La
traición de Morena en Hermosillo, Sonora
Oscar
Yescas Domínguez
31
de marzo del 2,0120
En
tiempos de la dictadura perfecta del Prianismo nos encontrábamos en
el inicio de esa fase de Interregno en la que los gobernantes no
podían gobernar y los gobernados no querían ser gobernados. Los
funcionarios públicos habían olvidado lo que significa el concepto
de servidor público que significa que estaban ocupando sus puestos y
percibiendo un sueldo gracias a los impuestos que paga la ciudadanía
y que por tanto, estaban obligados a servirle al público, es decir,
a la ciudadanía que los llevó al poder político para resolver los
grandes problemas sociales utlizando para ello las finanzas públicas
obtenidas por el pago de impuestos.
Sin
embargo, los prianistas hicieron todo lo contrario, se dejaron
embriagar por la ambición y fueron parte de la corrupción que
empezaba al aceptar cargos para los cuales no estaban capacitados, al
distribuir los presupuestos internos de cada dependencia
autoasignándose sueldos amorales que muchas veces triplicaba o
cuadruplicaba el sueldo de los trabajadores de base, que eran los que
realmente cumplían con su trabajo. Descuidando con ello la atención
a los graves problemas sociales que padecen nuestras comunidades.
El
estilo de gobierno o estilo de liderazgo era autocrático y la manera
de promocionarse o inclusive de conseguir un buen puesto era al
estilo priísta, con contactos, con amistades que ya estaban
encumbrados y demostrar lealtad, complicidad y silencio ante los
actos de corrupción. Claro está, no faltó aquella persona que
obtuviera su puesto de trabajo ofreciendo favores sexuales con su
propio cuerpo.
Se
partía de las consignas “a mí no me den, sólo pónganme donde
hay”, “el que no tranza no avanza” y de esta forma los
presupuestos públicos desaparecían como por arte de magia mientras
las fortunas y patrimonios de funcionarios encumbrados crecía en
forma escandalosa e inexplicable y los grandes problemas sociales se
agudizaban en la medida que se profundizaba la crisis social que
padecíamos bajo el prianismo.
Esta
crisis social no se limitaba al ámbito de lo económico y lo
político, era una crisis social que se expresaba en todos los
niveles y ámbitos de convivencia social, una crisis que abarcaba al
conjunto de las instituciones que formaban parte de nuestro sistema
de gobierno y se reflejaba en un distanciamiento entre el discurso y
la acción de cada institución y un distanciamiento entre dirigentes
y dirigidos. Esta crisis se presenciaba en los partidos políticos,
en los sindicatos, en oficinas de gobierno e inclusive al interior de
nuestras propias familias ya que era en esencia una crisis de
liderazgo.
Las
injusticias sociales se iban acumulando, la corrupción creciendo, el
presupuesto para las dependencias públicas desviándose para
terminar en bolsillos de particulares, etc. Todo esto generó una
enorme insatisfacción popular que llegó a los niveles del hartazgo
que fueron las condiciones en las que nos encontrábamos en el 2,018
y Morena encabezado por Andrés Manuel López Obrador supo
capitalizar este sentimiento colectivo al diseñar la consigna que lo
llevó al poder: “Juntos hacemos historia” que logró que más de
30 millones de mexicanos votáramos por la opción que nos permitió
sacar de la escena política al Pri, al Pan y demás partidos
responsables de la corrupción que destrozó la vida de millones de
mexicanos.
Lamentablemente
no se pudo evitar que ante el inminente y anunciado triunfo de Morena
y AMLO, cientos y hasta miles de priístas y panistas desertaran de
sus partidos como ratas que abandonan el barco que se hunde, para de
una manera oportunista afiliarse a Morena y asegurarse formar parte
del partido que ganaría las elecciones. Se puede decir que Morena
los aceptó para asegurar el triunfo aún cuando esto se convirtiera
en “un pacto con el diablo”.
La
consigna Juntos hacemos historia se hizo realidad y logramos el
triunfo electoral que todo el pueblo mexicano celebró a lo largo y
ancho del país. Pero ese pacto con el diablo trajo sus
consecuencias. Uno de esos elementos oportunistas que abandonó su
partido fue Célida López, distinguida militante panista, más
distinguida por usar un vocabulario vulgar y menospreciar a los
ciudadanos que por sus habilidades en política, quien días antes de
las elecciones brincó como buen chapulín político del Pan a Morena
y de manera inexplicable logró ser candidata a Presidente municipal
de Hermosillo. Los habitantes de Hermosillo vimos con desconfianza y
reservas su nombre en la papeleta electoral, sin embargo dimos
nuestro apoyo a Morena y votamos los famosos 5 de 5 por los
candidatos de Morena.
