domingo, 8 de septiembre de 2024

 

Justicia, poder y bienestar social 

(por  una aprobación de la reforma judicial en México) 

Oscar Yescas Domínguez

08 de septiembre del 2024




Introducción

Antecedentes

El largo camino por la recuperación de la democracia electoral en México

En defensa de la soberanía popular

Precisiones sobre los conceptos de bienestar y justicia social

Conclusiones


Introducción

Vivimos un mundo de contrastes en el cual se amplía cada vez más la brecha que separa a un reducido sector de menos del 1% de la población mundial que concentra la mayor parte de la riqueza que se produce socialmente, de un 99% de personas que viven en condiciones de creciente precariedad o se encuentran en franca pobreza.

El mundo de hoy es diferente al mundo que existía hace sólo cinco años, nos encontramos inmersos en un proceso de transformación social que nos rebasa en nuestra capacidad de análisis y respuesta por lo que simplemente tendemos a adaptarnos a los cambios. Pero la adaptación no es la respuesta, necesitamos enfrentar, desarrollar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar la dinámica de cambios sociales que están diluyendo las instituciones que forman el soporte de nuestra sociedad, sumergiéndolas en una crisis que se caracteriza por una creciente distancia entre el discurso y la acción que las alejan de la población que deberían proteger y garantizar su bienestar social.

Nos encontramos con evidencias irrefutables de que todo a nuestro alrededor está cambiando, la sociedad tal y como la conocíamos está cambiando, el mundo entero se está transformando antes nuestros ojos y podemos ver la agonía del viejo orden mundial que encabeza Estados Unidos junto al surgimiento de nuevas potencias mundiales que emergen en el escenario internacional y establecen alianzas política entre varios países para formar nuevos bloques dentro de una naciente geopolítica que cambia las reglas del juego, por lo que no es exagerado decir que estamos observando el nacimiento de un nuevo orden mundial multipolar.

En forma paralela a estos cambios económicos y políticos, estamos viendo en esta dinámica social, la presencia de varios movimientos colectivos alrededor del mundo que emergen para luchar en defensa de derechos que les están siendo eliminados, en defensa del medio ambiente, en contra del genocidio del pueblo palestino que está cometiendo el ejército de Israel con la complicidad del bloque de países que conforman Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN.

El método de las alianzas que construyen las nuevas potencias mundiales, nos recuerda el aprendizaje que proporciona la participación en las luchas sociales que consiste en que nos permite descubrir la existencia de un poder colectivo que desconocíamos y que surge cuando se realizan acciones colectivas, organizadas y en forma unida, porque produce un empoderamiento popular.Un poder que no es nuevo porque ha sido utilizado como estrategia de lucha por diversos movimientos colectivos con resultados positivos al conquistar varios derechos sociales y laborales. Este poder social es el resultado de la participación conjunta de millones de personas en la realización de una misma actividad simultáneamente.

El desarrollo tecnológico nos permite crear una interacción de grandes conglomerados sociales, utilizando dispositivos digitales que posibilitan una comunicación horizontal entre miles o millones de personas simultáneamente. Una convocatoria lanzada en redes sociales puede concentrar a miles de personas en un punto geográfico para alzar la voz en forma colectiva, manifestando aprobación o rechazo hacia un tema de relevancia social.

Por estas razones podemos decir que la participación social en nuestros días se caracteriza por tener dos escenarios, una interacción social que se da en las calles donde miles de personas que no se conocen entre sí, construyen una nueva identidad social para expresar acciones de rechazo o aprobación de ciertos cambios sociales y una interacción que se da en una realidad virtual porque millones de personas vivimos conectados a través de diferentes redes sociales, usando internet y diferentes dispositivos tecnológicos.

Partiendo de la premisa de que el mundo entero experimenta una serie de cambios sociales que se presentan en forma intermitente y discontinua, debemos reconocer que todos nosotros formamos parte de ese mundo en constante transformación, por lo que debemos prestar atención a un proceso de cambio del cual no se habla. Junto a las grandes transformaciones sociales, estamos observando la existencia de una una transformación antropológica porque los individuos experimentan cambios en su forma de percibir la realidad y se encuentran en un proceso de construcción de una nueva identidad, dejando atrás el hiperindividualismo para recuperar la identidad social perdida, reconstruir el sentimiento ausente de pertenencia a nuestras comunidades, asumirse como sujetos sociales y percibirse a sí mismo como sujetos políticos. Este poder social que estamos construyendo al participar en movimientos colectivos, no sólo nos da la fuerza para promover cambios sociales, sino que también nos proporciona una transformación individual en la que avanzamos en un empoderamiento individual.

Un elemento nuevo en el escenario social que debe destacarse es que estamos presenciando la irrupción de un relevo generacional en las luchas sociales, porque podemos confirmar que la mayoría de quienes participan en los movimientos colectivos contemporáneos son personas jóvenes que hacen acto de manera espontánea responden a una convocatoria o anuncio de manifestación para hacer acto de presencia en concentraciones colectivas que de manera espontánea hacen acto de presencia para manifestarse a favor de un tema de relevancia social.

