por el peligro que representa que grupos de ultraderecha gobiernen apoyados por el tecnofeudalismo que estamos viendo surgir frente a nuestros ojos, manipulen estos sentimientos de soledad en beneficio del capital privado (23).

Conclusiones

La soledad es un término polisémico, rodeado de subjetividad y que puede ser abordado desde múltiples perspectivas porque se puede percibirse de maneras diferentes. Existen personas que disfrutan estar solos, invierten su tiempo en lecturas, en escuchar música, en conectar con la naturaleza realizando caminatas, viendo atardeceres, haciendo ejercicio físico, etc. Este tipo de soledad deseada es disfrutada por un sector reducido de la sociedad, porque una gran mayoría de la población sufre una soledad que produce dolor sufrimiento, esta es la soledad no deseada y el motivo principal que dio origen al presente escrito.

Por estas razones, debemos reconocer que la soledad está rodeada de subjetividad y su potencial estresante depende de la interpretación que haga la persona que está viviendo en soledad. Lo que sí debemos evitar es ver a la soledad como la expresión de una patología que está necesariamente acompañada de consecuencias negativas, porque la soledad puede enfrentarse como una adversidad que contribuya a fortalecer el carácter, partiendo de la premisa de que las dificultades que enfrentamos en la vida pueden ayudar a las personas a desarrollar su capacidad de resiliencia, permitir el crecimiento de una empatía ante el sufrimiento ajeno y a contribuir a la construcción una autoconsciencia, porque las experiencias dolorosas pueden transforman a una persona para hacerla más fuerte, adaptable y estar mejor preparado para sobreponerse a futuros obstáculos.

Otro punto relevante en el estudio de la soledad es que nos ayuda a superar la creencia de que sólo los ancianos sufren de soledad, porque las investigaciones recientes reflejan que la soledad la padecen personas que pertenecen a todos los grupos sociodemográficos (niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos).

Este descubrimiento nos permite afirmar que autoridades gubernamentales, académicos, investigadores y pensadores sociales han subestimado la existencia de la soledad ya que existe una cifra negra que oculta su verdadera dimensión y el descubrimiento del crecimiento de la misma como un problema estructural de la sociedad contemporánea obliga a académicos, investigadores y pensadores sociales a investigarla con una mirada que rebase el enfoque individual y pueda ser abordada como un problema social que incluya aportaciones desde una perspectiva multidisciplinaria que rebase al psicologismo y pueda construirse una nueva definición de la misma.

El lado de la soledad que se pretende enfatizar en este artículo es el crecimiento de una soledad no deseada que padece una mayoría de la población y que ha evolucionado al grado de configurarse como una crisis de soledad que crece como pandemia en nuestra sociedad, una soledad que provoca dolor sufrimiento y hace sentir a las personas que están solas.

Recordemos que por naturaleza somos seres gregarios que pertenecemos a vivir en grupos y evitamos la soledad, por esa razón se considera que el mayor castigo para el ser humano es el aislamiento social, es lo que hacían las tribus primitivas que expulsaban de sus comunidades a quienes violaban sus reglas y es lo que hacen hoy en día en los centros penitenciarios con aquellos prisioneros que intentan romper las reglas y para disciplinarlos se les encierra por determinados períodos de tiempo en celdas de aislamiento total, donde se les priva de contacto humano y permanecen a oscuras sin ningún rayo del sol por lo que pierden la noción del tiempo y sus mentes pueden perderse en el laberinto de la locura ante la falta de estímulos.

En estos momentos una gran parte de la humanidad se encuentra viviendo como esos prisioneros en una soledad no deseada, inmersos en una oscuridad social pensando que son los únicos que se encuentran aislados sufriendo la soledad, viven como nubes solitarias en un cielo despejado sin sentir la cercanía de sus semejantes, actúan como lobos solitarios sufriendo de soledad, ignorando que forman parte de una gran cantidad de personas que se encuentran en condiciones similares.

Esta parte de la humanidad emite un silencioso grito de ayuda que se refleja en incremento de casos de depresión social, aumento de alcoholismo, tabaquismo, casos de ansiedad e intentos de suicidio. Son el reflejo de una sociopatología que es negada por autoridades médicas que actúan como funcionarios del consenso al reducir una problemática social a problemas de índole individual ocultando las causas estructurales de esto problemas de salud mental (24).

