miércoles, 14 de agosto de 2019




El idiota del pueblo
Oscar Yescas Domínguez
Primero de diciembre del 2,018


Dicen que los pueblos tienen el gobierno que se merecen, la verdad no comulgo con esta idea. Contiene parte de verdad en la medida de que en un contexto de desigualdad social que genera un gran sufrimiento colectivo por sumir a millones de mexicanos en condiciones de pobreza, la participación social que se esperaría no es la deseable y la pobreza es aprovechada por quienes están enquistados en el poder para manipular la ignorancia colectiva a su favor.
La validez social del dicho de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece está en relación directa al nivel de participación social que tenga su población. Si los integrantes de la comunidad o ciudadanos de la nación no participan en política a nombre de que los políticos son corruptos, quienes están en el poder se aprovecharán de esta equivocada concepción del quehacer político que les deja las manos libres para robar los fondos públicos.
Pero si los integrantes de una sociedad participan activamente en los asuntos sociales y políticos, quienes tienen el poder político y económico tendrán que considerar la voluntad popular en las decisiones de relevancia social.
Sin embargo, debemos considerar que la clase en el poder utiliza mecanismos de control social para difundir una ideología dominante que representa los intereses de la clase dominante. Esta ideología que asimilamos sin darnos cuenta todos los días la recibimos a través de diferentes instancias que participan en el proceso de socialización que estructura nuestra personalidad psicosocial influyendo en nuestras formas de pensar, sentir y actuar. Las metas que persigue este proceso de ideologización es desarrollar actitudes de obediencia a la autoridad, temor al cambio social, distorsionar la realidad y presentarla como algo que no puede ser cambiada.
Pero la historia nos demuestra que los grandes cambios sociales se han presentado a través de la participación de grandes movimientos colectivos que han luchado para conquistar derechos, en contra de la injusticia y por la búsqueda de la democracia social. En ese sentido se habla de la existencia de una construcción social de la realidad que consiste en tomar consciencia de que la realidad social en la que vivimos la construimos todos y cada uno de nosotros a través de la aceptación de los roles que nos toca desempeñar en los diferentes grupos sociales, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos. Precisamente por esto en el campo de las ciencias sociales se hace énfasis en la necesidad de estimular la participación social para impulsar los cambios sociales. Todas las disciplinas sociales sin excepción reconocen la necesidad de cambiar nuestra sociedad.
El conocimiento científico nos permite percatarnos de que la realidad no es inmutable, que podemos cambiarla y esto se logrará en la medida de que nos despojemos de ideologías individualistas, superemos los temores que nos han inculcado durante toda nuestra vida, incrementemos nuestra participación social  y sobre todo cuando recuperemos nuestra dignidad como seres humanos.
Bajo la perspectiva del construccionismo social, de nosotros depende que la expresión “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” no sea una realidad y en el caso de México podemos ver que quedó demostrada la validez de la teoría del construccionismo social al observarse que 30 millones de mexicanos decidieron Juntos cambiar la historia del país para llevar al poder a Andrés Manuel López Obrador y a Morena, echando fuero al Pri y al Pan.
       Por otro lado quisiera recordar el dicho de que en todo pueblo existe un idiota reconocido como “el idiota del pueblo”, y en el caso de México lamentablemente debemos reconocer que tuvimos al “idiota del pueblo” llamado Enrique Peña Nieto ocupando ilegítimamente durante seis años  la silla presidencial, lo que provocó que viviéramos una larga pesadilla afortunadamente el día de hoy terminó, no gracias a Dios, sino gracias a Andrés Manuel López obrador y a 30 millones de mexicanos que lograron echar fuera del poder político al Pri y al Pan y por supuesto también le dieron una patada en el trasero al “idiota del pueblo”.
       La verdad Peña Nieto daba pena ajena con todas las idioteces que dijo e hizo durante su gestión y lo más embarazoso es que no encontrábamos un pelmazo mayor que él. La enorme cantidad de derrapes cometidos por “nuestro idiota del pueblo”, propiciaron un alud de memes que inundaban redes sociales cada vez que metía la pata y era motivo de burla, escarnio y señalamiento dentro y fuera de México.
       En lo personal Peña Nieto creo que Peña Nieto no era el idiota del pueblo, sino que en realidad era el idiota de un personaje maquiavélico que lo utilizaba para su beneficio personal, manipulándolo como una marioneta. De cualquier forma, Peña Nieto no deja de ser un idiota que se enriquece a costa del pueblo mexicano.