Debemos tener presente que los grandes cambios que se han registrado en la historia se lograron gracias a la lucha de varios movimientos colectivos que conquistaron derechos políticos, laborales, sexuales y sociales. En estos días la atención del pueblo mexicano se centra en la discusión que está teniendo lugar en la Cámara de Senadores para tomar la decisión de aprobar o rechazar la iniciativa de ley sobre la reforma judicial que presentó el Presidente de la república en febrero pasado.

El debate sobre la aprobación de esta ley está funcionando como detonante social porque algunos grupos conservadores intentaron impedir que se discutiera esta ley por parte de los diputados y llegaron al extremo de impedir el acceso al edificio de la Cámara de diputados. Estos grupos que están conformados por representantes de la oposición al gobierno de AMLO coinciden de manera sospechosa con la postura que tomó el embajador de Estados Unidos en México Ken Salazar, quien haciendo gala de intervencionismo extranjero llegó al extremo de afirmar que “la elección por voto popular de los jueces representaría un peligro para la democracia en México y afectaría las relaciones entre Estados Unidos, Canadá y México.

 


Pero estos grupos que muestran una rotunda negativa al diálogo y simplemente expresan su rechazo a la aprobación de la reforma judicial, parecen ignorar que durante varias décadas, la imagen que se tuvo de México en el escenario internacional, era la imagen de un país invadido por la corrupción, el hartazgo por las injusticias sociales, por los altos niveles de corrupción que fueron provocadas por la corrupción del poder judicial de la federación. Se niegan a reconocer que en México no existe un Estado de derecho porque el 94% de los delitos que se cometen no se denuncian y del total de delitos que son denunciados, sólo se resuelve el 2%, lo que significa que en México la justicia se vende al mejor postor.

Defienden lo indefendible como lo es que la corrupción ha invadido las entrañas del poder judicial, cuyos integrantes olvidaron su rol de servidores públicos, dejaron de proteger a las víctimas y se han dedicado a defender al capital privado nacional e internacional en perjuicio de la nación y proteger a delincuentes de alto nivel económico, mientras actúan violando las leyes, disfrutan de grandes privilegios al gozar de sueldos que triplican los ingresos del propio Presidente de la república.

Sectores conservadores intentarán impedir que la Cámara de Senadores sesione y discuta esta ley, pero la población mexicana ha decidido salir a las calles para defender y exigir la aprobación de la reforma judicial, porque ésta formó parte del programa de gobierno propuesto por Andrés Manuel López Obrador y de la campaña electoral de Claudia Sheinbaum.

La aprobación de la reforma judicial responde a una necesidad social de recuperar el Poder judicial que se encuentra actualmente secuestrado por individuos que han olvidado el concepto de servidor público, que aprovechan su puesto para enriquecer sus fortunas personales, se han dedicado a defender a las grandes empresas transnacionales, a delincuentes de cuello blanco, a políticos acusados de participar en actos de corrupción y han abandonado a las víctimas de actos de corrupción e injusticias para defender a los victimarios, provocando un vacío de justicia social y una ausencia del Estado de Derecho en la república mexicana.

La aprobación de la reforma judicial permitirá recuperar el Estado de Derecho en México, contribuirá a terminar con la corrupción imperante en esa institución y ayudará a consolidar la construcción de una verdadera justicia social, porque la corrupción de ministros y jueces han sido la piedra angular que sostiene la corrupción en la nación entera. Para comprender cómo es que el pueblo mexicano perdió el control de una institución tan importante como lo es el poder judicial, necesitamos comprender los acontecimientos que tuvieron lugar en las últimas décadas y la necesidad de continuar con el proceso de transformación de la nación mexicana.

Antecedentes

En la década de los noventas, después de la caída de la Unión soviética, la economía de libre mercado logró expandirse a nivel mundial gracias al surgimiento de la globalización que debilitó la figura de los Estados-Nación al reducir la soberanía y control de sus territorios, por la exigencia impuesta de que los Estados permitieran la desregulación de las economías nacionales para favorecer el crecimiento del mercado a nivel global. Junto a este debilitamiento de los gobiernos nacionales surgió un nuevo poder internacional que actúa como una delincuencia organizada que pretende obtener el control mundial para garantizar sus beneficios económicos a escala mundial.

Este nuevo poder global es el poder económico que representa al capital privado internacional y funciona a la manera de un cártel de delincuentes que logró imponer su poder económico al poder político que gobierna los países en el mundo entero. Los dirigentes de esta nueva agrupación informal son los directivos de las grandes corporaciones multinacionales que han invadido mercados nacionales exigiendo la desregulación comercial, pidiendo concesiones especiales para la inversión extranjera y debilitando a la competencia local o nacional hasta lograr su extinción o total absorción.