Cuando
tomaron posesión los candidatos de Morena en el Ayuntamiento de
Hermosillo sentíamos que las cosas serían diferentes en adelante,
aún cuando seguíamos bajo un gobierno priísta encabezado por
Claudia Pavlovich. Pero los resultados obtenidos el primero de julio
del 2018 cuando AMLO y Morena llegaron al poder nos enseñaron lo que
se puede obtener cuando una colectividad humana toma consciencia de
que a través de su participación social en forma organizada puede
influir para cambiar la realidad circundante.
La
lección de aquella gran jornada fue que millones de personas nos
empoderarnos al tomar consciencia de que unidos podemos hacer más, de
que actuando juntos podemos construir un poder colectivo que hasta el
momento habíamos desconocido por décadas de sometimiento y
obediencia, un poder que proviene del empoderamiento de la comunidad.
Una
interpretación teórica de aquella jornada nos permitió ver que
aprendimos a través de nuestra participación social a recuperar la
democracia perdida, dejamos atrás la democracia representativa del
gobierno del Prian cuando gobernaban a nuestro nombre y tomaban
decisiones a nuestras espaldas. De ahí en adelante se predecía que
los mexicanos ya no aceptaríamos fácilmente liderazgo autoritarios
e impositivos.
A
través de nuestra participación social de ahí en adelante
exigiríamos participar en la toma de decisiones relevantes para las
vidas de nuestras comunidades. Después de aquella histórica jornada
no tendrían cabida liderazgos autoritarios porque pertenecían a un
pasado que el pueblo mexicano rechazó en forma contundente el 2 de julio
del 2,018.
Esta
participación social debía ser la fuente de inspiración para la
creación de formas de gobierno basados en estilos de liderazgo
horizontales, distribuidos y compartidos. Qué significa esto? Que la
toma de decisiones relevantes de nuestros funcionarios
gubernamentales debe someterse a consulta con la población, deben
someterse al consenso y aceptación popular, se esperaba que en el
nuevo gobierno de Morena los altos mandos que conducen a las
organizaciones e instituciones públicas empezaran a pensar que los
estilos de liderazgo autoritario ya forman parte de un pasado que
estamos dispuestos a enterrar en tierras del olvido y que actuaran
en forma congruente validando políticamente sus decisiones a través
de consultas populares.
Eso
era parte del aprendizaje social, la población mexicana tomando
consciencia de la importancia de participar en política y de dejar
atrás su inmovilismo social, su indiferencia, su obediencia y
concibiéndose a sí mismo como un sujeto histórico, en un proceso
continuo y permanente de empoderamiento colectivo, manteniendo viva
la consigna “Juntos hacemos historia”.
Pero
la decepción para el pueblo hermosillense no tardó en presentarse,
desde la consulta amañada para elegir a a colaboradores del gobierno
municipal que sirvió de pantalla para que elementos del Prian se
incorporaran al nuevo gobierno de Morena. En esta farsa de consulta
se prestaron algunos personajes que deambulan con traje de
intelectuales y progresistas por nuestra ciudad.
El
estilo autocrático de gobernar de Célida López ha quedado
manifiesto en varias ocasiones y su desprecio para la población
hermosillense lo ha expresado en más de una ocasión al llamar
“ignorantes” a quienes se atreven a cuestionar sus decisiones
uniaterales. Su megalomanía y falta de tacto político le ha
llevado a exhibir abiertamente su amistad con Guillermo Padrés,
exgobernador panista que robó miles de millones de pesos. Su
autoritarismo la impulsó a despedir a 400 empleados públicos como
forma de “ahorrar dinero al gasto público”. Pero en forma
contradictoria en ningún momento hemos visto acción alguna de su
parte para implementar procedimientos penales en contra de
administraciones municipales anteriores que dejaron vacías las arcas
del gobierno municipal.¿Qué pasó ahí? ¿Acaso hubo acuerdos en lo
oscurito?
Se
esperaba del nuevo gobierno municipal de Hermosillo “encabezado
por Morena” un comportamiento diferente, con mayor comunicación
con la población, con un liderazgo democrático que utilizara
decisiones más consensuadas, con acciones que tendieran a utilizar
los recursos públicos satisfacer las expectativas de cambio de la
población capitalina.
