sábado, 17 de diciembre de 2022

 

Mi experiencia con la Mercadotecnia

(Parte tres del libro La totalitaria Mano invisible del Mercado)

Oscar Yescas Domínguez

17 de diciembre de 2022

El surgimiento de internet, el desarrollo de la telefonía celular y la expansión de las redes sociales, cambiaron las formas de relacionarse entre las personas al constituirse como los espacios de socialización más frecuentados de nuestra época histórica, al grado de que, según el sociólogo español Manuel Castells (La sociedad red, 2005), el espacio virtual se ha convertido en el principal espacio donde tiene lugar la socialización contemporánea, desplazando la influencia de las tradicionales instancias socializantes como la propia familia, la escuela, la Iglesia o los medios masivos de difusión.

Las nuevas tecnologías permitieron superar las distancias físicas y propiciar un acercamiento e interacción virtual de millones de personas, sin importar el país de procedencia, la cultura, las creencias religiosas o las posturas políticas. Esta interacción virtual masiva, aunada al fenómeno de la migración que por motivos económicos, políticos o ideológicos, movilizó a millones de personas fuera de sus países, creó un aumento exponencial de expresiones multiculturales que tienen lugar tanto en el espacio físico de varios países, como en el espacio virtual por lo que no es algo descabellado afirmar que la sociedad contemporánea tiene como una de sus características principales la existencia de un pluriculturalismo que se manifiesta en la vida cotidiana.

En este amplio concierto de voces que es la vida, cada persona representa por sí misma una historia ambulante cuyo contenido se ha conformado a través de innumerables vivencias personales, algunos desean ser escuchados por los demás y utilizan redes sociales para contar su historia, otros prefieren manejar bajo perfil y manejan con discreción su información personal, pero otros más crean historias falsas acerca de sí mismos y manejan discursos improvisados conversando sobre los temas que son tendencia en redes sociales, aprovechando que las nuevas tecnologías de la información les dan voz para contar su historia, por lo que es pertinente recordar que no todo lo que aparece en internet es información real, ya que circulan muchas noticias falsas y existen una masa de “opinólogos” sin fundamento alguno publican comentarios sobre temas que son el centro de atención momentánea en el tsunami de información diaria que recibimos en nuestros dispositivos digitales.

Por estas razones, en un intento de desmarcarme de éstos últimos, quisiera seguir el ejemplo de Michel Foucault cuando afirmó que sus libros fueron escritos por sus “problemas personales con la locura, la prisión y la sexualidad” (El Poder: una bestia magnífica, 212) y utilizar este espacio para describir aquella parte de la historia de mi vida que me llevó a estar en una situación en la que hoy puedo hablar del tema de la Mercadotecnia con relativa autoridad, porque tuve la oportunidad de conducir durante 20 años un seminario con el tema: Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor, como parte de mi carga académica como Profesor-Investigador universitario.

Cuando entré a trabajar en 1985 en la Universidad de Sonora, lo hice como protagonista de una historia que merece ser contada. Ingresé a la nómina de trabajadores universitarios con una entrada triunfal al participar en forma simultánea en dos concursos de oposición, uno era para ocupar la plaza de Maestro de Tiempo Completo como Jefe del Área de Psicología Clínica y otro era para ocupar una plaza de Maestro de Tiempo Completo como Jefe del Área de Psicología Industrial.

Para quienes no están familiarizados con estos procesos, los concursos de oposición para ocupar una plaza de tiempo completo como profesor universitario, consisten en tres tipos de evaluaciones: una prueba escrita que consistió en la elaboración de un ensayo de 20 cuartillas en la que se pidió la elaboración de un diagnóstico del estado actual del campo de docencia e investigación de la plaza en concurso, una prueba oral que consistió en una entrevista grupal de los miembros del jurado con cada participante y una prueba didáctica que consistió en la preparación y exposición de un tema relacionado con el área de concurso ante un grupo de estudiantes de la misma área, que posteriormente participaron en la evaluación de los participantes.

Cuando se publicaron los resultados de ambos concursos de oposición compartí la sorpresa colectiva al ver que mi nombre aparecía como el triunfador en ambos procesos, por lo que ante esa situación, me vi en la envidiable posición de escoger cuál de las dos plazas de profesor-investigador deseaba ocupar. Debido a mi experiencia previa como psicólogo organizacional en el Instituto Mexicano del Café y al ejercicio de consultoría organizacional que realizaba en forma privada en aquel entonces, elegí la plaza de Jefe del área de Psicología industrial, un nombre que posteriormente cambió a Presidente de la Academia de Psicología Organizacional.

Desde ese momento ingresé al club de privilegiados que conformaban los Maestros de tiempo completo que laboraban como Profesores-Investigadores en la Universidad de Sonora, realmente privilegiados porque nuestra carga académica incluía la realización de funciones de docencia, investigación y extensión, lo que nos permitía contar con suficiente tiempo para preparar nuestros seminarios y conducirlos como verdaderos profesionales. Recibíamos un sueldo por encima del promedio de cualquier profesionista y la mayor parte de nuestro tiempo en cubículo nos dedicábamos a leer, estudiar, investigar y a enseñar, bueno, al menos es lo que yo hacía.

Junto a la membresía a ese exclusivo grupo académico, también obtuve una estabilidad laboral y económica que me permitió entregarme por completo a mis nuevas funciones, construir y consolidar mi identidad como Profesor universitario, crecer profesionalmente y laborar en forma ininterrumpida durante 33 años, realizando las actividades que me proporcionaban una gran satisfacción: leer, estudiar, investigar, enseñar y todavía recibía con placer un sueldo bien remunerado por hacerlo.

Mi carga como docente incluía la conducción de tres seminarios por semestre (entre doce y 16 horas de clase a la semana), uno de los seminarios estaba dirigido a la intervención psicológica en grupos sociales (Psicología de grupos), otro a la intervención psicológica en organizaciones (Psicología de las organizaciones), temas en los que tenía amplia experiencia previa y dominio sobre sus contenidos, por lo que no enfrenté algún grado de dificultad al diseñar los programas, al definir sus contenidos y al conducir los seminarios correspondientes.

Pero el tercer seminario que incluyó mi carga laboral en aquel tiempo representó un verdadero reto, porque me exigió incursionar en un campo que resultó ser nuevo en mi experiencia como Psicólogo y como docente. Este reto se presentó en la responsabilidad de diseñar el programa de la materia Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor, que empezaría a impartirse por primera vez a alumnos de la primera generación de estudiantes de Psicología de la Universidad de Sonora, que iniciarían el octavo semestre de su formación como psicólogos, por lo que al ser la primera vez que se impartirían dichos seminarios, no había programas previos de la materia que pudiesen tomarse como referencia previa y por esas razones tuve que partir de cero y comencé a estudiar Mercadotecnia contando con sólo unas semanas para que diera inicio el período de clases.

Debo mencionar que me formé como Psicólogo social en la Universidad Veracruzana y acerca del tema de Mercadotecnia tenía únicamente nociones generales y el solo escenario de conducir un seminario sobre un tema que no dominaba, me generó en los primeros momentos cierta ansiedad. Pero tenía a mi favor el tener conocimientos y experiencias para explicar el comportamiento humano, un dominio sobre tecnología educativa y experiencia de años en conducción de grupos de trabajo por haber trabajado como agente de cambio organizacional independiente, apoyando programas de capacitación laboral en el diseño y conducción de una serie de cursos, por lo que en esas condiciones “sólo” tenía que diseñar el programa de la materia y prepararme para impartir una hora diaria de esa materia.

Ante mi escaso conocimiento de la materia, me vi en la necesidad de conseguir y estudiar varios libros sobre Mercadotecnia para comprender el concepto, sus contenidos teóricos, fundamentar la necesidad de la intervención del Psicólogo en programas de Mercadotecnia, lograr comprender la forma como la implementación de estrategias de mercadotecnia influían en el comportamiento humano en su rol de consumidor y diseñar estrategias de enseñanza que despertaran el interés de los alumnos sobre este tema que no aparecía en la carga académica de otras áreas de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sonora.

Así que utilicé las escasas cuatro semanas previas al inicio del semestre para investigar sobre mercadotecnia, no puedo decir que el primer seminario que impartí de la materia Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor en 1985 haya sido uno de mis mejores momentos como docente, podría decir que fue mi “iniciación” como docente universitario en el sentido de las novatadas que se hacían antes a los alumnos de primer ingreso por el grado de dificultad que representó, pero lo que sí puedo afirmar es que saqué la casta y no sólo logré despertar en mi persona el interés por conocer el campo de la mercadotecnia, sino que a través de mi comportamiento en el aula, logré despertar el mismo interés en mis alumnos por estudiar la mercadotecnia.

Desde aquel momento aprendí que el docente enseña mejor cuando no sólo da respuestas a las preguntas de sus alumnos, sino que expone sin temor al ridículo sus propias dudas y logra crear un vínculo de colaboración con sus estudiantes para resolver en forma conjunta las interrogantes que surjan en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las cuatro horas de clase a la semana incluían dos horas teóricas y dos horas de práctica, por lo que parte de mi labor como profesor fue solicitar un proyecto de Mercadotecnia al final del semestre como un trabajo final que tenía gran valor en la evaluación del estudiante y de esa forma conocí proyectos que realmente me sorprendieron por la gran creatividad que mostraron mis alumnos.