También se encuentran en él los directivos de organismos financieros internacionales que deciden a qué gobiernos nacionales pueden otorgarles créditos de grandes cantidades de dinero que aumentan la deuda externa, mismos que están condicionados al comportamiento económico y político de la nación solicitante y sobre todo a la implementación de políticas neoliberales que permitan reformas a sus constituciones que faciliten el saqueo de sus recursos naturales y la implementación de medidas que representan verdaderos ataques a la clase trabajadora como la implementación de topes salariales.


 De igual forma están incluidos en este agrupamiento internacional los Presidentes de varios países que aceptaron renunciar a su condición de servidores públicos para entregar la soberanía de sus países y gobernar imponiendo políticas neoliberales que afectan a la población que los llevó al poder, pero que favorecen al capital privado nacional y extranjero

Una mención especial lo merecen otros integrantes de esta organización informal que son los los legisladores de diferentes partidos políticos, que aceptaron aprobar a principios de este siglo diferentes reformas a las constituciones que contemplaba la debilitación de la figura del Estado_nación con el objeto de eliminar instituciones estatales para proceder a la privatización de sus servicios públicos y la eliminación de derechos laborales que fueron conquistados en movimientos colectivos que lucharon el siglo pasado.

Junto a ellos se encuentran los dueños de medios masivos de comunicación que participan en una guerra informativa construyendo de manera constante una falsa realidad a través de la distorsión de la información, la promoción de contenidos en sus programas para reforzar un aprendizaje informal que tiene como objetivo crear actitudes colectivas de conformismo, indiferencia y obediencia.

Por último, pero no por ello menos importante porque representan una pieza importante en la conformación de esta agrupación no reconocida oficialmente, se encuentran los integrantes del poder judicial de cada país (Ministros, Jueces Magistrados), porque con su complicidad han funcionado como la piedra angular que permitió que la corrupción se institucionalizara en las estructuras gubernamentales y son los directamente responsables de la ausencia del Estado de Derecho y el consecuente crecimiento infinito de un incalculable número de injusticias en cada país.

Jueces y Ministros son los que confabularon para permitir la evasión fiscal de grandes empresarios, afectando con su actuación el desarrollo de la economía nacional, son quienes emiten amparos para proteger a delincuentes de alto nivel económico y político y han permitido la liberación de funcionarios públicos que desviaron recursos públicos en su beneficio personal, de miembros de la delincuencia organizada, mientras ellos mismos se beneficiaban percibiendo sueldos tan altos que resultan ser amorales y disfrutan de fideicomisos con recursos públicos que les otorgan beneficios que los ubican como una verdadera casta privilegiada.

La ausencia de un sistema de impartición de justicia durante décadas permitió que la corrupción formara parte de la cultura organizacional de dependencias gubernamentales, que se llegara a considerar como un “acto natural” la desviación de recursos públicos por parte de personajes que pervirtieron la política al ligarla con actos de corrupción y en la cultura social se llegó a aceptar que la política era sinónimo de corrupción, “el que no tranza, no avanza”.

La ausencia de justicia social y de un Estado de Derecho permitió que la desigualdad social creciera a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, que los ricos se convirtieran en hiperricos y que una inmensa mayoría de la población viva en una creciente pauperización, que un gran porcentaje se encuentre padeciendo un sufrimiento colectivo al estar viviendo en condiciones de pobreza y miseria y que hoy en día enfrentamos un aumento de los problemas sociales que afectan a millones de personas.

Las oficinas del Poder Judicial se convirtieron en centros de corrupción que favorecen al capital privado nacional y extranjero y esta situación es la que inspiró a monseñor Oscar Arnulfo Romero, (obispo del Salvador, asesinado por el ejercito salvadoreño) a decir que “la justicia es como las serpientes, sólo muerde a los descalzos” (1) y pasó de ser un lugar que garantizará el Estado de Derecho y defendiera los derechos de las víctimas, a convertirse en una institución que protege a los victimarios.

El largo camino por la recuperación de la democracia electoral en México

Pero la vida da muchas vueltas y el rumbo que toma una sociedad se basa en la correlación de fuerzas que actúan en forma instituyente cuestionando lo establecido e impulsan un cambio social enfrentando a fuerzas instituidas que se resisten a los cambios actuando en forma conservadora e intentan mantener el conjunto de valores y normas que han tenido un papel dominante en la sociedad.

La dinámica de cambios sociales que inició a fines del siglo pasado ha estado creciendo de manera constante y nos encontramos en un momento de la historia en el que el mundo unipolar que estaba bajo el mando de Estados Unidos se tambalea y surgen movimientos en varios países que luchan por recuperar la soberanía perdida por el avance de la globalización y la dictadura del mercado.

En México, la corrupción al interior del poder judicial permitió que en las elecciones presidenciales del 2006, le robaran el triunfo que obtuvo Andrés Manuel López Obrador para darle la investidura presidencial a Felipe Calderón quien ingresó al Congreso de la unión por la puerta trasera porque el lugar estaba rodeado de miles de manifestantes que intentaron impedir el fraude presidencial.

