Nuevos actores en la escena política en Sonora
Oscar Yescas Domínguez
12 de septiembre de 2,021
El día de 10 de septiembre atendiendo a la convocatoria del movimiento 30 de julio y avalada por el Consejo General de Delegados del Staus, nos reunimos alrededor de unas 200 personas por fuera del lugar donde se está construyendo el nuevo Hospital General del Estado de Sonora para recibir a nuestro Presidente Lic. Andrés Manuel López Obrador que vino a supervisar el avance de las obras de construcción de dicho Hospital y el motivo de esa concentración era hacerle de su conocimiento los problemas que atravesamos derechohabientes del Isssteson relacionados con desabasto de medicamentos, deficiencias en el servicio médico e incumplimiento del pago de nuestras pensiones a quienes estamos jubilados.
En ese lugar coincidimos un nutrido grupo de personas que hasta ese momento éramos desconocidas hasta antes de ese momento, que laboramos en diferentes instituciones, proveníamos de diferentes lugares y pertenecíamos a diferentes organizaciones (Movimiento 30 de julio, Staus, Sueisssteson, Sindicato del Imss, Snte, etc.). Estuvimos ahí reunidos en una espera que duró cerca de tres horas sin sombra alguna que nos protegiera de los candentes rayos del sol, desafiando el peligro porque recordemos que todavía continuamos bajo la pandemia del covid y aún así salimos de nuestras casas, no se puede decir que motivados por la alegría de la visita de nuestro Presidente, sino que más bien lo hicimos forzados por la desesperación que provocó la insensibilidad mostrada en los últimos años por el gobierno de Claudia Pavlovich ante los reclamos de abasto puntual de medicamentos, deficiencias en los servicios médicos y sobre todo con un sentimiento de indignación por la falta del pago puntual de nuestras jubilaciones, ya que por segundo mes consecutivo se ha retrasado el depósito de nuestras percepciones a los jubilados del Isssteson.
Ese fue el motivo que nos reunió a un agrupamiento disperso de más de 200 personas en la entrada de las instalaciones del nuevo hospital, porque a pesar de no conocernos mutuamente, de no tener una historia previa, al estar reunidos en ese lugar estábamos haciendo historia porque todos teníamos algo en común y es el hecho de que la mayoría de los que nos encontramos en ese lugar somos jubilados de diferentes dependencias y somos derechohabientes del ISSSTESON, que estamos siendo afectados por violaciones a los derechos a la salud y a una jubilación digna por la corrupción imperante en el Isssteson, un instituto de salud que en los últimos años ha sufrido serios quebrantos financieros, perjudicando el servicio a sus derechohabientes.
Ese grupo de desconocidos reunidos en ese lugar no estábamos tan lejanos unos de otros porque nos unía el hecho de ser derechohabientes del Isssteson y por ese hecho, desde hace varios años hemos estado siendo víctimas de violaciones a nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna, porque a pesar de que durante más de 30 años se nos descontó una cantidad de nuestros ingresos por el concepto de servicios médicos del Isssteson y otra cantidad para el Fondo de pensiones y jubilaciones, hemos recibido un maltrato de autoridades del Isssteson porque desde hace años padecemos un desabasto medicamentos y atención médica que necesitamos para atender las enfermedades propias de nuestra edad.
Con nuestra presencia expresábamos un grito de indignación e inconformidad reclamando respeto a nuestros derechos impunemente violados. Han sido incontables las veces que hemos ido a las farmacias del Isssteson para surtir medicamentos y hemos recibido la misma respuesta “no hay” y en franco atropello de nuestros derechos, toman nuestras recetas y las rompen enfrente de nosotros a nombre de que “ya están vencidas”. De manera ilegal, a los pensionados y jubilados se nos sigue descontando de nuestros pagos de jubilación una considerable cantidad por el concepto de servicios médicos del Isssteson, servicios que no recibimos porque ante el desabasto de medicinas las hemos tenido que comprar con nuestro dinero y ante la falta de atención de médicos especialistas, muchos hemos tenido que recurrir a médicos privados porque las enfermedades no esperan, se atienden o empeoran nuestra salud poniendo en riesgo nuestras vidas.
