Chile:
de nuevo en la pesadilla
Oscar
Yescas Domínguez
22 de octubre de 2,019
Con
el pueblo chileno me unen fuertes lazos afectivos debido al golpe de
Estado de Augusto Pinochet y el asesinato de Salvador Allende, Víctor
Jara y cientos de chilenos en 1973, esa experiencia traumática para
el pueblo chileno me afectó a tal grado que puedo decir que fue uno
de los factores que me hicieron despertar la necesidad de participar
en política desde mi temprana juventud.
A
mis 18 años de edad viví en la distancia la pesadilla de la
represión del ejército chileno en contra de su propio pueblo. Las
detenciones, torturas, asesinatos y desapariciones formaron parte de
mis pesadillas de juventud porque buena parte de la juventud mexicana
de aquella época nos encontrábamos despertando a la política y
también éramos objeto de represión policiaca y militar, pero no en
la magnitud de la violencia institucional que estaba viviendo el
pueblo chileno con la dictadura de Pinochet.
Los
nombres de Salvador Allende, Víctor Jara, Violeta Parra y muchos más
quedaron registrados en mi corazón para siempre, como modelos a
seguir, como ejemplos reales de héroes que pelearon hasta el último
minuto de sus vidas. Creo que no soy el único que piensa de esta
forma, que asocia el nombre del país llamado Chile con estos
personajes y que los mismos influyeron grandemente en nuestras vidas.
Para
mí cada año el 11 de septiembre es día de luto, conmemoración y
renovación de fuerzas para seguir en la lucha del cambio social y no
me refiero al 11 de septiembre del 2,001, me refiero al 11 de
septiembre de 1973 día del golpe de Estado de Augusto Pinochet en
Chile. En mi memoria guardo el recuerdo del dolor del pueblo chileno
masacrado por su propio ejército, traicionado por quienes deberían
protegerlo, el horror de una dictadura militar sangrienta.
Cuarenta
y seis años después me parece estar viviendo un Deja vú al ver
fotografías y videos del ejército chileno reprimiendo en estos días
a su propio pueblo. Policías y militares a pie y en tanquetas
disparando balas contra civiles desarmados, policías golpeando con
macanas y toletes a estudiantes adolescentes y niños que dan
muestras de una valentía increíble al enfrentarse desarmados contra
un ejército, su propio ejército, que su propio Presidente mandó
para atacar a su propia población.
Estas
imágenes me estremecen y me llenan de indignación, un sentimiento
que me empujó a dejar de lado algunas tareas que estoy realizando y
dejar fluir mis pensamientos a través de escribir en el teclado,
acción que en momentos me detengo porque siento que la indignación
me lleva a aporrear las teclas y a obnubilar mis pensamientos.
En
un intento de autocontrol me pongo a pensar que las condiciones de
este momento histórico (2,019) son muy diferentes a las que existían
en 1973. Hoy vivimos en la sociedad red como nos dice el sociólogo
Manuel Castells, a diferencia de hace más de cuatro décadas hoy
tengo amigos en Chile, país al que puedo asociar con algunos rostros
y nombres. Amigos virtuales que gracias a internet y redes sociales
con los cuales he podido mantener contactos esporádicos pero
suficientes como para crear lazos de amistad.
Esta
misma sociedad red nos permite conocer con rapidez los
acontecimientos que suceden con aquel lejano-cercano país hermano,
de tal forma que he tenido oportunidad de ver en vivo los videos que
algunos amigos chilenos han subido. Esto me ha permitido ser testigo
lejano-cercano de la enorme valentía del pueblo chileno, sobre todo
de la juventud chilena quienes fueron los que iniciaron la revuelta
al oponerse al aumento de la tarifa del metro en Santiago de Chile,
los mismos que demostraron ser dignos herederos de la canción de
Violeta Parra “Que vivan los estudiantes”, al desafiar a las
autoridades, brincar los torniquetes para ingresar al transporte
público sin pagar, en protesta por el aumento excesivo y enfrentar
cara a cara a los policías armados hasta los dientes.
No
tardó en cundir su ejemplo y al poco tiempo eran miles los chilenos
que desafiaban a policías que intentaban detenerlos para que pagasen
la cuota actualizada. Posteriormente, las protestas se generalizaron
porque el ambiente social era un caldo de cultivo para las mismas:
una gran desigualdad social, pensiones muy bajas, altos costos en
salud, evidente corrupción en altas esferas y la tendencia a
criminalizar las movilizaciones de protesta de los estudiantes.