Este ilegítimo Presidente continúo con las prácticas de corrupción de sus antecesores y avanzó mucho más allá al pactar con el cártel de Sinaloa un acuerdo de protección y procedió a iniciar lo que llamó “la guerra contra las drogas”, que consistió en sacar el ejército a las calles para combatir al resto de grupos de la delincuencia organizada que enfrentaban al Cártel de Sinaloa, una guerra que dejó cientos de miles de muertos durante ese sexenio.

En las elecciones del 2012, volvió a ganar con clara ventaja Andrés Manuel, pero nuevamente la palabra final la dieron integrantes del Poder Judicial que avalaron nuevamente el fraude electoral y decidieron dar el triunfo a Enrique Peña Nieto, provocando una gran irritación social con esta nueva burla a la voluntad popular. El descontento popular por la corrupción e impunidad en un creciente número de casos de injusticia y presencia de actos de violencia realizados por los grupos de delincuencia organizada, llegó a crecer al grado de que surgieron agrupamientos de civiles armados, tanto guerrillas que buscaban un cambio social por la vía armada, como de grupos de autodefensa de población civil que se organizó para combatir a diversos grupos de delincuentes. Estas manifestaciones se dieron en Michoacán (recordemos al Dr. Javier Mireles), en Veracruz, Guerrero y Chiapas.

Para las elecciones del 2018, el descontento popular rayaba en la irritación y la posibilidad de un nuevo fraude electoral en las elecciones presidenciales amenazaba con provocar un estallido social en varios estados de la república. Afortunadamente, Andrés Manuel López Obrador trabajó durante varios años en la construcción de un movimiento social que llamó Movimiento de regeneración social, visitando varios lugares de la república para formar comités locales y estatales, de tal forma que logró integrar a miles de militantes y un amplio número de simpatizantes, por lo que decidieron formar un nuevo partido político llamado Morena y participar en las elecciones del 2 de julio del 2018.

En estas elecciones la organización colectiva de millones de personas impidió numerosos intentos de fraude, motivó la participación electoral de un elevado número de la población mexicana y finalmente en su tercera participación en elecciones presidenciales, Andrés Manuel López Obrador logró obtener el triunfo electoral al recibir más de 30 millones de votos de la población mexicana logrando terminar con la dictadura perfecta del prianismo que duró más de 70 años en el poder y dejó desmantelado al Estado mexicano y al interior de las instituciones gubernamentales la herencia de un clima organizacional en la que la corrupción estaba presente.

La oligarquía nacional y extranjera no pudieron impedir el cambio de gobierno y utilizando a los medios de comunicación masiva estuvieron realizando una permanente guerra informativa en contra del gobierno de AMLO, una guerra que crecía en la medida que iban perdiendo privilegios y cotos de poder, pero la estrategia de AMLO de institucionalizar el programa llamado “La mañanera”, donde todos los días, desde las 7 de la mañana el Presidente se reunía con periodistas para dar información sobre el estado de la nación y responder a las preguntas de los asistentes, contrarrestó la desinformación y el uso de medios de información independientes logró que estos medios de desinformación masiva fueran perdiendo credibilidad con el paso del tiempo.

Por estos motivos puede afirmarse que en México, el cártel internacional de delincuencia organizada formado por el poder corporativo, han sufrido dos bajas importantes, la primera de ellas fueron los partidos políticos corruptos que se presentaron en coalición y fueron derrotados por el respaldo masivo que el pueblo mexicano le dio a Morena y a Andrés Manuel López Obrador, porque recibieron una baja votación: el Pri, el Pan, el Prd.

La grave crisis de credibilidad que enfrentaban el Pri y sus aliados anunciaban su inminente derrota, por lo que antes de las elecciones del 2018 se presentaron renuncias masivas de sus militantes para pasar a formar parte de las filas de Morena logrando obtener candidaturas a puestos de elección popular en las elecciones intermedias del 2021, pasando por encima de verdaderos militantes morenistas gracias a la complicidad de Direcciones estatales y nacional de Morena, lo que provocó que éste partido sufriera un descenso en el número de votos obtenido, pero se mantuvo en el poder (2).

Es importante reconocer apriori que en la construcción de una democracia social, la adopción de un solo enfoque en la forma de gobernar, la imposición de candidato y la sustitución de ejercicios de democracia electoral por el uso de técnicas como la encuesta, no abarcan todas las dimensiones de la sociedad y no abonan a consolidar la democracia, porque resultaría imposible lograr que 127 millones de personas lleguemos a pensar de la misma forma.

Por estas razones tanto en períodos de cambios políticos como en períodos de estabilidad social, la crítica a las formas de gobernar deben ser aceptadas como parte del ejercicio de la democracia porque forman parte de la construcción de una verdadera democracia y creo innecesario precisar que cuando hablo de crítica, me refiero a la crítica sustentada con argumentos y evidencias (3).

