lunes, 15 de mayo de 2023

                                         La otra política

Oscar Yescas Domínguez

15 de mayo 2023

(Foto tomada de la portada del libro ¿Qué es la política? de Hanna Arendt. Editorial Ariel)

Nuestro enemigo número 1 es la ignorancia, y creo que el enemigo número 1 para todos es no comprender lo que está sucediendo hoy en el mundo” Julian Assange

La realidad social en la que vivimos es una sola, las diferentes formas de vivirla se dan en función de la percepción individual de cada persona y lo que determina nuestra percepción individual de la realidad, son las condiciones de vida que resultan ser diferentes en función de la desigualdad social que existe en nuestra sociedad contemporánea, porque estamos sometidos a un determinismo económico.

Por esas razones, describir la realidad social es una tarea que representa una gran complejidad y si llegamos a solicitar a un grupo de personas que describan la realidad social, sólo podríamos aspirar a obtener resultados similares a los que se obtendrían si le pidiéramos a varios pintores que plasmen en un lienzo una imagen que refleje su percepción de la realidad social: varias imágenes completamente diferentes entre sí.

Aún con todas las dificultades que implica describir la realidad social en el momento histórico que nos tocó vivir, la agudización de la crisis del sistema social en que vivimos, aumenta cada día nuestra necesidad de comprenderla, para estar en condiciones de tomar el control y proceder a su transformación en la forma que nosotros queramos y no seguir limitados a la simple adaptación de los continuos cambios sociales que estamos padeciendo.

Una vez que hemos tomado esta decisión, podemos percatarnos de que el principal problema que enfrentamos es que la transformación de la realidad es una tarea colectiva y el principal problema que enfrentamos es que la mayoría de las personas ignora lo que está sucediendo y lo más grave aún, es que no le interesa saberlo. Esta ignorancia es realmente peligrosa porque la humanidad entera enfrenta graves amenazas que ponen en peligro su propia existencia: cambio climático, contaminación ambiental, destrucción de la naturaleza, explotación irracional de recursos naturales, desertificación creciente y tala excesiva de arboles, amenaza de una tercera guerra mundial, etc.

Paradójicamente, esta misma ignorancia es la que lleva a millones de personas a aceptar más la posibilidad de que llegue el fin del mundo de un momento a otro debido a un desastre nuclear, la caída de algún meteorito, o por algún otro motivo, que aceptar la posibilidad de que los seres humanos tenemos la capacidad de cambiar el sistema económico, político y social en el que estamos viviendo a nivel mundial, en el contexto de la economía de libre mercado.

Pero lo cierto es que vivimos tiempos en los que la desigualdad social ha crecido a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, por lo que es imposible permanecer indiferente ante las numerosas injusticias sociales que forman parte de nuestra vida cotidiana, por la sencilla razón de que una gran mayoría de la población es objeto de violación de sus derechos humanos, laborales o sociales y llegará el momento en que las injusticias nos afectarán directamente y nos veremos en la necesidad de reaccionar.

Aún cuando es evidente que la realidad no es la misma para todos, porque existe una gran brecha abismal que separa a una inmensa mayoría de personas que se encuentran en proceso de precarización, de una pequeña minoría que vive en la opulencia, debido a la ceguera moral que prevalece en nuestra época, un gran sector de la sociedad sólo reacciona ante la desigualdad social, únicamente cuando son afectadas directamente por alguna injusticia.

Por esta razón, si miramos con ojos críticos a nuestro alrededor, podremos ver que a pesar de que vivimos un momento de la historia en el que nunca antes habían existido tantos motivos para levantarse en pie para luchar en contra de la injusticia, de la corrupción y de la impunidad, todavía podemos ver la existencia de un gran conformismo social, impunidad en actos de corrupción y la existencia de una gran simulación que proviene desde aquellos gobiernos que llegaron al poder con la bandera de la lucha en contra de la corrupción, manejando un gatopardismo que consiste en cambiar todo, para que todo siga igual.

