¿Democracia por encuestas?
Oscar Yescas Domínguez
16 de enero de 2,020
Vivimos en una constante ilusión de estar en libertad de ejercer la democracia, durante años nos hicieron sentir que nuestro sistema social se regía por la democracia y que ésta se reflejaba en la libertad de elegir a nuestros gobernantes (Presidentes de la República, gobernadores, Senadores, Diputados, Presidentes municipales, etc.) en determinados períodos electorales. Después nos enteramos de que las elecciones en México eran un engaño porque cometían fraude tras fraude en cada elección. La decepción empujó a millones a abandonar la política a nombre de que “nada se podía hacer”, de esta manera padecimos décadas de tiranía prianista, la “dictadura perfecta” tomo la definió el escritor peruano Mario Vargas Llosa en 1990, para hacer referencia a la maquinaria de corrupción política que imperaba en aquel entonces en México.
Después nos enteramos que lo que nos decían que era “democracia” era en realidad una “democracia representativa que se limitaba a permitir la participación de la ciudadanía en las elecciones a través del voto (que después nos enteramos que no se respetaba por los fraudes electorales) y que esa democracia terminaba al día siguiente porque “nuestros representantes populares” (Presidentes de la República, Gobernadores, Senadores, Diputados, etc.), incumpliendo sus promesas, jamás nos consultaban para tomar decisiones de gran relevancia para la vida social y para nuestras comunidades, distribuyendo el presupuesto público complaciendo intereses particulares, olvidando las necesidades sociales y desviándolo hacia cuentas particulares a través de actos de corrupción.
Años de soportar la corrupción, injusticia, impunidad, saqueo de nuestro patrimonio, etc., generaron un algo grado de insatisfacción popular que crecía cada vez que la voluntad popular se burlaba a través del fraude electoral. La “dictadura perfecta” perdió su perfección ante el descaro de las maniobras para lograr el fraude electoral (urnas embarazadas, el “ratón loco”, compra de votos, regalo de tortas, refrescos, despensas, televisiones, computadoras, etc.).
El fraude electoral del 2,006 cuando llegó Felipe Calderón (Fecal) a la Presidencia y tomó el poder a pesar de todas las evidencias de fraude porque la corrupción abarcaba todas las instituciones del Gobierno mexicano, incluidas las de impartición de justicia y las responsables de vigilar el proceso electoral, fue el principio del fin de la dictadura perfecta. Un principio que fue muy largo (seis años) y muy costoso (miles de muertos por el supuesto combate a las drogas que implementó y que hoy sabemos que fue otro engaño más para los mexicanos), pero principio al fin.
La ilusión de la democracia nos llevó a participar nuevamente en otra elección presidencial en el 2,012, en la que nuevamente nos hicieron víctimas de un fraude electoral más, al violar Enrique Peña Nieto el tope de financiamiento para campañas electorales y comprar millones de votos. Lo increíble del asunto es que el Tribunal Supremo Electoral avaló la compra de votos como algo legítimo, creando un precedente inédito en la historia mundial de la democracia electoral, por lo que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de México de manera legal, pero completamente ilegítima. Nuevamente nos vimos en el papel de víctimas engañados por un sistema creado para sostener la corrupción y la impunidad.
Millones de jóvenes que participaron por primera vez en política en el movimiento Yosoy132, un movimiento ciudadano integrado en su mayoría por estudiantes de instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, con simpatizantes en mas de 50 ciudades en México, buscó la democratización de los medios de comunicación en México , expresó su rechazo a la imposición de Enrique Peña Nieto, pero sus voces no fueron escuchadas porque al final, los prostitutos representantes de las Instituciones de Justicia en México avalaron el fraude electoral.
El nombre de Yosoy132 surgió después de que circuló un video en el cual 131 estudiantes refutan declaraciones de que sólo unos cuantos estudiantes expresaron su rechazo a Peña Nieto cuando visitó la Universidad Iberoamericana y el rechazo estudiantil a su presencia en esa universidad fue tan iracundo que Peña Nieto tuvo que refugiarse en los baños de un edificio para escapar a los cuestionamientos de los estudiantes. Después de el alto nivel de participación de estudiantes en aquella jornada electoral, muchos jóvenes se declararon decepcionados de la política y desistieron de participar en otras elecciones.
Pero del 2,012 al 2,018 la corrupción creció en tal magnitud que era imposible de ocultarse, las injusticias siguieron creciendo y las reformas neoliberales impulsadas por Peña Nieto permitieron el saqueo de los recursos de la Nación, la desaparición de derechos laborales y prestaciones sociales y sobre todo un gran incremento de la desigualdad social, todo lo cual creó un ambiente de hartazgo colectivo hacia todo lo que significara el prian y los mexicanos vieron en Andrés Manuel López Obrador, que contendía por tercera vez en elecciones presidenciales representando a un movimiento colectivo que el impulsó su creación a nivel nacional y que alcanzó registro como partido político, la esperanza de arrojar al basurero de la historia al prianismo y conquistar una verdadera democracia participativa en la que los mexicanos pudiéramos participar de manera colectiva en la forma de gobernar a México.
En el 2,018, el pueblo mexicano dio una lección al mundo entero sobre la manera en la que se puede ejercer la democracia, participando de manera organizada, colectiva y unida en las elecciones presidenciales que contaron la mayor participación numérica en la historia de México, para dar un triunfo arrollador a Andrés Manuel López Obrador y Morena, de tal magnitud que se impidió la consumación de un nuevo fraude electoral.