Esta experiencia me ayudó a abandonar el “rol de experto” y empecé a aprender junto con mis estudiantes el apasionante estudio de la mercadotecnia y juntos aprendimos que a mercadotecnia es algo que todas las personas deberían conocer porque todos a final de cuentas somos consumidores. El asunto es que impartí el seminario Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor durante 20 años (de 1985 a 2005) y durante esas dos décadas fui el único docente de Psicología en la Unison que tenía conocimientos sobre Mercadotecnia y algo que me quedó muy claro es que la Psicología puede existir sin la Mercadotecnia, pero la Mercadotecnia no puede existir sin la Psicología.

Sólo dejé de “enseñar Mercadotecnia” porque las autoridades administrativas del Departamento de Psicología y Comunicación decidieron en el 2005 cambiar el plan de estudios, eliminaron los cursos de 4 y 5 horas de clase a la semana, para crear seminarios de teoría y seminarios de práctica, los cuales serían impartidos en reuniones de dos horas a la semana por diferentes maestros y dieron una gran muestra de “miopía mercadológica” al eliminar el seminario de Mercadotecnia y análisis de la conducta del consumidor de la oferta educativa dirigida a los estudiantes de Psicología.

Como era el profesor titular de mis tres seminarios, esta decisión administrativa creó un vacío en mi carga docente, un hueco docente que no tardé en llenar porque tuve oportunidad de iniciar la docencia en otro campo, realizando una tarea mucho más apasionante que el estudio de la mercadotecnia, porque me dieron la opción de impartir una materia optativa denominada Estudios Especiales, que es una materia que se asigna a docentes con amplia experiencia en un campo específico, por lo que le di continuidad a una línea de investigación y docencia que venía desarrollando en forma extracurricular desde finales de los ochentas en forma de cursos y Diplomados que consistió en la docencia e investigación en sexualidad humana. Un campo docente que exploré los siguientes 13 años restantes de mi carrera como profesor universitario.

Pero regresando al tema de la mercadotecnia, sólo puedo decir que esa experiencia de docencia e investigación en el campo de la mercadotecnia durante 20 años, es la que me ayudó a tener una mayor comprensión sobre el funcionamiento de la “economía de libre mercado” y por ende, de la situación internacional que prevalece en nuestros días cuando el mercado se ha convertido en el motor que rige la política y la economía mundial y funciona de una forma que algunos autores aseguran que el mercado funciona como un nuevo totalitarismo.

Por las anteriores razones, partiendo de la premisa de que el conocimiento científico debe ser socializado, me permito compartir este pequeño artículo, en el cual intento describir el complejo y apasionante tema de la mercadotecnia y en espera de que esta aportación basada en mi opinión personal, pueda ayudar a quienes lo lean, a ampliar su comprensión no sólo sobre el tema de la mercadotecnia, sino también a que conozcan los motivos que determinan sus hábitos de compra, desarrollen un empoderamiento como consumidores y logren tener un mayor conocimiento sobre la situación global que estamos viviendo en un momento histórico en el que los dirigentes políticos toman decisiones “para favorecer al mercado” y no para servir a la población que representan, porque el Mercado es hoy una dictadura internacional que funciona como una nueva religión en el siglo XXI utilizando mitos como “la mano invisible del Mercado”, idea planteada por Adam Smith y que hace referencia a la capacidad de autorregulación que tiene el mercado, a través de las propias decisiones individuales de los millones de consumidores.

Etapas de evolución de la mercadotecnia

Vivimos en una sociedad globalizada en la que impera la economía de libre mercado, todos los días escuchamos expresiones como mercado financiero, mercado inmobiliario, mercado energético, etc. Los políticos nos gobiernan a ciegas, abandonando la defensa de quienes los llevaron al poder, incumpliendo promesas de campaña porque están subordinados al poder económico que actúa a nombre del poder del mercado. Pero, ¿acaso sabemos qué es el mercado?, ¿tenemos consciencia del significado de vivir en una sociedad basada en la economía de libre mercado?, ¿tomamos decisiones de consumo en forma libre y soberana?, ¿por qué compramos lo que compramos?, ¿Qué tipo de necesidades intentamos satisfacer con nuestra conducta como consumidores?

Para responder a estas preguntas anteriores es necesario introducirnos en el estudio de la mercadotecnia, un campo acerca del cual pocos conocen sus significado y para lograrlo, debemos conocer las etapas de evolución de la mercadotecnia, las condiciones de su surgimiento y los conceptos básicos en los que se fundamenta. Esa es la intención de haber escrito las siguientes notas, por lo que les invito a proceder a una lectura atenta de las mismas.

Recordemos que en la década de los cincuentas existía un mismo producto para una masa de consumidores, no había distinción en quienes compraban los productos, por lo que un sólo producto era consumido por toda la población y por esa razón existía una sola Coca-cola para toda la población de consumidores y lo mismo pasaba con otra serie de productos como calzado y prendas de vestir. Sin embargo, el descubrimiento y expansión de la televisión, difundió en forma masiva imágenes hombres y mujeres que asumían roles distintos a los tradicionales, presentaban nuevas apariencias y exhibían formas de pensamiento distintos a los que existían en aquellos momentos, por lo que la influencia en la vestimenta, en la forma de actuar y pensar de aquellas personas que aparecían en las pantallas, provocó cambios en el comportamiento de consumo de los espectadores, cambios con los cuales pretendían adquirir una apariencia y forma de comportamiento que los acercara a la imagen de las personas que aparecían en las pantallas de la televisión o de los cines de aquella época.

Los tiempos siguieron cambiando y en los años sesentas surgió el movimiento feminista y la “revolución sexual”, que hicieron surgir el uso de la minifalda y pantalones en las mujeres, los movimientos que luchaban a favor de la igualdad de los roles sexuales entre hombres y mujeres, tuvieron gran influencia sobre las masas, el descubrimiento de la píldora anticonceptiva y otros métodos anticonceptivos permitieron que la mujer buscara el placer sexual con mas seguridad al disminuir considerablemente su miedo al embarazo y en consecuencia su comportamiento como consumidoras cambió.

Lo mismo sucedió con el desarrollo de la industria del cine, porque surgieron los auto cinemas, y cines en cada ciudad, que se convirtieron en lugares en los que se dio la socialización de esa época, fueron espacios públicos en los que interactuaban miembros de la misma generación, los medios masivos de difusión (radio, televisión, cine, prensa, revistas, etc.) se convirtieron en instancias socializantes que influyeron en el comportamiento de las masas al incluir nuevas figuras ideales de hombre y de mujer como modelos a seguir.

El surgimiento y expansión de la música del rock and roll, el movimiento hippie y la lucha contra el racismo, fueron factores que en su conjunto provocaron cambios en la conducta de los consumidores al variar la escala de valores que regía su comportamiento, todos estos cambios sociales afectaron al mercado de masas de tal forma que se fragmentó y surgieron segmentos del mercado, un término que hace referencia a la división de la masa de consumidores en determinados grupos específicos que comparten hábitos de consumo similares.

Los segmentos del mercado surgen cuando se divide a una masa de consumidores en grupos distintos, atendiendo a características particulares que comparten los integrantes de cada división, como por ejemplo, el grupo de consumidores adolescentes, o el grupo de consumidores de la tercera edad, el grupo de consumidores de amas de casa, etc.

La revolución cultural que derivó de la rebeldía juvenil contra el autoritarismo imperante en casa, una rebeldía calificada como “rebeldía sin causa” por los adultos de aquella época, se extendió en las escuelas y universidades y se sumó al crecimiento del movimiento feminista que luchaba por conquistar derechos sexuales, civiles e igualdad de género. Todos estos factores fueron los que provocaron nuevos cambios en el comportamiento de consumo de parte de la juventud de aquella época. Por esas razones surgieron los nichos del mercado que consistió en la división de los segmentos del mercado en grupo más pequeños y en base a esa identificación de los mercados meta, se comenzó a diseñar estrategias de mercadotecnia para cubrir las necesidades de tales grupos.

En los noventas, surgió “el invento más revolucionario de todos los tiempos” según declararon Stan Rapp y Tom Collins en su libro Maximarketing, cuando hablaron de la invención de la computadora, un instrumento tecnológico que permitió almacenar una gran cantidad de datos personales de miles de personas, lo cual permitió el surgimiento de la mercadotecnia individualizada, porque los mercadólogos al tener acceso a una base de datos con gran cantidad de información personal de miles de personas pudieron diseñar estrategias de mercadotecnia actuando como cazadores de “tirofijo”, al dirigir su atención a un cliente en particular enviándole propaganda comercial.

Sin embargo, los cambios sociales no dejan de sorpendernos y las nuevas tecnologías de la información (internet, redes sociales y telefonía celular), han revolucionado las estrategias de mercadotecnia, porque la mayoría de las personas utiliza gran parte de su tiempo en navegar en internet, ya sea trabajando o visitando redes sociales. De manera especial, la juventud contemporánea invierte gran parte de su tiempo en la realidad virtual y el teléfono celular se ha convertido en un apéndice de su cuerpo.

Estos nuevos cambios de la tecnología de la información permitieron el surgimiento de la mercadotecnia digital que se basa en el uso de los datos personales que compartimos voluntariamente en las redes sociales, no solamente al registrarnos en alguna red social, sino cuando navegamos por internet, porque estamos dejando una serie de rastros por el camino que transitamos en nuestros teléfonos o computadoras, con cada “me gusta”, con cada segundo o minuto que dedicamos en observar, escuchar o leer alguna página de internet, estamos dejando huellas que son seguidas por quienes hoy manejan la mercadotecnia digital, de una manera semejante a las huellas dejadas por Hansel en el cuento de los hermanos Grimm Hansel y Gretel.