En el contexto de esta crisis social que hemos venido padeciendo desde hace años, que ha afectado a una inmensa mayoría de habitantes del planeta al empujarlos a un proceso de constante precarización, mientras que por otro lado, se beneficia a sólo unos cuantos con el crecimiento inédito de la desigualdad social, podemos analizar a las instituciones públicas, políticas y sindicales que existen en nuestro sistema social y constatar que su funcionamiento se caracteriza por la presencia de una gran simulación, que impide que cumplan con la función para la que fueron creadas, ya sea porque sus dirigentes no están calificados para ocupar los puestos que ocupan, porque incurren en actos de corrupción, o simplemente muestran indolencia, el asunto es que actúan de manera contraria a los comportamientos esperados por la mayoría de la población en función de los puestos públicos que ocupan. Esta es la parte de la crisis social que se manifiesta en forma de crisis política que se refleja en la crisis de todas las instituciones que conforman los cimientos de nuestra sociedad.

¿En qué consiste la crisis política y cómo se manifiesta la simulación en ellas? Para responder a esta pregunta, se pueden mencionar algunos ejemplos que nos permitan entender lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Empecemos mencionando el ejemplo más claro de crisis institucional que lo representa nada menos que la Iglesia católica, que ha estado enfrentando un escándalo mundial por cientos de denuncias de miles de niños que reportan haber sido violados por sacerdotes católicos.

La respuesta de la Iglesia católica al enfrentar este problema, consistió en limitarse a llegar negociar en secreto y llegar a acuerdos económicos con los familiares de los niños(as) afectados(as) y lejos de entregar a la justicia penal a los clérigos involucrados como debería hacerse si realmente viviéramos en un Estado de Derecho, simplemente se procedió a reubicarlos en otras iglesias donde no fueran reconocidos para que continuaran ejerciendo el sacerdocio. El conocimiento público de este problema global y la respuesta institucional que protegió con el manto de la impunidad a los responsables, ha sido sin duda alguna, uno de los factores por los cuales millones de personas han abandonado la fe religiosa por la incongruencia que se mantiene entre el discurso y la acción, por lo que las iglesias enfrentan una grave disminución de creyentes y visitantes, al grado de que algunas iglesias han desaparecido en algunos países, sin embargo, las autoridades eclesiásticas siguen simulando que no pasa nada, siguen impartiendo misas y haciendo actos de confesión a los escasos feligreses que todavía se mantienen con fe.

En otro ámbito de convivencia social como lo es la educación, podemos encontrar síntomas de una gran crisis que afecta a la institución escolar en todos los niveles de educación formal, desde la educación básica hasta la educación superior. Recordemos que hasta hace poco se instruía a los maestros del nivel básico a aprobar sin excepción a todos los estudiantes, sin importar el aprendizaje obtenido durante el ciclo escolar.

Por todos es sabido que el sistema escolar atraviesa por una grave crisis porque la educación no forma parte de las prioridades de quienes nos gobiernan y el bajo presupuesto asignado en este rubro , ha afectado de tal forma que la calidad de la enseñanza ha disminuido en los últimos tiempos, sobre todo en el nivel de la educación superior, debido a que el neoliberalismo tomó por asalto a las universidades públicas para convertirlas en universidades-empresas, las desligó de su vínculo con las comunidades y reforzó el vínculo universidad-empresas, convirtiendo a la educación en una mercancía, a los estudiantes universitarios en clientes consumidores.

En su intento de acabar con los sindicatos universitarios y desparecer los contratos colectivos de trabajo, cuando se retiran profesores universitarios que ocupan plazas de maestros de tiempo completo, éstas no se someten a concurso y prolonga la agonía de aquellos profesores que trabajan bajo el sistema de horas sueltas, al sumergirlos en un proceso de proletarización del trabajo académico, que los lleva a aceptar varias materias de las cuales no son especialistas y en varios casos, la docencia se ejerce en condiciones de simulación, porque una gran mayoría de docentes se ve obligado a improvisar sobre la marcha en su labor como docentes, debido a que laboran en condiciones de explotación y asumiendo grandes cargas de trabajo que los empujan a caer en la simulación de enseñar.

Las universidades están secuestradas por una casta de administrativos que las dirigen actuando como gerentes que privilegian el trabajo administrativo por encima del trabajo de docencia, contratando más personal administrativo en lugar de contratar maestros de tiempo completo. Llegando al extremo de desviar el presupuesto para autoasignarse altos sueldos que triplican el sueldo que gana el profesor de mayor nivel académico y de mayor antigüedad. Al negarse a ocupar plazas de tiempo completo y seguir con la contratación de maestros de horas sueltas, perjudicando no sólo al profesorado, también vulneran los derechos de los estudiantes que no tienen la oportunidad de contar con maestros especializados en ciertas ramas del conocimiento, que fundamenten su docencia con labores de investigación y extensión.

