El abuso de poder y la resistencia ciudadana
Oscar Yescas Domínguez
26 de Marzo del 2022
Dicen que una imagen cuenta una historia, elegí como portada para este artículo una foto de jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo montando una guardia de honor a los seis compañeros jubilados que fallecieron en estos casi tres meses que llevan luchando por recuperar los derechos que en un acto de abuso de poder, les arrebató Antonio Astiazarán, Presidente Municipal de Hermosillo. A continuación, intentaré describir la historia de esta imagen compartiendo mi opinión personal sobre este conflicto, como un ciudadano más que ejerce su libertad de expresión. Sólo le pido paciencia al lector y le expreso mis deseos de que concluya la lectura de principio a fin.
En la sociedad contemporánea vivimos rodeados de organizaciones, desde el momento en que nacemos, llegamos a esta vida en una organización que se llama hospital y al momento de fallecer utilizamos el servicio de otra organización que se llama funeraria. Toda nuestra vida la pasamos satisfaciendo necesidades básicas y psicológicas consumiendo productos y servicios de varias organizaciones por lo que siempre estamos teniendo contacto con un sinnúmero de organizaciones. Por estas razones podemos afirmar que vivimos en el contexto de una “sociedad organizacional”, lo que significa que nuestra sociedad existe gracias a la existencia y funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones públicas y privadas, ya que el modelo de vida de nuestra sociedad contemporánea es de tipo organizacional.
Por estas razones las organizaciones deben y pueden ser estudiadas para comprender y mejorar su funcionamiento, su estudio se facilita si utilizamos el enfoque de sistemas para considerarlas como sistemas sociales que están conformadas por un conjunto de subsistemas. En esa línea de pensamiento podríamos ver que las organizaciones no existen en el vacío, sino que se encuentran dentro de un ambiente social, al cual podríamos definir como un “conjunto de sistemas sociales con los cuales la organización mantiene una constante interinfluencia”, dentro de los cuales podemos mencionar el sistema político, el sistema tecnológico, el sistema social-humano, el sistema proveedores, el sistema clientes, etc.
Al llegar a este punto es importante hacer mención de que existen organizaciones privadas y organizaciones públicas, las primeras surgen por iniciativa privada y tienen como principal objetivo el obtener ganancias económicas a través del intercambio de sus productos o servicios, las segundas, son parte de la estructura del Gobierno en sus tres niveles (federal, estatal y municipal) y representan la columna vertebral de los Estados-Nación que surgieron con el objetivo de garantizar el bienestar social de la población.
Las organizaciones públicas se mantienen manejando un presupuesto que se alimenta principalmente del pago de impuestos de la ciudadanía y esa es la razón por la cual las dependencias gubernamentales están obligadas a funcionar con una filosofía de servicio público que debe ser compartida por todos los miembros de cada organización pública. En cada organización pública debería implementarse un programa de socialización organizacional que podría definirse como una programa de adiestramiento, entrenamiento o capacitación, a través del cual la organización muestra a sus trabajadores las principales metas y valores que persigue y crea las condiciones para desarrollar los comportamientos más pertinentes para lograr tales metas y valores.
De esta forma quienes trabajan en organizaciones públicas deben guiar su comportamiento actuando como verdaderos servidores públicos, considerando como su principal responsabilidad el realizar las gestiones necesarias para utilizar recursos públicos que permitan atender en forma satisfactoria las necesidades de la ciudadanía. Debido a que el financiamiento de estas dependencias públicas proviene del pago de los impuestos que realiza la ciudadanía, el comportamiento ideal esperado de los funcionarios públicos que ocupan cargos de alta dirección es que gobiernen con una filosofía de “mandar obedeciendo”, y por lo mismo, aquellos liderazgos autoritarios que se muestren insensibles a las necesidades sociales, ya no son aceptados socialmente porque en estos tiempos el autoritarismo se supone que ya está sepultado en el basurero de la historia debido a que el pueblo eligió vivir en una sociedad en la que prevalezca la democracia como estilo de vida predominante y la participación social de la ciudadanía en la discusión de asuntos públicos aumenta en la medida que aumenta la crisis social que estamos padeciendo.