La mercadotecnia digital surge en lo que se ha denominado la sociedad de la vigilancia que es más visible en algunos países que en otros, pero con cada con cada click en el teclado de nuestros dispositivos, dejamos un rastro que es seguido por empleados de cientos de corporaciones de tal forma que logran saber quienes somos, qué nos gusta o disgusta, que pensamos y que deseamos. Con las nuevas tecnologías de la información ha surgido un nuevo tipo de mercancía que tiene gran valor para las grandes corporaciones, la economía de datos personales de millones de personas, información que obtienen de nosotros porque sin saberlo estamos permanentemente vigilados, gobiernos y cientos de empresas nos espían. La compra-venta de datos personales de usuarios de redes sociales (Facebook, YouTube, Twitter, LinkedIn, Instagram, Tik-Tok, Pinterest, etc.) se ha convertido en un nuevo modelo de negocio que deja enormes ganancias.

Con la información obtenida en forma digital, los mercadólogos modernos construyen perfiles psicográficos que ayudan a determinar las principales motivaciones, los estilos de aprendizaje, los tipos de percepción, los intereses predominantes, los gustos predominantes, ausencia o presencia de valores que rigen el comportamiento individual y con toda esta información logran identificar los deseos más ocultos y no reconocidos de los internautas, las necesidades más apremiantes y las expectativas de potenciales grupos de consumidores.

Estilos de administración de la mercadotecnia

La mayoría de las personas tiene una idea errónea sobre lo que es la mercadotecnia, comúnmente la confunden con el proceso de ventas, cuando en realidad la implementación de programas de mercadotecnia, hacen que las ventas vengan por sí solas. Las corporaciones transnacionales cuentan con un ejército de contadores que les permiten mantener un balance contable entre sus ingresos y egresos, también tienen un ejército de abogados que les permiten mantener dentro de la legalidad sus acciones. Idealmente, deberían tener un ejército de psicólogos para que colaboren en la selección científica del personal, programas de capacitación, de desarrollo organizacional y de Mejora continua. Pero lo que muchos no saben es que también cuentan con un ejército de personas que trabajan programas de mercadotecnia digital utilizando los datos obtenidos de las redes sociales, aquellas redes sociales en las que confiamos nuestros datos personales y que después convierten en mercancía para venderlos al mejor postor en el mercado digital.

Pero, llegando a este punto creo necesario responder a la pregunta ¿qué es la mercadotecnia? Por lo que intentaré responder a esta pregunta describiendo las formas de conducir a las organizaciones que han variado con el paso del tiempo, estos cambios de administración se han dado en respuesta a los cambios que se presentan en la sociedad, sobre todo en los cambios que se han presentado la conducta de los consumidores. De una manera breve, se explicarán algunos estilos de administración organizacional, para ubicar el momento en el que surge el enfoque de mercadotecnia.

En un principio, las organizaciones partían de la premisa de que los consumidores preferían los productos que eran fáciles de encontrar y que tuvieran bajo costo, por lo que se pensaba que la administración debía centrarse en garantizar una gran eficiencia en la producción y una cobertura amplia de distribución. Esta visión organizacional recibió el nombre de enfoque de producción, por lo que la atención de los administradores se centraba en crear las condiciones que permitieran mantener un ritmo de producción constante para mantener suficientes productos listos para enviarse al mercado.

Pero más adelante, en la medida que se observaron cambios en los comportamientos de los consumidores que reflejaban una mayor preferencia hacia la calidad de los productos y su rendimiento, los administradores continuaron manteniendo su atención a la producción, pero agregaron como nuevo elemento importante la obtención de una mayor calidad de los productos, por lo que invirtieron mayores recursos al aumento de la calidad de sus productos y a mejorarlos con el paso del tiempo. A esta nueva visión se le llamó enfoque de enfoque de producto.

Con el paso del tiempo los cambios sociales continuaron presentándose reflejándose en cambios en los hábitos de los consumidores y junto a estos cambios surgió un aumento de la competencia con otras organizaciones, lo que dio lugar a la premisa de que si se dejaba solos a los consumidores, éstos no comprarían suficientes productos de la organización, por lo que era necesario emprender estrategias de promoción y ventas para dar a conocer las propiedades y beneficios de los productos de la organización. A este nuevo enfoque se le llamó Enfoque de venta.

Hasta este punto, los enfoques de administración estuvieron basados en un enfoque de administración que provenía de adentro hacia afuera, es decir, la atención principal de los administradores se centraba en lo que ocurría en el interior de la empresa para mantener la producción, garantizar la calidad del producto y diseñar estrategias de promoción para aumentar las ventas.

Pero los cambios que continuaban presentándose en el entorno social seguían afectando el comportamiento de los consumidores, quienes no sólo continuaron presentando cambios en sus hábitos de consumo, sino que también se observó que el mercado se masas se fraccionaba cada vez más en segmentos y pequeños nichos del mercado, por lo que surgió la necesidad de voltear la mirada al exterior para ver lo que estaba pasando con el mercado y fue en este punto cuando surgió el enfoque de mercadotecnia.

La mercadotecnia surgió cuando los administradores dejaron de centrar su atención a lo que ocurría dentro de la organización y empezaron a prestar atención a lo que estaba aconteciendo en el contexto social que rodeaba a la misma, por lo que se vieron en la necesidad de adoptar un enfoque de afuera hacia adentro, es decir, analizar los cambios sociales y su impacto en el comportamiento de los consumidores y partieron de la premisa de que la clave para lograr los objetivos de la organización estaba en desarrollar su capacidad para identificar las necesidades, deseos y expectativas de los nuevos mercado meta que estaban surgiendo y proceder a la reestructuración de su organización, de tal forma que el nuevo diseño organizacional permitiera proporcionar los satisfactores (productos y servicios) de esos deseos y necesidades con mayor eficiencia y efectividad que los competidores.

Podría decirse que en esencia, el concepto de mercadotecnia mantiene un enfoque orientado hacia el mercado, con una clara visión y orientación hacia el cliente, y consiste en un esfuerzo coordinado de la organización que mantiene como meta pricipal generar la satisfacción de los consumidores, La adopción de este enfoque permitirá alcanzar las metas organizacionales porque al diseñar el producto o servicio basado en la previa identificación de los deseos, necesidades y expectativas de los integrantes del mercado meta, las ventas vendrán por sí solas ya que estos productos han sido diseñados para tal satisfacción.

Más adelante, se observó que algunos productos provocaban daños al medio ambiente, como el jabón detergente que contaminaba ríos y mares, el tabaco que provocaba daños a los pulmones, el alcohol que generaba adicción y en un intento de resarcir los daños colaterales, surgió el enfoque de mercadotecnia social, en el cual se afirma que la labor de las organizaciones es identificar las necesidades, deseos e intereses de los mercados meta y entregarles los satisfactores deseados, en forma más eficaz y eficiente que la competencia, pero de una manera que proteja e incremente el bienestar del consumidor y de la sociedad.

Lamentablemente, la globalización impuso la exigencia de no regulación del Estado en el comercio internacional y la corrupción creció al interior de las instituciones gubernamentales, por lo que se creó un vacío en la regulación del comercio de productos que son nocivos para la salud de los consumidores y debido a ello este tipo de enfoque de mercadotecnia con responsabilidad social, continúa siendo una aspiración que no aterriza en la realidad y el consumo de productos que causan más daño que beneficio a la salud y economía de los consumidores continúa a nombre de la “libertad de empresa”.

Conceptos básicos de mercadotecnia

Hemos abordado las condiciones que dieron lugar al surgimiento del enfoque de mercadotecnia en la administración de las organizaciones, pero para comprender el funcionamiento de la sociedad contemporánea en que vivimos, es necesario conocer los conceptos básicos de mercadotecnia que rigen la economía de libre mercado que rige nuestras vidas cotidianas. En esa línea de pensamiento hemos llegado al punto en el cual podemos empezar por definir lo que entendemos por mercado, desde una perspectiva mercadológica el mercado es definido como “aquel conjunto de personas que comparten necesidades, deseos y expectativas, que desean satisfacer y que cuentan con la capacidad económica que les permite adquirir el producto o servicio que contribuirá a satisfacer dichas necesidades”.

Con el uso de esta definición queda claro que no todas las personas pueden ser parte de un mercado, porque aún cuando una amplia colectividad compartan necesidades, deseos y expectativas que desean satisfacer, si no tienen el dinero para comprar los productos que satisfagan esos deseos y necesidades, no podrán formar parte del mercado. Por ejemplo, todos tenemos necesidad de transporte y desearíamos tener un vehículo particular para transportarnos, parte de nuestros deseo sería tener un automóvil último modelo equipado con la tecnología más avanzada, pero (y aquí viene el gran pero que es el origen de la desigualdad social) no todos tenemos el dinero para pagar el costo de un nuevo vehículo, ni tenemos la capacidad de endeudamiento para adquirirlo en pagos a largo plazo, por lo que no cumplimos con aquella parte de la definición de mercado que dice para ser parte del mercado necesitan “contar con la capacidad económica que les permite adquirir el producto o servicio que contribuirá a satisfacer dichas necesidades”, lo cual es motivo suficiente para ser excluidos no sólo del mercado automotriz, sino de todo tipo de mercado y los millones de personas que viven en condiciones de pobreza, desempleados o subempleados que perciben un ingreso que sólo les permite sobrevivir, son excluidos del mercado ya que como define Zygmunt Bauman son “consumidores defectuosos”.