En este contexto, los estudiantes llegan a las universidades en donde encuentran a maestros que trabajan bajo el sistema de horas sueltas que no tienen tiempo de investigar al estar impartiendo materias diferentes, una gran mayoría de estudiantes carecen de una orientación vocacional previa y ni siquiera han desarrollado el hábito de la lectura, por lo que carecen de una motivación suficiente y su meta principal es obtener una buena calificación para egresar con un buen promedio.

Todo lo anterior, conforma un contexto de simulación en el cual los maestros simulan enseñar y los estudiantes simulan estudiar y finalmente, egresan de las universidades con promedios altos de calificación, pero la simulación termina cuando intentan incorporarse al mercado de trabajo y no cuentan con las habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para encontrar un empleo relacionado con la profesión que estudiaron y posicionarse en un buen puesto de trabajo.

El proceso de simulación continúa después de que los estudiantes egresan de las universidades, porque aún cuando tengan los conocimientos y la formación necesaria para desempeñar un buen papel en el mejoramiento de las organizaciones formales del trabajo, cuando intentan incorporarse al mercado de trabajo se enfrentan a un muro que les impide ingresar porque se les exige como requisito tener varios años de experiencia en el puesto o área de trabajo que solicitan y sobre todo, porque en los ambientes laborales la meritocracia es un proceso que está en extinción, debido a que en la mayoría de las organizaciones no existen sistemas científicos de selección de personal y en caso de que existieran, son pasados por alto, porque en los criterios utilizados con mayor frecuencia para contratar nuevo personal, se privilegia la existencia de vínculos informales como vínculos familiares, el compadrazgo, la amistad, los compromisos políticos, los vínculos afectivos, etc.

Lo anterior sucede porque en la mayoría de los ambientes laborales de organizaciones públicas y privadas, se padece un neanderthalismo administrativo que les impide aplicar los conocimientos aportados por las ciencias sociales que nos permitirían mejorar el funcionamiento de nuestras organizaciones y una prueba de ello es la ausencia de sistemas de selección científica de personal para ocupar los puestos de trabajo, sobre todo en los puestos de mandos medios o de alta dirección.

De esta forma podemos encontrar en instituciones públicas o privadas, a personas ocupando puestos de alto nivel de responsabilidad que no tienen el perfil necesario para desempeñar el puesto, pero que fueron contratados por la vía rápida siguiendo instrucciones superiores. Estos son los motivos por los cuales es frecuente encontrar un alto número de funcionarios públicos de mandos medios y de alta dirección que no encajan dentro del perfil del puesto que ocupan, pero eso no les impide simular que trabajan, percibiendo altos sueldos de manera injustificada y algunos llegan al extremo de acreditarse como propios los productos de trabajo realizados con gran esfuerzo por sus subordinados, actuando de esa forma por la necesidad de justificar su existencia dentro de la nómina.

Estas son las razones por las que en varias organizaciones exista una gran toxicidad en el clima organizacional o ambiente de trabajo, porque la ausencia de méritos que se observa en altos funcionarios, provoca una disminución de autoridad moral en los empleados de base, ya que su motivación para trabajar decae al ver la enorme brecha salarial que existe entre los empleados (ya sean de base o temporales) que perciben sueldos muy bajos y los altos sueldos que perciben los mandos medios y los integrantes de la alta dirección cuyo desempeño no justifica la magnitud de sus ingresos. Ante esta situación, se llegan a presentar casos de simulación entre los trabajadores que hacen realidad la premisa que dice: “hacen como que me pagan, hago como que trabajo” y los perjudicados en última instancia son los clientes o derechohabientes de estas instituciones porque reciben un mal servicio.

Pero la simulación mayor que existe en nuestros tiempos se encuentra en el campo de la política, una simulación que ha llegado al extremo del engaño porque el significado de la palabra política se ha desvirtuado y en el argot popular aparece como sinónimo de engaño, intriga, fraude, traición y es común que se utilice este término para describir a personas con intenciones aviesas, que acostumbran engañar usando la expresión: “es que es muy político”. Sin ir más lejos creo que todos hemos escuchado la expresión popular que dice: “la política es el arte de comer mierda sin hacer ningún gesto ”.

