Hermosillo:
demanda popular por la pavimentación de sus calles
Oscar
Yescas Domínguez
9
de enero de 2,020
Todos
los empleados que laboran en los tres distintos niveles de Gobierno
en México, esto es a nivel municipal, estatal o federal, son
servidores públicos. Esto no es sólo un nombre o etiqueta, están
allí para brindar un servicio público a la ciudadanía mexicana.
Sus sueldos se pagan con los impuestos que pagamos los trabajadores y
la ciudadanía en general.
Esa
es la misión del Estado que surgió como forma de gobierno que
sustituyó a la Monarquía y a la Iglesia como gobernantes:
garantizar el bienestar social de los integrantes de la sociedad.
Partiendo
de esa premisa, se supone que quienes ocupan cargos públicos en los
tres niveles de gobierno, son servidores públicos y su trabajo
consiste en realizar las gestiones necesarias para administrar las
finanzas públicas que provienen del pago de impuestos de la
ciudadanía para satisfacer las necesidades sociales y mantener el
bienestar social de la población.
El
bienestar social o colectivo depende del reparto equitativo de los
recursos públicos que genera la población trabajadora y ciudadanía
en general para satisfacer las necesidades sociales y solucionar los
problemas sociales que se presenten. La sociedad mexicana se
caracteriza por la exitencia de una enorme desigualdad social que
afecta a una amplia población que vive en condiciones de pobreza, el
sentido común y el espíritu de servicio público nos nos indicaría
que los recursos públicos deben ser destinados a cubrir las
necesidades sociales que experimenta la mayoría de la población.
Lamentablemente,
décadas de gobiernos priístas y panistas inundaron de corrupción
las esferas de Gobierno en todos sus niveles de tal forma que la
vocación de servicio público desapareció en los altos mandos y
mandos intermedios y surgió una enorme corrupción que generó un
sufrimiento colectivo de millones de mexicanos.
Cabe
mencionar que todavía quedan empleados de gobierno que tienen esa
vocación de servicio y que hacen con gusto su trabajo atendiendo a
la ciudadanía. Son las honrosas excepciones a quienes hay que
concederles el crédito por realizar su trabajo en condiciones de
opresión por estar bajo el yugo de funcionarios incompetentes
recomendados por políticos y trabajando con grandes limitaciones
materiales.
Precisamente
ese sufrimiento colectivo padecido durante décadas por la población
mexicana bajo gobiernos priístas y panistas, fue el detonante que
generó un hartazgo social que llevó al poder a Andrés Manuel López
Obrador y a Morena en la mayor parte del territorio mexicano,
arrojando al basurero de la historia al Pri, Pan y demás partidos
políticos cómplices del Prianismo.
Sin
embargo, a un año de Gobierno de Morena y Andrés Manuel López
Obrador en el poder, en Sonora no hemos experimentado el cambio
deseado por el cual emitimos nuestro voto a favor de Morena. Seguimos
bajo un gobierno priísta al mando de Claudia Pavlovich, que sigue el
estilo de gobierno de sus antecesores (corrupción en la
administración pública, indiferencia a necesidades y problemas
sociales, altos sueldos de funcionarios, etc.), el cambio esperado
con Morena en el poder tampoco llegó al Gobierno Municipal porque
ante la inminente derrota del Pri y del Pan en las pasadas elecciones
presidenciales, varios elementos del Pri y del Pan se filtraron en el
Partido de Morena en Sonora, logrando posicionarse en posiciones
privilegiadas como lo es el caso de la reconocida expanista, hoy
Presidenta municipal de Hermosillo Célida López Cárdenas, que
semanas antes de las elecciones renunció al Pan y se incorporó a
las filas de Morena en Sonora logrando ser postulada como candidata a
Presidenta Municipal y obteniendo ese cargo, gracias a la población
hermosillense que votó por Morena, no por Célida López Caballero.
Hoy
estamos pagando el precio de la inexperiencia de los integrantes de
Morena en Sonora, específicamente en Hermosillo que permitieron que
una expanista tomara el poder de la capital sonorense: una vez más
la voluntad popular se ha burlado y engañado.
La
ciudad de Hermosillo enfrenta hoy en día un rezago amplio en
diversos servicios públicos (seguridad pública, transporte urbano,
agua potable, iluminación de calles, pavimentación, contaminación
por polvó que genera enfermedades en las vías respiratorias, etc.).
De
manera particular se puede mencionar que en estos momentos las calles
de Hermosillo presentan un grave estado de deterioro que ya han
provocado graves accidentes y pérdida de vidas por el mal estado de
las mismas, ya que existen miles de baches por toda la ciudad, calles
completamente destruídas, colonias que tienen décadas sin recibir
pavimentación. Es verdad que estamos pagando el precio de la
corrupción de administraciones municipales anteriores del Pri y del
Pan que engañaron a la población desviando enormes cantidades del
prsupuesto público para tener sueldos millonarios, corrupción en el
pago de obras públicas y utilizando materiales de baja calidad en
pavimentación y bacheo de nuestras calles.
