miércoles, 29 de diciembre de 2021

 

Horizontes de un paradigma emancipatorio

Oscar Yescas Domínguez

29 de diciembre del 2,021

Introducción

La vinculación de la ciencia con la sociedad

La necesidad de un nuevo paradigma social

El aprendizaje de las luchas sociales

1.- Pedagogía de la liberación

2.- Teología de la liberación

3.- Psicología de la liberación

4.- Psicología comunitaria latinoamericana

La pobreza en el siglo XXI

Un nuevo paradigma es necesario

Conclusiones

Introducción

Nos tocó vivir en tiempos peligrosos en la historia de la humanidad, vivimos en un mundo patas arriba como decía Eduardo Galeano porque todo parece funcionar al revés de como fue su diseño original. Nos encontramos en un momento en el que las instituciones gubernamentales presentan una gran distancia entre el discurso y la acción, un momento histórico en que los políticos que gobiernan diferentes países actúan a ciegas determinados por las necesidades del Mercado y actúan en contra de quienes los llevaron al poder implementando políticas públicas que no contribuyen a satisfacer las múltiples necesidades que se observan en una sociedad en crisis, ya que las mismas están diseñadas para favorecer las necesidades de un poder corporativo que intenta maximizar sus ganancias económicas promoviendo la privatización de los servicios públicos, presionando para que se apliquen recortes presupuestales a los servicios de salud, de educación, deportes, etc.

Pero la afrenta mayor se da cuando el Estado acepta una gran “flexibilidad laboral”, que aumenta la fuerza del poder corporativo y que consiste en la ausencia de reglamentaciones gubernamentales en los procesos laborales de las grandes corporaciones, permitiendo que grandes segmentos de la fuerza trabajadora laboren largas jornadas de trabajo, perciban sueldos inferiores a los que perciben trabajadores que laboran en los países de origen de las grandes corporaciones, que se mutilen Contratos Colectivos afectando derechos y prestaciones laborales como la antigüedad, jubilación, salud, etc.

Las naciones y gobiernos se someten al flujo del mercado, dejando desprotegidos a una inmensa mayoría de ciudadanos al cambiar sus constituciones con reformas que tienden a eliminar derechos laborales y prestaciones sociales para optimizar la maximización de beneficios económicos a favor del capital privado, descuidando su principal misión que es la de garantizar el bienestar social de la población que representan.

Todos estos cambios generan una gran incertidumbre social y sobre todo una gran insatisfacción social porque la economía de libre mercado, la implementación de políticas neoliberales y el despojo de derechos laborales han provocado un crecimiento inusitado de la desigualdad social y un sufrimiento colectivo que representan una gran violación de derechos humanos, laborales y sociales. El Estado Nación se aleja de su objetivo de garantizar bienestar social y la sociedad en su conjunto se ve afectada por una permanente crisis económica, un predominio del mercado que afectan a millones de personas y conforman de las necesidades del mercado por encima de las necesidades sociales.

Aún cuando se observan grandes problemas sociales que afectan a nuestras comunidades (desempleo, pobreza, alcoholismo, drogadicción, corrupción, etc.), una gran cantidad de personas viven como si todo lo que ocurre en la vida cotidiana fuese algo normal y construyen rutinas en torno a sus actividades, se esfuerzan por tratar de cumplir con sus responsabilidades que tienen en los distintos grupos y organizaciones a las que pertenecen y se conforman con los roles sociales que les fueron asignados, pensando que son producto de sus propias decisiones. Llegan al extremo de aceptar sus condiciones de vida sin cuestionamiento alguno, padeciendo carencias de una forma acrítica y aún cuando una inmensa mayoría de personas que viven en condiciones de precariedad desearían cambiar sus condiciones de vida, tienden a pensar que es poco lo que pueden hacer para cambiar el curso de los acontecimientos de nuestro mundo contemporáneo y sólo llegan a reaccionar ante las injusticias cuando son golpeadas por ellas.

Muy en el interior de millones de personas existe el deseo de cambiar esta realidad por una realidad mejor, pero algo ha pasado con estas personas porque sienten que no tienen el poder para cambiar su situación personal y ni sueñan con lograr un cambio social. Por este motivo se descarta la idea de reunirse con otras personas para planear cambios sociales y tratar pensar en la posibilidad de construir un mundo diferente, por lo cual renuncian antes de intentarlo a la idea de esforzarse por cambiar la realidad social inmediata.

No se dan cuenta de que la única manera de perder el poder de cambiar las cosas es cuando se ignora que todas las personas tenemos el potencial para lograr grandes cambios sociales, porque si la gente se diera cuenta de que si millones de personas realizaran una pequeña acción individual, las suma de todas ellas sería suficiente para lograr un cambio social, se podría cambiar muchos aspectos de nuestra realidad para mejorarla, tener una ciudad más limpia, reducir la contaminación provocada por polvo y basura en las calles de nuestras ciudades, tener mejor seguridad pública al desarrollar un sentimiento de pertenencia a nuestras comunidades.

Pero también podríamos terminar con la impunidad imperante sobre aquellas personas que cometen actos de corrupción desviando grandes cantidades del presupuesto público para enriquecer fortunas personales y esto lo podríamos lograr si aumentamos nuestra participación social para actuar en forma organizada, colectiva y unida para acabar con la corrupción y desigualdad social para construir un mundo mejor que el presente.

La existencia de una enorme desigualdad social empuja a vivir en condiciones de pobreza a millones de personas, la precariedad en sus condiciones de vida provoca un gran sufrimiento colectivo que se intenta paliar con programas asistenciales que otorgan limitados incentivos económicos mensuales a sectores vulnerables que no resuelven el problema de la pobreza. Las condiciones de marginación social en la que viven millones de personas no desaparecerán con programas asistenciales, porque son “ayudas gubernamentales” y no se están combatiendo las verdaderas causas que están provocando una gran desigualdad social. Las políticas públicas de asistencia social pueden desaparecer si hay cambio de gobierno porque no hay garantía alguna de que en caso de que un nuevo partido tome las riendas del poder le de continuidad a tales apoyos gubernamentales.

La existencia de un conformismo social generalizado ante la desigualdad social existente es roto por la irrupción de movimientos colectivos que luchan por la defensa de sus derechos humanos, laborales y sociales en varias partes del planeta. Las protestas sociales en contra de la implementación de políticas neoliberales comenzaron mucho antes de la pandemia, se agudizaron en el 2,018 y en el 2,019 pero se contuvieron por la pandemia por motivos de salud pública. La pandemia agudizó la desigualdad social y reveló la cruda realidad de que no todos tienen casa con la despensa llena para guardar confinamiento social pero después de casi dos años de pandemia, las protestas colectivas vuelven a resurgir en varios países con mayor fuerza y ante el mar de fueguitos que representan las diferentes protestas sociales en casi todo el mundo, es pertinente plantear las preguntas ¿Qué es lo que está sucediendo en nuestra sociedad?, así como ¿porqué surgen tantas manifestaciones colectivas de descontento social que cuestionan la economía y la política en diferentes países del mundo, principalmente en América Latina?

Para responder a estas preguntas necesitamos conocer cómo funciona este mundo y para lograrlo debemos analizar la realidad social desde una perspectiva científica y encontrar respuestas que vayan mucho más allá de explicar las luchas en términos de acciones que surgen para defender los derechos humanos que hoy están siendo violados y debemos utilizar nuestra imaginación para comprender que estamos frente a un movimiento de movimientos que buscan no sólo terminar con la insatisfacción social colectiva, sino que el conjunto de luchas sociales que se observan representan en realidad un esfuerzo colectivo globalizado para lograr una transformación social por la vía pacífica, recuperar el bienestar social perdido y construir un mundo diferente a éste que estamos viviendo

En la búsqueda de respuestas a ambas preguntas las ciencias sociales son de gran ayuda porque proporcionan una serie de modelos teóricos y herramientas prácticas, que nos permiten realizar un análisis social de la realidad social, utilizando el conocimiento científico desde una perspectiva crítica y sistémica. Recordemos en todo momento que la Historia nos dice que a lo largo de la historia de la humanidad, las ciencias sociales surgieron para contribuir a la solución de los grandes problemas sociales, y la realidad actual es que la sociedad contemporánea se encuentra sumida en una gran crisis social que afecta a una inmensa mayoría de la población que expresa de una manera implícita una petición de ayuda para aliviar este sufrimiento colectivo que puede observarse con solo circular por las calles de nuestras ciudades.