El triunfo de Claudia Scheinbaum en las elecciones presidenciales de junio pasado, reflejó la profundidad de la crisis de los partidos políticos de oposición, porque a pesar de la guerra sucia en contra de la candidata de Morena, Scheinbaum obtuvo más de 36 millones de votos, lo que la convirtió en la candidata presidencial que más votos ha obtenido en unas elecciones, superando inclusive al propio AMLO.

Mientras que los partidos de oposición obtuvieron las votaciones más bajas en su historia y la gravedad de su crisis política se reflejó con claridad con el hecho de que el Prd perdió su registro y Morena logró la mayoría absoluta tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, por lo que puede inferirse que las fuerzas políticas conservadoras agrupadas en estos partidos políticos, van por un camino que las conduce a su desaparición.

La segunda baja de aliados de la oligarquía nacional y extranjera, han sido los consorcios corporativos que poseen las grandes cadenas de televisión, periódicos, radio, etc. (Televisa, Tv Azteca, Milenio y otros medios de información masiva), porque han perdido ratings y enfrentan graves pérdidas que los colocan en la orilla del abismo y corren el peligro de desaparecer porque amplios sectores de la población mexicana han dejado de verlos por su evidente parcialidad y descaro en la distorsión de la información.

La presencia y funcionamiento de varios medios de comunicación alternativa que trabajan en redes sociales ha agudizado la gravedad de la crisis de credibilidad de los medios corporativos que son propiedad de magnates millonarios e intentan manipular la opinión pública, pero sus esfuerzos han resultado inútiles para frenar los cambios en México y prueba de ellos es que algunos periodistas que se vendieron al capital privado hoy enfrentan el despido de sus empleos porque ya no son útiles para sus jefes, dentro de estos casos podemos mencionar los nombres de Ciro Gómez Leyva y Sergio Sarmiento.

En defensa de la soberanía popular

Cuando una inmensa mayoría de la población padece un sufrimiento colectivo por un incremento de la desigualdad social y por la agudización de la crisis económica, provocando que millones de personas vivan en condiciones de pobreza que le impiden acceder a bienes y servicios, puede afirmarse que el Estado falló en su misión de garantizar el bienestar social.

El Estado mexicano se debilitó por el avance de la globalización que exigió la desregulación de la economía por parte de los gobiernos nacionales y la implementación de políticas neoliberales que permitieron la desaparición de instituciones gubernamentales y la privatización de servicios públicos. Estos cambios fueron acompañados por el crecimiento de grandes niveles de corrupción en los diferentes niveles de gobierno que afectaron la función del Estado como de guardián del bienestar social.

El Estado está conformado por varias instituciones gubernamentales que fueron creadas para funcionar de manera coordinada y armónica con el objetivo de garantizar el bienestar social de la población. No debemos olvidar que estas instituciones fueron creaciones humanas y de la misma forma que se introdujeron reformas neoliberales que benefician al capital privado nacional y extranjero, pueden ser reformadas para reincorporarlas en su misión de contribuir al logro del bienestar social, porque la existencia de estas instituciones se basa en el hecho de que reciben presupuesto público y quienes trabajan en dependencias gubernamentales reciben su sueldo de fondos públicos, por lo que el comportamiento esperado es que actúen como servidores públicos que tienen como responsabilidad principal el atender a la población para resolver los problemas que enfrentan nuestras comunidades.

Bajo esta perspectiva, podemos señalar que el crecimiento de la desigualdad social que se observa actualmente, está relacionado directamente con estructuras políticas de corrupción que han invadido las instituciones gubernamentales que en el caso de las instituciones de procuración de justicia en México, en realidad han estado trabajando para garantizar la opresión de la población y el enriquecimiento de unos cuantos privilegiados.

Esto nos permite ver con claridad la necesidad de implementar una reforma en el poder judicial porque la tasa de impunidad revela que los responsables de impartir justicia en México que tienen la responsabilidad de lograr que la justicia social forme parte del bienestar social, han fallado y su cuestionable actuación de enriquecer sus fortunas personales percibiendo altos sueldos y participando en actos de corrupción, es lo que ha provocado un vacío de justicia social en nuestro país.

Después de un sexenio de gobierno de Morena en México, podemos ver que todavía existen enormes brechas salariales entre los trabajadores de base en los diferentes niveles de gobierno y los mega sueldos que perciben los altos funcionarios que administran las instituciones públicas que continúan enriqueciendo sus fortunas, esta desigual distribución de las finanzas públicas, afecta el funcionamiento de las instituciones públicas porque la mayor parte del presupuesto de dichas instituciones se destina al pago de la nómina y una mínima parte se utiliza para el gasto operativo perjudicando el servicio que recibe la población.

En este contexto de evidente corrupción en el poder judicial que ha provocado un vacío de justicia social que afecta a la población mexicana, en un acto de reafirmación de soberanía nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Cámara de Diputados una iniciativa de ley de reforma al poder judicial que contempla reducir el número de Ministros, eliminar privilegios y sueldos inmorales que perciben los actuales responsables de impartir justicia y cambiar la forma de elección de jueces y magistrados, para permitir que la población tenga la oportunidad de elegir a quienes aspiran a ocupar cargos en esta institución pública.