Esto se podrá comprender mejor si analizamos otro de los conceptos básicos de mercadotecnia que es el intercambio, un concepto que no es de uso exclusivo en el campo de la mercadotecnia, sino que forma parte de la base principal y es el sustento de la ideología que hace funcionar al sistema capitalista. ¿Recuerdan aquella frase?: "no es nada personal, just business". Existen cuatro formas de obtener lo que necesitamos o deseamos, podemos autoproducir nuestros alimentos o productos que necesitamos, podemos mendigar en la calle para obtener lo que deseamos, podemos robar utilizando la fuerza para obtener lo que necesitamos, o podemos intercambiar algo que tenemos de valor por aquello que necesitamos.

En mercadotecnia el intercambio consiste en el acto de intercambiar un producto o servicio por algo que sea de valor equiparable y que tienda a satisfacer nuestras necesidades, por lo regular el dinero es el recurso más frecuente que utilizamos para obtener lo que necesitamos o deseamos, con las nuevas formas de comprar y pagar que surgieron en las últimas décadas, podemos utilizar nuestra capacidad para endeudarnos como forma de intercambio para obtener algún producto o servicio.

En la sociedad de consumo impulsada por el neoliberalismo, la mayoría de las personas comparten como característica común la triste realidad de estar endeudados, porque recurrimos al crédito como forma de consumo predominante y esta forma de obtener lo que deseamos consiste en comprar ahora y pagar después. Es una opción con múltiples trampas y con grandes desventajas para los consumidores porque terminamos por pagar más de lo que cuesta el producto o servicio y si no se tiene control sobre el manejo de nuestra capacidad crediticia, se corre el riesgo de tomar decisiones que nos provoquen problemas financieros como lo es el sobreendeudamiento, que significa la situación en la que una persona o empresa acumula obligaciones económicas que no pueden ser pagadas con los ingresos disponibles y esa es la causa de la nueva esclavitud moderna: trabajar para consumir y consumir para trabajar más.

En el ejemplo descrito arriba de la compra de un automóvil nuevo, no se pudo realizar el intercambio porque no poseemos el efectivo necesario para su compra, o no se tiene la capacidad crediticia para endeudarnos. Con este ejemplo podemos comprender que la economía de libre mercado es excluyente, margina a grandes sectores de la población y termina con la igualdad social por la que se luchó en tiempos pasados

Debemos tener presente en todo momento que en la economía de libre mercado del sistema capitalista, los medios de producción son de propiedad privada y las metas de la organización están enfocadas en producir ganancias económicas para sus propietarios, la producción no está enfocada a la satisfacción de las necesidades sociales y en consecuencia, aquellos que no tienen la capacidad económica para participar en el proceso de intercambio, son marginados, excluidos e invisibilizados.

Continuando con la explicación de los conceptos teóricos podríamos definir a la mercadotecnia como un “proceso administrativo a través del cual los directivos de las organizaciones logran identificar las necesidades, deseos y expectativas de los consumidores y en base a esa información realizan cambios en la estructura, cultura y funcionamiento interno, para estar en condiciones de crear el producto o servicio que pueda satisfacer dichas necesidades, expectativas y deseos, en mejores condiciones que la competencia”.

El surgimiento del enfoque de mercadotecnia revolucionó la forma de administrar las organizaciones, porque anteriormente los administradores utilizaban un enfoque de “adentro hacia afuera”, sin considerar que todas las organizaciones son sistemas sociales que forman parte de un gran sistema social que es la sociedad en su conjunto. Antes del surgimiento de la mercadotecnia los administradores centraban su atención en los aspectos relacionados con procesos internos tales como la producción, la calidad, las ventas, etc., sin reconocer la interinfluencia que las organizaciones tienen con fuerzas macrosociales que pueden determinar el éxito o fracaso de cualquier organización.

En cambio, con el surgimiento del enfoque mercadológico en la administración, los directivos ponen atención a lo que sucede fuera de la organización y que pueda tener un impacto en el comportamiento de los consumidores, por lo que compran bases de datos personales de millones de personas para identificar perfiles psicográficos de segmentos poblacionales o de nichos del mercado, para proceder a reestructurar la organización de tal forma que esté en condiciones para elaborar el producto o servicio que contribuya a la satisfacción de los deseos, necesidades y expectativas de los consumidores.

En el siglo pasado las técnicas de investigación mercadológicas utilizaban la técnica de la encuesta, las entrevistas personales o grupales, los grupos de enfoque y algunas más. Pero hoy en día, estas técnicas se han convertido obsoletas en comparación al mar de información que se puede obtener en nuestra sociedad red, cuando utilizamos voluntariamente los cuatro inventos más revolucionarios de las últimas décadas: internet, telefonía celular, computadoras y redes sociales, porque su uso se ha convertido como la principal fuente de información para las grandes corporaciones para elaborar perfiles psicográficos de segmentos y nichos del mercado.

Cada vez que ingresamos a alguna página de internet o en alguna red social, vamos dejando un rastro en el historial (que permanece aún cuando sea borrado), que proporciona datos informativos que reflejan aparte de nuestros datos personales, nuestros intereses, gustos, tendencias (políticas, económicas o sexuales), grado de atención que prestamos a las notas informativas, a la publicidad, si se sigue a un determinado personaje público (influencer), compartimos información personal en foros públicos, se registran los comentarios que escribimos, los mensajes que enviamos, de tal forma que con nuestra colaboración se acumula una masa de información relacionada con nuestros datos personales, información que es procesada y convertida en mercancía para su compra y venta por parte de las grandes corporaciones para ser utilizada en el diseño de nuestros perfiles psicográficos.

En base a esta información, las grandes corporaciones proceden a reinventarse constantemente para estar a la vanguardia y posicionarse en las preferencias del mercado a través del diseño de productos y servicios que responden favorablemente a nuestras necesidades, deseos y expectativas, de tal forma que nos llegamos a encontrar nuevos productos en el mercado y surge en nosotros el impulso y necesidad de comprarlo porque responde a una necesidad que antes no sentíamos y de repente experimentamos.

A lo largo de la historia de la mercadotecnia, los estudios de mercado realizados ahora en forma digital, intentan responder a la pregunta: ¿por qué compra el consumidor? Diversos estudios reportan que en contra de lo esperado, la mayoría de las personas compran productos y servicios no para satisfacer necesidades, deseos o expectativas personales, sino que compran artículos y consumen servicios para proyectar una imagen de éxito social ante las demás personas. Tenemos nuestro guardarropa lleno de vestimentas y varios pares de calzado, pero seguimos sintiendo la necesidad de comprar nuevos productos de este tipo porque lo que tenemos “ya está muy visto” y sentimos la necesidad de “estrenar” para “lucir bien”. Si cuestiona la validez de estos resultados, el lector que ha llegado a este punto puede revisar su guardarropa y determinar si tiene necesidad de comprar nueva ropa o calzado porque realmente lo necesita, o si su impulso de comprar obedece a la necesidad creada por la publicidad de “lucir bien” una imagen exitosa. 

viernes, 9 de diciembre de 2022

 

De la guerra fría a la guerra comercial

(Parte dos del libro La totalitaria Mano invisible del Mercado)

Oscar Yescas Domínguez

09/diciembre/2022

Después de que terminó la segunda guerra mundial, la humanidad se dividió en dos grandes bloques conocidos como Este y Oeste: por un lado, se encontraba el bloque capitalista encabezado por Estados Unidos y con gran influencia en Europa occidental. Por el otro lado quedó el bloque socialista, representado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y con gran influencia en Europa del Este. Estados Unidos y la URSS se desarrollaron como grandes potencias mundiales que representaban sistemas económicos y políticos totalmente diferentes que los enfrentaban entre sí, por lo que surgió una rivalidad que le dio un carácter bipolar al nuevo orden mundial que surgió en la postguerra.

Detrás de la aparente paz mundial que el mundo disfrutó en la segunda mitad del siglo XX, estuvo la presencia de lo que se denominó la “guerra fría”, que consistió en décadas de operaciones de confrontación encubierta entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Fueron aquellos años en los cuales tuvieron lugar varias acciones de espionaje, sabotaje, detención e intercambio de prisioneros entre ambas potencias, acciones que mantuvieron al mundo entero en estado permanente de tensión, ante las frecuentes amenazas de un nuevo conflicto bélico internacional que implicaría el uso de nuevo armamento más mortífero y la posibilidad del uso de armas nucleares que provocarían muertes masivas y la destrucción de amplias zonas geográficas de nuestro planeta.

Estados Unidos y la URSS invirtieron miles de millones de dólares y rublos en una carrera para ganar la primacía en armamento más destructivo, para conquistar el espacio y para obtener una mayor influencia y control social sobre el resto del mundo. Fueron más de tres décadas de espionaje, intrigas, traiciones, simulaciones, engaños, sabotajes y decepciones, en las que se invirtieron grandes cantidades de dinero y murieron miles de personas, no sólo quienes participaban en labores de espionaje y contraespionaje, sino que también fueron asesinadas miles de personas que participaban en movimientos de liberación nacional que fueron reprimidos y sofocados en nombre de “la libertad y la democracia”.

Pero la serie de cambios sociales que se iniciaron en la década de los sesentas, con la irrupción de movimientos juveniles que surgieron en todo el mundo y luchaban en contra de una ideología autoritaria, en contra del racismo, para conquistar derechos civiles, mayor libertad sexual y derechos para las mujeres, lograron atravesar fronteras y en la década de los setentas, surgieron nuevos movimientos colectivos, en contra de la guerra de Vietnam, por la democratización de las universidades públicas, etc.

La oleada de protestas juveniles atravesó “la cortina de hierro” simbolizada en el muro de Berlín y se presentó en el interior de la URSS en la primavera de Praga, con el surgimiento de un movimiento que buscó modificar los aspectos totalitarios y burocráticos que el régimen soviético tenía en ese país y avanzar hacia una forma no totalitaria de socialismo, exigiendo mayores libertades civiles, legalización de la existencia de partidos políticos, reconocimiento de sindicatos representativos de los trabajadores, democracia electoral y mayor libertad política.