Una sociopatología que normaliza comportamientos sociopatológicos de quienes nos gobiernan y de gran parte de la población que acepta como algo natural la existencia de una desigualdad social y que tiende a ver los problemas sociales como problemas personales sin ninguna conexión entre sí, desconociendo que desde una mirada social, todos los problemas sociales están intervinculados con la estructura del sistema capitalista en que nos encontramos viviendo.

Este mudo grito de auxilio es ignorado no sólo por las autoridades responsables de la implementación de políticas públicas que proporcionen y garanticen un bienestar social, porque su tampoco es escuchado por académicos, intelectuales y pensadores sociales que viven en sus torres de marfil, aislados de un mundo social que está inmerso en una cauda de cambios constantes por lo que se requiere de la construcción de nuevos paradigmas teóricos para estudiarlo y para construirlo, se requiere “un baño de realidad”. (25).


 

Esta demanda de ayuda no forma parte de la agenda de los políticos que funcionan bajo la democracia representativa (Senadores, Diputados, presidentes municipales, Gobernadores), porque su comportamiento está guiado por un oportunismo político que los lleva a mirar a la población sólo en períodos electorales con la finalidad exclusiva de solicitar el voto a su favor para llegar al poder y una vez estando en el mismo le dan la espalda a quienes les favorecieron con sus votos e ignoran las necesidades sociales.

Pero la realidad es cruel para una inmensa mayoría de la población que padece los efectos de una creciente desigualdad social (marginación económica, pobreza social, creciente precariedad, violación de derechos a la salud, pensiones, educación, empleo, etc.). A este cúmulo de problemas se suma el descubrimiento de que varias investigaciones recientes informan que a nivel global ha aumentado de manera significativa el número de personas que experimentan sentimientos de soledad y afirman sentirse aislados del resto de la sociedad, estas investigaciones revelan que viven en soledad millones de personas y esta información es la base que permite afirmar que estamos frente al surgimiento de una crisis de soledad mundial que afecta a amplios sectores de la sociedad.

Esta pandemia de la soledad surgió cuando el neoliberalismo dejó de ser sólo una doctrina económica para convertirse en una ideología y un estilo de vida que eliminó los vínculos sociales al promover un hiperindividualismo que provocó que las personas se autoperciban como individuos que pueden vivir aislados de los demás. El neoliberalismo despojó al ser humano de su condición de ciudadano que pertenece a una comunidad y lo redujo a la condición de consumidores que están sometidos a las necesidades de las grandes empresas y del capital financiero. Bajo esta nueva ideología lo social ha sido debilitado hasta el grado de casi lograr desaparecer de nuestro vocabulario y en su lugar ha crecido una sociedad en la que una gran parte de sus integrantes vive como átomos desvinculados de las demás personas.

Bajo este reconsideración de que la soledad no es un problema individual, sino el resultado de implementación de políticas neoliberales, podemos afirmar que la soledad, como todo problema personal, en realidad es un problema político, que se desnuda como tal al ver que la atomización de la sociedad y el sufrimiento de grandes conglomerados sociales que experimentan una marginación son utilizadas como un botín político por parte de los grupos, políticos y partidos de ultraderecha que manipulan esa insatisfacción social para canalizarla en períodos electorales y llegar al poder político.

Lo que no alcanzan a ver aquellos sectores sociales que votan a favor de partidos de ultraderecha es que están votando por aquellos políticos que no sólo procederán a destruir al Estado despojándolo de su función de bienestar social al desviar fondos públicos de programas sociales para fortalecer al poder corporativo, mientras eliminan derechos laborales y sociales, provocando una agudización de la crisis social al dejar morir a millones de personas al recortar servicios sociales de salud, educación, alimentación, vivienda, trabajo, etcétera. Esto es lo que está sucediendo en Argentina, Estados Unidos y varios países de Europa donde gobierna la ultraderecha intentando revivir al fascismo en pleno siglo XXI.