Proporcionar una claridad en la comprensión de lo que está sucediendo y contribuir a terminar con ese sufrimiento colectivo es la función social del conocimiento científico, ya que nos permite comprender la realidad social de manera objetiva, decir la verdad sobre las causas que generan los grandes problemas sociales y contribuir a la implementación de una verdadera transformación social que permita recuperar el bienestar social perdido en los últimos 30 años de neoliberalismo y globalización.

Es en este punto en el que se percibe que los paradigmas utilizados en las universidades públicas y en las oficinas gubernamentales que diseñan políticas públicas de asistencia social, ya no corresponden a una realidad que ha cambiado radicalmente en los últimos años ya que ha estado está sujeta a una vorágine de cambios sociales y un producto de estos cambios constantes que afectan a nuestra sociedad es el encontrarnos con un despertar social en el cual surge un nuevo tipo de ciudadano contestatario, que sale a la escena pública reclamando respeto a sus derechos violados, que proviene de los sectores más golpeados de la sociedad, que impulsa cambios “desde abajo hacia arriba”, ya que forma parte de “Los de abajo” de Mariano Azuela, de “Los Miserables” de Víctor Hugo, de “Los condenados de la tierra” que describió Franz Fannon, “Los olvidados “ de Luis Buñuel, es decir, son los excluidos por la economía de libre mercado, aquellos “consumidores defectuosos” que describe Zygmunt Bauman, los que han sido marginados socialmente y cuya voz ha sido silenciada, su presencia ha sido invisibilizada, quienes hoy en día unen sus gritos para lograr hacer escuchar su voz al actuar en forma colectiva, unida y organizada para defender sus propias vidas, reclamar todos aquellos derechos que la desigualdad social les ha arrebatado y construir un mundo más incluyente en el cual sean reconocidos como seres humanos.


La forma que han descubierto para revelarse y rebelarse ante la sociedad que los mantiene invisibles y sometidos a su marginación económica, política y social, ha sido igual en diferentes partes del mundo, a través de la participación ciudadana, construyendo en las luchas sociales un aprendizaje social en el cual cambian su identidad individual por una identidad colectiva, dejan de usar el lenguaje del “yo” para usar el “nosotros”, abandonan su soledad, aislamiento social, dejan atrás su papel de víctimas para adoptar un rol de sujeto político, dejando atrás sus frustraciones e indignaciones experimentadas en forma individual, y gritar en forma colectiva convirtiendo ese grito de protesta en un grito de esperanza colectivo.

Al actuar en forma colectiva, unida y organizada, están construyendo un poder individual y colectivo, un empoderamiento ciudadano que, al formar parte de movimientos colectivos, les permite crear un moderno Leviatán (aquel gigante que mencionó Thomas Hobbes para describir la fuerza colectiva que permitió a la ciudadanía derrotar al sistema utilizado por la monarquía para mantener dividida a la población en nobles y plebeyos), que por el momento actúa como un mar de fueguitos al presentar protestas y movimientos que luchan en forma aislada por sus derechos.

Esta es una característica de la realidad contemporánea se llama democracia participativa, un concepto que no está contemplada en los paradigmas teóricos utilizados en las universidades y oficinas de gobierno y que en forma de discurso y es un término que los partidos políticos sólo usan en períodos de campaña electoral para pedir votos a su favor, pero la ciudadanía está aprendiendo a hacer realidad este concepto a través de su participación en las luchas sociales y al aumentar la participación social la ciudadanía cuestiona la democracia representativa que ha regido nuestros destinos en los últimos años y replantea la necesidad de construir una verdadera democracia participativa como motor del cambio social.

La participación social que se observa en los movimientos colectivos que están surgiendo en varias partes del mundo contemporáneo como movimientos sociales emergentes, están transformando la indignación colectiva en una esperanza de cambio social en la medida que conforman un horizonte en el estos nuevos comportamientos y figuras sociales permiten vislumbrar un nuevo paradigma social que contribuirá a la emancipación de las masas que hoy se encuentran oprimidas, marginadas, excluidas y conducirá a la construcción de un mundo mejor que éste en el cual nos encontramos.

La vinculación de la ciencia con la sociedad

Como todo ser humano, en mi vida he tenido aciertos y errores, uno de los grandes aciertos de mi vida fue el participar en un concurso de oposición para ocupar una plaza de Maestro de tiempo completo en el Departamento de Psicología y Comunicación de la Universidad de Sonora en México. Haber ganado ese concurso me permitió ingresar al mundo de profesores-investigadores, una élite académica que en el contexto de desigualdad social forma parte de un verdadero club de privilegiados a quienes se les paga un buen sueldo por cumplir tres funciones básicas: investigación, docencia y extensión.

Debido a que el momento en que ingresé a formar parte del colectivo de profesores de Psicología fue a dos años de creada la licenciatura, me tocó diseñar e impartir los programas de los seminarios dentro del ámbito de convivencia social que se impartirían por primera vez a estudiantes del séptimo, octavo y noveno semestre de la licenciatura en Psicología, es decir, partía de cero porque no había programas de las materias a impartir, por lo que tuve necesidad de realizar una amplia labor de investigación documental para diseñar los programas de diferentes materias.

En el ámbito de Convivencia social se parte de la perspectiva de la Psicología social que estudia la interrelación que existe entre el individuo y la sociedad, contemplando el análisis de todo tipo de interacción social por lo cual contempla tres niveles de interacción: análisis de los grupos sociales, análisis de las organizaciones y análisis de las comunidades. Cada seminario tiene como objetivo capacitar a los estudiantes para realizar intervenciones psicológicas en cada uno de los tres niveles mencionados, perfilando la intervención del Psicólogo como un agente de cambio social que pretende generar cambios de actitudes, percepción, valores y de comportamiento en quienes formarían parte del objeto de la intervención (grupos, organizaciones y comunidades), de tal forma que lo que se pretende es generar un empoderamiento individual y colectivo que permita un aumento en la participación social con el objetivo de lograr una transformación de la realidad social circundante.

¿Por qué transformar la realidad social?, porque toda educación debe incluir el análisis de la realidad social en la cual es impartida y en nuestro contexto social la característica principal es la existencia de una desigualdad social que provoca un sufrimiento colectivo que no puede seguir siendo ignorado, por lo que la educación universitaria debe crear profesionistas que contribuyan a satisfacer las necesidades que enfrentan las mayorías sociales, en este caso, las mayorías que se encuentran marginadas de lo que se conoce como “desarrollo social”.

En el proceso de diseño y conducción de los seminarios me enfrenté a dos problemas de índole epistemológico. Por un lado, la existencia en la Psicología académica de un reduccionismo psicológico, promovido por un paradigma epistemológico que centra la atención en el individuo y en consecuencia la intervención se limita al análisis a la esfera individual, descuidando la influencia del componente social en el comportamiento individual. El otro obstáculo consistió en encontrarme en un medio académico que en el cual predominaba otro error epistemológico que consistió en incurrir en un corrientismo psicológico, porque la mayoría de los colegas psicólogos se inclinaban en sus labores de docencia e investigación en enseñar la corriente psicológica denominada conductismo y el problema que se desprendía de esta afiliación teórica es que rechazaban las aportaciones de otras corrientes de la Psicología etiquetándolas de “no científicas”, pasando por alto que como dice Ian Parker en su libro La Psicología como ideología: “la Psicología es como una familia que tiene muchos parientes (conductismo, psicoanálisis, gestaltismo, Psicólogos sociales, etc.) y todos llevan el apellido de la Psicología”.

Considerando que las ciencias sociales deben ser consideradas como ciencias de ayuda social, al realizar la compleja tarea de analizar la realidad social partiendo desde la óptica de la Psicología social, me di cuenta que tal tarea implicaba caminar por una delgada línea que separa la Psicología de otras ciencias sociales como la Sociología, la Filosofía, Antropología, etc. Una línea que decidí percibirla como un ligamento que une, en lugar de percibirla como una barrera que separa, porque una de las aportaciones de las ciencias sociales fue precisamente el desarrollo de la teoría de sistemas que nos permiten ver a nuestro objeto de estudio como un todo compuesto por diferentes partes que interactúan en base a una interdependencia o interinfluencia, de tal forma que el funcionamiento ideal del sistema social se basa en la armonía que logran la interacción de cada uno de sus componentes. Por esas razones, después de realizar varias lecturas decidí utilizar un enfoque ecléctico en la pedagogía de la intervención psicológica en el ámbito de Convivencia social.