En esta reforma se plantea que las y los Ministros de la SCJN, Magistrados del Tribunal Electoral y Magistrados del Tribunal de Disciplina (1,600), se elegirán por voto popular a nivel nacional en las elecciones ordinarias a partir de 30 candidaturas paritarias propuestas por los tres Poderes de la Unión. La reducción de la Suprema Corte de Justicia de 11 integrantes a sólo 9, la creación de un órgano de administración judicial y un Tribunal de disciplina.

Se reduce el período de duración en los cargos de 15 a 12 años, se plantea que ningún ministro, magistrado o juez podrá ganar un salario mayor al del Presidente de la república. Se eliminan las dos Salas. La Corte sólo sesionará en Pleno y sus sesiones deberán ser públicas. Se elimina la pensión vitalicia (haber de retiro) para actuales y futuros ministros y ministras. Sus remuneraciones deben ajustarse al tope máximo establecido para el Presidente de la República, sin excepción. (4)

La aprobación de esta reforma permitirá continuar con el proceso de reconstrucción del bienestar social iniciado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que continuará la nueva Presidenta Claudia Scheinbaum. La implementación de estos cambios ha provocado una fuerte resistencia al cambio, que ha llegado a niveles de rechazo por parte de fuerzas políticas que se oponen a estos cambios sociales y que se han caracterizado por defender las practicas de corrupción y formas de gobierno que prevalecían antes de la llegada de Morena al poder.

No debemos temer a la discusión política en tiempos de cambio social, porque toda sociedad humana tiene en su interior un potencial de morfogénesis, es decir tiene la capacidad para cambiar una o varias partes de sí misma que le permiten crear desviaciones al comportamiento promedio que después se llegan a convertirse en normas socialmente aceptadas de tal forma que regresan a períodos de estabilidad social .

Es natural que surjan diferentes percepciones sobre lo que debe hacerse para construir una sociedad que se caracterice por un funcionamiento democrático, pero lo que sí es innegable es la necesidad de lograr que la justicia social sea una realidad y no sólo una simulación.

La pluralidad de percepciones que existe en una sociedad conformada por más de 127 millones de mexicanos, hace que surja la necesidad de adoptar actitudes que permitan construir un diálogo en el que participen personas que tengan diferentes visiones de la realidad y a través de la comunicación construir un consenso que permita mantener un equilibrio entre las fuerzas que impulsan cambios sociales y las fuerzas que intentan restringir cualquier cambio social.

Pero debemos tener presente que para construir un diálogo se necesita que las personas que piensan de maneras distintas participen en una discusión manteniendo una actitud en la que se refleje la disposición de escuchar para comprender a aquellos que piensan de manera diferente, en esta interacción probablemente algunos pueden reconocer la necesidad de cambiar sus planteamientos o aceptar la validez de algunos argumentos esgrimidos por la otra parte.

En la construcción de una democracia social es importante tener presente que pensar de manera diferente a quien ocupa el poder en turno no debe considerarse como un problema, sino como parte natural de una dinámica social compleja y quien gobierna debe gobernar de tal forma que sus decisiones estén orientadas a procurar el bienestar de la mayoría de la población y representar a todos los que son gobernados y no solo a aquellos que los llevaron al poder.

Pero la discusión sobre la reforma judicial en México ha revelado que detrás de quienes se oponen a dicha reforma reciben el apoyo y financiamiento de organizaciones extranjeras que en un claro acto de intervencionismo, tratan de impedir que el poder judicial que ha estado funcionando como un aliado del poder corporativo en México, sea reformado porque de aprobarse esta reforma, ya no podrán seguir saqueando de manera impune los recursos naturales de nuestro país y ya no podrán seguir explotando laboralmente a la clase trabajadora, porque tendrán oportunidad de luchar y recibir un trato justo en la reivindicación de sus derechos laborales.

La aprobación de la reforma judicial en México, no sólo permitirá acabar con la corrupción en esa institución, también terminará con el vacío de justicia social, permitirá recuperar el Estado de Derecho y sobre todo, permitirá empoderar a la población mexicana al darle el poder de elegir a Ministros y jueces que estarán en la lupa por parte de la población mexicana que ya no acepta más actos de corrupción.

Precisiones sobre los conceptos de bienestar y justicia

Desde una perspectiva teórica, podemos afirmar que el bienestar social depende del reparto equitativo de los recursos en una sociedad, este bienestar se logra cuando las personas pueden tener acceso a bienes sociales, como adquisición de vivienda, medios de transporte, servicios de salud, oportunidades de realizar deporte, oportunidades de tener empleo, etc. Pero lo que estamos presenciando en nuestra realidad es la ausencia de bienestar social porque ha crecido la desigualdad social a niveles inéditos provocando el rápido enriquecimiento de unos cuantas personas que en sólo unos años se han convertido en hiperricos al concentrar en sus manos cuantiosas fortunas, ¿cómo es que ha crecido la desigualdad social?