Con la información anterior nos encontramos en condiciones que nos permiten construir un contexto social para ubicar el funcionamiento de la organización pública conocida como “Ayuntamiento de Hermosillo, Sonora”, la cual como por todos es sabido, es una organización gubernamental que fue creada para atender las necesidades sociales de la población y quienes forman parte de ella como trabajadores o funcionarios deben compartir y hacer suya la misión principal de toda institución gubernamental que consiste en procurar el bienestar social de la población atendiendo las necesidades sociales de la ciudadanía hermosillense y para ello se espera que cada empleado debe tener bien arraigada en su escala de valores y comportamiento social una filosofía de servicio público. La teoría de sistemas nos ayuda a comprender que el Ayuntamiento de Hermosillo como subsistema social no existe en el vacío ni se maneja sola, porque forma parte de un sistema social mayor que es el Gobierno del Estado de Sonora, quien suministra parte de su presupuesto para atender las necesidades de todos los Municipio que pertenecen al Estado y en ese sentido es importante mencionar que el Gobernador es la máxima autoridad en cada Estado y es la persona que tiene el poder y facultad para intervenir como mediador para solucionar conflictos sociales que surjan en el territorio bajo su jurisdicción y hacer respetar el Estado de Derecho porque nadie puede estar por encima de la ley.
El Gobierno del Estado pertenece a su vez a otro sistema mucho más amplio que es el Gobierno federal de la república mexicana y el Presidente de la república es la máxima autoridad en el país y de igual forma es quien tiene facultades, autoridad formal y recursos para intervenir como mediador para colaborar en la solución de los conflictos que afecten a la población en todo el territorio nacional, sobre todo si se está afectando a personas adultas mayores o personas en estado de vulnerabilidad social.
Estos son los tres niveles de gobierno que existen en nuestro país: Gobierno federal, Gobierno estatal y Gobierno Municipal, todos en su conjunto forman un conglomerado social formal cuyos integrantes comparten una estructura jurídica y política que forma parte de los Estados-Nación que surgieron para garantizar el bienestar social, por lo que la conducción de cada dependencia gubernamental debe darse con estricto apego a la ley, los funcionarios públicos deben dar el ejemplo en el respeto a los derechos laborales de sus trabajadores, a los derechos humanos de la población en general, y sobre todo, a los derechos humanos y laborales de los trabajadores pensionados y jubilados porque son adultos mayores y este segmento de la población es una de las prioridades del Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador por lo que ha implementado programas de protección de los derechos de los pobres y de los adultos mayores en forma particular.
Lamentablemente la realidad nos presenta un panorama completamente diferente y un ejemplo de violación del contrato social entre gobierno y ciudadanía, lo representa el Presidente Municipal de Hermosillo, quien realizó un movimiento sorpresivo e inesperado al firmar un convenio con el Secretario General de trabajadores del Ayuntamiento de Hermosillo Salvador Díaz, en el cual se eliminan prestaciones sociales que se otorgaban a pensionados y jubilados de dicho Ayuntamiento afectando a centenares de adultos mayores jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo, quienes son personas que entregaron más de 30 años de sus vidas laborando en el Ayuntamiento de Hermosillo, pero que al momento de obtener su jubilación dejan de pertenecer al Sindicato que protegía sus derechos laborales y quedan en estado de indefensión, aparte de padecer vulnerabilidad social por su avanzada edad, padecen enfermedades propias de la vejez, percibiendo pensiones con montos bajos.
Con la simple firma de un documento entre el Presidente Municipal de Hermosillo y el Secretario General de trabajadores del Ayuntamiento, los jubilados del Ayuntamiento se quedaron sin las prestaciones que venían recibiendo desde hace algunos años, tales como ayuda para despensa, apoyo para gastos de cirugías mayores, un bono anual para pago de energía eléctrica, dotación de un espacio en el panteón municipal para ser ocupado cuando el jubilado fallezca, etc.