El orgullo actual del pueblo mexicano es que tenemos un gobierno que nos representa y que ha adoptado políticas públicas que han contribuido a combatir la corrupción y a una distribución mas equitativa del presupuesto público para apoyar a las minorías desprotegidas y afectadas por políticas neoliberales del pasado.
Los mexicanos nos ganamos con este triunfo el derecho a ser consultados en la toma de decisiones relevantes para la vida nacional y hemos demostrado en mas de una ocasión que la figura de la consulta popular es un excelente ejercicio de democracia en la que la mayoría de la población emite su opinión de manera individual y masiva sobre un asunto particular. Lo hicimos para la cancelación de un aeropuerto que tenía una inversión multimillonaria y estaba en una ubicación incorrecta, lo hicimos nuevamente para exigir el juicio a los expresidentes mexicanos.
¿Por qué no se hace esa consulta popular en una decisión tan importante como lo es la elección del Presidente de Morena?
Como
profesor-investigador jubilado considero erróneo el procedimiento de
una encuesta para dirigir al próximo Presidente de Morena en México,
porque los resultados no son siempre confiables, siempre hay un
margen de error, se presta a la manipulación de datos por quienes
procesan la información y sobre todo porque deja fuera a la
militancia de Morena en la participación para tomar una decisión de
gran relevancia.
El
procedimiento para realizar una encuesta, implica seleccionar una
muestra "representativa" de la población que es
considerada objeto de estudio. Es decir, sólo un porcentaje muy
reducido de la población es la que participa y los responsables de
la investigación en "lo oscurito" procesan la información
y ofrecen los resultados.
En cambio, una consulta popular a
través de la votación individual y secreta, incluye una mayor
participación de la militancia de Morena y de sus simpatizantes. Por
ello desconfío del uso de las encuestas como método principal para
tomar decisiones.
Esta desconfianza aumenta en este caso al leer señalamientos de que la empresa responsable de realizar la encuesta pertenece a una persona allegada a Carlos Salinas y se confirma al ver los resultados. Ninguno de los "finalistas" debería dirigir a Morena en períodos álgidos previos a elecciones del año que entra. Con estas acciones Morena se aleja más de su militancia, de la población mexicana y de los movimientos colectivos y limita su función al ejercicio del rol como partido en el poder.
Los ciudadanos sin partido vemos una vez más que el poder corrompe y desvía del camino original al movimiento popular que logró el derrumbe de la tiranía del Prianprd y con su descomposición y ambición de poder, sus dirigentes echan por tierra todo lo logrado y abren la puerta para que los grupos reaccionarios y la derecha cosechen los votos de la decepción colectiva de grandes sectores del pueblo mexicano. Una decepción que no es contra Amlo, porque Amlo y Morena son dos cosas diferentes.
Una pregunta pertinente que plantea mi amigo Enrique González Acosta y que hago mía es la siguiente: ¿Por qué el INE no elige a los dirigentes del PRI, PAN o PRD? Yo agregaría otra pregunta: ¿Desde cuando una institución caracterizada por la corrupción anterior como lo es el Tribunal Electoral participa avalando elecciones internas en partidos políticos? ¿Ese mismo Tribunal electoral que avaló el fraude de Enrique Peña Nieto al legitimar la compra de votos en el 2,012?
Elegir el método de la encuesta para tomar una decisión de gran relevancia implica un retroceso en la construcción social de la democracia en México, porque excluye la participación directa de los militantes de morena y de sus simpatizantes en la elección de quien presidirá ese instituto político en un momento histórico de gran relevancia en la vida de México.
El escaso margen de diferencia entre loa “ganadores” de la encuesta del INE fundamenta la petición de una consulta popular que incluya otros candidatos, porque dicho margen permite augurar cuestionamientos futuros por quien se vea afectado por el dictamen final. Aún es tiempo de rectificar, los ciudadanos mexicanos nos hemos ganado el derecho a ejercer una democracia participativa, a través de la cual podamos participar en la toma de decisiones relevantes para la vida nacional. Realizar una consulta popular para decidir quien dirigirá a Morena, el partido político en el poder, que actualmente se encuentra dividido por pugnas por el poder entre diferentes facciones, contribuirá su fortalecimiento interno, evitará las acusaciones y ataques internos y sobre todo mejorará su relación con la población mexicana y recuperará su papel de movimiento colectivo. En los próximos meses y en el siguiente año ocurrirán acontecimientos políticos de gran relevancia nacional, entre ellos, elecciones para miles de cargos políticos en las próximas elecciones del 2,021 en las que por primera vez se realizarán elecciones en los 32 Estados de la República y en 15 de ellas se elegirá Gobernador. Los partidos políticos ya están calentando motores y Morena no es la excepción. De la elección del Presidente de Morena dependerán en gran medida los resultados de las próximas elecciones y con ello, el futuro político de México, así como el acercamiento o alejamiento de Morena con la población que lo llevó al poder en la primera vez que morena contendió como partido político.
Queremos dejar de vivir en la ilusión de vivir en una democracia, pero debemos estar conscientes de que la democracia se conquista, la democracia es una creación humana y se construye de manera colectiva. La manera de lograrlo es a través de una democracia participativa, en la que los ciudadanos nos comprometamos a participar activamente en la política y no cometamos el error de pensar que “la política no me interesa”, “la política es para los políticos”, etc. Nuestra vida privada está determinada por la implementación de diversas políticas, ejerzamos nuestro derecho a ser escuchados y si no somos escuchados organicémonos para crear movimientos colectivos que realmente representen nuestros intereses privados y públicos.
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