El problema ha crecido hasta este punto insostenible porque desde hace tiempo que los 21 sindicatos cuyos miembros están afiliados al Isssteson han dejado de luchar por los intereses de sus trabajadores y los han abandonado a su suerte ante los abusos de las autoridades administrativa del Isssteson, de manera particular el grupo de pensionados y jubilados ha sido más afectado porque la situación se agudizó en estos dos últimos meses ya que finaliza el gobierno de Claudia Pavlovich y los jubilados hemos constatado en primera línea la certeza de la existencia de la práctica denominada “año de hidalgo”, que consiste en que cuando finaliza el gobierno de un partido, las autoridades salientes dejan vacías las arcas, se llevan todo lo posible bajo la consigna de mentarle la madre a quien deje algo y miles de pensionados y jubilados del Isssteson recibieron con retraso sus pagos en el mes de agosto y en este mes de septiembre, el último mes de gobierno de Claudia Pavlovich, se repite la historia, se pagó con gran retraso a unos cuantos, y una gran mayoría estamos todavía el día de hoy 12 de septiembre, sin recibir nuestro pago mensual porque nos dicen que “no hay dinero”. El propio Alfonso Durazo declaró en días pasados que recibía un Estado en crisis financiera.
En este contexto de corrupción evidente, de abuso de autoridad, violaciones a los derechos de salud y jubilación digna, de vacío de liderazgo por parte de los dirigentes sindicales y de silencio de partidos políticos, incluido a Morena como partido en el poder, surge un movimiento ciudadano con el nombre Movimiento 30 de julio, derechohabientes del Isssteson que se plantea como objetivo el rescate del Isssteson y la defensa de los derechos a la salud, abasto oportuno de medicamentos y a una jubilación digna. Este movimiento convocó a una concentración en la entrada del nuevo Hospital General del Estado de Sonora porque se anunció la visita de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y se consideró como una buena oportunidad de ser escuchados por la máxima autoridad de nuestro país.
En ese lugar nos encontrábamos mostrando en pancartas nuestras demandas que al leerlas cualquiera podía ver que los problemas planteados por cada pequeño grupo, no eran problemas aislados, que son la expresión particular de un sistema que no está funcionando, que la forma de actuar de los funcionarios estatales y de la gobernadora deja una profunda insatisfacción e irritación popular. Hemos visto como cada día aumentaba el desabasto de medicamentos en el Isssteson, los servicios médicos especializados se suspendían y hoy se niega el pago a los jubilados, mientras que los sueldos de la Gobernadora y sus altos funcionarios se elevaron a alturas vertiginosas e inconfesables porque manejaron una doble nómina, una oficial y otra confidencial. La diferencia de sueldos entre los altos funcionarios y personal de base del Gobierno del Estado es estratosférica y esto se refleja en un pago de jubilaciones completamente desigual ya que hay jubilados que perciben $10,000 pesos mensuales y otros jubilados que perciben más de $100,000 pesos mensuales, ¿por qué esa diferencia salarial? Es realmente una injusticia ya que estos altos pagos en las jubilaciones afectan las finanzas del Isssteson e impiden la jubilación de trabajadores activos que están en condiciones de jubilarse.
En relación a la visita de nuestro Presidente en esta ocasión me parece imposible no hacer mención a la paradoja presente en esa situación: nuestro Presidente vino a supervisar el avance de las obras de construcción de un Hospital de alto nivel que tuvo un costo de varios millones de pesos y en la entrada del edificio es recibido por centenares de personas que lo esperaban para denunciar que en el Isssteson se padece un problema de desabasto de medicamentos desde hace varios años y que a los jubilados no se les ha pagado el mes de septiembre. ¿Acaso no hubiera sido más pertinente fortalecer al colapsado sistema de salud pública en Sonora en lugar de invertir millones en la construcción de un nuevo hospital? ¿Sobre todo considerando que nos encontramos en pandemia por el covid?, ¿porqué se invirtió en la construcción de un hospital nuevo y no se compraron medicamentos para los 180,000 derechohabientes del isssteson?,¿Porqué no se nos paga nuestra mensualidad a los jubilados del Isssteson?