Debemos tener claro que el incremento súbito de la riqueza para unas cuantas personas que se han convertido en hiperricos en un lapso relativamente breve de tiempo, se debe a una distribución desigual de la riqueza que se produce socialmente, en palabras llanas, el enriquecimiento de unos cuantos se debe al despojo de la riqueza social que produce la clase trabajadora, afectando el bienestar social de una gran mayoría de la población que trabaja en condiciones de explotación laboral, recibiendo salarios bajos y laborando largas jornadas laborales, gracias a la reforma laboral que promovió en 2012 el Presidente ilegítimo Felipe Calderón y que fue aprobada en las Cámaras de Diputados y de Senadores por políticos que recibieron sobornos para dar su voto a favor.

En el caso de la justicia, se puede decir que la justicia trata de la justa y equitativa distribución de cargas, recursos y poderes en una sociedad (5), algún despistado podría argumentar que los jueces gozan de los inmorales sueldos que perciben porque han hecho los méritos suficientes como para haber llegado a esa posición de poder.

Pero se ha denunciado que al interior del poder judicial no sólo existen altos niveles de corrupción que han convertido a esa institución en “la casa de los corruptos más famosos”, sino que también existe nepotismo porque 60 familias de Magistrados y Jueces son quienes controlan el acceso a laborar en la misma y determinan la carrera laboral de miles de trabajadores del poder judicial.


 
Debemos tener presente que en un contexto de desigualdad social, privilegiar el mérito como criterio principal para obtener privilegios personales o de grupo no es un acto racional, porque en el contexto de crisis social se debe privilegiar el criterio de las necesidades sociales para la distribución de recursos que permitan poner la persona adecuada en el puesto adecuado para satisfacer la necesidad de justicia que padecen millones de personas, que están siendo afectadas por un lento avance de la justicia y en el peor de los casos por la ausencia de justicia.

Partiendo de la premisa de que lo que nos proporciona una “calidad de vida” es vivir en condiciones sociales que estén libres de explotación económica y de abuso de derechos humanos, podremos observar que hay un claro nexo entre bienestar y justicia, por lo que la aprobación de la reforma judicial se presenta como una urgente necesidad social ya que permitirá terminar con la dictadura de la toga y el birrete.


 Si todavía alguien duda de la necesidad de una reforma judicial, debemos recordar el dicho popular que habla sobre las personas que están en prisión y se expresa de la manera siguiente: “ni están todos los que son, ni son todos los que están”. Es decir, no todas las personas que están presas son realmente culpables, mientras que los culpables de varios delitos disfrutan de libertad y esta anomalía se debe a la deficiente actuación de integrantes del poder judicial que no han tenido pudor alguno en enviar a personas inocentes a prisión y en liberar a delincuentes provocando una grave crisis de credibilidad en las instituciones que representan.

Conclusiones

Nos encontramos viviendo tiempos de cambios sociales, vivimos tiempos líquidos en los que parece que estamos parados sobre una pista de hielo y necesitamos movernos para no caer debajo de esta frágil capa de hielo. No es suficiente con adaptarse a los cambios, necesitamos utilizar el aprendizaje que nos brinda el participar en luchas sociales para reconstruir nuestra identidad social, promoviendo un empoderamiento individual y colectivo que nos conduzca a percibirnos a nosotros mismos como sujetos políticos que estamos participando en la discusión colectiva de asuntos de interés general y construir una identidad como agentes de cambio social.

Los cambios sociales seguirán presentándose, pero debemos aprovechar esa energía y nuestro potencial como agentes de cambio para planear e impulsar los cambios a nuestro favor. La población mexicana votó a favor de la continuidad de la transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador dándole a Claudia Scheinbaum y a Morena más de 36 millones de votos.

Estos cambios políticos permitieron que Morena y sus aliados tengan mayoría absoluta en la Cámara de diputados y una mayoría relativa en la Cámara de Senadores, lo que ha permitido que la iniciativa de ley de reforma judicial haya resistido y superado los obstáculos que intentan frenarla y llegado a manos de los senadores que la discutirán en los días siguientes.

La reforma judicial representa un cambio de gran envergadura en la vida política de México porque representa la oportunidad de eliminar un aliado poderoso del poder corporativo en México, que con su actuación e involucramiento en actos de corrupción ha provocado grandes daños a la población mexicana y a la nación en su conjunto.

Pero debemos tomar consciencia de que junto a estas trasnformaciones que estamos viviendo, nos estamos transformando a nosotros mismos, de tal forma que estamos tomando consciencia de que no necesitamos un Mesías o una persona que venga a salvarnos de los problemas que nos están afectando.