El
problema del mal estado de las calles en nuestra ciudad es de tal
magnitud que circula en redes sociales la propuesta de cancelar el
Festival del Pitic que se celebra cada año en nuestra ciudad, un
evento cultural en el cual el Municipio de Hermosillo destina una
importante suma de dinero para traer artistas de alto nivel. Sin
embargo, la Presidenta Municipal de Hermosillo declaró que no se
cancelará este evento para destinar su prsupuesto en la
pavimentación de nuestras calles.
Pero
es necesario decir que en estos momentos estamos padeciendo el estilo
de gobernar del panismo en Hermosillo, disfrazado de Morena,
utilizando el nombre de Morena, el Panismo representado en la figura
de Célida López Caballero, quien se niega a atender la petición
urgente de pavimentar nuestras calles y cancelar las fiestas del
Pitic, calificando de ignorantes a quienes le exigen esta demanda.
No
es sólo Célida López quien decepciona a la población
hermosillense, es también Morena Hermosillo y Morena Sonora quienes
contribuyen a esta decepción colectiva ya que permiten que el
autoritarismo y corrupción que caracterizaban a los gobiernos del
Priy del Pan, continúen en este 2,020 en Hermosillo.
Los
baches en las calles representan un gran peligro para la seguridad
ciudadana, ya que los conductores de automóviles evitan caer en los
hoyos que encuentran e invaden carriles corriendo el riesgo de
provocar accidentes vehiculares. Los vehículos que circulan por
calles llenas de baches se ven afectados en el sistema de suspensión,
frenos y llantas.
Las
autoridad municipales deben solucionar cuanto antes este grave
problema de los baches en nuestras calles, si existe dinero público
debe ser utilizado en la reparación de nuestras calles de manera
urgente. El Festival del Pitic y la ExpoGan no representan una
respuesta a necesidades sociales, el presupuesto originalmente
destinado para estos eventos debe ser reencauzado a la
repavimentación de nuestras calles. De igual forma se debe reducir
el sueldo que se les paga a nuestros funcionarios municipales
empezando con el sueldo que percibe la actual Presidente municipal
Célida López
¿En
qué momento los funcionarios de gobierno olvidaron el significado de
“servidor público”? En los tiempos de gobierno prísta y
panista, pero hoy en la capital de Sonora, quien se supone que
gobierna es Morena en el marco de lo que se ha dado en llamar “la
Cuarta Transformación”, una transformación que en Hermosillo
vemos con decepción no existe, porque quien gobierna la capital es
de origen panista y se niega a atender la demanda de los ciudadanos
de repavimentar las destruídas calles de nuestra ciudad.
Esa
Cuarta Transformación social no debe ser sólo un discurso hueco,
los funcionarios de Morena tienen la gran responsabilidad de
concretarla en la vida cotidiana y esta será posible solamente si la
ciudadanía hermosillense participa exigiendo, demandando y
solicitando la pavimentación de sus calles, la cancelación de las
Fiestas del Pitic, la reducción de los altos sueldos de funcionarios
municipales, la transparencia en el manejo de las finanzas públicas
y la recuperación del significado de la figura del servidor público.
Las
finanzas públicas no son propiedad de quienes nos gobiernan, es
dinero público que debe ser utilizado para satisfacer necesidades
sociales y los funcionarios públicos son los empleados de los
ciudadanos mexicanos. Que no se confunda Célida y huestes panistas y
priístas enquistados en el Gobierno municipal de Hermosillo, los
tiempos han cambiado, el pueblo hermosillense volverá a salir a las
calles, no sólo a exigir la pavimentación de nuestras calles, sino
también exigiendo la renuncia de todo aquel funcionario que no se
ponga el saco del servidor público.
El
pueblo mexicano tiene claro que no hay retorno para gobiernos del Pri
y del Pan, a través de la participación social debemos y podemos
evitar que ambos partidos en agonía política quieran utilizar este
problema para obtener una bocanada de aire que los reviva
momentáneamente.
https://www.change.org/p/alcaldesa-de-la-ciudad-de-hermosillo-sonora-mexico-cancelaci%C3%B3n-de-fiestas-del-pitic-pro-pavimentaci%C3%B3n-de-hermosillo?utm_content=cl_sharecopy_20020046_es-ES%3Av5&recruiter=20557500&recruited_by_id=43e59bc0-14b0-0130-5af6-3c764e043d38&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink&utm_campaign=psf_combo_share_initial&utm_term=psf_combo_share_initial
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