Al ingresar al edificio el automóvil en el que viajaba Andrés Manuel López Obrador, tuvo que hacerlo a vuelta de rueda porque cada grupo quería hacer entrega personal de su listado de peticiones, Amlo recibió algunos documentos en sus propias manos y finalmente ingresó al lugar, quedando fuera del mismo la masa de protestantes. Posteriormente los medios que transmitían el evento mostraron que después de escuchar a Claudia Pavlovich, el Presidente de México tuvo el mal tino de solicitar a los presentes un aplauso para la Gobernadora porque su sexenio estaba terminando lo cual no fue bien recibido por quienes estuvimos cerca de res horas esperando para expresarle nuestra inconformidad e irritación hacia la Gobernadora de Sonora.
Después de que nuestro Presidente dejó la ciudad, en su cuenta oficial de facebook la aún Gobernadora publicó lo siguiente. “¡Un anhelo hecho realidad! Hoy entregamos la obra concluida del nuevo Hospital General de Especialidades junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador, supervisamos el equipamiento en proceso y que es de primera. En breve las y los sonorenses tendrán a su servicio este magno edificio. Con instalaciones amplias, funcionales y seguras, que descansan sobre los más sólidos pilares: el trabajo, el conocimiento y la vocación de un ejército de profesionales de la salud. ¡Gracias a todos por hacerlo posible! Sidur Sonora, Secretaría de Salud Sonora, INSABI_mx, Gobierno de México”. https://www.facebook.com/ClaudiaPavlovich
¿Qué fue lo que sucedió dentro del Hospital General? Se supone que Amlo venía a supervisar las obras de construcción y la Gobernadora dijo que entregaba la obra concluida. En política cada señal cuenta y a diferencia de Amlo que aplaudió a Claudia Pavlovich, en Sonora existe irritación por el estado financiero en el que termina su sexenio y su figura es objeto de repudio popular y eso se demostró claramente cuando Pavlovich salió del Hospital y difícilmente pudo pasar a través de una multitud que le gritaba fuertemente: “¡Corrupta!, ¡ladrona!, ¡Represora! La ciudadanía que la eligió y para quien gobernó no le brindó ningún aplauso en su salida porque considera que no lo merece y que en realidad debería estar en prisión.
https://www.facebook.com/oscar.yescas.50/videos/644380003201739/
Cualquier observador podría interpretar la sola presencia de un numeroso contingente de grupos de este tipo exigiendo respeto al derecho a la salud, a una jubilación digna y abasto de medicamentos como una muestra de decepción y reclamo a las fallas en la forma de gobernar o del “mal gobierno” de Claudia Pavlovich quien se encuentra a sólo un día de terminar su sexenio dejando una estela de inconformidad, decepción e impotencia.
Pero en honor a la verdad, debe decirse que a tres años del triunfo de Morena y de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales, se puede afirmar que en Sonora la corrupción continúa siendo un problema estructural porque los responsables de las instituciones gubernamentales olvidaron su condición de servidores públicos, hicieron honor a su condición de integrantes del último gobierno priísta en Sonora porque se sirvieron con la cuchara grande y Claudia Pavlovich entrega un Estado en quiebra financiera, con una gran deuda pública y dejando una lista sin fin de problemas sociales no resueltos y con serias acusaciones de corrupción y abuso de poder. Lejos quedaron aquellas esperanzas que gentes ingenuas expresaron al inicio de su sexenio diciendo que habría un gobierno diferente en nuestro Estado porque Claudia Pavlovich representaba “la primera mujer Gobernadora en Sonora”, porque independientemente de su género, el repudio popular a Claudia Pavlovich en su gestión como gobernante no se limita a una desaprobación, ya que buena parte de los sonorenses exige una investigación a su gobierno para deslindar responsabilidades penales y castigo por actos de corrupción y abuso de poder.
También es necesario decir que la insatisfacción y decepción que experimentamos la mayoría de los sonorenses no se limita a un mal gobierno de Claudia Pavlovich porque eso era algo que se esperaba del último gobierno priísta en Sonora. Buena parte de la decepción en la población sonorense se debe al desencanto que Morena ha creado en los últimos tres años en nuestro Estado. El movimiento político llamado Morena que al institucionalizarse como partido y triunfar en las elecciones presidenciales y algunos municipios de Sonora, abandonó a los movimientos colectivos y sus dirigentes se dedicaron a planear el triunfo en las elecciones de Gobernador del pasado mes de julio de este año, ignorando los problemas sociales que afectaron a las comunidades en el Estado.