Hemos encontrado un nuevo significado de la política al tomar consciencia de que la política no se limita al comportamiento de políticos corruptos, sino de que la política significa la discusión colectiva de hombres y mujeres reunidos en espacios públicos, para analizar los problemas sociales que nos afectan y tomar acuerdos bajo consenso identificando las soluciones a dichos problemas y decidir actuar en forma colectiva, unida y organizada en la implementación de acciones que contribuyan a solucionar dichos problemas (6). En la medida de que las comunidades alzan sus voces en espacios públicos y logran ser escuchadas al reclamar la defensa de derechos sociales, laborales, políticos y humanos, estas comunidades están realizando acciones políticas que tendrán consecuencias en beneficio de los integrantes de esas comunidades. 


 La mayor parte de lo que nos rodea han sido creaciones humanas y las instituciones gubernamentales fueron creadas por el ser humano y con esa visión del ser humano como ser supremo del ser humano, la población tiene la facultad de reformar y cambiar las instituciones que fueron creadas para garantizar el bienestar social. La transformación social es un tarea política y colectiva, la transformación de la sociedad en que vivimos implica cambiar la concepción que tenemos de nosotros mismos como sujetos objetos de acciones de quienes están en el poder en turno, para percibirnos como personas empoderadas que podemos romper la asimetría con la que el poder nos ha tratado y afortunadamente, en el caso de México, la iniciativa de ley de reforma al poder judicial proviene del gobierno mexicano y dentro de esta iniciativa se contempla darle el poder al pueblo para elegir a quienes serán los responsables de impartir justicia.

Nos encontramos en medio de una confrontación entre dos proyectos de nación, uno que intenta mantener la corrupción, la impunidad, el nepotismo y un cúmulo de privilegios para quienes han corrompido el poder judicial para servir al capital privado nacional e internacional y otro que busca la democratización en la impartición de justicia promoviendo la participación social en la elección popular de ministros y jueces, recuperar el Estado de derecho y lograr que la justicia social realmente contribuya a la construcción del bienestar social de la población mexicana.

Para consolidar la transformación social, debemos tener presente que una verdadera transformación social debe contar con la participación y compromiso de grupos organizados y de personas que experimenten compromiso social y se autoperciban como agentes de cambio social. “La transformación social nace de las necesidades sentidas por la comunidad, por lo tanto, la transformación social tiene como objetivo inmediato el promover y lograr la participación social de los integrantes de las comunidades (7).

Estamos viendo la emergencia de nuevos sujetos sociales en amplios sectores de la juventud que han salido a las calles para expresar su respaldo a la aprobación de la reforma judicial, gritando consignas como las siguientes: “Norma Piña, tú eres la rapiña”, “Si hay elección, no hay corrupción”, Poder judicial por voto popular”, “No más privilegios, no más corrupción”estas manifestaciones son ignoradas por los grandes medios de comunicación propiedad de la oligarquía nacional y extranjera, pero la presencia de múltiples medios de comunicación alternativa están contrarrestando el vacío de información y sin duda alguna contribuirán a inclinar la balanza con el peso de votos a favor de la aprobación de la reforma judicial. Pero más allá de la aprobación de la ley de reforma judicial, lo relevante de los tiempos que estamos viviendo es que está surgiendo un empoderamiento colectivo en amplios sectores de la población que apuntalan las acciones del gobierno que tiendan a recuperar la soberanía nacional perdida, pero que mantienen una independencia política que les permitirá ejercer la crítica social al poder en turno, porque la población ha tomado consciencia de que tiene un poder que puede ejercer para influir en la dinámica social y política de México.

El relevo generacional de luchadores sociales está en marcha y ninguna fuerza conservadora podrá detener a esta marejada de jóvenes conscientes de la situación política nacional e internacional que han decidido asumir su rol de agentes de cambio social, actuando como sujetos políticos. Todos debemos participar en la trasformación social del mundo que nos rodea, porque todos tenemos historicidad, es decir, la capacidad de cambiar la historia para construir un nuevo mundo que sea diferente al que estamos viviendo y en ese mundo debe estar presente un nuevo poder judicial para que al bienestar social está basado en una justicia social y en la existencia de un Estado de Derecho.

1.- https://citas.in/frases/82176-oscar-romero-la-justicia-es-igual-a-las-serpientes-solo-muerde/

2.- ¿La política en la crisis, o la crisis en la política? Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/05/lapolitica-en-la-crisis-o-la-crisis-en.html

3.- El trampantojo electoral mexicano. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/09/el-trampantojo-electoral-mexicano-oscar.html

4.- Reforma al poder judicial de la federación. Gobierno de México

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/892010/REFORMA_AL_PODER_JUDICIAL__2_CS.pdf

5.- Validez psicopolítica: el proximo reto de la psicología comunitaria. Prillentensky, Isaac. Prólogo a introducción a la Psicología comunitaria de Maritza Montero.

6.- En busca de la política. Yescas, Oscar

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/enbusca-de-la-politica-oscaryescas.html

7.- Fortalecimiento y transformación social. Montero, Maritza

https://es.scribd.com/document/354731108/Fortalecimiento-de-La-Ciudadania-y-Transformacion-Social


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