Las dificultades epistemológicas mencionadas fueron un pequeño escollo comparado con el problema de formar futuros psicólogos para que realizaran intervenciones en el marco de una sociedad inmersa en una profunda crisis social, ya que esta crisis y la incesante cauda de cambios sociales que estamos padeciendo, afectan los paradigmas epistemológicos vigentes en la academia universitaria al provocar que pierdan validez histórica, por lo cual ya no son pertinentes, ni suficientes para enfrentar una realidad en constantes cambios sociales y en la que se destacaba el crecimiento de una enorme desigualdad social, provocada por la implementación de políticas neoliberales que destierran la igualdad social al imponer una economía de libre mercado, porque el mercado por sí mismo es excluyente ya que sólo forman parte del mercado aquellos que tienen la capacidad económica para comprar un producto o servicio y por ello se considera como “consumidores defectuosos” a quienes no tienen la capacidad económica para participar en la lógica de producción y consumo permanente, por lo cual sufren de exclusión social. La globalización y el neoliberalismo son las causas del crecimiento de una desigualdad social que ha incrementado los niveles de pobreza en todo el mundo a niveles nunca antes vistos, de tal forma que una inmensa mayoría de personas no forman parte del mercado.

Aquellos que tenemos la fortuna de recibir un pago quincenal o mensual por nuestros trabajos y que acostumbramos visitar comercios para comprar depensa de manera periódica, no hemos podido evitar darnos cuenta de que los precios de los alimentos que consumimos aumentan considerablemente, de tal forma que nuestra capacidad adquisitiva se ve disminuida con cada día que pasa y por eso se habla de la “desaparición de la clase media” porque estamos sujetos a una constante precarización de nuestras vidas y esto provoca un empobrecimiento masivo de la población.

Lejos quedó la idea de que la ley de la oferta y demanda determinaba los precios de los productos, porque la globalización ha crecido en base a la exigencia de la ausencia de toda regulación estatal y la economía de libre mercado se ha desarrollado de tal forma que la libre empresa y el mercado juega un papel central en el control de la economía, por lo que el control de precios queda cada vez más fuera del control del Estado y las transnacionales aumentan su poder en la medida que eliminan la competencia de las empresas locales y disfrutan de una ausencia de control gubernamental.

¿Cómo es que hemos llegado a este punto en el que el Estado que tenía como misión garantizar el bienestar social, se ha convertido en un Estado que centra sus esfuerzos e interés en atraer las inversiones extranjeras, facilitar las exportaciones nacionales por empresas que son absorbidas cada vez más por empresas transnacionales que sólo buscan obtener beneficios financieros y se olvida de satisfacer las necesidades sociales? Una posible respuesta a esta pregunta es señalar que la política se ha divorciado de la economía y la globalización al limitar la intervención del Estado en la regulación de la economía, ha contribuido a aumentar el poder de las grandes corporaciones a costa de la precarización de las condiciones de vida de millones de personas en el mundo entero, al imponer en cada país políticas neoliberales que pretenden eliminar derechos laborales y sociales para proceder a la privatización de servicios públicos y aumentar los beneficios económicos de los dueños de las grandes corporaciones que están construyendo una cultura mundial basada en el consumo.

La necesidad de un nuevo paradigma social

En estas condiciones se observa un deterioro de las condiciones de vida de millones de personas en el mundo entero, lo cual genera un sufrimiento colectivo y por este motivo los científicos sociales debemos “darnos un baño de realidad” en nuestras labores de docencia e investigación, en nuestra misión de producir el conocimiento científico, para proceder a la tarea de construir nuevos paradigmas científicos que permitan dar una respuesta a la solicitud de ayuda de grandes mayorías marginadas que demandan de manera implícita un cambio en sus condiciones de vida, es decir, reclaman un cambio social y para lograr ese cambio social necesitamos construir un nuevo paradigma científico que supere todos aquellos reduccionismos en los cuales está inmersa la academia universitaria y que responda de manera pertinente al momento histórico que nos tocó vivir.

Algunas personas podrán decir que la pobreza siempre ha existido en la historia de la humanidad, que siempre ha habido y habrá pobres y ricos. Escuchar estos argumentos me recuerdan a aquellas personas que dicen lo mismo sobre el tema de la prostitución cuando la describen como “el oficio más antiguo del mismo” y que afirman que siempre existirá. Ambas posturas reflejan una gran insensibilidad social, ignorancia histórica y sobre todo una ceguera moral en el sentido de que está ausente la ética que nos permite comprender lo que es correcto o incorrecto, lo que es justo y lo que es injusto y llegan a considerar como normal lo que es realmente inaceptable.

Olvidan de manera conveniente o irresponsable que la desigualdad social ha crecido en nuestros días a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, no toman en cuenta que la desigualdad social va creciendo cada día más. Recordemos que a fines de los noventas se mencionaba la existencia de un 3% de la población mundial que concentraba la mayoría de la riqueza mundialmente producida, un porcentaje que bajó en el 2,010 al 1% por ciento y que en en el 2,021 se afirma que se redujo a un 0.33%.

En contraparte la pobreza creció a nivel mundial al aumentar el número millones de personas que viven en condiciones de pobreza, así que no podemos aceptar la premisa de que “pobres y ricos siempre han existido” y por estas razones el tema de la desigualdad social es un tema obligado de análisis al estudiar la realidad social contemporánea y el estudio de las formas de transformación y cambio social deben ser parte de los contenidos teóricos en la formación de los estudiantes universitarios, para que el día de mañana actúen como agentes de cambio social y contribuyan con su ejercicio profesional a la construcción de una sociedad en la que exista una verdadera democracia, justicia e igualdad social.

En esa línea de pensamiento hoy en día es prioritario analizar la crisis por la que atraviesa nuestra sociedad, porque esta crisis va en aumento y actualmente se expresa en cuatro dimensiones: política, económica, ecológica y sanitaria. Esta crisis social afecta al conjunto de instituciones que forman parte de nuestra sociedad y las universidades públicas no son la excepción ya que son instituciones que atraviesan por una seria crisis al haber sido “tomadas por asalto por el neoliberalismo” tal como bien lo describe Noam Chomsky, al modificar la función social de las universidades, al abandonar la vinculación universidad-sociedad, para adoptar el rol de universidades-empresas y centrar sus esfuerzos en satisfacer las necesidades de las grandes empresas en su tarea de maximizar sus beneficios económicos explotando la fuerza laboral y los recursos naturales en forma irracional y olvidan atender las necesidades sociales que experimenta una población que vive en un constante sufrimiento colectivo provocado por una desigualdad social creciente.

La educación que se imparte en las universidades utiliza paradigmas teóricos que sólo sirven a intereses privados de la oligarquía empresarial y a mantener un control social de la población, por lo que éstos paradigmas no responden a las necesidades sociales que se observan en la complejidad de la sociedad contemporánea, y mucho menos brindan una respuesta alternativa a las necesidades de millones de personas que viven en condiciones de opresión, desigualdad y exclusión social, por lo que es necesario revolucionar la educación, incluir la crítica social en los contenidos de la enseñanza universitaria, recuperar las universidades como espacios donde puede ejercerse la democracia social y construir nuevos paradigmas que permitan comprender mejor la realidad que hoy estamos viviendo.

La educación debe ubicarse en el contexto social en el cual se imparte y la característica principal de nuestra sociedad es la existencia de una enorme mayoría de habitantes en el planeta que viven en condiciones de precariedad, pobreza y miseria, sufriendo la exclusión social de un sistema económico que que fundamenta su existencia en mantener un ciclo de producción masiva de productos y consumo masivo y permanente de los mismos. Las consecuencias de mantener este tipo de modelo social provocan graves daños a la salud de la población, afectan a la naturaleza al explotar en forma irracional los recursos naturales, generan desigualdad social al generar políticas públicas en base a las fluctuaciones del mercado y el mercado es excluyente porque no toda la población puede participar en el ciclo producción masiva-consumo masivo.

En la construcción de nuevos paradigmas teóricos los profesionales de las ciencias sociales deben ver a la educación como un acto político que debe contribuir a la liberación de la mayoría de la población de nuestra sociedad que vive en condiciones de opresión, pobreza y precariedad, es decir, la ciencia debe usarse a favor de quienes viven en condiciones de pobreza, marginación y exclusión social y no sólo la ciencia, la política debe orientarse a atender las necesidades sociales que presenta una gran mayoría de personas que viven en condiciones de pobreza y miseria.

Para lograr esta liberación es necesario construir nuevos paradigmas sociales que sustituyan a los que actualmente se utilizan en las universidades, que conciben al investigador como sujeto y a la población como objeto de estudio que actúa en forma pasiva y carece de conocimientos. Debemos romper este paradigma que nos plantea que el conocimiento científico se construye en las universidades y en los laboratorios, porque el desarrollo e historia de las disciplinas sociales demuestra que el conocimiento se construye también en las luchas sociales que han librado diferentes movimientos colectivos y el conocimiento que ha surgido en estas luchas forma parte de una práctica social que debe fortalecerse con una visión teórica ecléctica, integral y sistémica para lograr una verdadera transformación social.