De manera particular estos dirigentes de Morena no atendieron los reclamos de la población hermosillense acerca del mal desempeño de otra mujer: Célida López que llegó al poder con la bandera de Morena actuando como el “caballo (o mula) de Troya” gobernando de tal forma que logró garantizar la derrota de ese partido en su intento de reelegirse para continuar otros tres años como Presidenta de Hermosillo, porque se ganó la animadversión de la ciudadanía hermosillense por su mal forma de gobernar y con su intento de vender el predio público denominado El Cárcamo con el pretexto de pavimentar los baches que abundan en esta ciudad, que hizo que grupos ecologistas, ligas de deportistas y comunidad hermosillense se manifestaran abiertamente en contra de esta medida. Su forma altanera y grosera de hablar insultando al pueblo hermosillense y burlándose tocando la guitarra.
El dirigente estatal de Morena en Sonora Jacobo Mendoza se manejó con un perfil bajo durante los tres últimos años y nunca asumió una postura definida en ese conflicto entre Célida López y ciudadanía hermosillense, pero en cambio sí apoyó el fraude disfrazado de encuesta utilizado para elegir a los candidatos de Morena que participaron en la contienda electoral de las elecciones de julio pasado. La imposición de esa lista de candidatos que incluyó a Célida López como candidata de Morena para reelegirse en su cargo de Presidenta de la capital sonorense, fue motivo de desencanto para miles de simpatizantes de Morena, sentimientos que se reflejaron el día de las elecciones y provocaron que Morena sufriera la pérdida de la capital sonorense al imponer como su candidata a Célida López que intentó reelegirse y fracasó porque Morena recibió un voto de castigo y el Pan recuperó el ayuntamiento de la capital de Sonora.
La mayor parte de la ciudadanía siempre tiende a depender de otras personas para solucionar sus problemas, mantienen un vínculo de dependencia con las figuras de autoridad, dependen de gestiones de sus dirigentes sindicales para defender sus derechos laborales, con el problema del Isssteson esperan que Alfonso Durazo les resuelva el problema, igual hicieron con la visita de Andrés Manuel López obrador para entregarle un listado de peticiones pidiendo soluciones diversos asuntos, un comportamiento que puede interpretarse como algo esperado.
El problema se presenta cuando no existe la voluntad política para resolver estos problemas de parte de las personas que tienen el poder para lograr solucionarlos. La experiencia en materia de política nos ha enseñado que no todos los políticos cumplen sus promesas de campaña, la única excepción que hemos tenido es en la figura de Andrés Manuel López Obrador, pero esa señal de pedir un aplauso para Claudia Pavlovich genera cierto recelo. Recordemos que durante la campaña electoral se manejó con énfasis el concepto de democracia participativa y la necesidad de abandonar la democracia representativa, pero una vez que pasaron las elecciones ya no se hace referencia a la necesidad de construir una democracia participativa y todo parece volver a la “normalidad”, una normalidad que se caracteriza por la presencia de una enorme desigualdad social, que se refleja en salarios mínimos para una amplia mayoría y altos sueldos para funcionarios gubernamentales. Una normalidad de jubilaciones con pagos de más de $100,000 pesos para unos cuantos y pagos menores a 15,000 pesos para una amplia mayoría.
Algunos integrantes del Movimiento 30 de julio han expresado su rechazo a la idea de “politizar el conflicto” e intentan reducir la lucha a la recuperación del Isssteson y volver a los tiempos en los que se tenía un buen servicio médico y el pago oportuno de las pensiones. Pero la verdad es que luchar por la defensa de nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna, implica luchar en contra de la implementación de políticas neoliberales que intentan privatizar los servicios gubernamentales para poder lucrar con los mismos. Estas políticas neoliberales representan los intereses de las grandes corporaciones que representan al poder económico y que en el contexto de la globalización obligan al poder político para realizar cambios en sus leyes para favorecer sus intereses económicos, aún cuando estos cambios representen el recorte de derechos laborales o pérdida de prestaciones sociales. No es solo que estén en peligro nuestros derechos a la salud o el derecho a la jubilación, también las instituciones públicas como el Isssteson están en peligro de desaparecer, al igual que los contratos colectivos de trabajo y los sindicatos también corren riesgo porque representan un obstáculo para la privatización de los servicios públicos.