Se
esperaba que los problemas que hemos enfrentado quienes vivimos en la
capital sonorense se solucionaran con el nuevo gobierno, o al menos
disminuyeran. Pero hoy la capital sonorense presenta un cuadro
problemático: una gran contaminación por polvo, miles de baches por
todo Hermosillo, ausencia de vigilancia policiaca, deficiente
transporte urbano, aumento de inseguridad pública, pésimo alumbrado
público en varias colonias, una gran cantidad de calles sin
pavimentar, etc.
Se
esperaba que todo esto cambiara y estas expectativas de cambio
crecieron al ver que en el cabildo hermosillense se incorporaron
elementos de Morena con larga trayectoria de militante sindicales en
el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora
(STAUS), autoproclamados militantes de izquierda durante décadas.
Fermín González, Armando Moreno Soto, Mary Carrasco, etc.
Pero
el gobierno de Morena en Hermosillo acaba de dar un nuevo golpe a la
ciudadanía hermosillense al aprobar la venta de un terreno que desde
hace varios años es utilizado por la población hermosillense para
jugar deporte (Beisbol y futbol). Según información que se me hizo
llegar son dos ligas de béisbol con 20 equipos que integran
aproximadamente 400 personas que utilizan esos campos los fines de
semana y entre semana se dan clínicas de béisbol y futbol para
niños y menores de edad.
¿Qué
dicen los militantes “de izquierda” incrustados en el poder
municipal con el rol de regidores? Sólo he leído un pronunciamiento
de Armando Moreno Soto defendiendo la venta de este terreno para
generar ingresos que permitan atender el problema de los baches en
Hermosillo. Pero lo único que veo es que pone en riesgo todo el
capital político y prestigio social acumulado durante años al
defender un proyecto que afecta el bienestar social de la ciudadanía
sonorense.
Los
baches en Hermosillo en verdad representan un grave problema que
afecta a ciuadanos, empresarios y toda aquella persona que vive en
esta ciudad. Un problema que causa graves daños a la población
hermosillense y que en época de lluvias se agrava al grado de poner
en riesgo vidas de personas.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/11/delgozo-al-pozo-con-las-luvias-en.html
Todas
las expectativas de cambio social que generamos cuando triunfó
Morena en Hermosillo y el resto del país, se han venido diluyendo en
esta capital al grado de surgir una decepción colectiva por el
comportamiento de funcionarios de Morena y funcionarios públicos que
representan a Morena.
En
la mitad de la duración de su gobierno, tenemos por un lado que el
gobierno de Célida López aumenta cada vez más su distancia de los
intereses de la ciudadanía. La dirigente se aleja cada vez más de
quienes se supone dirige. El oportunismo político que demostró al
abandonar el Pan y afiliarse a Morena, se exhibe con claridad al
seguir actuando como si estuviese en el Pan, no es militante de
Morena, sólo utilizó a Morena para sus fines personales de
acceder al poder.
Su
gestión se caracteriza por utilizar un estilo autocrático de
liderazgo, por un menosprecio a los ciudadanos y por tomar decisiones
sin consultar a los ciudadanos afectados. En el caso del terreno que
pretende vender que es utilizado por beisbolistas veteranos, en
ningún momento se les consultó si estaban de acuerdo con esta
medida.
Tenemos
por otro lado a funcionarios de Morena que brillan por su ausencia en
la vida pública y sólo se dedican a planear como será su
participación en las próximas elecciones de Gobernador en el
siguiente año. Padecen miopía política, no ven las condiciones
actuales en las que la población desea ser tomada en cuenta en la
forma como se conduce el gobierno municipal, no ven los grandes
problemas sociales que afecta a nuestras comunidades, en esta
contingencia sanitaria se esperaría que Morena tuviera algunas
iniciativas a favor de las personas más afectadas, partiendo de la
premisa de AMLO “primero los pobres”.
Pero
lo que se observa es otra clase de oportunismo político al ver que
los funcionarios de Morena (con la notable excepción de Wendy
Briseño diputada Federal que me consta que está trabajando
arduamente, siguiendo el mismo ritmo de trabajo que Andrés Manuel
López Obrador) están más ocupados y preocupados por ver qué
puesto tendrán en el próximo gobierno de Sonora. El Delegado del
Gobierno Federal en Sonora Jorge Taddei, brilla por su ausencia y
sólo se dedica a cobrar su sueldo descuidando su participación en
la política sonorense ignorando por completo la problemática social
que enfrentan nuestras comunidades. Célida López y Lily Téllez
son unas de las grandes decepciones de Morena para el pueblo
sonorense.