Con esta acción nos encontramos frente a una enorme contradicción, ya que estamos viviendo un momento histórico en el que por primera vez en la historia de México el gobierno maneja las consignas de “primero los pobres”, “no mentir, no robar, no engañar” y crea programas de apoyo a los pobres y a los adultos mayores, pero en este mismo momento histórico en la capital sonorense, el Presidente Municipal realiza un acto que no puede llamarse de otra forma que de abuso de poder, al despojar de un conjunto de prestaciones sociales a cientos de jubilados del Ayuntamiento. Antonio Astiazarán Presidente Municipal de Hermosillo utiliza la mentira al afirmar que el dinero ahorrado al eliminar el pago de estas prestaciones a los jubilados se utilizaría para financiar los gastos de bacheo de las calles de la capital sonorense.
Ante la agresión a sus derechos humanos los jubilados del Ayuntamiento de la capital sonorense se encuentran dando una lucha que ya casi cumple tres meses, manifestándose de manera pacífica y solicitando el diálogo para exigir la recuperación de derechos y prestaciones que les fueron arrebatados. El silencio, una actitud de evitación física y las puertas de Palacio municipal cerradas, han sido las respuestas que han obtenido en este período de cerca de tres meses, violando el derecho de audiencia de los jubilados del Ayuntamiento y provocando en forma indirecta que en este tiempo fallecieran 6 jubilados sin lograr ver la recuperación de sus derechos.
El argumento principal utilizado por la Presidencia municipal para despojar de estas prestaciones a un numeroso grupo de jubilados fue el siguiente “El Instituto Superior de Administración Financiera les hizo la recomendación de que las prestaciones que otorgue el municipio hermosillense sólo deberían darse al personal activo”. Pero días después representantes del propio ISAF han aclarado que este organismo en ningún momento solicitó a las autoridades municipales que procedieran a despojar de sus derechos laborales a los pensionados y jubilados. Con la declaración del Isaf se evidenció nuevamente el uso de la mentira y del engaño por parte del Presidente municipal de Hermosillo.
Ya se han hecho varios pronunciamientos a favor de los jubilados del Ayuntamiento, el Movimiento 30 de julio de Derechohabientes del Isssteson fue la primera agrupación ciudadana que se manifestó en la vía pública solicitando se atendiera la petición de diálogo de los jubilados del Ayuntamiento y abogando por la restitución de derechos y prestaciones que se eliminaron en forma unilateral perjudicando a cientos de jubilados. Esta manifestación de apoyo de un movimiento ciudadano contrastó con el silencio que guarda la Dirigencia del Sindicato de trabajadores del Ayuntamiento de Hermosillo, aún cuando la firma de su Secretario General aparece en el convenio que utiliza el Presidente municipal como principal instrumento legal para su inmoral proceder. De igual forma, los trabajadores activos del Ayuntamiento permanecen en un inexplicable silencio sin manifestar apoyo o solidaridad a sus excompañeros que luchan por recuperar sus prestaciones sociales, dentro de los jubilados en lucha se encuentran, ex-bomberos. Ex-policías, ex-trabajadores del servicio de limpia pública, ex-trabajadores administrativos de base, es decir, personas que laboraron durante décadas y se jubilaron recibiendo cantidades de dinero muy bajas por concepto de pensiones.
No alcanzan a ver que las imágenes de sus excompañeros luchando por sus derechos son el espejo del futuro que les espera si permiten que el autoritarismo sea la característica principal del Gobierno municipal para el cual están trabajando.
La misma Comisión Estatal de Derechos Humanos intervino en el conflicto haciendo un exhorto para restituir las prestaciones a los jubilados y dio un emplazamiento de 15 días al Presidente Municipal para que restituya los derechos y prestaciones violados. La respuesta del Secretario de Ayuntamiento Florencio Díaz fue negar la competencia de la CEDH para “intervenir en asuntos laborales”.
Los funcionarios municipales insisten en la legalidad del convenio que elimina las prestaciones a los jubilados y se niegan a escuchar los argumentos en contra de esta postura y llaman a que el conflicto se solucione por la vía jurídica mediante demandas de los afectados. Saben de antemano que la lucha jurídica tarda tiempo en recibir una resolución final y que la estancia de Antonio Astiazarán en su cargo como Presidente Municipal sólo durará 3 años, por lo que para cuando se resuelva finalmente este conflicto, dichas autoridades ya no estarán para responder por las violaciones a la ley y a los derechos de los jubilados.