Quienes se dedican a la política como profesión y modo de vida, conocidos popularmente como “políticos” han contribuido a esta perversión de la representación social de la política, al usar la mentira para llegar al poder y mantenerse usando un discurso que se contradice con sus acciones. El principal interés de los políticos es llegar al poder y mantenerse en él el mayor tiempo posible. Para lograr esta meta, mienten a la población desde los inicios de sus campañas electorales, al hacer promesas que no cumplen y siguen mintiendo cuando están en la cima del poder.

Mienten cuando afirman que combatirán la corrupción de sus antecesores y no sólo dejan pasar el tiempo sin castigar a quienes estuvieron involucrados en actos de corrupción, sino que incorporan en puesto de alto nivel a personas que estuvieron señaladas como cómplices de actos de corrupción. Mienten cuando invierten grandes cantidades del dinero público para la realización de obras innecesarias, argumentando la importancia de las mismas ignorando las grandes necesidades sociales de nuestras comunidades, pero favorecen los intereses de las grandes corporaciones.

Mienten cuando nos dicen que vivimos en un Estado de crisis financiera, mientras que desvían grandes cantidades del presupuesto público para enriquecer sus fortunas personales a través de percibir altos sueldos tan amorales que no los hacen públicos y utilizan una nómina confidencial que se maneja con suma discreción.

Los políticos gobiernan a favor de los grandes empresarios y han olvidado que están ahí para satisfacer las necesidades sociales porque son servidores públicos, la población sabe que los políticos les están mintiendo y los políticos saben que la población sabe que están mintiendo, pero aún así, a sabiendas de estas percepciones mutuas, se continúa actuando con gran simulación entre ambas partes y se llega al extremo de utilizar la mentira mayor cuando afirman que vivimos en una sociedad democrática.

Pero el peso de la realidad desmiente esta afirmación, el enriquecimiento de quienes ocupan cargos públicos percibiendo altos sueldos en instituciones gubernamentales que se han declarado en quiebra financiera y que presentan grandes fallas en el servicio al público es una de las grandes contradicciones que resultan ser inocultables. El descuido de las necesidades sociales como construcción de carreteras, puentes, distribuidores viales, mantenimiento de calles, transporte público urbano, etc., se eleva desmintiendo el discurso de la democracia porque se toman decisiones que desvían los recursos públicos para proyectos que beneficiarán intereses particulares y engrosarán sus fortunas personales.

La democracia no existe, persiste el autoritarismo ejercido desde el poder público, porque los políticos que gobiernan toman decisiones unilateralmente, que resultan ser contrarias a los intereses de las poblaciones a quienes dicen representar. Ejemplos de autoritarismo y uso de la mentira de quienes nos gobiernan hay muchos, pero por motivos de espacio, me reservo el derecho de incluir ejemplos de todos conocidos sobre comportamientos de políticos que muestran una gran incongruencia entre el discurso y la acción.

Por todas estas razones y muchas más, en una gran mayoría de la población existe un sentimiento de decepción hacia los partidos políticos y sobre todo hacia aquellos que viven de la política, es decir, los que han hecho de la política su forma de vida durante décadas. Este es el contexto que en el que nos encontramos, por un lado un rechazo creciente de la población a los políticos y los partidos, y por otro lado, estamos en un año preelectoral porque dentro de un año se celebrarán elecciones para elegir Presidente de la República, Gobernadores, Presidentes municipales, Senadores y Diputados, por lo que se observa en el ambiente muestras de un inicio anticipado de una campaña electoral que pondrá en la mesa de la discusión el tema de la participación política.

Los partidos políticos realizarán de nuevo un simulacro de democracia, fingiendo que les interesa el sentir de la población general, se acercarán a las comunidades de las cuales se mantuvieron alejadas después de que obtuvieron el poder e intentarán vender la idea de que “las encuestas son el mejor método democrático” para elegir a quienes contenderán por puestos de elección popular, dejando atrás la participación de militantes y simpatizantes en la elección de los candidatos.

Lo que se ha descrito en párrafos anteriores es la confirmación de la existencia de una crisis política, la cual es una manifestación particular de la crisis del sistema social capitalista neoliberal, que venimos padeciendo desde hace décadas y que esta crisis particular se caracteriza por una falta de credibilidad hacia los partidos políticos y a los políticos que ocupan cargos públicos, porque con sus acciones muestran una gran distancia entre el discurso y la acción, así como un gran distanciamiento entre dirigentes y dirigidos, por lo que se podría resumir a este tipo de crisis como la existencia de una crisis de liderazgo.

