Célida López: El caballo deTroya en Morena Sonora

Oscar Yescas Domínguez

01 de mayo del 2,020

El comportamiento excéntrico de la Presidenta Municipal de Hermosillo no debe ser explicando variables individuales y reduciéndolo a características de su personalidad. Decir que “está loca” es reducir el nivel de análisis al ámbito de la individualidad. Debemos recordar que todos somos seres sociales y desarrollamos una personalidad psicosocial y el caso de Célida no es la excepción.

Mi percepción de las “rarezas” que presenta esta mujer van más allá de una personalidad desinhibida, que refleja egocentrismo, cinismo, alta de ética en su comportamiento y megalomanía, creo que su comportamiento forma parte de una estrategia oculta y perversa en política. La impunidad con la que actúa "el valemadrismo" en las consecuencias políticas de sus actos, reflejan que tiene el apoyo de alguien con gran poder que le permite actuar de esa forma.

Recordemos que el aprendizaje de la política de Célida y los "valores" que motivan su comportamiento  se formaron dentro del panismo y por lo que hemos visto su “conversión política” hacia Morena no ha modificado su esencia personal. Conduce a la Presidencia municipal con autoritarismo y por lo visto no cambiarán sino que empeorarán estando en posición de poder. 

    La seguridad que le proporciona tener un respaldo político de personas con gran poder político y económica, hasta el momento desconocidas, le permite tratar con menosprecio a los ciudadanos hermosillenses, ignorar e insultar a quienes disienten públicamente de ella, utiliza el llanto frente a las cámaras para manipular a la audiencia, usar una cajetilla de cigarros para fingir una llamada telefónica frente a las cámaras, declarar que “le duele mucho” vender un terreno público y otros actos de dramaturgia política. Pero aún así, la intención de vender el predio público denominado El Cárcamo se vino abajo con la aportación de 500 millones de pesos del Gobierno federal y los motivos que la llevaron a intentar esa venta inmoral permanecen ocultos.

Bajo la premisa de “piensa mal y acertarás” pienso que Célida López se filtró en las filas de Morena, se subió al camión escalando puestos de poder con apoyos internos personas con gran influencia dentro de Morena y logró ser la candidata a la Presidencia municipal de Hermosillo, contienda que como ya sabemos ganó, pero no por ella, sino que fue por el efecto “López Obrador” y el hartazgo social de los mexicanos.

A la luz de los hechos puedo afirmar que la misión de Célida López al interior de Morena y como Presidenta municipal que representa a ese partido, está actuando como el caballo de Troya, aquel artilugio que fue utilizado por los arqueos para introducirse en la ciudad fortificada de Troya y atacarlos desde adentro.

Es realmente una forma perversa de actuar en momentos de transición social que vivimos en México cuando se intenta construir un proyecto de nación que incluye  nuevas formas de hacer política dejando atrás la corrupción, incentivando la participación social y construyendo mecanismos democráticos en los procesos de toma de decisiones relevantes.

Nada de lo anterior está haciendo Célida López, al contrario, actúa con gran autoritarismo, sube videos donde se burla del pueblo cantándole que los va a arrestar si no se quedan en casa, o finge como demente que suena el timbre de un teléfono imaginario, toma su cajetilla de cigarros y entabla un diálogo frente a la cámara pretendiendo entablar con un interlocutor imaginario.

Por si eso fuera poco, nuevamente reunió al Cabildo hermosillense para aprobar de nuevo la propuesta del debatido terreno El Cárcamo, sin importarle enfrentar de nuevo y con mayor intensidad el rechazo del pueblo hermosillense que poco a poco se está organizando por sectores para enfrentar esta nueva embestida (Ligas de Deportistas, grupos de ambientalistas, Académicos, ciudadanos activos, etc.)

Lo pero y más lamentable es que destacados académicos que forman parte del Gobierno municipal y del Cabildo, se presten a esta repudiable acción apoyando sin cuestionar a su jefa de gobierno, asumiendo posturas de obediencia servil, sin importarles echar por tierra el prestigio y reputación que construyeron durante décadas. 

En este punto me pongo a pensar que detrás del intento de venta de este terreno que califican de “baldío” con menosprecio, existen grandes intereses económicos que ha llevado a este punto a Célida López y Académicos a arriesgar sus carreras políticas apoyando un proyecto que atenta contra la propiedad pública, para beneficiar a intereses privados, perjudicando a la comunidad hermosillense y negando las evidencias de que debajo del terreno del Cárcamo y cerca de ahí existen pozos de agua, mantos acuíferos, recursos muy preciados en esta zona semidesértica.

Nuevamente pienso mal y me pregunto cuánto dinero les ofrecieron a estos académicos por vender su voto y alma al mejor postor, para defender un proyecto indefendible porque hasta nuestro Presidente declaró que el terreno El Cárcamo no se venderá porque ya están destinados 500 millones de pesos para Hermosillo.

La situación sube a otro nivel del conflicto, Célida López y miembros del Cabildo hermosillense renuncian a representar los intereses de los habitantes de esta capital (al menos a mí no me representan), abandonan su misión de servidores públicos y se disponen a terminar su gestión con una operación que elevará más la irritación popular, mientras que la ciudad vive un caos porque estamos sin vigilancia policiaca por la cuarentena de decenas de uniformados por posible contagio del covid.

Mientras tanto, en Morena Sonora y Morena Hermosillo, siguen haciendo mutis, sus directivos guardan un cómplice silencio, mirando hacia el futuro, sin moverse para salir en la foto de candidatos a puestos de elección popular en junio del 2,021 y ser contemplados en la campaña electoral para elegir candidato a Gobernador del Estado, Diputados Federales, Diputados locales y Presidente Municipal. No hay otra forma de llamar a esta inacción, a este silencio cómplice, que oportunismo político.

Mientras tanto Célida López está acabando con el apoyo popular a Morena en Hermosillo y en el Estado de Sonora. Esa fue su misión desde un principio y está actuando como un caballo de Troya destruyendo el primer gobierno de Morena en la capital sonorense, sin que la dirigencia local de Morena y sus militantes denuncien esta perversa forma de actuar.

Todavía surgen algunas voces preguntándose “¿cuándo llegará un presidente que realmente nos represente?”. Es como preguntar, cuándo llegará un mesías que nos salve. ¿Acaso no hemos aprendido que nadie nos salvará excepto nosotros mismos?. “Sólo el pueblo salvará al pueblo” ha dicho Amlo en varias ocasiones.

No necesitamos un salvador o salvadora, debemos romper el vínculo de dependencia hacia un potencial líder que venga y resuelva nuestros problemas. Los problemas que afectan a nuestra comunidad deberán ser resueltos en forma colectiva, a través de la participación individual y colectiva de todos los hermosillenses.

Debemos recordar la lección de la jornada electoral del 2,018 cuando bajo el lema Juntos haremos historia, echamos fuera del gobierno al Pri, al Pan y subimos al poder a AMLO y a Morena.

Lo mismo hicimos cuando Célida López y miembros del Cabildo intentaron vender el terreno El Cárcamo recientemente, cuando nos manifestamos desde distintos frente en contra de esta medida y nuestra inconformidad llegó a oídos de nuestro presidente quien anunció la entrega de 500 millones para nuestra ciudad.

Si pudimos echar fuera al Pri y al Pan en el 2,018, ¿acaso no podemos hacer lo mismo con esta panista disfrazada de morenista que actúa como una mula de Troya en el primer gobierno de Morena en Hermosillo?