Haber encaminado la lucha por la recuperación de los derechos y prestaciones de este grupo afectado está pagando graves consecuencias, porque las instituciones están fallando en resolver este conflicto y esto quedó claro el día 24 de marzo cuando se reunió el Cabildo del Ayuntamiento de Hermosillo y como parte del orden del día se discutió la propuesta de ocho regidores de tomar un acuerdo de cabildo Municipal para restituir los derechos y prestaciones a los jubilados del Ayuntamiento. Después de las intervenciones de unos cuantos regidores que argumentaban con claridad la violación de los derechos de los jubilados por parte de Antonio Astiazarán, de hacer llamados a las autoridades municipales a la solidaridad y empatía con los jubilados, la reunión terminó con una votación mayoritaria a favor de que sean las instancias legales las que resuelvan este conflicto.
Por fuera, podría dar la impresión de que es una decisión correcta, pero analizando la dinámica de la reunión de este pequeño grupo de personas que integran el Cabildo Municipal, puede observarse que como grupo formal tienen la responsabilidad y autoridad para terminar con este conflicto, pero decidieron no hacerlo y prefirieron abstenerse para “patear el bote” hacia las manos de los jueces que llevan el caso a nivel jurídico.
Con esta acción traicionaron la misión de procurar el bienestar social a la que está obligada el Ayuntamiento hermosillense, incumplieron con su responsabilidad como servidores públicos, decepcionaron las expectativas depositadas en sus personas, se aliaron con quien realiza un ejercicio de abuso de poder, vendieron su voto al mejor postor, su credibilidad cae por los suelos y sus nombres y rostros circulan en estos momentos en redes sociales como quienes contribuyeron a prolongar el sufrimiento de los jubilados,.
Mostraron una actitud de sumisión, obediencia y cerrazón a los argumentos que se ventilaron en esa reunión a favor de restituir los derechos a los trabajadores y optaron por pasar a la historia como los regidores que son fieles seguidores de un Presidente Municipal autoritario, insensible, que miente, engaña y se muestra reacio a escuchar argumentos que cuestionen sus decisiones. Características que son violatorias a la ley de servidores públicos y que deberían ser motivo de revocación de mandato del Presidente y colaboradores, así como de este grupo de regidores que votó en contra de los intereses de quienes dicen representar. Con esta acción, los integrantes del Cabildo Municipal como grupo formal, dieron una muestra de ausencia total de empatía hacia un grupo de ciudadanos que se encuentran en condiciones vulnerables y a quienes se le están violando sus derechos. Muestran una total indiferencia social hacia el sufrimiento de personas que se encuentran en el ocaso de sus vidas. Revelan una ceguera moral que les impide distinguir entre lo correcto y lo incorrecto de sus acciones, entre lo que es ético y lo que es antiético, entre lo que es malo y lo que es bueno. Representan una verdadera vergüenza para la ciudadanía hermosillense a nombre de la cual levantaron su mano y se ganaron el desprecio de nuestra comunidad.
Resulta entonces que con este proceder se revela que el villano de esta película que presenta claramente abuso de poder, injusticia social y sufrimiento colectivo que hemos estado viendo los hermosillenses, no es sólo el Presidente Municipal Antonio Astiazarán, quien usa la mentira de manera constante y reiterada y esto se demuestra con lo que dijo en la reunión de Cabildo acerca de que “ha estado en contacto con los jubilados del Ayuntamiento”, porque quienes han acudido a las reuniones con los jubilados son el Secretario del Ayuntamiento Florencio Díaz Armienta y Prisciliano Meléndrez, quienes se dedicaron a hacer el trabajo sucio de dar la cara a nombre de Antonio Astiazarán y se han negado en forma sistemática a escuchar y satisfacer las peticiones de los jubilados, argumentando la “legalidad del proceso” y optando por la vía legal para solucionar el conflicto.
La votación del Cabildo Municipal de Hermosillo se recibió como un balde de agua fría a las aspiraciones de solucionar el problema y representan una nueva y gran decepción tanto para los jubilados como para la ciudadanía hermosillense, porque fuimos testigos de una farsa de discusión en donde se ventilaron excelentes argumentos a favor de regresar sus prestaciones a los jubilados, pero no hubo una real comunicación porque el Presidente Municipal y varios legisladores no escucharon los argumentos, no atravesaron el muro de la sordera del Presidente municipal y sus aliados los regidores quienes “cumplieron” con su deber de apoyar al Presidente municipal, obedeciendo a la figura de autoridad en este grupo, no discutieron el tema con una actitud de diálogo.
