El
negro porvenir del Staus
Oscar
Yescas Domínguez 12 de
septiembre de 2,019
La
Universidad de Sonora como sistema organizacional abierto, ha
resentido una serie de cambios dentro de su dinámica externa que han
modificado la cultura organizacional, al grado de perder la función
social contemplada desde su origen.
Con
lo anterior quiero decir que la Unison, no siempre ha sido de la
forma que es actualmente, si realmente deseamos no solo conocer a
nuestra máxima casa de estudios en Sonora, debemos conocer la
historia de la misma y este conocimiento es de gran relevancia para
comprender el actual funcionamiento de las organizaciones sindicales
que coexisten en su interior, es decir, el Sindicato de Trabajadores
Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) y el Sindicato de
Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS).
Desde
su origen la Unison fue concebida como una universidad pública y
autónoma, esto significa que se creó para satisfacer las
necesidades de la población sonorense especialmente las de bajos
recursos que integran nuestra comunidad sonorense. La forma de
contribuir a la satisfacción de las necesidades sociales consistió
en generar una oferta en educación superior que estaría destinada a
formar cuadros de profesionistas que contribuyeran al desarrollo
social mediante la intervención de profesionistas formados en
diferentes disciplinas para soulcionar los diversos problemas
sociales que enfrenta la comunidad sonorense.
Durante
muchos años la Unison cumplió esta función de vinculación
Universidad y comunidad sonorense, en un ambiente en el cual los
maestros ejercían la libertad de cátedra basada en u compromiso
social y la comunidad universitaria, es decir, maestros, trabajadores
y estudiantes, gozaban de libertad para tomar decisiones sobre el
manejo de la institución universitaria de la cual formaban parte.
La
estructura organizacional de tipo horizontal que contempla
ba la
anterior Ley 103 que regía a la unison, permitía el ejercicio de
prácticas democráticas, que se reflejaban en la participación de
todos los universitarios en la elección de las autoridades
administrativas universitarias (Rector, Secretario Administrativo,
Tesorero, etc.). Mediante el voto secreto, directo y universal los
maestros, los trabajadores ylos estudiantes elegía a quien ocuparía
la silla de rectoría. El voto de los estudiantes tenía el mismo
valor que el voto de los maestros y de los trabajadores eso
garantizaba la existencia de la democracia en la Universidad de
Sonora.
Lamentablemente
el sueño duró poco porque en 1992 el entonces Gobernador de Sonora
Manlio Favio Beltrones instruyó al Congreso del Estado para que
elaborase una nueva Ley que dirigiera la Universidad de Sonora con el
argumento de que al interior de la unison existía un caos en el
manejo de las finanzas. En un abrir y cerrar de ojos los diputados
sonorenses elaboraron un proyecto de lo que hoy se conoce como Ley
Cuatro de la Universidad de Sonora y el Gobierno del Estado
utilizando la fuerza policiaca impuso su aplicación dentro de la
Unison, reprimiendo los actos de protesta y encarcelando maestros y
estudiantes que se oponían a esta imposición gubernamental. Esta es
la ley que actualmente rige los destinos de la Unison.
La
resistencia a la imposición de la Ley Cuatro dentro de la
universidad de Sonora provino principalmente de los estudiantes, que
por miles salieron a las calles de Hermosillo a manifestar su repudio
a esta imposición gubernamental que terminaba con la grauidad de la
educación al imponer cuotas de inscripción para los estudiantes.
Mientras que sólo unas decenas de maestros apoyamos el movimiento
estudiantil de rechazo a la ley cuatro como si fuera nuestro propio
problema, la gran mayoría de maestros universitarios se abstuvo de
participar en las acciones de protesta y prefirieron manejar un bajo
perfil en momentos que se requería una definición de posturas. El
Staus que hizo? En realidad brilló por su ausencia en este
movimiento de resistencia universitario.
Con
la aplicación de la Ley Cuatro dentro de la Unison, dejó de existir
la democracia universitaria ya que se eliminó la participación de
los universitarios en los procesos de toma de decisiones
trascendentales en la vida universitaria y se creó en su lugar una
casta administrativa que profesaba el culto a la imagen del Rector en
turno con lo que se inició una era de liderazgo autocrático en la
conducción de la Unison que perdura hasta nuestros días.
El
carácter público de la universidad de Sonora dejó de existir no
sólo por el hecho de imponer el pago de cuotas a estudiantes, sino
también porque cambió el enfoque y la misión de la Universidad de
Sonora al dejar de lado la vinculación con la comunidad sonorense y
centrar sus esfuerzos en fortalecer la vinculación
Universidad-Empresa.