Por estar en estas condiciones, surge la necesidad de precisar el significado y función de la política para terminar con la práctica de la simulación y estar en condiciones de comprender que hemos vivido en el engaño, porque la política no es lo que hacen los políticos y los partidos que actúan en forma oportunista, su actuación es una perversión de la política, porque existe “otra política”, la política real que se da en las relaciones sociales entre los habitantes de comunidades, estados y país en su conjunto.

Al llegar a este punto, al igual que enfrentamos dificultades para describir la realidad social que estamos viviendo, la tarea de encontrar el significado de la política también tiene su grado de complejidad, porque para comprender la existencia de la “otra política”, debemos dejar atrás el pensamiento congelado que redujo su significado y mantener la mente abierta para identificar el sentido original del concepto de la política.

Debemos tomar como punto de partida que el pensamiento nace de los acontecimientos que provienen de la experiencia viva y por esta razón, el despertar a la política real suele suceder cuando sufrimos un “shock de la realidad” que nos ayuda a terminar con la ceguera moral, el conformismo generalizado y la indiferencia social, de tal forma que nos permite abrir los ojos, no sólo para ver los actos de injusticia, corrupción e impunidad, sino también para comprender que somos sujetos sociales que podemos asumir el rol de agentes de cambio social y transformar la realidad en la que nos encontramos.

Debemos contemplar que nuestra existencia en este mundo no sólo nos coloca en la situación de estar en el mismo, sino que en realidad, formarnos parte del mismo a través de un proceso de interinfluencia social al participar en los diferentes grupos sociales a los que pertenecemos, por lo que debemos romper la pasividad e indiferencia y que nuestra participación en política no se limita al acto de votar en períodos electorales, ya que podemos construir una identidad como actores sociales, como sujetos activos que participamos en la dinámica social que se presenta en nuestras comunidades, Estados o países a los que pertenecemos.

Esta percepción de formar parte de la realidad social en la que vivimos, nos permite comprender que con nuestra participación social ingresamos a un proceso de interinfluencia social, en la que somos influidos por quienes ocupan puestos políticos o cargos públicos, pero ellos también reciben influencia de nuestros comportamientos.

Partiendo de la premisa de Michel Foucault que dice que en cualquier parte donde hay un poder, existe un contrapoder, podemos comprender que el mundo es lo que está entre nosotros, es lo que nos separa y al mismo tiempo lo que nos une. Si procedemos a unir la acción a nuestro discurso, si dejamos de quejarnos y actuamos en forma unida, organizada y colectiva, estaremos incurriendo en un acto político, porque la política va acompañada del discurso que se respalda con la acción. Este accionar no sucede en el aislamiento o en la soledad, porque somos seres sociales, pertenecemos a un tejido social conformado por las relaciones sociales que se dan en las comunidades, Estados y Países.

Cada ser humano es capaz de realizar acciones y la historia de la humanidad nos permite ver que los grandes cambios sociales se han logrado a través de la acción de movimientos colectivos que lucharon por cambiar el contexto histórico que les tocó vivir y lograron conquistar derechos sociales, laborales, humanos y sexuales. Es verdad que existe un poder económico que se ha impuesto al poder político y quienes nos gobiernan, toman decisiones a favor de las grandes corporaciones.

Pero si cada persona realizara una pequeña acción individual y esta acción fuera realizada en forma organizada y colectiva, podríamos construir un poder popular que sería suficiente para estar en condiciones de confrontar al poder político y al poder económico. Si logramos unir esfuerzos para actuar en forma colectiva y organizada, lograremos construir una capacidad humana que se llama historicidad, es decir, la capacidad que nos permite hacer historia al crear y modificar instituciones que prevalecerán después de que quienes las crearon dejen de existir. Ejemplos de ello, han sido las instituciones como el Estado, las universidades, los sindicatos, los partidos políticos, etc.

La política se crea cuando tomamos la iniciativa de pasar a la acción, abordamos el espacio público para reunirnos en forma colectiva, ya sea en las calles, los parques de nuestras colonias o en el centro de la ciudad, para expresar la existencia de un problema que es colectivo, iniciamos un diálogo, construyendo puentes de comunicación entre conocidos y desconocidos, para analizar y discutir los problemas que afectan a la colectividad, tomamos decisiones por mayoría o bajo consenso y decidimos unir esfuerzos para actuar en forma organizada y colectiva para encontrar la solución que hemos identificado para cada problema que hemos discutido previamente.