El aprendizaje de las luchas sociales

Existe un dicho mexicano que se expresa así: “En la cárcel y en el hospital es donde se conocen a los verdaderos amigos”, la realidad latinoamericana podría sumar un tercer escenario para completar este refrán popular: “En la cama de un hospital, en el interior de una cárcel y en las luchas sociales es donde se encuentran a los verdaderos amigos”. Desde las últimas cinco décadas se ha estado dando una revolución paradigmática en las ciencias sociales producto de los grandes cambios sociales que ha enfrentado nuestra sociedad y que han evidenciado que los paradigmas utilizados en las diferentes disciplinas sociales ya no corresponden ni son pertinentes para estudiar una sociedad que presenta una naturaleza inmersa en una cauda de cambios sociales. En la segunda mitad del siglo pasado, pudimos observar como desde el sur de América empezaron a llegar nuevas aproximaciones teóricas que procedían de diferentes luchas colectivas que al era imposible analizarlas con los modelos y paradigmas teóricos que procedían de Estados Unidos y Europa ya que procedían de una realidad distinta a la latinoamericana y por ello se presentaban como insuficientes o incompetentes para entender la compleja realidad latinoamericana. La principal característica de estas aportaciones consistió en que los protagonistas de stas luchas fueron miembros de poblaciones marginadas, que padecían de exclusión social y demostraron tener la capacidad de desarrollar un papel activo en la transformación de su entorno social, así como la capacidad de poseer conocimientos no contemplados en los conocimientos científicos, pero que tenían pertinencia social y validez histórica. Dentro de esas grandes aportaciones de una creciente Epistemología del sur podemos mencionar como antecedentes las siguientes:

1.- La Pedagogía de la Liberación fue impulsada por Paulo Freire con dos textos fundamentales (1972): La Pedagogía del oprimido y la Pegagogía de la Liberación, en estos dos textos Freire critica la relación pedagógica tradicional que se establece entre educando y educador, en este tipo de relación dominante en la enseñanza, se trata al alumno como si fuera un banco donde se depositan los conocimientos y la educación es concebida como el acto de depositar, de ahí que Freire la denomine como educación bancaria. La relación que se establece entre el maestro y el alumno se basa en una narrativa-discursiva, porque es el profesor el que narra y sus alumnos actúan como objetos pasivos que se limitan a escuchar. Comunicados que simplemente memorizan.

En la concepción bancaria de la educación el profesor aparece como el que sabe y tiene la tarea de llenar a los alumnos con sus conocimientos y los estudiantes aparecen como los que ignoran el conocimiento y deben adquirirlos a través de la narrativa del profesor y guardarlos en el depósito de sus memorias. Es un proceso de educación separada de la realidad sociohistórica donde tiene lugar, no utiliza la reflexión ni la crítica social de la sociedad.

Paulo Freire construyó un pensamiento pedagógico basado en sus experiencias como educador en el contexto de una América Latina caracterizada por grandes desigualdades sociales y económicas, manejando un discurso en el que exhibía su fe en la educación como un proceso emancipador que tenía como objetivo la construcción de un mundo más justo y más humano y sobre todo por su solidaridad con los grupos sociales más desfavorecidos, por lo que que apostaba a una liberación de los pobres a través de una pedagogía que involucrara a los oprimidos.

En la teoría pedagógica de Paulo Freire la práctica juega un papel muy importante y se vincula estrechamente con la teoría. Decía freire “Separada de la práctica la teoría es puro verbalismo inoperante; desvinculada de la teoría, la práctica es activismo ciego. Es por esto mismo que no hay praxis auténtica fuera de la unidad dialéctica acción-reflexión, práctica-teoría”. El modelo de la Pedagogía de la Liberación rebasó las fronteras de Brasil, llegó a influenciar la educación en Europa, África y toda Latinoamérica, porque la educación desde la perspectiva Freiriana contiene un análisis de la relación que existe entre educación y la sociedad, esto permitió comprender las determinaciones sociales de la educación y de cómo la clase dominante, opresora, transmite su ideología a la clase dominada. Peter McLaren coautor junto a Henry Giroux de la Pedagogía crítica revolucionaria afirmó: “Freire fue uno de los primeros pensadores educacionales de renombre internacional que valoraron, de forma totalizadora, la relación entre educación, política, imperialismo y liberación”.

Las comunidades donde Paulo Freire realizó su práctica educativa fueron poblaciones marginadas de América Latina, eso explica que su pensamiento se elaborara no sólo en función de necesidades didácticas, sino fundamentalmente en función de un compromiso con la liberación de los marginados, porque su pedagogía se construyó con y desde los oprimidos, pero fundamentalmente para los oprimidos, en un proceso deducativo en el que la teoría y la práctica mantenían una relación dialéctica orientada hacia la liberación social, porque la educación era concebida como un acto político.

En la Pedagogía de la Liberación juega un papel importante el diálogo que va relacionado con un análisis crítico de la realidad social al analizar las circunstancias existenciales de quienes dialogan. A través del diálogo se logra problematizar la realidad social y se rompe con los esquemas tradicionales de la educación que está desvinculada de la problemática social. Esta Pedagogía problematizadora ayuda a comprender la realidad social y el diálogo en este tipo de educación permite compartir ideas unos con otros, de manera muy diferente a la individualización del aprendizaje en la educación tradicional, porque contribuye a crear una concientización acerca de la necesidad de transformar la realidad social.

2.- La Teología de la Liberación: que fue una corriente teológica cristiana nacida en América Latina en la década de 1960 y que se caracterizaba por impulsar una tendencia dentro del Evangelio que mantuviera un opción preferencial por los pobres, utilizando las ciencias sociales para definir las formas en que debería usarse dicha opción. Según la Teología de la Liberación, las Escrituras deben ser interpretadas a través de la crisis económica que afecta a los pobres, en base a esta percepción los verdaderos seguidores de Jesús deben trabajar en la construcción de una sociedad justa, impulsar un cambio social y político, trabajando junto con la clase obrera y a favor de los oprimidos. Todas las Iglesias deberán dar preferencia a aquellos que históricamente han sido marginados o privados de sus derechos, de tal forma que el aspecto central del Evangelio debería ser la defensa de los derechos de los pobres. La teología de la Liberación surgió en el catolicismo romano latinoamericano y su crecimiento se dio como una respuesta a la pobreza generalizada y al sufrimiento masivo de grandes sectores de la población en Latinoamérica del sur. Un libro que influyó para promover la Teología de la Liberaión fue “Una Teología de la Liberación de Fr. Gustavo Gutiérrez (1971).

Un ícono de la Teología de la Liberación fue el sacerdote Jorge Camilo Torres Restrepo, quien nació en el seno de una familia acomodada, se ordenó como Sacerdote en 1954 y estudió Sociología en la Universidad de Lovaina, Bélgica. Como Sacerdote desarrolló trabajos de investigación y acción social en barrios populares de Bogotá, Colombia. En 1965 promovió innovaciones de su trabajo como clérigo y fue destituido como capellán y de la universidad, por lo que se dedicó de lleno a la actividad política revolucionaria, ingresó al Ejército de Liberación Nacional y murió en combate un año después en el Departamento de Santander, Colombia. La fuente de inspiración de Camilo Torres fue su amor por el prójimo, sus estudios de Sociología lo ayudaron a entender y sistematizar la situación política de Colombia y América Latina. En sus proclamas decía que para lograr la justicia y la igualdad que pregonaba el cristianismo era necesario lograr una verdadera transformación social para lograr el bienestar social de la población y esta transformación social requería la participación social y la unidad popular.

3.- La Psicología de la Liberación:

Ignacio Martín-Baró fue un sacerdote español nacido en Valladolid, fue trasladado a El Salvador donde estudió Psicología en la Universidad Centroamericana en 1975 y después realizó su Doctorado en Psicología social en la Universidad de Chicago. Regresó a la Universidad Centroamericana y empezó a trabajar en el Departamento de Psicología. En su labor como docente realizó una crítica a los modelos de Psicología provenientes de Estados Unidos y Europa, señalando que eran insuficientes para comprender la realidad latinoamericana y fue cuando expresó su famosa frase que decía “a los psicólogos latinoamericanos les hace falta una baño de realidad” para realizar su labor en forma eficiente y salirse del reduccionismo psicológico en el que incurrían al ignorar el contexto histórico en el que realizaban su intervención psicológica.