Debemos tener claro que los afectados por este tipo de liderazgo autocrático, de cerrazón al diálogo, de insensibilidad social y de ceguera moral mostrado por el Presidente Municipal y avalado por una mayoría de integrantes del Cabildo Municipal, no son sólo los jubilados que pelean por la recuperación de derechos y prestaciones, sino que todos los ciudadanos hermosillenses estamos viendo el futuro que nos espera en los próximos tres años que durará la gestión de Antonio Astiazarán, un futuro que se caracterizará por el ejercicio de un liderazgo autoritario, por la sordera y cerrazón al diálogo manteniendo una distancia entre el Presidente Municipal y la ciudadanía hermosillense.
¿Le recuerda algo al lector estas últimas palabras?, ¿acaso no decíamos lo mismo de la anterior Presidenta municipal Célida López?, ¿no fueron esos los motivos por los cuales los hermosillenses votamos en contra de Célida López para evitar su reelección? Evitamos la reelección de Célida López, pero como dice el dicho popular, salimos de Guatemala para entrar a Guatepeor”. La ciudadanía hermosillense no desea padecer un gobierno caracterizado por el autoritarismo, cerrazón, abuso de poder y alejado de los ciudadanos.
El Presidente Municipal de Hermosillo Antonio Astiazarán está mostrando un rostro autoritario e insensible y con sus acciones está incumpliendo la Ley de servidores públicos que exige que los ocupantes de cargos de dirección en las estructuras del gobierno en cualquiera de sus tres niveles, manejen su comportamiento en base a un código de conducta que esté basado en una filosofía de servicio público. Hoy están siendo afectados los jubilados del Ayuntamiento con este tipo de comportamiento, mañana ¿Qué otros sectores de la ciudadanía serán afectados en sus intereses?, porque Antonio Astiazarán está gobernando el municipio favoreciendo intereses de la iniciativa privada y afectando los intereses de la comunidad hermosillense. En casi tres meses de conflicto, Astiazarán ha mostrado una cerrazón al diálogo negándose en forma reiterada a recibir a los jubilados que le solicitan diálogo directo. Con esta cerrazón viola el derecho de audiencia que tiene toda persona para dirimir un conflicto, ignora o le importa un cacahuate que es un funcionario público y debería trabajar procurando el bienestar social.
El Gobernador de Sonora Alfonso Durazo tiene la responsabilidad social de intervenir en este conflicto que está costando vidas humanas, es un problema que rebasó el ámbito laboral para convertirse en un problema político y está sucediendo en un municipio que se encuentra bajo su jurisdicción (nada menos que en la capital del Estado que está bajo su gobierno), se está violentando el Estado de Derecho, se están cometiendo abusos de poder, se están afectando derechos humanos de un grupo que pertenece a la tercera edad.
Hasta el momento el Gobernador Alfonso Durazo ha guardado un silencio sobre el conflicto entre jubilados del ayuntamiento de Hermosillo y el Presidente Municipal, pero con la decisión de Cabildo Municipal de rechazar una propuesta de apoyar a los jubilados, las condiciones cambian y agravan la situación en la que se encuentran los jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo, por lo que ya es hora de solicitar la intervención directa del Gobernador Alfonso Durazo como instancia de autoridad superior ante el fracaso de los intentos de negociación entre jubilados y Presidente municipal.
El conflicto está estancado y cada día que pasa puede aumentar el número de jubilados que fallezca sin recibir las prestaciones a las que tienen derecho. La actuación de Antonio Astiazarán está convirtiendo a la capital hermosillense en “tierra sin ley”, porque Antonio Astiazarán no respeta las leyes y viola los derechos humanos y laborales desconociendo a instituciones y actuando en absoluta impunidad. Parece que no hay autoridad gubernamental que pueda controlarlo y de no detenerlo, Hermosillo surgirá en el mapa nacional y mundial (gracias a las redes sociales) como la ciudad en la cual sigue existiendo un gobierno que actúa en forma autoritaria, viola los derechos de los ciudadanos hermosillenses con total impunidad y esta impunidad sólo tiene dos explicaciones: Antonio Astiazarán tiene un fuerte respaldo de integrantes del Gobierno del Estado o su respaldo proviene de personas que pertenecen al poder económico y no les importa violar las leyes y atropellar derechos humanos.