 En un momento histórico en el que se presentan cambios generacionales que se reflejan en un aumento de la población de mayor edad, aumenta de manera urgente la necesidad de estudiar el aislamiento social y la soledad, pero debe quedar claro que el aislamiento social y la soledad no se podrán resolver utilizando sólo una perspectiva médica, porque no se le puede reducir a la condición de un problema de salud pública, porque la soledad es algo más que la ausencia de compañía, debido a que incluye un estado interno en el cual la persona experimenta una sensación de desconexión social, de incomprensión de los demás y estas sensaciones pueden desarrollar una incapacidad para crear experiencias afectivas con otras personas.

Todos podemos ayudar a combatir la soledad, partiendo de la premisa de que la amistad es un buen antídoto para combatir la soledad. Si conocemos a alguien que esté viviendo solo, es recomendable buscar incrementar la interacción con esa persona. Debemos reconocer que tenemos un poder sobre otras personas que consiste en que ejercemos una influencia social a través de nuestro comportamiento, apariencia, vestimenta y comportamiento verbal. 

Podemos combatir la soledad desarrollando nuestra capacidad de amar, construyendo nuestro amor propio, recuperando el amor a la vida, el amor a nuestros semejantes, a la vida en comunidad, a la vida social. El amor no sólo es una “locura entre dos”, el amor hacia la humanidad también existe, no perdamos oportunidad para demostrarlo y brindemos amor de manera especial a aquellas personas que padecen y sufren soledad. Hoy por ellos, mañana por nosotros.

Además de esa capacidad para ayudar a cambiar a otras personas, tenemos el poder de exigir a quienes ocupan cargos de representación popular que atiendan las necesidades sociales y aumenten su contacto con las comunidades que les ayudaron a llegar al poder político. Todos podemos actuar como agentes de cambio social (26) si empezamos a revolucionar nuestras consciencias para despojarnos de la ideología individualista que nos han bañado en la narrativa social y empezamos a construir una identidad social que nos ayude a recuperar el sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades.

Dentro de esta revolución de nuestras consciencias (27) se encuentra la necesidad de reconstruir nuestra autoimagen como seres sociales, además requerimos reconceptualizar lo que entendemos por política para dejar de verla como “lo que hacen los políticos” y reconocer que es imposible no involucrarse en política porque nuestra vida cotidiana está atravesada por relaciones de poder que moldean nuestra existencia a través de la implementación de políticas públicas.

En consecuencia, para comprender la realidad, es necesario reconceptualizar la política y construir una identidad como sujetos políticos, porque seguir resistiéndose a participar en política trae como consecuencia un precio muy alto que es el incremento del sufrimiento humano debido a que la desigualdad social sigue en aumento y hoy nos encontramos en el inicio de la era del tecnofeudalismo que consiste en que la oligarquía empresarial ha llegado al poder político gracias a las conquistas políticas de fuerzas de ultraderecha a nivel global.


 Debemos identificar el vínculo entre nuestra vida privada y la vida pública, para reconocer que lo personal es político y la pandemia de soledad que estamos observando es resultado de décadas de implementación de políticas neoliberales. Si nos damos cuenta de que millones de personas padecen los mismos problemas personales que nos afectan, porque los problemas locales tienen un origen global, podríamos convertir nuestros problemas personales en problemas públicos y comprender la necesidad de unirnos con nuestros vecinos, compañeros de trabajo y otros ciudadanos para luchar en la solución de los problemas sociales que nos afectan, a esto se le llama política.

El problema de la soledad, como cualquier problema social es el resultado de acciones humanas, en consecuencia, su solución sólo provendrá de acciones humanas que actúen de forma política, es decir, de manera organizada, colectiva y unida. Necesitamos aprender que las grandes decisiones que afectan nuestras comunidades y vidas personales están siendo tomadas por pequeños grupos que se reúnen en espacios cerrados para decidir que hacer con los fondos públicos que aportamos la ciudadanía a través del pago de nuestros impuestos. Una vez que comprendamos que quienes nos gobiernan deberían actuar como servidores públicos y no como ladrones profesionales, estaremos en condiciones de exigir participar en esas decisiones que afectan nuestras vidas personales y colectivas.