Martín-Baró concebía la labor del psicólogo como la del profesional comprometido en ayudar a que las personas tomaran consciencia de su realidad y desde esa perspectiva de tomar conciencia de una realidad injusta y desigual, producir un cambio individual y social. Con ese enfoque realizó su práctica como psicólogo social de manera comprometida con los procesos sociales del pueblo salvadoreño, no tuvo inconveniente alguno en denunciar la desigualdad social, las injusticias que cometía el gobierno de El Salvador y los crímenes que realizaban los grupos paramilitares dirigidos por la clase política dominante.

La constante labor comprometida de Ignacio Martín-Baró hizo que su figura resaltara y lo convirtieran en el objetivo de la clase política y gobernante que le hizo pagar el precio por sus denuncias en 1989, al enviar un comando de élite militar para invadir las instalaciones de la Universidad Centroamericana y asesinar a los sacerdotes jesuitas, Ignacio Ellacuría, Beascochea, Ignacio Martín-Baró, Juan Ramón Moreno Pardo y Joaquín López Lopez. Junto con ellos murieron también Julia Elba Ramos, trabajadora de la UCA y la estudiante y catequista Celina Mariceth Ramos. Esta masacre la realizaron integrantes del grupo Atlacatl de las fuerzas armadas de El Salvador, siguiendo órdenes de las autoridades militares y gubernamentales.

Se le reconoce a Ignacio Martín-Baró como el padre de la psicología de la liberación, ya que es gracias a él que en la psicología latinoamericana se busca contextualizar y enmarcar la psicología en los problemas característicos y propios de los pueblos, es decir, Baró planteó una disciplina basada en la psicología tradicional, pero que hiciera lectura en el contexto real de la población. La Psicología social de la liberación es un movimiento que reformula la Psicología tanto desde una perspectiva teórica como un enfoque práctico. Tiene sus orígenes en el trabajo comunitario con poblaciones oprimidas en Latinoamérica durante los años setentas y ochentas

La Psicología de la liberación buscaba comprender el punto de vista de las sociedades excluidas, como los campesinos y pueblos indígenas de El Salvador. Una característica importante de la psicología de la Liberación es el rol que jugó al influir en la reconstrucción de otras disciplinas sociales para orientar sus intervenciones a favor de los pobres y los excluidos de los países latinoamericanos. Se le llamó Psicología de la Liberación porque desde la Psicología se hacía un llamado para romper las cadenas de la esclavitud y opresión en las que se encontraba una inmensa mayoría de personas que formaban parte de la población latinoamericana de finales de siglo pasado que vivían en condiciones de pobreza, miseria y exclusión social endémica.

La obra de Ignacio Martín-Baró se orientaba la construcción de una Psicología que contribuyese a la liberación de los pueblos, En 1986 Martín-Baró publicó su libro Hacia una Psicología de la Liberación en el cual describe en detalle sus pensamientos de que la liberación de los pueblos requiere de un proceso en el que se dé una ruptura de las cadenas de opresión personal junto con la ruptura de las cadenas de opresión social. Lamentablemente su obra quedó truncada por su asesinato, pero sus planteamientos permanecen vivos y pueden servir de inspiración en el momento presente, porque persisten las condiciones de desigualdad social ,pobreza, miseria y exclusión social.

La liberación de la Psicología implica una liberación social que requiere de una transformación social de las estructuras de nuestra sociedad, una transformación que necesariamente provendrá desde abajo, desde las mayorías oprimidas que han sido marginadas socialmente y que tarde o temprano dejarán sus condiciones de dominados para alzar la voz y reclamar sus justos derechos. Por eso la Psicología debe construir una nueva práctica que en realidad sea una práctica transformadora de la realidad, en un proceso de participación social que permita conocer la realidad desde el punto de vista de las mayorías oprimidas y plantearse objetivos de liberación de un sistema opresor y terminar con el sufrimiento colectivo que provoca las estructuras de un sistema que promueve la desigualdad social.

4.- La Psicología comunitaria Latinoamericana

Las aportaciones de Ignacio Martín- Baro para la construcción de una Psicología de la Liberación, se enriquecieron con las contribuciones posteriores de Maritza Montero, investigadora de la Universidad Central de Venezuela a quien se le identifica como una figura representativa de lo que hoy se reconoce como Psicología Comunitaria Latinoamericana que desarrolló un nuevo enfoque en el quehacer de la Psicología en esta región del mundo. En la década de los setentas los psicólogos sociales latinoamericanos reproducían y aplicaban las teorías, métodos y técnicas provenientes de países como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, sin reconocer las diferencias socioculturales y políticas entre aquellos países y los países latinoamericanos.

Recordemos que en aquellos años en Latinoamérica existían dictaduras militares, revueltas sociales en varios países que enfrentaban una fuerte represión de parte de las élites gobernantes y amplias franjas de la población civil se encontraban viviendo en condiciones de marginación y exclusión social. Por lo que de manera natural surgió un cuestionamiento a la Psicología social oficial que deliberadamente ignoraba este tipo de convulsiones sociales y centraba su atención en el individuo. Estos cuestionamientos fueron los factores que motivaron la construcción de una Psicología social que permitiera una real liberación de los pueblos latinoamericanos del yugo económico, político y militar que estaba padeciendo en aquellos años.

En la intervención psicológica se observó que el énfasis en el individuo propiciaba una visión del mismo como un sujeto pasivo, limitado a ser receptor de acciones o productor de respuestas dirigidas, lo cual difícilmente permitiría crear verdaderas soluciones a los problemas sociales que existían en aquel entonces. Por estas razones nace una Psicología comunitaria que fue el resultado de una inconformidad con una Psicología social que se centraba en el individuo e ignoraba los grandes problemas sociales. Esta Psicología individual estaba atada a un paradigma que creaba una distancia entre el investigador social y su objeto de estudio, este paradigma se centraba en la manipulación de variables y se presentaba falsamente como objetiva y neutral ante los problemas políticos. Esta actividad de la Psicología se realizaba en un ambiente de gran insatisfacción social, de la presencia evidente de un sufrimiento colectivo y la Psicología se limitaba a hacer diagnósticos e intervenciones centradas en el individuo. En este contexto se planteaba la necesidad de dar una respuesta a los problemas reales que provocaban efectos psicológicos sobre los individuos, los grupos comunidades enteras.

Surge entonces una nueva práctica que exige una redefinición de los psicólogos y una reconsideración de su relación con quienes consideraba su “objeto de estudio”. La nueva Psicología dio un vuelco en su concepción de la disciplina al abandonar el enfoque individual y centrar su atención en los grupos sociales, en la sociedad y percibir a los individuos que la integran como sujetos activos, como actores sociales, dinámicos y constructores de la realidad social, con lo cual se modificó el rol del psicólogo al abandonar su papel de experto y poner sus conocimientos a disposición de los integrantes de las comunidades para realizar un ejercicio en el cual los grupos analizaran su situación social, identificaran los problemas que les afectan y procedieran a tomar las decisiones por sí mismos que les permitieran solucionar los problemas que estaban enfrentando.

La Psicología comunitaria empezó a definir un perfil propio al ponerse como objetivo lograr una mejoría en las condiciones de vida de las personas, desarrollando un proceso de autogestión que de manera inevitable pasaba por una autodeterminación, liberación personal y empoderamiento individual y comunitario. Para lograr este cambio se contempla como requisito necesario la participación social involucrando a los integrantes de las comunidades en todos los procesos de intervención-investigación. Con ello surgió el método de la investigación-acción o investigación participante.

Este movimiento dentro de las ciencias sociales en América Latina estuvo dirigido fundamentalmente a los sectores oprimidos, excluidos dentro de una sociedad en la que la desigualdad social se hacía cada vez más extrema. Al avanzar en la construcción del conocimiento a partir de las experiencias vividas y de la reflexión se encontró que la práctica generaba un “saber” y el “saber” producía nuevas prácticas. Estas nuevas concepciones sobre la Psicología crearon una ola neoparadigmática que arrasó con los paradigmas vigentes en los cuales se fundamentaba la Psicología con enfoque en el individuo. Con esta nueva forma de trabajar la Psicología se produjo una ruptura epistemológica que llevó a la construcción de una nueva Psicología que abandonó al individuo como método central de intervención y enfocó su interés en la atención a los grupos sociales y se empezó a construir una nueva visión del ser humano, como individuo miembro de varios grupos en forma simultánea también como integrante de una comunidad. La Psicología comunitaria surgió como un movimiento de las ciencias sociales en Latinoamérica que se dirigía fundamentalmente a los sectores sociales marginados, a los oprimidos y dentro de una sociedad cada vez más excluyente.

Podría seguir enumerando otras aportaciones que ejemplifican la construcción de conocimientos científico surgidos a través de las luchas sociales, como la Sociología de la Liberación y la Filosofía de la Liberación, pero creo que lo que se expone en este apartado muestra claramente que hay un agotamiento epistemológico en las ciencias sociales que nos impide ver de manera objetiva la realidad.

