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sábado, 15 de marzo de 2025

 

El rostro de la tragedia

Oscar Yescas Domínguez

15 de marzo de 2025



Una imagen que contiene rostros de dos mujeres circula en redes sociales y se difunde con gran rapidez en la población sonorense en general y hermosillense en particular. Son los rostros de dos mujeres madres de familia que fallecieron debido a un atropellamiento del que fueron objeto mientras caminaban por la banqueta del bulevar Quiroga en la capital sonorense, después de dejar a sus hijos en la escuela.

Una joven de 25 años que conducía un automóvil, aparentemente perdió el control, invadió la banqueta y arrolló a estas dos mujeres que perdieron sus vidas debido a las heridas provocadas por el fuerte impacto del vehículo sobre sus cuerpos.

Los hijos que acababan de dejar en la escuela perdieron a sus madres, la tragedia golpeó a los familiares de las víctimas y un sentimiento de dolor, tristeza e indignación recorre los senderos virtuales de las redes sociales. La joven conductora quedó detenida y la tragedia que provocó se revierte y la hunde en el centro de la misma porque a tan corta edad su vida se arruinó en cuestión de segundos, el futuro que tenía por delante desapareció y enfrenta un amenazador calvario que sufrirá al atravesar por procesos judiciales donde será el centro de señalamientos que le culparan por la pérdida de dos vidas humanas y el estigma de la condena social le acompañará el resto de su vida y con seguridad buena parte de la misma la pasará en prisión.

Quizá alguien hable de que con el juicio y condena en su contra se haga justicia, pero ningún acto legal traerá de regreso dos vidas perdidas y el abordaje de este incidente debe darse desde una perspectiva social porque sólo de esta forma podremos reconocer que existe una corresponsabilidad social en el origen de esta tragedia.

Todos somos culpables porque hemos normalizado el que las calles de nuestra ciudad se hayan convertido en peligrosas autopistas donde diariamente circulan más de 600,000 vehículos en una población de un millón de habitantes.

Este horrible accidente no es un evento aislado, la ciudad de Hermosillo ocupa el segundo lugar en siniestralidad a nivel nacional. Las compañías de seguros se muestran reacias a pagar las pólizas de seguros automotrices debido a la gran cantidad de accidentes viales que se registran cada semana.

Todos somos culpables porque de alguna forma hemos colaborado en ignorar el reglamento de tránsito al violar una ley de tránsito, al pasarnos una luz roja, al rebasar el límite se velocidad, al poner en riesgo la vida de los peatones y de otros conductores cuando se maneja en forma imprudente y sobre todo, al proteger con nuestro silencio cómplice a quienes abiertamente ignoran la luz roja de los semáforos.

Pero si los ciudadanos somos corresponsables de ésta tragedia donde dos vidas fueron cegadas, quienes tienen mayor responsabilidad son las autoridades de tránsito en particular y las autoridades municipales en general, porque no están cumpliendo con su responsabilidad como funcionarios públicos de garantizar la seguridad pública porque no hay presencia policiaca, no existen suficientes elementos de tránsito municipal que vigilen y hagan respetar el reglamento de tránsito.

Circulan por las calles de nuestra ciudad automóviles sin placas, vehículos que arrojan una gran cantidad de humo y conductores que no tienen conocimiento alguno de las leyes de tránsito y conducen de tal forma que crean las condiciones para generar accidentes viales.

No existe presencia de autoridades de tránsito en las calles de la capital sonorense, por qué? En qué se gasta el presupuesto público el Ayuntamiento de Hermosillo? Por qué no hay suficientes patrullas y policías de tránsito en una ciudad que ha elevado las estadísticas de accidentes de tránsito hasta colocarse en el número dos a nivel nacional que tiene el mayor número de accidentes de tránsito?

Quién y como diseñan las políticas públicas? El crecimiento explosivo de la flota vehicular no ha obtenido como respuesta la creación de infraestructura vial que permita una fluidez segura del arroyo vehicular. No hay distribuidores viales, no hay planeación urbana que mitigue los perjuicios que provoca el crecimiento acelerado de la capital hermosillense.

Se invierte gran cantidad de dinero en arreglo de estatuas en el bulevard Morelos, en el remozamiento de los jardines cerca de Palacio municipal y en la construcción de " puentes deprimidos" que no solucionarán el problema del tráfico en nuestra ciudad.

Las autoridades municipales están fallando al provocar que la calidad de vida en la capital sonorense disminuya por los congestionamientos viales que provocan estrés al conducir y que se conduzca con ansiedad.

Por qué la capital de Hermosillo, luce una gran desigualdad en equipamiento y planeación urbana? La zona centro y los fraccionamientos de lujo lucen limpios y reciben servicios de limpieza y jardinería municipal, mientras las colonias de la periferia lucen un estado de abandono, con calles sin pavimentar, avenidas con baches y grandes cantidades de tierra acumulada que se levantan en forma de polvo con el tráfico de vehículos.

Las autoridades del gobierno del Estado también son responsables al ignorar las necesidades de la población y al permitir que la capital del Estado se haya convertido en una jungla en la que salir a las calles representa un serio riesgo para nuestras vidas.

Urge una campaña de educación vial, pero también urge que se aplique la ley de tránsito, pero si no hay presencia de autoridades de tránsito, la impunidad seguirá alimentando la violación de las leyes de tránsito.

La muerte de estas dos madres de familia debe hacernos reflexionar sobre la responsabilidad social que implica conducir un vehículo, porque éste puede convertirse en una máquina de destrucción y muerte en un descuido.

Hagamos gala de nuestra condición humana que nos permite aprender de los errores de los demás y el error cometido por esta joven conductora que perdió el control de su vehículo y provocó una tragedia, debe ser una lección de aprendizaje para el resto de conductores de vehículos en nuestra ciudad.

Las autoridades municipales deben dar una explicación del por qué han descuidado su responsabilidad de garantizar la seguridad en nuestras calles y comprometerse a tomar las medidas pertinentes que indica el sentido común y éste nos señala que lo pertinente es hacer respetar la ley de tránsito. Si no pueden cumplir con esa responsabilidad, que renuncien y otras personas que sí tengan vocación de servicio público ocupen los cargos que están involucrados en la tarea de reducir el número de accidentes aplicando la ley e impulsar una campaña masiva de educación vial dirigida a la población con carácter urgente.

Mientras esto se hace, tengamos presente que una pequeña acción individual, si se realiza en forma colectiva, unida y organizada puede generar grandes cambios sociales. Cada uno de nosotros puede contribuir a recuperar la seguridad de nuestras calles si además de manejar a la defensiva, lo hacemos con prudencia y respeto a las señales de tránsito, teniendo siempre presente que todos son excepción deseamos llegar salvos y sanos a nuestras casas! Respetemos las señales de tránsito, respetemos la vida de los demás, cuidemos de nuestras propias vidas conduciendo con gran prudencia y nunca está de más el mostrar cortesía a los demás conductores y peatones que se crucen en nuestro camino! Actuando de esta forma honraremos la memoria de estas dos madres de familia y lograremos que la pérdida de sus vidas no haya sido en vano y su repentina partida marque el inicio de un cambio en el comportamiento colectivo que contribuya a valorar nuestras vidas y las vidas de las demás personas!


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