A medida que avanzaban los años, se intensificaban las protestas a nivel mundial y en el caso de la URSS, las protestas se extendieron en varias repúblicas socialistas como Alemania, Hungría, Checoslovaquia, etc., por lo que empezaron a surgir fisuras que se transformaron en verdaderas grietas que terminaron por romper el control social sobre la población de varias repúblicas soviéticas y en el caso de Alemania, después de un fallido golpe de Estado en contra de Mijail Gorvach (ocurrido entre el 19 y 21 de agosto de 1991) que impulsó las políticas de Perestroika y glassnot (reestructuración y transparencia) y fue el último gobernante de la URSS, las presiones populares provocaron la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, que funcionó como efecto dominó al acelerar el proceso de desintegración de la URSS y el 25 de diciembre de ese mismo año Gorbachov hizo el anuncio oficial de la desaparición de la antigua Unión Soviética.

Ese fue el momento histórico en el cual desapareció el orden mundial bipolar que se mantuvo durante más de tres décadas de coexistencia de una guerra fría entre las dos potencias mundiales que conformaron Estados Unidos y la URSS. Al desaparecer la Unión soviética, desaparecieron con ella las esperanzas de centenares de movimientos de liberación social en el mundo entero que veían a a URSS como un modelo de inspiración ideológica, por lo que se creó un vacío ideológico a nivel mundial provocando un desencanto y desilusión en las luchas por un cambio de sistema social, o cual permitió el fortalecimiento de un nuevo orden mundial de carácter unipolar, que se basaba en el poderío militar, económico y comercial de una sola nación: Estados Unidos.

La desaparición de la URSS y el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información (descubrimiento de internet, surgimiento de teléfonos celulares) permitieron la expansión de una economía de libre mercado a nivel mundial encabezada principalmente por grandes empresas estadunidenses que ampliaron su zona de influencia para conquistar nuevos mercados internacionales, para aumentar la maximización de sus beneficios económicos a través de un aumento de la explotación laboral y explotación de recursos naturales de terceros países.

El capitalismo representado por la nación estadunidense se levantó sobre las ruinas del bloque socialista, erigiéndose como el sistema social triunfante, manejando la bandera de la libertad y democracia, promoviendo el modelo de sociedad-empresa, impulsando la economía de libre mercado a nivel mundial, creando un nuevo orden mundial unipolar que sometía al resto del mundo a las exigencias económicas, políticas y comerciales del nuevo imperio mundial que representaba el poderío militar, económico y comercial de Estados Unidos.

La alegría con la que se festejó el “aparente” triunfo del capitalismo sobre el socialismo, ocultó la información acerca del hecho de que la transición del socialismo al capitalismo en las antiguas repúblicas que formaban parte de la URSS, significó la muerte masiva de millones de personas durante la década de los noventas, porque de un día para otro, perdieron sus empleos, desapareció el sistema de salud pública gratuita que los protegía, se les suspendieron las becas que les garantizaba obtener educación pública básica y superior, perdieron las casas que habitaban y que el gobierno socialista les otorgó, desapareció la ayuda gubernamental para alimentos, apoyos sociales, etc.

Millones de personas en Europa occidental quedaron abandonados a su suerte porque desapareció el Estado de Bienestar social que les proporcionaba el Estado soviético, por lo cual miles de seres humanos murieron de hambre, por enfermedades que no pudieron atender, por desnutrición, otros optaron por delinquir y terminaron muertos o en la cárcel capitalista, mientras que miles más se vieron obligadas a prostituirse para poder sobrevivir en la economía de “libre mercado” y quedaron atrapadas en las nuevas organizaciones de delincuencia organizada que surgieron con el capitalismo.

Junto a la tragedia social que implicó la invasión capitalista en países socialistas, surgió el fenómeno de la globalización que consistió en la expansión de la economía de libre mercado que es la base del sistema capitalista, a través de la firma de tratados internacionales entre bloques de naciones, que incluyeron la apertura de las fronteras entre países para permitir el libre tránsito de las mercancías, la eliminación de impuestos de los Estados-Nación por la exportación e importación de productos, la ausencia o disminución del Estado en el control del comercio internacional, etc.

Pero más allá de estos acuerdos comerciales, la globalización creó las condiciones para el surgimiento de un mundo unipolar en el cual Estados Unidos afianzaba su poder militar, económico y político a nivel mundial. La globalización incluyó la invasión comercial de grandes compañías multinacionales en una gran cantidad de países del mundo entero, incluida Latinoamérica, por lo que podría afirmarse que desapareció la guerra fría, pero ésta se sustituyó por una guerra comercial en la cual el pez más grande se comió al pez más chico.

Con la globalización se dio una competencia desleal entre las grandes corporaciones internacionales y las micro, pequeñas y medianas empresas de varios países del mundo. En el caso de Latinoamérica, en la década de los noventa, la mayoría de las empresas eran micro o pequeñas empresas administradas por pequeñas familias, que de un día para otro se vieron compitiendo contra grandes compañías extranjeras que se instalaron en sus territorios nacionales, en sus ciudades, ofreciendo nuevos y mejores productos con precios más bajos, personal más capacitado, manejando un gran capital que les permitió realizar una guerra de precios para hacer quebrar la competencia y conquistar la preferencia de los consumidores.

La nueva realidad que enfrentó la humanidad después de la caída del muro de Berlín fue el surgimiento de una guerra comercial  en la que participaban varias naciones dentro de una competencia por el mercado mundial, impulsada por la revolución científico-técnica que permitió lo impensable antes de ese momento: una producción masiva de mercancías, que hizo surgir la necesidad de crear un consumo masivo de los productos para mantener el ritmo de producción masiva y consumo masivo. Esta producción masiva requirió del uso de recursos naturales finitos para proporcionar una promesa de felicidad infinita lograda a través de un constante consumo de productos.

Los gobiernos de los Estados-Nación que se vieron bajo la influencia del nuevo orden unipolar encabezado por Estados Unidos, no solo aceptaron la inversión extranjera que destruyó parte de la economía nacional de sus países, sino que la estimularon ofreciendo exención de pago de impuestos, terrenos gratis que incluían todos los servicios (electricidad, agua, pavimentación), oferta de mano de obra barata, etc. Todo esto y más ofrecieron para concretar la promesa del establecimiento de empresas extranjeras en territorio nacional, porque partieron de la idea de que la llegada de grandes empresas a su países contribuiría a lograr un mayor desarrollo social porque significaría crear nuevas fuentes de empleos.

Pero mientras implementaban políticas gubernamentales de apoyos a las grandes corporaciones, las peticiones de ayuda de los propietarios de las micro y pequeñas empresas fueron ignoradas por los gobiernos nacionales, provocando con esta asimetría una seria crisis económica y social, porque la competencia desleal y falta de apoyo gubernamental provocó el cierre de miles de micro, pequeñas y medianas empresas en varios países de Latinoamérica y del mundo entero, provocando con ello un aumento inusitado del desempleo, empujando a millones de personas a vivir del comercio informal, viviendo en condiciones de precariedad y pobreza en las grandes ciudades.

Como parte del nuevo escenario social y con la constante dinámica de cambios sociales, surgió un nuevo elemento que vino a transformar aún más el escenario internacional: el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información, que crearon las condiciones para que el poder económico de las grandes corporaciones aumentara exponencialmente y se impusiera por encima del poder político, ya que estas nuevas tecnologías le permitieron al poder corporativo contar con la capacidad de realizar transferencias de grandes cantidades de dinero de un país a otro con el simple clic en un teléfono celular y esta facilidad para mover grandes capitales fue utilizada como instrumento de presión hacia los gobiernos de los Estados-Nación, para obligarlos a aceptar la imposición de políticas económicas neoliberales que incluyeron reformas a las constituciones nacionales que eliminaban de un plumazo derechos laborales, prestaciones sociales y derechos humanos de la población, que fueron conquistados a través de grandes luchas de trabajadores durante el siglo XX.

La corrupción generalizada al interior de los gobiernos de los Estados-Nación, fue otro factor que permitió la consolidación del nuevo orden unipolar que se basó en la explotación de los recursos naturales de países con menor desarrollo para crear una riqueza económica de países con mayor desarrollo económico y tecnológico, abriendo con ello una gran brecha, entre el norte donde se encuentran ubicados países que han sobresalido en base a tres formas de dominación: capitalismo, colonialismo y patriarcado y los países que conforman el Sur global descrito magistralmente por Boaventura de Souza Santos en su libro Epistemologías del Sur, donde describe al Sur como un amplio campo de experiencias y aprendizaje de luchas sociales en aquellos países que han sufrido genocidio, epistemicidio, esclavismo y que representan una pluralidad de naciones ubicadas en varias partes del mundo Asia, África, Australia, América Latina, etc.

Son áreas geográficas donde residen masas heterogéneas de poblaciones subalternas conformadas por obreros desempleados, campesinos sin tierra, habitantes de favelas, organizaciones ecologistas, juventud marginada, LGTBI, que tienden a organizarse porque han sufrido sistemáticamente acciones de injusticia, de opresión, despojo de sus identidades, derechos ancestrales y violaciones a sus derechos humanos, etc., por parte del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.