Algunos problemas los podremos resolver por nuestra cuenta, como la limpieza de la calle en que vivimos, reforestación del parque cercano a nuestras casa. Otros problemas requerirán que involucremos a autoridades de gobierno, como reparación de fugas de agua, pavimentación de calles, mejora en transporte urbano, seguridad pública, alumbrado público, etc. En la medida que avanzamos en la discusión colectiva de problemas comunes, se construye un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades y cambiamos la percepción del mundo en el que vivimos en la medida de que vemos que podemos transformarlo a través de la acción unida, colectiva y organizada.

En la medida que contribuimos a cambiar nuestra percepción de la realidad social en la que nos encontramos, se produce también un cambio en nuestra autoimagen, porque a través de la acción social descubrimos que podemos influir en los demás, para crear un nuevo comportamiento que vendría siendo el abandono de la indiferencia social para aumentar la participación social y de esa manera actuamos como agentes de cambio social.

Con nuestra participación en los espacios públicos producimos un empoderamiento individual, que nos hace reconocer la capacidad que tenemos para cambiar situaciones sociales si actuamos en forma colectiva y la suma de los empoderamientos individuales genera un empoderamiento colectivo, que vendría ser el contrapoder que menciona Foucault. Un ejemplo de esto lo están logrando los vecinos de la colonia universitaria en la ciudad de Hermosillo, Sonora, al haber tomado la iniciativa de salir de su zona de confort, para discutir en el espacio público de la calle y de su parque, el abandono en el que estaban sometidos por las autoridades municipales, se organizaron para realizar la limpieza de calles y del parque y posteriormente involucraron a las autoridades del ayuntamiento en la solución de problemas que eran de su competencia.

En sentido estricto, esa es “la otra política”, la organización autónoma de ciudadanos, que sin formar parte de partido político alguno, toman la iniciativa de reunirse, discutir los problemas que les afectan y actuar en forma organizada, colectiva y unida en la solución de los mismos. En esa línea de pensamiento, podemos afirmar que la condición para crear “la otra política” es la creación de una pluralidad de acciones que se caractericen por la construcción de una identidad colectiva, el uso del lenguaje del “nosotros”, el desarrollo de un sentimiento de pertenencia a una comunidad, la aceptación de que somos alguien y no algo. La política se construye entonces a partir de la acción social en los espacios públicos que es la condición que nos determina como seres humanos completamente libres, en la acción se encuentra el sentido de la política y en ese sentido las actividades privadas o de pequeños grupos, no contribuyen a construir política alguna.

Necesitamos construir y fortalecer “la otra política”, la política real, porque la despreocupación por los asuntos de la vida pública y el desarrollo de una ideología individualista que genera un alto grado de insensibilidad social, crea las condiciones para que surja el totalitarismo. La falta de participación social, el atomismo de la ciudadanía, facilita el ejercicio del autoritarismo y el asesinato de la democracia. La democracia no debe reducirse a la democracia electoral, el ejercicio de la democracia representativa ha sido la causa del abuso del poder, del alejamiento de líderes políticos de los ciudadanos que dicen representar.

Debemos terminar con la simulación en la política, acabar con la concepción de la misma como “el arte de engañar a las mayorías” y lo podremos lograr en la medida de que aceptemos que la política se crea en las relaciones sociales en las que se ubica a los seres humanos juntos y eso les provee a las personas un sentido a sus vidas.

El estar reunidos en espacios públicos nos permite comunicarnos directamente unos a otros sin barreras de contención de por medio, cada persona puede expresar sus opiniones frente a los demás que pueden escucharlo. La otra política real, la verdadera política, significa la fundación de un espacio público. Esa es la razón por la cual, el neoliberalismo intenta acabar con los espacios públicos: parques deportivos, parques vecinales, centros de esparcimiento al aire libre, donde la ciudadanía puede practicar deporte, tener diversión familiar o simplemente, caminar o sentarse a descansar.

Al imponer la dictadura del mercado, se pretende mercantilizar todo tipo de relaciones sociales y el neoliberalismo ha logrado terminar con la igualdad social, porque no todos están en condiciones para participar en el proceso de intercambio y obtener los productos o servicios que desean o necesitan.