Con estos pensamientos girando en mi cabeza, una idea cruzó por mi mente en forma de pregunta: ¿Qué tal si este agrupamiento de decenas de personas que provienen de varios grupos representativos se unieran en un movimiento colectivo, dejaran de actuar como víctimas y asumieran el rol de actores políticos en defensa de sus derechos violados? En el contexto actual de la globalización debemos comprender que no existen soluciones locales para problemas globales, es decir, los problemas que enfrentamos al luchar en defensa de los derechos a la salud y a la jubilación, nos colocan en una lucha en contra de la implementación de políticas neoliberales que impulsan las grandes corporaciones a nivel internacional sometiendo a los gobiernos de varios países y el hecho de enfrentarlas nos convierte en nuevos actores políticos que expresan su rechazo a una economía de libre mercado que vulnera el Estado Nación que garantizaba la protección social para todos los ciudadanos.
Debemos tener presente que en México, al igual que en la mayoría de los países en Latinoamérica, existe una enorme desigualdad social y ésta se traduce en el hecho de que no toda la población disfruta de servicios médicos ni mucho menos de una jubilación. En cierta forma, aquellos que estamos disfrutando de una jubilación somos privilegiados que aún disfrutamos de ese derecho que se encuentra en proceso de extinción porque las nuevas generaciones de trabajadores no tendrán derecho a una jubilación digna por la implementación de políticas neoliberales que tienden a privatizar los servicios de salud y la jubilación no forma parte de estos planes a futuro.
Se ha manejado la versión de que se intenta desaparecer al Isssteson por deficiencias en su manejo y en este contexto debemos tomar en cuenta que el neoliberalismo tiene como estrategia reducir fondos financieros a instituciones públicas para bajar la calidad de sus servicios de tal forma que surja inconformidad de los usuarios y sean ellos mismos los que pidan su reemplazo por otra institución sin importar que sea privada.
En este contexto de avances en la privatización de servicios públicos y pérdida de derechos laborales, movimientos como el movimiento 30 de julio, se presentan como movimientos emergentes que surgen ante la crisis política que se refleja en la incapacidad que presentan las organizaciones sindicales para luchar en defensa de los intereses de sus agremiados que están siendo violados de forma descarada. Los partidos políticos presentan una crisis de liderazgo y de credibilidad y en esta crisis se incluye a Morena que en su momento representó una opción popular, pero ha perdido el encanto de ser el partido de la esperanza al ignorar los movimientos colectivos y se ha llenado de gente oportunista que sólo busca acceder y mantenerse en el poder.
Si los integrantes de todos los grupos que estuvieron representados en las afueras del Hospital General aceptaran la idea de que el desabasto de medicinas del Isssteson y la falta de pago a nuestras pensiones es el resultado de prácticas de corrupción que vienen acompañadas por la implementación de políticas neoliberales que intentan privatizar los servicios públicos, comprenderían la necesidad de unir fuerzas, porque tenemos el mismo objetivo ya que al luchar por la defensa de nuestros derechos a la salud y de la jubilación, nos convertimos en hermanos de lucha y actuando juntos, unidos y en forma colectiva, tendremos más oportunidades de evitar que nuestros derechos sigan siendo violados.
Bajo la premisa de que las crisis pueden ser retomadas como ventanas de oportunidades, esta crisis que enfrentamos por un mal servicio del Isssteson, puede ser retomada como una oportunidad para construir una unidad en la acción de todos los derechohabientes de este instituto, para construir un movimiento colectivo que aglutine a todos los afectados y vernos como hermanos de lucha que compartimos el mismo objetivo que es la recuperación del Isssteson para que siga cumpliendo la función social para el cual fue creado que es el de proporcionar servicios médicos de calidad a todos sus derechohabientes y la defensa de nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna.