La pobreza en el siglo XXI

Los intentos de liberación social que provinieron en el siglo pasado que incluyeron la movilización de grandes movimientos colectivos, así como aportaciones teóricas nuevas desde la óptica de dferentes disciplinas sociales, no fueron suficientes para lograr el cambio social deseado porque en este siglo XXI la pobreza ha aumentado a niveles nunca antes visto. Desde un punto de vista optimista podría pensarse que en la medida que pasa el tiempo, la Humanidad evoluciona en una tendencia a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población al vivir en el contexto de la sociedad de la información que nos permite obtener de forma gratuita e instantánea información detodo tipo, al disfrutar de un desarrollo tecnológico que permite mejorar las condiciones de vida, etc.

Pero lamentablemente, lejos de disfrutar de una evolución que tienda a un mejoramiento continuo de la humanidad, estamos padeciendo una verdadera involución al observar la presencia de una creciente ignorancia colectiva, un alarmante aumento de la población que vive en condiciones de pobreza, una tendencia a la precarización en la calidad de vida de millones de personas y una progresiva pérdida de derechos laborales y prestaciones sociales conquistadas a través de las luchas sociales que tuvieron lugar en el siglo pasado y representan una masiva y constante violación de los derechos humanos porque se ha surgido una enorme desigualdad social que mantiene en una creciente exclusión social, en la pobreza y miseria a una gran mayoría de habitantes de este planeta.

La globalización se expandió por todo el planeta y con ella la difusión de una economía de libre mercado, generando las condiciones para eliminar la igualdad social al excluir a aquellas personas que no tienen la capacidad adquisitiva para consumir productos y servicios que se encuentran disponibles en el Mercado.

La pobreza representa una amenaza para la sobrevivencia porque se corre el riesgo de morir de hambre, representa ausencia de protección contra las inclemencias del clima, estar sin techo seguro y sin abrigo. La pobreza al caracterizarse por continuas privaciones provoca mala nutrición y aumenta las posibilidades de morir de enfermedades que podrían ser curables pero que por no tener recursos económicos para comprar medicinas y pagar de atención médica se convierten en fatales. La pobreza es una constante violación de los derechos humanos como el derecho a la salud, a la vivienda, a la educación, al trabajo, al esparcimiento, etc. Estos derechos forman parte de los estándares mínimos de una calidad de vida.

La pobreza también tiene efectos psicológicos adversos, porque vivir en condiciones de pobreza generan incertidumbre, angustia y ansiedad, porque ser pobre significa no poder vivir una vida normal en esta sociedad de consumo, porque la gente que vive en la pobreza no puede participar en el proceso de producción masiva y consumo masivo, ya que no tienen dinero para consumir. Por ello, se les expulsa del mercado y se les considera consumidores defectuosos, incapaces de adaptarse a un mundo que gira en torno al consumo y esta exclusión social afecta la autoimagen, la devaluación de sí mismos porque “no están a la altura de las otras personas”. La economía de libre mercado genera pobreza, marginación y exclusión social. El progreso tecnológico no es para todos, es accesible sólo a quienes tienen dinero para participar como consumidores en esta sociedad de consumo, quien no consume, no existe, quien es pobre no es visible ante los ojos de los consumidores.

En la sociedad de consumo la “vida normal” es la de consumir los productos más recientes que salen al mercado, la principal preocupación de los consumidores es elegir un producto de una lista de diferentes marcas que lo ofrecen. La principal preocupación de los pobres es obtener el alimento diario para subsistir, la pobreza es una lucha por la sobrevivencia. La mayoría de personas que viven en condiciones de pobreza tienen una gran cantidad de tiempo libre y al mismo tiempo tienen una incapacidad de aprovecharlo en su beneficio, lo cual les provoca aburrimiento e irritabilidad. La incapacidad de tener acceso a los productos que se encuentran detrás de los escaparates de las grandes tiendas comerciales, les genera un alto grado de frustración. Para salir del aburrimiento y superar la frustración, se requiere de tener billetes para pagar el ingreso a centros de diversión, de espectáculos, de tiendas de servicio, de malls comerciales, el consumo es hoy en día la nueva religión de nuestros tiempos que está representada en el Dios Mercado.

El inusitado incremento de la pobreza en nuestros tiempos ha sido el resultado de décadas de implementación de políticas neoliberales en diferentes países del mundo entero, el resultado del culto al Dios Mercado es el aumento de una desigualdad social que afecta a buena parte de la población que habita este planeta y provoca un gran sufrimiento colectivo y la población que vive en condiciones de pobreza emite un grito silencioso, una demanda implícita de ayuda social para dejar de experimentar esa marginación y exclusión social.

Un nuevo paradigma es necesario

Estas son las razones que nos llevan a experimentar una sensación similar a un Deja vú, porque en pleno siglo 2,021 nos encontramos en similares condiciones o mucho más peores a las que existían durante la segunda mitad del siglo pasado en la que se percibía la necesidad de construir un nuevo paradigma social que tuviera pertinencia histórica y validez social, ya que en estos días vemos el surgimiento de una gran cantidad de movimientos colectivos que rechazan la dictadura del Mercado.

Me refiero a que estamos presenciando un movimiento de resistencia global ante el incremento de la desigualdad social al que amplias capas de la población en diferentes países levantan su voz, se organizan y actúan en forma unida para defender sus derechos humanos que están siendo violados por esta enorme desigualdad social que se pretende aumentar aún más con la aprobación de nuevas reformas a las constituciones que contemplan la eliminación de derechos laborales y prestaciones sociales.

Estos movimientos colectivos parten de la premisa de que los derechos humanos están por encima de las leyes y que no pueden ser afectados por modificaciones a las mismas. La agudización de la crisis económica, política, ecológica y sanitaria que padecemos en el marco del sistema capitalista neoliberal ha creado las condiciones para que surjan en todo el mundo diversas luchas sociales que desafían al poder dominante que se mantiene firme en sus intenciones de maximizar sus beneficios económicos a través de acciones que profundizan la explotación laboral, la explotación irracional de recursos naturales y el aumento de la contaminación de mares, ríos y lagunas que provocan graves daños al medio ambiente y a la salud de millones de personas.

En este marco de crisis social y surgimiento de movimientos colectivos en los que participan grandes núcleos de la población de varios países que se rebelan a la implementación de nuevas políticas neoliberales y que luchan en defensa de derechos humanos, se observa un panorama en el cual dos fuerzas se enfrentan en el escenario global:

Por un lado se encuentran los proyectos de autonomía individual y colectiva, representados en los diferentes movimientos colectivos que luchan en defensa de sus derechos humanos, laborales, sexuales y prestaciones sociales. Estos agrupamientos colectivos defienden derechos que fueron conquistados a través de las luchas que en el siglo pasado dieron anteriores movimientos colectivos y lograron plasmarlos en las constituciones de varios países, mismo derechos que hoy se pretenden eliminar a través de reformas a las constituciones. Estos movimientos colectivos que luchan en forma dispersa, buscan la emancipación de hombres y mujeres de las condiciones de opresión, marginación y exclusión social que sufren por actos de corrupción realizados por políticos que sirven a intereses particulares y busca una verdadera transformación social que permita recuperar la igualdad social perdida, la consolidación de una democracia social y justicia social efectiva.

Por otro lado, se encuentra un proyecto del poder corporativo que busca imponer una cultura mundial y un pensamiento único orientado al consumo como forma de vida y aspiración de la felicidad, a través del cual busca maximizar sus beneficios económicos utilizando la explotación laboral, la explotación irracional de recursos económicos y la promoción de un exagerado consumo que provoca destrucción de ecosistemas y contaminación de ríos, lagunas, lagos y mares, poniendo en peligro la existencia de nuestro planeta al grado de provocar una crisis climática.

La existencia de la desigualdad social y la presencia de estos movimientos colectivos de lucha social es la razón por la cual ya no funcionan los paradigmas utilizados en ciencias sociales, que intentan describir una realidad en la que se han presentado en todo el mundo una serie de cambios sociales (políticos, económicos, tecnológicos, culturales, etc.). Se requiere entonces la construcción de nuevos paradigmas que permitan no sólo estudiar de manera descriptiva la realidad, que contemplen el surgimiento de nuevos grupos de ciudadanos que experimentan un despertar social y se asumen como sujetos políticos y tienen como meta principal no sólo la defensa de sus derechos violados, sino que también pretenden lograr una transformación de la realidad social a través de la la construcción de su identidad como agentes de cambio social participando en los diferentes grupos, organizaciones y comunidades que conforman nuestra sociedad en la construcción de un mundo nuevo y diferente al actual.