       Pero afortunadamente no hay mal que dure cien años y este primero de diciembre del 2,018 termina una pesadilla que atormentó a millones de mexicanos durante largos seis años. Fue el tiempo que duró la gestión de Enrique Peña Nieto como Presidente de México, un largo sexenio caracterizado por una corrupción, un sinnúmero de injusticias sociales, reducción del aparato de gobierno, entrega de recursos del país al extranjero, incremento de la pobreza y la desigualdad social, asesinatos masivos, etc. Y un largo etc.
       Aquellos que tenemos memoria histórica recordamos que Enrique Peña nieto llegó al poder en México gracias a un descomunal fraude en el que las instancias de justicia en México aprobaron la compra de votos como recurso válido para llegar al poder. Fue el día de la mayor exhibición de corrupción de quienes dicen representar la justicia en México.
       Un triunfo electoral basado en la compra de votos, en la inequidad de recursos para campañas electorales, en el uso desmedido de los medios masivos de comunicación a favor del entonces candidato del Pri y en la compra de Consejeros electorales responsables de vigilar la imparcialidad del proceso electoral y de la corrupción burda y patética de los jueces y magistrados encargados de la justicia electoral.

       Los mexicanos fuimos objeto de otro fraude electoral en el 2,012, una vez más la voluntad popular fue burlada. Miles de jóvenes mexicanos que despertaban a la política y participaron con gran entrega en las elecciones presidenciales del 2,012, la mayoría de ellos agrupados en el movimiento Yosoy132, recibieron un gran golpe a sus aspiraciones de cambio social a través de la vía electoral y varios de ellos sucumbieron a la depresión y a la decepción negándose a seguir participando en política.
       Pero afortunadamente la historia continúa y hoy sabemos que estamos haciendo historia cada día de nuestra vida a través de nuestra participación social y que de nosotros depende el rumbo que tome la historia. En ese sentido, me pronuncio en esta tribuna  por la idea de que se aplique la ley a todos los funcionarios corruptos del sexenio que termina sometiéndolos a un proceso de investigación judicial que determine si incurrieron en  algún tipo de delito que merezca ser sancionado por la ley contemplada en nuestro Estado de Derecho.
       Entiendo la postura de Andrés Manuel López Obrador cuando en su mensaje de toma de posesión de la banda presidencial informa que no tomará personalmente la bandera de la venganza y cortará cabezas él mismo ahora que está en el poder. Comprendo que tuvo que hacer ciertas concesiones para garantizar una transición pacífica del poder. Pero también entiendo el mensaje que nos da cuando nos dice  que sea el pueblo quien decida a través de las consultas si se enjuicia a los expresidentes. Los tres presidentes que hemos tenido en este siglo y Milenio: Vicente Fox y Felipe Calderón del Pan, además de Enrique Peña Nieto del Pri causaron mucho daño
       Creo que merece atención especial “el idiota del pueblo” Enrique Peña Nieto por los evidentes actos de corrupción que se dieron durante su gestión que dejaron al país en ruinas, en estado de quiebra financiera y con un incremento inédito en la deuda externa. Por ese motivo, pido, solicito, exijo que Enrique Peña Nieto sea juzgado por los delitos de corrupción, traición a la patria, complicidad por omisión en crímenes diversos y enriquecimiento ilícito.
Durante los últimos seis años expresé mi rechazo y desconocimiento a Enrique Peña Nieto como Presidente de México. Mi repudio se basaba en la ilegalidad de su arribo a la Presidencia de la República por medio del fraude y la corrupción. Finalmente, deja la silla presidencial saliendo con la cola entre las patas y al igual que millones de mexicanos deseo se le investigue y procese por los delitos cometidos durante su gestión presidencial

       De salir impune peña nieto de todas las fechorías que cometió ya no será más el “idiota del pueblo”, sino que creo que seremos “el pueblo de idiotas” que teniendo la oportunidad de hacer justicia para todas las miles de víctimas que hubo en su sexenio y dejamos que huya en paz a disfrutar toda la riqueza mal habida que robó al pueblo mexicano.

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