Nos encontramos en un momento histórico en el que la corrupción imperante ha desvanecido la confianza hacia quienes nos gobiernan ya que los políticos han quedado en evidencia como corruptos y mentirosos, mientras que una inmensa mayoría de la población estamos viviendo una crisis económica que nos conduce cada día a vivir en condiciones de precariedad.
Es hora de un despertar social, de dejar atrás el efecto paralizante que provoca la obediencia y conformidad social, necesitamos confiar más en nosotros mismos y dejar de depender de otras personas y empezar a construir la confianza en nosotros mismos en forma individual y colectiva. Esto implica que cada uno de nosotros participe en la democratización de las organizaciones a las que pertenecemos, para lograr que dirigentes y agremiados asuman su compromiso en la lucha por la defensa de nuestros derechos de salud y por una jubilación digna.
Recordemos que en toda sociedad existe un poder que por lo regular se encuentra concentrado en unas cuantas personas, pero en esa misma sociedad existe un contrapoder que se encuentra disperso en cada uno de los integrantes de la sociedad y quienes tienen el poder político buscan ese poder disperso en las campañas electorales cuando solicitan nuestros votos. Este contrapoder consiste en la capacidad de cada persona de convertirse en actores sociales para desafiar al poder incorporado en las instituciones para reclamar la defensa de sus intereses y derechos sociales.
Este poder aumenta cuando se actúa en forma colectiva, unida y organizada, tal y como se demostró el 6 de julio del 2,018 cuando el pueblo mexicano terminó con la dictadura perfecta del Prian. Con el surgimiento de movimientos colectivos formados por ciudadanos estamos viviendo un despertar político cuando los ciudadanos contemplan la necesidad de participar en una lucha política en defensa de sus derechos, en este caso estamos hablando de defender nuestros derechos a la salud y a una jubilación digna. Tenemos a nuestro favor el hecho de vivir en lo que se ha denominado “una sociedad red”, es decir, a la existencia de redes sociales que permiten una comunicación masiva en forma instantánea. Los movimientos colectivos contemporáneos son movimientos sociales en red, porque utilizamos las redes sociales para tener una autocomunicación de masas y una comunicación socializada que nos permite comunicarnos con un ámbito público más allá de la comunicación interpersonal. Esta facilidad para comunicarnos permite la autonomía de los actores sociales y crea un poder colectivo autónomo que permite un empoderamiento ciudadano que ayuda a romper la relación desigual entre gobierno y gobernados.
Los cambios políticos que se han dado a lo largo de estos tres años de gobierno nos han dotado de una herramienta fundamental como lo es la consulta ciudadana, que puede ser utilizada como instrumento de presión política para combatir la corrupción y defender nuestros derechos laborales, sociales y humanos. La democracia participativa consiste en la construcción de una sociedad en la que cada integrante de la misma participe en la discusión de los asuntos públicos, que afectan a las comunidades y lleguen a un acuerdo para tomar decisiones colectivas que permitan solucionar dichos problemas.
En este despertar social surgen nuevos actores que participan activamente como sujetos históricos activos con la consciencia de que sólo a través de la acción colectiva, unida y organizada podremos no sólo defender nuestros derechos en riesgo, sino también cambiar la realidad que promueve la desigualdad social. Necesitamos sujetos políticos globales que articulen lo local con lo nacional y global, esto requiere cambios en la cultura política y dejar de pensar que los partidos políticos solucionarán nuestros problemas porque eso no sucederá. Estamos frente a una oportunidad de repensar la política, dejar de pensar que pertenece a los políticos y reconocer que desde la filosofía griega se consideraba al hombre como un animal político. Es el momento de encontrar otra forma de ver y hacer política.
La política se encuentra en las calles, en la gente, en las protestas pacíficas, en los movimientos sociales se construye un aprendizaje social y puede decirse que en este momento estamos aprendiendo que necesitamos una sociedad movilizada, con movimientos sociales fuertes que impidan la destrucción del Estado y la privatización de los servicios públicos. Es el momento de que los 21 sindicatos que agrupan a miles de afiliados al Isssteson unamos fuerzas para defender nuestro derecho a la salud y a una jubilación digna y lograr nuestros objetivos de rescatar al Isssteson garantizar el abasto de medicamentos y el pago oportuno de las jubilaciones.
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