Estar reunidos con otras personas nos brinda la oportunidad para discutir cualquier tema social. Es en los espacios públicos donde se da la interacción social en términos de igualdad, sin distinciones y con gran igualdad. Por ese motivo se puede afirmar que como seres sociales que somos, al interactuar en espacios públicos, la interacción social se convierte en un acto político que genera una relación de igualdad social. Según la filósofa alemana Hanna Arendt, la promesa de la política debe ser el esfuerzo de una gran pluralidad de seres humanos para vivir juntos y compartir la tierra en un ambiente de libertad garantizada.

Un elemento importante en la construcción de la política real es el de la acción, que significa actuar en compañía de aquellos que son iguales a uno, comenzar algo nuevo juntos, cuyo resultado no pueden ser conocidos de antemano. Como seres sociales que somos, la política en acción se da a través de la interacción social y se caracteriza por la pluralidad, lo cual significa caminar juntos acompañados de varias personas que piensan de modo diferente.

En la búsqueda del significado real de la política podemos enfrentarnos a los prejuicios tradicionales, que no sólo provienen de una percepción negativa de la política, sino que también provienen de una percepción de rechazo a la acción política. En el camino de la liberación social, debemos liberarnos de los prejuicios y juicios previos relacionados con la política y aceptar como único criterio la condición de la pluralidad en la acción política.

Un ejemplo de pluralidad y acción política lo está dando un grupo social que está emergiendo en nuestra sociedad como nuevos sujetos políticos que toman el espacio público y se manifiestan en defensa de su derechos. Me refiero a los jubilados y pensionados de de varios países que se han levantado en pie de lucha a nivel mundial en contra de la implementación de las políticas de austeridad neoliberales que contemplan el avance de un proceso que está destinado a la desaparición del derecho a la jubilación, a través de aumento en la edad de jubilación, aumento en la cantidad de años cotizando y en la reducción del número de nuevas jubilaciones.

Este segmento de la población está desarrollando nuevos comportamientos demostrando madurez política avanzada al unirse varias agrupaciones de jubilados y pensionados  y luchar juntos por demandas muy sentidas como la defensa de las pensiones, la petición de reducción a los sueldos de altos funcionarios, contratación de un mayor número de médicos especialistas, abasto al 100% de medicamentos, eliminación del cobro de gastos médicos a los jubilados y pensionados, defensa del derecho a la jubilación, etc.

Acciones de este tipo, son las que reflejan el surgimiento de un despertar social que se basa en la construcción de nuevas figuras de luchadores sociales, actuando como sujetos políticos que irrumpen en la escena social como grupo social emergente, permitiendo ver en el horizonte social la creación de un nuevo paradigma emancipatorio, porque actúan en forma independiente de los partidos políticos, se identifican como un movimiento ciudadano, rechazan la política que promueven quienes viven de la política y  reflejan la decisión de reconstruir una nueva figura de los jubilados y pensionados como sujetos activos socialmente, que actúan en forma unida, organizada y colectiva en la defensa de sus derechos que están siendo pisoteados.

Ejemplos como éste de ciudadanos que se organizan en forma independiente a los partidos políticos, para defender sus derechos, visibilizar su presencia en la sociedad, construyendo con su unidad en la acción un nuevo poder, un poder comunitario, auténticamente ciudadano, que les permite actuar como interlocutores políticos ante las autoridades de gobierno, reflejan la construcción de una verdadera democracia, la democracia participativa en la que los ciudadanos participan en la toma de decisiones de gran relevancia social, deben replicarse en todos los ámbitos de convivencia social.

Una gran mayoría de las personas ignora que tiene derechos humanos, laborales, sexuales y sociales que están siendo violados. Si las personas ignoran que tiene derechos, permitirán que estos derechos sean pisoteados por quienes se encuentran en el poder. Todos tenemos derechos políticos y participar en elecciones ejerciendo el voto es un derecho político, el ambiente de insatisfacción, decepción y rechazo a la política representada por los partidos políticos y los políticos que nos gobiernan, puede provocar un aumento del abstencionismo en las próximas elecciones.

En este año preelectoral en México, en el cual las campañas electorales han iniciado de manera informal, debe evitarse que se repita el procedimiento que sucede en cada período electoral, cuando los candidatos a puestos de elección popular de diferentes partidos políticos, visitan las comunidades y colonias de las ciudades y campos, para pedir el voto de los ciudadanos, haciendo una serie de promesa de campaña que olvidan una vez que se encuentran en el poder.

