sábado, 3 de abril de 2021

 

               Feminicidios en México cifras de espanto

Oscar Yescas Domínguez

03 de abril de 2,021

Es cuento de nunca acabar, sucedió nuevamente, ahora en Tulum una mujer salvadoreña es detenida por la policía, sometida boca abajo, un policía oprime su rodilla en su espalda y la mujer con un nombre que suena irónico dadas las circunstancias en las que fallece: Victoria Esperanza era el nombre de la mujer fallecida, tenía 36 años y fue asesinada este 27 de marzo por cuatro policías que la detuvieron por cargos de alteración del orden público, la sometieron obligándola a tirarse en el suelo, bocabajo, con las manos esposadas y una mujer policía colocó su rodilla en su espalda hasta asfixiarla. Victoria tenía nacionalidad salvadoreña, madre de dos niñas, contaba con visa humanitaria para permanecer en México donde residía desde hace tres años.

El informe oficial de su muerte señala que “se identificó una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por ruptura de la primera y segunda vértebra, lo que provocó la pérdida de la vida de la víctima”. La imagen de Victoria Esperanza tirada en el suelo, esposada, con la rodilla de la mujer policía encima de su espalda y quejándose de dolor, se viralizó en redes sociales, levantando una ola de indignación que lanzó a cientos de mujeres a salir a las calles a manifestarse protestando por “un feminicidio más” a manos de la policía mexicana.

De manera inevitable, la escena de su muerte recuerda la fotografía de la muerte de George Floyd, ciudadano de raza negra, sometido hasta provocar su muerte por un policía blanco de nombre Derek Chauvin y que fue el detonante que movilizó a miles de ciudadanos norteamericanos de todas las razas para protestar en contra del racismo en Estados Unidos y de manera particular, en contra del exceso de fuerza de la policía estadunidense en contra de ciudadanos pertenecientes a minorías raciales.

En varias ciudades de la república mexicana salieron contingentes de mujeres para expresar su indignación por este nuevo asesinato de una mujer a manos de policías de Tulum, Quintana Roo. Mi opinión personal es que no sólo debieron haber salido mujeres a protestar, debimos haber salido miles de hombres y mujeres para expresar nuestra indignación ante esta flagrante violación a los derechos humanos de una persona que independientemente de su género o nacionalidad fue víctima de exceso de uso de fuerza policiaca que provocó la muerte de Victoria Esperanza.

La reclamación de justicia ante una violación de derechos humanos, el abuso policiaco y el asesinato de una persona no es un asunto de mujeres, es un asunto que nos compete a todos y es una muestra de que la lucha contra el feminicidio y en contra de la violencia hacia las mujeres, no es una lucha que deban realizar las mujeres por su cuenta y un claro ejemplo de que “el feminismo no es un movimiento para las mujeres, es para todos los que quieran vivir en un mundo donde exista una igualdad radical, que permita el disfrute del carácter interdependiente de cada vida”, según expresó la filósofa Judith Butler en la ceremonia virtual en la que la Universidad Veracruzana le entrega el grado Honoris causa.

El asesinato de cualquier persona debe despertar la indignación de cualquier ciudadano que tenga consciencia moral y pueda distinguir lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto y la muerte de Victoria Esperanza fue a todas luces un acto de injusticia en una acción incorrecta de parte de quienes se supone que deberían proteger y servir a la comunidad: los agentes policiacos.

Este tipo de actos de abuso policiaco, de violación y asesinato de mujeres por parte de policías, son el motivo de indignación de los colectivos feministas y lo que ha generado las consignas: “la policía no me cuida”, “me cuidan mis amigas, no la pinche policía”. Una indignación que debe ser compartida y manifestada por toda la ciudadanía, no únicamente por mujeres feministas. Actos como éste representan una ruptura del contrato social en el cual las expectativas de la población contemplan ser protegidas por la policía, representa la ruptura de un orden establecido porque quienes se supone deberían proteger y hacer respetar la ley, actúan como delincuentes, usando armas y placas policiacas para cometer abusos de poder.

Bien hicieron autoridades de Quintana Roo y nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador en actuar de inmediato, detener a los policías responsables, suspenderlos de sus cargos y prometer una investigación a fondo para fincar responsabilidades. El problema es que casos como el de Victoria Esperanza se repiten todos los días en México, en el 2,020 se registraron 940 casos documentados de feminicidio, según datos del Sistema de Seguridad Pública. Del 2,015 al 2,020, fueron asesinadas 14,882 mujeres en territorio mexicano, cada año aumentan las cifras y México se presenta como el país líder en número de mujeres asesinadas por motivos de género, es decir, son asesinadas por ser mujeres. Son en realidad cifras de espanto, que nos deben obligar a reflexionar sobre lo que está pasando, de qué manera estamos contribuyendo a perpetuar roles sexuales estereotipados, qué tipo de micromachismos presentamos en nuestros comportamientos que impiden que sumemos nuestros gritos de protesta a los gritos de las mujeres feministas que están denunciando que las están asesinando por el simple hecho de ser mujeres y los hombres se limitan a condenar los actos de violencia que cometen durante sus manifestaciones o simplemente ignoran el grito femenino de denuncia de aumentos de feminicidios.

https://www.milenio.com/policia/victoria-esperanza-murio-mujer-sometida-policias-tulum

https://youtu.be/aNhzfNvUbWw

https://www.eluniversal.com.mx/nacion/quien-era-victoria-la-mujer-asesinada-por-policias-en-tulum

http://www.elpais.cr/2021/02/21/feminicidio-registra-cifras-de-espanto-en-mexico/

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