Lo que sí es cierto es que vivimos en un Estado de Derecho que está siendo violentado de manera impune por parte de la persona que ocupa el cargo más alto en la estructura del gobierno de Hermosillo y apoyado ahora por los integrantes del Cabildo Municipal, estas personas olvidan de manera conveniente que perciben un alto sueldo por ocupar sus cargos, sueldos que son tan altos que no se atreven a publicarlos en redes sociales y utilizan el poder de decisión que les confiere el cargo que los ciudadanos hermosillenses les brindamos para realizar un verdadero abuso de poder en contra de personas en estado de vulnerabilidad social.
La Historia nos demuestra que la lucha por recuperar los derechos laborales y prestaciones sociales no debe limitarse a la vía jurídica, sobre todo en una país en el cual la corrupción todavía forma parte de la estructura del aparato gubernamental, ya que los actos de corrupción cometidos en la historia reciente (sexenio de Claudia Pavlovich) continúan protegidos por el manto de la impunidad. Las instituciones gubernamentales creadas para combatir la corrupción son sólo una decoración y una simulación porque no están cumpliendo con su responsabilidad de investigar y llevar a juicio a quienes dejaron en “estado de quiebra” al Gobierno de Sonora, esa es la imagen que proyecta el Sistema Estatal Anticorrupción hacia los sonorenses.
El camino para resolver la lucha de los jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo para obtener la recuperación de sus derechos atraviesa necesariamente por una lucha política, debemos evitar centrar las esperanzas de solución a este problema en la actuación de las instituciones de procuración de justicia, porque ellas están inmersas en una crisis de credibilidad en la medida que exhiben una gran distancia entre el discurso y la acción. El aprendizaje obtenido a través de las luchas sociales que realizan diferentes movimientos colectivos nos demuestra que debemos dejar de creer en que otras personas resolverán nuestros problemas y debemos empezar a creer en nosotros mismos.
El empoderamiento individual que se construye al tomar consciencia de que somos seres sociales que pertenecemos a diferentes grupos simultáneamente y convivimos con diferentes organizaciones, nos debe permitir tomar consciencia acerca del vínculo que existe entre lo personal y lo político, entre lo privado y lo público, entre la lucha por nuestras demandas inmediatas y la necesidad de cambiar esta realidad injusta, este mundo en donde existe una gran desigualdad social, por otra realidad en la cual los ciudadanos construyamos un poder popular que podamos usar para terminar con el abuso de poder de quienes ocupan puestos en el gobierno y crear las condiciones para tener una relación de igual a igual con el poder político y el poder popular.
Este empoderamiento colectivo lo podemos lograr si aumentamos nuestra participación social en asuntos de interés público, si logramos identificar el vínculo entre lo personal y lo político, entre lo privado y lo público, ese vínculo es la lucha política. El problema de los jubilados es un asunto público porque quien gobierna esta ciudad es un profesional que vive de la política y está cometiendo abuso de poder y violando los derechos de personas adultas mayores que se encuentran en estado de vulnerabilidad social.
Si dejamos a un lado la indiferencia hacia el sufrimiento de los demás, si desarrollamos una empatía social, un sentimiento de solidaridad con quienes luchan por causas justas y nos sumamos a los movimientos colectivos que enarbolan la defensa de los derechos humanos, podremos ver que la clave para triunfar en la lucha política es actuar en forma unida, masiva y organizada para romper la cerrazón, terminar con el autoritarismo, elevar las voces de los oprimidos, lograr que sean escuchados y construir puentes de diálogo entre el gobierno y la ciudadanía, recordando en todo momento que quienes trabajan en las dependencias de gobierno son servidores públicos y están ahí para gestionar la atención a las necesidades sociales y no para crear problemas y después negarse a solucionarlos.