La globalización, la economía de libre mercado y el neoliberalismo han sido el marco socioeconómico que permitió que en las últimas tres décadas la desigualdad social mundial aumentara a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad, porque la característica principal del mercado es la exclusión de quienes no pueden participar en el proceso de intercambio y por ese motivo el mercado es excluyente, elimina la igualdad social al permitir que un reducido porcentaje de la población mundial concentre la mayor parte de la riqueza social producida, mientras que una amplia mayoría de la población mundial es empujada a vivir en condiciones de precariedad y pobreza por la implementación de políticas neoliberales que disminuyen progresivamente su capacidad adquisitiva (topes salariales, aumento de precios, pérdida de derechos laborales y prestaciones sociales, etc.).

Es importante destacar que en esta nueva fase de la historia de la humanidad, el Estado de bienestar social que surgió después de la caída de la monarquía hace más de 200 años y que tenía como misión garantizar el bienestar social de la población, entró en una fase de agotamiento y sometimiento a las exigencias de un nuevo poder corporativo transnacional que actúa como un nuevo tipo de delincuencia organizada denunciada por Peter McLaren en su texto Pedagogía crítica revolucionaria, que incluye la complicidad de directivos de grandes empresas multinacionales, Directivos de instituciones financieras internacionales (FMI, BM), Directivos de instituciones internacionales (Presidentes de varias naciones, legisladores de varios partidos en diferentes países, Presidentes de partidos políticos, propietarios de grandes medios de comunicación masiva, dirigentes sindicales, etc.).

Todas estas fuerzas actúan desde el poder en forma homogénea para garantizar las condiciones que permitan mantener el equilibrio entre una producción masiva y un consumo masivo, que asegure la maximización de los beneficios económicos del poder corporativo, sin importar que en este proceso millones de personas sean empujadas a vivir en condiciones de precariedad constante o de franca pobreza y miseria.

La caída del muro de Berlín representó además del momento histórico en el cual surgió el nuevo orden mundial unipolar, el inicio del surgimiento de un nuevo marco ideológico a través del cual se crearon e impusieron nuevas reglas del juego en la economía mundial que afectaron las relaciones internacionales a nivel macro y las relaciones interpersonales a nivel micro, con el surgimiento de un nuevo paradigma social: la primacía del Mercado, que significó el debilitamiento del poder político representado en la figura del Estado-Nación, ante el poder económico representado por el poder corporativo.

Con las nuevas reglas del juego del comercio internacional, el destino de la humanidad ya no dependería de la voluntad de los gobernantes, sino que se sometía a las leyes del Mercado y se justificaba este sometimiento apelando a “la mano invisible del mercado” como sistema regulador y discurso encubridor de un capitalismo que entraba en una etapa de capitalismo salvaje, al justificar el enriquecimiento de unos cuantos y el aumento en la muerte de millones de personas como algo “natural”, porque no tienen la capacidad económica para formar parte del mercado y son prescindibles al presentarse como “consumidores defectuosos”.

En este nuevo orden mundial, las decisiones del destino de la humanidad la tomarían en adelante un pequeño grupúsculo de personas que integran delincuentes de cuello blanco pertenecientes a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización de Naciones Unidas, etc., instituciones que son controladas y están al servicio de las grandes corporaciones y de esta manera se construyó un nuevo juego ideológico de sometimiento social que se difundió en todo el mundo, que tiene como base un conformismo social generalizado, el alejamiento de la política por parte de la población y que no acepta la crítica social como parte de su naturaleza social.

La globalización pasó de ser sólo un proceso económico centrado en buscar condiciones que facilitaran el comercio internacional, a constituirse como un proyecto político ideológico que impulsaba un nuevo modelo de desarrollo socioeconómico denominado neoliberalismo, que de entrada elimina la igualdad social, elimina derechos laborales y prestaciones sociales conquistadas en el siglo XX por la acción de movimientos colectivos, procede a la privatización de todo tipo de servicios que antes eran públicos, para convertirlos en nuevas fuentes de enriquecimiento privado, somete a la humanidad a una especie de darwinismo social, responde a los intereses de los grupos que controlan las finanzas de las compañías transnacionales y tiene como objetivo garantizar la maximización del proceso de acumulación del capital en manos privadas y el debilitamiento de los Estados-Nación para terminar con el Estado de bienestar social.

Para lograr este objetivo, se impulsaba una especie de terrorismo de pensamiento único, que consiste en promover un no-pensamiento que es el abandono de la capacidad de actuar como homo sapiens, para asumir un pensamiento unidimensional centrado en la búsqueda del placer a través del consumo, promoviendo la identidad del homo consumens, de tal forma que el desarrollo del pensamiento neoliberal indujo a la población de todo el mundo a pensar que no se puede hacer nada para lograr un cambio de sistema social, que el capitalismo es la máxima forma de organización social y que nada puede hacerse para detener la explotación irracional de recursos naturales, la explotación laboral y los daños al medio ambiente.

El neoliberalismo creó entonces una percepción social de ausencia de aternativas, creó la idea de que con el fin del socialismo soviético y de la caída del muro de Berlín, sólo quedaba la opción del capitalismo, un capitalismo voraz, antisocial que es el neoliberalismo dominado por el capitalismo financiero. Con el surgimiento del nuevo orden mundial unipolar, la humanidad entró en un retroceso a nivel mundial, una involución en la cual el capitalismo es cada vez más desigual, más racista y más sexista. Por esta razón, la resignación, el conformismo y la indiferencia hacia la política paralizó a mucha gente, que por otro lado, fue seducida por la promesa de que la felicidad se encontraba en un constante consumo que se incrementaba en fechas especiales de cada año para realizar compras masivas.

Obviamente en la medida que la globalización avanzaba, que el neoliberalismo destruía derechos, prestaciones sociales y debilitaba al Estado de bienestar social, crecía la resistencia a su avance en la forma surgimiento de nuevos movimientos colectivos que surgieron para recuperar los derechos que les estaban siendo arrebatados a una inmensa mayoría de la población.

Si el siglo XX ha sido considerado por investigadores sociales como “el siglo de los movimientos colectivos” por la presencia de varios movimientos sociales protagonizados por la clase trabajadora organizada en sindicatos y población en general que lograron conquistar varios derechos laborales que pasaron a formar parte de contratos colectivos de trabajo, en pleno siglo XXI estamos viviendo una especie de Deja Vú porque estamos viendo que surgen nuevos movimientos de resistencia a la implementación de políticas neoliberales que intentan privatizar derechos como educación, salud, jubilación, entro otros y surgen en defensa de derechos laborales y prestaciones sociales que el neoliberalismo y autoridades gubernamentales pretenden arrebatar a trabajadores, pensionados, jubilados y población en general.

Este es el marco social que predijo el filósofo griego Cornelius Castoriadis cuando dijo a finales del siglo pasado que el siglo XXI iniciaría con el enfrentamiento de dos fuerzas a nivel internacional. Por un lado, se encuentra el poder corporativo que busca una mayor maximización de sus beneficios económicos a través de la privatización de los servicios públicos, debilitando al Estado del bienestar social para ampliar su mercado y aumentar sus beneficios económicos. En esta cruzada presiona para implementar reformas en las constituciones, reformas que significan la mutilación de contratos colectivos de trabajo, el sometimiento y control de los sindicatos que opongan resistencia y si es necesario, presionar para la desaparición de los sindicatos.

En el contexto de la economía de libre mercado, los políticos no gobiernan para los ciudadanos que los llevaron al poder, sus decisiones son controladas por los propietarios de las grandes corporaciones internacionales que conforman un poder corporativo que no reconoce fronteras porque se extiende a nivel internacional. Las grandes corporaciones internacionales gobiernan el mundo entero y se encuentran en una situación en la que no aceptan regulaciones de ningún Estado-Nación.

Los Estados-Nación aceptan su sumisión al poder económico, lo vimos con el comportamiento que mostraron los políticos de gobiernos de varios países durante la pandemia del covid-19, cuando prefirieron salvar la economía en lugar de salvar la vida de millones de personas al no decretar el confinamiento forzoso y el cierre de empresas durante las fechas que duraron los picos de la pandemia.

En este fin del 2022, estamos viendo nuevamente este comportamiento de quienes nos gobiernan porque a pesar de que empiezan a repuntar casos de covid19 y de influenza, las autoridades sanitarias levantaron la imposición del uso de cubrebocas en lugares cerrados, para permitir que la población realice sus compras navideñas y promover con ello el consumo masivo que requieren las grandes empresas para mantener el equilibrio con una producción masiva, que es la base de la economía de libre mercado.

La otra fuerza social internacional descrita por Castoriadis, está conformada por los trabajadores organizados en sindicatos de varios países, por una ciudadanía que se organiza creando movimientos colectivos para luchar en contra de las políticas de privatización, en defensa de los derechos a la educación, a la salud, a las pensiones, a una jubilación digna, en demanda de justicia social y por un castigo a quienes participan desde el poder público en actos de corrupción.

Es un movimiento que se observa en varios países del mundo, que hasta este momento ha luchado en forma dispersa, como fueguitos aislados (retomando la expresión que usó Eduardo Galeano en su libro de Los abrazos cuando le preguntaron a un personaje que visitó la Luna ¿Cómo se veía la tierra desde esa altura).

Pero en la medida que avanzan los estragos del neoliberalismo, poco a poco se van creando las condiciones para construir la unidad en la acción de todas las expresiones de resistencia y se avanza en la creación de condiciones que permitan terminar con la desventaja de luchar en forma dividida en contra de un poder económico que muestra tener el control de los políticos que nos gobiernan, de las instancias de impartición de justicia y de las instituciones de control financiero internacionales.