La
función académica de la Unison pasó a ser controlada por
administradores que ejercieron gran control sobre la inmensa mayoría
de profesores de horas sueltas y trabajadores eventuales a quienes
sometían al silencio y obediencia bajo amenaza de no recontratarles
en el siguiente período escolar.
Junto
a la democracia otra baja universitaria fue el ejercicio de la
crítica social, la mayoría de los maestros optaron por manejarse
con bajo perfil, limitándose a cumplir su función de “dar clases”
y acomodarse a la nueva estructura organizacional y al liderazgo
autocrático que ha caracterizado a todos los rectores que han
ocupado esa silla desde la aplicación de la Ley Cuatro, que han
privilegiado el crecimiento del administrativo en lugar de autorizar
la creación de nuevas plazas de maestros de tiempo completo,
condenando a cientos de profesores a estar de por vida trabajando
como profesores de horas sueltas.
La
democracia en la Universidad de Sonora se limitó desde entonces a
las elecciones internas de los sindicatos universitarios para elegir
dirigentes sindicales y el Staus fue perdiendo gradualmente el
espíritu de lucha y vanguardia de movimientos sociales que lo
caracterizó durante la década de los setentas y ochentas.
El
Staus poco a poco ha ido cavando su tumba gracias a los diferentes
Comités Ejecutivos que optaron por privilegiar su propia existencia
por encima de los intereses colectivos que se supone debería
defender un sindicato. De manera gradual los académicos hemos ido
perdiendo prestaciones, capacidad adquisitiva, capacidad de
negociación y capacidad de liderazgo ante la sociedad sonorense.
Los
conflictos con el ISSSTESON no se resolvieron en forma adecuada y al
contrario se aceptaron nuevas condiciones laborales que implicaron
aumento en la edad de jubilación y en el porcentaje de cotización a
ese instituto.
En
la práctica el Staus ha ido perdiendo autoridad moral, credibilidad,
capacidad de convocatoria y congruencia entre el discurso y la
acción. Es decir, el Staus no sólo se encuentra sumido en una gran
crisis que se manifiesta en la baja participación de los profesores
en las actividades sindicales, de tal forma que este problema que
tiene años presentándose y que cada vez es más grave apunta a
nuevas pérdidas en las próximas negociaciones salariales y
contractuales. De seguir por este camino, el Staus enfrenta un negro
porvenir, un sombrío panorama y pone en peligro todo por lo que
generaciones previas de académicos luchamos y conquistamos.
La
crisis del Staus es la expresión particular de la crisis en que se
encuentra la Universidad de Sonora, nuestra máxima casa de estudios,
una crisis que la ha convertido en universidad-empresa y que ha
dejado de ser una universidad pública al servicio de la comunidad
sonorense.
Partiendo
de la premisa de que la Universidad de Sonora es una organización,
de que el propio Staus es una organización formal también y de que
las organizaciones no son los edificios o los vehículos, sino las
personas que las conforman, se requiere cambiar cuanto antes esta
situación para recuperar el control de la universidad de Sonora por
auténticos universitarios y del Staus por auténticos académicos
que experimenten un amor por la docencia y un fuerte compromiso
social.
Se
requiere recuperar el control del sindicato de trabajadores
académicos que realmente comulguen con lo que fué el espíritu
original del Staus contemplada en sus propios estatutos: defender los
intereses colectivos con una fuerza basada en una amplia
participación sindical y con un compromiso con la comunidad
sonorense.
La
oportunidad se presenta en este momento ya que surge la coyuntura
electoral para renovar el Comité Ejecutivo que dirigirá al Staus
durante los próximos dos años, participando en la misma tres
planillas. Los académicos de la universidad de Sonora tienen la
opción de elegir un Comité Ejecutivo que dirigirá el Staus por los
próximos dos años teniendo la oportunidad de elegir una opción con
la participación de tres planillas registradas en la contienda
electoral.
La
Planilla Dorada que representa la continuidad de lo que se ha venido
haciendo con el Staus, dirigiendo nuestra organización hacia su
pronta extinción, la planilla café que incluye elementos que de una
u otra forma formaron parte de anteriores comités ejecutivos y es el
resultado de la unión de tres corrientes sindicales y la planilla
negra que desde la pasada contienda electoral se mostró como una
alternativa sindical independiente integrada por elementos que
combinan juventud y experiencia.
Como
maestro universitario jubilado mi inclinación es a favor de la
planilla negra por considerar que es la opción más pertinente que
nos puede conducir a la recuperación del control del Staus por parte
de académicos con honestidad y compromiso sindical sin
ambición alguna. El triunfo de la planilla negra en la contienda
electoral interna impediría que el Staus continúe transitando hacia
un negro porvenir y el color negro de la planilla negra garantiza la
inclusión de todos los profesores universitarios sindicalizados sin
imponer un color como corriente sindical en el poder como ha sucedido
en el pasado.
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