Hoy
en día internet y redes sociales nos permiten experimentar la
sensación de que “no estamos solos”, que podemos comunicarnos
con cualquier persona en cuestión de segundos y es más, podemos
comunicarnos con millones de personas simultáneamente.
Acabamos
de “vivenciar virtualmente” la experiencia del pueblo de Ecuador,
quienes lograron echar abajo un paquetazo que incluía medidas
antipopulares como el aumento del combustible, un pueblo
mayoritariamente indígena que se movilizó y enfrentó en forma
organizada y unida la represión policiaca y del ejército de su
propio país, logrando echar abajo el paquetazo de medidas
antipopulares.
La
lucha del pueblo ecuatoriano continúa, porque no se han satisfecho
todas sus demandas, pero la jornada de lucha que vivió hace tan sólo
algunas semanas ha servido de ejemplo a nivel mundial, como forma de
resistir a la imposición de medidas antipopulares de corte
neoliberal.
El
día de hoy le toca sufrir al pueblo chileno cuyo gobierno intenta
imponer medidas dictaminadas por el Fondo Monetario Internacional en
perjuicio de la población y a favor de los grandes empresarios. Las
muestras de resistencia, fortaleza y unidad crecen cada día, a pesar
del incremento del nivel de represión policiaca y militar al grado
de que ya se habla de varios muertos por la acción de los cuerpos
represivos que actúan en el contexto de un toque de queda.
Debemos
tener presente que las luchas de los pueblos ecuatoriano y chileno no
son luchas aisladas ni ajenas a los intereses del resto de pueblos
latinoamericanos, ya que la resistencia de las poblaciones de ambos
países es en contra de la imposición de políticas de corte
neoliberal que el Fondo Monetario Internacional trata de aplicar en
todos los países latinoamericanos.
Es
decir, los mismos problemas de bajos salarios, privatización de
servicios públicos, aumento de pobreza, desigualdad social y
corrupción que padecemos la mayoría, si no es que la totalidad de
pueblos latinoamericanos, son el resultado de la imposición de
políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial a
los gobiernos de nuestros respectivos países cuyos gobernantes se
prestan para seguir incrementando la brecha entre pobres y ricos,
empujando a millones de personas a sobrevivir en condiciones de
miseria y pobreza, mientras la clase en el poder se enriquece cada
día más con la implementación de “paquetazos antipopulares”.
En
este momento son la población de Ecuador y los estudiantes y pueblo
chilenos quienes nos muestran que es posible resistir al poder
económico y político con el poder popular, que “sí se puede”
defender la dignidad y derechos violados. En los hechos estamos ante
un enfrentamiento que se da entre un poder formal y un creciente
poder informal que crece en la medida de que los pueblos ecuatorianos
y chilenos se sumergen en un proceso de empoderamiento social y toman
consciencia de la fuerza que tienen como comunidades unidas en
defensa de sus derechos que están siendo violados.
A
su favor, estos pueblos en lucha en contra del capital, en contra del
sistema capitalista (hay que decirlo con todas sus letras), cuentan
con el apoyo internacional de los pueblos de otros países que somos
víctimas de las mismas políticas de aniquilamiento social y de
enriquecimiento del poder corporativo.
Las
redes sociales han demostrado en varias ocasiones que pueden ser
instrumentos de comunicación y lucha eficaz en apoyo de los grandes
movimientos colectivos contemporáneos. Aquellos que vivimos fuera de
Ecuador y de Chile, debemos estar atentos a los acontecimientos en
ambos países, pero no como testigos silenciosos, ni tampoco a
limitar las expresiones de apoyo mediante un “me gusta” o
compartir fotos y videos.
Debemos
estar conscientes de que la lucha de los pueblos ecuatorianos y
chilenos es también nuestra lucha, que el enemigo es el mismo y este
no es otro que el capitalismo representado en la implementación de
políticas neoliberales que tienden a reducir y a desaparecer al
estado Benefactor que conocíamos y limitarlo al papel de
administrador del bienestar de los intereses de las grandes
corporaciones.
Expresemos
nuestro apoyo a la lucha que realizan los pobladores de Ecuador y de
Chile, denunciemos la violación a los derechos humanos, exijamos la
intervención de organismos defensores de los derechos humanos y
exijamos alto a la represión policiaca en ambos países. Pero
también debemos organizarnos por nuestra cuenta para estar
preparados para dar una lucha similar en nuestros propios países,
porque la fuente de todos nuestros males es el neoliberalismo.
https://oscaryescasd.blogspot.com/2019/07/sabeusted-que-es-el-neoliberalismo.html