De esta manera podemos concluir que para evitar que siga creciendo la soledad y sacar de su aislamiento y sufrimiento a quienes padecen la soledad, necesitamos reconocer que todos somos portadores de un brillo personal, el cual crece como un fueguito cuando tomamos consciencia de que tenemos un poder revolucionario que se alimenta en la medida que fortalecemos nuestra identidad social y ese sentimiento de pertenencia a nuestra comunidad nos brinda la fuerza para actuar en forma colectiva y encontrar la solución a los problemas que nos afectan aumentando nuestra participación social.

Al participar en política experimentaremos una sensación parecida a la que se logra en un proceso de psicoterapia, porque la psicoterapia tiene como objetivo liberar a las personas de sus temores irracionales, de sus miedos sin fundamento, de su baja autoestima y de su dependencia hacia otras personas, estimulando un crecimiento personal, una estabilidad emocional para lograr un empoderamiento y autonomía individual. Mientras que la política busca crear las condiciones para lograr un empoderamiento colectivo, promoviendo el desarrollo de un pensamiento autónomo, una autonomía colectiva integrada por personas autónomas que se perciban a sí mismos como individuos capaces de lograr grandes cambios sociales (28).

No podemos seguir ignorando la soledad porque todos hemos experimentado en algún momento de nuestra vida la sensación de estar solos, la realidad es que no estamos solos, existen miles de personas que viven en soledad y pueden superar esa sensación de estar solos con tan solo solicitar ayuda para recibirla, la soledad se combate con interacción social, dos personas que se sientan solas y se lo cuentan entre sí, no aumentan su soledad, al contrario, a través de la comunicación desvanecen su soledad. 

Eso es lo que hacen los grupos de autoayuda, reunir a personas que padecen adicciones como tabaquismo, alcoholismo, drogadicción ludopatía, adicción al sexo, etc. Se reúnen y comparten su dolor, al compartirlo y descubrir que no son los únicos, se liberan de ese dolor y en el grupo encuentran la fortaleza que les falta a nivel individual. Juntos se levantan, solos permanecen en una lenta agonía.

(Oye tu, allá afuera en el frío. Aislándote, envejeciendo. ¿Puedes sentirme?. Oye tu, no los ayudes a apagar la luz. No te rindas sin luchar. Oye tu, allá afuera, solo ¿me ayudarías a cargar esta piedra? Oye tu, no me digas que no hay esperanza en absoluto. Juntos permanecemos, divididos caemos. Roger Waters)

Necesitamos evitar que la soledad sea el principal instrumento de control y manipulación social y esto sólo lo podremos lograr si combatimos las causas estructurales que generan soledad y las raíces de la soledad se encuentran en la desigualdad social de un sistema económico y político que está sumido en una crisis social. Por lo que necesitamos actuar como sujetos políticos para construir un mundo nuevo y lo que hoy estamos viendo es que el viejo orden mundial está desapareciendo, un nuevo orden mundial está surgiendo y necesitamos actuar bajo la premisa de que una crisis es una oportunidad, necesitamos aumentar nuestra participación social para exigir que sean escuchadas nuestras voces, recuperar los derechos perdidos y lograr que los problemas que hoy enfrentamos desaparezcan el día de mañana.


1.- El sentido práctico. Bourdieu, Pierre. Siglo XXI editores, 1980

https://sociologiaycultura.wordpress.com/wp-content/uploads/2014/02/bourdieu-el-sentido-prc3a1ctico.pdf

2.- Psicología de los grupos sociales. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/intervencion-psicologica-con-grupos.html

3.- El individuo privatizado. Castoriadis, Cornelius

file:///C:/Users/oscar/Downloads/el-individuo-privatizado%20(1).pdf

4.- Video: El individualismo en la época hipermoderna: Gilles Lipovetsky - audio interpretación

https://www.youtube.com/watch?v=_uQjdAueTUQ&ab_channel=UniversidadDiegoPortales

5.- Los campos de exterminio de le desigualdad. Thernorn, Goran. Fondo de cultura económica. México. 2016

https://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/default/files/2018-11/338781708-Therborn-Los-campos-de-exterminio-de-la-desigualdad-pdf.pdf

6.- La sociedad de la ignorancia. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/10/lasociedad-de-la-ignorancia-oscaryescas.html

7.- .- Lo que vimos en nuestras plataformas durante las elecciones de 2024 alrededor del mundo

https://about.fb.com/ltam/news/2024/12/lo-que-vimos-en-nuestras-plataformas-durante-las-elecciones-de-2024-alrededor-del-mundo/