Este nuevo paradigma debe partir de la concepción de la historia como una creación humana y reconocer que los grandes cambios sociales que han ocurrido en la historia de la humanidad se dieron gracias al surgimiento de grandes movimientos colectivos que lucharon por transformar la realidad que formaba parte del momento histórico que les tocó vivir.

Este nuevo paradigma debe reconocer a hombres y mujeres con historicidad, es decir, con capacidad para cambiar la historia de la cual forman parte y para lograr esta transformación social se necesita desarrollar un empoderamiento individual y colectivo a través del incremento de una participación ciudadana que permita crear un poder popular que tenga la suficiente fuerza para enfrentar al poder corporativo que es el responsable del crecimiento de la enorme desigualdad social que estamos padeciendo y de los daños a nuestra salud física y mental, así como la contaminación del medio ambiente y la crisis ecológica que estamos viviendo y que se refleja en el cambio climático.

Para dejar claro el concepto de paradigma, podremos decir que un paradigma es una manera de pensar, una determinada forma de ver la realidad social, una forma específica de construir un conjunto de valores que nos ayudan a construir una percepción de lo que llamamos realidad social. Debido a esta definición de paradigma, podemos encontrar que dos científicos que utilizan diferentes paradigmas tendrán una visión diferente de la misma realidad social, en ese sentido puede afirmarse que los paradigmas nos permiten ver la realidad, pero en ocasiones no, tal y como sucede con el paradigma vigente en la academia universitaria que centra la atención en el individuo, descuida la influencia de lo social, establece una separación entre investigador con el sujeto de estudio y admite como conocimiento científico y válido sólo aquello que es medible, observable y verificable.

Mientras que por otro lado, quienes participan en las luchas sociales se perciben a sí mismos como sujetos que pueden cambiar la historia a través de la participación ciudadana en acciones colectivas, unidas y organizadas, creando en sus luchas otro tipo de conocimientos que generan un aprendizaje adquirido en las luchas sociales que ya no es posible seguir ignorando. Este aprendizaje consiste en la posibilidad de cambiar el modelo económico y social en el que vivimos por otro que sea más incluyente, que reconozca la democracia participativa, sea más democrático y en el cual exista una verdadera justicia social.

Necesitamos construir un paradigma emergente que contemple el análisis de las diferentes luchas sociales que hoy se observan a nivel mundial como motor del cambio social y que surgen como resistencia a la imposición del proyecto neoliberal que nos conduce por una senda que nos dirige a la autodestrucción porque la mundialización de la cultura del consumo implica la explotación irracional de nuestros recursos naturales, la explotación laboral y la destrucción del medio ambiente.

La construcción de un paradigma científico no es obra de una sola persona que tenga gran talento o gran visión, los paradigmas se van construyendo en forma colectiva, a través de la participación social en movimiento de lucha, que generan un aprendizaje social que muchas veces no es percibido porque a la práctica no se le da una interpretación teórica. Los paradigmas se construyen de diferentes formas, una de ellas puede ser utilizando el método científico para construir nuevos conocimientos científicos, otra es a través de serendipia, es decir, lograr un descubrimiento o nuevo conocimiento en forma accidental o inesperada y una tercera forma de generar conocimientos es mediante el aprendizaje social que se obtiene a través de la participación en las luchas sociales, como las que se están registrando en estos momentos en diferentes partes del mundo.

Conclusiones

Un fantasma recorre el mundo entero, es un fantasma que toma diversas formas para manifestarse, en algunos países toma forma de hartazgo social, en otros se revela en forma de revueltas populares y en algunos más toma la forma de auténticas revoluciones que se manifiestan en forma pacífica. En algunos lugares después de años de represión, espera el momento oportuno para asomar su rostro, utilizando los mecanismos electorales para dar sorpresas inesperadas como sucedió en México en el 2,018, en Bolivia y en Chile en este 2,021. Este hartazgo social también adopta la forma de múltiples rostros en colectivos feministas que protestan en forma organizada y colectiva en todos los países del mundo en fechas especiales como el 8 de marzo o el 23 de noviembre. Este fantasma tiene un rostro que había sido ignorado hasta el presente, pero en los últimos años ha decidido mostrar de manera más abierta su rostro, al punto de crear una situación en la que no se puede ser neutral ni indiferente ante los conflictos sociales que observamos a nuestro alrededor.

Es el rostro de la insatisfacción social con el sistema capitalista, neoliberal y patriarcal en el que vivimos. Es un rostro colectivo que pasa de un descontento generalizado a una indignación colectiva que comparte una inmensa mayoría de la población y ese mismo rostro de inconformidad social al manifestarse en forma colectiva, organizada y unida, permite construir una esperanza de cambio social creíble. En pleno siglo XXI en la aldea global se observa un gran número de frentes de lucha social integrado por colectivos de personas, que se integran a movimientos masivos que luchan por romper la invisibilidad social a la que los han condenado y mantenido durante décadas. En estos frentes de lucha y resistencia coincide una masa heterogénea de hombres, mujeres, razas, etnias que luchan porque se reconozca su condición de seres humanos, se respete su dignidad y se reconozca la diversidad cultural que es una de las características principales de la sociedad moderna.

Participan en estas luchas trabajadores que ven violados sus derechos laborales y que ven en peligro su derecho a la jubilación, jubilados a quienes se pretende afectar el pago de sus pensiones o a quienes se les niega el derecho a la salud, extrabajadores que perdieron sus fuentes de trabajo, trabajadores del sector informal, colectivos de mujeres feministas que luchan por diversos derechos que permitan construir una verdadera equidad de género y terminar con el patriarcado, miembros de grupos LGTBI, habitantes de los cinturones de miseria que rodean las ciudades, gente que vive en favelas, personas sin hogar, organizaciones ecologistas, campesinos sin tierra, pueblos indígenas, etc.

Son cada vez más los frentes de resistencia que surgen en una sociedad en la que la corrupción es estructural, es decir, la corrupción está incrustada en las instituciones gubernamentales y es lo que permite la impunidad en la violación de derechos humanos, laborales y sociales, en el despojo de tierras, en el incremento del número de feminicidios y de la violencia en contra de las mujeres, en el deterioro de la calidad de vida de millones de personas al permitir la aplicación de políticas neoliberales, en innumerables actos de injusticia al no proceder las instituciones encargadas de la procuración de justicia que con su silencio permite que siga existiendo la impunidad en actos de corrupción al no castigar el desvío de recursos públicos para beneficiar a particulares que se dedican a la política como forma de negocio y a quienes integran o forman parte del poder corporativo.

Cada día más las resistencias locales se van uniendo a resistencias de otros lugares de tal forma que se están fundiendo en un movimiento planetario de oposición al capitalismo global que pretende mundializar una economía basada en el consumo, afectando los niveles de vida de millones de personas y realizando un verdadero epistemicidio con las tradiciones y culturas que han prevalecido durante siglos en algunos países. De la lucha que realiza un sector social se retoma un aprendizaje y el ejemplo de la lucha feminista de organizar jornadas de protestas globales se generaliza y muestra el camino a seguir para otros sectores.

Mientras se dan estas luchas en la vida real, mientras mueren miles de personas por el crecimiento de una enorme desigualdad social, en las universidades públicas y centros de investigación, los intelectuales y académicos siguen en sus nubes de terciopelo viviendo como un club de privilegiados, investigando temas sin relevancia social, publicando en revistas que nadie lee, con la única motivación de aumentar sus ingresos personales y desconectados por completo de una realidad excluyente que golpea sin cesar a una mayoría marginada, generando un sufrimiento colectivo que grita de manera silenciosa pidiendo ayuda para salir de la telaraña neoliberal en la que los tiene atrapados como moscas el neoliberalismo capitalista.

Los políticos que nos gobiernan, los académicos universitarios e investigadores sociales ya no pueden seguir ignorando esta realidad compleja que nos tocó vivir. Se requiere de la construcción de un nuevo paradigma teórico que enriquezca el marco teórico de las ciencias sociales y estamos viendo que las universidades han sido tomadas por asalto por el neoliberalismo para modificar su función social, privatizar los servicios educativos y enfocar la educación al servicio de las grandes corporaciones al transformar a las universidades públicas en universidades-empresas. Los científicos e investigadores sociales los científicos sociales deben plantearse la necesidad de construir nuevos paradigmas epistemológicos que tengan una pertinencia social e histórica y respondan a las necesidades de las poblaciones mayoritarias que se encuentran viviendo en condiciones de pobreza.

