viernes, 13 de septiembre de 2019


El negro porvenir del Staus
Oscar Yescas Domínguez 12 de septiembre de 2,019

La Universidad de Sonora como sistema organizacional abierto, ha resentido una serie de cambios dentro de su dinámica externa que han modificado la cultura organizacional, al grado de perder la función social contemplada desde su origen.
Con lo anterior quiero decir que la Unison, no siempre ha sido de la forma que es actualmente, si realmente deseamos no solo conocer a nuestra máxima casa de estudios en Sonora, debemos conocer la historia de la misma y este conocimiento es de gran relevancia para comprender el actual funcionamiento de las organizaciones sindicales que coexisten en su interior, es decir, el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) y el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS).
Desde su origen la Unison fue concebida como una universidad pública y autónoma, esto significa que se creó para satisfacer las necesidades de la población sonorense especialmente las de bajos recursos que integran nuestra comunidad sonorense. La forma de contribuir a la satisfacción de las necesidades sociales consistió en generar una oferta en educación superior que estaría destinada a formar cuadros de profesionistas que contribuyeran al desarrollo social mediante la intervención de profesionistas formados en diferentes disciplinas para soulcionar los diversos problemas sociales que enfrenta la comunidad sonorense.
Durante muchos años la Unison cumplió esta función de vinculación Universidad y comunidad sonorense, en un ambiente en el cual los maestros ejercían la libertad de cátedra basada en u compromiso social y la comunidad universitaria, es decir, maestros, trabajadores y estudiantes, gozaban de libertad para tomar decisiones sobre el manejo de la institución universitaria de la cual formaban parte.
La estructura organizacional de tipo horizontal que contempla
ba la anterior Ley 103 que regía a la unison, permitía el ejercicio de prácticas democráticas, que se reflejaban en la participación de todos los universitarios en la elección de las autoridades administrativas universitarias (Rector, Secretario Administrativo, Tesorero, etc.). Mediante el voto secreto, directo y universal los maestros, los trabajadores ylos estudiantes elegía a quien ocuparía la silla de rectoría. El voto de los estudiantes tenía el mismo valor que el voto de los maestros y de los trabajadores eso garantizaba la existencia de la democracia en la Universidad de Sonora.
Lamentablemente el sueño duró poco porque en 1992 el entonces Gobernador de Sonora Manlio Favio Beltrones instruyó al Congreso del Estado para que elaborase una nueva Ley que dirigiera la Universidad de Sonora con el argumento de que al interior de la unison existía un caos en el manejo de las finanzas. En un abrir y cerrar de ojos los diputados sonorenses elaboraron un proyecto de lo que hoy se conoce como Ley Cuatro de la Universidad de Sonora y el Gobierno del Estado utilizando la fuerza policiaca impuso su aplicación dentro de la Unison, reprimiendo los actos de protesta y encarcelando maestros y estudiantes que se oponían a esta imposición gubernamental. Esta es la ley que actualmente rige los destinos de la Unison.
La resistencia a la imposición de la Ley Cuatro dentro de la universidad de Sonora provino principalmente de los estudiantes, que por miles salieron a las calles de Hermosillo a manifestar su repudio a esta imposición gubernamental que terminaba con la grauidad de la educación al imponer cuotas de inscripción para los estudiantes. Mientras que sólo unas decenas de maestros apoyamos el movimiento estudiantil de rechazo a la ley cuatro como si fuera nuestro propio problema, la gran mayoría de maestros universitarios se abstuvo de participar en las acciones de protesta y prefirieron manejar un bajo perfil en momentos que se requería una definición de posturas. El Staus que hizo? En realidad brilló por su ausencia en este movimiento de resistencia universitario.
Con la aplicación de la Ley Cuatro dentro de la Unison, dejó de existir la democracia universitaria ya que se eliminó la participación de los universitarios en los procesos de toma de decisiones trascendentales en la vida universitaria y se creó en su lugar una casta administrativa que profesaba el culto a la imagen del Rector en turno con lo que se inició una era de liderazgo autocrático en la conducción de la Unison que perdura hasta nuestros días.
El carácter público de la universidad de Sonora dejó de existir no sólo por el hecho de imponer el pago de cuotas a estudiantes, sino también porque cambió el enfoque y la misión de la Universidad de Sonora al dejar de lado la vinculación con la comunidad sonorense y centrar sus esfuerzos en fortalecer la vinculación Universidad-Empresa.
La función académica de la Unison pasó a ser controlada por administradores que ejercieron gran control sobre la inmensa mayoría de profesores de horas sueltas y trabajadores eventuales a quienes sometían al silencio y obediencia bajo amenaza de no recontratarles en el siguiente período escolar.