Es en ese contexto de consolidación de movimientos de resistencia a los efectos negativos del neoliberalismo, que en los últimos años los pueblos han encontrado en la vía electoral la forma de expresar su insatisfacción social con el modelo económico neoliberal, votando por candidatos que muestran distancia con el poder corporativo y compromiso social con las necesidades de sus pueblos. Así pasó en el 2018 en México con Andrés Manuel López Obrador, en el 2022 con Gabriel Boric en Chile, en Colombia con Gustavo Petro y en Brasil con Luis Ignacio Lula Da Silva.

Pero más allá de las luchas electorales, si alzamos nuestra mirada más allá de las fronteras de nuestro país, podremos ver que estamos viviendo un momento histórico de gran complejidad porque el sistema unipolar en el que estábamos viviendo, está desapareciendo ante el debilitamiento del poder económico de Estados Unidos, por los efectos negativos de la pandemia que provocó un apagón general del sistema capitalista, afectó el suministro de las cadenas del comercio internacional, agudizó la crisis económica mundial y provocó cambios en el comportamiento de consumo de millones de personas en el mundo entero, al racionalizar el proceso de toma de decisiones al momento de hacer compras, de tal forma que el consumo ha disminuido en los años recientes y las grandes empresas han reducido sus ganancias e intentan reducir costos despidiendo a miles de empleados y cerrando fuentes de trabajo.

Por si fuera poco lo anterior, el mercado mundial se encuentra desarticulado ante las sanciones comerciales que Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización del Atlántico Norte están implementando en contra de Rusia como castigo por su incursión y guerra en contra de Ucrania. El efecto no deseado de estas sanciones comerciales se ha traducido en una progresiva desindustrialización de los países europeos que el verse privados del petróleo y gas ruso, están enfrentando una grave inflación, acompañada de fuertes aumentos de precios en el costo de electricidad, desabasto de gas licuado, aumento de gasolina que desató un aumento generalizado del precio de todo tipo de productos.

El resultado no se limita a nuevas crisis en las cadenas de suministro de comercio internacional, sino que enfrentamos un escenario global en el cual el mercado está desarticulado y en el escenario internacional se producen alianzas entre países que surgen como nuevas potencias emergentes que reclaman la construcción de un mundo y pretenden conquistar un lugar privilegiado en el nuevo orden mundial multipolar que está en proceso de construcción.

La economía de libre mercado se resquebraja por las sanciones comerciales en contra de Rusia y por el descontento popular que se manifiesta en varias partes del mundo por parte de los excluidos del sistema basado en el criterio de “tanto tienes, tanto vales”. El orden mundial unipolar tiende a desaparecer, la sociedad tal y como la conocíamos está dejando de existir y en su lugar surgen potencias mundiales emergentes que se oponen a la hegemonía estadunidense y reclaman hacer escuchar sus voces en el concierto mundial y participar en la construcción de un nuevo orden mundial multipolar.

Nos encontramos viviendo en un estado de “interregno” a nivel mundial, en el sentido de que no está claro quien está dirigiendo, quien dirige ya no tiene influencia sobre los que supuestamente dirige porque su capacidad de liderazgo ha disminuido y los dirigidos ya no reconocen a quien antes los dirigía. Es un momento histórico de grandes cambios sociales, estamos ante la construcción de un nuevo orden mundial que sin duda alguna será un nuevo orden multipolar, en la que participen representantes de varias naciones para definir las características del nuevo mundo que regirá durante las próximas décadas.

En este proceso, los movimientos de resistencia al neoliberalismo y de liberación nacional, los habitantes del Sur no debemos permitir que sean los políticos quienes definan las características del nuevo orden mundial, porque sin importar el país, Estado Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia, los políticos que los representan, seguirán sirviendo a los intereses del poder corporativo. Es el momento de terminar con la fragmentación de las luchas de resistencia en contra del neoliberalismo y crear organizaciones realmente representativas de trabajadores, pensionados, jubilados y población en general, para unir nuestras voces y hacernos escuchar de tal forma que los derechos colectivos sean respetados.

La posibilidad que se abre de construir un nuevo mundo, nos brinda la oportunidad de participar en este proceso a través del aumento de nuestra participación social, democratizando la democracia a través de la democracia participativa. No debemos limitar la democracia a la democracia electoral porque estaríamos asesinando a la democracia. La democracia debe ser un estilo de vida y las condiciones actuales exigen el surgimiento de sujetos políticos globales que identifiquen el vínculo que existe entre los problemas privados y las causas globales.

El modelo de sociedad empresa que evolucionó con el capitalismo se ha establecido en la forma de vida contemporánea, pero la construcción y funcionamiento de empresas no necesariamente debe funcionar como la han estado haciendo en el sistema capitalista. Otro mundo es posible y para poder construir un mundo mejor, así como los cambios sociales nos exigieron el manejo de nuevos conocimientos y habilidades tales como el manejo de un segundo idioma y el dominio de habilidades de computación e informática, un reto que se presenta ante nosotros en forma individual y colectiva, es una reconceptualización de lo que entendemos por política.

Los diversos movimientos colectivos que enfrentan con acciones de resistencia los efectos negativos del neoliberalismo y luchan por la recuperación de derechos laborales, de salud, educación y pensiones, nos permiten obtener un aprendizaje de las luchas sociales y construir un nuevo paradigma social, en el cual nos reconocemos como sujetos políticos, asumir nuestra identidad de agentes de cambio social que luchan por la existencia un mundo en el cual se recupere la igualdad social perdida en el contexto de la economía de libre mercado.

Finalmente, debemos considerar que el entramado de la sociedad contemporánea se encuentra en el contexto de una economía de libre mercado, que tiene como fundamento la existencia de una cadena internacional de comercio que genera un vínculo de interdependencia internacional y debemos agregar a esa consideración el reconocimiento de que vivimos en una sociedad que existe gracias al funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones formales que brindan productos y servicios para satisfacer nuestras necesidades, lo cual nos presenta como una necesidad prioritaria para el diseño de un nuevo modelo social, el tener un conocimiento adecuado del impacto que tiene la mercadotecnia en nuestras vidas personales y como sujetos sociales.

domingo, 4 de diciembre de 2022

 

La totalitaria "Mano invisible del Mercado" Parte uno

Oscar Yescas Domínguez

04/12/2022



Introducción

Iniciar la transcripción de mis pensamientos con la expresión “vivimos tiempos difíciles”, sonaría como algo trillado y poco original porque es una expresión que ya he utilizado en anteriores escritos, ya que desde hace varias décadas estamos viviendo una grave crisis social. Pero si observamos con una mirada crítica nuestro alrededor, podremos ver que no sólo estamos viviendo tiempos difíciles, sino que podemos decir sin exagerar que estamos viviendo los tiempos más difíciles en la historia de la humanidad.

El mundo todavía no se recupera a finales del 2022, del apagón mundial del sistema económico y comercial provocado por la pandemia del covid-19,que vino a agudizar la crisis económica mundial al afectar las cadenas de suministros internacionales del comercio mundial, cuando la imposición de numerosas sanciones comerciales impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos en contra de Rusia por su intervención en Ucrania, rompen nuevamente y con mayor fuerza la cadena mundial de suministros, afectando a las poblaciones del mundo entero, ya que están provocando que la inflación se convierta en un fantasma que toma forma corpórea en varios países, a través del aumento de precios del petróleo, gas licuado, gasolina, energia eléctrica y de todo tipo de productos comerciales.

El panorama se torna aún más sombrío al ver que todos los pronósticos realizados por analistas políticos, especialistas en finanzas, en comercio internacional, directivos de grandes corporaciones, políticos de talla internacional e inclusive artistas de la farándula, coinciden en que la crisis económica internacional se agudizará antes del terminar el año y empeorará en gran medida en el año 2023, porque se predice que padeceremos una estanflación, el cual es un concepto que hace referencia a una elevada y prolongada inflación acompañada de un estancamiento del desarrollo de la economía, lo que se traducirá en un prolongado desabasto de mercancías, aumentos de precios en todos los productos o servicios y en un aumento del desempleo por despidos masivos que realizarán las grandes corporaciones, bajo el argumento de que están experimentando grandes “pérdidas”, cuando que en realidad sólo están reduciendo su tasa de ganancias.

El mercado ha estado enfrentando graves problemas porque se ha registrado un prolongado descenso en las ventas provocado por el surgimiento de cambios en el comportamiento de los consumidores, porque después del shock experimentado por la pandemia, millones de consumidores en el mundo entero han cambiado y reducido sus hábitos tradicionales de consumo, limitando sus compras recientes a la adquisición de comestibles y pago de deudas, dejando de consumir productos como ropa, joyería o artículos electrónicos, etc. El exceso de inventario de mercancías en las bodegas de las grandes corporaciones y la ruptura de la cadena de suministros en el comercio internacional, son dos factores que desestabilizan al mercado global porque se ha roto la armonía en el equilibrio que da vida a la economía de libre mercado: producción masiva y consumo masivo, en un contexto social en el cual se observa un predominio del poder económico sobre el poder político.

Ante este panorama de crisis económica el poder corporativo no permitirá la disminución de sus beneficios económicos e intentará hacer caer el costo de la reducción de sus ganancias en las espaldas de los trabajadores y de la población en general, a través de recortes masivos del personal que forma parte de sus nóminas, del aumento de la explotación laboral de quienes permanezcan en sus puestos, del del aumento de precios en productos y servicios, así como del aumento de las tasas de interés bancario que ya se están presentando según avisos que están emitiendo los bancos a su clientes particulares.