La democracia debe empezar desde abajo y no provenir desde arriba, los ciudadanos que militan en partidos políticos, deben participar en la elección de los candidatos que contenderán para ocupar puestos de elección popular y la elección del próximo Presidente de la república no escapa al derecho de cada ciudadano de decidir quien será el próximo candidato presidencial. En el pasado reciente, en el partido de Morena se utilizó el método de la encuesta para elegir candidatos a puestos de elección popular, provocando una gran insatisfacción entre militantes y simpatizantes. La ausencia en los espacios públicos de quienes ganaron en las elecciones pasadas, es una muestra del fracaso de la democracia representativa.

Necesitamos construir una democracia participativa, en la que todo ciudadano pueda gobernar y acepte ser gobernado, una sociedad autónoma requiere de individuos que tengan un pensamiento autónomo que permita ampliar su concepción de la realidad desde una perspectiva crítica que confronte la predominancia de un pensamiento único y la autonomía individual se construye a través de la participación social.

La política requiere una estrecha relación entre actuar y pensar, de tal forma que la promesa de la política se refleje en la presencia de hombres y mujeres reunidos con un objetivo común en espacios públicos, para discutir temas de relevancia social que les permitan comprender la realidad social en la que están viviendo y de esta reunión surge un nuevo poder que existirá mientras mantengan unidos el discurso y la acción organizada en forma colectiva.

El sentido de la política es descubrir que lo más característico de la acción humana es la categoría de la acción que nos permite percibir la transformación social como un proceso planeado en forma colectiva a través de la pluralidad de la acción en la cual los ciudadanos cambian su percepción de la realidad social como algo posible de ser transformado a través de la acción colectiva, unida y organizada. En ese cambio de percepción, cambia también su autoimagen al autopercibirse y autoaceptarse como agentes de cambio social que actúan para transformar la realidad social que los rodea. Esta es “la otra política” que debemos construir en forma colectiva y que requiere de nuestra participación y compromiso social para lograr una verdadera transformación social, que incluya una transformación individual.

Finalmente, si alguien sigue manteniendo una actitud de indiferencia hacia la política real, comparto aquí la respuesta que dio el filósofo francés Michel Foucault cuando le preguntaron ¿Por qué le interesaba tanto la política?:

¿por qué me interesa tanto la política? Si pudiera responder de forma muy sencilla, diría lo siguiente: ¿Por qué no debería interesarme? Es decir, ¿qué ceguera, qué sordera, qué densidad de ideología debería cargar para evitar el interés por lo que probablemente sea el tema más crucial de nuestra existencia, esto es, la sociedad en la que vivimos, las relaciones económicas dentro de las que funciona y el sistema de poder que define las maneras, lo permitido y lo prohibido de nuestra conducta. Después de todo, la esencia de nuestra vida consiste en el funcionamiento político de la sociedad en la que nos encontramos.

De modo de que no puedo responder a la pregunta acerca de ¿por qué me interesa? Sólo podría responder mediante la pregunta de ¿Cómo podría no interesarme? (...) No estar interesado por la política es lo que constituye un problema.

De modo que, en lugar de preguntarme a mí, debería preguntarle a alguien que no esté interesado por la política y entonces su pregunta tendría un fundamento sólido y usted tendría todo el derecho de gritar enfurecido: ¿Porqué no le interesa la política?”.

Arendt, Hanna: ¿Qué es la política? Editorial Ariel, Buenos Aires, 2019

Bauman, Zygmunt: En busca de la política. Fondo de Cultura Económica. México, 2015

García, Dora Elvia: Hanna Arendt: el sentido de la política. Editorial Porrúa. México, 2007

Yescas, Oscar: En busca de la política

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/04/enbusca-de-la-politica-oscaryescas.html

Yescas, Oscar: En defensa de la sociedad

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/02/endefensa-de-la-sociedad-oscaryescas.h

Yescas, Oscar: Apuntes sobre la construcción del Frente Estatal de Jubilados en Sonora

https://oscaryescasd.blogspot.com/2022/06/apuntessobre-la-construccion-del-frente.html

Yescas, Oscar: El agente de cambio social

https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/01/el-agente-de-cambio-social-oscar-yescas.html

Yescas, Oscar: Rompiendo paradigmas de lucha social

https://oscaryescasd.blogspot.com/2023/02/rompiendo-paradigmas-de-lucha-social.html

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