Al analizar la realidad social es indispensable hacerlo con referencia al momento histórico que se está viviendo, a esto se llama contextualización histórica, mientras el paradigma predominante en la enseñanza universitaria continúa con la tendencia a ignorar una realidad cambiante inmersa en una profunda crisis y en constante transformación, las masas marginadas por un Mercado excluyente, las innumerables víctimas de violaciones a sus derechos humanos, laborales y sexuales, se transforman a sí mismos dejando atrás el papel de víctimas para sumir el rol de sujetos políticos que intentan cambiar la historia que les tocó vivir, asumiendo una identidad como agentes de cambio social, aprendiendo a través de las luchas el poder colectivo que pueden construir actuando en forma organizada, colectiva y unida para lograr un empoderamiento individual y colectivo.

Nuestra sociedad se ve amenazada “desde arriba” por la globalización y sus representantes, los propietarios de las grandes compañías transnacionales y como respuesta a esta amenaza “los de abajo”, los marginados, excluidos, los pobres y las víctimas de violaciones a sus derechos levantan su voz, se organizan, se movilizan en forma colectiva y unida para luchar en defensa de sus derechos, generando un aprendizaje social que los transforma a sí mismos, al mismo tiempo que transforman la realidad social circundante buscando construir un mundo mejor al presente.

Es un aprendizaje que no están obteniendo en las escuelas o universidades, es un aprendizaje adquirido en las luchas tomando calles por asalto, haciendo escuchar sus voces mediante un grito colectivo que representa a miles de sujetos vivos que se rebelan frete a la ley del Mercado , gritando “aquí estamos”, visibilizando su presencia, rompiendo la invisibilidad social en la cual los intentan mantener excluidos y cada día ganan terreno. Estamos presenciando un aumento en la participación social en un momento histórico en el que a diferencia del siglo pasado, los nuevos movimientos colectivos tienen armas de comunicación masiva ya que utilizan las herramientas de la sociedad red en la que vivimos: internet, teléfonos celulares, redes sociales, whatsapp, etc. Con estas herramientas aumentan su poder porque pueden realizar comunicaciones masivas en forma instantánea, convocar a concentraciones masivas de un momento a otro y sobre todo, transformar las frustraciones, la indignación en un grito de esperanza porque saben que no están solos, están en todas partes y con una creciente fuerza que les permite nombrar representantes que dialogan en igualdad de condiciones con el poder político ya que forman parte de un poder popular que crece en forma de un Leviatán moderno, que les permite romper la asimetría con la que se ejerce el poder político.

Un paradigma no sólo es un instrumento que puede ser utilizado por quienes se encuentran en el poder, un paradigma es una representación social que puede ser utilizado en la construcción de defensas, del ejercicio de la crítica social y de consolidación de movimientos de liberación. Los triunfos logrados en diferentes luchas colectivas están generando un nuevo paradigma social en el cual se incluye la figura de ciudadanos que han dejado de creer en otras instancias y han comenzado a creer en sí mismos logrando un empoderamiento individual y colectivo, construyendo una identidad social, generando un sentimiento de pertenencia a sus comunidades y a través de su participación ciudadana en asuntos de interés público representan por sí mismos el horizonte de la construcción de un paradigma emancipatorio, al asumir la identidad de agentes de cambio social, porque permitirá construir una sociedad mejor a la que estamos viviendo en la medida de que con su ejemplo demuestran lo que es una democracia participativa que permitirá construir la democracia, la justicia y la igualdad en nuestra sociedad.

El nuevo paradigma que está surgiendo a nivel mundial parte de la premisa de que las diferentes luchas que se enfrentan a la globalización en todo el planeta poco a poco se van conformando como un movimiento de movimientos que integra un conjunto de luchas y resistencias, de prácticas sociales, de debates e investigaciones, creaciones intelectuales y artísticas que se inscriben en el rechazo de las desigualdades y discriminaciones, la puesta en tela de juicio de los impactos de la globalización neoliberal, la exigencia de control democrático sobre las instituciones políticas y sindicales y la esperanza firme de que “otro mundo es posible” y el compromiso explícito en su construcción.

Nos encontramos entonces frente a un escenario social en el cual surge la necesidad de construir un nuevo paradigma social que contemple a los nuevos actores sociales de los nuevos conflictos y reconozca el surgimiento de nuevas identidades colectivas que orientan sus miradas hacia la construcción de un nuevo mundo diferente al actual. La presencia en el escenario social de diferentes movimientos colectivos que luchan en defensa de sus derechos y por su propia sobrevivencia, es parte de nuestra realidad social y su estudio debe formar parte de los contenidos teóricos de los planes de estudios universitarios porque representan la construcción de un nuevo paradigma social que tiene como misión lograr una verdadera transformación social de la realidad.

Bauman, Zygmunt: ¿Por qué toleramos la desigualdad?

https://www.bloghemia.com/2021/06/por-que-toleramos-la-desigualdad-por.html?fbclid=IwAR3ZqYTA_QhzpFeuQGKe2qhZSK7uqe1Jqt5bvSXOAzesSAPIyqW_op5yVpw

Bauman, Zygmunt: Ser pobre en la sociedad de consumo

https://www.bloghemia.com/2020/09/ser-pobre-en-una-sociedad-de-consumo.html?fbclid=IwAR2NioVRWOzT1-EPJZmfXSZms573PhmhDUNkaTAb_w2ncMABECI_BE0NYBQ

Boaventura de Souza Santos: Conocimientos nacidos en las luchas (Construyendo las epistemologías del Sur) Ediciones Akal. Ciudad de México. 2,017

Boaventura De Souza Santos: Una epistemología del SUR

Clacso coediciones, Siglo XXI editores. Ciudad de México 2,018

Cambiar el paradigma: el conocimiento indígena en la investigación científica

https://ojo-publico.com/2936/el-conocimiento-indigena-en-la-investigacion-cientifica?fbclid=IwAR2_aDtoD5MfUz6PnBEyqKhveLto8eCCCp1t9CgJ5-pIN88hnXlAPkN0zA8

Camilo Torres. https://www.ecured.cu/Camilo_Torres

Chomsky, Noam El neoliberalismo tomó por asalto a las universidades

https://www.elespectador.com/educacion/el-neoliberalismo-tomo-por-asalto-a-las-universidades-noam-chomsky-article-480438/

El pueblo unido de Cali es el terror de los poderosos

https://jacobinlat.com/2021/05/06/el-pueblo-unido-de-cali-es-el-terror-de-los-poderosos/?fbclid=IwAR1zGWVrz6izQw7SqmaIBOjGrc-uZfKtKBAJ1AzhaKvlbXO-pjYHltNSqqY

24 de mayo del 2,021. https://www.facebook.com/canal2cali/videos/182328950435767

https://www.facebook.com/canal2cali/videos/258120619438856/

Franz Fanon y los condenados de la tierra https://www.contrainfo.com/16231/franz-fanon-y-los-condenados-de-la-tierra/

Francois Houtart: Una sociología de la liberación. https://www.alainet.org/es/articulo/188294

Freire, Paulo: Pedagogía del oprimido

Guadarrama, Pablo: Para qué sirve la epistemología? A un investigador y a un profesor

para-que-sirve-la-epistemologia-a-un-investigador-y-un-profesor-9789582012946 (1).pdf

Martín-Baro, Ignacio: Hacia una Psicología de la Liberación. Editorial Trotta. Madrid 1998

¿Qué es la Teología de la Liberación?. https://www.gotquestions.org/Espanol/Teologia-Liberacion.html

La Psicología de la liberación de Ignacio Martín-Baro

https://psicologiaymente.com/social/psicologia-liberacion-ignacio-martin-baro

La Psicología de la liberación. http://psicologiadelaliberacion.org/introd.htm

Touraine, Alan: Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy. Editorial Paidós, Barcelona, 2,005

http://es.solecopedia.org/index.php?title=Altermundializaci%C3%B3n

https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_antiglobalizaci%C3%B3n

Yescas, Oscar Hagamos de este mundo un mundo mejor

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/12/hagamosde-este-mundo-un-mundo-mejor.html

Yescas, Oscar: Movimientos sociales en red y empoderamiento ciudadano

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/11/movimientossociales-en-red-y.html

Yescas, Oscar: Jubilados del Isssteson en primera línea de defensa del derecho a la salud y jubilación

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/11/jubilados-delisssteson-primera-linea-en.html

Yescas, Oscar: El aprendizaje en las luchas sociales por el derecho a la salud y a la jubilación

https://oscaryescasd.blogspot.com/2021/09/elaprendizaje-social-en-la-lucha-por-el.html

Yescas, Oscar: El compromiso social del trabajador intelectual

https://oscaryescasd.blogspot.com/2020/05/el-compromiso-social-deltrabajador.html




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