8- Las elecciones en 2024 atestiguan la consolidación de ultraderecha en Europa

https://www.swissinfo.ch/spa/las-elecciones-en-2024-atestiguan-la-consolidaci%C3%B3n-de-ultraderecha-en-europa/88598311

9.- Elecciones europeas 2024: dónde creció la extrema derecha

https://www.dw.com/es/elecciones-europeas-2024-d%C3%B3nde-creci%C3%B3-la-extrema-derecha/a-69326348

10.-2024 en el mundo: un genocidio y la ultraderecha al poder

https://piedepagina.mx/2024-en-el-mundo-un-genocidio-y-la-ultraderecha-al-poder/

11- ¿Sobrevivirá la democracia al totalitarismo contemporáneo? Yescas. Oscar.

https://oscaryescasd.blogspot.com/2024/02/sobrevivira-la-democracia-al.html

12.- La soledad como fenómeno psicológico: un análisis conceptual

Montero, María y López Lena

https://www.medigraphic.com/pdfs/salmen/sam-2001/sam011d.pdf

13.- La generación ansiosa. Porqué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes. Haidt, Jonathan. Ed. Paidís, Barcelona, 2024

https://proassetspdlcom.cdnstatics2.com/usuaris/libros_contenido/arxius/57/56982_Generacion_ansiosa.pdf

14.- Sentimiento de soledad, patología del siglo XXI. Fenoy, Rafael. Psicólogo en Aesthesis Psicólogos Madrid

https://www.psicologosmadridcapital.com/blog/sentimiento-soledad-patologia-siglo-xxi/

15.-Sentimiento de soledad: que es, cómo reconocerlo y cuando pedir ayuda- Todaro, Riccardo. Psicoterapeuta cognitivo-conductual

https://www.unobravo.com/es/blog/soledad

16.- Soledad y aislamiento social: sugerencias para mantener conexiones sociales

https://www.nia.nih.gov/espanol/soledad-aislamiento-social/soledad-aislamiento-social-consejos-mantenerse-conectado

17.- Estado de crisis. Bauman, Zygmunt/Bordoni, Carlo. Editorial Paidós, Barcelona, 2016.

18.- No hay Planeta B. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/09/no-hay-planeta-b-el-ecocidio-del.html

19.- El siglo de la soledad. Hertz, Noreena. Editorial Paidós. Ciudad de México, 2022

https://www.youtube.com/watch?v=ACuqAwlcOlc&ab_channel=ClaudioAlvarezTeran

20.- ¿Es la soledad el mal del siglo?

https://www.dianova.org/es/noticias/es-la-soledad-el-mal-del-siglo/?gad_source=1&gbraid=0AAAAABiTZWTB1MVyf2KG6RI4DYqyi8LMq&gclid=CjwKCAjwwqfABhBcEiwAZJjC3ojwwgKw9a8FxQNCiMnLGaRZ98qZ74TwJUMLUncmW21efEGzlJ7XaBoCu9oQAvD_BwE

21.- La crisis de soledad provocada por la ruptura amorosa y el cambio de paradigma en la relación de pareja. Yescas, Oscar. https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/04/la-crisis-de-soledad-provocada-por-la.html

22.- El siglo de la soledad. recuperar los vículos humanos en un mundo dividido. Hertz, Noreena.

https://www.youtube.com/watch?v=ACuqAwlcOlc&ab_channel=ClaudioAlvarezTeran

23.- Durmiendo en la oscuridad del Autoritarismo disfrazado de democracia mientras arriba al poder el tecnofeudalismo

https://oscaryescasd.blogspot.com/2025/01/durmiendo-en-la-oscuridad-del.html

24.- Pensamientos sobre la sociopatología contemporánea. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2024/09/pensamientos-sobre-la-sociopatologia.html

25.- El compromiso social del trabajador intelectual. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/05/el-compromiso-social-deltrabajador.html

26.- El agente de cambio social. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/01/el-agente-de-cambio-social-oscar-yescas.html

27.- La revolución de las consciencias. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/06/la-revolucion-de-las-consciencias-oscar.html

28.- Psicoterapia y política. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/04/psicoterapiay-politica-oscaryescas.html