Junto a la democracia otra baja universitaria fue el ejercicio de la crítica social, la mayoría de los maestros optaron por manejarse con bajo perfil, limitándose a cumplir su función de “dar clases” y acomodarse a la nueva estructura organizacional y al liderazgo autocrático que ha caracterizado a todos los rectores que han ocupado esa silla desde la aplicación de la Ley Cuatro, que han privilegiado el crecimiento del administrativo en lugar de autorizar la creación de nuevas plazas de maestros de tiempo completo, condenando a cientos de profesores a estar de por vida trabajando como profesores de horas sueltas.
La democracia en la Universidad de Sonora se limitó desde entonces a las elecciones internas de los sindicatos universitarios para elegir dirigentes sindicales y el Staus fue perdiendo gradualmente el espíritu de lucha y vanguardia de movimientos sociales que lo caracterizó durante la década de los setentas y ochentas.
El Staus poco a poco ha ido cavando su tumba gracias a los diferentes Comités Ejecutivos que optaron por privilegiar su propia existencia por encima de los intereses colectivos que se supone debería defender un sindicato. De manera gradual los académicos hemos ido perdiendo prestaciones, capacidad adquisitiva, capacidad de negociación y capacidad de liderazgo ante la sociedad sonorense.
Los conflictos con el ISSSTESON no se resolvieron en forma adecuada y al contrario se aceptaron nuevas condiciones laborales que implicaron aumento en la edad de jubilación y en el porcentaje de cotización a ese instituto.
En la práctica el Staus ha ido perdiendo autoridad moral, credibilidad, capacidad de convocatoria y congruencia entre el discurso y la acción. Es decir, el Staus no sólo se encuentra sumido en una gran crisis que se manifiesta en la baja participación de los profesores en las actividades sindicales, de tal forma que este problema que tiene años presentándose y que cada vez es más grave apunta a nuevas pérdidas en las próximas negociaciones salariales y contractuales. De seguir por este camino, el Staus enfrenta un negro porvenir, un sombrío panorama y pone en peligro todo por lo que generaciones previas de académicos luchamos y conquistamos.
La crisis del Staus es la expresión particular de la crisis en que se encuentra la Universidad de Sonora, nuestra máxima casa de estudios, una crisis que la ha convertido en universidad-empresa y que ha dejado de ser una universidad pública al servicio de la comunidad sonorense.
Partiendo de la premisa de que la Universidad de Sonora es una organización, de que el propio Staus es una organización formal también y de que las organizaciones no son los edificios o los vehículos, sino las personas que las conforman, se requiere cambiar cuanto antes esta situación para recuperar el control de la universidad de Sonora por auténticos universitarios y del Staus por auténticos académicos que experimenten un amor por la docencia y un fuerte compromiso social.
Se requiere recuperar el control del sindicato de trabajadores académicos que realmente comulguen con lo que fué el espíritu original del Staus contemplada en sus propios estatutos: defender los intereses colectivos con una fuerza basada en una amplia participación sindical y con un compromiso con la comunidad sonorense.
La oportunidad se presenta en este momento ya que surge la coyuntura electoral para renovar el Comité Ejecutivo que dirigirá al Staus durante los próximos dos años, participando en la misma tres planillas. Los académicos de la universidad de Sonora tienen la opción de elegir un Comité Ejecutivo que dirigirá el Staus por los próximos dos años teniendo la oportunidad de elegir una opción con la participación de tres planillas registradas en la contienda electoral.
La Planilla Dorada que representa la continuidad de lo que se ha venido haciendo con el Staus, dirigiendo nuestra organización hacia su pronta extinción, la planilla café que incluye elementos que de una u otra forma formaron parte de anteriores comités ejecutivos y es el resultado de la unión de tres corrientes sindicales y la planilla negra que desde la pasada contienda electoral se mostró como una alternativa sindical independiente integrada por elementos que combinan juventud y experiencia.
Como maestro universitario jubilado mi inclinación es a favor de la planilla negra por considerar que es la opción más pertinente que nos puede conducir a la recuperación del control del Staus por parte de académicos con honestidad y compromiso sindical sin ambición alguna. El triunfo de la planilla negra en la contienda electoral interna impediría que el Staus continúe transitando hacia un negro porvenir y el color negro de la planilla negra garantiza la inclusión de todos los profesores universitarios sindicalizados sin imponer un color como corriente sindical en el poder como ha sucedido en el pasado.


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