Los
regidores de Morena en el cabildo de Hermosillo apoyaron la venta del
terreno deportivo defraudando la misión que tienen de velar por el
patrimonio público de los hermosillenses. Fermín González, Armando
Moreno, Mary Carrasco, tienen mucho qué explicar en su actuación en
este intento de despojo del patrimonio de los hermosillenses.
Los
funcionarios de Morena de una manera errónea dan por hecho que
Morena ganará en las próximas elecciones para gobernador, basándose
en la gran popularidad que tiene nuestro actual Presidente AMLO, pero
olvidan que en política no hay nada garantizado. Se han sentado en
las mieles del triunfo de Morena disfrutando de privilegios obtenidos
gracias a la movilización del pueblo mexicano que dio el triunfo a
Morena mediante millones de votos emitidos.
Se
esperaba que el nuevo gobierno de Hermosillo recuperara el concepto
de servidor público y lo pusiera por delante de todas sus acciones,
pero hasta el momento esto no ha sucedido. El resultado es que hoy
tenemos un gobierno municipal de Morena completamente alejado de la
ciudadanía, que toma decisiones al más puro estilo prianista,
ignorando y despreciando la voluntad popular (no olvidemos la
expresión de Célida López de llamar ignorantes a quienes
cuestionaron sus decisiones) y afectando el patrimonio de los
ciudadanos de esta capital.
Donde
quedó el aprendizaje del 2 de julio del 2,018? aquella lección de
que ya no aceptaríamos más liderazgos autoritarios que desprecian
la voluntad popular. Por todos estos motivos se puede decir que
Morena traicionó al pueblo de Hermosillo.
¿Qué
podemos hacer ante esta situación? Lamentablemente nos encontramos
en emergencia sanitaria, confinados en nuestros domicilios por lo
cual no podemos salir y manifestar nuestro desacuerdo con esta
medida. Pero no olvidemos que vivimos en la sociedad red y que
tenemos a nuestro alcance las redes sociales que podemos utilizar
como arma e instrumento de denuncia social.
Podemos
inundar redes sociales con mensajes que reflejen nuestra
inconformidad y exigir que éste acuerdo de cabildo de Hermosillose
de marcha atrás y se cancele. Nuestra consigna principal es un
rotundo ¿No a la venta del terreno deportivo ubicado en frente de La
Sauceda! Aquí les comparto el nombre de la página de facebook de
los regidores de Hermosillo: “Regidoras y Regidores Morena
Hermosillo Sonora”.
Podemos
utilizar Twitter y facebook para hacer llegar a todo el pueblo de
México la inconformidad y exigencia de los hermosillenses sobre este
despojo de activos del ayuntamiento de Hermosillo, exigiendo se
someta a consulta popular esta medida.
Podemos
hacer llegar nuestra solicitud de dar marcha atrás a este intento de
venta al mismo Presidente de la República Lic. Andrés Manuel López
Obrador y exigir su intervención en este asunto que es contrario a
las políticas de apoyo a la población que él mismo está
implementando, recordemos que mientras que Amlo inauguraba un centro
deportivo en San Luis Río Colorado, el Cabildo de Hermosillo tomaba
la decisión de vender un área deportiva con años de uso por parte
de beisbolistas sonorenses.
De
nosotros depende el que se lleve a cabo la venta de este terreno o el
que se detenga de inmediato, porque el motivo para su venta no es
suficientemente válido. Pero sobre todo, debemos enseñarle a Célida
y su equipo de colaboradores que los hermosillenses sí aprendimos de
la jornada del 2 de julio del 2,018 y no aceptaremos más liderazgos
autoritarios.
Debemos
recordarles el significado del concepto de servidor público que este
gobierno municipal de Morena sigue olvidando. Servidor público
significa que ellos están percibiendo sus sueldos de nuestros
impuestos y por ello están obligados a servir a los intereses de la
ciudadanía.
Debemos
recordarles que la consigna Juntos hacemos historia la hemos hecho
nuestra y con nuestra participación social lograremos dar marcha
atrás a esta decisión y dirigir el rumbo de la historia que viene
por delante.