Estas son las razones que impiden alimentar las posibilidades de recibir con optimismo el próximo año, por lo que la manera más prudente de actuar en los próximos meses, es prepararnos para sobrevivir en un escenario que sin duda alguna presentará mayores dificultades que las que enfrentamos en las condiciones actuales. Una forma de hacerlo es racionalizando nuestro comportamiento como consumidores y efectuando sólo “compras inteligentes”, es decir, utilizar nuestro dinero y aguinaldo (los que tienen la fortuna de recibirlo) para pagar deudas, comprar solo lo necesario y reducir al mínimo el uso de las tarjetas de crédito, que ya enviaron avisos del aumento en sus comisiones por manejo de cuentas y en tasas de interés, para estar en condiciones de recibir el nuevo año con el menor nivel de deuda posible.

Algo que debemos reconocer es que en el contexto del neoliberalismo en el que nos encontramos, la mayoría de las personas se encuentra endeudada, porque están pagando créditos hipotecarios de casas, de automóviles, créditos de tarjetas bancarias o de tarjetas de tiendas comerciales. Tener grandes deudas significa que estamos gastando más de los ingresos que percibimos, las altas tasas de interés contribuyen a aumentar esas deudas hasta convertirlas en deudas impagables y por esas razones se recomienda no aumentar esas deudas con nuevas compras este fin de año. Bajo estas condiciones, un comportamiento que las condiciones actuales y futuras nos exigen es la de resistir las tentaciones producidas por la publicidad que están diseñadas para provocar compras compulsivas y aumentar el consumo masivo en esta época de fin de año.

Estamos presenciando en este año 2022 un nuevo rostro de la crisis que ha estado golpeando a la humanidad con cuatro rostros diferentes: crisis económica, crisis política, crisis ecológica y crisis sanitaria y este nuevo rostro es la crisis comercial provocada por las sanciones comerciales en contra de Rusia que afectan al mundo entero, porque con la pandemia reconocimos la interdependencia que existe en la sociedad globalizada y aprendimos que lo que sucede en algún lugar lejano del planeta, tarde o temprano tendrá repercusiones más temprano que tarde afectando la economía local y la calidad de la vida cotidiana en el país en que residamos.

La guerra comercial que libran decenas de países agrupados en la Unión Europea y liderados por Estados Unidos, aplicando cientos de sanciones comerciales en contra de Rusia, están afectando las cadenas de suministro del comercio internacional, provocando un grave desabasto de suministros en varios países, porque las alzas del petróleo, gasolina y gas licuado afectan la elaboración de productos, el traslado de los mismos, y los gastos de refrigeración de miles de mercancías.

Hoy en día, a la inmensa cantidad de productos que fluyen en el comercio internacional, se suman nuevos productos que no alimentan, que no alivian, que no salvan, sino que están diseñados para provocar muerte y destrucción masiva, estos nuevos productos que han entrado en el mercado internacional son las armas que se envían a Ucrania para alimentar la guerra, “productos comerciales” que tienen un gran potencial de destrucción y que están generando enormes ganancias para los propietarios de compañías que producen armamento bélico y lo irónico es que el pago de estas miles de armas que circulan con permisos gubernamentales, proviene del pago de los impuestos que pagan aquellos ciudadanos que residen en los países, cuyos políticos que los representan autorizan el desembolso de millones de dólares y euros utilizando el discurso gastado de luchar por la paz y democracia en un país ajeno, provocando muerte y destrucción, en lugar de destinar ese dinero en atender las necesidades de la población que dicen representar.

El panorama que observamos cuando miramos en forma crítica la realidad social, nos permite tomar consciencia de que hay una singularidad histórica en la época que estamos viviendo y esta singularidad consiste en el hecho de que estamos presenciamos el fin de la sociedad como la hemos conocido desde hace varias décadas y este declive social consiste en la agonía del orden mundial unipolar basado en el predominio económico y militar de Estados Unidos que caracterizó el surgimiento de la globalización y determinó el rumbo y condiciones del comercio internacional.

Otra faceta de la singularidad de los cambios que estamos viviendo es el surgimiento de nuevas potencias mundiales que emergen participando en una guerra por el comercio mundial, peleando por conquistar mercados en un intento de evitar seguir siendo objeto de sanciones comerciales utilizando la estrategia de romper y crear nuevas alianzas económicas, políticas y comerciales, creando nuevas monedas de intercambio comercial y nuevas asociaciones entre varias naciones que estuvieron distantes entre sí, en un franco intento de construir un nuevo orden mundial de carácter multipolar.

En el concierto de voces que participan en el cuestionamiento del agonizante orden mundial y reclaman la construcción de un nuevo orden mundial más equitativo, resaltan aquellas que reclaman la defensa de un sentimiento que se había dado por perdido: la soberanía de cada país. En Europa estas voces emiten un grito de protesta popular por las acciones comerciales que están perjudicando las condiciones de vida de poblaciones enteras, sobre todo de las poblaciones que dirigen aquellos políticos que participan en imponer sanciones comerciales a Rusia.

En Latinoamérica, se alzan otras voces que se suman al cuestionamiento al viejo orden mundial, se escucha el grito de los oprimidos, de los olvidados, de los de abajo, aquellos que fueron marginados del progreso y etiquetados como “consumidores defectuosos” y que han encontrado una forma de hacer oír sus voces a través de las jornadas electorales votando por nuevos Presidentes y emiten sus votos expresando una gran insatisfacción social hacia quienes los gobernaron, haciéndolo en forma masiva, abrumadora y de tal forma que han tumbado del poder a políticos que aceptaron aplicar medidas neoliberales que eliminaron derechos sociales y les han dado el poder a aquellas figuras políticas que se han expresado en contra del neoliberalismo.

En el corazón del capitalismo neoliberal, la población estadunidense participó masivamente en las elecciones intermedias, motivados por un anhelo colectivo de terminar con el apoyo financiero y de equipo militar a Ucrania, que provocó una crisis política y dividió al país, logrando obtener el partido republicano suficiente poder político como para cambiar la política exterior de seguir apoyando con grandes recursos una guerra prolongada en un país lejano.

Por todo lo anteriormente dicho, podría decirse que a nivel internacional nos encontramos viviendo en un estado de interregno, es decir, en una situación revolucionaria en la que, quienes gobernaban al mundo ya no tienen control sobre el mismo, mientras que aquellos que eran gobernados ya no quieren ser gobernados. El imperio construido sobre la base del poder económico y militar se desmorona por las evidencias de que el conflicto militar es utilizado para convertirlo en guerra comercial y eliminar a la competencia de la potencia económica y comercial que representa Rusia y las manipulaciones de Estados Unidos para que otros peleen una guerra en la que la nación norteamericana obtienen grandes ganancias económicas.

En esta nueva situación internacional el marco legal existente en el orden mundial anterior pierde fuerza porque las instituciones políticas y financieras internacionales muestran su incapacidad y parcialidad ante este conflicto militar y comercial, por lo que surgen los reclamos de crear nuevas nuevas condiciones para construir un nuevo orden multipolar.

Por estas razones, el decir que “vivimos tiempos difíciles” adquiere un significado especial que describe de manera particular la época que estamos viviendo. La guerra en Europa es en realidad una guerra por el control del comercio mundial, es una guerra en el contexto de la economía de libre mercado en la que sus participantes persiguen intereses económicos detrás de sus acciones, una guerra en la que “las pérdidas económicas” de las grandes empresas multinacionales son en realidad una reducción de sus ganancias, por lo que deciden tomar decisiones de cerrar sus empresas, despedir a miles de personas para disminuir costos y el margen de reducción de sus ganancias. Es en definitiva, una guerra por el control del mercado mundial, vivimos un momento histórico en el que los políticos han dado la espalda a quienes los llevaron al poder y toman decisiones en función de los vaivenes del mercado.

Los cambios sociales nos exigen el desarrollo de nuevas habilidades para poder sobrevivir, hoy en día necesitamos conocimientos sobre manejo de computadoras, internet, redes sociales, un segundo idioma y podemos agregar también a las nuevas exigencias, la necesidad de saber qué es la mercadotecnia. La economía de libre mercado ha creado un Frankenstein que es el Mercado, que se ha convertido en una dictadura mundial que determina las acciones de millones de personas y para comprender este nuevo escenario, este nuevo orden mundial multipolar que estamos viendo surgir, necesitamos saber qué es la economía de libre mercado y sobre todo, responder a la pregunta ¿Qué es la mercadotecnia?

Vivimos en una sociedad globalizada en la que impera la economía de libre mercado, todos los días escuchamos expresiones como mercado financiero, mercado inmobiliario, mercado energético, etc. Los políticos nos gobiernan a ciegas, abandonando la defensa de quienes los llevaron al poder, incumpliendo promesas de campaña porque están subordinados al poder económico que actúa a nombre del poder del mercado.

Pero, ¿realmente comprendemos este lenguaje? ¿Qué significa el Mercado?, ¿Qué relación tiene el mercado con lo que nos sucede en nuestra vida cotidiana?, ¿Cómo afecta nuestras vidas personales el funcionamiento de la economía de libre mercado? Para responder a estas preguntas anteriores es necesario tener fundamentos teóricos y prácticos que avalen los planteamientos aquí expuestos, ya que es necesario introducirnos en el estudio de la mercadotecnia, un campo acerca del cual pocos conocen sus significado y esa es la intención de haber escrito las siguientes notas, por lo que les invito a proceder a una lectura atenta de las mismas.

El estudio de la mercadotecnia no debe ser un interés exclusivo de académicos, ejecutivos de negocios o estudiantes de mercadotecnia. Porque, partiendo de la premisa de que todos somos consumidores, todos tenemos el derecho y obligación de saber cómo las estrategias de mercadotecnia afectan nuestro comportamiento como consumidores.