Los jubilados del Ayuntamiento han dado grandes muestras de resiliencia, resistencia y combatividad. Han sido golpeados una y otra vez por Antonio Astiazarán, quien abusa de su poder golpeando a un numeroso grupo de jubilados, pero éstos han resurgido de las cenizas como el ave Fénix, con mayor fuerza para seguir luchando.
Pero sus condiciones de salud no les permitirán soportar más golpes necesitan convocar a los dirigentes sindicales, a los trabajadores sindicalizados, a organizaciones de jubilados y pensionados, a organizaciones ciudadanas y movimientos colectivos, a participar en una nueva etapa en su lucha por la recuperación de sus derechos.
La reunión del Cabildo municipal y la resolución que tomó sobre al abstenerse de votar a favor de restituir las prestaciones de los jubilados, nos permiten ver con claridad que no hay disposición al diálogo, no hay indicios de que el conflicto se solucione porque una de las partes (Presidencia municipal y el Cabildo del Municipio), no quieren solucionar el problema. Debido a estas condiciones es urgente que los jubilados del Ayuntamiento diseñe una nueva estrategia en la que rebasen a las autoridades municipales y soliciten la intervención de instancias superiores al Ayuntamiento y éstas son el Gobernador del Estado Alfonso Durazo, los Diputados que forman parte del Congreso del Estado, los Senadores y Diputados Federales, para que intervengan y hagan cumplir las leyes y restablezcan el Estado de Derecho.
Deben alzar aún más la voz para que su grito de reclamo por la recuperación de su derechos sea escuchado en las altas esferas del Gobierno del Estado, así como en la capital del país y provocar un despertar social de la ciudadanía para que vean que los comportamientos de autoritarismo, cerrazón e insensibilidad social que muestra Antonio Astiazarán y los integrantes del Cabildo Municipal, les afectarán en sus intereses el día de mañana.
En este nuevo escenario de lucha es necesario impulsar una campaña para revocar el mandato del cargo de Presidente Municipal a Antonio Astiazarán por incumplimiento de sus funciones como servidor público, por abuso del poder, por mostrar una gran insensibilidad social, por violar la ley de servidores públicos y por violación de los derechos humanos de los jubilados del Ayuntamiento. Debemos impedir que un delincuente viole las leyes a nombre de respetar las leyes, el uso de la mentira y del engaño están más que probados.
Quizá la revocación de mandato parezca una tarea difícil, pero tengamos presente que en estos días nada es lo que parece y lo que hoy pudiera parecer imposible, el día de mañana se convertirá en una realidad concreta porque existen los procedimientos para hacerlo y la lucha por la recuperación de los derechos laborales, en contra de la violación a los derechos humanos y en contra del abuso de poder, es una lucha que involucra cada vez más a una gran mayoría de la población que ha sido o está siendo víctima de violaciones a sus derechos y estas violaciones sólo terminarán cuando se dé la unión de todos aquellos movimientos sociales que levantan demandas particulares como banderas de lucha en un momento en el que los problemas locales tienen un origen global.
Antonio Astiazarán se equivocó de tiempo para mostrar su rostro autoritario, su inclinación para el uso de la mentira y su desprecio hacia la población hermosillense, porque la ciudadanía hermosillense ha estado atenta al desarrollo de este conflicto y la simpatía hacia el movimiento de los jubilados ha ido creciendo en la misma medida que aumenta el repudio de la población ante este ejercicio de abuso de poder. Después de haber leído todo lo anterior, invito al lector a que piense sobre los sentimientos que le provoca ver de nuevo la fotografía de los jubilados haciendo guardia junto a un féretro que simboliza la muerte de 6 compañeros suyos que no alcanzaron a ver la recuperación de sus derechos, ubicado frente a la puerta cerrada que da acceso al palacio Municipal. ¿Verdad que una imagen dice más que mil palabras escritas?
Regidores se abstienen en sesión para restituir derechos a jubilados
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Diputados del PT exhortan se regrese beneficios a pensionados y jubilados.
Yescas, Oscar: Por la recuperación de nuestros derechos
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Yescas, Oscar: Pensamientos sobre la lucha de los jubilados de Hermosillo
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Yescas, Oscar: El grito de los oprimidos
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Yescas, Oscar: La deshumanización de la política
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Yescas, Oscar: La lucha de los jubilados del Ayuntamiento de Hermosillo
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